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Metodología para la elaboración de proyectos

comunitarios desde la perspectiva de la educación


popular

Centro Martin Luther King, Jr


Autoras: Martha Alejandro Delgado y María de la Caridad Inerarity

QUÉ ES UN PROYECTO. TIPOS.

El proyecto es un conjunto de aspiraciones que soñamos cumplir.


Expresa deseos de realización, pero también concreción de las
posibilidades. Radica en la anticipación de posibilidades y su
vinculación con la realidad.

Por eso un proyecto no puede ser sólo una idea en abstracto que se
queda en el plano de las ambiciones sino que implica una acción sobre
una realidad concreta y, en ese sentido, junto con la dimensión
humana, coexiste una dimensión práctica que se orienta como
condición indispensable en el mismo.

El proyecto es una estrategia de indagación, es un instrumento de


promoción social y de gestión de cambios. Implica necesariamente la
producción de conocimientos y debe tener una intencionalidad
educativa.

Debe ser bien definido y al mismo tiempo flexible, con pautas


organizativas y esquemas operativos que permitan que los
participantes perfilen el proceso según sus intereses y necesidades.

Responde a una visión holística en permanente proceso de


construcción. Se centra en la reflexión sistemática pero también en las
vivencias y en los sentidos éticos y políticos de los implicados.

Por su carácter integrador, el proyecto como estrategia, plantea un


camino que contribuye a preservar y defender los intereses de la
comunidad, aporta elementos para la construcción de un ideal y por
consiguiente puede ser una vía para compartir el poder y potenciar el
protagonismo de los sujetos en sus prácticas.

ƒ Tipos de proyectos:

Sabemos que existen distintos tipos de proyectos: comunitarios,


productivos, de desarrollo y de investigación, entre otros muchos; ellos
se diferencian entre sí por el propósito que tienen, por la metodología
con que se desarrollan y la visión con la que han sido concebidos.
PASOS EN LA ELABORACIÓN DE UN PROYECTO COMUNITARIO

Hay pasos fundamentales en la elaboración de un proyecto


comunitario: prealimentación, diagnóstico participativo, elaboración
del proyecto, realización o puesta en práctica y evaluaciones parciales y
finales.

Prealimentación: Se refiere a toda la información previa que se busca


antes de iniciar la elaboración de un proyecto: características de los
participantes; tradiciones e intereses de la comunidad, forma cómo
han enfrentado el problema actual anteriormente, etc. Muchas veces
conocemos solo algunos elementos sueltos y si nos limitamos a esos
conocimientos, sin ampliar o profundizarlos, es probable que las
acciones no cambien casi nada la situación.
Hace falta un proceso en que, poco a poco, vayamos comprendiendo los
problemas y potencialidades que hay en la comunidad.

Diagnóstico participativo. Es analizar la realidad para conocerla


profundamente, en su totalidad o aspectos significativos de ella, con el
fin de descubrir posibles soluciones o para tomar decisiones sobre las
distintas alternativas que nos presentan. Sabemos, aunque nos duela,
que la elaboración de un proyecto suele partir de diagnósticos en que
difícilmente participan los “beneficiarios” y se transforman en un
documento adaptado a los requerimientos de algunos especialistas o de
los/as financiadotes/as, que suele imponer su propia agenda temática
que puede incluir asuntos correctos pero que a veces poco tienen que
ver con lo que preocupa a la comunidad, desde lo ecológico hasta las
cuestiones de género. Para elegir un problema, necesidad o interés de
la comunidad es preciso recabar, analizar e interpretar información
sobre los diferentes aspectos que confluyen en la vida de la comunidad:
sociales – culturales – medioambientales, entre otros.

Conocer a la comunidad nos permite valorar sus potencialidades y no


limitarnos a los problemas, conocer su historia, sus tradiciones, sus
luchas, sus logros, su gente, sus frustraciones, temores, dudas, etc.

Cuando nos proponemos hacer un trabajo conjunto con la comunidad


para producir cambios, es necesario conocerla y comprenderla muy
bien. Si queremos analizarla debemos considerar tres niveles: el
contexto, la práctica y las concepciones, es lo que se denomina un
triple diagnóstico, es decir, partir del contexto comunitario, las
concepciones sobre el tema o asunto que se diagnóstica y las acciones
anteriores o actuales que se ejecutan. Es importante comprender la
realidad integralmente. Todo ello nos ayuda a conocer las necesidades
y elegir el problema o situación a resolver de forma prioritaria, teniendo
en cuenta también los recursos humanos y materiales con que
contamos. El encuadre de lo que se va a hacer es fundamental.
Es bueno tomar en cuenta dos posturas. Una que entiende que hacer
un proyecto es tarea de expertos, de especialistas que manejen las
herramientas del campo específico de que se trate: económico, jurídico,
social, agrícola, etc. En otro extremo, una postura que entiende que,
para tener éxito, un buen proyecto debe ser realizado directamente por
aquellos que van a ser afectados por lo que se hará. Aquí también
podemos encontrar una gama de combinaciones y posibilidades
intermedias.

Partir de problemas o de deseos

Habitualmente partimos de problemas y/o necesidades a la hora de


diagnosticar. Pero el punto de partida de la acción es casi siempre un
deseo, o debería serlo. En realidad un problema y una necesidad son
también deseos en el fondo. Hay que ver qué es lo más importante, el
deseo más fuerte, qué tiene mayor prioridad. Hay que ver cuál es el
punto de encuentro que permite a su vez generar otros, que harán
posible reconocer otras necesidades y pelear por ellas.

También, puede haber necesidades similares en una comunidad y


tener manifestaciones diferentes por el modo en que se pretenden
satisfacer. La forma de satisfacer la necesidad varía en lugares y
culturas diversas. Un análisis más detenido y participativo permite
entender mejor cuáles son las necesidades en juego y cuál el mejor
modo de encararlas colectivamente.

Los deseos y el modo de satisfacerlos pueden ser un movilizador


grupal, organizacional o comunitario. Hay que explorar detrás de un
pedido explícito con las personas las demás implícitas que no han
quedado claras. Si esto se logra, es posible que se generen acciones que
trascienden el proyecto puntual y que se inserten en un proceso
colectivo más amplio de la comunidad.

ELABORACIÓN DE UN PROYECTO

Principios:
Como elemento central en la elaboración de un proyecto comunitario
desde la perspectiva de la educación popular deben tomarse en cuenta
los siguientes elementos:

o El sentido colectivo: El desarrollo del proyecto exige la


suma de varias personas involucradas que deben ponerse
de acuerdo desde el inicio.
o La transformación de los individuos y la comunidad y la
organización planificada de acciones y caminos que
permitan hacer realidad los sueños.
o El protagonismo y corresponsabilidad de todos los
participantes.
o El saldo educativo que debe dejar cada acción realizada.
o La reflexión crítica de la incidencia del proyecto en el
contexto comunitario.
o Los aprendizajes y desaprendizajes del propio equipo de
investigadores, lo cual implica la mirada crítica, la
sistematización de experiencias, proceso que integra teoría
y práctica. La elaboración del proyecto no puede ser visto
como una asignatura, sino como un proceso formativo
integral que nos exige algunas condiciones especiales,
sobre todo de tipo personal, tanto en el dominio de
capacidades metodológicas, como de actitudes y
disposiciones relacionados con el diseño y ejecución del
proyecto como: Romper con esquemas de pensamiento;
reivindicar el aporte popular a la construcción de saberes;
disposición a aprender a partir de nuestras experiencias
cotidianas; privilegiar las experiencias vividas en las
comunidades como fuentes de aprendizaje

Es esencial abrirnos a la experiencia con humildad y ganas


de escuchar lo que pueden aportarnos los demás; la
disposición de trabajar en equipo y a cuestionar nuestra
manera de hacer las cosas para no volver a cometer los
mismos errores. Además, cultivar nuestra capacidad de
observación y percepción, más que imponer nuestros
criterios y prejuicios. Dejar que la experiencia hable por si
misma y no hacerle decir sólo lo que nos interesa o nos
conviene.

CONFECCIÓN DE UN PROYECTO. PARTES DE UN PROYECTO

Detrás de la lógica de los proyectos está la lógica de la planificación. El


problema de esta lógica es haberse generalizado como lógica, única y
universal. Esto no nos lleva a desechar la idea de la planificación como
una actividad valiosa y útil.

Planificar es algo que de hecho hacemos todos/as en la vida cotidiana y


en la acción social. El problema es cómo y qué entendemos por
planificar. Para algunos el acento está en el plan, una previsión lo más
anticipada posible sobre lo que debe hacerse y se hará y corregir las
eventuales desviaciones cuando sea necesario. Para otros/as, se
prefiere una planificación continua, casi cotidiana que, sin dejar de
tener a la vista una orientación general, vaya aprendiendo desde la
práctica misma de transformación, analizando los obstáculos y las
oportunidades que se presentan. Entre ambas posturas hay una gama
de posibilidades intermedias.

Partes de un proyecto:

En cuanto a la presentación de Proyectos, metodológicamente, se


deben explicitar los siguientes Ítems:
• a) el titulo, autores, institución, lugar y fecha de realización,
etc. En el caso de proyectos comu7nitarios es necesario incluir el
lugar o lugares donde se realiza el proyecto y la comunidad o
población beneficiada.
• Justificación (se exponen las razones o aspectos relevantes que
expresan la necesidad del proyecto. Se puede iniciar con la
descripción del contexto, sus problemas, necesidades y
seguidamente exponer qué aspectos de esa realidad se quieren
atender con el proyecto y transformar en esa comunidad.
Además, qué aprendizajes se pueden cubrir con el desarrollo del
mismo.
• Antecedentes: Se reflejan otros estudios realizados, las otras
experiencias similares al proyecto actual y de las cuales podemos
tomar elementos que puedan nutrir esta experiencia.
• Objetivos. Generales: Definen lo que se espera lograr al
finalizar el proyecto, el último para qué (Hasta un máximo de
dos, hay quienes sugieren que sólo uno); Específicos:
Comprenden logros parciales a corto, mediano y largo plazo.
• Metas: es una expresión medible que indica cuánto del objetivo
pretendemos alcanzar dentro de un plazo determinado, puede
haber más de uno por objetivo- Se refieren al logro de
condiciones concretas de acuerdo a los objetivos específicos.
• Participantes: se consigna el grupo gestor y a los beneficiarios
directos e indirectos del proyecto. No todas las personas tienen
las mismas funciones y responsabilidades.
• Análisis de recursos y obstáculos.
• Sostenibilidad: valorar si el proyecto es sostenible en el tiempo,
que se pueda mantener sin contar con recursos externos.
• Plan de acción. Existe una diversidad de modelos del plan de
acción, de acuerdo con los diferentes autores y la práctica de
cada uno. Pero en general hay elementos básicos: i) Actividades
(acciones concretas que deben realizarse para el logro de una
meta) i.i) Responsables (Aquí se le asigna a las personas
funciones en el cumplimiento de cada acción de manera que
pueda llevarse un control de la ejecución de ellas y quienes
participan en cada una de las actividades.
• Tiempo: es el calendario de ejecución de las actividades.
• Evaluaciones parciales y finales.
• Uno de los inconvenientes que pueden presentarse es que la
aprobación y ejecución de un proyecto puede hacerse mucho
tiempo después del diagnóstico original, cuando los problemas
han cambiado o desparecido. Y, que la puesta en práctica puede
diferir de lo supuestamente aprobado, y lo más preocupante es
que se pretenda mediante un informe “habilidoso” disimular las
diferencias y dar por cumplidos los objetivos y conseguidos los
“impactos”.
• Resultados finales o parciales. Se pueden presentar por equipos
de trabajo, logrando una presentación clara y atractiva, además
que motive a una discusión crítica sobre los asuntos tratados y
las causas que motivan los problemas analizados: comunicativos,
organizativos, políticos, educativos, productivos, culturales, etc.
Y sus consecuencias propuestas para la continuidad del trabajo.
• Tiempo y recursos: Se deben elaborar proyectos que posibiliten
cubrir las necesidades a corto plazo y alcanzar los objetivos de
transformación social previstos aprovechando las potencialidades
de la comunidad. En tal sentido, es necesario sopesar la
factibilidad de cada proyecto en términos del tiempo y los
recursos con que se cuenta.

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