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El olvido o el
perdón de lo imperdonable.
®Lutz Alexander Keferstein Caballero.
Para quien se llama como los laureles.
Advertencia: Mientras escribía el texto que ahora tengo en mis manos ya en forma
su vez claro: La pretensión de cumplir con las fórmulas bien vistas dentro de la
años de 1939 a 1945 no se relaciona con documentales y libros sino con las
cuando ya todos lo creían muerto, caminando desde Siberia con una pierna 20
centímetros. más corta que la otra a causa del atropellamiento causado por un
tanque ruso; con historias que contaban cómo ese mismo abuelo, quien loco por
esa misma familia diariamente durante años se comía lo que mi padre siempre
nombra “sopa de harina”, esto es agua caliente con harina, papas y zanahorias,
las fórmulas similares a: “en palabras de x”, “citando a y”, “como z nos lo hace
aquí sintetizadas, sólo quiere decir que hoy, al escribir, nuevamente acepto en mi
corazón que las emociones que trae la realidad rebasan la necesidad de control
Geoff Tate.
Entiendo por dolor aquel estado de molestia física o mental que nos
espíritu humano, sin embargo, a partir de ese momento, una serie de huellas
cuyas marcas anuncian la existencia del tiempo pasado y que tienen la misma
forma que aquellas condiciones de posibilidad, esto es, las experiencias, que
dirigieron a la situación dolorosa. La huella se llama recuerdo, el terreno, memoria.
errado de nuevo el camino y con ello nos facultan a decidir si tomamos uno nuevo
libertad y a la consciencia.
Ahora bien, la definición con que comenzó esta lectura es, no obstante, lo
olvido, se dice, sana. Siguiendo la metáfora, cuando el terreno es tan blando y las
huellas tan abundantes y hondas que terminan formando una zanja, el caminante
las causas externas, sino en el dolor de sus propios recuerdos del que sólo nos
para no actuar como si no existiera en las ocurrencias de algunos, tal vez en las
más eficaz de terminar con el dolor. Quien muere, ya no adolece. Esta postura la
necesariamente con situaciones de dolor. Así, para el humano, concepto que aquí
que pliegue de manera consciente sus alianzas a una u otra de las dos
II. La memoria
Can't believe it's all so far away
All these years
All our tears
Still we sing the same old song
Let's make right all that went wrong
There's no beginning there's no end
There is no reason to pretend
Crying from help from above
Yngwie Malmsteen.
reconstrucción total consciente de los eventos del pasado sería no solo insufrible
por las cadenas que esto representaría –cadenas de por sí existentes–, sino
otras por medio de la fantasía, estamos a un paso ya de esa famosa mentira que
con sus ministerios de educación saben de eso. Por ello mismo es tan importante
que los pueblos y en términos universales todos aquellos quienes han sufrido
puede ser entendida como un terreno, resulta que también es un terreno de batalla
memoria no resulta ser sólo uno cognitivo o de supervivencia natural humana, sino
manera, funciona en varios sentidos. Es ético cada vez que se lucha contra el
ha generado dolor desde la narración de quien ha sufrido los actos que han
pero también todos los hemos llevado a cabo. Vis circumstantia pareciera que una
gran parte de los actos de injusticia comienzan con uno de victimización. Así,
nos indique qué imágenes elegir y en qué orden presentarlos –aunque esto sería
mismos.
III. El olvido.
“Crazy, but that’s how it goes
Millions of people living as foes
Maybe it’s not too late
To learn how to love
And forget how to hate
Mental wounds not healing
Life’s a bitter shame
I’m going off the rails on a crazy train”
Ozzy Osbourne
como resultado algo bautizable como el olvido del fariseo, quien no ve más, o
finge no ver más, el tronco en su ojo, midiendo con la vara que más acomode a su
mano. Mas, en aras de no ser repetitivo, no será esa la perspectiva utilizada en las
líneas que siguen. Voy, más bien, a contraponer lo que se puede llamar olvido
terapéutico con el olvido ingenuo, tal vez fuera mejor, para no macular una palabra
el olvido descuidado.
cazador furtivo. Diluye las huellas del dolor de tal manera que no queda rastro
ser evitado y combatido a toda costa. ¿Puede el olvido descuidado ser un efecto
Por otro lado, cuando el humano, tras pasar por experiencias dolorosas,
la vez no quede tan apartado que en caso de ser necesario no pueda echar mano
continuar con la vida dejando de lado el rencor sin por ello llegar ineludiblemente
al perdón1. No es necesariamente cierto que el no perdonar signifique seguir atado
vuelven malo a quien los ejecuta, sino sólo descuidado –esto es a todos y cada
plenitud en el momento presente. Rehace los lazos rotos entre pueblos y personas
momento presente. Esta clase de olvido es entonces, más bien, un impasse, una
volitivo y por tanto autónomo, siempre en posesión de una imagen que escondida
o enterrada en alguna parte del terreno, pueda ser retomada pues se ha marcado
el lugar con algún símbolo recordatorio. El olvido volitivo sirve para reconstruir.
inexperiencia.
1
Es necesario, sin embargo, saber reconocer la fuente de la injusticia con claridad para no
confundirla con accidentes y circunstancias y que ese “no perdón” no se convierta en una
obsesión.