Heraldo de Aragón l Lunes 4 de abril de 2011
LA OPINIÓN
Julio Sánchez Chóliz*
Consolidar el regadío
DETRÁS de este conflicto, en realidad está la pregunta
de si es racional y sostenible el regadío de la Comunic-
dad General de Riegos del Alto Aragón (CGRAA). Las
siguientes son algunas razones económicas para la re-
flexión. El regadío, al suministrar alimentos y produc-
tos para la industria, tiene un carácter estratégico que
ningún país o región puede ignorar. Por otra parte, tras
la construcción del pantano navarro de Itoiz (418 Hm3)
y del catalán de Rialp (402 Hm3), el equilibrio regional
del Valle del Ebro y el trato igualitario entre regiones
pasa, en parte, por la consolidación de los regadíos de
Bardenas y de Riegos del Alto Aragón.
No deberíamos olvidar tampoco, que el mercado
LA OPINIÓN
José Manuel Nicolau Ibarra*
Todos tienen derechos
SORPRENDE la deriva que han alcanzado las exigen-
cias de Riegos del Alto Aragón en los últimos meses
que culminan con la convocatoria de manifestación.
Sorprende, porque la demanda principal de la asocia-
ción de regantes, que es el agua del río Gállego, no está
en juego. La Comisión del Agua la garantizó en el
acuerdo de 2006. Lo que dejó sin cerrar -a la espera de
que el Ministerio tome una decisión- fue dónde alma-
cenar el agua. La Galliguera dice que no en su territo-
rio, pues el río es su principal sustento económico y lo
necesita libre para tener futuro.
mundial demanda cada vez más alimentos, la presión
del mercado chino, indio o árabe no es ajena a ello. La
tendencia es hacia alimentos más caros. Por ello, con-
solidar y mejorar la productividad de la tierra fértil es
un activo económico y un paso hacia la sostenibilidad.
En el debate de expertos del último Plan hidrológico
de cuenca, se constató que las capacidades de regula-
ción están muy cerca del máximo, y que era necesario
un consenso para satisfacer las expectativas existentes
más justificadas, limitar los usos y reducir la contami-
nación. La propuesta de la Mesa del Agua de un panta-
no en Biscarrués de 35 Hm3 y balsas laterales auxiliares
iría en esa dirección.
La modernización es una pieza clave para estos obje-
tivos, pero la modernización en general no libera cau-
dales, aunque así suele afirmarse, porque sus altos cos-
tes llevan a un uso más eficiente del agua pero también
mayor. Solo el abandono (que es un coste estratégico y
social muy elevado), o la aceptación de la moderniza-
ción como un objetivo de la sociedad resuelven el pro-
blema. Pero ello conlleva la corresponsabilidad de to-
La opción más viable es que el agua del Gállego se al-
macene en la zona de regadío, con el embalse de Almu-
dévar u otros. ¿No es razonable que el territorio benefi-
ciado con la llegada del agua haga el esfuerzo de alma-
cenarla en su seno y no exija la inundación de otra co-
marca? Monegros tiene en el regadío un medio de vida
y la Galliguera lo tiene en el turismo del río. ¿Son in-
compatibles? ¿De verdad piensan los que se van a ma-
nifestar que el regadío de Monegros ha de hacerse a
costa de la viabilidad social y económica de la Galli-
guera? ¿Es que no hay en nuestras instituciones gober-
nantes con sabiduría para administrar en favor del bie-
nestar de todos?
Hay que recordar que las soluciones a los conflictos
del agua en Aragón se han fundamentado en el princi-
pio de «agua por territorio». Agua para el regadío al-
macenada en la tierra plana a cambio de salvaguardar
el territorio de los valles altos. Así sucedió en el Ésera
con el cambio de Santaliestra por San Salvador. Este
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dos los usuarios, directos como los regantes, indirectos
como las industrias agroalimentarias, o finales como
los exportadores y consumidores.
Los regantes ya han dado pasos en este sentido, a me-
diados de los noventa la CGRAA usaba unos 700 Hm3
de agua en parcela, y unos 850 Hm3 de agua desembal-
sada, para regar menos de 100.000 has, hoy día se culti-
van más de 127.000 has con prácticamente la misma
agua. Ello supone una mejora de la eficiencia de más
del 25%. La eficiencia actual en la CGRAA sobre agua
desembalsada es superior al 70% y sobre agua en par-
cela supera el 80%. Su aportación no puede negarse.
Por último, la crisis reciente nos ha enseñado que
hay que desplazar la actividad hacia los sectores pro-
ductivos y menos especulativos, pero estos no son
otros que los primarios como la agricultura y la gana-
dería y la producción industrial. El regadío, al favorecer
la mejora de la productividad y el desarrollo de una in-
dustria agroalimentaria, es un paso más hacia esa eco-
nomía sostenible.
*Catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza
proceder da satisfacción suficiente a ambas partes,
aunque quien pierde es la naturaleza, los ríos, que que-
dan exhaustos. Somos ya un país sin ríos verdaderos,
donde los canales de riego son los principales cursos
de agua.
De hecho, las presiones institucionales ejercidas so-
bre el procedimiento de evaluación ambiental (EIA) de
Biscarrués son una prueba más de falta de cultura am-
biental. Es elemental saber que nuestro bienestar tam-
bién procede de lo que nos da la naturaleza y que la
EIA es una herramienta para que sigamos recibiendo
los servicios que ésta nos presta, que nos son impres-
cindibles. Respetemos la resolución científico-técnica
de la EIA que intentará reducir los costes ambientales
y en ocasiones, como en Jánovas, dirá que vale más lo
que nos da la naturaleza que lo que nos da la presa. Ma-
nifestante, reflexione: ¿no cree que agua, territorio y
electricidad a costa del vecino es demasiado?
*Profesor de Ecología de la Universidad de Zaragoza