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Pocos son los momentos como este, donde saboreas el café con cierta intriga en el
estómago acerca de que acontecerá minutos más tarde; y es que no siempre son buenos
momentos los que allí se pasan, en un lugar donde el conocimiento se suele exponer a
las sensaciones de la vida más inmediata. En este caso, es secundario de que materia o
enfoque se trate, lo excepcional es el proceso que muchas veces llega a crearse entre
maestro y discípulos, donde los papeles muchas veces se invierten y recuerdan a
antiguas u otras concepciones de construcción de saber o ciencia donde poco importaba
la cuantificación de lo que acontecía.
No es nada nuevo apuntar como señala Habermas en varios de sus trabajos que muchos
aspectos de la vida están siendo colonizados por la lógica expansionista del desarrollo
tecno-científico, o desde otra coordenada del pensamiento como es el punto de vista
deleuziano o foucaultiano, que la dinámica utilitarista del sistema económico capitalista
se entremezcla con los modos de comprender(se) (en) el mundo hasta en sus planos de
vida cotidiana más inmediata, en lo microscópico, molecular. En este sentido, surge en
la actualidad una moda académica que acuña el término de capitalismo cognitivo para
referirse a estos procesos donde el modelo de gestión de recursos capitalista parece
haber entrado en el propio plano de la vida, haciendo de esta una vida gestionada
(Santiago López Petit: 2009).
El mundo se nos presenta en constante crisis, ¿qué crisis?
1
Crisis si, de la banda, de la manada.
La academia, lugar desde el que parte la presente investigación y sus investigadores no
escapa de esta tecnificación, en el sentido heideggeriano del término, donde el
pensamiento es dispuesto como objeto, donde lo técnico se hace ontológico respecto al
arte, la cultura, la amistad o el amor; siendo característico de ello el ser cuantificables,
acumulables y disponibles1. Esto es fácilmente observable en la mayoría de proyectos
de investigación que están aconteciendo en relación a las ciencias sociales desde la
universidad, donde cada vez nos cuentan menos cosas de nuestras vidas y la propia
concepción de investigación deja de ser búsqueda o tránsito de los problemas que
afectan vidas para dedicarse a intereses meramente pragmáticos relacionados con
estrategias políticas, económicas o sociales emprendidas desde diferentes instituciones o
poderes molares en palabras de Deleuze; el profesor de filosofía Luis Sáez lo define de
la siguiente manera:
“El artefacto no es sólo un instrumento. Es un dispositivo que dispone
conductas cuya orientación es la de hacer disponible aquello con lo que se
relacionan […] Lo hace, por terminar aquí, en la investigación, que ya no
puede buscar sus propios senderos, sino prosperar en la medida que genera
eficacia y se organiza para ello con espíritu de empresa2, bien para
rentabilizar el expolio del planeta o la distribución adecuada de los frutos de
esa usura, bien sometiendo el saber a los resultados pragmáticos de su
conquista.” (Luis Sáez, 36:2009)
Nosotros como alumnos en este contexto, asistimos a lo que nuestro profesor de
sociología Juan Irigoyen denomina el paso del estudiante-discípulo al estudiante-
1
“ La esencia de la técnica moderna pone al hombre en camino de aquel hacer salir de lo oculto por medio
del cual lo real y efectivo, de un modo más o menos perceptible, se convierte en todas partes en
existencias […] Desde el momento en que lo no oculto aborda al hombre, no ya siquiera como objeto,
sino exclusivamente como existencias, y desde el momento en que el hombre, dentro de los límites de lo
no objetual, es ya sólo el solicitador de existencias, entonces el hombre anda al borde de despeñarse, de
precipitarse allí donde él mismo va a ser tomado sólo como existencia. Sin embargo, precisamente este
hombre que está amenazado así se pavonea tomando la figura del señor de la tierra” (Martin Heidegger,
23/25:1994)
2
Con este término hace referencia a la siguiente cita de Heidegger: “Por eso, el decisivo despliegue del
moderno carácter de ciencia acuña otro tipo de hombres. Desaparece el sabio. Lo sustituye el investigador
que trabaja en algún proyecto de investigación. Son estos proyectos y no el cuidado de algún tipo de
erudición los que le proporcionan a su trabajo su carácter riguroso. El investigador ya no necesita
disponer de una biblioteca en su casa. Además, está todo el tiempo de viaje. Se informa en los congresos
y toma acuerdos en sesiones de trabajo. Se vincula a contratos editoriales, pues ahora son los editores los
que deciden que libros hay que escribir.” (Martin Heidegger, 78:1996)
2
trabajador-precario a tiempo completo3 sintiéndonos en muchos casos como en una
fábrica de autómatas que esperan a salir de clase o la carrera para vivir4.
3
Juan constituye otra de esas islas desiertas en nuestra universidad realizando interesantes análisis
institucionales relacionados con la institución médica en España, lo que vendría a ser esta concepción
técnica de la que venimos hablando enraizada en el sistema bio-médico.
4
La conclusión que sacó un grupo de compañeros en una de nuestras clases de antropología donde les
propusimos, presentando una dinámica de modelos participativos de investigación social, que
cartografiaran su realidad como alumnos en la universidad; levantaron un grueso muro en mitad de la
cartulina y separaron la realidad de la universidad (Imagen 1).
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espacio, ante la reciente transformación de la universidad en un centro de formación
profesional, a los museos de arte contemporáneo; sencillamente, Guy Debord tuvo un
ojo afinado y no creemos que se imaginara que los acontecimientos seguirían
vertiginosamente ese camino, que llevaría rápidamente a convertir su misma sociedad
del espectáculo en una perfomance del mismo encarnada en cuidadas ediciones de cuero
patrocinadas por el CSIC; es el aplauso de los concejales del PP de Murcia ante la
gestión de su centro de arte contemporáneo que consigue portadas de periódicos
invitando a reconocidas estrellas como Spivak o Badiou. Mientras sea cultura, no
molesta.
Sin ánimo de banalizar, es cierto que este giro también ha devenido en la indagación de
nuevos lenguajes expresivos en muchos casos más adaptados a las cogniciones que se
barajan en nuestro tiempo confluyendo con un espacio más abierto para su aprehensión
telúrica por la ciudadanía5; queda abierta una dualidad, un problema a pensar.
Queda seguir en lo que resta narrar una experiencia de vida/investigadora que parte de
este contexto desde una afirmación activa y se confronta en parte a un axioma imperante
que parece atravesar los cuerpos de nuestro tiempo y que Wenceslao Garcés leyendo la
concepción de Ética de la víctima de Alain Badiou terminaría describiendo como “un
discurso con-sentido acerca de que la Justicia o el Bien hoy en día se sustenta sobre una
concepción que reduce a la humanidad a cuerpos sufrientes y cuerpos consumidores”
(Wenceslao Garcés, 77:2010) por lo que la filosofía, el pensamiento, en la actualidad
debería reforzar otra verdad que se nos escapa como agua entre los dedos…
“No sólo hay cuerpos sufrientes y consumidores y lógicas del mercado y
electoralistas, sino que hay verdades. Las verdades, así entendidas, son esos
cuerpos subjetivables, excepcionales e inmanentes que participan de una
lógica alternativa al orden dominante.” (Garcés, 82:2010)
5
Discursos muy de moda actualmente puestos en práctica por museos como el Reina Sofía en Madrid o el
CENDEAC en Murcia, mediante herramientas participativas en las llamadas contratendencias o
contrapoderes de la tercera ola de intervención/política cultural.
4
efectos sean reales. Una manera de vivir según los principios epicúreos en el
mundo y no a su lado. Propongo una máquina de guerra que, siguiendo el
principio del caballo de Troya, entre en la ciudad para llevar a cabo su
combate de resistencia, de oposición y de vida alternativa al mundo trivial”
(Michel Onfray, 19:2004)
“Porque no hay un presunto sujeto o colectivo que se escape al presunto
sistema, el afuera está aquí ya, y no hay un afuera del afuera” (Luis Sáez6)
El proceso colectivo que nos aconteció en la investigación fue paralelo al de conectar
con los de los dos pueblos en los que basamos la investigación7. La idea surgió en el
seno de un grupo de amigos estudiantes de 4º y 5º curso de diversas ramas de las CCSS,
que pretendíamos poner en práctica aquellas teorías y métodos de investigación que
íbamos aprendiendo. La elección de los lugares además de una afinidad electiva
producto de tener conocidos muy allegados a los lugares o de diversas militancias de
alguno de nosotros relacionada, venía dada por la curiosidad acerca de las potencias de
otras formas de organización y sentires en comunidades humanas a priori situadas al
margen de lo que por entonces denominábamos como hegemónico.
El hecho de que aconteciera esta actividad colectiva con una fuerte pretensión a
realizarla por el simple hecho de experimentarla se tornó en “acción del deseo”, un
tomar las riendas en cuanto estudiantes y en cuanto a nuestra propia vida dado el rostro
que andábamos transitando en la academia. El hecho de hacerlo desde la amistad le
confirió un aroma que nos gusta nombrar la Fuerza de lo Común8.
Éramos alumnos de una generación que ya no ha necesitado luchar por crear una teoría
que atestiguara que las ciencias sociales y el pensamiento eran algo subjetivo y con
relaciones rizomáticas con otros ámbitos de la vida más políticos o economicistas,
alumnos cuyo punto de partida real en esta perspectiva del mundo estaban siendo textos
de autores como Foucault y Derrida, los cuales para los que nos los descubrían solían
6
Afirmación expresada en uno de los grupos de discusión realizados en torno a la investigación recogida
en el documental que surgió al respecto con el título “Al Margen del Sendero”
7
Aineto y Marinaleda son dos pueblos de la península ibérica. El primero se encuentra en la Sierra de la
Guarguera, provincia de Huesca (prepirineo aragonés) y cuenta con 35 habitantes; el segundo de
aproximadamente unos 3000 habitantes se sitúa en la comarca de la Sierra-Sur de Sevilla. Ambos
comparten una característica: poner en práctica modelos sociales diferentes, en algunos aspectos, a los
modelos hegemónicos.
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De entre todo el juego de relaciones que habitamos, discernimos una que permanece en el hueco de lo
puro y de Lo REAL: La amistad. La amistad es un lugar de encuentro no mediatizado, es una realidad
intuitiva y compartida por gran número de seres, es base y es potencia, es origen, es taller. Su territorio es
el espacio social de interacción “optimizado”, un espacio que ejerce el “poder de vida” y no sobre el que
se practica una “Bío-política” (Javier García Fernández y Aitor Jiménez González, 68:2010)
5
ser sus puntos de llegada; un punto de partida sobre el que nos surgió construir una
investigación que nos dispuso en si misma ya en relación con un tipo de aprendizaje
aprehensible y real, así como con diversas personas y experiencias en las que nos
exponíamos con nuestras coherencias e incoherencias.
Y allí teníamos en frente y en diálogo la experiencia de personas que habían tomado la
decisión de plantarle cara a diversos aspectos de esa retícula sin centro en la que se ha
convertido el capitalismo, dos ejemplos tan distintos de atajar al fin y al cabo una
misma cuestión, la construcción de una dignidad común, a la vez que tratábamos de
hacerlo nosotros. Un trabajo etnográfico que en si mismo estaba aconteciendo como
resistencia a las lógicas imperantes en la academia y que era inmanente9 a la mismas y
los sujetos con quienes las compartimos, un trabajo que revelamos como un cuidado de
sí10 ante la obviedad de nuestro contexto.
“La comuna es lo que pasa cuando los seres se encuentran, se escuchan y
deciden caminar juntos. La comuna, puede ser lo que se decide en el
momento en que sería habitual separarse. Es la alegría del encuentro que
sobrevive al agobio de rigor. Es lo que hace que se diga “nosotros” y que
sea un acontecimiento […] La comuna es la unidad elemental de la realidad
partisana. Una escalada insurreccional no puede ser más que una
multiplicación de comunas, su conexión y su articulación” (Comité
Invisible, 44:2007)
6
generar pensamiento desde la composición de sujetos con diferentes lenguajes y
concepciones de la realidad. En lo práctico se traducía en elevar a un mismo nivel las
conclusiones venidas desde profesores, estudiantes, campesinos, etc. y tratar de ponerlas
en un pretendido diálogo fructífero con la idea de que el saber o el pensamiento no se
encuentra tan solo en los lugares en lo que se visiblemente se enfatiza que se construye.
Al poco tiempo toparíamos con el descubrimiento de la “Ecología de Saberes” de
Boaventura Sousa Santos o el “Pluriversalismo” de la escuela De-colonial, pudiendo
dotar de más vocabulario y reflexión aquella idea que nos estaba aconteciendo acerca de
la construcción de la diferencia gradual en torno a diferentes epistemes, algo que una de
nuestras abuelas cuando vio una parte del video que realizamos entendió de manera
muy intuitiva diciendo “¡claro! Si es que el profesor de filosofía ese dice lo mismo que
el agricultor que está en el bar, es la misma sabiduría pero cada uno tiene una manera de
hablar diferente por las cosas que han vivido”.
Uno de los elementos que utilizamos para este proceso fue el audiovisual, herramienta
muy actual ligada a nuestra cultura de la imagen que despertó toda una serie de curiosas
situaciones y reflexiones. El hecho de generar un documental nos abrió caminos de
amistades y enemistades, pero sobre todo, caminos; motivados, pensamos, en gran parte
por el afán de trascender. Se trata de un arma de doble filo potente que dice mucho
acerca de cómo generamos estereotipos hoy en día.
11
“En el derecho penal del ciudadano, la función manifiesta de la pena es la contradicción, en el Derecho
penal del enemigo la eliminación de un peligro” (Günter Jacobs & Manuel Cancio, 2006:54)
8
nivel político, en su enfrentamiento organizado con el estado?” (Mª Teresa Sierra &
Victoria Chenaut, 1992:4)
12 Lo común como ya lo veníamos planteando en otro espacio (García & Jiménez, 2010) no
necesariamente habrá de surgir de una agregación de individuos, si no como aspiración del sujeto
tendente a la desindividualización.
10
siguiendo los procedimientos establecidos, buscan un diálogo jerárquico con la
autoridad, que haga valer, cumpliendo con el contrato social, las demandas esbozadas.
Esta es la fase de re-poblamiento de Aineto, o la de las tomas reivindicativas iniciales de
Marinaleda.
Una segunda fase vendrá caracterizada por la formalización del establecimiento efectivo
y otorgado, los sujetos colectivos se desplazan hacia posiciones más horizontales,
reconociéndose como sujetos de derecho, pero a la vez generadores de realidad y por lo
tanto, con la potestas necesaria para organizar amplios campos de la cotidianidad, como
pudieran ser desde la educación a las relaciones de producción, habitabilidad,
organización social e imagen colectiva.
La tercera fase, más pronunciada en el ámbito material en Marinaleda, y espiritual en
Aineto, se corresponde con el grito de autonomía lanzado desde los años 90 por los
pueblos originarios latinoamericanos, esto es no solo el reconocimiento de derechos
individuales y colectivos, si no, la interlocución en un plano de igualdad con el Estado,
algo no siempre establecido de manera formal. La autonomía, vendrá a establecer un
orden de prelación diferente en cuanto a lo que constitucionalmente se denominan como
derechos fundamentales, primando las leyes consuetudinarias, generadas en el seno de
la comunidad. La validez de las normas y su ajuste a la norma fundamental, se asociará
no con el espíritu de la norma fundamental del estado Español, si no con el del mito
originario, socialista o ecologista neo-rural. Sirvan las recientes declaraciones del
portavoz del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) el 18 de Octubre de 2010 ante
los juzgados de Sevilla:
“Hemos decidido que no vamos a asistir a ningún juicio […] solamente
tendrán una alternativa: detenernos y a la cárcel, y estamos dispuestos a
pagar ese precio porque estamos cansados de que nos sacrifiquen, nos
multen y condenen sin ningún tipo de prueba siendo una organización
democrática, legal y pacífica […] como la justicia es injusta y nos violenta,
por eso nosotros hemos tomado esa decisión”
En las declaraciones obviamente no prescinden de la idea de justicia, si no que
precisamente la defienden contra su disección capitalística. El éxito o fracaso de la
tendencia autónoma, vendrá de la capacidad de hacer prevalecer la cosmogonía
comunitaria en los ámbitos esenciales de la vida.
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-Formas de litigio estratégico: En ambos casos, las estrategias con respecto a la
legalidad vigente, persiguen un fin autonomista desde una ontología propia, que como
ya mencionamos era condición sine qua non para no verse sometidos a la lógica del
sistema. Jurar el cargo de alcalde, firmar un contrato, constituir una cooperativa, son
actos jurídicos en el sentido estricto de la palabra, pues tienen efectos legales válidos,
sujetos a las reglamentaciones preescritas, pero no por el hecho de estar ausentes del
veredicto del juez, no dejan de ser un litigio, una pugna entre sujetos antagónicos, dos
lógicas que se niegan.
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