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Contenido PARTE I Capitulo Capitulo 2. PARTE Il Capitulo Capitulo Capitulo Capitulo Capitulo soya PARTE Ill Capitulo 8. Capitulo 9. Capitulo 10. Capitulo 11. Capitulo 12. Capitulo 13. Capitulo 14. Capitulo 15. PARTE IV Capitulo 16. Capitulo 17. Capitulo 18. Capitulo 19. : Capitulo 20. Capitulo 21, Capitulo 22. Capitulo 23. INTRODUCCION . 0. Problemas planteados por el terreno en la ingenieria civil, 15 Introducei6n al comportamiento del suelo, 31 LA NATURALEZA DEL SUELO... 2 2-2 es 39 Caracteristicas de los conjuntos de partfculas, 41 Caracteristicas de las particulas de un suelo, 53 Presiones normales entre particulas de suelo, 65 Resistencia al deslizamiento tangencial entre partfculas de suelo, 75, Formacién de los suelos, 85 EL SUELOSECO.. 2... 12 ee ee eee = 109 Esfuerzos en una masa de suelo, 111 Pruebas de laboratorio para determinar las propiedades esfuerzo-deformaci6n, 131 Aspectos generales del comportamiento esfuerzo-deformacién, 137 Resistencia al esfuerzo cortante de los suelos granulares, 151 Relaciones esfuerzo-deformacion, 165 Estructuras de retencion y taludes, 177 Cimentaciones superficiales, 211 Solicitaciones dindmicas del terreno, 243 SUELOS CON AGUA — REGIMEN ESTATICO 0 FLUJO ESTABLECIDO. 255 El concepto de esfuerzo efectivo, 257 Flujo unidimensional, 267 Flujo bidimensional, 283 idad de los suelos y condiciones de filtro, 299 “Aspectos generales del comportamiento esfuerzo-deformacion con drenaje, 313 Permeabil Resistencia al corte con drenaje, 323 Relaciones esfuerzo-: tans sn mar escepe de agua.) Transferencia gradual do args. ble. Como el muelle se acorta muy ligeramente, toda la carga aplicada a resiste un incremento de la presién del ‘agua en Ia cdmara. Las condiciones en esta fase se repre- sentan en Ia Fig. 2.5¢. "A continuacion abramos la vélvula y la presiOn del agua dentro de la cémara obligaré 2 que el agua escape @ través de la vélvula (Fig. 2.5d). Al escapar el agua, el muelle s¢ acorta y comienza a soportar una parte cada vez. ‘més importante de la carga aplicada, produciéndose una fisminucion correspondiente en la presién del fluido que Tena la cémara. Por Gltimo, se alcanza un estado (Fig. 2.5¢) en el cual el muelle resiste toda la carga aplicada y 1a jpresién del agua vuelve a su valor hidrostético inicial. Una Jez que se alcanza este estado, el agua cesa de fluir por la valvula. ‘Durante cualquier intervalo de tiempo solamente puede ‘escapar por la vilvula un caudal limitado de agua. De aqui {que el proceso de transmision de cargas del agua al muelle debe producirse gradualmente. Esta variacion gradual de la Panto 4 Introduccién al comportamiento del suelo 35 nein) 10 1310 1830 Bs 1970 Fig, 26. Asentamionto dt edifclo No, 10 dal 1,7. M. forma en que s© distribuye-la carga se ilustra en la Fig. 25f El reparto de cargas entre ls fases sélkda interstic también s¢ produce en el ejemplo fisico y en los proble- ras de suelos reales, aunque el uido intersticial no siem- pre soporta la totalidad de la carga aplicadainicalmente Volveremos a este tema con més detalle en el capitulo 26. Por otra parte, en los problemas reales existe Inismo proceso de variacién gradual en le forma de sopor- tar la carga. és denomine-coniolidacion, y el periodo de tiempo empleado ts el desfosonhidrodinamiee. El grado de compresiin 0 consolidacién producido hasta un determinado instante depende no séio de la carga aplicada, sino también de la intensidad de los esfuerzos transmitidos en los contactos entre particulas, es decir, dela diferencia entre los esfuer- 10s aplicados y la presin interstical. Esta diferencia se denomina esfuerzo efectivo. La consolidacién y el proceso iiverso de expansién (que s produce cuando un suelo absorbe agua después de suprimir la carga) se estudian en varios capitulos. ‘legamos asf a la cuarta consecuencta de la naturleza discontinua del suelo: ewandonta-earge-aplicade-a-ersteio Este tltimo efecto fue descubierto por Karl Terzaghi alrededor de 1920. Tal descubrimiento marcé el comienz0 de la modema ingenieria de suelos. Fue la primera de los muchos aportes de Terzaghi, quien fue en verdad, el “padre de la mecanica de suelos”. El efecto mis importante del desfase hidrodinamico es el asentamiento diferido de las estructuras. Es decir, el asentamiento continia durante varios aflos después’ de construirse la estructura. La Fig. 2.6 muestra el registro asentamiento-tiempo de dos puntos del edificio Nim. 10 del “campus” del Instituto Tecnolégico de Massachusetts. El asentamiento de este edificio, durante la primera década después de su contruccién, dio lugar a una alarma consi: erable. Terzaghi examiné el edificio a poco de su legada, a los BE.UU., en 1925, e indicd correctamente que la velo- cidad de asentamiento disminuiria con el tiempo. Otros aspectos de la consolidacién. En este punto es csencial tener una idea general sobre la duracién del des- fase hidrodindmico en varias formaciones tipicas de suelo. Con este fin, es til hacer un andlisis intuitivo del proceso de consolidacién para apreciar qué propiedades del suelo tienen influencia sobre el desfase y en qué forma in- fluyen sobre él (en ef capitulo 27 se presenta una deduccién exacta y Ia resolucién del proceso de con- solidacién). El tiempo necesario para el desarrollo del proceso de consolidacién esté relacionado con dos factores: 1. El tiempo transcurrido debe, ser directamente pro- porcional al volumen de agua que ha de escapar del suelo, Pero este volumen de agua esti, a su vez, relacionado con Ia variacion de esfuerzos, 1a compresibilidad del esqueleto ‘mineral y el volumen del suelo. 2. BI tiempo serd inversamente proporcional a a yelo- cidad con que el agua puede circular a través del suelo. Por la mecinica de fluidos sabemos que la velocidad de filtracin estd relacionada con el producto de la permeabi- lidad por el gradiente hidréulico y que el gradiente es pro- porcional 2 la pérdida de carga del fuido 2 través del suelo dividida por la distancia que debe recorrer el fluido intersticial Estas consideraciones pueden expresarse por la relacién pw AadimdCH) (k(Ac/H) en donde 1 = tiempo necesario para que se produzca un cierto porcentaje del proceso de consolidacion. ‘Ao = variacién del esfuerzo aplicado. ‘m = compresibilidad del esqueleto mineral = espesor de la masa del suelo (respecto a cada super- ficie drenante). k = pormeabilidad del suelo. De aqui que el tiempo necesario para que se produzea tun determinado grado de consolidacidn es mut? ees 22) 36 Introduccién Esta relacién nos indica que el tiempo necesario para la consolidaci 1. Aumenta la compresibilidad, 2, Disminuye al aumentar Ia permeabilidad. 3. Aumenta ripidamente con el espesor de la masa de suelo. 4. Es independiente de 1a magnitud de la variacién de esfuerzos. La aplicacion de esta relacién se ilustra mediante los ejemplos 2.1 y 2.2. > Ejemplo 2.1 Se considera un estrato de arena y otro de arcilla, de 3 1m de espesor cada uno. La compresibilidad de la arena es 1/5-de la compresiblidad de la arcilla y Ia permeabilidad de Ia arena es 10,000 veces superior a la de la arcilla. {Qué relacién habré entre el tiempo de consolidacién de fa arilla y el de la arena? Solucién, faseina < > Bjemplo 2.2 Un estrato de arcilla de 3 m de espesor aleanzari el 909% de Ia consolidacién en 10 aos. ;Qué tiempo seré necesario para conseguir el 90% de la consolidacién de un estrato de esta misma arcilla pero de 12 m de es pesor? Solucién. para el estrato de 12. m = 10 aftos X12?= 160 atios. < Los suelos con un contenido de arcilla apreciable reque- rirén tiempos més largos para la consolidacién (de uno a varios ciontos de arios). Los suelos granulares gruesos, por el contrario, consolidarén rdpidamente, generalmente en unos minutos. Como veremos, esta diferencia en la duracion de la cconsolidacién es una de las distinciones principales entre los diversos suelos. 2.6 ORGANIZACION DEL LIBRO En este capitulo se han descrito las importantes conse- cuencias de Ia naturaleza discontinua del suelo, constituido ‘como un sistema de varias frases. Como se aprecia en la tabla 2.1 estas consecuencias sirven de base para la ordens- ién del libro. En la parte II se estudiarin las particulas individuales, la forma en que entran en contacto y la interaccién quémica centre estas particulas y la fase interstcial, La parte III es- tudiard los procesos de variacién de volumen y resistencia al corte en los casos en que no existe interaccién fisica centre las fases, es decir en suelos secos. La parte IV anali- zard Jas consecuencias de la interaccién fisica entre tas fases, en los casos en que la circulacidn del agua la rijan las condiciones naturales del’ agua frestica. En la parte V se tratarin los fondmenos transitorios que se producen después de una variacion en la carga aplicada 2 un suelo. PROBLEMAS 2.1 Cite por lo menos tres pass dl capitulo 1 que hagan referencia ait interacion fica entre el esqueleto mineral y la fase interstiil 22 Gite al menos un passje dl capitulo 1 que haga referencia al deslise hidrodinimico 0 efecto de consol- ‘icin. 723) Para consequit el 99% de I conslidacin do una | i ‘Tabla 2.1 Hl suelo es un material diferente, porque esté formado por particulas y, por tanto, un sistema de varias fases. | Comentado ‘Conceptos qe = Consecvencia emplos de importancia ena Pate sponen cnocis. | | TE comportamiento esfuerze La gran compresiblidad dal slo ‘,1I_——_—‘Esfuerzo y_ deformaciOn: | deformacion del esqueleto La resistencia es de naturaleza continuidad; equilibrio i ‘mineral esté determinado _frcsional_y esti relacionada con Limite; eirculo de Mohr. | Por interaccion entre par- la compacidad. | culas discret I Existe interaccién quimica _Influye sobre Ia compacidad (y,por IIL Principios de enlace quiini- { entre el fluido interstical y tanto, sobre la-tesistencia) que el eo. i das particulas minerales. suelo puede alcanzar bajo un de- i terminado esfuerzo. | Acillas sensible | ‘ i | [Exise interacciénfisica entre Arenas movedizas. Ni Mecénica de fuidos: po- { al luido interstcial y el es- Efecto del agua fredtica sobre laos ‘encial de flujo, flujo la- i aqueleto mineral. tabilidad de taludes. sminar. p ‘Lascargas aplicadas al suelo se Consolidacién diferida. v | reparten entre el exqueleto Estabilidad a largo plazo de taludes. ‘mineral y la fase intrsticial. arcilla se requieren 10 afios. :Qué tiempo serfa necesario para conseguir el 99% de la consolidacion sila capa tu- tera el doble de espesor, fuera 5 veces mis permeable y 3 veces nis compresible? 2.4 Enumérense las posibles componentes de la defor- rmacién del suelo. 2.5. Digase cul de las componentes enumeradas en Ia Introduccién al comportamiento del suelo 37 respuesta al problema 24 seri més importante en cada, uno de Tos siguientes casos: 4. Carga aplicada sobre una agrupacién poco compacta de bolas de acero. 1. Carga sobre un conjunto de placas paralelas. ¢. Descarga de una muestra compacta de laminillas de mica y arena de cuarzo. ARTHUR CASAGRANDE ‘Arthur Casagrande naci6 (28 de agosto de 1902) y se educé en Austria. Emigrd a los EE-UU,, en 1926. Alli desaroll trabajos de asistencia téenic Burau of Public Roads trabajando bajo In direcciGn de Terzaghi en el LT-M. Durante. #u estancia en el LT.M,, el profesor Casagrande trabajo en clasiicacio de sucles,prusbas de corte y aecién de la helada en ls suelos. En 1932 ini programa de onsefianza de Ta mecénica de suelos en la Universidad de Harvard ‘Los trabajos dal profesor Casagrande sobre clasifcacin de sueos,filtracion a través de press de tierra y resistencia al esfuerzo cortante han tenido una in- fluencia fundamental en la mecénica de suelos, El profesor Casagrande ha sido un active ‘consultor y ha. participado en obras de gran importancia en todo el rundo, Sin embargo, su influencia mis importante sobre la mecénica de suelos ido a través de fas ensehancas impartidas en Harvard. Muchos de los investiga {Towee mds prominentes de la mecénica de suelos se iniiaron como estudiantes en ! Harvard byjo su direccién. TI profesor Casagrande ha sido presidente de la Sociedad Internacional de Mecanics de Suelos y Cimentaciones durante el periodo 1961-1965. Fue profesor wr iavedtedras Rankine y Terzaghi, fundades por I Institution of Civil Engineers y a nonean Society of Civil Engineers, rspectivamente, Fue el primero en recibir el premio Karl Terzaghi de la ASCE. cer PARTE Il La naturaleza del suelo En esta parte II, que comprende los capitulos 3 a 7, se examina la naturaleza del j suelo, En el capitulo 3 se consideran los conjuntos de particulas de suelo. Se ha colo- ado este capitulo al comienzo de la parte Il debido a que el estudiante debe conocer las definiciones y términos relativos a las fases del suelo antes de comenzar el estudio general de la mecénica de suelos. El capitulo 4 estudia con detalle as partfculas indivi- duales que constituyen 1a masa de un suelo. Los capitulos 5 y 6 consideran la transmi- sin de esfuerzos entre particulas de un suelo a escala microscSpica y la influencia del agua sobre estos esfuerzos. La parte II finaliza con la determinaciGn y estudio (caps tulo 7) de la composici6n estratigrafica del terreno natural CAPITULO 3 Caracteristicas de los conjuntos de particulas Se consideran en este capitulo las caracteristicas morfo- logicas de un conjunto de particulas. Se dan relaciones ‘entre las diferentes fases que componen dicho conjunto y se comenta la distribucion de las particulas por tamafos y el grado de plasticidad del conjunto. Las relaciones entie fases tienen una amplia aplicacién en Ia mecinica de sue- Jos para el célculo de esfuerzos. La relacién entre fases, las caracteristicas granulométricas y los limites de Atter” berg se utilizan para clasifiar los suelos, facilitando ast su estudio. 3.1 RELACIONES ENTRE LAS FASES DEL SUELO Por tratarse de un sistema discontinuo de particulas, un elemento de suelo constituye intrinsecamente un sis tema de varias fases, La Fig. 3.1 muestra un elemento ico de suelo que contiene 3 fases diferenciables: lida (particulas minerales), gaseosa y liguida (agua general- mente). La Fig. 3.12, representa las 3 fases como podr ian presentarse en un elemento de suelo natural. En la parte (b) se han separado las fases con el fin de facilitar la ‘deduecién de las telaciones entre ellas. A 1a izquierda de la figura las fases se han expresado en volumen, mientras ‘que a la derecha lo han sido en peso. Debsjo de la Fig. 3.1 se dan las expresiones que rela- cionan las distintas fases. Existen tres importantes relac nes de volumen: porosidad, relacién de vacios * y grado de saturacién. La porosidad es la relacidn entre el vol men de huecos y el volumen total, mientras que la rel ci6n de vacios es el cociente entre el volumen de huecos, poros o vacios y el de particulas sblidas. La porosidad se suele multiplicar generakmente por 100, dindose asi los valores en porcentaje. La relacién de vacios se expresa en. forma decimal (por ejemplo, una relacién de vacios de 0455 etc.) y puede aleanzar valores superiores a la unidad. Tanto la porosidad como la relacién de vacios indican el ‘porcentaje relativo del volumen de poros en una muestra de suelo, Fste volumen de vacios esté leno de un fluido, gasco- 80 0 liquido, pero en general se trata de agua. Aunque los ddos términos se emplean en meefnica de suelos, se usa mis em castellano existen alveras verslones del concepte void ratio como son “relacion de vacios”, “indice de poros”, “Indice de huscos", ete. (NT). 41 os. Existen las siguientes relaciones entre de vacios e, yoe Ite FI grado de saturaci6n indica el porcentaje de volumen de huecos que esti relleno de agua. Asi pues un valor de 0, indica un suelo seco, $= 100 % corresponde a un suelo ‘saturado y un valor comprendido entre 0 y 100% indica un suelo semisaturado 0 parcialmente saturado, La relacién entre pesos de fases més empleada es el contenido de agua /umedad, que es el peso de agua divi- ido por el peso de particulas s6lidas en un elemento de suelo. La humedad de una muestra de suelo se obtiene directamente por el siguiente método: se pesa el suelo na- tural; se seca en una estufa; se pesa el suelo seco y por ‘iltimo se calcula la humedad como diferencia entre los ‘pesos inicial y seco, dividida por el pevo seco. Este méto- do supone que el agua es el nico producto evaporable del suelo, lo cual es razonable excepto cuando se trabaja ‘con suelos orginicos suelos que contienen voltiles como el asfalto. Para un suelo saturado, Ia humedad y la relacion de vacios estén dizectamente relacionados, como puede verse aminando las expresiones de ambos térmi- nos. Como. més ficil obtener pesos que calcular volt ‘menes, se utiliza bastante la variacién de humedad de un suelo saturado para medir deformaciones volumétricas. En Ia parte inferior de la Fig. 3.1 se dan las expresio- nes de los distintos pesos especificos, o pesos de un deter- minado volumen. El peso espectfico aparente 0 total es, por ejemplo, el peso de un elemento de suelo dividido por el volumen de dicho elemento? El peso especifico ‘seco, eel peso de las particulas minerales dividido por el, volumen total del elemento. Los pesos especificos se ex- presan en unidades de peso por volumen, como gramos por centimetro cibico (gr/em®) y toneladas por metro cibico (tonjm®). i—n Al comprimir un slomento de suelo (procbs tipi) tanto el rnumerador como el dcnominador de la porosided. disminuyen ‘mientras que sélo disminuye el numorador de la relacion de vse ios, Este hecho da lugar a que a relaciOn de vacios sea ms til, fave la porosidad para estudiar la compresién 0 consolidacion de tin sel. 2 Tambign se utliza el simbolo para el peso espcifico total sy 42 La naturaleza det suelo ome | FH 7) + = = rer oy % Fig, 2.1. Relaciones entre las fasos do un suslo, 2) Elemento de suelo natural, 6) Divign de un elemento en faxes. En volumen Porosidad: "7 Indice de poros o relacién de vacfos: Ye Grado de saturacién: En peso Humedad Peso especifico relativo Masa de suelo Agua: Gent % Pasticulas sida: ce” % ‘yo = Peso especifico del agua a 4°C ~ aw Adviértase que Gw = Se Peso especifico ‘Total: Ww _G+Se _l+w “nT THe De las particulas solidas: ee az Del agua: We Pad Se09: WG Gwe M7 Teel Te ws Tew Del suelo sumergido: We tom Del suelo saturado: _ G-1 W=M Te = Tage EL peso especifico relativo se obtiene dividiendo e1 peso especifico de un material por el peso especifico del ‘gua. En la tabla 3.1 se dan los valores del peso especifico relativo de las particulas de un determinado grupo de sinerales? Tabla 3.1 Pesos especificos relatives de algunos minerales Cuarzo 2.65 FeldespatoK 254-257 FeldespatoNa—Ca _2.62-2.76 Calcita 22 Dolomita 2.85 Moscovita Biotita Clorita Prrofilita Serpentina Caolinita Haloisita (2H, 0) Tita Montmorilonita Atapulgita 2.30 «© Calcolado @ partir de la estructura exsalna. La expresion Gw = Se sive para comprobar los eélew- los de las diversas relaciones. El estudiante de mecdnica de suelos debe conocer el significado de las relaciones de 1a Fig. 3.1, convencerse de ‘una ver para todas de que son correctas ¢ incorporar estos términos a su vocabulario habitual. Estas relaciones son basicas para Ia mayoria de los edlculos de mecénica de suclos y constituyen, por tanto, una parte esencial de esta ‘Valores tipicos de las relaciones entre fases, para suelos granulares, La Fig. 3.2 muestra dos de las muchas formas en que ‘puede disponerse un sistema de esferas iguales (estibacio- ‘hes 0 agrupaciones). Las agrupaciones compactas represen- tan el estado més cerrado posible del sistema, Pueden obtenerse sistemas alin menos compactos que la simple agrupacion eiibica formando con cuidado cavidades dentro de la estructura, pero la agrupacién cibiea simple es la 2 En el capitulo 4 = citan los minerals mis frecuentes en el suelo. { Fig, 3.2. Agrupaciones de esters gusts. 2) Plantay alzado de une Sorupacién, cabic, 2) Plants de une agrupscién compacts. Primera ‘apa! eftcules de nea continua: segunda caps: creulos de tra205:0 {ala la poscién de lo contros de lar exferr de Ia torcara capa en Una dispotaién cdbica de cars cantradas y x, en una diporiciin hexagonal compacta (Seqin Deresiewiez, 1958). ‘menos compacta de todas las agrupaciones estables. La re Tacién de vacios y la porosidad de estas agrupaciones simples pueden calcularse a partir de Ia geometria de las mismas, dindose algunos resultados en la tabla 3.2. La tabla da también las compacidades de algunos sue- los ranulares tipicos en estado “compacto” y “suelto”. Se han propuesto diversas pruebas para medir las relacio- nes de vacios maxima y minima (Kolbuszewski 1948). La prueba para la determinacién de Ia compacidad maxima supone generalmente cierta forma de vibracin. Las prue- bas para obtener la compacidad minima suelen hacerse por vertido en un recipiente de una muestra de suelo se~ cado en estufa. Desgraciadamente los detalles de estas, pruebas no se han normalizado completamente y los va- lores de las compacidades maxima y minima de un deter- minado suelo granular dependen del método utilizado Tabla 32 Compacidades mixima y minima de suetos ‘granulares Peso expec Relaciin _Porosidad fico ste devices Ce) Con/ms) Doseripcién mex min Mmdx Minin fora: uniformes 092035 476 «260, — ‘Arena do Otawa normalizada og0 050 44 33 147 1.76 ‘Arena limpia uni- Torme 19 040 029133, 189 Limo inorginico 1040 522912889 ‘Arena limos 09 030 47 «23139. 2.03 Arena fina sruest 095 020 49 17 136 221 Arena mies «12040 SS ]_2D_—.92 ‘Arena limosa_y ave 08S 014 46 © 12 142 238 BK. Hough, Basic Sols Engineering. Copyright © 1957, The Ronald Pros Company, Nuova York. Caracteristicas de los conjuntos de particulas 43 para obteneras. Mediante métodos especiales pueden ob tenerse compacidades supeiores a la denominada compa- cidad maxima. Compacidades considerablemente infriores 2 la minima pueden también obtenere, en especial en arenas muy finas y limos, sedimentando lentamente et Suelo en agua o esponjando el suelo en presencia de ina ligera humedad Cuanto menor es fa gama de tamafios de las paticulas presentes (es decir, cuanto mas uniforme es el suelo) y Cuanto mis pequefis y angulosa son las paticuls, me- nor es la compacidad minima (es decir, mayor es a opor tunidad de formar una agrupacién floje de particulas) Canto mayor es la gama de tamafos prsente, mayor seri Ja compacidad maxima (es decir, los hueeos entre ls par ticulas mas gruesas pueden rellenarse con las més pequetas). ‘Una magnitud muy empleada para caracterizar la com: pacidad de vn suelo granvlar natural es la compacidad relatva® Dr, definite por D, x 100% Henin 100% 3.1) = Yemia donde aia = telacién de vacfos del suelo en su estado més ‘compacto. relacién de vacios del suelo en su estado més suelto, relacién de vacfos del suelo in situ peso especifico seco del suelo en su estado més compacto. = peso especifica seco del suelo en su estado més suelto, Ya = peso especitico seco in sit. En la Tabla 3.3 se indican las denominaciones de los suelos granulares & partir de la compacidad relativa Tabla 3.3 Denominacién segiin la compacidad Compacidad relativa (46) Denominacién 0-15 Muy suelta 15-35 Suelta 35-65 Media 65-85 Compacta 85-100 Muy compacta La humedad de los suelos granulares naturales varia desde menos del 0.1% para arenas secadas al aire hasta ‘més del 40% para arena suelta saturada. ‘Valores tipicos de las relaciones entre fases para suelos cohesivos La gama de valores de las relaciones entre fases para suelos cohesivos es mucho mayor que para los suelos gra rnulares. La montmorilonita sédica saturada puede presen- ‘+ También se emplea fndice de densidad hp. (NT) 44° La naturaleza del suelo Ciatenion hw Tino Ti fete. [Gea [Mets [Fea [Grn [Medio [Fino | Grow [tesla [Fina 100 - tT] a Forcanie dno inferior, en 20 8 «| . {14 » - t a 4 20 - : +t it | I WATT TY I i wha ~ a T | ol LL 1 iit tie WL ‘0 10 a Tot ‘oe01 Teo. Diet nm) Fig, 3, Cura granuloméiree de un suso (Sogn Lambe, 19510, i tar, con bajas presiones de confinamiento, una relacién de La uniformidad de un suelo puede expresarse por el i Yacior superior a 25; las arcillas saturadas comprimidas coeficente de uniformidad, que es la relacion entre Deo ¥ 4 To as elevadas prions (por ejemplo 500 Kplem*) exi- Dio, endo Deo ef didmetto 0 tamano pot debsjo det tentes a grandes profundidades en el terreno pueden tener cual queda el 60 del suelo en peso y Dio ¢l valor : relacones de vacfos menores de 0.2 correspondiente para el 10%. Un suelo con vn eoefciente ; Molen le capreain Gw'=Se (Fig. 3.1), podemos de uniformidad menor de 2 se considera “uniforme”. La cali ee jhimedades conrespondiontes los citados var uniformidad del suelo cuya curva pranulométrica aparece Tores de la relacion de vacios: on la Fig. 33 es de 10. Este suelo podria denominane or “rena limosa bien graduada” mes nde Exbten muchas fazones, tanto priticas como te6ricss, por las cuales la curva granulométrica de un suelo es silo Eproximada. Como se disuti en el capitulo 4, la def i ‘montmorilonita sédica arcilla bajo elevadas pre | | Si se deja una muestra de arcila de Ie ciudad de Méxi- co, seeada en estufa, expuesta al ambiente de un laborato- icin de tamaios de oer nee eae fio (temporatura = 21°, humedad relativa = 30%) absor- seein eer Gr eats tao aa | ford humedad suficiente de la atmésfera para que su con- "Ta" Tyedsién de las curvas. granulométricas de suclos tenido de humedad aumente hasta un 2.59 0 més. En finos es més discutible que la de las curvas correspondien- condiciones similares, 1a montmorilonita puede lesar tes 2 suclos gruesos. Los tratamientos quimicos y mecéni- i hasta una humedad del 20%. for que recibon los suelos naturales antes de realizar un i Shale granulomeétrico (en especial en el método del 3.2 TAMANOS DE LAS PARTICULAS hidrémetro o areémetro) suelen dar lugar a unos tamafios La distribucién de las particulas por tamafio en una ae a a muy Cae de ne existentes en el mvestra de suelo se expresa mediante un gréfico que rela- suelo natural. Incluso aunque pudiera obtener uta SAM re cle Ge puticales de tamago infarc, on — pamloméice exictt, sa valor solmeate seit Tudo, roo ca cadh demote on nwt, Como ica In Fig 33, . 52 ben el chmpartailents Ge un sued prepay ols Pe or in defiioionce de arena, limo y arcla que apare- _l#cionarse frecuentemente con Ia distibuciin granulo Mediate as et ioniicha ligne’ podemos establecer la twit, el comportamiento de un suelo cohesive suelo wae eida de ta muestra de suelo en la forma siguiente: depender mucho més de la-istoria geoléeea y de su ox ms aa ‘tructura que del tamafio de las particuls Gna 2% "A. pesar de sus graves limitaciones, las curves granulo- Arena 85: % éticas, en especial Ins do las arenas y limos, tienen real i Limo 12 % mente valor prictico. Las experiencias tanto teéricas ty Avila 1% ‘como de laboratorio muestran que Ia permeabilidad y la «pan defi de sere tats de us pats or eaplaigad de un suelo pueden relacioarse con un Geno wa ae define bo oi Se Gamat genoa alerer didmetzo efectivo de las partfula. Estas rlaciones, se tei daca atl 999736 fcomentan més adelante nnn pauaaniemitinsnatnn NE ERAN ici Tabla 34 Lémites de Atterberg de minerales arillosos Indico Limite de imite Limite eps “rete atin de liquide plistico ‘tldad. “ign Mient cambio) HH). Montmoiionita Na ~—*7i0SC«SC«SSSCSC*«é KG) 8 S88 G& 50 sats age ol seal ray : Fe 82s 103 Fe ita Nm 8 of Isa Ro i @ © 15 her te ats Me 98 aT Fem Gt Pood te Ss Ceotinita Ne 3s x eee G & mh hms Me BT Fe pes ee aa) Fee esse i Atapulita H 7 178, Datos de Cornel, 1951 «© Despuce de cinco ciclo de humedecimiento y secado, EI método de proyecto de filtros inversos para presas, diques, etc., utiliza las curvas granulométricas de los sue los a colocar, Este método se basa en la relacién entre el tamafio de las particulas y la permeabilidad, junto con datos experimentales sobre 1a distribuci6n granulométrica necesaria para eviter el arrastre de particulas cuando circula el agua a través del suelo. Andlogamente, el cri- terio mas utilizado para establecer la susceptibilidad de los, suelos a la helada se basa en la distribucién granulo métrica. 33. LIMITES DE ATTERBERG Bn gran parte mediante el trabajo de A. Atterberg y A. Casagrande (1948), los limites de Atterberg y los indices ‘con ellos relacionados han constituido unos valores muy ‘ities para caracterizar los conjuntos de particulas de suelos. Los limites se basan en el concepto de qué un sue- lo de grano fino solamente puede existir en cuatro estados de consistencia segin su humedad. Asi, un suelo st en- cuentra en estado sélido cuando esti seco, pasindo al afiadir agua a los estados semisolido, plastico y finalmente Tiquido, como se indica en la Fig. 3.4. Los contenidos de humedad y los puntos de transicién de unos estados a otros se denominan limite de retracciin 0 contraccién, limite plistico y limite liquido. Los cuatro, indices citados al pie de la Fig. 3.4 se calculan a partir de esos limites. EI Ifmite Iiquido se determina midiendo la humedad y el némero de golpes necesarios para cerrar en una deter- ‘minada longitud una ranura de un determinado ancho mediante un aparato normalizado. El limite plistico se obtiene midiéndo el contenido de humedad del suelo ‘cuando comienzan desmoronarse pequefios cilindros de suelo de 3 mm do didmetro. El limite de retraccion se define como la humedad presente al haber afiadido agua suficiente para lenar todos los huecos de una pastilla de suelo seca. Los métodos detallados para determinar estos, Caracteristicas de los conjuntos de particulas 4S limites pueden encontrarse en Lambe (1951)' La Tabla 34 da los limites de Atterberg de algunos minerales arci osos corrientes. Significado fisico de los limites de Atterberg El concepto de un suelo como material que puede pre- sentarse en varios estados, segin su contenido de hui dad, resulta muy stil, Cuanto mayor sea la cantidad de agua que contiene un suelo, menor serd ls interaccin cntee particulas adyacentes y' mis se aproximard el suelo fen su comportamiento al de un Iiquido. De una manera muy general, puede esperarse que el agua atraida por las superficies de las particulas de suelo ‘no se comportaré como un liquido. Asi pues, si com- paramos dos suelos A y'B, y si cl suclo A tiene una mayor tendencia a adsorber agua sobre la superficie de sus particulas, puede esperarse que la humedad para la cual ‘ambos suelos comiencen a comportarse como un Iyquido ser mayor para el suelo A que para el suelo B. Es decir, cl suelo A tendré un limite liquido mayor que el suelo B. Cabe suponer que el mismo razonamiento podria apli- carse al limite plistico y por tanto al indice de plas- ticidad. Sin embargo, los limites entre los diversos estados se than fjado arbitrariamente, por lo cual es improbable que ppuedan interpretarse completamente per se. Es decir, es poco probable que la magnitud del limite Ifquido de un sine ido Lite Mauda, Estado pico Lite pico, 1p ade sisi Lite de eaecion ‘cantaccon tad sido @ Silo sco Fig, 94, Limiter de Atterberg ¢ ndloes con ellos asocados. Indice de plasticidad I, 6 I Indice de fluidez: J, = Pendiente de la curva de fluidez (relacién. entre la humedad y el nimero de golpes, aescala logaritmica Indice de tenacidad: Relacién humedadplasticidad B) Indice de liquidez IL 6 11} humedsd natural 46 La naturateza del suelo suelo determinado- pueda relacionarse cuantitativamente con el espesor de la capa de agua adsorbida La dificultad de interpretar cuantitativamente los lim tes de Atterberg no es obsticulo para su amplio uso. El estudiante debe concebirlos como limites aproximados entre los diversos estados que pueden presentar les suelos de grano fino y no preocuparse mucho en buscar un signi- ficado al valor exacto de estos limites, determinados arbi trariamente. Relacion entre los limites de Atterberg y la composicién de un suelo Profundicemos algo mas en la idea de que los limites de Atterberg de un suelo estan relacionados con la can- tidad de agua adsorbida sobre la superficie de las partfcu- las de suelo. Debido al gran aumento de la superficie por unidad de peso al disminuir el tamafio de las particulas (como se veri en el capitulo 5), puede esperarse que la cantidad de agua adsorbida vengz muy influenciada por la cantidad de arclla presente en el suelo. Segin este razona- miento, Skempton (1953) defini una magnitud que denominé actividad: Indice de plasticidad Actividad de una arcilla =O © PASE ‘en peso menor de 2 62) La Fig, 3.5 muestra unos resultados obtenidos en mues tras preparadas con distintos porcentajes de particulas inferiore’ o superiores a 2u. En la parte (a) varios suelos naturales se dividieron en dos fracciones por el tamatio de 2u y a continuacién ambas fracciones se volvieron a com: binar a voluntad. Los resultados del diagrama de la dere cha se obtuvieron con minerales arcillosos mezclados con arena de cuarzo. Utilizacion prictica de los, limites de Atterberg Los limites de Atterberg y los indices asociados resul- suelos, como se sefilaré en Ia soccién siguiente. Frecuen- temente los limites se utilizan directamente en las expect ficaciones para controlar los suelos a utilizar en teraple nes y en métodos semiempiticos de proyecto. EI indice de plasticidad, que indica la magitud del intervalo de humedades en el cual el suelo posse consis: tencia plistica, y el indice de liquidez, que indica la proximidad del suelo natural al Limite liquide, son carac- teristicas especialmente itiles del suelo. Debe tenerse pre- sente, sin embargo, que todos los limites e ‘ndices, con la excepcidn del limite de retracciOn se determinan en suelos que se han amasado para formar una mezcla uniforme suelo-agua. Por Jo tanto, los limites no dan indicacinal- guna sobre la estructura del suelo o os enlaces re- sidvsles entre particulas que pueden haberse. desarto ado en el terreno natural pero que han sido destruidos al preporar la muestra para la determinacion de ios limites. 34, CLASIFICACION DE SUELOS EI método directo para resolver un problema de inge- nieria de suelos consiste en determinar primeramente la propiedad conveniente del suelo, utilizando més tarde este valor en una expresién racional para obtener la respuesta al problema. Ejemplos de este método son: 1. Para determinar Ia velocidad con que circula el agua a través de una muestra de suelo, se mide la permea- bilidad del suelo y se utiliza este valor junto con ‘una red de flujo y Ia ley de Darcy para resolver el problema, . Para el cileulo de tos asentamientos de un edificio, se mide la compresibilidad del suelo y se utiliza este valor en las ecuaciones basedas en la teoria de la cconsolidacién de Terzaghi. 3. Para el calculo de Ia estabilidad de un talud, se mide Ia resistencia al corte del suslo, entrando’con ese valor en una expresiOn basada en las leyes de 1a tan ‘muy ities para la identficacion y claifieacién de stitica. 100 sco my Montero sea 80 400 aor) / gs00 7 2 7| | $ xo z / | “eZ be wea |Z _ arin a Q 10 ° © 00 Frain win (<21) 6) Paci lon (21) 6) @ : o Fig. 35. ,Relacin entre el indice de plasticidad y le fraciGn arcilosa. Los nimeros entre parénteis elon lo "aetvidad dels arcs. (Seguin Skemoton, 1923), SO}NS aP WHEY ep operyTUN wuss “s'¢ HIQCL, 2 fi a 48 La naturaleza de! suelo | i ‘Tabla 3.6 Componentes y fracciones del suelo i Fracain 3] 5, : ; | set]? 4] sinhaio | Granalmelri y dowtpctia find bs propcaes | Biowses | Notay | Rotonsadon s nelonn trmador por | ow Waguesy bole mn clonsnan may epi wads i Toca dias gan tao y dime | par trap tastes ¥ pre esl aude, (nro ‘eo spesie #30 om ‘ono. beta as tamdta ype a, prota en os | Scpbton nate aeons nj odd B a cts Lande pasa b oes, ol] No tay | Redondeatos anzulosm,procedetes i e ross aun dunes msi me 4 fora 30cm pero spec a 3 em. | _ [om | aiden + sgn, pedo & [Ta pam ; 3 toes dues; sue por et aie de SY | MAS acpi nang em prado roten Ht No. # | i (G62 my ye tetondepoccttamiz | fy daain aan) fo crepe an cambio she | 5 Nova 76mm) Shae pede Son tks de compa, roan i| an Entre fos tnices 703A" (REA TD] ovo sets pore humeda yo stn ses bs : Ea {faa av pa lon i sabi femte jo 2) i Tale To GRIST" Nar 4 Dm] sm Yas ote srotn Y 2 tabaon ge i Deseeay iS ony, Lay stems y pase ben gues on gone tents mcnoe permeabls'y i ein qe agen et rea 5 | Redondsads a angus, proceente de | enemente padutes (galometauniome) ta esl ‘ocy dar pupae Not | ‘ad he parcls face aumento Herma xa (16 mye wlciss por tmie | La aren fin ire oe eateries proxinas 2 S6/200'0 074 mm Giamuye su pomesbd 9 rouce 5 | arb huneded | Goes Tenics No 210 f Media ‘Tamices No, 10 a 40 L Fina “Tamices No. 40 a 200 : Time “| Panticulas que pasan por ol tamiz No, | El lime es inesable por su propla naturaleza, particolormente "200 (0.07 mm), Wentieabler por su | cuando aumenta la humedad, con tendencis 4 Mur cuando Comportamicnto: es decir, yeramente | est saturado. Es retivamente impermeable, ditell de com: plisticas o sin plasicidad cualquiera | paciar, muy susceptible a la yecion de fs heada, feilmente {gue sca la inimedad y con escysa 0 | efosionable y sujeto a ks fubifleacin y ebulliciSn, Los granos ful resistencia} seers al are 3 anos lajor ‘Avila © | Pursculas que pasa por el tmiz No. | La carcteristica diferenciante de la arc esta cohesibn 0 re "200 (0.074 mm) Identificables por si | sstencia cohesiva, que aumonta al disinuir ta humedad. La comportamicnto: es decir, puede con- | permeabilidad de la arcils es muy baja, es dificil de compa Segue que presenten propiedades de | tar en estado hnimedo e impoable de drenar por métodos Plesticidad dentro de una ampa | ordinarios: compactada es rexistente a fa erosion y a ta (ui Fama de humedudes ) posean consi | Hleaién, no es siseepUble a hinchamientos por efecto ds ta erable resistencia al cease a ar. helada, Esti Sometida a expansion y retraccion con ls varia~ ciones de humedad. Las propiedades dependon no sito del famano ¥ forma (pirticolar laminadas,ljosa), sino también por su somposicion mineral, cs decir, el tipo de miner Erailoso y ef medio quimico © la capscidad de intereambio {Gnico. En general el mincrat azcilloro montmoriinita tiene ciimayor efecto sobre ls. propledades, slendo este efecto minim en el cao de fe dite 1s caolinita ‘teva O | ater orginica de divesos tamafiog y | Ta promndia de materi ompinica incluso en cantidades modera. orzinica Mn divenar fuser de deseomposcion. | das hace aumentar la compresblidad y reduce Ia estabilidad {de las Traceloncs fina del sus. Puede descomponerse crean- do vaciory haciendo variar ls propiedades de un suelo por altercibn quimicr por lo cual los sielos orginicos no son adocuados para usosingenctles. Sn Wage, 1951 ae ‘Sexin Wane 757 acions extn de acerdo con el Sistora Unieado de Clsiicacibn, Para Menticacin de campo s pone que Nae Lr bl ae mts No. S00 sdf como sl minima Tanai det pro qe pede 1 pags (6m) eae 3 mz No onc lin cour ca orn: elg el az No. 10 dio a spr De de Ee Ne 40 ip pore nine Aeros terion see ad ul qe pun porch fie het Re Frais fins 5 3 a 3 e : HE i a i i aap seep | ation mero tmp end ep ood sept as seve] cmap | mmo | seen |p saree ee sme) ome | sama | setae | deme Smabes | siqoowredyeace som | om | some | mmtye| 20 sac | sooo |< mane | pens | ap sean | som | mtu | seemine | ap a oe | om | arte | seman | og srt aa | semen a wae] ns wean | sion | ome | emt | gp —— sn i set te, wore] erwin | momoes | atm | ag st svn | FE | amen | 59 vente | wo | somnta | o semomin | sama | Sermtans| 40 storming | pee, | eet | ae see | SRS SERS) tas evap ‘opera | ‘Sioegures “opts ua ores ae i nt = =e onthe m= a soot | an =, og "uoquafur ap seaqo us souopeoyde ksopepaidong “Ce ge 50 La naturaleza del suelo La medida de las propiedades fundamentales de un suelo, como la permeabilidad, Is compresibilidad y Ia re- sistencia, puede ser dificil, caro y requerir mucho tiempo. En muchos problemas de ingenieria de suelos, como el proyecto de pavimentos, no se dispone de expresiones ra- Gionales. para analizar la solucién numéricamente. Por estas razones, puede ser muy stil diviir los suelos en gru- pos con comportamiento semejante. Es lo que se denomi- nna clasifcacién de suelos. La clasificacién de suelos consiste, pues, en incluir un suelo en un grupo que presenta un comportamiento se mejante. La cortelacion de unas ciertas propiedades con tun grupo de un sistema de clasficacién suele ser un pro- ceso empftico puesto 2 punto a través de una experiencia considerable. La clasificacién de suelos permite resolver ruchos tipos de problemas sencillos, y sirve de gufa para preparar el programa de experimentacion, si Ja dificultad e Importancia dol problema sequiere una investigncin més profunda. La mayoria de las clasificaciones de svelos utilizan pruebas muy sencillas, de tipo indicativo, para obtener las faracteristicas dol suelo. nevesarias para asignarlo a un doterminado grupo. Evidentemente una clasificaciéa de suclos pierde su valor si las pruebas de partida resultan iis complicadas que la neceseria para medir directamente {a propiedad fundamental que se desea conocer. Las carac- teristicas utilizadas mds cortientemente son la granulo- smetriay la plasticidad. Como las clsificaciones de suelos se han preparado para servir de ayuda en la resolucién de problemas, han furgido clasificaciones adaptadas a muchos tipos de pro- blemas. ASf pues, para su utilizacién en problemas de flujo y filtracin, os suelos se clasifican segéin su grado de permeabilidad, siendo ésta elevada, media, baja, muy baja © pricticamente nula. El Cuerpo de Ingenieros del Ejér- cito de los EE. UU., ha desarrollado una clasificacion de Susceptibilidad @ la helada en la cual, partiendo de la gra- nulometrfa, se puede clasificar un suelo en calegorias fegin su comportamiento frente ¢ la helada. El Bureau of Public Roads ha preparado una clasficacién de los suelos utlizados en la construcci6n de earreteras. Tanto el Cuer- bo de Ingenieros como la FAA® han desarrollado clasifica Giones para la construccién de pistas de aeropuertos. En 1952 el Bureau of Reclamation y el Cuerpo de Ingenieros prosentaron un “sistema unificado” destinado a servir para {Todos los problemas de ingenierfa en Tos que intervinieran ssclos. Esta clasificacién se presenta en las tablas 3.5 y 3:6. La tabla 3.7 da indicaciones generates sobre la per meabilidad, resistencia y compresibilidad de diversos tipos de suelos de cada grupo para su empleo en presas de tie- ‘ra, canales, cimentaciones y pists de aeropuerto. ‘a clasificacin de suelos constituye una ayuda valiosa para el ingeniero. Le da indicaciones generals, transfor- nando de manera empitica los resultados de la experien- fda de campo. Sin embargo el ingeniero debe ser precavido al uilizar ls clasificaciones d= suelos. La resolucién de problemas de flujo, assntamionto o estabilidad Gnicamente 2 partir de clasifcaciones puede levarle a resultados desas ‘rosos. Como s indicard en capitulos posteriores, las + FAA = Federal Avintion Agency. Organismo del Gobierno norte Zmericano ue intervene en la construccion de acropuertos cvs. ‘correlaciones empricas entre las propiedades caracteristicas y el comportamiento de un suelo pueden presentar gran- aes dispersiones. 3.5. RESUMEN DE PUNTOS PRINCIPALES 1. Bxiste un gran ndmero de magnitudes (dadas en la Fig. 3.1) que sirven para expresar las relaciones en tre las fases de un elemento de suelo. Estas magni- tudes constituyen una base esencial de la mecdnica de suelos. 2. EI grado de compacidad de una arena se expresa por su compacidad relativa, la cual constituye un indi- cador muy seguro del comportamiento de este suelo. 3. La distribucién granulométricay los limites de Atterberg son pruebas muy tiles para la clasifics- cidn de suelos. Como Ia realizacién de estas pruebas, implica la alteracién del suelo, 1os resultados no son. indicativos del comportamiento del suelo inalterado in sit PROBLEMAS 3.1 Cuatro: muestras de suelo, con una relacién de vacios de 0.76 y un peso especifico relativo de 2.74, tie- nen grados de saturacion de 85, 90, y 100%. Determinar 1 peso especifico 7¢ de cada una de las custro muestas. 32 Un metro eibico de suelo en su estado natural pesa 1.81 ton; después desecatlo pese 1.54 ton. El peso espe- cific relativo del suelo es 2.70. Calcular el grado de turaciéa, relacién de vacfos, porosidad y humedad del suelo en su estado natural. 3.3 Un recipiente con suelo saturado pessba 113.27 or antes de colocarlo en una estufa y 100.06 gr después do secarlo durante una noche. EI recipiente pesa 49.31 gr el peso espectfico relativo del suelo es 2.80. Caleular la re- Tacidn de vacfos, la porosidad y Ia humedad de la muestra orignal de suelo. ‘34 Un. suelo saturado tiene un peso especifico de 1.92 ton/ni? y unahumedad del 32.5% . Calcular la relacion de vactos y el peso especifico relativo del suelo. 3:5 Una muestra de arena seca con peso especifico de 1.68 tonjin® y tn peso ospectficorelativo de 2.70 se expone ‘la Iluvia. Durante Ia Hava el volumen de Ta muestra per tanece constante pero su grado de saturacidn aumenta al 40%. Calcular el peso especifico y la humedad del suelo, ‘modificados por efecto de ta luvs. "36. Calcular el peso especifico sumergido de cad na de las siguientes muestras de suelo saturado: 42) Una arena Timosa de peso especifico total = 2.10 ton(m? 'b) Una arcila magra, de peso especific total= 1.95 ton/m? 2) Una arcila mity plistica, de peso especifico total = 1.70 ton/m?. ‘Adéptense valores razonables sobre 10s datos adicionales ‘que puedan necesitarse, “37 Para un suelo con un peso especifico relativo de 2.70 preparese un grico en el que el peso especific total Go grlem’ con una variacion desde 1.0 a 2.5) se repre: Sente em ordonadas y la relaci6n de vacios (variable de 02 A Caracteristicas de los conjuntos de particulas 1 Groal Awa Lima ea] Ws Fa} am z2 zz z 2 gis g 2.22 F233 2 $@e ¢)5 §) = ) T | | | | 7 | | | oil | | oi | ) | 20} - 1 444 | | 4 I I Sore ae a ee 0 aot Dun fo Fig. P30 4 1.8) en abscisas. Represontar los puntos correspondien- tes a porcentajes de saturacion de 0.50 y 100 %. 3.8 Demostrar la relacién Gw 39 Una muestra de particulss paralelas de caclinita (on el tamaio indicado en la Fig. 5.6) se satura. La hhumedad es del 30%. Cust ser ln separacién media entre las particulas? 3.10. Bl aniliss granulométrico de un suelo ha dado los siguientes resultados: Tamiz 3" 2" 1" ap" #4 #0 Porcentaje 100 95 HSS que pasa Tamiz #20 #4060100 #200 Porcentaje a mepe | * 2 mt 9 a) Representar la distribucién granulométrica de este suelo en el grifico de la Fig. 3.10 y clasificar el suelo segiin la escala que aparece en la figura. 'b) Comentar la idoneidad de este suelo como material de drenaje en el trasdés © respaldo de un muro de reten- Indicaciones, a) Utiizar las tablas 3.5 - 3.7 para prever si el suelo seri 0 nd permeable, apto para utili zarlo como material de construccién, etc. b) Un cono- cido criterio respecto a a susceptibilidad frente a la hhelada es que el porcentaje inferior a 0.2 mm debe ser menor del 3% para que un matetial no sea sus- ceptible 2 la helada. 3.11 Demostrar que la identidad dada por la Be. 3.1 es comrecta. CAPITULO 4 Caracteristicas de las particulas de un suelo ‘Una muestra de suelo esté formada por un conjunto de ‘muchas particulas individuales y por el aire 0 agua que rellena los huecos entre ellas. En este capitulo examinare- soos as camcteriteas dena parol individu de 4.1 MORFOLOGIA DE UNA PARTICULA DE SUELO Tamaiio EI tamafio de una partfcula que no tenga forma esfér- ca 0 cibica, no puede definirse univocamente por una simple dimensién lineal. El significado del “tamaiio” de- pende, por tanto, de la dimensién medida y de la forma de medicién, Métodos habituales para Ia determinaci6n de Jos tamafios de las particulas de un suelo son el andlisis granulométrico por tamizado para particulas de tamaho Superior a aproximadamente 0.06 mm y el andiisishidro- rmétrico' 0 por sedimentacién para particulss mis pe- ‘quetias. En el anilisis por tamizado, las particulas de suelo se hacen pasar mediante sacudidas por las aberturas cua- dradas de una malla o tamiz. de tamafio especificado. Ast pues, el “tamafio” de una particula superior a 0.06 mm se basa en la dimensién lateral de un orificio cuadrado en un tamiz. En el andlisis por sedimentacién, el “tamafio” de ‘una particu es el didmetro de tna esfera que se deposita en el agua a la misma velocidad que la particula consi- derada, 'E] tamafio de las particulas de suelo varia desde 1X 10% mm, es decir, 10 A, hasta los bloques de roca de varios metros de espesor, en una escala desde 1 hasta ras de 1 billén. La gran magnitud de esta escala puede apreciarse mejor teniendo en cuenta que la relacién entre tuna canica y la tierra es también de 1 a 1 billén. Para describir el tamafio de una particula de suelo, po- demos citar su dimension o aplicarle un nombre que se haya asignado arbitrariamente a una cierta gama de ta- ‘mafic. La tabla 4.1 da une serie de nombres con la gama de tamafios correspondiente (adviértase que en la tabla 4-1 se dan ademds, entre paréntesis, otros valores numéri- ‘cos también utilizados). La palabra “arcilla” se utiliza también para describir suelos de grano fino con cierta 1 Los detalles de estos métodos se dan en Lambe (1951). 53 ‘Tabla 4.1 Designacién de las particulas segin su tamafo Bloques > 30cm Bolsos(bolos) 15430 om Grave 2.en (6 4.76 mm) 150m arena 0106 (6 0076 mms 2.0% (64.76 mn) Line 0,002 20.06 mn (60074 me) ‘arin * <0 men plasticidad, como.ya se ha comentado en el capitulo 3. Puede evitarse esta confusién empleando la denominacién “fraceién arcillosa”.-en Tugar de ‘simplemente “arcilla”. para denominar las particulas inferiores a 2u. En la Fig. 4.1 se representan los tamatios de diversas pparticulas y los campos de aplicaciin de algunos métodos de apreciacién de estos tamafios. En la cabecera de Ia Fig. 4.1 se muestra la clasificacién por tamafios mis emplia~ mente utilizada. A la vista de esta figura puede obtenerse tuna idea de conjunto sobre los tamafios de las particulas y su determinacion. Forma de las particulas, En Ia seccién anterior ya se ha advertido que el ta- mafio de una particula slo puede expresarse por un mi ‘eto tinico cuando la particula es regular, es decir de for- ma cibica o esférica. Este caso no queda muy lejos de la realidad cuando nos referimos a particulas de suelo del tamafio de los limos o mas gruesos, pero es totalmente inaplicable para partfculas arcillosas. Esto se aprecia en las Figs. 4.2 y 4.3, donde aparecen particulas de.arena, y en a Fig, 44 que muestra particulas de arcilla. Las partfcu- las laminares, como las de mica, pueden presentarse con tamafios de limo'o aiin mayores, mientras que en las frac ciones arcillosas las particulas tienen formas como las de las Fig. 4.2 y 43. Sin embargo, en general, la mayoria de las particulas del tamafio del fimo o fracciones mis grue~ sas suelen ser de formas bastante regulares mientras que las de la fraceidn arcillosa tienen dimensiones muy dife- rentes. La forma més comin de las particulas arcillosas es Ja de laminilla aplanada, como se aprecia en las particulas de caolinita e ilita que’ aparecen en Ia Fig. 44. Sin em- 54 La naturaleza del suelo — Ta as Las [Fant aaa hess [Fa Wyo ae | we Oe | OR HE oni ‘+< Espesor de te capa de caolinita [etapa da coped ta [caper d cape de montnooia ie de moter de = Lint dee Lind ial a Rete os Lined on 1h tite tt mista ened petite se | tampon i ori de one Toni - Adis oreo centpite esos [ fesse tT a 1 1 7 7 7 1 ™ vw tome me i ut a Fig 1. Tomato. ‘argo también se encuentran particulas cilindrcas y pris- imiticas en los suelos, generalmente en la fraction ar- «illosa. Al estudiar las rocas, los ge6logos describen las formas de las particulas empleando términos como disco, esfera, hija, barra, etc. segin las relaciones entre las dimensiones. Por el contrario, el ingeniero civil suele encontrar poco prictica la ceracterizaciOn numérica de Ia forma de las par- ticulas, debido a los pequefios tamafos con que trabaja normelmente. Redondez, textura superficial y color EI grado de redondoz hace referencia a la agudeza de los bordes y cantos de una particula. La Fig. 4.5 sefala 5 sgmados de redondez. Las caracterfsticas secundarias de la superficie de una particula independientements del.tamafio, forma o grado fe redondez, se denominan “textura superficial” de la particula, Para descrbir esta textura se utiizan términos ‘como pulimentada, lisa, rugosa, estrada, mate, etc. I color es una caractristica muy util para el gedlogo {que trabaja en mineria, aunque es de escaso valor para el Ingeniero de suelos. Sin embargo, éste utiliza frecuente- mente el color para describir un conjunto de particulas, por ejemplo la arcilla azul de Boston. Las descripciones de colores deben utilzarse con cuidado ya que el color de una masa de suelo puede variar con la humedad 0 con Ia composicién quimica. Ts particulas de suelo de las Figs. 4.2, 43 y 44 is- tran varias caracterstoas morfol6gias. Los granos de arena de Otawa y Raguba son redondeados y de aspecto rate, Las particulas de arena formadas por trituracién de grandes bloques de roca (Fig. 424, ¢ y f), tienen cantos Wivos ¥ esquinas, y sus superficies no estin estriads, rayar das o sin bill En las fotografas de la arena de Venezue- la puede advertise que la compresion bajo elevadas pre- sionss piede causar una degradacién considerable de las particulas. La arena natural de Venezuela (Fig. 4.24) tenia un 4% de particulas inferiores a 0.074 mm mien- ‘ras que, después de someterla a compresion (Fig. 4.21), el eee oa 20 ‘Todas las arenas de Libja de la figura, excepto la arena 4de Raguba, son de localidades proximas al mar Mediterrd- neo y contienen un 70 a 90% de carbonatos. La arena de Raguba procede del desierto, a 160 km de distancia del mar, y se compone de cuarzo en un 98%. Las arenas de base carbonatada, especialmente las de la Fig. 43a, pre- sentan un elevado grado de agregacién (es decir, cements- cién de las particulas), como puede advertise. Esta ce- ‘mentacién influye inevitablemente sobre el comports- miento del suelo, Por ejemplo, tas pruebas realizadas sobre muestras inalteradas de arena presentan una clara variacién del comportamiento esfuerzo-deformacion con el tiempo. Sin embargo, las prucbas realizadas sobre mues- tras reconstituidas en las que se habia destruido la cemen- tacién mostraron una dependencia del tiempo mucho ‘menor. a particula de caolinita de Ia Fig. 44 tiene una lon- gitud de aproximadamente Iu y 0.08u de espesor. Pueden verse otras particulas més pequefias de caolinta encima de fa grande. La superficie de la particula de caotinita apare- ce lisa a una escala de probablemente 100 A. Las particu- las més pequefas. de arcilla (montmorilonita) pueden cexistir, y de hecho existen normalmente, en laminillas de solamente 10 A de espesor, siendo lisas en la extension de un angstrom. 42. COMPOSICION DE UNA PARTICULA DE SUELO El estudiante que se inicia en la mecdnica de suelos suele razonar con aparente légica que la composicién de las particulas individuales de un elemento de suelo consti- tuye una caracteristica importante del mismo. Esta creencia es falsi en cuanto que existen muy pocas relacio- Caracteristcas de las particulas de un suelo 55 de Otmwo, 042 20.84 mm. b) Arena de Oran, 0.19 2042 mm. cl Arena de Otawe, 0.13 30.19 mm. oe oe sales de cusrzo, 0.19 2 O42 mm. #] states de dolomita, 0.19 a 042 mm. g) Arane de My 'Arona de Veneausle (arena h comprimiga bajo 1,400 kglem*) (Seqin Roberts, 1964.) Fig. 4.2 Particules do arena. a) Arena 1d Critales da fldespato, 0.19 a 042 ‘laya de Hawa. f) Arena de Venezvels 56 La naturaleza del suelo SA PON ARS I | | | Caracteristicas de las particulas de un suelo $7 Fig 4.4. Particular de acl res titles entre la composicién de un suelo y su compor- tamiento. Por otro lado, tal creencia es cierta en lo que se refiere a un conocimiento fundamental del comportamien- to del suelo. La naturaleza y disposicién de los étomos en una particula de suelo, es decir su composicién, tiene una considerable influencia sobre la permeabilidad, resistencia y transmisiGn de esfuerzos en los suelos, especialmente en los de grano fino. Existen ciertos minerales que pueden conferir propiedades no usuales al suelo que los contiene. _Ejemplos de ellos son 1a montmorilonita y la haloisita. La ‘montmorilonita puede hacer que un suelo sea muy expan- sivo, miontras que Ja haloisita puede dar lugar a que un suelo tenga un peso especifico muy bajo. Estas y otras relaciones entra Ia composicién y el comportamiento de un suelo se citan en capitulos posteriores. Asi pues, el estudiante necesita conocer la composicién de un suelo si quiere entender los fundamentos del comportamiento de la arcilla y en particular la variacin de este comporta- miento con el tiempo, la presién y las condiciones exte- riores. Al explicar el comportamiento del suelo, en capitu- los posteriores de este libro, se hard referencia al material presentado en el resto de este capitulo sobre Ia compo- sicién de un sueto. Una particula de suelo puede ser orgénica 0 inorgénica: Se conoce muy poco sobre la composiciOn de los suelos orginicos; de hecho, en el presente estado de conocimien- tos, el ingeniero no suele preocuparse de identificar los compuestos orgsnicos reales de un suelo. Existen suelos for- ‘mados totalmente por particulas orgénicas, como la turba 0 cel muskeg?, mientras que hay suelos que contienen algunas 2 FI National Research Councit do Canadé ha dedicado un Grupo al estudio det “muskeg"” durante numerosos aos. Las diver Sas Memorias de las Conferencias de Investigacion sobre el Muskeg. Patria por el NRC consituyen una excelente ent de infor Inacién sobre este terreno 3 4) Caolinita (Lambe, 19511. 6) Nita (Fotos de R.T. Martin, M. LTA. particuls onginicas y algunas inorgénicas, como el “limo orginico”. ‘Una particuta de suelo inorgénico puede ser un mineral © una roca. Un mineral es un elemento 0 compuesto quimico presents en la naturaleza y formado por un pro- eso geolégico (es decir, tiene una composicién quimica expresable mediante una formula). Una roca es el material sélido que constituye la corteza exterior de la tierra y esté formada por uno o mas minerals 0 erstales. En el resto de este capitulo se exponen algunos prin- cipios de mineralogia, describiendo algunos minerales de interés para el ingeniero de suelos. La finalidad de esta presentacién es introducir al lector al conocimiento de la naturaleza y disposicién de los étomos en las particuls de suelo, de forma que pueda comprender por qué algunas particulss son laminllas tipicamente activas y otras, for madas por grandes granos, de dimensiones aproximads- ‘mente iguales, son relativamente'inerts. Para un estudio detallado de mineralogia el lector puede consultar trata dos dedicados totalmente a este tema, como los de Grim (1953), Dana (1959) y las Memorias del Congreso Nacio. nal sobre Arcillas y Minerales Arcillosos? (Proceeding of National Conference on Clays and Clay Minerals) Los minerals han sido clasificados segin la naturaleza de Ios stomos y su disposici6n. La primera clasificacion comprende grupos como carbonates, fosfatos, éxidos y silcatos. Esta elasificacion tiene un valor limitado para el ingeniero civil ya que los minerales més abundantes importantes son los silicatos. De hecho, si se amontonaran todos los suelos del mundo, el 90%, del peso del montén se deberta a ls slicatos. 3 ‘Se pueden soicta ala Oficina de Publicaciones de Ia Acade mia Nacional de Ciencss, Nationa Research Council, 2101 Consti- tution Avenve, Washington. 25, D.C. 58 | La naturaleza del suelo > D E ‘jemplos de las distintas clases de redondez. A, angulos angulosa; C, subredondeads; E, muy redondeada Fig. 45. Grado de redondez dos particulas [Fig. 24 de Sedimen- {ary Rocks (1940) por FJ. Pettjohn, con autorizacin de Harper &” Rom, Esitores| sub. La tabla 42 (pig. 63) muestra una clasficacién de los silieatos de acuerdo con Ia disposicién de los étomos en el ‘mineral. Esta clasificaci6n tiene gran mérito por diversas razones. En primer lugar, constituye una agrupacién bien Sefinida ya que s6lo existe un silicato conocido (vesubia hita) que podria clasificarse en més de un grupo. En se~ gundo lugar, existe una relacién entre Ja disposicion atémica en tn mineral y sus propiedades fisicas, Spticas y quimicas. ‘Los suelos proceden generalmente de 1a descompo- sicién de las rocas, por lo cual los minerales més abundan- tes en los suelos son los propios de las rocas y aquéllos més resistentes ala meteorizacién fisica 0 quimica. Los rminerales de estructura en capa o reticulo son por tanto qos constituyentes més abundantes y comunes de los sue~ los. ‘Unidades estructurales bésicas Bl estudio de la estructura de los silicatos puede facili. tarse “construyendo” un mineral 2 partir de ciertas estruc~ tturas basicas. Este método resulta muy pedagogioo ¥ no quiere decir necestriamente que sea cl método segin el {ual se ha formado el mineral en la naturaleza. Las estruc~ turas expuestas en este capitulo son entes ideales. Bt cris- tal tipico de una arailla es una estructura compleja semejante al esquema idealizado, pero presentando gene zalmente substituciones irregulares ¢ interposiciones entre capas. La Fig. 4.6 muestra un grupo de unidades bésicas. El tetracdro oxigenosilicio esté formado por 4 étomos de ‘oxigeno unidos a un étomo de silico, formando la unidad que aparece en la Fig. 4.62. Los étomos se han dibujado a scala partiendo de los radios, medidos en angstroms, que aparecen en Ia Fig. 4.6h. Las valencias elctricas correspon: dientes se indican en la tabla, a la derecha de cada unidad. La Fig. 4.6¢ muestra el octaedro de aluminio y la Fig. 4.6d el octaedro de magnesio. Combinando los tetraedros de silicio se obtiene la capa o kimina de silice que aparece fen la Fig. 4.6e. Combinando los octacdros de aluminio se obtiene la gibbsita (Fig. 4.6f) y combinando los octaedros dde magnesio la brucita (Fig. 4.6g). El examen de las valen cis sefialadas en la Fig. 4.6 muestra que el tetraedto y los dos octaedros no son neutros eléctricamente y por lo tan- to no pueden existir como unidades asladss. Sin embargo la gibbsita y la brucita son eléctricamente neutras y exis- ‘en en la naturaleza como tales. Estructuras de dos capas, ‘Si colocamos una unidad de brucita sobre una unidad de silice obtenemos la serpentina, como indica la Fig. 4.7. Esta figura muestra tanto la estructura atémica como 1a representaci6n simbélica. Combinando de manera semejante la gibbsita con la silice se obtiene la caolinita (Fig. 4.8) Una particula mineral real no esti formada general- mente por s6lo unas pequefias eapas bésicas, como indican las estructuras simbdlicas de'las Figs. 4.7 y 48. Por el contrario, un cierto niimero de capas estén colocadas unas encima de otras para formar un cristal real; I particula de ceolinita que aparece en [a Fig. 4.4 contiene aproximads- mente 115 unidades de dos capas. La unin entre las tunidades bésicas bicapa est formada por enlaces de hidro- geno y fuerzas de valencia secundaria. En la formacién real de los silicatos suele ocurrir fre- ‘cuentemente el fendmeno desubstitucién isomorfa. La subs- titucién isomorfa (es decir “de la misma forma”), consiste en el reemplazamiento de un tipo de étomo por otro. Por ejemplo, uno de los lugares ocupados por un atomo de sii Go en la Fig. 48 puede ser ocupado por un atomo de faluminio, Este ejemplo de substitucién isomorfa podria producirse si en el punto de formacién del mineral se dis- pusiera més ficilmente de un étomo de aluminio que de tin dtomo de silicio; por otro lado, el aluminio tiene unas ccaracteristicas de coordinacion bastante semejantes 2 las {del silico, por lo cual puede ocupar la posicién de éste en Ta estructura cristalina, La substitucién del aluminio que tiene valencia +3 por el silicio de valencia +4 tiene dos efectos importantes: 1. Aumento de una carga neta negativa debida ala subs- tituci6n. 2. Una ligera distorsion de la estructura eristalina por ro ser los iones de idéntico tamafio. I significado de la carga neta se comentari en el capi- tulo 5. La distorsi6n tiende a coartar el crecimiento del ‘rstal, limitando asf el tamafto del mismo. En la caoti- ita existe escasa capacidad de substitucién isomorfa, siendo una de las posibilidades la substituci6n de un étomo eke a cethi A AMERCER Ee a: eR acm! Caracteristicas de las particulas de un suelo 59 bo -2 0H ~3 1s +4 LA 43 3-0 ~6 30H ~3 @ o o }s-0n 3 1Mg +2 3 @ 40-8 es46 60-12 © ae 6-H en 42 Tepe )6-OH ate 57 e o* | ie oO eon 6 for | ie | @ omy oz [He | om | @ a @ ® Fig. 4.6, Unidades estructuraes biscae tlic. c) Octaedro. de. alumino 1) Ginbste. 9) Brusts. 4e silicio por uno de sluminio en 1a capa de silice del ‘mineral. Para explicar la carga de la caolinita basta con ‘una substitucién cada 400 iones de silicio. ‘Como la estructura bésica de la caolinita ests formada por una capa de gibbsita sobre una capa de sflice, este ‘mineral se denomina de dos capas 0 “bicapa”. La caoli- nita es el mineral més importante y mas comin de los sili catos bicapa encontrados por el ingeniero. La haloisita, {que tiene esencialmente In misma composicién y estruc- ‘ura que la caolinita, es también un miembro interesante ‘aunque poco habitual del grupo de los silicatos de dos ‘capas. La diferencia principal entre Ia haloisita y la cao- linita es la presencia de agua entre Tas capas bisicas de la haloisita, lo que da lugar a que ésta se forme en par- ‘ticulas tubulares. Estructuras de tres capas Los silicatos de tres capas (tricapas) se forman colocan- do una capa do silice por encima y otra por debajo de una capa de gibbsita o de brucita. La Fig. 4.9 muestra la estructura de la pirofilita formada por una capa de gibbsi- ta entre dos de silice. La Fig. 4.10 muestra Ia estructura de Ia moscovita, semejante a la pirofilita excepto por la “d)Octoedro de magnesio de los siicatos. a) yb) Tetraedro de 2) Biles, substitucién isomorfa de un étomo de aluminio por silcio en la moscowita. La carga neta negativa originada por esta substitucion se equilibra con iones potesio, que sirven para lunir los grupos de tres capas, como se indica en la estruc- ‘tura simbélica de la Fig. 4.10, Las estructuras de. tres capas més comunes en los suelos son la montmorilonita y ta ilita. La montmorilonita tiene una estructura semejante ala pirofiita con la excep- cién de que se ha producido la substitucién isomorfa del ragnesio por el aluminio en la capa de gibbsita. La Fig. 4.11 resume los silicatos de mayor importancia para el ingeniero civil. Reticulos tridimensionales EL cuarzo, estructura silicatada tridimensional, tiene tuna relacién muy baja oxigeno: silicio (2:1) como se in- dica en la tabla 4.2. Rosulta, por tanto, uno de los mine- rales més resistente a a meteorizacién. Los feldespatos tienen unas relaciones oxigeno: silico elevadas (2.7 a 4.0) y por efecto de la meteorizacién pueden transformarse en ‘inerales arcillosos. Como estos minerales son muy co- rrientes en la composiciGn de las rocas, especialmente el ceuarzo y los feldespatos, también abundan mucho en los 60 La naturaleza det suelo WYIYUYY Y 60H -6 6-Mg +12 “0 zon ~10 4S) +16 60 -12 @ cs) 8 @ Fig, 4.7. Estructura de to serpentine a) Estructura atémica. ) Representacion simbalics. WII Y oe are ers oe +2, 0 ee ae o a a Fig, 4.9. Estructura de Representaion simbslica, profits. 3) Estructura atémica. 6) GWY YY On = eal 412 5 oo, $e -10 45) 416 60 -12 @ —s 71 @ @ Fig. 4, Estructura de a caolinta. a) Estructura atémica, b) Re- pretantaién simbslia. eH 60-2 _ ee 3 Son - 4A +12 0 20H ~20 _ zy 4s © -2 Le st © g ¢ ® Fig. 4.10. Estructura de la moscovta. a} Estructura atémica. Reprosontscin simbotica. 6 “youuu ansonU959 2p SOVEOHNS “TTY “BH repunoas eouayeA Caracteristioas de las particulas de un suelo sowmay] 1 i ewnage | EK ea epeumdy | 1 1 spunaes uo vont | ES oom pasa a a ss eurepunoos woo oot @P 1 eget cl or epUnOS BUTE A te, (0%) espe 4L00=9'C isa0d ty . 1 S0=T woant ° 1 ss ‘BEEpuNses wrOUDT ewocnas eoaes| =o : 2. | et es (oH) ms 1100-3 a 7 epewndy | € Ge en ee ee — Hop som wood | say ‘uepunoos erouapea + = ws01q Wop on undue wunuodiag loepeuedy) 1 = enna | saronred | os ooyaup | aa ooriom | wou apenas (etmuasod | vononue mm Tear | SH | ered | sacs pany roa) wee comer — | s8h03 | optim ap | otnemosp | pope na ES ond | HUN semen | pean | nis cor eters aetna ony neem nme satan mt nin anette 62 La naturaleza det suelo “fuopoomenucg) -rewarey emyannse 9p SOre>KES “T1'P BL nig ap oor | 8yu0d ano speuidy] oc oz | ow | os | euepunoosemuapa | ‘oa is 10d iy 19 ; “ojquleo 2p = Pe 2 leonpusua) — 001 oot eet 008 ‘uo [op 20e]U9 + oa rssdy | = ‘uoRUON, vz 8 PO=1 upunoss USA = : geo op wpe tyee. [epeety | oot oor cer | 00g | wor op conju + 9.9 1 'ty 30d ayy = mopoURUOK, 1ero=P npunoes HOUTA, = = sap oon ayodieea | = . . | 001-08, BEEpUNses BIOUDT 2 wn COlhzs, {epewerty | se ost o sepunoes wiOuERE A ¥ \Peo/T ® poI/T =a] epeueidy ost ost i 00r-s ‘SW ap ooepre + quod eqns ‘wspunoas wrouayeA, Sy tod ‘ou TV TIMOR 2312p corn + rept _ epeueydy ors ost, ‘euepunses eyouaye A, 1s sod ty :MAOOSOW arrears: meinen NSS EN ee Ae eS Caracteristicas de las particulas de un suelo 63 Tabla 42. Estructura de los silicatos. No. de oxigencs| = saa Te EET meses | caus Wioeat EEE @ ® Pe Fig, 5.1, Fuerza ents particuts, a) Prticulas do suelo adyacentes. (8) Forza transmis 9 travée Gola superficie de as part eu 1 La superficie espeitica s2 define a veces como el szea por unidad de volumen. 65 66 La naturaleca del suelo Una partfcula de arcilla es un coloide debido a su pe- ‘quefio tamaio y forma irregular. Cuanto' mas pequetia es luna particula, mayor es su superficie especifica, como ‘puede verse en la tabla 5.1, Se aprecia en esta tabla que la Tabla 5.1 Area. Lado del Nimero Volumen Area oat abode pare total foal yohumen (em) onlay em?) (an) “fe 1 1 1 6 6 pai 108 1 60.00 6,000 Lmy=107 10% 160,000,000 60,000,000 superficie especifica aumenta de forma inversamente pro- poreional al tamafio de las particulas. Como puede compro- barse, la rlacién superficie-volumen de un cubo es 6/L y la de una esfera 61D. La gama de tamatios de los coloides se ha fijado més 0 ‘menos arbitrariamente en 1 mu, a 1}, como se indica en la figura 4.1. Por debajo de 1 mu se encuentran los diémetzos de stomos y moléculas. La mayoria de las particulas de ‘tamafo superior a aproximadamente 1: vienen influidas predominantemente por fuerzas de masa. También se ha propuesto una superficie especifica de 25 mt /g como limite {nfeior dela fraccién coloidal. Los principios dela quimica ‘coloidal son muy iitiles para entender el comportamiento de la acilla, Las particulas de limo o mayores tienen superfices espe- cfficas menores de 1 m? /gr, es decir, considerablemente in- feriores al Iimite inferior de la fase coloidal. La columna aque indica “superficie especifica” en Ia Fig. 4.11 da valores tipicos comrespondientes 2 las particulasarcillosas. Adviér- tase en especial la gran diferencia de superficie espectfica centre la caolinita (10 a 20 m* gr) y la montmorilonita (800 tn? [gr La enorme superficie especifica de la montmorilo- nita puede comprenderse si se tiene en cuenta que 6 gr de ‘montmorilonita tienen aproximadamente Ia misma super fice de un campo de futbol, o que solamente 12 gr de ‘montmorilonita bastarian para cubrit todo un campo de fitbol (para cubrir el campo se requiere 2X 6 gr ya que reas de ambascaras de las particulas de arcilla contsibuyen a la superficie espectica). ‘Una particula de suelo, en la naturaleza. atrae iones pera neutralizar su carga neta. Estos jones atrafdos, que se Inantienen con tun leve enlace sobre la superficie de la par~ ticula y pueden ser fécilmente substituides por otro, se de- nominan iones de cambio o jones intercambiables. La par- ticule de suelo con los iones de cambio es neutra. Nao.aa t (Abs oMB0 39S Fig. 6.2.” Féemula de ts molgoula © wnidad de montmerilonit. Peso molecular Al: 1,67 x 2697 = 450 Mg: Na: si: Carga negativa = 4 de equivalente electroquimico por 367 gramos/mol 0.333 equivalentes “36 ~ °° 00 gramos = 91 me/100 er Fig. 6.3, CSeulo de a carga negtiva neta. ara ilustrar la carga neta de una particula de suelo, consideremos tn cristal de montmorilonita de aproxima- damente 1000 A de lado y el espesor de una estructura ‘sca tricapa. La Fig 5.2 muestra la formula estructural de Ja montmorilonita. La carga neta negativa, de 1/3 de carga ‘unitaria, aparece equilibrada por un tomo de sodio. Como ‘convenio se representan los iones de cambio en las formulas estructurales por medio del sodio, aunque en las posiciones de cambio puede existir cualquier otro cation o una combi- racion de diversos cationes. El calcio es un catién de cam- ‘bio muy comin en los suelos. ‘La Fig, 53 muestra el edlculo del peso molecular de 1a ‘montmorilonita. Este peso, de 367 gr. y la carga negativa de 1/3 por molécula, pueden expresarse como miliequivalentes ‘por 100 gr de arcill, que se indican en forma abreviada por ‘mo/100 gr. EI edlculo de 91 me/100 gr como carga negativa {eotica 0 capacidad de eambio iSnico de la montmorilonita. Ta capacidad de cambio medida en Ia montmorilonita es sy préxima al valor te6rico de 91. “También se puede calcular teGricamente la superficie cespecifica y la superficie por unidad de carga de un cristal de suclo, Las Figs. 8.4 y 5.5 presentan estos cdlculos para tuna unidad de montmorlonita con 4 cationes de cambio en In capa de gibbsita, El valor calculadode 725 m*/gres proxi smo al valor experimental obtenido en la Fig. 4.11 de 800 1m? /g. (El valor de 800 mi? /gr se obtuvo en una prueba de Itboratorio en la que se deposit sobre el mineral una capa monomolecular de adsorbente). El valor de Ia carga neta por unidad de superficie, expresads en 1/A? es a “densidad Ue carga” del mineral. El valor te6rico de 139 obtenido en la Fig, 5.5 concuerda bastante bien con el valor medio (133) indicado en la Fig. 4.11 ‘Area de Ia unidad estructural = 92.6 A* Volumen de Ia unidad = 92 At x 10.4 = 463 AP 468 A2 x 10-em’A® x 2.16 grlom? a 10a 92.6 At x 10-7 mi/A* Superficie expetfca = = 1s miler Fig. 54, Ceuta de ln superficie espeetfcn, Carga negativa = ¥ por cada 2 cationes en la gibt. «Carga negativa =4 por 4 cationes (unidad de ta 49) Superficie de la unidad estructural ‘ie 2 (caras superior e inferior) x 8.9 A x 5.2 A = 92.6 At (9 y 5.2 son dimensiones deducidas de la estructura molecular) Suprfcie por unidad de carga negativa 926K? x § = 139. i Resulta asi una carga negative neta por 139 A? de super- ficie Fig. 55. Célculo de a superficie por unidad de carge negative 5.2 COMPORTAMIENTO DE UNA PARTICULA EN PRESENCIA DE AGUA Y JONES: Consideremos shora la naturaleza de una particula de suelo en el agua, ya que éste es el estado que suele interesar casi siempre al ingeniero civil. Para conseguir una vision més general partiremos de dos particulas tipicas de arcilla. La Fig. 5.67 muestra una particula tipica de montmorilonita, due es uno de los minerales arcillosos mas pequefios y més, susceptibles al agua; en la Fig. 5.6) aparece una particula tipiea de caolinita, uno de los minerales mayores y menos sencibles a la humedad presentes en la arcilla. La Fig. 5.7 muestra una parte de la superficie lateral de cada una de estas particulas de arcilla junto con las posiciones de los jones de cambio. ‘Las dos particulas tipicas de arcilla contienen aproxima- damente 14,000 iones de cambio monovalentes en la mont- ‘motilonita y, 4,000,000 de iones monovalentes en ta caoli- nita, La Fig, 58 contiene el célculo del némero de cargas negativas no compensadas, 0 nimero de iones de cambio ‘monovalentes, en la particula de montmorilonita. A efectos, ilustrativos se ha elogido aqui el sodio como ion de cambio. ‘Ast pues la particula de montmorilonita de la Fig. 5.6 po- dria evar 14,000 iones de sodio y la de caolinita 4,000,000. ‘Si se sumergen ahora ambas particulas de arcilla en agua, tanto las superficies minerales como los iones de cambio absorberin agua, es decir, se hidratardn. Al hidratarse, el ion de sodio aumenta unas 7 veces, como se ilustra en Ia Fi 5-7. Como se aprecia en los dibujos a escala, los iones de odio hidratado son demasiado grandes para disponerse en tuna capa monoiéniea sobre las particulas minerales, incluso teniendo afinidad quimica. En realidad, ls iones de cambio oO o Fig, 5.6. Porticuas de arcilla tipicas. a). Montmoritonita. 1000 AX 10K ae empezor. 6) Coctiita, 0,000 AX 1,000 Ade espesor. Presiones normales entre particulas de suelo 67 Fig, 5.7. Superfcie de suelos con fones de cambio. 2) Supeticie {Ge canna seca ones de sodio. 6) Supericie de montmoriloni- ‘2 lone de sodio. <) Hidratacin del ibn de sod. junto con su envoltura de agua se separan de las superficies minerales hacia posiciones de equilibrio. Estos iones, son atrafdos a la superficie del mineral para equilibrar la carga regativa existente en la misma; por otra parte, tenderin a separarse unos de otros por efecto de sus energias térmicas; las posiciones reales que ocupan son un compromiso entre ‘ambos tipos de fuerzas. Asi pues, cuando se sumergen en ‘agua las particulas, los iones se separan de su superficie para formar lo que se denomina la doble capa.* En la Fig. 5.9 se ‘miuestran las particulas de arcilla con las dobles capas com- pletamente desarrolladas, tal como se formarfan en agua ‘pura, La Fig. 5.10 reproduce en tres dimensiones las mismas superficies de la Fig. 5.7. A partir de la Fig. 5.10 se puede tener una idea de la separacién aproximada de los iones, hidratados en la doble capa. Estas separaciones representan lun miiximo ya que el medio fluido es en este caso agua destilada. La Fig. 5.11 muestra las dobles capas de las par ticulas de caolinita sédica y de montmorilonita sodica a la ‘misma escala de Ia Fig. 5.10. En la Fig. 5.11a se han re- presentado los iones en torno a determinadas superficies fn forma de cargas puntuales. La Fig. 5.116 muestra la 2 La teoria de la doble capa de Gouy Chapman puede utilizar- se para calcular la disribucton de lones on la doble capa (Wer Verwey y Overbeek, 1948). Particula de montmorilonita de 0.1 px O.1 x 10 A. Area de la particula 1000 A. x 1000A x 2 = 2 x 108 At Niimero de cargas negativas ve toe At 5 1 88 2x 10k At x eat 14.400 Fig. 5.8, Nimero de carga negatives de una partfela de mont: movin, 68 La naturaleza del suelo concentracién de iones de sodio en funcién de la distancia ‘Ia superficie de la particula. A una distancia de aproxi- ‘madamente 400 A que es el espesor de la doble capa, la Concentracién. de jones sodio es igual ala que existe en el agua interstical o libre. En la Fig. 5.1 se ha represen tado el potencial eléctrico en funcién de Ta distancia a la superficie. El potencial eléctrico es el trabajo necessrio ‘para desplazar tna carga Unitaria desde el infinito hasta el punto en cuestiGn, siendo negativo para las superfcies arcilloss. El espesor de las dobles capas es, por tanto, la distancia a Ia superficie necesaria para neutraizar la carga neta de la particula, es decir la distancia en la que existe ‘un potencial eéctrio, #1 agua de la doble capa estd sometida a una fuerza de atraccién hacia In particula de suelo ya que el agua es solidaria de los iones de cambio que, a su vez, resultan atraidos hacia la superficie del suelo, El agua también es atraida hacia Ia superficie mineral por otras fuerzas (la fuerza que existe entre el agua polar y las cargas eléetricas repartidas sobre In superficie de la particula, enlaces de hhidrogeno y fuerzas de van der Waals). Aunque existe controversia respecto a la naturaleza exacta del agua en fa inmediata proximidad a la superficie mineral, se suelo admitir generalmente que, por Io menos, las primeras capas rmoleculares de agua en tomo a la particula estén fuerte- mente atrafdas a fa misma, * Con objeto de ilustrar mejor la importancia de esta agua adsorbida, caleulemos para unas particulas de suelo tipicas el contenido de agua correspondiente una capa de 5A (aproximadamente el espesor de 2 moléculas de agua). La tabla 5.2, que es solamente aproximada ¢ indica frdenes de magnitud, ilustra la gran importancia del ta- imafio de les particulas sobre 1a cantidad de agua adsor ‘ida. Para aclarar el significado de estos resultados, con- sidérese que una arcilla iitica tipica en Ia naturaleza puede tener una humedad del 50%. Segin nuestros edleu- Tos, vemos que casi toda esta agua es libre, es decir no std fuertemente adsorbida por cl esqueleto mineral y por Tabla 5.2 aE Contenido de agus Superficie (para una specifica capa de S A) Particula (a fen) om) _ ee ‘Arena de 0.1 mm 0.03 15 x 10 Caolinita 10 0s Lita 100 5 Montmorilonita 1000 50 i 1 contenido de agua se caleulS en a forma siguiente Contenido de agua = (superficie especitice) X (espesor de Ia capa de agua) X (peso especifico del agua) Para Ia eaotinita, Contenido de agua = (10 m/g) x (5 x 10"! m) X (10 gim’) = 5 x 10-* 6 0.5% aE @ _ @ Fig, 5.9, Particulas de suelo con aque © jones. a) Montmerilonita sbdies.b) Caotnita sédic. tanto constituye una fase separada de éste. Por otro lado, fen muchas arcillas con elevado contenido de montmori- Tonita, puede ser bastante diffe separar la fase mineral de Ia acuosa. TExisten ciertos minerales del suelo que tienen capaci- dad para retener una cantidad relativamente grande de agua. EL mineral més comin de éstos es la halosita, que tiené una estructura rstalina semejante a la caolinita, como s¢ indicé en la Fig. 4.11. Debido a la capacidad de fa haloisita pare adsorber agua entre las capas de slce, los suelos que contienen este mineral pueden presentar una hhumedad elevada y una densidad muy baja. Las arcllas con halotsta se han empleado con éxito para micleos de pres, aunque, compactadss, sus pesos especificos secos Eran de slo 0.80 - 0.95 tim? (la mitad del de las acilas fommales) y las humedades del 30 al 50% (dos 0 més ‘ces la humedad habitual’ de compactacin de la aril). Varios ejemplos de este tipo han sido dados por Lambe y Martin (1953-1957). pee se ee) o Fig. 5.10. Suparficios de periculas con aqua © lone. a) Coons féaica.b) Montmoritonta s6die. @ |tettrte tt + Peepet e+ + ot o B Bitar semper OJ Distance 1 soperticie (3) —> aorta sea Fig, 5.17, Porticuas En la exposicién anterior, se eligié el sodio como ion de cambio, Los iones adsorbidos sobre las particulas de suelo pueden ser substituidos ficilmente, como se ilustra fen la reaction simbélica de la Fig. 5.12. La adicin de loruro edlcico a un sistema suelo-agua da por resultado la ‘ubstitucién del sodio por el calcio. La naturaleza del ion de cambio existente en la particula de suelo tiene una influencia importante sobre et comportamiento de! suelo. Teniendo en cuenta, por ejemplo, la tabla 3.4 adviértase ccémo los limites de Atterberg de la arcilla dependen en gran parte de la naturaleza del ion de cambio. ‘Una reaccién como la indicada en la Fig, 5.12, da por resultado una depresin de la doble capa en tomo 2 la particula de suelo, es decir, el espesor de la capa con agua fn tomo ala particula se reduce. Esta reduccién de la doble capa de la particula da lugar a una variacidn en las propieda- des dal suelo formado por las mismas. Existen principios ‘generales que controlan la velocidad y direceién de las reac- ciones de cambio. Estos principios tienen en cuenta la va- Tencia de Ios fones intercambiados, la concentracién de ca- tiones, ete. $3. LAS FUERZAS R’ Y A’ Si consideramos dos particulas arcillosas muy separadas fen un medio acuoso y las aproximamos, se alcanzard una separacién para Ia cual empiecen a ejercerse fuerzas mu- tuamente. Como cada particula lleva una carga neta ne~ gativa, amas particulas se repelerin por efecto de ta fuerza eléctrica de Coulomb desarrollada entre cargas del Na Na Na Na | [C Pitieis a) +cat Na Na No Na Presiones normales entre particulas de suelo 69 Isiset tt + Concataion ‘ite Dita 9 price Potne teres Distancia a pein @) — Montmoitonita sien ‘con dobles capas. mismo signo. Es la denominada fuerza R', Esta repulsion de las particulas de arcilla ¢s andloga a la que existe entre dos imanes cuando % aproximan los polos negativos de ambos (0 los polos positives). pos es Como Ia carga negativa de una particula de arcilla esta ‘equilibrada por los cationes de la doble capa, ambas par ‘ieulas comienzan a repelerse cuando entran en contacto sus dobles capas. La fuerza repulsiva entre particulas adyacentes para una determinads separacién esta, por tanto, directamente relacionada con el tamafio de las dobles eapas de ambas particulas y cualquier variacién en las caracteristicas del sistema suelo-agua que reduzca el cespesor de las dobles capas reduciré su fuerza repulsiva, para una misma separacion entre particulas. La Fig. 5.13 ‘muestra Ia influencia de diversas caracteristicas del sistema sobre el potencial eléctrico J, y por tanto sobre R’, para tuna distancia x a la superficie de la particula. ‘Ademds de una fuerza repulsiva entre las partfoulas de arcilla existe también una componente de atraccién A’ entre ellas. Esta fuerza de atraccién es la fuerza de van der Waals, 0 fuerza de enlace secundario que actiia entre ‘moléculas adyacentes. Esta fuerza atractiva entre particu las arcillosas es esencialmente independiente de las carac- teristicas del Muido existente entre ellas. [En este punto es conveniente distinguir dos casos: a) aquél en que la fuerza total entre particulas ¢s muy pe- ‘quefia, es decir, equivalente al peso del suelo contenido en tuna cazoleta ofdinaria; yb) el caso en que la fuerza total es equivalente al peso de un edificio o al de tres o més metros de sobrecarge de tierra, Fig. 5.42. Rascal do cambio ino. 70 La naturaleza del suelo EI primer caso se presenta en un suelo sedimentario de primera formacién, y cuyo estudio nos lleva a comprender cémo las particulas pueden disponerse en un deposito sedimentario. Este caso se estudia en la seccién 5.4. Basta ‘con considerar R’ y A’ s6lo de forma cualitativa El segundo caso es tipico en la pricticaringenieril, y su ‘estudio (ver la seccién 5.5) nos leva a comprender las fuerzas {que se transmiten entre particulas. Para este estudio sera necesatio considerar R' y A’ en forma cuantitativa 5.4 FLOCULACION Y DISPERSION ta resultante de las fuerzas de atraccién y repulsién centre dos particulas arcillosas ¢s de atraccién, ambas par- ticulas tenderin a moverse una hacia otra, entrando en contacto: es la floculacion. Si la fuerza resutante es re- pulsiva tenderin a separarse unas de otras: es la disper- sién, Como la componente de repulsién depende en gran parte de las caracteristicas del sistema mientras que la componente de atraccién no esté influenciada por las caractersticas dol mismo, puede provocarse una tendencia hacia la floculacion o dispersin al alterar las caracteristi- ‘as del sistema, modificando el espesor de la doble capa. Normalmente se provoca una tendencia a la floculacién ‘aumentando una 0 varias de las siguientes caracterfsticas: Concentracién de electrlitos. ‘Valencia idnica. ‘Temperatura. © disminuyendo una o mas de las siguientes: Constante dieléctrica. Tamafio del ion hidratado. Adsorcién de aniones pH La mayorfa de los efectos de la variacidn de las carac- teristicas del sistema sueloagua sobre la tendencia a la floculacién o dispersién pueden demostrarse con una sus- ppensién de suelo en agua en un tubo de ensayo. En cada experimento se emplea el mismo peso de particulas de suelo, La experiencia se iustra en la Fig. 5.14. ‘Los dos tipos de fuerzas entre particulas, comentadas hasta ahora, poseen dos caracteristicas importantes: 1. Se originan en el interior de los cristales minerales. 2, Pueden tener influencia en distancias relativamente grandes, por ejemplo varios cientos de angstroms. En las teorfas coloidales sélo se consideran los dos tipos de fuerzas citados. Existe también una clara eviden- cia de que otras fuerzas eléctricas pueden resultar muy importantes cuando la separacién entre particulas arcllo- sas s¢ reduce a distancias muy pequefias, como suele ser tipico de los depésitos de suelo con los que trata el inge~ nero civil. La fuerza mds importante no considerada por Is teorias coloidales es In debida a la carga neta positiva en Jos bordes de las particulas de suelo. Esta carga neta es pequefia respecto a la carga negativa de la particula pro- ‘ducida por la substitucin isomorfa, por lo cual desemperia tun papel secundario cuando las’ particulas adyacentes estén a una distancia de varios cientos de angstroms, Sin Concentra, © Concantecin, 42 Dawei pat, x —> © Vali, Z eid tania $—— Disanca at patios 2 > © | 5.13. Efectos de lo cambios en It propiedad del sistema obs capes a) Al vrir la concentration tnicamente. ) i constant deletes ‘embargo, cuando las particulas estin mis proximas, esta targa de borde puede dar lugar a un enlace borde-cara, centre particulas, de tipo electrostitico. En las experiencias representadas en la Fig. 5.14, los sedimentos floculados estaban formados por particulas, mutuamente atrafdas formando conjuntos sueltos. Las particulas sedimentarias que se repelen mutuamente pueden agruparse en disposiciones muy semejantes a los castillos de naipes. La Fig. 5.15 muestra algunas disposi- ciones de las partfculas en los sedimentos de suelo, Cusn- ido la floculacién es del tipo salino (la estudida por las teorias coloidales), existe un cierto grado de paralelismo centre particulas adyacentes ya que la atraccién entre par- ‘iculas es del tipo de valencia secundaria. En Ia flocula- cién borde-cara 0 de tipo no salino, las particulas tienden 4 orientarse perpendicularmente ya que Is atraccion entre tl borde de la particula y la cara de otra es electrostitica. Como se aprecia en la Fig. 5.15c, el sedimento disperso tiende a poseer particulas en disposicién paraela. 5.5. TRANSMISION DE FUERZAS A TRAVES DE UN SUELO La Fig. 5.16 muestra dos placas paralelas sobre las que se aplica una fuerza normal de 4.13 kg. Las placas son ‘cuadradas, de 2 em, de lado, y por tanto con un érea de 4/cm?. La presion normal entre ambas placas es la fuerza total de 4.13 kg dividida por el érea de 4 om?, valiendo por tanto 1,033 kglem? TIimaginemos que @ continuacién se recubre cada placa con una capa de montmorilonita sédica himeda, con las particulas oriontadas paralelamente a las placss. Para un Estema de particulas paralelas de montmorilonita s6dica Bolt (1956) obtuvo experimentalmente Ia curva que aparece en fa Fig. 5.16, que relaciona la separacién con Ja presién normal. Como las particulas paralelas de arilla cubren pricticamente toda la superficie de las placas, la presion entre particulas serd 1.033 kg/cm? Ia cual, segin| fos datos de Bolt, corresponde a una separacién de aproxi smadamente 115 A. En otras palabras, la presion transmi- tida por las particulas de arcilla ¢s précticamente la misma ‘a 3 10" 200N oc (acl, cc) Cac @ INNac! ——INCAOI, —-AINFeC o ANNIOH pele ANNagl = ANH oH peo o Fig. 5.14. Efectos oe lat caractritica dol sistoma sobre la se mmentacién de un suelo. a) Ifluencia dela concentracin de eleeto- Ito. b) tofluancia de ta valnela\éniea. c) Efecto dela constonte dislctica, al nfluencio do Ia temperatura. 0) Unfluencia del vo- Tumen del fon hideatado. A) Influencia “Todos los tuboe ‘onen te misma concentracién de suelo en volumen, Fresiones normales entre particulas de suelo 71. Fig. 5.15. Estructura de secimentor. 3) Floculacién salina. 6) Floculacién n salina Dispersin aplicada a las placas. Por otro lado, fa separacién entre particulas y la presién ejercida entre ellas estén relacio- nadas, de forma que cuanto mayor sea la presiGn entre particulas mas pequena seré la separacion. Se requiere una presién de aproximadamente 5,600 kg/cm? para que dos particulas de montmorilonita entren en contacto mineral- tnineral, expulsado para ello el agua adsorbida compren- dida entre ells. ‘Veamos lo que sucede si se recubren las placas con par- ticulas de arena, como muestra la Fig. 5.16c, siendo el didmetro de cade particula de aproximadamente 0.06 mm. Para esta disposicion paralela de las partfculas entre fas. placas, la presién en los puntos de contacto entre las particulas de arena es igual ala fuerza dividida por el drea eal de contacto. Las medidas de esta superficie de con- facto muestran que, por Jo general, vale un 0.03 $6 det frea total. Asi pues, la presién de contacto se obtiene divi diendo 4.13 kg por 0.0012 em?, resultando aproximada- mente 3,440 kg/em?. Esta presién de contacto sive para ‘desplazar totalmente el agua adsorbida. TEI ejemplo de la Fig. 5.16 ilustra el hecho de que pueden transmitirse presiones normales a través de un sis toma de arclla muy dispersa por efecto de fuerzas elétr ‘eas de largo alcance, aunque. no exista contacto directo fninoral-mineral entre las particulas. Por otzo lado, en un suelo floculado, como el de las Figs. 5-1Sa 0 5.15, las particulas estin realmente en contacto y las presiones 2 La naturaleza del suelo rormales se transmiten de forma semejante a la indicada ‘para el sistema de arena de la Fig. 5.16c. Las particulas de un suelo natural no poseen el mismo tamafio y forma, como suponen las teorias coloidales. Casi todos os suelos naturales contienen particulas de rniltiples formas y tamatios, y en casi todos os suelos existen particulas de diferente composicién e impurezas. Se encuentran particulas limosas en la mayoria de las ar- cillas naturales y estas particulas, de forma no plana, in- fluyen sobre la disposicién de las particulas aplanadas. ‘Adems, las mismas particulas aplanadas de arclla no sue- len poseer en general superficies perfectamente liss. Por ejemplo, pueden apreciarse iregularidades en la superficie de la partioula de caolinita de la Fig. 44a, Estas irregu- Jaridades pueden tener una altura hasta de 100 A, que es la distancia en la que pueden actuar apreciables fuerzas eléctricas de largo alcance, ‘Asf pues, el mecanismo de transmisién de_presiones entre particulas de suelo en las arcillas naturales debe estar comprendido entre los casos Iimites de particulas equidimensionales y particulas arillosas de caras paralelas. F1 comportamiento en general, es més préximo al de los suelos con particulas equidimensionales, Debido a estas dificultades y a que las teorfas despre- cian ciertas fuerzas que probablemente tienen importancia cuando la separacién entre particulas es menor de 100 A, 1os principios de la qusmica coloidal han servido de escasa ayuda cuantitativa para el estudio del comportamiento de la arcilla, Sin embargo, los principios coloidales son muy ities al ingeniero civil para llegar a comprender el com- portamiento bisico de los suelos finos. 5.6. RESUMEN DE PUNTOS PRINCIPALES 1, Cada particula de suelo posee cargas eléctricas en su superficie y por tanto atrae jones a la misma con et fin de neutralizar su carga eléctrica total. A. su vez estos ones atraen moléculas de agua y, fademés, el agua es atraida directamente a la super- ficie de las particulas de suelo. De aqui que todas Jas particulas de suelo tiendan a estar rodeadas por ‘una capa de agua. 3, Entre las particulas de suelo actian fuerzas de atrac- cién y repulsién, las cuales son mas importantes (respecto al peso de las particulss) en los suelos finos, Estas fuerzas tienen influencia sobre la forma fen que se ordenan las particulas en el proceso de sedimentacin y dan lugar a que los suelos finos presenten un esqueleto mineral muy abierto, de pe- quefio peso especifico. 4, Ciertos factores, como la temperatura y la concen- ‘racién de iones en el agua intersticial, influyen sobre las fuerzas de atraccién y repulsién entre particulas por Io cual el medio en que se produce la sedimentacién puede tener influencia sobre la ante Distancia entre pave (A) Supetice de 2 optsto 0.09% dle att Pale de aa cua = 8 (om oot 440 iglent Fig, 5.16, “Tranemisin de presiones 2 través de un suelo, forma en la que se disponen las particulas al depo- sitarse, 5. En suelos formades por particulas equidimensiona- les, las presiones se transmiten a través del suelo por las’ fuerzas de contacto mineralanineral. En suelos formados tinicamente por pequefias laminillas arci- llosas orientadas cara con cara, las presiones se trans rmiten a través de fuerzas eléctricas de largo alcance pudiendo estar las particulas separadss distancias de 100 A 6 incluso més. La transmision de presiones en suelos arcillosos naturales se produce mediante lun proceso intermedio entre ambos casos limites. PROBLEMAS 5.1. Estimese la superficie especifica en metros cuadra- dos por gramo de Ia arena de la Fig. 4.24 Témese un peso especifico relative de 2.65. ‘5.2. Calcular la capacidad de cambio iénico en me/100 ‘gr de una caolinita con una substitucién isomorfa de un Al por cada 100 Si 53. Para la particula de caolinita que aparece en la Fig. 44a, calcular: 1a El dea total. “Neen yr cacntenctetnannae ty ttmnntnetnnetetm eA i | i i | b. La superficie especifiea en m? er. @. El direa (en A*) por unidad de carga en el caso de substitucién isomorfa, d, EI mimero de iones sodio necesarios para satisfacer la capacidad de cambio iénico calculada en el ejercicio 52. El peso especitico relativo de la caotinita es 2.62. Presiones normales entre particulas de suelo 73 5A Si se afiadiera cloruro eileico a la arila himeda de la Fig. 5.166 (las laminllas se juntarian o se separa: rian? Por que? . 5.5 La presién de contacto necesaria para machacar el ceuarzo es de 70,000 ke/em?; ,qué fuerza seria necesaio aplicar alas placas de Ia Fig. 5:16e para romper una arena ccuarzose? weemaneennty CAPITULO 6 Resistencia al deslizamiento tangencial entre particulas de suelo En este capitulo se considera la naturaleza fundamental de Ia resistencia al deslizamiento tangencial* entre par- tieulas de suelo. En Ia seccién 6.1 se estudia en forma ‘general el mecanismo de esta resistencia, indicando su ‘magnitud tipica. En las secciones 6.2 a 6.5 se expone un tratamiento mas detallado para los que deseen profundizar en el tema. 6.1_ CONSIDERACION GENERAL DE LA. RESISTENCIA AL DESLIZAMIENTO "TANGENCIAL ENTRE PARTICULAS Ya se dijo en el capitulo 2 que el deslizamiento rel tivo entre las particulas constituye el mecanismo més importante de deformacién en una masa de suelo. De ‘aqui que la resistencia de un suclo a la deformacién venga fuertemente influenciada por la resistencia tangencial en los contactos entre particulas. Para un buen dominio de la mecdinica de suelos es fundamental conocer 1a posible: rmagnitud de esta resistencia tangencial y de los factores ‘que influyen sobre Ia misma. Es necesario resaltar que la resistencia tangencial entre Jas. superficies minerales constituye solamente una parte de la resistencia de un suelo al corte compresién. Tam- ‘ign tiene gran importancia el acomodo entre particulas, cl cual es funci6n directa de la compacidad del sistema. El ‘acomodo entre particulas se trata en la parte IIL. Sin em- argo, para las consideraciones fundamentales de este capitulo no se tiene en cuenta la forma de agrupacién de has particulas.. Mecanismo de la resistencia al esfuerzo cortante La resistencia al esfuerzo cortante entre dos particulas cs la fuerza que debe aplicarse para producir un desliza miento relativo entre las misraas. El origen de esta resis tencia estd en las fuerzas atractivas que actiian entre los tomos superficiles de las particulas. Estas fuerzas atrac- * Aunque cl proceso do desizamiento tangencial (shear) es de 1 misma naturaleza que el de corte o czallamjento, preferimos reserat la denomingeion “resistencia al corte” para el caso de imasas de suelo, en Ingar de eplicara ala que presentan particulas Individuaes. (NT). 15 tivas dan lugar a In formacién de enlaces quimicos en los puntos de contacto superficiales. Asi pues, la resistencia ‘por friceién entre dos particulas es fundamentalmente de Ja misma naturaleza que la resistencia el esfuerzo cortante de un bloque de material solido intacto, como puede ser el acero, La resistencia y el nimero de enlaces que se forman en la cara de contacto entre dos particulas dependen en gran. parte de la naturaleza fisicoquimica de las superficies de Jas mismas. De aqui que el conocimiento de la magnitud de la resistencia tangencial entre partfculas supone la de- terminacién de los factores que rigen la interaccién entre las dos superficies en los puntos de contacto. Mas ade- lante se presenta una explicacion detallada de este efecto de interaccién. Podemos decir, sin embargo, a manera de resumen, que la resistencia tangencial total (producto de Ia resistencia de cada enlace por el nimero total de enla- cs) es proporcional a la fuerza nommal ejercida entre ambas particulas, Si esta fuerza normal disminuye, se reduce la resistencia 0 el némero de enlaces, con fo cual disminuye la resistencia tangencial total. Puede decirse por esto que la resistencia al deslizamiento tangencial entre particulas es de naturaleza friccional. [Existen algunos caos en los que parte de la resistencia tangencial total entre particulas es independiente de la fuerza normal aplicada; es decir, que si la fuerza normal se anula, puede medirse ain una cierta resistencia al desli- zamiento tangencial. En tales casos se dice que existe una cohesién verdadera 0 real entre partfculas. Puede desarro- Tarse esta cohesion entre particulas que han permanecido en contacto estacionario durante un largo perfodo de tiempo. En algunos casos esta cohesion puede ser muy importante, como cuando la cementacién transforma la arena en arenisca. Sin embargo, en general, la magnitud de Ja cohesin yerdadera entre particulas es muy pequefia y su contribucién a la resistencia del suelo es también muy reducida. En los tltimos capitulos de este libro se comen- tarin algunos de los casos en los que tiene importancia Ja cohesion verdadera entre particulas. El lector puede ‘considerar el comportamiento friccional como el caso mis ‘normal en los suelos y el comportamiento cohesive como Ia excepcién. Se suelen utilizar dos formas diferentes para expresar la resistencia por friccidn. La primera consiste en el empleo 16 La naturaleza del suelo > 1). Los minerales y otros materiales % frdgiles no presentan bajo esfuerzos tangenciales las gran- des deformaciones plisticas necesarias par la creacin de enlaces por Jo cual no pueden soldarse en fri. Influencia de la rugosidad superficial La teorfa de Ia friecién por adherencia implica que In friceiOn es independiente de la rugosidad superticial. Se ha visto que éste es el caso de Jos metales para una amplia gama de texturas superficiales. Sin embargo, cuando las ° Y Peles de eee Ve Fig. 6.5. Detarollo de puntos de unién. a) Antes de opt TF Gok sopra sarge normal.) Cargo normal creciente; Mencia ibetic on tos contactor bajo una presion normal constant, nacre norcross ANNONA ttt ENNNRENON HNN RRR RCE TT ACA, Resistencia al deslizamiento tangencial entre particulas de suelo 79 superficies son muy ragosas, el eneaje de las asperezas puede dar lugar a un mayor valor de f. Es dificil definir fexactamente cuando una superficie es “muy rugosa”. El aspecto mate de la mayoria de las particulas de suelo gra- nulares indica que éstas son rugosas. Por otro lado, las imicrofotografias clectrOnicas muestran que muchos’ mi- nerales laminares tienen superficie “superisas”. Suponien- do un Angulo de inclinacidn @ de las asperezas, puede esti- rmarse la influencia de la rugosidad superficial sobre el valor de f (ver el problema 6.4). Debido a que el contacto entre dos superficies reales es tan complejo, no es posible en general determinar un valor de @ para el edlculo de f- De agui que la relacién entre la fricciGn y la rugosidad superficial deba determi- narse experimentalmente. Relacién entre la fricci6n estitica y la cinética La fuerza tangencial necesaria para que se inicie el deslizamiento entre dos superficies suele ser superior a fa fuerza necesaria para mantener el movimiento inicial (ver la Fig. 6.62). Es decir, la friccién estética es supe- rior a la cinética (deslizamiento). Se suele explicar este comportamiento suponiendo que la formacion de enla- ces en los puntos de unin es funcién del tiempo, bien, debido a que Ia flvencia produce un aumento sradual del area de contacto o a que los contaminan- tes superficiles son expulsados gradualmente de la zona de contacto. La diferencia entre a friceién estitica y la cinética suele dar lugar al fenémeno conocido como deslizamiento intermitente (“sticklip") (Fig. 6.66). Al comenzar el des- lizamiento, parte de la cnergia elistica almacenada en el mecanismo de carga se libera, acelerando el dedlizamiento ¥ dando lugar a que la fuerza tangencial medida dismi fnuya por debajo de la necesaria para mantener el movi- rmiento. Cesa entonces el deslizamiento y la fuerza tangen- cial debe aumentarse hasta el valor correspondiente a la friocién estética para provocar de nuevo el deslizamiento. ‘Al comenzar éste se repite todo el proceso de movimiento intermitente. Bajo estas condiciones, no se puede determi- nar exactamente el valor del coeficiente de friccién ci- nética. Fricei6n en la rodadura Cuando se hace rodar un cuerpo sobre otto, se forman enlaces en los puntos de contacto, de manera andloga tuando se comprimen uno contra otro. Cuando el cuerpo ‘Que rueds se mueve, estos enlaces e rompen por tensin, J no por el esfuerzo tangencial. Debido a la recuperacion tlistica cuando la fuerza normal disminuye a cero, la re- Sistencia de los enlaces a la tension suele ser casi nul. Esto expla por qué la adhesién entre dos superfcies comprimidas Una cogtra otra no se suele observar general- mente, s6lo actia cuando las superficies se encuentran Ssometidas a compresién, De aqui que Ia friccién en la Todadura sea generalmente muy pequetia (f < 01) res- pecto a la friccién estética o cinética, siendo pric- ticamente independiente del grado de limpieza de la superficie. (Shih sén exttic y cinética, 2) Destizamiento suave. 6) intermitente, Waa: La eéla de earge apes et despla- Zamiento tangencil con ert flexiblidad las superfieles en contac to blo se detplazan e velocidad constants cuando deslizan suse Resumen En la seccién 6.2 se han expuesto los fundamentos del comportamiento friccional; se ha prestado una mayor atencién a los conceptos que resultan nevesarios para obtener una explicacién cuantitativa del comportamiento friccional observado y que son las siguientes: 1, La rugosidad e irregularidad de superficies aparente- ‘mente lisas. 5 2. La pequefisima relacién entre el area de contacto real y la aparente. 3. La fluencia plistica que se produce en los puntos de ‘contacto. 4, La adhesién que tiene lugar entre dos superficies en los puntos de contacto. 5. La influencia debilitadora de los contaminantes superficiales sobre la resistencia de los enlaces sol- dados en frio. Estos conceptos servirin ahora para explicar el compor- ‘tamionto friccional observado en los suelos. 6.3 FRICCION ENTRE MINERALES DE FORMA GRANULAR Se estudiaré aqué Ia fricci6n entre minerales no lami- nares como el cuarzo, los feldespatos y la calcita, minera- les que constituyen las particulas granulares de los suelos limosos o de tamafios més gruesos. A continuacién se estudiaré el comportamiento de 1os minerales laminares. a friccién de los minerales no se ha estudiado con tanta intensidad como Ia de los metales. Por tanto, mucho de lo aqui expuesto se basa en datos limitados, siendo suscep- tible de discusién. [Naturaleza general del contacto entre particulas de suelo Las particulas de limo grueso tienen un didmetro mini ‘mo de 0.002. em (20u 6 200,000 A). Los diimetros de estas particulas 0 de Tas de mayor tama‘io son elaramente { 80 La naturateza del suelo superiores a la altura de las asperezas (de 1,000 2 10,000 ‘A) que pueden esperarse para su superficie. Por tanto, cabe suponer que cada punto aparente de contacto entre particulas engloba realmente miltiples contacts dimi- futos. La superficie de las particulas de suelo esti, por su- puesto, contaminada por moléculas de agua y’ diversos jones y posiblemente por otros materiales. La mayor parte de los contaminantes son desplazados de los puntos reales de contacto, aunque una péquefia cantidad de contami- nantes basta para modificar la resistencia al deslizamiento tangencal en los contactos. EI didmetro minimo de las particulas finas de limo es de 2u 6 20,000 A. Estas finas particulas tienen dimen- siones del mismo orden que la altura de las asperezas de particulas més grandes. En este caso cabe més hablar de Nesquinas” que de asperezas. Aunque la naturaleza general de Ia resistencia friccional es la misma, bien se trata de prticulas pequefas o grandes, de hecho un contacto fparente entre particulas granulares muy pequefias puede star constituide por un punto de contacto tnicamente. ‘Los dispositivos de laboratorio que aparecen en la Fig 6.7 se han utilzado para determinar la resistencia por fric- ign de minerals. ‘Cuando se emplean troz0s fijos 0 bloques deslizantes (Fig. 6.72) los resultados proporcionan cl cocficiente de friccién estitica (y quizés el cinético). Cuando se arrastran muchas particulas de arena sobre una superficie plana (Fig. 6.72) los resultados reflejan por lo general una combinacin de friccién por deslizamiento y odadura. De aqui que el coeficiente de friceién medido ppor el segundo tipo de prucba sobre multiples particulas sucle ser diferente del valor obtenido en una prueba del primer tipo Pee Blog de a ._Dispostiva para med el coeficiente de frlecién de super- ficir mineales. 3) Deslizamiento sobre un Bloque 0 troz0 dem: nerl. b} Deslizamiento de muchas partieulas Bramwell (1965) y Dickey (1968) T a a a a uguidad medi (10° em) Fig. 68. Frccién del cuarz0 [eegin Brommell (1965) y Dickey (966). Influencia del agua y de la rugosidad superficiales La Fig. 6.8 resume los coeficientes de friccién obteni- dos para el cuarzo bajo diversas condiciones de limpieza, hhumedad y rugosidad superficial. Los resultados muestran que la friccién del cuarzo liso varia desde aproximada- ‘mente [= 02 a f= 100, en funcidn del grado de limpieza de la superficie*. En las superficies mas contaminadas, el ‘agua aumenta la fricci6n; es decir, actia como un arti- lubricante. Sin embargo, en supetficies cuidadosamente limpias, el agua no tiene ninguna influencia. Esto indica que el agus es intrinsecamente neutra respecto al cuarzo. Pero si existe una capa contaminante (probablemente una delgada pelicula de material orgénico) el agua rompe esta capa, reduce su eficacia como lubricante y aumenta por tanto Ia friccién, Al aumentar la rugosidad de la superficie disminuye la influencia del grado de limpieza, de forma que una super- ficie “muy rugosa” de 1.5X10* em (15,000 A) posee pricticamente el mismo valor de f; cualquiera que sea la limpieza do Ia superficie. Esto indica que la capacidad Iu- bricante de la capa contaminants disminuye al aumentar Ja rugosidad. Es lo que podria esperanse de una delgada capa de pelicula lubricante que actuase como lubricante de contomo (Bowden y Tabor 1964). ET hecho de que las superficies mis rugosas no posean ‘mayores valores de la friceién cuando se han limpiado ccuidadosamente es més dificil de explicar. La evidencia parece indicar que las superfcies més rugosas no pueden limpiarse tan effcazmente como las lias, aunque la razén de esto no esté muy clara Desde un punto de vista prictico, tiene gran impor- tancia el valor casi constante de f= 0.5 (du = 26°) de las superficies de cuarzo muy rugosas, ya que précticamente todas las particulas de cuarzo de los suelos naturales po- seen superfcies rugosas. 4 Estos resultados se obtuvieron sobre supertcies rgoss [rom- wwoll (1966) ¥ Dickey” (1966)]. Sin. embargo, Ia tendencia de tos Tesullados apeys, em general, Tos datos yconcusiones de prucbat teres que shan realizado de ordnaro sobre superfkies pal: fmentads (ver, pot elemplo, Hora y Deere, (1962)}. i Resistencia al deslizamiento tangencial entre particulas de suelo 81 ‘Tabla 6.1. Friccién de minerales no laminares Condiciones de humedaa ide ln superficie ‘Secada en estutas Mineral Secada en estufa cquilibrado alate Soturada Cuarzo* 013 03 0s Feldespato. 0.12 oz ont Calcita oa od 0.68 Notas. Pruebas wealizadas sobre supenficies muy pulimentadas Datgt de Hom y Deore (1962). 'P*Sobre in inflzencta de grado de Umpleza y de la rugosidad superficial sobre la ficién del cuarzo, ver la Fig. 6.8. En la tabla 6.1 se han resumido los valores del coefi- ciente de friccién para otros minerales no laminares. Los bajos valores de f para estos minerales, en estado seco, no tionen probablemente significado prictico, ya que re. presentan una limpieza deficiente de superficies lisas pu- limentadas, Se necesitan mucho mas datos sobre estos minerales para poder elegir valores de f con suficiente confianza. Influencia de la carga normal Los coeficientes de friecién medidos en minerales no laminares han resultado independientes de la carga nor- ‘mal. A partir de prucbas en las que la carga normal de contacto variaba en la relacién de 1 a 50, Rowe (1962) fobtuvo que el dngulo de friecién $4 permanecia cons- tante, con una dispersién de + 1°. Por otro lado, los resultados de Rowe muestran que el Angulo de friccién ¢, viene afectado por el tamafio de la particula en la prueba (Fig. 6.9). Rowe utiliz6 el disposi- tivo que aparece en la Fig. 6.76. Para una carga normal total dada, Ia cargr normal por contacto aumenta con el tamafio de la particula. Sin embargo, como e! didmetro de Ja particula también aumenta en este caso, la presion media de contacto (N/Ae) no varia. Por tanto, las teorias que suponen la deformacién elistica no parecen adecuadas para explicar estos resultados. Una explicacién posible es que las particulas mas gruesas pueden girar mas facilmente que las mis pequefias, quizis debido a que el centro de gravedad est més alejado del plano de deslizamiento, De aquf que el angulo de friccién medido, que comprende componentes de rodadura y deslizamiento, resulta més pequefio para las particulas més gruesas. 64 FRICCION ENTRE MINERALES LAMINARES [Nos referitemos principalmente a los minerales del tipo de la mica debido a que el comportamiento friccional de los mismos puede ser semejante al de las particulas ar- cillosas®. 5 Se han obtenido datos en el MAT, y en el Instituto Geotée- rico Norvego sobre et Angulo de ficeién Py entre particuas arc Tos, Se han repstrado valores de slo 3° imo gue ‘owe tina | Aco media | Arona gue 002 006 02 06 2 mat de os ye rn) Fig. 8.9. Angulo de frceién de arenas de cuarz0 en funcién del tamafo de los granot eegin Rowe, 1962) Naturaleza general del contacto Las superficies de mica presentan irregularidades, pero en la forma de “mesetas” y “llanuras” mis que en el de asperezas. Ademis, In escala de estas irregularidades es bastante diferente de Ia que existe en la superficie de par- ticulas granulares. En superficies de exfoliacion frescas, Jos. “escalones” tienen solamente la altura de varias w dades laminares (aproximadamente 10 - 100 A). Segin palabras de Bowden y Tabor (1964), las superficies de exfoliacién “. .. son molecularmente isas en grandes super- ficies”, Comparadas con las superfices de las particulas de cuarzo lias, las superficies de exfoliacién frescas_son “superlsas”. Existen razones para creer que las superficies de las pariiculas arcillosas son semejantes. Desgracia- damente, las bases de Ia resistencia por friccién entre superficies superlsas se han estudiado poco, por lo que Jos comentarios que siguen son aiin muy especulativos. Dos planos de exfoliacidn de mica, presentan un con- tacto bastante diferente del de las superficies con aspere zas. Las superficies de mica, y probablemente las de las arcillas, pueden quedar muy proximas en casi toda su extension sin llegar a estar realmente en contacto directo. Las contaminantes superficales, incluida el agua adsor bida, no son desplazados a no ser que la presion normal sobrepase los 5,500 kg/om?. Ademés estos contaminantes participan en Iz transmisién de presiones normales, como se expuso en el capitulo 5. Una situacién més normal entre particulas arcillosis es probablemente un cierto tipo de orlentacién borde-can, Este tipo de contacto s aproxima més a los contactos, centre asperezas_ya comentados para las particulas gra- nulares, con Ia tinica diferencia en el caso de las arcillas de’ que cada contacto esti formado probablemente por tuna “aspereza”. ‘Atin queda por discutir sila resistencia al destizamiento tangencial entre superficies muy lists es mayor o menor que Ia resistencia entre superficies rugosas. Pura responder ‘esto debemos recurtir a los datos experimentales® Efecto del agua superficial Los datos de la tabla 6.2 muestran que el agua actiia ‘como lubricante. Una explicacién posible de este compor tamiento puede ser la siguiente: En los suclos secados en estufa los iones superficiales no estén completamente hidratados, Las superficies minerales reales se aproximan {Estos datos proceden principalmente de Horn y Deere (1962). 82 La naturaieza del suelo mucho y el enlace es fuerte. En presencia de agua, los jones se hidratan y se debilita el enlace con las superticies ‘minerales, De aqui que la resistencia tangencial disminuya al afadir agua. Es importante comparar ¢l papel de los contaminantes cen los casos de superficies muy lisas o rugosas. Con super- ficies ragosas los contaminantes sirven para debilitar los enlaces cristalinos y al auumentar la movilidad de los con- ‘taminantes por el agua se facilita su desplazamiento, redu- ciéndose asi su influencia perjudicial. Con superficies muy lisas los contaminantes forman realmente parte del mi- ‘Tabla 62 Coeficientes de friceién de materiales laminares ‘ulticapa, en diversas condiciones de humedad ‘Condiciones de humedad de la supericie, ‘Secada en estas, Mineral Secada en estufa equilbrado al aie Saturada es Mica moscovita 0.43 030 0.23 Mica flogopita 0.31 025 os Mica biotita 031 0.26 0.13 Clorita 0.53 035 0.22 “a ‘Notas. Aniloga fticiin estitica y cinemitica. Datos de Horn ¥ Deere (1962). eral y al aumentar su movilidad se reduce la resistencia tangential. ‘En estado saturado el singulo de friccién entre los sminerales laminares puede ser muy bajo. Como las par- ticulas arcillosas estdn siempre rodeadas de agua, en los ‘casos précticos es importante estudiar estos minerales en estado saturado. Fricein estitica y cinética La friccién cinética de los materiales laminares es su perior al 90% de la estitica y en general Ia iguala. El Fenémeno de deslizamiento intermitente no se ha obser vado en estos minerales. Los coeficientes de fricci6n de la ‘mica aumentan en un 25% cuando la velocidad de desti- zamiento aumenta de 1.8 a 15 cm/minuto. Debido a que cl enlace de adhesion es relativamente débil en el caso de ‘estos minerales y a que los iones a traveés de los cuales s= produce el enlace tienen una cierta libertad de movi- Imiento,cabe esperar esta influencia rlativamente pequetia de la velocidad. ‘Variacién del dngulo de fricei6n con la carga normal Para la gama habitual de presiones normales empleadas, al angulo de feiccién de estos minerales parece ser cons tante, Sin embargo, nada se sabe respecto a I posible variacién con grandes cambios en la carga normal. 17 Recurendo a ta teoria de procesosevolutios Mitchel (1964) tha proporcionado una excelente descepeién del mecanismo que ge Cae cbmportamlento de lor inerales azeilosos en funcion del tiempo. 6.5 DIVERSOS CONCEPTOS REFERENTES A LA RESISTENCIA AL DESLIZAMIENTO TANGENCIAL ENTRE SUPERFICIES MINERALES jomento actual atin no se tiene seguridad sobre ‘en que puede aplicarse la teoria de la seceién 64 a la resistencia tangencial entre particulas arcillosss. Sin embargo, se demuestra en la parte IV que muchos suelos arcillosos naturales, en especial aquellos con gran proporeién de montmorilonita e ita, tienen resistencias {angenciales compatibles con esta teor Cuanto mayor es una particula, més grande es la pro- babilidad de que existan irregularidades superfciales de erta importancia. Por ejemplo, pueden verse escalones de exfoliacion en la superficie de las laminillas de caolinita (Eig, 44a) que tienen una altura del orden de 100 A. De aqui que cuando las laminillas de caolinita estén en con- facto cara con cara, es cierto que el “contacto” real se produce s6lo en una parte de la superficie de contacto aparente y, a no ser que las laminilas estén perfectamente alineadas, parece probable que el contacto se reduzca @ zonas relativamente pequefias en los escalones de exfolia cin. AI producirse este caso, es probable que el mecanis- mo de resistencia tangencial, ¢ incluso ta magnitud de dicha resistencia, se aproxime cada vez. més al comporta- niento de las. particulas granulares. Lo mismo podria Gece cuando tas particulas entran en contacto con una orientacién borde-cara. ‘Los conocimientos actuales respecto « la friccién entre particulas de suelo pueden resumirse en la forma si- ‘uient. 1. El comportamiento friccional entre particulas gra- nnulares se conoce razonablemente bien. 2. La teoria del deslizamiento entre laminas ideales dde arcilla es aplicable probablemente a las particu- las arcillosas mas pequefias en contacto cara con cara. 3. El mecanismo de resistencia al deslizamiento tan- gencial de la arcilla natural esté comprendido en- fre los dos casos limites de las particulas granu- lares y las laminillas paralelas de arcilla, aproxi- mandose frecuentemente al de las partculas sgranulares. Cohesion verdadera entre particulas arcillosas. EI estudio de los fundamentos del comportamiento friceional nos ayuda a comprender la posibilidad del des- amollo de la cohesién entre particulas arcillosas. Si las Taminillas arcilloses estin en contacto borde-cara, es muy probable que se desarrolle una cohesion verdadera, en ‘especial si se han producido enlaces en la mayor parte de la superficie de contacto. ‘Los razonamientos del capitulo S ya sugieren que las Iaminillas de arcilla en contacto cara con cara pueden estar en un contacto tan firme que no se separen al st- primir la carga. Esto representa ciertamente una cohesién eal, y se han egado a formar nuevas particulas, més jgrussas, mediante este proceso. El tiempo, la meteoriza- ccién y' Ia desecaciOn contribuyen a crear esta cohesién vverdadera. Resistencia al deslizamiento tangencial entre particulas de suelo 83 6.6. RESUMEN DE PUNTOS PRINGIPALES 1 = coeicente de Poison 031 pas el cur Los anterior cnet indian que es muy aed ~ modo de Young= 7710" hen? paral predecir cuil serd el cocficiente de friccidn entre particu- las para un caso determinado. De aqui que los resultados principales de este capitulo pueden resumirse en forma de tiertos principios generales y una gama de posibles resis- tencias al deslizamiento tangencial. N= carga normal Ry, Ry = radios de curvatura 1. La resistencia tangencial entre partfculas se debe a os enlaces de adhesin en los puntos de contacto. 2. La resistencia tangencial viene determinada princi- palmente por la magnitud de la carga normal apli ‘cada, de forma que el comportamiento general es de natutaleza friccional. 3. Para el cuarzo el dngulo de fticein ¢, varia general ee mente entre 26 y 30°. Debido a que las superfcies 4c las particulas Son rugosas, la presencia o ausencia a Deduci la formula de Ia presién de contacto media de agua tione eseaso 0 nulo efecto sobre la resis- (N/A) entre dos esferas de cuarzo del mismo radio. tencia fticcional. La friceiGn de otros minerales no 6. Considérese un sistema de material limoso seco. Si laminares ha. sido ‘menos estudiada, no pudiendo las particulas fueran esferas de cuarzo perfectas de 0.005 darse valores tipicos. mm. de radio en agrupacion ctbica (yer Ia Fig. P6.2-24), 4, Para laminillas arcillosas paralelas cuyas caras son {qué presiGn de confinamiento deberiaaplicarse a todo el Superlsas", el Angulo de frcciSn puede ser inferior sistema para producir la fluencia plstica? (La fluencia 48° siendo su valor tipico proximo 2 13°. El en- plistica del cuarzo se produce con una presién normal de lace ‘se produce en una superficie bastante grande 100.000 kg/ em?). | | pero e relativamente débil y puede depender en __Indicacion: Considérese un plano horizontal a través Fierta extensiin del tiempo o velocidad de desliza- del sistema (ver la Fig. P6.2-2h) y calcilese el drea de miento. contacto en ese plano para diversos valores de la presin 5. Para la mayoria de las arcillas naturales la resistencia de confinamiento. frictional es probablemente mis proxima a la de las _¢ Si las esferas del apartado 6) no son perfectamente partioulas granulares que a la de las particulascoloi-lisas sino que el contacto con las esferas vecinas se pro- dales de caras paralelas. duce a través de una aspereza con un radio de curvatura 6. Puede desarrollarse una verdadera cohesién entre de 1.000 A, qué presidn de confinamiento provocari la superficies de particulas. La cohesién verdadera en deformacién plastica? BiPRunto cualquiera de contacto es generalmente _ d. Puede esperarse que un limo real presente deforma- re eine forma que el efecto toil slo tiene 50 Muy compacta 15.30 2004.00 Dura 330 >4.00 Rigida Segin Terzaghi y Peck, 1948. presién de pozo o intersticial existente en el instante de realizar las medidas. Si el nivel de agua en el sondeo se hace descender antes de realizar la prueba de penetraci se obtendré una resistencia més baja. La experiencia ha demostrado que la determinacién de la resistencia al corte de una arcilla a partir de la prueba de penetracién puede ser muy inexacta. La prueba de penetracién estindar debe utilizarse sélo como indicacin o junto con otros métodos de exploraci. En ciertos pafses, como Holanda, las condiciones del terreno son tales que la prueba de penetracién ha resul- tado valiosa. También se han utilizado ampliamente mé- todos més sofisticados (como el penetrémetzo con véstago de firiccién (Begemann, 1953)}. La prueba de veleta 0 molinete (vane test) ha resultado también muy itil para determinar la resistencia al corte de arcillas blandas y limos. La Fig, 7.6 muestra veletas de diversos tamafios y formas utiizadas para pruebas in situ. Se hace penetrar la veleta en el terreno y a continuacién se mide el par 0 momento torsor necesario para hacerla grar. La resistencia al corte se determina a partir del momento torsor necesario para romper el terreno a lo lar- g0 de los bordes verticales y horizontales de la veleta En posteriores capftulos de este libro se demostrard que una exploracién adecuada del terreno debe com- prender la determinacién de Ia presién intersticial a diver- sas profundidades. Los métodos para la determinacién de Ia presiGn interstical se comentan en la parte IV. En esa misma parte se indica también cémo la permeablidad del terreno puede estimarse a partir de pruebas de bombeo. En obras importantes pueden ser también convenientes diversas pruebas de carga y de compactacion en el campo. En estas pruebas, se somete uma pequefia extensin del terreno a cargar por a estructura a un estado de esfuerzos in situ aproximados & los que tendré posteriormente. El ingeniero extrapola los resultados de estas pruebas de campo para predecir el comportamiento de Ta estructura real 7.7 PERFILES O CORTES ESTRATIGRAFICOS DEL TERRENO Las Figs. 7.7 a 7.17 presentan una serie de perfiles del terreno y la tabla 7.5 da amplia informacién sobre la his. toria geolégica de los mismos. La finalidad de la presenta cién de estos perfiles es: 1. Indicar eémo la historia geolégica influye sobre las ccaracteristicas del terren 2. Dar valores tipicas de las propiedades del suelo. 3. Mostrar claramente la gran variabilidad del compor- tamiento del suelo con la profundidad. 4, Dustrar la forma de presentacién de datos referentes al terreno. ara la eleccién de estos perfiles se siguicron tres cri terios: en primer lugar, se escogieron ejemplos con dife- rentes historias geoldgicas; en segundo lugar, la mayorfa de los perfiles corresponden a casos de los que existen abundantes referencias, con numerosos detalles sobre las ‘aracteristicas del terreno y sobre los problemas corres- pondientes a tales perfles; y por titimo, gran parte de los perfiles seleccionados corresponden a obras de ingenieria interesantes o de gran importancia. Algunas de las caracteristicas del terreno que aparecen cn los perfiles ya se han comentado en este libro. Entre clas estén la humedad, el peso especifico, la relacién de vacios, la porosidad, los limites de Atterberg y el tamano, de las particulas. Otras caracteristicas, en especial las re- ferentes a la resistencia y compresibilidad, se estudiarin més adelante, volviendo entonces a hacer referencia a estos perfiles. Los perfiles aclaran muchos conceptos presentados an- teriormente en este libro; algunos de ellos se comentan a continuaci6n: Historia de presiones o esfuerzos En un suelo sedimentario normalmente consolidado la relacién de vacfos y Ia humedad disminuyen con la pro- fundidad, mientras que la resistencia al corte aumenta como consecuencia. Esta caracteristica se aprecia en varios de los perfiles recogidos, por ejemplo, en la arcills marina noruega (Fig. 7.7), la arcilla del estuario del Tamesis (Fig. 7,10) 0 la arcilla canadiense (Fig. 7.11). La arcilla de Lon- res esti sobreconsolidada ya que estuvo sometida a una ‘carga de tierra superior a la existente actualmente, arras- 92 La naturaleza del suelo %— osu Se 8 a te > Secada al sire 0.60.2 0.70 kyle? pose ° See aac ty oS asa saat | | {Se ae oa = a. Be som | tote | comme [ES ‘a — oonget cue leet Bl cg eres our | a lata 7 ; : ; vat £ fae, | i wu taal 2 ab C eZ igen Le °9 20 70 0 % 20 seein : es ie a ad o Resultados de pruches de penetracinesténdar. a) Arena gruese, 6) Arena Gibbs y Holt, 1957). wn ARUP OTN tt ERENCE eA: om @ Formacién de los suelos. 93 30 hss ss 260 @ 120 Dimensions (ni) 130 5. | Js i 19 10 ® Fig, 78. Veletas o Molinetes, ») Sonda do veleta, 6) Veletas os tudiadss por Aas (1965) ‘Tabla 7.5. Perfiles 0 cortes estratigrificos del terrend ‘Nimero Desominacién 10 n ‘Acca marina ‘de. Noruegs ‘Acila de Lon: ‘ans ‘Acca azul de ‘Boston Acila del es: ‘waro del Ta ‘Arclaestrati- cada cana: dionse Arcilla de la ciudad de México ‘Avila de Chi ‘ago y arena ‘Arcla de Aft ‘adel Sur Arcilla test dual’ brasi- iene ‘Arena del rio Voigt Terrones de Kewasai Formacion ‘Sedimentos trnsportados por rior do glecarcs, Depositada_ bajo, condiciones tarinas en el Foceno, hace ipreximadamente 30 ilo Sodimentos tansportados por ‘ommentes de glaclaes en Tu- sion del Mosno y depo. sitados en las tanga ‘aguas masinas de a Bahia de Heston Sedimentos tcansformados.y “ransportados por corentes Y dopostades tn un esturio Un periodo postglacial Sedimentos tansportados por omientes de placiares en fu in 9 depos en os Sedimentos de oxigen volcini- co depostados en forma ka ‘ast en a Valle de Mexico (durante et Gal del Pleisto- ‘a argilla © deposits en capas ‘de “Til” porlos glacares en {ses de avance y retro, ‘epositindase et agos gla" ‘Formada in situ por alteracién ‘dela roca ‘Arena aluval de 0 Volga Depésita lavas dal Holoce- io. Los 4am 8 ‘son 4eeleno hidielico Efectos posteriores Sedimentos en proceso ‘de ieranaminto.y ifaviclinn Done Speier ae: lovacin y aeaste son Jr for supeions y 1728 ohh ei cae Londtes ‘Ascilla sometia a pto- eios de. levante Snieno, inmersn ‘evo "ivantamient® [EL bombeo de agua ds- ‘de pouos.-ha hecho deseonder a capa fredtiea ‘Observaciones| ‘Normalmente consolidadas ‘Pao ln costa rupert Sobreconsoidada en le par- {te superier y nonnalmen- te comolidada on laine [Normalmente consolidada ‘bao Ia costa superficial ‘Las votascaras de limo de ositadas en primavera y Worano: las vets obscura de “arc” en invemo a artes de a ciu- Hnarclia etd oral. mente consoldada y 20 ‘tras sobreconsolidada, Los datos dea Fig 7.17 6 ‘otuveron con sts ‘onguadas extn 8s poess Perl que aparece en a panel Referencias Bjerrum, 1954 Stempton y Henkel, Ward’ Samuels y Butler, 1959" Horn y Lambe, i968 Skempton, 1948 Skegpton y Henkel, Miligan, Soderman 'y Ruta, 1962 deny" Borozuk, 1962 Jennings, 1953 Vargas, 1953 94 La naturateza del suelo Dessipion peg Muredad (3 1020.30 40 aloes mation a rca nas eters 10 w= 3; PT Bae arcs ban omogine 15| Prt Profan 25 ‘ed @ Fig, 7.7. Aecilla marine de Noruoge. a) Resultados do un sonde Drammen. b) Resultados de tn sondeo en Manglerud, Oxo. (Seguin Bjerrum, 1958) trando después la erosion parte de estas tierras. Como era de esperar, Ja arcilla de Londres sobreconsolidada no muestra una reduccién apreciable de la humedad o un aumento de la resistencia con la profundidad. En la parte superior de la mayoria de los perflles del terreno aparecen costras debidas a la desecacién y meteo- izacién, La desecaci6n crea presiones de poro negativas ‘que aumentan las presiones entre las particulas de suelo y sobreconsolidan Ia arcilla, La desecacién también favorece la alteracién. quimica, 10 que provoca en el suelo una sobreconsolidacién aparente. En la acilla de le ciudad de México y en Ia de Lon res la presién intersticial del terreno es inferior a la pre- sién estética, La importancia de esta disminucién de presién intersticial se comenta con detalle en las partes IV y V de este libro La acilla residual brasilefia (Fig. 7.16) muestra indicios de sobreconsolidacién en la mitad superior del estrato y de consolidacién normial en la mitad inferior. Es dudoso sin embargo que se puedan utilizar los términos “sobre- consolidado” y “normalmente consolidado” en el caso de Ios suelos residuales. ‘Sensibilidad El tiempo y las variaciones de presién y condiciones ambientales desde el instante de 1a formacién pueden dar lugar a que un suelo tenga una mayor resistencia en es- tado inalterado que en estado remoldeado (una vez que el, suelo se ha amasado, como para la prueba del limite Iiqui- do descrita en el capitulo 3). El término sensibilidad (so susceptibilidad) se emplea para describir esta diferencia de resistencia, la cual viene determinada por la relacién entre Is resistencias correspondientes al estado inalterado y al remoldeado. La sensibilidad estd relacionada con el indice de liquidez, ya que la mixima pérdida de resistencia de- beria producirse en un suelo floculado cuyo contenido de agua fuera muy grande respecto a su limite liquido deter- ‘minado con suelo remoldeado. Como se ha afirmado en la seccién anterior, los suelos sedimentarios depositados en ‘un medio marino y lavados después de Ia sedimentacién vienen a presentar una elevada sensibilidad. Cualquier sue- Jo con una Sensibilidad igual o superior a 8 se denomina “sensible”. La arcilla de Manglerud (Fig, 7.7) constituye ua caso limite de arcila muy sensible, con una sensibili dad superior a 500. La arcilla del estuario’ del Témesis también es sensible. Variabilidad del terreno Los perfiles del terreno ofrecen muchos ejemplos de variabilidad, tanto en pequefias como en grandes distan- cias. En la'arcilla de Manglerud y en la del estuario del ‘Timesis, pueden apreciarse estratos bien diferenciados de Formacién de los suelos 95 muchos metros de espesor. En las arcillss sedimentarias La arcilla de Ia ciudad de México, que contiene mont- suele existir una gran variacin en las propiedades del sue-morilonita y cenizas volcdnicas es unta de las arcllas més | lo en distancias de centimetros. Estas variaciones en pe- plésticas que puede encontrar el ingeniero de suelos. quefias dstancias se aprecian claramente en la arila fina- Como puede verse en la Fig. 7.13, esta arcilla tiene va mente estratificeda canadiense (Fig. 7.12). La Fig, 7.12 lores del IP superiores 2 400. Los suelos sudafticanos (Fig. muestra las grandes diferencias de humedad y plasticidad 7-15) pueden tener elevados valores del IP y quedar por eae He encima de la Iinea A en ef grifico de plasticidad. Esta entre las eapas oscuras (“acilla”) y las claras ("Timo"). caracteristica es comin a los suelos que presentan proble- mat de expmsion, como es el eas0 de las arias sudafe Pasticdad canas. 1a plustildad registrada para Is area en lot dlvertos 74 RESUMEN DE PUNTOS FRINCIPALES perfies varia enoomemente. Las acillasglaciles, que con- tienen generalmente una proporcién importante del mine- 1 La determinacién del perfil del terreno es un paso f ral arciloso iia, tienden a poseer una plasticidad relativa- csencial en casi todos los problemas de mecinica de rminado valores del in Gaus Meta de 15 4 20 pause ace aces (peg 2 a8 propisdades de oe solos en un perl dependen 7 aie ans a de: a) la naturaleza de los componentes del suelo, sjemplo, la aria marina de Noruegs), sin embargo pue- 4 et metodo de formacion del teno,y ¢) lt all den presenta valores mucho mas atos como se apreca en ‘tin dl poril despues desu fosmacio los datos de I arcilaestratiicada canadiense, en especial 3, Se dapone de muches métodos para et estudio de para las capasoscurss. terrenos. La prueba de ponetracén estindsr es my Design Tessa ees ured (5) ‘ova em) Valores matin et lo Sowa” so | 123 4867 8 [= Cops opal of | T ae | ‘Aria aerada I set a ‘muy este | 24005 70188 (oni) ina 2778 wy = AB rr ae 5 tp pa0ose Sac 2 320% = 1.93 53.tovn?) {JI 7 rotund 25/— aT ‘ad | oh i ‘or = Knit guido + Prubas de wlets op = lint plstco © Compredién spe o = 7.7. leontinuseién) “ fi rs 96 La naturateza det suelo Resin conte, Cored my 100 0 4 oot os we \ || TT TT TD g s st Opa ¥ a i * t | le + TI ct (| Anan aA : a : r | LE LOI Fig. 78. Arcilla de Londres. «) Resultados de prusbes en Paddington. 6) Resultados de pruebas en Vietoria y el South Bank. (Segin ‘Skempton y Henkel, 1957). Formacién de los suelos 97 \ Huei (x) esc core en Conga ry kn) i owes" so woo Tp 3s 4S) 6 9 Gor Boa _ooes +390" T il _4 i 7 j | |e rsinton 2 j z _ au i é i | - ? | i 7 sy i | : le i » i . | i 36 i _ i al j Tktoia” 0 Saath Bank | Siren g i Fig, 78. (continuacién). 98 La naturaleza del suelo (epezueny oysqusbuy 9p 02099) gees 9p expt 20 fo ep ued “6814 {tun yen ant ony (35) aR, Or oz 0 orz_ost_ om 08 99 “e961 “PLEH A vorduens unbog) ssw [ep oFemsD 6p eH4Y “OLE SHH uma Formacién de los suelos ‘peepuna Seemed [xm papas RAIN ean pani oe. Fao | | rT ih woos os0 Broa eo ara {OF (26) pepsuny, ELON 20/9 rc epuasoy 100 La naturaleca del suelo eeig “epg o uno Yamey Buena JO "Aspen upESnDD so eypey “1448s Formacién de los suelos 101 ASSL EUEERIN fi VERE ra Sa a (x2) ens 2p of of €eouEg safreram ee pow Apecta de Mg i) a ae 102 La naturaleca det suelo — Prin de pe Angus eso © Lite iu ws) Heal opi re “Lite pic (1 ioe {ishem’} © Care de pecan: Dbl de Wain ge ae) 100 200 300 400_ 500 en T_2 19) = 3 al Fig. 7.13, Propiedades mecsas dels acilas de de México en un punto fico dela ciudad (Segin Marsel, 1957). rin. 714, Sudos de Chicago) Sono en tae Dive carce del Avni de Mitwaukes(1200N, 1600) Sone ene ele 1 canons y on a Aveniga de Racine (5005, 1200. (Segin Peck y Reed, 1954), | Formacion de los uelos 103 — ' “409177 foe ence Oat! Mundt oe ed Lament oy TS on a oad al i tetas | YQ rt at aia nt ie ea oie, +431, one tea i | -1ah>) fi ‘Ascii azul may blands [ ae ‘| f \ aa ' sama on fe soa gone sa oe | fats rom setae ie 5 , \~ | waa —— L i pat wet uy on scien ty me i NS 7 “| a a Final det sondes i] l i © : aun E ‘Superticie: _presion (hgfem?) ‘Humedad (%) / saan oe yg we ni on wc ta a 2 tat a ogy int, a | |e tee a ; 228) rae tp fe en ay ( ! azaleas os Arcilka grasa media, azul, arenoss: |-* sea i { E ncn muy vin ators Scot Salome wo i> i i i -se Het est no rd ‘test a | Eituecee poe 9.60 = “| st enn tt ao Final det sondoo oy | I 104 La naturaleza del suelo Tame Humedad ) arperTar|0 1 101 20 25 fa] Now | P85 a0 fA taredabeata| 47 | 29 8 4904) SEES |s4) 20] 6 7 i 150 seawarwes | 7 | 14| 7 @ TTT T Vereeniging Sotelo) Rustonborg | : Wate! Boven Bloemfontein Preora Standerton Fountains, | | 4 aes "O02 a0 8B Tt Limite ui bd o Fig. 7.18. Arcilas de Africa det Sur. a) Variacin de las humeda- des medidas dirsctamente bajo una loss impermeable. 6) Resul- ‘ados de prucbae de identificaciin de sueos sudafricanesen los que ‘2 han observadoearacteristicas expansive. (Sop Jennings, 1963). : | | i i i Formacién de los suelos. 105 Pres (6) ‘0 100 SL Aa ai tri sito 10 15| @ HERES cauenex) —_ reminsen a a ce ee ol: Y | y Py sp . 125] 1» Fig. 7.16. Arcilla rxidual brasilefe. 2) Arcilla poross residuol (Campinst) procadento de Ia detcomposicién de una arenisca are Variacién de la consstencis, qranulometria y porosidad con la profundidad. 6) Arcila residual (Belo Horizonte) procedenta de escomposicién de un gneis. Variacién de Ia consistenca, granulometrfs y porosided con la profundidad. c) Prasones viruses proconsalidaién en func de la profundidad de las muostres. (Segin Varo. 1953). | i | | } | | | i 106 La naturaleza del suelo Pore (%) “oe ee 6 eso expec seo (wm?) Prfundéad(m) * 2 oo NL re ES. Pan peti url ——— Poms emeics mimo y iin ‘eso especitica natural y granulometria de arenas aluvsles (ste- ‘ibn vertical de un poro) Fig. 7.17. Arena do io Volga (Seguin Durante v Col 1957). ‘it para obtener una visi6n general aproximada del perfil del terreno. Suele ser necesario la toma de rmuestras y las pruebas i situ y en laboratorio para ‘obtener valores de proyecto. 4. La experiencia resalta la importancia de a historia de presiones y la gran varibilidad de las propie~ ‘dades del suelo en un perfil determinado, como se aprecia en fos perfiles de las Figs. 7.7 y 7.17. PROBLEMAS 7.1. Indiquense los métodos de estudio del terreno sds adecuados para cada uno de los siguientes casos: «@. Vivienda cimentada sobre arena. 2, Tramo de caretera sobre roca, . Terraplén de 30m de altura sobre un depésito de arcilla blanda de 6 m de espesor. ‘d.Cimentaci6n de un gran compresor sobre un ter plén de arena de 3 m de espesor, formado por relleno hidrdulco 72. Representar la relacién entre Ia profundidad (or- Aenadas) y el indice de guides (abscisas) para a. La arcila de Mangleud (Fig. 7.7) b. Laarcilla de Paddington (Fig. 78). c. La arclla de Chicago (Fig. 7-14). Discitase en cada caso ln posible relacion entre el indice de liquider y fa historia geoléaica 7.3. Representar la sensibilidad (ordenadas) en funcion det indice de liquides (abscisas) utiizando los datos de los siguientes suelos: @ Arcilla de Drammen’ y arcila de Manglerud (Fig. 1. . Arcilla azul de Boston (Fig. 79). Discitanse las relaciones obtenidas. “74 Caledlese la actividad de la arila azul de Boston, ‘una avvilla estratificada canadiense y una arcilla residual braslena, 75. Represéntese la relacién entre la compacidad rela- tiva (abscsas) y la profundidad (ordenadas) para la arena del rio Volga (Fig. 7.17). PARTE Ill EI suelo seco En la parte Ill, se establecen ciertos principios basicos referentes al comportamien- to esfuerzo-deformacién del esqueleto de un suelo, considerando los casos (como su- cede en los suclos secos) en los que no existe una interaccién apreciable entre el esqueleto mineral y el fluido intersticial. Los principios referentes a las propiedades de los suelos secos serdn de interés para el estudio de los suelos con agua en las partes IV yv. "AL hablar de suelo seco en la parte III nos referimos a un suelo secado al sire. Incluso una arena secada al aire contiene realmente una pequefia cantidad de agua (qui- zis una humedad de hasta el 19). Sin embargo en cuanto el tamafio de las particulas ‘es como el del limo grueso o mayor, esta pequefia cantidad de humedad tiene escaso (0 nulo efecto sobre las propiedades mecsnicas del suelo. Los principios establecidos en Ja parte IIT son aplicables a una amplia variedad de suelos secos, incluyendo los limos sgruesos, las arenas y las gravas. . CAPITULO 8 Esfuerzos en una masa de suelo En la parte Ilse estudiaron las fuerzas que actian en- ‘te particulas individuals del suelo. En un suelo real, evi- dentemente, ¢s imposible estudiar las fuerzas exstentes en cada punto’ de contacto. Mis bien es necesaio emplear el concepto de esfuerzo*. En este capitulo se introduce el concepto de esfuerzo tal como se aplica a los sulos, se comentan los esfuerzos que existen en una masa de sueio como resultado del peso propio y por efecto de las fuerzas aplicadas y por iltimo fe muestran algunas reprosentaciones geométricas tiles del fxtado de esfuerzos en un punto de una masa de suelo. + No existe una teaduccin unificas en castellano paa ol téemi- no stress. Ax, por ejemplo, on Fspafa se emplea el equivalente {tendidn, junto’ con fos ues pos: accion (tensile stress), compre- Sion, (compressive stress) tensién tangencial (shear stress. Por el ontzario, en México y otfos patter de America del Sur se habla de fexfuerzos que pueden ser de tensin, de compreion y cortantes 0 {angenclales. Esta segunda forma es la que se ha adoptado en este libro por lo que el lector no habituado deberd tener presente esta nota para no inoue en interpretaciones equivocadas. (NT). lento A @ 8.1_ CONCEPTO DE ESFUERZO EN UN SISTEMA DE PARTICULAS La Fig. 8.12 muestra una pequetia celda de medicién hhipotética (elemento A) enterrada en una masa de suelo. Imaginemos que esta celda se ha colocado de tal forma ue las particu del suelo no se han desplazado. Los dia- sgramas de la Fig. 8.15 representan las caras horizontal y vertical del elemento A, con las particulas de suelo que cargan sobre esas caras. Estas particulas ejercen general- ‘mente fuerzas normales y tangenciales sobre dichas caras. Si cada cara es cuadrada, de lado a, podemos definir los esfuerzos que actian sobre la celda por donde Ny y Nz representan respectivamente las fuerzas normales en direcciones vertical y horizontal; Ty y Tp son respectivamente Ias fuerzas tangenciales en direcciones ver- ‘Suparici del tarona Fig. 8.1. Diagramas para ilustrar fa defiicién de esfurzo. 2) Perfildel terreno: by} Fuerzas sobre el elemento A. ut 112 El.aelo seco parvcalsstadas por cima y debso de plano de sezcion Fig. 8.2. Definicién de los eafuerzos on un sisters de particule. =N tical y horizontal; y 0s, On, To ¥ Mm representan los esfuer ‘zor cortespondientes. De esta forma hemos definido cua tro esfuerzos que, al menos teGricamente, pueden visuali- zarse y medise directamente. Tn esta Parte III, excepto cuando se indique lo con- trario, se supondré que la presiGn en la fase intersticial del suelo es mula; es decir igual a Ia presiGn en Ia atmosféric ‘De aquf que las fuerzas Nv, Nn, To ¥ Tn se deben i mente a las fuerzas transmitidas a través del esqueleto mineral. Emeun-svolosoco,.elvesfuerzo-puede.imaginarso- dadsde-éreade-suelon Realmente, es bastante dificil medir con precisién los esfuerzos existentes en el interior de un suelo, princi palmente debido a que la presencia de un medidor altera Br campo de esfuerzos que existiria si aquel no se hubiera colocado, Hamilton (1960) ha estudindo las celdas me- idoras de esfuerzos y los problemas asociados con ellas. Con objeto de que nuestra definicién de esfuerzos se pueda aplicar con independencia de un medidor, podemos fhaver pasar un plano imaginario a través del suelo, como ‘sr indica en la Fig. 8.2 Este plano atravesard los granos ‘ninerales y 108 espacios intersticiales. Puede suceder que fste plano pase a través de uno 0 més puntos de contacto entre’ particulss. En cada punto en que este plano atra- viesa materia mineral, la fuerza transmitida a través del fsqueleto mineral puede descomponerse en fuerzas nor- males y tangenciales al plano, Las componentes tangen- Gales pueden @ su vez descomponerse segiin un par de ges coordenados. Estas diversas componentes se han re- presentado en la Fig. 8.2 Kacsumo-de-las-componentes Fuer2as, dividide-por-olérea ‘plane: Andlogamente, Ia suma de todos los componentes Tangenciales sobre el plano en la direccién x, por ejemplo, dividida por el érea de este plano es el esfuerco tangencial (ocortante Ten la direccién x. Existe también otra imagen bastante utilizada para la dofinicién de esfuerzos. Puede imaginarse un plano “ondu- Bre zr, edo” que se dobia justo lo suficiente para cortar materia ‘mineral unicamente en los puntos de contacto entre par- ticulas. El esfuerzo es entonces Ia summa de las fuerzas de contacto dividida por el érea del plano ondulado. La suma de todas las areas de contacto seré una parte muy per ‘quefia del érea total del plano, ciertamente menos de 1%. Porcllo, elesfuerzo definide de estaforma difiere mucho nu- iéricamente de los esfuerzos en Jos puntos de contacto. ‘Al utilizar la palabra “esfuerzo” en este libro nos refer mos al esfuerzo macroscépico, os decir fuerza/irea total, tl ‘como se ha definido con ayuda de ls Figs. 8.1 y 8.2. Cuan do sea el caso de referinos a los esfuerzos en los puntos de contacto entre particulas utiizaremos una cierta adjetiva- tion como “esfuerzos de contacto”. Como se dijo en el ‘apitulo 5, los esfuerzos de contacto entre particulas de un suelo pueden ser muy grandes (dl orden de 10,000 kg/cm). Los esfuerzos macroscépicos, segin se definen en este.ca- pitulo, tienen una gama de variacién tipica de 0.1 2 100 Kafom para la mayorfa de los problemas reales. EI concepto de esfuerzo esti estrechaments asociado con el de medio continuo. As pues, cuando hablamos de Tos esfuerzos que actian en un punto, imaginamos las fuerzas que actdan sobre las carss de un cubo infnita- ‘mente pequerio compuesto de un cierto material homogé neo, A primera vista podemos, sin embargo, proguntarnos tiene sentido aplicar el concepto de esfuerzo a un ss- tema formado por particulas como es el suelo. Sin em Dargo, el concepto de esfuerzo que se aplica a los suelos no es més abstracto que el mismo concepto aplicado a los inetales. Un metal se compone realmente de muchos pequerios crstales y, a la escala submicroscépica, la mag- Pitud de las fuerzas entre crstales varfa aleatoriamente de in cristal a otro. Para cualquier material, el interior del “cube infinitamente pequefio” es por tanto sélo estadisti- ‘Camente homogéneo. En un cierto sentido, toda Iams feria se compone de particulas y s6lo tiene sentido el hablar de esfuerzo macroscépico si este esfuerzo varia poco en una distancia del orden de magnitud del temafio Fela particula més gruesa. Cuando se habla de los esfuer- zos en un “punto” del suelo, debemos imaginar un “punto” bastante grueso. Volviendo a la Fig. 8.1, advertimos que las fuerzas N, ct, son las sumas de las componentes normal y tangen de las fuerzas que actsan en cada punto de contacto entre Jas particulas de suelo y Tas caras del elemento ideal. Cuanto mis pequefio sea el tamafio de las particulas ma- yor sera el mimero de contactos con una cara de lado a ‘Ast pues, para un doterminado valor del esfuerzo macros cépico, una reduccién en el tamafio de las particulas sign fica una menor fuerza en cada contacto, Por ejemplo, la Tabla 8.1 recoge valores tipios de la fuerza de contacto para diferentes esfuerzos y tamafio de las particulas (ver Marsal 1963). ‘Tabla 8.1 Valores tipicos de las fuerzas de contacto medias en suelos granulares ‘Fuerza media de contacto (@) para un esfuerzo macroscopco Esfuerzos en una masa de suelo 113 sez (6 yen) Prafundided ¢ Fig. 8, Exfuerzor geostticos en un suelo con superficie hor zontal. tooce Piet (elem?) donde z es la profundidad y es el peso especifico total fuelo’pariiculas fal Too el suelo. En este caso, el esfuerzo vertical variaré lineal ‘mente con la profundidad, como se indica en la Fig. 8.3. a 5 30 300 Un peso especitico tipico de un suelo seco es 1.6 t/m. os Coneste peso especifico, la eeuacién 8.2 puede transformarse . ee nos en la serie de férmulas stiles recopidas en la Tabla 8.2 Arena Tabla 8.2. Formulas para el céleulo de las 006 «3x10 3x 10-* 0.0003 presiones geostiticas vertcales Limo 0.002. 3x 10% 3x 10" 3x 107 Unidades de oy _—_‘Unidades de + __-Exprean do ov iba pie? pies 100: libras/pulgnda?® pies 0.694: 8.2 ESFUERZOS GEOSTATICOS kglem? metros 0.1602 atmésforas pies 0.04732 Los esfuerzos en el interior de un suelo estin produc dos por las cargas exteriores aplicadas al mismo y por el peso del propio suelo. El sistema de esfuerzos debido a las cargas aplicadas suele ser bastante complicado. El sistema de esfuerzos correspondiente al peso propio del suelo tam- ‘bign puede ser complicado. Sin embargo, existe un caso habitual en el que el peso del suelo da lugar a um sistema de esfuerzos muy sencillo: cuando la superficie del terre: ‘no es horizontal y cuando la naturaleza del suelo varia muy poco en direccién horizontal. Este caso se presenta frecuentemente, en especial en suelos sedimentarios. En tal caso, los esfuerzos se denominan geostéticos. Esfuerzos geostiticos verticales En el caso que acabamos de describir, no existen es- fuerzos tangenciales sobre planos verticales y horizontales trazados a través del suelo, De aqui que el esfuerzo verti- cal geostitico a cualquier profundidad puede calcularse simplemente considerando el peso de suelo por encima de dicha profundidad. ‘Asf pues, si el peso especifico del suelo es constante con Ia profundidad oomaye 62) ‘Nota, Sobre a base y= 100 hpi? (1.60 tonn®) Para cualquier cour peso eapeciin ef pie? multpica por 1/100 (o por 7/60, con'yen toni). Por supuesto el peso especifico no es una constante ‘con la profundidad. Generalmente un suelo resultard cada ‘vez més compacto al aumentar la profundidad debido a la compresién originada por los esfuerzos geostaticos. Stet ificondel-suelo-vaciaede-forma~continue-sonia os esfuerzos verticales pueden calcularse por eo els integral secre Sinelasueloestdastratificada- y el Ejemplo 8.1 Datos: La telacion entre el esfuerzo vertical y el peso especifico es 7 = 1,520 + 0.0022 a» donde 7 viene dado en ton/m? y a, en ton/m? Problema: Calcular los esfuerzos verticales @ una pro- fundidad de 30 m para el caso de esfuerzos geostéticos. Solucién por cileulo directo. A partir de la ecuacién 83: oy =[(1,520+0.002204)dz (en metros) 40s = 1,520 + 0.002 a dz La solucién de esta ecuacién diferencial es: y= 6.90 (60-9022 _ 4) Para z= 30m 0» = 6.90 (1.0683 ~ 1) = 47.73 ton/mt (tra solucién aproximada por tanteos: Primer tanteo: Supongamnes un peso especifico medio desde 2=0 a z= 30 m de 1.60 ton/m®. Entonces, para = 30:m sero» = 48 ton/m?. El peso especific (entrando ‘con este exfuerzo) seria de 1,625 ton/m* y el peso especi- fico medio (suponiendo una variacin lineal de 7 con la profundidad) valdria 1.57 ton/m?. Segundo tanteo: Suponiendo un peso espeeifico medio e157 ton), resulta para z= 30 m, o0 = 47.10 toni? y ‘1 = 1.60. El peso especifico modio sori 1.56 ton/m?, coin- cidente précticamente con el supuesto. La ligera diserepancia entre ambas respuestas se debe a aque el peso especifico realmente no varia tan linealmente ‘con la profundided como se ha supuesto en ln segunda solucién, La diserepancia puede ser mayor cuando 7 sea ris susceptible a la varicién de oy. La solucién por céleulo directo es mis exacta, pero se pueden cometer crrores mis ficilmente en las unidades. La exactitud de la solucién por tanteos puede mejorarse dividiendo Jos 30m de profundidad en capas y suponiendo una varacién uniforme del peso especifico en cada una de elas. < Esfuerzos geostiticos horizontales La solacié tical se expresa por un coeficiente denominado eoefieiente-dex evfuerconlateraiede-presion-lateral y s designa por el simbolo K = 5) Esta definicion de K se emplea indiferentemente de que los esfuerzos sean geostiticos 0 no. Incluso en el caso de que los esfuerzos sean geostiti 0s, el valor de K puede variar entre amplios limites, s2- gin que el suelo resulte comprimido o expandido en diteccién horizontal, bien por las fuerzas de la natura- leza 0 de los trabajos del hombre. La gama posible de variacién de K se comentari con més detalle en el capi- tulo LI. Frecuentemente tiene interés la magnitud del esfuerz0 geostético horizontal en el caso especial en el que no se haya producido deformacién lateral en el terreno. En este caso se habla del eoeficientende-presién-laseral-ew-reposo? ¥ se designa por el simbolo Kex Como se ha comentado en el capitulo 7, un suelo sedi- mentario est formado por una acumulacién de sedimen- tos de abajo a arriba. Al continuar aumentando el espesor de sedimentos, se produce una compresién vertical del suelo a todos los niveles debido al aumento del esfuerzo vertical. Al producirse la sedimentacién, generalmente en tuna zona bastante extensa, no existe razén por la cual deba tener lugar una compresién horizontal apreciable.. Por esta razén, se Hoga logicamente a la conclusién de que ‘en un suelo sedimentario el esfuerzo total horizontal debe ser menor que el vertical. Para un depésito de arena for- mado de esta manera, Ko suele tener un valor compren- dido entre 04 y 0.5. Por otro lado, existe evidencia de que el esfuerzo horizontal puede ser superior al vertical si un depésito sedimentario ha tenido una carga importante en el pasado. En efecto, los esfuerzos horizontales quedaron “conge- Jados” cuando el suelo estuvo cargado con un espesor mayor de tierras que el actual y no se disiparon al supri- rirse esta carga. En este caso, Ko puede alcanzar valores de hasta 3. En la Fig. 8.3 se ha representado Ia gama de variacién de los esfuerzos horizontales para el estado en reposo. 8.3. ESFUERZOS PRODUCIDOS POR LAS CARGAS APLICADAS Los resultados de la teorfa de la clasticidad se emplean frecuentemente para calcular los esfuerzos producidos en tuna masa de suelo por las cargas aplicadas exteriormente. Esta teoria parte de la hipétesis de que el esfuerzo es pro- porcional a la deformacién. La mayoria de las soluciones ras ttiles de esta teoria suponen también que el suelo es homogénoe (sus propiedades no varian de un punto a fotro) dsdmopas (sus propiedades son las mismas cual- quiera que sea la direccion que se considere partir del punto.) El suelo rara vez se ajusta exactamente a estas hhipétesis, y muy a menudo no las cumple en absoluto. Sin embargo el ingeniero no tiene otra altemativa que templear los resultados de esta teoria junto con su criterio personal. 2 La expreslin cosficionte de presiin lateral también se utiliza, pero en mecdnica clsica la palabra “presén” se sucle emplear en ‘Rlacion on tn fuido que no puede transmit estuerzos tangen ‘ales. ' | i ; } La obtencién de la solucién eléstica para unas determi- nadas cargas y condiciones de contomno o frontera es bas- RIN Esfuerzos en una masa de suelo 11S nlx \A Ele eee ne 030 : | / y | fT | | t = l= ! LAL / | | | x | |/ ‘aio| : loos | Fig. 84. Esfuerzos variates producides por una carga uniforme sobre ‘una superficie circular. tante tediosa. En este libro no nos interesa la forma de ‘obtener estas soluciones, sino més plearlas. En este capitulo se incluyen varias soluciones en forma grifica. ‘Carga uniforme sobre una superficie circular. Las Figs. 84 y 8.5 dan los esfuerzos producides por una presion 1 Ia forma de em- espacio elistico®. Estos esfuerzos deben afladirse los esfuerzos geostaticos iniciales. La Fig. 8.4 proporciona los Eq general fos esfuerzoscaleulados a partir de a tora dela elusticidad som funciones del coeficiente fd se defined en ol sapituo 12. Sin embar Ie! dsbidos aos esfuerzos normalcsaplcados en superficie son sem pre independientes des, asi como los esfuerzosoriinados por una Poison Esta magnt vis exfuerzoe verti normal uniformemente repartida Aq, que acta sobre una Carga en Ina, Por ello, de los grficosrepresentados en este capitulo superficie circular de radio R en Ia superficie de un semi- Silo ls dela Fig. 8.5 dependen de y corespondeh a 4. , 116 El suelo seco 7 Esfuerzos en una masa de suelo ose ¢ © fa oro] 01 6080 £0 90 $0 sro +4 eof - sop 90 cobs 60 on oes 2 118 Et suelo seco esfuerzos verticales, El significado de Ae, y Aos, dados en la Fig. 8.5, se comentard en la seceiin 84. Por el mo- mento basta con saber que, a lo largo del eje vertical. Ao,= Ac, y Agy= Ao El ejemplo 8.2 muestra el empleo de estos abacos. Los esfuerzos provocados por una carga superficial deben afta. dirse @ los esfuerzds geostiticos con objeto de obtener los esfuerzos finales después de aplicar Ia carga. Las figures como las indicadas dan una idea de cémo © distribuyen los esfuerzos en una masa de suelo, Por ejemplo, Ia zona situada bajo la superficie cargada, donde Jos esfuerzos verticales son més importantes, x sucle de. nominar frecuentemente “bulbo de esfuerzos”. Para una superficie circular cargada, los esfuerzos verticals son me- nores de 0.15 gs a una profundidad de 3R y menores de 0.10 Age a una profundidad de 4R. Generalmente se con- sidera que el bulbo de esfuerzos corresponde al volumen comprendido dentro del contorno correspondiente a 0.1.4 gy aunque esta eleccién es totalmente arbitrara. Carga uniforme sobre una superficie rectangular. El srifico de la Fig. 8.6 puede emplearse para obtener los esfuerzos verticales bajo la esquina de una superficie rec- tangular cargada. El ejemplo 8.3 muestra Ia forma de emplear este prifico para obrener los esfuerzos en puntos fo situados bajo la esquina do la superficie cargads. Los problemas que comprenden cargassuperficiales no repart- das uniformemente o distribuidas sobre una superficie de forma imegular pueden resolverse dividiendo la carga en partes que contengan cargas uniformemente repartidas sobre superficiesrectangulares, Cargas en faja. Las Figs. 8.7 y 8.8 dan los esfuerzos producidos por eargas en faja; es decir, cargas que son in- finitamente largas en la direccién normal al plano de la figura. Se recogen dos casos: carga uniformemente reparti- day carga en faja de forma triangular. Andlogamente, ‘Ag; = Ady y Avs = Aon alo largo del eje vertical. Otras soluciones. También se dispone de grificos para otros casos de carga en medios eléstioos estratificados y en terenos elisticos rigidos en direccién horizontal pero deformables en direccién vertical. Con un computador > Ejemplo 8.2 Datos: Se tiene un suelo con y= 1.70 ton/m® y Ky = cargado con Aq, =25 ton/m® sobre una superiicie circular de 6 m de diémeteo. Problema: Catcular los esfuerzos vertical y horizontal ‘una profundidad de 3 m. Solucin ~~ Bifuezo ner verte horizontal Gonjm’y oni) Esfeerzos #= 510 Kore = 2,55 inicales Incrementos de Fig. 8.55 esfuerzos 16.00 (0.10)(25) Esfuerzos m1 finales < > emplo 83 Datos: El esquema de carga representado en la Fig, TSH Problema: Calcular el esfuerzo vertical a una profundi- dad de 3 m bajo el punto A. Solucién: La carga dada es equivalente a la suma de los 4 rectangulos de carga que aparecen en la Fig. E8.3.2 Caio de carga ‘m___Coefcients aw -tonja® 1 15 2 0223 1415 1 2 0S 0135-0675 ci 15° 05 0131. -0.655 Vv 05 05 008s 0.425 (0.210 ton/m? < digital, el ingeniero puede obtener ficilmente las distribu- cones elisticas de esfuerzo para cualquier tipo de carga y condiciones de contomo. Grificos como los aqui recogi- am] ae Stove! dos resultan sitiles para el estudio preliminar de un pro- bblema 0 cuando no se dispone de un computador. ee Fig. 8.31 4 on 40 ima a i Ww r 7 1 15m ase [41 tom 450 + Dexa 7 “1 + come + + Ona —>| or Fig, 8.32. Esfuerzos en una masa de suelo 119 Fig, 8.7. Esfuerzos principales bajo una cargo rectangular de longi td infinita. Exactitud de los valores calculados para los esfuerzos inducidos. Se plantea la cuesti6n critica de la exactitud de los valores calculados a partir de las teorias de distribu- cién de esfuerzos. Esta cuestién puede resolverse vinica- ‘mente si se comparan los valores calculados con los incre ‘mentos de esfuerzos reales deducidos de una serie de ‘casos précticos. Desgraciadamente, existen escasis series de medidas fidedignas de los inerementos de esfuerzos en ‘una masa de suelo (ver Taylor, 1945 y Turnbull, Maxwell y Ahlvin, 1961). [Las comparaciones, relativamente escasas, entre los in- cerementos de esfuerzo calculados y medidos i concordancia sorprendentemente buena, en especial en el ceaso de los esfuerzos verticales. Se requiere un gran nti mero de comparaciones de este tipo para establecer el ‘grado de precisin de los incrementos de esfuerzos calcu- Tados. En la fase actual de conocimientos, el ingeniero debe continuar empleando las distribuciones de esfuerzos basadas en la teoria de la elasticidad, a falta de métodos mejores. Debe tener presente sin embargo que los valores asi calculados pueden adolecer de un error del £ 25% 0 superior. 8.4 ESFUERZOS PRINCIPALES Y CIRCULO DE MOHR Como en cualquier otro material, el esfuerzo normal en tun punto situado en el interior de una masa de suelo suele ser una funcién de la orientacién del plano elegido ‘para definir dicho esfuerzo. Carece de significado hablar del esfuerzo normal 0 del esfuerzo tangencial en un punto. Por esta razén, generalmente se afiaden subindices alos simbolos @ y 7 para especificar la forma en que se de- finen estos esfuerzos. Con mayor generalidad, por supues- to, deberiamos hablar del tensor de esfuerzos que propor- ciona una deseripcién completa del estado de esfuerzos en ‘un punto. Este tema se comenta en los textos de mecsni- ‘ca elemental, como el de Crandall y Dahl (1959). Los siguientes pérrafos establecerdn los conceptos y definicio- nes esenciales. Esfuerzos principales En cualquier punto sometido a esfuerzos existem-S-pla- ‘nos-ortogenales (es decir, perpendiculares entre si) enles ‘cuales lor-esfuoraosstangonciales-son-nulos. Estos planos 3¢ denominan planos principales. Los esfuerzos normales que fctian sobre estos tres planos se denominan exfuerzos principales. El més grande de estos tres esfuerzos principa~ les se denomina esfuerzo principal mayor oy ; et més pe- iqueio es el esfierzo principal menor 03 y el tercero es el esfuerzo principal intermedio 02. ‘Cuando los esfuerzos en el terreno son geostiticos, of pplano horizontal que pasa por un determinado punto es ‘un plano principal al igual que todos los planos verticales a través de dicho punto. Cuando K <1, 0» = 01, 0 =03» i | | | | | | 120 El suelo seco 4 2 4, 2 a 4 a 08 oY TI 83 7 | aT 5 - 7 Ai 005 % | [i | 3 | a 1 i 2 7 | 5 } aL _ | TT L | { = = | | | . Fig. 8.8. Esfuerzos principales bsjo una carga triangular de longitu Infinita, YG = 0, = on, Cuando K > 1 sucede lo contrario: on 1 0) = 03 ¥ 02 = 0; = On, Cuando K= 1, ov = on o1 = 0; = 05,y el estado de esfuerzos se denomina ‘isotropo. Debemos indicar también que sobre-dos-planos-ortogonales-ovalesquicra-(planos que for- _man ngulos rectos) debeansax-iguales-numézioamente. Vol- viendo a la definicin de esfuerzo dada en Ia seccién 8.1 debe ser t =%e Circulo de Mohr. En la mayor parte de este libro, nos referiremos iinicamente a los esfuerzos existentes en el estado bidimensional, en lugar de los que se producen en tres dimensiones*. En particular, nos interesard el estado de esfuerzos en el plano correspondiente 2 los esfuerzos verticales mayor y menor, @ 1 y 0 3. Los esfuerzos se con: siderarén positivos cuando stan de compresin. En la Fig. 89 se indican los demas convenios de signos. La magnitud (01 —05) se denomina esfuerzo desviador 0 diferencia de esfuerzos. Dada la magnitud y direccién de oy y 0 5, s© pueden caleular Ios esfuerzos normales y tangenciales en cualquier otra direcci6n mediante las ecuaciones de la esttica que * Ej esfuerzo principal intermedio tone, sin duda,ciertainfiuen cia sobre la rsistoncia y las propiedados esfuerzodeformacién del ‘clo. Sin embargo, esta influenia ain nose conoce bien. Hasta que pueda explicase este efecto parece conveniente trabajar principal: mente en funcién de a: ¥ 3 se recogen en la Fig. 8.95 . Estas ecuaciones, que propor- cionan una descripcién completa (bidimensional) del es- tado de esfuerzos, comesponden a un cffculo. Cualquier unto del cfrculo, como el A, representa los esfuerzos sobre un plano cuya normal forma un dngulo @ con la direccién del esfuerzo principal mayor. Esta representa cin grifica del estado de esfuerzos se conoce como circu- To de Mohr y tiene una gran importancia en Ia mecinica de suelos. Dados 0 y 03 y sus direcciones, se pueden encontrar sgrificamente los esfuerzos comespondientes a cualquier ‘tra direccion mediante el efreulo de Mohr. Por otro lado, dados 99 y ro que actiian sobre dos planos cualesquiera, pueden encontrarse Ia magnitud y direcci6n de los esfuer 208 principales. La nocién de polo resulta especialmente Util para tales construcciones grificas. El polo es un punto del eirculo de Mohr, designado por Op, con la siguiente propiedad: una linea trazada por Qp y por wn punto dado A del circulo de Mohr seré paralela al plano sobre el cual actiian los esfuerzos correspondientes al punto A. Los ejemplos 8.4 a 8.7 muestran el empleo del cfreulo de Mohr y del polo. El lector debe estudiar estos ejemplos ccuidadosamente. 5 Las esuaciones 8.6 y 8.7 vienen deducidas en la mayoris de los textos de Mecsnica; ver, por ejemplo, Crandall y Dahl (1959), pis. 1302138, i © Fig, 8.9, Representacion de lor exfuerzot medionte at efrculo do Mohr. a) Estado de esfuerzos en un punto. 6) Diagrama de Mohr puta el estado de ssfuerzoe en un punto, 7 es positive cuando va en enti contaro alae aguia del rela se mide en sentido contra Fio a las aguas del rel a partir de Ia cirecién de or cyoosto + opsento 24% A= e529 6) t= (6, ~ 0p)s0n0 0050 = 25 Fsen29 (6.7) Fl esfuerzo tangencial méximo en un punto, Tmax ¢s siempre igual a (0, —05)/2; es decir, el esfuerzo tan- gencial méximo equivale al radio del citculo de Mohr. Este esfuerzo tangencial méximo se produce en planos ‘que forman + 45° con la direcci6n del esfuerzo princi- pal mayor. Si el estado de esfuerzos es geostitico, los esfuerzos tangenciales maximos se encontrardn sobre planos que for- man 45° con la horizontal. La magnitud det esfuerzo ‘angencial maximo ser SiK <1, Esfuerzos en una masa de suelo 121 SiK>1, K = 1) SiK=1, Tnic = 0 8.5 DIAGRAMAS pa En muchos problemas conviene representar, sobre un diagrama tinico, muchos estados de esfuerzos para una determinada muestra del suelo. En otros problemas se representa en un diagrama de este tipo el estado de es- fuerzos de muchas muestras diferentes. En tales casos resulta muy pesado trazar los cireulos de Mohr, incluso mis dificil ver lo que se ha representado en el diagrama después de dibujar todos los eirculos. ‘Otro método para dibujar el estado de esfuerzos puede ser adoptar un punto representativo de los esfuerzos cuyas, ‘coordenadas son ate 2 +51, forma un dngulo jgual o menor de + 45° con 1a vertical 1, Oe) Si 0, forma un ingulo ‘menor de * 45° con la hori- zontal. En la mayoria de los casos en Ios que se utiliza la re- prosentacién puntual, los esfuerzos principales actiian so- ‘bre planos verticales y horizontales. En este caso, la cecuacion (8.8) se rduce a 9) Este método equivale a representar un punto tinico de un eireulo de Mohr: el punto més alto si q es positiva 0 cel mas bajo si q es negativa. Numéricamente, q equivale a Ja mitad del esfuerzo desviador. El ejemplo 8.8 muestra los puntos correspondientes al estado de esfuerzos estudiado en los ejemplos 8.4 2 8.6. Conociendo los valores de p y q para un cierto estado de esfuerzos, se posee toda la informacién necesaria para dibujar el citculo de Mohr correspondiente. Sin embargo, cl empleo de un disgrama p-q no exime de utilizar et cefreulo de Moht para determinar la magnitud de los es fuerzos principales partir de un determinado estado de cesfuerzos. 122 Bl suelo seco > Ejemplo 8.4 Datos. Los de la Fig. E8.4-1. t 2 Ed wel bee igen Tit B 2m? Fig. e844 Problema. Calcular los esfuerzos sobre el plano BB. Solucin. Utiicese la Fig, E842. 1 x w le z : x - lc a i a Fig. 842 1. Se representan los puntos de coordenadas (4,0) ¥ (2,0). 2. Se dibuja el eftculo, tilizando estos puntos para definir el diémetro. 3. Se traza la linea A'A’ por el punto (2,0), paralela al plano sobre ef cual acta el esfuerzo (2,0). 4, La interseccin de A’A’ con el eirculo de Mohr en el punto (4,0) es el polo. 5. Se traza la linea B'B" por Op, paralcla a BB 6. Se leen las coordenaéas del punto X donde B°B" corta al circulo de Mobr. E843 Respuesta. Ver la 5 kefom? Sobre BB { [r= 0.87 kglem? \e tole? Aialen? on XK salen Fig. £8.43, tra solucén. 1.08 pasos 1 y 2 igual que antes. B'Se tran por el punto (2,0) la linea C’C’ paralela al plano sobre el que actia et ears eed 4. C'C’ corta al cireulo de Mohr solamente en (4,0) de forma que este punto es el polo Op. Los pasos 5 y 6 andlogos al caso anterior. ‘Solucién por medio de las ecuaciones 8.6 y 8.7 0 =4 kg/m? 0 = 2 kg/em? @ = 120° oo SEZ 4 Aa 2g 24 3 ~ oo 6 = 25 al? -sen 240° sen 60° = — 0.866 < (Preguntas para el alumno, iPor qué es @= 120°? jEI resultado habria sido diferente si 9 = 300°?) Esfuerzos en una masa de suelo 123 > Ejemplo 8.5 Datos. Los de la Fig. E8.5-1. Fig. £8541 Problema. Caleuas los esfuerzos sobre el plano horizontal DD. Solucién. 1, Se stan los puntos (4.0) y (2.0) en el digrama de Mohr (Fig. E8.5.2). ye bs p tort oo } | a rr % Foe552 2. Se dibuja el citculo de Mohr. 3. Se traza la linea A'A’ por el punto (2,0), paralela al plano sobre el que acta el esfuerzo (2.0) 4, En la interseccién de A'A’ con el cfrculo de Mohr se obtiene Op. 5, Se traza la linea D'D’ paralela al plano DD. 6. EI punto de interseccién, X, da los esfuerzos buscados. Respuesta. Ver la Fig. E85: 124 EY suelo seco > Ejemplo 8.6 Datos. Los de la Fig. E8.6-1 Fig. £8.64 Problema. Obtenet la magnitud y direccién de los esfuerzos principales. Solucion. Ver la Fig. E8.6-2 8 mS] 1 I VI no | = 7.7 7, 8 5 Fig. £8.62 . 1. Se sitian los puntos (4,1) ¥ Q,1). 2: Se define el didmetro y se dibuja el cfteulo de Mobr. 3. Se traza BB" por el punto (1-4), paralela a BB. 4, En la interseccién de B°B" con el citculo se obtiene el polo Op. 5. Se leon oy y 0 en el grafico 6. La linea que tne Op y 0} define el plano sobre el que acta oy, etc. (ver la Fig. £363), e1= 44 lent st D> > 159 le? Fig. £853 Resolucién por medio de ecuaciones. 1. Se parte del hecho de que Ia suma de esfuerzos normales es constante Oy 403 Zoo =442- 3 kglom® Zz. 2 es 2 Esfuerzos en una masa de suelo 125 2.52 enpla a ars con cualquier par de esfuerzos conocido. =VR3PFP aVie oe) 414 kgler? L414 kelem? 6 = —2y 5, El angulo que forma la direecién del esfuerzo principal mayor con la horizontal 230? —0= 525° < > Ejemplo 8.7 Datos. Se tiene una carga de 25 ton/m* uniformemente repartida sobre una superficie circular de 30 m de radio. ‘Problema. Para una profundidad de 30 m bajo el borde de ta superficie cargada, caleular el inoremento del esfuerzo horizontal y las direcciones de los inerementos de Tos esfuerzos principales mayor y menor. ‘Solucién. Pueden utiizarse las Figs. 84 y 8.5 para obtener Ae, Ao1,y Ao Representando estos incrementos se construye el cftculo de Mohr. El polo se localiza trazando una horizontal por el punto que representa el esfuerzo vertical, resolvigndose asi el problema. furs fbr 5 Yin piano vert = ‘rim 38 2 ba \ en ks Tein Diet sy es sues 0 oF bre un lao bo 4 onal (0. 35 = 0 ‘iy ton? Fig, £82. ‘Pregunta para ef alumno, Para la construcci6n del diagrama ha sido necesario su- poner que el esfuerzo tangencial era negativo sobre el plano-horizontal. Una forma de Comprobar esta-hipdtesis es viendo si las direcciones de los incrementos de los esfuer, 208 principales son razonables. {Lo son? i 126 Et suelo seco > Ejemplo 88 Representar en un diagrama p — q los estados de esfuerzos correspondientes a los ejemplos 8.4 2 8.6. Ver la Fig. E83. ) ta on G8) 02 ( | 8.6 TRAYECTORIAS DE ESFUERZOS Frecuentemente se desea representar los sucesivos es- tados de esfuerzos que existen en una muestra de suelo al cargarla. Una forma de hacer esto es trazar una serie de citculos de Mohr. Por ejemplo, Ia Fig. 8.10a muestra esta dos sucesivos al incrementar 01, manteniendo constante 4. Sin embargo, un diagrama con muchos citculos puede resultar bastante confuso, en especial si se representan sobre un mismo diagrama los resultados de diversas pruc- ‘bas. Un método mis satisfactorio consiste en representar luna serie de puntos (pq) uniéndolos mediante una curva (8.106). Esta linea se denomina tayectoria de eyfuerzos. ‘Al igual que un cfeulo de Mohr © un punto (p-q) repre- sentan un estado de esfuerzos, una trayectoria de esfuer 70! @ Fig, 8.10. Representaciin de sucssivos estados de esfuerzos % 208 proporciona una representacion continua de sucesivos estados de esfuerzos®. La Fig. 8.11 muestra diversas ta: yectorias de esfuerzos cuyo empleo refutard interesante en los capitulos siguientes. En la Fig. 8.11a aparecen trayectoras de esfuerzos que parten de un estado para el cual ay'= on. Este es un es- tado inicial comin en muchos tipos de pruebas de labora- torio. A partir de este estado iniial, se suele variar en general do y on en a misma magnitud (A oy = A on), 0 s2 hnace variar uno de los esfuerzos principales mientras que el Los téxminos historia de exfuerzos y cure vectorial se wtlzan también para indicar las curvas que representansucesivosestados de fesfuerzo, aunque las definiiones de estas curvas son algo dife- o niendo constants o3. Los puntos A,B, ete, reprsentan idénticos estados en ambos ‘agraman. a) Circuioe de Mohr. 6) Diagrame pre o 19\ Exes de aa con ehloye Fig, 8.11. Ehmplos do trayectorias do esturzos. a} Iniciimente > Ejemplo 89 ia. B) Iniciskmente oy >on >0. c) Inicialmente cy = Esfuerzos en una masa de suelo 127 otro se mantiene constante (4.0 positivo mientras A on . 6 Ack negativo para Av, =0). Por supuesto son posibles muchas otras trayectorias; pueden inerementarse si- multineamente 4.0; y Ao de forma que Ao3 = Ao, /4. Un estado inicial més comtin es que tanto ov como on sean mayores que cero, pero dv #0n. La parte (b) de la Fig. 8.11 muestra varias trayectorias de esfuerzos que par- ten de un estado inicial de este tipo. También tienen interés los estados de carga que parten de 0; =03=0 y en los cuales 0; y 03 aumentan de ‘manera constante (Fig. 8.11c). Para este tipo de carga a 1-k p i+K a donde K es el coeficiente de presin o esfuerzo lateral ya definido en la seccidn 8.2. La trayectoria de esfuerzos K corresponde a Ja compresi6n is6tropa, sin esfuerzos tan- senciales. La trayectoria Ko indica’ la forma en que zumentan los esfuerzos en un suelo normalmente consoli- dado durante ol proceso de sedimentacién. La pendiente de la trayectoria Ke se designa por 8; es decir, para un estado de carga Ko Fa tang (8.11) ‘Combinando las ecuaciones 8.10 y 8.11 se tiene 1=tanp Ta @.12) Una trayectoria de esfuerzos no tiene por qué ser una recta. Por ejemplo, podemos obligar a que los esfuerz0s 9° apliquen de forma que Ao» = 4 (A on). Una trayectoria de esfuerzos puede estar formada por una serie de tramos rectos unidos. Dos estados de carga diferentes pueden seguir la misma curva en el plano p-q, pero uno de ellos puede corresponder a esfuerzos erecientes y el otro a es- fuerzos decrecientes. Para evitar cualquier ambigiedad, las trayectorias de esfuerzos deben llevar una punta de flecha para indicar el sentido de Ia carga Datos. Condiciones de carga y terreno representados en la Fig. E8.9-1. Problema, Obtener la trayectoria de esfuerzos de los puntos A y H ‘Solucién: Utilicense las Figs. 8.4 y 8.5 para calcularlos* esfuerzos. Las trayectorias de esfuerzos se dan en la tabla siguiente y en la Fig. E8.9-2. < (Tabla del Ejemplo 8.9) Tica Tnerementon Final imo PGA OP FA 1s aes eae ign oe os On 9 mara 19 9 eee s06 ee 1007 Be 210124). 21°79) 22s eal sa58 188 ell 179) C 45 186 325 139 176 29 O41 25 428 213 D 80 MS 34 186 134 13 754 261 507 M6 EF 930 372 651 279 79 03 1009 375 692 317 F 10 496 868 372 50 01 1290 497 393 396 G 1545 618 1082 463 34 0 1579 618 1098 485 H 15S 742 1298 556 24 0 «(187942 ABLA_—568 * Las pequefias diferencias que pueda encontrar el lector, se deben a errores de redondoo en Ja transformacién de unidades, an. 128 1 suelo seco zi! ~ thas TL zi : $ i < 3 palams a - — Pig Ve Ye | Aaah 3, | i” e woe i| ; = | ofna aa | \ | segue poet De Ha, ' SoS es pees : | | oo 1 al oa | i fe aot el gE — t EE | os) | a 7 100 1S 150 toward Fig, £892. El ejemplo 8.9 muestra las trayectorias de esfuerzos para divesos puntos del gje vertical, bajo una superficie circular cargada. En este ejemplo es evidente Ia utilidad de Ja trayectorin de esfuerzos para representar las vaiaciones de los mismes. 8.7 RESUMEN DE PUNTOS PRINCIPALES 1. El concepto tradicional de esfuerzo puede aplicarse 2 un sistema discontinuo, siempre que el esfuerzo varie muy poco en distancias del orden de magnitud de la particula més gru 2. La representacién del citculo de Mohr para el es- tado de esfuerzos en un punto resulta extraordina- riamente dtl en la mecénica de suelos. 3. El diagrama p-g es también un auxiliar muy valioso para la representacién del estado de esfuerzos en un unto, mientras que la trayectoria de esfuerzos es de gran ayuda para la representacién de cambios en el estado de esfuerzos, 4. Si la superficie de un depésito de suelo es horizon- tal y el peso especifico es constante con la profun- idad, los esfuerzos geostiticos vertical y horizontal aumentan linealmente con la profundidad. 5. La teoria elistica permite una estimacién adecuada de los esfuerzos inducidos en una masa de suelo por las cargas aplicadas, ‘Al no ser el suelo elistico, y por otras razones citadas cen este capitulo, ef ingeniero’ debe utilizar los grificos de distribucion de esfuerzos con cierto criterio y precaué Se requieren muchos casos en los que se hayan com. pparado los esfuerzos calculados con los medidos in situ ara conocer la precisidn de los esfuerzos asi determi. nados. PROBLEMAS 8.1 Un suelo tiene un peso especifico de 7.75 ton/m? y lun coeficiente de presién lateral en reposo de 0.45. Supo- niendo que el estado de esfuerzos es geostitico, repre. sentar la ley de esfuerzos verticales y horizontales des. de Ia superficie del terreno hasta una profundidad de 15 m, 82 Un terreno presenta los siguientes pesos espect: ficos 03 m y= 1.75 ton/m? 38 m y= 1550 ton/m? 815 m = 180 tonlm* Suponiendo que el estado de esfuerzos es geostético jcudl serd el esfuerzo vertical a 12 m de profundidad? 83 La relacion entre el esfuerzo vertical y el peso es- pecifico es = 1304 001 00 donde yr viene expresado en ton/m* ya, en ton/m*. ;Cus] serd el esfuerzo vertical a una profundidad de 30 m en un Esfuerzos en una masa de suelo 129 depésito de este suelo, suponiendo que el estado de es- fuerz0s es geostitico? 8.4 Considérense los resultados del ejemplo 8.4. Par- tiendo de las componentes horizontal y vertical de los esfuerzos sobre Ia cara inclinada (y considerando la super- ficie relativa de las tres caras) demuéstrese que el elemen: to esta realmente en equilibrio. 85 Considsrese el ejemplo 8.5. 4 Repitase el problema pero en el paso 3 trécese wna Iinea paralela al plano sobre el que actia 0, . Demuéstrese que se obtiene ef mismo polo Op. 5. Calcilense los esfuerzos sobre el plano horizontal ‘mediante las ecuaciones 8.6 y 8.7 (ver la Fig. 8.9). 8.6 Considétese el ejemplo 8.6. 4. Repitase el problema pero em el paso 3 trécese una Tinea paralela a A A. 5, Determinense los esfuerzos sobre un plano horizon- tal y dedizcanse los esfuerzos que actiian sobre el elemen- to considerado. _ al Fig, POG 8.7 Dados los siguientes esfuerzos, caledilese Ia magni td y orientacién de los esfuerzos principales. Fig, P67 88 Tricense las trayectorias de esfuerzos en un dia entes estados de carga: )=2 kg/om?. om permancer constante mientras que d» aumenta hasta 6 Kg/em# b, Estado inicial oy ~ oy =2 kafem*. 0» permancce constante mientras que on aumenta hasta 6 kg/cm? ¢. Estado inicil on = 0) = 2 ka/em?. o» peimanece constante mientras que oy disminuye hasta 1 kg/em?. 4. Estado iniial op = op = 2 kglem?. oy ¥ op dismi- nuyen segin la relacién A on = Aou/3. €. Estado inicisl oy = 2 kg/om*, on = 1 ke/m?. oy permanece constants mientras que op disminuye hasts 0.7 Kglom?. F. Estado inicial ov = 2 kgfom?, on = 1 kglem?. 0» petmanece constante ‘mientras que on aumenta hasta 6 kgfom? 130 EY suelo seco 89 La superficie de un cuerpo elistico esta sometida 4 una carga uniforme de 5 ton/m? sobre un drea de 6 X 12 'm. Se pide: 4. El esfuerzo vertical a una profundidad de 3 m bajo la ‘esquina del rea cargada. 6, El esfuerzo vertical a una profundidad de 6 m bajo ‘1 centro del érea cargada. 8.10 Una carga uniforme de 10 t/m? se aplica sobre un érea circular de Sm de didmetro en la superficie de un cuerpo elistico. El cuerpo elistico tiene y = 1.75 ton/m? y Ko = 0.45. Calcular los siguientes esfuerzos en el eje ver. tical de la carga a una profundidad de 3 m, antes y des- ués de aplicar Ia carga: 4@. El esfuerzo vertical. 5. El esfuerzo horizontal. ¢ Bl esfuerzo tangencial o cortante maximo. Represéntese la trayectoria de esfuerzos para este estado de carga. CAPITULO 9 Pruebas de laboratorio para determinar las propiedades esfuerzo-deformacion Si el suelo fuera is6tropo y linealmente elistico seria posible determinar las constantes elistica E (médulo de Young) y 1 (Coeficiente de Poisson) a partir de una senci- lla prueba! utiizando estas constantes para calcular la telacién entre esfuerzos y deformaciones para otros tipos de pruebas. Sin embargo, este método tan sencillo no suele ser aplicable a los suelos. De aqui que 2 utilicen diferentes pruebas, cada una de las cuales ¢s apropiada para estudiar el comportamiento esfuerzodeformacion bajo un tipo de caxga especifico. La Fig. 9.1 recoge cus: tro de las pruebas més utilizadas para el estudio del com- portamiento esfuerzo-deformacién del suelo. El dispositive utilizado en las pruebas triaxiales permite también realizar pruebas de compresién is6tropa; de hecho, la compresién {stropa es la primera fase de una prueba triaxial. En este capitulo se describen las caracteriticas prin- cipales del equipo y modo operative para realizar estas pruebas. Para obtener buenos resultados se precisa una cuidadosa téenica y la méxima atencin a los detalles ope- rativos. Lambe (1951) ha descrto con detalle el equipo y método a utilizar. Bishop y Henkel (1962), han hecho un rinucioso estudio de la prueba triaxial. 9.1 PRUEBA EDOMETRICA 0 DE CONSOLIDACION En la prueba edométrica, se aplica presin a Ia muestra de suelo segin el eje vertical, y se impide la deformacién ‘en sentido horizontal. Asi pues, la deformacién axial es exactamente igual a la deformacién volumétrica. La Fig. 9.2 muestra las secciones transversales de los dos tipos de edémetros © consolidémetros més comunes. A esta prueba se le ha dado también los nombres de prueba de compre- sién unidimensional, prueba de compresién confinada y prueba de consolidacion, Este iltime nombre procede de ‘que esta forma de prueba ya se utiliz6 ampliamente ei el, pasado para estudiar el fendmeno de consolidacién (ver Jos capitulos 2 y 27), En esta prueba Ia relaciOn entre la presiGn lateral y Ia vertical es Ko, el coeficiente de presién lateral en repos (ver la seocién 8.2). La trayectoria de esfuerzos de esta, prueba se muestra en Ia Fig. 9.1, habiéndose dado tam- bién previamente en la Fig. 8.11c. En esta prueba también 8 producen esfuerzos y deformaciones tangenciales al 4 Este método s comenta en el capitulo 12, ‘gual que compresiones y cambios de volumen, pero como estd impedida la falla por corte, Ia deformacién principal se debe a compresién. Esta prueba goza de gran acepta- cién debido a que es relativamente sencilla de realizar y a que el estado de deformacién se aproxima bastante al existente en Ios problemas reales. La méxima dificultad experimental en la prueba edo- métrica es la friceién lateral: se desarrollan fuerzas tangen- ciales a to largo de la superficie cilindrica de Is muestra al producirse las deformaciones verticales. Este efecto de friceién lateral perturba el estado unidimensional de de- formacién e impide que parte de la fuerza axial alcance Ia parte inferior de la muestra. Para reducir el efecto de esta fricei6n lateral la relaci6n altura/diémetro de la muestra se hhace lo mis pequetia posible desde el punto de vista prictico, en general 1:3 a 1:4. El empleo del consolidé., metro de anillo flotante (Fig. 9.26) también sirve para re- ducir los efectos de la friccién lateral. Se han realizado numerosos ensayos para reducir esta friccién mediante lubricantes y membranas plisticas, habiéndose demostrado + que estas téonicas tienen un cierto valor. La compresibi lidad del aparato también puede ser una dificultad cuando se ensayan suelos relativamente incompresibles, siendo necesario entonces recurtir a dispositivos especiales (Whit- ‘man, Miller y Moore, 1964). En la forma habitual de edémetro 0 consolidémetro, no se miden las presiones laterales producidas durante la prueba. La Fig. 9.3 muestra un edémetro especial que ppermite medir estas presiones laterals. Las bandas exten- sométricas “strain gages” montadas sobre el anillo meté- lico detectan cualquier deformacién lateral del mismo, ajustindose la presiGn lateral para anular esta defor: macién. Mediante un dispositive andlogo es posible reali- zar una pruebs de compresiOn unidimensional utilizando uuna forma triaxial de aparato; es decir, un anillo delgado colocado en torno a la membrana detecta la deformacién lateral, modificdndose Ia presién en la cémara para anular esta deformacidn. De esta forma se elimina el problema de la friccién lateral. 9.2 PRUEBA TRIAXIAL La Fig. 9.4 muestra la idea bésica de la prueba triaxial, la prueba més comin y versitil utilizada pasaedetensnines: Jascprapiedades.estuersondefasmacisaadelsusloe Una mues- 131 132 El suelo seco anon Prueba Compreion ‘confinada | Compresion, Corte amma: (edometro) ‘axial directo Hib aos {iy Hie, condone | 2p R= ae". tee | SE inn TT, Detarmients | yy f= selene =o | bond e on 7 a“ Hi eons apna Vobmitic gi Votntiea — Diss y ert ‘tenatn vekiin | sien, cn crt ‘oun Tan te detomacin q ‘ | : Tey setts || Fe in 5 p Esti eter. doy sine; | cape eas |r mate faa | mimesis | ermienscine | tmtrormaioy | Ems camo altos te eforn cane Fig, 9.1. Tipos mis eomunes & pruebssexfuerz0-deformacién, tra cilindrica de suelo se somete en primer lugar a una presién de confinamiento oe en todas sus caras. A conti- rnuacién se inerementa el esfuerzo axial A gq hasta que se rompe la muestra. Como no existen esfuerzos tangenciales sobre las caras de la muestra cilindrica, el esfuerzo axial c+ Ads y Ia presion de confinamiento ae son los es- fuerzos principales mayor y menor, 04 y 03, respective ‘mente. El incremento de esfuerzo axial, A de 0; ~ 03, es el esfuerzo desviador. La prueba triaxial constituye simplemente una versién ‘especial de la prueba de compresidn cilindrica utilizada pera determinar las propiedades mecénicas de muchos ‘materiales, como por ejemplo el concreto. En general no existe una presién de confinamiento durante una prueba realizada sobre concreto, aunque puede aplicarse ésta en algunas. pruebas muy especiales. Sin embargo suele ser esencial una presién de confinamiento al realizar pruebas, en suelos. El lector puede darse cuenta ficilmente de que ‘una muestra de arena seca-no se mantiene sin cierto confi- namiento. En los capitulos siguientes veremos que la presién de confinamiento tiene una influencia impor- tante sobre el comportamiento esfuerzo-deformacién del suelo, ‘Tamano de la muestra La probeta de suelo suele tener unos 4 cm de dimetro y 8a 10 cm de altura. Tambien se encuentran frecuente- ‘mente muestras de unos 8 em de diémetro y 15 a 20 em de longitud. Para pruebas do suelos que contienen grava se ‘emplean muestras mucho mayores. Presion de confinamiento La camara de presién se compone generalmente de un cilindro de pléstico transparente con tapas terminales me- tilicas. Disposiciones tipicas se_muestran en Ia Fig. 9.5 ara aplicar la presién de confinamiento se utiliza gas 0 ‘un liquide presién, aunque es preferible un liquido (generalmente agua desaireada). Para presiones superiores de 7 0 10 kg/em?, deben colocarse en tomo al cilindro de lucita bandas metilicas de refuerzo, o substituir el plés- tico por un cilindro de metal. Pruebas de laboratorio para determinar las propiedades de exfuerzo-deformaciin 133. Ta Anite ‘Massa de see Tapa Pada aioe 1a Ane Monta de slo jada por ae @ Fig, 9.2. Formas habitules de edémetres. 2) De anitlo rigldo. b) De aniloflotante. (Segin Lambe, 1951). El suelo se introduce en una membrana flexible con tapas extremas, De esta forma el fluido de confinamiento no penetra en los poros del suelo. Carga axial En la forma més usual de la prueba triaxial (denomina- da prueba triaxial estindar © nomal) el suelo se Neva a I falla aumentando el esfuerzo axial mientras que la presion de confinamiento lateral se mantiene constante. De esta forma la trayectoria de esfuerzos en el proceso de carga es la que aparece en la Fig. 8.10. La fuerza axial se aplica al piston de carga bien por medio de pesas (prueba de es- Juerzo controlado) o por una prensa hidréulica o de accio- nnamiento mecénico (prueba de deformacién controlada), En pruebas con suelos secos Ia velocidad de carga viene limitada tnicamente por el tiempo necesario para observar y registrar los datos. En general transcurren de 5 a 30 mi rutos desde que se aplica por primera vez ta carga axial hhasta que se alcanza la resistencia maxima. Control de la presién de poro o intersticial Si una muestra de suelo seco se sella totalmente, y si el volumen del suelo varia durante el proceso de carga, exis- tird un cierto cambio en el volumen y la presibn del aire que ocupa los poros del suelo. Generalmente se dispone un sistema de drenaje formado por una piedra porosa més un conducto al exterior de la cémara, de forma que el alte puede entrar 0 salir del suelo evitindose asi el cambio de presin. El dispositivo de drenaje resultaré de gran im- Portancia en prucbas con suelos. que contengan agua, ‘como comentaremos en las partes IV y V. EI sistema de drengje también se puede utilizar para realizar una forma especial de prucba triaxial: la prueba ‘iaxial con vacto. Sie aire e extrae de los poros del sv 1, se crea una presién de confinamiento por Ia diferencia entre la presin atmosférca que actia sobre el exterior de Extenneto pars rr eformaca oes verte Ania de go Fig. 9.3. Eaémetro especial que permite medic presiones laterals, (Seqin Hendron, 1963). Ja muestra y la baja presién existente en los poros de la misma. Para esta forma de prueba no se necesita una cd- ‘mara de presién pero, por supuesto, la presién de confi- nnamiento no puede ser superior a 1 atm. ‘Medida de los cambios de volumen No es facil realizar mediciones precisas de las variacio- nes de volumen en un suelo seco, tanto al aplicar la pre- sién de confinamiento como el esfuerzo axial adicional. Si un suelo esta saturado de agua, su variacidn de volumen durante la prueba triaxial puede determinarse midiendo el vyolumen de agua que escapa 0 entra en la muestra. Afor- tunadamente, como veremos en la parte IV, el comporte- miento esfuerzo-deformacién de un suelo seco o saturado similar, siempre que el fluido intersticial pueda circular libremente por los poros. Algunos de los resultados de pruebas presentados en Ios capitulos 9 a 12 se obtuvieron realmente con muestras saturadas. lee 1, Secale te rue, emt nia membrana, sobre pede 2, a muesli senor, plano prion ita 8 con. Secontol je dla ‘muestra madnte tava nein Se pla a crgs vera, mediante tt vga que pots els cia, fava que produce row Fig.9.4.. Detalles prncipates de una ear triaxial. 134 Bt suelo seco” [Je Wietpo de aero inaxidable rsa Tati, | es emeerstemeyist 1 vas ese tn apne Sorter eee sea pee theme 1 inns cases ore (10 mm die. ex, 8 men de int y 178m ar 4 rane radies 5 mm de ancho por 108 mm de profndiad Pdr prom de a 3 (178) de exper permet de 8 mm ‘diet rapt 3 Juma te "2 con theres de Anil de bronee ‘aloia Conesin ono sina Cea rn ne Tne de apres ois ysldaia Bade boner” Jura ves ein Ca Fig. 95. Seccién do une cémara triaxial tipica. (Sean Bishop y Hen Ineluso en el caso de muestras saturadas es dificil reali- zar medidas muy precisas de las variaciones de volumen pproducidas en suelos de grano grueso. Esta es una de las Tazones por las que se suele utilizar la prueba edométrica, para estudiar deformaciones volumétricas. ‘Formas de rotura o falla de las muestras, La Fig. 9.6 muestra algunas formas tipicas de especi- ‘menes probados en Ia prueba triaxial. Distorsiones de este tipo dan lugar a ciertas dificultades en la interpretacin de los resultados de prueba. La variacin en la seccién trans. versal de la muestra suele ser tan grande que no puede tenerse en cuenta para el céleulo del esfuerzo axial a par- tir de la fuerza axial medida. La distorsion respecto a la forma cilindrica se debe principalmente a las restricciones impuestas por las placas de extremo y hace dificil deter- rinar la varicién de rea, introduciendo adems errores © inseguridad respecto a los datos esfuerzo-deformacién me- didos. Se han propuesto varios métodos que permiten el desplazamiento lateral libre entre el suelo y las placas de extremo, reduciendo al maximo las distorsiones (Rowe y Barden, 1964). 93. LA PRUEBA DE CORTE DIRECTO La forma més antigua de prusba de corte sobre un sue- lo es la de corte directo, utilizada primeramente por Coulomb en 1776. Los elementos esenciales del aparato de corte directo se muestran en el diagrama esquemético de la Fig. 97%. El suelo se coloca en una caja que se rom- pe por su plano medio. Se aplica una fuerza de confins- 1962) miento y a continuacin una fuerza tangencial que origina un desplazamiento relative entre las dos partes de la caj. Se registra la magnitud de las fuerza tangencales en fun: ci6n del desplazamiento y generalmente también la va- Hain de egpesor dela muestra. El aparato de corte puede ser circular o cuadrado en planta. En general la caja tiene 20 a 25 cm®. y aproxima- damente 3.6m de ature. La carga normal se agica me. diante un gato hidréulico 0 por medio de sobrecargas. En Ja mayoria de los aparatos el esfuerzo nonmal varia de O a 10 kg/cm?. La fuerza tangencial se aplica bien mediante pests (prueba de esfuerzo controlado) o mediante un mo- tor de velocidad variable (prueba de deformacién contro- dada). En suelos s200s la duraciGn de la prucba de corte directo es semejante ala dela prucba triaxial. 1a Fig, 9.7 muestra fa eccidn transversal de un apara- to de corte directo tipico. Las placas porosas que ape. Fecen en la figura no som necesarias para prucbas realiza das con suelo sec0, pero remltanindispensables en prucbes con suelos himedes o saturados, como se comentaré en la parte IV. Los métodos operativos para realizar Ia prucba de corte directo han sido descritos por Lambe (1951). Fig. 9.6. Formes tiplas de probetas rots en una prueba taxi! com bases rigid. Pruebas de laboratorio para determinar ls propiedades de esfuerzo-deformacién Easier mero el yugo psden mores Librement niacin vera pre permit vacions de volimen Basdor superior Yugo VLG Ney 135 Les basiorsspaior inferior sn dental pra nd mejor eect de En prvi sin ravi w colocan peas ‘spacers ete or dees, as cules hoy por Dias pores en as praca con dele s\ Fig. 9.7. Secci6n transversal de un aporato de corte directo (S. K. Hough Basie Soils Engineering. Copyright © 1957 The Ronald Press Co. NY. La Fig. 9.1. muestra la trayectoria de esfuerzos en una prueba de corte directo. En primer lugar existe un estado de carga Ko al aplicar la carga vertical. A continuaci6n, la aplicacin de la carga horizontal produce un incremento eq y también un aumento de p. La trayectoria de es- fuerzos no se puede dibujar exactamente para una prucba de este tipo, ya que al conocer inicamente los esfuerzos sobre un plano horizontal no se conoce el estado de es- fuorzos completo. Recientemente se ha descrito una ver- sion mejorada de la prueba corte directo (Bjerrum y Lambe (1966). 94 OTRAS PRUEBAS Se han desarrollado numerosos aparatos para pemitir pruebas especiales. Existen aparatos para estudiar el com- portamiento esfuerzo-deformacién bajo cargas dinémicas. Hay también aparatos que permiten estudiar el comporta- miento esfuerzo-deformacién en deformacién plana Gishop, 1966) y en corte simple (Roscoe, 1961). Cualquier estado de carga que no suponga una rotacién de as direcciones de los esfuerzos principales puede repro- ducise en una cdmara triaxial. En la Fig. 98 se dan ejom- I +2} : rH + t T Compresin vertical : 2 O22...] 3 | J | ¢] TT iZ | i i: EEF 1 | -1 | [Noes | Be I pen Fig. 98, Trayectorias de esfuerzos en prusbas taxis. 136 Et suelo seco plos de condiciones de prueba tipicas, junto con la no- menclatura uiilizada. La prueba de carga se realiza redu- ciendo la presién en la cdmara, aplicando carga al pistén con objeto de mantener el esfuerzo axial constante. Para realizar las pruebas de traccién o extensién es necesario tirar hacia ariba del piston de carga. Es tambign posible realizar las pruebas de corte de forma que la suma 0, +03 =0n +0» pemmanezca constante, es devs, It tra- yeotoria de esfuerzos representada por D en la Fig. 8.1a. 9.8. RESUMEN DE PUNTOS PRINCIPALES 1, Debido a que el suelo es un material tan complejo, ninguna prueba basta por si sola para estudiar todos Jos aspectos importantes del comportamiento es- fuerzo-deformacién. 2. La prueba edométrica es Ia més sencilla para estu- iar las relaciones volumétricas esfuerzo-deforma- cién, mientras que la prueba de corte directo es la sms fcil y In més antigua para el estudio de la resis- tencia al esfuerzo cortante. 3. La prueba triaxial constituye el método mejor y més versitil para el estudio de las propiedades es fuerzo-deformacién, Con esta prueba puede obte- herse una gran variedad de estados reales de carga. PROBLEMAS. 9.1 El problema 8.8 describe varios tipos de cargas ue pueden aplicarse en una cémara triaxial. Utilizando la nomenclatura dada en Ia Fig, 9.8, describir cada caso de carga (a a f) como compresién vertical, etc 9.2 Se realiza una prueba edométrica partiendo de una presién nula. Cuando oy = 8 kglem? se observa que (on = 3 kg/cm. Dibujr la trayectoria de esfuerzos de esta prueba, suponiendo que Ia relacion on/ov es constante a lo largo del tiempo. {Qué valores Ko y 8 tiene este suelo? CAPITULO 10 Aspectos generales del comportamiento esfuerzo-deformacion En este capitulo comienza el estudio de las propieds- des esfuerzo-deformacién de Ios suelo, iustrando y expli- cando la deformacién de los suelos granulares secos. De- bido a la naturaleza discontinua del esqueleto mineral de estos suelos, el comportamiento esfuerzo-deformacién es extraordinariamente complejo. En este capitulo recurrire- ‘mos a diagramas para intentar describir este comporta- rmiento. En capitulos posteriores se darin expresiones rmatematicas aproximadas para casos especificos. En el capitulo 8 se definid el concepto de esfuerzos para un sistema de particulas. La aplicacién al suelo del coneepto de deformacién puede entenderse con ayuda de Is Fig. 10.1, Las dos particulas que aparecen en la figura distan una magnitud L, muy grande comparada con su ta- mafio. Si estas particulas se aproximan una magnitud AL, la deformacién unitaria a compresiGn ¢x viene definida por AL/L. ‘Al igual que el esfuerzo, In deformacién es una magni- tud tensorial, siendo muy delicada su definicin. En este libro haremos referencia a: 1a deformacién unitaria a compresion se- gin un determinado eje 1a deformacién tangencial unitaria respec- to a dos ejes determinados Ja deformacién volumétrica unitaria Yor? AVIV: ‘Se suponen positivas Ias deformaciones de acortamien- to; Ia deformacién volumétrica positive supone una re- ducci6n de volumen. 10.1 MECANISMO DE LA DEFORMACION Las deformaciones experimentadas por un elemento de suelo son el resultado de las deformaciones internas y los ‘movimientos relativos entre las numerosas partfculas que ‘componen dicho elemento. En cada uno de los contactos centre particulas las deformaciones locales pueden ser muy grandes, muy superiores ala deformacién general definida anteriormente. Con objeto de entender el comportamiento general esfuerzo-deformacion del elemento, es necesatio Considerar lo que sucede realmente en el interior del mis- 137 mo. En el capitulo 2 se comenté ef mecanismo que con- tribuye a Ia deformacién de un suelo. Fundamentalme existen dos mecanismos en suelos granulares: la distorsion fractura) de tas particulas, y el movimiento relativo entre particulas como resultado de deslizamiento 0 roda- dura. Sin embargo estos mecanismos raramente son inde- pendientes uno de otto. Por ejemplo, la agrupacion de particulas que aparece en Ia Fig. 10.2 seria estable bajo Jas fuerzas aplicadas si las particulas fueran rigidas y no pudieran desizar unas respecto de otras. Como las par- ticulas reales no son rigidas, la deformacién de las misma dard lugar a ligeros movimientos del sistema, produciendo cl colapso de la agrupacin, potencialmente inestable. Dado que el movimiento relativo entre particulas origina las grandes deformaciones que se suelen encontrar en los suelos, estos movimientos no serian en general posibles si no se produjera la distorsin de las particulas. Se han propuesto varios modelos simplificados para ex- plicar las interacciones entre particulas. La teorfa corres ppondiente @ dos esferas elésticas en contacto se ha utiiza- do para anaizar y predecir las deformaciones que se producirian por la distorsién elistica de las particulas. Esta teoria ha sido descrita con detalle por Deresiewicz (1958). Scott (1963), Rowe (1962) y otros han desarro- liado teorias que tienen en cuenta los movimientos de deslizamiento y rodadura en agrupaciones regulares de es- feras rigidas, y que se han utilizado para estudiar la resis tencia al corte de suelos granulares. Simulténeamente otras teorfas también han considerado el deslizamiento en ‘agrupaciones regulares de esferas deformables (ver Hen- dron, 1963, y Miller, 1963). ‘Los movimientos en el interior de la masa de un suelo real son demasiado complejos para poderlos estudiar con tun modelo tan sencillo, En un instante cualquiera del pro- ‘ceso de deformacién, pueden actuar diferentes mecanis- ‘mos en diversas partes de un elemento de suelo. En cual- quiet punto del interior del elemento Ia importancia rela- oe Fig. 10:1. Definicién de Ia deformacién en un sistema de per euler. 138 El suelo seco Fig, 102. Colapso de un agrupacininertable de particuls, tiva de los diferentes mecanismos puede varias al progresar al proceso de deformacion. De todos modos, los modelos sencillos citados constituyen una base muy til para inter- pretar los resultados experimentales en suelos reales. Algu- nos de 1os resultados mds importantes obtenidos a partir de estos modelos se comentarin en las secciones si suientes. 10.2 DEFORMACIONES VOLUMETRICAS EN LA. COMPRESION ISOTROPA Pueden producirse grandes deformaciones volumétricas durante la compresién is6tropa como resultado del co- lapso de agrupaciones de particulas, tal como se represen- taen la Fig. 10.2. Cada uno de estos colapsos produce Ia rodadura y el dedizamiento entre particulas y, como resultado, se orig nnan fuerzas tangenciales en los puntos de contacto. Sin ‘embargo, Ia resultante de estas fuerzas tangenciales es nula sobre una superficie trazada a través de muchos puntos de contacto. De esta forma el esfuerzo tangencial sobre un plano cualquiera es nulo, aunque existan grandes fuerzas tangenciales en determinados contactos individules.. Las relaciones volumétricas esfuerzo-deformacién de los suelos son muy semejantes, tanto en compresién isétropa, como confinada. Como se observé en al capitulo 9, es més fécil realizar una prueba edométrica que una de com- presién isdtropa. Ademés, la compresién confinada es un ‘caso muy cortiente en ta naturaleza; se produce durante la fomacién de un suelo por sedimentacién y cuando se aplican cargas verticales de gran extension a los estratos de suelo. Por otro lado, 1a compresién isétropa pura rara- mente se produce en la naturaleza. Por estas razones, la compresin isétropa no se consi- derard en detalle. Cualitativamente, la relacién esfuerzo- Ph._d) Disminucidn de Is deformacion ‘erties. En fa descarge, la energiaeldaticsslnacenada Ins particulosproduco un movimiento hacia aribe de-Arespecto de 1B. Debs produciee un dedizamtento en sentido contvario pare mantener la condicin de mulo despazomiento lateral. Por 10 tanto Py is 5 20 f Ostoencin (8) aes @ 09, g 3 : 3 3 g a Deoracin sci (5) Termin 0 Fig. 10.18. Curves estuerzo-deformacién para muostae sueltas y compactas de sfena fina a media. oy = 2.1 Kglem? 00.605 ~ 100% Dn ¢9 0894 '~20% Dr. Linea consis, tos rele; linea de trazos, extrapolaciones boradae en reeultadoe de otras pruebas. (Sepin Taylor, 1948). Fig. 10.19. Comportamiento en diverts celos de carga durant a prusba triaxial, a) Sepin Rowe, 1962. 0) Sogin Shannon y Col. 1959. Aspectos generales del comportamiento esfuerzo-deformacién 47 Oa/em?y NS z % 7 RWIS 10 : Sa =e {tt Ze L 6 [ 1 2 3 4 5 6 7 890 = (glen? 2 Fig. 10.20. Trayectoros de esfuerz0s para distintos tipos de carga. Por ejemplo, 1as Figs. 10.20 y 10.21 muestran las tra- yectorias de esfuerzos para diversos estados de carga que pueden conseguirse en una cimara triaxial. Las Figs 10.22 y 10.23 muestran los datos esfuerzo-deformacion resultantes. Por conveniencia del dibujo, tos valores de q se han dividido por el esfuerzo vertical ayo al comienzo de la prueba, Resulta provechoso un estudio cuidadoso de estas figuras, en especial de los datos referentes a las varia- ciones de volumen y a las deformaciones horizontales. ‘Comportamiento en la prueba de corte directo E1 comportamiento general en las pruebas de corte irecto es exactamente igual al observado en las pruebas de compresin triaxial. La Fig. 10.24 muestra una serie tipica de resultados de una prueba de corte directo en arena suelta. Los resultados de una arena compacta mos- trarfan una curva esfuerzo-deformaci6n con un maximo, y ‘ 1 T TT { a 2 ‘> § i 3 2, | LE ts | “h [ 0 5 z 4 6 paZt#2 gajenty staal, 10.21. Trayectoris de estuerzos en estados de care in legpr i 148 Bt vto'deo (|||) | 6) 8/1) 2|>| | " i i zs | iP i z | 8 | ii | i, iH] yi | r Hy { i 5 2 ¢ $ . 5 8 i Doma tl 4 Fig 1022. botoreter- Bjemplo 11.1 Datos. Se tienen los siguientes esfuerzos obtenidos en pruebas triaxiales estndar con arena compacta, bien graduada, formada por granos gruesos de cuarzo. ‘Valor de p para Valor miximo deq el maximo de q fo, tia cui. “aan n= (2) oy = Oy oy ly 27), (kg/em?) (kg/em?) (kg/cm?) sas 2a 2 4 20.80 8.40 12.40 : Ee if a8 Problema. 4. Calcular # mediante la envolvente de Mohr 6. Calcular 6 mediante las relaciones de Ia Fig. 11.5, ce. Caleular Ber, Sotucion. a. Ver ta Fig. E111 Fa > nove d Mr eae | or aw " ia eu ies) Fig e111. b ow = ‘ 1 5.05 2 492 4 520 8 503 21 0, = 454 = Resistencia av esfuerzo cortante de los suelos granulares 155 ican en la Fig. 11.5. La magnitud (1+ sen g)/(I ~ sen 1) aparece frecuentemente en mecdnica de suelos y se la hha asignado un simbolo especial (*): Ltn ¢ aig EI ejemplo 11.1 muestra la aplicacién de estas relacio- nes a una serie de datos que se ajustan bastante bien a la ecuacién 11.3. En el resto de este capstulo emplearemos la ecuacién 11.3 para representar la resistencia de diversos suelos granulares, por 10 que hablaremos tinicamente en ‘érminos de $. Significado de critesio de falla de Mohr-Coulomb La ecuacién 11.2, 0 la ecuacién 11.3, mis sencilla, que se suele utilizar para suelos granulares, es al mismo tiempo tuna de las ecuaciones més ampliamente empleadas y mis discutidas de la mecénica de suelos. Es incuestionable la validez de estas ecuaciones como aproximaciones titles. Esta validez es una simple consecuencia de la forma en la que se han definido c y @ y de la manera en que se em- plearén en capitulos posteriores. Sin embargo, el plano de falla definido anteriormente, de acuerdo con la indicacion original de Mohr puede o no ser ef plano sobre el que se oncentren las deformaciones de corte cuando el suelo falle. La diferencia entre estos dos planos ha atrafdo la atencién de investigadores como Rowe (1963). % Hl aga! Fig. 11.5. Relaciones entre gy los oefuerzos principals en la fla, eng TOD a8 FG Fem Fe P alty=1_ 12st ale 1 1 telay Lens a7 send = tan? (45° + 9/2) = tan? Boy + No se denomina en algunos textos flow factor (factor de in- ‘Mocncls), En castellano no existe un nombre particular para este factor, que t atacia con los dems coeficientes de capacidad de arg, sogin veremos mas adelante. (N.T.. ‘Nota Por conveniencia s#ha omitido ol subincice Fenoys¥ aay. ‘Apoximaisn Tawa t Coma asta 0 Tos puts ees % Fig, 1.6. Resultados de prucbas de resistencia representados en un iowa pa. 2) Datos reals. (Meza de arena y grva,segin Holtz fy Gibbs, 1956), by Relolén entre a, pf y lz envolvente de Mont Coutom.. ara evitar falsas interpretaciones, en el resto del libro hharemos distincién entre 2 tipos de planos de falla: 1. Un plano de falla tedrico, 0 plano de deslizamiento que, por definicién, forma un angulo (45+ $/2) con el plano sobre el cual acta el esfuerzo principal mayor. . Un plano de falla observado. que es el plano sobre el que se observa una concentracién de deformacio- ‘nes de corte. ‘Afortunadamente, en las arenas la diferencia entre la orientacién de los planos de falla teérico y observado no te grande: es menor de 5°. En la mayoria de los proble- ‘mas el ingeniero puede ignorar esta diferencia. Sin em- Dargo, en capitulos posteriores encontraremos casos en los aque no conviene descuidar esta diferencia. ‘La falla suele ocurrir a Jo largo de una superficie curva cen lugar de segin un plano, por to que hablaremos fre~ uentemente de tina superficie de fallate6rica (0 superficie de deslizamiento) y de una superficie de falla observada. Empleo del diagrams p-q La Fig. 11.6 muestra otra forma de epresentar los resul- tados de una serie de prucbastiaxiales. Los puntos dan los valores de_p y q correspondientes a los puntos méximos de Ins curvas esluerzo-deformacién. La curva trazada 2 través de catos puntos e denomins linea Ky. AL igual que la envol- sente de Mohr esta linea Ky también es curva, La Uinea Ky puede substituire por una linea recta pare la gama de ef Toerzos que interes. Por ejemplo, la linea recta ajustada en | | | 156 EI suelo seco 1a figura forma un éngulo @= 31° y corta al eje vertical en = 0.32 kelem?. Ta Fig. [1.6 da también las sncilasrelaciones que exiten entre @y @y ay c Adviértase que Np = Ltn 1+ tane t-sng 1—tana C Para los datos correspondientes a esta figura ¢ = sen" (tan 31°) = sen“ 0.6 = 37° 032 = 039k; on 37 7 039 Helen? ‘Que son exactamente los resultados encontrados en la Fig. 113 para la linea B. ‘Asi pues, tenemos dos caminos para encontrar Ios valo- res de ¢ y ¢'a partir de una serie de pruebas triaxiles: a) se construyen los efteulos de Mohr y's traza la envolvente Fig. 11.1); 0 5) se representan los valores de py y ar, se traza Ja linea Ky y se caleulan ¢ y @. La eleceién entre ambos métodos suele ser una preferencia personal. Sin ‘embargo, cuando se manejan muchas pruebas suele produ cir menos confusién la representaciGn de los resultados en los diagramas p-g y, ademés, es mas fil trazar una linea a través de una serie de puntos que intentar trazar una recta tangente a muchos circulos. Por estas razones, en este libro seguiremos generalmente la prictica de represen- tar los resultados de las prucbas trixiales en un diagrama pq. El ejemplo 11.2 da una nueva aclaracién sobre el empleo de este diagrama, > Ejemplo 11.2 Datos: Los del ejemplo 11.1 Problema: Obtener $ construyendo un diagrama pa. Low 27-—— | Lisa recta sus: Ltda foe puntos oy 10 (glen) OE Trae dees 0 7 E: P glen") Fig. £112. Solucién. Obtencin de a partir de pruebas de corte directo En este tipo de prueba, sélo se conocen los esfuerzos rormales y tangenciales sobre un Gnico plano, de_ aqui o Fig. 11.7. étodos para caleulr el éngulo de fresi6n a parti de a prueba de corte directo. 2) Suponienda que el plano horizontal es 1 de alla te6rico. 6) Suponiendo que el plane horizontal es el de {alla observado. que, con sélo los resultados de la prueba, no es posible trazar el cfrculo de Mohr representativo del estado de es fuerzos. Sin embargo, si hacemos la hipétesis de que los esfuer- zos medidos en la falla estén en la relacién r/o = tané, es posible trazar el circulo de Mohr (ver la Fig. 11.7). En efecto, hemos supuesto que el plano horizontal del apare- to de corte coincide con el plano de falla tedrico: rat Y On ty Esta hipétesis se ha discutido frecuentemente. En cierto grado es mis I6gico que el plano horizontal sea el plano teal en el cual las deformaciones de corte son maximas; es decir, es un plano de falla observado. Sobre esta base, seria mis correcto representar los esfuerzos sobre el plano horizontal por puntos formado 20 = #2 (45° + 9/2 ~6) ‘con el esfuerzo principal mayor siendo 8 la diferencia de orientacién entre los planos de falla tedrico y observado (punto Z’ en la Fig. 11.78). Sin embargo, si 8 es menor de 5°, ambos métodos de obtencién de @ dan resultados que difieren en menos de 1°. Esta diferencia es insignifi- cante desde el punto de vista préctico Se han hecho muchas comparaciones entre el valor de g obtenido en ensayos triaxiales (partiendo de la en. volvente de Moht) y el deducido de pruebas de corte direc- to (mediante la construccién de la Fig. 11.7a). Promedian- do los errores experimentales de la determinacién de ambas Resistencia al esfuerzo cortante de los suelos granulares. 157 magnitudes, resulta que el @ procedente de las pruebas de ‘corte directo suele ser mayor (generalmente unos 2°) que fl 6 correspondiente @ las pruebas triaxiales, especialmente en arenas compactas (por ejemplo, ver Taylor, 1939). La prueba de corte ditecto constituye la forma mis sencilla para medir el éngulo de friceién de una arena u otro suelo seco. También es muy stil, aunque no se haya uti- lizado con tanta profusi6n, para estudiar suelos con agua. 112. INFLUENCIA DE LA RELACION DE VACIOS INICLAL La Fig. 11.8 muestra la relaci6n entre el sngulo de frie cién @ y Ia relacién de vacios inicial eo para una arena media a fina, La relacién variard, por supuesto, de una arena a otra, pero la tendencia de que ¢ es més grande ‘cuanto més compacto es el suelo es siempre la misma. Como ya se dijo en el capitulo 10, Ia influencia de la relaci6n de vacios sobre ¢ puede explicarse por el fendme- no del encaje de las particulas. También se han propuesto ‘otras formas de considerar estos mismos fenémenos. Por ejemplo, Ia energia comunicada a un suelo por las cargas exteriores se consume en dos formas: en vencer Ia resis- tencia por friccién entre particulas y en dilatar el suelo contra le presién de confinamiento, Cuanto mis compacta ‘es la arena, mayor es fa expansién que tiende a producirse en el proceso de corte. De aqui que debe consumirse més fenergia (y por tanto més fuerza y un mayor éngulo de 2 Se Cc 2“ eu 8 Pore at de eee ee 085 08 O75 O70 O65 06 055 O50 O45 Alain de aco ts de ctgt Fig. 11.8. Relacin entre a ingot de frceién y la porosidd inci en rena finaa media Segin Rove, 1962). fricei6n) para romper el suelo. Sin embargo, ambas expli- caciones llegan a la misma conclusién?. Resistencia de una arena a volumen constante tra forma de destacar ol importante papel del encaje e las partfculas es responder a la cusstin: {Qué suce- derd si se impide que un svelo varie de volumen al rom perse? Consideremos en primet lugar el sencillo caso dela Fig. 10.17c. AV aplica la fuerza de corte, ambas placas tenden a separarse verticalmente, Para evitar este movimiento debe aumentarse la fuerza normal que las mantiene juntas. ‘Asi pues, el resultado de aumentar T es el aumento de NV con el fin de producir un deslzamiento de corte muy pe- {quetio. Al seguir aumentando 7, las fuerzas de contacto ilgardn eventualmente a sr tan grandes que la particu se romperin y fracturarin y slo entonces serén posibles grandes desplazamientos de corte. "Andlogamente, podemos realizar una prueba triaxial de forma tal que et volumen de la muestra permanezca cons- tante, Se fija este volumen y la presion de confinamiento $e ajusta para manteneslo constante. Si la arena es com- pacta, es necesario aumentar Ia presion de confinamiento frasta'un grado considerable. Esto significa, por supuesto, que una arena compacta mantenida a volumen constante puede soportar una presién axial mucho mayor que una nuestra que permanezca bajo una presion de confinamien- to constante Y que 3 dilate al romper. Si una muestra de arena muy floja se mantiene a volumen constante en el proceso de corte, puede ser necesario redvcir la presion de Eonfinamiento al avanzar la prueba y por tanto disminuira la resistencia a compresion. ia Fig. 119 muestra los resultados de una prueba a volumen constante realizada en una arena compacta. Si la ynisma arena, con Ja misma compacidad iniial, se hubiera ometido 2 una presién de confinamiento constante de 1 Kglem?, la resistencia a compresign habrfa sido de sola- mente 38 kglem? TH comportamicnto a volumen constante y el compor- tamiento bajo una presién de confinamiento constante pueden relacionarse en la forma siguiente. Para que una rena compacta fille por corte, debe vencerse en cierta forina el elevado grado de encaje. Esto puede suceder, bien rompiendo y fracturando las particulas o aumentan- do el volumen, Se requerid més energia para cualquiera fe estos efectos que simplemente para hacer deslizar las particules sobre una superficie plana. Si el suelo puede Utatarse libremente, el camino de minima resistencia com Siste en dilatarse venciendo asf el encaje. Si, por el contra- 2 La ener adicional ncesatia para vencer el encae de as par siounsssdorominas veces correceibnenergtiea (Taylor 1948, Rowe, 1962), Esta torminologia es bastante desafortunada ya que no existe fade ecréneo ni artificial en la gran resistencia a compreion de na Tisha compacta. Ea gran resistencia es bastante real y puede eticos. Lor ingonieros tendrin ‘itie 0 ula ocasion para introdoct consdoraciones encrgties SeeS% Gargo. estas consideracionesdesompeian un papel importants nis Investigacion encaminada a establcer Ia naturalezt de ares fencia al core, El estudio realizado por Rowe (1962) sobre los ‘Componentes d la resistencia de as arenas os muy completo

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