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LA COMISIÓN ANTICORRUCCIÓN Y LA SOCIEDAD CIVIL

EL PLAN NACIONAL DE PREVENCION: INSTRUMENTO VALIDO EN LA


LUCHA ANTICORRUPCIÓN

Dr. Hermuy Calle Verzozi


COMISIONADO

REVISTA RESCATE No. 19 JUNIO/2005

Sin lugar a dudas que la investigación, el juzgamiento y la correspondiente


sanción de las inconductas cometidas por sujetos públicos o privados de
cualquier nivel que perpetren delitos de diversa índole respecto al manejo de
los recursos del Estado, evitan la impunidad de los mismos y por el carácter
disuasivo que en sí llevan implícitas, se constituyen en valiosas herramientas
preventivas para evitar el cometimiento de esas inconductas que atentan contra
la esencia misma del desarrollo democrático de un país. Sin embargo, resulta
imprescindiblemente importante, el vertebrar una acción preventiva autónoma
y sistémica, que implemente una política de largo aliento y de mayor
profundidad para atacar el mal de la corrupción en su origen mismo, e incluso
antes de que ocurra.

Son tres los conceptos fundamentales sobre los que debe cimentarse una
política de prevención que resulte exitosa en la consecución de sus objetivos:

1. La educación en valores morales y cívicos de los ciudadanos. La acción


educativa desarrollada tanto a través de los sistemas formales cuanto de
aquellos alternativos: Informa, adiestra y empodera en el ejercicio pleno de las
facultades, derechos y deberes del convivir social, por tanto, previene las
nefastas consecuencias de la corrupción, anticipándose así a las traumáticas
secuelas individuales y sociales que conlleva el uso abusivo del poder público.

Es que las nociones y sobre todo la práctica de conceptos tales como:


honestidad, verdad, solidaridad, libertad, igualdad y justicia no deben ser
dejadas a la libre interpretación o albedrío de los habitantes de un país. El
Estado como forma de organización política de un pueblo, tiene la obligación
de educar a sus ciudadanos en las virtudes cívicas que permitan una
orientación eficaz hacia la consecución de los objetivos de una convivencia
social que posibilite su desarrollo democrático.

La Comisión de Control Cívico de la Corrupción, conciente de la relevancia que


la educación en valores tiene como factor preventivo de la corrupción, ha
desarrollado con éxito y entusiasmo varios proyectos educativos, tales como
los denominados: “Dando y Dando. Nuestros deberes, nuestras
responsabilidades”, “Cuéntame tu aventura” a través de talleres y materiales
didácticos que se asimilan en las entidades educativas del sector primario,
medio y universitario, así como iniciativas educativas para los sectores
populares.

2. Transparencia en el manejo del Estado. El acceso a la información sobre


los asuntos que conciernen al bien público con certeza y agilidad, es condición
mínima y garantía para la consecución de una administración pública libre de
corrupción. La CCCC, en este campo ha desarrollado un valioso instrumento
de transparentación del sistema de contratación pública denominado
CONTRATANET, que consiste en mantener publicado en Internet, en la
correspondiente página web, la información referente a los procesos de
contratación y licitación pública con la finalidad de permitir su acceso
permanente y generalizado a toda la ciudadanía. Este esfuerzo institucional,
está en su fase operativa inicial de carácter informativo y prevé su ulterior
desarrollo siguiendo la clave del concepto denominado e-government o
gobierno electrónico que permitirá no sólo la difusión de información, sino que
incluirá la posibilidad de realizar transacciones de variado tipo, preservando la
asepsia, agilidad, seguridad y libre concurrencia en los mencionados procesos
de contratación pública, factor indispensable para el buen gobierno. Será
posible entonces entre otras cosas conocer en línea, sobre la ejecución de los
presupuestos, gastos e inversiones de todas las entidades del sector público,
se podrá requerir y medir la opinión ciudadana sobre las diversas políticas que
desde el sector público se implementen, en fin, este valioso instrumento de la
modernidad ofrece las más amplias posibilidades para el ejercicio democrático
del poder.

3. Participación en la toma de decisiones. Cuando el ejercicio del poder


público se orienta, no solamente al esquema insuficiente de una democracia
meramente representativa, sino a la construcción de una vivencia democrática
de superior calidad como es la democracia participativa, no solamente que
queda garantizada la efectividad de la gestión gubernamental, si no que
además, se preserva en grado sumo la rectitud de procedimientos y su
eficiencia, dejando pocos resquicios para que se filtren procedimientos
corruptos, que la participación proactiva de la ciudadanía puede prevenir. En
esta línea de pensamiento y acción, la CCCC ha desarrollado un esfuerzo
amplio y sustantivo a través de la operativización del concepto de veedurías
ciudadanas que no es más que el espacio participativo y voluntario de
personas que se reúnen para no solamente vigilar el cumplimiento de planes y
proyectos de gobierno, sino también aportar con alternativas de gestión que
redunden en beneficio de una más eficaz consecución de las metas del
desarrollo local y nacional. Decenas de veedurías han sido conformadas y
organizadas por la CCCC a lo largo y ancho del país y todas ellas han dejado y
dejan valiosos conocimientos y experiencias sobre cómo el involucramiento
ciudadano resulta un instrumento valiosísimo para mejorar el convivir social.

Sobre la base de estos conceptos: educación, transparencia y participación, la


Comisión de Control Cívico de la Corrupción en cumplimiento de su mandato
social y legal ha formulado El Plan Nacional de Prevención de la Corrupción
para este nuevo período de su accionar. Dicho plan, sistematiza críticamente la
valiosa experiencia acumulada en la ejecución del plan anterior y busca ampliar
su cobertura y eficacia así como reanimar el necesario compromiso colectivo
que su realización conlleva. A la socialización y discusiones previas a la
formulación definitiva del Plan fueron invitados amplios sectores de la sociedad
civil así como los mandantes directos de la CCCC, se realizaron dos eventos
principales con dicho objetivo: el 28 de Febrero del 2005 en la sede de
CIESPAL y el 30 de Marzo del 2005 en la sede de la UTPL en Quito que
además sirvió de base para la transmisión satelital del evento a varias ciudades
del Ecuador (Guayaquil, Cuenca, Ibarra, Riobamba, Ambato, Loja, Portoviejo,
Lago Agrio, etc.).

De estas participaciones se consolidaron tres grandes líneas estratégicas que


buscan implementar la política general de prevención de la corrupción
cristalizada en el Plan: Fortalecimiento de la sociedad civil, Fortalecimiento de
la institucionalidad democrática y Gestión del conocimiento anticorrupción, las
cuales incluyen varios programas y proyectos específicos como los ya
comentados en el presente artículo y otros tales como: Gestión de veedores,
Sistematización de experiencias de control social para la creación de nuevas
metodologías, Ética profesional, Hacia un periodismo cívico, Redes cívicas,
Redes juveniles, Gobiernos locales transparentes, Mejoramiento de procesos
críticos, Certificación de transparencia en procesos públicos, Generación de
metodologías para establecer indicadores de corrupción, etc.

Como se puede deducir de lo expuesto brevemente, la CCCC presenta al país


el Plan Nacional de Prevención de la Corrupción el mismo que desarrolla e
implementa con denodada persistencia los tres conceptos integrantes de
nuestra política para la prevención de las conductas corruptas: educación,
transparencia y participación, muy a pesar que acciones como ésta no
conciten la atención de los titulares mediáticos, sin embargo consideramos a
este aporte un instrumento válido en la lucha anticorrupción, tal vez modesto
pero límpido que se ofrece en correspondencia con una elemental visión de
futuro positiva que tenemos sobre nuestro Ecuador como un cuerpo social, si
bien es cierto, achacoso y enfermizo en el perentorio presente, pero con un
espíritu desde siempre digno, lo cual anima y confirma el mandato que
tenemos y que se constituye en nuestra obligación institucional y ciudadana:
sanear y preservar nuestro país para dejarlo como legado social a los hijos del
nuevo Ecuador.

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