Professional Documents
Culture Documents
5 Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste? Y Elí
le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate. Y él se volvió y se acostó.
Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde
aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego
Samuel, y se volvió a Ramá. (1 Samuel 16:13)
17 Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que toque bien, y traédmelo.
18 Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de
Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y
hermoso, y Jehová está con él.
19 Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas.
1 Samuel 16: 17 – 19)
45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí
con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti
en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios
de los escuadrones de Israel, a quien tú has
provocado.
Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase
de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas
y címbalos. (2 Samuel 6:5)
Ester, una niña huérfana quien estaría en su adolescencia cuando fue hecha
reina y quien fue usada por Dios para salvar a los judíos de la total
destrucción.
Josías fue un niño-rey a través de cual Dios reformó el estado religioso y social de su
país. Josías era de solo ocho años, cuando llego a ser rey, gobernando rectamente.
Después como un adolescente y hombre joven hizo dramáticas reformas.
A la edad de dieciséis años, el rey Josías empezó a obedecer al Dios de su
antepasado David. Cuatro años después, comenzó a quitar los altares en los que el
pueblo adoraba al dios Baal. También quitó las imágenes de la diosa Astarté, las
imágenes y los ídolos que había por todo el territorio de Judá y en Jerusalén.
Josías ordenó que destruyeran todo eso hasta hacerlo polvo, y que luego
esparcieran el polvo sobre las tumbas de quienes habían ofrecido sacrificios en
ellos. Después mandó quemar los huesos de los sacerdotes de esos dioses, y los
quemaron sobre los altares que ellos mismos habían usado para quemar incienso.
Al terminar, también destruyeron esos altares.
“De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no
entrará en él” (Marcos 10:15)
1 Alabad a Jehová desde los cielos;
Alabadle en las alturas.
2 Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Reptiles y volátiles;
11 Los reyes de la tierra y todos los pueblos,