HOMBRES LOBO NAZIS
uando la noticia del suicidio –¿o truco de escapismo?– de Hitler corrió como la espuma, muchos millares de seguidores de su Reich milenario no quisieron en el cargo de y anunció públicamente por radio la muerte de Hitler, los más radicales nacionalsocialistas, la mayoría de las SS o la Gestapo, decidieron que había que continuar la lucha. Y mientras algunos mandamases de la esvástica se las apañaban para huir, otros se mantenían activos en las regiones alpinas, aunque su origen hay que buscarlo meses antes del fin de las hostilidades.
