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 Escenario Entre Ríos, martes 4 de noviembre de 2003

IMÁGENES DE LO QUE PASÓ

Charly, parte de su religión


HORACIO LAPUNZINA
Escenario
Primer acto
Spinetta lo definió hace poco como un alma.
Algo que flota, que está más allá de la vista.
Un sentir. Charly García, a fuerza de aristas
inasibles, se ha convertido en una especie de
alma urbana y netamente argentina. ¿Quién
se atreve a cuestionar al Obelisco? Nadie. Es
Buenos Aires y su símbolo. El pero no influye
porque puede más la identificación. Lo po-
derosamente inimputable de Charly es esa
capacidad de haberse trasformado en parte
de nuestra locura colectiva. Como sociedad,
como país, como emblema de las sádicas, si-
niestras y hasta tiernas (¿hipócritas?) contra-
dicciones.Todos tenemos ganas, mal que mal,
de arrojar cosas por el aire, o bajarnos los pan-
talones o gritarle boludo a quien nos com-
plica y destruye la vida a diario. Pero lo hace
él. “Lo hice por vos”, dice en la canción dedi-
cada a su olímpica tirada del noveno piso para
que las aguas mendocinas lo reciban allá aba-
jo. Pero claro, ése es uno de sus personajes.
Tiene muchos más. Charly rompe los espejos
a cada rato, no vaya a ser que se transforme
en blanco fácil. Su capacidad de mutación es
ESCENARIO / GUSTAVO CABRAL

proporcional a su bendita manía de recono-


cerse en la permanente transgresión. No
quiere códigos ni moldes. Ni volverse loco ni
vestirse de rojo. Tiene un traje para cada es-
pacio creativo y juega a que lo azucen y a pro-
vocar. Se divierte con el juego y a veces cami-
na directamente por el borde. Lo que se le
pide a Charly es eso justamente. Y esa acti-
tud es, valga decirlo, la típica actitud pop que García en Paraná. Enloqueció a chicos y grandes y se portó “correctamente” saludando y despidiéndose a todo rock.
desarrolló su generación y la inauguró la an-
terior. Todo es arte para el pop y el mensaje
lo justifica todo. Es la estética del fin y el fin es antojara. En ese interín y en ese coqueteo, —Que los cumplas feliz... Cuarto acto
el mensaje. Es simplemente un juego de pris- perdió y ganó, en términos musicales estric- De pronto, a las 22.47, el estadio estalla.
mas para mirar. Disfrazarse, pintarse, destruir- tos. Si hay algo criticable de García, a juicio García, guitarra en mano, saco de gamuza En el medio de un breve interludio, Julieta
se, todo hace al mensaje y al fin, en un giro de quien escribe, es que finalmente su músi- borravino, vincha y auriculares, desangra Cer- de seis años dijo que vino con sus papis. “Lo
que nunca acaba y jamás se queda quieto. ca quedó atrapada. Y no es tampoco casual y ca de la revolución. Son miles de puños hacia que me más me gustó fue cuando cantó ‘yo
Finalmente la ironía como hecho estético se ni siquiera sorpresivo. Después de todo, aquel arriba. Son remeras como banderas agitadas soy un vicio más...”, disparó con voz finita.
impone por sobre lo demás. La lengua de los candoroso hippie de los 70 que rezaba que en el furor de los wats de las guitarras. Sigue Eran las 23.37 y volvió, según él, para de-
Rolling es eso: el gesto irónico de quien está debíamos rasguñar las piedras para alcanzar I’m nothing love, de Influencia y empalma con jar atrás la adolescencia. Iba en serio porque
adentro, soportando lo mismo que combate. la libertad, era un muchacho de la alta clase Tu vicio, en otro delirio colectivo ensordece- largó con su disco nuevo. Hizo Asesíname y
“No protestamos”, dice el Indio Solari,“porque porteña. Sus desplantes que se hicieron cró- dor y gargantas que van solas, como llevadas otro rock fuerte: Rock and roll, de Led Zep-
la protesta necesita de los medios que esta- nicos son, muchas veces, berrinches de nene por una partitura invisible. Cuando terminó, pelin. Pero lo asaltó de vuelta la nostalgia:
mos combatiendo”. rico, caprichos de clase.“No bombardeen ba- saludó y todo, previo manifestar: “Aplaudan, Popotitos. El furor se hizo carne en una masa
rrio norte”, dijo sin avergonzarse. Entonces, boludos”. Con más cortesía y sentado en el humana que se contoneaba y cantaba como
Segundo acto como suele suceder en la Argentina, el ídolo piano, dijo: “Hace tiempo que no venía ¿no?” un solo cuerpo. Y empalmó con Fanky, para
es aquel que queremos ser, que nos gustaría Y arrancó la hermosa Pasajera en trance, con dejar desgargantados a los que aún le que-
En el año 79, Mirta Legrand invita a Charly encarnar, sobre todo la clase media. esa voz que ya le queda poco. Es un quejido daban algunas cuerdas vocales sanas. En el
a su almuerzo. Acababa de salir La grasa de la Mientras tanto, hizo canciones memorables, que no reconoce notas, las melodías se tuer- medio fue mechando todas las épocas, pre-
capitales, el segundo y potente disco de Serú himnos que no podemos dejar de canturrear, cen y navegan en la incertidumbre. Es como valeciendo el material nuevo, escuchado con
Girán. La tapa de la placa –idea de él– es una dijo cosas imperdonables y algunas de las más el Polaco Goyeneche antes del final, si se per- respeto pero sin poder entender mucho, so-
burla manifiesta a la revista Gente. Mirta, lúcidas dichas por un artista. Se desintegró a mite la caprichosa analogía. Pero ya no im- bre todo de las letras, que Charly las mastica
como siempre, se fue de bruces: sí mismo porque también odia su propia ima- porta. Esas canciones hace tiempo dejaron de y las pasea de un lado a otro, con algún re-
—Ay, esto se parece mucho a la tapa de gen. Demasiado ego. Lo dijo –otra vez– Spi- pertenecerle. Que él las haga sobre un esce- voleo de micrófono en el medio, viola con
una revista conocida... nettta, quien no pudo seguirle el tren, pero nario es simplemente una forma de ritual, una cambio a los teclados, baile y comentarios
Charly, con toda seriedad: también García se lo dijo a sí mismo, en un misa pagana y rockera. Lo mismo con lo que entre estribillos. Cuando se iba –o eso pare-
–No, en realidad lo que pasó es que pu- doble gesto de egolatría y soberbia. siguió después: Nos siguen pegando abajo y cía– dijo que él no va en tren, sino en avión.
simos los títulos, distribuimos las fotos, y Parte de la religión. Nueva locura. Y se fue diciendo que no ha-
quedó así... Tercer acto Hay quien reflexiona en la platea: ¿“Se die- bía bises.
Los medios del rock y muchos fans no le ron cuenta que acá adentro hay cuatro ge-
perdonaron “transar” con el sistema y concu- Paraná. Noviembre. Estadio Echagüe. Do- neraciones reunidas? No es cualquiera el que Epílogo
rrir al almuerzo de una “caretona”. García se mingo 2. Hay una larga cola que no termina logra eso...”
rió de todos, levantó su dedo mayor y siguió, de entrar y ya son las diez y media de una Vale. Y para corroborar lo dicho, asestó dos Ante la insistencia, se escuchó la batería y
con los años, haciendo muchas más “conce- noche fresca. Empiezan los cánticos. joyas de Serú Girán: Llorando en el espejo y el bajo, y todos sabían lo que era. “Podés an-
siones” que ésa, una perla del pudor al lado — Se siente, se siente, Charly presidente... Seminare. Aunque Lebón no estaba y Aznar dar en limusín...” afinó con precisión la hin-
de lo que hacen hoy los demás artistas al lado —Borombombón, borombombón, el que tampoco con su irresistible fretless, la multi- chada, pero Charly los cortó de cuajo.“¿Quién
de Tinelli o Suar. no canta, es Say no more... tud cantaba tan afinada, tan emocionada y les dio permiso para cantar mejor que yo”,
Él inauguró, mucho antes que los Soda Es- María tiene 37 años y lo vio muchas veces. tan radiante, que subía un calor de aquellos arrojó.Y se sumó, dirigiendo, cantando, tocan-
téreo, la farandulización y el pop musical Reconoce en No llores por mí, Argentina, el ochenta, cuando Charly creía (¿creía?) que las do y como correcto caballero, abrazó a sus
como norma estratégica para poner un pie himno de su quinto año de secundaria. motos que iban a mil, nos harían sentir sólo músicos y se fue. Increíble. Cierto. Y porten-
adentro del sistema y sacarlo cuando se le Otra vez la hinchada: el viento, nada más. tosamente real. Es parte de su religión.

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