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CAPÍTULO II

EDUCACIÓN
2.1 ANTECEDENTES DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO

Para una mejor comprensión del desarrollo que ha tenido la educación en


México, comenzaremos nuestro breviario histórico nos ayudara a
entender cuál ha sido el avance significativo de la educación y no
debemos perder de vista ya que estaremos estudiando la educación y la
impotencia que tiene esta dentro de la familia.

2.1.1 LA EDUCACIÓN PREHISPÁNICA

La educación en la familia, el trabajo, la religión y la guerra, de acuerdo


con algunas evidencias, tuvo características comunes en las culturas
mesoamericanas. Tal es el caso de los templos-escuelas, instituciones
encargadas de transmitir a los niños y jóvenes, bajo una rígida disciplina,
conocimientos religiosos y militares.

En el Valle de México, a partir del predominio mexica, los gobernantes


dispusieron que cada calpulli tuviera templos-escuelas, denominados
calmécac para los hijos de la nobleza y telpochcalli para los plebeyos. Ahí
se preparaban los varones para la guerra. Los jóvenes trabajaban en el
servicio eclesiástico para el dios tutelar, participaban en trabajos
colectivos y, como cada calpulli tenía alguna especialidad profesional,
posiblemente aprendían oficios. Según su desempeño, los jóvenes
podían ascender en la jerarquía social del estrato al que pertenecieran,
noble o plebeyo. Los nobles que permanecían indefinidamente en ellos
adoptaban funciones sacerdotales.1

1
Villalpando Nava, José Manuel. Historia de la educación en México.2009. (pp. 98-250)
Los hijos pequeños de los nobles eran cuidados y vigilados en su
conducta por servidores, mientras que los niños del pueblo aprendían y
heredaban el oficio de sus padres y les ayudaban en las actividades
cotidianas. Las niñas aprendían las tareas de la madre, generalmente
relacionadas con el trabajo del hogar o el comercio.

2.1.2 La educación durante la colonia.

En la Colonia se distinguen diversos tipos de enseñanza: la


evangelizadora, el adiestramiento en artes y oficios, la femenina, la
formación de religiosos y la universitaria. Las actividades educativas
fueron asumidas por diversas órdenes religiosas. A partir de la segunda
mitad del siglo XVI, los jesuitas llegarían a ejercer una gran influencia
intelectual en la sociedad novohispana.

En la Nueva España, la educación escolar fue una empresa de poca


magnitud pero de gran importancia para la consolidación ideológica y
religiosa del dominio español. La Conquista, en este sentido, no fue sólo
producto de la supremacía técnica y militar sino también un proceso de
implantación, sustitución, eliminación y combinación de ciertas
concepciones y categorías mentales y de nuevos esquemas y formas de
vida.

No obstante, la inicial preocupación por la evangelización y la formación


intelectual de los indios fue desplazada por la atención casi exclusiva
hacia los criollos. La educación para los indígenas fue perdiendo
importancia y se les excluyó de los niveles educativos superiores.
Durante las primeras décadas de la Conquista, los franciscanos
ofrecieron educación en internados conventuales a los hijos de señores y
principales mexicas, con el doble objetivo de enseñarles la lectura y la
escritura del español y evangelizar a los indígenas. Esos jóvenes mexicas
participaron eficazmente en la labor catequizadora. Los internados
adoptaron elementos de los templos-escuelas que guardaban
semejanzas con la educación conventual, como el rigor de la vida de los
internos, la retórica ceremonial y la formación moral.

A fines del siglo XVI ya existía una peculiar forma de educación religiosa,
destinada a los vasallos: la educación en el atrio de las iglesias, en donde
se congregaba a los conversos para enseñarles la doctrina cristiana. Las
instituciones de educación femenina fueron escasas y crecieron poco
durante la Colonia. La mayoría de las niñas y jóvenes no tenía otra
escuela que la catequesis dominical en parroquias y conventos y las
enseñanzas de su madre y de mujeres mayores del hogar. Pocas niñas
asistían a las escuelas que daban instrucción cristiana, lectura y, a veces,
escritura y aritmética elemental. Algunos colegios internaban a niñas
huérfanas o necesitadas y los conventos recibían jóvenes de cualquier
grupo étnico. Los conventos ofrecían una educación más completa, en
especial a las que más tarde profesarían en ellos. Los internados
aristocráticos exigían que las alumnas fuesen españolas o descendientes
de españoles.
Las ideas de la Ilustración que circularon en medios académicos e
intelectuales no influyeron en la educación básica. Se sabe, sin embargo,
que el ayuntamiento de México ordenó que los frailes y párrocos
establecieran escuelas gratuitas de primeras letras a niños y que se
fundaran las dos primeras escuelas municipales, una para niños y otra
para niñas.

A principios del siglo XIX los liberales españoles que luchaban contra el
absolutismo Borbón y los insurgentes mexicanos aceptaban la necesidad
de atender la educación. Los ordenamientos en la materia estipulados en
la Constitución de Cádiz de 1812 sólo parcialmente fueron aplicados por
los virreyes Venegas y Calleja, entre otras razones, porque coincidían
con los anhelos libertarios de los independentistas. En la Constitución de
Apatzingán de 1814, que nunca entró en vigor, los insurgentes
establecieron que la instrucción era necesaria para todos los ciudadanos
y que debía ser favorecida por la sociedad con todo su poder.

2.1.3 La educación en el periodo pos independiente.

Una vez consumada la independencia de México, se abrió un periodo de


intensas luchas entre liberales y conservadores, dentro de un proceso
histórico de construcción del Estado nacional. En cuatro décadas el país
perdió la mitad de su territorio, sufrió la intervención armada de Estados
Unidos de Norteamérica y de Francia y estuvo gobernado durante
algunos años por un noble austríaco, impuesto por la alianza que
establecieron los sectores conservadores con Napoleón III.
Los liberales y los conservadores coincidían en que la educación era
fundamental, pero sus profundas diferencias político-ideológicas y los
conflictos con el exterior dificultaron la construcción del Estado y, con ello,
la definición de políticas educativas. No obstante, si se compara con el
periodo colonial, la educación en este periodo tuvo avances, en especial
la primaria que se extendió a gran parte del país.

El papel de la iglesia en la educación y la noción de libertad educativa


fueron puntos de conflicto desde 1824. Los liberales de las primeras
décadas del México independiente propusieron la libertad de enseñanza
con el objetivo de acabar con el monopolio eclesiástico sobre la
educación. Al mismo tiempo, pensaban que cualquier intervención del
Estado en la educación destruía la doctrina liberal. Sin embargo, en la
década de los años treinta, con el mismo propósito de excluir a sectores
eclesiásticos y conservadores, los liberales modificaron su opinión y
propusieron el control estatal sobre la educación.

La reforma liberal de 1833 que impedía al clero intervenir en la


educación, no pudo aplicarse pues en 1834 fue suprimida ante la
respuesta adversa de los sectores conservadores. Esa reforma brindó las
bases de la propuesta liberal de educación pública en los años venideros,
a partir del principio básico de la integración nacional. Buena parte de la
educación continuó en manos del clero, pero a mediados de la década
cincuenta, aunque tuvo vigencia el principio de la libertad de enseñanza,
se operó un cambio de espíritu que llevaría a un control mayor de la
educación por el Estado.
En 1842, ante la carencia de instituciones que pudieran organizar la
educación, el Estado encargó a la Compañía Lancasteriana el manejo de
la Dirección de Instrucción Pública.

Tres años más tarde, los ayuntamientos volvieron a hacerse cargo de las
escuelas y de su financiamiento, pero la invasión norteamericana, las
guerras de castas en Yucatán, la Revolución de Ayutla de 1854, la guerra
de reforma, la intervención francesa y la guerra contra Maximiliano de
Habsburgo, afectaron la operación de muchas escuelas, por la
impostergable necesidad de tomar los fondos destinados a sueldos para
financiar la actividad bélica. En suma, la inestabilidad política, militar y
financiera del periodo impidieron durante más de dos décadas que la
acción educativa del Estado se ampliara.

En 1867, tras la victoria definitiva de Juárez, se promulgó la Ley Orgánica


de Instrucción Pública. En ella se establecía la educación primaria
gratuita para los pobres y obligatoria, se proponía la unificación
educativa, se excluía del plan de estudios toda enseñanza religiosa y se
incorporaba la enseñanza de moral. La libertad de enseñanza
garantizada en la constitución, encontraba sus límites en el laicismo
obligatorio de los establecimientos oficiales. La ley del 67 también
contenía disposiciones para la educación secundaria, entre las cuales
destaca la creación, bajo los principios del positivismo, de la Escuela de
Estudios Preparatorios, la cual habría de dar una base homogénea a la
educación profesional. La ley sólo regía al D.F. y territorios federales,
pero ejerció influencia sobre las leyes estatales.
2.2 CONCEPTOS

Comenzaré por dar un bosquejo en relación a la educación, escuela y


valor, ya que estos conceptos nos ayudaran a entender con precisión,
hacia a donde va dirigida esta tesis.
1) La educación es el conjunto de conocimientos, órdenes y métodos por
medio de los cuales se ayuda al individuo en el desarrollo y mejora de las
facultades intelectuales, morales y físicas. La educación no crea
facultades en el educando, sino que coopera en su desenvolvimiento y
precisión.2

Es el proceso por el cual el hombre se forma y define como persona. La


palabra educar viene de educere, que significa sacar afuera. Aparte de su
concepto universal, la educación reviste características especiales según
sean los rasgos peculiares del individuo y de la sociedad. En la situación
actual, de una mayor libertad y soledad del hombre y de una acumulación
de posibilidades y riesgos en la sociedad, se deriva que la Educación
debe ser exigente, desde el punto de vista que el sujeto debe poner más
de su parte para aprender y desarrollar todo su potencial.

2) Valor se considera a aquellas cualidades o características de los


objetos, de las acciones o de las instituciones atribuidas y preferidas,
seleccionadas o elegidas de manera libre, consciente, que sirven al
individuo para orientar sus comportamientos y acciones en la satisfacción
de determinadas necesidades. Por su configuración mental o espiritual, el

2
Picardo Joao Óscar. Diccionario enciclopédico de ciencias de la educación.2005.(pp.44-108)
hombre no vive en un mundo sumergido por cosas materiales, sino en un
ambiente de valores, símbolos y señales. Ante esto, es necesaria una
exacta comprensión de los valores.

Para esto, encontramos que los valores se fundan en dos puntos:

1- Un sujeto dotado de necesidad de motivación.


2- Un objeto, una persona, una actitud, algo, en fin, capaz de satisfacer o
atender la exigencia del sujeto.

En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre


sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se
refiere a una excelencia o a una perfección. Hablar de valores humanos
significa aceptar al hombre como el supremo valor entre todas las
realidades humanas, y que no debe supeditarse a ningún otro valor
terreno, dinero, estado o ideología, por ello los valores están presentes
en toda sociedad humana.

La sociedad exige un comportamiento digno en todos los que participan


de ella, pero cada persona se convierte en un promotor de Valores, por la
manera en que vive y se conduce. Desde un punto de vista socio-
educativo, los valores son considerados referentes, pautas o
abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la
transformación social y la realización de la persona.

3) La escuela o centro escolar es aquella institución social encargada del


proceso de enseñanza aprendizaje, creada por la necesidad de completar
la acción educativa de la familia y de generar las competencias
intelectivas, habilidades y destrezas para que niños y jóvenes puedan
incorporarse a la sociedad. Generalmente las escuelas son parte de un
sistema educativo nacional administrado por el sector privado y están
organizadas en ciclos o niveles a partir de dos categorizaciones básica:
primaria y secundaria.

2.3 FINES DE LA EDUCACIÓN

Para entender cabalmente hacia dónde va la educación y qué es lo que


se quiere lograr, los fines de la educación contempla la responsabilidad
educativa de la escuela, y de ello depende del reconocimiento de los
objetivos de la educación, necesarios para alcanzar los fines o metas
institucionales. De ello, los fines indican el rumbo y los puntos de llegada
deseados, en torno de los cuales deben concentrarse todos los esfuerzos
de la escuela. El conocimiento de los fines y objetivos otorgará
significación a la enseñanza que en ella se dicte. Si no existiesen los
fines y objetivos, la acción de la escuela no sería más que una mera
sucesión de clases o prácticas docentes faltas de nexo con las
necesidades sociales e individuales, esto es, un simple pasatiempo para
el educando y un lastre inútil para la sociedad.

Si no nos convencemos de la importancia de los fines y los objetivos de la


educación, ésta se elevará por sobre la esfera del conocimiento, cuando
mucho, de la instrucción, alimentada por un puñado de disciplinas
arbitrariamente escogidas, realizando un trabajo amorfo e inconexo.
Para lograr los fines, necesitamos de los objetivos de la educación, ya
que éstos son los que dan, en los distintos niveles de la enseñanza, la
unidad y el sentido a la multiplicidad del trabajo escolar. Merced a ellos, el
plan de estudios no se convierte en una “colcha de retazos”, sin mayor
significación tanto para el educando como para la sociedad. La toma de
conciencia de los objetivos de la escuela implica dar sentido de formación
y de auténtica educación a su labor a través de las asignaturas, clases,
clases, cursos, promociones, etc.3

Sería de desear que todo director de escuela, antes de asumir sus


funciones, se interiorice de las finalidades, a fin de saber qué sentido dar
a la acción escolar y cómo evaluar sus resultados. Lo mismo puede
decirse del docente. Solamente así se podría contar con profesores que
no concurriesen a sus cursos únicamente para dar clase. La conciencia
de sus objetivos lleva, fatalmente, a directores y docentes a trascender el
aspecto inmediato de sus funciones para sentirse artífices indispensables
de la extraordinaria obra de la realización del hombre.

Los fines de la educación, en su enfoque más amplio, pueden ser


expresados en un triple sentido: social, individual y trascendental.

1. En sentido social:

- Preparar las nuevas generaciones para recibir, conservar y enriquecer


la herencia cultural del grupo;

3
Nérici, Imideo Giuseppe. Hacia una didáctica general dinámica.1985. (pp.15-19).
- Preparar, asimismo, los procesos de subsistencia y organización de los
grupos humanos, teniendo en vista nuevas exigencias sociales, derivadas
del crecimiento demográfico y de los nuevos conocimientos;

- Promover el desenvolvimiento económico y social, disminuyendo los


privilegios y proporcionando los beneficios de la civilización al mayor
número posible de individuos.

2. En sentido individual:

- Proporcionar una adecuada atención a cada individuo, según sus


posibilidades, de modo que se favorezca el pleno desenvolvimiento de su
personalidad.

- Inculcar al individuo sentimientos de grupos, a fin de inducirlo a


cooperar con sus semejantes en empresas de bien común, sustituyendo
la competición por la colaboración, el vencer a los otros por el vencerse a
sí mismo, en un esfuerzo de autoperfeccionamiento.

3. En sentido trascendental:

- Orientar al individuo hacia la aprehensión del sentido estético y poético


de las cosas, de los fenómenos y de los hombres, con el objeto de
posibilitarle vivencias más profundas y desinteresadas;

- Llevarlo, además, a tomar conciencia y a reflexionar sobre los grandes


problemas y misterios de las cosas, de la vida y del cosmos, a fin de
proporcionarle vivencias más hondas.
2.4 OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN

Presentados en forma general, los fines de la educación pueden ahora


ser objetivados de manera más detallada, tal como los exponemos a
continuación:

1. Atención de todos los individuos.

La educación está destinada a todos, teniendo en cuenta las


posibilidades de cada uno y las necesidades sociales. Destinar a todos
por razones humanas y sociales. Humanas, a fín de lograr una mejor
formación del individuo para comprenderse a sí mismo y a la realidad que
lo rodea para comprenderse a sí mismo y para su adecuada integración
en ella. Sociales, para una mejor preparación de los ciudadanos y
profesionales, de modo que puedan atender con eficacia las exigencias
de orden, cooperación, justicia y desarrollo sociales.

Los ciudadanos, sean niños, adolescentes o adultos, tienen derecho a la


educación, única fuerza que puede habilitarlos para coparticipe, como
ciudadanos, en la vida social. La escuela tiene que permanecer abierta a
todos, puestos que la exigencia de educación es un derecho de todos los
individuos. La oportunidad de educación no debe ser privilegio de
minorías. Sino derecho de todos.

2.5 MARCÓ LEGAL


La educación mexicana surge bajo el signo del liberalismo, en su
dimensión de proyecto jurídico y político, así como de su realidad
histórica; implicó no solo el reconocimiento de todos y cada uno de los
habitantes, sino la búsqueda de las condiciones que respondieran a las
necesidades de formación del contexto local, nacional e internacional.

El derecho a la educación constituye una de las aspiraciones del hombre,


las luchas que se han dado la han puesto como una de las principales
exigencias, como un factor primordial para el cambio social, esto implica
llevar una instrucción de calidad a todos los rincones del país.

2.5.1 La educación en México, visión general.

HACER INTRODUCCION Y RELACIONAR CON EL SIG


PARRAFO

a) Educación, derecho de todos

La educación en México es un derecho fundamental de todas las niñas y


los niños, los adolescentes y jóvenes mexicanos, tal como se señala en el
Artículo 3º Constitucional.

Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado Federación,


Estados, Distrito Federal y Municipios impartirá educación preescolar,
primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria
conforman la educación básica obligatoria.4

4
Carbonell Miguel. Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos. 2009. (110-112)
La educación que imparta el Estado tenderá a desarrollar armónicamente
todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor
a la Patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la
independencia y en la justicia.

I. Garantizada por el Artículo 24 La libertad de creencias, dicha


educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a
cualquier doctrina religiosa;

II. El criterio que orientará a esa educación se basará en los


resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus
efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.

Además:
a) Será democrática, considerando a la democracia no solamente como
una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de
vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural
del pueblo;

b) Será nacional, en cuanto sin hostilidades ni exclusivismos- atenderá a


la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros
recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al
aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y
acrecentamiento de nuestra cultura, y

c) Contribuirá a la mejor convivencia humana, tanto por los elementos


que aporte a fin de robustecer en el educando, junto con el aprecio para
la dignidad de la persona y la integridad de la familia, la convicción del
interés general de la sociedad, cuanto por el cuidado que ponga en
sustentar los ideales de fraternidad e igualdad de derechos de todos los
hombres, evitando los privilegio de razas, de religión, de grupos, de
sexos o de individuos.

III. Para dar pleno cumplimiento a lo dispuesto en el segundo párrafo


y en la fracción II, el Ejecutivo Federal determinará los planes y
programas de estudio de la educación preescolar, primaria, secundaria y
Normal para toda la República. Para tales efectos, el Ejecutivo Federal
considerará la opinión de los gobiernos de las entidades federativas y del
Distrito Federal, así como de los diversos sectores sociales involucrados
en la educación, en los términos que la Ley señale;

IV. Toda la educación que el Estado imparta será gratuita;

V. Además de impartir la educación preescolar, primaria y secundaria


señaladas en el primer párrafo, el Estado promoverá y atenderá todos los
tipos y modalidades educativos, incluyendo la educación inicial y la
educación superior, necesarios para el desarrollo de la nación, apoyará
la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y
difusión de nuestra cultura;

VI. Los particulares podrán impartir educación en todos sus tipos y


modalidades en los términos que establezca la Ley. El Estado otorgará y
retirará el reconocimiento de validez oficial a los estudios que se realicen
en planteles particulares. En el caso de la educación preescolar,
primaria, secundaria y Normal, los particulares deberán:

a) Impartir la educación con apego a los mismos fines y criterios que


establecen el segundo párrafo y la fracción II, así como cumplir los
planes y programas a que se refiere la facción III, y

b) Obtener previamente, en cada caso, la autorización expresa del Poder


Público, en los términos que establezca la Ley;

El Sistema Educativo Nacional comprende a las instituciones del gobierno


y de la sociedad encargada de proporcionar servicios educativos y de
preservar, transmitir y acrecentar la cultura de los mexicanos. Lo forman,
según la Ley General de Educación, promulgada en 1993, educandos y
educadores; autoridades educativas; planes, materiales y métodos
educativos, así como las normas de la educación. Lo integran también las
instituciones educativas del gobierno y organismos descentralizados,
instituciones particulares autorizadas y universidades públicas
autónomas.

b) Servicios Educativos

La Ley General de Educación distingue los siguientes tipos de servicios


educativos: educación inicial (0-4 años), educación básica (5-14 años;
niveles: preescolar, primaria y secundaria); educación especial;
educación media superior y educación superior; educación básica para
adultos, y formación para el trabajo. Los tipos y niveles enunciados
ofrecen servicios educativos en modalidades escolarizada, no
escolarizada y mixta.

Además de Artículo 3º Constitucional que señala el derecho a la


educación, en la Ley General de Educación, en su Artículo 41, se señala
lo siguiente en relación con la educación especial:

La educación especial está destinada a individuos con discapacidades


transitorias o definitivas, así como a aquellos con aptitudes
sobresalientes. Atenderá a los educandos de manera adecuada a sus
propias condiciones con equidad social.

Tratándose de menores con discapacidades, esta educación propiciará


su integración a los planteles de educación regular mediante la aplicación
de métodos, técnicas y materiales específicos. Para quienes no logren
esa integración, esta educación procurará la satisfacción de las
necesidades básicas de aprendizaje para la autónoma convivencia social
y productiva, para lo cual se elaborarán programas y materiales de apoyo
específicos.

Esta educación incluye orientación a los padres o tutores, así como


también a los maestros y personal de escuelas de educación básica
regular que integren a alumnos con necesidades especiales de
educación.

2.6 VALORES
HACER INTRODUCCION Y RELACIONAR CON EL SIG
PARRAFO

Los valores son producto de cambios y transformaciones a lo largo de la


historia. Surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en
las distintas épocas. En cada época aparecen nuevos valores o los viejos
valores cambian de nombre. Todos somos libres, además, de escoger
nuestros valores y darles el orden y la importancia que consideremos
correctos de acuerdo con nuestra manera de ser y de pensar. Sin
embargo, hay valores que no cambian, que se conservan de generación
en generación, siempre y en todas partes.

A continuación podremos observar un listado de esos valores que


exigiríamos a cualquier persona: los valores universales.

¿Qué son los valores universales?

Cuando hablamos de "valores universales", no referimos a todos aquellos


valores que no cambian, que permanecen a través del tiempo a pesar de
la sociedad, la época o la cultura. Son los valores que realmente valen la
pena para todas las personas, que nos ayudan a ser mejores cada día y
servir mejor a los demás, para alcanzar así la trascendencia.

¿Cuáles son los Valores Universales?


Existen diversos grupos de valores: los utilitarios, los vitales, los estéticos,
los intelectuales, los morales y los trascendentales; pero sólo en el grupo
de los valores morales podemos encontrar algunos que logran
mantenerse constantes y son siempre válidos para todos los tiempos y
personas.

Se afirma entonces la existencia de valores que son admitidos por todas


las familias, comunidades, razas, naciones y religiones de mundo. En
base a las referencias anteriormente citadas, se puede intentar definir el
listado de los Valores Universales como sigue:

Amor: El amor es el principio que crea y sustenta las relaciones humanas


con dignidad y profundidad. El amor espiritual nos lleva al silencio, y éste
tiene el poder de unir, guiar y liberar a las personas. El amor es la base
para el principio de ecuanimidad entre el espíritu y la persona. Cuando el
amor está combinado con la fe, crea una base fuerte para la iniciativa y la
acción.

Respeto: Conocer el valor propio y honrar el valor de los demás es la


verdadera manera de ganar respeto. Respeto es el reconocimiento del
valor inherente y los derechos innatos de los individuos y de la sociedad.
Estos deben ser reconocidos como el foco central para lograr que las
personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida.

Paz: Es el fruto de la sana convivencia entre los seres humanos. Para


hacerla posible es necesario un ordenamiento social justo, en el que
todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de desarrollarse
como personas y les sean respetados sus derechos fundamentales.
Libertad: Es la posibilidad que tenemos de decidir por nosotros mismos
cómo actuar en las diferentes situaciones que se nos presentan en la
vida. El que es libre elige, entre determinadas opciones, la o las que le
parecen mejores o más convenientes, tanto para su bienestar como para
el de los demás o el de la sociedad en general.

Bondad: Es la disposición permanente a hacer el bien, de manera


amable, generosa y firme. Las personas bondadosas sienten un gran
respeto por sus semejantes y se preocupan por su bienestar. Si alguien
no está en buena situación y necesita ayuda, el bondadoso no duda en
ofrecérsela, y lo hace sin ofender, amorosamente y poniendo un gran
interés en ello.

Justicia: La justicia consiste en conocer, respetar y hacer valer los


derechos de las personas. Así como ser justos implica reconocer,
aplaudir y fomentar las buenas acciones y las buenas causas, también
implica condenar todos aquellos comportamientos que hacen daño a los
individuos o a la sociedad.

Prudencia: Es el sentido de la moderación y el equilibrio, que nos impide


comportarnos de manera ciega e irreflexiva en las múltiples situaciones
que debemos sortear en la vida. Una persona prudente se caracteriza por
su cautela al actuar, lo cual es resultado del alto valor que le da a su
propia vida, a la de los demás y en general a todas las cosas que vale la
pena proteger.

Responsabilidad: Es la conciencia acerca de las consecuencias que


tiene lo que hacemos o dejamos de hacer sobre nosotros mismos o los
demás. La responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos
adquiridos y genera confianza y tranquilidad entre las personas.

Honestidad: Honestidad significa que no hay contradicciones ni


discrepancias entre los pensamientos, palabras o acciones. Ser honesto
con el verdadero ser y con el propósito de una tarea gana la confianza de
los demás e inspira fe en ellos. Ser honesto exige coraje para decir
siempre la verdad y obrar en forma recta y clara.

Tolerancia: Es la expresión más clara del respeto por los demás. Tiene
que ver con el reconocimiento de los otros como seres humanos, con
derecho a ser aceptados en su individualidad y diferencia. Una persona
tolerante atrae a otra diferente mediante el entendimiento y una
mentalidad abierta.

Solidaridad: Es cuando dos o más personas se unen y colaboran


mutuamente para conseguir un fin común. Es tan grande el poder de la
solidaridad, que cuando la ponemos en práctica nos hacemos
inmensamente fuertes y podemos asumir sin temor los más grandes
desafíos, al tiempo que resistimos con firmeza los embates de la
adversidad.

Humildad: Es la conciencia que tenemos acerca de lo que somos, de


nuestras fortalezas y debilidades como seres humanos, y que nos impide
por lo tanto creernos superiores a los demás. Una persona humilde hará
el esfuerzo de escuchar y de aceptar a los demás. Cuanto más acepte a
los demás, más se tendrá a esa persona en gran estima y más se la
escuchará. 

Sencillez: Es claridad en la mente e intelecto. Los que personifican la


sencillez están libres de pensamientos extenuantes, complicados y
extraños. La sencillez invoca al instinto, la intuición y el discernimiento
para crear pensamientos con esencia y sentimientos de empatía. En la
sencillez hay altruismo, el que personifica esa virtud ha renunciado a la
posesividad y está libre de los deseos materiales que distraen el intelecto
haciéndolo divagar hacia territorios inútiles.

Laboriosidad: Es el esfuerzo que hacemos para conseguir algo por


nosotros mismos o con la ayuda de los demás. Se trata de una fuerza de
gran poder de transformación, que ha llevado a la humanidad a los más
altos niveles de desarrollo y civilización.

Perseverancia: Es el aliento o la fuerza interior que nos permite llevar a


buen término las cosas que emprendemos. Los que son perseverantes
tienen una alta motivación y un profundo sentido del compromiso que les
impiden abandonar las tareas que comienzan, y los animan a trabajar
hasta el final.

Lealtad: Tiene que ver con el sentimiento de apego, fidelidad y respeto


que nos inspiran las personas a las que queremos o las ideas con las que
nos identificamos. Los que son leales poseen un alto sentido del
compromiso y ellos les permite ser constantes en sus afectos y
cumplidores de su palabra.

Generosidad: Es una clara manifestación de nobleza de espíritu y


grandeza de corazón en una persona. Los que son generosos son ricos
en la capacidad de ofrecer a otros lo más preciado de sí mismos. Sólo
con generosidad podemos situarnos sobre nuestros intereses personales
y hacer lo que esté a nuestro alcance para que todos tengamos las
mismas oportunidades.

Amistad: Es una de las más nobles y desinteresadas formas de afecto


que una personas puede sentir por otra. Los que son amigos se aceptan
y se quieren sin condiciones. Un amigo de verdad siempre tendrá las
puertas abiertas para su amigo y no lo abandonará ni se alejará de él en
los momentos difíciles.

Fortaleza: Es la capacidad que nos permite mantenernos fieles a


nuestras convicciones y hacerles frente con firmeza y energía. Gracias a
la fortaleza aprendemos a resistir la adversidad, las enfermedades y el
dolor, luchando contra ellos sin amargura y con la seguridad de que
vamos a salir adelante.

Agradecimiento: Surge cuando una persona se siente en deuda con otra


porque le ha procurado algún bien, le ha prestado un servicio o le ha
hecho algún regalo. No se trata de devolver favor con favor ni regalo con
regalo, sino de sentir y expresar admiración y gratitud por las calidades
humanas de quienes nos honran con sus dones.

2.7 EDUCACIÓN EN LOS VALORES

Los jóvenes, como los adultos, se enfrentan a un mundo de problemas y


decisiones que reflejan la complejidad de la vida del hombre. En estas
decisiones están en juego los valores como fuerzas directivas de acción.
Éstos con frecuencia entran en conflicto; en parte por la poca claridad del
sistema de valores de la sociedad y la desorientación de la existencia
humana.

 La tarea de educar y, con ello, la de educar en los valores, no queda


circunscrita al ámbito escolar. Familia y sociedad son espacios sociales
fuertemente comprometidos en esta responsabilidad.

Hay una primera concesión de esta amplia responsabilidad que afecta a


la persona del educador. Si el educador en la escuela ha de contribuir a
que el hombre se descubra a sí mismo, descubra el mundo y su profundo
significado, no es indiferente el concepto de hombre y de mundo que
tenga. Y más que el concepto, más que la visión intelectual, importa su
actitud valorativa de los demás hombres y de su inserción en el mundo; lo
que él sea y el modo, incluso, de autoconocerse, constituye la aportación
fundamental al proceso de autorrealización del alumno.5

Pero la educación no se reduce a la realización profesor-alumno. En el


marco de la escuela como institución se da una interacción constante
entre la estructura, la organización y la metodología didáctica. Estos
conllevan a juicios de valor y convierten a estos medios en vehículos
decisivos de esquemas de valoración y de adhesión a determinados
valores.

Tomaremos algunos de los conceptos y conclusiones a los que se ha


llegado a partir de los estudios previos contenidos en este trabajo.

Los valores no existen sin el hombre, que con ellos está en disposición de
dar significado a la propia existencia. El centro o el "lugar" de los valores
es el hombre concreto que existe con los demás en el mundo para
realizar su propia existencia. Las cosas adquieren valor en la medida en
que se insertan en este proceso de humanización del hombre.

Esta condición del encuentro con los valores reclama una actitud
educativa en la que de nuevo hay que reconocer el lugar central del
hombre en la constelación de los valores, reconocimiento que nos
conduce de inmediato a la esfera de la libertad humana. Y, ¿no es éste el
terreno educativo por excelencia?
5
L. Raths. El sentido de los valores y la enseñanza. 1967 (pp. 31)
La perspectiva que se abre a partir de aquí es inmensa: actuar
humanamente no supone sólo llegar a juzgar que un valor es valioso;
supone también, con palabras de Dondeyne ponerse al servicio de ese
valor promoviéndolo para mí y para los demás por medio de gestos
concretos y eficaces, dándole así al mismo tiempo un sentido a la vida y
haciendo propio este sentido".
 Toda la acción educadora se encamina a provocar un proceso que viene
marcado por acciones tales como optar, preferir y adherirse a un sistema
de valores. La libertad la educación de la libertad constituye el hilo
conductor.

2.8 HACIA UN ENFOQUE PARA LA EDUCACIÓN EN LOS VALORES

La educación de los valores es actualmente una de las áreas educativas


más interesantes y conflictivas; es un campo que exige una profunda
reflexión y discusión.

 Como respuesta a esta necesidad percibida con urgencia por algunos


educadores, han surgido diversas corrientes y métodos bajo el nombre
genérico de "educación humanista". Este tema ha atraído el interés de
profesores, alumnos, psicólogos, sociólogos, filósofos y expertos en
política científica.

 A pesar de esta enorme corriente de búsqueda en amplios sectores


educacionales, tenemos que reconocer que el tema está en periodo de
gestación, y aun los mismos términos "valores" y "valoración" están en
proceso de ser clarificados para llegar a un lenguaje común más o menos
aceptado de manera universal.

2.9 LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN

El concepto de la educación a lo largo de la vida es la clave para entrar


en el siglo XXI. Se habla de sociedad educativa, en la que todo puede ser
ocasión para aprender y desarrollar las capacidades del individuo. Para
que la educación pueda cumplir todas las misiones que tiene, debe
estructurarse en torno a cuatro aprendizajes: aprender a conocer,
aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. La escuela de
hoy se orienta hacia el aprender a conocer, y en menor mediad al
segundo. En realidad, para que una enseñanza estructurada dure toda la
vida deberían trabajarse los cuatro aprendizajes.6

1.- Aprender a conocer

Consiste, para cada persona, en aprender a comprender el mundo que le


rodea, desarrollar sus capacidades profesionales y comunicarse con los
demás. Su justificación es el placer de comprender, de conocer, de
descubrir.

El incremento del saber favorece el despertar de la curiosidad intelectual,


estimula el sentido crítico y permite descifrar la realidad, adquiriendo una

6
Delors Jacques. La educación encierra un tesoro. 2007. (pp.160-170)
autonomía de juicio. Es importante adquirir una cultura general puesto
que permite ante todo comunicar.

Aprender para conocer supone: aprender a aprender, ejercitando la


atención, la memoria (antídoto necesario contra la invasión de las
informaciones de los medios de comunicación) y el pensamiento (debe
entrañar una articulación entre lo concreto y lo abstracto). Tanto en la
enseñanza como en la educación se deberían de combinar estos
métodos, es decir, el deductivo en inductivo.

Puede considerarse que la enseñanza básica tiene éxito si aporta el


impulso y las bases que permitirán seguir aprendiendo durante toda la
vida.

2.- Aprender a hacer

Este aprendizaje y el anterior son en gran medida indisociables. Pero el


aprender a hacer está estrechamente vinculado a la formación
profesional. El objetivo es enseñar al alumno a poner en práctica sus
conocimientos, y adaptar la enseñanza al futuro mercado de trabajo, cuya
evolución actualmente no se puede predecir. En este aprendizaje está
presente el principio de enseñanza activa, el alumno se debe realizar por
sí mismo.

A medida que las máquinas son cada vez más inteligentes, el trabajo se
desmaterializa. Ahora ciertas cualidades subjetivas se combinan con los
conocimientos teóricos y prácticos, para componer las competencias
solicitadas. Cobra mayor importancia la capacidad de comunicarse y
trabajar con los demás, de afrontar y solucionar conflictos.

Las repercusiones de la desmaterialización se ponen de manifiesto al


observar la evolución cuantitativa y cualitativa de los servicios. La relación
con la materia y la técnica debe ser complementada por una aptitud para
las relaciones interpersonales.

En los países en desarrollo aún tiene una economía de subsistencia. Los


conocimientos técnicos son los tradicionales. Se basan en adquirir a la
vez una calificación social y una formación profesional. La gran pregunta
a esta diferencia, es cómo participar en la creación del futuro de estos
países.

3.- Aprender a vivir juntos.

Este aprendizaje constituye una de las principales empresas de la


educación contemporánea. Actualmente y por desgracia la violencia está
muy presente en nuestras vidas, y hasta el momento la educación no
hecho mucho para solucionarlo. La idea de enseñar la no violencia en la
escuela es loable. La educación debe seguir dos orientaciones: el
descubrimiento del otro (conocerse a uno mismo, y observar y aceptar las
diferencias entre los demás) y participar en proyectos comunes.
4.- Aprender a ser

La educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo


y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad
individual, espiritualidad. La función esencial de la educación es conferir a
todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de juicio, de
sentimientos y de imaginación que necesiten para que sus talentos
alcancen la plenitud y seguir siendo artífices de su destino. Señalar la
importancia de fomentar la imaginación y creatividad tanto en el niño
como en el adulto. El objetivo de la escuela será dar todas las
oportunidades de descubrir y experimentar.

2.10 HACIA DÓNDE VA LA EDUCACIÓN

La familia tiene compromisos ineludibles con la educación, pues es la


más directamente interesada en la formación de sus hijos. Los objetivos
propuestos por la escuela no pueden ser indiferentes a los anhelos de la
familia. Tanto en la postulación de los objetivos como en la acción de la
escuela deberían estar presentes la opinión y el sentimiento de la familia:
ella, más que cualquier otra institución, tiene el derecho de decir lo que
sirve y lo que no sirve para sus hijos. Toda comunidad debería tener un
consejo de educación donde hubiese representantes de la familia.

En este caso, los representantes de las comunidades, de los municipios,


elegirían los consejeros locales y éstos, a su vez, los delegados que
debieran actuar en la esfera federal. Asimismo, opinamos que los
órganos de la educación municipal, provincial y federal deberían contar
con representantes de la familia. Es impresionante verificar el rechazo de
la participación de la familia en la educación de sus hijos, por parte de los
órganos legislativos y administrativos, así como de la propia escuela.
Los círculos de padres deberían propiciar oportunidades para que los
problemas de la escuela fuesen debatidos, también, por la familia,
juntamente con el cuerpo docente y la dirección.

Son inadmisibles tres anomalías observadas con inquietantes frecuencia:

1. Muchas familias se sienten desligadas de la obligación de educar a sus


hijos, por el solo hecho de mandarlos a la escuela, y principalmente,
cuando son pagadas tasas y mensualidades elevadas, como si la
escuela, por si sola, pudiese realizar el milagro de la educación.

2. Muchas escuelas están fuera del alcance y aisladas de la familia.


Reciben a los padres solamente cuando se los cita para que den algún
informe o para recibir las quejas referidas a su hijos, o bien para efectuar
pagos. En cuanto al resto, nada más: todos los acontecimientos
escolares relacionados con la educación de los hijos le son vedados. Esto
revela una exagerada autosuficiencia de la escuela, fundada en la
incomprensible actitud de que son asuntos privativos de la escuela que
no admiten intromisión de extraños, aunque éstos sean los padres.

3. Todas las medidas legislativas sobre educación son tomadas sin


consultar a la familia, como si ésta no existiese.

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