JACQUELINE BALCELLS
ANA MARIA GUIRALDES
TRECE CASOS
MISTERIOSOS
COMENTARIO DE
CARLOS ITURRA
EDITORIAL ANDRES BELLOQuerido lector:
Estos cuentos son para que te transformes en detective. Si
lees con atencién y te fijas en los detalles, podrds encontrar la
pista que tellevard a descubrir al culpable. Sino logras dilucidar
el enigma, aytidate con un espejo: en paginas 105 - 117, las
soluciones estan dadas, pero... al reves.
Tambien te invitamos a resolver los crucigramas de cada
caso: muchas de sus definiciones ~las que estan con letra dife-
rente— tienen relaciOn directa con el cuento que les corresponde.
Las soluciones de estos juegos aparecen, asimismo, en las pagi-
nas mencionadas.
Te desafiamos a solucionar los trece misterios de este libro,
con igual sagacidad que el inspector Soto, personaje presente en
algunos de estos cuentos. ¥ no olvides: la observacién es la
cualidad indispensable para un buen detective.
Las autorasINDICE
El caso de las libretas de notas....-.0cccscececreeeT
El caso de las perlas grises 6.2.2.2... wo
El caso del regalo de cumpleaios : 19
El caso del atraco al Banco Muchosmiles ............ 25
El caso del zafiro de dofia Sara we B
El caso de las secretarias quejumbrosas .......-..... 41
El caso de la moto embarrada « 49
El caso del joyero angustiado .. 37
El caso del secuestro del arquero 65
El caso del ladrén con mascara . B
El caso del gato perdido . nm
Bl caso de la estatua Mujer Sencada Pensando ....-.. ¥
El caso de la pagoda de marfil 0.0.0... cece 98
Soluciones 105EL CASO DE LAS LIBRETAS DE NOTAS,
ay
El tercero medio A del colegio Buenaventu-
ra era un curso bastante revoltoso. Ese vier-
nes entregaban las notas del trimestre, y la
sefiorita Leonor dejé el alto de libretas bian-
cas en una esquina de su escritorio. La tota-
lidad de los veinticuatro alumnos fijé sus ojos muy abiertos
en ellas: el panorama que presagiaban esas libretas no era
muy alentador.
—Tengo rojo en matematicas ~susurré la gorda Marcela.
=¥ yon quimica ~cuchiched Andrés, palido por encima
de sus pecas.
~iAdi6s, fiesta! -suspiré Catalina, soplando con desani-
mo su chasquilla.
~iSilencio! ~-interrumpié la sefiorita Leonor. Quiero de-
cirles que en general el rendimiento del curso durante este
trimestre ha sido pésimo, y las notas, muy malas... Repartiré
las libretas durante la tiltima hora de clases, y tendran que
traerlas firmadas el lunes, sin falta
Laprofesora, luego de sentarseen su silla,llaméa Mauri-
cio al pizarrén. El muchacho, que tenia fama de mateo, co-
menzé a resolver una complicada ecuacion, y la clase siguié
lenta y pesada.
Media hora después una campanilla animé levemente
las sonrisas en los rostros: todos guardaron sus libros y salie-
ron a recreo,
=¢Como convencer a la profe para que no nos entregue
las notas hasta el lunes? —pregunté Marcela, sin dnimo ni
para comer su emparedado de queso.~jSuehas! —le contesté la languida Constanza.
que el asunto es grave: jnos quedaremos sin fiesta,
Connie! ;No te das cuenta?
{Claro que me doy cuenta! Por qué crees que estoy tan
deprimida? ~El gesto de Constanza era de absoluto desalien-
to. Se afirmé en la vieja palmera, en una pose de actriz,
dramatica.
En ese momento se acerco Mauricio.
Al paso que van mis porras comparieras ~dijo-, tendré
que bailar solo en la fiesta si entregan hoy las libretas.
=iEl genio Mauricio! Nunca pierde la oportunidad de
hablar de sus maravillesos sietes! ~coment6 Marcela, dando-
Ie la espalda.
No sean tontas, nenas, si lo tinico que quiero es que
todos vayamos a la fiesta.
“Nosotros también queremos.