Cuando hablamos de “dirección estratégica”, estamos hablando de definiciones
de “alto nivel” que nos plantean los objetivos y metas que deseamos alcanzar en nuestra actividad. Pero lo cierto es que el manejo y aplicación operativos de estos enunciados nos pueden ayudar en forma gravitante al cumplimiento de nuestros objetivos. Para colocar este concepto dentro de contexto, podemos decir que la dirección estratégica es aquella gestión del ámbito general, que nos permite definir conceptos fundamentales en pos de alcanzar los objetivos de largo plazo que planteemos para nuestra organización. La bibliografía es variada al respecto, pero podemos decir que la dirección estratégica de cualquier emprendimiento requiere de la definición de los elementos que permitan el enfoque de los esfuerzos; en nuestro caso, consideraremos que los elementos principales de la dirección estratégica serán: la Visión, la Misión y las Estrategias. Podemos resumir la estructura planteada según lo siguiente: 1. Visión. Definición del sueño que perseguimos en nuestro negocio, definición amplia respecto de nuestra meta del largo plazo. 2. Misión. Definición de metas específicas y concretas tendientes al cumplimiento de nuestra visión. Se renuevan y aumentan su nivel de exigencia en la medida que alcanzamos los objetivos definidos para períodos dentro del mediano plazo. 3. Estrategias. Pasos y medidas concretas para cumplir nuestras metas definidas en la misión. En el desarrollo de nuestra empresa utilizaremos proyectos como parte de nuestra planificación estratégica, por tanto parte de esta estrategia se complementará con la implementación de un sistema de gestión que optimice nuestros proyectos. Esto será la implementación de la gestión de proyectos según el Guía del PMBOK®. Plantearemos metas concretas para cada una de las áreas de conocimiento de la dirección de proyectos enfocadas en la misión.