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Mateo: 5; 3 – 12 Lucas: 6; 20 - 26

3 bienaventurados los pobres de espíritu, 20 Bienaventurados los pobres, porque


porque de ellos es el Reino de los cielos. vuestro es el Reino de Dios.
4 Bienaventurados los mansos, porque ellos 21 Bienaventurados los que tenéis hambre
poseerán en herencia la tierra. ahora, porque seréis saciados.
5 Bienaventurados los que lloran, porque Bienaventurados los que lloráis ahora,
ellos serán consolados. porque reiréis.
6 bienaventurados los que tienen hambre y 22 Bienaventurados seréis cuando los
sed de justicia. hombres os odien, cuando os expulsen, os
7 bienaventurados los misericordiosos, injurien, y proscriban vuestro nombre como
porque ellos alcanzaran misericordia. malo por causa del hijo del hombre.
8 Bienaventurados los limpios de corazón, 23 Alegraos ese día y saltad de gozo porque
porque ellos verán a Dios. vuestra recompensa será grande en el cielo.
9 Bienaventurados los que trabajan por la
paz, porque ellos serán llamados hijos de
Dios.
10 Bienaventurados los perseguidos por
causa de la justicia, porque de ellos es el
Reino de los Cielos.
11 Bienaventurados seréis cuando os injurien
y os persigan, y cuando por mi causa, os
acusen en falso de toda clase de males.
12 alegraos y regocijaos porque vuestra
recompensa será grande en los cielos.

¿Qué es “Bienaventuranza”?

Bienaventuranza es dicha, felicidad. Jesucristo explica en estos versículos el verdadero camino


para ser feliz. Parece un camino contradictorio, pero es perfectamente coherente con la Buena
Nueva, que nos llama a amar al prójimo como a uno mismo y nos recuerda que “hay más alegría
en dar que en recibir”

1.- Bienaventurados los Pobres de Espíritu, Porque de ellos es el Reino de los Cielos.

• Concepto: “Pobreza de espíritu” es la conciencia de nuestra profunda necesidad de Dios. De


que somos “mendigos” de su amor y de que todo lo recibimos de Él.

• Qué hacer:

– Ser humilde.

– Buscar el Plan de Dios y adherirse a él.

– Confiar en Dios y buscar su misericordia.

– Rezar.

• Qué evitar:

– Presunción y autosuficiencia. – Lejanía de Dios en la vida cotidiana

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Las bienaventuranzas nos dejan enseñanzas para ser buenos cristianos. Nos marcan n camino
por dónde ir. Nos hacen ver que aquellos que son olvidados, despreciados, por muchos, tendrán
la dicha de gozar de los consuelos de Dios, tendrán la dicha de verle, de ser parte de ese grupo
que espera ver a Dios cara a cara.

Mateo habla de Bienaventurados los pobres de espíritu, Lucas dice los pobres de carencias
materiales. Uno abarca el significado espiritual y el otro el significado social. Estos pobres los
encontramos en las ciudades y sobre todo en las periferias donde hay personas que n siquiera
tienen los servicios básicos donde vivir, que viven en viviendas precarias, de esteras, que viven
los arenales porque no tienen pistas, que muchas de estas familias no tienen trabajo; tienen
carencias, de salud, educación, alimentación, etc.

Pero ya tienen ganado el cielo. Por tal este reino de Dios es de misericordia y de justicia. No es
por su condición en la que viven, sino porque Dios es quien se preocupa de quienes nadie los
defiende. Dios siendo rico se hiso pobre. “Asumió la pobre material, para darnas las riquezas
espirituales” Santo Tomas.

Tenemos tres tipos de pobreza, el material, la espiritual, y la voluntaria. Nos abre a una
pobreza escatológica o profética.

2.- Bienaventurados los Mansos Porque Ellos Poseerán en Herencia la Tierra

• Concepto: Mansedumbre es paciencia, es capacidad de esperar.

• Qué hacer:

– Esperar el auxilio de Dios.

– Ponerse en manos de Dios: “Jesucristo, al padecer, no amenazaba, sino que se ponía en manos
de Aquel que juzga con justicia”. (1Pe 2,23)

– Fortaleza ante los sufrimientos. – Perdonar.

• Qué evitar:

– Venganza. – Rebeldía ante los sufrimientos. – Acusar a Dios.

Para ver estos bienaventurados tenemos que ver primero en la persona de Jesús, a el manso
de corazón, que “dice aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” Mt; 11 – 29. las
bienaventuranzas son las formas como se va revelando Jesús es ver en cada una de ellas su
rostro.

Jesús no responde con insultos ni groserías, y esta es la actitud que nosotros tenemos que tener

3.- Bienaventurados los que Lloran Porque Ellos Serán Consolados

• Concepto: “Los que lloran” son los que no están

conformes con el mundo, y desean su cambio.

• Qué hacer:

– Oponerse al mal y ofrecer los sufrimientos.

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– Actuar por el cambio del mundo.

– Mantener le esperanza en Dios y sus promesas.

• Qué evitar:

– Entristecerse, perdiendo la esperanza. – Estancarse en la inacción

Jesús llora cuando muere Lázaro.

Salmo 41: mis lagrimas son mi pan de día y de noche A la pregunta de los ángeles:

«Mujer, ¿por qué lloras?», María de Magdala, la mañana de Pascua, respondió:

«Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto» (Jn 21, 13). Un

motivo de llanto que podríamos hacer nuestro.

En el pasado, en cambio, si bien discutibles, se trataba de causas serias y de gran suspiro: el


Cristo idealista, romántico, liberal, socialista, revolucionario... Nuestra época, obsesionada por
el sexo, no consigue pensar en él más que con problemas sentimentales: «Una vez más Jesús ha
sido modernizado, o mejor dicho, postmodernizado. Pablo decía que experimentaba en el
corazón «tristeza inmensa y un profundo y continuo dolor» por el rechazo de Cristo por parte
de sus compatriotas (Rm 9, 1s.); «Pasa por la ciudad, recorre Jerusalén y marca una tau en la
frente de los hombres que gimen y lloran por todas las nefastas acciones que se cometen dentro
de ella» (Ez 9, 4).

4.- Bienaventurados los que Tienen Hambre y Sed de Justicia

• Concepto: Justicia en la Biblia significa “santidad”. Por una parte, se trata aquí de los que
tienen un deseo ardiente de ser santos, quienes serán correspondidos. Por otro lado, se trata
de los que anhelan que la justicia de Dios se haga presente en el mundo: esta llegará, dando a
cada uno según corresponda.

• Qué hacer:

– Alimentar la sed de santidad en la oración y luchar por ser verdaderamente justos.

– Confiar en la justicia divina, la cual permite que el trigo y la cizaña crezcan juntos, aunque no
tengan el mismo final.

– Rezar por la conversión de todos los hombres.

• Qué evitar:

– Tomar la justicia en las propias manos.

– Desesperar de la justicia de Dios y considerar que no se preocupa

de los hombres.

Es decir, los que sienten en su interior ese deseo fuerte de que se haga justicia.

En Mateo el discurso es indirecto: «bienaventurados los pobres», «bienaventurados los que


tienen hambre»; en Lucas el discurso es directo: «bienaventurados vosotros, los pobres»,

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«bienaventurados los que tenéis hambre»; Lucas dice «pobres» y «hambrientos», Mateo pobres
«de espíritu» y hambrientos «de justicia».

Nos centraremos en lucas por que lo pone en presente, bienaventurados, los que tenemos
hambre ahora, porque seréis saciados. Esta combinación de lucas y mateo se refuerza, porque
todo hombre debe sentir en su corazón, hambre de justicia ante las situaciones de injusticia, la
política esta corrompida, nosotros sufrimos las consecuencias de los egoísmos de las personas,
que por el dinero y el poder han perdido sus valores y su moral.

Esto nos ayuda ver las grandes brechas que hay entre los ricos y los pobres, tenemos que tener
esos sentimientos que Jesús tubo. No podemos ser insensibles y decir todo está bien, somos un
país que crecido y ha disminuido la pobreza cuando tenemos frente a notros, personas,
hermanos nuestros que carecen de pan.

No querer ver y oír el grito de los sistemas injustos es una falta de fe, una falta de sentido común,
es falta de amor hacia nuestro próximo, tenemos que buscar saciar esa hombre y sed de justicia.

5.- Bienaventurados los Misericordiosos Porque ellos Alcanzaran Misericordia.

• Concepto: Misericordia es “compadecerse desde las entrañas”. Misericordioso es quien


comparte el dolor de los hermanos, y no es indiferente ante ello.

• Qué hacer:

– Saber “ponerse en los zapatos” de los demás.

– Comprometerse con el hermano que sufre, aun cuando le haga sufrir a uno.

– Actuar por aliviar los sufrimientos ajenos.

• Qué evitar:

– La dureza de corazón ante los que sufren. – La indiferencia ante los más necesitados.

Misericordia quiero y no sacrificios, no quiero ritualismos segados de indiferencia, sino que


quiero tu corazón, Dios quiere que tengamos un corazón misericordioso, que sea capaz de
compadecerse ante el hombre de sus hermanos.

En la Biblia, la palabra misericordia se presenta con dos significados fundamentales: el primero


indica la actitud de la parte más fuerte (en la alianza, Dios mismo) hacia la parte más débil y se
expresa habitualmente en el perdón de las infidelidades y de las culpas; el segundo indica la
actitud hacia la necesidad del otro y se expresa en las llamadas obras de misericordia. (En este
segundo sentido el término se repite con frecuencia en el libro de Tobías).

Existe, por así decirlo, una misericordia del corazón y una misericordia de las manos.

Jesús siente misericordia es decir se compadece de las personas que le rodean no es ajeno a
las circunstancias en que se encuentra. Se compadece de la mujer que iba hacer apedreada, se
compadece de los que salen a su encuentro y los cura, los sana, tanto físicamente como
espiritualmente, Ser misericordiosos se presenta, así como un aspecto esencial del ser «a
imagen y semejanza de Dios». «Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso» (Lc
6, 36) es una paráfrasis del famoso: «Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo»
(Lv 19, 2). «Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros», escribe San Pablo a los
Colosenses (Col 3, 13). Predicando los ejercicios espirituales a la Curia Romana desde esta misma

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mesa en el Año Jubilar 2000, el cardenal François Xavier Nguyên Van Thuân, aludiendo al rito de
apertura de la Puerta Santa, dijo en una meditación: «Sueño una Iglesia que sea una "Puerta
Santa", abierta, que abrace a todos, que esté llena de compasión y comprensión por todos los
sufrimientos de la humanidad, tendida a consolarla «Revestíos, pues, como elegidos de Dios,
santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia,
soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro

Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros» (Col 3, 12-13). Los seres humanos –
decía San Agustín- somos como vasos de arcilla, que solo con rozarse, se hacen daño

6.- Bienaventurados los Limpios de Corazón, Porque Ellos Verán a Dios

• Concepto: Los “limpios de corazón” son los que tienen pureza en sus intenciones, que no
consienten dobleces o hipocresías; son quienes miran las cosas con sencillez, y no con segundas
intenciones. El premio a todo ello es encontrarse con Dios, conocerlo como a un amigo.

• Qué hacer:

– Ser sinceros con Dios, abrirle el corazón con honestidad.

– Ser honestos con las demás personas respecto a lo que se piensa y en el modo en que se actúa.

• Qué evitar:

– Todo lo que pueda manchar la pureza interior ingresando por nuestros sentidos.

– La mentira, la doblez, la manipulación de las personas.

Estar limpios de corazón es una cualidad que debe brillar en nuestra vida.

7.- Bienaventurados los que Trabajan por la Paz, Porque ellos Serán Llamados Pijos de Dios

• Concepto: La “paz” no es la sencilla ausencia de conflictos, aún a costa de la verdad. La paz de


Cristo no es “como la da el mundo”, sino la que viene de buscar la verdad y esforzarse por darla
a conocer a todos. Supone anunciar la verdad de Cristo y trabajar porque el mundo viva según
ella.

• Qué hacer:

– Formarse en el conocimiento de la fe.

– Anunciar a Cristo haciendo apostolado.

– Comprometerse con la paz primeramente en mi círculo inmediato.

• Qué evitar:

– Consentir en “relativizar” algunos puntos de la enseñanza cristiana por respetos humanos o


deseo de “no causar conflictos”.

– Indiferencia ante los conflictos que ocurren en el mundo y alrededor

nuestro.

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Ahora muchos hablan y se ponen el polo de la paz de la justicia, tan irónicamente que se les
infla el pecho. Pero muchos son corruptos, mafiosos, etc. Donde queda verdaderamente la paz
y la justicia, porque no podemos hablar de paz sin justicia y tampoco podemos hablar de justicia
cuando no buscamos la paz de los demás.

La paz es un don de Dios y una tarea que tenemos que asumir con mucho espero y compromisos
concretos.

8.- Bienaventurados los Perseguidos por Causa de la Justicia, Porque de Ellos es el Reino de los
Cielos.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los
cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y, mintiendo, digan toda clase
de mal contra ustedes por mi causa. Alégrense y regocíjense, porque su recompensa será grande
en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a ustedes. La
persecución, si es que vivimos según Cristo, es un signo de bienaventuranza. Si lo persiguieron
a Él, cuanto más a sus discípulos. El mundo tiene una lógica muchas veces distinta al cristianismo,
y por ello se opone a los que buscan su cambio. Ello no debe ser motivo decaimiento, sino que
debe hacerle acordar al cristiano que así también sufrió el Señor.

Tenemos primero que ver la vida de Jesús, que fue perseguido y matado por causa de la justicia,
por decir la verdad y ser defensor de los indefensos. Jesús es la medida que tenemos que tener.
Segundo tenemos a muchos mártires reconocidos y no reconocidos, que no solo han muerto
por su fe si no que defendiendo a los oprimidos injustamente por parte de las grandes que
manejan el mundo.

Las bienaventuranzas nos invitan a no tener pasividad sobre los que pasa a nuestro al rededor,
si no que tienen que interpelarnos a acciones concretas.

IBAÑEZ MORE RAFAEL


SEMINARIO MAYOR «SAN JOSE»

Facultad de Teología

LAS BIENAVENTURANZAS

Profesora : Madre Mercedes .


Alumno: Rafael Paúl Ibañez More.

Chimbote, 04 de Abril del 2018.

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