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Hace algunos días, en abril pasado, Cristián Bellei analizaba la situación de la evaluación

docente en Chile. Parte su artículo señalando algunos datos relativos a la aplicación, desde
2003, del sistema de Evaluación Docente y al hacer un análisis crítico de sus objetivos
prácticos señala: “Dado que la primera prioridad del país en educación es mejorar los
niveles de aprendizaje que logran los alumnos, especialmente los sectores sociales menos
privilegiados, cabe preguntarse cómo la evaluación docente puede contribuir a dicho
objetivo”

La pregunta, no solo pertinente, sino que de gran importancia y cierta urgencia de


responder, nos obliga a reflexionar respecto de los resultados efectivos que ha tenido este
sistema en Chile. El autor en comento, agrega que “algunos piensan que la evaluación
docente ayuda a mejorar la educación sacando del sistema escolar a los profesores de muy
mala calidad. En efecto, el profesor que es evaluado tres años consecutivos como
‘insatisfactorio’ debe abandonar su trabajo. Hasta la fecha 30 mil profesores han sido
evaluados, de ellos, no más de 10 han recibido esta sanción. No parece razonable esperar
un mejoramiento por esta vía.”

Imposible no estar de acuerdo con este argumento tan contundente desde la


evidencia numérica, máxime si la mentada “calidad de la educación” sigue sin
despegar.
Posteriormente se analiza la importancia que tiene para los efectos buscados el
estímulo económico para los mejores docentes y se concluye que no ha sido
del todo eficiente, porque no son muchos quienes postulan a la Asignación de
Excelencia Pedagógica (AEP) o rinden las pruebas para alcanzar los bonos
económicos. Entonces, yo también me pregunto, ¿qué hacer?
Doy por descontado que no podemos retroceder en la decisión de evaluar a los
docentes, pero efectivamente la calidad de nuestra educación pública se
mantiene en niveles bajos. Al final del artículo en cuestión, Bellei se identifica
con la opinión del Consejo Asesor Presidencial para este tema, relativa a que
“el sistema de Evaluación Docente podría aportar más al mejoramiento de la
educación si estuviese articulado en una carrera profesional moderna; es decir,
si tuviese importancia para la gestión de recursos humanos, para la gestión
educativa a nivel de las escuelas y liceos, y para las oportunidades y
responsabilidades profesionales de los docentes.”
Para ello, obviamente habría que reformar el Estatuto Docente, lo que sería
muy bueno, porque el documento, en mi opinión, nació arcaico, pero no creo
que eso resuelva las dificultades que está teniendo la calidad educativa.
Pienso más bien que la solución va por otros lados, por múltiples variables y
derroteros, de los cuales doy un ejemplo: una formación docente mucho más
cercana a las actuales formas de aprender (no de enseñar) y ello es una tarea
que las universidades no han abordado con seriedad. Respecto de los docentes
ya titulados, el problema pasa por una actualización de conocimientos que sea
pertinente y atingente al trabajo docente en aula (cosa que cualquier profesor
que haya hecho “perfeccionamiento” en los últimos años sabe que no es así,
por la excesiva tendencia a lo teórico, con escasa base práctica, de los cursos
de actualización).
En definitiva, buen artículo el de Cristián Bellei, con buenos análisis y
argumentos, pero creo que con una conclusión aún muy centrada en un solo
aspecto, ni siquiera el más importante, olvidando que la educación y la escuela
son, evidentemente, un sistema mucho más complejo.
Pero rescato la importancia de la pregunta planteada y la respondo con
entusiasmo: Sí. La Evaluación docente mejora la calidad de la Educación, pero,
tal vez, sea bueno que revisemos nuestra Evaluación Docente, porque tiene
varios puntos por mejorar.
En Congreso Internacional de Evaluación de la Función Docente “No Hay que Tratar la
Evaluación Docente Como Algo Aislado”
El experto de UNESCO, Dr. Javier Murillo Terrecilla, se refirió a los desafíos y retos de la
evaluación del desempeño docente, donde es importante unir la reflexión con la acción.
Durante dos días investigadores
nacionales y extranjeros se dieron cita en
la Universidad de La Frontera en el
segundo Congreso Internacional de
Evaluación de la Función Docente. El
encuentro favoreció el intercambio de
experiencias y estudios que se realizan
en Latinoamérica.

Entre los conferencistas invitados el


coordinador general del Laboratorio
Latinoamericano de Evaluación de la
Calidad de la educación de UNESCO,
Dr. Javier Murillo Torrecilla, fue el Igualmente, indica que hay que
encargado de abrir el encuentro cambiar la forma de ver la evaluación
internacional. En la ocasión, el docente y pasar de un enfoque
investigador español se refirió a los burocrático a uno más profesional.
desafíos y retos que enfrenta la ¿Qué se puede hacer al respecto?
evaluación de la docencia, donde es Los sistemas de evaluación se han
importante elaborar sistemas con una convertido en meras burocracias; es un
visión integral y relacionada con una requisito más que tienen que cumplir los
política de calidad de la educación. profesores. Ese enfoque tiene que ser
transformado por uno más profesional,
¿Qué aspectos debe considerar la donde los profesores realmente se den
evaluación del desempeño docente? cuenta que es bueno ser evaluados. Los
La labor que desarrolla el docente en el docentes no mejoran sino quieren
aula debe tener algunos elementos mejorar; por lo tanto, el enfoque
básicos. Por ejemplo, es fundamental la burocrático represivo no sirve. Se
preparación de las sesiones, el clima del necesita una evaluación útil para el
aula que se consigue en la motivación de profesor, que le otorgue información que
los alumnos, las actividades, la pueda cambiar su trabajo.
metodología que se desarrolla, cómo se
hace la evaluación, con qué frecuencia y ¿Cuáles son los desafíos que debe
con qué utilidades. Son una serie de enfrentar la evaluación docente?
factores complejos que deben estar Los desafíos son muchos, pero el mayor
sujetos al marco teórico del que se parta. es intentar elaborar sistemas buenos de
evaluación, con una visión integral y
¿Cómo debe abordarse este proceso de relacionada con una política de mejora
evaluación? global de la educación. No tratar la
Hay que distinguir lo que es la evaluación docente como algo parcial o
autoevaluación, es decir aquella que hace aislado sino dentro de un enfoque más
el propio docente para mejorar su amplio, donde se encuentra el sistema
trabajo, y la evaluación externa. En Chile educativo y la calidad de la educación.
se ha potenciado la externa; si es así el
Jassna Sepúlveda, Coordinación de
criterio fundamental es que debe ser
Comunicaciones
consensuada; es decir, que todos los
miembros de la comunidad, profesores y
Ver Congreso en Imágenes
también los padres, tienen que estar de
acuerdo en hacer la evaluación y cuáles
son los procedimientos más adecuados.

En ese sentido, ¿Cuál es el mejor


evaluación?
El mejor instrumento es utilizar varios de
ellos de forma simultánea. Es muy
importante conocer la opinión de la
dirección, pero también de los profesores
y padres; ademásCoordinación
de cuestionarios al y Relaciones Públicas, Universidad de L
de Comunicaciones
profesor, el portafolio, la observación del
aula, y los informes de autoevaluación.
Un único informe, por muy bueno que
sea, nunca será suficientemente válido y
fiable.

Usted plantea que la única forma de


favorecer el desarrollo de los docentes
es a través de la autoevaluación.
¿Cómo se puede fomentar este aspecto
en el profesorado?
Se puede fomentar cambiando la cultura
para darse cuenta que la evaluación no es
un diario
El mecanismo represor
La Tercera punitivo
de hoy sino
publica un un
artículo relativo a los resultados de la evaluación
mecanismo
docente 2005.que
En élayuda a pensar.
se señala que el 41Un
% de los profesores evaluados logró bajos
profesor ensólo
resultados dicha puede
evaluación,desarrollarse
quedando ubicados en las las categorías más bajas: 37,3 %
profesionalmente
en nivel básico 3.8y%mejorar su trabajo si
insatisfactorio.
es conciente de sus problemas.
Los docentes calificados competentes son un 52.3 % y sólo un 6.6% logró la categoría de
destacado.

Estos resultados deben llevarnos a meditar respecto del verdadero estado de la profesión
docente, porque, más allá de discrepancias respecto de los instrumentos de evaluación
utilizados y de las competencias evaluadas, está claro que un resultado así de contundente
nos está dando muchas claves en relación con lo que está pasando en los colegios y es
perfectamente coherente con el estancamiento que se revela en el SIMCE y los bajos
resultados en las mediciones internacionales.

Hay aún otro grupo de profesores que no aparece en las estadísticas, pero que el propio
Mineduc reconoce como docentes de excelencia, son aquellos que voluntariamente se
sometieron a una exigente evaluación para alcanzar el A.E.P. ¿Qué es el AEP? La
asignación de Excelencia Pedagógica, que equivale a una suma cercana a los quinientos mil
pesos anuales para aquellos que la obtienen. Es aquí donde me asalta una duda:

Se discutió mucho respecto de cuánto debía pagarse a los docentes que por ser evaluados en
forma insatisfactoria durante tres años tenían que abandonar el sistema, las cifras oscilaban
desde los tres hasta los siete millones de pesos. No me molesta que se pague eso, pero, tiene
sentido que a los docentes de excelencia se les reconozca con un incentivo de apenas
quinientos mil pesos? en tres años, un millón y medio. Saquen ustedes las cuentas y
díganme qué vale más la pena, esforzarse por hacer buenas clases y dejar evidencia de ello
o no hacer nada y salir del sistema público. A mí me parece un incentivo perverso.

Por otra parte, casi todo ha estado mal en la implementación de la Reforma. Así de claro, ni
las provinciales han tenido clara su labor, ni menos los departamentos de educación
municipales.
En cualquier medida, sólo los docentes en el aula saben, con todas sus carencias, lo que
debe hacerse y lo hacen con esfuerzo y entrega. Los sucesivos ministros saben que las
siempre mayores cantidades de recursos no han logrado llegar mayoritariamente a las salas
de clases. Se ha perdido dinero en programas de escaso rendimiento, como el Monte
Grande, el Chile Califica y otros similares.
El Mineduc tiene una deuda con la formación de los docentes y con la capacitación
efectiva. La mayoría de los cursos de capacitación del CPEIP tienden a ser más teóricos que
prácticos y las universidades siguen entregando profesionales que no están a la altura del
siglo XXI.
Ojalá que la verdadera revolución en educación llegue pronto, porque estos cambios
demoran años. Si hacemos los ajustes ahora, recién dentro de diez o doce años empezarán a
notarse en el sistema.

Académico Usach asegura que la evaluación docente


tiene un problema de categorías mal entendidas
04/04/2011

Controversia han causado las categorías básica e insatisfactoria de los resultados entregados
este martes por el Ministerio de Educación (MINEDUC) que provocaron el despido del 5%
de docentes del país. El instrumento de evaluación debe ser analizado para hacer las
modificaciones suficientes para garantizar la confiabilidad a los actores educacionales y a la
comunidad.

El director del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago de


Chile y experto en innovación y evaluación educacional, Dr. Daniel Ríos, se
refirió a la Evaluación Docente 2010 indicando que “hay un problema de
categorías mal entendidas como lo son los niveles básico e insatisfactorio” y
que “esta evaluación no incorpora elementos esenciales del profesor en el aula
como aspectos del aprendizaje actitudinal y valórico de con los alumnos”.

“Creo que hay un problema en la concepción de las categorías, lo


insatisfactorio es distinto a básico y creo que es un error incluirlos en una
misma categoría. Básico significa mínimo, suficiente; es decir, se podría pensar
que los profesores cumplen con los requisitos mínimos para desarrollar la
docencia”, indica el Dr. Ríos.

En esa misma línea, Ríos precisa que hay un “problema de nomenclatura” ya


que uno podría preguntarse si “¿básico no ofrece garantía para que los
profesores puedan desarrollar adecuadamente su docencia?”. De este modo, el
director de la unidad académica puntualiza que en la escala de 1 a 7,
insatisfactorio debe ser todo lo que esté por debajo del 4, es decir, “que los
profesores no tendrían las competencias docentes para enseñarles a sus
estudiantes, de poder planificar su clase, de evaluar a los estudiantes, de
generar un clima adecuado. Todo eso podríamos usarlo como un descriptor
para la categoría de insatisfactorio. Pero no me queda claro el concepto de
básico y eso debe aclararse”.

Respecto al despido de docentes mal evaluados por acumular tres


evaluaciones insatisfactorias, mal desempeño o negarse a ser evaluados, Ríos
señala: “me imagino que hubo instancias de mejoramiento y de formación
continua a los docentes que les hubiese permitido mejorar aquellos aspectos
insatisfactorios”.

A juicio del experto en evaluación docente, los buenos profesores deben ser
premiados y valorados y aquellos profesores que no están en condiciones
profesionales para ejercer la docencia no deberían seguir trabajando. “Siempre
y cuando la evaluación docente cumpla con todos los criterios y requisitos
básicos de transparencia, de participación y perfeccionamiento que les hubiese
posibilitado mejorar aquellos aspectos que no estaban realizados de manera
adecuada”.

Al ser consultado por la facultad que otorga la Ley de Calidad y Equidad de la


Educación a los directores de los establecimientos educacionales para
desvincular hasta al 5% de los profesores mal calificados el Dr. Ríos detalla que
“No sé si es correcto o incorrecto, está en el marco de la ley y las normativas
actuales. Ahora el 5% de profesores es un porcentaje bajo. El problema es qué
pasa con los profesores que han sido mal evaluados y no han modificado su
conducta y comportamiento, qué fue lo que hicieron desde el punto de vista de
mejoramiento, hasta qué punto tomaron conciencia de la mejora. Más que
centrarnos en los directores yo me centraría en los profesores.

¿Debería ser modificado el instrumento de evaluación docente en


Chile?

Según el experto el instrumento de evaluación que se está ocupando ha tenido


bastantes reparos y críticas a la luz de estos resultados, sobre todo cuando
existe la posibilidad de que los directores saquen a los profesores mal
evaluados. “Es un buen momento para mirar y analizar el instrumento, para
hacer las modificaciones suficientes para que la evaluación docente de la
garantía de participación, transparencia, ecuanimidad, validez y confiabilidad
en lo que se va hacer para efectos de toma de decisiones complejas como la
salida de los profesores mal evaluados más de tres veces por el sistema”,
precisa Ríos.

Lo que no está considerado por esta evaluación explica Ríos es que “los
profesores son mucho más que las clases demostrativas, tiene que ver con el
día a día en el aula” y que hay que incorporar elementos importantes como
“aspectos del aprendizaje actitudinal, valórico y la acogida con los alumnos en
esta evaluación”.

Si bien califica como “transparencia del proceso” la medida en donde los


resultados de la evaluación docente sean de acceso público en la plataforma
virtual info docente, repara en que “yo pondría cuidado en la información, de
aspectos sensibles de los profesores mal evaluados, que sólo les compete a
ellos y no al sistema en concreto porque se termina estigmatizando a los
profesores y a los mismos establecimientos y eso podría traer complicaciones
en la gestión de los directivos también, es como una cadena”.

Finalmente, el experto en evaluación educacional de la USACH, Daniel Ríos


manifiesta que los docentes que han sido mal calificados deben “hacerse
responsables profesionalmente de lo que cada uno realiza y de las
consecuencias de su acción docente que finalmente pone en juego la
educación de los estudiantes y el desarrollo del país”.

Edición: Universia / RR

Resultados de la evaluación docente en Chile


Ayer el MINEDUC difundió los resultados generales del proceso de evaluación docente
2010, poniendo énfasis en dos puntos:

1. Los resultados serán informados por establecimiento, de modo que los apoderados
los conozcan. A la vez, habrá amplia difusión del ranking de resultados por
establecimiento, comuna y región.
2. El 36% de los docentes resultados fueron calificados como básicos o insatisfactorios

Ambas "cuñas", como se suele decir ahora, son sugerentes porque, más allá del estilo
periodístico que las envuelve, implican una clara ruptura con la forma en que estos
resultados se venían divulgando. En efecto, hacer públicos y presentar los resultados por
establecimiento es consonante con la convicción ministerial, según la cual las familias
deben tener información que les permita juzgar y decidir respecto de la calidad de la
enseñanza que sus hijos reciben. Por cierto, esta disponibilidad de información es también
un mecanismo de control social (o familiar) de la calidad del servicio que cada escuela
ofrece que, bien encaminado, puede significar movilizar a las familias y exigir rendición de
cuentas y medidas de superación a esos docentes y escuelas. Es el círculo de accountability,
donde sólo falta visibilizar mejor las "salidas" u opciones que las familias tienen cuando se
encuentran insatisfechas con la calidad del servicio educativo.
A la vez, no obstante, hacer públicos de este modo los resultados de la evaluación docente,
es fracturar aun más las confianzas y relaciones entre el gremio de docentes y el
MINEDUC.
En la misma dirección, la manera de presentar los resultados relativos a aquellos docentes
que fueron calificados como "básicos" o "insatisfactorios" es una señal que, mirada desde el
punto de vista docente, resulta hostil. Como bien advierte un dirigente del Colegio de
Profesores, en la ley que rige la medición, un profesor calificado como "básico" es un
docente que satisface globalmente los criterios de calidad, pero muestra irregularidad o
poca consistencia en su desempeño. Por lo tanto, no es un docente competente, pero
tampoco un incompetente, como quizá sugiere la lectura del MINEDUC. Los
incompetentes son aquel 2,6% de profesores calificados como "insatisfactorios". En
descargo del MINEDUC, habría que afirmar que el 36% de los profesores evaluados
mostró un desempeño básico no es muy distinto de decir que este porcentaje es del 33,3%.
En definitiva, un tercio de los profesores evaluados no puede garantizar un desempeño
competente y estable. Si los evaluados fueron 11 mil docentes, este tercio significa que
cerca de 4.000 docentes fueron considerados "de desempeño básico o insatisfactorio" y que
con ellos hay 140 mil alumnos (asumiendo que cada docente está a cargo de 35 alumnos)
expuestos a un profesor con capacidades profesionales discutibles. La nota de El Mercurio
sobre estos resultados incluye el caso de un liceo que concentra un 57,6% de profesores
considerados "destacados", pero que ha alcanzado resultados SIMCE francamente bajos
(208 puntos en matemática). En contraste, el Instituto Nacional (liceo que selecciona
alumnos y que alcanza buenos resultados en el SIMCE y la PSU), tiene sólo un 11,8% de
sus profesores evaluados como "destacados"

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