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Índice
1 Editorial
- Los pueblos amazónicos y su protagonismo
como ciudadanas/os.
2 Chacarera informa
7 Actualidad
- Una mirada intercultural a la propuesta de
ley para la coordinación entre el derecho
consuetudinario y la justicia ordinaria. Roxana
Vergara Rodríguez.
- La reforma agraria de 1969: 40 años des-
pués. Las mujeres tienen algo que contar.
Blanca Fernández Montenegro.
16 Nacional
- Caso de Nuevo Andoas: interculturalidad,
racismo y conflicto dilatado. Mario Zúñiga Los-
sio.
- Encuentro Nacional de Redes de la Mujer
Rural. Martha Rico Llaque.
23 Historieta
Las mujeres amazónicas toman la palabra
27 Especial
- Presentación. Los pueblos amazónicos (y
las mujeres en ellos) y su visión del desarro-
llo.
- Sociedades amazónicas: derechos, recursos
y capacidades. Martha Rodríguez Achung.
- Inclusión que respete las diferencias y re-
suelva las divergencias mediante el diálogo.
Responde Dr. Iván Lanegra, Defensoría del
Pueblo.
- El convenio 169 y los pueblos indígenas.
Susel Paredes Piqué.
- Mujeres indígenas amazónicas: cuidadoras
de su territorio, defensoras de sus derechos.
- Jóvenes indígenas amazónicas/os: por un
futuro con paz y dignidad.
- Cronología de errores e indiferencia que no
deben olvidarse.
48 Debate feminista
Nuevas hegemonías y democracia. Virginia
Vargas Valente.
55 Publicaciones
- Últimas publicaciones.
D.L. Nº 2004-2726
ISSN Nº 1811-4911
2 3
Chacarera 40
Lima, Perú,
Febrero, 2010
Revista de la Red Nacional de la Mujer Rural
Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán
Parque Hernán Velarde 42, Lima 1
Tlf. 4331457, fax 4339500
E-mail: postmast@flora.org.pe
Consejo editorial: Blanca Fernández, Gaby Ce-
vasco, Elena Villanueva, Martha Rico.
Edición: Gaby Cevasco
Diseño y diagramación: Marisa Godínez
Dibujos de historieta: Wilfredo Navarrete Are-
llano.
Fotografía: Walter Hupiu, Elena Villanueva, Gra-
ham Gordon, Renata Reder, Gaby Cevasco, Cla-
ra Rojas, archivo Centro Flora Tristán
Impresión: Editorial Línea Andina. Telefax:
4719481 - gerencia@lineandina.com
Colaboran en este número: Roxana Vergara Ro-
dríguez, Blanca Fernández Montenegro, Mario
Zúñiga Lossio, Martha Rico Llaque, Martha Ro-
dríguez Achung, Susel Paredes Piqué, Rosa Cis-
neros, Mariela Jara, Virginia Vargas Valente.
editorial
Los pueblos amazónicos
y su protagonismo como ciudadanas/os
Los sucesos de Bagua marcaron un antes y un después para los pueblos amazónicos y su lucha
por lograr una real ciudadanía. Lamentamos el costo de vidas que significó para el país las malas
decisiones y la reacción violenta de algunos sectores, en un contexto que representaba para el Perú
la oportunidad de escuchar las demandas y las expectativas respecto al desarrollo que estos pueblos
desean para su región.
Luego de los trágicos sucesos, el gobierno propició espacios de diálogo con sus representantes,
lamentablemente con pocos resultados dada la insistencia en defender posturas que no miran hacia
el futuro. Por ello no sorprende, que al cierre de esta edición de la revista Chacarera, los medios de
comunicación den cuenta de nuevas movilizaciones.
Parte de este malestar es la presencia de empresas en zonas reservadas, problema que la Defen-
soría ha venido informando como en los casos de la zona fronteriza del Cenepa (Amazonas); en la
frontera con Ecuador y Colombia; y en el sur entre Cusco y Madre de Dios.
Una vez más la ausencia de diálogo oportuno genera estas situaciones, pues se toman decisiones
sin consultar a las comunidades; al mismo tiempo se insiste en la explotación de recursos como única
forma de desarrollo y se deciden concesiones mineras y petroleras en reservas y santuarios. Es funda-
mental escuchar a los pueblos amazónicos que tienen claro el desarrollo que esperan para su pueblo,
y que toma en cuenta a las personas, las características de sus tierras que las diferencia de otros terri-
torios dedicados al agro, y el cuidado del medio ambiente.
Hay que prestar atención, también, al proyecto de ley presentado por el Poder Ejecutivo que tiene
como objetivo facilitar el proceso de desplazamientos forzados de poblaciones en “zonas de desarrollo
de interés público o primordial”.
El proyecto se propone modificar el artículo 8 de la Ley 28223 sobre el tema con el fin de que “las
entidades correspondientes adec(uen) los procedimientos que fuesen necesarios, de manera que las
solicitudes de calificación presentadas por los promotores o ejecutores de aquellos sean resueltas con
la mayor celeridad posible”. Con ello se corre el riesgo de desnaturalizar el proceso de consulta, como
lo señalan las/os analistas, que tiene que ser libre, previo e informado.
Otro pendiente es la Ley de Consulta Previa a las Comunidades Indígenas, actualmente en la Comi-
sión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos del Congreso.
En la presente edición de la revista Chacarera ofrecemos un especial sobre los pueblos amazónicos
en el contexto de Bagua. Lo sucedido en junio no puede olvidarse, obliga a un cambio de sentido en
las políticas y coloca a los pueblos indígenas amazónicos como interlocutores en nuevas condiciones
frente a los espacios de decisión política y frente a la misma sociedad civil.
Estamos ante una oportunidad histórica de establecer un verdadero diálogo intercultural, que puede
marcar para nuestro país un proceso democrático que por fin, realmente, tome en cuenta que somos
un país diverso y multicultural. Convertir nuestras diferencias en una verdadera riqueza y oportunidad,
siempre y cuando se respeten los derechos de cada una de estas comunidades, como lo señala Flora
Tristán, precursora del feminismo y del socialismo.
 Encuentro
Chacarera
informa de corresponsales
de Chacarera
Se llevó a cabo el Tercer Encuen-
tro Nacional de Corresponsales de la
Revista Chacarera, en el que se re-
unieron representantes de Arequipa,
Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huan-
cavelica, Lambayeque, Piura, Puno
San Martín y Tacna.
En el encuentro destacó la parti-
cipación de promotoras jóvenes así
como de algunos varones que se en-
cuentran trabajando en comunicación
y promoción con las organizaciones
de mujeres rurales en sus respectivas
regiones.
El objetivo del encuentro fue brin-
dar contenidos y herramientas prác-
ticas a las/os corresponsales de la
Revista Chacarera que aporten a la
identificación de la noticia y a la ela-
boración de contenidos desde una
perspectiva feminista y de intercultu-
ralidad.
Igualmente, se buscó actualizar
e intercambiar experiencias, nece-
sidades y demandas temáticas con
4 5
relación a las mujeres rurales y sus
agendas en las diferentes regiones.
Y, finalmente, generar compromisos
para la participación y colaboración
permanente de las corresponsales
en la producción de la Revista Cha-
carera.
Se intercambió ideas sobre el
significado e impacto de la Revista
Chacarera en su vida personal y que-
hacer institucional. A partir de los re-
sultados, señalaron las alternativas
y perspectivas para fortalecer tanto
la revista, como su trabajo de corres-
ponsales en sus respectivas regiones.
Señalaron también las dificultades
encontradas.
Respecto al significado que tiene
Chacarera a nivel personal, las co-
rresponsales más antiguas destaca-
ron que la corresponsalía les había
“permitido perder el miedo a escribir”
a la vez que había sido una oportuni-
dad para analizar la problemática de
las mujeres. Esto les ha posibilitado
impulsar sus agendas, propuestas y
demandas más sentidas. Igualmente,
para sus instituciones, su correspon-
salía ha permitido conocer el trabajo
que realizan y los aportes que brindan
para el desarrollo de las mujeres y de
sus organizaciones rurales.
Con este encuentro, el Centro Flo-
ra Tristán se propone fortalecer la pre-
sencia de las regiones en la revista
desde la especificidad de las mujeres
del campo, que tienen en Chacarera
una voz para hacer oír sus demandas
y propuestas.
Documentación y ciudadanía
A pesar de las dificultades que se
presentan por las fuertes lluvias en las
regiones de la sierra, sigue en acción
el proyecto Derecho a la identificación
de las mujeres rurales para su acce-
so a la propiedad de la tierra.
El proyecto está orientado a con-
tribuir a la restitución del derecho a
la identidad de las mujeres de Caja-
marca y Cusco, a fin de garantizar su
acceso a los recursos productivos, en
especial a la propiedad de la tierra,
en igualdad de condiciones.
Desde agosto pasado hemos tra-
bajado con el respaldo de nuestras
contrapartes Red Rural Cajamarca y
Mesa de Género del Cusco y de las
organizaciones de mujeres, las cuales
se han comprometido plenamente en
la implementación de este proyecto
teniendo como enfoques: género, de-
rechos humanos e interculturalidad.
Una vez más ha sido fundamental
la estrategia de trabajo concertado y
en alianza tanto con la sociedad civil,
como con organizaciones estratégi-
cas del Estado.
Las actividades programadas han
tenido una amplia recepción de la
población, sobre todo de las dirigen-
tes de organizaciones de las zonas
de intervención. La convocatoria a
las diversas actividades como a: la
Campaña “Mujer saca tu DNI y titula
tu tierra”, ferias de la ciudadanía y de
la propiedad de la tierra, talleres, diá-
logos públicos y los videos plaza, han
excedido las expectativas.
Por otro lado, a partir de las capa-
cidades fortalecidas y de las expe-
riencias adquiridas, las lideresas han
hecho las réplicas de los aprendizajes
con las/os integrantes de sus comuni-
dades y organizaciones. Esto ha per-
mitido que más mujeres mejoren su
autoestima y necesidad de luchar por
sus derechos como la identidad y la
propiedad de la tierra.
Desde el estado, COFOPRI reco-
noce que un trabajo articulado es
necesario y estamos en camino de
firmar un convenio para llevar activi-
dades conjuntas en el país, tal como
lo hicimos en su momento con RE-
NIEC.
Cabe reconocer, también, el com-
promiso y apoyo a nuestra propuesta
de otras entidades de la sociedad civil
como son redes locales, organizacio-
nes de mujeres, organizaciones de
desarrollo rural; así como la Facultad
de Derecho y Ciencias Políticas de
la Universidad San Antonio Abad del
Cusco y la Universidad Antonio Gui-
llermo Urrelo de Cajamarca.
Desde las regiones
Tacna
El distrito de Ilabaya fue el esce-
nario para el XI Encentro Regional de
Lideresas Rurales de la Región Tac-
na, actividad institucionalizada en la
región por la Red de Apoyo a la Mu-
jer Rural Tacna y que, en su décimo
primera edición, contó con un nutrido
programa de actividades, que incluyó
el izamiento del pabellón nacional, la
marcha de delegaciones hacia el lo-
cal del Encuentro, la evaluación de la
Agenda 2008 y una exposición y taller
vinculados al tema de interculturali-
dad y modelos de desarrollo.
Estas jornadas en las que partici-
paron lideresas y dirigentas tuvieron
 como objetivo reflexionar en torno a
Chacarera
informa la clase de desarrollo que buscan las
mujeres rurales y a la identificación
de alternativas para hacer frente a las
inequidades que se presentan en la
región por razón de identidad cultural
y de género.
Se resaltó la importancia de la
conservación de la biodiversidad, el
respeto a la vida, la recuperación de
semillas nativas y la recuperación y
difusión de las tradiciones orales y
festividades.
Como resultado de este XI En-
cuentro en el que participaron más de
450 mujeres lideresas de la zona ru-
ral de Tacna, se concluyó de manera
unánime la opción por un desarrollo
integral, sostenible, que respete el
medio ambiente y dé prioridad al agua
para el uso agrario y poblacional. Es-
tos lineamientos fueron la base de la
Agenda 2010 elaborada en el marco
del Encuentro y que será entregada a
los partidos y agrupaciones políticas
en los próximos meses.
Cajamarca
La Red de Promotoras y Promoto-
res para el Desarrollo de la Mujer Ca-
jamarquina-Reprodemuc llevó a cabo
el II Encentro Regional de Mujeres de
Cajamarca, con la participación de 65
lideresas representantes de institucio-
nes públicas y privadas y los partidos
políticos.
El Encuentro desarrollado en el
marco del Día de la Mujer Rural, tuvo
como objetivo actualizar de manera
participativa la Agenda Política Regio-
nal de Género de Cajamarca, que ob-
tuvo como resultado la definición de
estrategias y propuestas para aportar
a la construcción de la equidad de gé-
nero y su posicionamiento en el pro-
ceso de descentralización.
La Agenda Política Regional de
Género de Cajamarca que ha sido
distribuida a todos los partidos y
agrupaciones políticas, como a orga-
6 7
nismos de cooperación internacional
y organizaciones sociales, propone
medidas urgentes en torno al medio
ambiente; la producción, mercado y
empleo; salud y educación; y violen-
cia familiar.
Esta experiencia ha permitido
aportar a la identificación de los ni-
veles de liderazgo y fortalecimiento
organizativo, así como a canalizar las
propuestas en materia de equidad de
género para la incidencia en el marco
de las próximas elecciones regiona-
les y locales.
San Martín
Con motivo del 25 de noviembre,
Día de la No Violencia contra la Mu-
jer, en Tarapoto se realizaron diversas
actividades para llamar la atención de
la ciudadanía sobre un problema que
afecta a gran parte de las mujeres y plen las mujeres rurales en asegurar a éstos se les asigna, destacando el
que es una de las expresiones más la soberanía alimentaria de nuestra aporte poco valorado de las mujeres
graves de discriminación de género. población, así como su participación rurales a la seguridad alimentaria.
Foros, talleres, pasacalles y una en la economía familiar. Asimismo, las participantes tuvie-
marcha de sensibilización, fueron or- La semana de actividades se abrió ron oportunidad de reflexionar sobre
ganizados por la Mesa de Lucha con- con una conferencia de prensa y la in- la importancia de fortalecer los lide-
tra la Violencia Familiar, que convocó auguración de una feria de productos razgos colectivos y definieron de ma-
a instituciones públicas, ONG, organi- en la Alameda Chabuca Granda. En nera conjunta el concepto de partici-
zaciones, centros educativos, la Red la primera dieron a conocer la agenda pación política, identificando aspectos
de Promotoras de la Mujer Rural, en- de lucha de las mujeres rurales, sien- que deben modificarse y fortalecerse,
tre otras. do una de sus principales demandas así como el significado y oportunidad
la promoción de una agricultura soste- que representa la participación polí-
Lima nible y el derecho a elegir un modelo tica para las mujeres rurales, en es-
La Federación de Mujeres Campe- de desarrollo basado en el buen vivir. pecial en el marco del actual contexto
sinas, Artesanas, Indígenas, Nativas Asimismo, realizaron representacio- preelectoral.
y Asalariadas del Perú-Femucarinap, nes de carácter simbólico, destacan- Como parte de las acciones de
junto a dirigentas de organizaciones do la importancia de la espiritualidad incidencia las lideresas y dirigentas
de mujeres rurales de las regiones y el encuentro con la Pachamama. de organizaciones prepararon un
de Puno, Ayacucho y de la provincia Parte del programa de actividades pronunciamiento en el que destaca-
de Yauyos, desarrollaron en Lima la estuvo dedicado a la reflexión inter- ron la falta de atención al sector rural
Jornada de Lucha de las Mujeres Ru- na. Se desarrollaron dos talleres que por parte del Estado, en particular a
rales en defensa de la Pachamama y tuvieron como ejes centrales la so- las mujeres rurales, demandando la
la Soberanía Alimentaria, en el marco beranía alimentaria y la participación derogación de las leyes que atentan
de las celebraciones por el Día Mun- política, en los que intercambiaron ex- contra las comunidades indígenas y
dial de la Mujer Rural y el Día Mundial periencias sobre las oportunidades di- exigiendo mejoras laborales. El pro-
de la Alimentación. ferenciadas que se dan en la práctica nunciamiento fue presentando por
La jornada comprendió diversas entre hombres y mujeres en relación una delegación de mujeres rurales a
actividades que tuvieron como fin vi- al acceso y control de los recursos la Presidencia del Consejo de Minis-
sibilizar el rol fundamental que cum- naturales y la valoración social que tros, la FAO y la OIT.
 Audiencia Nacional
Actualidad
ción pública del Informe de Objetivos
Chacarera
informa sobre el Cambio Cli-
mático
de Desarrollo del Milenio en el marco
de las celebraciones por el 17 de oc-
tubre, Día Internacional por la Erradi-
cación de la Pobreza. El informe pre-
Frente a las consecuencias gene-
sentado por Héctor Béjar, coordinador El predictamen que norma la
del Llamado Perú, hizo una dura críti-
radas por el cambio climático en nues-
tro país, como la reducción de fuentes
ca al triunfalista informe oficial el cual coordinación entre la justicia de las
señala que la pobreza general en los
de agua debido a la desglaciación y la
variación de la lluvias; la pérdida de
últimos cinco años pasó de 46 a 36% comunidades campesinas y nativas
y la pobreza extrema a 12% de lo re-
cosechas; la aparición de enfermeda-
des y plagas en donde antes no ha-
gistrado en 1991. y la justicia nacional, pendiente
Para el Llamado, el informe oficial,
bía a causa del incremento del calor
y el aumento de males respiratorios a
basado en cifras del Instituto Nacional de aprobación, tiene una mirada
de Estadística e Informática (INEI),
consecuencia del frío extremo, el Mo-
vimiento Ciudadano frente al Cambio
presenta “errores” que habrían redu- multicultural, mas no intercultural,
cido la pobreza “sólo en el papel”. En
Climático-MOCICC desarrolló la au-
diencia nacional sobre cambio climá-
este sentido, Béjar explicó que el go- pues se concentra en el reconoci-
bierno estimó los niveles de pobreza
tico, a fin de generar un espacio donde
las/os ciudadanas/os tuvieran la opor-
y pobreza extrema con dos metodolo- miento de las diferencias y capaci-
gías distintas, del 2006 y 2009. Mien-
tunidad de expresar de qué manera el
cambio climático está afectando sus
tras la metodología del 2006 calcula la dades, la igualdad de poderes y la
pobreza respecto a las necesidades
vidas y qué medidas de adaptación
se encuentran implementando para
básicas insatisfechas en los hogares, tolerancia, en la que el dilema entre
la que utilizó el INEI para el informe
enfrentar este problema global en las
localidades.
de las Metas del Milenio mide la po- derechos individuales y colectivos
breza por la capacidad de consumo
La Audiencia Nacional dio como
finalizado un primer proceso de au-
diencia regionales desarrolladas en
de los hogares.
De otro lado, el informe oficial in-
es permanente, con posiciones Una mirada intercultural a
las regiones de Cusco, Arequipa, An-
dica que la presencia de mujeres en
empleos remunerados no agrícolas
ambiguas. la propuesta de ley para la
cash, Chimbote, Piura y Junín.
muestra una ligera alza en la década
(de 34 a 37.5%). Sin embargo, “las
coordinación entre el
Informe de los Objetivos de De-
sarrollo del Milenio 2009
pocas mujeres que ingresaron a la- derecho consuetudinario y
El Llamado Mundial a la Acción
borar están siendo explotadas, pues
sus empleadores no respetan sus de- la justicia ordinaria
contra la Pobreza realizó la presenta- rechos”, aseguró Bejar.

Roxana Vergara Rodríguez*

El reconocimiento, en la Constitución Política del Perú, de la

administración de justicia a cargo de las comunidades campe-
sinas y nativas y rondas campesinas es un avance para conso-
lidar su autonomía, evitar denuncias contra sus autoridades y
mejorar el acceso a la justicia.
Sin embargo, aún no ha tenido los resultados esperados
debido a la ausencia de una ley que desarrolle sus disposicio-
nes. Recién en octubre del 2008, la Comisión de Constitución

8 9
y Reglamento del Congreso aprobó en predicta-
men la propuesta “Ley que desarrolla el artículo
149º de la Constitución, que reconoce la Jurisdic-
ción Especial de las Comunidades Campesinas y
Nativas y establece mecanismos de coordinación
entre ésta y el Poder Judicial” , pendiente de so-
meterse al Pleno del Congreso. Ésta ya ha sido
analizada desde lo jurídico pero nuestro objetivo
es hacerlo, además, desde la perspectiva inter-
cultural, a fin de caracterizar la relación propuesta
entre el Estado y dichos grupos culturales en el
tema de justicia.
Entendemos la interculturalidad como una
propuesta ético-política que implica lo siguiente
(Etxeberría (2001:pp.18-19): “... todo colectivo
cultural precisa cierta separación (relativa), esto
es el cultivo de sus rasgos definitorios propios en
ámbitos e instituciones específicas…, se propug-
na específicamente el diálogo y encuentro en-
tre culturas… de las condiciones antedichas de
respeto mutuo y de igualdad de circunstancias
sociales, precisa también que los grupos impli-
cados se reconozcan recíproca y empáticamente
capacidad de creación cultural… pretende refor-
zar creativa y solidariamente las identidades es-
pecíficas...”. Según la definición, sus supuestos
son conocimiento y distancia de la propia cultura,
respeto y reconocimiento mutuo, e igualdad de
poder; su fin, la recreación de identidades cultu-
rales en la reflexión y aportes de otras culturas; y
su proceso clave, el diálogo.
Asimismo, nos referimos a dos conceptos rela-
“... todo colectivo cultural
precisa cierta separación
(relativa), esto es el cultivo
de sus rasgos definitorios
propios en ámbitos e insti-
tuciones específicas…,
10
cionados a la interculturalidad. Uno es la multicul-
turalidad, históricamente anterior, que establece la
reducción de asimetrías, donde “… diferentes no-
sotros son vistos como bloques bien definidos, con
fronteras muy precisas, y donde el ideal es que las
contradicciones, roces y diferencias se solucionen
vía la tolerancia y el respeto...“ (Degregori 1999: pp.
63-64).
El otro, la ciudadanía compleja, implica la par-
ticipación ciudadana en relaciones entre culturas
y en la vida política y social por un Estado pluri-
cultural articulador de la participación individual y
grupal en el respeto y con marcos políticos para
el diálogo (Etxeberría 2003:106-107).
La norma desde la interculturalidad
Una de las razones por la que no existe una
ley de coordinación entre el derecho consuetu-
dinario, administrado por comunidades y rondas
(jurisdicción especial) y el Poder Judicial (juris-
dicción ordinaria) es la complejidad jurídica de
su desarrollo, que tiene dilemas centrales: cuál
sería su competencia material (casos) y personal
(tipo de personas); debe ser obligatoria o faculta-
tiva; qué derechos humanos debe respetar; cómo
coordinar con la jurisdicción ordinaria; cuándo se
disminuye la responsabilidad de sus miembros
por delitos; y qué derechos deben garantizarles
en la jurisdicción ordinaria.
La otra razón es política, relacionada al gra-
do de poder que puede y debe reconocerse a las
comunidades y rondas frente al Estado, conside-
rando su importante número y diversidad cultural.
Todos estos aspectos son desarrollados por la
propuesta de ley, de ahí la importancia de ana-
lizarlos exhaustiva y participativamente, aunque
solo fuera consultada luego de su aprobación.
El presente artículo explora si la propuesta
de ley tiene perspectiva intercultural. Para ello,
analizamos los aspectos centrales, considerando
los tipos de política pública, formas de relación
y ciudadanía propuestos, para concluir con una
mirada integral.
a) El reconocimiento de la jurisdicción es-
pecial
La propuesta, en su artículo 2, reconoce “... el
ejercicio de la Jurisdicción Especial... para cono-
cer, investigar y decidir sobre los conflictos que
surjan dentro de su ámbito territorial, así como de
ejecutar sus decisiones”. Esto establece las bases
del diálogo intercultural en tanto el Estado admite
que las comunidades y rondas tienen capacidad
de creación cultural en el tema de justicia. Asi-
mismo, respeta la igualdad al no asignar límites
o jerarquías a la jurisdicción especial frente a la
ordinaria. Sin embargo, pudo incluir medidas para
la igualdad real y el mutuo reconocimiento, por
ejemplo, espacios de diálogo y formación inter-
cultural de autoridades, en lugar de las sanciones
penales y administrativas de la Primera Disposi-
ción Final y Transitoria.
b) Las competencias de la jurisdicción es-
pecial
El artículo 3º establece las competencias de
la jurisdicción especial. Sobre la competencia te-
rritorial, el artículo señala “dentro de sus territo-
rios” y aunque parece simple, nos preguntamos
qué pasaría si el conflicto se produce en un lugar
cercano al territorio comunal pero lejano para la
jurisdicción ordinaria, por ejemplo, en la selva.
Respecto de la competencia material, se asig-
na “… para conocer todo tipo de materias de todo
tipo de gravedad y cuantía, en tanto tengan inte-
rés en hacerlo de acuerdo a sus normas y proce-
dimientos”. Si bien es un reconocimiento amplio
de autonomía y capacidades, en términos del ar-
tículo 1º revisado, presenta problemas:
- Privilegia los derechos colectivos sobre los
individuales (comunitarista), al dar carácter facul-
tativo a la jurisdicción especial sobre el acceso a
la justicia individual.
- No considera las relaciones intraculturales.
Las culturas no son uniformes ni homogéneas
sino “formas de vida estructuradas por el poder
y la representación” (Jolly, 2002: 14); por tanto, el
interés de atender un caso u otro responde a nor-
mas y procedimientos pero también en relaciones
de poder, que ocasionan injusticias.
- Sin importar la posición liberal o comunitarista,
la propuesta pudo promover espacios de diálogo
y reflexión sobre el tema al interior de las comuni-
dades y rondas con participación de los grupos e
individuos con menos poder o excluidos.
Finalmente, la competencia personal se ejerce
sobre miembros y terceros (personas externas)
involucrados en conflictos internos, excepto en
los casos donde “... los hechos como el derecho
deben ser interpretados interculturalmente”. No
se señala quién definirá estos casos o hará la in-
terpretación. Además, observamos lo siguiente:
- La forma organizativa y territorial de comuni-
dades y rondas no sólo responde a razones cul-
turales, también a procesos políticos e históricos;
así, comunidades en diferentes lugares pueden
considerarse Aguarunas. Cabe preguntarse si el
“tercero” es quien pertenece a otra cultura, a otra
comunidad o ronda o a ninguno.
- Nuevamente opta por los derechos colectivos
sobre los individuales, pues somete a un externo
a la jurisdicción especial aunque no pertenece a
su sistema cultural. ¿bajo qué parámetros? y ¿si
es de otra comunidad pero de la misma cultura?
- No considera las relaciones interculturales
entre las comunidades y rondas. Se asume que
estas y el “tercero son, en términos multicultura-
les, “bloques bien definidos, con fronteras muy
precisas”. Aún así, no prevé mecanismos para
solucionar sus controversias en la tolerancia o el
respeto ni espacios de diálogo.
c) La coordinación entre la jurisdicción es-
pecial y la ordinaria
El artículo 4º crea comités mixtos de autorida-
des comunales, estatales y sectores de la socie-
dad para determinar las formas de coordinación
en base a “…la interpretación intercultural de los
derechos humanos y ...respeto, diálogo y concer-
tación”; y una Comisión Multisectorial que define
11
sus materias y procedimientos. Esto añade condi-
ciones para la interculturalidad: espacios de inter-
pretación y coordinación, solución de conflictos en
el respeto, diálogo y concertación y participación
ciudadana. Sin embargo, considerando la des-
igualdad de poder entre los involucrados, debió
establecerse medidas adicionales, como un pro-
grama de desarrollo de competencias intercultura-
les; precisar la forma de convocatoria, conducción
y toma de decisiones –la Defensoría del Pueblo
sólo convoca a la comisión multisectorial–; y dar
a los comités mixtos carácter descentralizado con
niveles (local, distrital, provincial y regional) para
cuidar su especificidad. Éstos podrían llegar a ser
tribunales o espacios de solución o análisis de ca-
sos para la transformación recíproca de los siste-
mas de justicia.
Lamentablemente, el artículo 5º dispone que
los conflictos sobre límites de propiedad y po-
sesión de tierras comunales con terceros “… se
resolverán siguiendo las normas de la Ley Nº
24657 ‘Ley de Deslinde y Titulación de Tierras de
Comunidades Campesinas’”. Dicha ley establece
la conciliación o el proceso judicial pero pensa-
mos que estos conflictos, por involucrar derechos
culturales, deberían someterse a tribunales mix-
tos o asegurar la participación ciudadana en las
decisiones.
d) Los principios y derechos en la justicia
comunal
En esta parte se quiebra la coherencia de la
norma con relación a las disposiciones sobre de-
rechos humanos antes descritas. Hay dos temas
centrales:
- La obligación de la jurisdicción especial de
respetar los derechos humanos: el artículo 6º
dispone que la jurisdicción especial garantice un
mínimo de derechos: “... no matar, no torturar, no
violar, no esclavizar, ni difamar”. A diferencia de lo
ya establecido, privilegia los derechos individua-
les sobre los colectivos culturales porque señala
cuáles son y cierra la posibilidad de diálogo. En
esta lógica, el artículo 7º permite la interpretación
del derecho al debido proceso en base al derecho
consuetudinario pero limitadamente, al definir sus
márgenes. Lo descrito cuestiona las posibilidades
del Estado de regular las condiciones del diálogo
intercultural cuando es parte involucrada, pues su
referente cultural se manifiesta en la opción de
12
definiciones y derechos y, siendo estos últimos
sus pilares básicos, limita la posibilidad de su
discusión. Aunque esto permitiría a las culturas
identificar los aspectos comunes, reflexionarlos,
reformularlos o asumirlos.
- Las consecuencias de la violación de los de-
rechos humanos: los artículos 8º y 9º establecen
que en caso de violación de derechos, las per-
sonas pueden acudir a la jurisdicción ordinaria
y es la única excepción para revisar decisiones
de la jurisdicción especial. Hay coherencia con la
opción inicial por los derechos individuales, pero
un retroceso en la interculturalidad, ya que en los
artículos 9º y 10º, solo el juez puede revisar deci-
siones, evaluar afectaciones a los derechos e in-
terpretarlas en base al derecho consuetudinario,
muy difícil de lograr por alguien de otra cultura.
Además, es inconsistente con la creación de co-
mités mixtos, debilita la igualdad de condiciones y
excluye a la ciudadanía de las decisiones.
e) Los derechos de comuneros y ronderos
en la jurisdicción ordinaria
La propuesta reconoce tres derechos: a un in-
térprete, al defensor de oficio (artículo 10º) y la
gratuidad judicial (artículo 11º). En los dos últi-
mos, hay un avance en el reconocimiento de di-
ferencias culturales –del multiculturalismo– al es-
tablecer la relación entre pobreza y marginación
cultural. Esta discriminación positiva es necesa-
ria pero debe ser transitoria porque no produce
transformaciones estructurales para la intercultu-
ralidad (Tubino 2003:67-68). En la misma línea,
el artículo 6º exonera de responsabilidad penal o
atenúa la pena, cuando por su cultura no puede:
“... comprender el carácter delictuoso de su acto
o determinarse de acuerdo a esa comprensión…”
o “... esa posibilidad se halla disminuida…”. Tam-
bién otorga beneficios justificados en particulari-
dades culturales pero no es intercultural porque
solo el juez puede decidir su aplicación.
Una mirada integral de la norma
La propuesta tiende al modelo multicultural,
pues sus disposiciones se concentran en el re-
conocimiento de las diferencias y capacidades,
la igualdad de poderes y la tolerancia, en la que
el dilema entre derechos individuales y colectivos
es permanente, con posiciones ambiguas.
Esta opción es coherente con el artículo 2º,
inciso 19, de la Constitución Política que estable-
ce el derecho a la cultura y un Estado pluricultu-
ral. Sin embargo, la propuesta también estable-
ce condiciones iniciales para la interculturalidad
aunque insuficientes, contradictorias y limitadas
a la relación entre Estado y grupos culturales. El
elemento central es el diálogo pero están ausen-
tes el desarrollo de competencias interculturales,
el conocimiento y reflexión internos y la transfor-
mación recíproca. Dado el nivel de formalismo,
una limitante para incorporar esta perspectiva en
el tema de justicia, es que la Constitución no la
establece expresamente como sí ocurre en su ar-
tículo 17º para la educación. Sin embargo, una
interpretación sistemática de éste puede salvar
esta dificultad.
De otro lado, en el proceso de elaboración, la
propuesta no es resultado de un diálogo intercul-
tural porque fue elaborada por una entidad es-
tatal con apoyo de instituciones y especialistas
pero sin participación de las/os involucradas/os.
Aunque posteriormente, se realizaron reuniones
descentralizadas para validar y mejorar la norma,
éste es más un proceso de recojo de información
que de construcción colectiva.
Conclusiones
- La propuesta privilegia la perspectiva multi-
cultural en la relación entre jurisdicción especial
y ordinaria, orientándose al reconocimiento, la
igualdad de poderes y la tolerancia. A pesar de
ello, intenta incorporar lo intercultural, promo-
viendo condiciones para el diálogo, pero omite o
define otros supuestos con imprecisión, como el
desarrollo de capacidades.
- En el diálogo intercultural presenta contradic-
ciones al establecer espacios mixtos y, al mismo
tiempo, asignar la interpretación de derechos, ca-
sos y la solución de controversias únicamente a
los jueces. Deja de lado los espacios intra e in-
terculturales, muchos ya existentes, como asam-
bleas comunales e intercomunales o asambleas y
encuentros ronderos.
- Presenta soluciones ambiguas frente al con-
flicto entre derechos individuales y colectivos,
optando por uno u otro según se refiera a las
competencias, jurisdicción o principios que rigen
la relación entre las jurisdicciones involucradas.
También establece la interpretación intercultural
de los derechos humanos aunque de forma limi-
tada porque enumera los mínimos o determina su
contenido esencial.
- Excepto por los espacios mixtos, en términos
de ciudadanía compleja, ésta resulta limitada, so-
bre todo, en la toma de decisiones políticas de
impacto cultural.
- La ausencia de una disposición constitucio-
nal dificulta aplicar la interculturalidad en la justi-
cia pero su interpretación sistemática puede abrir
el camino para ello.
* Abogada, coordinadora local del Convenio entre el Instituto de De-
fensa Legal y el Centro Bartolomé de Las Casas en Cusco.
Bibliografía
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ller julio 1998. Lima: Ministerio de Educación. p. 63-69.
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cio de los derechos en sociedades asimétricas. Lima: GTZ y
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lativo del artículo 149 de la Constitución elaborado por la
Comisión de Constitución del Congreso y propuesta alter-
nativa”. Lima: REDAJUS. 21 pp. En: http://www.redajus.org/
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2003 “Entre el multiculturalismo y la interculturalidad: más
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terculturalidad y política. Desafíos y posibilidades. Lima: Red
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2001 “Retos para construir una juridicidad pluralista (Ba-
lance de los proyectos de ley sobre el art. 149-Derecho Con-
suetudinario - Legislaturas 1995-2000 y 2000-junio 2001)”.
Ponencia presentada en el I Encuentro de la Red Latinoa-
mericana de Antropología Jurídica- Sección Perú, Lima, 9 de
febrero del 2001.
13
 Actualidad
La reforma agraria en el Perú
continúa generando polémica en
el país, cuarenta años después que
ésta se realizara. Una reforma que
en su concepción fue de avanzada,
pero que fracasó en su imple-
mentación. Las grandes ausentes
fueron las mujeres, que continúan
luchando por la tierra, ahora frente
a sus propios compañeros campe-
sinos y frente a los nuevos latifun-
distas.
14
La reforma agraria de 1969:
40 años después
las mujeres tienen algo
que contar
Blanca Fernández Montenegro*
A propósito de los cuarenta años que ha cumplido la reforma
agraria decretada por el gobierno militar del general Juan Ve-
lasco Alvarado en junio de 1969, esta nota pretende hacer un
reconocimiento y reflexión de la situación de las mujeres como
actoras de ese cambio importante y el legado que nos dejaron.
Mujeres que se vieron involucradas en ese proceso histórico
para el agro y que cambió de manera irreversible las relaciones
de poder existentes en la sociedad rural peruana.
Con el paso del tiempo se reconoce que si bien fue una ley
dictada por un gobierno de facto, cuyas medidas se daban de
manera corporativa, la concepción de la reforma agraria era una
de las más avanzadas para América Latina; desafortunadamen-
te, su implementación tuvo múltiples defectos que van desde la
verticalidad de la decisión, la burocracia y el desconocimiento
técnico clave para el éxito de una reforma de en-
vergadura. Esto hizo que sus detractores políticos
la llevaran por diversos caminos hasta finalmente
desactivarla y solo dejar una historia con múltiples
interpretaciones a favor y en contra.
En esa historia, las mujeres estuvieron casi
desaparecidas. Los análisis se hacían en el mar-
co de una concepción de la familia y el rol del jefe
de hogar como únicas posibilidades de funciona-
miento de la sociedad. De allí que los muchos es-
tudios que se llevaron a cabo no indicaban qué
había pasado con las mujeres, nadie proponía ha-
cer una diferenciación por sexo y menos un análi-
sis de género de los efectos de la reforma agraria.
Éste era un tema de muy poco interés.
Una excepción a lo anterior es el trabajo de
investigación llevado a cabo por las amigas y co-
legas Carmen Diana Deere y Magdalena León, en
un esfuerzo sin precedentes por hacer un análisis
de lo sucedido con las mujeres en las diferentes
reformas agrarias de América Latina. El Perú es-
tuvo siempre como centro de su interés y es Car-
men Diana la que propició que me involucrara en
investigar de cerca la realidad de las mujeres del
norte del Perú, luego de la reforma agraria.
La reforma agraria afectó de manera distinta a
las/os campesinas/os del país. Una cosa fue afec-
tar a las grandes haciendas azucareras de la costa
peruana y otra a las haciendas tradicionales de la
sierra. Sin embargo, en ambas situaciones hubo
quienes siguieron sufriendo de la marginación y el
olvido del Estado, tal es el caso de las/os campesi-
nas/os sin tierras, las/os golondrinas/os que vieron
pasar una reforma agraria que en muchos casos
las/os enfrentó con los nuevos “dueños” de las
tierras.
El libro de Enrique Mayer, Cuentos feos de
la reforma agraria, publicado recientemente, da
cuenta de los sentimientos profundos de odio,
reconocimiento, racismo, confrontación de las
personas que se vieron afectadas por la refor-
ma agraria. Hasta hoy, cuarenta años después,
se puede decir que esos sentimientos se siguen
despertando y sobre todo provienen de los pro-
pietarios de las ex haciendas. El racismo y la dis-
criminación siguen muy presentes, tal vez sosla-
yándose de manera muy peligrosa. Sin embargo,
esta publicación tan importante para la memoria
tiene una ausencia significativa con relación a las
mujeres. Ojalá en algún momento, no muy lejano,
se pueda recopilar lo que las mujeres campesinas
guardan en sus recuerdos respecto al impacto de
la reforma agraria para sus vidas.
Las mujeres y la reforma agraria
En este espacio quiero compartir con ustedes
algunos recuerdos de las múltiples conversacio-
nes que tuvimos durante el trabajo de campo, si-
tuaciones por las que pasaron las mujeres en el
norte del país, que por mucho tiempo no habían
tenido voz pública. Se trata de recordar y mos-
trar que las mujeres también tienen historias que
contar.
En la época del patrón, “El sol se apagaba en
nuestras espaldas, no había descanso para no-
sotras, teníamos que trabajar en las chacras del
patrón de sol a sol con nuestros maridos”. Esto
nos dijo una mujer de unos 50 años, socia de
la cooperativa Mallares, una de las más ricas ex
haciendas de Piura. Esta mujer viuda, era una de
las pocas que había conseguido que la conside-
raran beneficiaria de la reforma agraria.
Definitivamente su situación había cambiado y,
a “pesar de ser mujer”, ella recibía la consideración
de los socios varones, sin embargo los recuerdos
de los malos tiempos aún estaban intactos.
Según la información obtenida, el 5 % de mu-
jeres a nivel nacional y el 2% en el norte tuvieron
acceso a los beneficios de la reforma agraria.
Otras mujeres, con igual historia de trabajo, no
accedieron a ser socias de las cooperativas por
los requisitos impuestos por la ley; sin embargo,
a algunas se les permitía participar en las asam-
bleas en representación de sus hijos varones
menores. Ellas iban para “hablar por el chiquito”
(el hijo varón de un campesino fallecido) que en
cuanto cumpliera los 18 años iba a acceder a la
cooperativa. ¿Y la madre?, preguntamos. Pues el
hijo la mantendrá, era la respuesta.
¿Trabajar con las mujeres, para qué?, si ellas
no saben nada, son ignorantes, fue una de las pri-
meras afirmaciones de algunos dirigentes cuando
expresamos nuestra intención de hacer un traba-
jo de investigación participativa con las mujeres.
Consideraban que era una pérdida de tiempo;
no obstante, muy pronto las propias mujeres se
encargarían de demostrarles que a pesar que no
“tenían su letra”, estaban ávidas de conocimien-
tos que les permitieran mejorar sus condiciones
15

económicas. De esa manera muchas de ellas se
involucraron en la mejora de la crianza de sus ani-
males y en el aprendizaje no escolarizado. ¡Cuán-
to costó que el veterinario les diera la importancia
del caso!
Las diferencias entre el campesinado saltan a
la vista al ver a mujeres que cuando sus maridos
se vuelven dueños de las tierras, ya no tienen que
trabajar las parcelas y se dedican a la crianza de
animales menores, a cuidar de la casa y aumen-
tar su consumo; en cambio, allí donde las tierras
no eran buenas y el reparto no fue tan beneficio-
so, la situación de las mujeres siguió igual y no
repercutió en el bienestar ni de ellas ni de su en-
torno. Esta situación marcó una diferencia entre
lo que ellas llamaban las cooperativas ricas y las
pobres, y nada se hizo en su momento por supe-
rar diferencias.
Lo más contrastante fue encontrar que las/os
trabajadoras/es temporales siguieron en las mis-
mas pésimas condiciones de siempre. En el caso
de la cosecha del algodón, la situación por la que
tenían que pasar los hombres y mujeres que mi-
graban temporalmente a las zonas de cosecha
eran sumamente precarias. Esto afectaba sobre
todo a las mujeres que acudían en mayoría por
ser ellas las que tenían una habilidad especial
para la “paña” del algodón. Los testimonios de
estas mujeres reflejaban su desazón frente a la
esperanza que significó la reforma agraria, ya no
eran los patrones los que contrataban, sino los
nuevos dueños, que muchas veces preferían a
sus familiares y cercanos para el trabajo.
Hoy, luego de cuarenta años, estas mujeres
que luchaban junto a sus compañeros por la tie-
rra, mujeres cuyas voces estuvieron silenciadas y
cuyos derechos a la propiedad de la tierra les fue-
ron negados, han dejado, tal vez, sin proponérse-
lo, un legado para las organizaciones de mujeres
del campo.
Muchas de las mujeres que conocimos proba-
blemente no llegaron a saber que fueron pioneras
en la reflexión por los derechos de las mujeres.
“La organización era cosa de hombres”, “las mu-
jeres no trabajan” decían. Solo cuidan la casa,
la chacra, los animales, recogen leña, cargan el
agua, cocinan, lavan la ropa, van a la chacra a
recoger rastrojos, y “no trabajan”. Todo esto fue
cambiando, aunque no con la velocidad reque-
rida. La historia ha hecho que de entonces a la
16
Nacional
fecha las mujeres campesinas hayan conseguido
un espacio propio, luchado por tener una agenda
que reivindique sus derechos a la educación, la
salud, a vivir sin violencia y a acceder a la tierra,
el agua, el crédito, la tecnología.
Esta agenda no es solo “asunto de mujeres”, La conversación con líderes amazó-
como todavía algunos pretenden argumentar,
es una agenda que debe ser tomada en cuenta nicos encarcelados da lugar a una
y seriamente tanto por los propios gremios cam-
pesinos, las organizaciones de la sociedad civil; reflexión sobre interculturalidad y
pero, sobre todo, por las políticas del Estado, el
Ministerio de Agricultura y el Ministerio de la Mu- racismo, entendiendo lo intercultu-
jer y Desarrollo Social, tienen una deuda aún por
saldar con las mujeres del campo. ral como un espacio y proceso sig-
* Centro Flora Tristán.
nificativo, práctico, en el cual las
Bibliografía
diversas culturas, inherentemente
BUCHLER, Peter. 1975. Agrarian Cooperatives in Perú, Pu-
blications of the sociologist Institute of the University of Ber-
na, Berna.
abiertas, construyen a través de
DEERE, Carmen Diana; LEÓN, Magdalena. 2000. Género
propiedad y empoderamiento: tierra, Estado y mercado en diálogos empoderados el sentido de
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manas, Colombia.
FERNÁNDEZ Montenegro, Blanca. 1982. Reforma Agraria
y sus universos de vida.
y condición socio económica de las mujer: el caso de dos
cooperativas agrarias de producción peruanas, síntesis de
la investigación. Los efectos de la reforma agraria peruana
en la condición de la mujer: el caso de las CAPs del valle del
Chira, en Piura, Perú. Elaborado para el programa rural de la
OIT. Publicado en Las Trabajadoras del Agro, debate sobre
la mujer en América latina y el Caribe, Colombia.
MAYER, Enrique. 2009. Cuentos feos de la reforma agraria. Caso de Nuevo Andoas:
interculturalidad, racismo
Serie Perú Problema, 34. IEP, CEPES, Lima.
y conflicto dilatado
Mario Zúñiga Lossio*
Primer acto
Solo queremos justicia con igualdad, me dicen los herma-
nos de Nueva Andoa desde el Establecimiento Penitenciario
San Jacinto, la cárcel de Iquitos. Mira, lo sucedido en Bagua
es lo mismo que pasó con nosotros –y en Camisea, Pacaya
Samira, Corrientes, etc.–, sin embargo, nadie nos escucha, ni
nos ve…
17
 Ellos están más de un año presos, el segundo
Apu de Nueva Andoa, Tedy Guerra Indama, y el
poblador Saulo Sánchez Rodríguez. Cansados
de las promesas inútiles vertidas por las petrole-
ras –que han destrozado su espacio vital–, algu-
nos pobladores de Nueva Andoa tomaron el aero-
puerto del Lote 1AB –ubicado en las cuencas de
los ríos Pastaza, Tigre y Corrientes– concesiona-
da a la Plus Petrol.
Sus demandas eran: el cumplimiento de las
promesas, por lo menos, en cuanto a educa-
ción y trabajo; que el Estado tome conciencia
del daño ecológico y de salud causada por la
contaminación, y que se resarza a las/os po-
bladoras/es por las mismas; por último, pi-
den ser tomados en cuenta, pues ellas/os
también son el Perú. Respuesta: la policía
los desalojó a balazos, persiguiéndolos por el
pueblo como delincuentes. En ese transcurso
y por una reacción de defensa contra las ba-
las que ingresaban sin permiso por las casas,
algún poblador disparó y mató a un policía
en la huerta de una abuelita asustada. Los
agentes del Estado reprimieron y encarcela-
ron a los pobladores que encontraban en el
camino, aunque muchos de ellos ni siquiera
habían participado de la toma.
Acusados de robo y asesinato, torturados en
los primeros días dentro de la Plus, y luego so-
metidos a abusos en el camino a la prisión, fueron
encarcelados en medio de una serie de acusacio-
nes de dudosa legitimidad y sin mucho fundamen-
to. “Tanto así que a mí –me comenta el segundo
Apu acariciando una Biblia–, me han cambiado la
sentencia varias veces, de robo a homicidio y de
ahí a robo, pero al final no hay quién pueda acu-
sarme directamente.
En un primer momento hubo un promedio de
30 detenidos, luego se redujeron a once y des-
pués quedaron por un largo tiempo cuatro; ahora
solo quedan dos: Tedy y Saulo. Los demás de-
ben comparecer constantemente, en una ciudad
alejadísima de su pueblo, ante el juzgado, pues
tienen libertad condicional.
Ellos creen que la prisión de su segundo Apu
es una forma de venganza de la justicia perua-
na, una manera de hacer ver su fuerza, sin tomar
en cuenta lo injusto de su método. Jhon Vega, ex
prisionero por el mismo caso, me dice: “Siempre
nos han tenido con el pie en la cabeza, cuarenta
18
años, apretados al suelo, pero ahora, cuando ha- Segundo acto como un espacio y proceso de empoderamiento
cemos esto el Estado reacciona de esta manera, y diálogo si no los concebimos con la posibilidad
pero dime, qué podemos hacer si allá no está el de estar envueltos en dimensiones de racismo y
Estado y lo más cercano es justamente reclamar Plantear una confrontación con la idea de dominación. Por otro lado, es imposible entender
a la empresa, pero ya ves, el Estado la defiende identidades cerradas (colectivos, individuos o te- la apertura intercultural de identidades, justicia y
a ella, y a nosotros…”. rritorios) nos lleva a luchar contra todo paradigma libertad si no entendemos que dicha construcción
Es una reunión de cuatro personas, hablan- asumido como absoluto, total, único. En esta lu- se da cuando hay puertas cerradas para las mis-
do alternadamente, pues todos tienen voz y cha, la memoria construida desde lo intercultural mas, o, en todo caso, comprender que esta aper-
no es bueno que uno hable sin los otros. Al adquiere relevancia en tanto manifiesta en los di- tura puede concebir también, dentro de su lógica
principio solo quería entrevistar a uno, pero versos niveles de representación o participación abierta, el límite de la misma y la exigencia del
me dijeron no, hablaban todos juntos o nada. el grado en el que el racismo infecta de manera respeto a ese límite. Por último, es imposible asu-
Y lo que dicen y piensan es no solo sobre lo simbólica y práctica las relaciones sociales. mir lo intercultural como historia cuando no en-
injusto de la cárcel, que les ha servido para Desde esta perspectiva, debemos entender tendemos que dicha historia puede surgir desde
comprender el abandono del Estado, tan aje- lo intercultural como un espacio y proceso signi- una memoria paradójicamente capaz de olvidar
no a sus intereses. Ellos también piensan en ficativo, práctico, en el cual las diversas culturas, el olvido de la misma.
la forma absurda de entenderlos, pues, por inherentemente abiertas, construyen a través de Así, este doble movimiento, en el cual se ge-
un lado, los conciben como nativos y salva- diálogos empoderados el sentido de y sus univer- neran modos de significación y poder al mismo
jes para imponerles leyes y condiciones de- sos de vida. Ahora bien, este espacio y proceso tiempo, permite comprender la forma en que el ra-
plorables de vida, pero cuando los juzgan les de lo intercultural no es neutral o puro, en él y cismo –entendido como un modo de encerrar las
dicen: pero si tu tienes reloj, pantalón, zapa- desde él, se manifiesta, como lo hemos dicho, el identidades en un lugar significativo, compacto y
tos, así que ya no eres nativo. Por otro lado, racismo, y junto con este, diversos modos de po- homogéneo– funciona discursiva y prácticamente,
también piensan en cómo han ido desapare- der, identidad, historia, justicia y libertad. tanto de manera evidente, por medio de actitudes
ciendo la Taricaya, el boquichico, el sábalo, Y es importante tener en cuenta esto último, manifiestas o violentas, como de forma soterrada,
el súngaro, la gamitana, de su zona, y que puesto que es imposible concebir lo intercultural escondida tras estructuras formales aparentemen-
cuando se las atrapa casi por milagro, su
pellejito está todo duro, con la carne conta-
minada, porque cuando eructas se siente el
olor hediondo del petróleo.
Piensan en los animales de monte huidos, ya
no van por los sitios cercanos a su pueblo, a beber
o comer. La Plus los ha destruido o contaminado.
Ahora para cazar, deben a otras comunidades, a
varios kilómetros, pidiendo permiso o hasta cau-
sando problemas con otros pueblos.
José Fachin, ex preso, comenta sobre la OIT y
el Convenio 169 en cómo han sido traicionados
en las consultas o en cómo ellos jamás participa- ...es imposible entender la apertura
ron para crear las leyes que supuestamente los
van a gobernar. “Eso no sucede así en nuestros intercultural de identidades,
pueblos”, concluye.
Por último Saulo, entristecido por todo el tiem- justicia y libertad si no
po transcurrido en la cárcel, debido un juicio in-
justo y sin posibilidad de confrontar a quien su-
puestamente lo acusa, para aclararlo todo de una
entendemos que dicha construcción
vez, dice: “Hemos sido traicionados, pues para
el Estado no significamos nada, y quién sabe, de
se da cuando hay puertas cerradas
repente nos quieren desaparecer… Lo de Bagua
es solo la repetición de lo mismo, siempre sucede para las mismas,
esto, siempre ha sucedido, nadie escucha, nadie
ve, y nadie dice nada…”.
19
te neutras, pero, cuyos efectos evidencian el rostro
oculto y monocromático del mismo.
En ese sentido, la memoria del caso de Nue-
vo Andoas, nos puede servir para entender des-
de una voz plural –la cual escucha el pasado, y
se proyecta en un presente siempre al límite de
este y el futuro–, cómo el racismo, escondido o
evidente, hace del conflicto una imagen repre-
sentativa única, llevada a su máxima expresión
en la forma de una incomprensión y negatividad
total encarnada en el rostro de la violencia ciega y
sorda, impidiendo ver cómo este en realidad acu-
mula diversos momentos en la historia, tanto del
pasado como del futuro, en los cuales el racismo
tiene un lugar múltiple.
Para esto, lo intercultural nos permitirá dilatar
el conflicto, extenderlo comprensivamente para
abrir así los puentes necesarios que permitan vi-
sualizar los lugares donde el empoderamiento se
ha visto trunco en el transcurso de la historia y
en el espacio contemporáneo del diálogo; donde
la libertad entendida dentro de una experiencia
amplia y de índole diversa, se ha visto opacada
por la incomprensión y la comparación simplista,
superficial; y por último, donde la justicia adquie-
re una dimensión sorda, con una mirada histórica
...cómo el racismo, escondido o
evidente, hace del conflicto una
imagen representativa única, lle-
vada a su máxima expresión en
la forma de una incomprensión
y negatividad total encarnada
en el rostro de la violencia ciega
y sorda,
20
de un solo rostro monocorde, cerrada a lo diverso
y múltiple.
Dilatar el conflicto desde lo intercultural, enton-
ces, nos permite, mostrar que el racismo se puede
manifestar en este, por medio de actitudes (discri-
minatorias, de olvido, marginalizantes), discursos
(los indígenas salvajes, bárbaros o incivilizados),
acciones violentas (de manera física, por medio
de la violencia militar, policial, criminal, lógica-
mente destruyendo indiscriminadamente, encar-
celando o asesinando); pero también camuflado,
en actitudes y discursos con apariencia concilia-
dora –imponiendo una solución que olvida la pre-
sencia misma del conflicto–, los cuales asumen la
representación distante de un indígena protector
de la patria, del medio ambiente, de los valores
ancestrales de la nación peruana; pero nunca
de una o un intelectual, política/o, empresaria/o,
capaz de configurar leyes, formas de episteme y
nuevas relaciones sociales y económicas efecti-
vas, sustentables y modernas, siempre en aper-
tura y en vigilancia de sus propios límites.Todo
ello detrás de estructuras en apariencia neutras,
como serían las mismas leyes, los mecanismos
en apariencia libres de prejuicios de implementa-
ción de las mismas y el discurso economicista y
científico del progreso moderno, al que no se le
puede poner en duda, o ni siquiera votar, den-
tro de la lógica “parcialmente democrática”, en su
contra.
De ese modo, podremos ver que aun cuando
se den derogatorias como soluciones al conflicto;
aun cuando se recreen nuevas imágenes de so-
lución al mismo –en apariencia a uno solo y pun-
tual–; aun cuando se generen diálogos nuevos y
nuevos intentos de acercamiento; lo intercultural
se permitirá abrir una pregunta, la misma que
muestra en la solución la presencia del conflicto
dilatado, manifestando el ojo posible del racismo,
extendido silenciosamente: ¿Cuando decimos
solución, estamos cerrando las identidades bajo
una lógica nueva de racismo escondido en la que
se permiten que éstas tomen lugar como repre-
sentación y hasta como supuesta práctica “de
elección democrática rápida”, pero con una clara
visión de asumir una meta ineludible y disfrazada,
constituida por un solo rostro, tiempo y camino: el
de la empresa occidental, el mercado neoliberal y
el Estado patriarcal y paternalista?
La respuesta a esta pregunta tendría que plan-
tarse bajo los parámetros de escuchar y dar solu-
ción a la memoria de cuarenta años, encarcelada,
hablando con nostalgia sobre el boquichico con
piel dura haciendo eructar petróleo; comentando
sobre los animales de monte huidos; pensando
con tristeza sobre la muerte de nuestros primos y
hermanos escupiendo sangre; reclamando sobre
promesas incumplidas, para un espacio que ha
dado durante décadas casi el 40 % de la deman-
da nacional de crudo a cambio de aguajales, ríos
y quebradas contaminadas.
De hecho, también, esta respuesta deberá
entender que el conflicto no pertenece a un solo
momento, idea o espacio, sino que está dilatado.
Y así, tal vez, desde esta visión y escucha, las
cual nos ayude a manifestar desde un espacio y
proceso intercultural las condiciones de relación
entre Estado, empresa y sociedad, podamos evi-
tar modos de empoderamiento, diálogo, libertad
y justicia con una lógica racista, sostenida so-
lamente por una visión uniforme del tiempo, la
identidad, el territorio o la economía, para lograr,
así, que esta relación se convierta en una relación
equitativa y real de lo diverso, lo justo, lo libre y lo
participativo.
*Consultor de la Asociacion de Investigación, Desarrollo y Culltura-
Tramafactum.
¿Cuando decimos solución, estamos
cerrando las identidades bajo una
lógica nueva de racismo escondido
en la que se permiten que éstas
tomen lugar como representación y
hasta como supuesta práctica “de
elección democrática rápida”...
21
 Nacional
El impacto de la minería y del
cambio climático y sus efectos
sobre la vida de las mujeres; la
demanda de acceso a recursos y
mayor participación política de
las mujeres rurales; la necesidad
de una descentralización demo-
crática y equitativa; son aspectos
de urgente atención, para lo cual
las Redes Mujer Rural deben
trazar líneas de acción y fortalecer
su impacto en las regiones donde
Encuentro Nacional de
Redes Regionales
trabajan.
de la Mujer Rural
Martha Rico Llaque*
Con el objetivo de realizar un diagnóstico sobre la diná-
mica actual y funcionamiento de las Redes, después de
ocho años del último encuentro, integrantes de las Redes
Regionales de la Mujer Rural de Arequipa, Tacna, San Mar-
tín, Junín, Lambayeque, Piura, Cajamarca y de la Mesa
de Género del Cusco, tuvieron la oportunidad de reunirse
durantes dos días.
Veinticuatro fueron las/os representantes presentes que
también se propusieron establecer estrategias que aporten
al posicionamiento e impulso de la agenda de las mujeres
rurales en sus regiones, tomando en cuenta los actuales y
futuros escenarios de nuestro país. En este marco, identi-
ficaron problemáticas comunes y alternativas para su for-
talecimiento.
22
Las Redes Mujer Rural tienen como ante-
cedente el proyecto Red Nacional Mujer Ru-
ral, impulsado por el Centro Flora Tristán en
el año 1988, que se inició con el propósito
de dar respuesta a las necesidades de co-
municación, formación y documentación de
las/los promotoras/es de desarrollo rural que
llevaban a cabo su trabajo directamente con
grupos de mujeres y/o mixtos.
Fue así como esta idea, que nació como un pro-
yecto, ha logrado su sostenibilidad hasta el día de
hoy gracias al compromiso y la apuesta personal e
institucional de quienes conforman e impulsan las
redes en las regiones, en la perspectiva de aportar
al desarrollo de la ciudadanía y los derechos de la
mujeres rurales en nuestro país.
Si bien las Redes se han caracterizado por
su autonomía, capacidad de convocatoria y de
propuesta desde los primeros años de funciona-
miento, hemos llevado a cabo con ellas algunas
acciones, desde el Programa de Desarrollo Rural
del Centro Flora Tristán, buscando fortalecer la
institucionalidad de las Redes, a partir del fortale-
cimiento del trabajo con líderes locales.
Compromiso y acción
A veinte años de la conformación de las Redes
Mujer Rural y del transcurso de diversos proce-
sos y cambios que han tenido lugar en nuestro
país y en el mundo, cada Red ha desarrollado su
propia dinámica y respondido, como era de es-
perarse, de manera distinta, dependiendo de sus
posibilidades materiales y de tiempo, recordando
el carácter de voluntariado en su mayor parte del
tiempo. Todas ellas han tenido como común de-
nominador la motivación por intentar adaptarse a
las múltiples demandas de la población, en espe-
cial de las mujeres rurales.
Es debido a una necesidad desde las Redes,
por renovar saberes y validar estrategias, que de-
cidimos llevar a cabo este Encuentro, para iden-
tificar posibles rutas para la continuidad del tra-
bajo y la articulación de espacios regionales de
la sociedad civil. En este sentido, es importante
destacar que las Redes cuentan con un amplio
bagaje de experiencias y estrategias de interven-
ción exitosas en el trabajo con mujeres rurales, y
son identificadas como referentes sobre el tema
en sus regiones.
Sin embargo, es un reto pendiente aún el lo-
grar consolidar esta imagen y posicionarlas como
espacios especializados en promoción a las mu-
jeres rurales, así como continuar en el proceso de
construcción de espacios regionales de propues-
ta e incidencia política para el desarrollo de las
mujeres rurales de nuestro país, en las que se
expresen los procesos locales unidos y en corre-
lación a lo que sucede a nivel nacional.
El Encuentro, además de facilitar el intercambio
...es importante destacar que
las Redes cuentan con un
amplio bagaje de experiencias
y estrategias de intervención
exitosas en el trabajo con muje-
res rurales, y son identificadas
como referentes sobre el tema en
sus regiones.
23
y la evaluación del funcionamiento de las Redes,
constituyó una oportunidad para la reflexión, tanto
sobre el rol de las alianzas y redes como forma de
ejercicio ciudadano, así como para el análisis del
contexto actual, a la luz de la crisis económica in-
ternacional y el protagonismo de los movimientos
sociales en el último año en nuestro país.
Para esto se contó con las exposiciones de Ró-
mulo Torres y Héctor Béjar, especialistas de Fo-
rum Solidaridad Perú y Cedep, respectivamente,
quienes a partir de sus intervenciones motivaron
a las/os participantes a la definición de las estra-
tegias para el fortalecimiento de las redes y para
el posicionamiento de la agenda de las mujeres
rurales, considerando la coyuntura sociopolítica
actual, así como las próximas elecciones regio-
nales y locales.
Las/os participantes fueron críticas/os en se-
ñalar la falta de espacios y momentos para la
evaluación que nos permitan ponderar y sistema-
tizar lo avanzado, fortaleciendo y aplicando en la
práctica los enfoques que están guiando nuestras
intervenciones.
Como señalara Rómulo Torres, resulta impor-
tante “ubicarnos históricamente y dialogar con
otras disciplinas”, en la medida que se debe ir
sumando experiencias e identificando momentos
claves para realizar cambios de rumbo.
Asimismo, este Encuentro nos ha permitido
constatar, una vez más, que a pesar de las dife-
rentes características geográficas, económicas y
de diversidad cultural que existen entre las regio-
nes de nuestro país, se dan demandas comunes
que evidencian la permanencia de problemáticas
a lo largo del tiempo, así como algunos logros en
materia de derechos de las mujeres.
Se identificó la violencia como una constante al
interior del país, no obstante el avance en materia
de políticas, de su reconocimiento como problema
de salud pública y de ser abordado por múltiples
actores del Estado y la sociedad civil. Igualmente,
se resaltó la demanda de acceso a recursos por
parte de las mujeres rurales, como aspecto esen-
cial para el logro de una real autonomía.
Asimismo, las Redes identificaron la coinci-
dencia en la expectativa por trabajar en nuevas
temáticas vinculadas a los recursos naturales,
cambio climático, minería e industrias extractivas;
propiedad de la tierra y recurso agua; y soberanía
alimentaria. La participación política de las muje-
24
res fue otro aspecto que se evidenció como una
demanda de las mujeres, tanto como ciudadanas
vigilantes del ejercicio de la gestión pública, así
como en su interés de llegar a ejercer cargos de
decisión política.
Las Redes se han caracterizado por recoger
el sentir de la población y las demandas sociales,
de ahí su preocupación por denunciar las conse-
cuencias de la explotación minera y las industrias
extractivas, en especial para la vida de las mu-
jeres y de las/os niñas/os, principalmente en las
regiones de Cajamarca y Piura.
También se abordó la urgencia de tomar posi- Revista Chacarera Nº 40
ción a favor de las comunidades indígenas frente
a las arbitrariedades cometidas por el actual go-
bierno en materia de propiedad de la tierra y ac-
ceso a recursos, privilegiando a los grandes gru-
pos hegemónicos en desmedro de la población.
Frente a este panorama, las/os integrantes de
las Redes han decidido renovar su compromiso y
apuesta conjunta por fortalecer sus capacidades,
en especial en lo que respecta a las nuevas tec-
nologías de la comunicación para continuar em-
poderando a las Redes y a las mujeres rurales
como actoras del desarrollo desde un enfoque de
interculturalidad y derechos humanos.
Para ello, las Redes han decidido dar prioridad
a acciones que coloquen en el debate público la
agenda de las mujeres rurales en sus regiones;
promover su participación política; desarrollar ac-
ciones que hagan frente a las consecuencias del
impacto de la minería en sus regiones, y en la
salud de las personas como al medio ambiente.
Es decir, fortalecer el rol de vigilancia, y para
ello se proponen un proyecto articulador que
permita contar con una línea de base sobre la
situación de las mujeres rurales en las regiones
e identifique el nivel de avance y los retos a futu-
ro, como el contar con información desagregada
por sexo, así como con políticas que permitan dar
respuesta a las demandas específicas de las mu-
jeres rurales, en lo que respecta tanto a aspectos
sociales como productivos.
*Centro Flora Tristán
25
 Dicen que somos ociosos,
que no trabajamos la
tierra, porque desconocen
nuestra forma de
trabajar.

En las comunidades amazónicas las mujeres realizan el
trabajo agrícola en pequeñas parcelas de cultivos asociados.
Dada la calidad de la tierra se tiene un sistema de rotación.
El monocultivo en grandes extensiones de terreno, como se
pretende hacer en la actualidad, debilita aún más la tierra.
El Perú es el país que más cantidad de áreas
Si no cuidamos la amazonía, para
ha concedido para la exploración y explota-
cuántos años seguirá siendo el
ción de hidrocarburos: el 72% de su ama-
pulmón, no solo de nuestro pueblo,
zonía, frente a Brasil que ha entregado en
también del Perú, del mundo.
concesión 13% y Ecuador 11%.

Las poblaciones amazónicas tenemos Tienen que respetar

derechos que nos amparan como la nuestra cultura, nuestras
Constitución, además del Convenio 169 formas de vida.
de la Organización Internacional del
Trabajo, que Perú ha suscrito.

La tierra es nuestra Hoy se están talando

madre, nuestra sangre.
Vivimos en el bosque
y de él obtenemos los
alimentos, la medicina,
los materiales para
hacer nuestras casas…
Por eso lo cuidamos.
los árboles, echando
desperdicios al agua,
contaminándolas. También deben
Queremos desarro- consultarnos antes de
llo, pero cuidando la tomar decisiones sobre
naturaleza. nuestros territorios.

26 27
 También queremos decir qué es lo
más importante para el desarrollo
de nuestras comunidades. Un de-
sarrollo pensado desde la selva y
a favor de la selva, que las autori-
dades nos consideren y escuchen
ESPECIAL
nuestra voz.

Nosotra/os queremos conservar nuestra cultura pero

también que nuestros hijos se eduquen para que ayuden
a su pueblo. Por eso van al colegio y muchos jóvenes,
hombres y mujeres, están en las universidades de las
ciudades.

Las poblaciones amazó-

Tenemos voz que
siempre vamos hacer Cuando cuidamos nuestro Los pueblos amazónicos
nicas somos ciudadanas
de primera clase.
escuchar.
territorio no solo pensamos
en nuestras comunidades, (y las mujeres en él)
también en el Perú.
y su visión del desarrollo

Los sucesos de Bagua reconfiguraron la dimensión ciudadana de los

pueblos amazónicos, y entre ellos la de las mujeres. En todos los proce-
sos de movilización las mujeres han tenido un rol fundamental que expre-
sa cómo se están fortaleciendo como sujetos de derechos y líderes. Ellas
tienen una mirada integral de la vida en las comunidades y de sus necesi-
dades, en especial en temas como la violencia, la seguridad alimentaria,
educación y salud, orientados a una visión de desarrollo equitativo y sus-
tentable. De esta manera, las mujeres amazónicas están aportando con
nuevas miradas a procesos democráticos en sus pueblos y en el país, lo
que tendrá un impacto importante en sus vidas y la de sus comunidades.
Chacarera continuará informando sobre todo este proceso.

28 29
 El movimiento indígena amazónico no solo colocó
en el escenario político su condición de ciudada-
nas/os con voz y liderazgo, sino también el debate
sobre un nuevo modelo de desarrollo. Debate que
debe involucrar a toda la ciudadanía y la toma de
decisiones para proteger los derechos de los pueblos
y la biodiversidad nacional.
Martha Rodríguez Achung*
“¿Cuántos caminos debe un hombre recorrer
antes de que le llamen hombre?
¿Cuántos mares debe una paloma blanca navegar
antes que pueda dormir en la arena?
¿Cuántas veces aún las balas de cañón deben vo-
lar
antes de caer para siempre?
Sociedades La respuesta, mi amigo, está flotando en el vien-
amazónicas: to
La respuesta está flotando en el viento
derechos,
(Bob Dylan 1961: Blowin´In The Win, canción
recursos escrita cuando tenía 21 años, traducción libre)
y capacidades. Los pueblos amazónicos en la escena pú-
blica
Uno de los efectos más claros del éxito del
movimiento indígena en el último año es haber
conquistado el espacio público y colocado tanto
en la agenda política como en la cultura perua-
na temas claves concernientes a la amazonía y
al reconocimiento social de importantes grupos
sociales y culturales que la habitan, no tanto por
su número, sino por su demanda profundamente
democrática.
30
El paro indígena y el movimiento social que
lo sustenta manifiesta públicamente el autorreco-
nocimiento de su identidad y el reclamo de su
ciudadanía a un Estado que durante varios siglos
no los ha querido ver o los ha visto como ob-
jetos minusválidos. Así, también, ha llamado la
atención a otros grupos sociales mayoritarios que
simplemente los han invisibilizado y borrado de la
estructura social peruana.
De los derechos normativos al reconoci-
miento social
El largo camino trazado por los pueblos indí-
genas de la amazonía peruana es de larga data
y se inscribe en el marco de la demanda por sus
derechos, entendidos estos como los reconoci-
mientos sociales de las personas en general y de
las mujeres en particular, a tener propiedad, in-
gresos, acceso a bienes públicos, y también a los
recursos naturales no solo en cantidad suficiente
sino también de calidad.
Los derechos territoriales de los pueblos indí-
genas amazónicos en el Perú fueron reconocidos
por el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado
a mediados de la década de los setenta del siglo
pasado; desde ese entonces y a lo largo de cua-
tro décadas y a través de un cada vez más len-
to proceso, se fueron creando las Comunidades
Nativas, mediante el cual el estado reconoce
el derecho a la propiedad comunal de la tierra y
al acceso a los recursos del bosque como bien
común. A lo largo de estas décadas, la comuni-
dad nativa se ha ido formando tanto jurídica como
organizativamente, haciendo de la organización
comunal la referencia social, cultural y territorial,
como parte de la identidad de miles de sus miem-
bros. De allí que todo intento de desmembrarlas,
reducirlas, y con ello quitarles el acceso a los
recursos del bosque, tiene un profundo impacto
negativo que se traducirá en una pérdida social,
económica, cultural y ambiental, no solo para los
pueblos indígenas sino para la sociedad peruana
en su conjunto.
En la medida que los derechos se adquieren a
través de sistemas institucionales públicos (esta-
tales, comunales, mercado) y privados (familia), el
movimiento indígena amazónico ha demandado
al Estado el cumplimiento de las normas existen-
tes que los amparan (Convenio 169 OIT, refrenda-
do por el Estado peruano) tanto por ser indígenas,
como fundamentalmente por ser ciudadanas/os,
dando así una lección al resto de la sociedad en
el sentido de que ese “otro” –que no quisimos
ver– es parte de la sociedad, por lo tanto nos une
una condición humana (DD.HH.), en base a un
piso común de derechos y deberes.
Un derecho básico de toda persona es tener la
capacidad de argumentar y por lo tanto de partici-
par en todos los actos que pueden afectar nues-
tras vidas, además, como señala la filósofa espa-
ñola Adela Cortina, “(d)el derecho a participar en
el diálogo en igualdad de condiciones materiales
y culturales”.
Esto implica, también, exigir información previa,
transparente y mecanismos apropiados, como ele-
mentos sustanciales para construir una democra-
cia participativa, reconociéndonos como conciuda-
danos, camino que debe llevarnos a todas/os a
construir escenarios donde la muerte y la violen-
cia no reemplacen al diálogo. Es responsabilidad
tanto del Estado como de las/os líderes de la
sociedad civil evitar hechos como los ocurridos
el 5 de junio en Bagua, donde murieron más de
dos docenas de personas entre policías y pobla-
dores.
¿Será acaso que lo que reclama y clama des-
de hace décadas la inmensa mayoría de exclui-
das/os del país sea más bien ser consideradas/
os como iguales, como ciudadanas/os? ¿Acaso
no debemos construir una sociedad que partiendo
de una base de derechos y reconocimientos en-
tre iguales respetemos las diferencias culturales,
y no al revés? ¿Te consulto porque eres indígena
y te amparan normas internacionales o porque
estamos en un régimen democrático y somos ciu-
dadanas/os?
En el caso de los pueblos indígenas, ¿aplico
procedimientos adecuados a su especificidad cul-
tural, como también procedimientos adecuados
para que las mujeres, las/os que trabajan en el
sistema informal, el ama de casa, las/os jóvenes
puedan opinar? ¿Podremos construir una con-
ciudadania? Como dice la canción de Bob Dylan,
“que la respuesta no siga flotando en el viento”.
Desde otro ángulo complementario, la de-
manda indígena también está relacionada estre-
chamente a la situación de pobreza en la que se
encuentran varios de los espacios ocupados por
ellas/os. La pobreza, que también es el signo ca-
31
racterístico de la mayoría de la población rural y
en particular de las mujeres, surge cuando los
derechos y las capacidades son insuficientes para
vivir, y ello puede estar relacionado a la subutiliza-
ción o sobreutilización de los recursos.
En el caso de los recursos naturales y ambien-
tales implica la degradación ambiental a mediano
plazo, con el deterioro del hábitat de producción y
reproducción de las sociedades en general y de
manera particular de aquellas estrechamente vin-
culadas a los recursos del bosque (tierra, agua,
biodiversidad, etc.), como es el caso de las co-
munidades nativas de la amazonía. ¿Será casua-
lidad que el territorio, Bagua, donde se ubicó el
escenario de la crisis del paro indígena esté ca-
racterizado por ser uno de los espacios de mayor
deforestación en la amazonía? El incremento de
la deforestación entre 1990 y el 2000 en el depar-
tamento de Amazonas fue de cerca de 25%, con
un promedio anual de más de 35 mil has por año.
Otro aspecto relevante que se ha puesto de
manifiesto en el desarrollo de la movilización in-
dígena es el rol de las mujeres y la capacidad
¿Será casualidad que el territorio,
Bagua, donde se ubicó el escena-
rio de la crisis del paro indígena
esté caracterizado por ser uno de
los espacios de mayor deforesta-
ción en la amazonía?
32
de construcción de una agencia social, con un La Defensoría del Pueblo ha tenido un rol impor-
proceso de larga data de construcción de organi-
zaciones con representación emanada desde las tante en defensa de los derechos de los pueblos
comunidades (AIDESEP, CONAP y las federacio-
nes por cuenca y/o por grupo etnolingüístico). La
presencia del liderazgo femenino en espacios
amazónicos, además de una mirada en perspectiva
públicos –hasta hace relativamente poco domina-
dos por liderazgos masculinos– y su capacidad
de lo que debe ser el papel del Estado para lograr
de asumir la responsabilidad del movimiento in-
dígena en un momento de crisis, luego de la sali-
el avance de estas comunidades, respetando sus
da del país de los varones que lideraron el paro,
es un aspecto significativo que debe ser tomado
derechos y su visión de vida y desarrollo. Aquí la
en cuenta.
Aunque la demanda indígena se centró en as-
mirada del Dr. Iván Lanegra, adjunto para el Medio
pectos de aplicación de normas sobre el derecho
a la consulta y la derogatoria de un conjunto de
Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas,
decretos legislativos, lo que está en juego es una
demanda por un nuevo modelo del desarrollo,
quien amablemente respondió a unas preguntas de
que desde la perspectiva de Amarty Sen, impli-
ca crear las condiciones para que las personas
la revista Chacarera.
puedan:
a) Expandir sus capacidades
b) Incrementar el acceso a los recursos
c) Ampliar sus derechos para hacer valer sus
capacidades y/o utilizar los recursos.
Estos tres componentes deben ser vistos en
Los pueblos amazónicos han logrado poner la
conjunto como un engranaje que debe ser puesto
defensa de sus derechos en la agenda pública,
en funcionamiento permanente, como una suerte
de círculo virtuoso, que debería llevar a la expan-
sión de las capacidades como el caso de los in-
Inclusión cuál es el siguiente paso para hacer posible que
esos derechos sean reconocidos y se integren al
dígenas y las mujeres; es decir, no basta tener la que respete proceso de desarrollo nacional. ¿Qué está propo-
niendo la Defensoría?
las diferencias
propiedad o posesión de la tierra y el agua, que
La Defensoría ha insistido en al menos tres
pueden y deben estar cristalizados en el sistema
aspectos. En primer lugar, es indispensable que
de derecho legal reconocido por el estado y la so-
ciedad, sino que estos derechos deben ser usa- y resuelva las se fortalezca la institucionalidad estatal orientada
a atender la agenda histórica de los pueblos in-
dos, ejercidos y respetados por la sociedad.
Finalmente, el derecho a la libertad debe ser
divergencias dígenas. Se requiere una entidad rectora fuerte,
entendida también como la energía utilizada para
hacer el camino de la vida, es decir, el poder ha-
mediante el legítima y con una gran articulación a nivel des-
centralizado.
cer. La ampliación de los derechos implica que
las personas puedan tener un mayor acceso a los
diálogo Un segundo aspecto lo constituye el Derecho
a la Consulta de los Pueblos Indígenas. En mayo
del año 2009 presentamos un Informe a pedido
recursos, y ambos permiten lo que el economista
Responde Dr. Iván Lanegra, del Congreso, desarrollando los contenidos de
indio Amartya Sen señala como la esencia del
Defensoría del Pueblo. este Derecho y lo indispensable de poder dictar
desarrollo “la expansión de las capacidades de
una ley que facilite su aplicación luego de quince
las gentes para poder emanciparse al poder ele-
años de la incorporación a nuestra legislación na-
gir con libertad su modo de vida”.
cional del Convenio 169 de la OIT.
Con el fin de facilitar lo anterior, el 6 de junio
* Profesora Principal del Departamento de Ciencias Sociales de la
Pontificia Universidad Católica del Perú. mrodrig@pucp.edu.pe del año pasado presentamos un proyecto de ley
33
sobre la materia. Éste ha servido de base al tra-
bajo realizado por la Mesa Nº 3 del Grupo Nacio-
nal de Coordinación entre el Poder Ejecutivo y los
Pueblos Indígenas. Recientemente, la Defensora
del Pueblo ha insistido sobre el tema, haciendo
un llamado al Congreso a fin de que se apruebe
con la celeridad del caso esta importante norma.
Considero que ésta es una decisión que todos los
pueblos indígenas esperan.
Sin embargo, también requerimos construir
capacidades para poder emprender un verdade-
ro diálogo intercultural. Ésta es la clave para la
construcción de un Estado inclusivo, intercultural
y dialogante. Como la Defensora del Pueblo se-
ñaló recientemente, debemos dejar atrás el pa-
radigma que entendía nuestra relación con los
pueblos indígenas como una de “asimilación”. Lo
que necesitamos es una verdadera inclusión, que
respeta las diferencias y resuelva las divergen-
cias mediante el diálogo. Y la inclusión requerirá
de políticas públicas activas que atiendan las ne-
cesidades de salud, educación, transporte, ener-
gía, saneamiento y protección ambiental, etc.
Cómo lograr una participación plena de las/os
representantes de las distintas organizaciones y
pueblos en el diálogo con el Estado.
Desde luego no puede haber diálogo si falta
una de las partes. El Convenio 169 de la OIT es
muy claro respecto a la necesidad de respetar y
fortalecer las propias instituciones de los pueblos
indígenas. Por lo tanto, parte de la tarea del Es-
tado es promover y fortalecer la organización in-
dígena.
Tenemos organización a nivel comunal, federa-
ciones en las cuencas, organizaciones regionales
y las de nivel nacional. El proceso de construcción
de sus instituciones nacionales no fue un proce-
so sencillo y les ha costado décadas de esfuerzo
sostenido. Esto no se puede perder. El proceso
de diálogo e inclusión debe a su vez alentar el
surgimiento de liderazgos democráticos e integra-
dores, de los cuales ya hay muchos ejemplos hoy
en día.
Los decretos legislativos más sensibles son el
Nº 1090, no obstante su modificación (ley forestal
y de fauna silvestre) y el Nº 1064 (aprovechamien-
to de tierras de uso agrario). Sobre la primera su
modificatoria, 29317, en su artículo 6 establece
que se puede cambiar a uso agrícola las áreas
protegidas ante proyectos calificados de interés
34
Lo que necesitamos es una verda-
dera inclusión, que respeta las dife-
rencias y resuelva las divergencias
mediante el diálogo. Y la inclusión
requerirá de políticas públicas acti-
vas que atiendan las necesidades de
salud, educación, transporte, ener-
gía, y protección ambiental, etc.
nacional, de hecho esto plantea muchos riesgos,
¿qué propone la Defensoría al respecto?
La Defensoría del Pueblo presentó el 4 de ju-
nio de 2009 una demanda de inconstitucionalidad
contra el Decreto Legislativo Nº 1064, y también
señaló, en su momento, que el Decreto Legislati-
vo Nº 1090 podía poner en riesgo el patrimonio fo-
restal del país. Ahora, ambas normas están dero-
gadas. No obstante, consideramos alentador que
se esté produciendo un proceso de diálogo en la
elaboración de la nueva Ley Forestal y de Fauna
Silvestre. Éste se encuentra en pleno desarrollo,
siendo que se están incorporando a la propuesta
lo trabajado en la Mesa Nº 2 del Grupo Nacional
de Coordinación. Consideramos que éste es el ¿Cuál es la articulación con la Defensoría de
camino adecuado, el cual debe sin duda ir mejo- la Mujer en el planteamiento de todas estas
rándose. propuestas?
Cómo lograr que la obligación del Estado de Los derechos de la mujer atraviesan todos
los campos de acción defensorial. El tema de los
consultar y de convocar la participación de las co-
munidades en toda norma y proyecto que involucre pueblos indígenas y la materia ambiental no son
sus tierras y otros aspectos se garanticen, guar- excepciones. De esta manera, la perspectiva de
dando concordancia con el Convenio de la OIT. género está presente, y se integra dentro de las
Como ya hemos indicado, a esta tarea ayudará propuestas que en materia de desarrollo, consulta
el debate y aprobación, lo antes posible, de la Ley y participación, venimos realizando.
Marco del Derecho a la Consulta de los Pueblos
Indígenas. Debe entenderse que la consulta no im-
plica un derecho a veto sobre la decisión estatal.
Tampoco equivale a una votación o referéndum.
Se trata, en cambio, de un proceso de diálogo en-
tre el Estado y los Pueblos Indígenas orientado Debe entenderse que la consulta
a la búsqueda de acuerdos o del consentimiento
no implica un derecho a veto sobre
respecto a la decisión que toma el Estado. Desde
luego, tampoco puede ser confundido con los pro- la decisión estatal. Tampoco equi-
cesos generales de participación ciudadana, como vale a una votación o referéndum.
es el caso de las audiencias públicas. Se trata, en cambio, de un proce-
Cada vez más los conflictos sociales están re- so de diálogo entre el Estado y los
lacionados al medio ambiente, la Defensoría ha
Pueblos Indígenas...
firmado un convenio con el Ministerio de Medio
Ambiente, ¿qué medidas están previendo, por un
lado, para mantener a la ciudadanía informada
de todo proyecto que se relacione a sus comu-
nidades, pues la desinformación es uno de los
principales problemas, y por otro, para que desde
el inicio de toda negociación sea para hidroeléc-
tricas, hidrocarburos, etc., la población tenga la
oportunidad de dar sus puntos de vista?
Una labor crucial de la Autoridad Nacional del
Ambiente es garantizar el adecuado funciona-
miento del Sistema Nacional de Información Am-
biental. Desde luego, esto debe ser articulado a
otros sistemas, como es el caso de la Evaluación
de Impacto Ambiental, o el de Evaluación y Fisca-
lización Ambiental.
El desafío es generar las herramientas nece-
sarias para facilitar el acceso a dicha información.
Esto debe ser complementado con las herramien-
tas de participación ciudadana, las que debieran
permitir plantear oportunamente soluciones o al-
ternativas a los problemas que presentan los pro-
yectos. Pero se requiere ir más allá, articulando
también la planificación territorial, en particular el
ordenamiento y la zonificación ecológica-econó-
mica, con la orientación de los proyectos de inver-
sión, públicos y privados.
35
v
Convenio 169 de la OIT, Relativo a Pueblos Indígenas
y Tribales en Países Independientes, es el título de
la norma que enarbolaron los pueblos indígenas
amazónicos exigiendo al Estado peruano su cum-
plimiento, y que lo obligó a retroceder derogando
decretos legislativos que atentaban contra princi-
pios básicos, como el de la consulta previa.
El Convenio 169 de la OIT es el instrumento
jurídico vigente más actualizado y específico en
materia de Derechos de los Pueblos Indígenas.
Fue adoptado en la Conferencia Internacional del
Trabajo de junio de 1989, firmado en Ginebra el
27 de junio de 1989. Aprobado por el Perú con Re-
solución Legislativa Nº 26253 del 2 de diciembre
de 1993, desde entonces es parte del Derecho
Positivo Peruano y, por lo tanto, de cumplimiento
obligatorio.
Reconoce el derecho de los pueblos indíge-
nas a conservar sus costumbres e instituciones
propias (8.1)1, y establece el deber de tomar en
El Convenio 169
cuenta el derecho consuetudinario al aplicar la le-
gislación nacional (8.2)2. Es importante destacar
y los pueblos que el Derecho Indígena puede aplicarse siempre
y cuando se respeten la legislación nacional y los
indígenas derechos humanos internacionalmente reconoci-
dos (9.1)3. Asimismo, dispone que se debe tener
en cuenta las costumbres de estos pueblos cuan-
do se tomen decisiones en el ámbito del Derecho
Susel Paredes Piqué*
Penal, respecto a consideraciones culturales de
conductas que tendrían un tratamiento especial y
atenuantes en la pena (9.2)4.
La Constitución Política del Perú de 1993 en
su artículo 1495, reconoce el Derecho Indígena
de las Comunidades Campesinas y Nativas en la
ejecución de funciones jurisdiccionales. Su ámbito
de aplicación es interno, solo se aplica dentro de
los territorios de los pueblos indígenas, rigiendo el
derecho nacional entre éstos y el Estado. Actual-
36
...dispone que se debe tener en
cuenta las costumbres de estos
pueblos cuando se tomen decisio-
nes en el ámbito del Derecho Pe-
nal, respecto a consideraciones
culturales de conductas que ten-
drían un tratamiento especial ...
mente, no existe una ley que establezca la forma
en la que se ha de desarrollar la coordinación de
la jurisdicción indígena con los Juzgados de Paz
y demás instancias del Poder Judicial6.
Las comunidades indígenas tienen existencia
legal y son personas jurídicas7, tienen un esta-
tuto comunal, que organiza políticamente a la
comunidad, demarca su territorio y los linderos
correspondientes. Este instrumento es el que da
cuerpo a su existencia como sujeto de derechos
y garantiza su legitimidad sobre el territorio, ele-
mento esencial para la existencia de los pueblos
indígenas.
El “Informe Alternativo 2009 sobre el cumpli-
miento del Convenio 169 de la Organización In-
ternacional del Trabajo, sobre Pueblos Indígenas y
Tribales en el Perú”8, está orientado a actualizar los
elementos de juicio que se sustentaron en agosto
del 2008; y que fue remitido por la Confederación
General de Trabajadores del Perú–CGTP, a la Co-
misión de Expertos en la Aplicación de Convenios
y Recomendaciones de la OIT– CEACR.
Este informe “sombra” expresa importantes
reflexiones y señala preocupantes puntos sobre
omisiones e incumplimientos del Convenio 169
de la OIT de parte del Estado peruano, que es
importante tener presente. Señalaremos los que
nos parecen más relevantes:
1. La información prestada por el Estado perua-
no específicamente vinculada a las condiciones
de vida de los pueblos indígenas aún se sostiene
en datos del censo de 1993; lo que da cuenta del
poco interés de absolver adecuadamente los re-
querimientos del sistema internacional.
2. Si bien el Convenio 169 de la OIT tiene ran-
go constitucional en el sistema jurídico peruano,
sería deseable una estructura normativa más ex-
presa y específica en torno a los pueblos indíge-
nas, como elementos constituyentes de la socie-
dad peruana pluricultural y diversa.
3. En gran parte de la amazonía la presencia
estatal es casi inexistente y las dinámicas del
mercado completamente subsidiarias. Y en los úl-
timos cinco años se ha producido una lotización
petrolera vertiginosa, al punto que el Perú tiene
hoy por hoy el 75% de su amazonía lotizada.
Brasil solo ocupa el 13% de su amazonía en blo-
ques petroleros y Ecuador –país históricamente
petrolero– solo ha lotizado el 10%9. La lotización
afecta fundamentalmente a los pueblos indígenas
amazónicos, tanto a aquellos que viven en comu-
nidades nativas como a los que se encuentran en
situación de aislamiento voluntario o contacto ini-
cial. Todos los conflictos sociales que han surgido
en torno a esta industria han tenido como prota-
gonistas a los pueblos indígenas.
4. Criminalización de las protestas sociales: al
respecto el informe menciona que los conflictos
socio-ambientales suman el 47% del total identifi-
cado por la Defensoría del Pueblo. La información
establece también que en el 63% de los casos
investigados por este organismo, se ha producido
la retención de personas. En el 40%, la población
tomó el local de la institución cuestionada; en la
mayoría de los casos, la municipalidad. En el 29%
37
se han reportado, como parte de las protestas,
bloqueos de las carreteras de comunicación. Es-
tamos entonces ante una situación muy comple-
ja. Las políticas de desarrollo que implementa el
Perú, basadas en actividades extractivas, gene-
ran inestabilidad y convulsión social. Frente a ello
se ha optado por una política represiva que afec-
ta también a los pueblos indígenas y sus líderes.
Se vulnera así el artículo 3.1 del Convenio, toda
vez que el Estado peruano debe garantizar a los
pueblos indígenas el goce de todas las libertades
fundamentales sin obstáculos ni discriminación.
Así también el acápite 3.2 señala que no deberá
emplearse ninguna forma de fuerza o de coerción
que viole los derechos o las libertades individua-
les de los pueblos indígenas.
Estamos entonces ante una situa-
ción muy compleja. Las políticas
de desarrollo que implementa el
Perú, basadas en actividades ex-
tractivas, generan inestabilidad y
convulsión social.
38
5. Consentimiento previo, libre e informado
sobre medidas legislativas o administrativas que
puedan afectar a los pueblos indígenas. El Con-
venio 169 de la OIT dice: Artículo 6 1. Al aplicar
las disposiciones del presente Convenio, los go-
biernos deberán: a) consultar a los pueblos intere-
sados, mediante procedimientos apropiados y en
particular a través de sus instituciones represen-
tativas, cada vez que se prevean medidas legisla-
tivas o administrativas susceptibles de afectarles
directamente; 2. Las consultas llevadas a cabo
en aplicación de este Convenio deberán efec-
tuarse de buena fe y de una manera apropiada a
las circunstancias, con la finalidad de llegar a un
acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las
medidas propuestas.
Sobre este tema, CEACR le ha planteado al
Estado peruano lo siguiente: consulta territorios,
enajenación: la Comisión insta al gobierno a
avanzar, inmediatamente, con la participación de
los pueblos indígenas, en el diseño de mecanis-
mos apropiados de participación y consulta y lo
exhorta a consultar a los pueblos indígenas antes
de la adopción de las medidas referidas en los
artículos 6 y 17, 2), del Convenio y a proporcionar
informaciones sobre el particular.
El informe reitera denuncias sobre el incumpli-
miento del Derecho a la Consulta sobre políticas,
normas y decisiones del gobierno que afectan a
los pueblos indígenas. El informe del año 2008
estableció con claridad que quince años después
de la adopción del Convenio 169-OIT, ninguna en-
tidad del Estado peruano que ejerce función legis-
lativa (consejos regionales, concejos municipales,
gobierno central), han establecido procedimientos
de consulta previa a los pueblos indígenas o sus
organizaciones. Menos aún se han incorporado
espacios para que estas organizaciones discutan
la elaboración o aprobación de las normas que
pueden afectar a los pueblos que representan.
En torno a las decisiones administrativas que
pueden afectar los derechos de los pueblos indí-
genas, el informe menciona algunos elementos
positivos:
- Decreto Supremo 038-2001-AG: Reglamen-
to de la Ley General de Áreas Naturales Protegi-
das, que en su artículo 43° señala expresamente
la obligatoriedad de realizar consultas previas de
acuerdo al Convenio 169-OIT para categorizar un
área natural protegida. Establece, además, que
esta categorización solo es posible con el consen-
timiento previo, libre y “con pleno conocimiento de
causa” de las/os propietarias/os.
- Ley Nº 26839: Ley sobre la Conservación y
el Aprovechamiento Sostenible de la Diversidad
Biológica. En su artículo 23°, esta ley señala que
deben establecerse mecanismos para promover
la utilización de esta biodiversidad, “con el con-
sentimiento informado de dichas comunidades”.
Cabe reiterar que la CEACR ya aludió a este
tema en sus Observaciones al Gobierno peruano
del año 2005:
“La Consulta está reconocida explícitamente
en el Reglamento de la Ley de Áreas Naturales
Protegidas (ANP)... La Comisión nota con in-
terés los esfuerzos realizados en ese sentido,
y teniendo en cuenta que la consulta y la par-
ticipación son mecanismos fundamentales en
los que se apoyan las demás disposiciones del
Convenio, espera que el gobierno seguirá tra-
Si bien se ha iniciado el debate
dentro del parlamento y más re-
cientemente en el ámbito de las
mesas de diálogo generadas por
el gobierno central, en ambos ca-
sos son procesos que surgen de
la lucha social y no de una políti-
ca de estado...
bajando para extender la aplicación de la con-
sulta y la participación a las demás medidas
legislativas y administrativas susceptibles de
afectar directamente a los pueblos indígenas”.
Lamentablemente, esta recomendación no se
ha cumplido. Si bien se ha iniciado el debate dentro
del parlamento y más recientemente en el ámbito
de las mesas de diálogo generadas por el gobierno
central, en ambos casos son procesos que surgen
de la lucha social y no de una política de estado
destinada a resolver esta dimensión pendiente de
nuestro estado de derecho.
6. Además del mandato establecido en el Con-
venio 169-OIT, el Estado peruano está obligado
a tomar como referencia interpretativa de toda su
normativa a la declaración de Naciones Unidas
sobre Derechos de los Pueblos Indígenas. Si bien
es cierto que esta norma no es auto aplicativa, por
tratarse de una Declaración, cabe recordar que
la Constitución Política del Perú establece en su
Cuarta Disposición Final y Transitoria lo siguiente:
“Las normas relativas a los derechos y a las
libertades que la Constitución reconoce se inter-
pretan de conformidad con la Declaración Univer-
sal de Derechos Humanos y con los tratados y
acuerdos internacionales sobre las mismas mate-
rias ratificados por el Perú” (subrayado nuestro).
Es decir que, además de estar obligado por
el propio Convenio 169-OIT que establece como
finalidad de las consultas el consentimiento o el
consenso (artículo 6.2), el Estado peruano debe
regirse por lo dispuesto en la Declaración de
NN.UU. sobre los derechos de los pueblos indí-
genas; la misma que en su artículo 30° enfatiza
este mandato.
7. Derecho a la participación en los beneficios
por el aprovechamiento de los recursos naturales
en sus territorios
Artículo 15°
2. En caso de que pertenezca al Estado la
propiedad de los minerales o de los recursos
del subsuelo, o tenga derechos sobre otros re-
cursos existentes en las tierras, los gobiernos
deberán establecer o mantener procedimien-
tos con miras a consultar a los pueblos intere-
sados, a fin de determinar si los intereses de
esos pueblos serían perjudicados, y en qué
medida, antes de emprender o autorizar cual-
quier programa de prospección o explotación
de los recursos existentes en sus tierras.
39
 Los pueblos interesados deberán participar
siempre que sea posible en los beneficios que
reporten tales actividades, y percibir una indemni-
zación equitativa por cualquier daño que puedan
sufrir como resultado de esas actividades.
El informe denuncia que este mandato del
Convenio es totalmente incumplido por el Estado
peruano, toda vez que no existe ninguna norma
que formalice dicha participación de los pueblos
indígenas en los beneficios que irrogan las activi-
dades extractivas en sus territorios.
Durante el presente año se han mantenido las
mismas condiciones denunciadas en el Informe
Alternativo 2008. Es decir que los recursos gene-
rados por las actividades mineras o de hidrocar-
buros son distribuidos dentro del aparato estatal
(mediante la figura del “Canon”, un porcentaje del
Impuesto a la Renta), sin ningún beneficio directo
para las comunidades que son afectadas por di-
chos proyectos.
Los pueblos interesados deberán
participar siempre que sea posi-
ble en los beneficios que reporten
tales actividades, y percibir una
indemnización equitativa por cual-
quier daño que puedan sufrir como
resultado de esas actividades.
40
En el caso de proyectos de hidrocarburos, las Las mujeres indígenas amazónicas afirman su
localidades de las cuales se extrae el recurso gas
o petróleo, reciben un 5% del total del Canon que identidad étnica y de género en torno a la defensa de
le corresponde a los gobiernos sea distribuido a
su respectivo gobierno regional. Sin embargo,
esta distribución específica a favor de la localidad
sus derechos colectivos y afirmación de su cultura.
de la cual se extrae el recurso no está dirigida a
los pueblos indígenas, sino a la respectiva muni-
cipalidad.
Finalmente, debemos señalar que resulta alar-
mante que continuando con su política de silen-
ciar a las organizaciones representativas de los
pueblos indígenas, el gobierno, a través de la
Procuraduría Pública del Ministerio de Justicia, ha
solicitado la disolución de la Asociación Interétni-
ca de Desarrollo de la Selva Peruana-AIDESEP,
notificado el 15 de octubre del 2009, por el 37 Juz-
gado Penal de Lima.
En medio del conflictivo contexto tras los suce-
1
Artículo 8.1. Al aplicar la legislación nacional a los pueblos intere- sos del 5 de junio, se alzó de manera contundente
sados deberán tomarse debidamente en consideración sus costum-
bres o su derecho consuetudinario.
la voz de las mujeres indígenas de la selva central
2
Artículo 8.2. Dichos pueblos deberán tener el derecho de conservar que de inmediato se solidarizaron con sus herma-
sus costumbres e instituciones propias, siempre que éstas no sean nos y hermanas de Bagua. “Sus luchas también
incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el siste-
ma jurídico nacional ni con los derechos humanos internacionalmen- son las nuestras, porque para nosotras la natura-
te reconocidos. Siempre que sea necesario, deberán establecerse leza es nuestra vida, como nuestro pie, nuestra
procedimientos para solucionar los conflictos que puedan surgir en mano, nuestra cabeza”, expresaron.
la aplicación de este principio.
3
Artículo 9.1. En la medida en que ello sea compatible con el sis- Para las ciudades del país, especialmente Lima,
tema jurídico nacional y con los derechos humanos internacional- resultó revelador encontrarse con una clara identi-
mente reconocidos, deberán respetarse los métodos a los que los
dad étnica y de género articulada en torno a la de-
pueblos interesados recurren tradicionalmente para la represión de
los delitos cometidos por sus miembros. fensa de sus derechos colectivos, los mismos que
2. Las autoridades y los tribunales llamados a pronunciarse sobre habían sido violentados con los decretos legislati-
4
cuestiones penales deberán tener en cuenta las costumbres de di-
chos pueblos en la materia. vos que, como parte de la adecuación normativa
5
Artículo 149: “Las autoridades de las Comunidades Campesinas y
Nativas, con el apoyo de las Rondas Campesinas, pueden ejercer Mujeres indíge- para aplicar el Tratado de Libre Comercio con los
Estados Unidos, aprobó el Congreso en junio del
las funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial de con-
formidad con el derecho consuetudinario, siempre que no violen los
derechos fundamentales de la persona. La Ley establece las formas
nas amazónicas: año pasado sin realizar una consulta previa a las
comunidades nativas amazónicas, pasando por
de coordinación de dicha jurisdicción especial con los Juzgados de
Paz y con las demás instancias del Poder Judicial”. cuidadoras de encima de lo dispuesto por la Constitución y por el
www.oitandina.org.pe/activi/ria/derecho/derechonacional/peru
su territorio, de- Convenio 169 de la Organización Internacional del
6
7
Constitución Política del Perú. Art. 89° Trabajo, suscrita por el Estado peruano.
Fue elaborado con el aporte de las siguientes organizaciones in-
fensoras de sus
8
dígenas e instituciones de la sociedad civil que lo suscriben: Aso- Presentamos a continuación la posición de
ciación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana-AIDESEP; las dirigentas de la Federación Regional de Mu-
Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la
Minería–CONACAMI; Confederación Nacional Agraria–CNA; Confe-
deración Campesina del Perú–CCP; Asociación Paz y Esperanza;
derechos jeres Ashaninkas, Nomatsiguengas y Kakintes
de la Selva Central (FREMANK), quienes vienen
Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica–CAAAP; impulsando la construcción de sus agendas es-
CARE Perú; Derecho, Ambiente y Recursos Naturales–DAR; Ins-
tituto del Bien Común-IBC; y Servicio de Información Indígena– pecíficas de género en diálogo con los derechos
SERVINDI. Las ONG que participaron en la elaboración del informe colectivos de sus pueblos, haciendo vigilancia de
forman parte del Grupo de Trabajo de Pueblos Indígenas promovido
por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos.
las políticas públicas en un proceso que afirma y
9
Fuente: Humberto Campodónico, Diario La República 02/02/2008. amplía su ejercicio ciudadano.
41
Luzmila Chiricente Mahuanca,
presidenta de la FREMANK
¿Cómo vivió los sucesos de Bagua?
Nosotras nos solidarizamos inmediatamente
con nuestras hermanas y hermanos de Amazo-
nas, porque el pueblo amazónico es uno solo,
defiende sus tierras para las generaciones que
vienen y su medio ambiente, porque de allí se ali-
menta, saca para su vivienda, su medicina y su
artesanía.
¿Qué impactos tiene el accionar de las empre-
sas en la amazonía?
Las empresas madereras tumban los árboles,
grande, chico, malogrando el medio ambiente.
Esa situación no solo afecta a los pueblos indíge-
nas sino a toda la población del Perú. La empresa
petrolera no acata las recomendaciones de cuida-
do ambiental como seguramente haría en su pro-
pio país. Aquí botan los desperdicios, matan los
peces y contaminan al agua. Eso nos trae mucho
perjuicio, porque cuando el suelo se contamina ya
no crecen nuestros productos, lo que ahorita esta-
mos produciendo ecológicamente.
¿Qué beneficios han obtenido de la política de
inversiones que promueve el gobierno?
Las mujeres nunca nos hemos beneficiado
de los convenios del gobierno con las empresas
madereras o petroleras. Por nuestra experiencia
sabemos que solamente vienen a engañar, distri-
buyen una ollita o cuadernitos, lo que es una bur-
la para las comunidades nativas. Para nosotras
el territorio es el pulmón de nuestra generación,
porque nuestros padres, nuestros abuelos, tatara-
buelos, han muerto defendiendo nuestras tierras,
es nuestra madre, es nuestra sangre.
Sari Salinas Ponce
¿Qué significó para usted lo ocurrido en Ba-
gua?
Es una indignación. No se considera que la
población indígena somos el único grupo huma-
no que cuida la naturaleza, fuente de todo para
nuestras vidas porque aquí conseguimos nues-
42
tras medicinas naturales, alimentos, todo está
aquí. Al cuidar el medio ambiente no solo pensa-
mos en nosotros sino en todas las generaciones
que vienen más adelante. Usamos todo natural,
no contaminamos nuestras chacras, al contrario,
prevemos eso. Se nos dice que somos ociosos,
que no estamos utilizando nuestras tierras, pero
no es porque seamos flojos, sino que evitamos
lastimar más la naturaleza.
La inversión que promueve el gobierno, ¿ha
generado desarrollo?
Dicen que hay inversión para la selva, pero lo
que vemos es siembra de cemento, no aquí, sino
en las ciudades. A las comunidades nativas no
llegan, y si lo hacen es para mostrarnos papeles,
nos hacen ver presupuestos participativos donde
realmente no participamos, muchas veces porque
no lo entendemos, porque no se nos considera,
no se nos incluye por la diferencia del lenguaje
principalmente, y porque de repente nos vienen a
La empresa petrolera no acata las
recomendaciones de cuidado am-
biental como seguramente haría
en su propio país. Aquí botan los
desperdicios, matan los peces y
contaminan al agua.
hablar con palabras técnicas y no se ponen a pen-
sar si realmente estamos comprendiéndolo todo.
No queremos que se repita una
¿Cómo mujer indígenas amazónica a qué as- situación parecida con leyes que
pira? pongan en riesgo nuestra tierra.
Somos personas ciudadanas, y
A que nos dejen en paz y no vengan a quitar- nos deben consultar sobre cual-
nos lo único que tenemos, que es nuestra natura-
quier decisión que nos afecte.
leza. Hasta ahora no entienden que si la lastiman
nos están lastimando a nosotros mismos, porque
es nuestra vida, como nuestro pie, nuestra mano,
nuestra cabeza.
Isabel Torres Contreras,
ex presidenta de la FREMANK, secretaria
de asuntos femeninos y salud de la Cen-
tral Ashaninka del Río Tambo (CART).
¿Cómo se sintió tras los sucesos del 5 de
junio?
Muy triste y preocupada. El gobierno no nos
considera como personas al declarar que somos
perros hortelanos, y eso lo han visto todos en la
televisión. Como pueblos indígenas nos manten-
dremos unidos en nuestra lucha, no con armas,
sino con nuestro pensamiento, nuestros ideales,
nuestra inteligencia
¿Cómo observa el futuro?
Nosotras nos preocupamos por nuestro territo-
rio, allí vivimos, nos da nuestra vida, los recursos,
la tierra donde sembramos, de donde sacamos el
pan de cada día. No queremos que se repita una futuro de nuestros hijos, porque si talamos o mal-
situación parecida con leyes que pongan en ries- tratamos nuestra fuente de vida, entonces, qué
go nuestra tierra. Somos personas ciudadanas, y será de las nuevas generaciones.
nos deben consultar sobre cualquier decisión que
nos afecte. ¿Cómo les afecta la contaminación?
Al gobierno no le interesa las comunidades
Maritza Casancho Rodríguez, indígenas, Primero que daña el agua y los más
afectados son nuestros niños que sufren de des-
secretaria de tesorería de FREMANK
nutrición, diarrea crónica, tos, tuberculosis, ane-
mia y paludismo. No tenemos los medicamentos
¿De qué manera cuidan su medio ambiente? necesarios, como pueblos indígenas estamos ol-
vidados, el personal de Salud llega poco a nues-
Lo hacemos en muchas formas, siempre pen- tras comunidades, sólo una vez al mes. Y eso no
sando que no solo vemos por nosotras sino por el le interesa al gobierno (Mariela Jara).
43
 Para las poblaciones amazónicas, la educación es
una de las claves de su desarrollo, Como parte de
este proyecto un buen número de jóvenes, hombres
y mujeres, estudia en universidades de distintas
ciudades. Chacarera entrevistó a estudiantes de la
Universidad La Cantuta, que integran la Asociación
de Jóvenes Indígenas de la Cuenca Amazónica.
Las/os jóvenes indígenas amazónicas/os tie-
nen mucho que decir respecto del futuro que
desean para sus comunidades. En torno a una
apuesta compartida de desarrollo sostenible se
preparan para asumir responsabilidades en sus
pueblos, teniendo en cuenta que la educación de
calidad, la autodeterminación sobre el uso de los
recursos, y la participación activa y protagónica
Jóvenes de las mujeres y de las nuevas generaciones son
condiciones necesarias para un cambio sustan-
indígenas: por un tivo y favorable de sus actuales condiciones de
vida.
futuro con paz y Henry Pijushkun, de la etnia huampis, Ma-
riluz Cuñachi, Rider Hernández y Alan Shijap, del
dignidad pueblo awajun, y Felix Valencia, miembro de una
comunidad quechua ubicada en la provincia de
La Mar, son estudiantes de Educación en la Uni-
versidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, e
integrantes de la “Asociación de jóvenes indíge-
nas de la cuenca amazónica para la protección
y conservación, educación, cultura y biodiversi-
dad”. Reunidas/os por Chacarera, hicieron un rá-
pido análisis de los problemas que afectan a sus
comunidades y plantearon propuestas a partir del
conocimiento de la realidad local y nacional y de
sus expectativas.
44
La educación constituye un elemento clave en
la visión de desarrollo que tienen las/os jóvenes
indígenas con relación a sus comunidades. Con-
sideran que solo con una adecuada formación
básica y con conocimientos científicos y técnicos
pertinentes a su realidad será posible que sus
comunidades avancen y aseguren la paz y el pro-
greso en la Amazonía.
.....
...la educación de los pueblos indí-
genas supone condiciones previas,
como la adecuada atención de la
salud y nutrición de las niñas y ni-
ños, y la implementación de infra-
estructura educativa y vías de co-
municación.
Henry Pijushkun está convencido de que esa
responsabilidad les compete a las/os jóvenes
que, a diferencia de sus antecesores, tienen ma-
yores posibilidades de estudiar. “Aunque todavía
nos falta mucho terreno por ganar en cuanto a
educación, nuestra generación va avanzando y
así tenemos que seguir haciéndolo para que los
que vienen después que nosotros puedan vivir en
una sociedad pacífica y digna”, señala.
Mariluz comparte el mismo punto de vista,
pero pone el acento en la necesidad de que las
entidades del Estado promuevan oportunidades
de formación para el empleo dirigidas a las muje-
res, como una forma de fortalecer sus derechos y
combatir la pobreza en las familias.
“Las mujeres conocen muchas artes y quieren
trabajar, pero se necesita que se capaciten más
y se les apoye para que su producción mejore y
pueda ser colocada en el mercado en mejores
condiciones”, indica.
Por su parte, Felix Valencia considera que el
derecho a la educación de los pueblos indígenas
supone condiciones previas, como la adecuada
atención de la salud y nutrición de las niñas y ni-
ños, y la implementación de infraestructura edu-
cativa y vías de comunicación.
“Si nuestros estudiantes no se alimentan bien,
si no habitan en viviendas adecuadas y tienen
problemas de salud, o si las escuelas son inse-
guras y están demasiado lejos de las/os alum-
nas/os, no se está hablando en serio cuando se
dice que se proporciona educación a las nuevas
generaciones”, dice.
Autonomía y biodiversidad
Un aspecto importante que las/os jóvenes indí-
genas mencionan cuando proyectan el desarrollo
de sus comunidades, es el respeto a su derecho
a decidir de manera autónoma sobre los recursos
naturales existentes en su entorno, bajo un enfo-
que de desarrollo sostenible, y en observancia a
normas como el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo sobre los Pueblos Indí-
genas.
Rider Hernández opina que la venta de mate-
rias primas, lejos de generar desarrollo, producirá
más pobreza y dependencia en los pueblos indí-
genas, por lo que las autoridades deben plantear-
se metas coherentes de largo plazo, considerando
45
que la Amazonia “no es un depósito de recursos
para poner en venta”, sino un ecosistema privi-
legiado que debe ser aprovechado de manera
prudente y respetuosa.
“Muchas veces desde su sillón estos señores
deciden negociar el petróleo, nuestros bosques
con el TLC, pero no piensan en las nuevas gene-
raciones. Si no se cuidan los recursos naturales,
nuestros hijos van a terminar siendo esclavos de
las empresas transnacionales, cuando somos los
dueños de un valioso patrimonio”, añade.
Alan Shijap manifiesta que los pueblos amazó-
nicos tienen mucho potencial para erradicar la po-
breza y lograr un desarrollo sostenible a partir de
las riquezas que poseen en su entorno, siempre
que éstas sean manejadas de una forma racional y
con respeto a la opinión de las/os pobladoras/es.
“Tenemos hermosos santuarios que muchos
desconocen, podríamos formar empresas de
ecoturismo, con lo que favoreceríamos el desa-
rrollo económico y las necesidades en educación
y salud. También tenemos mucho potencial en
agricultura, ganadería y piscicultura. Con apoyo
técnico y financiero del Estado podríamos buscar
mercados y generar empleo para nuestra gente,
no siempre nos vamos a quedar humildes, tene-
mos posibilidades de salir adelante”, argumenta.
Las mujeres desde la visión de las/os
jóvenes
La visión de desarrollo de las/os jóvenes indí-
genas considera necesariamente la participación
de las mujeres en la toma de decisiones acerca
de los asuntos que conciernen a la gestión de sus
comunidades.
“Desde los 16 años, los jóvenes, varones y
mujeres, asistimos a las asambleas de las comu-
nidades, damos opinión sobre los temas que se
discuten y estamos siempre informados acerca
de los problemas y de la realidad de nuestras co-
munidades”, afirma Henry Pijushkun
Por su parte, Alan Shijap señala que la presen-
cia de las mujeres en los espacios de decisión de
las comunidades se va consolidando, sobre todo
en los últimos años. Al respecto, pone como ejem-
plo la designación de Deysi Zapata, lideresa del
pueblo shipibo, como vice presidenta de la Aso-
ciación Interétnica para el Desarrollo de la Selva
Peruana-AIDESEP.
46
Mariluz Cuñachi considera que el rol de las De cómo la falta de reconocimiento y la no inclusión
mujeres en sus comunidades es fundamental, no
solo para el cuidado y bienestar de su familia, sino de los pueblos indígenas dio lugar a un capítulo
de la comunidad en general. “Ellas no solo se de-
dican a criar a sus hijos, también se encargan de
la agricultura, están en los trabajos productivos,
doloroso en la historia política y del movimiento
se capacitan, buscan apoyo de instituciones para
mejorar, aprovechando sus conocimientos anti-
social en el Perú. Estos sucesos marcaron un antes
guos en medicina y en alimentación. Las mujeres
queremos salir de la pobreza y buscar el bien de
y un después para los pueblos amazónicos que se
todos”, concluye (Rosa Cisneros).
convirtieron en protagonistas de su historia y que
.. expresaron a todo el país la necesidad de dialogar
los pueblos amazónicos tienen mu-
cho potencial para erradicar la po-
sobre lo que debe ser el desarrollo para la amazonía
breza y lograr un desarrollo soste- y para el país en general.
nible a partir de las riquezas que
poseen en su entorno, siempre que
éstas sean manejadas de una for-
ma racional y con respeto a la opi- Establecer una línea de tiempo de los sucesos
nión de las/os pobladoras/es. que llevaron a los trágicos hechos ocurridos en
la zona de Corral Quemado y la Curva del Dia-
blo, tramo de la carretera que conduce a Bagua,
(Amazonas), nos traslada al momento en que se
explicita la radicalización del discurso presiden-
cial sobre la propuesta económica neoliberal del
régimen a finales del 2007.
Contexto previo 2007 - 2008
Cronología A poco más de un año de su segundo mandato,
de errores en noviembre del 2007, el presidente Alan García
publicó en el diario El Comercio los artículos en
e indiferencia que
los que hace referencia al “perro del hortelano”
como una metáfora del desaprovechamiento de
no deben olvidarse los recursos nacionales. Mencionó directamen-
te la situación de la selva peruana señalando las
posibilidades de inversión y desarrollo sobre sus
63 millones de hectáreas, pero bajo la condición
previa de constituir propiedades delimitadas que
den una seguridad de largo plazo al capital y a la
tecnología. No se tomó en cuenta en los artículos
a las poblaciones de estos territorios en su dimen-
sión ciudadana.
En diciembre del mismo año, el Ejecutivo soli-
citó al Congreso de la República facultades legis-
lativas para adecuar la normatividad nacional al
marco de aplicación del Tratado de Libre Comer-
47
cio suscrito con los Estados Unidos. El pedido se
aprobó por mayoría y entre mayo y junio del 2008
–casi al término de los seis meses de plazo para
legislar– emitió decretos legislativos sobre distin-
tas materias, entre los que figuraban los referidos
a promover la inversión privada en la selva, afec-
tando los derechos al territorio y consulta de los
pueblos amazónicos.
La Defensoría del Pueblo presentó prontamen-
te, en el mismo mes de mayo, una demanda de
inconstitucionalidad contra uno de los decretos le-
gislativos, el Nº 1015, por ser una norma que vulne-
raba los derechos constitucionales de participación
y consulta de las comunidades campesinas y nati-
vas, así como el derecho a la identidad cultural.
Protestas sociales e indiferencia guberna-
mental
Los pueblos amazónicos iniciaron sus protes-
tas contra estas normas en el mes de agosto, las
que fueron lideradas por la Asociación Interétnica
de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP),
organización compuesta por 57 federaciones y
organizaciones territoriales representativas de
las 1,350 comunidades nativas, habitadas por
350,000 mujeres y varones indígenas.
El 18 del mismo mes, el gobierno declaró el es-
tado de emergencia en las provincias de Bagua y
Utcubamba en Amazonas, como respuesta a los
reclamos.
Al día siguiente, la Comisión de Pueblos Indí-
genas del Congreso derogó los DL 1015 y 1073 y,
el 22 de agosto, el pleno la confirmó por 66 votos
a favor y 29 en contra.
En la segunda semana de septiembre se formó
en el Congreso una comisión multipartidaria para
evaluar los caminos de solución a las demandas
de los pueblos amazónicos.
En diciembre, la comisión presentó su informe
recomendando derogar los diez decretos legis-
lativos cuestionados. El entonces presidente del
Legislativo, Javier Velásquez Quesquén, anunció
que sería presentado al pleno el 1º de febrero
del 2009 debido a las vacaciones de las/os con-
gresistas. Sin embargo llegó la fecha indicada sin
que se cumpliera con el ofrecimiento.
Año 2009. Se mantiene la misma dinámica
En febrero se inició la reunión de jefes de las
48
comunidades amazónicas en Bagua con la reafir-
mación de continuar la lucha por la derogatoria de
los decretos atentatorios a su soberanía territorial.
En marzo, AIDESEP envió cartas al presidente
del Consejo de Ministros, Yehude Simon, y al ti-
tular del Legislativo, Javier Velásquez Quesquén,
informando que los pueblos amazónicos retoma-
rían la movilización suspendida en agosto del
2008 en demanda de la derogatoria de los decre-
tos legislativos 1020, 1064, 1080, 1081, 1089 y
1090.
La última semana del mismo mes se frustró la
conformación de la Mesa de Diálogo permanente
entre el Estado y los pueblos indígenas. Repre-
sentantes del gobierno acusaron de manipulación
a los dirigentes de AIDESEP y éstos respondieron
señalando que el espacio se creó sin un proceso
de consulta previa, y sin garantizar la participa-
ción legítima de los pueblos indígenas debido a la
convocatoria a organizaciones no legitimadas.
El 9 de abril, las organizaciones regionales de
AIDESEP (ORAU, ARPI-SC, ORPIO, CORPI-SL,
FENAMAD, ORPIAN y COMARU), retomaron su
movilización nacional indefinida. Cinco días des-
pués, 300 indígenas awajún y wampis marcharon
pacíficamente por la ciudad de Bagua, acción que
se repetirá en diferentes zonas de la amazonía.
El 20 de abril, el presidente del Consejo de Mi-
nistros condiciona la formación de una comisión
multisectorial entre el Poder Ejecutivo y AIDESEP,
al levantamiento de las protestas.
Ante la falta de respuesta de las autoridades
y el incumplimiento de la presidencia del Congre-
so de debatir el informe de la Comisión Multisec-
torial, los pueblos indígenas incrementaron sus
protestas. El 24 de abril manifestantes awajún y
wampis ingresaron a la Estación 5 y 6 de Petro-
perú (Amazonas).
Antes de finalizar el mes, el presidente del Con-
greso informó que la discusión por el pleno del
informe de la comisión multipartidaria (que evaluó
alternativas a las demandas de los pueblos ama-
zónicos) dependía de la decisión de la Junta de
Portavoces. Este grupo votó por el no.
Se acerca la tragedia
El 9 de mayo, el gobierno estableció el estado
de emergencia en localidades de cinco regiones
amazónicas. El 15, Alberto Pizango habló públi-
camente del derecho a la insurgencia. Al día si-
guiente, el presidente Alan García declaró a los
medios que la selva era de todos los peruanos, y
no sólo de un grupo. Los dirigentes de AIDESEP
afirmaron –el mismo día– que su lucha por la de-
rogatoria de los decretos legislativos será en el
marco del Estado de derecho.
El 19 de dicho mes, la Comisión de Constitución
declaró la inconstitucionalidad del D.L. 1090 por
ocho votos a favor, cinco en contra y una absten-
ción, por afectar la sostenibilidad de la amazonía.
Se pronunció al respecto Ernesto Alvarez Mi-
randa, integrante del Tribunal Constitucional, pre-
cisando la constitucionalidad del convenio 169 de
la OIT y la obligación de las empresas de desa-
rrollar los mecanismos de consulta con las comu-
nidades indígenas y campesinas.
El 22 de mayo son denunciados por el gobier-
no Alberto Pizango y un grupo de dirigentes de
AIDESEP, por el delito de conspirar contra el Es-
tado.
El 26 de mayo, a 47 días de la paralización
amazónica, la Comisión de Constitución declaró
inconstitucional el D.L. 994 por atentar contra los
derechos a la propiedad de las comunidades indí-
genas y campesinas y su derecho a la consulta. El
congresista aprista Jorge del Castillo respondió afir-
mando que dicha decisión era un sabotaje al acuer-
do comercial suscrito con Estados Unidos (el TLC).
El 27 de mayo se cumplió una jornada nacional
en respaldo a la lucha amazónica, la misma que
fue impulsada por la Confederación General de
Trabajadores del Perú (CGTP).
Entre el 2 y 4 de junio, buques de la Marina de
Guerra del Perú cruzaron el río Napo para despe-
jar las barricadas levantadas por las poblaciones
indígenas y así abrir paso a las embarcaciones de
la empresa petrolera Perezco. Las radios regiona-
les informaron del uso de sus armas de guerra.
El 4 de junio, el Congreso suspendió el debate
sobre la derogatoria de los decretos legislativos al
aceptarse el pedido del congresista aprista Mauri-
cio Mulder de esperar primero los resultados de la
Mesa de Diálogo entre el Ejecutivo y las comuni-
dades nativas, la misma que desde el 13 de mayo
se encontraba sin funcionar.
En el transcurso del día, la Defensoría del Pue-
blo interpuso una demanda de inconstitucionalidad
contra al D.L. 1064 por ser una norma que afecta-
ba los derechos constitucionales a la propiedad de
la tierra y de consulta a los pueblos indígenas.
El 5 de junio, un contingente de 369 efectivos
de la Dirección Nacional de Operativos Especiales
(DINOES), con apoyo de efectivos de las Fuerzas
Armadas, llegaron a la zona de Corral Quemado
y la Curva del Diablo a cumplir con la orden de
desalojo dispuesta por la ministra del Interior Mer-
cedes Cabanillas, con un trágico saldo de 33 per-
sonas muertas: 23 policías, cinco ciudadanos in-
dígenas, y 200 heridos. Resultaron detenidos 83
pobladores, 18 de los cuales fueron trasladados
al penal de Chachapoyas.
Ese y los días siguientes se desató una batalla
informativa. Caracterizó este momento la impre-
cisión en los hechos, sobre todo por parte de las
autoridades gubernamentales, quienes intentaron
acusar a los indígenas de usar armas de fuego, a
la vez que se soltaba un enorme ovillo para eva-
dir responsabilidades en la decisión del desalojo
y sus consecuencias.
Se pronunciaron las organizaciones de socie-
dad civil, entre ellas las feministas, expresando su
indignación y críticas al gobierno que por negarse
a dialogar en forma seria y consecuente con las
organizaciones indígenas amazónicas, no evitó el
desenlace vivido en Bagua.
El 8 de junio se asiló en la embajada de Nica-
ragua el presidente de AIDESEP ante el riesgo de
una inminente captura al haber sido responsabili-
zado por el gobierno por los sucesos de Bagua.
El 11 de junio se realizó una jornada de so-
lidaridad con los pueblos amazónicos y deudos
de las víctimas de Bagua con amplia participación
ciudadana en la capital y diversas ciudades del
país. “La selva no se vende, la selva se defiende”
fue uno de los lemas más coreados.
El 17 de junio, la OIT pidió a las autoridades
peruanas aplicar los mecanismos necesarios para
concretar el derecho a consulta de los pueblos
indígenas respecto de decisiones que afecten el
uso de sus recursos, de acuerdo a lo establecido
en el Convenio 169.
El 18 de junio, en una tardía reacción, el Con-
greso aprobó la derogatoria de los decretos legis-
lativos 1090 y 1064. La norma se publicó al día
siguiente en el diario oficial (Mariela Jara).
49

Debate
feminista
El décimo aniversario del Foro
Social Mundial es un motivo para
la autora de reflexionar sobre cómo
se están construyendo hegemonías
alternativas como una respuesta al
capitalismo y su política neoliberal.
El presente es un resumen de un
artículo más extenso que pueden
leer en la web del Centro Flora
Nuevas hegemonías
Tristán.
y democracia
Virginia Vargas Valente*
El Foro Social Mundial (FSM), en su breve pero intensa y
expandida historia de diez años, aparece como un microcos-
mos que contiene las múltiples formas en que hoy se están
gestando y perfilando los contenidos de una hegemonía alter-
nativa. “Otro mundo es posible”, el lema del FSM, ha sido la
primera respuesta radical al capitalismo, confrontando su afán
de presentarse como el único horizonte de lo posible, expre-
sado en la idea fuerza de “el fin de la historia”.
El FSM alimenta así una dimensión utópica, que había esta-
do desdibujada dramáticamente en las últimas décadas. Esta
“imaginación” alternativa es fundamento e impulso para una
nueva hegemonía. El Foro, como tendencia, expresa también
una nueva forma de agregación política que se expande y se
diversifica, sin tener a priori una dirección programática o una
dirección instituida para definir sus rumbos (Betania Ávila).
“En este espacio, los movimientos encuentran un locus fe-
cundo para sus alianzas, impulsando una relación dialéctica
en la cual los movimientos producen un proceso que reconfi-
gura la dimensión de cada movimiento y los movimientos en
50
general” (Ibíd.). Es un espacio que si bien arrastra
aún muchas de las incongruencias y debilidades
de los movimientos y los impactos de las fuerzas
hegemónicas, indudablemente, está alimentando
y potenciando las perspectivas de una nueva he-
gemonía que traen los movimientos sociales, con
sus instituciones, sus intelectuales.
Hegemonía, breve acercamiento
Parto de algunas dimensiones de la concepción
gramsciana de hegemonía, pues aunque el con-
texto actual es muy diferente al que vivió Gramsci
en su época, sigue creo teniendo tremenda validez
actual. La hegemonía para Gramsci se desarrolla
cuando las clases subalternas despliegan su pro-
pia concepción del mundo, logrando el consenso
activo de otras clases y capas de la sociedad, y
un cambio en las coordenadas del imaginario de
las sociedades.
Todos los esfuerzos de la(s) clase(s) fundamen-
tal(es) por extender su concepción del mundo a las
grandes masas, por desarrollar sus intelectuales
orgánicos, por crear una voluntad colectiva na-
cional, apuntan a la constitución de hegemonía. Y
aunque el vínculo orgánico esencial en la vida po-
lítica radica en su función social dentro del mundo
de la producción, la hegemonía antes que direc-
ción económica o política, es una dirección cultural
y moral. Es un concepto integrador de la política,
que conlleva un cambio radical no solo en la eco-
nomía, la política, la cultura, la filosofía y su prácti-
ca, sino también en sus instituciones.
Esta concepción del mundo alimenta un (nue-
vo) “bloque histórico” que es el sustento de la
hegemonía, al superar dispersiones y fragmenta-
ciones y expresar una unidad de fuerzas sociales
y políticas diferentes, concretas, en un periodo
histórico dado, las cuales no solo critican la he-
gemonía previa sino que busca la construcción
de un proyecto político de transformación de las
relaciones sociales de producción, cohesionando
la sociedad civil y la sociedad política.
La nueva hegemonía tiende a realizar una uni-
dad de fuerzas sociales y políticas diferentes y
tiende a mantenerlas unidas a través de la con-
cepción del mundo que ella ha trazado y difundi-
do y cuya aceptación será mayor al incorporar los
intereses de las clases subalternas (en sentido
amplio, de excluidos/as y subordinados/as). Es la
sociedad civil la que construye hegemonía, por-
que construye espacios para las articulaciones, el
reconocimiento, las alianzas, y la producción de
nuevos sentidos comunes que las orientan. Por-
tantiero define la hegemonía como la ordenación
particular e irrepetible de elementos simbólicos y
materiales con los que una cultura política se or-
ganiza institucionalmente.
Es indudablemente una revolución. Sin embar-
go, no es el “asalto al poder”. El concepto de revo-
lución, en esta perspectiva, contiene un “proceso
de laboriosa gestación y no de acontecimiento
único e irreversible, con un contenido de transfor-
mación radical no limitado al poder político y las
relaciones de producción, sino de ruptura de to-
das y cada una de las relaciones signadas por la
opresión y la desigualdad”, tengan coordenadas
étnicas, religiosas o de género… (Campione ).
La actual hegemonía capitalista neoliberal
Para muchas/os, la hegemonía neoliberal está
debilitada o simplemente no existente (Modone-
si), por lo que queda la dominación sin ropaje he-
gemónico (¿esta pérdida dramática de hegemo-
nía alcanzará a la hegemonía capitalista o solo
neoliberal?). Existe junto con esta profunda crítica
social a los devastadores impactos socioeconó-
micos del modelo hegemónico, otra dimensión
de crítica, lo que Lowy llama “crítica artista”, una
crítica del desencanto, de la inautenticidad y de la
miseria de la vida cotidiana, de la deshumaniza-
ción del mundo por la tecnocracia, de la pérdida
de autonomía, del autoritarismo represivo de los
poderes jerárquicos, a las formas de poder, de or-
ganizarlo y ejercerlo, de la concepción de demo-
cracia reducida a su expresión más primaria, la
representación. Es una crítica que va alimentando
una nueva subjetividad.
Esta pérdida de hegemonía, sin embargo, no
es total. La crisis actual del capitalismo en su fase
neoliberal no es una crisis terminal, pero sí una
crisis civilizatoria, que está generando una pro-
funda crítica al modelo productivista, depredador,
explotador, patriarcal y racista. Y a su lógica de
acumulación. Sin embargo, su visión del mundo
–eurocéntrica, etnocéntrica, racista, patriarcal,
etc.– sigue siendo relevante en los horizontes
referenciales de las sociedades y también de los
movimientos y fuerzas de cambio.
51
 Frente a ello, la disputa por el reconocimiento
de otras perspectivas y cosmovisiones comienza
a ser central. Ello apela a hegemonía en su di-
mensión cultural, al cambio de los sentidos comu-
nes de la hegemonía dominante en cada una de
sus dimensiones excluyentes y su lógica de do-
minio y legitimidad, acompañando el surgimiento/
alimentación de nuevas sensibilidades alterna-
tivas a la existente, construyendo otra visión del
mundo. Ello conlleva un cambio en la perspectiva
de análisis.
Se trata, dice Lilian Celiberti , de construir he-
gemonía desde prácticas políticas que se dan en
múltiples espacios y con múltiples acciones de
subversión en lo íntimo, lo privado y lo público, y
que hace de la acción política para la transforma-
ción social, una transformación cotidiana de las
relaciones de poder.
Prefiguraciones de una nueva hegemonía
La base fundante de esta nueva hegemonía
es la existencia de movimientos sociales múl-
tiples que desde sus prácticas, sus propuestas,
su producción de conocimientos, sus utopías, co-
mienzan a perfilar un nuevo proyecto emancipa-
torio, respondiendo a la “dominación múltiple del
capital” (Valdez ), evidenciando que la dinámica
de producción de riqueza y explotación, junto con
la dinámica de reproducción y de discriminación
sexual, racial, generacional, no son expresiones
aisladas sino parte fundante y fundamental del
carácter estructural de la dominación y, una vez
confrontados, fuente de nueva socialidad (Ibíd.).
Algunas de las tendencias de estos movimien-
tos no son las clásicas conocidas. Ni la forma de
constitución del sujeto emancipador ni los con-
ceptos ni las prácticas ni las formas de organiza-
ción ni la institucionalidad. Es un movimiento(s)
de escala planetaria, con claras raigambres loca-
les, con fuerte contenido antineoliberal y antica-
pitalista.
Se expresa a través de redes amplias y descen-
tralizadas, facilitadas por las nuevas tecnologías
de la comunicación y la información, generando fi-
suras en la subjetividad dominante y alimentando
subjetividades diferentes y alternativas, con prác-
ticas sociales inéditas que abren otros horizontes
posibles y posibilidades de nuevas formas de re-
52
conocimiento y articulación, en interactividad, en
prácticas descentralizadas, más horizontales, con
articulaciones transversales…
En medio de esta diversidad, de enorme rique-
za, hay algunas dimensiones compartidas. Para-
fraseando a Gilberto Valdez lo antisistémico o con-
trahegemónico se resignifica como subversión/
superación no solo política, económica y social
del capitalismo, sino profundamente civilizatoria
y cultural, levantando algunos ejes transversales,
cuyo centro es la diversidad (sexual, de género,
de raza, etnia, culturas, identidades), con valores
anticapitalistas, antipatriarcales, antirracistas, la
defensa del medio ambiente y el rechazo a lógi-
cas productivistas depredadoras, por el “buen vi-
vir”, etc., asumidos desde la cotidianeidad, y en
nuestras propias prácticas.
Todo ello alimenta transformaciones profun-
das en las relaciones interpersonales y en la vida
colectiva. Son procesos que están alimentando
cambios paradigmáticos en un mundo en crisis
de paradigmas.
Otro horizonte de poder
Si el horizonte de transformación no se orienta
a la sustitución de una hegemonía por otra, ni a
mantener la separación entre dirigentes y dirigi-
dos, ello implica, como dice Gramsci, la sociali-
zación del poder económico, político y cultural. Es
recuperar el poder como extensión del ejercicio
democrático, hacerlo sujeto a escrutinio democrá-
tico, inventando formas no jerárquicas de relacio-
narse con el poder…
Otra dimensión de ese horizonte de poder es
el reconocimiento que no está solo en el espacio
público, sino que abarca todas las dimensiones
de la vida social y personal, abriendo otras dimen-
siones de lucha por modificar las relaciones de
poder en el ámbito de lo privado, en las relaciones
personales, sexuales, en la transformación de la
vida cotidiana. Confronta así la tajante separa-
ción entre la esfera publica, visto como espacio
de dominio masculino, y la esfera privada, vista
como espacio de dominio de las mujeres (Celiber-
ti), lo que alimenta una perversa división sexual
del trabajo donde los costos de reproducción re-
caen exclusivamente sobre ellas, originando una
cadena infinita de desigualdades sexuales, socia-
les y relaciones antidemocráticas.
La nueva hegemonía apunta a reconocer que
lo público y lo privado están “… absolutamente
imbricados, de tal forma que “…nada hay perso-
nal en la configuración subjetiva que no esté ya
atravesado por lo social” (Leonor Arfuch ). Este
horizonte de poder también abarcan relaciones
organizativas, institucionales e interinstituciona-
les, y en ellas las relaciones interpersonales. No
pueden invocar de modo consecuente las preten-
siones contra hegemónicas, dice Campione, des-
de organizaciones que excluyen iniciativas de sus
bases en sus filas, que preparan a sus miembros
en un ambiente de verticalismo y subordinación.
Nueva concepción de sujeto emancipador
El FSM ha evidenciado la fuerza de la multi-
plicidad de formas de lucha y resistencia de los
movimientos y actores sociales que confluyen en
este espacio(s). Es más que diversidad. Es la evi-
dencia de un sujeto de transformación no anclado
en una forma organizativa o de lucha, o alrededor
de una prioridad, sino un sujeto formado por la
multiplicidad, proponiendo nuevas perspectivas
epistemológicas y nuevas cosmovisiones. La di-
versidad del sujeto ha adquirido, dice Valdez, be-
ligerancia política y visibilidad epistemológica.
Este sujeto múltiple (movimiento de Justicia
y Solidaridad global, lo llama Peter Waterman),
contiene muchas dimensiones fundantes de una
perspectiva hegemónica alternativa y que consti-
tuye una novedad en el horizonte de transforma-
ción. Una de ellas es el reconocimiento de una
realidad invisibilizada desde la perspectiva occi-
dental euro céntrica: la existencia de perspectivas
y cosmovisiones “otras” que confrontan el hege-
monismo de la cosmovisión occidental.
La activa presencia de los movimientos indí-
genas en el FSM está abriendo el espacio para
estos diálogos de saberes y revisión de las prac-
ticas. Una de las ideas fuerza es la relación con
la madre tierra, la Pachamama, y la persecución
del Buen Vivir, central para imaginar una nueva
sociedad, recuperar conocimientos y saberes in-
visibilizados, generar formas solidarias y no jerar-
quizantes de organización y trabajo.
Igualmente, los feminismos están aportando
nuevas perspectivas y categorías democrático
radicales alrededor de la infraestructura del cui-
dado, función primaria y fundamental de la cual
depende nada más ni nada menos que la vida hu-
mana, expresándolo con el concepto de “econo-
mía del cuidado”, para referirse al espacio donde
la fuerza de trabajo es reproducida y mantenida
(tareas domésticas, cuidado de niñez, de enfer-
mos, discapacitados, etc. (Celiberti).
Ello implica también una economía ecológica,
que dé prioridad a la armonía con la naturaleza
y no su destrucción. Desde diferentes entradas,
se alimenta esta idea fuerza del Buen Vivir: “Para
desarrollar una concepción de la buena vida o
buen vivir, donde las necesidades del cuidado no
se conviertan en factor de desigualdad entre hom-
bres y mujeres, es necesario integrar la ética del
cuidado a la ética de la justicia” (Ibíd.).
Acercarnos a estas dimensiones está requi-
riendo también una concepción dinámica y no
esencialista de las identidades, no como suma-
toria de atributos predeterminados e inmutables
–raza, sexo, color, nacionalidad– sino como arti-
53
culación contingente, una posicionalidad relacio-
nal, un devenir más que un ser, y una renovación
permanente de las identidades (Leonor Arfuch).
Valdez aporta a esta idea al decir que las di-
ferencias (clase, etnia, edad, raza, orientación
sexual, nacionalidad…etc.) no existen más que
formando una red compleja de relaciones mutuas.
Ello alimenta ese cambio de perspectiva paradig-
mática.
Otra conceptualización de democracia
La nueva conceptualización de la democracia
54
que aportan los movimientos y sus intelectuales
es evidente que va más allá del ejercicio electoral
y de sus distorsiones (neo) liberales y coloniales.
¿Pero que tanto más allá?
El horizonte democrático radical que comien-
za a perfilarse evidencia que la democracia no es
solamente un sistema político. Está íntimamente
conectado con valores de justicia social e igual-
dad de género, de raza, etnia, sexualidad, y está
atravesando todas las relaciones sociales y per-
sonales.
Es una conciencia y una forma de organizar la
vida social en todas las dimensiones en las que
vivimos la experiencia de ser humano/a . Impli-
ca reconocer la voz de los diferentes actores, la
validez de sus prácticas y de su producción de
conocimientos y cosmovisiones, donde los de-
rechos individuales y colectivos son ejercitados.
Todo lo que conlleva otra concepción de desa-
rrollo (De Sousa Santos), al considerar asuntos
de tierra-territorio, agua, recursos naturales).
También implica alimentar nuevas subjetivi-
dades, menos antropocéntricas, menos arro-
gantes, más en conexión con los ecosistemas,
alimentando otras dinámicas interpersonales,
donde las dimensiones políticas de lo personal
y las subjetividades son incorporadas al hori-
zonte democrático…
Esta perspectiva de democracia radical está
evidenciando la urgencia de redistribución (ac-
tivo ejercicio de los derechos económicos y so-
ciales) y reconocimiento (activa visibilidad de
cosmovisiones, de diferentes perspectivas cul-
turales, sexuales, raciales de los sujetos socia-
les). El aporte de los movimientos indígenas y
afro latinos, en el caso de America Latina, está
contribuyendo a posicionar la perspectiva de
interculturalidad como co-sustancial a las pro-
puestas democráticas radicales.
El aporte de los movimientos feministas y de
diversidad sexual está contribuyendo a alimentar
una nueva perspectiva epistemológica al colocar
el cuerpo como sujeto político, portador de de-
rechos y sujeto de conocimiento. Igualmente, el
aporte de los movimientos ecologistas, dimensión
cada vez mas compartida como uno de los ejes
paradigmáticos contra hegemónicos.
Nueva institucionalidad democrática
Los cambios en las subjetividades y la forma
de pensar la política, involucran cambios en las
instituciones y en las formas organizativas hacia formatos de la política partidista. Es también evi-
unas más horizontales, más descentralizadas, dente que la forma/partido moderna ha sido des-
más en relación con las vidas y aspiraciones de tituida en su centralidad de los nuevos circuitos y
las ciudadanías. niveles de intercambio político.
La hegemonía se ejerce a través de aparatos En estas circunstancias, su viabilidad depende
o instituciones privadas (de naturaleza eminente- de un doble movimiento: tanto de renovación de
mente política e ideológica, como las escuelas, sus diseños organizativos: ajustarse a la forma/
iglesias, sindicatos, familia, asociaciones, parti- red/plataforma, buscando relaciones de comple-
dos, medios de comunicación masiva). Todas las mentariedad horizontal con movimientos socia-
variadas formas de desigualdad y discriminación les y nuevos agenciamientos político-culturales,
son ocultadas y reproducidas a través de estas como de asumir un papel subsidiario, mediador y
poderosas instituciones que arrastran prácticas articulador de otras formas de agregación de inte-
alienadoras, como la separación sexuada entre lo reses, sin pretender sustituirlas.
público y lo privado, la heterosexualidad institu-
cionalizada, la división y estructura sexuada del
trabajo y empleo (Betania Ávila). Por lo mismo, to-
dos estos son espacios y dimensiones que exigen
profunda transformación democrática.
Para cada uno de estos aparatos hegemónicos
la pregunta es ¿qué tipo de transformación que
corresponda a estas nuevas subjetividades y esta
visión del mundo? Los cambios en las percepcio-
nes sobre el contenido y orientación de esta insti-
tucionalidad ya pueden ser reconocidos en visio-
nes radicalmente diferentes sobre los contenidos
de la educación, sobre nuevas orientaciones de
los sindicatos, sobre los medios de comunicación,
etc. Por ejemplo, el reconocimiento del concep-
to de familia, hegemónico, clasista, portadora de
relaciones de poder invisibilizadas, heterosexual,
ha dado paso al reconocimiento de la existencia
de múltiples otras formas, más democráticas y
plurales, de convivencia familiar.
Quiero, sin embargo, referirme a los cambios
que comienzan a percibir en dos instituciones cla-
ves para el desarrollo de una hegemonía alterna-
tiva: los partidos políticos y el Estado…
En el caso de los partidos, cuyo rol es indu-
dablemente importante en la construcción de una
nueva hegemonía, una creciente perspectiva crí-
tica cuestiona su falta de adecuación a las nuevas
circunstancias y a una política democrática, en su
forma de organización, sus relaciones internas y
con los movimientos sociales.
Biardeau dice que es evidente que, en esta
pluralidad de sujetos emancipatorios, las múlti-
ples formas de opresión dominación, coerción,
hegemonía ideológica, discriminación, control so-
cial y la exclusión, no pueden confrontarse bajo
una agenda unitaria, ni exclusivamente bajo los
55
 Es decir, en la articulación de una contra he-
gemonía deviene imprescindible la participación
de los diferentes colectivos, actores y movimien-
tos sociales que están cuestionando, desde di-
ferentes perspectivas, la hegemonía dominante
(Biardeu, Sousa Santos, Rodríguez y Saco). Y
ello requiere, como dice Celiberti, otro horizonte
de poder: no vanguardista, contestatario al auto-
ritarismo y defensor de las múltiples y diversos
actores como sujetos de cambio”…
En relación al Estado…, en una nueva hege-
monía, requiere ser re-imaginado en sus funcio-
nes, su normatividad democrática, participativa,
gestionaria con la sociedad, ampliando la hege-
monía (no imponiéndola) a la sociedad. Lo que
tiene implicancias en la política, superando su
perspectiva economicista de instrumento de coer-
ción de la clase dominante, y extendiéndola más
allá de una concepción estrecha de la política re-
ferida solo al sistema político para abarcar al con-
junto de relaciones sociales (Mouffe)…
Son evidentes también las tensiones que trae
para la ciudadanía y la democracia la no sepa-
ración entre Iglesia y Estado, y éste es un punto
sensible a discutir no solo con los movimientos de
América Latina, y particularmente los movimientos
indígenas en los que su espiritualidad religiosa es
parte de su proceso organizativo (Cecilia Olea),
sino también con los movimientos democráticos
musulmanes, donde la separación entre Estado e
iglesia es mucho más difusa.
Es evidente, también, que no podemos pensar
el Estado en lo nacional, sin pensarlo en lo global
y en lo local, y en sus interrelaciones. Y aunque
está surgiendo un “cambio de imaginación” hacia
una perspectiva global, para actuar en lo global
y en lo local, las articulaciones no siempre son
claras.
Múltiples cosmovisiones y saberes
Múltiples sujetos, múltiples luchas, nuevas
categorías epistemológicas, son algunas de las
dimensiones de estos nuevos escenarios contra
hegemónicos que alimentan una imaginación al-
ternativa y una democracia cognitiva , única for-
ma de confrontar la monocultura del conocimiento
abriéndose a una ecología de saberes con el re-
conocimiento que no hay conocimiento privilegia-
do, lo que hay es el hegemonismo de una forma
56
de conocimiento, la occidental. Por ello, uno de
los ejes de este nuevo acercamiento está siendo
el desoccidentalizar la emancipación social, con
un paradigma distinto al de la modernidad, que
haga plausible la imaginación más allá de la mo-
dernidad (Escobar).
Esta perspectiva está siendo alimentada en
América Latina por un potente cuestionamiento
desde lo que se ha llamado la “colonialidad del
poder, y del saber”, “… desatando así el potencial
radical para pensar desde la diferencia y hacia la
constitución de mundos locales y regionales alter-
nativos (Escobar)…
Una contra hegemonía alimenta nuevos mar-
cos de sentido, que a su vez alimentan nuevas
formas de interrogar la realidad, lo que implica
una emancipación de esquemas de interpretación
ideológicamente arcaicos (monoculturales, racis-
tas, sexistas, homofóbicos, belicosos, etnocen-
tristas, antropocentristas, masculinizados, etc.) y
responder a las nuevas exigencias democráticas
que estas nuevas preguntas colocan…
*Fundadora del Centro Flora Tristán.
Mujeres Asháninkas, Nomatsiguengas y Kakintes:
luchando por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres
en la Selva Central del Perú
Sistematización de la experiencia de trabajo del Centro Flora Tristán con las
mujeres indígenas amazónicas de la Selva Central a favor de sus derechos,
con énfasis en violencia, el cambio de patrones culturales y ancestrales que
legitiman la discriminación y violencia contra las mujeres.
Centro Flora Tristán, Cruz Roja Española, Diputación de Málaga. Lima,
2009.
Manuales de atención legal y salud mental para mujeres indígenas
amazónicas
Metodologías de trabajo para promotoras comunitarias, para el manejo de
conflictos y asesoría legal.
Centro Flora Tristán, Oxfam Novib, CIPA.
Género, mujeres y saberes en América Latina. Entre el movimiento so-
cial, la academia y el Estado
Luz Gabriela Arango, Yolanda Puyana, compiladoras.
Reflexiones sobre los avances y desafíos de los estudios de género en las
universidades de la región.
Universidad Nacional de Colombia. Escuela de Estudios de Género.
Colombia, 2007.
Diálogo y diferencia. Retos feministas a la globalización
Silvia Marcos, Marguerite Waller, editoras.
El poder del diálogo a través de las diferencias en pro de la creación de un
nuevo conocimiento feminista sobre la justicia y el cambio social.
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.
Universidad Nacional Autónoma de México. 2008.
Mujeres e imaginarios de la globalización: reflexiones para una agenda
teórica global del feminismo
Celia Amorós Puente.
Analiza los alcances y consecuencias que para las mujeres tiene el actual
proceso de globalización.
Homo Sapiens, 2008. Rosario, Argentina.
Un estudio cualitativo sobre la demanda en la explotación sexual co-
mercial de adolescentes: el caso del Perú
Caracterización y modo en el que opera la demanda, e identifica los factores
económicos, sociales, culturales y psicológicos que determinan comporta-
mientos.
57
 30 años trabajando por los derechos de las mujeres
Derecho a una maternidad segura: supervisión nacional a los servicios Aniversario del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán
de ginecología y obstetricia del MINSA El Centro Flora Tristán está cumpliendo treinta años de trabajo, lucha y defensa irrestricta de los derechos de las
Informe Defensorial Nº 138 mujeres. En todo este tiempo, hemos buscado aportar a una articulación permanente con organizaciones feministas y
Identifica avances y deficiencias en la implementación de dispositivos, nor- de mujeres, de derechos humanos y del movimiento social en general, pues la práctica nos ha demostrado que solo
mas y funcionamiento de servicios sobre maternidad. un movimiento articulado puede seguir avanzando en el logro de los derechos de las mujeres y en la búsqueda por
construir una sociedad realmente democrática e inclusiva.
Ampay mujer: lo mínimo que debemos saber sobre las peruanas de Como señalara Flora Tristán, precursora del feminismo y del socialismo, de quien hemos tomado su nombre, es
hoy indispensable establecer alianzas, pues las mujeres solas no podríamos cambiar la sociedad ni el movimiento obrero
Gustavo Rodríguez sería exitoso sin la participación de las mujeres.
Información que expresa los cambios que han vivido las mujeres en los úl- Las mujeres hemos logrado un protagonismo en estas tres décadas, la del 70 cuando por primera vez se planteó
timos tiempos. el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. En los 80 cuando denunciamos la violencia en la casa y la
Aguilar, 2009. Lima. violencia de la represión y del terrorismo como males que generan sufrimiento y la destrucción de la persona humana.
En los 90, en el trabajo cotidiano y en movilizaciones reiterando que lo que no era bueno para las mujeres no era bueno
Trabajo y familia: hacia nuevas formas de conciliación con correspon- para la democracia.
sabilidad social Las mujeres en términos de derechos hemos alcanzado avances importantes, y en estos logros la sociedad re-
Enfocado en América Latina y el Caribe, argumenta sobre la necesidad de conoce el papel que ha tenido el feminismo, como lo señala la encuesta de la Universidad de Lima en marzo último
avanzar hacia la conciliación de las esferas familiar y personal y laboral, (68.6%). Igualmente, el aporte de las mujeres ha sido fundamental en la economía, pero continúa siendo un trabajo
entre hombres y mujeres y entre familias. mal o no remunerado o invisibilizado.
Sin embargo, hay aspectos en los que nuestras luchas se tienen que confrontar con fuerzas ideológicamente retar-
datarias y con gran poder económico, como es el debate sobre los derechos sexuales y derechos reproductivos, que
son fundamentales en la vida de las personas, pues tienen que ver con su autonomía y con su derecho a la vida.
Las feministas consideramos que debemos continuar trabajando por la reivindicación de estos derechos, pues
tenemos uno de los índices más altos de mortalidad materna (somos el tercer país en América Latina luego de Haití
Otras publicaciones y Bolivia); más de 370 mil abortos clandestinos se practican al año, lo que demuestra que su penalización lejos de
solucionar el problema solo pone en riesgo la salud y la vida de las mujeres, sobre todo de las más pobres; aún hay
-Una historia muy linda. Perpetuando la Red LAC. Red de Mujeres Rurales de resistencia a distribuir la anticoncepción oral de emergencia en los servicios públicos de salud, que disminuiría los em-
América Latina y el Caribe. Brasil. 2007.
barazos no deseados; no se logra reducir las estadísticas de embarazo adolescente y en ello tiene que ver la negación
del Estado peruano a impartir una educación sexual integral y sólida en los colegios.
-Mujer contra la discriminación y la violencia por el desarrollo social. Presiden-
cia de la Nación. Buenos Aires, 2007. Además se requiere de una vigilancia permanente por el clima de creciente conservadurismo, sobre todo en los
espacios de decisión política, que aún se resisten a aceptar que nuestro Estado debe ser laico, pues gobierna para
-¿Por qué y cómo acortar la brecha de género en educación de las niñas y una ciudadanía al margen de sus creencias religiosas
adolescentes rurales en el Perú? Enrique Vázquez H. Y Alvaro Monjes. Manuela Todo este contexto, nos lleva a reiterar, en el marco de las celebraciones por nuestro 30 aniversario, nuestro com-
Ramos, Save the Children, Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional. promiso por continuar trabajando para:
Universidad del Pacífico. Lima, 2007. • Combatir las causas estructurales que restringen la ciudadanía de las mujeres y/o afectan su ejercicio, como lo
expresa nuestra misión.
-Perfil sociodemográfico del Perú • Incidir en la ampliación de la ciudadanía de las mujeres y en las políticas y procesos de desarrollo para que res-
Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), UNFPA, PNUD. Lima, 2008. pondan a criterios y resultados de equidad y justicia de género.
Para este fin, continuaremos aportando al fortalecimiento del movimiento feminista y de mujeres en general, entre
-Perú: Perfil de la pobreza por departamentos. 2005-2007. Instituto Nacional de
ellas las mujeres indígenas amazónicas, andinas, aymaras, con quienes venimos trabajando.
Estadística e Informática (INEI). Lima, 2008.
• Erradicar toda expresión de poder que busca limitar las libertades y la pluralidad de ideas que en toda democracia
debe prevalecer.
• Defender los derechos humanos de las mujeres y en general para que la vida de las/os peruanas/os responda a
los estándares internacionales en derechos humanos.
• Contribuir en la prevención y atención de toda forma de violencia contra las mujeres, como es la violencia familiar,
sexual, el feminicidio, la trata y el tráfico de mujeres.
Biblioteca Flora Tristán • Trabajar por la despenalización del aborto para prevenir la muerte de mujeres por no tener la posibilidad de acce-
Parque Hernán Velarde Nº 42, Santa Beatriz, Lima. der a servicios de salud con calidad.
Atención de lunes a viernes de 1 a 5 p.m. • Se cumplan las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, pues mientras no haya justicia no será posible la
Consulte nuestro catálogo: http://www.flora.org.pe/biblioteca.htm reconciliación.
• Trabajar por una democratización de la política y por una redistribución de los recursos públicos para que bene-
ficien a mujeres y varones por igual.
• Defender el trabajo y permanencia de las ONG que vienen aportando al desarrollo y a la creación de cultura en
nuestro país, llenando muchas veces el vacío que deja el Estado peruano.
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