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EL RECONOCIMIENTO OFICIAL DEL

CULTIVO DEL CAFÉ EN EL


MUNICIPIO DE MARCALA Y
ALGUNAS DE SUS IMPLICACIONES
SOCIALES HACIA FINES DEL SIGLO
XIX

Elaborado por José Avelino Izaguirre para la Asignatura de


Geografía Histórica. 2009. UNAH

INTRODUCCIÓN

El cultivo del café en Honduras es un rubro que implica la participación –directa o


indirecta- de cerca de 1 millón de personas y ayuda a mantener alrededor de 100 mil

1
familias que de alguna u otra forma se benefician de su producción. Esto representa, en
términos del PIB un 10 % anual y un 30% del ingreso por exportación agrícola. Mientras
tanto, desde el 2001, el mercado mundial ha concedido a los productores hondureños un
alentador panorama comercial permitiendo que las exportaciones del grano aumenten en un
16% desde entonces hasta la actualidad, siendo los Estados Unidos y Europa (en especial
Alemania) los dos principales consumidores del café hondureño. Sin embargo el cultivo y
recolección del café en Honduras sigue siendo un actividad realizada mayoritariamente a
mano, por caficultores pequeños, cuya producción no rebasa las 5 mil libras por año y no
tienen en posesión más de 30 hectáreas. 1 Es, por tanto el cultivo del café en Honduras,
una actividad de carácter predominantemente comunal y familiar, que llega a representar
para muchos compatriotas que viven en zonas rurales, la diferencia entre una vida pobre y
una miserable. El 72% de los productores agrícolas del país se dedican a la siembra y
recolección del grano de café y afrontan condiciones de vida privadas de servicios
públicos y un difícil acceso a la educación formal. 2
El municipio de Marcala (como parte de la región productora de Montecillos), en la
actualidad, es uno de los lugares donde se produce uno de los mejores granos no sólo de la
región sino del Mundo, siendo su simple Indicación Geográfica y Denominación de Origen
(DO), garantías de calidad reconocidas alrededor del planeta y motivo de aprobación bajo
los más altos estándares de calidad. La DO del café de Marcala, según sus mismos
productores, sirve principalmente para “promover un producto que forma parte del
patrimonio de un país o región, pues incluye en su protección el lugar de producción, las
técnicas desarrolladas por los productores a través del tiempo, el prestigio que pueda
haber ganado en el mercado y el precio que se le reconoce como resultado de su calidad”,
conjugándose, de tal manera, las virtudes climáticas y las humanas en favor de la mejor
producción posible.3

Históricamente, el cultivo del café en


Marcala es introducido lentamente al
municipio durante el siglo XIX llegándose
a alcanzar cifras considerables de
producción en la década de los sesentas,
pero sumergido en la deplorable situación
socioeconómica que arrastró a todo el país
durante largos años de inestabilidad política
que condenaron a la población hondureña a
vivir bajo un régimen económico de
precaria subsistencia. Una vez entrado al
poder, el Gobierno de Marco Aurelio Soto
y Ramón Rosa, en 1876, inicia un proceso
profundo de cambio estructural del Estado
Hondureño a la luz de nuevas tendencias de liberalismo de origen europeo y tras de ellas,
el ideal de instaurar el orden y el progreso en el país. Es así como llegamos las últimas dos
décadas del siglo XIX. Con un Gobierno innovador, interesado y capaz de hacer reformas
inmediatas en todos los ámbitos del quehacer nacional. Y por otro lado con un país deseoso
1
[ CITATION Emb08 \l 2058 ]. Basado en cifras manejadas por el IHCAFE.
2
[ CITATION IHC \l 2058 ]. Sobre Informe de Desarrollo Humano.1998.PNUD.
3
Directorio de Productores de café de Marcala en www.cefemarcala.com. Página a cargo de Websónicos.

2
de cambios, cansado de letargos y con vastos recursos naturales y humanos que le permitan
aspirar a un mayor bienestar. Para ello, desde 1877, el Gobierno Reformista emprende un
agresivo proyecto de reforma agraria encaminado a explotar los productos que mejor se den
en cada región del país en vistas a impulsar la exportación de materias primas como
incentivo a la economía hondureña y de insertar al país en el mercado mundial capitalista4.
Es entonces que los vecinos de Marcala optarán por el café como cultivo propio de su
municipio y esperanza de desarrollo para el mismo, siendo su clima, condición fundamental
para especializarse en su cultivo.

La presente investigación pretende ubicarse en el caso particular del municipio de Marcala,


Departamento de La Paz y centrar su atención en las implicaciones sociales que tuvo,
durante las últimas dos décadas del siglo XIX, el proceso de reconocimiento oficial del
cultivo del café como patrimonio dicho municipio, formando parte de las políticas
estatales de la Reforma Liberal y del proceso histórico de todo el país en el marco muncial
capitalista.

UBICACIÓN GEOGRAFICA DEL MUNICIPIO DE MARCALA Y SUS


CONDICIONES CLIMÁTICAS HACIA FINES DEL SIGLO XIX.

4
[ CITATION Dar01 \l 2058 ]

3
Fuente: procefe.com
Marcala es un municipio del Departamento de La Paz situado en la Región Centro-
Occidental de Honduras. Se localiza en una planicie rodeada de las montañas de la sierra de
Montecillos a 14°09´ latitud Norte y 88°01´ longitud Oeste (Microsoft Student 2008). Su
extensión territorial es de 225 kilómetros cuadrados y se compone de 16 aldeas y 22
caseríos.5 Al Norte, limita con el departamento de Intibucá, al Sur con la República de El
Salvador; al Este con los municipios de Cabañas, Santa Ana y Chinacla; y al Oeste con el
municipio de Yarula. Es el segundo municipio en importancia del departamento y se
comunica con Tegucigalpa, a través de una carretera pavimentada y transitable durante todo
el año6. La temperatura a lo largo del año oscila entre los 16 y los 20 °C y su altitud es de
1,270 msnm (y hasta 1700 msnm en sus partes más altas). Presenta una precipitación
pluvial de entre 1,700 y 2,200 mm por año, englobando así un clima fresco y agradable.
Dichas condiciones propician la siembra exitosa de las variedades de café Typica, Bourbon,
Caturray y Catuai en cosechas que van de Diciembre a Marzo cada año 7. Los principales
cerros de Marcala son: Sabanetas, altiplanicie en la frontera con El Salvador; el Cerro
Pelón; el Cerro Mogola; al oeste el Cerro Santa María y muy cerca de la ciudad el cerro de
Musula. Por la ciudad de Marcala cruza el río Perea, que nace en las alturas del Valle de

5
[ CITATION Noé97 \l 2058 ]
6
[ CITATION Mon \l 2058 ]
7
www.cafemarcala.com. Websónicos.

4
Paloma, formando una caída de agua llamada “El Chorro del Chiflador”, este río al unirse
con el río Guaralape, divide a la ciudad de Marcala en dos barrios: San Miguel y
Concepción.8

Fuente: Departamento de Biofísica Agrícola. IHCAFE.

Históricamente, el clima de Marcala ha sido verificado en la parte Occidental del


Departamento de a la Paz. En 1880, el funcionario de Gobierno M. Colindres realiza una
visita al Departamento de la Paz y valiéndose de algunas geo-referencias, para el caso de
Marcala reporta:

“El radio jurisdiccional de este municipio está comprendido en los


siguientes límites: por el Norte colinda con “Las Quebradas”; demarcación
de San José, por el Oriente con la de Opatoro, se extiende hasta el
“Sucimiguara” y “Tierra Colorada”, por el Sur, toda la jurisdicción del
extinto municipio de Similatón, hoy aldea del mismo nombre, que confina
con el radio de Santa Ana, en los puntos Borbollón, quebrada de María,

8
[ CITATION Mon \l 2058 ]

5
Valle de la Paloma y Zopola y con el de Yarula con el río Medina o “de las
verdades” y por el Occidente con el Departamento de Intibucá…”9

Y en cuanto a la extensión territorial, economía y clima –temas de fundamental interés para


el Gobierno de la Reforma- señala:

“Los territorios comunales de este municipio constan de cuatrocientas


treinta y cuatro caballerías compradas por sus vecinos propios para la
crianza de ganado y cultivos de productos de climas frescos, a ellos se
dedican los vecinos en regular escala y especialmente a las plantaciones de
café, las más grandes de Departamento. Este pueblo está regado por los
ríos “Ahoga Machos”, “El Rincón” y “El Volcán” y varias quebradas de
más o menos importancia10”.

La descripción de Colindres revela un espacio en proceso de conformación por medio de la


compra y venta de terrenos, con delimitaciones no muy precisas pero, a su vez, con
referencias estables (cerros, valles y ríos). Sin embargo el tema principal de su corta
relación es la particularidad del cultivo del café en la zona como producto tanto de la
“regular escala” en que se cultiva, como del clima fresco que lo propicia, de tal forma que,
los límites que establece en su reporte para el municipio de Marcala vienen a ser, a su vez,
los límites de una zona eminentemente cafetalera aunque en pequeña dimensión. Aunado
al cultivo del café, el otro rubro que puntualiza es la crianza de ganado, posiblemente en
relación al comercio con el Salvador pero que también funciona como respaldo para la
aumentar la potencialidad del entonces prometedor beneficio del café, presentándose como
un medio de transporte disponible. Concluye Colindres haciendo hincapié en la especial
condición climática y la ubicación cercana a La Paz del municipio:

“El clima es fresco y benigno y dista el asiento del municipio unas veinte
leguas de la cabecera del Departamento”11.

Hacia 1884, la Alcaldía Municipal en junta, se dirige con entusiasmo al Poder Ejecutivo
haciéndole saber que el municipio precisa llevar a cabo un proceso de tecnificación del
cultivo del café, argumentando para ello, tanto la tradición que los pobladores tienen de
sembrarlo -y a la vez la caña de azúcar- como también las condiciones climáticas
adecuadas para su cosecha:

9
[ CITATION Col80 \l 2058 ]. Nótese la degradación a aldea de Similatón. Nótese la denominación tradicional
del Río Medina como “de las verdades”.
10
[ CITATION Col80 \l 2058 ]. Cuatrocientas treinta y cuatro caballerías equivalen a 16,765.42 hectáreas.
11
[ CITATION Col80 \l 2058 ]. La legua ha tenido distintos valores según la época y el lugar en que se utiliza.

6
“…el terreno i localidad tienen ventajosas condiciones que pueden i deben
aprovecharse…”12.

Se percibe de esta forma que las voluntades locales de la comuna marcalina hacia finales
del siglo XIX se sustentan fundamentalmente en la benevolencia climática del municipio
que permite la buena cosecha del café y da esperanzas a los pobladores de mejorías en sus
condiciones de vida siempre y cuando el Gobierno apoye su iniciativa aportando los medios
para tecnificar dicho rubro. Sin embargo el entusiasmo y las esperanzas de los marcalinos
tendrán que esperar hasta el siglo XX para verse realizadas.

LA AGRICULTURA TRADICIONAL EN MARCALA DURANTE EL SIGLO XIX

Las pretensiones del Gobierno de la Reforma para el caso de Marcala fueron bien
sustentadas en cuanto a la agricultura tradicional del municipio. Sabemos que desde
tiempos precolombinos la parte Occidental del territorio hondureño se circunscribe, en
términos culturales, a la Región de Mesoamérica, perteneciendo los indígenas de los
pueblos del Departamento de La Paz (Comayagua en tiempos de la Colonia) al grupo
lenca pero viviendo en constante contacto y emparentados con otros pueblos del tronco
lingüístico náhuatl.13 De lo anterior, deducimos que la actividad económica de la zona habrá
de girar en torno al cultivo del maíz, producto básico en la producción para la economía
indígena tradicional en la región mesoamericana junto a otros cultivos como el frijol, el
ayote y el chile. Durante el período colonial, las autoridades españolas introducen además a
la región, el cultivo de plantas con fines de producción industrial como el jiquilite para la
extracción del añil. Sin embargo, la agricultura tradicional marcalina no reportará niveles
excedentarios óptimos para el comercio y la exportación de productos a gran escala sino
hasta finales del siglo XIX; hasta entonces apenas había alcanzado para procurarles la vida
a los campesinos pobladores del lugar.

El café es introducido al Departamento de La Paz traído posiblemente de las Antillas hacia


Guatemala y luego distribuido a las demás provincias centroamericanas por individuos
particulares y la producción del mismo aumentó paulatinamente al acercarse el fin del
siglo.14 El Gobierno de Soto, por su parte tardó poco en registrar la importancia del cultivo
tradicional del café en el país y traducirlo en cifras:

“Hacia 1880 Ramón Rosa efectuó un cálculo aproximado de la cantidad de


cafetos existentes. El estudio arrojó una cifra superior a los siete millones. A
partir de este dato, el secretario general de gobierno, Ramón Rosa, elaboró
una serie de proyectos sobre el desarrollo del café, que suponían un
crecimiento sostenido de producción. El objetivo sería exportarla en su
totalidad. Según los estudios de Rosa, en 1885 Honduras podía estar en
condiciones de exportar 207,687 quintales, cantidad inferior al promedio

12
[ CITATION Acta84 \l 2058 ]
13
[ CITATION Riv04 \l 2058 ]
14
[ CITATION Pon \l 2058 ]

7
anual de Guatemala que, entre 1880 y 1884, alcanzó los 324,313 quintales
de café”15.

De tal manera que la Reforma Agraria de Soto y Rosa buscaba encaminar esfuerzos para
maximizar el beneficio de un producto ya existente y constante, cultivado de manera
tradicional en la zona para tratar de adquirir importancia comercial como país productor de
la región centroamericana. La presencia histórica del cultivo del café en Marcala antecede
al fomento del mismo por parte de Gobierno Reformista pero su aprovechamiento estaba
destinado al consumo doméstico y a una incipiente actividad comercial de sus productores.
A pesar de ello, los años finales del siglo XIX marcan el inicio de un ascenso en la
producción cafetalera que no pasó desapercibida por parte de las autoridades. Es por ello
que en 1880, el Secretario de Gobierno Ramón Rosa se aventura a prever que los más de 7
millones de cafetos existentes para ese entonces en el país, podrían llegar a convertirse en
el rubro de exportación que cubriese por sí sólo todos los egresos del estado quedando las
ganancias obtenidas por los demás productos (añil, caña, cacao. minería…) como ganancias
netas para el país16:

“El día feliz en que nuestros cálculos se realicen, en que el café proporcione
al país todos los rendimientos indicados, la agricultura tendrá una base
inconmovible y estará asegurado el futuro de Honduras”

Rendimientos que se verán tardíamente y mesuradamente ya entrado el siglo XX pero que


desde entonces se buscaban mediante políticas de transformación del cultivo tradicional y
doméstico a un cultivo tecnificado, orientado a la exportación en gran escala como vía de
progreso para todo Honduras.

LA SOCIEDAD MARCALINA DE FINES DEL XIX

Durante el siglo XIX la población hondureña tuvo una composición predominantemente


rural, con poca escolaridad y poca especialización laboral salvo las pequeñas alegrías
dadas por los períodos de auge minero en algunas zonas del país. Las condiciones de
precariedad, subsistencia y desigualdad se presentan generalizadas en las poblaciones
indígenas y mestizas del país, condiciones originadas en gran medida por herencia de la
dominación española y la inmadurez política vernácula. El ocio, la pereza y la vagancia son
algunos de los adjetivos que van formar parte del perfil del hondureño y se arraigarán en el
imaginario de la nación. La miseria es, para entonces un factor determinante para la vida
social hondureña, tanto en su dimensión material como en su valor simbólico, para la
cultura y la vida tradicional del pueblo hondureño. Las relaciones sociales se mantendrán
lejos de los postulados liberales de individualidad social y económica y de la vorágine de la
venta y el consumo de bienes y servicios manteniéndose en su lugar las relaciones
tradicionales de parentesco y ruralidad. Mientras tanto las luchas faccionarias en la política
15
Yankelevich, Pablo. Honduras. Alianza Editorial. México, 1988. p. 135. En [ CITATION Mon \l 2058 ]

16
[ CITATION Arg78 \l 2058 ]

8
dieron largas a la integración de las poblaciones, condenándolas a un infame y casi
primitivo aislamiento socio económico17. De esta forma, es Honduras hacia fines del siglo
XIX, un país, en gran medida aún por descubrir tanto en lo referente a su riqueza natural
como en su potencial humano. Más allá de las imprecisiones propias del espíritu y misión
del “hombre blanco civilizador”, las descripciones y testimonios de la época tanto de
viajeros como de funcionarios del Gobierno de Rosa confluyen al señalar que perciben una
población hondureña poco incentivada hacia el trabajo y la educación, un territorio muy
poco articulado, en fin, con profundas dificultades demográficas, con un interior “tan
incógnito como el de Japón” para el viajero W. Wells en 185718.

Por otra parte, es preciso considerar, para el caso de Marcala, un municipio adscrito a un
proceso de mestizaje y ladinización de sus habitantes abonado por una posición
geoestratégica en materia política y comercial, y por ende, para el contacto cultural pero
sin abandonar del todo sus rasgos y costumbres indígenas, manifiestas en su economía
agrícola y su forma de vida tradicional.

Para completar lo anterior, es preciso rescatar una situación más aproximada de la


población marcalina, por medio del testimonio de sus autoridades municipales. Una vez
llegadas noticias a Marcala de las políticas que sobre el fomento, el Gobierno de la
Reforma busca implementar, las mismas exaltan los ánimos de las autoridades locales y no
tardan en causar efecto. Es entonces que para 1884 ya las autoridades responden a las
inquietudes gubernamentales solicitando apoyo para echar a andar “…prácticas que
ensanchen y alienten el ánimo de emprender”, mientras que en lo tocante a la educación
también dejaban entrever un vasto deseo de superación sugiriendo para su propio municipio
“…que en lo relativo a la instrucción es preciso romper con la enseñanza mezquina i
rutinaria…”19. De tal forma, que aunado a los hábitos agrícolas, es Marcala a fines del siglo
XIX, un municipio que si bien afronta todas las problemáticas del resto del país, pero que a
su vez confía en su potencialidad productiva y social sobre todo en lo tocante a la
agricultura de tierras altas puesto que “…a ello se dedican los vecinos en regular escala y
especialmente a las plantaciones de café” nos expone el documento citado.

Finalmente, merece especial importancia el acercamiento que podamos tener a la


estratificación social marcalina de la época en relación al cultivo del café, puesto que
también es verificable para aquel entonces. Es por ello que en 1898, la comuna edilicia se
dirige al Poder Ejecutivo y determina:

“Atendiendo a que hay varios vecinos proletarios que no se han dedicado


hasta hoy a la plantación indicada, se les obliga a la siembra de dos mil
árboles de café, señalándoles una manzana de terreno para tal fin, a cuyo

17
[ CITATION Mar02 \l 2058 ]
18
[ CITATION Mar021 \l 2058 ]. P. 258 ss.
19
[ CITATION Acta84 \l 2058 ]

9
trabajo darán principio en el corriente año para dar conocimiento del
resultado en el año de 1900, en el mes de Junio. Quedando cada vecino en
la obligación de dar cuentas al Señor Síndico Municipal y en caso contrario
pagarán la multa del que habla el Decreto Legislativo de 4 de Marzo del
año actual relativo a la elección de patrimonio20”.

Alude muy probablemente el término “proletarios” a campesinos, en aquel entonces, sin


tierras propias –quizá indígenas- que se dedican al cultivo tradicional del maíz o el frijol y
que laborean para hacendados puesto que las autoridades municipales no sólo plantean
“obligarlos” a sembrar café sino a asignarles la tierra que deberán trabajar para luego rendir
cuentas a la alcaldía en un plazo establecido, de lo contrario quedarán sujetos a la multa
considerada por el Legislativo. (20 pesos). Por otra parte, no se mencionan en el documento
criterios de equidad para la distribución de las ganancias que habría de brindar el
hipotético beneficio, al igual que tampoco se menciona un proceso de titulación de tierras a
favor de la clase baja sino una llana asignación de las mismas bajo una obligación y
posterior amenaza. A lo anterior sumó la junta municipal, en un tercer numeral, la
aventurada petición al Ejecutivo de “…la concesión del producto que da el impuesto
pecuario en este pueblo…” quedando, de tal forma, según los planes de dicha alcaldía,
tanto el cobro del impuesto como el impuesto mismo de los productos pecuarios (en cuenta
el café) en manos de las autoridades locales. No ha sido abordada por esta investigación la
solución dada a dicha solicitud.

Es de esta manera, el cultivo del café se plantea para finales del siglo XIX como indicador
de status, en función de la tenencia de la tierra necesaria para producirlo y una relación de
autoridad obligador-obligado, relación puesta de manifiesto además, al momento de la
recaudación fiscal. Sin embargo, no deja de ser muy posterior el fenómeno socioeconómico
de mayor impacto para la sociedad marcalina en cuanto a la producción del café: la llegada
de los alemanes, y esto no sucederá sino hasta las primeras décadas del siglo XX. Mientras
tanto, el Gobierno de Soto ya orientaba su atención en el poblamiento y re poblamiento de
la costa norte del país con la intención de despertar la actividad socioeconómica nacional
mediante la atracción de capital extranjero y ciudadanos nacidos en países
21
industrializados .

EL GOBIERNO DE LA REFORMA LIBERAL Y SU POLÍTICA SOBRE EL


FOMENTO

20
[ CITATION Acta84 \l 2058 ]
21
[ CITATION Dar01 \l 2058 ]

10
La llegada al Gobierno de la Reforma Liberal representa para Honduras la entrada del país
al Mercado mundial predominantemente capitalista. Para ello, el Gobierno de Soto desde
sus inicios, emprendió una profunda reforma de orden jurídico y administrativo que
llevarían a cambios económicos sustanciales para el país. Hasta antes de su Gobierno,
Honduras fue una región alejada de las redes del comercio mundial, incomunicada en su
interior y con poca presencia política al exterior. Un país cuya forma de vida, en muchos
sentidos –entre ellos los económico- aun evocaba el período colonial. La reforma de Soto y
Rosa, parte de un proceso latinoamericano de innovaciones y liberalidades políticas
llevando consigo los ideales del ordenamiento y el progreso como guías para alentar los
programas de gobierno encaminados a solucionar los problemas básicos de la población y
con ello lleva a cabo cambios cualitativos en la sociedad hacia la consolidación del estado
nación hondureño22. Por ello, poco tardó el Gobierno liberal en dar inicio a un programa de
reformas administrativas y legislativas que contemplaban la renovación de todos los
ámbitos de la vida pública del país, en especial la producción agrícola e industrial y la
educación. Todo lo anterior se cimentaba en el proceso histórico mundial que la humanidad
atravesaba: la segunda etapa de la industrialización. La revolución de los transportes, la
concentración masiva en los centros industriales, la utilización de nuevos combustibles y la
exportación de capitales enmarcan el plan de progreso para los gobiernos de corte liberal en
Latinoamérica de la época, en cuya contraparte buscarán en cada región aquellos recursos
a cuya producción puedan dirigirse las inversiones- preferiblemente extranjeras- y de esa
manera, ubicar a las ex colonias dentro del concierto mundial como productoras de
materias primas. Durante este largo y complejo proceso los antiguos siervos de la corona
pasaron a ser mano de obra asalariada23.

En el caso específico de Honduras, el Gobierno Liberal identificó los rubros de más


prometedor augurio: la minería, la caña de azúcar, el tabaco, el café y posteriormente, el
banano. Más aún, llegó a creer que tenía la clave del desarrollo del país en el impulso a la
actividad agrícola. Es por ello que no tarda demasiado y para el caso de café, en 1877
promulga una ley agrícola en la cual se tomaban medidas tendientes a incentivar la
formación de fincas de café (concesiones y exenciones) y las titulaciones de tierras para tal
fin. En base a registros de población y tierras, se toman medidas para atraer el
campesinado hacia la producción el café como la exención del servicio militar para todo
ciudadano que se dedique al cultivo del mismo o que participara en su producción24. Los
más de 7 millones de cafetos señalados en 1889 en el Anuario estadístico de Antonio
Vallejo y los indicios previos del cultivo del mismo en el territorio hondureño son razón
suficiente para que el Gobierno llegue a considerar de importancia el impulso de este rubro
tan prometedor en aquel entonces. Un crecimiento sostenido de la producción del café,
según los cálculos de Soto y de Rosa, serían la vía de salida al retraso del país y años más
tarde, según se expresa en el Resumen General de Exportaciones habidas en la República
para el año económico 1888-1889, se superaron los 4 millones en total de quintales
exportados tanto a Estados Unidos y Europa como a países vecinos 25. Y más allá de las
ganancias contabilizadas (casi 100 mil pesos) se estaba logrando el objetivo de hacer
participar a Honduras en el mercado mundial de bienes.
22
[ CITATION Mar021 \l 2058 ]
23
[ CITATION Dar01 \l 2058 ]
24
[ CITATION Mon \l 2058 ]
25
[ CITATION Pon \l 2058 ]

11
No obstante, a la vez que se hacían realidad las pretensiones del Gobierno, el rubro del café
no llegó convertirse en una economía agro exportadora sólida en el siglo XIX. A ello
contribuyó la escasa disposición de mano de obra y la falta de vías de comunicación al
interior del país, dando como resultado que el negocio cafetalero en Honduras tomara un
matiz de producción en pequeña escala, llevada a cabo por esfuerzos de pequeños y
medianos productores.

En este contexto, Marcala aparece formando parte del proceso de inserción al mundo de la
producción y comercialización capitalista teniendo el beneficio del café como su principal
recurso. Es por ello que los pobladores responden animosos a las inquietudes
gubernamentales haciéndole saber a los poderes del Estado que cuentan con las condiciones
climáticas para el cultivo del mismo, con la buena disposición de sus pobladores y es más,
con una experiencia en la producción cafetalera sobre la cual se pide el apoyo para
aumentar la producción misma.

LA OFICIALIZACION DEL CULTIVO DEL CAFÉ COMO PATRIMONIO DEL


MUNICIPIO DE MARCALA

En Marzo de 1898, el Congreso Nacional de Honduras emite un decreto por el cual ordena
a todos los municipios del país que puntualicen y hagan saber al Gobierno qué cultivos son
propios de su lugar y consideren que puedan tener posibilidades de fomentarse con miras a
la exportación de los mismos para que sean declarados “patrimonios” y con ellos se
articulen todas las fuerzas de cada localidad y se unan a la producción de esos cultivos y a
su vez hagan saber a al Gobierno qué insumos necesitan para acrecentar el producto en
especial si se trata de maquinaria, instrucciones impresas o exención de ciudadanos del
servicio militar26

Una vez recibida esta orden en Marcala, la Alcaldía Municipal presidida por el Señor
Encarnación Vásquez, responde e indica como producto obtenido en escala apropiada y
cuyo cultivo puede convertirse en patrimonio de municipio, el café. Y por eso:

“…en junta popular se procedió con previo dictamen de la misma a señalar


por patrimonio la siembra de café; puesto que es el que ha tenido desde el
año de 1880, y se encuentra a la vez en mayor escala, haciéndose
indispensable ya la maquinaria de que hace alusión el decreto citado.27”

De esta forma, la Municipalidad de Marcala se adscribe ya finalizando el siglo XIX al


proceso de reformas agrícolas dirigidas por los gobiernos liberales argumentando al menos
20 años de producción sostenida y considerable de café y manifestando como
“indispensable” la necesidad de tecnificación del rubro. Y por tanto acuerda:

26
ANH. Periódico Oficial La Gaceta. Marzo de 1898. Decreto No. 194 del 4 de Marzo de 1898.
27
[ CITATION Sec98 \l 2058 ]

12
“1° Poner como patrimonio de los habitantes de esta población la
plantación del café. 2° Atendiendo a que hay varios vecinos proletarios que
no se han dedicado hasta hoy a la plantación indicada, se les obliga a la
siembra de dos mil árboles de café, señalándoles una manzana de terreno
para tal fin, a cuyo a cuyo trabajo darán principio en el corriente año para
dar conocimiento del resultado en el año de 1900, en el mes de Junio.
Quedando cada vecino en la obligación de dar cuentas al Señor Síndico
Municipal y en caso contrario pagarán la multa del que habla el Decreto
Legislativo de 4 de Marzo del año actual relativo a la elección de
patrimonio. 3° A moción del vecindario pidan la maquinaria al Supremo
Gobierno para beneficiar los productos del café, patrimonio aludido, puesto
que la cifra llega ya a doce mil sacos en cereza. 4° Diríjase esta solicitud al
Supremo Poder Ejecutivo por medio del Ministro respectivo dando orden al
Secretario Municipal para que libre la correspondiente certificación28”.

Con ello, Marcala no sólo acata la orden del Legislativo sino opta por lograr el
reconocimiento oficial por parte de las autoridades, de que su territorio es eminentemente
cafetalero y puede optar a beneficios y ayudas en su condición de zona productiva en el
marco de las políticas de incentivo a la agricultura. Es por eso que en la misma acta, la
junta acuerda y añade:

“1° Solicitar al Gobierno una máquina de invención moderna para el


beneficio completo del café, i mil ejemplares de instrucciones impresas
sobre el cultivo del café i la caña. 2° Solicitar del mismo Gobierno la
exclusión del servicio militar para todo el que tenga o ponga en estado de
cosecha cinco mil árboles de café o dos manzanas sembradas de caña. 3°
Pedir al mismo la concesión del producto que da el impuesto pecuario en
este pueblo i la exclusión del contingente asignado para el sostenimiento del
Colegio de La Paz”.

Si bien, las expectativas sobre el cultivo del café son grandes, las solicitudes los son aun
más. Maquinaria moderna, instrucciones impresas tanto para la siembra de café como para
la de caña29, exclusión del servicio militar para los campesinos dedicados al rubro con
disposición mínima de cinco mil cafetos, el cobro local del impuesto agrícola y dejar de
aportar para sostener el Colegio de La Paz. Demasiadas pretensiones para un rubro que
todavía estaba en condiciones de prometedor pero prometiendo a su vez, haber obtenido un
aumento de las cosechas dos años más tarde. El carácter imperioso con que se llama al
cultivo del café a los pobladores hace evidente o permite inferir que para aquel entonces ya
la producción del mismo generaba intereses grandes entre los hombres prominentes del

28
[ CITATION Sec98 \l 2058 ]
29
Si bien aquí se menciona a la caña, como patrimonio se menciona solamente al café.

13
lugar. Y es más, desde mucho antes, en 1884, ya estaba la alcaldía municipal interesada en
el impulso inmediato a la producción cafetalera pues da a conocer:

“…que hay más de un millón de cafetos sembrados i considerable número


de manzanas de caña, plantaciones que exigen los auxilios de los adelantos
modernos para el mejor beneficio lo mismo de medidas prácticas que
ensanchen y alienten el ánimo de emprender”.

A la vez que en considera el café como uno “…de los elementos que le son peculiares i que
marcan su porvenir…” y que ya es preciso desarrollar “con el objeto de procurar la
remoción de algunos obstáculos que hai en la agricultura naciente de este pueblo…”,
siendo la particularidad climática de Marcala y el cultivo tradicional las dos principales
argumentaciones.

La denominación del café como patrimonio de Marcala hace que el mismo se sume a los
valores y recursos que son propios del lugar pero que promete beneficios económicos a
toda la nación y cuyo fomento pasa a formar parte de las prioridades gubernamentales.

De este modo el final del siglo XIX significa para Marcala la identificación de su territorio
(y de su población) como perteneciente a una región esencialmente cafetalera. Aunque,
como ya hemos señalado, el gran auge del café marcalino no llega a darse antes del siglo
XX, las voluntades políticas en torno a la importancia de su cultivo sí comienzan a
conjuntarse durante los gobiernos liberales decimonónicos.

ALGUNAS IMPLICACIONES SOCIALES

Además de la entrada al mundo capitalista, el reconocimiento oficial del cultivo del café le
trajo consigo a Marcala cambios cualitativos en la vida social de sus habitantes. Los
cambios cuantitativos en la producción del café junto al proceso definición territorial como
zona cafetalera, a la luz del interés gubernamental por sus desarrollo, lleva a Marcala a
experimental cambios cualitativos en su población, de tal manera que junto a la
importancia económica, el lugar adquiere relevancia como punto estratégico de intercambio
y dinamismo social preponderante para la zona occidental del país. Algunos de las
implicaciones sociales que el impacto de la actividad cafetalera trajo a Marcala se
enumeran a continuación.

a) La aparición de los pequeños productores locales. Tanto por la discreta inversión


en la zona como por la forma de vida ya tradicional, en el siglo XIX es cuando se
conforma en la sociedad marcalina el grupo de habitantes especializados en el
cultivo del café, de donde saldrán apellidos (como Mejía, Osorio y Vásquez) de
importancia socio política local quienes a su vez, pelearán tierras de vocación
agrícola durante los litigios de tierras relativos a la lenta e imprecisa delimitación de

14
los municipios paceños30, abriendo paso a que nuevas familias amasaran modestos
capitales. Aun en la actualidad la mayoría de los productores de café pertenecen a la
categoría de pequeños y medianos.
b) La distribución de la tierra. Relacionado con el anterior, el aspecto de la
distribución de la tierra denota la posibilidad de cambios en el orden social, más aun
teniendo en cuenta las políticas concesionarias de los gobiernos liberales desde las
cuales, la acumulación de parcelas de vocación cafetalera o la previa posesión de la
misma traerán consigo inevitablemente preponderancia social para algunos
pobladores.
c) La sustitución obligatoria de los demás cultivos tradicionales. A este respecto, es
preciso señalar que el espacio e interés que reclamó el cultivo del café en el
municipio de Marcala fue muy probablemente restado a los demás cultivos
tradicionales, principalmente maíz y caña volviéndose más necesaria la obtención
de los mismos por la vía del comercio ya sea nacional o transfronterizo y con ello
un mayor contacto cultural y es probable que también la aceleración del proceso de
ladinizaciónde sus pobladores.
d) La instrucción y tecnificación del rubro. Tanto en la política estatal como en la
reacción local está de por medio la inserción de maquinaria de producción agrícola
en la zona. No ha sido determinada en la presente investigación el momento de la
llegada da dicha maquinaria, sin embargo la misma, tarde o temprano llegó y
transformó la producción cafetalera aun y cuando la recolección del grano ha
seguido llevándose a cabo hasta nuestro días, a mano. De igual forma se ofrece y se
solicita por parte de las autoridades estatales y locales respectivamente, la
instrucción precisa para el cultivo formal del café y con ello un proceso de
innovación de los conocimientos agrícolas en los pobladores.
e) La autodeterminación como zona geográfica en torno a un proceso productivo.
Justamente la categoría de patrimonio de un recurso hace referencia y lo enclava a
una determinada zona geográfica de la cual es particular, en este caso el café de
Marcala. El proceso de reconocimiento estatal de Marcala como centro cafetalero ha
sido para sus pobladores motivo de autodeterminación y les abre puertas para el
desarrollo. Hoy en día Denominación de Origen Marcala es ampliamente
reconocida a nivel mundial e involucra tanto a la calidad dada tanto por el recurso
natural como el recurso humano de la zona.

OTRAS PROBLEMÁTICAS RELACIONADAS AL TEMA

De la presente investigación y del proceso de realización de la misma se pueden derivar


algunas otras posibles problemáticas que se planteen relacionadas al mismo tema aquí
tratado Algunas de ellas son:

30
Índice General de Títulos de Tierras del Archivo Nacional de Honduras. Pág. 207 ss.

15
 La presencia histórica de los pequeños productores en la zona a lo largo del siglo
XX, sus relaciones y situación a la llegada de los inversionistas alemanes.
 El impacto cultural sobre los indígenas de la sustitución de los cultivos tradicionales
por el café como posible causa de ladinización.
 Influencia de la producción de café en los litigios y titulaciones de tierras durante el
siglo XX.
 La revisión de las geo referencias encontradas en las fuentes históricas para el
municipio.
 La evolución de las formas de asociación de los pequeños y medianos productores
de la zona hasta la actualidad.
 Comparar el caso de Marcala con otras experiencias de pueblos cafetaleros.
 La ponderación de muchos de los juicios aquí emitidos mediante una mayor
profundización e investigación del tema.

CAFÉ EN MARCALA: UN CASO DE INTERRELACIÓN ENTRE GEOGRAFÍA


HISTORIA Y CULTURA

El estudio de la problemática histórica del reconocimiento del café en el municipio de


Marcala como cultivo propio del lugar comprueba que la Geografía y la Historia son
ciencias inseparables. Si bien, es histórico el proceso en que se inscribe el reconocimiento
oficial del café en y que ello responde a motivos políticos y económicos, no se dilucida la
dicha problemática si no se precisa y se tienen siempre en cuenta sus condiciones
geográficas y climáticas que llegan a tener un papel tan preponderante en la coyuntura
histórica estudiada como la política y la economía. Son las condiciones climáticas del lugar,
las tradiciones y costumbres de la población y el momento histórico los que configuran
todos por igual la problemática en estudio, encerrando muchos aspectos de naturalezas
diversas. No podría abordarse la presente problemática exenta de justificaciones
geográficas, culturales o históricas puesto que la problemática misma exige un estudio de
conocimientos interdisciplinares. De esta manera se pone de manifiesto la ampliación
temática de la historia y la ampliación temporal de la geografía además de su carácter
tridimensional en cuanto estudio de la sociedad, del espacio y del pasado humano31.

Luego, el problema estudiado lleva a observar a Marcala como una ecúmene y una
sociedad que han cambiado juntas a través de un proceso histórico, dado que durante el
mismo se modifica la manera en que sus pobladores perciben su espacio, lo utilizan y se
relacionan con el resto del país y del mundo 32.La transformación de Marcala en un
municipio cafetalero le agrega un valor simbólico que invade desde la mentalidad de sus
pobladores, el aprovechamiento del espacio agrícola hasta el reconocimiento, hoy en día, a
nivel nacional e internacional del café marcalino en función de la ubicación geográfica y

31
[ CITATION Car89 \l 2058 ]. Pág.37
32
[ CITATION Car89 \l 2058 ]Pág.36

16
social –al igual que la tradición- en que se cultiva, como garantías de alta calidad en el
mercado mundial.

BIBLIOGRAFÍA CITADA

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17
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Tegucigalpa, M.D.C.: Banco Central de Honduras.

INDICE

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 INTRODUCCIÓN

 UBICACIÓN GEOGRAFICA DEL MUNICIPIO DE MARCALA Y SUS


CONDICIONES CLIMÁTICAS HACIA FINES DEL SIGLO XIX.

 LA AGRICULTURA TRADICIONAL EN MARCALA DURANTE EL SIGLO


XIX
 LA SOCIEDAD MARCALINA DE FINES DEL XIX

 EL GOBIERNO DE LA REFORMA LIBERAL Y SU POLÍTICA SOBRE EL


FOMENTO

 LA OFICIALIZACION DEL CULTIVO DEL CAFÉ COMO PATRIMONIO DEL


MUNICIPIO DE MARCALA

 ALGUNAS IMPLICACIONES SOCIALES

 OTRAS PROBLEMÁTICAS RELACIONADAS AL TEMA

 CAFÉ EN MARCALA: UN CASO DE INTERRELACIÓN ENTRE GEOGRAFÍA


HISTORIA Y CULTURA

 BIBLIOGRAFÍA CITADA

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