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COMO PROPONER MATRIMONIO EN BRIBRI

Bárbara Lininger Ross'

l. Proposiciones Socioculturales

El hecho de "contraer matrimonio" <s~~ ~ ta_ >2 'vivir juntos' o


'unión' dentro de la cultura tradicional bribri puede considerarse como una
manifestación de al menos dos valores muy importantes dentro del sistema
de creencias de este grupo indígena. El primero es el rasgo cultural que
María Eugenia Bozzoli llama "atención a los límites" o sea, donde se juntan
las categorías divisorias de las unidades estructurales de su experiencia.
Esta preocupación por los linderos implica a su vez el respeto de dichos
límites, reflejado en el vivir y funcionar correctamente dentro de los
mismos (1979, 159-62).
Respecto a la unión de una pareja, una manifestación principal del
hecho de vivir y funcionar correctamente, por ejemplo, es el profundo
respeto tradicional a las divisiones entre clanes. Los posibles lazos de
unión entre clanes obedecen a su vez a otro valor muy significativo: el
concepto de distancia-unión entre elementos opuestos. Este concepto es
ocasionado en el presente caso por una dicotomía en el plano vertical entre
hombres y mujeres y, en el plano horizontal entre el propio clan de un
individuo y los de los demás. De esta forma, asegura Bozzoli, " .. .la única
manera correcta en que un clan puede reproducirse es aliándose "a los
otros" y así habrá numerosa descendencia; la opción de casarse con los que
se parecen a uno. los del mismo clan, es prohibida, es incestuosa"(1979,
174).
Hechos lingüísticos aislados a nivel de la oración revelan en forma
imperfecta la forma en que el lenguaje representa el respeto de estos valores
socioculturales. La verdadera importancia de estos hechos se destaca en
forma más amplia después de examinar algunos aspectos del desarrollo
histórico y el ambiente situacional sobre el tema de la unión de parejas.

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Il, El Contexto Histórico-Situacional

El origen del término actual Bribri para el matrimonio <u18batsOk >


'unir manos' es de origen incierto. Doris Stone considera que el término
concuerda con algunas evidencias arqueológicas precolombinas de parejas
con las manos unidas (61). Por otro lado, José Feliciano Elizondo F.,
informante indígena de la lengua bribri de la Universidad de Costa Rica
(UCR) piensa que en épocas postcolombinas pasadas el término tradi-
cional <S~nl!k 1!ñ1ta>, se cambió por la expresión <ulábatsók> debido a
la influencia de la Iglesia Católica.
Aunque en la época postcolombina esta incertidumbre de orígenes
también se extiende a varios otros aspectos de las prácticas de los bribris
respecto al hecho de contraer matrimonio, en algunos sentidos la fusión de
lo tradicional y la influencia hispánica refleja la presencia de varios
elementos de la cultura indígena tradicional que han sobrevivido a la par
de los hechos culturales hispánicos. El resultado ha sido una evolución de
costumbres singulares referente al matrimonio entre los bribris durante el
período postcolombino.
Los jóvenes bribris mayores de edad de la época postcolombina
temprana, al igual que sus antepasados, eran libres para juntarse según su
inclinación personal sin ceremonia alguna, siempre y cuando la pareja
respetara las leyes existentes respecto al clan adecuado para su unión. En
estos casos de jóvenes mayores de edad generalmente era el hombre quien
tomaba la iniciativa de dirigirse a la mujer de su elección. De estar de
acuerdo ésta, formaban una pareja. Si al juntarse, la pareja no observaba
estos reglamentos sobre clanes matrilineales, era fuertemente censurada
por toda la comunidad y no le quedaba más remedio que abandonar el
grupo.
Si al formarse, la pareja se había juntado con el debido"respeto a las
normas, existían varias posibilidades de vivienda de acuerdo con sus
recursos personales. Podía ser en una casa independiente por medio de una
herencia, con la familia del muchacho o, lo que era más probable, en la casa
de los padres de la muchacha, ya que los clanes tendían a usar la residencia
matrilocal, según Stone (63).
El tío materno mayor, jefe de la familia matrilineal, podía jugar un
papel sumamente importante en elegir un futuro <n@1!yóm> 'sobrino' de su
conveniencia, cuenta Elizondo F.. En consecuencia, la muchacha bien
podía ser prometida sin su consentimiento a un hombre elegido por el tío
si ella era menor de edad, entendiéndose por 'menor de edad' una niña de
diez u once años a quien aún le faltaba alcanzar la pubertad. Aunque a
veces el tío consultaba preferencias con su hermana, la madre de la niña en
cuestión, en realidad no estaba en la obligación de hacerlo.

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Un matrimonio de conveniencia también podía ser pactado de an-
temano entre los jefes de clanes, parientes de ambos miembros de la
presunta pareja con muchos años de anticipación, remontándose este
acuerdo a veces desde el nacimiento de los futuros contrayentes. En estos
casos el novio generalmente pasaba a vivir con la familia de la muchacha
al llegar a la adolescencia y formalizarse la unión, según Alí Segura, ex
informante de la Universidad de Costa Rica sobre el bribri de la zona tala-
manqueña atlántica y nativo del de Coroma de esa misma área.
La poligamia también fue practicada, sobre todo con mujeres que
provinieran de un mismo clan y fueran hermanas o primas paralelas entre
sí, aseguran los dos informantes bribris. Esta afirmación se ve amplia-
mente apoyada por Stone (62) y por Bozzoli, quien habla de la poliginia
sororal y el hecho de que tradicionalmente un hombre podía tener hasta
cuatro esposas (1979, 171). Se considera que en la época actual algunas de
las costumbres antiguas tales como la poligamia prácticamente se han
eliminado, aunque los dos informantes cuentan de algunos casos conoci-
dos de los tiempos de sus padres. Sin embargo, por lo menos una práctica
sigue en forma igual o muy parecida a su forma tradicional: tanto en la zona
de la vertiente atlántica como en el área de Salitre-Cabagra por la vertiente
pacífica, zona natal del informante Elizondo F., aún es común que los
jóvenes mayores simplemente se junten.
Hoy en día trazas de las costumbres "de antes" se observan también
en otras prácticas reminiscentes de épocas anteriores. Se informa que al
menos en algunas zonas altas y remotas de la región atlántica talaman-
queña los padres de una joven-y en particular la madre-aún pueden de-
sempeñar un papel instrumental en el proceso de decidir cuál va a ser su
futuro yerno. Este papel parece remontarse, al menos en parte, a los
tiempos postcolombinos pasados ya considerados "tradicionales" (Stone
62-63) que a su vez tuvieron su origen en épocas precolombinas. En esta
última instancia Elizondo F. considera que ahora 10 tradicional es que, al
anunciar la madre que una hija está pronta a alcanzar una edad apropiada
para la reproducción, el padre juegue el papel que le habría correspondido
al tío materno en épocas anteriores, al indicar su preferencia de yerno. Sin
embargo, si ejerce la prerrogativa de señalar uno, también el padre puede
consultar con su esposa al respecto. Los demás detalles no parecen haber
variado mucho de los tiempos "tradicionales" postcolombinos cuando,
para decidir sobre la conveniencia del candidato tomaban en cuenta varios
factores tales como si el futuro novio poseía ciertas cualidades personales:

(1) a. <S~nbua" > 'ser de buenas costumbres'


b. <k!n~bala > 'ser un buen trabajador'
c. <Dawa > 'ser buen agricultor'

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Se observa que los ténninos 'trabajador' y 'agricultor' se equiparan.
Ser un buen cazador también era una cualidad personal importante. Un
<yéria> 'cazador', título que indica que ya uno se ha probado en el campo
de lacazade presas mayores tales como la danta (tapirus bairdii), el venado
(odocoyleus virginianus), el tepezcuintle (agouti paca) o el tigre (felis
onca), era excelente. En cambio un muchacho <ñáuko > 'excremento' no
sabía su oficio y por lo tanto no representaría una -adición positiva al clan
de ninguna novia.
Esta información respecto al elegido era fácil de conseguir, ya que
generalmente el jóven era conocido de la casa y probablemente la visitaba
con frecuencia. Además podían figurar los antecedentes morales de los
padres del pretendiente, cualidades también generalmente conocidas por la
familia. Tanto mejor si estos se conocen por buenos trabajadores y
personas honradas y si habían sabido criar bien a su hijo:

(2) <ala wokir apiujte ma > 'aconsejar bien a su hijo'

Además, dentro del prerrequisito indispensable de su pertenencia a un


clan <ditséwó > adecuado para establecer lazos con el clan materno,
funcionaba una escala de valores culturales. De ser posible, el mejor
partido era un primo cruzado (sistema iroqués según Fox, 20) de la novia,
preferentemente el hijo mayor, denominado <kok >, de un tío paterno. En
ausencia de un primo cruzado aceptable, otro miembro del mismo clan de
ese primo o de otro clan permitido podría servir, especialmente si el
muchacho y su familia calificaban como gente buena <ér bua > 'hígado
bueno'.
Dentro del conjunto de clanes permitidos de acuerdo con estas leyes
de parentesco, tradicionalmente figuraba también cierta jerarquía de pre-
ferencias sociales en cuanto a la candidatura matrimonial. Generalmente
se consideraba que un <awá > 'sukia, chamán' o un <yórk ~ awá ie >
'aprendiz de sukia' avanzado eran los mejores partidos.
Si el candidato era maduro, expresado por:

(3) <ie' @k@n~balertke> 'ya puede trabajar',

los padres de la muchacha menor confrontaban juntos al elegido en una


oportunidad apropiada cuando estaban a solas con él. Esto generalmente
tomaba lugar en la casa de ellos, y la hija se escondía, <e' balok~ > 'por
vergüenza' .
Después de entrar el muchacho a la casa y ser reconocido por el jefe
de la misma con:

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(4) <be' de > 'llegaste'
< Is be' shak~!Ja > '¿cómo estás?

(antes de lo cual el joven no podía ni siquiera levantar la vista), se intercam-


biaban algunos comentarios preliminares. El primero de ellos, que jamás
podía faltar en una conversación entre gente bien educada, indagaba sobre
la salud de las respectivas familias. Luego podían seguir observaciones
sobre el estado del tiempo y el trabajo, y respecto a acontecimientos de la
comunidad entre otros, antes de abarcar el verdadero tema principal. Este
era introducido por la madre de la novia, quien iniciaba diciendo algo así
como:

(5) <Sa' tó i bilallt~ tó be' dór wem buá, kªn~lBlo tI! ,


e' ky~j be' 3lI" sa' ~ wem bua" sa' a18 büsi @ >
'Hemos pensado que usted es un muchacho bueno, trabajador,
y que sería un buen esposo para nuestra hija.'

Luego podía enumerar las cualidades de esta <ala büsi > 'hija' como
futura <taye > 'esposa, mujer' si así lo deseaba o lo estimaba conveniente.
Algunas cualidades deseables en una mujer eran madurez, seriedad y
capacidad comprobada de trabajo. Durante este lapso el muchacho,
cabizbajo y sin levantar los ojos, guardaba absoluto silencio porque el
hecho de no hacerlo significaba

(6) <ke sa dalo t@ > 'no tiene respeto'.

Después, por educación tenía que contestar afirmativamente:

(7) a. <ekeké > 'está bien'


b. <:$a s{!r ªñ1 ti! > 'viviremos el uno con el otro',

y por cortesía el joven procedía a ofrecer una o dos alternativas, de acuerdo


con sus posibilidades y preferencia personal. Preguntaba:

(8) <ye' w@ í mik~~ > '¿Me la puedo llevar?'

y/o bien podía solicitar:

(9) <ñl! ~k, ie' t@ kapok > ,¿Me puedo quedar durmiendo
con ella?'
En cualquier caso, debía cumplir con la opción elegida por la madre.
Esta luego le comunicaba la decisión a su hija y la hija también tenía que
acceder, aunque si no se llevaban bien los novios, podría durar poco la
unión. Stone, por ejemplo, reporta hasta un año de prueba matrimonial,
después de la cual si la mujer abandonaba al hombre, lo dejaba con los niños
(63).
Cuando el pretendiente era

'menor de edad'
o
'está tierno',

lo cual significaba que, aunque podría haber alcanzado la pubertad, aún no


tenía la capacidad ni la constancia de trabajo de un hombre y el compro-
miso tampoco se había formalizado por acuerdo previo entre las dos
familias años atrás, hecho en sí denominado:

(11) <sa' Ni apaka~ > 'hemos establecido el trato formal',

el procedimiento era algo distinto. Los padres de la muchacha debían


hablar directamente con los padres del elegido y este evento generalmente
tomaba lugar en la casa del muchacho, de nuevo en una ocasión oportuna
así como el día siguiente de una fiesta de trabajo, y únicamente los cuatro
padres solían estar presentes. En la fase inicial, los padres de la novia
entraban en el aposento principal de la vivienda de los padres del novio y
esperaban estar reconocidos formalmente por el jefe de la casa. Después,
al cumplir con el requerido intercambio preliminar de generalidades sobre
temas ajenos, la madre de la muchacha tomaba la iniciativa para introducir
el tema de verdadera importancia. En esta ocasión podía decir algo como:

(12) <sa' tó bi~~


í tó be' ala wém dór buá, sóswa,
a' to i wókir apaút buae' Icg~j >
'Hemos pensado que su hijo es bueno, agricultor
porque ustedes lo han sabido criar bien'

También ella podía optar por elaborar sobre los pormenores de la


buena crianza del muchacho por los padres, seguido de algo así como:

(13) <e' la!~j sa'r i bil<é:i~ tó be alar m~o bUll >


'Por eso hemos pensado que su hijo sería un buen marido',

pero aquí, al contrario de cuando estaba en su propia casa, no pormeno-


rizaba las cualidades de la presunta novia.

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Si los padres del muchacho no estaban de acuerdo, les ofrecían a los
padres de la futura 'nuera' excusas tales como:

(14) <k~pa ie' lA íyi tQr > 'todavía él no puede trabajar',

para dar la idea de que el muchacho no podría mantenerla.


Si los padres de la muchacha aceptaban la(s) excusa(s), decían
<ekeke > 'está bien, de acuerdo'
y se terminaba el diálogo.
Si se empeñaban en seguir insistiendo, contestaban algo como:

(15) <ke e' de ves > 'no importa'

y se podía prolongar el diálogo con excusas nuevas tales como

(16.) <sa' pánl1 > 'espérennos un tiempo'

y respuestas, hasta llegar a un acuerdo a favor o en contra de la unión. Si


se acordaba la unión, después de la próxima fiesta, el muchacho acom-
pañaba a la muchacha a la casa de ésta y se quedaba.

Hl. Marco Teórico Etnográfico

Para poder destacar la estructura sistemática de eventos del habla


dentro de la etnografía de la comunicación, los intercambios lingüísticos se
des glosan como una serie de hechos altamente predecibles dentro de un
contexto cultural cuidadosamente estructurado. Prosiguen de manera
secuencial definida, siguen un esquema de pautas comunicativas esta-
blecidas y cuantificables y ofrecen una serie de opciones que, si bien no son
totalmente predeterminables (entonces ni siquiera se necesitarían), cier-
tamente son aplicables a contextos sociales específicos. De acuerdo con
Sherzer y Darnell (Gumperz y Hymes, 1972: Appendix) estos componen-
tes se organizan en unidades estructurales escaladas partiendo de uno
mínimo y básico---el hecho del habla-y se extienden a grupos mayores de
intercambios tales como eventos o acontecimientos del habla.
En el hecho del habla, el cual se compone de tres partes principales que
emplean forma y contenido traslapados, primero hay un acto físico de
emitir secuencias de morfema s, palabras y frases de una oración. Este
hecho verbal se manifiesta en forma ilocucionaria como declaración,
pregunta, mandato, disculpa, promesa, etc. Además contiene una predica-

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ción o referencia sociocultural y debe ser ejecutado dentro de un contexto
situacional específico apropiado. De esta forma, agrupaciones secuencia-
les de hechos ilocucionarios ejecutados en el contexto apropiado y de
manera adecuada forman eventos del habla en el peldaño mayor siguiente.
Formalmente los componentes de un evento se describen en términos
de los siguientes elementos adaptados de Sherzer (1967) y Hymes (1972):
1. el tipo de interacción con sus propósitos generales y específicos,
2. los participantes: quiénes envian y reciben los mensajes,
3. los canales disponibles y su modo de uso, ya sean verbales o no verbales,
4. los códigos compartidos por los usuarios, ya sea un idioma específico,
en su forma vernácula o litúrgica,
5. el ambiente o contexto de la interacción: si es público o privado, si de día
o de noche, el tiempo necesario para completar el evento, si la atmósfera
es tranquila, armoniosa, formal, la época en la cual transcurren los hechos,
6.la forma del mensaje y sus géneros, o sea, la manera en que los elementos
de cada código usado se organizan internamente para transmitir el recado;
en el caso de un código oral, por ejemplo, son las palabras empleadas y los
patrónes estructurales morfosintácticos utilizados para presentarlas , y ; en
el caso de un código kinésico podría ser el uso estructurado de movimientos
y gestos,
7. el tema tratado por el mensaje,
8. los eventos mismos, en este caso, la unión conyugal, por así llamar al que
nos ocupa.
Cada uno de estos elementos va a constar de rasgos distintivos for-
males-los componentes fijos para todo el evento=-los cuales se desglo-
san en un léxico general permanente para dicho evento.
Además, habrá una serie de normas sintácticas de dos tipos:
1. reglas que explican la forma en que, se producirá el evento precisado en
términos de una secuencia de hechos del habla (SH) individuales llevados
a cabo por los participantes particulares, cuyo desenlace en el orden
indicado constituye el evento del habla, y
2. reglas léxicas específicas que, a diferencia de los componentes formales
permanentes, van a indicar aquellos componentes específicos de cada
hecho de habla individual y que pueden variar de hecho a hecho dentro del
transcurso del mismo evento.
Así, en el nivel léxico específico de cada hecho, un participante será
definido como XI A (X persona en el contexto de situación A). Por ejemplo,
en el hecho de pormenorizar las cualidades de la buena crianza de un hijo,
la madre de la novia, al alabar a los padres del novio, va a ser el remitente
y estos padres los recipientes de la comunicación. Este esquema nos
permite definir un evento del habla formalmente así:

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Evento del habla-> Participantes + propósito + normas interacciona-
les + el medio + forma del mensaje + ambiente+ manera + tema + SH
(secuencia de hechos del habla)

Esta SH tiene principio, fin, posibilidad de recursividad y opciones.


Además, prevé el desglose de hechos del habla individuales llevados a ca-
bo por los participantes particulares, cuyo desenlace en el orden indicado
constituye el evento o acontecimiento del habla.
En resumen, el modelo destaca tres elementos principales, todos ex-
presados por medio de reglas formales, como punto de partida: las
creencias o bases culturales, los hechos comunicativos sociales y su
estructura organizada en construcciones mayores tales como eventos, y la
manifestación lingüística de los hechos.

IV. Formalización lIustrativa

El propósito general del evento concuerda con los principios generales


introductorios de funcionar dentro de los límites aceptados. En la variación
ilustrativa que se presenta a continuación, el objetivo específico de los
padres de una muchacha menor es el de conseguir el marido escogido por
ellos-un muchacho mayor de edad-para su hija, una menor de edad. Su
formalización tentativa presenta los siguientes elementos:

A .. Rasgos Componenciales

l Participantes especificos:

Sexo Edad Papel Clan Relación Potencia de


entre st actuación (PA)

A. [+masc] [+adulto] padre de X [+autoridad] [+ -remitente]


la novia
B. [-masc] [+adulto] madre de Y [+autoridad] [+ -remitente]
la novia
C. [+masc] [+adulto] novio 0* [-autoridad] [+ -remitente]

* O podría ser X u otro clan compatible con, pero no igual a Y

D. [-masc] [-adulto] novia X [-autoridad] [-remitente]*

* la potencia de actuar de la novia es prácticamente pasiva o receptiva


respecto a los hechos lingüísticos a desarrollar

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2. Medios
Canales: oral, kinésico
Códigos: bribri vernáculo, silencio

3~Forma del mensaje: transcripción ortográfica de lo verbal, descripción


de los movimientos y las posiciones

4. Situación ambiental

lugar época tiempo atmósfera

[+ privado] postcolombina después de [+ tranquila, formal,


[casa de novia] tradicional quehaceres armoniosa, seria]

5. Normas interaccionales: calmadas, respetuosas, impositivas (el 'ele-


gido' prácticamente no tiene alternativa en la transacción).

6. Análisis morfosintáctico de lo hablado.

7. Temas tratados por el mensaje:

a. generales: respetar y funcionar dentro de los límites socioculturales


que establece el grupo
b. específicos: salud, otros preliminares (optativos), disponibilidad de
la novia, cualidades de la misma (optativas), disponibilidad del novio,
vivienda y mantenimiento de la pareja, detalles y condiciones finales.

8. El evento mismo: arreglo formal de unión de la pareja.

B. Reglas sintácticas

La secuencia de hechos del habla (SH) en este caso sería:

SH -> 1. anuncio de disponibilidad de la hija por la madre al padre


2. selección del candidato por el padre

Aquí podría seguir una serie de intercambios, ya fuera entre los padres
en sí o, entre la madre y el jefe del clan maternal en el caso muy tradicional,
hasta llegar al punto siguiente:

3. acuerdo sobre el candidato

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4. saludo
5. intercambio sobre la salud
6. intercambio optativo sobre otros temas no relacionados con el
tema principal
7. declaración formal de la madre
8. exposición optativa de cualidades de la novia
9. acuerdo del novio
10. oferta de alternativa(s) por el elegido (novio)
11. aceptación de una de las alternativas por los padres
12. anuncio del acuerdo a la hija

C. Formalizacián ilustrativa de la secuencia de hechos SH 4,7-10,


con análisis morfosintáctico de hechos 9 y 10:

Hecho 4: El saludo preliminar

l. Sexo Edad Papel Clan Relación PA


entre st

A. [+masc] [+adulto] padre X [+autoridad] [+remitente]


B. [+masc] [+adulto] elegido O [-autoridad] [-remitente]

2.Medios:

Participante A:
canal: [+oral], código: [+ bribri vernáculo], mira a C
Participante B:
canal: [-oral], código: [+ silencio], mira a C
Partipante C:
canal: [-oral], código: [+ silencio], no mira ni a A ni a B

3.Forma del mensaje:

a. C entra a la habitación y toma asiento en silencio


b. A entra con By, mirando a C; dice:
<uéshk~ kula' kj> 'tome asiento'
c. A se sienta sin mirar a A ni B
d. A YB se sientan
(intercambio de comentarios no relacionados con el tema principal por
parte de los tres, no desglosado aquí)

75
4.Situación ambiental (cf A.4.)

5.Normas interaccionales (cf. A.5)

tiAnálisis morfosintáctico de <w~hq, kula' ti> 'tome asiento'

7.Tema tratado: preliminares

8.EI evento mismo: arreglo formal de unión de la pareja.

Hechos 7: Declaraciónformal de la madre y 8: Exposición optativa de


cualidades de la novia

l. Sexo Edad Papel Clan Relación PA


entre sí

A. [-masc] [+adulto] madre de X [+autoridad] [+remitente]


la novia
B. [+masc] [+adulto] elegido O [-autoridad] [-remitente]

2.Medios:

ParticipanteA: canal: [+oral], código: [+ bribri vernáculo], mira aB

Participante B: canal: [-oral], código: [+ silencio], no mira a A

3.Forma del mensaje:

a. A remite a B en bribri el propósito de la entrevista:

(5) <Sa' tó i bil!éit~ tó be' dór wem buá, kªn~lDlo tª ,


e' la!~j be' ~ S8' ~ wem bU8' S8' ala büsi > ª
b. B recibe el mensaje en silencio y sin mirar a A

4.Situación ambiental (cf A.4.)

5Normas interaccionales (cf. A.5)

6.Análisis morfosintáctico (de 3.a).

76
7.Tema tratado: disponibilidad y cualidades de la muchacha

8.EI evento mismo: arreglo formal de unión de la pareja

Hechos 9: Respuesta del elegido y 10: Presentación de alternativas

l. Sexo Edad Papel Clan Relación PA


entre st

A. [+masc] [+adulto] elegido O [- autoridad] [+remitente]


B. [-masc] [+adulto] madre X [+ autoridad] [-remitente]

2.Medio:

Canal: oral, código: bribri vernáculo.

3.Forma del mensaje:

a. A, sentado, dice
(L) <ekeke >'está bien',
(optativo) (ii.)<.sa's~rª-ñ1 tI! > 'me caso con ella'

b. A ofrece al menos una de dos alternativas:

(L) <ye' WI! i mik~~ >' ¿me la puedo llevar?


y/o (ii.)<ñl!~k~ ie' ta kapék > '¿me quedo durmiendo con ella?'

4.situación ambiental (cf A.4.)

5.Normas interaccionales (cf. A.5)

6.Análisis morfosintáctico

(a.ii.) Me caso con ella.


<.sa' SI1r ~'1 tI!>
nosotros exclusivo vivir recíproco con

(b.i.)¿Me la puedo llevar?


<ye' WI! i mik~~ >
yo agentivo ella llevar

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(b.ii.) ¿Puedo quedanne a dormir con ella?
<ñ, atk, ie' t, kapék >
yo quedo ella con durmiendo

7.Tema tratado: compromiso del muchacho, posibilidades implícitas de


vivienda y mantenimiento que ofrece el novio.

8. El evento mismo: arreglo formal de unión de la pareja.

Hecho 11:Aceptación de la oferta del elegido por los padres

l. Sexo Edad Papel Clan Relación PA


entre st
A. [-masc] [+adulto] madre X [+ autoridad] [+remitente]
B. [+masc] [+adulto] padre Y [+ autoridad] [+remitente]
C. [+masc] [+adulto] yerno O [- autoridad] [-remitente]

2.Medio:

Canal: oral, código: bribri vernáculo

3.Forma del mensaje:

a. A, sentada, contesta su preferencia por (i) o (ii)


c. B, sentado, confirma lo expuesto por A diciendo <ékéké> 'está
bien' dando así término al acuerdo

-t.Suuacián ambiental (cf A.4.)

5.Normas interaccionales (cf. A.5)


6.Análisis morfosintáctico

7.Tema tratado: aceptación de posibilidad por los suegros.

8.EI evento mismo: arreglo formal de unión de la pareja.

Nota:
Al producirse la aceptación, la relación entre los participantes ya pasa
a ser de suegros y yerno.

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v. Conclusiones

En general Dell Hymes sostiene que el lenguaje como vehículo para


categorizar la experiencia no opera en un vacío abstracto, ya que hay una
interdependencia entre el lenguaje y la comunicación. Respecto a la natu-
raleza de esa interdependencia nos asegura que "la medida en que el
lenguaje hace impacto sobre el comportamiento de los individuos depen-
derá del grado y patrón de su participación en eventos comunicativos" (33).
De ser esto cierto, la descripción formal cuidadosamente estructurada
y analizada de esta interdependencia es un prerrequisito indispensable para
la determinación eventual de la importancia de esta participación. A ese
efecto, el tipo de análisis empleado en el presente estudio plantea un
esquema prometedor aplicable a muchos otros eventos comunicativo s que
también ayudan a establecer los principios de la etnografía de la comuni-
cación de los indios bribri. Asímismo, su extensión a parámetros más
amplios podría revelar aspectos muy valiosos de la interrelación lenguaje-
pensamiento-sociedad-cultura de este grupo indígena.

Notas

Agradezco profundamente a Adolfo Constenla Umaña, por sus opor-


tunas sugerencias y préstamos de libros al iniciar el trabajo etnográfico de
los bribris y al compañero Feliciano Elizondo Figueroa, por su ayuda y
paciencia en la elaboración de esta faceta en particular. Sin ellos no habría
sido posible su realización.
También agradezco al informante bribri AJí Segura por sus valiosos
comentarios adicionales y a la Vicerrectoría de Investigación de la Univer-
sidad de Costa Rica por su generoso patrocinio.

2 El alfabeto práctico empleado en las transcripciones es el desarrollado


por investigadores del Departamento de Lingüística de la Universidad de
Costa Rica, según se presenta, por ejemplo, en Margery Peña 1982.

Bibliografía

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79
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80

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