En el viaje de retorno a Iquitos, dos enormes embarcaciones acoderadas en el Napo cargadas de enormes troncos fueron una escalofriante constatación de la magnitud de la tala ilegal en la zona y la urgencia de que la voz de los maijunas, expuesta ordenada y civilizadamente en la primera consulta previa jamás desarrollada en el país, llegue a buen puerto.
En el viaje de retorno a Iquitos, dos enormes embarcaciones acoderadas en el Napo cargadas de enormes troncos fueron una escalofriante constatación de la magnitud de la tala ilegal en la zona y la urgencia de que la voz de los maijunas, expuesta ordenada y civilizadamente en la primera consulta previa jamás desarrollada en el país, llegue a buen puerto.
En el viaje de retorno a Iquitos, dos enormes embarcaciones acoderadas en el Napo cargadas de enormes troncos fueron una escalofriante constatación de la magnitud de la tala ilegal en la zona y la urgencia de que la voz de los maijunas, expuesta ordenada y civilizadamente en la primera consulta previa jamás desarrollada en el país, llegue a buen puerto.