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CC Sala 4
Fecha de emisión de la Cédula:13/agosto/2021
Copias: S
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Tribunal:CAMARA NACIONAL DE APELACIONES EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL - SALA 4 - - sito en VIAMONTE 1147
PISO 3° CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES
///nos Aires, 13 de agosto de 2021. AUTOS Y VISTOS: Le corresponde intervenir a esta sala con motivo del recurso de
apelación deducido por el Dr. Mauricio Longin D´Alessandro, defensor de Matías Edgardo Morla, contra la decisión del 31 de
marzo de 2021 por la cual se dispuso la prohibición de innovar y contratar respecto de todas las marcas relacionadas con el
nombre, los pseudónimos y la representación de la imagen de Diego Armando Maradona registradas en el Instituto Nacional
de la Propiedad Industrial (INPI) a nombre de Sattvica SA o de Morla. También dedujo recurso, al igual que lo hizo el Dr.
Martín Juan Larralde, en nombre de Sattvica SA, contra la decisión del 5 de mayo último por la cual se amplió la prohibición
de innovar y contratar todas las solicitudes de marcas relacionadas con el nombre, los pseudónimos y la representación de la
imagen de Diego Armando Maradona, en todas sus variantes(denominativa, figurativa y mixta), en particular las que se
encontraban por entonces en trámite ante el INPI y que fueran informadas por eseorganismo mediante notade fecha 13 de
abril de 2021 (I), se dispuso comunicar a Morla y al presidente de Sattivca SA que dicha prohibición regía a en orden a todas
las solicitudes marcarias, se encontraran o no en territorio de la República Argentina (II) e informar de ello al INPI (IV).
Presentados los memoriales respectivos, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo General de esta Cámara del 16 de
marzo de 2020, la cuestión traída a conocimiento está en condiciones de ser resuelta. Y CONSIDERANDO: El juez Ignacio
Rodríguez Varela dijo: 1. La presente causa se inició con la querella promovida por Dalma Nerea y Dinorah Gianinna
Maradona Villafañe, en su condición de herederas de Diego Armando Maradona –fallecido el 25 de noviembre de 2020–,
contra Matías Edgardo Morla, a quien su padre le extendiera un primer poder el 7 de diciembre de 2014 en Abu Dhabi,
Emiratos Árabes Unidos (Acta consular N° 28), y un segundo, en este caso de administración y disposición, el 30 de junio de
2016 en esta ciudad ante la escribana Iamposky. El 11 de junio de 2015 Morla constituyó, junto a su cuñado Maximiliano
Pomargo, la sociedad Sattvica SA –con domicilio en Rosario Vera Peñaloza 22° “A” departamento 3, mismo edificio en el que
también funcionaba su estudio jurídico– cuyo objetivo era el de presentar en diferentes países de América y Europa las
solicitudes de transferencia de marcas asociadas a Maradona y el registro de nuevas en este país. Dicha compañía
permaneció inactiva al menos hasta el 31 de diciembre de 2019, conforme al cierre del ejercicio económico de esa fecha. El
4 de enero de 2016 Morla, en su carácter de apoderado de Maradona –mediante el primer poder emitido en los Emiratos
Árabes–, suscribió una cesión a título gratuito de esas marcas a Sattvica –representada en el acto por Walter Christian
Ferreyra, cuya firma fue certificada por la escribana Iamposky–, la que fue luego presentada ante el INPI para su inscripción.
Las marcas transferidas en dicho convenio fueron las registradas con los números 2182630, 2182631, 2182966, 2182967,
2182968, 2182969, 2183395, 2183396, 2183397 y 2183398. El 16 de noviembre de ese año Morla, mediante el uso del
segundo poder, firmó un nuevo convenio de transferencia gratuita de otras marcas de Maradona a favor de Sattvica, en
cuyo nombre también actuó Ferreyra, el cual fue presentado ante el INPI. En esa ocasión se transfirieron los registros
números 2188739, 2182962, 2182963, 2182964, 2182965, 2182724, 2260467, 2182725, 2182961 y 2188738. Pese a ello, el
27 de octubre de 2020, el imputado firmó –asimismo como apoderado de Maradona– un contrato con YPF para que ésta
hiciera uso de su imagen y marca, en el que se reconoció que el occiso era por entonces el titular de su marca. Por otra
parte, se detectó la existencia de una autorización extendida a Morla por Maradona para la explotación comercial de sus
marcas fechada el 26 de diciembre de 2015, con una intervención notarial del 17 de agosto de 2020. Tras su fallecimiento, se
inició el proceso de sucesión ante el Juzgado Civil y Comercial N° 20 de La Plata (expediente N° 48767/20), en el que el 29 de
diciembre de 2020 se designó como administrador a Sebastián Baglietto, quien detectó las transferencias de marcas e
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intimó a Morla a cederlas nuevamente a los herederos y, ante la negativa del encausado, quien alegó que pertenecían a la
firma Sattvica y no a él, se presentó ante el Juzgado Civil y Comercial Federal N° 8, donde solicitó el dictado de una medida
cautelar, concretamente la prohibición de innovar respecto de las marcas Diego Armando Maradona, Maradona, El 10, La
Mano de Dios, Diegol, Diego Maradona y El Diego registradas en Argentina y en cualquier otro país del mundo (expediente
N° 48.767/20). Dicho tribunal consideró que la medida reclamada era improcedente y ordenó, en cambio, en fecha 11 de
marzo último, la anotación de esa litis, que, consideró era “una medida cautelar que tiene por objeto la publicidad del pleito
frente a terceros, sin restringir las facultades de disposición del titular del derecho o de la cosa a los cuales se refiere la
medida. Sólo tiene el alcance de simple advertencia a terceros, previniéndolos en cualquier operación a realizarse sobre los
derechos o la cosa en litigio, y evitando así, por ejemplo, que la transferencia o adquisición por terceros de los derechos o la
cosa en cuestión después de iniciado el juicio pueda invocarse contra la sentencia que recaiga en el proceso”. 2. Con su
presentación inicial, el pasado 15 de marzo, las querellantes solicitaron que se le impidiera a Morla ceder, vender, transferir
o disponer de cualquier modo de las marcas Maradona, de las que, a su juicio, se habría apropiado de manera ilícita. El fiscal
acompañó su pedido y fue en ese sentido que resolvió el juez a quo, al decretar la prohibición de innovar y contratar en
orden a tales marcas. Luego, el INPI acompañó un listado de solicitudes de inscripción de otras marcas vinculadas a
Maradona formuladas por Sattvica el 6 de abril último, por entonces en trámite, y requirió al juzgado directivas sobre si
debía o no proceder a su registro. A su vez, las querellantes hicieron saber que habían detectado que Morla se valió del
poder extendido en Emiratos Árabes para solicitar la inscripción de las marcas vinculadas a Maradona a nombre de Sattvica
en otrospaíses; así lo habrían verificado en el caso de México y de los pertenecientes a la Unión Europea, aportando además
constancias del inicio de trámites semejantes ante Estados Unidos, Uruguay y Colombia. Por tal motivo, solicitaron la
extensión de la medida cautelar al resto del mundo. Fue por ello que el a quo dispuso –en este caso mediando oposición del
fiscal– ampliar la prohibición a las marcas cuya solicitud de registro se encontraba en trámite ante el INPI y comunicar a
Morla y al presidente de Sattvica SA que la medida cautelar impuesta regía sobre “todas las solicitudes marcarias
relacionadas con el nombre, los pseudónimos y la representación de la imagen de Diego Armando Maradona, en todas sus
variantes, se encuentren o no en territorio de la República Argentina”. 3. Tales los antecedentes de las cuestiones a resolver,
cabe señalar inicialmente que el juicio sucesorio y el expediente vinculado en trámite ante el fuero civil y comercial federal
suponen objeto y pretensiones diferentes a los de esta penal. En consecuencia, entiendo que no asiste razón al recurrente
cuando se agravia ante la duplicidad de discusiones y decisiones en torno a las medidas cautelares, en tanto ellas siguen la
dispar naturaleza y estado del trámite de tales procesos. Ahora bien, sin perjuicio de ello, en función de las disposiciones del
artículo 518 del Código Procesal Penal de la Nación y de lo especificado en el artículo 23 del Código Penal, este tribunal ha
dicho –con integración parcialmente distinta– que “... previo al dictado de una sentencia condenatoria, pueden ser
admitidas medidas cautelares como las previstas en el ordenamiento procesal civil y comercial. Sin embargo, su viabilidad, al
igual que cualquier otra de naturaleza económica que se adopte en el marco de un proceso penal, exige la concurrencia de
los tres requisitos que prevén los artículos 195 a 208 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación: verosimilitud del
derecho, peligro en la demora y prestación de contracautela” (causa N° 86.519/19/2 “Paredes Agüero”, rta. 14-9-2020). En
relación con la primera de esas condiciones se ha requerido, por regla, el dictado del auto de procesamiento del artículo 306
del Código Procesal Penal de la Nación (de esta Sala, causa N° 36.823/15 “Garfinkel”, rta. 13-7-2018). En circunstancias
excepcionales, y especialmente en razón de la amplitud de lo dispuesto en el artículo 23, último párrafo, del Código Penal, se
ha autorizado el dictado de medidas tuitivas cuando medie la convocatoria de los imputados a indagatoria (de esta Sala,
causa N° 33.877 “Marterolli”, rta. 28-3-2008, entre otras), e incluso, aún en el caso de autores desconocidos, en presencia
de una manifiesta verosimilitud de los hechos investigados, al disponer, también con diferente integración, el provisorio
cese del cobro de cuotas de préstamos bancarios obtenidos fraudulentamente merced a la manipulación furtiva de cuentas
ajenas (causas N° 41.736/20 “Schlein”, rta. 9-11-2020 y 14.255/21 “Klein”, rta. 10-5-2021). 4. En esta causa, sin embargo, no
se presenta ninguno de esos presupuestos ni el necesario balance y proporcionalidad con la afectación de derechos de la
contraparte y de terceros, al menos en orden a las medidas de mayor trascendencia dispuestas por el a quo. En particular si
se atiende a que en los autos vinculados con el juicio sucesorio, continente específico del debate en torno a los derechos
sobre los bienes e intereses en juego, de momento no se ha acordado a quienes reclaman en torno a las marcas vinculadas a
Diego Armando Maradona más cautela que la anotación de litis, precaución ésta que también estimo suficiente en nuestro
caso en razón de lo alegado y acreditado hasta el momento y en atención al estado del trámite de la instrucción. Se trata de
una medida que guarda proporción con el escenario señalado –sin perjuicio de los ajustes que corresponda realizar según el
avance del proceso–, resultando adecuada para advertir a terceros acerca de los hechos denunciados y su discusión judicial.
De esa manera, puede otorgarse, frente a la eventual extensión del daño alegado, un resguardo acorde a la situación actual
del expediente. Con más razón cuando las medidas que vienen impugnadas por el recurrente han sido dispuestas sin el
recaudo, ni la justa estimación, del requisito de la contracautela exigido por la normativa civil y comercial (artículo 199 de
ese ordenamiento), a la que remite el artículo 520 del Código Penal, la cual “… debe contemplar la efectividad del
resarcimiento de los perjuicios de aquella pudiera ocasionar en el supuesto de que hubiera sido trabada injustamente…”
(Roland Arazi y Jorge A. Rojas, “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Comentado y Anotado”, Ed. Rubinzal-Culzoni,
2003, pág. 265 y de esta Sala, causa N° 36.823/15, “Garfinkel”, rta. 13-7-2018). Por ello voto por confirmar la disposición de
cautelares (conf. artículos 518 y siguientes del CPPN, 23, último párrafo del Código Penal y 195 y sgtes del Código Procesal
Civil y Comercial), pero limitándola a la anotación que el a quo deberá realizar de la existencia de este proceso en los
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registros que correspondan, incluyendo la posibilidad de comunicar tal temperamento a las autoridades internacionales y
extranjeras competentes, exhortando, en su caso, a realizar tal inscripción, con el mismo alcance y entidad. Esto, más allá de
la contracautela que deba prestar ante el juzgado de origen quien solicitó la medida. El juez Jorge Luis Rimondi dijo: Tal y
como he sostenido en numerosos precedentes (Sala I, causa N° 27.454 “Grunfeld”, rta. 14-12-2005, entre muchos otros),
para la procedencia genérica de las medidas precautorias son presupuestos de rigor la verosimilitud del derecho invocado y
el peligro de un daño irreparable (artículo 230 del CPCC). Tales requisitos no se identifican en el caso de autos, toda vez que
no se verifica la verosimilitud del derecho, teniendo en cuenta que aún no se ha dispuesto el llamado a prestar declaración
en los términos del artículo 294 del Código Procesal Penal de la Nación. Si bien el principio general reconoce excepciones,
éstas se han reconocido sólo en casos en donde se haya, como mínimo, convocado al imputado a prestar declaración
indagatoria (artículo 294, CPPN), de acuerdo a la actual regulación de la ley procesal y, mucho más, si se lo ha procesado
(artículo 306 y concordantes del CPPN), situaciones que no se han corroborado en autos. En ese sentido, se ha dicho
también que “Las medidas cautelares, como regla, deben dictarse simultáneamente con el auto de procesamiento, aunque,
de modo excepcional pueda aceptárselas cuando media llamado a prestar indagatoria” (Sala I, causa N° 48.228/14 “Monti”,
rta. 2-12-2015, entre otras). Como se señaló, en esta causa tales estadios no se han verificado. De tal modo, la verosimilitud
del derecho que el juez tiene por acreditada se sustenta únicamente en la documentación aportada por las propias
solicitantes. En esas condiciones, la medida cautelar dispuesta luce prematura y no guarda la debida proporción con el
conocimiento que hasta este momento se ha recogido del riesgo que pretende neutralizar. Por estos motivos es que voy a
proponer a este acuerdo que los autos recurridos sean revocados. El juez Hernán Martín López dijo: En primer lugar, resulta
pertinente mencionar que el suscripto comparte el argumento de mi colega Ignacio Rodríguez Varela en cuanto a que, en
casos excepcionales, cuando resulta nítida la verosimilitud del derecho invocado, es admisible la imposición de medidas
cautelares urgentes y previas a la legitimación pasiva de los imputados (art. 294 del rito penal), confrontar en tal sentido el
fallo citado por mi colega en la causa N° 14.255/21 “Klein”, rta. 10-5-2021 de esta sala. No obstante lo expuesto, los
extremos tratados en dicho caso no resultan aplicables de manera análoga al presente, en aquél se trataba de un supuesto
de fraude en la obtención de un préstamo bancario sobre el cual, en caso que el devenir de la investigación no pudiera
corroborar la verosimilitud del derecho invocado, ello no impediría al banco la prosecución de la ejecución de la deuda al
cliente, que continuaba vinculado a la institución bancaria de igual manera. En este caso en particular la situación resulta
diferente pues, como afirma mi colega Jorge Rimondi, la verosimilitud del derecho invocado se ha tenido por acreditada
exclusivamente mediante la documentación aportada por las propias solicitantes y, por tal razón, a diferencia del caso citado
en el párrafo que antecede, los perjuicios que una medida de las características dispuestas podrían generar serían,
eventualmente, de imposible reparación ulterior. En tal inteligencia, hasta tanto pueda demostrarse mediante el avance de
la pesquisa la hipótesis sostenida por la querella, de momento, la imposición de la medida cautelar dispuesta aparece como
prematura y, en tal sentido, adhiero a la solución propuesta por el doctor Rimondi. Por lo que surge del acuerdo que
antecede, el tribunal RESUELVE: REVOCAR los pronunciamientos apelados, en todo cuanto fueran materia de recurso.
Notifíquese y devuélvase al juzgado de origen mediante pase en el sistema Lex 100, sirviendo lo proveído de atenta nota de
envío. Se deja constancia de que el juez Jorge Luis Rimondi integra esta sala conforme a la designación efectuada mediante
sorteo del 1° de julio de 2021 en los términos del artículo 7° de la Ley N° 27.439, y que también lo hace el juez Hernán
Martín López, por sorteo del 19 de febrero pasado. IGNACIO RODRÍGUEZ VARELA -en disidencia- JORGE LUIS RIMONDI
HERNÁN MARTÍN LÓPEZ Ante mí: PAULA FUERTES Secretaria de Cámara Según copia que se acompaña.
Queda Ud. legalmente notificado
Fdo.: GUSTAVO CESAR MAZZUCCHELLI, UJIER
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=CCC 11.155/21/4 y 5“Morla, Matías Edgardo y otros s/Medida cautelar” Jdo. Nac. Crim. y Correc. Nº 43
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2020–, contra Matías Edgardo Morla, a quien su padre le extendiera un primer
poder el 7 de diciembre de 2014 en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos (Acta
consular N° 28), y un segundo, en este caso de administración y disposición, el
30 de junio de 2016 en esta ciudad ante la escribana Iamposky.
El 11 de junio de 2015 Morla constituyó, junto a su cuñado
Maximiliano Pomargo, la sociedad Sattvica SA –con domicilio en Rosario
Vera Peñaloza 22° “A” departamento 3, mismo edificio en el que también
funcionaba su estudio jurídico– cuyo objetivo era el de presentar en diferentes
países de América y Europa las solicitudes de transferencia de marcas
asociadas a Maradona y el registro de nuevas en este país. Dicha compañía
permaneció inactiva al menos hasta el 31 de diciembre de 2019, conforme al
cierre del ejercicio económico de esa fecha.
El 4 de enero de 2016 Morla, en su carácter de apoderado
de Maradona –mediante el primer poder emitido en los Emiratos Árabes–,
suscribió una cesión a título gratuito de esas marcas a Sattvica –representada
en el acto por Walter Christian Ferreyra, cuya firma fue certificada por la
escribana Iamposky–, la que fue luego presentada ante el INPI para su
inscripción. Las marcas transferidas en dicho convenio fueron las registradas
con los números 2182630, 2182631, 2182966, 2182967, 2182968, 2182969,
2183395, 2183396, 2183397 y 2183398.
El 16 de noviembre de ese año Morla, mediante el uso del
segundo poder, firmó un nuevo convenio de transferencia gratuita de otras
marcas de Maradona a favor de Sattvica, en cuyo nombre también actuó
Ferreyra, el cual fue presentado ante el INPI. En esa ocasión se transfirieron
los registros números 2188739, 2182962, 2182963, 2182964, 2182965,
2182724, 2260467, 2182725, 2182961 y 2188738.
Pese a ello, el 27 de octubre de 2020, el imputado firmó –
asimismo como apoderado de Maradona– un contrato con YPF para que ésta
hiciera uso de su imagen y marca, en el que se reconoció que el occiso era por
entonces el titular de su marca.
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habría apropiado de manera ilícita. El fiscal acompañó su pedido y fue en ese
sentido que resolvió el juez a quo, al decretar la prohibición de innovar y
contratar en orden a tales marcas.
Luego, el INPI acompañó un listado de solicitudes de
inscripción de otras marcas vinculadas a Maradona formuladas por Sattvica el
6 de abril último, por entonces en trámite, y requirió al juzgado directivas
sobre si debía o no proceder a su registro.
A su vez, las querellantes hicieron saber que habían detectado
que Morla se valió del poder extendido en Emiratos Árabes para solicitar la
inscripción de las marcas vinculadas a Maradona a nombre de Sattvica en
otrospaíses; así lo habrían verificado en el caso de México y de los
pertenecientes a la Unión Europea, aportando además constancias del inicio de
trámites semejantes ante Estados Unidos, Uruguay y Colombia. Por tal motivo,
solicitaron la extensión de la medida cautelar al resto del mundo.
Fue por ello que el a quo dispuso –en este caso mediando
oposición del fiscal– ampliar la prohibición a las marcas cuya solicitud de
registro se encontraba en trámite ante el INPI y comunicar a Morla y al
presidente de Sattvica SA que la medida cautelar impuesta regía sobre “todas
las solicitudes marcarias relacionadas con el nombre, los pseudónimos y la
representación de la imagen de Diego Armando Maradona, en todas sus
variantes, se encuentren o no en territorio de la República Argentina”.
3. Tales los antecedentes de las cuestiones a resolver, cabe
señalar inicialmente que el juicio sucesorio y el expediente vinculado en
trámite ante el fuero civil y comercial federal suponen objeto y pretensiones
diferentes a los de esta penal. En consecuencia, entiendo que no asiste razón al
recurrente cuando se agravia ante la duplicidad de discusiones y decisiones en
torno a las medidas cautelares, en tanto ellas siguen la dispar naturaleza y
estado del trámite de tales procesos.
Ahora bien, sin perjuicio de ello, en función de las
disposiciones del artículo 518 del Código Procesal Penal de la Nación y de lo
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momento no se ha acordado a quienes reclaman en torno a las marcas
vinculadas a Diego Armando Maradona más cautela que la anotación de litis,
precaución ésta que también estimo suficiente en nuestro caso en razón de lo
alegado y acreditado hasta el momento y en atención al estado del trámite de la
instrucción.
Se trata de una medida que guarda proporción con el escenario
señalado –sin perjuicio de los ajustes que corresponda realizar según el avance
del proceso–, resultando adecuada para advertir a terceros acerca de los hechos
denunciados y su discusión judicial. De esa manera, puede otorgarse, frente a
la eventual extensión del daño alegado, un resguardo acorde a la situación
actual del expediente.
Con más razón cuando las medidas que vienen impugnadas por
el recurrente han sido dispuestas sin el recaudo, ni la justa estimación, del
requisito de la contracautela exigido por la normativa civil y comercial
(artículo 199 de ese ordenamiento), a la que remite el artículo 520 del Código
Penal, la cual “… debe contemplar la efectividad del resarcimiento de los
perjuicios de aquella pudiera ocasionar en el supuesto de que hubiera sido
trabada injustamente…” (Roland Arazi y Jorge A. Rojas, “Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación. Comentado y Anotado”, Ed. Rubinzal-
Culzoni, 2003, pág. 265 y de esta Sala, causa N° 36.823/15, “Garfinkel”, rta.
13-7-2018).
Por ello voto por confirmar la disposición de cautelares (conf.
artículos 518 y siguientes del CPPN, 23, último párrafo del Código Penal y
195 y sgtes del Código Procesal Civil y Comercial), pero limitándola a la
anotación que el a quo deberá realizar de la existencia de este proceso en los
registros que correspondan, incluyendo la posibilidad de comunicar tal
temperamento a las autoridades internacionales y extranjeras competentes,
exhortando, en su caso, a realizar tal inscripción, con el mismo alcance y
entidad. Esto, más allá de la contracautela que deba prestar ante el juzgado de
origen quien solicitó la medida.
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El juez Hernán Martín López dijo:
En primer lugar, resulta pertinente mencionar que el suscripto
comparte el argumento de mi colega Ignacio Rodríguez Varela en cuanto a
que, en casos excepcionales, cuando resulta nítida la verosimilitud del derecho
invocado, es admisible la imposición de medidas cautelares urgentes y previas
a la legitimación pasiva de los imputados (art. 294 del rito penal), confrontar
en tal sentido el fallo citado por mi colega en la causa N° 14.255/21 “Klein”,
rta. 10-5-2021 de esta sala.
No obstante lo expuesto, los extremos tratados en dicho caso no
resultan aplicables de manera análoga al presente, en aquél se trataba de un
supuesto de fraude en la obtención de un préstamo bancario sobre el cual, en
caso que el devenir de la investigación no pudiera corroborar la verosimilitud
del derecho invocado, ello no impediría al banco la prosecución de la
ejecución de la deuda al cliente, que continuaba vinculado a la institución
bancaria de igual manera.
En este caso en particular la situación resulta diferente pues,
como afirma mi colega Jorge Rimondi, la verosimilitud del derecho invocado
se ha tenido por acreditada exclusivamente mediante la documentación
aportada por las propias solicitantes y, por tal razón, a diferencia del caso
citado en el párrafo que antecede, los perjuicios que una medida de las
características dispuestas podrían generar serían, eventualmente, de imposible
reparación ulterior.
En tal inteligencia, hasta tanto pueda demostrarse mediante el
avance de la pesquisa la hipótesis sostenida por la querella, de momento, la
imposición de la medida cautelar dispuesta aparece como prematura y, en tal
sentido, adhiero a la solución propuesta por el doctor Rimondi.
Por lo que surge del acuerdo que antecede, el tribunal
RESUELVE:
REVOCAR los pronunciamientos apelados, en todo cuanto
fueran materia de recurso.
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Ante mí:
PAULA FUERTES
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