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• Q ó j t / /•

D E

PINTURA Y TINTORERÍA
Nueva industria.-La coloración artificial del mármol.

P O R '

LUIS DE BIZKAYA

1917
MANUAL DE PINTURA Y TINTORERÍA
El ante de la pintaba.

La pintura es el arte de imitar y reproducir sobre una


superficie plana la apariencia de los objetos visibles, por
medio del dibujo, de los colores y del claro oscuro.
La base sobre que estriba la pintura es el dibujo.
La pintura al óleo es la que se ejecuta por medio de
aceites desecantes, con los cuales se deslíen los colores; es
la más común y preferida para cuadros.
La invención de esta pintura se atribuye, generalmente,
a Juan VanDyck, que nació en Brujas, en 1370, pero es
cosa sabida que en el siglo v se desleían ya colores con
aceite, que sustituyó al agua a este efecto, si bien entonces
era preciso aguardar a que se secase un color al sol para
poder dar el otro.
En tiempo de V a n - D y c k sólo se pintaba al huevo; pero
volviendo al aceite, que ya conocía, halló el medio de usar-
le con más secante; mezclándole con una resina, siendo
Antonello de Messina el primero que practicó la pintura al
óleo en Italia, según lo dice el epitafio de su sepulcro en
Venecia.
La miniatura es un género de pintura en pequeño, e j e -
cutada con colores al agua y a la goma, ya sobre papel, ya
sobre hojas delgadas de marfil, que es la más frecuente;
— 8 —

El rojo se produce por el carmínate amónico, el amarillo


con la goma guita, el amarillo de o r o , el amarilio indio y
la citronina
El violeta, con el violeta de Paris, el violeta cristalizado.
El verde, con el verde diamante.
EL negro, c o : el negro violeta.
Estos colores se emplean en soluciones más o menos
concentradas en el agua pura, adicionada de alcohol etílico
o metílico puro y en la acetona u otros vehículos neutros.

Dibujo.

El pintor debe conocer el dibujo.


Se llama dibujo en general a la figura o imagen de un
objeto ejecutado sobre alguna superficie.
Ün objeto puede estar representado, tal c o m o se ofrece
a nuestra vista, en cuyo caso se llama dibujo de perspectiva
o natural, o puede estar representado de m o d o que en
nada se alteren sus formas y preparaciones, y se llama di-
bujo geométrico.
T o d o dibujo, sea geométrico o perspectivo, consta de d o s
partes: la primera y la más esencial es la delincación ó tra-
zado con sólo líneas, y se llama dibujo lineal; la segunda,
es la exposición de la luz o sombreado, y se le da el n o m -
bre de dibujo lavado.
El dibajo lineal es indispensable a los artesanos, pues
para poder ejecutar con precisión un mueble, una m á q u i -
na o cualquiera otro objeto complicado, necesitan primero
hacer el trazado o delincación geométrica del tamaño de
construcción.
El sombreado o lavado es también muy útil, pues por
medio de un dibujo completo se puede dar una idea más
ciara de la forma del objeto que se va a construir, pues el
dibujo es el lenguaje más a propósito en las artes para e x -
presar las ideas.
Los útiles que se necesitan para dibujar, son: un tablero
de madera, pintado de negro, al óleo, y una regía, un m e -
_ 9 -

tro, Urt compás de madera y una plantilla de escuadra.


Cuando el principiante pasa de dibujo geométrico, n e -
cesita tener un compás llamado de piezas, una regla, una
plantilla de escuadra, un lapicero, una barra de tinta de
China y un platillo para desleiría y un pedazo de goma
elástica para borrar.
Las figuras deberán hacerse de un tamaño suficiente-
mente grande, a fin de poder apreciar debidamente, no
sólo su trazado o líneas de resultado, sino también las l í -
neas auxiliares empleadas para su ejecución.
Siempre que en las artes ocurre trazar una figura cual-
quiera, se refiere a dimensiones y forma determinadas; así
pueden ocurrir tres casos, a saber: trazar una figura que
sea igual a otra, que sea semejante o que sea equivalente.
Por igualdad se entiende cuando una figura tiene la
m Í 5 m a forma y magnitud que otra, de m o d o que si se p u -
siese una sobre otra se confundirían exactamente.
Es semejante una figura a otra cuando tiene la misma
forma y diferente magnitud. También se llama proporcio-
nal, porque sus lados deben ser proporcionados,a los de
la otra.
Equivalente, cuando tiene diferente forma y contiene la
misma área.
Para trazar figuras iguales se emplean medios muy v a -
riados.
Si se coloca una figura sobre un papel o cualquiera otra
superficie y se señalan todos sus contornos, se tendrá una
figura igual por el método de sobreposición. Tal es el m e -
dio empleado por los carpinteros, canteros y oíros muchos
artesanos para hacer una figura igual a una plantilla o
modelo dado.
Para hacer un dibujo igual a otro se suele poner un p a -
pel transparente encima del dibujo, y se traza sobre él con
lápiz o tinta; a este método se llama calcar.
También se hace un dibujo igual a otro por medio de la
escala, que consiste en una línea dividida en partes muy
pequeñas, con la cual se miden las partes de que consta ei
dibujo para trazarlas en el papel, y también por este medio
se puede hacer un dibujo semejante y que sus partes sean
proporcionales, lo cual se llama hacer un dibujo en mayor
o menor escala.
La Geometría suministra medios más generales para t o -
dos estos casos.
Las molduras y algunas partes de los muebles se d e c o -
ran con adornos compuestos de flores, frutas, etc., asi
c o m o diferentes plantas y animales, y a esta composición
se llama dibujo de adorno u ornamento.
Para componer el adorno se necesita, además del dibujo
geométrico, saber dibujar la figura humana y demás a n i -
males, y conocer las figuras mitológicas o fabulosas, pues
el adorno no sirve sólo para hermosear un mueble o un
edificio, sino para determinar también el carácter de éstos
y el objeto a que se dedican.
La necesaria costumbre de dibujar a pulso y a o j o , debe
considerarse c o m o un imprescindible preliminar para
aquellos que necesiten continuar este estudio, a fin de p o -
der copiar con más conocimiento cuanto asuntos, por com
plicados que sean, se les presenten, perfilándolos o s o m -
breándolos c o m o único medio de conocer con exactitud
los relieves, y poder pasar después a la composición.
El dibajo de figura humana, es la representación del
cuerpo humano, con todas sus proporciones, siendo éste
el principio de la pintura y escultura; para poder determi-
nar bien éstas, es necesario saber antes el trazado de las lí-
neas geométricas, y sin estos conocimientos es muy difí-
cil aprender el dibujo; por esta razón, los profesores que
desean que sus discípulos aprendan por principios, les
exigen las nociones de Geometría, porque ¿qué progresos
pueden esperar de un discípulo que, sin saber levantar una
perpendicular ni trazar una paralela, comienza a copiar
ojos, y sucesivamente pasa a dibujar figura, sin más r e -
cursos que la imitación?
Así, pues, para dibujar un ojo visto de lado, se trazará
una línea horizontal que pase por encima del párpado su-
perior, y con una distancia, por ejemplo, igual a la d i m e n -
sión que deba tener el ojo, se trazarán también unas para-
- 11 -

lelas formando dos espacios iguales; el espacio superior


será para la ceja, y el inferior para los párpados y la p u p i -
la; trazando luego una línea que divida el espacio inferior
en dos partes también iguales, y pasando por medio del la-
grimal, el extremo del ojo y de la pupila; ésta se obtendrá
fácilmente, dibujando una elipse algo inclinada, que se i n -
dicará primero ligeramente hasta que se vea que tiene la
forma conveniente, y después se acabará de señalar. Por el
mismo procedimiento se obtendrán las curvaturas de los
párpados y de la ceja.,
Para dibujarle de frente se prolongarán las líneas h o r i -
zontales, y entre ellas se dibujarán las partes c o r r e s p o n -
dientes, advii tiendo que el ojo tiene de largo doble que de
ancho.
Para dibujar una media cara, vista de lado, se dividirá la
altura desde la parte superior de la nariz hasta la barba, en
dos partes iguales; la una será para la nariz y la otra se
subdividirá en tres partes, una para el labio superior, otra
para el inferior, y la tercera para la barba, bajando una ver-
tical para la parte entrante de la nariz, tocando la barba en
esta línea, que servirá para determinar con más facilidad la
salida de los labios.
Para dibujarla de frente, se trazará una vertical, que
pasará por en medio, y servirá de eje de simetría para colo-
car con igualdad a un lado y otro las diferentes partes e n -
tre las líneas horizontales; el rasgado o largo de la boca es,
próximamente, igual al alto de la nariz, aunque, por lo g e -
neral, se da algo menos.
Para dibujar una oreja se trazará un rectángulo que ten-
drá de ancho la mitad de su altura, se dividirá en tres p a r -
tes iguales, y la del medio servirá para la cavidad del oído;
la perilla es la parte que debe salir c o m o la mitad fuera del
rectángulo.
Para dibujar un pie, visto de lado, se dividirá'su largo
en cuatro partes iguales, y en su mayor altura, que es por
la garganta, tiene una parte y media; desde este punto va
disminuyendo, formando varias inflexiones hasta los dedos;
el medio del dedo meñique cae en la línea de la primera
— 12 —

división, y la cabeza de éste frente al nacimiento del dedo


gordo.
Para dibujar una mano, vista por fuera, se trazará un
rectángulo, que tendrá de ancho las dos terceras partes de
su laruo, y se divirá éste en d o s partes iguales; la una será
para el largo de los dedos, y la mayor anchura de la mano
es desde el nacimiento del dedo meñique hasta el segundo
artejo del pulgar; este ancho se dividirá en seis partes
iguales, para colocar en cada una un dedo, dejando una
parte para el espacio que queda entre el pulgar y el índice:
el dedo del medio es el más largo, y todos los dedos p a r e -
cen más largos por esta parte, porque se prolongan más
las'aberturas que por el lado de la palma.
Para dibujar una cabeza, vista de lado, se trazará, para
mayor facilidad, un cuadrado perfecto, tomando por lado
de este cuadrado la altura que debe tener la cabeza; la bar-
ba tocará en la línea inferior, y el casco en la superior; el
extremo de la nariz tocará en uno de los lados del cuadra-
do, y ¡a parte de atrás, o corona tocará en el otro lado, d i -
vidiendo los lados del cuadrado en cuatro partes iguales, o
lo que es lo mismo., en cuatro espacios, se verá que la'pri-
mera línea de división pasa por el nacimiento del pelo, que
ocupa todo el primer espacio; el segundo espacio es para
la frente; el tercero para la nariz, en el cual se coloca tam-
bién la oreja, y el cuarto se subdivide en tres partes i g u a -
les: la primera para el labio superior, la segunda para el
interior y la tercera para la barba.
Si la cabeza estuviese de frente, su mayor anchura, que
es de sien a sien, ocupa tres partes de las cuatro en que
está dividido el cuadrado, y las orejas salen algo más: el
rostro es tan largo c o m o ancho, contando desde el naci-
miento del pelo.
Para estudiar las proporciones generales d e l cuerpo del
hombre, de la mujer o de los niños, y reducirlas a los t a -
maños que convenga darles en ios dibujos, es preciso prin-
cipiar por conocer sus respectivas alturas. La del hombre,
que será la que nos servirá de ejemplo, según el parecer de
los más célebres profesores, es ocho veces el- tamaño- de la -
— 13 -

cabeza; así, para representar una figura, se trazará una


línea vertical de igual altura que haya de tener la figura, y
se dividirá en ocho partes, y por cada punto de división se
trazará una horizontal.
La primera línea de división pasará por debajo de labarba
La segunda, por los pechos.
La tercera, por la cintura.
La cuarta, por las ingles, que es la mitad de toda la f i -
gura.
La quinta, pasa por la mitad de los muslos.
La sexta, por debajo de la choquezuela de las rodillas.
La séptima, por la mitad de las piernas, donde termina
el músculo mayor de la pantorrilla.
La octava, por debajo de los talones, estando éstos bien
asentados.
Para determinar el ancho del cuerpo y demás medidas
más principales, se trazará una línea igual a una de las par
tes en que se ha dividido la figura, o lo que és lo mismo,
igual al tamaño de la cabeza; divídase esta línea en o c h o
partes iguales, y de este m o d o quedará subdividida toda la
altura de la figura en sesenta y cuatro partes.
Es de gran interés para los pintores estudiar la obra t i -
tulada Curso de dibujo industrial del profesor D. Isaac
Villanueva, compuesta de un texto descriptivo y 24 lámi-
nas. Esta obra está dividida en cinco partes o cuadernos.
La primera parte contiene los principios gráficos de la
Geometría, varias de sus combinaciones, y algunas n o c i o -
nes de dibujo de adorno y de la figura humana.
La segunda parte contiene algunas nociones de G e o m e -
tría descriptiva, y particularmente las proyecciones, p e n e -
traciones de sólidos y desarrollos de superficies, con a l g u -
nas aplicaciones de las proyecciones a la arquitectura y a la
perspectiva lineal.
La tercera abraza los principios fundamentales del tra-
zado de sombras, c o m o complemento del arte de represen-
tar los objetos, con algunos procedimientos para determi-
nar las sombras y los reflejos, y la degradación de las tin-
tas en las molduras, arquitectura, etc.
— 14 —

En la cuarta se hallan sucesivamente las aplicaciones de


estos principios generales al cortes de madera o sea al
arte del carpintero y ebanista; se describen las ensambla-
duras y cortes principales de las puertas, armaduras de t e -
jado, escaleras y muebles; al de cerrajero, en el que se pre •
sentan algunos herrajes para puertas, muebles, barandillas
de escaleras, balcones y otros objetos de arte.
En la quinta se describen los órganos o partes más prin-
cipales que entran en la composición de todas las m á -
quinas, y el trazado de los engranajes y algunas máquinas
completas.

El arte del dorado.

Puede dorarse el mármol, la piedra, la porcelana, la m a -


dera, el yeso, el cartón, el papel, así c o m o todos los meta-
les de mayor uso: la plata, el cobre, el hierro, el estaño y
sus aleaciones.
Indicaremos a continuación algunos sencillos procedí -
mientos:
En una disolución de oro, prepadopor medio del ácido
hidrocloronítrico, viértase el doble del éter sulfúrico apro-
ximadamente.
Esta mezcla se ha de hacer con precaución y en una v a -
sija grande.
Menéense mucho los dos líquidos juntos, y así que la
mezcla haya reposado, se verá c ó m o el éter se separa del
ácido y sobrenada en la superficie. El ácido pierde el color,
y el éter lo toma, porque quita el oro al ácido.
Luego viértanse los dos líquidos en un embudo de vidrio,
cuyo pico, que debe ser bastante delgado, permanecerá ta-
pado hasta que los dos fluidos se hayan, por el reposo, s e -
parado completamente uno de otro.
Entonces se destapará el embudo; el ácido pasa el p r i -
mero, c o m o más pesado y que ocupa lo inferior; tápese
así que haya colado todo y el embudo no contendrá más
que la disolución del oro en el éter.
15 -

Póngase en un frasco bien tapado y consérvese para


el uso.
Si se quiere dorar hierro o acero, empiécese por pulir la
superficie con esmeril, o más bien con tritóxido de hierro
{rojo de Inglaterra), desleído en aguardiente.
Apliqúese en seguida el éter aurífero con una brocha fina
o pincel. El éter, al evaporarse, deja una capa de oro sobre
el acero; se calienta y se pasa el bruñidor.
Por medio de esta disolución de oro en el éter, se puede
trazar con la pluma o con el pincel toda clase de dibujos.

l l o r a r con oro m o l i d o sobre plata o oebre.

Mézclanse hojas de oro con mercurio hasta que tome la


consistencia de amalgama.
Con esta misma amalgama se dora; pero antes es preciso
limpiar muy bien el metal que se quiera dorar, sea metién-
dolo por espacio de algunos minutos en agua segunda, o
sea frotándolo con crémar de tártaro y agua. También se
introduce en una disolución de mercurio por el ácido n í -
trico, y así preparado se frota la superficie del metal con
dicha amalgama aurífero-mercurial, extendiéndola con
igualdad.
La pieza dorada se calienta mucho al fuego por espacio
de algunos minutos.
Al volatilizarse el mercurio por efecto del calor, el oro
queda fijado en el metal; entonces basta pulirlo con la pie-
dra sanguinaria.
Es peligroso respirar los vapores mercuriales que se v o -
latilizan durante esta operación.
El aparato de M. Darcet es de gran utilidad para los d o -
rados.

Dorar con panes de oro por medio


de u n barniz.

Este barniz o mordente se prepara con cuatro onzas de


aguarrás, media de ámbar, una cuarta de g o m a laca en ta-
— 16 -

bla; la goma y el ámbar se pondrán en una cazuela de


barro vidriado, untada con pez, poniéndolo al fuego hasta
que esté derretido, en cuyo caso se incorporará todo, echan-
d o el aguarrás, después se cuela y queda hecho.

D o r a r p o r csiedio d e u n b a r u i * .

Se bruñe perfectamente la pieza que sea, y después se


toma barniz fino, poniéndole gutagamba y sangre de drago
a discreción hasta que se conozca que parece al color de
oro, y apliqúese con un pincel.

D o r a d o s o l » r e «B c r i s t a l .
Se aplica el oro sobre el cristal pagando los panes de
oro por medio de un barniz de ámbar, disuelto en aceite
graso y un p o c o de albayalde.
Después de aplicado el barniz con un pincel sobre el
cristal, se fija y sostiene la hoja de oro con algodón, se
deja secar y endurecer el barniz; por último, se pule con
el bruñidor.
Ya se comprende que este dorado es menos permanente
que el hecho a fuego y por medio del bórax.

Plateado.

P l a t e a r el.colsre.
Tómese un objeto de cobre pulimentado, y después de
frotarle bien con un lienzo húmedo y polvo, compuesto de
dos partes de cloruro de plata, seis de potasio, tres de sal
y dos de yeso mate, se le pasa varias veces hasta que esté
enteramente plateado. «.
Entonces se le lava en una disolución ligeramente alca-
lina y tibia, secándolo en seguida.
— 17 -

Véanse otras fórmulas con las cuales se obtiene el m i s -


mo resultado:
1.a
Nitrato de plata y sal, una parte de cada uno; c r é -
mor tártaro, siete partes.
2.a
Nitrato de plata, una parte; cianuro de potasio, tres
partes.
3.a
Una disolución de 15 partes de nitrato de plata y
100 de sulfato de sosa, en la cual se bañará el objeto que se
quiera platear.

Otro m o d o de platear.
Las piezas de cobre, antes de platearlas, se limpian bien
con agua segunda, que es el ácido nítrico extendido en
bastante cantidad de agua o bien con una mezcla de sal
común y de alumbre.
Después de bien limpias y aclaradas se frotan con polvo
de plata, humedecido ligeramente con agua, la que las c u -
bre ligeramente de una capa plateada. Luego se pulen o
bruñen con un pedazo de piel de carnero o marroquín
muy suave.
El polvo de plata se prepara del modo siguiente:
Disuélvase plata en ácido nítrico, y, cuando lo esté, pón-
gase en la disolución pedazos de cobre; por medio de esta
operación la plata se precipitará bajo la forma de un s e d i -
miento metálico; fíltrese esta disolución y recójase este s e -
dimiento o polvo, que quedará en el papel de filtrar.
Tómense dos o tres gramos de este polvo, y mézclense
con dos adarmes de crémor tártaro, igual cantidad de sal
común y medio adarme de alumbre; con esta pasta se h a -
cen bolitas que se dejan secar.
Se reduce a polvo una, y con el dedo pulgar, mojado en
agua y los polvos, se unta lo que se quiera platear.

P i n t u r a de los pisos de las habitaciones,

JEl m o d o de barnizarlos, sean de madera o ladrillo c o n -


siste en barrerlos perfectamente y pasarles una rodilla o
trapo grueso.
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En seguida se procede a darles una o dos rriatlós de agua


de cola de piel o zotal, de la que usan los pintores, porque
la cola fuerte salta después.
Se deja secar bien y se pinta con una brocha mojada en
aceite de petróleo, barniz común y trementina, mezclando
bermellón, acre, cardenillo, e t c . , o el color que se quiera.
Luego que esté bien seco, se frota el piso con un cepillo.
Para dar el color rojo se toma c o m o una libra y media
de cola de Flandes, y se hace disolver al fuego en tres azum-
bres de agua; pásase por un lienzo y deslíanse en esta d i -
solución seis libras de rojo de Prusia o de almazarrón fino;
se pone al fuego, y cuando está muy caliente se aplica a
los ladrillos con un trapito, se deja secar y se da otra mano.
Después se prepara el encáustico, echando doce onzas
de cera en una cazuela con una azumbre de agua; se hace
hervir todo, y se añaden p o c o a p o c o cuatro onzas de p o -
tasa disuelta, revolviéndolo todo con una cuchara de m a -
dera.
Cuando está frío, se extiende sobre los ladrillos con un
pincel grueso, cuidando no frotar más que dos veces sobre
un mismo sitio; antes que se seque enteramente se frota
con un cepillo de suela.

Cemento diamante.

Sirve para unir la porcelana y las vasijas, y se vendé t o -


davía a un precio bastante grande.
Se prepara haciendo reblandecer cola de pescado en
agua y disolviéndola después en espíritu de vino y m e z -
clándola con un p o c o de goma-resina, amoníaco y resina
almáciga, disueltas previamente estas materias en la menor
cantidad posible de espíritu de vino.
Se obtiene así una masa pastosa, que se calienta ligera-
mente, a fin de licuarla antes de usarla/conservándose muy
bien en una botella tapada, con un tapón de corcho, y no
con uno de esmeril, que no podría quitarse fácilmente.
La goma laca, disuelta en alcohol o en una disolución de
bórax, forma un cemento muy bueno,
- 19 —

Cola fuerte líquida.

El m o d o de prepararla y conservarla siempre líquida,


sin que sea necesario calentarla, consiste en tomar un kilo-
gramo de cola fuerte y deshacerla en un litro de agua, a
fuego lento, en un puchero nuevo y vidriado.
Después de deshecha, se le va agregando, p o c o ' a p o c o ,
200 gramos de ácido acético de 36 grados.
Este ácido producirá una~ efervescencia debida al d e s -
prendimiento de otro ácido.
Después se aparta del fuego y se deja enfriar para pegar
con ella cuanto se quiera.
Esta cola, siempre líquida, se conserva mucho tiempo sin
alteración, y es la misma que venden en frásquitos en los
almacenes de objetos de escritorio.

Cola de boca.

Se toma cola de pescado, una onza; azúcar cande y goma


tragacanto, de cada una dos dracmas.
Hiérvase todo en dos o tres onzas de agua, hasta que e s -
tando la mezcla fría, tenga la resistencia de la cola fuerte.
Échese caliente encima de un mármol liso o cristal p l a -
no, dándole el espesor de un canto de duro.
Después de fría y endurecida se corta en tiras del tama-
ño que se quiera.
Al mármol o cristal se unta antes con un p o c o de aceite
de almendras dulces, para que la cola no se pegue.

C o l a p a r a la m a d e r a q u e resiste al a g u a .

Se mezcla la cola ordinaria y derretida con aceite de li


naza secante, y cuando se quiera encolar la madera se ca-
lentará el sitio donde deba ponerse la cola caliente.
Después de seca la cola, resistirá bien dentro del agua.
— 20 —

Cola para pegar el vidrio cristal o porcelana


La cola de pescado se deslíe en espíritu de vino, en una
taza que resista la acción del fuego.
Después de desleída a la lumbre sirve para pegar con
ella los pedazos rotos, que se unirán con solidez.

Cola para pegar el mármol.

Con polvos de mármol, pasados por un tamiz fino, m e z -


clados con cola fuerte derretida y pez, dando a esta mezcla
el color que se quiera, se pegan los mármoles rotos o e s -
portillados.

Tecnología de los colones

Las aplicaciones técnicas de los colores son numerosísi-


simas a causa de utilizarse los efectos de éstos en la pintu-
ra y ornamentación de las construcciones, en la tintorería,
en el estampado, la cerámica y en otra porción de i n d u s -
trias..
Para obtener los efectos del colorido se emplean substan-
cias denominadas colorantes, y el estudio y elección de é s -
tos constituye un ramo muy importante de las artes y de
cada industria.
Las materias colorantes pueden ser de origen animal,
vegetal y mineral, y pueden ser productos naturales prepa-
rados mediante operaciones muy sencillas, o también p r o -
cedentes de operaciones químicas complicadas, y entonces
se llaman artificiales.

C o l o r e s p e r a la p i n d i r a .

N o todas las materias colorantes son a propósito para la


pintura. Las cualidades que tiene que reunir un color para
poder utilizarse son':
— 21 —

1.a
Un matiz hermoso.
2.a
Gran fijeza.
3.a
Cubrir bien los objetos sobre que se aplica.
4.a
Mezclarse perfectamente con los líquidos en que
deben desleírse.
Los colores propios para la pintura artística al óleo son
los siguientes:
Blancos.— Albayalde o blanco de plata.
Rojos.—Carmín, lacas de carmín y lacas de grana c a l c i -
nadas.
Amarillos.—Amarillo de cromo, laca amarilla, amarillo
de Indias, amarillo de cinc, amarillo de antimonio y tierra
de Siena natural.
Verdes.—Tierra de Verana, ocres verdes, cinabrio verde,
verde de cromo, verde cobalto, verde malaquita y lacas
verdes.
Azules.—Azul mineral y azul de Prusia.
Violados.—Lacas violadas.
Negros.—Negro de humo y negro de marfil.

Tonos intermedios.

T o d o s los tonos intermedios se obtienen por mezclas.


El bermellón y el amarillo de Ñapóles, deben excluirse
por completo de la paleta del pintor y reservarlos para lá
pintura constructiva, para emplearlos solos. El bermellón
no puede mezclarse ni al blanco de-plata ni a los colores
metálicos, pues los obscurece todos. El amarillo de Ñapóles
no puede mezclarse a ninguno de los colores a base de
hierro.
Es, por tanto, muy útil conocer los colores que p u e -
den mezclarse entre sí, sin alterar el color propio, así c o m o
el mayor o menor peligro que puede ofrecer su empleo a
causa de su distinto grado de toxicidad.
Los colores para la pintura al pincel o la brocha n e c e -
sitan del intermedio de una materia capaz de formar c u e r -
po con el color y- de pegarlo a la superficie del cuerpo a
— 22 —

que se aplica. Este intermedio recibe el nombre de vehícu-


lo, y, según sea aceite de linaza, agua, goma, etc., la p i n -
tura recibe el nombre de pintura, al óleo, a la aguada, a la
goma, al pastel, etc.
Los vehículos usados hoy en pintura son líquidos y las
pinturas deben hallarse en un grado extremo de finura y
división antes de entrar a formar la pasta o color De aquí
dos operaciones esencialmente distintas: una la trituración
de los colores o materias colorantes, y otra la mezcla con
el líquido que debe servir de vehículo. Esta última o p e r a -
ción tiene dos objetos: uno, la mezcla íntima con la mate-
ría colorante, y otro, la porfirización de la misma.
La pulverización en seco se hacía, y continúa haciéndose
en algunos casos, en un mortero o almirez de piedra o l a -
tón. La maquinaria moderna ofrece gran variedad de m o -
delos de aparatos diversos para verificar esta pulverización.
La operación de la pulverización se hace en las mismas
fábricas de colores, y el pintor no tiene más que mezclar-
los con el aceite o goma o cualquier otro vehículo.
En muchas fábricas de colores se expenden ya c o m p l e -
tamente disueltos y a punto de ser aplicados a la pintura,
encerrados en cajas de hojadelata.
Generalmente, los colores se venden en polvo para la
pintura de brocha gorda, en panes para la acuarela, y pre-
parados en aceite de linaza para la pintura al óleo.
Los colores en polvo, antes de usarlos, deben pulveri-
zarse y mezclarse con agua, esencia de trementina, aceite,
barniz o goma, según el género de pintura a que se les d e -
dique.
Los pintores decoradores compran el aceite espesado ya,
y los colores espesados en cubos de hojadelata o de hierro
batido. En el momento de pintar no hacen más que m e z -
clar y diluir, revolviendo siempre la masa con una brocha
que se hace girar entre las manos.
Para la pintura al óleo artística se encierran los colores
en tubos de estaño y cinc, cerrados a tornillo, y de los cua-
les se puede extraer el color ya preparado apretando el fon-
do del tubo. El color preparado así en tubos, suele ser más
- 23 -

espeso de lo que conviene para la pintura, por lo que se le


mezcla con un poco de aceite, si es necesario, en el m o -
mento de extender el color y formar lar mezcla en la paleta.

Clasificacióu de los colores según s u solidez


o fijeza.

Blancos muy sólidos.—Oxido de cinc, blanco de Espa-


ña, creta, plata en conchas, cal viva, sulfato de barita, s u l -
fato de cal.
Blancos menos sólidos— Albayalde, sulfato y sulfito de
plomo.
Amarillos muy sólidos. O r o en conchas, ocre marillo,
amarillo de Ñapóles, tierra de Italia, amarillo mineral,
amarillo de cromo, cromato de barita, laca mineral.
Amarillos menos sólidos.—Gutagamba, protóxido a m a -
rillo de plomo, sulfato básico de plomo, sulfuro de c a d -
mio, amarillo índico, amarillo de antimonio, ocres artifi-
ciales.
Amarillos poco sólidos.—Raíz de cúrcuma, amarillo de
azafrán, arseniato de plomo.
Amarillos nada sólidos.—Amarillo de iodo y sulfuro de
arsénico.
Azules muy sólidos.—Azul de lapizlázuli natural, azul
de cobalto y azul Ultramar de cobalto.
Azules menos sólidos.—Carmín, azul, tornasol.
Azules poco sólidos.—Cenizas azules artificiales, azul mi-
neral o de Amberes, índigo.
Negros muy sólidos.—Negro de humo de cepa, negro de
marfil, negro de lámparas, negro de carbón de haya, negro
de Francfort, negro de Alemania.
Negros menos sólidos.—-Tinta de China, negro de carbón
de piedra.
Rojos muy sólidos.—Arseniato de cobalto, ocre rojo,
laca de rubia, carmín de cochinilla, laca carminada, rojo
de Prusia, ídem de Inglaterra, rosa cobalto, rojo arménicOi
Rojos menos sólidos i—Minio*
- 24 -

Rojos poco sólidos.—Cinabrio, rojo de cártamo, laca de


Pernambuco. - . -
Rojos nada sólidos.—Rejalgar, cromato de mercurio,
bioduro de mercurio.
Verdes muy sólidos.—Verde de cromo, tierra de Verona.
Verdes poco sólidos.—Ocre verde.
Obscuros muy sólidos.—Tierra de Siena tostada, betún de
Judea.
Obscuros menos sólidos.—Sepia.
Púrpuras.—Púrpura de Cassio.
Violado.—Violado vegetal.

Clasificación de los calores según


las mezclas.

Mézclanse entre sí: el rojo inglés, el rojo de hierro, el rojo


de Venecia, el rojo de Indias, la tierra de Siena tostaba, el
anaranja'do de cadmio, la tierra de Italia, el verde esmeral-
da, el azul de cobalto, el violado de hierro, la tierra de Gra-
nel, el negro de humo, el negro de viña y el negro de marfil.
Mézclanse al blanco de plata: el rojo inglés, el rojo de
hierro, el rojo de Venecia, el rojo de Indias, la tierra de
Siena quemada, el ocre amarillo, el ocre de hierro, la tierra
de Italia, el violado de hierro y todos los ocres.
Conservan su intensidad mezclados.—El rojo de hierro,
el blanco de plata, la laca de grana, la tierra de Italia, el
verde esmeralda, el azul de cobalto, el azul de Ultramar,
el negro de viña y el negro de marfil.
Los amarillos de cadmio, mezclados al verde esmeralda,
producen tres tonos" de verde: el verde pardo, el verde
manzana y el verde aceituna o verde oliva.
El bermellón y el amarillo de Ñapóles no pueden m e z -
clarse a ningún otro color y menos al blanco de plata.

G r a d o de intoxicación de los colores.

Colores peligrosos.—Oropimente, rejalgar, arseniato de


plomo, arseniato de cobalto, verde gris, verdete cristalizado,
verde de Veronés,
— 25 -

Colores menos peligrosos^— Albayalde, litarginio y minio,


amarillo de Ñapóles, amarillo de cromo, ioduro de p l o m o ,
• óxido cloruro de plomo, sulfato de estaño, ioduro de m e r -
curio, cromato de meacurio, sulfato de p l o m o , sulfito de
i plomo, antimoniato de plomo, laca mineral, amarillo m i -
\ neral, rosa de cobalto, cromato de cobre, rojo púrpura,
púrpura de Cassio, bióxido de plomo, Ultramar de cobalto,
; verde de cromo y polvo de bronce.
Colores poco venenosos.—Oxido de cinc, cal viva, óxido de
; antimonio, óxido cloruro de antimonio, blenda, sulfuro de
; cadmio, cromato de cinc, cromato de cal, cromato de bari-
\ ta, gutagamba, rojo obscuro, esmalte, verde de Prusia, cina-
\ brio verde, azul mineral y azul de Ultramar,
i Colores inofensivos.—Plata en conchas, carbonato de cal,
J sulfato de cal, sulfato de barita, oro, ocres amarillo y rojo,
l rojo de Venecia, rojo de Amberes, tierra rosa, tierra de Ita-
| lia, amarillo de antimonio, cúrcuma, amarillo índico, laca
i de gualda, cólcotar, laca de rubia, carmín de rubia, laca de
j Pernambuco, cártamo, carmín de cochinilla, laca carmina-
ij da, violado vegetal, obscuro de manganeso, tierra de s o m -
|bra, tierra de Siena, tierra de Colonia, obscuro de Prusia,
sepia, todos los negros, tinta de China, azul de Prusia, í n -
.digo, tierra verde de Verona, laca verde, verde de vejiga y
I carmín azul.

' Colorea vitrificarles.

Son las substancias colorantes que se emplean para la


pintura en porcelana, en vidrio y en esmalte.
Se componen, generalmente,de óxidos metálicos colorea-
'dos, unidos a fundentes o vehículos de colores que por la
•acción del calor determinan la adherencia de aquellas m a -
terias sobre la superficie donde se depositan. .
íi Los colores vitrificables deben presentar ciertos caracte-
res particulares para que puedan considerarse c o m o tales:
1} 1.° Tienen que ser fusibles a cierta temperatura sin
| experimentar alteración, de m o d o que su punto de fusión
¡sea inferior al de la materia sobre que se aplica.
— 26 —

2.° Adherirse fuertemente a las substancias que se trata


de decorar.
3.° Conservar un aspecto vitreo después de la cocción.
4.° Ser o transparentes u opacos.
5.° Poder resistir al frotamiento.
6.° Ser insolubles en el agua.
7.° Ser inalterables a la acción del aire o de los agentes
que éste contiene ordinariamente.
8.° Estar dotados de una dilatabilidad análoga a la del
cuerpo que recubren.
Los colores vitrificables pueden dividirse en dos clases:
la primera comprende todos aquellos cuyas substancias c o -
lorantes permanecen libres en el fundente, esto es, simple-
mente mezclados con éste; la segunda comprende aquellos
cuya materia colorante se combina con uno de los cuerpos
que forman parte del fundente.
La primera clase forma los cuerpos vitrificables propia-
mente dichos, empleados en la pintura artística, porcelana
y loza; la segunda comprende las substancias designadas
generalmente con el nombre de esmaltes, que sirven para
la pintura en vidrio, y ciertas variedades decorativas para
la porcelana, especialmente los fondos de gran fuego.
Para la porcelana se emplean c o m o materias colorantes
óxidos metálicos y algunas substancias terreas; tales son los
óxidos de cromo, de hierro, de manganeso, de urano, de
cinc, de cobalto, de antimonio, de cobre, de estaño, de iri-
dio; los cromatos de plomo, de hierro, de barita, de plata;
la púrpura de Cassio, la tierra de sombra, la tierra de Siena;
los ocres rojos y los amarillos.
Los colores que resultan con estas substancias y los f u n -
dentes apropiados (que suelen ser silicatos, boratos o b o -
rosilicatos plumbosos) se clasifican según las temperaturas
que tienen que soportar para ser cocidos sin alteración, y
de esta manera resultan los llamados colores de muflua
ordinarios o tiernos, los colores de semigran fuego o duros
y los colores de gran fuego. Un mismo matiz puede perte-
necer a todas estas categorías según la composición que
presente a propósito para resistir las diferentes temperaturas.
— 27 -

Los colores vitrificables, para ser empleados, deben t r i -


turarse finamente en un mortero de vidrio, empleando un
pilón de forma anular cilindrico, cubierto con una c a p e -
ruza de plomo. La trituración se hace con agua. En el m o -
mento en que haya de emplearse es necesario añadir un
c u c p o diluyente que haga que el color contraiga antes de
la cocción alguna adherencia con el objeto que ha de r e c u -
brir. Se ha empleado para esto agua gomosa o azucarada,
pero es mejor y de aplicación más general la esencia de
trementina mezclada con un p o c o de grasa.
Actualmente se ha simplificado mucho él uso de estos
colores, y se venden generalmente triturados e i n c o r p o r a -
dos al vehículo correspondiente y encerrados en tubos, de
estaño c o m o los colores que se emplean en la pintura al
óleo.

Colores q u e se e m p l e a n p a r a l a loza
ordinaria.

Los colores que se emplean para la loza ordinaria p r o -


ceden generalmente de las mismas materias que los de la
porcelana cuando la loza es esmaltada; pero si la pintura o
decoración ha de practicarse sobre esmalte crudo, es decir,
antes de haber sido vitrificado por u n a c o c c i ó n previa, se
comprende que se necesiten composiciones especiales,
. puesto que no se verifican entonces las reacciones que se
¡producen entre los esmaltes y las materias colorantes a la
ialta temperatura de la cocción a que se sometan dichas
'substancias.
El fundente que se emplea para la decoración de la loza,
^cualquiera que sea la materia colorante empleada, se c o m -
¡jpone de una mezcla de dos partes de arena y una de c a r -
bonato de sosa.
Las materias colorantes propiamente dichas para formar
^•blanco, son: minio, 16; estaño, 2; plomo, 5; sílice, 20;
cloruro de sodio, 7; fundente, 14. .
— 28 -

Para el negro: O x i d o de hierro, 10; óxido de cobalto, 5;


óxido de manganeso, 5; fundente, 8.
Para el azul: O x i d o de cobre, 4; blanco, según la f ó r m u -
la precedente, 5.
Para el amarillo: Antimonio de potasa, 6; minio, 9; c a r -
bonato de sosa, 1; para los matices claros, antimonio de
potasa, 6; minio, 6; carbonato de sosa, 1 y 1/2; ó x i d o de
hierro, 1; 2, para los matices medios, y antimonio de p o -
tasa, 6; minio, 9; óxido de hierro, 5, para los matices o b s -
curos.

Significación de los colores.

En la antigüedad, el verde, el rojo, el azul y el blanco


representaban simbólicamente los cuatro elementos, o sea,
por su orden respectivo, la tierra, el fuego, el agua y el
aire. También expresaban las cuatro estaciones.
El amarillo servía de emblema á las razas serviles y d e -
gradadas, por lo que con dicho color se pintaban las habi-
taciones de los esclavos.

Barnices.

Se denomina barniz todo líquido que, extendido de v a -


rios m o d o s sobre los cuerpos sólidos, produce en ellos un
aspecto brillante o vitreo, que realza su hermosura y los
preserva además de los agentes destructores que deterio-
ran su superficie.
Las aplicaciones de los barnices son infinitas y de una
utilidad inexplicable, así c o m o la elaboración de ellos exige
esmero y exactitud. Es, por otra parte, un tanto peligrosa
en algunos casos.
Cuando se quiera barnizar un objeto, se extiende sobre
2Q -

su superficie otro cuerpo sólido, de tal manera, que f o r -


mando una capa delgadísima, pueda, por su naturaleza g o -
mosa, empastar perfectamente todas las desigualdades que
presenta el cuerpo sobre que se quiere aplicar.
C o m o el principal objeto de los barnices es el dar brillo
y realce a las superficies, las materias de que se han de
componer estas capas deberán ser de una naturaleza a pro-
pósito; es decir, brillantes y consistentes.
C o m o los cuerpos sólidos, por mucho que se reduzcan
a polvo, no pueden formar entre sí una unión tan íntima
cual se necesita,para producir el efecto de un barniz, es
necesario valerse de otros .medios para consegnir esta
unión.
El mejor de todos los métodos que se ha podido e n c o n -
trar, es el de los disolventes, fundado en que toda substan-
cia que se disuelve en un líquido se halla en un estado de
división sumamente grande que no se puede conseguir
por otro ningún medio. Si en este estado se la aplica sobre
otro cuerpo, luego que el líquido se volatilice, quedará el
cuerpo sólido que estaba disuelto formando una capa
igual y delgada en alto grado; si a esto se añade que el
cuerpo disuelto sea de naturaleza adherente, la capa f o r -
mada quedará unida al cuerpo sobre que se ha extendido
y constituirá un verdadero barniz.
De todo esto se deduce que las substancias más a propó-
sito para la elaboración de los barnices son: C o m o cuerpos-
sólidos las gomas y las resinas, y c o m o disolventes el agua,
los aceites esenciales, los líquidos espirituosos y los aceites
secantes.
Los cuerpos que generalmente se usan c o m o más a p r o -
pósito son los siguientes:

Disolventes.

Aceite de adormideras, ídem de linaza, ídem de tremen-


tina, ídem de romero, alcohol o espíritu de vino, éter,
agua.
Sólidos.

Copal, succino, mastique, sandáraca, laca, elemí, b e n -


uí, colofona o pez griega, arcanson, animé, goma arábiga.

Haterías colorantes.

Gutagamba, sangre de drago, áloes, azafrán y anilinas

o
Diferentes aplicaciones.

Las diferentes aplicaciones que tienen los barnices exigen


que éstos sean unas veces duros, otras elásticos, etc.

Disolución de la laca.

La laca natural o goma-laca es una resina transparente,


de un rojo amarillento, frágil e inodora, de sabor astrin-
gente y de la cual existen en el comercio muchas varie-
dades.
La laca natural se extrae de varias plantas. I
En el comercio se conoce la laca en palo, que es la v e r - !
dadera resina en su estado natural; la laca en granos, que i
se diferencia de la anterior por la trituración que ha sufrí- f
do, y de la cual se ha extraído el color por medio del agua|
en cuanto ha sido posible, y la laca en hojas o conchas, que i
se obtiene derritiendo al fuego la laca en granos, metida!
dentro de un saco de algodón, y cuando está blanda se ;

prensa para que salga la materia fundida y filtrada por el '.-


tejido del saco que la contiene. Esta preparación la p u r i f i -
ca y mejora su utilidad.
La laca se utiliza también mucho en la fabricación del : v

lacre.
Las lacas artificiales son mezclas de materias c o l o r a n - :
tes con albúmina, sales de estaño, de antimonio, etc., y se-
emplean tanto en la pintura c o m o en la tintorería.
— 31 —

Los disolventes de la resina laca son los aceites grasos y


• el alcohol. En los primeros se disuelve en su totalidad por
medio del calor; pero los barnices que forma con estos d i -
solventes son de mala aplicación. El alcohol forma con la
Uaca excelentes barnices; pero, desgraciadamente, disuelve
;muy poca cantidad de esta resina en frío, y aunque por
¡medio del calor disuelva algo más, tiene la desventaja de
¿producir un barniz que tiene color.
• El medio más sencillo consiste en reducir la laca a p o l -
vo muy fino, y tenerla mucho tiempo expuesta a la acción
•jdel aire; nada importa que pasen muchos meses; tanto m e -
¡jor se disolverá cuanto mayor sea este tiempo. En este caso
¡se necesita de la acción del calor, y el barniz es rríucho
jmás superior.
| El alcohol deberá ser de 35 a 40 grados.

i
i Disolución del copal.

¡ El copal es una especie de resina algo dura, de color


^amarillo cetrino y transparente, que fluye de un árbol de
¿América algo semejante al algarrobo.
|f El anime copal u oriental es una resina muy dura y tam-
b i é n transparente, color de topacio claro, que fluye de una
¡íplanta, especie de zumaque. Se emplea para aumentarla
. dureza y brillo de los barnices. También se usa en algunas
preparaciones farmacéuticas estimulantes.
• Se disuelve con mucha dificultad, y sus disolventes son
el alcohol, el éter y los aceites grasos secantes.
••
'•> En el alcohol sólo se disuelve mezclándole con otras r e -
sinas muy solubles, c o m o veremos más adelante. Hacién-
dole arder durante algunos segundos, se consigue que se
üisuelva después directamente en el alcohol; pero en este
paso produce un barniz menos consistente, menos brillan-
te y con un p o c o de color.
rl Para disolverle en el éter, se le debe reducir a polvo
'muy menudo, y echarlo por porciones muy pequeñas, t e -
— 32 —

niendo cuidado de no poner una hasta estar disuelta la an-


terior.
Poi este medio se forma un barniz tan secante, que
apenas se le puede extender antes de secarse, y tan c o n s i s -
tente, que se le puede aplicar para pegar el cristal, la loza
y otros objetos delicados, sin que se conozcan las uniones.
Para disolverle en el aceite secante, se pone una olla
bien vidriada al fuego, y se la deja calentar mucho; se echa
entonces el copal, y cuando se ha fundido se le incorpora
el aceite y se revuelve bien todo.
La cantidad de aceite que se ha de poner será la sufi-
ciente .para que la disolución resulte deLaspecto de un j a -
rabe claro.

Disolución del succino.

El saccino, ámbar o cárabe es una substancia de aspecto


resinoso, de color amarillo de miel, blancuzco u obscuro;
frágil casi siempre, translúcido.
La tenemos en varios puntos de Valencia, Alicante,
Oviedo, etc.
Es la primera substancia en que se observaron fenóme-
nos eléctricos.
Se la encuentra también flotando sobre las aguas del
mar y sobre las riberas en las cercanías de Sumatra, en las
costas de Coromandel, de la China y del Japón, en las de
África y del Brasil. Es susceptible de ser torneada y graba-
da para fabricar puños de bastones, collaies, pendientes y
otros artículos de lujo.
Mezclado el succino o ámbar con otras resinas, produce
unos barnices muy consistentes, pero por sí solo es muy
duro y quebradizo.
Su mejor disolvente es el aguarrás o esencia de tremen-
tina; en el espíritu de vino se disuelve muy mal.

Arcanson y colofona.

' El arcanson y la colofona se disuelven en el aguarrás,


pero son muy quebradizos y sólo producen barnices ordi-
- 33 —

nanos y p o c o consistentes; mezclados con otras resinas m o -


difican sus propiedades.

mastique

El mastique produce barnices que no se desconchan


pero es malo de secar, por su naturaleza pegajosa. Esta
resina, mezclada con otras quebradizas, puede dar excelen-
tes barnices; sus disolventes son el aguarrás y los aceites se-
cantes.

Sandáraca.

Esta resina sólo se emplea para aumentar la propiedad


secante de los barnices, a los cuales comunica un brillo
sobresaliente. Se disuelve muy mal en el alcohol, y por
esto es necesario emplearla en pequeñas proporciones y
siempre mezclada con otras resinas.

Anime.

La resina animé se disuelve muy bien en el alcohol; pero


es necesario usarla con mucha prudencia, porque las c u a -
lidades que comunica a los barnices son muy malas, c o m o
la de retardar su desecación y mantenerlos en un estado
pastoso; de suerte que sólo deberá emplearse para contra-
rrestar las propiedades quebradizas de las otras resinas.

Clases de b a r n i c e s .

Los barnices se pueden dividir en cinco géneros:


1.° Barnices más secantes que se pueden obtener con el
alcohol.
2.° Los que se producen con e l alcohol, c o m o los p r e -
cedentes, pero que son menos secantes por contener resi-
nas blandas.
3.° Aquellos en que sirven de disolventes los aceites
volátiles. Esté género comprende también todos los barniz
2
- 34 -

ees que se aplican a los metales y que se conocen con el


nombre de mordientes.
4.° Los en que entra el copal puro, disuelto con las
esencias o con el éter. Estos barnices son de una gran
solidez.
5.° T o d o s aquellos en que entran c o m o disolventes los
aceites grasos volátiles.

P r e p a r a c i ó n de las materias sólidas.

Todas las materias sólidas que se emplean en la c o m p o -


sición de los barnices, deben molerse perfectamente y p a -
sarlas por tamiz, hasta conseguir un polvo extremadamente
fino; en ese estado se hallarán en la mejor disposición para
disolverse, y no habrá necesidad de emplear materia p e r d i -
da, ni más tiempo del necesario para las disoluciones.

Barnices secantes de aleono!.

Resina copal 90 partes.


Sandáraca 180 —
Mastique mondado 90 —
Trementina clara.. 75 —
Vidrio m o l i d o . . . . 100 —
Alcohol puro 1.000 —
Todas estas resinas se reducen a polvo fino y se las m e z -
cla con vidrio bien molido y pasado por un tamiz de seda;
se introduce el todo en el alcohol, y se expone a un fuego
suave hasta hacerlo hervir, teniendo cuidado de revolver
sin cesar la mezcla, para que las resinas no se aglomeren.
La operación se puede practicar en una vasija buena de
piedra; pero lo más seguro es tener para estas operaciones
una buena botella de cobre con su tapón de resca muy fuer-
te, para no exponerse a un lance desagradable. Para este
barniz basta un matraz de vidrio, que estará destapado.
Luego que las resinas se han disuelto, se añade la t r e -
mentina, derretida de antemano, y se continúa calentando/
— 35 —

la materia durante media hora, al cabo de la cual se retira


del fuego y se la continúa meneando hasta que se haya e n -
friado; al día siguiente se filtra todo el barniz por un trapo
suave o por un cedazo y se le embotella para conservarle.
Este barniz es muy solido y se aplica con brocha sobre
todos aquellos objetos que han de sufrir mucho rozamien-
to, c o m o muebles, cajas y otros muchos, incluso los o b j e -
tos de metal.
Es necesario tener presente que todo objeto que ha de
recibir un barniz cualquiera debe estar primero perfecta-
mente liso, lo cual se consigue por medio de la piedra p ó -
mez y el agua o aceite, según la naturaleza del cuerpo que
se ha de barnizar.

Otro baruiz.

Sandáraca 24 partes.
Mastique 6 —
Trementina clara 12 —
Vidrio m o l i d o . . . 12 —
Alcohol 100 —
Estas resinas se ponen a disolver después de bien r e d u -
cidas a polvo, en el alcohol, siguiendo el mismo método
que hemos dicho para el barniz anterior.
El barniz que resulta de esta composición se aplica para
la misma clase de objetos que el anterior; pero ofrece la
dificultad de no secarse tan pronto.
Para evitar que las materias se aglutinen por la d e s -
igualdad de la temperatura y que la disolución sea i m p e r -
fecta, se suelen calentar estas substancias en el baño de Ma-
ría. Este consiste en una olla de cobre, hierro o barro (ésta
es la peor), bastante más grande que la vasija que contiene
el barniz. A esta olla se la pone una cantidad de agua tal,
que introducida la vasija del barniz en la olla' no se pueda
salir de ésta el agua. De esta manera se calienta este último
líquido y comunica un calor suave e igual a las substan-
cias que han de estar en disolución.
- 36 -

Hai'uiy de c o p a l m u y blanco.

En un matraz de vidrio, que tenga la boca muy ancha, se


ponen.
De alcohol 500 partes
De éter 60 —
En un saquito se introducen 120 partes copal que haga
mucho tiempo que esté molido.
Este saquito se pone en la mezcla de los dos líquidos ante-
dichos, teniendo cuidado de que queden unas doce o quin-
ce líneas sin tocar al líquido, y se tapa la vasija con un ca -
pitel de vidrio que tenga su recipiente. Estos aparatos se
venden en los almacenes de vidrio, preparados para el
efecto. En esta disposición se expone al calor hasta que el
copal se haya disuelto.
Este barniz es muy secante y permanente; puede darse
sobre objetos muy delicados después de bien apomazados y
lisos; no obscurece las superficies sobre que se aplica.
El calor debe comunicarse aquí por medio del baño de
arena, que es también muy suave. Este se reduce a una ca-
zuela o un perol grande de metal, lleno de arena, y- puesto
sobre la hornilla hasta dar a la arena el calor necesario.
Sobre la arena se coloca la vasija que se ha de calentar, y
allí percibe un calor igual.

B a r n i z para los m u e b l e s de ebanistería.

Resina laca preparada del modo ya expresado 50 partes


Alcohol a 3g o 40°.. 100 —
Se pone todo en un matraz de vidrio fuerte, y tapado
con una vejiga, o bien en la botella de cobre bien tapada.
Se pone la mezcla a un calor que no pase de cincuenta a
sesenta grados sobre un baño de arena y se revuelve de
cuando en cuando hasta que la resina se encuentre di
suelta.
Entonces se le cuela y embotella para guardarlo, cuidan-
d o que esté bien tapado.
- 37 -

Este barniz se extiende con una muñequita de trapo,


sobre la madera bien apomarada.

B a r n i z para los objetos apomazados.

Sandáraca . 250 partes.


Mastique 25 —
Sarcacola. ,. 25 —
Trementina de Venecia 50 —
Benjuí 8 —
Alcohol rectificado 500 —
Se disuelve todo a un calor muy suave, y después-se
cuela por un lienzo y se guarda.
Este barniz se aplica con brocha sobre los muebles apo-
mazados, particularmente sobre los que tienen muchos
adornos, por los cuales no puede entrar el trapo c o m o en
el barniz anterior. .'

Barnices de alcohol m e n o s secantes q u e los


precedentes.

Sandáraca. 10 partes.
Resina elomí 120 —
— animé 30- —
Alcanfor 15
Vidrio molido 120 —
Alcohol puro 1000 —
' Se disuelve todo a fuego lento, por medio del baño de
arena; después de disuelto se cuelí y guarda en botella de
vidrio. • '• "'
Puede hacerse en un matraz d e vidrio o en la botella de
cobre. •
Este barniz se aplica para cajas de adornos y muebles
de pequeñas dimensiones; se extiende con brocha.
Sandáraca .. 90 partes. '
Laca. 30 —
Arcanson i . . 60 —
Vidrio blanco molido 60 , —
- 33 -

Trementina clara 60 partes.


Alcohol puro 500 -
Se dispone c o m o el anterior y se extiende con brocha;
se aplica para ensamblaje, muebles, rejillas, pasamanos de
escaleras, etc.
Sandáraca 60 partes
Laca en granos 30 -
Mastique 15 —
Benjuí en lágrimas 15 —
Vidrio molido 60 —
Trementina de Venecia 30 -
Alcohol puro 500 —
A este barniz se le añade un p o c o de azafrán o de s a n -
gre de drago para darle color.
Se disuelve al calor del baño de arena en la botella de
cobre o en el matraz de vidrio, tapado con un pedazo de
vejiga; después de disuelto y frío se cuela y guarda.
Este barniz se emplea para los violines y otros instru-
mentos de cuerda; también se le puede aplicar a las m a d e -
ras finas, después de bien apomazadas.
Se le extiende con una brocha muy suave.
Laca en granos 180 partes.
Succino tundido 60 —
Goma guta 6 —
Extracto de sándalo rojo 1 -
Sangre de drago 55 —
Azafrán 2 • —
•¿ • —
Vidrio en polvo 120 -
Alcohol puro 1000 -
Este barniz se emplea para dar a los objetos de latón el
color del oro.
. El succino, la laca, la goma guta y la sangre de drago
se deben moler muy bien y mezclarse con el vidrio en
polvo; después se añade el alcohol, sobre el cual se pone
el azafrán y, el extracto de sándalo. Para usarlo sobre las
piezas de bronce o de otro metal, se calientan y se las s u -
merge en el barniz, si son susceptibles de ello; y si no, se
extiende con una brocha muy fina, procurando que quede
bien bañado..
— 39 —

En un matraz de vidrio se funde:


Sandáraca ;... 100 partes
Mastique 100 —
Trementina de Venecia 15 —
Alcohol fuerte...-...<• 500 —
Se cierra la boca del matraz con una vejiga agujereada,
y se pone el matraz en un baño de arena, removiéndolo
de tiempo en tiempo.
Luego que la disolución es completa, se le filtra por e n -
tre un papel sin cola.
Este barniz tiene mucho lustre; se pueden apomazar las
piezas y pulirlas después de haberlas barnizado.
Para apomazarlo se emplea el trípoli en polvo, suma-
mente firo y un trapo humedecido.
Los objetos se enjugarán después de apomazarlos, y se
les frotará con un p o c o de aceite graso, que se quita d e s -
pués con un trapo muy fino, y, por. último, se desengrasa
con un p o c o de almidón, y queda la pieza pulida.

Barniz de la China.

Mastique. 60 partes.
Sandáraca 60 —
Alcohol.. 500 -
Se cierra el matraz con una vejiga, y se tiene todo en i n -
fusión hasta que se haya disuelto completamente; después
de esto se cuela por un lienzo.
Se extiende con brocha sobre objetos de madera y metal.

Barniz muy brillante para toda clase


de objetos.

Succino fundido... 120 partes


Sandáraca. 120 —
-

Mastique 120 -
Alcohol rectificado, 1000 -
— 40 —

Se hace digerir el todo en un baño de arena, hasta su


completa disolución; se remueve la mezcla de tiempo en
tiempo y se filtra para guardarlo.
Se aplica con brocha.

B a r n i z de vidrio o vitreo.

Resina laca. 60 partes.


Sandáraca.. 30 —
Mastique 30 —
Animé ...s 20 —
Olíbano o incienso macho 60 —
Se lava la sandáraca con potasa caustica, se pulveriza
todo y se introduce en un matraz con veinte onzas de a l -
cohol. El todo se disuelve en el baño de María.
Este barniz se puede aplicar sobre los cuadros pintados
al temple, sobre papel o vitela; se puede pulir con el trípoli.

B a r n i z p a r a el l a t ó n .

Se ponen a digerir en el alcohol.


Cúrcuma..; 24 partes.
Azafrán 5 —
Se filtra, y con esta tintura se ponen a digerir en baño de
María:
Gomaguta 24 partes.
• Elemí ".. 90 —' ' "
Sangre de drago 30 ^- ' . '
Alcohol 500 —
Se calienta el metal y se extiende con brocha el barniz.

B a r n i z de laca duro.

Sandáraca 60 partes.
Mastique 60 —
Elemí.' 30 —
Animé 1.0. • —
Se disuelve en doscientas partes de alcohol y se filtra.
- 41 -

Otro barniz de laca duro.

Laca 90 partes
Trementina de Venecia ..... 4 —
Alcohol rectificado 500 —
Se disuelve al baño de María, y se filtra la disolución.
Este barniz se aplica con brocha sobre los objetos de c o -
lor negro u obscuro.

B a r n i z de laca odorífico.

Sandáraca 60 partes.
Laca............. '. 120 —
Estoraque 30 —
., Benjuí 60 —
Alcohol ........ 500 — • \ •
Se pulveriza todo y se pone a disolver al baño de maría;
después de disuelto se filtra; también se extiende con b r o -
cha sobre los objetos de madera.

B a r n i z de color de oro.

Goma guta , 120 partes.


Azafrán 8 —
Resina laca 60 —
Alcohol 240 -
Se calienta todo y se filtra. Este se extiende con trapo, es
decir, con una muñequita de esponja.envuelta en uñ trapo
fino y se da sobre las maderas finas bien apomazadas. .

B a r n i z m o r d i e n t e para aplicar el oro.

Mastique . 30 partes.
Sandáraca 30 —
Goma guta ¡ ., 15 —
Trmentina;...- 8 —
Esencia de trementina 180 — •
- 42 —

B a r n i z para cuadros pintados.

Treraenti na de Venecia. 120 partes.


Sandáraca 6 —
Se funde todo y se le añade una cantidad suficiente de
esencia de trementina.

B a r n i z de succino.

Se pone en un matraz:
Trementina de Venecia 15 partes.
Se la funde y se le añade p o c o a p o c o :
Succino, en polvo fino 60 partes.
Así que la masa se empieza a espesar, se le añade la c a n -
idad necesaria de esencia de romero para que adquiera
fluidez, y además se le añade:
Esencia de trementina rectificada... 180 partes.
Y cuando todo está fundido se cuela por un lienzo y se
guarda.
Se usa con brocha.

Barniz amarillo.

Goma laca en granos 120 partes.


Sandáraca 120 —
Sangre de drago 15 —
Cúrcuma 2 —'
Quta, , 2 -
Trementina de Venecia. 60 —
Aceite de trementina 1000 —
Se pulverizan bien las resinas secas y se las disuelven 1
el baño de María*

B a r n i z para euadros.

M a s t i q u e . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ú » •.
:
360 partes.
Trementina,.»..> . » . , , ; ' » ( 45 —
Alcanfor 15 —
Esencia de trementina 1000 —
Se disuelve todo en el baño de María y se cuela después.

B a r n i z p a r a los colores a la a g u a d a y m i n i a »
tura.

Succino fundido.. 30 partes.


Alcanfor 10 —
Alcohol rectificado 150 —
Se coloca la mezcla en un matraz cerrado con vejiga, y
se le expone al sol durante quince días o tres semanas; se
le agita de tiempo en tiempo y se le cuela por último,

Barnices de copal.

Copal preparado 60 partes.


Esencia de espliego 90 —
Esencia de trementina 120
Alcanfor 2 —
La esencia de espliego y el alcanfor se mezclan en un
matraz y se calienta la mezcla hasta que se disuelva el a l -
canfor; en seguida se añade el copal, tratado por la esencia
o el éter y dividido en pedazos se remueve todo hasta la
completa disolución del copal, y se añade a la mezcla la
esencia de trementina.
Este barniz es transparente y tiene mucha solidez; se
puede aplicar a la madera.

II

Copal preparado 15 partes.


Etet sulfúrico 60 —
Se pone en una redoma y se agita bien por espacio de
treinta minutos. .. .. .
— 44 —

Si al cabo de este tiempo se cubren de estrías las pare-


des de la redoma, y el licor no se encuentra enteramente
claro, se añade éter hasta que la disolución sea p e r -
fecta.
Cuando se quiere emplear este barniz, se da una mano
de esencia de trementina rectificada sobre los cuerpos que
se han de barnizar;-se enjuga en seguida la esencia con un
trapo, y se barniza la pieza, que puede ser de madera o de
metal.

III

Este barniz es muy apreciado para cuadros.


Esencia de espliego o romero 180 partes.
Alcanfor 4 —
Copal preparado 60 —
Se disuelve todo reunido y se le añade la cantidad sufi-
ciente de esencia de trementina hirviendo para que el b a r -
niz quede de una soltura regular.

IV

Barniz blanco de copal:


. Ya dije para este barniz la cantidad necesaria de copal.
Bien blanco, se raspa su superficie para separar la parte
opaca y se la reduce a un polvo grosero."..
Se funden 160 gramos de trementina de Venecia en el
baño de arena; se añade igual cantidad de aceite de r o m e -
ro y.dos onzas y media de copal, pulverizado,,como antes
hemos dicho.
Luego que todo está en infusión, se añaden p o c o a p o c o
catorce onzas de alcohol.
Se tapa la vasija con una vejiga pinchada con un alfiler,
y se le expone durante seis días a la temperatura de 75° en
el baño de arena; la materia se remueve tres veces al día, y
después de disuelta se la cuela por un lienzo.
- 45 —

B a r n i z de copal para los metales.

Se funden catorce onzas de copal en pequeños pedazos,


con seis onzas de copaiba en un puchero, a un fuego
suave.
Cuando la mezcla está fundida se la añaden dos onzas y
media de barniz de aceite de linaza; se remueve bien el
todo y cuando se le quiere emplear se le dilata con la esen-
cia de trementina.

VI

Otro barniz copal.

La cantidad de copal que tenga que disolverse se p o n -


drá en una retorta de cristal, de la capacidad de cuatro v e -
ces el volumen de la resina copal puesta.
Se toman, por ejemplo, dos onzas de copal en pedacitos
muy pequeños y se echan en la retorta; luego se añade
media azumbre de trementina (aguarrás) y una octava par-
te de amoníaco (álcali flúor), tapando la retorta y meneán-
dola para que se mezcle bien.
Luego se pone dicha retorta sobre un baño caliente de
arena para que hierva, cuidando, no obstante, de que el
calor no sea fuerte y se puedan contar las bolitas de aire
que se desprenderá del fondo de la retorta.
Deberá mantenerse el mismo calor hasta la completa d i -
solución, que se conseguirá si en la operación se. pone
mucho cuidado.
En cuanto la esencia de trementina y el amoníaco estén
bien mezclados, no se dejará de remover la composición,
ni tampoco de suspender el hervor, hasta que el amoníaco
se precipite al fondo de la retorta y el copal se haya disuel-
to después de haberse hinchado, quedando alguna parte
de él por disolver, c o m o materia insoluble.
— 46 —

Es muy importante no destapar la retorta antes de haber


se enfriado el barniz, pues éste se precipitaría fuera de ella
con mucha violencia.
La esencia de trementina (aguarrás) deberá ser rectifica-
da, esto es, muy pura, para poder realizar la disolución del
copal.
Para hacer este barniz copal con espíritu de vino, se
pone en un matraz o retorta media azumbre de espíritu de
vino de 36°, sobre media onza de alcanfor.
En cuanto esté éste disuelto se añade el copal casi en
polvo y se calienta la retorta en baño de arena, continuan-
do la operación c o m o acabamos de decir.
El alcanfor se combina con el copal mejor que con cual-
quiera otra substancia, y si ambos se incorporan en un
mortero, resultará una mezcla pastosa.
Hay que advertir que toda clase de copal no es a propó-
sito para hacer barniz, y es necesario escogerlo y probarlo
del m o d o siguiente:
Sobre cada pedazo que se quiera ensayar se echa una
gota de aceite esencial de romero, muy puro, y si éste a l -
tera la parte donde se ha echado, es señal infalible de que
es bueno.

VII

Otro barniz de copal.

Copal fundido. 600 partes.


Mastique 18 -
Incienso macho 30 —
Se muele todo reunido, se introduce en un matraz con
un p o c o de aceite de linaza, en seguida se expone al calor
del baño de arena y allí se le hace permanecer hasta su
completa disolución, y se le añade aceite de linaza hasta
darle la consistencia de barniz y se le hace continuar en el
baño de arena por espacio de veinticuatro horas.
— 47

VIII

Otro barniz de copal.

Probado, c o m o se ha dicho anteriormente, cada pedacito


de copal por medio del aceite esencial de romero, se m e -
ten en una retorta con cantidad suficiente de este mismo
aceite esencial y se removerá todo con un palito hasta que
forme una jalea, dejando que repose por espacio de dos
horas.
Después se añaden algunas gotas de alcohol muy puro,
y se repite la misma operación hasta que esté el líquido en
estado de poder usarse.
Debemos advertir que las primeras gotas de alcohol son
las más difíciles de incorporar, pero disminuye la dificul-
tad a medida que estas mismas gotas se van p o c o á p o c o
incorporando y la masa se va disolviendo.
Una vez que el barniz haya adquirido la fluidez c o n v e -
niente se le deja reposar algún tiempo, y cuando esté claro
se apartará del fuego.

B a r n i c e s preparados con los aceites grasos.

El succino y el copal son las mejores materias que se


pueden emplear para esta clase de barnices; el succino pro-
duce un barniz más duro que el copal y no se pega a la
mano c o m o este último, pero no se les debe emplear a un
mismo tiempo.
Estas resinas no se disuelven sino después de la fusión,
y por esto no se las debe reducir a polvo muy fino, p o r -
que en este caso se caramelizarían y darían un barniz n e -
gruzco.
Resina blanca 60 partes.
. Sandáraca 60 —
Aloes 30 —
- 43 -

Se pulverizan las resinas y se cuecen en el aceite de l i -


naza cocido hasta la consistencia de jarabe, se introduce el
áloes y se añade la esencia de trementina necesaria para
darle la consistencia conveniente.
Para emplearlo se calientan los objetos.

B a r n i z p a r a los pintores.

Sandáraca.. 120 partes.


Mastique 30 —
Trementina de Venecia 6 —
Aceite de linaza cocido 750 —
Esencia de trementina 90 —
Se mezcla todo en un matraz y se calienta al baño de Ma-
ría, se filtra y se expone al sol por espacio de dos días.
El aceite de linaza se puede reemplazar por el de a d o r -
mideras.

B a r n i z de succino.

Succino 500 partes.


Aceite de linaza 60 —
Se funde y se añade a la mezcla libra y media de aceite
de linaza, cocido con litargirio.
Este barniz se aplica muy bien sobre las maderas y sobre
los metales.

B a r n i z negro. ™Z3 • 5í }.

Se toman catorce onzas de aceite de linaza cocido y se


añaden:
Succino fundido )
Sandáraca í De cada uno
Mastique \ 15 partes.
Laca
Asfalto De cada uno
Pez negra ^ 20 partes.
Trementina...... • 60 ídem.
49 -

Se funden todas las resinas y se añade aceite a esta m e z -


cla; se la hace hervir cinco minutos y se filtra el líquido.

Barniz muy secante.

Se mezcla el succino en fragmentos del tamaño de un


guisante; se le humedece con esencia de trementina y se
funde a la lumbre.
Cuando se observa que se hincha, se le remueve y e n -
seguida se le aleja del fuego y se le añade esencia de t r e -
mentina, gota a gota, removiendo la mezcla sin cesar.
Cuando la masa tiene • la consistencia del jarabe, se la
pone al fuego y se la hace hervir; en seguida se la añade
esencia, y cuando el barniz está claro se le añade:
Succino fundido 120 partes.
Aceite de linaza 45
Se hace hervir la mezcla, se la filtra en caliente y se
blanquea el barniz por la exposición al sol.

Barniz holandés para papel y pergaminos.

Trementina 120 partes.


Sandáraca 120 — ;

Mastique 120 —
Succino fundido' 30 —
Aceite de trementina 500 —
T o d o se hace disolver con el auxilio del calor en el baño
de arena y se guarda en vasijas de vidrio tapadas.

B a r n i z p a r a g r a b a r sobre el cobre.

Gera amarilla 45.


Mastique 50> Para invierno.
Asfalto.. 15
- 50 -

O t r o para i g u a l objeto<

Cera amarilla 30)


Mastique 30 Para invierna
Asfalto 15

Otro.

Cera amarilla 120i

Mastique 301
Todas estas substancias se funden reunidas, y después de
fundidas se las echa en agua fría y se forman bolas, que
se guardan para usarlas cuando conviene.

B a r n i z para grabar sobre el vidrio.

Cera 30 partes.
Mastique 15 —
. Asfalto 7 —
Trementina 2 —
Se funde todo c o m o en los anteriores y se guarda en b o -
las formadas en el agua fría.

Barniz de goma arábiga.

Efagua puede servir c o m o disolvente para formar b a r -


nices; sólo puede tener esta aplicación con la goma arábi-
ga, con algunas otras gomas solubles y con las gelatinas.
Esta clase de barnices son de muy poca consistencia, y,
por tanto, sólo se aplican a objetos que tengan muy p o c o
frotamiento y que no se hallen expuestos a la humedad.
Su elaboración está reducida a poner la goma que se
haya de usar, que generalmente es la goma arábiga, en el
agua fría, después dé haber escogido los granos más blan-
— 51 —

eos y haberlos reducido a polvo en un mortero de piedra


o de cristal. Cuando la goma se halla disuelta enteramente
en una cantidad de agua suficiente para que conserve la
consistencia del aceite, se la cuela por un paflo de hilo bien
limpio y se la guarda para usarla en una vasija de cristal.
Lo mismo se verifica con las gelatinas o colas; Sólo que,
con éstas las disoluciones se hacen en caliente.
A esta disolución puede agregarse un p o c o de alumbre
en polvo oara que la goma o el mucílago no se altere, y
entre en fermentación-si hace calor.

Otro barniz para muebles.

Se disuelve en agua la cantidad de goma arábiga p u l v e -


rizada que se quiera; también se disuelve en espíritu de
vino caliente igual cantidad de'sandáraca, y ambas d i s o l u -
ciones se juntan, se mezcla y se añade un p o c o de azúcar
cande y una yema de huevo, batiéndolo todo bien.
Se aplica con una brocha fina a los muebles.

Otro barniz para muebles.

Se toman 250 gramos de cera amarilla, que se funden en


un vaso o recipiente de cobre, y en el momento que entra
en ebullición, se van introduciendo en pequeñas porciones,
y agitando constantemente, 500 gramos de esencia de tre-
mentina, entibiada de antemano.
Se vierte luego la mezcla en un frasco de porcelana, y se
continúa agitando hasta enfriarla completamente.
Para dar a este barniz un hermoso brillo se añaden 60
gramos de litargirio a la cera am.irilla cuando está fundida,
cuya mezcla se remueve continuamente, exponiéndola a un
calor moderado hasta que tiene un color gris, y entonces
se la deja enfriar.
Al día siguiente se separa el depósito que deja el litar-
girio en el fondo de la mezcla, y se añade a la cera la esen-
cia de trementina en las proporciones antes indicadas.
— 52' —

Barniz para suelos «te madera.

El barniz para suelos de madera sa prepara del m o d o


siguiente:
Se coloca en el fuego una vasija que contenga tres litros
de agua, en la que se hacen fundir 500 gramos de cera
amarilla, cortada en pequeños pedazos, 125 gramos de j a -
bón de Marsella o jabón verde en pasta y 100 gramos de
potasa blanca.
Una vez disueltas y bien mezcladas estas substancias,
sin llegar a la ebullición, se saca la vasija del fuego, se
agita la mezcla hasta que esté completamente fría y se tie-
ne ya el barniz en disposición de ser empleado.

Barniz clástico para las pieles.

En una libra de aceite de trementina se ponen en infu-


sión dos onzas de goma elástica, cortada en pedazos muy
pequeños, y se tapa muy bien la vasija que contenga esta
preparación.
Después se remueve, y si la goma ha absorbido una
parte del aceite, se añade más, y así sucesivamente hasta
que la g o m a se haya disuelto completamente:
La preparación de este barniz es c o m o sigue: ,
Dos cuartillos de barniz copal de aceite de trementina,
libra y media de aceite de linaza secante e igual cantidad
de la disolución de goma elástica en el aceite de tremen-
tina.
Mezclado todo en un frasco se calienta éste, poniéndolo
en una cazuela llena de arena, colo:ada encima de un h o r -
nillo encendido, y se menea a menudo.
Antes de barnizar las pieles se pintan del color que se
quiera, y después se las barniza con una broch i grande y
de pelo fino, y se secan en una estufa a unos 20° de calor
Reamur.
— 53 —

B a r n i z p a r a e s t a m p a s , p l a n o s , p a p e l , etc.

Se les da primero una mano de cola de pescado, blanca


y clara.
Después de secos, se les da una o dos manos con el b a r -
niz compuesto del m o d o siguiente:
Se derrite una parte de goma resina en' tres de aceite de
espliego; se menea muy bien y se deja enfriar.

Barniz económico.

Sirve para conservar las maderas expuestas al aire y se


prepara derritiendo doce onzas de resina en una vasija de
hierro, con cuatro cuartillos de aceite de linaza y cuatro
barritas de azufre.
Cuando todo esté derretido y bien incorporado, se añade
un p o c o de ocre u otra tierra del color que se quiera.
Se usa l o m a s caliente posible, y. se da segunda mano
cuando esté seca la primera, también caliente y con el c o -
lor que se quiera, preparado del mismo m o d o .
La brea mineral o betún que se obtiene por la destilación
del carbón de piedra en la fabricación del gas; es un e x c e -
lente barniz económico para las maderas y hierro.

B a r n i z q u e resiste el a g u a hirviendo.

Aceite de linaza/libra y media; succino o ámbar amari-


llo, media libra; litargirio en polvo, cinco onzas; albayalde
en polvo, .otras cinco; minio en polvo, dos libras.
Se cuece el aceite de linaza en una vasija de cobré sin
estañar; se mete en una muñequita de lienzo el litargirio,
el albayalde y el minio, y se suspende en el aceite sin que
toque al fondo de la vasija.
Se deja cocer hasta que el aceite se ponga obscuro,%-en-
tonces se saca la muñequita y se echan en el aceite unos
ajos, que se quitan en cuanto estén fritos, y se echan otros,
hasta siete veces.
— 54 —

Antes de echar el succino o ámbar en el aceite, se d e -


rretirá, poniéndole a hervir con dos onzas de aceite de l i -
naza a un fuego fuerte, y, cuando lo esté del todo, se vierte
en el aceite anterior, también cuando hierva, dejándolo así
y removiéndolo por dos o tres minutos.
Después se filtra y se conserva en botellas bien tapadas.
Se pulimenta la madera, se la da una o dos manos de
sebo y aguarrás, y cuando está seca, se da el barniz, r e p i -
tiendo las manos de éste cuanto sea necesario, pero d e s -
pués de haberse secado la anterior.
C o n este barniz se evita que las maderas se carcoman y
pudran con la humedad.

O t r o b a r n i z p a r a l a s su a « l e r a s .

Se derriten en un puchero vidriado doce onzas de tre-


mentina y dos de pez griega; se aparta del fuego en cuanto
se haya derretido, añadiendo p o c o a p o c o cuatro onzas de
aguarrás, y meneándolo bien con un palo para que se i n -
corpore; en cuanto lo esté, se guarda para el uso.
Se emplea caliente.

B a r n i z q u e resiste a la i n t e m p e r i e

Se toma media libra de sandáraca; tres onzas de goma


laca; cuatro de colofonia; seis de trementina, y media azum-
bre de alcohol de 33°.
Se disuelven las resinas en el alcohol y después se
añade la trementina, conservándolo para el uso, y desha-
ciendo en él el color que se quiera.

Barniz para hacer impermeables


los tejidos o las telas.

Se disuelve goma elástica en el betún o brea que se o b -


tiene en la fabricación del gas; se dan cinco o seis manos
con un pincel, y se deja secar.
- 55 —

Si antes de que se seque se pone encima, estando blando


el barniz,' otra tela más fina, pegada exactamente, y se pasa
todo por entre dos cilindros, se tendrán tejidos impermea-
bles para usos variados.

Barniz para hacer el calzado impermeable.

Se toma media libra de aceite de linaza, o c h ó onzas de


sebo de carnero, seis onzas de cera amarilla y otras seis de
resina común.
Se disuelve todo en una cazuela vidriada, dejando sé
evapore la humedad. Después de haber hervido se retira
del fuego.
Cuando esté casi frío, pero todavía líquido, se unta el
calzado con una brocha, y empapándolo bien se deja secar
al calor del fuego; se repite lo mismo, hasta que la piel n o
absorba ya el barniz.
Cuando se reseca demasiado con el tiempo, se suaviza
untando con un p o c o de aceite de linaza.
Debe evitarse que el demasiado calor del fuego estropee
la piel, resecándola.
La suela del zapato se puede poner impermeable de la
misma manera; pero para ello es necesario pegar antes con
cola en la suela interior un pedazo de piel, que se barniza
cuando esté seca, y se cubre con la exterior, que se cose.

B a r n i z para q u e las telas q u e d e n transpa-


rentes c o m o el cristal.

Aceite de pez, incorpórese y mézclese bien en frío Cori


esencia de trementina, removiéndolo continuamente m e -
dia hora, sobre p o c o más o menos, hasta que tome la
Consistencia de una clara de huevo; al Cabo de este t i e m -
po se dejará reposar, y se decantará el líquido con cuidado
en otra vasija, en seguida se tendrá preparada una tela que
deberá ser muy fina y clara en un bastidor que la tenga
tirante, se le dará una mano con este líquido, muy ligera y
muy igual por ambos lados; se dejará secar a la sombraj dá
- 56 -

m o d o que no reciba polvo, se le volverá a dar otra mano


de la misma manera, y cuando esté seca estará tan trans-
parente que más no podrá ser.

Barniz para ladrillos.

Friégúense los ladrillos con una brocha empapada en la


composición siguiente:
Un p o c o de aceite de petróleo con barniz eo mún y t r e -
mentina, mezclándole bermellón o del color que se quiera.

Barniz para botas.

Dos onzas de negro de marfil, una de azúcar piedra,


otra de goma arábiga, tres dracmas de aceite esencial de
espliego, una onza de ácido sulfúrico, otra de ácido m u -
riático y cuatro de vinagre.
Póngase todo en infusión por veinticuatro horas a un
calor suave, y con ello se tendrá un unto superior que no
quemará los zapatos.

Otro barniz para botas.

Vacíese una clara de huevo en un p o c o de negro de


humo; mézclese bien uno y otro con un pincel; échense en
seguida dos o tres cucharadas de vinagre y seis de cerveza;
revuélvase todo.
Se puede usar desde luego.

B a r n i z de brocha para botas y zapatos.

En seis cuartillos de vino blanco se cuecen cuatro onzas


de agallas de ciprés, machacadas, y dos onzas de palo cam-
peche. Luego se pasa todo por un tamiz muy fino y se
hierve lo menos un cuarto de hora.
Entonces se agrega libra y media de goma arábiga en
polvo, disuelta antes en un cuartillo de agua hirviendo, a n -
tes de mezclarla con la tintura anterior.
— 57 —

Hecha la mezcla de lo que queda preparado y con p o c o


fuego; se añaden después dos Onzas de.sulfato de cobre,
doce onzas de miel o melaza, y cuando esté todo bien d i -
suelto se le agregan tres cuartillos de espíritu de vino, d e -
jando que todo hierva a fuego lento por espacio de media
hora.
' Por último, se cuela y embotella.

Secantes.

El aceite de linaza c o c i d o con vidrio molido, ajos y l i -


targirio, y agregándole, después de frío, la esencia de t r e -
mentina, ha sido la composición hasta ahora generalmente
empleada c o m o secante en las pinturas al óleo, de las m a -
deras y otros objetos; pero tanto el olor de una y otra, que
es desagradable y nocivo a la salud, c o m o el mucho tiem-
p o que tardan en secarse en las habitaciones, ha hecho
pensar en sustituirlos.
Ha dado excelentes resultados el nuevo secante s i -
guiente:
Se expone a un calor suave, en una vasija de cobre, 100
partes de agua, 12 de goma laca y cuatro de bórax, y se
remueve la mezcla hasta que todo forme un líquido h o m o -
géneo, en cuyo momento se tapa la vasija, y cuando el l í -
quido está frío se embotella, se tapa perfectamente y se
guarda para el uso.
Según se haya empleado en la operación la goma blanca
o colorada, el líquido es blanco o más o menos obscuro, y
por sí mismo y sin adición de ninguna otra substancia,
constituye un buen barniz, que da a los objetos a que se
aplica un aspecto brillante a la vez que los garantiza de la
humedad y de la acción de la atmósfera y es muy d u -
radero.
Para emplear este barniz en un color al óleo no hay más
que tomar del blanco o del obscuro, según que se desee,
colores más o menos claros, y mezclarlo en partes iguales
con el color que se va a dar, molido con aceite de linaza,
pero de m o d o que constituya una masa espesa, y se añade
— 58 —

al mismo tiempo un poco de esencia de trementina. T o d o


reunido, se remueve bien hasta q u e forme un solo cuerpo,
y se pinta con él.*
Conviene no preparar más color que el que se va e m -
pleando, porque no tarda en endurecerse.
Cuantos objetos se pintan al óleo con esta preparación,
están perfectamente secos, según el estado de la atmósfera,
en quince o treinta minutos.

Tiritoperña

Este arte consiste en fijar sobre diferentes especies de


telas todos los colores que se deseen, de m o d o que no pue-
dan alterarse fácilmente por los agentes a cuya acción s u e -
len estar expuestas.
El arte de la tintorería está íntimamente relacionado con
la química.
Las principales materias de las telas que se tifien son la
lana, la seda, el algodón y el hilo; las tres primeras son
rríás fáciles de teñir que la última.
En la actualidad, merced a los grandes adelantos de la
química, cítanse con especialidad los colores derivados de
la anilina.
Pueden también usarse los siguientes:
1.° Negro.—Se impregna la tela con acetato de hierro,
qué es el mordiente, y se tiñe en un baño de rubia o de
campeche.
2." Púrpura.—El mordiente anterior de hierro, exten-
dido con el mismo baño de tinte.
3.° Carmesí.—El mismo mordiente con 'a púrpura, con
una porción de acetato de alúmina o mordiente rojo y el
baño dicho antes
4.° Rojo. - El mordiente aquí es el acetato de alúmina
y el baño de rubia. " '
— 59 —

5.° Rojo pálido de diferentes matices. - El mordiente


anterior extendido en agua y un baño flojo de rubia.
6.° Moreno o pardo. Un mordiente mezclado, que
contenga mayor cantidad de mordiente rojo que del negro,
y el baño de rubia.
7.° Anaranjado. El mordiente rojo y un baño primero
de rubia y después de corcitrón.
8.° Amarillo. Un fuerte mordiente rojo y el baño de
corcitrón a una temperatura muy inferior a la del agua
hirviendo. '
9.° Azul. — Añil hecho soluble y coloreado de amarillo
verdoso por medio de la potasa y el oropimente. Este mor-
diente recubre su color azul por la exposición de aire, lo
cual hace que se fije fuertemente en la tela.
Una tina de añil se prepara también con esta substancia
desleída en agua con cal viva y caparrosa.
10. Amarillo dorado.—Se introduce alternativamente
la tela en una disolución de caparrosa y de agua de
cal
11. Leonado.—Las substancias anteriores, pero más d i -
latadas.
12. Verde.—La tela teñida de azul y bien lavada se i n -
troduce en el acetato de alúmina; se pone a secar y se pasa
a un baño de corcitrón.
En los casos expresados, luego que la tela recibe el mor-
diente se pone a secar. Después se pone en ia tina o calde-
ra de teñir.

Aplicaciones de la a l b ú m i n a
en la t i n t o r e r í a

Las soluciones de albúmina presentan la propiedad de


coagularse a los 60 o 70°; esta coagulación puede también
provocarse mediante tanino, alcohol, ácidos o sales metá-
licas.
A pesar de su elevado precio, la albúmina desempeña
un papel muy importante en la tintorería y estampado de
— 60 -

tejidos, pudiendo emplearse para este objeto tanto la albú-


mina procedente de la leche c o m o la procedente de la
sangre.
La primera se encuentra en el comercio en forma de ta-
bletas amarillas o pardo claras, o.en forma de polvos ama-
rillentos y es algo más cara que la albúmina procedente de
la sangre. Esta última, a pesar de ser más barata, ofrece
mayor potencia adherente y se encuentra también en e l
comercio en forma de tabletas o polvos de un color algo
más obscuro.
Se aplica una ñ otra de estas albúminas según se desee
un color más claro o más obscuro.
C o m o se ha indicado, el valor de la albúmina estriba en
la propiedad de coagularse con el calor, haciendo al p r o -
pio tiempo a los colores insensibles a la acción de la luz.
Es recomendable la preparación de las soluciones de a l -
búmina en el acto de su empleo, con aditamento de b ó -
rax y amoníaco para acelerar la solución.
El aditamento de esencia de trementina vuelve el color
más pálido.
Para cada litro de color se acostumbra a añadir 10 c e n -
tigramos de solución de albúmina al 25 por 100, que c o n -
tiene, por tanto, 2,5 gramos de albúmina seca.
El empleo de la albúmina es recomendable principal-
mente en aquellos colores que se vuelven pálidos a la a c -
ción de luz.
Los colores de alizarina mejoran también la calidad
cuando se les añade albúmina.
Los estampados de algodón efectuados con auxilio de
albúmina, presentan mayor viveza en los matices y mayor
uniformidad en el color.

Colorea para la tintorería.

Las materias textiles, ya bajo la forma de hilos o hebras,


ya bajo la forma de tejido, reciben siempre una c o l o -
ración.
Esta coloración puede darse primero a los hilos, tejién-
- 61 -

dolos después y resaltando el género llamado tartanes, y


en general tejidos de color, o pueden teñirse después de
tejidos por los sistemas de tintorería y estampados.
Las materias colorantes empleadas para la tintorería y
los estampados son iguales, y solamente difiere el m o d o
de aplicación.
Dichas materias colorantes pueden ser de origen vegetal,
mineral, químico o animal.
Muy pocas son las materias colorantes animales que se
aplican a la tintorería y estampados.
Las materias colorantes más empleadas en tintorería son
las siguientes:
Rojos.—De grana, palo Brasil, palo sándalo, cártamo,
cochinilla, grosella, de anilina, granate de ácido fénico, c o -
ralina, de naftalina, de alinazina, de retorcina.
Azules.— índigo, palo campeche, tornasol, de anilina,
azulina, alizarina y azul de Prusia.
Amarillos.— Fustete, granas amarillas, cúrcuma, de a n i -
lina, de naftalina, cromato de plomo, sulfuro de c a d m i o .
Anaranjados. - De anilina, de antracina (alizarina).
Verdes.—De anilina, de naftalina, de c r o m o .
Violados. —De anilina, de naftalina.
Negro. Pirogalato de hierro, de anilina.
Hoy día los colores de anilina vienen a sustituir a todos
los fragmentos vegetales y animales.

Instalación de u n taller de tinte.

Para instalar un taller de tinte hacen falta tres habitacio-


nes, o por lo menos dos, una de las cuales se destina exclu-
sivamente para el azul de añil, que requiere temperaturas
determinadas, y la otra para los colores variados que p u e -
dan ser objeto de aplicación, y tanto una c o m o o'tra deben
tener en sus cubiertas y paredes grandes ventanas que pue-
dan abrirse fácilmente para dar salida a los vapores y
gases.
Además son indispensables dos tendederos, uno de ellos
al aire libre, y el otro a cubierto de las aguas de lluvia.
- 62 -

La mejor distribución del taller es adosar al muro, en


uno de sus lados, las cajas o cubas necesarias para los tin-
tes, y en el lado opuesto colocar los aparatos de lavar, a d e -
rezar, enjugar, etc.
El sistema de caldeo ha de ser objeto de preferente aten-
ción; hasta hace pocos años se calentaban los baños y ti-
nas directamente por la acción del fuego, sistema hoy
abandonado, así c o m o el de inyectar vapor en dichas tinas,
porque el primero impide regular las temperaturas y el s e -
gundo cambia la densidad a consecuencia de la condensa-
ción del vapor acuoso. El medio preferible hoy es el caldeo
indirecto por el vapor, valiéndose de calderas de doble
f o n d o o de serpentines cerrados, en los que se condensa el
vapor sin comunicar con el contenido de los recipientes.

Espesantes.

Estas substancias desempeñan importantísimo papel en


tintorería, porque permiten dar a los tejidos cierta viscosi-
dad conveniente para que se adhieran a lá fibra en mayor
cantidad. C o m o tales se sirve la tintorería del algodón y sus
congéneres (fécula de patata, dextrina, etc.); de las gomas
propiamente dichas (arábiga, del Senegal, tragacanto, etc.),
y de materias más 0 menos mucilaginosas, c o m o la linaza.
Al lado de estos productos figuran espesantes de origen
animal (albúmina y caseína), y otros minerales que se i n -
troducen en los colores para darles cuerpo (caolín).

mordientes.

La mayoría de ellos pertenecen a los óxidos metálicos


capaces de formar los cuerpos denominados lacas; entre
ellos pueden citarse la alúmina y los óxidos de hierro, c r o -
m o y estaño.
Los mordientes no reaccionan siempre de la misma m a -
nera ni hacen adherente el color de idéntica forma, pues
en determinadas circunstancias modifican, no sólo el tono,
sino el color mismo; así, introduciendo en un baño de c o -
— 63 —

chinilla una tela preparada con mordiente de alúmina, se


teñirá de lila, mientras que otra en que este óxido haya
sido sustituido por el plomo se coloreará de rojo.
En las operaciones de tintorería los mordientes tienen
gran influencia sobre los resultados, por lo cual deben e s -
tudiarse de una manera general, considerados, no sólo
c o m o medios dé dar fijeza a los colores, sino también
c o m o modificadores .de los mismos.
Entre los mordientes más usados están aquellos en que
figura la alúmina, que puede hacerse intervenir empleando
cuerpos en que exista c o m o base, c o m o son las sales alu •
mínicas u otros en que desempeñe el papel de ácido,
c o m o los alumánatos; de los primeros, los más usados en
tintorería son los alumbres, que, sin embargo, no p r o d u -
cen buenos resultados si no cuando se les mezcla con cier-
ta cantidad de carbonato sódico y aun de acetato de p l o -
mo, formando baños que contengan 40 partes del primero
de estos cuerpos, cuatro del segundo y 40 del tercero.

Quitamanchas.

Entre las muchas substancias que forman las manchas,


unas son simples y otras compuestas.
Las unas se adhieren a las telas sin destruir el color,
c o m o , por ejemplo, el agua que al caer en gotas sobre los
tejidos destruye el brillo e igualdad que se las da por m e -
dio de aderezos y presión entre cilindros, dejando señales
bien perceptibles a la simple vista.
Las otras manchas son todas aquellas producidas por el
aceite, la cera, el sebo, la pomada, la resina, el jugo de las
frutas, el vino, el orín de hierro, la sangre, etc.
C o m o todos estos cuerpos (no comprendiendo el agua)
son por naturaleza todos solubles en un solo agente, no se
necesita más que una sola operación para quitar las mati-
— 64 —

chas que producen, y ésta consiste en aplicar el adecuado


disolvente.
En cuanto a las manchas del agua, pueden quitarse h a -
ciendo deslustrar las telas, especialmente las de seda y
lana, antes de exponerlas a la lluvia.

Substancias que forman manchas com-


puestas.

Cuando la substancia que forma una mancha se c o m p o -


ne de dos o tres principios de diferente naturaleza, es pre-
ciso emplear sucesivamente la acción de muchos agentes,
y por esta razón se llaman estas manchas compuestas.
Si se trata, por ejemplo, de limpiar una tela manchada
con unto de coches o con el principio vegetal del l o d o y
de la tinta, queda todavía por disolver el residuo metáli-
co, que da a la tela un color pardo más o menos subido.

Substancias que alteran o destruyen los co-


lores.

Tanto los ácidos c o m o los álcalis, los jugos de algunas


frutas, los orines recientes, no sólo cambian y modifican,
sino que alteran o destruyen la mayor parte de los colores
dados por los tintoreros.
Para restablecer estos colores basta, en muchos casos,
neutralizar el cuerpo que ha producido la mancha; esto es
lo que sucede cuando el ácido es débil. Pero muchas veces
se destruye completamente el c o l o r , y entonces es preciso
reemplazarlo.

R e a c t i v o s o agentes q u e se u s a n p a r a quitar
las manchas.

Para que un cuerpo sea a propósito para quitar una


mancha, es necesario que sea capaz de combinarse con la
materia que la forma, o de disolverla, y al mismo tiempo
que no,altere la tela.ni su color,
- 65 -

Las dos primeras condiciones son indispensables; en


cuanto a la última, es muy difícil de llenar, sobre todo
cuando la mancha cae en colores fugaces; pero en este caso
se repara la alteración que ha producido el reactivo; sin
embargo, hay manchas que se quitan por procedimientos
puramente mecánicos; en muchas circunstancias basta el
frotamiento, sobre todo cuando el cuerpo extraño no p e -
netra en el tejido de la tela, o cuando es tan frágil y q u e -
bradizo que se pulveriza fácilmente entre los dedos.

Reactivos o agentes propios para q u i t a r las


manchas simples.

Para conocer los cuerpos que deben emplearse para


quitar una mancha simple, es primero necesario averiguar
la naturaleza de la mancha, lo cual es fácil conocer, pues
el sebo, el aceite, la cera, los jugos de las frutas, el vino, el
orín del hierro y la sangre, tienen caracteres bastante p r o -
nunciados y las manchas que forman se reconocen a l a
vista.
Examinando los diversos cuerpos que forman las m a n -
chas simples y la acción que ejercen sobre ellos los reacti-
vos, juzga M. Chaptal que pueden reducirse a cuatro c l a -
ses, a saber:
1.
a
La de los cuerpos grasos en que se comprenden los
aceites, las grasas, la cera, etc.
2.
a
La de los cuerpos resinosos.
3.
a
La de los jugos vegetales y la sangre.
4.
a
La de los óxidos de hierro.

m a n c h a s f o r m a d a s p o r los c u e r p o s grasos.

Los cuerpos grasos pueden entrar en combinaciones con


otras muchas substancias, c o m o los álcalis, la mayor parte
de las tierras/algunos ácidos metálicos, el jabón, los m i s -
mos principios oleosos, la bilis y la yema de huevo.
Entre los cuerpos capaces .de disolver las sustancias oleo-
sas, ocupan los álcalis el primer lugar; pero c o m o ejercen
3
— 66 —

una acción poderosa entre los colores y las telas, especial-


mente sobre las de lana y seda, no puede hacerse uso de
ellos sino con la mayor circunspección.
Es, pues, preciso, emplear los álcalis combinados con
el ácido carbónico, lo cual disminuye considerablemente
su efecto sobre los cuerpos oleosos, y en este estado se
emplea especialmente la sal de tártaro.
Sin embargo, cuando se trata de telas blancas de hilo y
algodón, pueden emplearse los álcalis cáusticos, pero su
uso c o m o tales exige las precauciones que se indicarán.
El amoníaco (álcali volátil), líquido o concreto, no tiene
tantos inconvenientes c o m o los álcalis fijos, pero su acción
no es tan activa y eficaz.
Las combinaciones de los álcalis con los aceites forman
el jabón de comercio, y en este estado conservan la p r o -
piedad de disolver una cantidad de aceite o de cualquiera
otro cuerpo de naturaleza grasa, de m o d o que pueden e m -
plearse en estado de jabón para quitar las manchas de a c e i -
te, o disolviendo el mismo jabón en alcohol, formando lo
que se llama esencia de jabón.
Las tierras absorbentes, tales c o m o la creta y las tierras
jabonosas, que casi todas contienen mucha magnesia, se
combinan también con los cuerpos grásientos sin alterar los
tejidos ni tampoco la mayor parte de los colores, de m o d o
que se usan mucho.
También se combinan o mezclan algunos de los cuerpos
de que acabamos de tratar para producir mayor efecto. Así
es que se mezcla el jabón, la hiél y la yema de huevo con
las tierras jabonosas a las que dan la consistencia necesaria
para formar tierras contra las manchas.
El éter sulfúrico tiene también la propiedad de disolver
los aceites; este disolvente sería tanto más ventajoso cuanto
que no ataca los colores ni las telas; pero tiene el i n c o n v e -
niente de ser muy volátil y abandonar fácilmente el cuerpo
que tiene en disolución cuando hay que recurrir al calor
para quitar cuerpos compactos y pesados, c o m o la pez, la
trementina o los aceites grasos.
Monsieur Giobert ha propuesto el alcohol alcanforado
— 67 —

c o m o el mejor disolvente de los principios oleosos; pero


observa, con razón, que para que produzca su efecto ha de
ser bien rectificado y saturado todo l o posible de alcanfor.
Otra substancia que se emplea para quitar las manchas
de aceite, es la esencia de trementina, la cual obra mejor
cuanto más reciente.
Cuando se quiere preparar para este uso, conviene d e s -
tilarla sobre cal viva; este aceite volátil disuelve todos los
cuerpos oleosos, todas las resinas y no altera en general
los colores ni los tejidos.
Desde hace mucho tiempo se usa la bencina para quitar
las manchas, la cual, según afirman los técnicos, reempla-
za ventajosamente a las esencias de trementina, de limón y
otras análogas en el arte del tintorero-quitamanchas.
La bencina o carburo de hidrógeno, es un líquido i n c o -
loro, que se evapora fácilmente sin dejar ningún residuo
apreciable y que no se colorea ni se resinifica aun cuando
esté expuesto al aire atmosférico.
La bencina se extrae de la brea procedente de la fabri-
cación del gas, por un procedimiento económica.
La bencina disuelve bien todas las materias grasas, las.
resinas, las ceras, etc., y siendo los cuerpos grasos la base
de la mayor parte de las manchas, el uso de la bencina es
de gran utilidad, no dejando ningún rastro sobre la tela
con ella impregnada. Hierve a 86°, así que se volatiliza
más pronto que las esencias de trementina y de citrón, y no
deja el olor persistente y desagradable que éstas; es menos
volátil que el éter, que, volatilizándose a 36°, apenas tiene
tiempo para actuar sobre la tela.
Todas estas circunstancias permiten regularizar el e m -
pleo de la bencina, y dan más facilidades para quitar por
imbibición las materias disueltas.
Cuando los cuerpos grasos son muy tenaces, c o m o los
aceites cocidos, la pez, etc., no podrían actuar ;sobre ellos
la mayor parte de las substancias de que acabamos de h a -
blar, sino ayudando-su acción por un calor fuerte, lo cual
no es siempre practicable sin inconvenientes.
Para ciertas grasas, c o m o la cera, el sebo, etc., se pone
— 68 —

la tela manchada entre papeles sin encolar (papel secante),


y se aplica encima un cuerpo caliente capaz de fundir la
mancha; luego que el cuerpo graso se funde, pasa a los p a -
peles con que está en contacto inmediato y abandona la
tela. Repitiendo muchas veces la operación y renovando el
papel, se quita la mancha enteramente.

Manchas formadas por cuerpos resinosos.

Se consideran c o m o cuerpos resinosos la pez, y general-


mente todas las substancias muy inflamables que se disuel-
ven en el alcohol.
Los agentes que pueden quitar estas manchas son, por lo
general, los de que hemos hablado antes; pero c o m o el
mayor número de ellos no puede actuar sino cuando se
han ablandado convenientemente los cuerpos resinosos,
sólo indicaremos aquí el alcohol bien puro, el cual tiene la
propiedad de disolver las resinas sin alterar de m o d o a l -
guno las telas ni la mayor parte de los colores.
Puede emplearse también el aceite volátil o la esencia
de trementina, sobre todo cuándo la mancha es de algún
cuerpo tenaz, c o m o resina o barniz; pero entonces es p r e -
ciso ablandarla con un hierro caliente antes de aplicar la
esencia, y lavarla después con espíritu de vino o con la
preparación particular conocida en el comercio con el
nombre de Agua de la reina de Hungría.
La bencina quita la generalidad de las manchas de b a r -
nices y fesinas sin necesidad de ablandarlas con el hierro
caliente.

¡Hanchas p r o d u c i d a s p o r los j u g o s vegetales.

Los agentes que se emplean para quitar las manchas pro-


ducidas por dichos jugos se reducen: o a emplear una s i m -
ple solución de agua fría para hacerlos desaparecer si han
caído recientemente; si han tenido tiempo de secarse y a d -
herirse con más fuerza, no siempre se quitan con agua
sola. Es preciso recurrir a otros agentes, entre los cuales se
- '69 -

distingue el ácido sulfuroso y el cloro, solo o combinado


con la potasa.

M a n c h a s «le t i n t a .

Se empapan las manchas con sal de acederas, o sea o x a -


lato de potasa y se lavan en seguida con agua claran Mas si
fueran telas de color, hay peligro de producir otra mancha
si no se limita el tratamiento a la parte lastimada y no se
tiene a mano un p o c o de bicarbonato de magnesia para
aplicarlo inmediatamente sobre el ácido.

M a n c h a s s o b r e tejidos b l a n c o s de seda.

Si son producidas por vino o frutas, el medio más s e n -


cillo para que desaparezcan es emplear el azufre, lo cual se
consigue quemando este mineral y haciendo que la tela-
manchada reciba el gas ácido sulfuroso que se desprende
de la combustión.

manchas de substancias acres y acidas.

Los vómitos son uno de los motivos más frecuentes de


producir manchas, que tardan mucho o cuesta no p o c o h a -
cerlas salir.
La hiél de vaca batida en un p o c o de agua neutraliza
los ácidos más persistentes del estómago, y su uso será el
de mejor efecto y menos inconvenientes en las ropas de
color.
Si persistiesen las manchas se tratarán con espíritu de
sal, o sea ácido hidroclórico diluido en cinco veces su peso
de agua, lavando y aclarando en seguida.

- Pastillas para q u i t a r las m a n c h a s .

Estas sirven éticamente para toda clase de manchas, m e -


nos para las producidas por la tinta o el óxido de hierro.
Se preparan del m o d o
— 70 —

Jabón blanco, 64 gramos; alcohol, 32 gramos; yemas de


huevo, 2 gramos; esencia de trementina, l o g r a m o s ; mag-
nesia, la cantidad suficiente para dar consistencia a esta
composición.
Primero se disuelve el jabón bien raspado en el alcohol,
y después en un mortero se mezcla todo; esto ya en el
jabón disuelto, se une la esencia de trementina y la yema
de huevo.
Cuando todo está bien unido se añade la magnesia y se
forma una pasta, con la que se harán bolitas o pastillas,
que se dejan secar para usarlas cuando sea necesario.
El m o d o de servirse de ellas consiste en humedecer la
mancha, pasando por encima la pastilla y restregándola
con un cepillo de uñas y lavándola después.
ÍNDICE

Páginas.

El arte de la pintura 5
La miniatura 5
Pintura al fresco 6
al encauste 6
— embutida 6
— férrea 6
— vitrea 6
— al pastel • •• 6
Nueva industria. —La coloración artificial del mármol.... 6
Dibujo 8
El arte del dorado. 14
Dorar con oro molido sobre plata o cobre 15
Dorar con panes de oro por medio de un barniz 15
Dorado sobre el cristal 16
Plateado 16
Platear el cobre 16
Otro modo de platear 17
Pintura de los pisos de las habitaciones •- 17
Cemento diamante 18
Cola fuerte líquida >•• 19
- 72 —

Páginas.

Cola de boca 19
— para la madera que resiste al agua.. 19
— para pegar el vidrió, cristal ó porcelana 20
— para pegar el mármol 20
Tecnología de los colores 20
Colores para la pintura— 20
Blancos 21
Rojos — 21
Amarillos 21
Verdes 21
Azuhs 21
•Violados 21
Negros : • •• •• • • 21
Tonos intermedios . 21
Clasificación de los colores segur, su solidez ó fijeza 23
Blancos muy sólidos • 23
— menos sólidos 23 '
Amarillos muy sólidos 23
— menos sólidos . . . 23
— po:o sólidos •• • 23
— nada sólidos . . 23
Azules muy sólidos 23
— menos sólidos . 23
— poco sólidos 23
Negros muy sólidos • • . 23
- menos sólidos.. 23
Rojos muy sólidos 23
— menos sólidos .• 23
— poco sólidos. 24
— nada sólidos 24
Verdes muy sólidos 24
— poco sólidos 24
— 73 —

Páginas.

Obscuros muy sólidos 24


— É^SÉ sólidos 24
Púrpurjt .W 24
Violad# 24
Clasificación de los colores según las mezclas 24
Orado de intoxicación de los colores 24
Colores peligrosos 24
— menos peligrosos 25
— poco venenosos. 25
— inofensivos 25
— vitrificables 25
— que se emplean para la losa ordinaria . 27
Significación de los colores •— 28
Barnices 28
Disolventes • • 29
Sólidos 3 0

Materias colorantes 30
Diferentes aplicaciones 30
Disolución de la laca 30
— del copal 31
— del succino 32
Arcanson y colofona 32
Mastique • 33
Sandáraca •v • 33
Animé 33
Clases de barnices V É v ^
Preparación de las materias sólidas, -^m- 3 4

Barnices secantes al alcohol j^K 34


Barniz de copal muy blanco .^^L 35
para los muebles de ebanisterj^M 36
— para los objetos apoma- " * Í ^ K s
v
37
— de alcohol, menos sec _^^^fecedentes.... 37
Páginas.

Barnizde la China 39
— muy brillante para toda clase de objetos., .v. . .*..\ 39
— de vidrio o vitreo. ^É/'w 4 0

— para el latón. .L 40
— de laca duro 40
— de laca odorífica 41
— de color de oro 41
mordiente para aplicar al oro 41
— para cuadros pintados 42
— de succino 42
amarillo 42
para cuadros 42
— para los co'ores a la aguada y miniatura 43
Barnices de copal 43
— preparados con los aceites grasos 47
Barniz negro ' 48
— muy secante 49
— holandés para papel y pergaminos.. ... 49
Barnices para grabar sobre el cobre.. 49
— para grabar sobre el vidrio 50
— de goma arábiga. 50
— para muebles 51
— para suelos de madera 52
— elásticos para las pieles 52
— -para estampas, planos, ¡jipe!, etc 53
económicos. ' 53
— que resisten a M É t a hirviendo 53
Barniz que resiste a la i n H t o e r i e 54
— para hacer imperdibles los tejidos y las telas 54
— para hacer el calMBímpermeable 55
— para que las t e l ^ ^ R e d e n transparentes como el
— 75 —

Páginas.

Barniz para ladrillos • 56


— para botas 56
Secantes > 57
Tintorería • • 58
Aplicaciones de la albúmina a la tintorería 59
Colores para la tintorería. 60
Instalación de un taller de tinte 61
Espesantes 62
Mordientes.. 62
Quitamanchas 63
Substancias que forman manchas compuestas 64
Substancias que alteran o destruyen los colores... 64
Reactivos que se usan para quitar las manchas 64
Manchas formadas para los cuerpos grasos.. 65
— formadas por cuerpos resinosos 68
— producidas por los jugos vegetales 68
— de tinta 69
— sobre tejidos blancos de seda 69
— de substancias acres y acidas .. 69
Pastillas para quitar las manchas. 69

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