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EL CINE DEL

REALISMO
SOCIALISTA
DESDE LA POSGUERRA HASTA
LA CREACIÓN DE LA NUEVA
OLA EN POLONIA

JORDI GONZÁLEZ CASTELLÓ

Para analizar esta corriente artística en el


Séptimo Arte tomaré como modelo el cine
polaco. Un país cinematográficamente muy
prolífico que se socializó en 1946 tras un
referéndum popular adulterado, en el cual se
decidió básicamente eliminar el senado y
nacionalizar los principales pilares económicos
del país, entre ellos el campo. Ante este
nuevo panorama económico había que usar
todos los medios para convencer a la
población de que la decisión fue justa y
además, era necesario ofrecer una visión
esperanzadora del futuro. El nuevo sistema
debía legitimarse dividiendo los roles, o se era
amigo o enemigo del pueblo. También se
dedicaba sistemáticamente a ensalzar ideales
abstractos como la paz, el progreso, la
alfabetización, la igualdad, etc. y acusaba al
bloque capitalista de querer lo contrario para
sus ciudadanos.

Cartel de El hombre de mármol

El realismo socialista en el Séptimo Arte duró


unos diez años en cartel, especialmente en los
países que abrazaron el comunismo tras la II
Guerra Mundial. En Polonia llegó como
sustitutivo de un cine neorrealista de
posguerra y se fue diluyendo hasta la
constitución de la Escuela polaca, es decir,
hasta la llegada de las Nuevas olas fílmicas.
Así que, para contextualizar mejor este
artículo, extenderé los límites historicistas
hasta la fase anterior así como también a la
posterior del realismo socialista, ya que, en
realidad, convivió con estas corrientes
cinematográficas. Cabe decir que el público y
los artistas fueron muy críticos con el modelo
fílmico del realismo socialista, acusándolo de
reiterativo y encorsetado. Uno de los films que
hace justicia con esa época es El hombre de
mármol de Andrzej Wajda. Una película de
1977 que intenta sacar a la luz la verdad de la
década de los 50, sobre el ensalzamiento y la
instrumentalización de un obrero modelo.
Al término de la Guerra, en Polonia como en
Italia, cristalizó el neorrealismo. En esa época
encontramos títulos como Piatka z ulicy
Barskiej (literal: Los cinco de la calle Barska)
de Alexander Ford o Ostatni etap (l: El último
tramo) de Wanda Jakubowska. El primer film
aborda la vida de unos jóvenes en una
Varsovia devastada que son incapaces de
enderezar sus vidas tras la guerra. El segundo
título es un film autobiográfico de la directora
sobre sus vivencias en Auschwitz en el que
mezcla lo documental con lo pacifista
panfletario. Entre los films bélicos del
momento cabe destacar Ulica graniczna (l:
Calle fronteriza) de Ford que nos cuenta las
penas del gueto y Zakazane piosenki (l:
Canciones prohibidas) de Leonard Buczkowski,
un musical patriótico sobre el final de la
guerra y la resistencia con un trasfondo
amoroso. Un film curioso encasillado en el
neorrealismo y estrenado en 1948 pero ya en
la nueva estética es Skarb (El tesoro) también
de Buczkowski. Es una comedia romántica
sobre una pareja que tiene que compartir
hogar con otros ‘sin techo’ de la guerra. Un
malentendido hace confundir un tesoro con
una bomba sin explotar y esta situación
llevará a los inquilinos a situaciones
esperpénticas.

Cartel de Skarb

Pero el neorrealismo tubo que ser


rápidamente abandonado para poder cumplir
con los cánones y directrices del nuevo
sistema económico. Ya en 1947 aparece el
primer film enteramente socialista, Jasne
Lany (Campos listos para la cosecha) de
Egeniusz Cekalski, y desde ese año hasta
1957, en que Andrzej Munk sellará el epílogo
del movimiento con su Czlowiek na torze(Un
hombre en la vía), el realismo socialista
convivirá con otras producciones menos
comprometidas pero que el sistema tolerará
no sin cierta censura. En efecto, muchas de
esas producciones que analizaremos más
adelantes serán muy comprometidas para el
sistema ya que abordaban temas sociales
como por ejemplo la prostitución y el
alcoholismo. Esta problemática mancillaba el
buen nombre de un estado socialista en el que
se pretendía vender a toda costa una imagen
de paraíso terrenal.

En 1945, dependiente del Ministerio de


Cultura y Educación se creó la empresa
nacional Film Polski que se ocupará de la
producción doméstica y la importación de
películas extranjeras. A partir de 1949 se
fundarán varias delegaciones en las ciudades
más importantes para la producción
cinematográfica bajo las siglas WFDiF
(Productora de películas documentales y de
ficción). Y en un manifiesto sincrónico se
establecerán las directrices del cine socialista
en su forma y contenido. Pero el realismo
socialista irá perdiendo fuerza en el cine desde
el momento de su conversión, especialmente
tras la muerte de Josef Stalin en 1953. Época
que se la conoce como Odwilz (deshielo).
Entre la filmografía socialista encontramos
títulos de primera línea y otros más
dogmáticos y panfletarios
llamados produkcyjniaki(seriales). Pero cabe
destacar que los integrantes de lo que
después devendría como Escuela polaca
empezaron su carrera en esta época, entre
ellos: Andrzej Wajda, Jerzy Kawalerowicz,
Andrzej Munk, Wojciech Has, Tadeusz
Konwicki, Stanislaw Rozewicz, Jan Rybkowski,
etc.

Las principales características de los películas


socialistas eran:

- La acción estaba vinculada a un espacio


obrero: fábrica, mina, atarazanas, etc.
- La época era contemporánea o justo antes
de empezar un plan quinquenal u otros.
- División clara de roles, los buenos son el
funcionario del estado (director de la fábrica,
policía, miembro del partido, etc.) y el adepto
(joven entusiasta con el socialismo
especialmente obrero o campesino), el malo
es el antisistema (latifundista, holgazán,
aristócrata, etc.) y por último, un personaje
moralmente indefinido, el intelectual
(profesor, artista, etc.)
- Las historias tenían un narrador omnisciente.
Durante el transcurso de la acción, el
personaje principal (el adepto) busca mejorar
el país trabajando duro, mejorando las
condiciones de sus compañeros, etc. En este
intento, el antagonista (el antisistema) pondrá
trabas ya que peligra su condición privilegiada
que normalmente había sido heredada por
sistema capitalista antes de la guerra. El
intelectual que duda sobre el nuevo sistema
se dará cuenta de que hay que ir por la vía
socialista y se unirá al adepto, pero será
finalmente gracias a la ayuda del funcionario
que el adepto logrará su empresa. Las tramas
se centraban un la lucha de clases y de
maduración al socialismo. Los personajes
estaban construidos de forma muy
estereotipada y la historia forzada.

En este marco se realizaron decenas de


películas entre los años 1947-1957. Algunos
de los títulos más relevantes del movimiento
son Gromada (La colectividad) de Jerzy
Kawalerowicz que narra las vicisitudes de
unos campesinos que deciden construir su
propio molino para la cooperativa ya que el
que ya había en el pueblo es regentado por un
especulador que hará lo posible para que el
plan de los campesinos fracase. Sin embargo,
la milicia encarcelará al molinero por destruir
la carretera que conduce al nuevo molino.
Otros títulos que cabe mencionar
son Celuloza (Celulosa) también de
Kawalerowicz, sobre la maduración política
por las injusticias de clase, Autobus odjezdza
o 6.20 (l: El autobús sale a las 6:20h.) de Jan
Rybkowski sobre una mujer que abandona su
marido para poder realizarse, Sprawa do
zalatwienia (l: Asunto que solucionar) del
mismo Rybkowski sobre un periodista que
intenta conseguir un piano para un grupo de
un centro cívico pero se topa con toda clase
de antisistemas para solucionar el
compromiso. Entre otros títulos
representativos del realismo socialista
enconramos Dwie brygady (l: Las dos
brigadas) de Janusz Nasfeter sobre la lucha de
dos colectivos en una fábrica, los jóvenes y los
viejos, o Niedaleko Warszawy (l: Cerca de
Varsovia) de Maria Kaniewska, un melodrama
costumbrista.

Fotograma de Przygoda na Mariensztacie

En el realismo socialista también había


espacio para las comedias como Przygoda na
Mariensztacie (l: Aventura en Mariensztat) de
Buczkowski. Una historia de amor entre un
albañil y una campesina. Ésta decide quedarse
en Varsovia y trabajar en la construcción para
estar cerca de su querido pero el muchacho
no verá con buenos ojos que su
novia compita con él como obrera. Tras una
pequeña catástrofe provocada por la dura
rivalidad entre enamorados, el film termina
con final feliz y mensaje socialista: el trabajo
de la mujer es un bastión del comunismo. Sin
embargo, en esta época hubo películas tan
tendenciosas que pasarán a la historia como
una caricatura del movimiento como Podhale
w Ogniu (l: Podhale en llamas) de Jan
Batory, Kariera (l: Carrera) de Jan
Koecher, Mlodosc Chopina (l: La juventud de
Chopin) de Aleksander Ford, Zaloga (l: La
tripulación) de Jan Fethke, etc. Estas
películas, en muchos casos, mezclaban la
creación de una identidad nacional con el
socialismo, tergiversando o destacando un
pasaje de la vida de los héroes patrios para
‘comunizarlos’.

A partir de la muerte de Stalin, el movimiento


da señales claras de agotamiento. La nueva
generación de cineastas comienza a debutar
con películas más personales y no quiere
permanecer por más tiempo en la encorsetada
estética comunista. Se ha establecido como
epílogo del realismo socialista el film de
Andrzej Munk, Un hombre en la vía. La
película está construida con el modelo anterior
pero Munk fragmenta la narración para
ofrecer puntos de vista de una misma
situación, no sólo la mirada socialista.
Además, los personajes no son unívocos ni
estereotipados, el adepto acaba por dudar del
sistema y el antisistema no es una persona
despreciable sino que acaba por entregar su
vida para evitar un descarrilamiento.
Fotograma de Un hombre en la vía

La nueva generación de cineastas que


debutarán alrededor de los 50 deberán
rescribir la reciente historia de Polonia, hacer
justicia con los olvidados y vilipendiados
combatientes no vinculados al nuevo sistema
y sacar a relucir las penurias de los oscuros
años stalinistas. Andrzej Wajda filmará la
guerra y el final de la guerra (Canal y Cenizas
y diamantes), Wojciech Has firmará una
desgarradora película sobre el
alcoholism, Petla (El nudo corredizo), Jerzy
Zaryzcki rodará Zagubione uczucia (Los
sentimientos perdidos), un film que versa
sobre las dificultades que tiene la protagonista
para conciliar la vida familiar con el trabajo.
Munk firmará Zezowate szczescia (Mala
suerte) una comedia irónica sobre las historia
de Polonia desde la perspectiva de un gafe.
Sin embargo, desde mediados de los 50 ya
comparten cartel estas películas de ‘memória
historia’ con los primeros films de nueva ola,
es lo que será el inicio de la Escuela polaca.
Películas sobre los jóvenes y sus inquietudes o
sobre temas prohibidos en el stalinismo. Son
una generación de posguerra que debe
encontrar sus propios referentes. No se
acuerdan de antes de la guerra porque eran
muy pequeños o nacieron durante la misma, y
reniegan del socialismo. Los títulos clásicos de
esa época son Niewinne czarodzieje (l:
Hechiceras inocentes), Ostatni dzien lata (l: El
último día del verano), Pociag(l: El tren), Do
widzenia, do jutra (l: Adiós, hasta
mañana), Matka Johana od aniolow (Madre
Joanna de los Ángeles).

A pesar que el realismo socialista pudiera


parecer un despropósito estético y moral, en
realidad no es así salvo excepciones. Muchos
de los grandes directores polacos trabajaron
en esta época y sus películas son verdaderas
perlas a pesar de lo tendencioso del mensaje.
En muchos de estos films se puede observar
la habilidad del director para sortear los
postulados socialistas y ofrecer una visón
propia de la realidad. Además, todas estas
películas tienen un valor histórico incalculable
ya que en pocos años hubo grandes cambios
sociales y políticos de ese país y en toda
Europa y todo quedó impregnado en el
celuloide.
FILMHISTORIA Online, Vol. XX, nº 1 (2010)

http://www.ite.educacion.es/formacion/materiales/24/cd/indice.htm

El cine, un recurso didáctico

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