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Química

Programa de Estudio Tercer Año Medio


Formación Diferenciada Humanístico-Científica
Prof.: Leticia Berrocal

UNIDAD 1 • Orígenes e Historia de la Química hasta promediar el siglo XVIII

Objetivos: Conocer los orígenes e historia de la química, reconociendo algunos de sus hitos fundamentales;
valorar el trabajo sistemático y perseverante.

Actividad: En equipo de 2 personas utilizar esta guía de aprendizaje para elaborar línea del tiempo
marcando los hitos que usted quiere destacar.

LA HISTORIA PRIMITIVA

La prehistoria estudia al hombre desde su aparición en la Tierra hasta el comienzo de la utilización de la


escritura. Para estudiar la prehistoria, el historiador se vale de todos los elementos que se encuentran
correspondientes a esa época. Estos comprenden fósiles, armas, utensilios y obras de arte. A partir de estudios
antropológicos, se supone que los seres vivos habitan la superficie
terrestre desde hace aproximadamente 3.000 millones de años.

Después de una larga evolución de los seres vivos desde formas de


vida simples hacia otras más complejas, habrían aparecido, los
homínidos hace 20 millones de años. Al parecer la evolución de los
monos asiáticos y africanos dio lugar a especies que presentaron
rasgos similares al hombre actual, que se denominaron homínidos. A
partir de allí, la prehistoria puede clasificarse en varias etapas, de
acuerdo a los cambios de comportamiento individual y grupal.

Paleolítico Inferior: Esta etapa forma la primera época


de la llamada Edad de Piedra, que recibe su nombre
debido al material utilizado por el hombre para
fabricar sus armas y utensilios. A su vez se pueden
diferenciar varios escalones de evolución por los que
pasó el hombre: Australopitecus, Homo habilis, Homo
erectus, Homo sapiens, Neanderthal.

Paleolítico Medio: 230.000 y 40.000 años situado en el


período geológico Pleistoceno Medio y Superior.

Paleolítico superior: Comenzó hace aproximadamente


40.000 años y se caracteriza por grandes avances en el
desarrollo de las actividades humanas. La especie
humana que habitó la Tierra en esta época recibe el
nombre de hombre de Cromagnón.

Mesolítico: Este corto período cultural se sitúa


cronológicamente en Europa entre el 10.000 y el 5.000 a.C.
En cambio, en el Cercano Oriente las fechas retroceden
(10.000 a 7.000 a.C.), puesto que en diferentes sitios hay
pruebas de la formación de complejas aldeas de agricultores
mucho antes del 5.000 a.C. Período postglacial u Holoceno
(nuestro tiempo geológico). 14,000 En Europa es
domesticado el caballo y el perro. 12,000 Es posible que se
realizaran los primeros cultivos en el medio oriente. 10,000
Cultivos en los valles de la India. 9,000 En el medio oriente
se había domesticado la cabra y las ovejas. 8,000 Es
posible que aparecieran las primeras granjas en Europa y
surgieran las primeras sociedades agrícolas en China.
Jericó, primera ciudad amurallada de la que existen registros.
Fermentación: primera evidencia de vino y cerveza utilizados en el proceso químico de la fermentación. 7,000
Primeras comunidades agrícolas en Mesoamérica.
Neolítico: Período cultural situado en el Cercano Oriente
entre el 7.000 y el 3.000 a.C., aunque en
muchas regiones y continentes continúa más allá de esta
última fecha. Este período se caracteriza por la vida aldeana
sustentada en la agricultura y el uso de diferentes tecnologías,
incluyendo el empleo de tiestos alfareros, artefactos de
piedra, cobre y de otros metales. Igualmente, se incrementa la
domesticación de animales iniciada en el Mesolítico. 6.000
Evidencia de la primera tela de lino hecha en diversas
regiones del mundo. 5.000 Los habitantes de la antigua
Mesopotamia (región conocida actualmente como Irak)
utilizaban el tanino para hacer cuero con las pieles de
animales. 4,500 Vestigios de sociedades agrícolas Mayas y
de Sudamérica. 4.000 Se utiliza por primera vez el papiro o el papel en Egipto.

Prehistoria de la Química

El fuego
Se supone que el hombre prehistórico conoció el fuego por la erupción de un volcán, un
incendio de pajonales o la caída de un rayo. El fuego fue conocido por el hombre casi
500.000 años antes de Cristo. Los restos arqueológicos más antiguos indican que la
especie humana Homo Erectus, antepasado del Homo Sapiens actual, conocía el uso del
fuego hace 1.400.000 años

El Homo Erectus no tenía la capacidad del lenguaje (habla), sin embargo el uso del fuego
habría permitido una sociabilización antes ausente, es fácil imaginar una tribu de Homo
Erectus rodeando una fogata a fin de mantener la seguridad del grupo, defenderse de los
ataques de animales, protegerse del frio, etc. En sus comienzos, el mayor problema era
cuidar ese fuego que llevaban a las aldeas y mantenerlo encendido. Todavía no sabían
encenderlo ni alimentarlo con combustibles.

Cuando entraban en posesión del fuego era probable que nuevamente lo perdieran. Y había que esperar que
otra vez la naturaleza les brindara la oportunidad de volver a conseguirlo.

El primer método de encendido supone que fue el del frotamiento de una punta de palo seco sobre un mismo
punto de una madera seca. Otro similar consistía en frotar una liana en una ranura efectuada en la madera.
También se logró encender mediante chispas producidas con piedras que contengan piritas de
hierro. Además del encendido, se debió resolver el problema de dónde encender y conservar el
fuego: sobre piedras, en cavernas, enterrado en un pozo, enterrado en un hueco revestido con
piedras. Se tuvo que esperar hasta 1827 (otros dan el año 1832) para lograr disponer de un invento
como los fósforos, para lograr un encendido fácil.

El Origen del pan


Fue el alimento básico de la humanidad desde la Prehistoria. Probablemente, los primeros panes estarían
hechos con harinas de bellotas o de hayucos. Los arqueólogos han desenterrado fragmentos de pan ácimo en
las excavaciones de los poblados cercanos a los lagos suizos. Se sabe que los egipcios elaboraban pan desde
hace mucho tiempo y se cree que descubrieron la fermentación por casualidad.

El pan comido por los hebreos no llevaba ningún tipo de levadura. En Roma, en la
República ya había hornos públicos. En la Edad Media empiezan a elaborarse
distintos tipos de pan y como consecuencia de ello comienza su comercio; el pan
blanco era un privilegio de los ricos y el pan negro era para el resto de la población.
Se hacía a mano, en el propio hogar o en hornos públicos. En el siglo XIX
empiezan a emplearse algunas máquinas.

Los cambios climáticos que se produjeron en el Arco Fértil hace 10.000 años trajeron consigo la extensión de
los cereales silvestres, alguno de los cuales es el antecesor del trigo que conocemos en la actualidad. Desde
entonces, numerosos cambios genéticos, ya sean accidentales o inducidos por la mano del hombre, han dado
lugar a una planta muy diferente.

El trigo era, en un principio, una hierba silvestre llamada EINKORN. Hace aproximadamente 10.000 años esta
hierba constituía la dieta básica de los grupos de cazadores que habitaban Mesopotamia y las cuencas del
Tigris y el Eúfrates en Oriente Medio, área que se denomina comúnmente el Arco Fértil. La cantidad de grano
que la gente podía obtener de esta hierba les permitió formar aldeas sedentarias, marcando así el inicio de la
agricultura moderna.
Las excelentes condiciones que el río Nilo ofrecía para el cultivo de cereales, obedecía a sus constantes
crecidas. Se han encontrado datos por los que se sabe que en la IV dinastía, en el año 2700 A. de C., se
elaboraba pan y un tipo de galletas. El alimento de los egipcios pobres se componía principalmente de pan y
cebolla -de ahí el famoso dicho- "Contigo, pan y cebolla".

La evolución en la panificación se produjo de forma importante durante esta civilización, ya que fueron los
egipcios los que descubrieron la fermentación y con ella el verdadero pan, el pan fermentado. El pan sin
fermentar -sin levadura- se denomina pan ácimo. El código de Hammurabi (2000 A. de C.) habla ya de "cerveza
comible" y "pan bebible", refiriéndose al pan y a la cerveza de cebada, ambos elaborados con la mezcla de
cebada y levadura.

Sin embargo, los egipcios se dedicaron en mayor medida al cultivo de trigo ya que la cebada fermentaba mal.
Se puede decir que el pueblo egipcio consolidó las técnicas de panificación y creó los primeros hornos para
cocer el pan, en este sentido en el año 4000 A. de C. fue desenterrado un horno en las excavaciones próximas
a Babilonia. Según un historiador francés, los egipcios "inventaron" la costumbre gastronómica de colocar un
pequeño pan de trigo en el lugar de cada comensal. En un museo de Suiza, se conserva la torta más antigua,
conocida como "torta de Corcelles" del año 2800 a.C.

Los orígenes de la cerveza


Se dice que su descubrimiento fue debido a la casualidad y al descuido en la elaboración del pan. Los granos
de trigo olvidados, fruto de la germinación, se convirtieron en malta, y el pan elaborado se dividió en masa y
líquido. El hombre primitivo «descuidado» probó aquel líquido, lo encontró bueno y agradable, y se dispuso a
repetir la operación. ¡La cerveza estaba servida!

Históricamente la cerveza fue desarrollada por los antiguos pueblos elamitas, egipcios y sumerios. Las
evidencias más antiguas de la producción de cerveza datan de alrededor de 3500 a. C. fueron halladas en
Godin Tepe, en el antiguo Elam (actual Irán). Algunos la ubican conjuntamente con la aparición del pan entre
10.000 a. C. y 6.000 a. C. ya que tiene una parecida preparación agregando más o menos agua.

Parece ser que las cervezas primitivas eran más densas que las actuales, similares al actual “pombe” africano,
de culturas igualmente primitivas. Según la receta más antigua conocida, el Papiro de Zósimo de Panópolis
(siglo III), los egipcios elaboraban la cerveza a partir de panes de cebada poco cocidos que dejaban fermentar
en agua. Su cerveza fue conocida como “zythum”, que es palabra griega, pero en una fase más tardía.
Antiguamente en Oriente se usaba arroz y también bambú. Del bambú, lo mismo que de la caña de azúcar, lo
que se fermenta es su savia; pero no su fruto. Tal es el “ulanzi” propio de Tanzania.

No puede ser considerado un fermentado alcohólico de cereal. Las bebidas alcohólicas más antiguas quizá
sean derivadas de la leche. La opinión del profesor de la Universidad de Pennsylvania Salomón Katz , que data
la aparición de una bebida de cebada fermentada alcohólicamente en la Mesopotamia del año 4000 a.C. con el
nombre de “sikaru”, pero señala que se hacía con pan de cebada; es decir, se trataba de lo que hoy llamamos
“kuas”, que no es considerado propiamente cerveza, aunque es un fermentado alcohólico proveniente de
cereal. La cerveza propiamente dicha aparece en Europa en el siglo XIII, en la medida en que el concepto de
cerveza incluye el amargor propio del lúpulo.

Pintura prehistórica
Las pinturas más antiguas que se conocen fueron realizadas en las paredes de las cuevas que servían
de abrigo a la especie humana hace treinta mil años, durante el periodo paleolítico. Hay muestras del
arte paleolítico en emplazamientos de Europa occidental, del África sahariana y del sur, y en Australia.
En algunas zonas, como el litoral mediterráneo, el desarrollo de la pintura siguió en el periodo neolítico.
Pinturas rupestres
Las pinturas que se conservan en las cuevas de España y del sur de Francia representan, con increíble
exactitud, bisontes, caballos y ciervos. Estas representaciones están realizadas en colores de tierra,
compuestos de diferentes minerales pulverizados y mezclados con grasa animal, clara de huevo,
extractos de plantas, cola de pescado, e incluso sangre; se aplicaban con pinceles hechos de varitas y
juncos o se soplaban sobre la pared. Estas pinturas debieron cumplir un papel en los rituales mágicos,
aunque no se conoce con certeza su naturaleza exacta.
Por ejemplo, en una pintura rupestre de Lascaux, Francia, aparece un hombre entre los animales junto a
varios puntos oscuros; aunque su exacto significado permanece desconocido, demuestra la presencia
de una conciencia espiritual y la capacidad de expresarla por medio de imágenes, signos y símbolos.

Una pintura rupestre es todo dibujo o boceto prehistórico existente en algunas rocas y cavernas. El
término «rupestre» deriva del latín rupestris, y éste de rupes (roca), aunque también es sinónimo de
primitivo. De modo que, en un sentido estricto, rupestre haría referencia a cualquier actividad humana
sobre las paredes de cavernas, covachas, abrigos rocosos e, incluso farallones o barrancos, etc. Desde
este aspecto, es prácticamente imposible aislar las manifestaciones pictóricas de otras
representaciones del arte prehistórico como los grabados, las esculturas y los petroglifos, grabados
sobre piedra mediante percusión o erosión. Al estar protegidas de la erosión por la naturaleza del
soporte, las pinturas rupestres han resistido el pasar de los siglos.

Se trata de una de las manifestaciones artísticas más antiguas de las que se tiene constancia, ya que, al
menos, existen testimonios datados hasta los 40.000 años de antigüedad, es decir, durante la última
glaciación. Estas pinturas — y las otras manifestaciones asociadas — revelan que el ser humano, desde
tiempos prehistóricos, organizó un sistema de representación artística, se cree, en general, que está
relacionado con prácticas de carácter mágico-religiosas para propiciar la caza. Dado el alcance
cronológico y geográfico de este fenómeno, es difícil, por no decir, imposible, proponer
generalizaciones.

Entre las principales figuras presentes en estos grafos encontramos imágenes de bisontes, caballos,
mamuts, ciervos y renos, aunque las marcas de manos también ocupan un porcentaje importante.
Frecuentemente se muestran animales heridos con flechas. Los motivos y los materiales con que fueron
elaboradas las distintas pinturas rupestres son muy similares entre sí, a pesar de los miles de
kilómetros de distancia y miles de años en el tiempo. Todos los grupos humanos que dependían de la
caza y recolección de frutos efectuaron este tipo de trabajo pictórico.

En la pintura rupestre generalmente se usaban uno o dos colores, incluyendo algunos negros, rojos,
amarillos y ocres. Los colores también llamados pigmentos eran de origen vegetal como el carbón
vegetal, de fluidos y desechos corporales como las heces, compuestos minerales como la hematita, la
arcilla y el óxido de manganeso, mezclados con un aglutinante orgánico resina o grasa.

Los colores se untaban directamente con los dedos, aunque también se podía escupir la pintura sobre
la roca, o se soplaban con una caña hueca finas líneas de pintura. En ocasiones los pigmentos en polvo
se restregaban directamente en la pared y asimismo se los podía mezclar con algún aglutinante y
aplicar con cañas o con pinceles rudimentarios. Como lápices se usaban ramas quemadas y bolas de
colorante mineral aglutinadas con resina. A veces se aprovechaban desniveles y hendiduras de la pared
para dar la sensación de volumen y realismo. A menudo las siluetas animales se marcaban o raspaban
para generar incisiones y así producir un contorno realista y notorio en la roca.

En Ukhahlamba-Drakensberg, Sudáfrica se encuentran pinturas de aproximadamente 3.000 años de


antigüedad atribuidas a las tribus de San, quienes se establecieron en la región hace unos 8.000 años.
En la región de Fezzan y en el sur argelino, se pueden distinguir tres fases de elaboración de pinturas
rupestres:

Figuras humanas sobre roca, Zimbabue


 Primera fase o primitiva: originada aproximadamente en el 10.000 a. C., en este
periodo se representan animales salvajes y escenas de caza, que dan prueba
de la existencia de pueblos cazadores y de un ambiente climático diferente.
 Segunda fase o pastoral: Pinturas con imágenes de animales domésticos
especialmente bovinos, demuestra la crianza y domesticación de los mismos,
posteriormente aparece el caballo.
 Tercera Fase o garamántica: en 2.000 a. C; denominada así por el pueblo de los
garamentas que habito el Fezzan. Surgen representaciones del dromedario por
lo cual se concluye que el desierto predominaba en el continente.

Origen de la medicina

Cráneo datado en el Neolítico, con gran orificio de trépano,


descubierto en Nogent-les-Vierges (Seine-et-Oise, Francia).
Conservado en el Musée de l'Homme, París.

Mark Armand Ruffer (1859-1917), médico y arqueólogo


británico, definió la paleopatología como la ciencia de las
enfermedades que pueden ser demostradas en restos
humanos de gran antigüedad.

El estudio de tribus actuales que se hallan culturalmente en


la Edad de Piedra da una idea de lo que fue la primera
medicina, aquella de los tiempos prehistóricos.

Se sabe que desde la más remota edad el hombre trató de conseguir la curación de sus
enfermedades. Existe, pues, medicina desde el primer momento de la existencia de la especie.
Tenemos conocimiento de esta medicina primitiva a través del estudio de la llamada paleopatología
(análisis de restos humanos muy antiguos con alteraciones no naturales), de las insculturas y
pinturas conservadas en cuevas, de los elementos encontrados en excavaciones como instrumentos
caseros y quirúrgicos, y de las prácticas actuales de pueblos primitivos.

En general, todos los antiguos pobladores del planeta vieron en la enfermedad la influencia de
espíritus malignos. Sólo así se explicaba la forma, generalmente brusca, de aparecer alteraciones
dolorosas e invalidantes en un ser que hasta ese momento había permanecido sano, fuerte y en buen
estado. La terapéutica frente a procesos que se consideraban de origen espiritual se hacía a base de
conjuros y ritos mágicos. Cuando no se obtenía la curación por la propia fuerza de la naturaleza, el
paciente generalmente empeoraba. El uso de las hierbas como elementos curativos fue el inicio de la
medicina experimental, las sociedades humanas han tenido siempre hombres especiales, tanto
hombres como mujeres, que han tenido el papel de curadores y eran responsables de prevenir y
curar las enfermedades y los heridos.

Estos "Chamanes " ejercieron siempre las funciones de curadores, magos o sacerdotes. La
medicina primitiva aprendió como inmovilizar una fractura ósea, pero no como curarla
apropiadamente. Realizaron frecuentemente una tipo de cirugía cerebral que aun hoy llamamos
trepanación. Esta fue realizada usando instrumentos de piedra para realizar agujeros en el cráneo.
Los investigadores no saben si estos procedimientos se realizaban para espantar espíritus
demoniacos, tratar fracturas craneales o remover astillas de hueso.

Es posible que la trepanación fuera realizada en diferentes momentos por todas estas razones.
Sumada a las palabras mágicas, plegarias y encantos los chamanes y curadores usaron una
simbología especial para tratar a sus pacientes. Esta simbología o instrumentos incluían cosas como
beber sangre de un guerrero para incrementar la fuerza o comer plantas u hojas que remedaban la
forma de un órgano. Algunas veces por una simple cuestión de azar estos procedimientos tenían
éxito. Cuando esto sucedía, los hombres encargados de administrar medicina o chamanes pasaban la
información a la siguiente generación de curadores o sacerdotes. La Digital, la morfina, la quinine, y
efedrina son todas modernas medicinas que han pasado también a nosotros a partir de las usanzas de
nuestros ancestros prehistóricos

Las enfermedades existen desde el principio de los tiempos, pero solo nos quedan esqueletos. Se han
encontrado lesiones osteoartriticas de los huesos en el nombre de Neanderthal.

Hasta el advenimiento de las ciudades es muy probable que el ser humano primitivo haya tenido
patrones de enfermedad no muy distintas a las del ser humano de las sociedades modernas no
industriales. Con la agregación de gente en comunidades cerradas las infecciones comenzaron de
diseminarse.

Dentro de las patologías diagnosticadas en restos de seres humanos datados en el Neolítico se incluyen
anomalías congénitas como la acondroplasia, enfermedades endocrinas (gigantismo, enanismo,
acromegalia, gota), enfermedades degenerativas (artritis, espondilosis) e incluso algunos tumores
(osteosarcomas), principalmente identificados sobre restos óseos.

Entre los vestigios arqueológicos de los primeros homo sapiens es raro encontrar individuos por
encima de los cincuenta años por lo que son escasas las evidencias de enfermedades degenerativas o
relacionadas con la edad. Abundan, en cambio, los hallazgos relacionados con enfermedades o
procesos traumáticos, fruto de una vida al aire libre y en un entorno poco domesticado.

La excepción a esta norma la encontramos en la tuberculosis, considerada por varios autores como la
enfermedad humana más antigua que se conoce. Una de las hipótesis más aceptadas sobre el
surgimiento del Mycobacterium (el germen causante de esta enfermedad) propone que el antepasado
común denominado M. archaicum, bacteria libre, habría dado origen a los modernos Mycobacterium,
incluido el M. tuberculosis.2 La mutación se habría producido durante el Neolítico, en relación con la
domesticación de bóvidos salvajes en África. Las primeras evidencias de tuberculosis en humanos se
han encontrado en restos óseos del Neolítico, en un cementerio próximo a Heidelberg, supuestamente
pertenecientes a un adulto joven, y datados en torno a 5000 años antes de Cristo. También se han
encontrado datos sugestivos de tuberculosis en momias egipcias datadas entre los años 3000 y
2400 a. C.4

Existen hallazgos arqueológicos de cráneos con signos evidentes de trepanación datados en torno al
año 3000 a. C. en los que se postula la supervivencia del paciente tras la intervención. Los más antiguos
se han hallado en la cuenca del Danubio, pero existen hallazgos similares en excavaciones de
Dinamarca, Polonia, Francia, Reino Unido, Suecia, España o Perú.

En general, las sociedades nómadas, recolectoras y cazadoras, no poseen la figura especializada del
sanador y cualquier miembro del grupo puede ejercer esta función, de manera principalmente empírica.
En cambio, las sociedades asentadas, que han abandonado patrones trashumantes y comienzan a
aprovechar y modificar el entorno en su provecho, tienden a especializar a un miembro del grupo en
funciones de brujo, chamán o sanador, con frecuencia revestido de algún poder o influencia divina.

Estos sanadores suelen ocupar una posición social privilegiada y en muchos casos se subespecializan
para tratar diferentes enfermedades, como se evidenció entre los aztecas, entre los que podía
encontrarse el médico chamán (ticitl) más versado en procedimientos mágicos, el teomiquetzan, experto
sobre todo en heridas y traumatismos producidos en combate, o la tlamatlquiticitl, comadrona
encargada del seguimiento de los embarazos.

Por otra parte, las sociedades primitivas suelen considerar al enfermo como un «impuro»,
especialmente ante procesos patológicos incomprensibles, acudiendo a la explicación divina, como
causa de los mismos. El enfermo lo es porque ha transgredido algún tabú que ha irritado a alguna
deidad, sufriendo por ello el «castigo» correspondiente, en forma de enfermedad. 5

La evolución de la medicina en estas sociedades arcaicas encuentra su máxima expresión en las


primeras civilizaciones humanas: Mesopotamia, Egipto, América precolombina, India y China. En ellas
se expresaba esa doble vertiente, empírica y mágica, característica de la medicina primitiva.

Mesopotamia Código de Hammurabi, impresión cuneiforme donde se recogen por escrito los
principales aspectos legales de la civilización sumeria.
La «tierra entre dos ríos» albergó desde el Neolítico a algunas de las primeras y más importantes
civilizaciones humanas (sumeria, acadia, asiria y babilónica).

En torno a cuatro mil años antes de Cristo se establecieron en este territorio las primeras ciudades
sumerias y durante más de tres mil años florecieron estas cuatro culturas, caracterizadas por el empleo
de un lenguaje escrito (cuneiforme) que se ha conservado hasta nuestros días en numerosas tablillas y
grabados.

Es precisamente esa capacidad de transmisión de la información, científica, social y administrativa, a


través de un sistema perdurable lo que determinó el desarrollo cultural de los primeros asentamientos
sumerios, y lo que permitió a los historiadores posteriores reconstruir su legado.

El principal testimonio de la forma de vida de las civilizaciones mesopotámicas se encuentra en el


código de Hammurabi, una recopilación de leyes y normas administrativas recogidas por el rey
babilónico Hammurabi, tallado en un bloque de diorita de unos 2,50 m de altura por 1,90 m de base y
colocado en el templo de Sippar.6 En él se determinan a lo largo de trece artículos, las
responsabilidades en que incurren los médicos en el ejercicio de su profesión, así como los castigos
dispuestos en caso de mala praxis.

No obstante, también es de destacar un importante arsenal herborístico: unas doscientas cincuenta


plantas curativas se recogen, así como el uso de algunos minerales y de varias sustancias de origen
animal.9

El nombre genérico para el médico era asû, pero pueden encontrarse algunas variantes como el bârû, o
adivinador encargado del interrogatorio ritual; el âshipu, especializado en exorcismos; o el gallubu,
cirujano-barbero de casta inferior que anticipa la figura del barbero medieval europeo, y que encuentra
homólogo en otras culturas (como el Tepatl azteca). Este sajador se encargaba de sencillas operaciones
quirúrgicas (extracción de dientes, drenaje de abscesos, flebotomías...).

En el museo del Louvre puede contemplarse un sello babilónico de alabastro de más de cuatro mil años
de antigüedad con una leyenda en la que se menciona el primer nombre conocido de un médico: ¡Oh,
Edinmungi, servidor del dios Girra, protector de las parturientas, Ur-Lugal-edin-na, el médico, es tu
servidor!10 Este sello, empleado para firmar documentos y recetas, representa dos cuchillos rodeados
de plantas medicinales.

Entre las plantas medicinales más usadas se encontraban la coca (Erytroxilon coca), el yagé
(Banisteriopsis caapi), el yopo (Piptadenia peregrina), el pericá (Virola colophila), el tabaco (Nicotiana
tabacum), el yoco (Paulinia yoco) o el curare y algunas daturas como agentes anestésicos.

La Edad del cobre o calcolítico


Si bien el hombre había perfeccionado cada vez más las técnicas para labrar la piedra, sus
instrumentos seguían siendo toscos y su uso era limitado, ya que se quebraban y gastaban con
facilidad. Se necesitaba un material más resistente y fácil de trabajar. Fue entonces cuando
descubrieron el cobre. En una primera etapa, le daban forma golpeándolo con un martillo, de acuerdo a
la herramienta que necesitaban. Más adelante, aprendieron a fundirlo; vaciándolo en moldes podían
hacer instrumentos de cualquier tamaño y forma. La fundición del cobre coincidió además con el
desarrollo de la metalurgia del oro, la plata, el estaño y el plomo.

PRIMER METAL.

 Los primeros metales debieron de encontrarse en forma de pepitas. Y con seguridad fueron
trozos de cobre o de oro, ya que éstos son de los pocos metales que se hallan libres en la
naturaleza.

 El color rojizo del cobre y amarillo del oro debieron de llamar la atención, y el brillo metálico,
mucho más hermoso y sobrecogedor que el del suelo circundante, incomparablemente distinto
del de las piedras corrientes, impulsaban a cogerlos.

 Indudablemente, el primer uso que se dio a los metales fue el ornamental, fin para el que servía
casi cualquier cosa que se encontrara: piedrecillas coloreadas, perlas marinas… Los metales
presentan una ventaja sobre los demás objetos llamativos: son maleables, es decir, que pueden
aplanarse sin que se rompan (la piedra, en cambio, se pulveriza, y la madera y el hueso se
astillan y se parten). Esta propiedad fue descubierta por casualidad indudablemente, pero no
debió pasar mucho tiempo entre el momento del hallazgo y aquél en que un cierto sentido
artístico llevó al hombre a golpear el material para darle formas nuevas que pusieran más de
relieve su atractivo.

 Los artífices del cobre se dieron cuenta de que a este metal se le podía dotar de un filo cortante
como el de los instrumentos de piedra, y que el filo obtenido se mantenía en condiciones en las
que los instrumentos de piedra se mellaban. Posteriormente vieron cómo un filo de cobre romo
podía volver a afilarse con más facilidad que uno de piedra.
 Solamente la escasez del cobre impidió que su uso se extendiera más, tanto en la fabricación de
herramientas como en la de objetos ornamentales. El cobre se hizo más abundante cuando se
descubrió que podía obtenerse a partir de unas piedras azuladas. Cómo se hizo este
descubrimiento, o dónde o cuándo, es algo que no sabemos y que probablemente no sabremos
jamás.

 Podemos suponer que el descubrimiento se hizo al encender un fuego de leña sobre un lecho de
piedras en el que había algunos trozos de mineral. Después, entre las cenizas, destacarían
pequeñas gotas de cobre brillante. Quizá esto ocurrió muchas veces antes de que alguien
observara que si se encontraban piedras azules y se calentaban en un fuego de leña, se
producía siempre cobre. El descubrimiento final de este hecho pudo haber ocurrido unos 4000
años a. de C. en la península del SINAB, al este de Egipto, o en la zona montañosa situada al
este de Sumeria, lo que hoy es Irán. O quizá ocurriera simultáneamente en ambos lugares.

 El cobre fue lo suficientemente abundante como para que se utilizara en la confección de


herramientas en los centros más avanzados de la civilización. En una tumba egipcia se ha
encontrado una sartén con una antigüedad aproximada de 5200 años a. de C.

3,500 Los sumerios empiezan a utilizar la rueda.

3,400 Aparece el sistema de numeración egipcia.

3,000 Primer escrito atribuido a los sumerios. Utiliza un sistema de representación mediante
ideogramas, e incluye símbolos de transferencia a los sistemas fonéticos. Aparece el actual sistema de
escritura mediante ideogramas chino.

Dieta primitiva
Según las excavaciones arqueológicas realizadas en Kostenki (Rusia), Bilancino (Italia) y Pavlov
(República Checa), los cereales, su procesamiento para obtener la harina y la elaboración de pan podría
tener una antigüedad de 30.000 años. En las tres excavaciones se encontraron granos de almidón
aplastados sobre piedras, no se trata de una coincidencia y da lugar a la posibilidad de que los
humanos de aquella época no consumieran exclusivamente carne y grasa animal, también cereales y
posiblemente una especie de pan rudimentario, esta es la conclusión a la que han llegado un grupo de
investigadores especialistas en antropología.

La evidencia de los granos de almidón de diferentes plantas silvestres en superficies que se asemejan a
instrumentos de molienda parece ser una prueba evidente de ello, además, el hecho de que los
contextos geográficos y ambientales sean variados, postula la posibilidad de que se tratara de una
práctica extendida desde el noroeste europeo hasta la zona mediterránea central, con el tiempo las
técnicas evolucionaron y se perfeccionaron. La harina y su procesamiento para la elaboración de pan,
podría tener una antigüedad de 30.000 años.

Hasta el momento, para saber el tipo de alimentación de aquella época, se han realizado análisis y
estudios sobre el desgaste de las piezas dentales, pero las evidencias arqueológicas muestran mucho
más. Los investigadores han realizado incluso experimentos para comprobar si las técnicas empleadas
en aquella época, utilizando dos fragmentos de piedra arenisca de tamaño y forma similar a los restos
que se han encontrado en las excavaciones, podrían moler los granos para obtener harina, algo que se
pudo constatar.

En las tres excavaciones se encontró almidón proveniente de granos de cereal, se experimento para la
obtención de harinas con los métodos rudimentarios y se puede obtener una harina bastante fina que se
destinaría al consumo, posiblemente un pan plano muy primitivo. Los investigadores apuntan que los
alimentos vegetales se utilizaban como parte de la dieta y la economía alimentaria de los cazadores
recolectores del periodo Gravitense del paleolítico Superior.

El uso de la harina databa de hace unos 10.000 años, posteriormente una excavación arqueológica en
Israel mostraba la existencia de piedras o utensilios de molienda que databan de hace 20.000 años,
ahora las tres excavaciones remontan un poco más la posible antigüedad de la harina y del pan, 30.000
años de antigüedad. El arqueólogo Julio Mercader encontró pruebas (útiles de piedra) junto a granos de
sorgo, cereal que se utiliza en la elaboración de la harina Misola.

Según un estudio realizado en la cueva del Mirón de Ramales de la Victoria (Cantabria), en el Paleolítico
también existía la cocción. Hasta el momento se creía que en esa época el hombre sólo utilizaba las
técnicas de asado, pero los restos arqueológicos encontrados en los hogares de cocina (lugares de las
cuevas donde se cocinaba) son una posible evidencia de la cocción de los alimentos en el Paleolítico.

El yacimiento de la cueva del Mirón tiene una antigüedad de 18.500 años, recordemos que el periodo
Paleolítico comprende una etapa de la historia situada desde hace 2,5 millones de años hasta hace
10.000 años a nivel mundial. En este caso los restos arqueológicos se engloban en el Paleolítico
europeo que se sitúa desde hace 1,2 millones de años hasta hace 10.000 años de antigüedad.
En los hogares de cocina, los arqueólogos han encontrado restos de animales cocinados propios de la
dieta de aquella época junto a distintos utensilios, de los que se destacan especialmente los útiles que
han sido tallados sobre cantos rodados rotos de arenisca enrojecida como efecto de las repetidas
exposiciones al fuego. De hecho, esta particularidad ha sido constatada a través de un programa
experimental que ha puesto de manifiesto que los utensilios eran expuestos a altas temperaturas y
posteriormente se enfriaban bruscamente por inmersión, cuando estos utensilios se rompían eran
abandonados junto a las hogueras.

El descubrimiento muestra que los moradores de aquella época hervían agua que podría haber sido
utilizada para cocer los huesos y así poder extraer la grasa para uso alimentario. Hay que decir que los
restos hallados corresponden a una de las últimas culturas pertenecientes al paleolítico superior, la
cultura Magdaleniense de la Europa occidental. Esta se puede considerar como la primera civilización
europea occidental y posiblemente la primera en utilizar la cocción del agua en la alimentación.

No hace mucho conocíamos que las algas estaban presentes en la dieta americana hace 14.000 años.
Los investigadores indican que el primer asentamiento humano conocido del continente americano no
sólo disfrutaba de las algas y otras especies de plantas marinas como alimento, también las
cosechaban. Las conclusiones se basan en las pruebas arqueológicas obtenidas en Monte Verde, un
importante yacimiento arqueológico que fue descubierto en 1976 y que se encuentra próximo a la
ciudad chilena de Puerto Montt. Una de las particularidades que han permitido llegar a esta conclusión
es que dicho asentamiento se encuentra a 80 kilómetros del mar. Al parecer, este yacimiento es único,
ya que gracias a una conjugación de factores los restos arqueológicos se han conservado en muy buen
estado ofreciendo información de gran valor sobre los asentamientos humanos del continente, de
hecho, este asentamiento se considera el más antiguo de América hasta la fecha.

Gracias a dos asentamientos humanos situados en el Peñón de Gibraltar, los expertos descubrían que
la dieta de los neandertales era muy variada, que no se encontraba exclusivamente sujeta a la carne. Se
descubrió que los neandertales también comían pescado, a diferencia de lo que hasta el momento se
había creído.

La Paleodieta o dieta del Paleolítico

Podríamos decir que este tipo de dieta es en realidad la cocina primitiva. La denominada Cocina
Primitiva, es aquella que se basa exclusivamente en la recolección de los alimentos naturales, estos son
recolectados en plena naturaleza, cebollas silvestres, frutas y frutos secos, peces de río, huevos,
bellotas, raíces, alimentos cazados o pescados que da la naturaleza algo que dejó de realizarse con la
aparición de la agricultura y la ganadería.

Teóricamente con la dieta paleolítica se lograrían prevenir diversas enfermedades y entre las que se
encuentran la obesidad, cáncer o problemas cardiovasculares entre otras.

Se marca el periodo Neolítico como el responsable de un cambio muy profundo en los hábitos
alimentarios y que son responsables del desarrollo de nuevas enfermedades y una peor calidad de vida.
Algunos expertos indican que la medicina evolucionista considera que muchas de las enfermedades
que sufrimos en la actualidad se derivan de la incompatibilidad entre nuestra evolución y las
condiciones actuales a las que sometemos a nuestro organismo, por eso apuestan por la paleodieta.

Otros estudios indican que gracias a la aplicación del fuego en los alimentos, la evolución humana se
agilizó. Genetistas de la Universidad de Chicago determinaron hace un par de años que el dominio del
fuego es la razón por la que somos diferentes a los chimpancés y que gracias a los alimentos
cocinados, nuestra evolución varió con respecto a estos primates. Dicho estudio se centró en la
genética del hígado donde se determinó cómo se procesan las proteínas que ingerimos. La cocina
permitió que las propiedades bioquímicas de las moléculas que consumimos cambien y por tanto,
cambió el modo de absorber y procesar todos los nutrientes que entraban en el organismo humano.

La dieta evolutiva es un tipo de alimentación basada en lo que comían los seres humanos hace 6
millones de años, exclusivamente frutas y verduras. Todos han mantenido malos hábitos nutricionales y
en consecuencia tienen mayores riesgos de sufrir algún problema de salud, riesgos cardiovasculares,
cerebro vasculares, hipercolesteremia, apoplejías, etc., es el legado dado por el exceso de grasas
saturadas, comidas copiosas, etc.

Una teoría científica, ¿está nuestro organismo mejor adaptado a una dieta prehistórica?

Al término de la última glaciación, hace aproximadamente 10.000 años, los hombres tienen más espacio
para habitar y comienzan a vivir formando poblados semipermanentes. Ya entrado el período neolítico,
el aumento de la población hace que los alimentos provenientes de la caza y la recolección sean
insuficientes. Esto lo impulsa a cultivar las plantas que ya conocía y a mantener animales cerca de ellos
de modo de contar con mayor cantidad de alimento. De esta forma comienza la práctica de la agricultura
y la ganadería. Al aumentar las superficies cultivadas, el hombre se ve obligado a volverse sedentario y
vive formando grupos estables. Las distintas técnicas para preservar y conservar sus alimentos le
permitieron obtener un excedente y comenzar a intercambiar productos. También comienza a tener
mayor cantidad de tiempo para desarrollar otras actividades ya que no debe dedicarse
permanentemente a conseguir alimentos: fabrica vasijas y desarrolla técnicas de tejido de fibras
vegetales y lana. Surge también la construcción de pequeñas embarcaciones y el descubrimiento de la
rueda.
Los hombres comienzan también a organizar se comunitariamente y a dividirse el trabajo: ganaderos,
agricultores, artesanos y guerreros. Algunos grupos llegaron a tener una organización de tipo tribal.

El hombre consideraba que el oro y la plata tenían propiedades mágicas. La búsqueda de los mismos le
permitió encontrar otros metales como el cobre y el hierro que le permitieron fabricar, con más facilidad
y mejores resultados, aquellos artículos que antes realizaba con la piedra. Así habría comenzado a
desarrollarse laminería. Para realizar las actividades mineras y especialmente el transporte de los
minerales, comenzó a utilizar animales de carga, descubrió los rudimentos de la navegación a vela y
perfeccionó la utilización del transporte de ruedas.

Edad del bronce


Con posterioridad, en el 3.000 a.C., descubrieron que era más resistente la mezcla de cobre con estaño,
y crearon el bronce, que fue la aleación más usada durante unos dos mil años. En esta época el hombre
hizo otra importante invención, el arado tirado por animales, que reemplazó al simple hoyo hecho con
un palo aguzado. Esto les permitió aumentar el área de cultivo.

Junto con lo anterior, descubrieron que era importante guiar el agua y proteger los terrenos de las
inundaciones, para lo cual construyeron canales de regadío y diques.

Otro invento clave fue la rueda, que facilitó enormemente el transporte de cargas pesadas. Al unir dos
ruedas mediante un eje, se crearon los primeros carruajes. El antiguo bote fue perfeccionado, al
agregarle velas, lo que facilitó la navegación de ríos y costas marítimas.

Los nuevos medios de transporte facilitaron el intercambio de productos, tanto de materias primas
como de productos elaborados, que se realizaba fundamentalmente en los centros urbanos. Nació el
comercio.

Las nuevas actividades e inventos hicieron más compleja la estructura social, debido a la
especialización del trabajo. Los hombres no solo eran cazadores, pastores o agricultores; también había
comerciantes, marineros y artesanos especializados en la fabricación de armas, cerámicas o
herramientas.

La Edad del Hierro


El descubrimiento del hierro en el Cercano Oriente fue parte del fin de la prehistoria -marcado por la
invención de la escritura-. Aunque este metal ya se empleaba en bruto en la ciudad mesopotámica de Ur,
su fundición no se logró hasta el segundo milenio, ya que hacía falta una temperatura superior a los
1.500° Celsius.

El origen de la metalurgia del hierro parece estar en Armenia, con los pueblos mitanie hititas, que
gracias a dicho material pudieron crear poderosos imperios militares.

El uso generalizado del hierro hacia el 1.200 a.C. no supuso la desaparición de las culturas del bronce,
ya que convivieron por mucho tiempo.

Como la evolución cultural fue dispareja, los pueblos se fueron diferenciando. Mientras algunos seguían
en la edad de piedra y mantenían una vida nómada, los pueblos del Cercano Oriente tenían un rico
comercio y grandes ciudades -en Egipto y Mesopotamia-. En tanto, en lo que es hoy el actual Japón se
saltaron la edad del bronce, al pasar de la piedra a la Edad del Hierro. Estos avances y el aumento en
cantidad y variedad de las actividades que practicaban los grupos humanos, dan como consecuencia la
formación de las primeras sociedades organizadas política y económicamente.

ALEACIONES

 A la aleación (término que designa la mezcla de dos metales) de cobre y estaño se le llamó
bronce, y hacia el año 2000 a. de C. ya era lo bastante común para ser utilizado en la confección de
armas y corazas. Se han hallado instrumentos de bronce en la tumba del faraón egipcio Itetis, que reinó
aproximadamente 3000 años a. de C.

 El acontecimiento histórico más conocido de la Edad del Bronce fue la Guerra de Troya, en la
que soldados con armas y corazas de bronce disparaban flechas con punta de este metal contra sus
enemigos. Un ejército sin armas de metal estaba indefenso frente a los «soldados de bronce», y los
forjadores de aquella época gozaban de un prestigio semejante al de nuestros físicos nucleares. Eran
hombres poderosos que siempre tenían un puesto entre los reyes.

 Y su oficio fue divinizado en la persona de Hefaistos, dios mitológico de la fragua. Incluso hoy
día –y no por casualidad- «Smith», o alguno de sus equivalentes, es el apellido más común entre los
pueblos de Europa. «Smith» = forjador, herrero.

 La suerte iba a favorecer de nuevo al hombre de la Edad del Bronce, que descubrió un metal aún
más duro: el hierro.
 Por desgracia era demasiado escaso y precioso como para poder usarlo en gran cantidad en la
confección de armaduras. En un principio las únicas fuentes de hierro eran los trozos de meteoritos,
naturalmente muy escasos. Además, no parecía haber ningún procedimiento para extraer hierro de las
piedras.

 El problema radica en que el hierro está unido mucho más firmemente, formando mineral, de los
que estaba el cobre. Se requiere un calor más intenso para fundir el hierro que para fundir el cobre. El
fuego de leña no bastaba para este propósito, y se hizo necesario utilizar el fuego de carbón vegetal,
más intenso, pero que sólo arde en condiciones de buena ventilación. Utilizaron Crisoles primitivos y
horno, suministrando oxígeno mediante un fuelle.

 El secreto de la fundición del hierro fue por fin desvelado en el extremo oriental de Asia Menor,
1500 años a. de C. Los hititas, que habían levantado un poderoso imperio en Asia Menor, fueron los
primeros en utilizar corrientemente el hierro en la confección de herramientas. Se conservan cartas que
un rey hitita envió a su virrey, destacado en una región montañosa rica en hierro, fechadas
aproximadamente en el 1280 a. de C., y en las que se dan detalles inequívocos sobre la producción del
metal. Un ejército protegido y armado con hierro duro podía enfrentarse a otro ejército pertrechado de
bronce con muchas probabilidades de vencer. Estamos en la Edad del Hierro.

 El hierro puro (hierro forjado) no es demasiado duro. Sin embargo, un instrumento o una
armadura de hierro mejoraba al dejar que una cantidad suficiente de carbón vegetal formara una
aleación con ese metal.

 Esta aleación –que nosotros llamamos acero- se extendía como una piel sobre los objetos
sometidos a tratamiento y les confería una dureza superior a la del mejor bronce, manteniéndose
afilados durante más tiempo. El descubrimiento en territorio hitita de la manufactura del acero marca el
punto crucial en la metalurgia del hierro.

2.800 a. de C., Invención del vidrio. Escritos ideosilábicos egipcios utilizan hojas de papiro.

2.500 a. de C., Descubrimiento del hierro.

2.000 a. de C., Los chinos descubren la atracción magnética.

ACTIVIDAD: Completar los siguiente criterios para cada hito presentado en este documento en su cuaderno.

Producción
prehistórica de:

MATERIAS
PRIMAS

CUANDO SE
INICIO

EFECTO EN LA
VIDA HUMANA

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