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En algunos países, las lesiones producidas por el deporte son muy frecuentes. Los principios de
la medicina deportiva pueden aplicarse al tratamiento de muchas lesiones musculosqueléticas,
que pueden ser similares a una lesión durante una actividad deportiva, pero debidas a una causa
distinta. Por ejemplo, el codo del tenista puede ser debido a la acción de cargar una maleta,
atornillar, o abrir una puerta atascada, y una rodilla del corredor puede deberse a la acción de
rotar excesivamente el pie hacia dentro al caminar (pronación).
Causas
Anormalidades estructurales
Las anormalidades estructurales pueden hacer que una persona sea propensa a una lesión
deportiva por el esfuerzo desigual de varias partes del cuerpo. Por ejemplo, cuando las piernas
son desiguales en longitud, se ejerce una fuerza mayor sobre la cadera y la rodilla de la pierna
más larga. Habitualmente, correr por los lados de caminos con terraplenes tiene el mismo efecto;
pisar repetidamente con un pie la superficie un poco más elevada aumenta el riesgo de dolor o
lesión en ese costado. La persona que tiene una curva exagerada de la columna vertebral puede
sentir dolor de espalda cuando hace girar un bate de béisbol. Por lo general, el dolor desaparece
cuando se interrumpe la actividad, pero recurre cada vez que se alcanza la misma intensidad de
ejercicio.
El factor biomecánico que causa la mayoría de lesiones del pie, de la pierna y de la cadera es la
pronación excesiva (una rotación de los pies hacia dentro después de entrar en contacto con el
suelo). Cierto grado de pronación es normal y evita las lesiones dado que ayuda a distribuir la
fuerza en todo el pie.
Sin embargo, la pronación excesiva puede causar dolor del pie, la rodilla y la pierna. En personas
que tienen una pronación excesiva, los tobillos son tan flexibles que el arco de los pies toca el
suelo mientras caminan o corren, dando la apariencia de pies planos. Un corredor con pronación
excesiva puede sufrir dolor de las rodillas cuando corre largas distancias.
El problema contrario, la pronación escasa, puede ocurrir en las personas que tienen tobillos
rígidos. En estas personas, el pie parece tener un arco muy elevado y no absorbe bien el impacto,
aumentando el riesgo de producir pequeñas grietas en los huesos de los pies y las piernas
(fracturas por sobrecarga).
Los músculos, los tendones y los ligamentos se desgarran cuando se someten a esfuerzos
superiores a su fuerza intrínseca. Por ejemplo, pueden lesionarse si son demasiado débiles o
rígidos para el ejercicio que se está intentando practicar. Las articulaciones son más propensas a
las lesiones cuando los músculos y los ligamentos que las sostienen son débiles, como sucede
después de un esguince. Los huesos debilitados por la osteoporosis se pueden fracturar
fácilmente.
Los ejercicios de fortalecimiento ayudan a prevenir las lesiones. El ejercicio regular no aumenta ni
refuerza la musculatura de forma significativa. El único modo de fortalecer los músculos es
ejercitarlos contra una mayor resistencia de forma progresiva, como practicar un deporte cada vez
más intenso, levantar pesas cada vez mayores, o usar máquinas especiales de fortalecimiento.
Los ejercicios de rehabilitación para fortalecer los músculos y los tendones que ya están sanos se
hacen, generalmente, levantando o presionando contra elementos resistentes, en series de 8 a 11
repeticiones, en días alternos como máximo.
Diagnóstico
Para diagnosticar una lesión deportiva u otra lesión musculosquelética, el médico indaga sobre el
lugar y el modo en que se produjo la misma y sobre el tipo de actividades, recreacionales u
ocupacionales, que la persona ha desempeñado recientemente, o que desempeña periódicamente.
El médico examina también la zona lesionada. El paciente puede ser remitido a un especialista
para otros exámenes. Las pruebas de diagnóstico pueden incluir radiografías, tomografía
computarizada (TC), resonancia magnética (RM), artroscopia (observación de la articulación
afectada a través de un pequeño instrumento introducido en la articulación), electromiografía y
una exploración, con la ayuda de una computadora, de la función muscular y articular.
Prevención
El calentamiento
antes de iniciar
ejercicios
extenuantes ayuda a
la prevención de las
lesiones. Ejercitarse
a paso tranquilo
durante 3 a 10
minutos calienta
los músculos lo
suficiente como
para hacerlos más
flexibles y
resistentes a las
lesiones. Este
método activo de
calentamiento
prepara los
músculos para
ejercicios
enérgicos con
mayor eficacia que
los métodos
pasivos como el
agua caliente, las
almohadillas de
calor, el
ultrasonido o la
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