pwfd x”emc` w”jm
ic`ilm pmlf xe`ioy iax axd
(r”eyde `iozd lra)
r”if m”bao d”dllweuf
MAAMAR
– DISCURSO JASÍDICO –
— traducción libre —
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana
Agüero 1092, (1171) Buenos Aires
(54-11) 4963-7171 / info@kehot.com.ar / www.kehot.com.ar
5781 - 2020
El presente Discurso Jasidico es del año 5655 (1895), pronunciado en
Liadí. En uno de los manuscritos, en el encabezamiento de este maamar
está escrito: “Esto es lo que dijo en la Tercera Comida Sabática en la
Sinagoga”.
Una curiosidad de este Discurso es que es anterior al encarcelamien-
to del Alter Rebe en Petersburgo (que tuvo lugar al final del mes de Tishrei
de 5559 (1798)).
“Los Discursos del Alter Rebe ‘antes de Petersburgo’ inicineraban el
mundo. O sea, como eran del nivel de la Luz Abarcadora (Or Makíf), y su
naturaleza es ‘incinerar’1, no había quien escuchara un maamar de boca
del Alter Rebe y continuara en su estado anterior” (Torat Shalom, del Rebe
Shalom Dovber, pág. 26).
El Rebe pronunció una síntesis de este Discurso Jasídico el Shabat
Behaalotjá 5730 (Torat Menajem, vol. 60, pág. 431), y también ese mis-
mo Shabat, la primera alocución suya estuvo basada parcialmente en el
contenido de este maamar (ibíd. pág 435 y ss.).
VeZé maasé haMenorá: mikshá zahav,
ad iereijáh ad pirjáh...
Y ésta es la obra de la Menorá:
martillada en oro, desde su pie hasta su flor...1
TODO EN LA TORÁ tiene carácter eterno, para todas las genera-
ciones2. Por lo tanto cabe preguntarse, ¿qué enseñanza tiene
esta instrucción para nosotros hoy en día, cuando no tenemos
el Mishkán ni el Beit HaMikdash? La respuesta es que la con-
fección de la Menorá para el Santuario físico tiene su correla-
ción también hoy en día en nuestra tarea permanente de ser-
vir a Di-s3, en este caso la de volvernos nosotros mismos una
28. Así se expresa el amor, como un apasionado anhelo por lograr la má-
xima proximidad con el ser amado, como vemos en la práctica cotidiana.
29. Iyov 33:30.
30. Ibíd. 37:22.
31. Los aspectos de rigor, juicio y severidad se ubican en el norte.
Algunos ejemplos: Di-s comunica al Profeta Jeremías que “desde el norte se
desatará el mal” (Jeremías 1:14), refiriéndose a Babilonia, al norte de Israel;
el degüelle de los sacrificios debía realizarse en el lado norte del Santuario
(Levítico 1:11); el Gran Sanhedrín, el máximo tribunal, sesionaba en la cáma-
ra Lishkat HaGazít ubicada en el ala norte del Santo Templo de Jerusalén.
32. “Tal como el Santo, bendito sea, llena el mundo, así el alma llena el
cuerpo” (Berajot 10a), y a la inversa: “Tal como el alma llena el cuerpo, así
llena Di-s el mundo” (Midrash Tehilím, 103:1). La existencia y característica
de cada elemento de la Creación depende exclusivamente de Él, quien le da
su vitalidad a cada instante con una energía Divina medida, acorde al ser cre-
ado (véase arriba, nota 15). De esta meditación, la dependencia total, abso-
luta y permanente del ser creado, éste toma conciencia de que, en rigor de
la verdad, él no existe más que tanto como lo hagan existir.
33. Zohar I 11b.
34. El concepto de vergüenza respecto del temor, alude a una forma su-
perior de temor. Acá no se trata de una preocupación por el castigo que le
acarrearía cometer un pecado sino que ante la toma de conciencia de la mag-
nificencia de Di-s se avergüenza y no concibe cómo podría fallarle a seme-
jante grandioso Di-s contradiciendo Su voluntad.
10 SEFER HAMAAMARÍM
49. La génesis de las emociones está en el intelecto que las genera. Este se
desarrolla en dos etapas básicas: 1) jojmá (lit.: sabiduría) es el plano en el que
se concibe la idea como un todo comprimido, combinado, donde se observa la
imagen global. Desde este ángulo, el Alma Divina ve la verdad de la Unidad de
Di-s. Y debido a su conexión intrínseca, anhela conectarse a Él cada vez más.
Conexión es amor, y éste es un amor como el agua, cuya característica “fría y
húmeda” provoca adherencia. 2) Biná (entendimiento) toma la idea comprimi-
da de jojmá, la disecciona y separa en sus componentes. Desde su perspectiva,
el Alma Divina contempla lo imponente que es Di-s y Su creación, y eso lleva
al hombre a un temor reverencial, deseando abandonar el confinamiento del
mundo físico para unirse a su fuente primaria. Temor es distanciamiento y des-
composición, como el fuego “caliente y seco” que lo descompone todo.
Ambas vertientes generan dos clases de emoción (temor como el oro y el
fuego, y amor como la plata y el agua) simultáneas.
Por un lado, la emoción se compara al sentimiento de estar frente a un
insigne sabio o monarca, donde la magnificencia percibida hace que uno se
sienta abrumado y turbado, lejano. Este sentimiento de temor es a su vez ori-
gen del amor y deseo de estar conectado a él. Lo mismo sucede con temer y
amar a Di-s como nuestro Creador y Rey: cuanta más conciencia tomamos
de Su grandeza, más crece nuestro temor y reverencia, y eso genera en nos-
otros un anhelante amor, deseando conectarnos con un Creador tan impo-
nente. Esto es temor y amor como el fuego, ya que la cuestión aquí es anu-
lar la forma original de algo, en este caso modificar nuestra perspectiva del
mundo y ver cómo éste está realmente anulado a Di-s.
Pero la emoción también puede compararse al nexo que hay entre un hijo
14 SEFER HAMAAMARÍM
lo a continuación:
“Desde su pie y hasta su flor era toda de una sola pie-
za martillada”: esto significa literalmente que su base, que es
el “pie” de la Menorá en su parte más baja e inferior, y “su
flor”, que son los diseños florales superiores de la
Menorá, pese a la gran diferencia de rango entre lo más eleva-
do y lo más bajo, toda ella, por igual, es llamada bajo un
mismo y único nombre: “Menorá”.
Aplicado al pueblo judío, esto indica que tanto los grandes
tzadikím –los hombres justos y piadosos que son llamados
pirjáh/ (lit.: “su flor”) debido a que su estudio de la
Torá y sus oraciones “se remontan (parjá/) a lo Alto
en vuelo”50 por medio de su temor y amor a Di-s que son
“alas espirituales para el vuelo” a lo Alto de su Torá y plega-
ria51, como se explica en el santo Zohar52– e incluso el ju-
dío simple que es considerado tan sólo “pie” – todos ellos son,
en verdad, componentes de una única y misma “Menorá”.
Pero para que esta conexión intrínseca entre todos los judí-
os se revele, es preciso que ellos sean “oro puro”, sin im-
y su padre. El hijo siente por su padre un amor natural y desea preservar e in-
crementar dicha conexión. De modo que este amor incluye también una fa-
ceta de temor, el miedo a dañar dicha conexión y provocar una posible se-
paración de él. También el Alma Divina tiene una conexión natural con Di-s y
por lo tanto un amor esencial por conectarse con Di-s de manera conscien-
te. Este amor, sin embargo, incluye también el temor a separarse de Di-s al
actuar contra Su voluntad. Esto es amor como el agua, ya que ésta une las co-
sas volviéndolas una única entidad, y del mismo modo en este amor a Di-s la
cuestión es re-unirse con Él para ser como una única entidad.
50. La palabra que el versículo emplea para “su flor” (pirjáh/) tiene
las mismas letras que parjá/ (“se remontan en vuelo”) sólo que vocaliza-
das de forma diferente. El Rebe observa que esta interpretación de la palabra
pirjáh es novedosa (maamar VeZé Maasé HaMenorá 5730; Séfer HaMaama-
rím 5730, pág. 311).
51. Véase Tania, comienzo del cap. 40.
52. Véase Tikunéi Zohar, Tikún 10 (25b).
MAAMAR VEZÉ MAASÉ HAMENORÁ 15
92. Véase el maamar Hejaltzú 5659, cap. 13, pág. 15 (en versión españo-
la, Hejaltzú (ed. Kehot Lubavitch Sudamericana, Bs. As. 2006), pág. 42); Ta-
améi HaMitzvot de Rabí Jaím Vital, Parshat Kedoshím; Maamaréi Admur
HaZakén, Parshiot, vol. 2, pág. 591 y ss.; Séfer HaMitzvot del Rebe Tzemaj
Tzedek, Mitzvat Ahavat Israel (Dérej Mitzvoteja 28a-b); Likutéi Sijot, vol. 25,
pág. 16 y ss.; ibíd., vol. 27, pág. 105.
93. Compárese con Zejaria 8:17: “Que nadie piense mal de su semejan-
te en su corazón”.
22 SEFER HAMAAMARÍM
94. Véase Likutéi Sijot, vol. 10, pág. 24 en nombre del Baal Shem Tov:
“Cuando uno ve el mal en su semejante, esto demuestra que algo similar a
dicho mal está presente en uno mismo”.
95. Véase Tania, Igueret HaKodesh, al final de la Epístola 22; Igrot Kodesh
del Alter Rebe [ed. 5772], pág. 237.
96. O sea que a veces una persona buena hace algo malo, y eso malo que
hizo encuentra expresión en una persona que hace lo malo en forma habi-
tual, arrastrándola aún más abajo. Y a veces pasa lo contrario: un individuo
que suele hacer cosas malas puede realizar una mitzvá, y ésta sube y se co-
necta para inspirar a otra persona, mientras que él mismo no está inspirado.
97. Pensar que los defectos del otro son en verdad suyos –que lo malo
que hay en su semejante puede ser en verdad un mal suyo que descendió a
aquel, siendo él mismo el responsable–, y a la inversa, que el bien de uno tal
vez no es su propio mérito, sino tan sólo el de otra persona, que le llegó a él.
MAAMAR VEZÉ MAASÉ HAMENORÁ 23