La nueva Atlantida
4.5/5
()
About this ebook
Francis Bacon
Francis Bacon (1561-1626) was an English philosopher, scientist, and statesman. Recognized for his intelligence from a young age, Bacon would develop the empirical basis for modern scientific inquiry—known today as the scientific method—by promoting skepticism and observational experimentation as essential for the discovery of truth and the growth of human knowledge. A central figure of the scientific revolution and the Renaissance, Bacon was recognized as Lord Verulam and Viscount St. Alban during his lifetime and was honored by both Queen Elizabeth I and King James VI for his contributions to society. Bacon was also an accomplished statesman, responsible for drafting early legal documents and charters for the British colonization of the Americas. His career was not without controversy, however, as accusations of bribery tarnished his reputation and barred him from government service toward the end of his life and career. Today, he is remembered as one of the founders of modern science whose theories and methods continue to form the basis of all scientific experimentation and inquiry.
Related to La nueva Atlantida
Related ebooks
El misterio de las catedrales Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa eneida Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl poema de Gilgamesh Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTeosofía Rating: 5 out of 5 stars5/5Los doce trabajos de Hércules Rating: 3 out of 5 stars3/5Las coéforas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDisolver y coagular Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsVidas paralelas I Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsColección Aristóteles Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl divino Orfeo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsMitos y misterios Egipcios (traducido) Rating: 5 out of 5 stars5/5Guerra del Peloponeso Rating: 1 out of 5 stars1/5El cuento de la serpiente verde Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTimeo Rating: 5 out of 5 stars5/5Agamenón Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTeeteto Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsManfredo Rating: 5 out of 5 stars5/5Crítica y homenaje del entendimiento: (I) Rating: 5 out of 5 stars5/5El otro mundo: Los estados e imperios de la luna. Los estados e imperios del sol Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl eclipse del sueño de Sor Juana Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEnrique de Ofterdingen Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDiálogos IV Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa escala iniciática Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Profeta Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsGorgias Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsParís en el Siglo XX Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Vagabundo De Las Estrellas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsFedro Rating: 5 out of 5 stars5/5Los persas Rating: 4 out of 5 stars4/5La morada cósmica del hombre: Ideas e investigaciones sobre el lugar de la Tierra en el Universo Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Classics For You
El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Rating: 5 out of 5 stars5/5Introducción al psicoanálisis Rating: 5 out of 5 stars5/5Apología de Sócrates Rating: 5 out of 5 stars5/5La interpretación de los sueños Rating: 4 out of 5 stars4/5Meditaciones Rating: 4 out of 5 stars4/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Rating: 4 out of 5 stars4/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Rating: 4 out of 5 stars4/5Cuentos completos Rating: 4 out of 5 stars4/5La Divina Comedia Rating: 5 out of 5 stars5/5El Yo y el Ello Rating: 4 out of 5 stars4/5El lobo estepario Rating: 4 out of 5 stars4/5El Arte de la Guerra Rating: 4 out of 5 stars4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Rating: 5 out of 5 stars5/5Poemas de amor Rating: 5 out of 5 stars5/5Los 120 días de Sodoma Rating: 4 out of 5 stars4/5El sobrino del mago: The Magician's Nephew (Spanish edition) Rating: 4 out of 5 stars4/5Crítica de la razón pura Rating: 5 out of 5 stars5/5Don Quijote de la Mancha Rating: 5 out of 5 stars5/5El Viejo y El Mar (Spanish Edition) Rating: 4 out of 5 stars4/550 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Rating: 4 out of 5 stars4/5Las 95 tesis Rating: 5 out of 5 stars5/5Libro del desasosiego Rating: 4 out of 5 stars4/5Cumbres Borrascosas Rating: 4 out of 5 stars4/5La confianza en si mismo Rating: 4 out of 5 stars4/5To Kill a Mockingbird \ Matar a un ruiseñor (Spanish edition) Rating: 4 out of 5 stars4/5Psicología de las masas y análisis del yo Rating: 4 out of 5 stars4/5Crimen y castigo Rating: 4 out of 5 stars4/5El mercader de Venecia Rating: 4 out of 5 stars4/5La llamada de Cthulhu Rating: 4 out of 5 stars4/5
Reviews for La nueva Atlantida
3 ratings0 reviews
Book preview
La nueva Atlantida - Francis Bacon
Francis Bacon de Verulamio
LA NUEVA ATLANTIDA
1
Zarpamos del Perú (donde habíamos permanecido durante todo un año) hacia China y Japón, por el mar del Sur, llevando provisiones para doce meses; tuvimos vientos favorables del Este, si bien suaves y débiles, por espacio de algo más de cinco meses. No obstante, luego el viento vino del Oeste durante muchos días, de tal modo que apenas podíamos avanzar, y a veces, incluso, pensamos en regresar. Pero más adelante se levantaron grandes y fuertes vientos del Sur, con la ligera tendencia hacia el Este, que nos llevaron hacia el Norte; por este tiempo las provisiones nos faltaron, aunque habíamos hecho buen acopio de ellas. Al encontrarnos sin provisiones, en medio de la mayor inmensidad de agua del mundo, nos consideramos perdidos y nos preparamos para morir. Sin embargo, elevamos nuestros corazones y voces a Dios, al Dios que mostró sus milagros en lo profundo
, suplicando de su merced que así como en el principio del mundo descubrió la faz de las profundidades y creó la Tierra, descubriera ahora también la Tierra para nosotros, que no queríamos perecer.
Y sucedió que al día siguiente por la tarde vimos ante nosotros, hacia el Norte, a poca distancia, una especie de espesas nubes que nos hicieron concebir la esperanza de encontrar tierra; sabíamos que aquella parte del mar del Sur era totalmente desconocida, y que podría haber en ella islas o continentes que todavía no se hubieran descubierto. Por consiguiente, viramos hacia el lugar donde veíamos señales de tierra, y navegamos en aquella dirección durante toda la noche; al amanecer del día siguiente pudimos comprobar con claridad que era tierra, en efecto, llana y cubierta de bosque; y esto la hacía aparecer más obscura. Después de hora y media de navegación penetramos en un buen fondeadero, que era el puerto de una bella ciudad; no era grande, ciertamente, pero estaba bien edificada y ofrecía una agradable perspectiva desde el mar. Y figurándose los largos los minutos hasta que estuviéramos en tierra firme, llegamos junto a la costa. Pero inmediatamente vimos a muchas personas, con una especie de duelas en las manos, que parecían prohibirnos desembarcar; no obstante, sin exclamaciones ni signos de fiereza, sino sólo como avisándonos mediante signos de que nos alejáramos. Entonces, bastante desconcertados, nos consultamos unos a otros acerca de lo que deberíamos hacer.
Durante este tiempo nos enviaron un pequeño bote con unas ocho personas a bordo, de las cuales una llevaba en la mano un bastón de caña, amarillo, pintado de azul en ambos extremos; subió el hombre a nuestro barco sin la menor muestra de desconfianza, Y cuando vio que uno de nosotros se hallaba ligeramente destacado de los demás, sacó un pequeño rollo de pergamino (un poco más amarillo que el nuestro, y brillante como las hojas de las tablillas de escribir, pero suave y flexible), y se lo entregó a nuestro capitán. En este rollo estaban escritas en hebreo y griego antiguos, en buen latín escolástico y en español las siguientes frases: No desembarque ninguno de ustedes y procuren marcharse de esta costa dentro de un plazo de dieciséis días, excepto si se les concede más tiempo. Mientras tanto, si desean agua fresca, provisiones o asistencia para sus enfermos, o bien alguna reparación en su barco, anoten sus deseos y tendrán lo que es humano darles.
El texto se hallaba firmado con un sello que representaba las alas de un querubín, no extendidas sino colgando y junto a ellas una cruz. Después de entregarlo, el funcionario se marchó dejando sólo a un criado con nosotros para hacerse cargo de nuestra respuesta.
Consultando esto entre nosotros nos encontrábamos muy perplejos. La negativa a desembarcar, y el rápido aviso de que nos alejáramos, nos molestó mucho; por otra parte, el saber que aquellas personas dominaban algunos idiomas, y poseían tanta humanidad, nos confortaba no poco. Y, sobre todo, el signo de la cruz en aquel documento nos causaba una gran alegría, como si constituyera un presagio cierto de buena fortuna. Dimos nuestra respuesta en espaííol: "Que nuestro barco estaba bien, ya que nos habíamos encontrado mucho más con vientos suaves y contrarios que con tempestad alguna. Que respecto a nuestros enfermos,