Las promesas de 'universidad gratuita' de los candidatos presidenciales conllevan inconvenientes
Se ha convertido en un cliché de esta campaña: un aspirante de la Casa Blanca se detiene en un discurso para invitar a los graduados universitarios asediados a gritar el tamaño de la deuda que tienen, como si estuvieran compitiendo en una subasta, y los números lanzados por la multitud suben en espiral.
En una nación donde la deuda de préstamos estudiantiles ha alcanzado la asombrosa cantidad de 1.6 billones de dólares, más del doble que hace una década, las convocatorias son un teatro político potente. La promesa de universidad gratuita se ha catapultado desde ser un tema marginal en 2015, cuando el senador Bernie Sanders impuso la idea en la política presidencial, para convertirse en un tema urgente en la contienda de este año. Incluso el presidente Donald Trump está tratando de encabezarlo.
Pero el debate sobre la asequibilidad de la universidad implica cuestiones difíciles de equidad, privilegios de clase y la mejor manera de orientar el gasto gubernamental. Ha dividido a
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