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Manual del curso
Titular:
eduardo flores k.
Profesor Asociado
Escuela de Graduados en Educación
Tecnológico de Monterrey
Módulo 0
Introducción
¿De qué se trata este curso? ¿Para qué este manual?
1. Presentar lo que entendemos como “filosofía” en este curso, como una práctica
que tiene ciertas características y lineamientos, y tratar de situar esta
práctica entre lo que hacen los filósofos profesionales (esos personajes
excéntricos, muchos muertos hace mucho tiempo, algunos aún vivos y
escribiendo), y la licencia de decir lo que pensamos sobre la educación sin más
base que nuestra opinión y “experiencia”. Que no seamos filósofos de
profesión no significa que no podamos pensar, dialogar y actuar en términos
filosóficos sobre la educación, por lo menos este semestre. Por lo menos en
este curso. 1
2. Presentar con más detalle la pregunta que buscamos cada participante
responda al final del curso: ¿Quién es una persona educada?, y en qué
términos debe darse esta respuesta.
Así que aprovechemos este curso para hacerlo. Y de paso, tal vez logremos
acercarnos más cada uno a vivir bien haciendo lo correcto.
La práctica de filosofar
Como toda práctica, filosofar tiene ciertas reglas, sobre todo si pretendemos
filosofar con otros. Es importante en este curso tratar de hacer un esfuerzo por
seguir estas reglas, aunque en un principio cueste trabajo hacerlo, por no estar
acostumbrados. Como toda práctica, requiere en un inicio un esfuerzo consciente y
deliberado por dedicarse a la actividad, y poco a poco lo que es extraño se vuelve
familiar. Y como toda práctica establecida, las reglas eventualmente cobran sentido
ya que nos permiten hacer algo con mayor facilidad. Hasta que dominamos la
práctica, y entonces empezamos, deliberadamente, a transgredir esas reglas para
mejorar lo que hacemos. Así ha ocurrido, seguramente, con su práctica educativa.
Por lo que en cierta medida, intuitivamente, este proceso de seguir las reglas para
luego transgredirlas, que parece contradictorio, en el fondo no lo es.
La tercera regla tiene que ver con la presentación de evidencia. No basta con
decir qué pasaría, y esperar que los demás acepten esa idea como verdadera. La
idea inicial se acepta como verdadera. Pero todas las demás que se van generando
en la discusión, sin excepción, deben estar basadas en evidencia. ¿Y qué cuenta como
evidencia en una discusión filosófica? Hay varias fuentes, todas con el mismo valor
en cuanto a su aporte a la discusión:
Lo que buscamos en este curso es que cada participante tenga más elementos
para responder la pregunta: ¿Quién es una persona educada? Consideramos que es
una pregunta importante para personas cuya práctica se relaciona con la educación.
Suponemos que el propósito final de nuestra actividad es contribuir, de una u otra
manera, a que haya más personas educadas. Siendo así, tiene sentido que cada uno
de nosotros tenga una respuesta lo más clara y congruente posible para esta
pregunta. Más porque se refiere directamente a nuestra práctica cotidiana, y siendo
así afectará lo que pensamos, lo que hacemos, y la forma en la que nos relacionamos
con otros. Y como es una pregunta que no tiene una sola respuesta posible, es lógico
suponer que otras personas con las que interactuamos en nuestra práctica cotidiana
(colegas, alumnos, administradores, padres de familia, miembros de la comunidad,
etc.) también tendrán una respuesta para esta pregunta. Entre más claridad
tengamos respecto a esta pregunta y a posibles respuestas, y entre más congruencia
haya entre lo que pensamos, lo que hacemos, y la forma en la que nos relacionamos
con los demás como resultado de nuestra respuesta a la pregunta, podremos educar
bien haciendo lo correcto. Y podremos dialogar con los demás en términos
constructivos sobre lo que pretendemos hacer en y con nuestra práctica como
educadores.
Antes de seguir, debo decir que parto del supuesto de que Usted ya puede dar
una respuesta a esta pregunta. La educación no es algo ajeno para Usted. Al
contrario. Es una práctica sumamente cotidiana, una que Usted practica desde su
niñez, como estudiante, y ahora como educador(a). Seguramente se ha hecho esta
pregunta, y la ha respondido, más de una vez. La idea de este curso es que empiece
con la respuesta que ya tiene, y que trabaje con su respuesta de una manera
diferente a la que usualmente lo ha hecho, para ver si a través de esta forma de
trabajo la respuesta a la pegunta termina siendo la misma, o una respuesta similar,
o ligeramente diferente, o muy diferente. No se trata de generar una respuesta
“nueva”. Se trata de examinar la respuesta que en primera instancia le da Usted a
la pregunta ¿Quién es una persona educada? utilizando un proceso distinto que
usamos de manera cotidiana.
Como puede ver, no es entonces algo tan sencillo como dar la primera
respuesta que le viene a uno en la cabeza. Pero tampoco es algo terriblemente
complicado. Estas preguntas (¿Qué es lo verdadero y cómo puede conocerse? ¿Qué es
lo bueno y qué implica en términos de acciones? ¿Quiénes son los iguales y quiénes
los otros?) han sido la base el trabajo de los filósofos en occidente desde hace mucho
tiempo. Ya hay trabajo hecho que le servirá de guía para presentar de manera más
clara las ideas que Usted seguramente tiene sobre estos asuntos, ya que nuestras
acciones de todos los días se derivan de las respuestas, implícitas o explícitas, que
damos a estas preguntas. En este curso lo único distinto será que le pedimos
aclararlas, hacerlas públicas, y ver si son congruentes entre sí. En cada uno de los
módulos del curso veremos, de manera muy específica, las cuatro diferentes
respuestas que se han dado a estas preguntas en occidente desde el S. XVII a
nuestros días. Respuestas que hoy afectan todo lo que hacemos en la vida cotidiana.
Tal vez hagamos mención de algunos filósofos, pero este no es un curso de filosofía,
y mucho menos de historia de la filosofía. Si tuviéramos que etiquetarlo de alguna
forma, es un curso sobre cómo el pensamiento filosófico en occidente ha influido, y
sigue influyendo, en nuestra vida y práctica cotidiana. Y cómo esa influencia nos ha
llevado a pensar en respuestas a la pregunta ¿Quién es una persona educada?
1. Si alguien sabe más que cualquier otro grupo sobre el cambio educativo
somos los investigadores en educación. Por lo menos eso se esperaría si nos ponemos
esa etiqueta.
2. Porque somos los que más control tenemos sobre lo que queremos y
estamos dispuestos a hacer para que las cosas cambien.
Para tratar de dar una posible respuesta a la pregunta: ¿Cómo puede ser el
investigador realmente un agente de cambio?, que es más una pregunta filosófica que
empírica, voy a tratar de hacer uso del triángulo de Foucault (Flynn, 1988), en donde
una pregunta, para ser considerada propiamente filosófica, debe entenderse desde
tres perspectivas: una de conocimiento, una política, y una ética. Considero que esta
forma de triangulación permite presentar el problema, y una posible solución, de una
manera más completa.
Esto implica, por un lado, conocer a fondo lo que ya se sabe en el campo, para
evitar repetir trabajo que ya se ha hecho. Y por el otro, trabajar en problemas
relevantes para el campo en este momento de tal suerte que puedan lograrse
resultados más rápido. Esto es indispensable en una actividad, la investigación
científica, cuyo progreso en entender la realidad se mide en años. En decenas de
años. Basta pensar en el campo del cambio educativo, por ejemplo, un campo
relativamente “nuevo” en el sentido que apenas lleva …. 40 años de trabajo de
investigación científica. Si el campo es la innovación es aún mucho más nuevo.
El conocer el campo nos permite entender con mayor precisión el por qué de
los problemas actuales en la realidad, e incluso anticipar problemas futuros. ¿No es
este, en sí, el propósito de la investigación científica, mejorar nuestra habilidad de
entender la realidad? Por lo menos entenderla mejor que antes, aún sabiendo que
este entendimiento es limitado, y que muy probablemente cambiará con el tiempo. Si
concordamos con la idea de que la investigación científica es, ante todo, un trabajo
individual que requiere basarse necesariamente en el trabajo en conjunto de otros
investigadores para tener un mínimo de sentido, la mejor forma de que el
investigador realmente sea un agente de cambio es tratar de estar a la vanguardia en
su campo de investigación. ¿Por qué? Porque en el proceso de estar a la vanguardia se
apropia de la base de conocimientos generadas en el campo. Y al hacerlo, muchos de
los problemas que se presentan en su realidad específica dejan de ser problemas de
investigación, y se revelan, más bien, como los problemas por desconocimiento que
realmente son. Desconocimiento del investigador y de aquellos que pretenden
cambiar las cosas.
Desde esta perspectiva podríamos concluir entonces que entre más tiempo
pase sin que los investigadores educativos participemos en esta discusión, menores
las probabilidades de ser, efectivamente, agentes de cambio. Sobre todo si es cierto,
como sostenemos, que la discusión está mal informada. Normalmente participamos
en discusiones sobre educación, pero lo hacemos en círculos restringidos, y en
términos académicos. Por medio de reuniones de academia, publicaciones y
congresos, donde discutimos con nosotros mismos, y mayormente conmiseramos
juntos. Como el simposio, por ejemplo, que produjo esta publicación, que a la vez será
leída, si tenemos suerte, en un círculo restringido de académicos y estudiantes de
posgrado. Difícilmente llegará a la discusión pública que está influyendo,
decididamente, en las iniciativas de innovación educativa que realmente llegan a
darse.
Sin embargo esta postura, con sus posibles bondades y problemas, tendría
que probarse empíricamente, como necesita probarse empíricamente, por lo menos
desde Foucault y Habermas (Foucault & Raulet, 1988; Habermas, 1990) cualquier
planteamiento verdaderamente filosófico. Como hemos intentado mi colega Manuel
Flores y un servidor en nuestros trabajos recientes (Flores F. & Flores K., 2005;
Flores K. & Flores F., 2005). Pero eso será materia de otro trabajo y no de este, cuya
extensión autorizada se ha agotado.
Otro ejemplo del tipo de discusión, más desarrollado, puede verse en Flores-
Kastanis, Montoya-Vargas y Suárez (2009). Este artículo de la Revista Mexicana de
Investigación Educativa puede accederse de manera gratuita en:
http://www.comie.org.mx/v1/revista/portal.php?idm=es&sec=SC03&&sub=SBB&crit
erio=ART40013
Espero que con estos ejemplos se despejen un poco las dudas sobre el trabajo
que vamos a hacer este semestre. Habrá más dudas, por supuesto, que con gusto le
iré aclarando ya sea en los foros de ASESORÍA de cada Módulo
(Herramientas/Discussion Board) o por el servicio de Mensajes del curso (en la
botonera del lado izquierdo). También el(la) asesor(a) de su equipo de trabajo podrá
hacerlo en el foro de preguntas de su espacio de equipo en el curso (Herramientas
/Groups). Y ya que he mencionado a su equipo de trabajo, es hora de pasar al último
apartado de este Módulo 0, que es hablar un poco de la forma de aprendizaje
colaborativo que queremos usar en este curso, que Postman y Weingartner (1969)
llamaron “aprender preguntando”.
El grupo trabajará con este Manual en módulos de una semana, ya que éste
es un curso intensivo de verano. En cada módulo les daremos información sobre uno
de los cuatro intentos de respuesta más comunes actualmente en occidente a la
pregunta ¿Quién es una persona educada? En cada módulo se les pedirá que el
primer día (lunes) cada integrante de manera individual realice 3 de una lista de
por lo menos 15 actividades que vienen en este Manual. Entre lunes por la noche y
martes por la tarde hay que generar en grupo una lista de por lo menos 6 preguntas
que se hagan sobre lo que han conocido del tema el lunes. Preguntas que en lo
posible sean del interés de todos los integrantes del equipo. Preguntas de las que
NO saben la respuesta.
Antes de seguir hay una precisión que quiero hacer. Estamos tan
acostumbrados a la escuela tradicional que premia al que tiene la respuesta
“correcta”, que al momento que alguien nos dice que vamos a hacernos preguntas
que luego vamos a responder, surge la tentación de presentar preguntas de las que
ya “sabemos” la respuesta. Así no hay riesgos. Así saldremos “bien” en el curso y
aprobaremos y no perderemos la beca y aseguraremos nuestra mención honorífica y
cuanta cosa. Tampoco aprenderemos nada nuevo, pues trabajar en responder una
pregunta de la que ya sé la respuesta es, en esencia, una pérdida de tiempo.
Nuestra responsabilidad, como educadores, es evitar que pierdan el tiempo. Por ello,
y siguiendo las recomendaciones que hacen Postman y Weingartner, hemos incluido
en el proceso una salvaguarda para que las preguntas hechas realmente ayuden al
aprendizaje. El martes por la tarde/noche el equipo le hará llegar a su asesor(a) la
lista de preguntas, y su asesor(a) eliminará de la lista aquellas preguntas cuya
respuesta sólo requiere información concreta (¿Qué libros escribió Marx? ¿Cuándo
empezó la post-modernidad?), aquellas que se responden simplemente con la
opinión de alguien (¿Qué pensarán los padres de familia de la educación de sus
hijos? ¿Cuál será la idea del gobierno de una persona educada?), y preguntas que a
juicio del asesor no puedan fundamentarse con algún tipo de evidencia que se
presentó en este capítulo del Manual (Experiencia cotidiana, argumentos lógicos, o
datos empíricos). No en 4 días.
¿Y después qué pasará con las respuestas de cada equipo en cada módulo?
Dos cosas:
Conclusión e Invitación
Con esta sección termina el Módulo 0 del curso, que es el capítulo más
extenso del manual. Es la base de todo el curso, y espero haber sido lo mas claro
posible. Sin embargo, como la claridad de cualquier planteamiento se da con la
interacción entre varios, los invito a que cualquier comentario o duda lo planteé en
algún de los foros de ASESORÍA, que está en la Sección de
Herramientas/Discussion Board del curso. De esa manera iremos clarificando estos
puntos, para que todos trabajemos mejor este verano.
Notas del Módulo 0
estado cambiando a velocidad exponencial, pero que es sólo hasta la mitad del S.
XX, con las nuevas tecnologías de información y comunicación, que podemos
realmente ver la velocidad del cambio. Hoy en día, 40 años después, vemos que el
conocimiento cambia de año a año.
6 De detectar estupideces (crap detection), como viene en el original.
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