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EL MINERO I Al despertar de la aurora, se oye el rumor de unas sombras, es el clamor y las voces de mi gente laboriosa.

Temprano por la maana, va caminando el minero, con paso presuroso, sacudindose del fro, con la ilusin en su mente sacar el oro del ro; en la mochila su fiambre, son sus herramientas una pala, su batea y su almocafre. Entre zancadas y zancadas va meditando el minero, para mis obligaciones, necesito tanto dinero..y como tradicin ferviente, al vender el oro, primero mi botella de aguardiente. II As le pasa el tiempo entre la casa y su trabajo, para empezar su labor ya casi medio cansado. Acucioso y pensativo a la salida del sol, llega hasta la rivera a comenzar su labor; entre murmullos y zambullidos y tiritando del fro. III Excavar hasta lo ms profundo, y sin descanso ninguno, para haber si con un poquito de suerte termina tanto infortunio. Y as va transcurriendo el da, entre paradas, idas, vueltas y revueltas, el tiempo se le escapa, sin pensar ni en su merienda. En el desarrollo de su tarea, medita en su cabeza, si le gano a la pereza, tendr mi noche buena. Concentrado en su trabajo y sin mirar el morral; a veces queda tiempo para un cigarrillo o apenas para medio almorzar. Con la llegada del ocaso termina el agotador jornal, con unas pequeas chispas del precioso metal. IV De regreso a la casita, cansadito y fatigado, lo espera su familia y un plato de atollao... El da de la venta en la plaza se le ve, un poco decepcionado, Pues si compra su aguardiente hay que mermar el mercado. El domingo en la plaza, se le ve feliz con sus colegas, los traguitos van y vienen mientras le echa a la talega. Y por la tarde en la casita, peladito, borrachito, y con dolor de cabeza, vuelve a su cama intranquilo, pues otra vez es lunes, y vuelve a empezar la faena.
Poesa Criolla Arbey Choc Daz

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