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Cuentos surrealistas de Claudia Hernández

Tinta Violeta

Claudia Hernández es una escritora nacida en San Salvador en 1975. A finales de la década
de 1990 publicó sus primeros relatos en suplementos culturales de periódicos salvadoreños.
En 1998 su relato Un demonio de segunda mano obtuvo el premio Juan Rulfo de Radio
Francia Internacional en la categoría de cuento. Ha publicado seis libros de cuentos, dos
novelas y un libro didáctico. Su obra narrativa ha sido incluida en antologías de cuento
publicadas en España, Italia, Francia, Estados Unidos y Alemania. En 2004 recibió
el premio que la Fundación Anna Seghers (Alemania) otorga a autores que muestran en su
obra el deseo de contribuir por medio de su producción artística a la construcción de una
sociedad más justa y más humana con base en la tolerancia y el apoyo mutuo.

Después de leer Causas Naturales, me quedó la sensación de que había salido de un mundo
de sueños. Durante la lectura pude percibir la tendencia surrealista de su escritura. Quince
cuentos que transcurren en la cotidianidad de sus personajes pero que están impregnados de
imaginería. Una mujer que se transforma en leopardo; una unidad departamental que
atraviesa escases de agua y se lanza en búsqueda de un río; enmascarados que recorren en
caravana ofreciendo un baile y cantos por cada ciudad que cruzan; una casa que alberga
decenas de gatos porque están prohibidos; el recuentro de un señor con su amigo
imaginario de la infancia, entre otros. Cuentos en los que las obsesiones, angustias y
alegrías de las y los personajes salen a relucir.

“Antes de convertirme en leopardo de una vez por todas, pasé a despedirme de mi novio.
Quería decirle que no le guardaría rencor si, en lugar de saludarme como siempre, decidía
salir corriendo la siguiente vez que nos encontráramos.”

Muñecas de mimbre, un pañuelo, cenizas, lirios, objetos inanimados que adquieren un


carácter o sensibilidad humana. Además, el correlato entre la vida animal y la humana,
entre lo instintivo y lo racional no se contraponen sino que se mezclan de manera que
cohabitan en una misma ciudad, entre la variedad de personajes y situaciones. La muerte,
los fantasmas, las premoniciones y los seres imaginarios son algunos de los elementos
comunes en varios cuentos del compilado.

En la síntesis de la contraportada del libro podemos obtener una idea general acerca de la
lectura:

“Tras una serie de pequeñas transformaciones sucesivas, los habitantes de este universo
(adultos nuevos), desisten de su intención de transformarlo y se suman a él para defender y
acuerpar sus causas naturales.”
Por otro lado este libro me conduce a una pregunta que en apariencia tiene una respuesta
obvia: ¿las mujeres se limitan a escribir sobre sí mismas?, ¿existe la categoría de “literatura
femenina”? Afortunadamente la literatura es tan amplia que se puede escribir sobre
variedad de temas. ¿Entonces a qué se debe la necesidad (o necedad) de etiquetar a los
textos escritos por mujeres como “literatura femenina”? Es cierto que, como la escritora
Claudia Hernández, las mujeres escriben, según sus intereses, diversidad de temas, sin
embargo, es necesario disolver poco a poco el sesgo de género para ampliar nuestro
horizonte literario.

Les comparto un cuento de la autora para que se animen a leerla:


http://www.tierraadentro.cultura.gob.mx/viva/
Brenda Pichardo (Ciudad de México).
Ciencias de la Comunicación, en Facultad de Ciencias Política y Sociales, UNAM.
Egresada del Seminario Género, Filosofía y Pensamiento Crítico en 17, Instituto de
Estudios Críticos, donde también cursé el Seminario Cine Documental e Historia:
confluencias. Renunciando a mi androcentrismo literario. Descubriendo la literatura
diversa: otras narrativas, otras voces.
Contacto: brendapich@gmail.com

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