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La economa peruana y la crisis mundial

La experiencia histrica del Per muestra que nuestras recesiones o disminuciones sostenidas de la produccin y el empleo suelen tener su origen ltimo en los cambios reales o financieros que se producen en la economa mundial. Todas las recesiones que hemos sufrido desde 1950 han coincidido con fuertes cadas de los precios internacionales de las materias primas que exportamos, y algunas de ellas tambin con abruptas salidas de capital. La crisis mundial actual puede definirse como la peor recesin global de los ltimos 60 aos que, para colmo de males, viene acompaada de una crisis bancaria en Norteamrica y Europa solo comparable con la de 1930. Para una economa como la peruana, exportadora de materias primas y que opera en un marco de libre movilidad internacional de los capitales, esta crisis mundial tiene dos consecuencias conocidas: se desploman los precios de las materias primas y fugan los capitales del pas. La novedad est en la enorme magnitud que tienen hoy da estos efectos. Por scar Dancourt Profesor del Dpto. de Economa PUCP

Bullying econmico
Quien movi los hilos de la reciente ofensiva contra la compra estatal de Repsol, orquestando a comentaristas, especialistas, encuestadores, congresistas, ministros privatistas y lderes gremiales, todo para presentar al Estado como un desperdiciador crnico de recursos y al sector privado como un dechado de virtudes, es el gran poder econmico. Hace tiempo que no vea una demostracin de fuerza tan brutal. Y sin embargo, no deja de tener su costo. No me refiero al econmico, pues han gastado bien su plata si uno compara lo que se van a llevar con la refinera y los grifos que compren (ENAP de Chile y su socio Romero) y el lucro que deviene, ms generalmente, de tener derechos exclusivos de explotacin de recursos estratgicos con tan alta renta. No, me refiero al hecho de que han sobreexpuesto su podero, actuando abusivamente, al punto de demostrar quin realmente manda en el pas. El dominio es mejor cuando se oculta. Tratar a un presidente como un mayordomo que quiso comer un postre sin permiso de los patrones es demasiado. Dudo de que se olvide. Hay agravios feos. Este es uno de ellos. Francisco Durand

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