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Artículo 74
(*) Texto de! artículo según modificatoria efectuada por la Ley N° 28390, publicada e!17 de
noviembre
CONCORDANCIAS:
Entre las limitaciones al ejercicio del legítimo poder tributario del Estado el
segundo párrafo del artículo 74 de la Constitución vigente establece la "reserva de
ley". Esta limitación constituye uno de los principios jurídicos de la tributación que
la Constitución enuncia como principio de reserva de ley.
Cuando la parte final del primer párrafo del artículo 74 de la Constitución establece
la salvedad referida a aranceles y tasas, en el caso de los "aranceles" se está
refiriendo exclusivamente a impuestos que gravan la importación de mercaderías
-derechos arancelarios-, recogiendo la excepción que ya contenía la Constitución
de 1979 en el numeral 22 del artículo 211, que le atribuía al Presidente de la
República la facultad de regular las tarifas arancelarias. A su vez, al referirse
también la salvedad a las "tasas", implícitamente la Constitución recoge la
clasificación tripartita de tributos -lo que en el segundo párrafo del citado artículo
74 queda corroborado-, expresamente reconocida en nuestro Código Tributario,
según la cual los tributos pueden ser impuestos, contribuciones o tasas.
Sin embargo, el primer párrafo del artículo 74 de la Constitución mirado por sí solo
-es decir, sin analizar lo que establece el segundo párrafo de dicho artículo-, nos
lleva a una visión recortada de los verdaderos alcances de la norma constitucional,
pues el segundo párrafo desde su origen permitía a los gobiernos locales la
creación, modificación y supresión de contribuciones y tasas, y el poder exonerar
de ellas, dentro de su jurisdicción y con los límites que señala la ley. Nos parece
evidente que las contribuciones y tasas a que se refiere este segundo párrafo son
las que se pagan por actividades, obras o servicios que presta el propio gobierno
local que las está creando, modificando, suprimiendo o exonerando de ellas.
El segundo párrafo del artículo 74 dejaba sin responder la pregunta de cuál era el
instrumento legal constitucionalmente idóneo del que debían hacer uso los
gobiernos locales para ejercer su poder tributario. Esta respuesta se infiere de la
Constitución, cuando al referirse a las ordenanzas municipales señala, en el
numeral 3 del artículo 32, que ellas pueden ser sometidas a referéndum; en el
numeral 4 del artículo 200, que procede la acción de inconstitucionalidad contra
las normas que tienen rango de ley, incluyendo entre ellas a las ordenanzas
municipales; y cuando en el numeral 5 del artículo 203 establece quiénes están
facultados para interponer acción de inconstitucionalidad tratándose de
ordenanzas municipales. Estas normas de la Constitución son, pues, las que
permiten inferir que en el ejercicio de su poder tributario los gobiernos locales
deben forzosamente hacer uso de ordenanzas municipales como instrumento
legal constitucionalmente idóneo al efecto.
Mediante el artículo único de la Ley N° 28390, publicada en el diario oficial El
Peruano con fecha 17 de noviembre de 2004, se ha aprobado la modificación del
artículo 74 de la Constitución a los efectos de conceder poder tributario a los
gobiernos regionales, con los alcances que de dicho poder gozan los gobiernos
locales. Esto significa que los gobiernos regionales podrán crear, modificar y
suprimir contribuciones y tasas y exonerar de ellas, en la medida en que tales
tributos tengan como origen actividades, obras o servicios realizados o prestados
por dichos gobiernos.
Los gobiernos locales y los gobiernos regionales tienen poder tributario limitado a
contribuciones y tasas por actividades, obras o servicios que ellos realizan o
prestan, debiendo, en el primer caso, usar exclusivamente la ordenanza municipal
como instrumento para hacer uso de dicho poder, y en el segundo caso -en vía de
interpretación-, las ordenanzas regionales dictadas por el Consejo Regional, dado
que estas últimas, a tenor de lo que dispone el artículo 38 de la Ley N° 27867, Ley
Orgánica de los Gobiernos Regionales, norman asuntos de carácter general.
"(...) todo aquello adicional pueda ser delegado para su regulación a la norma
reglamentaria en términos de complementariedad, mas nunca de manera
independiente".
2. Principio de no confiscatoriedad
En efecto, si por una ley se creara un impuesto a la renta que obligue a los
contribuyentes a entregar al Fisco el 95% -por consignar un porcentaje excesivo-
de sus ingresos brutos, claramente este tributo sería confiscatorio para todos. Si
en cambio, por ejemplo, la imposición se tradujera en una tasa fija -cantidad
determinada, igual para todos- teóricamente poco significativa, sin embargo para
algunos o muchos podría resultar confiscatoria, si respecto de ellos está
extrayendo una parte sustancial de sus rentas.
DOCTRINA
(...) Los Gobiernos Regionales y los Gobiernos Locales pueden crear, modificar y
suprimir contribuciones y tasas, o exonerar de estas, dentro de su jurisdicción, y
con los límites que señala la ley. El Estado, al ejercer la potestad tributaria, debe
respetar los principios de reserva de la ley, y los de igualdad Y respeto de los
derechos fundamentales de la persona. (*) (...)
(*) Texto del artículo según modificatoria efectuada por la Ley N° 28390, publicada el 17 de
noviembre de 2004.
CONCORDANCIAS:
C.: art. 192 inc. 3);
C.T.: norma IV;
D. Leg.757: art. 14
Es así que la potestad tributaría, tal como precisa Héctor Villegas, viene a ser la
facultad que tiene el Estado, para crear, modificar o suprimir unilateralmente
tributos. La creación obliga al pago por las personas sometidas a su competencia.
Implica, por tanto, la facultad de generar normas mediante las cuales el Estado
puede compeler a las personas para que le entreguen una porción de sus rentas o
patrimonios para atender las necesidades públicas. Así, la potestad tributaria
representa el poder estatal en todas sus dimensiones, solo limitada por los
principios tributarios.
1
MÉNDEZ MORENO, Alejandro. Derecho Financiero y Tributario. Parte general. Lecciones de
cátedra. 4' edición. Editorial Lex Nova, Valladolid, 2003, p. 57.
2
VILLEGAS, Héctor B. Curso de finanzas. Derecho Financiero y Tributario. 8' edición actualizada y
ampliada. Editorial Astrea, Buenos Aires, 2002, pp. 252 a 253
jurídicas en base a las cuales se instituyen las contribuciones coactivas, llamadas
tributos.
Por otro lado, suele hablarse en la doctrina de potestad tributaria en dos sentidos
distintos, que contemplan la acción del Estado como legislador y como
administrador. En el primero se habla de potestad tributaria aludiendo al poder
legislativo que corresponde al Estado. En el segundo, se está refiriendo a la
potestad de la Administración Pública tendiente a aplicar las normas tributarias.
Por lo tanto, son, pues, dos acepciones distintas de una misma locución, que
denominamos -siguiendo a Micheli- "potestad tributaria normativa" a la primera y
"potestad de imposición" a la segunda4.
Las fricciones que surgen entre las potestades tributarias de los gobiernos central,
regional y local, no siempre traerá consigo la creación de tributos
inconstitucionales. De ahí la importancia de una concertación fluida entre dichos
gobiernos, para no vulnerar los principios tributarios y derechos de los
administrados.
Esta garantía formal se completa cuando aparecen las garantías materiales que
constituyen límites en cuanto al contenido de la norma tributaria, así como el
principio de legalidad es el límite formal respecto al sistema de producción de las
normas.
Estas garantías materiales son la capacidad contributiva, la generalidad, la
igualdad, la proporcionalidad, la equidad, la no confiscatoriedad y la razonabilidad.
Hay otros límites que completan el estatuto de garantías del contribuyente, y que
son el control jurisdiccional, la seguridad jurídica y la libertad de circulación
territorial 5.
Por otra parte, una de las bases fundamentales de los modernos Estados
europeos surgidos en el siglo XIX, fue la exigencia del consentimiento en la
representación popular para la imposición, enunciada en el aforismo "not taxation
without representation" .
El principio de legalidad requiere que todo tributo sea sancionado por la ley,
entendida esta como la disposición que emana del órgano constitucional que tiene
la potestad legislativa conforme a los procedimientos establecidos por la
Constitución para la sanción de las leyes6.
5
VILLEGAS, Héctor B. Ob. cit., pp. 253 Y 254
6
Una ley indeterminada o imprecisa, y por ello poco clara, no puede proteger a! ciudadano de la
arbitrariedad, pues no implica autolimitación del ius puniendi estata! a la que se puede recurrir.
Además, es contraria a la división de poderes porque le permite al juez hacer interpreteaciones que
lleguen a invadir competencias del Legislativo; no puede desplegar eficacia preventivo-general
En la historia de consentimiento del impuesto por el pueblo se encuentran las
causas de la historia política de Inglaterra, puesto que las luchas entre los reyes y
los parlamentos, por la abolición unos y por la exigencia otros, del mencionado
principio, marca una de las más notables y largas etapas de los acontecimientos
históricopolíticos de esa nación, dando origen a la reafirmación del principio a
través del Act of Apropiation (1626), la Petition rf Rights (1628) y el Bill rf Rights
(1688).
Cierto es que sobre el principio hay general acuerdo doctrinal. Lo que actualmente
se discute es la amplitud del contenido de la ley tributaria 7.
Con el principio enunciado, iniciamos el estudio del contenido de justicia que figura
entre los límites materiales a la potestad tributaria, una vez acordado que el límite
formal deriva de su concreción en preceptos legislativos.
porque el individuo no puede conocer lo que se le quiere prohibir; y por ello su existencia tampoco
puede proporcionar la base para un reproche de culpabilidad. ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte
general, p. 169.
7
VILLEGAS, Héctor B. Ob. cit., pp. 254 a 258
universalmente consagrado. No puede sino admitirse, sencillamente, porque no
puede hacerse pagar a quien no puede. Ello es tan injusto como hacer pagar lo
mismo al titular de una gran fortuna y al más humilde de los ciudadanos 8.
8
FERREIRO LAPATZA, José. Curso de Derecho Financiero españoL Marcial Pons, Madrid, 1991,
p. 323.
9
SAINZ DE BUJANDA, Fernando. Hacienday Derecho. Introducción al Derecho Financiero de
nuestro tiempo. Tomo 3. Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1962, p. 185
10
JARACH, Dino. Finanzas públicas y Derecho Tributario. Cangalla, Buenos Aires, 1985, pp. 131 Y
ss
descentralización11.
El gobierno central y los gobiernos locales son los que ejercen mayormente la
potestad tributaria. Con la modificatoria antes mencionada, los gobiernos
regionales ejercerán la potestad tributaria conferida con la creación, por ejemplo,
de contribuciones y tasas que no se contrapongan con las establecidas por los
gobiernos locales, cuyo acreedor y administrador serían los propios gobiernos
regionales. Ello no debe implicar la superposición de la carga impositiva a los
contribuyentes, puesto que si la distribución del gasto público y la debida
proporción de dicha imposición no es adecuada provocará el incremento del sector
informal, dado que dicho sector no siente presión alguna de las autoridades.
La potestad tributaria no puede ser ejercida de manera absoluta y arbitraria por los
gobiernos central, regional o local, sino sujeta a determinados límites que la
Constitución establece de manera concreta, en garantía de todos los ciudadanos,
conocidos como principios tributarios.
Finalmente, cabe precisar que los principios no solo deben ser considerados para
limitar la potestad tributaria de los tres niveles de gobierno, sino su ejercicio debe
ser en forma conjunta, para evitar la superposición de potestades tributarias a la
población, que al final soporta la carga impositiva.
DOCTRINA
(...)
Las leyes de presupuesto y los decretos de urgencia no pueden contener normas
sobre materia tributaria. Las leyes relativas a tributos de periodicidad anual rigen a
partir del primero de enero del año siguiente a su promulgación.
No surten efecto las normas tributarias dictadas en violación de lo que establece el
presente artículo. (*)
(*) Texto del articulo según modificatoria efectuada por la Ley N° 28390, publicada el 17 de
noviembre de 2004
CONCORDANCIAS:
C.: arts. 103, 109, 118, 192 inc. 3);
C.T.: norma IV, art. 29;
D. Leg. 757: art. 14
1. Introducción
Sobre el tema que es materia de este comentario existe, sin duda, abundante
doctrina extranjera, así como enjundiosos estudios a nivel de doctrina nacional,
circunstancia que nos obliga a no quedamos en comentarios superficiales. Nuestro
análisis es efectuado, por ello, sobre la base de los principios e instituciones que
constituyen el fundamento de la disposición tratada, en la procura de ir más allá de
la letra del texto constitucional.
Si bien es cierto que nuestra tarea podría verse facilitada por todo lo ya publicado
a la fecha y también por el derecho aplicado en la jurisprudencia, no deja de
resultar difícil el compromiso asumido, puesto que no en vano el poder tributario y
los principios constitucionales tributarios (reserva de ley, igualdad, no
confiscatoriedad y respeto a los derechos fundamentales), constituyen temas de
actuales investigaciones.
Cabe precisar que la doctrina no ha sido pacífica en aceptar su validez 15, hay
quienes están a favor y quienes están en contra; asimismo se advierte que no
existe un criterio uniforme sobre los caracteres individualizantes que esta figura
debiera tener para el reconocimiento en un ordenamiento constitucional; sin
embargo podemos destacar los siguientes16:
14
No confundir con los decretos ley emitidos por los gobiernos de facto, donde se rompe el orden
constitucional y se disuelve el Parlamento. En estos casos el Poder Ejecutivo actúa en forma
legítima amparado en la propia Constitución del Estado.
15
CASÁS, José Osvaldo. Derechos y garantías constitucionales del contribuyente: A partir del
principio de reseT7Ja de Iry tributaria. Ad-Hoc, Buenos Aires, 2002, p. 416. Comentando el debate
que originó en la doctrina argentina esta figura, reproduce un párrafo del completo ensayo del
académico Horacio Garcia Belsunce sobre las emergencias en la Constitución nacional: "Como
muchos casos que el Derecho presenta, este es uno de aquellos en que bien puede aplicarse ese
conocido dicho de que la mitad de la biblioteca sostiene una cosa y la otra mitad otra. En efecto, la
doctrina está dividida casi sectorialmente a favor o en contra de la validez formal de los decretos de
necesidad y urgencia. Por un lado, la mayoría de los constitucionalistas niega la validez. Así lo
sostienen Juan A. González Calderón, Segundo V. Linares Quintana, Germán J. Bidart Campos,
Gregario Badeni y Miguel Ángel Ekmekdjian. Los administrativistas, por el contrario, aceptan la
validez formal de tales decretos, pero supeditada a la ratificación o a la confirmación legíslativa. Así
lo sustentan Rafael Bielsa, Benjarnin Villegas Basavilbaso, Miguel S. Marienhoff, Manuel M. Diez,
Juan Francisco Linares,Juan Carlos Cassagne, entre otros. Entre los constitucionalistas que
aceptan la validez de estos decretos encontramos a Joaquín V. González, Jorge Reinaldo Vanossi,
Néstor P. Sagüés y Alberto B. Bianchi".
16
Recomendamos revisar el interesante trabajo realizado por PLANAS SILVA, Pedro. Decreto de
urgencia y "medidas extraordinarias'' notas para su tipificación. En: "Ius et Veritas" N° 7, noviembre
1993, Lima, pp. 133 a 158.
a) Obedece su expedición a circunstancias extraordinarias, que escapan a lo
cotidiano, como puede ser un desastre provocado por la naturaleza, el hombre o
crisis económicas, u otras calamidades públicas que resulten imprevisibles o
inminentes.
Deben ser convalidados y/o ratificados por el Congreso, ya sea en forma expresa
o tácita.
17
Artículo 118 numeral 19 de la Constitución de 1993.- "Corresponde al Presidente de la República
dictar medidas extraordinarias, mediante decretos de urgencia con fuerza de ley, en materia
económica y financiera, cuando así lo requiere e! interés nacional y con cargo de dar cuenta al
Congreso.
18
El Congreso puede modificar o derogar los referidos decretos de urgencia".
Artículo 211 numeral 20 de la Constitución de 1979.- "Son atribuciones y obligaciones de!
Presidente de la República administrar la Hacienda Pública; negociar los empréstitos; y dictar
medidas extraordinarias en materia económica y financiera, cuando así lo requiere e! interés
nacional y con cargo de dar cuenta al Congreso".
19
EGUIGUREN PRAELI, Francisco José. La legislación delegada y los decretos de urgencia en lo
Constitución de 1993. En: "La Constitución de 1993". Comisión Andina de Juristas, Lima,1994, p.
183.
20
RUBIO CORREA, Marcial. Estudio de lo Constitución Política de 1993. Tomo III, Fondo Editorial
de la Pontificia Universidad Católica de! Perú, Lima, 1999, p. 145.
en inatacables, dado que no figuraban en el listado de normas que podían ser
cuestionadas por la acción de inconstitucionalidad.
En la doctrina nacional se reconoce a Pedro Planas Silva 21, Marcial Rubio Correa22
y César Ochoa Cardich23, como sus adherentes, quienes entienden correcta la
propuesta de neutralizar la facultad directa del Poder Ejecutivo en legislar materia
tributaria, asegurando la conservación del principio de reserva de ley. Asimismo,
considera el último de los autores mencionados, que además esta prohibición
constituye garantía del sistema de organización política de división de poderes,
ante un régimen cuasi-presidencialista, que según advierte, prevé la Constitución
de 1993.
Esta protección al principio de reserva de ley al que aluden los referidos autores,
reside en limitar la acción directa del Poder Ejecutivo en crear impuestos y
contribuciones (como ya se debe haber comentado sí la tiene respecto a tasas y
aranceles), incluso en casos de necesidad y urgencia, toda vez que la regulación
de dichos tributos se encuentra reservada el Poder Legislativo. Sin embargo, a
21
PLANAS SILVA, Pedro. Ob. cit. p. 158, expresa su preferencia en cuanto a que las medidas
extraordinarias de necesidad y urgencia no versen sobre materia tributaria en resguardo del
principio de legalidad.
22
El profesor Marcial Rubio Correa manifiesta su acuerdo total, e indica que "uno de los reclamos
justos del pueblo fue que la potestad de establecer tributos no estuviera en manos del Poder
Ejecutivo" (RUBIO CORREA, Marcial. Ob. cit., p. 425).
23
OCHOA CARDICH, César. Constitución financiera. Bases de/Derecho Constitucional Tributario.
En: "La Constitución de 1993: análisis y comentarios"r Lecturas sobre Temas Constitucionales N°
10.
Comisión Andina de Juristas, Lima, 1994, p. 132. "Dentro de esta acepción cualificada del principio
de 'reserva de ley' resulta coherente que el artículo 74 de la Carta Fundamental haya excluido a los
decretos de urgencia como instrumentos de la potestad tributaria del Estado. Más aún, si
consideramos que el conjunto del texto fundamental de 1993 consagra un presidencialismo cuasi
absolutista debe destacarse lo positivo de esta previsión constitucional".
nuestro parecer esta resulta exagerada en casos de necesidad y urgencia que
requieren una acción rápida y directa del ente administrador, y no por ello se
transgrediría los fundamentos en los que se apoya dicho principio, que es conciliar
los intereses del Estado con los del ciudadano a efectos de obtener una exacción
justa del tributo, que bien puede hacerla el Poder Ejecutivo en situaciones de
excepción, como se le permite con sendas libertades en caso de delegación de
facultades legislativas (decretos legislativos), dado que en gobiernos
democráticos, este también goza de la representación del pueblo, ya que es
elegido por él a través del voto.
24
ZOLEZZI MOLLER, Armando. El régimen tributario en la nueva Constitución de 1993. En: "La
Constitución de 1993: análisis y comentarios". Lecturas sobre Temas Constitucionales N° 10.
Comisión Andina de Juristas, Lima, 1994, p. 146. "No resulta fácil entender el por qué de la
prohibición si se reconoce la necesidad de hacer uso de la legislación de emergencia,
precisamente en materia económica y financiera. Si bien es verdad que durante la vigencia de la
Constitución de 1979 los sucesivos gobiernos abusaron de dicha facultad, no parece que e!
remedio más conveniente para enfrentar e! problema sea su eliminación, lo que va en contra de la
realidad y de lo que ocurre en otros países, como es e! caso de España (...) De otro lado, es
preciso señalar que en los países en los que más se ha violado e! régimen constitucional en esta
materia es donde existe la facultad, como es e! caso de Argentina y Uruguay".
25
ARAOZ VILLENA, Alberto Luis. El principio de legalidad en la nueva Constitución Política del
Estado.
En: "Revista del Instituto Peruano de Derecho Tributario", volumen 25, Lima, diciembre 1993, pp.
67 a 68. "Al parecer, los excesos de! Poder Ejecutivo en este campo durante catorce años que rigió
la anterior Constitución, han motivado que con un exceso de cautela, e! Congreso Constituyente
Democrático optara por eliminar esta Potestad Tributaria. En nuestro concepto, si bien es cierto
que existieron tales excesos, no puede negarse que las medidas extraordinarias en materia
tributaria son necesarias para regular situaciones imprevisibles que hagan peligrar la situación
fiscal de! país cuando el Congreso no esté en funcionamiento o cuando no pueda dictar las
disposiciones legales correspondientes con la premura que e! caso concreto requiera. Por esa
razón, tales medidas han debido mantenerse debidamente reguladas por la propia Constitución".
26
HERNÁND EZBERENGUEL, Luis. El poder tributario y la nueva Constitución. En: "Revista
de! Instituto Peruano de Derecho Tributario", volumen 24, Lima, junio, 1993, pp. 20 Y 21. "(...) no
constituye un extremo deseable prohibir que e! Poder Ejecutivo pueda, mediante decretos de
urgencia, crear, modificar o suprimir tributos o eximir de ellos. Nos parece que hay situaciones
temporales, de extrema necesidad, que ameritan una intervención rápida del Poder Ejecutivo
-casos de guerra, calamidades públicas, etc.- para hacerles frente usando el Poder Tributario que
Francisco Eguiguren Prae27 y Jorge Danós Ordóñez28, así como los profesores
extranjeros García Mullín29, Rodolfo R. Spisso30, entre otros.
Finalmente solo nos queda por decir, que el Poder Legislativo debe revisar la
pertinencia de esta prohibición, y evaluar la posibilidad de regular de una mejor
manera la utilización de los decretos de urgencia, precisando su naturaleza
temporal, determinando los casos de excepción e interés nacional, e incorporando
mecanismos efectivos de control parlamentario.
en principio debería ser ejercido a través del Congreso, con medidas de vigencia temporal y
cuando el Congreso esté en receso. Empero, esta facultad tendría que ser regulada de manera
que solo pueda ser ejercida en casos excepcionales y bajo el cumplimiento de requisitos muy
puntuales que impidan el abuso en su ejercicio que se pudo observar en gobiernos anteriores".
27
(14) EGUIGUREN PRAELI, Franciso José. Ob. cit., pp. 189 a 190. "La nueva Carta ha omitido
también señalar expresamente qué tópicos quedan incluidos y excluidos dentro de las materias
económica y financiera asignadas corno ámbito de los decretos de urgencia. Tan solo se dispone
la exclusión de la materia tributaria, criterio que nos parece errado e inconveniente. En primer
lugar, porque las investigaciones realizadas demuestran que la mayoría de 'medidas
extraordinarias' que se dictaron al amparo del inciso 20 del artículo 2110 estaban referidos a la
creación, modificación, suspensión o exoneración de tributos. Y en segundo lugar, porque
habiéndose establecido la fuerza de ley de los decretos de urgencia, se respeta el principio de
legalidad que es básico en materia tributaria.
Cierto es que se debían corregir los excesos cometidos en todos estos años, pero para hacerlo
resultaba conveniente mejorar la regulación que fija los requisitos, alcances y el control de los
decretos de urgencia. Excluir la materia tributaria corno susceptible de regulación extraordinaria,
por este mecanismo excepcional, solo conlleva una peligrosa restricción que a la postre puede dar
pie a nuevos excesos y distorsiones. Y es que muchas veces las medidas extraordinarias a dictar
mediante decretos de urgencia, requieren tener un contenido tributario para conjurar situaciones
apremiantes. No se trataba pues de prohibir su utilización en este campo, sino de normarla y
limitarla".
28
DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge. El régimen tributario en la Constitución. Estudio preliminar. En:
"Themis" N° 29,1994, pp. 132 Y 133. "(...) esa rotunda prohibición puede traer graves
consecuencias, no solo entorpecer el accionar del gobierno en un instrumento de política
económica tan importante corno el tributario, sino porque no permitirá hacer frente con la diligencia
necesaria a verdaderas situaciones de emergencia o circunstancias imposibles de prever que
requieran que el Congreso se reúna y adopte una solución.
(...) Hubiera sido mejor que los constituyentes, sin duda recelosos del uso abusivo de los Decretos
de Urgencia, los contrarrestaran con la incorporación de mecanismos efectivos de control
parlamentario, lo que sin embargo no se produjo, limitándose más bien a señalar que el Congreso
los puede modificar o derogar".
29
GARCÍA MULLÍN, Roque. Hacia una redefinición del principio de reserva de ley. En: "Revista del
Instituto Peruano de Derecho Tributario", volumen 25, Lima, diciembre, 1994, p. 18. "Cada vez son
más numerosas las Constituciones que admiten una participación decisiva del ejecutivo en el
dictado de la norma tributaria. Esa participación puede producirse según los casos, por el dictado
de las normas con fuerza de ley en situaciones de emergencia".
30
SPISSO, Rodolfo R. Derecho Constitucional Tributario. Ediciones Depalma. Buenos Aires, 1991,
pp. 214 Y 216: "En situaciones en que se configura una situación de grave perturbación
económica, social o política que representa un máximo peligro para el país, el Estado tiene la
potestad y aun el deber imperioso de poner en vigencia el derecho de excepción, o sea, un
conjunto de remedios extraordinarios destinados a asegurar la autodefensa de la comunidad y el
establecimiento de la normalidad social que el sistema político de la Constitución presupone.
3. Las leyes relativas a tributos de periodicidad anual rigen a partir del primero de
enero del año siguiente a su promulgación
Las leyes tributarias no son ajenas a la regla de vigencia que establece el artículo
109 de la Constitución de 1993 para la generalidad de las normas, esto es, que la
leyes obligatoria desde el día siguiente de su publicación en el Diario Oficial, salvo
disposición contraria de la misma ley que postergue su vigencia.
Aunque en rigor técnico debió indicarse "a partir del primero de enero del año
siguiente a su publicación", la finalidad de la disposición bajo comentario resulta
bastante clara, que es generar seguridad jurídica y confianza al inversionista, ya
que siendo el Impuesto a la Renta el máximo representante de los tributos de
periodicidad anual, permite durante el ejercicio fiscal que las empresas planifiquen
esta carga tributaria, determinando sus obligaciones y beneficios.
31
VILLEGAS, Héctor. Curso de finanzas. Derecho Financiero y Tributario. 8' edición. Editorial
Astrea, Buenos Aires, 2003, p. 242: "Si el hecho imponible es de 'verificación periódica', ello
significa que tal hecho generador es el resultante de un conjunto de actos que se desarrollan en un
periodo temporal (p. ej. El impuesto a las ganancias que grava los ingresos que se van
produciendo durante el ejercicio). En este caso, se tiene por acaecido el hecho imponible en el
último instante del período en el cual se computan los ingresos. Si se produce una modificación
legislativa durante el curso del ejercicio, la alteración es válida y no retroactiva, puesto que el
hecho imponible no se tuvo aún por realizado".
legitimar el dictado de los llamados decretos de necesidad y urgencia, por parte
del Poder Ejecutivo".
Por ello, creemos válidas y atendibles las justificaciones dadas por los autores
citados, que resumimos en razones de seguridad jurídica y técnica legislativa, que
tienen sustento en la vigencia temporal de las leyes de presupuesto, el sistema de
32
CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Diario de Debates del Pleno - 1993, Tomo II, publicación
oficial, Lima, julio de 1998.
33
RUBIO CORREA, Marcial. Ob. cit., p. 426: "Si se autorizara incluir tributos alli, podría
desorganizarse el sistema tributario nacional, con medidas de conyuntura para 'cerrar la brecl1a
fiscal', olvidándose de todo esto debe ser materia de una planificación cuidadosa y no de
reacciones de momento".
34
DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge. Ob. cit., p. 143. Esta disposición la explica "en razón de que la
aprobación de la Ley de Presupuesto se lleva a cabo a través de un procedimiento parlamentario
sometido a importantes limitaciones para el debate, sobre todo de índole temporal. Por ello se
quiere evitar que la ley de presupuesto se convierta en un cajón de sastre, porque en materia
tributaria requiere un debate parlamentario serio y pormenorizado".
35
OCHOA CARDICH, César. Ob. cit., p. 138: "El principio de exclusividad presupuestaria tiene su
origen en el derecho presupuestario o de los gastos públicos (...). En cuanto a la exclusión en la
Ley de Presupuesto de normas sobre materia tributaria no hay uniformidad de criterios en la
doctrina. Así, se sostiene que los tributos tienen relación directa con los contenidos económicos del
Presupuesto. De otro lado, el principio de exclusividad presupuestaria fue adoptado en el artículo
199 de la Constitución de 1979 que estableció que las leyes de carácter tributario que sean
necesarias para procurar ingresos al Estado deben votarse independientemente y antes de la Ley
de Presupuesto"
aprobación especial que es sometida, que limita el debate parlamentario al
establecer plazos para la presentación del proyecto de ley y su aprobación 36, y en
la conservación de un sistema tributario ordenado.
36
De acuerdo a los artículos 78 y 80 de la Constitución de 1993, la autógrafa de la ley de
presupuesto debe ser remitida al Poder Legislativo hasta el 30 de noviembre, en caso contrario
entra en vigencia el proyecto de ley de presupuesto presentado al Congreso por el Ejecutivo,
debiendo precisarse que el plazo para presentar el referido proyecto de ley vence el 30 de agosto.
37
MORENO GONZÁLEZ, Saturnina. La Ley de Presupuestos Generales del Estado como fuente
del Derecho Tributario. En: ''Análisis Tributario" N°s 200, 202 Y 203. Asesoramiento y Análisis
Laborales S.A.C., Lima, 2004. Si bien la autora refiere sus comentarios al artículo 134 de la
Constitución Española de 1978, que contiene una prohibición material a la Ley de Presupuesto
similar a aquella que recoge nuestra Constitución, consideramos que los aportes y alcances que
expone sobre los problemas interpretativos que suscita dicho artículo, resultan válidos para
nosotros.
38
TIRADO BARRERA, José Antonio. La sentencia declaratoria de inconstitucionalidad de normas
tributarias y sus efectos temporales en el ordenamiento peruano. En: "Normas Legales". Tomo 324,
Trujillo, p. 44.
ordinario la inaplicación de la ley inconstitucional, no existen incentivos razonables
para lograr que la sentencia constitucional tenga efecto retroactivo puesto que los
beneficios que una situación como esa brinda, se consiguen a través de la
existencia del control difuso de control de constitucionalidad de las leyes. En este
sentido, solo aquellos sistemas en los cuales el control de constitucionalidad de
las leyes se encuentre limitado a un órgano concentrado como el Tribunal
Constitucional es que resulta imperativo otorgar determinados niveles de
retroactividad a las sentencias dictadas en procesos de control de
constitucionalidad, situación que no se presenta en nuestro caso".
Por ello, a través, primero del artículo 40 de la derogada Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional aprobada por Ley N° 26435, Y actualmente por el artículo 81 del
Código Procesal Constitucional aprobado por Ley N° 28237, se reguló este efecto
retroactivo de las sentencias del Tribunal Constitucional, permitiéndosele modular
sus decisiones y resolver respecto a las situaciones jurídicas referidas a su
vigencia, evaluando el entorno económico, jurídico y político, a fin de otorgarle
efectos a futuro o retroactivos a su sentencia.
Finalmente queremos precisar que esta facultad ha sido aplicada por nuestro
Tribunal Constitucional, siendo el caso más reciente la acción de
inconstitucionalidad interpuesta por la Defensoría del Pueblo contra diversas
ordenanzas expedidas por la Municipalidad Distrital de Santiago de Surco que
aprobaban el régimen tributario y los importes de arbitrios municipales
correspondientes a los ejercicios 2000 a 2004, que fuera materia de
pronunciamiento mediante resolución de fecha 11 de noviembre del 2004,
publicada en el diario oficial El Peruano del 14 de marzo de 2005, la misma que
para finalizar reproducimos en lo que corresponde a los párrafos pertinentes:
"(...)
67.- En este escenario, un primer aspecto a considerar es que la declaración de
inconstitucionalidad de las Ordenanzas impugnadas con efecto retroactivo (ex
tunc), involucraría la devolución o compensación de la totalidad de lo recaudado
de acuerdo a lo establecido en el Código Tributario, por tratarse de pagos
indebidos. Esta posibilidad -dada la antigüedad de algunas normas impugnadas y
la vigencia de sus efectos, situación que se agrava, considerando que es una
problemática que se reproduce a nivel nacional-, crearía un caos financiero y
administrativo municipal en perjuicio de los propios contribuyentes, a quienes
finalmente se busca garantizar.
69.- Este tipo de evaluación, en casos de sentencias que anulan tributos, es una
consideración que diversos Tribunales y Cortes Constitucionales han tomando en
cuenta en varias ocasiones. De ahí que se afirme que: '(...) cuando se dicten
sentencias anulatorias de tributos que han estado cobrándose por mucho tiempo,
los efectos retroactivos de aquellas pueden producir serias dislocaciones en las
finanzas públicas, pues el Estado o la entidad pública correspondiente se verían
obligadas a devolver grandes sumas de dinero ilegítimamente recaudadas. A fin
de evitar estos problemas, se utilizan las sentencias anulatorias, pero
dimensionando sus efectos hacia futuro (.00)' (HERNÁNDEZ VALLE, Rubén. La
tipología de las sentencias constitucionales con efectos fiscales. En: ''Revista
Española de Derecho Constitucional". Año 14, Núm 41, p. 240).
(...)
76.- Otro aspecto adicional, evaluado por este Tribunal, es "fue aun cuando se
hable de cobros indebidos por vicio de nulidad en la producción de normas, ningún
ciudadano podría desconocer que lo recaudado fue utilizado para financiar
servicios finalmente brindados. La discusión sobre el monto que corresponde a lo
debidamente pagado y el que resultó excesivo es algo que únicamente puede ser
determinado en cada caso particular; pero ello no es consistente con una política
de devolución in todo, cuando en la práctica se generaron costos de
administración.
77.- La decisión de no otorgar retroactividad a los efectos de esta sentencia no
impide que, con justa razón, se determine dejar sin efecto cualquier cobranza en
trámite, así como impedir el inicio de cualquier procedimiento cuya finalidad sea la
de ejecutar el cobro de deudas originadas en las normas declaradas
inconstitucionales. Con ello, se impide la aplicación de normas inconstitucionales a
hechos pasados que no hayan quedado agotados".
DOCTRINA
Deuda pública
CONCORDANCIAS:
C: arts. 78, 82, 192 inc. 1)
D.S. 310-89-EF: art. 9;
D.S. 072-96-EF: arts. 2, 4.
La norma que nos ocupa establece en primer término que el Estado garantiza
únicamente la deuda que haya sido contraída por gobiernos constitucionales,
conforme a la Constitución y a la ley. De acuerdo con el profesor Marcial Rubio
Correa, esta norma tiene un gran valor formal pero de difícil aplicación en la
práctica. Al respecto sostiene que: "(Se trata de) una provisión constitucional
cumplida muy escasamente porque, en general, las deudas contraídas por
gobiernos de facto son asumidas por los siguientes gobiernos constitucionales ya
que significan compromisos reales con países extranjeros o con organismos
39
EKMEKDJIÁN, Miguel Ángel. Tratado de Derecho Constitucional Tomo Iv, Ediciones Depalma,
Buenos Aires, 2001, p. 462
internacionales que no se pueden desconocer abiertamente, aunque ellos hayan
actuado impropiamente facilitándolos" 40.
40
RUBIO CORREA, Marcial. Estudio de la Constitución Política de 1993. Tomo III, Fondo Editorial
de la Pontificia Universidad Católica de! Perú, Lima, p. 430.
41
En la sentencia recaída en e! Expediente N° 01O-2002-AI/TC de! 3 de enero de 2003, e! Tribunal
Constitucional abordó e! tema de la vigencia de las normas emanadas de un gobierno de facto. Al
respecto señaló que: "La doctrina establece que durante e! período que sigue a la desaparición de
un gobierno de facto, la vigencia de los Decretos Ley se procesa de conformidad con la teoría de la
caducidad, la teoría de la revisión o la teoría de la continuidad. La teoría de la caducidad -que
plantea que una vez restaurado e! Estado de Derecho, dichas normas dejan ipso facto de tener
vigencia- no ha tenido aceptación en nuestro país; al extremo de haber sido utilizada una sola vez,
a través de la Ley de! 20 de diciembre de 1895, que declaró inexistente s los actos gubernativos y
las leyes aprobadas durante e! período 1894-1895.
En cambio, la teoría de la continuidad utilizada en amplios momentos de nuestra historia y la teoría
de la revisión son las que han permitido afrontar e! delicado problema de la vigencia de los
Decretos ley.
Según la teoría de la continuidad, los Decretos Ley perviven o mantienen su vigencia -surtiendo
todos los efectos legales- no obstante producirse la restauración de! Estado de Derecho. Estos
solo perderán vigencia en caso de que el Congreso posterior a un gobierno de facto dicte leyes que
los abroguen, modifiquen o sustituyan, según el caso.
preste su colaboración financiera a los gobiernos de facto y así facilitar el retorno a
la normalidad democrática.
Cabe señalar que conforme a lo dispuesto por el artículo 36.3 de la misma Ley
Marco de la Administración Financiera del Sector Público, "las entidades y
organismos públicos del Sector Público están impedidos de efectuar por cuenta
propia gestiones tendientes a la consecución de operaciones de endeudamiento
externo. El Ministerio de Economía y Finanzas, a través de la Dirección Nacional
del Endeudamiento Público es la única entidad autorizada para evaluar y negociar
operaciones de endeudamiento externo" (las cursivas son nuestras). De acuerdo
con esta norma, las operaciones de endeudamiento externo solo podrán ser
negociadas por el Ministerio de Economía y Finanzas, quedando prohibido que las
demás entidades del Estado inicien por cuenta propia las gestiones tendientes a la
concertación de operaciones de endeudamiento externo. Esta disposición no se
aplica a las operaciones de endeudamiento externo de las Municipalidades, pero
sí debe ser observada cuando en dichas operaciones las Municipalidades
requieran el aval del Estado, conforme lo dispone el inciso 8 del artículo 196 de la
Constitución.
DOCTRINA
Artículo 76
CONCORDANCIAS:
C: Arts. 77, 79, 82 Y 170;
C.P.: Arts. 241, 384,388;
Ley 26143;
D.S. 083-2004-PCM;
D.S. 020-99-PCM;
D.S. 084-2004-PCM
1. Introducción
2. Interés público
44
CASSAGNE, Juan Carlos El contrato administrativo. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1999, p. 15.
45
MONEDERO GIL, José Ignacio. Doctrina general del contrato administrativo. Instituto de Estudios
Fiscales, Madrid, 1977, p. 123
Finalmente, la sola presencia de un órgano de la Administración asumiendo
obligaciones económicas genera la necesidad de que exista una gama de
requisitos para hacer efectiva la operación respectiva, puesto que la misma se
encarga del manejo de bienes y fondos públicos. Ello da lugar a los procesos de
selección de contratista o cocontratante, constituidos como típicos procedimientos
administrativos, a través de los cuales la Administración determina, mediante
mecanismos cognitivos, quién es el postor con el que debe contratarse a fin de
obtener los resultados más eficientes posibles.
Ahora bien, no hay que creer -como se cree erróneamente- que el esquema de
contratación rígida es el que impera en el mundo de manera unívoca. De hecho, el
mecanismo consagrado constitucionalmente en el caso peruano se encuentra
inspirado en la tradición europeo-continental y en especial, en la concepción
francesa.
Distinta es la concepción anglosajona, propia de los Estados Unidos y de los
países que conforman la Commonwealth, en el cual la contratación administrativa
es más bien flexible y los controles sobre el particular son posteriores, siendo de
aplicación las normas que refieren a la contratación civil. La concepción germánica
se encuentra a un nivel intermedio, en el cual existe cierta regulación, pero la
misma es eminentemente dispositiva, ante la existencia de múltiples mecanismos
para establecer excepciones a los procedimientos de selección.
3. La lógica contractual
49
Artículo 4°.- Especialidad de la norma y delegación 4.1. Especialidad de la norma: La presente
Ley y su Reglamento prevalecen sobre las normas genera- ' les de procedimientos administrativos
y sobre aquellas de derecho común que le sean aplicables.
(m) Del Texto Único Ordenado de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado (D.S. N°
0832004-PCM de 29/11/2004)
50
Artículo 1 °.- Alcances
La presente Ley establece las normas básicas que contienen los lineamientos que deben observar
las Entidades del Sector Público, dentro de criterios de racionalidad y transparencia, en los
procesos de adquisiciones y contrataciones de bienes, servicios u obras y regula las obligaciones y
derechos que se derivan de los mismos.
Del Texto Único Ordenado de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado (D.S. N°
0832004-PCM de 29/11/2004) Artículo 2°.- Ámbito de aplicación (...) 2.3. La presente Ley no es de
aplicación para:
a) La contratación de trabajadores, servidores o funcionarios públicos sujetos a los regímenes de la
carrera administrativa o laboral de la actividad privada.
b) La contratación de auditorias externas en o para las entidades del Sector
Público, la misma que se sujeta específicamente a las normas que rigen el
Sistema Nacional de Control. Todas las demás adquisiciones y contrataciones que
efectúe la Contraloría General de la República se sujetan a lo dispuesto en la
presente Ley y su Reglamento;
c) Las operaciones de endeudamiento interno o externo;
d) Los contratos bancarios y financieros celebrados por las entidades;
e) Los contratos de locación de servicios que se celebren con los presidentes de
Directorio o Consejo Directivo, que desempeñen funciones a tiempo completo en
las entidades o empresas del
Estado;
f) Los actos de disposición y de administración y gestión de los bienes de
propiedad estatal;
g) Las adquisiciones y contrataciones cuyos montos, en cada caso, sea igual o
inferior a una Unidad Impositiva Tributaria vigente al momento de la transacción;
h) La contratación de notarios públicos para que ejerzan las funciones previstas en
la presente Ley y su Reglamento;
i) Los servicios brindados por conciliadores, árbitros, centros de conciliación,
instituciones arbitrales y demás derivados de la función conciliatoria y arbitral;
j) Las publicaciones oficiales que deban hacerse en el Diario Oficial El Peruano
por mandato expreso de Ley o de norma reglamentaria;
k) La concesión de recursos naturales y obras públicas de infraestructura, bienes y
servicios públicos;
1) La transferencia al sector privado de acciones y activos de propiedad del
Estado, en el marco del proceso de privatización;
m) Las modalidades de ejecución presupuestal distintas al contrato contempladas
en la normativa de la materia, salvo las contrataciones y adquisiciones de bienes y
servicios que se requieran para ello;
n) Los contratos internacionales, los cuales se regulan por los tratados en que el
Perú sea parte o, en su defecto, por la costumbre y las prácticas del comercio
internacional; y o) Las contrataciones y adquisiciones que realicen las Misiones del
Servicio Exterior de la República, exclusivamente para su funcionamiento y
gestión exorbitancia proviene en realidad, no de la naturaleza del contrato, sino
más bien de la propia auto tutela administrativa y de la esencia de los antes
administrativos como encargados de tutelar la satisfacción de necesidades
públicas51.
DOCTRINA
(*) Texto según modificatoria efectuada por el artículo único de la Ley N° 26472, publicada el 13 de
junio de 1995
CONCORDANCIAS:
C: arts. 78, 79, 82, 101 inc. 4), 102 inc. 4), 193 incs. 5) y 6);
C.T.: art V;
T.U.O. Rgmto Congreso: art. 81 inc. c);
P.I.D.C.P.: art. 1.2;
P.I.D.E.S.C.: arts. 1.2 y 25
1. Introducción
Sin embargo, Alberto Ruiz Eldredge criticaba tal disposición en tanto, según sus
postulados, "habría sido mejor decir [simplemente] la aprobación del Congreso, sin
la condición de anualmente porque pueden haber presupuestos de mayores
períodos"58. Aun cuando esta afirmación es cierta, también es verdad que la
anualidad se ha impuesto hoy en día dentro de la técnica presupuestaria como
cuestión regular, bien sea a nivel gubernamental o a nivel empresarial, lo que a su
vez se enmarca dentro de una política con visión de futuro, de ahí que, entre
tantos otros casos, el artículo 75 inciso 8 de la Constitución argentina 59 y el artículo
208 de la Constitución Política de Colombia 60 contemplen la anualidad.
56
Cfr. GARCÍA BELAUNDE SALDÍAS, Domingo. Ob. cit., p. 167
57
VILLEGAS, Héctor. Ob. cit., p. 137
58
RUIZ ELDREDGE, Alberto. LA Constitución comentada 1979. Lima, 1989, p.230
59
"Corresponde al Congreso fijar anualmente (...) el presupuesto general de gastos (...)".
60
"El gobierno formará anualmente el presupuesto de rentas (...)".
3. La estructura del presupuesto
La estructura del presupuesto del sector público comprende dos secciones, cuales
son: por un lado, el Gobierno central y, por otro lado, las instancias
descentralizadas.
El texto aludido y que está contenido al finalizar el primer párrafo del artículo 77
concuerda con otras normas constitucionales como el artículo 43, de acuerdo al
cual el gobierno es descentralizado, además del propio artículo 77 que en su
segundo párrafo se refiere a la asignación equitativa de los recursos públicos y,
más propiamente, al criterio de descentralización, concluyendo con una referencia
al canon.
5. Corolario
El artículo 146 del texto constitucional boliviano indica que las rentas del Estado se
invertirán en relación al plan general de desarrollo económico y social del país.
Y es que tanto la administración económica como la administración financiera del
Estado deben enmarcarse dentro de la política gubernamental del país, dictada
por el Gobierno, con visión de futuro y en la cual se aprecien las líneas matrices
de desarrollo nacional. Precisamente así lo ha entendido Argentina y en una
reforma constitucional modificó el artículo 75 inciso 8, añadiendo que la fijación del
presupuesto será en base al programa general de Gobierno y al plan de
inversiones públicas. Comentando esta iniciativa reformista, Roberto Dromi y
Eduardo Menem, afirman que esa incorporación manifiesta una seriedad
institucional, convirtiendo al presupuesto en un auténtico instrumento de gobierno
y de control65. Esto también debemos procurar con nuestro presupuesto, a efectos
que responda realmente a las necesidades del Estado, atendiendo a los ingresos
con que cuenta y a la maximización de los recursos públicos, sin que ello
signifique agravar la presión tributaria sobre los contribuyentes; lo más importante,
ya para finiquitar, es comprender que la administración económica y financiera del
Estado debe formar parte de la visión general como país y de las metas que nos
trazamos a niveles macro y micro económico en el corto, mediano y largo plazo.
DOCTRINA
64
OTAROLA PEÑARANDA, Alberto. La Constitución explicada. Editora Osbac, Lima, 1997, p. 140.
65
DROMI, Roberto y MENEM, Eduardo. La Constitución refonnada. Ediciones Ciudad Argentina,
Buenos Aires, 1994, p. 228.
finanzas. Derecho Financiero y Tributario. 8" edición actualizada y ampliada.
Editorial Astrea, Buenos Aires, 2002.
Artículo 78
1. Introducción
CONCORDANCIAS:
C: arts. 75,77, 82 , 84, 85, 101 inc. 4), 102 incs. 4) y 5), 118 incs. 17), 18): T.U.O.
Rgmto. Congreso: arts. 73, 76 inc. 1b;p.I.
D.C.P.: art.l.l;
P.I.D.E.S.C.: art. 1.1
La prodigalidad fiscal ha sido un mal epidémico en nuestro país. Por ese motivo,
ya en 1931, la necesidad de incorporar normas constitucionales que puedan de
alguna manera poner límite al ímpetu gastador del gobierno central resultaba
evidente.
qué-al permitir al Poder Judicial sustentar su propio pliego ante e! Congreso- no se vulneraría e!
Principio de Unidad Presupuesta!. Hace falta una explicación. Tal vez la explicación de! aparente
contrasentido esté en e! 'momento' en que tiene vigencia e! Principio de Unidad de! Presupuesto:
e! Poder Judicial y otros órganos constitucionales pueden sustentar sus propios pliegos
presupuestarios -sin modificaciones impuestas por terceros- ante e! Congreso, y en esta etapa sí
estaría permitida la pluralidad de 'presupuestos' parciales sin vulnerar e! Principio de Unidad de!
Presupuesto (...) pero cuando e! Congreso debe aprobar e! 'Presupuesto General de la República',
será aprobado un solo y único Presupuesto, en el que se habrán armonizado todos los ingresos y
gastos provenientes de los diversos sectores y fuentes (...)".
70
VILLARÁN, Manuel Vicente. Anteproyecto de Constitución de 1931. Exposición de Motivos y
texto. Citado por MORÓN URBINA, Juan Carlos. Los fundamentos constitucionales de la
administración financiera peruana. En: "Themis", Segunda época, N° 39, Lima, 1999, pp. 157-187.
71
MORÓN URBINA,Juan Carlos. Ob. cit., p. 176
"(...) el presupuesto debe estar efectivamente equilibrado (.00)"; y en el artículo 1
del Título Preliminar de la Ley N° 28411, Ley General del Sistema Nacional de
Presupuesto72.
Al respecto, Marón Urbina señala lo siguiente: "(...) Por ello consideramos que al
margen del nivel de equilibrio contable que todo presupuesto por antonomasia
presenta, el constituyente contempla una exigencia de equilibrio en términos
financieros efectivos, por lo que resulta particularmente importante conceptuarlo
como la búsqueda de nivelar los gastos ordinarios con los ingresos del mismo
tipo"73.
6. Conclusión
74
MORÓN URBINA, Juan Carlos. Ob. cit., p. 165.
Estado no tienen iniciativa en este ámbito excepto en lo referido a su propio
presupuesto. Un segundo principio es el de la obligación de contar con un
presupuesto efectivamente equilibrado. Ello quiere decir que el presupuesto debe
presentar una equivalencia exacta entre los ingresos proyectados y los gastos
corrientes. Es posible recurrir a endeudamiento, pero los recursos obtenidos de
esa forma solo pueden ser destinados a gastos no corrientes. Finalmente, el
presupuesto anticipa y proyecta cuáles serán los egresos y gastos del siguiente
año fiscal, antes del inicio del mismo.
DOCTRINA
CONCORDANCIAS:
C: arts. 19,32, 74, 77, 78, 103, 105, 107, 206,:
Rgto Congreso arts. 72 me d), 76 me. l)b: C.1r.: arts. IV, V; IX;
D. Leg. 668: Seg; De.;
D. Leg. 842: art. 2
1. Introducción
En este punto conviene recordar -aun cuando pueda parecer ocioso- que el hecho
de que estos preceptos hayan sido elevados a un rango constitucional implica que
todos los poderes del Estado se encuentran vinculados a estos con carácter
absoluto. Diferente hubiera sido el caso, por ejemplo, si la norma solo hubiera
tenido el rango de "ley", pues es sabido que el legislador no se encuentra obligado
por la legislación común, pudiendo derogar sus preceptos con carácter expreso o
tácito.
Por tanto, las presentes limitaciones constituyen requisitos obligatorios, cuyo
incumplimiento determina la inconstitucionalidad del precepto de que se trate.
Resulta evidente que la prohibición contenida en este acápite no es más que una
consecuencia de la regla establecida en el literal 17) del artículo 118 de la
Constitución, según la cual, la "administración de la hacienda pública" constituye
una competencia del Presidente de la República. Por tanto, si la potestad de
gestionar la actividad financiera del Estado corresponde al Poder Ejecutivo, resulta
indudable que no podría caber ninguna injerencia del Poder Legislativo, en cuanto
a la creación o al incremento del gasto público. Sin embargo, llama
poderosamente la atención que dicha prohibición no se haya hecho extensiva a
las normas que impliquen una disminución de los ingresos presupuestarios o
tributarios, pues tanto puede afectar a un presupuesto en ejecución un mayor
gasto público como un menor ingreso.
75
Sobre este precepto, el profesor Fernando Pérez Royo observa lo siguiente: una "(...) de las
limitaciones al derecho de enmienda es la que requiere conformidad del Gobierno para la
tramitación de enmiendas que supongan minoración de ingresos. Se trata de una cautela (...) que
afecta fundamentalmente a las modificaciones tributarías contenidas en el articulado de la Ley de
Presupuestos.
Es una limitación importantísima, habida cuenta de la significación que tienen dichas
modificaciones tributarías. Téngase presente, por poner un ejemplo, que la Ley de Presupuesto
suele contener la tarifa del IRPF (Impuesto a la Renta de las Personas Físicas). De acuerdo con
esta regla, el Parlamento no puede ni siquiera someter a votación enmiendas a la baja sin contar
con la conformidad del Gobierno". PÉREZ ROYO, Fernando. Derecho Financiero y Tributario.
Parte General Civitas, Madrid, 1997, p. 372.
76
Piénsese, por ejemplo, en el proyecto de ley aprobado por el Congreso de la República el 16 de
marzo de 2005, según el cual se excluye a los bienes agropecuarios del Sistema de Pago de
Obligaciones Tributarías con el Gobierno Central (SPOT). Y es que lo que más llama la atención no
es la decisión misma de eliminar el régimen para determinados bienes, la cual puede ser una
medida acertada, sino que se haya aprobado la norma, sin siquiera generar los ingresos suficientes
para cubrir el déficit generado
El segundo párrafo del artículo 79 de la Constitución aborda el tema de los
"tributos parafiscales" o las "exacciones parafiscales", prohibiendo al Congreso de
la República que los apruebe sin mediar una previa solicitud de parte del Poder
Ejecutivo.
Es preciso indicar que nos encontramos ante "tributos" cuyas notas distintivas son
que su recaudación no constituye ingreso del Tesoro Público, por estar afectados
al sostenimiento exclusivo de determinados entes estatales con autonomía propia
o su recaudación se encuentra afectada a fines concretos, infringiéndose, de este
modo, el principio presupuestario de unidad de caja.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte hemos podido apreciar una propagación
de determinados entes estatales con personería jurídica propia, cuya finalidad es
controlar las actividades de los particulares en determinados sectores -de ahí que
se les llame organismos reguladores-, como por ejemplo, Osiptel, Osinerg,
Ositran, Sunass, entre otros. Precisamente, la creación de tales organismos
determina la aplicación de un "tributo parafiscal" sobre el sujeto materia de control.
77
Vid., los artículos V y VI de la Ley General del Sistema Nacional de Presupuesto, cuyos textos
son los siguientes:
Artículo V: Universalidad y unidad.- Todos los ingresos y gastos del Sector Público, así como todos
los Presupuestos de las Entidades que lo comprenden, se sujetan a la Ley de Presupuesto del
Sector Público.
Artículo VI: De no afectación predeterminada.- Los fondos públicos de cada una de las Entidades
se destinan a financiar el conjunto de gastos públicos previstos en los Presupuestos del Sector
Público.
En efecto, resulta indiscutible que un "tributo parafiscal" constituye una prestación
impuesta por el Estado, por lo que su creación debe efectuarse mediante una
norma con rango de ley (reserva de ley), lo cual incluye la regulación (suficiente)
de sus elementos esenciales, tales como el presupuesto de hecho que da
nacimiento a la obligación, los sujetos obligados, los supuestos exonerados o
inafectos, la base imponible y la alícuota o tasa. De igual modo, resultan de
aplicación los demás principios de justicia material, como son los de capacidad
económica, no confiscatoriedad, igualdad, entre otros.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que los tributos parafiscales también pueden
clasificarse en impuestos, tasas y contribuciones, de acuerdo con la Norma IV del
Título Preliminar del Código Tributario, según que su hecho imponible esté
constituido o no por la prestación por el Estado de determinado servicios o
actividades.
El tercer párrafo del artículo 79 se refiere a las "leyes tributarias que regulan
beneficios o exoneraciones". En este caso, la norma constitucional exige que el
Ministerio de Economía y Finanzas emita un informe previo como requisito para su
aprobación.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que la Norma VII del Título Preliminar del
Código Tributario, en su versión modificada por el Decreto Legislativo N° 953, ha
fijado determinadas pautas para la "transparencia" en la dación de incentivos o
exoneraciones tributarias.
81
Sobre este precepto, el profesor Jorge Danós afirma lo siguiente: "El citado dispositivo no
supedita el otorgamiento de las exoneraciones a que lo apruebe el Parlamento, sino que solo exige
que se solicite informe al Ejecutivo, se supone que para ilustración del Congreso sobre las
consecuencias de la decisión". DANOS ORDONEZ, Jorge. El régimen tributario en la Constitución.
Estudio preliminar. En: "Themis", N° 29, Lima, 1994, p. 142.
82
No obstante ello, resulta sintomático -por decir lo menos- que a tan solo 27 días de la vigencia de
la nueva Norma VII del Título Preliminar del Código Tributario aprobada por el propio Poder
Ejecutivo mediante facultades delegadas, por Decreto Supremo N° 036-2004-EF, se amplió la
exoneración del IGV a los servicios de transporte interprovincial de pasajeros, con lo cual no solo
se vulneró la reserva de ley en materia de exonemciones tributarias, sino también la referida
Norma VII.
Nótese que la Norma Constitucional no establece un quórum "mínimo" para la aprobación del
régimen tributario especial, sino que exige que sean "dos tercios de los congresistas"; ni más ni
menos que dicha cantidad (80 congresistas). Sin embargo, desde el punto de vista lógico,
debemos entender que la norma establece un quórum mínimo
El último párrafo del artículo 79 fija determinadas restricciones para el
establecimiento de un "tratamiento tributario especial para una determinada zona
del país", a saber: 1) Se requiere una "ley expresa"; 2) Se exige un quórum
calificado de por lo menos 80 congresistas (2/3 de los congresistas)(9), y; 3) El
régimen especial debe tener carácter selectivo y temporal.
Por este motivo, desde nuestro punto de vista, constituye, una vulneración al
Texto Constitucional, por ejemplo, el hecho que la regulación de determinados
Centros de Exportación, Transformación, Industria, Comercialización y Servicios -
CETICOS se haya efectuado mediante decretos legislativos 83. Incluso, las normas
que regulan el reintegro tributario para la región Selva, actualmente vigentes, han
sido aprobadas por Decreto Legislativo N° 942, en una clara contravención a lo
dispuesto por el Texto Constitucional.
Por otro lado, es preciso anotar que el quórum fijado en este caso por la
Constitución es más alto incluso que para la aprobación de las leyes orgánicas (60
congresistas)84, de lo que se deriva que el constituyente ha fijado un requisito
bastante más riguroso que, por ejemplo, para la regulación del ejercicio de las
garantías constitucionales o para regular la estructura y el funcionamiento de las
entidades del Estado previstas en la Constitución.
DOCTRINA
83
Vid., los Decretos Legislativos N°s. 842, 864 Y 865
84
Vid., artículo 106 de la Constitución
Artículo 80
CONCORDANCIAS:
C: arts. 77, 78, 101 ines. 3) y 4), 102 inc. 4), 119,130,145,160, 1622°párr., 178 3er.
párr.;
T.U.O. Rgrnto. Congreso: arts. 73 y 81;
C.T.: arts. V, VII, XVI;
L.O.E: art. 370;
L.O.J.N.E.: art. 40; Ley 27209;
P.I.D.C.P.:art. 1.1;
P.I.D.E.S.C.: arts. 1.1,2.3
Así se verifica el cumplimiento del principio de caja única, que guía la elaboración
del presupuesto. Villegas se refiere a esta regla en los siguientes términos: "El
principio de unidad de presupuesto se relaciona estrechamente con un principio
rector de la actividad del servicio del Tesoro, manifestado en la regla de la unidad
de caja. Esto quiere decir que no debe haber tesoros separados e independientes
en el Estado, sino un órgano central, recáudador y pagador, al cual afluyan todos
los recursos públicos y del cual salgan los fondos para efectuar los pagos. La
unidad de caja significa que deben ser puestos a disposición de ese órgano
central material o jurídicamente, todos los fondos del Estado" (las cursivas son
nuestras)85.
85
VILLEGAS, Héctor B. Manual de finanzas públicas. Ediciones Depalma, Buenos Aires, 2000, p.
390.
Conforme a la regla de caja única, todos los fondos del Estado deben centralizarse
en un solo órgano administrador de los ingresos y egresos de las arcas públicas,
que en el caso de nuestro país es el Ministerio de Economía y Finanzas.
(ii) ingresos de capital, que son los recursos provenientes de la venta de activos
(inmuebles, terrenos, maquinarias, etc.), las amortizaciones por los prestamos
concedidos (reembolsos), la venta de acciones del Estado en empresas Y otros
ingresos de capital.
Sobre los egresos la Constitución dispone que cada Ministro sustenta el pliego
que corresponde a su sector, debiendo en ese caso explicar cuáles son los
objetivos y metas que se pretende cumplir en el año fiscal con dichos recursos.
86
VILLEGAS, Héctor B. Curso de finanzas. Derecho Financiero y Tributario. Editorial Astrea,
Buenos Aires, 2002, p. 67
87
RUBIO CORREA, Marcial. Estudio de la Constitución Política de 1993. Tomo III, Fondo Editorial
de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, p. 456
Es pertinente señalar aquí que, conforme a lo dispuesto por el artículo 144 de la
Constitución, el Presidente de la Corte Suprema lo es también del Poder Judicial
y, en consecuencia, le corresponde sustentar ante el Congreso el presupuesto de
dicho Poder del Estado88.
Pues bien, a propósito del "Proyecto de Ley Anual de Presupuesto del Sector
Público para el año 2005", preparado por el Ejecutivo, el Presidente de la Corte
Suprema planteó una demanda de conflicto de competencias contra el Poder
Ejecutivo pues consideraba que dicho Poder del Estado había recortado
indebidamente el proyecto de presupuesto presentado por el Poder Judicial. Una
de las pretensiones demandadas consistió en que el Tribunal Constitucional
declare que el Poder Ejecutivo no es competente para modificar el proyecto de
presupuesto elaborado por el Poder Judicial.
Por otro lado, en el caso del Sistema Electoral, corresponde al Presidente del
Jurado Nacional de Elecciones sustentar el pliego de todos los organismos que
conforman dicho sistema, es decir, el pliego del Jurado Nacional de Elecciones, de
la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) y del Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil (RENIEC). Así lo dispone el artículo 178 de la
Constitución cuando señala que el Jurado Nacional de Elecciones: "(...) Presenta
al Poder Ejecutivo el proyecto de Presupuesto del Sistema Electoral que incluye
por separado las partidas propuestas por cada entidad del sistema. Lo sustenta en
esa instancia y ante el Congreso". Si bien la responsabilidad de sustentar el pliego
del Sistema Electoral recae en el Presidente del Jurado Nacional de Elecciones,
90
En este mismo sentido ya se había pronunciado el Tribunal Constitucional al resolver, con fecha
10 de noviembre de 2004, la medida cautelar solicitada por el Poder Judicial en el expediente bajo
comentario. En ella señaló que: "(m) conforme al artículo 80° de la Constitución, el Congreso de la
República tiene la posibilidad de modificar el Presupuesto de la República hasta el 30 de
noviembre del presente año; más aún si se tiene que, a tenor del artículo 81, inciso c) del
Reglamento del Congreso, la Comisión de Presupuesto del Congreso de la República elabora el
dictamen de la ley para su debate ante el pleno del Congreso, el mismo que se inicia el15
noviembre de 2004" (el énfasis es agregado).
91
En el fundamento jurídico N° 21, refiriéndose al artículo 80 de la Constitución, "(...) el Tribunal
Constitucional advierte (..) la omisión en dicho artículo de consignar al Presidente del Tribunal
Constitucional y al Presidente del Consejo Nacional de la Magistratura, que presiden órganos
constitucionales autónomos, y que por ello sustentan sus respectivos presupuestos ante el
Congreso solo por mandato legal. Consecuentemente, el fallo técnico constitucional debe también
precisar que en el texto del artículo 80° de la Constitución se enumere a los funcionarios que tienen
atribución pata sustentar sus presupuestos ante el Congreso de la República".
tanto el jefe de la ONPE como el jefe del RENIEC deben acudir al Pleno y
responder las preguntas que les planteen los congresistas sobre sus respectivos
pliegos, tal como lo dispone el artículo 7 de la Ley N° 26533, publicada en el diario
oficial El Peruano el 4 de octubre de 1995.
Cabe señalar que, de acuerdo a lo ordenado por el artículo 55, inciso c), tercer
párrafo, y el artículo 81, inciso c), del Reglamento del Congreso, la sesión
dedicada a la sustentación del proyecto de presupuesto se desarrolla de la
siguiente manera:
Luego se procede a la sustentación de los egresos. Para ello cada uno de los
Ministros cuenta con media hora, o el tiempo establecido de acuerdo al rol
prefijado por el Consejo Directivo en coordinación con el Presidente del Consejo
de Ministros. Del mismo modo se procede con la sustentación de los egresos
efectuada por el Presidente de la Corte Suprema, el Fiscal de la Nación, el
Presidente del Jurado Nacional de Elecciones y el Defensor del Pueblo.
El presupuesto comprende los gastos que como máximo pueden contraer las
entidades del Estado durante el año fiscal. Siendo así, la importancia del
presupuesto es evidente pues autoriza al Ejecutivo a incurrir en un gasto hasta un
cierto monto, sin necesidad de autorización particular del Congreso.
Como bien apunta Marcial Rubio92, este es uno de los dos casos en los que se
autoriza de manera excepcional al Ejecutivo para que apruebe un decreto
legislativo sin que medie delegación de facultades del Congreso. Ello con la
finalidad de brindar una salida jurídica que evite que las labores del gobierno se
paralicen por la falta de presupuesto y, por tanto, de autorización de gasto. Esta
salida consiste en otorgar la facultad de aprobar el presupuesto mediante decreto
legislativo, aun cuando no exista delegación de facultades del Congreso. Empero,
este decreto legislativo se dicta por autorización expresa de la Constitución.
92
Marcial Rubio dice que: "La Constitución ha solucionado el problema (generado por la falta de
aprobación del presupuesto dentro del plazo) estableciendo que el Proyecto del Ejecutivo es en
ese caso promulgado por decreto legislativo. Se produce así la curiosa situación de que se dicte,
por mandato de la Constitución, un decreto legislativo para el que no ha habido delegación de
funciones por el Congreso" (RUBIO CORREA, Marcial. Ob. cit., p. 458).
93
VILLEGAS, Héctor B. Manual de finanzas... Ob. cit., p. 389.
fin específico que fue previsto para cada uno de los créditos presupuestarios 94.
Esto significa que el crédito presupuestario solo se debe destinar al cumplimiento
de la finalidad específica al que fue asignado.
En efecto, el tercer párrafo del artículo en cuestión establece que: "Los créditos
suplementarios, habilitaciones y transferencias de partidas se tramitan ante el
Congreso tal como la Ley de Presupuesto. Durante el receso parlamentario se
tramitan ante la Comisión Permanente. Para aprobados, se requiere los votos de
los tres quintos del número legal de sus miembros".
94
PÉREZ ROYO, Fernando. Derecho Financiero y Tributario. Parte general Editorial Civitas,
Madrid, 1999, pp. 371 Y 372.
Por su lado, las transferencias de partidas, constituyen traslados de créditos
presupuestarios entre pliegos [artículo 39.1., inciso b), de la Ley General del
Sistema Nacional de Presupuesto, Ley N° 28411].
DOCTRINA
95
El inciso 3 del artículo 101 de la Constitución establece que: "(...) Son atribuciones de la
Comisión Permanente:
(...)
3. Aprobar los créditos suplementarios y las transferencias y habilitaciones del Presupuesto,
durante el receso parlamentario".
Artículo 81
CONCORDANCIAS:
De ahí que todos los años sea necesario contar con un instrumento de control
posterior de la ejecución del presupuesto. Dicho instrumento no es otro que la
Cuenta General de la República, la misma que permite la revisión de los gastos y
de la inversión efectuados por las entidades y órganos del Estado en un
determinado ejercicio fiscal, sometiéndolos a consideración del Congreso de la
República. A decir de Ekmekdjian se trata de "(...) la rendición de cuentas que
deben hacer todos los organismos del Estado de la forma y modo en que
recaudaron y emplearon los dineros públicos, conforme a las disposiciones del
presupuesto"96
96
EKMEKDJIAN, Miguel Angel. Tratado de Derecho Constitucional. Tomo IV, Ediciones Depalma,
Buenos Aires, 2001, pp. 470 Y 471.
En tal sentido, Pérez Royo destaca la importancia de la Cuenta General cuando
señala que: "(...) El elemento o institución central en lo que se refiere al control
parlamentario sobre la actividad financiera es la Cuenta General del Estado. Es
este un complejo documento o conjunto de cuentas que expresan de manera
detallada la ejecución del presupuesto y, en general, la actuación económico-
financiera del sector público estatal y cuyo examen por las Cortes (en nuestro
caso, el Congreso de la República) representa el acto final del ciclo o proceso
presupuestario"97.
(i) aspectos económicos, tales como los referidos al producto bruto interno, ahorro
e inversión, inflación, tasa de cambio, balanza de pagos, cuentas monetarias del
sistema financiero y bancario, operaciones del sector público, brechas y resultados
económicos;
97
PÉREZ ROYO, Fernando. Derecho Financiero y Tributario. Parte general. Editorial Civiras,
Madrid, 1999, p, 397
estado de la deuda pública, análisis de la estructura de activos, finanzas, costos y
de resultados financieros; y, .
98
Conforme a lo dispuesto por el inciso e) del artículo 81 del Texto Único Ordenado del
Reglamento del Congreso, la Cuenta General de la República debe ser revisada y dictaminada
dentro de los noventa días útiles siguientes a su presentación.
99
El artículo 81 del Texto Único Ordenado del Reglamento del Congreso también dispone que una
vez revisada y dictaminada la Cuenta General de la República por la Comisión respectiva, el Pleno
debe pronunciarse dentro de los siguientes treinta días útiles.
En este último supuesto, se autoriza al Ejecutivo a promulgar un decreto legislativo
que contenga la Cuenta General, sin que medie delegación de facultades por el
Congreso.
Así se sostiene que si bien "la Cuenta General del Estado podría convertirse,
pues, en el instrumento idóneo para un exacto conocimiento de la gestión
presupuestaria, interviniendo a lo largo de su tramitación todos los órganos
implicados, en una u otra fase, en la vida de los presupuestos. No obstante se
trata de un mecanismo cuya virtualidad se sitúa mucho más allá de su efectiva
relevancia en los momentos actuales como medio de control" 101.
Es claro que la aprobación de la Cuenta General por parte del Congreso no solo
se sustenta en el dictamen que elabora la comisión correspondiente, sino que
también se considera el informe técnico de auditoría que elabora la Contraloría
100
GIULIANI FONROUGE, Carlos M. Derecho Financiero. Volumen I, Ediciones Depalma, Buenos
Aires, 2001, p. 308
101
QUERALT,Juan Martín; LOZANO SERRANO, Carmelo y otros. Curso de Derecho Financieroy
Tributario. Editorial Tecnos, Madrid, 1999, p. 773.
General de la República y que se remite junto con la Cuenta General al Congreso.
Sin embargo, como hemos señalado, dichos instrumentos no aseguran que el
gasto efectivamente se haya ejecutado de acuerdo con los lineamientos
aprobados por el Congreso mediante el presupuesto.
DOCTRINA
CONCORDANCIAS:
1. Introducción
''La Contraloría General era semejante a las entidades que, creadas por sugestión
del economista norteamericano Kemmerer, funcionaban con éxito en diversos
países de América del Sur. Pero en el Perú solo peruanos intervinieron en su
establecimiento y organización. Se quiso lograr con esta oficina la centralización
en el movimiento de las Direcciones del Tesoro, Contabilidad y Crédito Público y
vigilar, además que no fueran contraídas por los distintos departamentos de la
administración estatal obligaciones por sumas mayores a los recursos legalmente
disponibles ciñendo los gastos a las cifras consignadas en el Presupuesto para
procurar así que la ejecución de este se efectuara rigurosamente, de acuerdo a
con las leyes y resoluciones pertinentes. [...] El establecimiento de la Contraloría
fue un acierto del régimen de Leguía. Surgida al iniciarse la depresión no evitó, sin
embargo, el desorden fiscal que venía arrastrándose durante varios años. Un
presupuesto preciso y racional, una Contraloría eficiente para la supervigilancia
sobre los pagos y gastos y un Tribunal Mayor de Cuentas alerta y severo para
cautelar las inversiones de ellos son los elementos ideales para fundamentar una
Recién esta nueva Contraloría es reconocida por primera vez en la Carta de 1979
como un organismo autónomo de relevancia constitucional en el artículo 146.
Se le encomendó supervigilar la ejecución de los presupuestos del Sector Público,
de las operaciones de la deuda pública y de la gestión y utilización de bienes y
recursos públicos.
106
Durante el régimen militar con la expedición, en 1971, del Decreto Ley N° 19039, Ley Orgánica
del Sistema Nacional de Control, en la gestión del general Oscar Vargas Prieto se fortaleció
institucionalmente a la Contraloría General. Sirvió como modelo para leyes y reformas similares en
otros países de América Latina. Cabe señalar que esta norma creó las Inspectorias como órganos
de control de las entidades públicas a cargo de la realización de auditorías internas. El artículo 10
estableció que los inspectores no podían ser separados de sus cargos sino por causa justificada y
comprobada, previo informe de la Contraloría General de la República. Antes de la Ley Orgánica
del Sistema Nacional de Control de 1971 se aplicaban sistemas de control en base de cuentas; su
revisión estaba a cargo de personal empírico que seguía las prácticas de los Tribunales de
Cuentas:
que continuaron funcionando aun después de la Misión Kemmerer hasta los años 70.
107
UGALDE, Luis Carlos. Vigilando al ejecutivo. Miguel Ángel Porma y Cámara de Diputados.
México, 2000, p. 33.
Contralor General designado por el Congreso, a propuesta del Poder Ejecutivo,
por siete años. Puede ser removido por el Congreso por falta grave 108.
108
Consideramos que no puede sino interpretarse como conducta punible apreciable por el
Congreso con criterio de conciencia, en tanto no esté debidamente tipificada. Puede considerarse
como tal: falta de honestidad, abandono notable de sus deberes, ineficiencia manifiesta,
irregularidad en el desempeño de sus funciones. A nuestro juicio, la Constitución debiera
adicionalmente prever como causas de remoción la incapacidad física o mental.
109
En América Latina cabe destacar en la dirección del modelo español a la Constitución uruguaya
de 1967 que prevé en su artículo 208 un Tribunal de Cuentas de siete miembros, designados por la
asamblea general, por dos tercios de votos del total de sus miembros. Se reconoce en el artículo
210 que el Tribunal de Cuentas actuará con autonomía funcional. La Carta Fundamental prevé las
siguientes atribuciones del Tribunal de Cuentas uruguayo: a) Dictaminar e informar en materia de
presupuestos; b) Intervenir preventivamente en los gastos y los pagos, conforme a las normas
reguladoras que establecerá la ley y al solo efecto de certificar su legalidad, haciendo en su caso
las observaciones correspondientes; c) Dictaminar e informar respecto de la rendición de cuentas y
gestiones de los órganos del Estado, inclusive gobiernos departamentales, entes autónomos y
servicios descentralizados, cualquiera sea su naturaleza, así como también, en cuanto a las
acciones correspondientes en caso de responsabilidad, exponiendo las consideraciones y
observaciones pertinentes; d) Presentar a la asamblea general la memoria anual relativa a la
rendición de cuentas;
e) Intervenir en todo lo relativo a la gestión financiera de los órganos del Estado, gobiernos
departamentales, entes autónomos y servicios descentralizados, y denunciar, ante quien
corresponda, todas las irregularidades en el manejo de fondos públicos e infracciones a las leyes
de presupuesto y contabilidad; f) Dictar las ordenanzas de contabilidad, que tendrán fuerza
obligatoria para todos los órganos del Estado, gobiernos departamentales, entidades autónomas y
servicios descentralizados, cualquiera sea su naturaleza; y g) Proyectar sus presupuestos que
elevará al Poder Ejecutivo, para ser incluidos en los presupuestos respectivos. El Poder Ejecutivo,
con las modificaciones que considere del caso, los elevará al Poder Legislativo, estándose a su
resolución.
110
PRETEI, Humberto. Ob. cit., pp. 26-27. En ese sentido, Pretei, ob. cit., p. 44 anota que: "La ley
de presupuesto y control de 1921, ya mencionada, crea la figura de un contralor general
independiente del Poder Ejecutivo y regula el funcionamiento de la GAO en lo que hasta hoy
constituye su estatuto básico. Esta ley no dice especificamente que la Oficina General de la
En 1978 se creó en EE.UU. la Oficina del Inspector General a cargo de auditorias
e investigaciones y para prevenir y detectar fraudes en la administración,
constituyendo un sistema de control interno. Cabe anotar que un sistema de
control interno conformado por Inspectorías al interior de las entidades del sector
público estaba vigente en el Perú desde el Decreto Ley N° 19039, Ley Orgánica
del Sistema Nacional de Control.
Contraloria es parte del Congreso, pero al enumerar sus funciones surge claramente que responde
a cualquier iniciativa de cualquiera de las dos cámaras o de sus comisiones. A poco de su
creación, y por varios años, hubo intentos de restar poder a la GAO o transferirla a la órbita del
Poder Ejecutivo, pero el Congreso mantuvo invariablemente el apoyo al cuerpo como un brazo
independiente del Poder Legislativo".
111
En Reino Unido se creó, en 1983, la NAO (NationaIAudit. Oficce) como un brazo del Legislativo
en materia de control. Humberto Pretei, ob. cit., p. 110 apunta que: "La NAO está encabezada por
el contralor y auditor general, que es nombrado por la reina por recomendación del primer ministro
en consulta con el presidente del comité de las cuentas públicas de la Cámara de los Comunes. Su
nombramiento no tiene término fijo y solo puede ser dejado cesante por decisión de la reina o
instancias de las dos cámaras legislativas. Para realzar su independencia se ha establecido que
perciba su sueldo directamente de un fOfildo consolidado, sin necesidad de que haya una
aprobación de fondos por parte de ningún poder. El uso de fondos por parte de la NAO es auditado
por una empresa comercial de auditoria".
112
El Instrumento de Gobierno (Constitución) de Suecia dedica el capítulo 12 al "Poder de Control":
el artículo 1 prevé en esta materia en el Parlamento a la Comisión Constitucional
(Konstitutionsutskottet) que revisa la gestión de los Ministros, así como la administración de los
asuntos de gobierno, y con este motivo tendrá acceso a las actas de los acuerdos adoptados sobre
materias de gobierno y a los documentos relativos a dichos acuerdos. Es importante estudiar el
modelo sueco de control parlamentario pues en nuestro país se discute la conveniencia de
centralizar o no las funciones parlamentarias de control en la Comisión de Fiscalización del
Congreso. Asimismo, el artículo 7 prevé que el Parlamento elige en su seno unos censores que
inspeccionarán la actividad estatal, pudiendo el Parlamento acordar que la inspección de los
censores abarquen también otras actividades. Los censores podrán, conforme a lo que disponga la
ley, recabar los documentos, datos e informes que necesiten para su labor de inspección.
Humberto Pretei, ob. cit., p. 130 señala que el Ejecutivo tiene su propio órgano de auditoria, la
Oficina Nacional de Auditoria a cargo del auditor general nombrado por el Gobierno, por un periodo
de seis años con la posibilidad de ser reelegido.
113
PRETEI, Humberto. Ob. cit. p. 176, señala que: "El control externo está a cargo del contralor y
auditor general. La oficina" del contralor, que data de 1865, fue combinada con la del auditor
general en 1878. Comprende dos grandes divisiones, una que es la oficina del auditor propiamente
dicha, y otra la Audit New Zealond. La primera fija las políticas y la segunda provee los servicios.
Audit. New Zealond debe competir en la provisión de sus servicios con empresas de auditoría del
sector privado. La oficina del auditor general es independiente, responde al parlamento pero el plan
de trabajo es definido fundamentalmente dentro de la oficina. Esta tiene un amplio campo de
acción y audita y controla a todo el gobierno central, a todos los entes autónomos y las empresas
del estado y a los gobiernos locales. La oficina interactúa con dos comités del parlamento, con el
comité de funcionamiento del parlamento y con el comité de cuestiones administrativas del
gobierno. El elemento de contralor en el título proviene de principios constitucionales, ratificados en
la revisión constitucional de 1986 y en la ley de finanzas públicas de 1989, en el sentido de que se
requiere un acto parlamentario para poner en vigencia un impuesto o para contraer empréstitos o
En América Latina cabe citar especialmente el modelo de la poderosa Contraloría
General de la República de Chile. En la Constitución de 1980 se le dedica el
Capítulo IX ("Contraloría General de la República") y tiene una amplia gama de
competencias de control externo y fiscalización que, a nuestro juicio, la configuran
en un nuevo poder del Estado.
para gastar cualquier suma del erario público. El contralor vigila en nombre del parlamento que
estos principios se cumplan". Este es un fundamento jurídico que justifica plenamente se reforme la
Constitución peruana en el sentido de que la Contraloría sea un órgano de asistencia técnica del
Congreso de la República.
114
Mónica Madariaga defme el control de legalidad en los siguientes términos: "[...] persigue
someter la administración a la ley y mantener la jerarquia normativa del sistema jurídico. Así, su
basamento último está, en concepto de la teoría pura del Derecho de Kelsen, en la unidad de
validación donde la norma fundamental -de índole constitucional- juega el papel de una hipótesis
básica, de modo tal que, partiendo del supuesto que esta norma es válida, también resulta válido el
orden jurídico que le está subordinado. Y siendo aquella una hipótesis necesaria, será válida solo
la parte del restante ordenamiento que se someta íntegramente a sus prescripciones"
(MADARIAGA, Mónica. Seguridad jurídica y Administración Pública en el siglo XXI. Editorial
Jurídica de Chile. Santiago, 1993, p. 77).
conformarse con la representación de la Contraloría deberá remitir los
antecedentes al Tribunal Constitucional dentro del plazo de diez días, a fin de que
este resuelva la controversia"115.
115
MADARIAGA, Mónica. Ob. cito pp. 121-122. La autora chilena precisa que: "El organismo
fiscalizador preventivo de la legalidad del acto administrativo, en nuestro sistema jurídico, es la
Contraloría General de la República. (...) Recepcionado (sic) por ella un decreto o resolución, debe
examinar su correspondencia con las fuentes normativas superiores del sistema. Si existe una
adecuación total a esas disposiciones, dará curso sin reparos al acto sujeto a su control preventivo
[...] Si a juicio del organismo fiscalizador no existiere correspondencia entre el decreto o resolución
y la ley o la Constitución, deberá representar/o, absteniéndose de darle curso ordinario (oficio
devolutorio). Nace aquí la facultad del Ejecutivo para insistir, mediante un decreto de insistencia,
suscrito por el Presidente de la República y el gabinete en pleno, en que se ordena al Contralor se
dé trámite regular al decreto inicialmente observado por el órgano de su dependencia". El Contralor
no puede oponerse pero debe remitir copia de su dictamen a la Cámara de Diputados. Sobre los
decretos con fuerza de ley en el ordenamiento chileno Eduardo Soto señala que "[...] no son sino
actos legislativos (presidenciales) que el Presidente de la República dicta sobre determinada
materias y bajo determinadas exigencias, en 'virtud de una expresa delegación de facultades que
le hace el Congreso Nacional a través de una ley delegatoria" (SOTO KLOSS, Eduardo. Derecho
Administrativo.
Bases fundamentales. Tomo II, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1996, p. 33). Equivalen pues a
nuestros decretos legislativos. Asimismo Eduardo Soto Kloss, ob. cit., afirma que los decretos
promulgatorios de leyes están previstos en el ordenamiento chileno como ejercicio de una potestad
legislativa del Presidente de la República dentro del procedimiento de elaboración de la ley.
116
El artículo 154 de la Constitución boliviana de 1967 estableció que: "Habrá una oficina de
contabilidad y contralor fiscales que se denominará Contraloría General de la República. La ley
determinará las atribuciones y responsabilidades del Contralor General y de los funcionarios de su
dependencia. El Contralor General dependerá directamente del Presidente de la República, será
nombrado por este de la terna propuesta por el Senado y gozará de la misma inamovilidad y
período que los Ministros de la Corte Suprema de Justicia". Este período es de diez años.
117
El artículo 183 de la Constitución de Costa Rica de 1949 establece que la Contraloria General de
la República es una institución auxiliar de la Asamblea Legislativa en la vigilancia de la Hacienda
Pública; pero tiene absoluta independencia funcional y administrativa en el desempeño de sus
labores. Está a cargo de un Contralor y un Subcontralor. Ambos funcionarios serán nombrados por
la Asamblea Legislativa, parlamento unicameral costarricense, dos años después de haberse
iniciado el período presidencial, para un término de ocho años; pueden ser reelectos
indefinidamente y gozarán de las inmunidades y prerrogativas de los miembros de los Supremos
Poderes. El Contralor y el Subcontralor responden ante la Asamblea Legislativa por el
cumplimiento de sus funciones y pueden ser removidos por ella, mediante votación no menor de
las dos terceras partes del total de sus miembros, si en el expediente creado al efecto se les
comprobare ineptitud o procederes incorrectos.
118
La Constitución colombiana de 1991 no prevé expresamente una dependencia directa del
Congreso pero sí una estrecha vinculación con este debido a su poder en la designación del
Contralor. El artículo 267 de la Constitución colombiana de 1991 prevé que el Contralor será
elegido por el Congreso en pleno en el primer mes de sus sesiones para un período igual al del
Presidente de la República, de tema integrada por candidatos presentados a razón de uno por la
Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado, y no podrá ser
reelegido para el periodo inmediato ni continuar en ejercicio de sus funciones al vencimiento del
A nuestro juicio, el modelo argentino es el más innovador y acertado en materia de
control del gasto público. El artículo 85 de la Carta reformada en 1994 establece
que el examen y la opinión del Poder Legislativo sobre el desempeño y situación
general de la administración pública estarán sustentados en los dictámenes de la
Auditoria General de la Nación, que es definida como organismo de asistencia
técnica del Congreso, con autonomía funcional. Esta autonomía supone una
prohibición de que se emitan a la Auditoria órdenes y directivas del Gobierno. Se
integrará del modo que establezca la ley, que reglamenta su creación y
funcionamiento, que deberá ser aprobada por mayoría de los miembros de cada
Cámara. El presidente del organismo es designado a propuesta del partido político
de oposición con mayor número de legisladores en el Congreso.
mismo. El acotado artículo prevé que solo el Congreso puede admitir las renuncias que presente el
Contralor y proveer las vacantes definitivas del cargo.
119
El artículo 85 de la Constitución argentina reformada en 1994 establece que el control externo
del sector público nacional en sus aspectos patrimoniales, económicos, financieros y operativos,
será una atribución propia del Poder Legislativo
120
Según la Constitución venezolana de 1999 conforma el denominado Poder Ciudadano, con la
Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público. Sus órganos gozan de autonomía funcional,
financiera y administrativa. Se ejerce por el Consejo Moral Republicano a que se refiere el artículo
273 de la Carta
121
En esa dirección, nuestro planteamiento de reforma constitucional, en: OCHOA CARDICH,
César. Propuesta para un nuevo régimen económico constitucional. pp. 766-768.
122
Según el autor alemán FORSTHOFF, Tratado de Derecho Administrativo. Instituto de Estudios
Políticos, Madrid, 1958, p. 440, citado por Andrés BETANCOUR RODRÍGUEZ, en su monografía
Las administraciones independientes, 2001. Andrés Betancour, ob. cit., p. 4 señala que: "El ente
Consideramos que la vigilancia del Ejecutivo en la gestión del gasto obliga a que
la Contraloría General en una reforma constitucional se constituya en un órgano
de asistencia técnica del Congreso en materia de fiscalización y auditoria. La
legislación de desarrollo constitucional debe orientar las funciones de la
Contraloría a conseguir de la Administración Pública: responsabilidad,
correspondencia a expectativas, información y rendición de cuentas (lo que en
inglés está englobado en el concepto de accountabiliry).
DOCTRINA
supervisor desarrolla su función sin confundirse con la actividad de los sujetos supervisados. En
cambio, el ente director comparte con los sujetos dirigidos las actividades e incluso sus
consecuencias porque es un actor más del sector correspondiente. En cierta medida se confunde
con esos sujetos porque estos realizan lo que él quiere e -incluso- en su grado extremo, el viejo
principio según el
cual nadie puede ser juez y parte. En el caso de la dirección no existe una equivalente posición de
neutralidad. Tan es así que del director no se puede decir que es neutral sino que dirige correcta o
incorrectamente, en cambio, del supervisor se podrá decir que es más o menos ecuánime, neutral
o imparcial".
123
Francisco Eguiguren señala que los orígenes de la comisiones investigadoras parecen
encontrarse en las prácticas del Parlamento británico, pues ya desde el siglo XIV (durante los
reinados de Eduardo II Y Eduardo III) se tiene conocimiento de la conformación de comisiones
-posteriormente denominadas 'Select Committees'- para indagar sobre las necesidades del Estado,
sus finanzas y el empleo de los subsidios aprobados (EGUIGUREN PRAELI, Francisco. Las
comisiones de investigación parlamentaria: alcances, atribuciones y funcionamiento. En: "Los retos
de una democracia insuficiente". Comisión Andina de Juristas, Lima, 1990, p. 250). En el Derecho
Parlamentario peruano, César Delgado Guembes cita que los dos primeros casos de comisiones
investigadoras de las que se tiene antecedentes corresponden a los años de 1895 y 1896,
respectivamente. El primero para investigar las defraudaciones cometidas en las oficinas fiscales
desde el año de 1884 y el segundo sobre la inculpación formulada por la Peruvian Corporation de
haber invertido fuertes sumas de dinero en facilitar la aprobación por las Cámaras del Congreso
peruano del contrato celebrado por dicha compañía sobre cancelación de la deuda externa
(DELGADO GUEMBES, César. ¡Qué parlamento queremos? Cultural Cuzco, Lima, 1992, pp. 288-
289).
BASADRE, Jorge. Historia de la República del Perú. Tomos X y XII; BET
ANCOUR RODRIGUEZ, Andrés. Las administraciones independientes, 2001;
DELGADO GUEMBES, César. Qué parlamento queremos. Cultural Cuzco, Lima,
1992;
EGUIGUREN PRAELI, Francisco. Las comisiones de investigación parlamentaria:
alcances, atribuciones y funcionamiento. En: "Los retos de una democracia
insuficiente". Comisión Andina de Juristas, Lima, 1990; FORSTHOFF. Tratado de
Derecho Administrativo. Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1958;
MADARIAGA, Mónica. Seguridad jurídica y Administración Pública en el siglo XXI.
Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1993; OCHOA CARDlCH, César.
Propuesta para un nuevo régimen económico constitucional; SORIA LUJAN,
Daniel.
Los mecanismos iniciales de defensa de la Constitución: el poder conservador y el
Consejo de Estado (1839-1855), resumen de la tesis para optar el título de
abogado.
En: "Pensamiento Constitucional" N° 5, Lima, 1998; SOTO KLOSS, Eduardo.
Derecho Administrativo. Bases fundamentales. Tomo 11. Editorial Jurídica de
Chile, Santiago, 1996; UGALDE, Luis Carlos. Vigilando al ejecutivo. Miguel Ángel
Poma y Cámara de Diputados. México, 2000.
CAPÍTULO V
DE LA MONEDA Y LA BANCA
Artículo 83
CONCORDANCIAS:
1. Introducción
Nuestra actual Carta Política consta de dos partes. La primera trata acerca de la
Persona, Estado y Economía; mientras que en la segunda parte se regula la
Estructura del Estado y el Régimen Político. Dentro del Capítulo V; Título N (Del
Régimen Económico) de la primera parte, se regula la Moneda y Banca, entre los
artículos 83 al 87, esto es, se dedica a ambos temas solo cinco artículos.
Por otro lado, estimamos que sería oportuno reestructurar el actual esquema de
protección del ahorro del público, que resulta, en nuestra opinión, parcial e
incompleta en la Constitución vigente, al limitarse a mencionar y regular solo a la
Superintendencia de Banca y Seguros, es decir, solo a la autoridad de control del
mercado indirecto de dinero como son los sistemas financiero y de seguros,
guardando total silencio constitucional respecto a la autoridad de supervisión del
mercado directo o de capitales y de valores que actualmente está sujeto al control
de un ente similar a la indicada Superintendencia, como es la Comisión Nacional
Supervisora de Empresas y Valores (CONASEV), sobre la que nada se dice ni
merece mención alguna en la Carta Magna.
Su función de medio de ahorro hace que sea atesorada por los agentes, con la
intención de contar con ese respaldo para sus necesidades futuras. Así, la
moneda cumple diversas funciones dentro de la economía. En primer lugar, la
función de medio de cambio o circulación que posibilita el intercambio de bienes y
servicios expresando su valor patrimonial (precio), sustituyendo y superando de
largo al trueque. La función de medio de pago, que hace posible liberarse de las
obligaciones patrimoniales pagando la respectiva cantidad de unid¡¡.des
monetarias. La función de medio de ahorro, debido a que existe el convencimiento
de que el poder adquisitivo de la moneda se mantendrá en el tiempo, por lo que
los agentes suelen atesorado para atender sus necesidades futuras.
Así, según los diversos sistemas monetarios del mundo actual, la función o
potestad de emitir billetes y monedas, constituye un acto de soberanía reservada
al Estado, el que tiene el monopolio de dicha emisión del medio de pago oficial
dentro del territorio nacional. La moneda oficialmente impuesta, o llamada de
curso legal, hace posible liberarse de cualquier obligación patrimonial asumida o
exigible dentro de la República, dada su función de medio de pago.
Aun cuando en el Perú republicano, hasta el siglo XIX, la emisión de billetes no
era una potestad exclusiva del Estado, debemos recordar que desde el Fuero
Viejo de Castilla (Lib. 1, Tit.l, Ley Primera), ya se asignaba al Rey como parte de
su soberanía la potestad de acuñar monedas, facultad que no podía ser delegada
a persona alguna, que se sumaba a la de administrar justicia, la fonsadera
(servicio militar obligatorio) y los yantares (cobro de tributos). Tal facultad
soberana y exclusiva de emisión de billetes y monedas, viene siendo ejercitado
por los Estados modernos a través del Banco Central, o la Casa de la Moneda o
entidades públicas o privadas similares (v.g. la FED -Federal ResenJe System- en
los EE.UD.), generalmente en un régimen de monopolio estatal. Por ello,
estimamos que el artículo 83 de la Constitución vigente del Perú no requiere a
nuestro juicio de mayor modificación o ajuste.
Este texto constitucional, que se viene repitiendo casi textualmente desde hace
tres Constituciones, y que no tiene tampoco ninguna variación en el Anteproyecto
de Ley de Reforma de la Nueva Constitución aprobado por la Comisión de
Constitución con fecha 5 de abril de 2002, en adelante el Anteproyecto de la
Constitución, debería mantenerse tal cual, por ser un texto general; salvo la
posibilidad de incluir algún texto adicional, para la eventual posibilidad de que en
el futuro, el Estado peruano decida adoptar como moneda de curso legal dentro de
su territorio, una unidad monetaria de país o región extranjero, como podría ser el
dólar americano o el euro de la Comunidad Económica Europea u otra moneda.
Dichas medidas ya no son improbables ni lejanas pues diversos países de nuestra
esfera como Panamá, El Salvador, Ecuador y Argentina ya lo han realizado. De
ese modo, en tal eventual situación y decisión, no será necesario modificar la
Constitución, sino simplemente expedir la respectiva ley o disposición
reglamentaria del BCR, si su ley orgánica ya así lo estableciera, facilitando así
concretar tal eventual medida monetaria. Esta es una propuesta que merece un
mayor estudie;> y análisis.
DOCTRINA
CONCORDANCIAS:
C: arts. 78, 83, 85, 86, 91 inc. 3), 96, 101 inc. 2);
C.P.: arts. 242, 260, 261;
D. Leg. 183: art. 59;
L.O.B.C.R.: arts. 1 al 3, 74, 77, 78;
C.A.D.H.:art.13.1;
D.U.D.H.:art.19;
P.I.D.C.P.: art. 19.2
El Banco Central de Reserva del Perú (BCR), fue creado el 9 de marzo de 1922,
por Ley N° 4500, con un capital de dos millones de libras peruanas, bajo la
denominación de Banco de Reserva del Perú, iniciando sus actividades el 4 de
abril de ese año. Tomó la denominación de Banco Central de Reserva del Perú el
18 de abril de 1931, conforme al Decreto Ley N° 7.137, expedido siguiendo las
recomendaciones de Edwin Kemmerer, profesor de la Universidad de Princeton,
que encabezó un equipo de expertos americanos en temas financieros que brindó
asesoría en varios países latinoamericanos, entre ellos el Perú.
De este modo pues, resulta una referencia histórica la época en la cual la emisión
de billetes y monedas se hacía 50bre la base de las reservas en metal fino,
conteniendo las monedas dicho metal con ley garantizada por el Estado, siendo su
valor uno intrínseco y según los gramos de oro o plata que contenían.
Recordemos sino el sistema monetario del patrón oro que durante largo tiempo
operó, pero que ahora no es más posible mantenerlo y constituye solo un recuerdo
de nuestra historia monetaria.
Tanto la Constitución como la antes citada Ley Orgánica del BCR, señalan que la
única finalidad del banco emisor es preservar la estabilidad monetaria, para cuyo
efecto se le asigna las funciones de regulación de la moneda y el crédito del
sistema financiero, como la función de administrar las reservas internacionales
que igualmente está a su cargo. Funciones que están relacionadas directamente
con su labor de lograr la estabilidad del signo monetario nacional.
Al respecto, hay quienes consideran que el BCR debería también tener como
finalidad la de formular la política de promoción del crecimiento económico, del
pleno empleo, la estabilidad de los precios y de un modelo de comercio
internacional.
Hay también regímenes y países en los cuales el Banco Central cumple labores
de supervisión y control de las empresas del sistema financiero, es decir, una
labor que en el Perú lo realiza la Superintendencia de Banca y Seguros. Por
nuestra parte, estimamos que el BCR debería limitar sus fines al logro de la
estabilidad de la moneda, haciendo uso para ese efecto de las medidas de política
monetaria que estime por conveniente, coordinando sus acciones, pero no
sometiéndose, con el Ministerio de Economía y Finanzas.
DOCTRINA
Artículo 85
CONCORDANCIAS:
C: arts. 78, 83, 84, 86, 91 inc. 3), 96, 101 inc. 2);
D. Leg. 183: art. 59;
L.O.B.C.R.: arts. 64 y 65;
P.I.D.E.S.C.: art. 2.1
Como toda entidad pública, el Banco Central debe observar los límites legales
para endeudarse, pues aun tratándose de la autoridad monetaria no tiene ilimitada
facultad de endeudamiento. Por ello, si los montos a financiarse superan los
límites que la Ley Anual del Presupuesto Público señala, será necesario modificar
dicho límite presupuestal, lo que solo se puede lograr con otra ley especial
autoritativa. Una vez hecho uso de esta ampliación autorizada por ley, el Banco
Central deberá dar cuenta al Congreso de dicha operación en exceso.
La anterior Ley Orgánica del Banco Central (D.S. N° 295-68-HC Y ns. N° 34468-
HC. Artículo 78), señalaba que esta autorización por ley solo era necesaria
requerirla, cuando el exceso superase la sexta parte del valor de las exportaciones
del país en el año anterior.
La actual Ley Orgánica del Banco Central de Reserva del Perú señala que su
Directorio debe aprobar los lineamientos para la administración de las reservas
internacionales; aprobar la concertación de créditos que fortalezcan la balanza de
pagos (artículos 24, 64 Y 65), debiendo tomar en cuenta en esta labor de
administración de las reservas internacionales los criterios de seguridad, liquidez,
rentabilidad, evaluándolos en función de la situación y perspectivas de la
economía nacional y del contexto internacional, siguiendo usuales y sanas
prácticas bancarias. (Artículo 71). Es obligación del Banco Central formular la
balanza de pagos y las cuentas monetarias; informando periódicamente sobre la
situación de las finanzas nacionales, publicando las principales estadísticas
macroeconómicas nacionales (artículos 73 y 74).
Finalmente, para una mejor precisión de lo que son las reservas internacionales,
que precisamente constituyen los recursos con los que como país cuenta frente a
las obligaciones asumidas por sus agentes ante el resto del mundo, y que opera
como el respaldo de nuestra unidad monetaria, tenemos las siguientes, que la
misma ley orgánica (artículo 72) los enumera: Tenencia de oro y plata cotizada a
precios del mercado internacional; billetes y monedas extranjeros que constituyan
medios de pago internacionalmente aceptadas, tal serían los casos del dólar o el
euro; depósitos líquidos de divisas en bancos de primera categoría del exterior, a
no más de 90 días; certificados de depósitos emitidos por dichos bancos; títulos de
primera clase emitidos por organismos internacionales u organismos públicos del
exterior; aceptaciones bancarias fácilmente negociables; DEG (Derechos
Especiales de Giro) u otro instrumento que sustituya el oro, según determine el
FMI; saldos deudores provenientes de los convenios de crédito reciproco; aportes
en oro, en DGE a organismos monetarios internacionales.
DOCTRINA
Artículo 86
CONCORDANCIAS:
C: arts. 40 al 42, 78, 83 al 85, 91 inc. 3), 96, 101 inc. 2);
C.C.: arts. 1366, 1368;
C.P.: art. 256; Ley 27594: art. 1 inc. 4);
L.O.B.C.R.: arts. 8 al 12;
T.U.O. Rgrnto. Congreso: art.. 6;
C.A.D.H.: art. 23.1.e;
D.U.D.H.: art. 21.2;
P.I.D.E.S.C.: art. 25.e
A continuación, para facilitar que el lector aprecie el tratamiento que las tres
últimas Constituciones Políticas han dado al tema de la Banca y Moneda,
transcribimos dichos textos constitucionales que, como podrán ver, en muchos
casos no tienen mayores diferencias. Lo propio hacemos con el Anteproyecto de
la Ley de Reforma de la Constitución, de fecha 5 de abril de 2002, elaborado por
la Comisión de Constitución de Congreso de la República, anteproyecto que no
contiene ninguna variación respecto a la actual Constitución en materia de Banca
y Moneda, por lo que nuestras sugerencias pueden servir para incorporar algunas
modificaciones al actual texto.
Como es fácil apreciar, estos textos que se proponen para la nueva Constitución,
son los mismos que los vigentes, salvo la propuesta de fijar en 5 años el período
de designación de los directores del BCR y de que la designación del
superintendente de banca y seguros que haga el Poder Ejecutivo no requiera de
ratificación del Congreso.
En todo lo demás, la normatividad propuesta es la misma, sin ninguna variación.
DOCTRINA
(*) Texto según modificatoria efectuada por la Ley N° 28484, publicada el 05 de abril de 2005.
CONCORDANCIAS:
1. Introducción
Una regla lógica a seguir es que a medida que existan pequeños ahorradores de
dinero, estos se incrementarán merced a la tasa de crecimiento de la población,
traduciéndose ello en la cantidad de personas ahorradoras y en los bajos, pero
suficientes promedios de los ahorros de estos grupos de personas, habida cuenta
que el depositario de cantidad dineraria con finalidad rentable y de riesgo trata de
derivar su capital a otro mercado, que no es precisamente el de la masa promedio
de la población. Se suele explicar la baja tasa de interés en los depósitos en
ahorro en la atención a la masa ahorradora, que obliga a incurrir en costos
operativo s a las empresas bancarias, que de por sí merecen una revisión
constante a fin de evitar que la masa ahorradora sea consumida por elevados
costos operativos.
Es indudable que el fomento del ahorro como política se centrará en la mejor tasa
de interés y en la seguridad del reembolso del dinero depositado en forma
inmediata. Existen otros factores importantes como el servicio oportuno y la
supresión de las comisiones por mantenimiento u otros gastos que merman el
ahorro.
La mayor o menor tasa de interés depende del mejor uso de los recursos de cada
institución bancaria o financiera, y además, de la tasa de encaje que fije el Banco
Central de Reserva. Ante alternativas estrictas o fijas, solo queda revisar aquellas
políticas y disposiciones que brindan al ahorrista, por lo menos, una seguridad de
devolución de sus ahorros. Ello desde el punto de vista del ahorrista. Desde el
ángulo de la entidad bancaria, será necesario que se le brinde herramientas que
permitan la recuperación de los créditos otorgados a efecto de no defraudar las
expectativas de las personas que deposita su dinero en la empresa bancaria o
financiera.
124
La Ley N° 26639 publicada el 27 /06/96, pone límite a las inscripciones de la hipotecas
señalando que se extinguen a los 10 años de las fechas de las inscripciones, si no fueran
renovadas. Dicha norma se aplica cuando se trata de gravámenes que garantizan créditos, a los 10
años de la fecha de vencimiento del plazo del crédito garantizado
Por otro lado existen medidas de protección para la constitución de los warrants y
de los títulos de crédito hipotecario constituidos a favor de las instituciones
financieras. Así, el inciso 8 del artículo 132 de la Ley N° 26702 señala que la
ejecución de estos títulos, que garanticen obligaciones con empresas del sistema
financiero por su tenedor, se aplicará al pago de la deuda con el acreedor
financiero, excluyendo a cualquier tercer acreedor del constituyente, concursado o
no. En este caso se mantiene los derechos de los Almacenes Generales de
Depósito de cobrar los almacenajes adeudados y gastos de remate al ejecutar los
warrants. Se reafirma, pues, la garantía exclusiva del warrant, en la medida que
los bienes respalden obligaciones a favor de una empresa del sistema financiero,
supuesto que no es atendible si el acreedor prendario es una empresa que no
pertenece a dicho sistema.
De otro lado, en los primeros siete incisos del artículo 132 de la Ley General del
Sistema Financiero y del Sistema de Seguros, se establecen las pautas de
cumplimiento de las entidades del sistema financiero a efecto de mantener una
posición sólida en el marco de sus operaciones, tales como la obligación de
observar los límites y prohibiciones en el atoramiento de créditos para asegurar la
diversificación del riesgo y la limitación al crecimiento de las empresas del sistema
financiero hasta un determinado número de veces el importe de su patrimonio
efectivo; la constitución de la reserva impuesta por la ley; mantener el monto del
capital social mínimo a valores reales constantes; y constituir provisiones
genéricas y específicas de cartera, individuales o preventivas globales por grupos
o categorías de crédito, para la eventualidad de créditos impagos.
5. Medidas protectoras del ahorro
El artículo 152 también señala que el Fondo no cubre los depósitos de los titulares
que durante los 2 años previos a la declaración de disolución y liquidación, se
hubieren desempeñado como directores o gerentes de la empresa de que se trate,
y de las personas pertenecientes a los grupos económicos que tengan
participación mayor al 4% en la propiedad de la empresa, siempre que hayan
participado directa o indirectamente en su gestión. Tampoco están cubiertos los
depósitos correspondientes a personas vinculadas a la empresa, sus accionistas,
personal de dirección y de confianza, los depósitos de otras empresas del sistema
financiero nacional o del extranjero, los depósitos constituidos con infracción de la
ley y los instrumentos, que gozando formalmente de la denominación de depósito,
sean esencialmente acreencias no depositarias.
DOCTRINA