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Conozca la explicación científica del

soroche o mal de altura


Tomás Unger nos precisa por qué las diferentes alturas que posee el suelo peruano
generan una atmósfera densa que a una serie de personas les genera fuertes malestares

Martes 11 de mayo de 2010 - 10:54 am

Por Tomás Unger

Quienes conocen la sierra conocen las consecuencias de la altura, las que varían de una
persona a otra. En casos extremos, a la víctima del mal de altura, o soroche , se le da
oxígeno y debe ser evacuada. Al otro extremo hay personas que casi no se ven afectadas
por la altura, al menos por un tiempo, sin mayores problemas.

La diferencia de condiciones en la altura es consecuencia de una atmósfera menos


densa: menos aire y, por consiguiente, menor presión. Al poseer menos aire, y
mantenerse la proporción de los gases que lo componen (aprox. 80% nitrógeno y 20%
oxígeno), hay menos oxígeno disponible. Esto activa un complejo mecanismo de
compensación en el organismo. Por no haber tenido tiempo para adaptarse a la altura, el
organismo humano sufre deficiencias.

AIRE Y SANGRE
Al haber menos oxígeno, el organismo trata de aprovechar más el existente. Se puede
hacer un paralelo entre la sangre que transporta oxígeno, y una flota de camiones que
transporta arena. Si el oxígeno es la arena, la sangre es el sistema de transporte y los
pulmones las palas cargadoras. La arena es llevada en las tolvas de camiones y el
oxígeno es llevado por los glóbulos rojos de la sangre. Si la sangre es la flota de
camiones, los glóbulos rojos son las tolvas.

Cuando las palas cargan menos arena y la demanda en la obra no ha variado, los
camiones van más rápido. Aunque no se llenan las tolvas porque la carga es deficiente,
al circular más rápido, los camiones compensan en algo la deficiencia. El organismo
reacciona acelerando el pulso. El corazón late más rápido, la sangre se bombea a mayor
velocidad y, aunque parte de los glóbulos rojos va sin cargar oxígeno, vuelven más
rápido a los pulmones para cargar de nuevo. Esto no basta.

La siguiente reacción es aumentar el número de camiones para que, aun con la tolva a
medio cargar, compensen la demanda. Esto equivale a aumentar la cantidad de sangre
disponible para cargar oxígeno. Esto tampoco es suficiente porque, aunque hay muchos
camiones corriendo, la cantidad de arena entregada sigue siendo baja. El siguiente paso
es aumentar la proporción de glóbulos rojos en la sangre. Esto equivale a aumentar el
tamaño de las tolvas para que, a pesar de un mecanismo de carga deficiente, se pueda
llevar la arena necesaria.

LA SANGRE ESPESA
Así, en la altura aumentan el volumen de la sangre y la proporción de glóbulos rojos.
Con esto el corazón puede bajar su número de latidos. Esto equivale a poner un mayor
número de camiones con tolvas más grandes circulando a una velocidad normal. Pero
hay un límite al tamaño de la tolva que se le puede poner a un camión, lo mismo sucede
con la cantidad de glóbulos rojos que soporta la sangre. Una tolva excesivamente
grande impide que el camión circule bien.

Normalmente, a 4.500 metros de altura, la proporción de glóbulos rojos en la sangre


aumenta en un 20%, pero hay casos en que llega hasta 60%. Esto trae problemas.
Siendo la fluidez de la sangre inversamente proporcional a la cantidad de glóbulos
rojos, la superproducción espesa la sangre. Al llegar los glóbulos rojos a un 60% la
sangre pierde fluidez. Esto equivale a una congestión de los camiones en las partes más
angostas de la carretera, que son los vasos capilares por donde debe circular la sangre.
Esta deficiencia circulatoria causa el dolor de cabeza y otros síntomas que son parte del
soroche .

Pero las consecuencias de la altura no se limitan a la relación oxígeno-sangre, aunque


esta es probablemente la de mayor impacto en la fisiología del cuerpo en la altura,
existen otros cambios cuyas consecuencias pueden ser importantes.

MEJORANDO LA CARGA
El organismo, al igual que los camiones, intenta mejorar el suministro. Para los
camiones el problema está en la menor disponibilidad de arena, para el organismo está
en la menor disponibilidad de oxígeno. El sistema de carga en el cuerpo son los
pulmones y una manera de compensar la deficiencia es haciéndolos trabajar más.

El organismo recoge información de los órganos y la comunica a los centros nerviosos


que dan instrucciones compensatorias cuando detectan una deficiencia. Ante la
deficiencia de oxígeno se dan instrucciones al diafragma y a los músculos de la caja
torácica para activar más los pulmones. Este fenómeno se llama hiperventilación y
consiste en respirar más hondo, inhalando más aire.

En el ejemplo de los camiones, la hiperventilación equivale a aumentar el número de


palas que cargan los camiones. A la larga este aumento en la respiración produce cajas
torácicas más grandes y pulmones capaces de inhalar más aire. Un ejercicio permanente
que da al habitante de la altura una mayor capacidad pulmonar. Próximamente veremos
otros efectos de la altura.

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