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Al volver Fernando VII a su trono concertó con Inglaterra el 5 de julio de 1814 un tratado
secreto que estrechaba los ³vínculos de amistad y alianza´ (art. 1) entre ambas naciones; y
³...deseando proteger y extender el comercio ³se prometían´ ambos formalizar un convenio
comercial´. El 28 de agosto se añadieron cláusulas que contemplaban la insurrección americana:
³Deseando como esta S.M. Británica de que cesen de todo punto los males y discordias que des-
graciadamente reinan en los dominios de S.M. Católica y que los vasallos de aquellas provincias
entren en la obediencia de su legítimo soberano´ se obligaba a no facilitar ninguna ayuda a los
insurrectos.España entregaba nuevamente la dependencia económica, no ya de América sino de la
misma península, a cuenta del apoyo británico para recuperar sus colonias.
Desde ese momento cesó la escuálida y verbal ayuda inglesa brindada a la Revolución.
Strangford, demasiado comprometido en la política favorable a la revolución americana, fue
relevado en diciembre de 1814 y presentó su carta de retiro en Río de Janeiro el 14 de marzo (de
1815). Rivadavia y Belgrano, metidos por él en la aventura, se encontraron desamparados en
Londres, pues Castlereagh se negó a recibirlos.

CONVOCATORIA DE LOS DIPUTADOS PARA EL CONGRESO

El 12 de septiembre, conjuntamente la Junta de Observación y el cabildo dieron


instrucciones a los diputados. Nada se decía de independencia, pues el Congreso no se reunía para
declararla sino para dar una constitución. Se les dieron poderes amplios para fijar ³la suerte del
Estado y formar la Constitución que habrá de regirlo´, pero recomendándoles votar la
indivisibilidad (centralismo), separación de poderes, asegurar la soberanía del pueblo por el juicio
de jurados, mantener la libertad de prensa (que llama poder censorio), ³resistirse a la autoridad que
no se desempeñe dentro de los límites de la Constitución´, establecer el sistema bicameral dándose
a la rama popular la iniciativa en materia financiera, concentrar el Ejecutivo en una sola persona, y
que se permitiese la reforma constitucional en plazo breve.
Surgió el nombre de Pueyrredón, diputado por San Luis en el Congreso. Los porteños lo
aceptaban como nativo de Buenos Aires y los provincianos por su larga estadía en San Luis, los
conservadores lo consideraban uno de los suyos y los logistas no ignoraban que había sido iniciado
en las logias españolas (aunque no se incorporó a la Lautaro en Buenos Aires). Era una ³solución´
que sin entusiasmar a nadie, no despertaba resistencias, o por lo menos se esperaba que no las
despertase en el ejército de Rondeau, que en forma amenazadora avanzaba hacia Tucumán, y en los
cívicos de Buenos Aires a quienes había que impedir darse la mano con los Pueblos Libres.

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de mayo por casi unanimidad del Congreso (23 votos sobre 25). Enseguida el nuevo director
marchó al norte a parlamentar con Rondeau. Lo encontró en Trancas, y de la conferencia surgió que
las tropas acatarían su autoridad, quedarían allí hasta nueva orden, y se darían satisfacciones a
Rondeau y los oficiales sublevados en Jujuy. Antes de partir a Trancas, Pueyrredón había mandado
una nota a Balcarce ordenándole que, hasta tanto no llegase a Buenos Aires, se limitase ³a cumplir
las resoluciones que se le comunicasen´ como simple delegado del Supremo Poder.
El 26 de mayo el Congreso de Tucumán aprobaba el ³plan´ o    que debería
tratar en sus sesiones, elaborado por Gascón, Bustamante y Serrano. Serían: 1) Un manifiesto
explicativo (que nunca se dio); 2) deslinde de las facultades del Congreso y su duración (tampoco se
dio); 3) discusiones sobre declaración de la independencia y manifiesto de ella; envío de diputados
a Madrid para tratar el reconocimiento, y a Roma para concertar la independencia eclesiástica; 4)
pactos entre las provincias como preliminares de la Constitución (no los hubo); 5) forma de
gobierno; 6) Constitución; 7) un plan de impuestos para sostener la guerra mientras dure,
establecimiento de un banco, aumento del valor de la moneda o creación de otra si se creyese
conveniente; 8) arreglo del régimen militar; 9) de la marina de guerra; 10) de las rentas generales
del Estado; 11) establecimiento de una Casa de Moneda en Córdoba; 12) creación de
establecimientos educativos; 13) funcionamiento de la justicia; 14) demarcación del territorio y
creación de ciudades y villas; 15) arreglo del régimen municipal; 16) del régimen agrario; 17)
revisión de lo hecho por la anterior Asamblea.

INFORME DE BELGRANO RESPECTO LA SITUACION EUROPEA

El 6 de julio había sido recibido Belgrano, en sesión secreta, para informar del estado de
Europa y las posibilidades de la guerra contra España. Sus palabras precipitaron la declaración de la
independencia.
Dijo: 1) que si la Revolución había merecido en un principio simpatías de las naciones
europeas ³por su marcha majestuosa´, en el día y debido a ³su declinación en el desorden y la
anarquía... sólo podíamos contar con nuestras propias fuerzas´; 2) que las ideas republicanas ya no
tenían predicamento en Europa y ahora ³se trataba de monarquizarlo todo´, siendo preferida la
forma monárquica constitucional a la manera inglesa; 3) que la forma de gobierno conveniente al
país era, por eso, la monarquía ³temperada´ llamando a la dinastía de los Incas ³por la justicia que
envuelve la restitución de esta Casa tan inicuamente despojada del trono´, el entusiasmo general se
despertaría en los habitantes del interior, y podía ³evitarse así una sangrienta revolución en lo
sucesivo´; 4) que España estaba débil por la larga guerra contra Napoleón y ³las discordias que la
devoraban´, pero con todo ³tenía más poder que nosotros y debíamos poner todo conato en
robustecer el ejército´; que Inglaterra no ayudaría a España a subyugarnos, ³siempre que de nuestra
parte cesasen los desórdenes´; 5) que la llegada de tropas a Brasil no tenía miras ofensivas contra
nosotros, y sólo ³precaver la infección (del artiguismo) en el territorio del Brasil´; que el carácter
del príncipe don Juan era pacífico y ³enemigo de conquistas´, y estas provincias no debían temer
movimiento de aquellas fuerzas.
LA FORMA DE GOBIERNO

El 19 siguió el debate: Serrano analizó las ventajas de un gobierno ³federal´ (por decir
republicano) ³que hubiera deseado para estas Provincias´, pero ahora ³por la necesidad del orden y
la unión, rápida ejecución de las providencias y otras consideraciones´ se inclinaba a la monarquía
temperada; Acevedo renovó que se adoptase la monarquía del Inca, adherida por Pacheco. El 31
Castro se adhirió a la monarquía constitucional con el Inca; lo mismo hicieron Rivera, Sánchez de
Loria y Pacheco, y considerando este último suficientemente discutida la materia pidió votación.
Acepta Acevedo siempre que se vote el agregado de que el Cuzco sería la capital del nuevo reino;
opónese a esto último Gascón, que quería mantener la capital en Buenos Aires. No se votó por
entender que si había pronunciamiento general en favor de la monarquía temperada, no era lo
mismo en cuanto a la dinastía del Inca y a la capital en el Cuzco. El 5 de agosto Thames, que
preside, se manifiesta en favor del Inca; Godoy Cruz se expresa en favor de la monarquía pero no
acepta al Inca, arrastrando a Castro, que rectifica su voto en favor del Inca dado anteriormente;
Aráoz cree que debe tratarse primeramente la forma de gobierno y después establecerse la dinastía;
Serrano también se pronuncia en contra del Inca y es rebatido por Sánchez de Loria y Malabia,
sostenedores del monarca indígena. El 6 de agosto, Anchorena pronunció el único discurso en favor
del republicanismo del debate (que rectificaría al votar), diciendo que la forma monárquica
convenía a los países aristocráticos de la zona montañosa de América, pero no sería aceptada en la
llanura, de hábitos más populares. Creía que la sola manera de conciliar tipos tan opuestos era ³la
federación de provincias´.
¿Quién seria el descendiente del Inca que se proponía para rey de América del Sur?... En las
burlas de los periodistas de Buenos Aires, se dijo que al rey ³patas sucias´ habría que buscarlo en
alguna pulquería o taberna del altiplano. Pero no era cierto que los partidarios de la coronación de
un Inca no tuvieron en cuenta quién sería el candidato: Tupac-Amaru tenía un hermano, ya casi
octogenario, preso en los calabozos de Cádiz, y parientes en su confinamiento de Tinta. En uno u
otros pensaban los diputados de Tucumán.
Debe comprenderse que por el estado de las ideas en Europa, la forma monárquica parecía
ser la conveniente para conseguir que se reconociese la independencia. Y antes que un príncipe
español, o portugués, o francés, o inglés, era más patriótico coronar uno nativo de América. El prin-
cipio de la legitimidad era agitado por la Santa Alianza, ¿y qué monarca más legítimo en América
del Sur que el descendiente de sus antiguos reyes? El proyecto no era tan descaminado, y debe
reconocerse que la capital en el Cuzco como quería el catamarqueño Acevedo significaba la unidad
de América del Sur.
La forma de gobierno se votaría en sesiones secretas, relacionándola con un grave problema
que se presentó al Congreso. A mediados de julio se conoció la invasión portuguesa a la Provincia
Oriental, que había iniciado el general Carlos Federico Lecor con tropas expresamente llegadas de
Portugal, y con Nicolás Herrera, el antiguo secretario de Alvear, como secretario. Se sabía, también,
que Manuel José García, que quedó en Río de Janeiro como enviado argentino desde su viaje en
enero de 1815 con los pliegos para Strangford, apoyaba con habilidad la invasión de ese ejército.
También aprobada por Belgrano, que dijo en el Congreso el 6 de julio, antes de conocer la invasión,
que ésta sólo venía a ³impedir la infección´ del artiguismo.

MISION A RIO

Las   de la    fueron aprobadas en la sesión secreta del
4 de septiembre. Contenían cláusulas      .
Las reservadas eran: 1) que los comisionados tratasen, tanto en la Corte portuguesa como
ante el general Lecor, ³sobre la base de la libertad e independencia de las Provincias representados
en el Congreso´(abandonando, pues, los ³Pueblos Libres´ a los invasores); 2) ³desimpresionar,
tanto a Herrera como a Lecor, de las ideas exageradas que acaso habrán formado del desorden en
que nos suponen´; 3) conseguir un manifiesto público de Lecor de no tener pretensiones sobre esta
Banda (la Oriental), ³pues los puebles recelosos se agitan demasiado expresando el deseo de
auxiliar al general Artigas´ y era necesario ³aquietar a los habitantes sobre el objeto de la
expedición militar contra la Banda Oriental´; 4) que si ³el objeto del gobierno portugués era reducir
al orden a la Banda Oriental, de ninguna manera podría apoderarse del Entrerríos por ser este
territorio perteneciente a la provincia de Buenos Aires que hasta ahora no lo ha renunciado ni
cedido a aquella Banda´; 5) ³que a pesar de la exaltación de las ideas democráticas que se han
experimentado en toda la Revolución, la parte más sana e ilustre de los Pueblos y aun el común de
éstos, están dispuestos a un sistema monárquico constitucional bajo las bases de la constitución
inglesa acomodada a los circunstancias´; 6) ³persuadir al gabinete del Brasil a que se declare
Protector de la libertad e independencia de estas Provincias restableciendo la casa de los Incas y
enlazándola con la de Braganza´; 7) si no obtuviesen aprobación, pedir la coronación ³de un infante
del Brasil o de cualquier otro infante extranjero con tal que no sea de España, para que enlazándolo
con alguna de las infantas del Brasil gobierne este país bajo una constitución que deberá presentar el
Congreso´; 8) si fuese reconvenido por algunos auxilios que el gobierno de las Provincias Unidas
ha mandado a Artigas, explicará ³que no se ha podido prescindir de este paso por no haber tenido
hasta ahora del gabinete portugués una garantía política que asegure a este territorio de sus miras
justas, pacíficas y desinteresadas´, y de no hacerlo habría ocurrido una ³convulsión general´.
Las reservadísimas eran extraordinariamente graves. En el caso ³de exigírsele que estos
Provincias se incorporen a los de Brasil, se opondrá abiertamente manifestando que sus
instrucciones no se extienden a este caso... pero si después de apurados todos los recursos de la
política y del convencimiento insistiesen en el empeño, indicará, como una cosa que sale de él, que
formando un Estado distinto del Brasil reconocerán por su monarca al de aquél mientras mantenga
su Corte en ese continente, pero bajo una constitución que le presentará el Congreso... comu-
nicándolo inmediatamente al Congreso´.

ESTATUTO PROVISIONAL DE 1817

El 25 de septiembre al debatirse el traslado a Buenos Aires (y aprobarse


³provisionalmente´) se entendió que ³este no puede efectuarse sin proveer primero por medio de un
Reglamento a la urgente necesidad de asegurar el orden interno de los Pueblos´. Dos días después
con argumentos sobre la conveniencia del bicamarismo se proyectó crear un Senado en Buenos
Aires que asesorase al director, mientras el Congreso no estuviese allí. Fue rechazado, urgiéndose el
traslado del Congreso que debería dividirse, según Serrano, en 2 salas para dar satisfacción a
quienes se habían expresado favorables al sistema bicameral. Passo entendió que debería preferirse
el dictado de una constitución ³aunque fuese provisoria´, y el 28 se nombró una comisión que
trabajase en un Reglamento Provisorio, integrada por Gascón, Boedo y Serrano.
Se copió, con pocas modificaciones, el Estatuto de 1815, y se empezó a debatir 4 días después, el 2
de octubre.Pueyrredón no había querido promulgar y publicar el Reglamento por las causas que dio
en su carta a San Martín. Lo devolvió al Congreso, sin dar explicaciones. Todo el año ˜ ˜,
mientras Lecor completaba la ocupación de la Banda Oriental y San Martín hacía su campaña de
Chile, el Congreso discutió las reformas. Se había agitado entre los diputados la conveniencia de
dar una constitución definitiva, y se resolvió que primero se sancionase el  

mientras una comisión compuesta de Sánchez de Bustamante, Serrano, Zavaleta, Passo y Sáenz
estudiaría la constitución definitiva. El 3 de diciembre el Congreso aprobó el demorado estatuto
provisorio.

El Reglamento de diciembre de 1817 era un código político provisional que duraría hasta
que se dictase la  . Ya al discutirse, hubo opiniones favorables a una carta definitiva,
pero los planes de protectorado en que andaba Pueyrredón, y la falta de un estatuto de gobierno,
obligaron a adelantar el Reglamento. Una comisión formada por Sánchez de Bustamante, Serrano,
Zavaleta, Passo y Sáenz quedó encargada de proyectar el código definitivo.
En mayo de 1818 el proyecto estaba redactado. Pueyrredón se refirió a él en su discurso del
25 de mayo; el 16 de julio se volvió a aludir al proyecto en la sesión destinada a celebrar la indepen-
dencia. No obstante no se entrará a tratarlo inmediatamente porque las negociaciones monárquicas
del director no lo permitían.
Finalmente predominó la idea de conformar a los constitucionalistas -y de paso disimular el
monarquismo- con un código que permitiera, mediante pocos retoques a las disposiciones sobre
poder ejecutivo, manejarse con el próximo rey del Río de la Plata.
El 31 de julio de 1818 se empezó a tratar el proyecto, lenta y minuciosamente. Se aprobó un
senado aristocrático de 12 años de duración, modificando el proyecto que lo hacía vitalicio y el res-
tante articulado en una larga gestación de 9 meses. El 22 de abril de ˜ ˜ fue sancionado,
promulgándose el 30.
³Podemos decir -explicaba el Manifiesto de clásica erudición (lo hizo Funes) que
acompañaba a la constitución- que la presente no es ni la democracia fogosa de Atenas, ni el
régimen monacal (?) de Esparta, ni la aristocracia patricia o la efervescencia plebeya de Roma, ni el
gobierno absoluto de Rusia, ni el despotismo de Turquía, ni la federación complicada de algunos
Estados... Sí, es un estatuto que se acerca a la perfección -añadía sin modestia-; ved la obra reputada
en política por el último esfuerzo del espíritu humano, y ved aquí también con lo que ha asegurado
el Congreso vuestra prosperidad´. Era exacto: era un código tan perfecto doctrinalmente que
Daonou lo presentaría como modelo en su cátedra francesa. Pero nada tenía que ver con la
Argentina.
El Poder Legislativo se compondría de 2 cámaras: la de Representantes elegidos por las
provincias en proporción a la población (uno cada 25.000 habitantes), exigiéndose más de 26 años,
7 de ciudadanía, un capital de 4.000 pesos o una profesión que significase una renta equivalente.
Deberían ser del fuero común (no ser eclesiástico). Duraría 4 años, debiendo renovarse por mitad
cada 2 años. Los representantes tendrían iniciativa en contribuciones, y el derecho de acusar a los
miembros de los otros poderes, y ³ministros diplomáticos, arzobispos, obispos, generales, goberna-
dores y altos jueces provinciales´ ante el Senado por ³delitos que merecieran penas de muerte u otra
infamante´.
El Senado se integraría por senadores civiles cuyo número sería igual al de provincias; 3
militares de graduación que no bajase de coronel mayor; un obispo y 3 eclesiásticos; un senador por
cada Universidad y el saliente director del Estado. Deberían tener más de 30 años, 9 de ejercicio de
la ciudadanía, un fondo de 8.000 pesos o una entrada equivalente. Durarían 12 años, renovándose
por terceras partes cada 4.
El Supremo Poder Ejecutivo lo desempeñaría, mientras no se modificase este capítulo, un Director
de Estado elegido por 5 años por el Congreso por mayoría de sufragios.

Una Alta Corte de Justicia de 7 jueces y 2 fiscales letrados, con 8 años de ejercicio profesional

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Por decreto del Triunvirato del 3 de diciembre de 1813, San Martín había sido encargado de
una expedición al norte en auxilio de Belgrano, cuya derrota en Ayohuma el 14 de noviembre
acababa de conocerse. Lo de la ³expedición auxiliadora´ era un pretexto: sus instrucciones lo
facultaban a asumir el mando, pero se lo dejaba a su arbitrio hacerlo.
Su primer acto fue poner al día los pagos, valiéndose de una necesaria malversación.
Dispuso de 36.000 pesos en plata y oro que se traían de los caudales potosinos y ya habían sido
ingresados a la Tesorería General y dispuestos por el gobierno. Ordenó que pasasen a la Caja
Militar, y pagó los servicios y salarios atrasados. Como el gobierno le pidió explicaciones, San
Martín contestó que tenía a su frente ³los tristes fragmentos de un ejército derrotado; un hospital sin
medicinas, sin instrumentos, sin ropas, que presenta el espectáculo de hombres tirados en el suelo
que no pueden ser atendidos del modo que reclama la humanidad y sus propios méritos. Mil
clamores por sueldos devengados´.
En las inmediaciones de Tucumán construyó un campo atrincherado, La Ciudadela, donde
instruía las tropas. ³Nadie vio nunca salir fuerzas de aquel recinto inviolable -dice Mitre- y con
frecuencia entraban gruesos destacamentos... eran los mismos soldados que salían durante la noche,
se engrosaban con algunos reclutas y al cabo de varios días regresaban al campo atrincherado
figurando un nuevo contingente.
El objetivo de San Martín era disciplinar a la tropa e instruir a los oficiales mientras
llegaban los auxilios que insistentemente pedía a Buenos Aires, y nunca vinieron. Estableció una
academia para enseñar los rudimentos de la táctica.
San Martín había meditado en las dificultades de una campaña por el Alto Perú y la
posibilidad de llegar a Lima por el lado de Chile; así lo escribe a Rodríguez Peña el 23 de abril, 2
días antes de su postración: ³No se felicite con anticipación de lo que yo pueda hacer en ésta; no
haré nada, y nada me gusta aquí. La patria no hará camino por este lado que no sea una guerra
defensiva y nada más; para eso bastan los valientes gauchos de Salta con dos escuadrones de buenos
veteranos... Ya le he dicho a usted mi secreto:  $  % &  '   
# (    )   '        '    
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  ,     -.
San Martín tenía la idea de acabar la guerra de la independencia con una campaña marítima
sobre Perú, y por eso había gestionado la '  # ( dejando el mando del ejército
del norte. Como Chile todavía estaba en poder de los patriotas, quizá se proponía ir a ayudarlos en
su guerra contra los españoles, y una vez afirmados emprender juntos la guerra por mar, al tiempo
que el ejército del norte marcharía contra Lima por el altiplano. Un movimiento de pinzas cuyo
objetivo final sería la capital peruana. Pero el desastre de Rancagua el 2 de octubre de 1814 le
obligó a empezar el plan en la reconquista de Chile. Y preparó un ejército para conseguirlo.
No fue solamente un problema de hombres. Faltaban uniformes, que se ordenó tejer en San
Luis y batanear y teñir en Mendoza. La pólvora, fabricada con el salitre de la zona por Álvarez
Condarco, dio un producto de superior calidad; la maestranza y el parque de artillería fue
encomendada a fray Luis Beltrán, experto en matemáticas y física.
Al tiempo de trabajar el frente interno enemigo, San Martín defendía el suyo. Los españoles
contaban con gran parte del clero y algunos sacerdotes fueron ³interdictos´ y reemplazados por
partidarios de la revolución. Pero hubo otros sacerdotes (fray Luis Beltrán, Félix Aldao) de
fervoroso patriotismo.
La liberación de Chile era una parte del plan concebido por San Martín, que lo había
llevado en 1814 a cambiar el ejército del Norte por la gobernación de Cuyo. Había ideado una
expedición por mar sobre Perú, combinada con un avance del ejército del Norte, mandado por
Belgrano contra el Alto Perú. Tomadas en un movimiento de pinzas, las fuerzas españolas se
hallarían derrotadas.

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