Amor Salvaje: Húmedo y Salvaje, #2

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede reproducirse, almacenarse o introducirse en un sistema de recuperación, ni transmitirse, de ninguna forma ni por ningún medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro) sin la autorización previa por escrito tanto del propietario de los derechos de autor como del editor mencionado al principio de este libro.

Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares, marcas, medios e incidentes son producto de la imaginación del autor o se utilizan de manera ficticia. Cualquier parecido con una persona real, viva o muerta, eventos o lugares es mera coincidencia. El autor reconoce el estado de marca registrada y los propietarios de marca de varios productos mencionados en esta obra de ficción, que han sido utilizados sin permiso. La publicación/uso de estas marcas comerciales no está autorizada, asociada ni patrocinada por los propietarios de la marca comercial.

––––––––

Todos los derechos reservados.

Amor Salvaje

Serie Húmedo y Salvaje. Libro #2

Copyright 2018 por Lexy Timms

Diseño de portada: Book Cover by Design

Serie: Húmedo y Salvaje

Amor Tempestuoso

Amor Salvaje

Amor Seguro

Descubre más de Lexy Timms:

Boletín de Lexy Timms:

http://eepurl.com/9i0vD

Página de Facebook de Lexy Timms:

https://www.facebook.com/SavingForever

Sitio Web de Lexy Timms:

http://www.lexytimms.com

––––––––

Quieres leer más...

¿GRATIS?

Regístrate en el boletín de Lexy Timms

Y ella te enviará

un libro de pago, ¡Gratis!

¡Suscríbete para novedades y actualizaciones!

http://eepurl.com/9i0vD

Amor Salvaje. Sinopsis

Dame otra oportunidad para amarte de la manera correcta.

El día de su boda, Kallie sorprende a su prometido engañándola con la esposa de su padrino. Atrapada en el altar, ella se las arregla para reponerse. Humillada y enojada, decide irse de luna de miel, sola. Ya está pagado, ¿por qué no?

Ella jura no volver a fijarse en los hombres ricos por el resto de su vida, y es por ello que aquel guapo surfista parece la distracción perfecta. Una relación a corto plazo. Sin ataduras. Cuando ambos quedan atrapados en medio de una tormenta, ella se da cuenta de que sus sentimientos se han desarrollado más profundamente de lo que esperaba.

De vuelta en Nueva York, su prometido le ruega que le brinde otra oportunidad. Sin saber que decirle, su conversación se interrumpe cuando el surfista se presenta en su casa, elegantemente vestido.

¿Regresará Kallie con su ex? ¿O le dará una oportunidad al surfista millonario, a pesar de que ella ha jurado no volver a fijarse en un hombre rico jamás?

¿Y el surfista, que siempre ha odiado a las mujeres interesadas, creerá que Kallie es sincera?

Contenido

Serie: Húmedo y Salvaje

Descubre más de Lexy Timms:

Amor Salvaje. Sinopsis

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Chapter 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Capítulo 27

Capítulo 28

Serie: Húmedo y Salvaje

Descubre más de Lexy Timms:

¿LIBROS GRATIS?

Más de Lexy Timms:

Capítulo 1

Kallie

Kallie sintió que James se acercaba a ella desde atrás, una oscura sombra flotando sobre su hombro. Lo miró a los ojos y vio que observaba a Ash minuciosamente, y no estaba segura de lo que debía hacer. Ash se había aparecido en su puerta con el ramo de flores más hermoso que jamás le hubiesen regalado y estaba vestido con un traje que le hizo desear rasgarlo hasta que nada más que su piel desnuda quedara debajo de la punta de sus dedos.

¿Quién está en la puerta? preguntó James.

Um ... es un nuevo amigo mío, dijo Kallie.

Sus ojos se dirigieron a Ash y se iluminaron con algo que ella no pudo definir. Y tampoco quería tomarse el tiempo para analizarlo. Estaba en una situación bastante volátil y no sabía cómo manejarla. ¿Tal vez Ash se estaba comportando de manera protectora? Pero ¿Por qué tendría que tomar el papel de protector? ¿Estaba molesto de que otro hombre estuviera con ella en su apartamento? Seguramente no. Ash no era del tipo celoso o posesivo. A diferencia de James, y la postura que había adoptado en aquel momento estaba a tono con su personalidad.

Kallie sintió que James deslizaba su brazo a su alrededor, pero ella se encogió de hombros ante su toque.

¿Gustas pasar, Ash? Preguntó ella.

Fue entonces cuando sus ojos se posaron en los de ella, y ella contuvo el aliento ante su respuesta.

Estoy bien, dijo Ash mientras negaba con la cabeza. Aunque si estás libre más tarde, me gustaría verte. Si estás interesada.

El corazón de Kallie dio un vuelco. Ella quería que él entrara, que se sintiera en casa mientras ella le mostraba a James la salida. Sin pronunciar palabra alguna, vio como los ojos de Ash miraban a James por última vez para luego girar delicadamente sobre sus talones y alejarse. Sus ojos lo siguieron por el pasillo, hasta que él desapareció en un ascensor, y él le lanzó una última mirada antes de desaparecer.

¿Era... dolor lo que ella vio?

¿Como la había localizado Ash?

James le puso la mano en el hombro mientras ella cerraba la puerta. Ella se alejó del toque de su mano y se dirigió a la cocina. Quería colocar aquellas hermosas flores en un poco de agua. También tenía curiosidad por saber lo que decía la tarjeta adjunta al ramo. Pero ella no quería leerla mientras James estuviese ahí, y él al parecer estaba alterado.

Podía sentir sus ojos sobre ella mientras llenaba un jarrón con agua y colocaba las flores en su nuevo hogar.

¿Quién era ese, Kallie? Preguntó James.

Es sólo un amigo, dijo ella.

Ese ramo de flores cuesta fácilmente cuatrocientos dólares.

¿No pueden mis amigos tener dinero?.

No suelo regalarle a ninguna de mis amigas costosos ramos de flores.

No. Tú les das tu polla, dijo ella dijo enfáticamente.

¿Estás diciendo que tengo competencia?

No hay competencia, dijo Kallie mientras se daba la vuelta. Ese es un amigo, y tú eres mi ex.

Pensé que habías dicho que me ibas a dar otra oportunidad.

Nunca dije nada.

Kallie ... mira. Yo solo...

James se movió a la velocidad del rayo hacia ella y presionó su cuerpo contra el mostrador de la cocina. El calor de su cuerpo hizo que su mente volviera a los recuerdos más gratos. Cuando ambos estaban desnudos en los brazos del otro y ella era la única mujer ante sus ojos. Kallie cerró los ojos y trató de alejarlos. Intentó ignorar lo bien que se sentía la mano de James contra su mejilla. Ella necesitaba ser fuerte. Necesitaba sacarlo de su apartamento.

Pero su cuerpo era tan familiar y el futuro que ambos habían planeado comenzó a materializarse de nuevo en su mente. Los niños y el hogar que habían imaginado. Se suponía que ella estaría en esa casa ahora. Instalada en el lujo con el cual James estaba empeñado en rodearla. Kallie abrió los ojos y encontró a James mirándola. Esos ojos de cachorrito que funcionaban tan bien y la suave caricia de su pulgar que siempre la relajaba.

Aquello todavía la relajaba.

Él parecía bastante serio cuando hablaba acerca de volver a estar a estar juntos, a pesar de que Kallie estaba molesta. Enojada. Temblando de odio hacia el hombre que le tocaba la piel. Pero la historia entre los dos era vasta. Y no era malo del todo. Ella quería enfocarse en lo malo. Kallie quería mantener lo malo en primer plano de su mente, de esa manera su decisión podría ser más fácil.

Pero no era del todo malo.

Ahí estaban todas esas noches que pasó cuidándola cuando estaba enferma. Mimándola cuando le extirparon las amígdalas y ausentándose del trabajo para quedarse en la cama con ella. Ahí estaban todas las noches en que él se quedaba hasta tarde con ella mientras estudiaba para sus exámenes, asegurándose de que tenía suficiente cafeína y la interrogaba para asegurarse de que estaba reteniendo la información. Ahí estaban todas las veces en que él abandonó los planes con su familia para hacer cosas con ella. Todas las veces que pagó por cosas que no necesitaba. Al igual que las facturas médicas de su madre cuando tuvo su accidente automovilístico y los medicamentos de su padre cuando estaban pasando dificultades financieras con su madre desempleada.

No era del todo malo.

Pero cuando Kallie abrió los ojos, pudo ver a James consumido por otra cosa. Un aire posesivo que ella solía ignorar sistemáticamente al tiempo que se encogía de hombros y pensaba es solo James. Pero, de todos modos, era una actitud posesiva. Parecía lleno de una nueva urgencia. Y sus ojos no estaban muy enfocados. A pesar de que su cuerpo la sujetaba contra la mesa de la cocina y su pulgar le acariciaba la mejilla, parecía como si estuviera en otra parte.

Te amo, Kallie, dijo James.

Y, oh, que dulces se escuchaban esas palabras en sus oídos.

Kallie vio cómo se acercaban los labios de James. Observó cómo el hombre al que había dedicado años de su vida acercaba su rostro al de ella. Su corazón se estrelló contra su pecho y su vientre se tensó a causa de los nervios. Su mente le decía que lo intentara y su corazón le gritaba que se detuviera. Sus rodillas se debilitaron cuando sus manos se curvaron en el borde de la mesa y, en el último segundo, giró la cabeza.

Sintió como los labios de James se posaban en su mejilla.

Ella esperaba que él retrocediera. Para burlarse, enojarse y empezar a gritar como lo hacía en ocasiones. Pero en lugar de eso, él acarició su piel. Enviado escalofríos por su espina dorsal. Pasó su brazo alrededor de su espalda, acercándola más a él como siempre lo hacía. Sus brazos nunca dejaban de hacerla sentir segura. Amada, deseada en su presencia. Kallie odiaba la forma en que se había fundido con él. Se había fundido con el hombre que había consentido a varias mujeres durante su relación.

Lo siento, dijo él con un susurro sobre su piel. Fui un tonto. Un idiota. Un cobarde. Me sentí con derecho a las cosas que me rodeaban y acabé lastimando a la única persona que he amado de verdad en mi vida.

Los ojos de Kallie se cerraron y ella se apoyó en sus labios. James los frunció contra su piel de nuevo, y ella sintió que se excitaba bajo su suave toque.

No me comporté como un hombre el día de nuestra boda, dijo él lentamente. Fui un cobarde. Estaba aterrorizado con todos esos ojos observándonos. Con la presión de que las cosas debían ser perfectas. Con mi madre corriendo por ahí como un bulldog asustado, gritándole a todos y asegurándose de que todo estuviera correcto. Todo resultó tan malo para nosotros, Kallie. Y me asusté. Lo siento. Me asusté de la peor manera.

Él posó sus labios por su cuello y Kallie suspiró. Su cabeza cayó hacia adelante y sus manos se aferraron a sus hombros. Su cuerpo estaba cayendo sobre ella. Tentándola de todas las peores formas.

Pero aun así su mente le gritó. Le dijo que lo empujara lejos.

Cometí el error más grande de mi vida, murmuró James en el hueco de su cuello. Y no estoy diciendo que alguna vez pueda repararlo. Pero puedo jurarte que nunca volveré a hacer algo así. Y haré todo lo que sea necesario para recuperarte. Cualquier cosa, Kallie. Todo lo que quieras. O necesites. O que podrías desear alguna vez. Juro que será tuyo.

Sintió que los hombros de James saltaban y sus ojos se abrieron.

Sus manos se posaron en sus mejillas y ella levantó su rostro erguido. Y allí mismo, frente a sus propios ojos, había lágrimas. Brillando en los ojos del hombre que había roto su corazón. Kallie se encontró sin palabras una vez más. Ella no sabía qué decir. Nunca había visto esta demostración descarada de emoción por parte de James, nunca. A menos que estuviera colérico o en un estado de euforia absoluta. Él no era un hombre emotivo. Se le dificultaba bastante expresar las cosas más simples.

Y la lágrima que corría por su mejilla llevaba consigo el peso del mundo.

Ella la apartó con el pulgar y James volvió sus labios a su mano para besarla. El calor solo golpeó su corazón contra su pecho e hizo que su sangre se precipitara a través de sus oídos. James estaba llorando. Angustiado por lo que había hecho.

Eso significaba algo.

¿No es así?

Solo piénsalo, dijo James en su mano.

Tomó la muñeca de Kallie y colocó su mano en la parte superior de su corazón. Ella lo sintió latir salvajemente. Amenazando con partirle el esternón y hacerle caer al suelo. Su mandíbula se desencajó cuando sus ojos se acercaron a él y vio que otra lágrima se deslizaba por su mejilla. Toda la ira, el resentimiento y la indecisión que sintió cuando él llegó, se drenó de su cuerpo. Frente a ella se encontraba un hombre verdaderamente vulnerable, rogando por otra oportunidad y prometiendo no arruinarla.

¿Pero podría ella volver a confiar en él?

¿Se atrevería a ello?

Solo prométeme que lo pensarás. Es todo lo que te pido, dijo James.

Y finalmente, Kallie recuperó su voz.

Está bien. Lo prometo.

James apartó la mano de su corazón y le besó la mano por última vez. Luego se agachó y le dio otro beso en la mejilla. Kallie se inclinó para recibirlo, odiándose a sí misma por desear su toque. Él se echó hacia atrás y le acarició la mejilla por última vez, luego escondió un mechón de cabello despeinado detrás de su oreja.

"Mi Kal-Bear, dijo él. Espero saber de ti pronto".

Después Kallie observó desde su cocina como James cruzaba su apartamento y se iba.

Kallie estaba hecha un desastre sin aliento. Su mente se arremolinaba y sus manos temblaban cada vez que pensaba en lo que había sucedido. Se sentó en silencio en su sofá durante horas, mirando hacia la panorámica de Manhattan desde su puerta corrediza de vidrio. Se mordió las uñas y agitó las piernas, no sabía si llamar a Eris o irse a la cama. Ella todavía no quería hablar con nadie. No quería salir de su apartamento.

Pero un golpe en la puerta la sacó de nuevo de su trance.

Frunciendo el ceño, se levantó de su lugar. El lugar en el que había estado sentada durante casi tres horas. Abrió la puerta y vio un enorme ramo de rosas, luego una cabeza se asomó por detrás de este.

¿Kallie Semple? preguntó el sujeto.

Soy yo, dijo ella.

Esto es para usted.

Kallie extendió las manos mientras el hombre prácticamente empujaba el ramo de rosas hacia ella.

¿Debo firmar algo? Preguntó ella.

No. Provecho.

Luego, el hombre prácticamente salió corriendo de la puerta y se metió en el ascensor.

A Kallie se le dificultó cerrar la puerta, pero se las arregló para hacerlo. Colocó las rosas en la mesa de la cocina y buscó la tarjeta. Reconoció la escritura de inmediato y suspiró.

Por supuesto que James le enviaría flores.

Arrancó la tarjeta del ramo y la abrió. Sus dedos temblaban y le costó bastante deslizar el pedazo de papel rectangular fuera de sus límites. Sus ojos recorrieron las palabras y las leyó una y otra vez. Tratando de convencerse de que la tarjeta era en realidad de James.

El amor eterno no busca a su pareja. Más bien, el amor eterno colisiona con su pareja perfecta, luchando por el dominio hasta que ambos caen de rodillas. Solo así podrán los dos ser iguales y trabajar para ayudarse mutuamente de nuevo.

Kallie sacó su teléfono y buscó la frase en Internet, pero no pudo encontrar nada. Ella conocía a James. Él no podría haber escrito eso por su cuenta. Pero en la red no había ningún tipo de cita, libro o imagen inspiradora que coincidiera con lo que estaba escrito en la tarjeta. Descolgó el teléfono y leyó la nota de nuevo, sorprendida por las palabras románticas que nunca se había molestado en pronunciar mientras estaban juntos.

¿Sería él capaz de algo como esto?

¿Y tuvieron que arruinar su boda para que él lo sacara a flote?

Los ojos de Kallie se movieron hacia las flores de Ash y estallaron todas las emociones y cosas impactantes que habían ocurrido en el transcurso de su día, se había olvidado de su tarjeta. Dejó la tarjeta de James en el mostrador de la cocina y buscó la de Ash, deshaciendo el arco que la sujetaba a uno de los tallos de la flor. Desplegó la tarjeta y fijó sus ojos en el simple texto. Sencillo y de alguna manera apropiado para todo lo que ella sabía de Ash

Llámame si crees en las segundas oportunidades.

Y abajo estaba anotado su número telefónico.

Capítulo 2

Kallie

¡Chica, será mejor que abras esa puerta! Tengo dos botellas de vino, un montón de proyectos terminados del trabajo y estoy lista para irme de fiesta el último fin de semana antes de regresar a la —

Kallie abrió la puerta a su mejor amiga, y los ojos de Eris se posaron inmediatamente en los ramos. Eris