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UNIDAD 6

LA POLÍTICA

Carga horaria
• Cuatro horas EAD – 6ª semana.

Objetivos

• Promover en los creyentes una conciencia ciudadana activa


y comprometida.

• Poner a la persona humana como el fundamento de la


comunidad política.

• Ejercitar el sentido crítico frente a los medios masivos de


comunicación.

• Reflexionar acerca de las relaciones Iglesia-Estado.

Contenidos

• La política.

• La democracia.

• Estado de derecho.

• Medios Masivos de Comunicación

• Iglesia y estado.
UNIDAD 6
Formación Bíblico Teológico para Agentes de Evangelización

1 INTRODUCCIÓN
Ya en tiempos del Antiguo Testamento, los profetas denunciaban con regularidad
a los reyes por no defender al débil y no asegurar justicia para el pueblo. El propio Jesús
critica la opresión y el despotismo, pero no se opone directamente a las autoridades civiles
de su tiempo. La famosa línea sobre el pago de impuestos al César rechaza los esfuerzos
del poder temporal de convertirse en absoluto, pero también le concede el debido lugar.
Jesús enseña que la autoridad humana, tentada por el deseo de dominar, encuentra su
auténtico y completo significado como servicio.

Al describir la naturaleza de la comunidad política, no podemos dejar de colocar


una vez más a la persona humana en el centro. La persona es un ser social y político por
naturaleza, que necesita la interacción con los demás para alcanzar su plenitud completa.
La comunidad política, por ello, existe en orden a facilitar el crecimiento pleno de cada uno
de sus miembros, llamados a cooperar con firmeza para lograr el bien común.

Esto no significa que «la gente» sea algún tipo de multitud a manipular o explotar.
Significa más bien que son un grupo de personas, capaces de formarse una opinión sobre
los temas públicos, y con la libertad de expresar sus opciones políticas.

2 DOS CONCEPCIONES DEL TÉRMINO POLÍTICA


Para muchos hoy la palabra política es sinónimo de deshonestidad, corrupción,
mentira, intereses personales o de grupo, demagogia. Pero, más allá de los malos ejemplos
de muchos políticos, la palabra proviene del griego antiguo – polis –, que quiere decir
‘ciudad’ en consecuencia, política se entiende como el arte de organizar bien la vida de la
ciudad, para buscar el bien común de todos sus habitantes.

Ya nos referimos anteriormente a esta expresión bien común, pero ahora


vamos a contextualizarla, La Constitución Gaudium et spes, en su Nº 74, explica que es “el
conjunto de aquellas condiciones de vida social con las cuales los hombres, las familias y las
asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección humana”.
Por lo tanto, el buen político es aquel que, con su actividad, busca el bien común.

En este sentido, Puebla afirma, en su número 514: “La fe cristiana no desprecia


la actividad política; por el contrario, la valoriza y la tiene en alta estima”. En este sentido
amplio, todos los ciudadanos están llamados a practicar la política, o sea la búsqueda del
bien común. No existe bajo esta óptica la persona apolítica: palabras y silencios, acciones
u omisiones tienen necesariamente una repercusión política.

Hay sin embargo un sentido más estricto del término política, que se refiere a
la búsqueda, ejercicio y reparto del poder como algo necesario para lograr el bien común
y ser factor unificante de la sociedad: se llama política partidista y se entiende de forma
más restrictiva.

Mientras que el poder es un medio para la consecución del bien común, cuando
se olvida esto y se actúa en contra del los intereses comunes, el bienestar y la integridad
de la sociedad toda, se cae en la politiquería o en la política sucia. La búsqueda del poder
como medio para el bien común es en sí misma una actividad noble que requiere por parte
de los aspirantes idoneidad y honestidad. Pió XI hablaba en este sentido de la política
como de la expresión más alta de la caridad, porque puede crear las condiciones para una
sociedad mas justa y solidaria.

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3 L A DEMOCRACIA

Figura 1 La democracia.

Definimos a la Democracia en su etimología griega como el ‘gobierno del


pueblo’ y alude al derecho del pueblo a designar a sus representantes y a controlar el
modo con el cual ejercen el poder que les ha sido delegado.

Información complementaria:

Vivir en una democracia implica que tanto ciudadanos como autoridades ejerzan con
responsabilidad sus derechos, sus libertades y sus obligaciones con apego a la legalidad y
al respeto a los individuos, independientemente de su género, posición económica o etnia.
En la democracia, valores como el diálogo, la tolerancia, la no discriminación y el respeto a
las minorías están en el centro de la calidad del sistema político. Por ello, una democracia
requiere ciudadanos activos, bien informados, comprometidos y partícipes de la vida
política del país, de forma tal que exijan resultados a sus representantes gubernamentales.
Asimismo, la democracia demanda gobernantes responsables e interesados en el desarrollo
integral del país y sus habitantes, actores políticos dispuestos al acuerdo mediante el
diálogo, funcionarios públicos sujetos a controles de transparencia y que rindan cuentas
a los ciudadanos sobre sus acciones de gobierno e instituciones sólidas que fomenten la
participación y regulen el proceso de toma de decisiones. (Disponible en: <http://pnd.
calderon.presidencia.gob.mx/index.php?page=democracia-efectiva-y-politica-exterior-
responsable>. Acceso en 7 ene. 2008).

Históricamente ha recorrido un largo camino. De la democracia abierta de la


antigua Grecia se ha pasado, en la época moderna, a una democracia si se quiere, por lo
menos en el plano teórico representativa. Esto significa que el pueblo gobierna a través de
sus representantes, organizados en partidos políticos que nuclean sus propuestas y sus
ideas. Es delegado este poder de representatividad a través del voto, abierto, universal de
los ciudadanos, que deben participar activamente en la vida ciudadana.

La primera Constitución que consagró el régimen democrático actual fue la INFORMACIÓN:


En el régimen democrático,
norteamericana en 1787, aunque en Europa hubo varios intentos y antecedentes. También, debe necesariamente admitirse
con la conquista del sufragio universal se logró el derecho al voto para todos. Pero aun el pluralismo político y, por lo
tanto, la existencia de partidos
así los pueblos buscan formas más eficaces de participación en el ejercicio y el control del
e ideologías, la libertad de
poder. asociación, de prensa. De todos
Para que la democracia sea efectiva y real, ésta debe darse también en el modos, y aunque la lucha por
los intereses de cada sector
ámbito social y económico. No es suficiente una democracia de tipo liberal. Se precisa es legitima, es fundamental
una democracia que apunte también a una real justicia social y al protagonismo de los que predomine sobre ella la
búsqueda del bien común, para
trabajadores.
que no se desvirtué la esencia de
la democracia.

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¿Cuáles son las características más importantes de la democracia para la


Doctrina Social de la Iglesia?

•• El reconocimiento de la dignidad de la persona humana.


•• El respeto y la garantía de los derechos de las personas, de las familias y las
asociaciones, libertad de opinión, libertad religiosa.
•• La igualdad de oportunidades para que todos los ciudadanos participen en el
destino de la sociedad.
•• La búsqueda del bien común como objetivo fundamental.
•• La existencia de instituciones que garanticen la justicia en las relaciones
sociales.
•• La libre elección de las formas de gobierno y de las personas que ejercen la
autoridad.
•• La limitación del poder y su control por el pueblo.

En el espíritu de Pablo VI, estaba bien claro el deseo de hacer de la democracia,


no solamente un sistema de derecho sino de hecho, por eso siempre bregó por las
condiciones más destacadas contemporáneamente, de las democracias más amplias y
desarrolladas, es decir por la participación y la igualdad. Sin embargo, hay que destacar
que no existe un modelo único de democracia, y es deber de cada pueblo encontrar el
sistema que, respetando aquellas características básicas, responda mejor a sus propias
condiciones históricas, geográficas, culturales, económicas, sociales y políticas.

A la Iglesia no le ha resultado fácil aceptar el régimen democrático. Esto se


dio recién con León XIII y sobre todo con Pío XII, quien llego a afirmar: “La
forma democrática de gobierno parece a muchos como un postulado natural
impuesto por la misma razón”. Advirtió, sin embargo, que eran posibles
distintas formas de realización de la democracia.

Estado de derecho

La primera exigencia de la democracia es el estado de derecho, que significa el


sometimiento de todos al imperio de la ley. De manera que la sociedad esté organizada de
forma estable, con su constitución, sus leyes y la autoridad de un gobierno legítimo.

Figura 2 La justicia.

Según señala Juan Pablo II, en la encíclica Centesimus Annus, Nº 46: “una
auténtica democracia es posible solamente en un estado de derecho y sobre la base de
una recta concepción de la persona humana.” El primer deber del Estado es reconocer y
promover los derechos fundamentales de la persona humana y buscar el bien común.

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Sin embargo, actuar con justicia no quiere decir, en todos los casos, tratar
exactamente por igual a todos. Hay en nuestras sociedades grupos de personas que,
por su condición de debilidad económica o cultural, necesitan un trato especial por
parte del gobierno para que se respeten sus legítimos derechos. Es el caso por ejemplo
de los aborígenes, de los desocupados, de los ancianos, de los enfermos, de los niños
abandonados o de las familias muy pobres, de los inmigrantes y de los discriminados
por razones de raza o religión, por todo eso la democracia debe asegurar la igualdad de
oportunidades a cada uno de sus ciudadanos.

Asistimos a una fragmentación peligrosa de la sociedad, se exalta el pragmatismo


alejado de la ética y los grupos de poder económico imponen cada vez más sus intereses
particulares sobre el interés general. Hace falta un Estado social de derecho, cuyo fin
inmediato sea la justicia, con bienestar. De igual modo, debe asumir la tarea de armonizar
la competencia y solidaridad social.

Así como hay que recuperar la política de su desprestigio y subordinar el mercado,


también hay que recuperar el Estado para que sepa poner los equilibrios necesarios frente
a un sistema económico injusto que concentra la riqueza en unos pocos.
¡ATENCIÓN!
Los partidos políticos Otras fuentes de consulta pueden
ayudarte a profundizar los temas
Para la Iglesia, la democracia es el régimen político más coherente con la dignidad que estamos trabajando.
de la persona humana. Surgida del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, Nº 75, destacó
la significación de los partidos políticos como escuelas de formación cívica y política. Se
insistió en la necesidad de que los cristianos se comprometan en la política partidista. “Los
que son, o pueden llegar a ser capaces de ejercer una arte tan difícil pero a la vez tan
noble, prepárense para ejercerla sin buscar el propio interés ni ventajas materiales.”

Por otra parte, readvierte cada vez más intensamente una grave crisis
de representatividad en la clase política. Ya sea, por los sucesivos incumplimientos
programáticos, el fenómeno creciente de la corrupción, la crisis de las ideologías, el nuevo
protagonismo de los medios de comunicación, la sumisión de la política a la economía.
Esta situación provoca el descreimiento y el desinterés para con todo lo que se refiere a
la política partidista. Surgen al mismo tiempo nuevos movimientos sociales que bregan
desde distintos ángulos para la transformación de la sociedad en su conjunto.

En estos tiempos de cambio, la Iglesia insiste en la educación para los verdaderos


valores de la democracia. También, en la recuperación de la ética social, de la legalidad
y la moral pública. Sólo así, el sistema democrático pueda defenderse de la corrupción,
el sectarismo, la demagogia, el clientelismo y las mafias. Tales vicios sólo se corrigen
ejerciendo más en profundidad la democracia, con un verdadero espíritu participativo y
ciudadano. No es verdad que la política necesite renunciar a la ética para ser eficaz; el fin
nunca justifica los medios.

Asimismo, aclara la Iglesia sobre aquellos que por vía de los canales democráticos,
llegan a ejercer la autoridad política de un estado, tienen la misión de coordinar, estimular, y
controlar los esfuerzos de todos los ciudadanos en realizar la búsqueda del bien común.

Esta tarea no debe darse de una forma demagógica ni violenta, por que:
La autoridad que se funda tan sólo o principalmente en la amenaza o en el
temor de las personas o en las promesas de premios, no mueve eficazmente al
bien común, y aun cuando lo hiciere, no sería ello conforme a la dignidad de la
persona humana, es decir, de seres libres y racionales. La autoridad es sobre
todo, una fuerza moral; por eso deben los gobernantes apelar, en primer lugar,
a la conciencia, o sea, al deber que cada cual tiene de aportar voluntariamente
su contribución al bien de todos. (PT, Nº 48)

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4 EL PODER DE LOS MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN


SOCIAL

La posmodernidad ha puesto en crisis ideas y filosofías fundadas en la razón


y consideradas permanentes. Asistimos a la exaltación del momento presente y del
sentimiento, al rechazo de vínculos y compromisos estables, a la vuelta de una religiosidad
poco comprometida.

Conforme los medios de comunicación social se están transformando en


vehículos de participación popular, búsqueda de la verdad y afán de justicia. Actualmente,
sobre todo los medios audiovisuales, constituyen un nuevo y formidable poder, quizás por
la crisis profunda que atraviesan las instituciones tradicionales. Estos medios transmiten
mensajes, modelos de comportamiento en su mayoría de tipo consumista, pues para las
empresas de comunicación los criterios de rentabilidad económica son decisivos.

Basta pensar en este ejemplo: las grandes agencias periodísticas son 107 en el
mundo, pero las cinco más importantes controlan el 95% de la información del planeta.
Filtran selecciona, y construyen las noticias que llegan a nuestros hogares.

En este sentido el Concilio, en el Decreto sobre los Medios de Comunicación


Social, número 5b y 12, habla del derecho a la libertad de expresión y a la libertad
de información, pero antes habla del derecho primario a la información. La libertad de
expresión debe estar al servicio de la comunidad y ésta tiene derecho a exigir que sea
ejercida con honestidad.

El mismo Juan Pablo II, refiriéndose al tema, aseguró en 1982, en Madrid con
contundencia en su elocución que: “Si es difícil una objetividad completa y total, no lo
es la lucha por buscar la verdad, la decisión de proponer la verdad sin manipularla y ser
incorruptible frente a ella”.

La Iglesia invita a discernir los contenidos alienantes y a denunciarlos. A formarse


en una actitud critica frente a los medios, ya que de por sí estos pueden servir en gran
medida al encuentro entre personas, al debate de las ideas y a la participación popular.

5 L A OPCIÓN POLÍTICA DEL CRISTIANO


La Iglesia como institución puede y debe intervenir en defensa de los derechos
humanos, de la democracia o de la justicia social, pero no puede hacer política partidista
por ser signo y factor de unidad entre los cristianos. Los pastores de la Iglesia no se
definen sobre aspectos técnicos sino morales.

La política partidista es el campo propio de los cristianos laicos. Por otra parte,
ningún partido político, por más inspirado que esté en la Doctrina Social de la Iglesia,
puede arrogarse la representación de todos los cristianos, ya que su programa concreto
no podría tener nunca valor absoluto para todos. Son los valores morales y los principios
cristianos los que deben identificar a los cristianos más allá de las opciones concretas. No
existe una política cristiana sino cristianos en política; no existe un voto cristiano sino el
voto en conciencia. Y el laico cristiano actúa a título personal y no en representación de
la Iglesia.

Sin embargo los pastores de la Iglesia tienen el derecho y el deber de orientar e


iluminar; a la luz de la fe, la acción política de los cristianos. Cuando el pluralismo es tan
amplio que la fe sirve para amparar a tiranos y a oprimidos, la Iglesia debe desautorizar
determinadas opciones y posturas por incompatibles con la fe.

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La Iglesia lo ha hecho efectivamente, por ejemplo, en América Latina condenando


¡ATENCIÓN!
la ‘doctrina de la seguridad nacional’, una ideología antidemocrática que se amparaba bajo Ver Documento de Puebla
la bandera del anticomunismo y promovía las dictaduras militares. sobre el tema: Evangelización,
ideologías y políticas. NN 507-
526-535-562. Esto te permitirá
También, la Iglesia ha denunciado el Capitalismo liberal y el Socialismo marxista. profundizar la temática abordada.
Sin embargo, los Papas Juan XXIII y Pablo VI han hecho una distinción muy importante
entre las ideologías y los movimientos históricos que pudieron surgir de ellas; estos
pueden irse transformando con el tiempo, abandonando el sustrato ideológico negativo
que poseían, y convertirse como amoldarse a las nuevas exigencias democráticas de una
sociedad, siempre sustentada en la participación ciudadana y el protagonismo.

Participación y objeción de conciencia

Hoy no se reconoce como democrático a ningún Estado que no practique


el sufragio universal, libre y secreto. A pesar de que en muchos países el voto no es
obligatorio, el voto para la Iglesia es un deber grave y hay que votar guiados por la propia
conciencia cristiana después de una búsqueda y un discernimiento responsables. Ni el
interés privado, (por ejemplo en el caso lamentable de la compra de votos), ni la lealtad
para con el propio partido, cuando se trata de algo que violenta la conciencia o perjudica
el bien común, son motivos legítimos y válidos para orientar la conducta del cristiano.

La Iglesia enseña, además, el derecho de todos a una participación política


que vaya mucho más allá del voto y que implique informarse, discutir, actuar, hacer una
oposición constructiva y, llegado el caso, formar movimientos de presión o resistencia
pasiva.

Si bien no hay obligación de militancia política en sentido estricto, el no querer


involucrarse en política por ser una cosa sucia hace que la corrupción aumente y nos haga
a nosotros también cómplices con nuestro silencio y nuestra pasividad. Por eso la Iglesia
no ve con malos ojos el formar, participar y ser protagonista de la actividad política, y al
respecto estable:

La fe cristina no desprecia la actividad política; por el contrario la valoriza y la


tiene en alta estima [...]. En efecto, la necesidad de la presencia de la Iglesia
en lo político, proviene de lo más íntimo de la fe cristina: del señorío de Cristo
que se extiende a toda la vida. ( DP n. 514 y 516)

Cuando las leyes permiten situaciones que son legales pero no éticas, o
comportamientos que la moral cristiana repudia (como en el caso del aborto o del divorcio
legalizado), el creyente no puede aprovecharse de esa permisividad. Aun en caso de
subversión o guerra, ninguna obediencia debida autoriza a realizar actos inmorales. Si
alguna vez las leyes civiles le exigieran a un cristiano un comportamiento contrario a su
conciencia, él debe hacer objeción de conciencia, porque una ley inmoral o injusta no
obliga.

El médico, cuando es requerido para un aborto, debe apelar a la objeción de


conciencia, y rehusarse. También quienes – en el servicio militar obligatorio – objetan el
uso de las armas tienen derecho a un servicio social alternativo por inspirarse, según el
espíritu del Evangelio, en el principio del rechazo a cualquier guerra y cualquier forma de
violencia.

La persona, conciente de su dignidad y de su libertad, siente que tiene no sólo


el derecho sino el deber de intervenir en las decisiones que le conciernen, y que al hacerlo
crece y sé plenifica.

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Por eso la Doctrina Social de la Iglesia estimula a la participación, y en especial


a la participación política en DP n. 514 y 516: “Los cristianos deben tener conciencia de
la vocación particular y propia que tienen en la comunidad política; en virtud de esta
vocación están obligados a dar el ejemplo de sentido de responsabilidad y de servicio al
bien común.”

Figura 3 Participación Ciudadana.

El surgimiento de la sociedad civil

Si bien el Estado surge de la decisión y la necesidad de los hombres de aunar


esfuerzos para alcanzar el bien común, ésta no es una búsqueda teórica, en un lugar y
tiempo indefinido, sino una lucha diaria y concreta que se desarrolla en cada uno de los
grupos sociales de los que formamos parte.

Frente a la crisis del Estado y de los partidos políticos y a la prepotencia del


mercado, ha surgido un nuevo fenómeno: la emergencia de la sociedad civil como distinta
del Estado y del mercado. Se trata de una cantidad de iniciativas o redes comunitarias
y de autogestión que se originan en el mismo pueblo y que, de una manera mucho más
participativa y solidaria, están inaugurando un nuevo modo de hacer política.

Existen también nuevos movimientos ecologistas, el pacifista o el feminista, los


‘sin tierra’, los movimientos indígenas, los movimientos por la defensa de los Derechos
Humanos, entre otros.

La finalidad de toda asociación intermedia, es el mejoramiento de alguna


particularidad del hombre, ya sea ésta de orden intelectual, religiosos, político, físico,
espiritual, laboral. En esa tarea se empeñan sus miembros y a través de ella hacen su
aporte, grande o pequeño, al bien común de la sociedad.

Otro fenómeno social es el del voluntario nacional e internacional, al que se


caracteriza con el nombre de tercer sector por la enorme cantidad de organizaciones no
gubernamentales (ONG) y asociaciones sin fines de lucro que lo integran y en el que la
Iglesia está muy presente -Cáritas es un claro ejemplo de ello.

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Figura 4 Logo Adeco.

Información complementaria:

La Asociacion para el Desarollo y la Cooperación (ADECO Andalucía) es una


ONG fundada en 1994 por un grupo de médicos andaluces que realizaron un
proyecto de cooperación durante los meses de  verano con las Hermanas de
Amistad de Cristo Obrero,  en el municipio de Jalpatagua, departamento de
Jutiapa en Guatemala. Por lo tanto, hace más de diez años que trabajamos 
en proyectos con Centroamérica, y más  concretamente con Guatemala y la
República Dominicana.   

Las precarias condiciones de vida encontradas en la zona, la experiencia


personal, y la necesidad de prolongar una ayuda para evitar su carácter
puntual, fueron las razones que impulsaron la creación de la Asociación.
(Disponible en: <http://adeco.webcindario.com/quienessomos.html>. Acceso
en: 7 ene. 2008).

Figura 5 Logo Cáritas Argentina.

Cáritas Argentina lleva adelante la pastoral caritativa de la Iglesia Católica.


Anima, coordina y organiza dicha pastoral procurando generar y dar respuestas
integrales a las problemáticas de la pobreza desde los valores de la dignidad,
la justicia y la solidaridad.

Busca promover:

• el sentido comunitario, para que todos asuman los deberes de justicia y


caridad.

•  el esfuerzo de los más pobres como protagonistas activos de su propio


desarrollo personal, familiar y comunitario.

• la formación integral de quienes suman su compromiso de servicio en la


caridad.

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La Pastoral Caritativa, lleva adelante la evangelización de las relaciones sociales,


como una de las dimensiones esenciales de la pastoral orgánica de la Iglesia.

De aquí surge la identidad y misión de la institución que es la de manifestar el


amor preferente de Jesús por los pobres, alentando y encausando este amor
en la comunidad.

En relación a la misión, se procura diariamente generar y promover conciencia


solidaria invitando a la sociedad toda a encontrarse en la acción de compartir y
así construir una realidad más justa.

La misión de Cáritas compromete a ser testimonio de una solidaridad concreta.


En muchas ocasiones exige la denuncia de la dolorosa realidad del pueblo que
reclama justicia y paz. Que también clama por los efectos de la exclusión, por
la marginalidad y la violencia, sufre por la falta de trabajo y por las familias que
no tienen posibilidades de alimentar a sus hijos y por tantos otros problemas
que aquejan a nuestros hermanos más pobres. (Disponible en: <http://www.
caritas.org.ar/htm/somos01.htm>. Acceso en: 7 ene. 2008).

Uno de los peligros actuales reside en que los Estados quieran poner todo el
peso del cuidado social en el Tercer Sector, descuidando la responsabilidad social que le
es propia.

Como atestigua Juan Carlos Scannone sj, en su libro Argentina: Alternativa


frente a la globalización, estableciendo que estos organismos ya no ejercerían su papel
crítico e independiente, en orden a una reforma de la sociedad y a una mayor justicia para
todos. Por lo que la sociedad civil debe encontrar las mediaciones concretas para influir en
las políticas de Estado y en la actuación de los partidos políticos, sin atarse necesariamente
ni al Estado ni a las distintas fracciones políticas. Pero el descrédito en que han recaído la
acción pública, la política y el gremialismo son negativos porque deja el camino allanado
a la voracidad e inescrupulosidad de los poderes económicos.

Iglesia y Estado

La Iglesia y el Estado se integran con el mismo hombre, el cual debe ser fiel a la
Iglesia y fiel a la Patria con sus instituciones morales y políticamente legítimas.
Por ello la Iglesia está en permanente diálogo con los Estados. Esto no puede
ni debe interpretarse como una acción política, sino como celo apostólico por
sus hijos y oportuna posibilidad de evangelización. (CEA, Iglesia y Comunidad
Nacional, n. 162)

Al hablar de la comunidad política el Concilio recuerda cuál es la naturaleza y


su fin:
La comunidad política nace, pues, para buscar el bien común, en el que encuentra
su justificación plena y su sentido y del que deriva su legitimidad primigenia
y propia. El bien común abarca el conjunto de aquellas condiciones de la vida
social con la cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr
con mayor plenitud y facilidad su propia perfección. (GS n. 74)

Para finalizar esta unidad y sintetizar un aspecto esencial de la política y


esencialmente de la Iglesia frente a la comunidad política, sintetizamos los siguientes
aspectos:
•• La iglesia reconoce la autonomía de la comunidad política para elegir su propio
orden constitucional.
•• La Iglesia debe gozar de la libertad necesaria para poder contribuir, desde su
campo específico, al bien común.

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•• La Iglesia debe dar una nueva orientación a las relaciones Iglesia – Estado, sobre
la base de la Doctrina expuesta en los documentos conciliares; especialmente
teniendo en cuenta que el poder civil debe evitar que la igualdad jurídica
de los ciudadanos, la cual pertenece al bien común de la sociedad, jamás,
ni abierta, ni ocultamente, sea lesionada por motivos religiosos, ni que se
establezca entre aquellos, discriminación alguna.
•• La Iglesia en su misión profética, debe tener en claro la posibilidad de denuncia
evangélica. Debe ser una denuncia hecha con espíritu evangélico, con sana
independencia y con verdad. La Iglesia se convierte así en la conciencia moral
de la Nación, de su Pueblo, el Pueblo de Dios.

Para terminar, afirmamos que la política no es ajena a la naturaleza humana, y


por lo tanto no es foránea a la Iglesia.

La Iglesia se hace su voz en las disposiciones que ofrece el Magisterio de la


Iglesia y orientadora de la misión de los que la componen, es decir, el Pueblo de Dios, en
esta dimensión profética y esencial a la sociedad política.

6 CONSIDERACIONES FINALES
Hemos llegado al final de esta asignatura, a través del análisis de un conjunto
de temática referidas a la Doctrina Social de la Iglesia. Aunque su contenido no se agota
en estos aspectos, cabe aclarar, que es sólo una reflexión con base doctrinal, donde se
produce los recortes propios de quien lo escribe.

Con la esperanza de haber alcanzado y satisfecho las expectativas de ustedes,


y a la vez brindar un incentivo a la reflexión como a nuevos horizontes de interés sobre lo
doctrinal, logramos el desenlace de este proceso de formación.

Reiteramos, que los inconvenientes que puedan surgir en el desenlace de este


camino compartido, sean motivo de consulta y no un obstáculo para la realización de esta
asignatura. Recuerde que usted cuenta, con los espacios orientativos con su docente tutor,
siempre dispuesto a ayudarlo.

Este desafío que como Iglesia, Pueblo de Dios, nos proponemos descubrir al
interiorizarnos de los contenidos doctrinales, sea fructífero en cuanto a su comprensión y
aplicación en nuestro quehacer cotidiano.

Buena Suerte. Muchas Gracias.

Atentamente

Lic. Marcela A. Parada

7 E-REFERENCIAS
Lista de figuras

Figura 1 – La democracia: Disponible em <Http://pnd.calderon.presidencia.gob.mx/


uploads/images/democracia.jpg>. Acceso en: 8 ene. 2008.

Figura 2 – La justicia: Disponible en: <http://blogs.eldiariomontanes.es/media/


justicia2_05.jpg>. Acceso en: 8 ene. 2008.

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Figura 3 – Participación ciudadana: Disponible en: <http://spanish.safe-democracy.


org/media/participacion_ciudadana.jpg>. Acceso en: 8 ene. 2008.

Figura 4 – Logo Adeco: Disponible en: <http://adeco.webcindario.com/logodefinitivo.


jpg>. Acceso en: 8 ene. 2008.

Figura 5 – Logo Cáritas Argentina: Disponible en <http://www.bancogalicia.com.


ar/eGalicia/Home/Secciones/Institucional/Redondeo_Solidario/img_redondeo_solidario/
logo-caritas.gif >. Acceso en: 8 ene. 2008.

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