La tolerancia se refiere a la capacidad de respetar todo aquello que es diferente
a lo propio, que no compartimos e incluso que no se puede reprimir, es decir, opiniones, creencias, sentimientos, costumbres, entre otros. Por ello, la tolerancia es un concepto amplio que significa aceptarse y respetarse a uno mismo y luego a los demás, sin importar el status social, la religión a la que adhiera o a la etnia a la que pertenece. Para practicar la tolerancia es necesario escuchar a los que opinan y sienten de manera diferente, apreciando su punto de vista. Ser tolerantes no se refiere a ser indiferentes, todo lo contrario, es un valor moral que permite reconocer y aceptar las diferencias hacia todo aquello que nos resulte diferente, nos genere incomodidad o no compartamos. El ejemplo de los padres es la mejor herramienta que pueden utilizar para inculcar valores en la educación de los hijos. La tolerancia es un valor importante para el buen desarrollo de las relaciones sociales del niño. El niño puede aprender a ser tolerante: Cuando sus padres también lo sean A través de cuentos e historias Por las actividades que desarrolla En la convivencia con los demás niños Aprendiendo a respetar las diferencias Conociendo diferentes culturas A través de los viajes en familia, compartiendo, sin pelear Conociendo los beneficios de la conciliación y de la paz.