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Reporte de lectura de:

LA HERMENÉUTICA METÓDICA DE FRIEDRICH SCHLEIERMACHER

Con F. Schleiermacher, máximo exponente de la hermenéutica romántica, suscita

una transformación significativa, de carácter universalista e inclusive radical en la

tradición, gracias a la articulación de una filología con fundamento en la capacidad

creadora literaria, y una filosofía critica, que abre paso a una nueva teoría de la

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comprensión con un enfoque en la finitud del hombre y la subjetividad. Con esto

Schleiermacher parte para la formulación y concepción de su teoría hermenéutica,

planteando la pregunta de cómo es posible la comprensión.

La teoría de la comprensión de Schleiermacher trata de elucidar cuáles son las

condiciones de interpretación válidamente universal; sus conocimientos en filosofía y

teología lo hacen entender que se deben suplir las deficiencias de las hermenéuticas

particulares por una general capaz de preceptuar los principios generales y la metodología

adecuada del recto comprender. Po ello, la hermenéutica en Schleiermacher se enfoca en el

acto de comprensión, donde busca llevar a la hermenéutica al campo de la actividad del

pensar y expresar, como el arte o la técnica de comprender partiendo de la reconstrucción

del discurso y, dado que la capacidad creadora del hombre del discurso yace en una

inmediatez con el lenguaje, este será el único objeto de comprensión para la hermenéutica.

Únicamente el discurso y el lenguaje es lo que se trata de comprender; lo que el

hablante ha querido expresar, y siendo que el discurso es la parte externa del pensamiento,

la importancia en Schleiermacher está en el intento por descifrar la relación que existe entre

el pensamiento y el lenguaje, por eso no se trata solamente de comprender el sentido de un

texto, sino de captar cómo se ha producido este.

Al tratar de comprender un discurso, lo más inmediato dice sheiermacher, es el

malentendido, es decir, una comprensión inadecuada, y la labor de la hermenéutica no debe

comenzar solo cuando la comprensión comienza ser insegura, sino desde el primer

momento en que se propone entender un discurso.

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Por otro lado la hermenéutica es el arte de comprender correctamente el discurso del

otro, y para comprender al otro hay que entrar en dialogo con él, de modo que se habla así

de una hermeneuta dialógica, donde, para comprender un texto hay que dialogar con él.

Para comprender un discurso y para evitar el malentendido, Schleiermacher propone

como objetivo de toda interpretación la “reconstrucción” del discurso o del texto, que es

una construcción del lenguaje del hablante; una re-producción o re-experiencia del proceso

mental constructivo que ha seguido un autor en su composición. Esto vendrá a constituir su

metodología.

De esta metodología, distinguimos varios elementos para la correcta interpretación

y comprensión del discurso.

Shlaiermacher distingue dos modos de proceder para la reconstrucción del discurso:

el comparativo y el adivinatorio. Así también distingue dos formas de interpretación: la

gramatical y la técnica (psicológica)

El primer modo o método de reconstrucción, consiste en una comparación de

conocimientos singulares que nos conduce a la comprensión de un todo. Es decir, comparar

lo singular con el todo.

El método adivinatorio, es aquel que cuando no se entiende con medios

gramaticales o técnicos lo que quería decir el autor, hay que tratar de adivinar lo que ha

querido decir.

Por otro lado, a la reconstrucción del discurso, interesa la comprensión del lenguaje,

donde los dos métodos de reconstrucción se complementan con las dos formas de

interpretación:

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La forma gramatical de interpretación, consiste en el análisis del lenguaje usado por

el autor, en su contexto y en un momento histórico. Esto significa, comprender la expresión

desde la totalidad del lenguaje, partiendo de su carácter objetivo en cuanto que este está

determinado por reglas gramaticales.

La forma de interpretación técnica o psicológica, en contraste, consiste en una

forma subjetiva de interpretación, donde lo que interesa no es el uso del lenguaje en el

discurso en cuanto a la dimensión gramatical, sino en elucidar la intención del autor en su

discurso, es decir, para que la expresión lingüística en un discurso sea comprensible, no

sólo es necesaria la comprensión desde su dimensión gramatical, sino que es preciso

ponerla en relación con lo interior, con el pensamiento o la intención del autor.

Esta última forma de interpretación sugiere que para Schleiermacher, lo que se

intenta no es averiguar un sentido en el texto, sino en comprender al autor.

Estas formas de interpretación, junto con los dos modos de reconstrucción del

discurso, tienen como tarea común la unidad de la obra, de lo general y lo particular, donde

lo general es el lenguaje que es común entre interprete y escritor, y la particularidad de cada

hombre. La reproducción o reconstrucción de esta unidad, es lo que determina

esencialmente el rango de objetividad que confiere toda hermenéutica de Schleiermacher

Otro de los elementos que encontramos en la hermenéutica de Scheiermacher, es la

equiparación o la transposición del intérprete. Es decir, tratar de comprender al otro

equiparándose a él desde el conocimiento del lenguaje y desde el conocimiento de su vida

interior y exterior; tratar de comprender al otro en el contexto de su propio horizonte de

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comprensión, su marco conceptual y lingüístico. Esto, con el propósito de salvaguardar la

distancia temporal y espiritual que separa al que comprende y al objeto de comprensión.

Por otro lado, la reconstrucción o la interpretación del discurso se fundamentan en

lo que se ha dado a llamar el principio del círculo hermenéutico. Para entender o

comprender algo particular se tiene que comprender mediante lo general, es decir que, todo

lo particular solamente puede ser comprendido mediante lo general.

El todo se conforma de partes que deben ser entendidas antes que el intérprete

pueda contemplar la totalidad, y cada parte representa a la totalidad. De esta manera cada

frase se relaciona con un discurso por ser una parte de este y del mismo modo el discurso se

relaciona con la vida del autor por ser una parte del todo.

Así pues, la comprensión de un discurso debe partir desde la noción del todo,

porque la comprensión se logra en una relación entre las partes y el este, entre lo particular

y lo general, y esta relación se extiende indefinidamente. La comprensión se convierte en

una tarea infinita, en la medida en que esta nunca se puede agotar. Siempre quedara más

por comprender; la extensión de lo general significará que siempre habrá algo que falta por

entender, siempre cabrá la posibilidad de nuevas perspectivas y la posibilidad de aumentar

nuestro conocimiento del autor y el objeto.

Por lo tanto en todo acto de comprensión se pone un todo a modo de hipótesis, que

sugiere la continua revisión o un carácter de revisabilidad en todo lo que se ha

comprendido, en un desarrollo gradual mediante la comparación y la relación de partes.

Siendo que siempre queda algo por comprender, el intérprete se halla en

condiciones de continuar profundizando en aquello que trata de comprender, y mejorando

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su comprensión del otro, e inclusive mejor de lo que había entendido el autor, porque trata

de comprender la génesis de su obra, haciendo consiente aquello para lo que el autor

permanece inconsciente.

En Schleiermacher encontramos una hermenéutica en la que se trata de comprender

el sentido de un discurso, partiendo de la relación que hay entre este discurso y su génesis,

es decir, entre el lenguaje y el pensamiento del autor, de manera que no solo se recurre para

la correcta comprensión del discurso, a un entendimiento del lenguaje exterior, sino que se

toma en cuenta las condiciones creativas del autor en la creación de su discurso, su

pensamiento e intenciones así como su vida en general. Esto mediante una reconstrucción

del discurso que considere tanto la dimensión objetiva (gramática y lenguaje en común)

como subjetiva o psicológica presente entre el escritor, teniendo siempre encuentra la

equiparación o transposición previa con autor.

En el acto de interpretación, siempre se tendrá como supuesto y como obvio el

malentendido, lo cual sugiere poner atención a la correcta comprensión de un discurso o

texto, desde la realización de nuestra finitud interpretativa, y de la realización de la relación

entre el pensamiento y el lenguaje. Relación que implica una interpretación psicológica que

hace posible la reconstrucción adecuada de todo acto creador.

La unidad entre pensamiento y lenguaje es la garantía para la comprensión, pues

ésta representa la comprensión del habla en cuanto a lenguaje y de un pensamiento.

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