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Nietzsche, Ciencia y Moral:

Reflexión sobre la ciencia positiva


Erly J. Ruiz
Sociólogo. Profesor universitario
Universidad Central de Venezuela
erly.dolli@gmail.com

Resumen: El presente artículo tiene como propósito la reflexión sobre la relación ciencia y moral desde el
pensamiento nietzscheano. Su discursiva aforística no pretende ser bajo ningún motivo la exposición de tablas,
sentencias o leyes. Su objetivo fundamental es la invitación al lector a la práctica hermenéutica como actividad
creativa y reconstructiva. Se expone a continuación como objetivo concreto la recuperación del sujeto como actividad
que, constantemente negada bajo el criterio operativo de la ciencia como generador de la verdad, lo reduce a la
simple reacción. La postura de Nietzsche logra agudamente ilustrar dicha proposición desde su crítica persistente
sobre la recuperación de lo corporal como asunto fundamental de la existencia así como en la crítica a la servidumbre
de lo ideal que, en última instancia, es contradictoriamente a su vez, producción humana.
Palabras clave: Nietzsche; Ciencia positiva; Moral; Positivismo; Hermenéutica; Liberación; Sujeto.
Summary: The purpose of this paper is reflecting about the relationships between positive science and morality from
Nietzsche´s standpoint. The aphoristic discursive does not pretend, under any motive, be an exposition of rules,
sentences or laws. The main objective is to invite the reader to a hermeneutic exercise, a creative and reconstructive
activity. As a concrete objective we discuss the recuperation of the subject as an activity, which constantly forbidden
under the operative criteria of the positive science as the generator of the truth, reducing the subject significance to
the mere reaction. Nietzsche´s viewpoint accurately illustrate this proposition from his persistently critic, discussing
the recuperation of the body as a fundamental issue for existence, and criticizing the servitude to the ideal, which is
also human production.
Keywords: Nietzsche; Positive Science; Moral; Positivism; Hermeneutic; Liberation; Subject.

Introducción.
“Yo sólo ataco causas cuando no voy a encontrar aliados,
cuando estoy solo, cuando me comprometo exclusivamente
a mí mismo… No he dado nunca un paso en público que no
me comprometiese: este es mi criterio del obrar justo.”
Friedrich Nietzsche

A continuación se presenta una reflexión e interpretación sobre el pensamiento Nietzscheano


con la intención de que su discursiva aforística, más que un acto contentivo, pueda ser
comprendida a su vez como invitación para el lector a la actividad hermenéutica, actividad
creativa y reconstructiva sobre una temática que le puede resultar tanto típica como
contemporánea. La argumentación que supone el ingreso de citas claves en dicho ejercicio ha
sido dejada al final con la intención manifiesta por evitar la discursiva propia excesivamente
apoyada en muletas históricas. En sintonía con la primera cita sobre estas líneas, se expone una
reflexión que compromete a su autor pero no contiene ninguna pretensión divina a que lo
expuesto sea tomado como sentencia, tabla o ley.
La interpretación del pensamiento Nietzscheano posee una diversidad de manifestaciones que
un conocedor de su filosofía podría argumentar que las reflexiones a continuación simplifican su
pensamiento a favor del levantamiento de un pensamiento particular. Podría de igual manera
recopilar una serie de aforismos antítesis de los presentados como argumentación. No hace falta
tampoco desconocer la noción existente del método hermenéutico como divagación o carente
de sistematización desde quienes se dedican a la búsqueda de la última verdad mediante la
ciencia. El objetivo aquí, a pesar de que trate sobre un tema que aún confiere plausibilidad, no
pretende ser solución final o sistematización concreta. La intención reside en la invitación tanto
al pensamiento crítico de Nietzsche como a la recuperación del papel fundamental del individuo
en el entramado social que lo rodea, muchas veces ausente o minimizado desde las
pretensiones generales.

Operativamente se ha dividido el contenido del presente artículo en cuatro apartados


consecutivos, que sin embargo, mantienen independencia desde la lógica hermenéutica y su
discursiva aforística. Se abre con un primer apartado introductorio donde se presentan algunas
consideraciones preliminares sobre la influencia de Nietzsche en la academia; la exposición de
su falta de sistematización que quizás voluntariamente, lo ha exiliado de las instituciones
científicas. Se presenta a su vez, el objetivo a perseguir a lo largo de las páginas a continuación,
la reflexión entre la moral y la praxis científica positiva en la modernidad . El segundo apartado
trata a profundidad dicha relación desde la actividad científica positiva como el criterio
generador de la verdad en la contemporaneidad, llevando inevitablemente al tercer apartado el
cual pretende abrir la interrogante sobre la unidad que compone la totalidad; el sujeto como
actividad y no simple reacción. Finalmente el último punto propone la reflexión sobre la
recuperación del sujeto y la creatividad, la exposición por un lado, del ciego progreso del saber,
y por el otro, de la perdida de lo mágico y místico de la humanidad a cambio de la certeza
científica así como de la tranquilidad mediante la dependencia técnica.

La brújula Nietzscheana: Algunas consideraciones preliminares.

1
El pensamiento de Nietzsche indudablemente atraviesa una gran parte de la producción tanto
intelectual como artística occidental a lo largo del siglo XX. Partiendo de la noción del continuum
crítico -característica de la prosa nietzscheana- su pensamiento se percibe como fuente de
energía que reviste no sólo ya a la filosofía como praxis y no mera contemplación, sino que
simultáneamente retrae a temáticas centrales dentro de las ciencias del espíritu que parecieran
olvidarse desde la lógica objetiva de los discursos científicos aplicados a los estudios humanos.
Nietzsche, hijo tardío del romanticismo, como afirmara Thomas Mann en su preludio hablado a
un homenaje musical dedicado a Nietzsche, así como hijo de la ilustración y de la razón si bien
se considero así mismo como un escritor póstumo, sus proposiciones a pesar de que fueron
presentadas a lo largo de su producción en diferentes tonos, no pretendían ser los fragmentos
ideales1 necesarios para la explicación o develación de un mejor mundo consonante con el
progreso y la modernidad que lo contextualizaba. En este sentido, su pensamiento fue no sólo
obviado por sus contemporáneos, sino erróneamente calificado como nihilista o agresor
manifiesto de los procesos modernos por posteriores generaciones.

2
La relación entre la ciencia y la constitución de un mejor mundo como característica moral
subyacente es el objetivo principal de dicho espacio reflexivo propuesto. Lo moral como asunto
fundamental en el pensamiento nietzscheano va mucho más allá de la crítica al cristianismo
como praxis configuradora de lo social.2 Agudamente, Nietzsche logra conseguir dicha vocación
-que definirá como voluntad ascética- tanto en la filosofía como en la práctica científica de su
época. Arroja su crítica a esta ciencia por un lado como ilusión, el creer que la misma está libre
de supuestos, y por el otro a su funcionalidad generalizadora, la minimización del sujeto ya no
sólo como ausente dentro del discurso científico, sino que dicho conocimiento además no le
debe ser útil a la vida individual más allá que para reafirmar su estado gregario. Dicho en menos
palabras: la proposición del sujeto meramente reactivo.3

3
La oposición manifiesta de Nietzsche a este tipo de linealidad 4en la práctica científica, así como
a su carácter ascético, puede ser el precio que constantemente paga su producción intelectual
dentro de la formación elemental de las ciencias humanistas. Ya nadie parece negar su
influencia, pero son pocos los que se arriesgan a incluir al andamiaje clásico y acumulativo de su
ciencia su producción explícitamente. La contradicción constante del pensamiento nietzscheano,
que lo excluye de los científicos del espíritu contemporáneos, compone su sentido desde dicha
estrecha mirada de la ciencia criticada en Nietzsche. Su pensamiento aforístico, musical, en
constante movimiento, es en praxis su propuesta concreta no sólo a la filosofía, sino a la ciencia
del ser humano por y para el ser humano , ser humano que es borrado ya no sólo idealmente,
sino inclusive científicamente.5

4
La ciencia, como herramienta de la humanidad en la modernidad, es puesta en juicio en medida
de su condición aplanadora de la dinámica propia de las actividades de los seres humanos. La
voluntad por la generalización que opera a través de la consecuencia del mundo mejor deviene
en el desarrollo de una única perspectiva; perspectiva en la cual el sujeto reacciona ni siquiera
desde su intelectualidad o razonamiento propio, sino desde el contraste a este criterio
generador de la verdad. En otras palabras, la actividad del ser humano es reducida a
seleccionar y obedecer más que al ejercicio constante de su propia perspectiva y razonamiento
en los asuntos inherentes a su existencia. 6 Lo objetivo en Nietzsche no puede ser el reducto de
una univoca perspectiva. El desarrollo de múltiples perspectivas es la propuesta concreta en su
pensamiento: metafóricamente, el objeto desde todas las posiciones posibles, prácticamente, la
inclusión de todos los ángulos que le son posibles: formas de mirar alternativas que son
canceladas habitualmente por la falta de legitimación de lo individual frente a dicha concepción
aplanadora de la ciencia.

5
La generalización del conocimiento forjado por la ciencia es comprendida en Nietzsche como
renuncia del sí mismo. Esta verdad o ideal no pretende más que el desconocimiento de la
realidad, o dicho en una forma más nietzscheana: la mutilación de la misma. La razón que
deviene en instrumentalidad, numérica y tecnificación son los nuevos artículos de fe de la
humanidad, comprendiendo la humanidad ya como la suma de todas estas impersonalidades.7
Si en algún momento la razón logró erosionar las explicaciones teológicas del mundo y
retraernos a la realidad, la praxis científica moralizada con cada descubrimiento nos aleja
diametralmente de la misma: orden y progreso sin pensar en la anulación manifiesta y
constante de la unidad que produce la totalidad. La observación, como la punta de lanza de
toda la ciencia positiva, es criticada en medida de la cancelación de los sentidos como
imprecisión. Como afirmará Tolstoi: ¿Qué utilidad tiene el conocimiento científico si
inevitablemente no tiene las respuestas para las cuestiones fundamentales de la vida, que hacer
y cómo vivir?

Ciencia y generalización: Los mejoradores de la humanidad

6
Pese al constante regreso a la cultura griega manifiesta en su pensamiento desde la publicación
del Nacimiento de la Tragedia, 8 la crítica hacia la modernidad explícita no aboga por ningún
regreso al carácter místico de las culturas pasadas. El regreso expuesto es hacia el hombre
como productor y reproductor no sólo de la vida social, sino a su vez de los contenidos ideales
que muchas veces guían su praxis más allá de la realidad concreta dentro de la cual se
encuentra inmerso. Dicha crítica a los contenidos ideales se presenta en la crítica al cristianismo,
pero debajo de ella subyace algo fundamental: la capacidad creativa del hombre. El olvido de
los sentidos, el olvido creativo e inevitablemente el olvido a la existencia es la pena capital en el
desarrollo de la cultura moderna; el vivir conforme a medidas y valoraciones ascéticas.9 Dicho
de otra forma, la verdad no es la búsqueda de la ciencia, la misma se conforma sencillamente
con el buscar, el saber producto de dicha búsqueda -frío y seco además- no comprende ninguna
consecuencia así como tampoco comprende sufrimiento ni nostalgia, poco a poco desvanece lo
humano en su eterna construcción de preguntas y respuestas.

7
La superación, característica del discurso Nietzscheano, encuentra muchas manifestaciones a lo
largo de su bibliografía. 10 La reducción al carácter pluridimensional de la realidad es criticada
desde su inscripción a la moralidad. La transvaloración de todos los valores, como máxima
expresión o prospectiva Nietzscheana, supone comprender lo extra moral a través de la
superación de categorías unidimensionales. La realidad, así como la voluntad por su
aprehensión como totalidad, no puede esperar dicha unidimensionalidad de un tránsito sin
sufrimiento, un tránsito sin maldad. La buena voluntad es la manifestación del gregarismo y
conservadurismo en su máxima expresión, la moderna vida sin conflictos ni existenciales ni
técnicos.

8
La responsabilidad, como condición de la ciencia de la buena voluntad, expresa la deuda a la
totalidad sobre la unidad. En este sentido, la ética o moralidad coercitiva propone planos de
reacción y selección sobre la acción consciente en el desarrollo de la existencia. La existencia de
la estructura social como externalidad supone el deseo de creer en algo que supera al hombre.
A pesar de que la razón fue y es utilizada para socavar lo mágico y místico del mundo, la
creencia por la superación sigue intacta y es manifiesta en la modernidad mediante la utilización
de la ciencia y el dominio técnico como destino inevitable de la humanidad. No es necesario
cerrar los ojos para imaginar este gran destino, el destino del gran rebaño sin existencia de
lobos, o dicho de una forma veraz, lobos disfrazados de pastores guiando al rebaño en la
consecución de la auto conservación.

9
La ciencia, como generalización y motor orientativo de la existencia moderna, posee no sólo
arrogancia en su objetivo, sino que a su vez es comprendida como un uniforme con el cual se
atavía el hombre para la guerra por su existencia. No obstante, ¿Sólo basta vestirse con un
uniforme para enfrentar la dinámica perenne de la vida terrenal? Las profundidades de la
existencia siguen intactas a falta de la comprensión necesaria en el desenvolvimiento de la
práctica científica. Cualquier desvío que no produzca utilidad gregaria o técnica es enviado al
exilio por los pastores del gran rebaño. Lo que consta de real utilidad para ellos es lo que puede
ser diseccionado por el pensamiento, lo que puede ser organizado e inmaculado, características
totalmente opuestas al continuum de la vida terrenal rica en determinaciones, sentidos y
significados más allá de los intereses organizativos. 11

10
La integración social, posible mediante la ciencia como especialización y tecnificación, es
comprendida como una gran ilusión cuando se pretende vincular la correspondencia entre el
desarrollo personal y la estructura macro de las sociedades modernas. El desarrollo personal,
posible como saber acumulativo y especializado a favor de la sociedad, no promueve en lo más
mínimo ni el desarrollo de la conciencia individual, ni sus potencialidades y abismos. Nos
encontramos frente a la gran reducción a la utilidad, utilidad como practicidad, disgregación y
olvido de la unidad que contradictoriamente expresa, reproduce y produce la gran estructura
macro que lo condiciona. El saber de la ciencia, así como la expresión teórica, se reproducen
desde la prosa impersonal y aséptica, es el fantasma o deidad moderna que domina, asusta y
empequeñece.

Sobre el sujeto y la actividad: ¿Y dónde está el sujeto?

11
La actitud científica aséptica manifiesta la saturación de conocimiento y erudición que en última
instancia logra disecar al hombre y apartarlo de su capacidad activa en el desarrollo de la
cultura, que no sólo lo rodea sino que también constituye. La tecnificación, característica de las
sociedades modernas, ha logrado inclusive corroer y colarse a los ámbitos artísticos, espacios
fundamentales para la redención propuesta por Nietzsche. El arte se contrapone a la lógica de la
ciencia en el sentido de que la práctica científica ha logrado enviar al exilio todas las pulsiones y
afectos del individuo creador.12 No obstante, el arte moderno es criticado a su vez por
transformarse en un acto de contemplación y selección. Como mencionara Nietzsche en su
tercera intempestiva, el filisteo culto ya no sólo se encuentra en academias, su saber manso
más que estar al servicio de la existencia logra hacer vida inclusive en las manifestaciones
artísticas contemporáneas.

12
La sospecha, antigua energía utilizada para socavar todo lo místico y religioso de las sociedades
desde la ilustración, pierde toda su capacidad tanto creativa como destructora desde la ciencia
de la buena voluntad. La sospecha es asumida contemporáneamente como conflicto tanto con
la sociedad así como con la época. Las preguntas que convienen resuenan con el interés
general de la sociedad. La búsqueda por la verdad, objetivo que aún la ciencia cree tener por
firme, ha abandonado a su suerte no sólo las cuestiones fundamentales de la existencia de la
humanidad, ha logrado inclusive promover la corporalidad como asunto impreciso que
escapándose a la lógica generalizadora, no puede ser ya un espacio positivo ni en la reflexión ni
en la consecución del conocimiento . La sensibilidad, así como los sentidos, no están ya a
nuestro favor. Un ejemplo bastante cotidiano supone el acto continuo y masivo en aceptar la
redondez de la tierra a pesar de que nuestros sentidos inmediatos comprenden el mundo como
planicie; contrariar dicha concepción científica solo conllevaría al conflicto con el rebaño y sus
pastores. La verdad, más que seguridad y existencia, indudablemente, convive atada a la lógica
del poder y la dominación gregaria.

13
La valoración de la realidad a través de la verdad como exposición o función de la práctica
científica es transformada en conocimiento útil para el individuo pero no desde el mismo. La
utilidad, que es comprendida como tecnificación y calma gregaria de la vida, anula en gran
medida la capacidad, no sólo creativa de la actividad humana, reduciendo su contenido activo
para otorgar coherencia entre lo que sucede y ya sucedió, haciendo en última instancia de la
razón un instrumento de descarte y selección más que un ejercicio constante individual por
conferir sentido a su existencia, sus acciones, deseos e intereses. Como será planteado por
Nietzsche en la tercera intempestiva, la máxima característica de la producción del conocimiento
científico es la de un conocimiento frío y puro, un conocimiento que no comprende
consecuencias más que para sí mismo, reafirmando el carácter olvidadizo del sujeto que en
última consecuencia lo produce.

14
La crítica reiterativa al gregarismo no puede reducirse como la generación de una forma de vida
carente de toda actividad. Si bien la utilidad, la tecnificación y la intelectualización de la vida
humana son las fuertes manifestaciones de dicha forma de vida que actúan constantemente
sobre la personalidad, la misma expone la capacidad productiva del ser humano. Como puede
interpretarse desde Sobre Verdad y Mentira en el sentido extra moral, 13 la verdad la cual no
mantiene ninguna relación con los objetos externos no impide que bajo su lógica consensual y
social exista una estructura sobre la cual pueda reposar tranquilamente la humanidad , dicha
estructura, construcción permanente desde el lenguaje, es revestida de cemento desde la
ciencia como el último gran arquitecto de la humanidad.
15
La exposición fisiológica, como criterio operativo de la filosofía Nietzscheana, comprende la
voluntad por la recuperación de lo humano e individual desde lo que constantemente es dejado
de lado en la generalización característica de las ciencias. En su autobiografía, muchos lectores
esperan encontrar revelada la última verdad transmundana, así como el contenido ideal o moral
del pensamiento de Nietzsche. Ante el despliegue del contenido real que movía la crítica, -en
palabras de su propio autor- ocurre una profunda desilusión al hallar criterios y recetas que
carecen de profundidad desde la comprensión de la filosofía como actividad meramente racional
y contemplativa de las profundidades del ser humano, intención totalmente opuesta al
desarrollo de la misma como praxis de vida.14 Lo corporal es un asunto fundamental para
Nietzsche. El movimiento del pensamiento está en completa sintonía con el cuerpo y los
sentidos inmediatos, criterio que atraviesa su bibliografía como invitación al reconocimiento
propio así como la comprensión en las condiciones para la producción del conocimiento desde la
unidad que compone la totalidad.

Algunas consideraciones finales.

16
La recuperación del sujeto es posibilidad a través del arte; noción que no es totalmente bien
recibida por quienes aún creen en la ciencia ya no sólo como criterio generador de la verdad, si
no de la praxis real. La alusión a dicha fuerza artística como negación y reconstrucción se
encuentra en Nietzsche desde el Nacimiento de la tragedia. Se propone el acto creativo del
artista más allá a su exposición técnica, el mismo es planteado como posibilidad para el
encantamiento del mundo, perspectiva que se nutre desde la realidad no enteramente racional
ni ordenada.15 La voluntad artística confiere al sujeto la restitución de su capacidad creativa ; la
apuesta Nietzscheana se inscribe en este sentido. Análogo a su concepción de la filosofía la
ciencia debe repensarse como actividad artística, praxis que no sólo se comprenda o oriente
hacia el dominio técnico e instrumental , que se encuentre al servicio de la humanidad, no de su
pereza o auto conservación gregaria, que admita todos los estados que no pueden seguir
contenidos por conceptos o definiciones ascéticas.

17
La postura más radical, en cuanto a la recuperación del sujeto, se expone claramente en la
tercera intempestiva nietzscheana: Schopenhauer como educador. Allí, en un proyecto que
apuntaba no sólo a la crítica contemplativa e histórica sino a la realidad y la época actual de
Nietzsche, se propone el papel de la filosofía aislada completamente de las instituciones como lo
son el estado y la universidad.16 La educación como tema principal de dicho tratado se
encuentra al servicio del estado como continuidad y garante en la reducción de conflictos tanto
materiales como existenciales . Dicho en pocas palabras, bajo la operatividad de la ciencia es
posible encontrar la seguridad necesaria. Todo tipo de conocimiento que genere confusión o
contradicción opuesto a su utilidad es señalado como un atentado a dicha seguridad gregaria.
La ciencia deviene en acumulación y dominación técnica e instrumental a razón de que lo
objetivo se imprime continuamente en la humanidad, la primacía de lo externo y lo útil sobre el
mal visto subjetivismo.
18
La lógica de la modernidad, desde la convicción por el orden y el progreso, apunta a la
comprensión del presente siempre en pro del futuro. La felicidad pareciera quedar siempre para
después mediante el trabajo mecánico y reactivo. El carácter coercitivo de la convicción se
manifiesta en la reducción de la existencia moderna a vivir bajo un conocimiento recetario,17
una suerte de selectividad que funciona como cárcel para el instinto creativo y la sensibilidad
humana. La ciencia como cuestionamiento fiel deviene inevitablemente en el autor de muchas
de las recetas. La ausencia del sujeto en pro del conocimiento anónimo promueve la
generalización a favor del que debe venir, siempre hacía adelante lo más rápido posible.
Lamentablemente, la voluntad artística moderna no se encuentra exenta de dicha lógica hacia el
futuro. Actualmente se cree pensar que la única forma de progreso se encuentra en utilización
la tecnología actual para la realización de las obras artísticas, confiriendo valor y satisfacción a la
elaboración con tecnología de punta, enviando y comprendiendo todo lo pasado al estado
primitivo y por ende necesitado de ser superado.

19
La constante negación o minimización del sujeto puede ser expuesta a su vez desde la lógica del
dominio. Una de las características más enaltecidas de la producción del conocimiento aséptica
es su capacidad por funcionar como conocimiento y ley universal, de que va y vive mucho más
allá del saber especializado que lo produce. A quienes no producen dicho conocimiento el mismo
les trae tanto tranquilidad como seguridad ante lo que ahora complejamente es expuesto y
lingüísticamente avanzado. La ciencia como proceso puede ser comprendida por consiguiente
desde una expresión religiosa cristiana; la igualdad bajo los ojos de dios . En este sentido, la
práctica positiva contiene dentro de sí la intención moral, la fórmula universal que sólo hay que
acatar y reaccionar; artículo de fe pero sin ninguna recubierta poética ni artística.18

20
A modo de conclusión, la ciencia como manifestación de la razón lamentablemente pareciera
haber olvidado su propósito liberador. Operativamente se puede inclusive afirmar que se
encuentra encaminado en dirección opuesta. Dicho en otras palabras, el dominio de la
naturaleza, cada vez más palpable mediante la tecnificación del mundo, no coincide con la
liberación de la servidumbre que encarcela al ser humano en su cotidianidad. Dicha
servidumbre, que en un momento histórico correspondía a cosmovisiones teológicas las cuales,
vale tener presente, fueron atacadas desde el inicio de la razón, se inviste modernamente a la
servidumbre a la misma ciencia. El hombre moderno deriva en un instrumento musical
condenado a reproducir una única nota, a delegar su existencia al otro especializado, a un
estado constante de reacción y selección, olvidando su carácter creativo, artístico y su papel
fundamental en la construcción de la realidad que lo rodea.

Notas
1
En palabras de Nietzsche en Ecce Homo: “La última cosa que yo pretendería sería mejorar a la humanidad.
Yo no establezco ídolos nuevos, los viejos van a aprender lo que significa tener los pies de barro” p.18
2
Empresa que desarrollará públicamente en la Genealogía de la Moral y profundizará críticamente en El
Anticristo: El resentimiento como fuerza configuradora de la religión cristiana.
3
Sobre dicho carácter reactivo Georg Simmel afirmará en “La metrópolis y la vida mental”: “El odio acendrado
de hombres como Nietzsche y Ruskin a la metrópoli es comprensible precisamente en estos términos
(Puntualidad, cálculo y precisión). Estos pensadores descubrieron en su ser mismo que la vida tenía valor
únicamente en aquella existencia no programada que no puede ser definida con precisión de la misma manera
para todos. Su odio a la economía monetaria y al intelectualismo de la vida moderna tiene idéntico origen al que
guardaban hacia la metrópoli.”
4
El énfasis crítico a la linealidad recae en el olvido de las acciones como condición humana. En palabras de
Nietzsche en su segunda intempestiva recogidas por Desiato en Nietzsche: Crítico de la postmodernidad : “Para
cada acción se requiere del olvido: así como para la vida de cada ser orgánico se necesita no solamente luz,
sino también oscuridad. Un hombre que quisiese sentir siempre y sólo históricamente sería semejante a aquel
que estuviese obligado a abstenerse del sueño” p.56
5
Afirmará Nietzsche en Ecce Homo: “Conozco mi suerte. Alguna vez irá unido a mi nombre el recuerdo de algo
monstruoso, de una crisis como jamás la hubo en la tierra, de la más profunda colisión de consciencias, de una
decisión tomada, mediante un conjuro, contra todo lo que hasta este momento se ha creído, exigido,
santificado. Yo no soy un hombre, soy dinamita” p.135
6
Aseverará Nietzsche en Ecce Homo: “Otra listeza y autodefensa consiste en reaccionar las menos veces
posible y en eludir las situaciones y condiciones en que se estaría condenado a exhibir, por así decirlo, la
propia libertad, la propia iniciativa, y a convertirse en un mero reactivo. Tomo como imagen el trato con los
libros. El docto, que en el fondo no hace otra cosa que revolver libros, acaba por perder integra y totalmente la
capacidad de pensar por cuenta propia. Sino revuelve libros, no piensa. Responde a un estimulo (un
pensamiento leído) cuando piensa, al final lo único que hace ya es reaccionar” p.56
7
Pregunta que se hace Nietzsche en su primera intempestiva recogidas por Desiato en Nietzsche: Crítico de la
postmodernidad: “Para la cultura nadie dispone ya de tiempo y sin embargo, ¿Qué valor tiene la ciencia si no
dispone de tiempo para la cultura? Entonces, que se nos conteste por lo menos acerca de este punto: ¿De
dónde viene, hacía donde va y hacia qué finalidad tiende la ciencia, sino debe conducir a la cultura? ¡Y bien,
entonces, quizás, conducirá a la barbarie!” p.36
8
Se ha de tener presente El nacimiento de la tragedia así como el momento en el cual se escribió no sólo como
dato histórico numérico. Para 1870 cuando Nietzsche se dedicaba a dicha tarea ocupaba -opuesto a las
prenociones existentes sobre su profesión como filósofo- un puesto en la Universidad de Basilea como Filólogo.
No sólo se dedico durante su formación al estudio de las palabras; poseía un amplio conocimiento sobre la
filosofía griega el cual intento transmitir durante su estadía académica. A su vez, ha de recordarse la
característica de la filología, la explicación de textos desde todos los puntos de vista posibles.
9
En palabras de Nietzsche en Ecce Homo: “Las cosas que la humanidad ha tomado en serio hasta este
momento no son ni siquiera realidades, son meras imaginaciones o, hablando con más rigor, mentiras nacidas
de los instintos malos de naturalezas enfermas, de naturalezas nocivas en el sentido más hondo – todos los
conceptos dios, alma, virtud, pecado, más allá, verdad, vida eterna… Pero en esos conceptos se ha buscado la
grandeza de la naturaleza humana, su divinidad. Todas las cuestiones de la política, del orden social, de la
educación han sido hasta ahora falseadas integra y radicalmente por el hecho de haber considerado hombres
grandes a los hombres más nocivos, por el hecho de haber aprendido a despreciar las cosas pequeñas, quiero
decir los asuntos fundamentales de la vida misma” p.59
10
Desde su introducción en Humano demasiado humano y Más allá del bien y el mal donde el trato es
conformado desde la psicología hasta su exposición artística y poética del Zaratustra.
11
Afirmará Nietzsche en su tercera intempestiva recogidas por Desiato en Nietzsche: Crítico de la
postmodernidad: “Las ciencias, cultivadas sin ninguna mesura en el más ciego laisser-faire, destrozan y
disuelven cuanto era firmemente creído; las clases sociales y los estados civiles son arrollados por una economía
del dinero desproporcionada y abyecta” p.48
12
La dualidad razón y pulsión es desarrollada inicialmente en El nacimiento de la tragedia de Nietzsche
formando la dicotomía Apolo y Dionisio, idea que lo perseguirá durante toda su producción bibliográfica.
13
En palabras de Nietzsche en Sobre Verdad y Mentira en el sentido extra moral : “¿Qué es entonces la verdad?
Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de
relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después
de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las
que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han
perdido su troquelado y no son ahora consideradas como monedas, sino como metal”. p.25
14
Aseverará Nietzsche en Ecce Homo: “En un clima muy excitante el té es desaconsejable como primera bebida
del día: debe comenzarse una hora antes con una taza de chocolate espeso y desgrasado. Estar sentado el
menor tiempo posible; no dar crédito a ningún pensamiento que no haya nacido al aire libre y pudiendo
nosotros movernos con libertad, -a ningún pensamiento en el cual no celebren una fiesta también los músculos.
Todos los prejuicios proceden de los intestinos. La carne sedentaria -ya lo he dicho en otra ocasión- es el
auténtico pecado contra el espíritu santo.” p.44
15
Dicha voluntad artística y la discursiva científica puede comprenderse desde la relación entre Así hablo
Zaratustra y Más allá del bien y del mal, donde las temáticas no varían en su esencia, más si en su perspectiva
así como en su presentación. En palabras de Nietzsche en Ecce Homo: “Si se tiene en cuenta que este libro
(Más allá del bien y del mal) viene después del Zaratustra, se adivinará también quizás el régimen dietético a
que debe su nacimiento. El ojo, malacostumbrado por una enorme coerción a mirar lejos -Zaratustra ve aún
más lejos que el zar-, es aquí forzado a captar con agudeza lo más cercano, la época, lo que nos rodea. Se
encontrará en todo el libro, ante todo también en la forma, idéntico alejamiento voluntario de los instintos que
hicieron posible un Zaratustra”. p.108
16
En palabras de Nietzsche en Schopenhauer como educador: “Al estado nunca le interesa la verdad a secas,
sino sólo la verdad que le es útil, o para decirlo más exactamente, únicamente se interesa por lo que es útil, ya
sea esto verdad, verdad a medias o error. Así pues, una alianza entre el estado y la filosofía sólo tendrá sentido
si la filosofía puede prometer serle de incondicional utilidad, esto es, que antepondrá el beneficio del estado a la
verdad. Ciertamente sería magnífico para el estado contar también con la verdad a su servicio y bajo su sueldo;
sin embargo, bien sabe él mismo que en la esencia de aquélla reside no someterse a ninguna servidumbre ni
aceptar ningún sueldo” p.159
17
Como afirmará Alfred Schütz en “El ciudadano bien informado” en Estudios Sobre Teoría Social: “El hombre
común tiene un conocimiento funcional de muchos campos que no son necesariamente coherentes entre sí, un
conocimiento de recetas que indican cómo obtener, en situaciones típicas, resultados típicos por medios típicos.
Las recetas indican procedimientos en los que se puede confiar aunque no sean claramente comprendidos,
siguiendo la prescripción como si se tratará de un ritual, se puede obtener el resultado deseado sin cuestionar
por qué se debe dar cada paso del procedimiento, y darlo exactamente en la sucesión prescripta.” p.122
18
Se puede aludir aquí a la exposición poética y artística desde la propia experiencia de Nietzsche en vida en
relación al recibimiento de sus libros. En el caso del Nacimiento de la Tragedia, el libro no fue bien tomado en el
sentido del distanciamiento artístico y filosófico de su discursiva fuera de la aldea de la filología clásica,
departamento al cual -como fue mencionado en la nota 8- Nietzsche pertenecía. Se puede mencionar también el
caso del libro número 4 de Así hablo Zaratustra, el cual Nietzsche publicó 40 ejemplares por su propia cuenta a
falta de editores interesados en la exposición poética que caracterizaba ya toda la obra.

Referencias bibliográficas
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NIETZSCHE, Friedrich. Sobre Verdad y Mentira. Madrid. Tecnos. 2003
SCHUTZ, Alfred. Estudios sobre Teoría Social. Buenos Aires. Amorrortu Editores. 1974
SIMMEL, Georg. La metrópolis y la vida mental . Bifurcaciones Revista de estudios culturales urbanos. En
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