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EL HOMBRE Y LA RAZON

INTRODUCCIÓN

La Filosofía se inicial con la pregunta ¿Qué es el hombre? Como primicia de su


estudio, podemos responder a esta pregunta pues su respuesta la encontraremos
en el mismo hombre. Todos y cada uno de los individuos llevamos dentro esta
respuesta. Aunque no podemos definir la validez de la respuesta pues nos
encontramos con lo que es “cada hombre individual”. La pregunta mejor planteada
seria ¿Qué puede llegar a ser el hombre?
Con las capacidades que el hombre tiene puede llagar a “hacerse” o “Crearse”
una vida, por lo tanto el hombre es un proceso, es el proceso de sus actos. Tras la
pregunta ¿Qué es el hombre? Llegamos a ver que su nacimiento esta en la
reflexión sobre nosotros mismos y los demás, y queremos saber ¿Qué podemos
llegar a ser?
Así decimos que el hombre forja su propio ego, “homo creador sua vita est.” lo
cual es una pregunta que nos exijamos responder “hoy”.
Algo importante en la respuesta es la búsqueda de la religión. Pues al hacer la
pregunta ¿Qué es el hombre? Es en realidad la busque da de la importancia de su
voluntad y su actividad en la creación de sí mismo y de la vida que vive.
Así podríamos preguntarnos si la religión es la concepción exacta del hombre y la
vida ¿es acaso un error practicar la religión como norma de vida?
No se puede afirmar que la religión sea al hombre, sin embargo es elemental
contar con la religión en la vida del hombre para poder vivir una reflexión aún más
profunda para responderse a la pregunta ¿qué es el hombre?
Algunas religiones como el catolicismo creen que el cuerpo es el templo del bien
pero delimitado ya que también se sitúa en el la causa del mal. Esta idea la
comparten todas las filosofías que han existido ya que conciben al hombre como
un individuo delimitado a su individualidad y a su espíritu como esa individualidad.
Por eso hay que concebir el hombre como una serie de relaciones activas (un
proceso) en la cual, aunque la individualidad tiene la máxima importancia, no es el
único elemento de necesaria consideración. La humanidad que se refleja en cada
individualidad está compuesta de varios elementos:
1) el individuo
2) los demás hombres
3) la naturaleza.
El individuo entra en relación con los demás hombres orgánicamente. El hombre
no entra en relación con la naturaleza de un modo simple, por el hecho de ser
naturaleza él mismo, sino activamente, por medio del trabajo y de la técnica. Se
puede decir que cada hombre se cambia a sí mismo en la medida en que cambia
y modifica todo el complejo de relaciones de las cuales él es el centro de
anudamiento.
Si la individualidad propia es el conjunto de estas relaciones, hacerse una
personalidad significa entonces adquirir conciencia de tales relaciones, y
modificarse la personalidad significa modificar el conjunto de esas relaciones.
Es así como comienzo el ensayo que hablara en sobre el hombre y la razón
temas que deben ser de interés social, actual y que según el sondeo realizado
para este ensayo a menos del 75 % de los jóvenes le interesa conocerlo pues
viven en un mundo comercial que ha sido inculcado por la televisión y los
gobiernos que mas que buscar el bienestar y desarrollo de los pueblos lo buscan
pero para si mismos.

DESARROLLO
Las relaciones que el hombre va manifestando desde el inicio de sus años no
son simples algunas son necesarias y otras deben ser necesarias. Las relaciones
necesarias cambian de aspecto y de importancia según el momento No basta con
conocer el conjunto de las relaciones en cuanto existen en un momento dado y
como sistema dado, sino que hay que conocerlas también genéticamente, en su
modo de formación, porque cada individuo es, además de la síntesis de las
relaciones existentes, también la de la historia de esas relaciones: es el resumen
de todo el pasado.
Se podrá decir que el hombre solo puede cambiar un poco de él, pero ello
depende de la fuerza que aplique durante el cambio. Como el individuo puede
asociarse con todos los que quieren el mismo cambio, el individuo puede
multiplicarse por un número imponente de veces y obtener un cambio mucho más
radical de lo que a primera vista puede parecer el máximo posible.
Las sociedades en las que puede formar parte un individuo son muy numerosas.
A través de esas “sociedades” es el individuo parte del género humano. Son
múltiples los modos en los cuales el individuo entra en relación con la
naturaleza, ha de entenderse por técnica no sólo el conjunto de las nociones
científicas aplicadas industrialmente, sino también los instrumentos “mentales”, el
conocimiento filosófico.
Es común que el hombre no pueda concebirse sino como viviendo en sociedad.
La sociedad humana es posible sólo en la medida en que existe una determinada
sociedad de las cosas. Es verdad que hasta ahora se ha dado a esos organismos
sociales, una significación mecanicista y determinista.
Con base en las diferentes definiciones de su esencia, el hombre establece sus
límites, su comportamiento, su manera de relacionarse con el mundo físico y el
divino, acepta o rechaza responsabilidades, se vuelve un ser obediente o en un
ser creador que construye las reglas de su vida.
Para Pico Della Mirándola en su “Discurso sobre la dignidad del hombre” la
naturaleza humana es también la gran incógnita. Descubre que si el mundo está
regido por el acto y la potencia, el hombre ha sido despojado del acto y se le ha
dejado en la potencia absoluta, el hombre es todo y nada, es la semilla de casi
cualquier cosa, esa es su gracia siempre envidiada por los ángeles (o su
condena). El hombre es para Pico un hombre sin esencia. “El hombre no tiene por
sí y por nacimiento una figura propia, sí muchas ajenas y advenedizas; el hombre,
animal de naturaleza multiforme y mudadiza.” (1)
Según Eugenio Trías (2), Pico plantea una cosmovisión medieval casi sin
distorsión, en donde al igual que en la República de Platón, cada cosa ocupa un
lugar establecido en una jerarquía donde cada cosa está determinada, a
excepción del hombre, quien resulta ser el ser inacabado en la “decoración” del
mundo hecha por Dios. En ese universo armonioso y diseñado por el gran
arquitecto aparece un “huésped” que lo distorsiona: el hombre. “Sin posesión, sin
patrimonio, sin territorio, aparece como el paria de la creación, tiene todas las
trazas del proletario” (3)
Es el hombre el centro del mundo, un ente indefinido, sin oficio, sin puesto, sin
faz, capaz de elegir su imagen y su empleo por su propia elección. Condenado a
no ser ni mortal ni inmortal, libre para ser el escultor de su vida y forjarse su forma.
Es el hombre el gran camaleón de la creación, un camaleón doble: modifica su
entorno y con él a sí mismo. “¿Quién no admirará al hombre?” (4).
El hombre no tiene identidad, la construye. “Propiamente no es. Propiamente
nada tiene” (5). El hombre es nada y por ello puede ser cualquiera cosa. El
hombre debe evitar que se diga que estando en condiciones de conocer
permaneció en calidad de burro. El hombre debe convertirse en “hijo del Altísimo”.
El verdadero fin será que se acerque a la divinidad para que cuente con la misma
dignidad y gloria de los Serafines, Querubines y Arcángeles.
Es necesario que en nos coloquemos en medio de las grandes tradiciones del
pasado, que sigamos el camino de la iluminación y la purificación, que nos
dejemos llevar por la perfección de la gran cadena de maestros los santos.
Debemos rechazar la ignorancia y los vicios para que la filosofía pueda “derramar”
con luz de conocimiento nuestra alma, siendo capaces de conocer las cosas
divinas. La teología llama a los hombres inacabados diciéndoles: “Venid a mí los
que os fatigasteis, venid y yo os aliviaré, venid a mí y yo os daré la paz que el
mundo y la naturaleza no os pueden dar” (6).
La búsqueda continua de identidad fatiga al hombre, de manera que sólo el
encuentro con el conocimiento antiguo y divino pueden salvarlo de su búsqueda
interminable, el hombre encuentra su morada entre las divinidades gracias a la
filosofía y lucha para no ser arrancado de ella. Entonces alcanzando esa Unidad
“No seremos ya nosotros mismos, seremos Aquel mismo que nos hizo” (7).
Es la sabiduría quien le muestra al hombre que las distintas doctrinas espirituales
no son distintas sino que forman parte de una gran y única verdad que se ha
transmitido de maestro a maestro (la lista de maestros abarca desde Moisés hasta
Platón, Porfirio y Pitágoras, entre muchos).
“Ese hombre de Pico Della Mirándola constituye la transcripción conceptual de
una experiencia de Alma y de Ciudad que en los años del renacimiento italiano,
especialmente florentino, fue hermosamente esbozada. Experiencia que dio lugar
del huomo universale y singulare, (el hombre universal y singular), el alma que es
todas las cosas, empeñada el construir, a imagen y semejanza de su alma, una
ciudad en donde el Hombre pudiera encontrar algo así como una auténtica
morada” (8).
El hombre que nace en la reflexión será a la vez diferente y parecido al hombre
renacentista, en el comentario que hace Michel Foucault al texto de Kant ¿qué es
la ilustración?” nos muestra a un hombre que se piensa a si mismo, que busca la
diferencia que el hoy introduce al ayer. Según la interpretación de Foucault, Kant
crea una idea de hombre que se basa en el uso de la razón, el hombre se vuelve
responsable de su “minoría” de conciencia, un estado del cual no puede salir si no
es por hacer cambios radicales a sí mismo.
La humanidad entera sigue la ilustración para someterse voluntariamente a la
autoridad, por libre conducción, “obedeced y podréis razonar cuanto queráis” (9).
“La modernidad es vista por el autor en la historia del hombre “como una actitud
un modo de relación con respecto a la actualidad; una elección voluntaria que
hacen algunos; en fin, una manera de pensar y de sentir, una manera también de
actuar y de conducirse” (10).
Según Foucault el hombre es “una creación permanente de nosotros mismos en
nuestra autonomía” (11). El hombre para Foucault sigue siendo capaz de crear
una crítica de sí mismo que le permite franquear sus límites y recordar su antigua
libertad (indeterminada en el pensamiento de Pico).
Debemos liberarnos de la historia que nos arrastra “lo que hace falta captar es en
qué medida lo que sabemos de ella, las formas de poder que en ella se ejercen y
la experiencia que en ella hacemos de nosotros mismos no constituyen más que
figuras históricas”.
Si algo nos invita el pensamiento de Kant según Foucault (además de obedecer
voluntariamente a la autoridad) será a usar la razón para transgredir los límites de
lo establecido. Nos recuerda Foucault que el hombre mantiene su libertad y su no
ser aún en épocas donde autodeterminarse ya no se contempla como una
posibilidad.
El hombre es en síntesis el ser que se autodetermina y nunca acaba de
construirse, es aquel que puede obedecer voluntariamente y aquel que puede
franquear sus límites, el hombre es también el gran misterio, la sorpresa que surge
con la historia, el hombre es nada y por eso lo es todo.
El hombre, dado el desaforado avance demográfico es ante todo un “prole
teniente”, la Naturaleza ha tomado conciencia de sí creando a seres inteligentes,
concientes de sí mismos, luego concientes del todo al que pertenecen, es decir, la
Naturaleza. En lo que a mi respecta no es correcto decir: la naturaleza humana,
sino, la humana naturaleza, debido a que la naturaleza no se humaniza
minimizando su entidad, al contrario, la humanidad se naturaliza maximizándose
mediante su proceso de continua evolución hacia la Naturaleza.
UN POCO SOBRE LA RAZON.
La razón es el medio por el cual el ser humano es capaz de identificar conceptos,
cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos y así inducir o deducir
otros distintos de los que ya conoce. Así, la razón humana, más que descubrir
certezas es una capacidad de establecer o descartar nuevos conceptos
concluyentes o conclusiones, en función de su coherencia con respecto de otros
conceptos de partida o premisas.
La razón piensa a través de conceptos que hacen referencia a un nivel más
profundo y original: la intuición que fundamenta la concepción; ciertamente ésta
permite el desarrollo de aquélla para llevarla a su perfección. Por lo que la
conciencia dice relación a la razón, como el engendramiento al acto de nacer.
La visión intelectual es captada por la conciencia a través de la sensibilidad. A
esta visión corresponde generar un concepto sobre su ente al que identifica por
características esenciales o no que permiten iniciar la identificación de entes
enriqueciéndolos y caracterizándolos hasta llegar a la esencia misma de los entes.
La división de entendimiento y razón se fundamenta en el objeto de consideración:
si éste es sensible se da entendimiento y si inteligible: razón. Con lo que radicaliza
la división subjetivo-objetiva y se desintegra tanto al sujeto como al objeto; porque
se divide al sujeto por razones objetivas y no por sus funciones potenciales,
creando así una falsa división; y al objeto se le divide por la función subjetiva
aplicando así al objeto una falsa división que no le corresponde. Tal confusión
debe evitarse, porque se trata de la misma facultad aplicada al mismo objeto,
aunque en nivel diverso del proceso cognoscitivo.
El método ontológico mide la universalidad y necesidad de un conocimiento con
base en la coherencia lógica del sistema construido para explicar la funcionalidad
de la estructura de un ente en relación con la experiencia empírica que presenta el
conjunto de fenómenos de ese mismo ente.
Además es otra cualidad que nos diferencia del resto de los seres vivos. Siendo la
capacidad de pensar a modo conciente y de un modo lógico. Esta compuesta por
juicios afirmativos (positivos o negativos) y proposiciones.
CONCLUSIÓN
La razón es parte fundamental del hombre pues es una característica primordial
en el mismo ente del hombre quien busca respuestas a las preguntas planteadas
por si mismo sobre su identidad al ir forjando su propio destino mismo que
reflejará si en él existe el actuar del bien o al resultado su de razón negativa sobre
el modo de vivir.
Parte importante de la realización del ente como hombre el la relación que
desarrolla el hombre con seres semejantes que busca un cambio propio en común
y el del medio que les rodea.
Como se afirma anteriormente el hombre es un camaleón que no se satisface con
el simple hecho de modificarse a sí mismo sino que cambia radicalmente el
ambiente que lo rodea buscando principalmente su bienestar, comodidad, y las
relaciones con las rondas sociales que frecuente.
El hombre por medio de su razón y para responderse cuestiones que le inquietan
ha querido demostrar la existencia de un ser supremo de nominado Dios, como lo
veremos a continuación con una de las teorías teocentricas medievales de un
Santo religioso Santo Tomas de Aquino
El movimiento como actuación del móvil: Es cierto y consta por el sentido que en
este mundo algunas cosas son movidas. Pero todo lo que es movido es movido
por otro.
Por tanto, si lo que mueve es movido a su vez, ha de ser movido por otro, y este
por otro. Mas así no se puede proceder hasta el infinito. Luego es necesario llegar
a un primer motor que no es movido por nada; y estos todos entienden que es
Dios.
Experiencia de un orden de causas eficientes: Vemos que en este mundo sensible
existe un orden de causas eficientes; pero no vemos ni es posible que algo sea
causa eficiente de sí mismo, porque de lo contrario sería anterior a sí mismo, lo
cual es imposible. Ahora bien, no es posible que en el orden de causas eficientes
se proceda hasta el infinito. Luego es necesario suponer una causa eficiente
primera, que todos llaman Dios.
La contingencia o limitación en el existir: Nos encontramos con cosas que tienen
posibilidad de existir y de dejar de existir, pues algunas se engendran y se
corrompen. Ahora bien, lo que tiene posibilidad de no existir alguna vez no existe.
De ahí que si todas las cosas tuviesen esa posibilidad de no existir, alguna vez no
habría existido nada, y por consiguiente ahora tampoco, pues de la nada no
procede nada. Pero dado que ahora existe algo, es que no todas las cosas tienen
posibilidad de existir y no existir, que algo ha de ser necesario, y esto, en última
instancia, es Dios.
Diversos grados de perfección en las cosas: Encontramos en este mundo cosas
más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles, y otras
cualidades así. Ahora bien, el más y el menos se dicen de cosas diversas según la
diversa aproximación a lo que es máximo en ese orden. Por eso ha de haber algo
que sea óptimo, nobilísimo, máximamente verdadero y, por consiguiente, máximo
ser. Y como lo que es máximo en un género es causa de todo lo que se contiene
bajo ese género, ha de haber un máximo ser causa de la bondad, de la verdad, de
la nobleza y de las demás cualidades por el estilo; y este es Dios.
El gobierno de las cosas: Vemos que algunas cosas que carecen de
conocimiento, esto es, los cuerpos naturales, obran con intención de fin. Ahora
bien, las cosas que no tienen conocimiento no tienden a un fin si no son dirigidas
por algún cognoscente e inteligente. Luego existe algún ser inteligente que dirige
todas las cosas naturales a un fin; que es lo que llamamos Dios.

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