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Los aceros inoxidables son aleaciones con base de fierro que contienen un mínimo de
11% de cromo (exceptuando los de la clase 500 como 502, 505, etc.), repartido
uniformemente a través de la aleación.
Lo fundamental para la mayoría de los tipos de corrosión a los cuales están sujetos los
aceros inoxidables es el hecho de que las sales halógenas, principalmente cloruros,
penetran fácilmente la película pasiva y permiten que se presenten ataques corrosivos.
Adiciones del 2 al 4% de molibdeno aumentan la resistencia a los ácidos no oxidantes,
particularmente al ácido sulfúrico de baja concentración.
Las adiciones de níquel también imparten otras importantes propiedades
físicas a los aceros inoxidables.
Hay algunos otros elementos que están siempre presentes en pequeñas cantidades
(trazas) o que se agregan para algún propósito específico. Entre estos mencionamos
principalmente manganeso, silicio, cobre y aluminio, que agregados en cantidades
suficientes, introducen modificaciones en las principales características de un acero
inoxidable. Un elemento que no hemos mencionado todavía es el carbono, el cual es muy
importante. Mientras que el carbono aumenta la resistencia mecánica del acero inoxidable
y permite, en el caso de los tipos al cromo, que se templen por medio de un tratamiento
térmico, reduce la ductilidad, resistencia a la corrosión y tenacidad, especialmente a bajas
temperaturas.
Ya que el carbono tiene una mayor afinidad con el cromo de la que tiene con el hierro, los
dos se combinan fácilmente y su presencia es bastante notoria cuando se suelda porque
en la soldadura necesariamente se emplean altas temperaturas. A medida que el acero se
enfría pasa a través de un rango de sensibilización el cual se localiza entre 480 y 815ºC.
La sensibilización es causada por la precipitación del carbono que normalmente se
encuentra disuelto hacia los límites de los granos en forma de carburo de cromo.
Esta precipitación de carburos causa a su vez una reducción del cromo en los límites de
grano. Ya que los carburos de cromo son aleaciones inestables, producen una estructura
frágil indeseable, de baja resistencia mecánica y que es destruida con relativa facilidad
por el calor o la corrosión. En efecto, una excesiva reducción local del contenido de cromo
puede originar corrosión intercristalina y eventualmente la desintegración del metal.
Para muchas aplicaciones, el efecto del carbono es tan importante que se requieren
medidas de protección especiales para asegurar soldaduras satisfactorias.
1. Usar electrodos con extra bajo contenido de carbono, como por ejemplo el
electrodo UTP 6820 MoLc.
2. Calentar la unión soldada a 1000ºC, temperatura a la cual el carbono se disuelve,
y después enfriar rápidamente en agua. De esta manera no habrá tiempo
suficiente para que se formen nuevos carburos de cromo. Sin embargo, en la
mayoría de los casos, este procedimiento es impracticable debido al tipo, forma o
diseño de la pieza a soldar.
3. Usar soldaduras resistentes a la sensibilización.
Elementos como el columbio, tantalio y titanio tienen una gran afinidad con el carbono.
Estos metales forman carburos inofensivos antes de que el cromo pueda unirse con el
carbono. Además, estos carburos están distribuidos uniformemente en el acero y evitan la
formación de los carburos perjudiciales en los límites de grano, ya que vuelven al material
estable en relación a los carburos, independientemente de tratamientos térmicos. Estos
elementos se conocen como "estabilizadores” y los aceros inoxidables así tratados se
conocen como aceros “estabilizados”. Ya que los elementos estabilizadores no afectan la
fabricación, trabajo o propiedades físicas resuelven uno de los más serios problemas en
la aplicación de aceros inoxidables. Debido a esto los grados estabilizados se han vuelto
indispensables en un gran número de aplicaciones. Aunque estos elementos
estabilizadores pueden ser agregados en el núcleo, (el titanio no puede transferirse a
través del arco) también pueden estar contenidos en el revestimiento. Los electrodos UTP
6820 MoLc tienen bajo contenido de carbono y están estabilizados además con columbio
y tantalio asegurando de esta manera buenos resultados en donde fisuras y corrosión
intergranular deben evitarse.
Entre la línea de productos UTP se cuenta con electrodos para soldar aceros inoxidables
al cromo, tales como el UTP64Ti para soldar acero inoxidable del tipo AISI 502, UTP 66
para soldar AISI 410 y UTP 6601 para soldar AISI 430.
En muchos casos, cuando no es posible dar los tratamientos térmicos, los tipos al cromo
se sueldan con un electrodo austenítico, UTP 68H, debido a que sus depósitos no se
endurecen, obteniéndose una junta elástica. Algunas veces la unión es hecha con un
electrodo austenítico y las capas superiores se sueldan con un tipo al cromo similar al
metal base.