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25 de mayo de 2005
Licenciado
Presidente
S. O.
Estimado señor:
“Se acuerda: Acoger la recomendación del Órgano Fiscalizador emitida mediante oficio OFGI-
AD-04-471 y se comisiona al Presidente del Consejo Técnico para que presente consulta a la
Procuraduría General de la República en referencia a la procedencia de lo actuado,
presentando para este efecto el informe de la Auditoría Interna de Aviación Civil, la opinión
jurídica emitida por la Asesoría Legal del OFGI, oficio BCRFID/261004 del Banco de Costa
Rica, así como la comunicación de inicio de Actuación Abreviada 1971000104491 de la
Dirección General de Tributación”.
A.-
INCOMPETENCIA DE LA PROCURADURÍA
De allí que resulte improcedente que el Consejo Técnico de Aviación Civil remita a la
Procuraduría una documentación a efecto de que dictamine sobre “la procedencia de lo
actuado”. Lo que obligaría a entrar a valorar la legalidad de dicha actuación, como si se tratase
de un órgano revisor. Por el contrario, lo procedente es que de haber dudas sobre
determinadas normas o situaciones, estas se formulen a la Procuraduría, acompañando el
criterio legal correspondiente.
Por otra parte, al pedirse un pronunciamiento sobre lo actuado, tenemos que se pretende que
la Procuraduría se pronuncie sobre un asunto concreto. Asunto concreto que estriba en las
decisiones del Órgano Fiscalizador respecto del Fideicomiso, por una parte, lo actuado por el
fiduciario y en la procedencia o improcedencia del pago de tributos por un exfuncionario del
Órgano Fiscalizador, por otra parte. Es de recordar que ha sido criterio reiterado de la
Procuraduría que carece de competencia para pronunciarse sobre casos concretos (C-057-93
de 29 de abril de 1993. En igual sentido C-072-85, C-141-86, C-158-89. C-229-99 de 19 de
noviembre 1999, C-097-2004 de 22 de marzo de 2004, OJ- 060-2000 de 2 de junio del 2000,
OJ-055-2003 de 31 de marzo de 2003 ). Estima la Procuraduría, en efecto, que dados los
efectos vinculantes de su dictamen, en caso de dictaminar sobre un caso concreto, el Órgano
Consultivo se estaría sustituyendo a la Administración activa; puesto que ésta no tendría más
posibilidad que solucionar el asunto sometido a su decisión conforme lo indicado por la
Procuraduría. El motivo y el contenido del acto estarían, bajo ese supuesto, determinados por
el dictamen. Es decir, el poder de decisión de la Administración se nulifica. Por ende, se alteran
las reglas sobre competencia administrativa. Un dictamen vinculante sobre una situación
concreta implica que la decisión, en cuanto al fondo, será tomada por la Procuraduría. Esta
desnaturalizaría la función consultiva, puesto que dicha función se confundiría con una función
de administración activa. Con lo cual la propia Procuraduría estaría violentando su competencia
y aquélla de la Administración activa.
“De tal suerte que se requiere que la consulta venga formulada en tales términos que no pueda
desprenderse de la misma los eventuales sujetos o grupos de ellos a los que afectaría o
beneficiaría el acto administrativo que adopte el órgano consultante, ello con vista en las
conclusiones a que se arribe en nuestro estudio.
Lo anterior queda expuesto en esos términos, toda vez que es dable constatar del contenido
expreso de su nota, la situación particular de un contribuyente de ese municipio (Hacienda
Juan Viñas S.A.), lo que hace que el punto consultado se refiera a un caso concreto. En virtud
de ello, nos resulta por el momento imposible entrar a conocer el fondo de la inquietud jurídica
de mérito” Dictamen N° C-067-2000 de 5 de abril del 2000.
B.-
EL FIDUCIARIO: RESPONSABLE EN MATERIA TRIBUTARIA
1.-
La figura del fideicomiso surge en la legislación del comercio, como la posibilidad de que se
transfiera la propiedad de bienes o derechos para el cumplimiento de determinados fines. En
ese orden de ideas dispone el artículo 633 del Código de Comercio:
La transmisión de la propiedad constituye una garantía de que a los bienes se les dará el
destino para el cual se constituye el fideicomiso; teniendo la propiedad del bien, el fiduciario
puede ejercer los atributos del dominio necesarios para dar debido cumplimiento al encargo
recibido. Ahora bien, se trata de una propiedad sui generis en el sentido de que se transmite al
fiduciario en forma transitoria para que se cumpla un determinado encargo y se mantiene hasta
tanto se cumpla el plazo o condición a que está subordinado.
La ejecución del fideicomiso implica la ejecución de diversos actos y contratos en relación con
el patrimonio fideicometido. Actuaciones que tienden a cumplir los fines que justifican la
creación del fideicomiso. El operar de este patrimonio autónomo puede originar situaciones,
actos o contratos que son objeto de imposición por las normas tributarias. El fideicomiso
deviene obligado tributario con la particularidad de que no es una persona jurídica.
2.-
El fideicomiso puede ser contribuyente en una obligación tributaria. Dispone el artículo 17 del
Código de Normas y Procedimientos Tributarios:
Son contribuyentes las personas respecto de las cuales se verifica el hecho generador de la
obligación tributaria.
b) En las personas jurídicas, en los fideicomisos y en los demás entes colectivos a los
cuales otras ramas jurídicas atribuyen calidad de sujeto de derecho; y
La posición del fideicomiso se equipara a la de una persona jurídica, aun que no lo sea. El
fideicomiso será contribuyente en tanto respecto de ese patrimonio, de los bienes que lo
integran se verifique el hecho generador de algún tributo.
Un tributo que deberá ser cubierto con el patrimonio fideicometido. Puesto que el fideicomiso
no es persona jurídica, el punto es a quién le corresponde cumplir la obligación tributaria y bajo
qué condición.
El Derecho Tributario establece que una persona puede ser obligada a cumplir una obligación
tributaria que no le es propia, en calidad de responsable. Es sujeto pasivo de la obligación por
deuda ajena. Disponen los artículos 20 y 21 del Código Tributario:
“ARTICULO 20.-
Son responsables las personas obligadas por deuda tributaria ajena, o sea, que sin tener el
carácter de contribuyentes deben, por disposición expresa de la ley, cumplir con las
obligaciones correspondientes a éstos.
ARTÍCULO 21.-
Obligaciones.
Están obligados a pagar los tributos al Fisco, con los recursos que administren o de que
dispongan, como responsables del cumplimiento de la deuda tributaria inherente a los
contribuyentes, en la forma y oportunidad que rijan para éstos o que especialmente se fijen
para tales responsables, las personas que a continuación se enumeran:
a) (…);
(….).
Las personas mencionadas en los incisos precedentes están además obligadas a cumplir, a
nombre de sus representados y de los titulares de los bienes que administren o liquiden, los
deberes que este Código y las leyes tributarias imponen a los contribuyentes, para los fines de
la determinación, administración y fiscalización de los tributos”.
a) Llevar a cabo todos los actos necesarios para la realización del fideicomiso;
(...).
Dado que tiene a su cargo la administración del patrimonio fideicometido, se comprende que
entre los actos que le corresponde se encuentre el cubrir los tributos que pesen sobre el
fideicomiso. Obligación no sólo establecida en el Código Tributario, según lo transcrito, sino
también reconocida por la legislación comercial. Preceptúa el Código de Comercio:
“ARTÍCULO 651.-
El fiduciario debe pagar los impuestos y tasas correspondientes a los bienes fideicometidos. Si
teniendo con qué pagar no lo hiciere, será solidariamente responsable”.
· Puesto que se está ante un patrimonio separado, el fideicomiso no puede cubrir los
tributos que gravan al fiduciario, fideicomitente o fideicomisario, así como tampoco los que
recaen sobre terceros.
Cuál es el alcance de esa responsabilidad? Sobre este punto Matías Cortés Domínguez y José
María Martín Delgado (Ordenamiento Tributario Español, I, Civitas, 1977, p. 373), señalan la
necesidad de diferenciar entre la responsabilidad por el pago en cuanto a hechos relevantes
del sujeto pasivo y la responsabilidad por la violación de un deber o en general, una conducta
antijurídica. Supuesto en el cual se responde por deuda propia. En cuanto al primer aspecto,
manifiestan:
Ahora podemos dar un paso más y poner de manifiesto que el responsable debe realizar una
prestación idéntica a la que está obligado el sujeto pasivo. Todavía el cumplimiento por el
responsable de su obligación libera al sujeto pasivo de la suya, al menos frente al sujeto
activo….”.
“En términos generales podemos afirmar, que el alcance de la responsabilidad del sujeto de la
obligación no reviste mayores problemas cuando el sujeto del impuesto coincide con el sujeto
de la obligación; no obstante, cuando ello no ocurre pueden surgir algunas situaciones
especiales. Así en el caso del responsable, tenemos que sobre él recae la obligación de
cumplir con la prestación debida y de las demás obligaciones inherentes a la relación tributaria,
de suerte tal que si el responsable no hace traslación del impuesto, incurre en una infracción y
debe soportar la sanción correspondiente. En tal caso, al sujeto del impuesto no le cabe
ninguna responsabilidad ante el sujeto acreedor del tributo; no obstante, cabe la posibilidad de
que el acreedor del tributo pueda demandar al sujeto del impuesto, cuando pueda
establecerse fehacientemente que el responsable no efectuó la traslación del impuesto; ello
independientemente de si la ley establece o no la solidaridad. En el caso del agente de
retención, la situación parece más clara, toda vez que éste es el sujeto de la obligación
tributaria y está obligado a retener el tributo y enterarlo al fisco, en tanto que el sujeto del
impuesto está obligado a proporcionar la información necesaria para determinar el impuesto y
aceptar la retención”.
En principio, entonces, la responsabilidad el fiduciario consistirá en pagar las obligaciones
tributarias a cargo del fideicomiso y cumplir los deberes que imponen las leyes tributarias.
Resulta claro de las disposiciones legales indicadas que el fiduciario no puede pagar con el
patrimonio fideicometido tributos que no pesen sobre el fideicomiso. En ese sentido, debe
diferenciarse entre los tributos que deben ser cubiertos por el fideicomiso y tributos que recaen
sobre otras personas que entran en relación con el fideicomiso. Por ejemplo, los empleados del
fideicomiso. En la medida en que estos empleados sean sujetos pasivos de determinados
tributos, deben pagarlos con sus propios recursos. Lo que no excluye que el fideicomiso, por
medio del fiduciario, deba retener los tributos correspondientes.
Lo anterior es importante para efectos del impuesto sobre las utilidades, o en su caso sobre las
remesas al exterior. En el caso de que una persona reciba recursos de un fideicomiso (recursos
de fuente costarricense) podrá devenir obligado por el impuesto sobre las utilidades, impuesto
que deberá ser cubierto con los recursos propios del funcionario. El fiduciario puede actuar en
esos supuestos como agente de retención en los términos del artículo 23 del Código Tributario.
Le corresponderá hacer la retención correspondiente, asumiendo responsabilidad (solidaria en
caso de que no lo hiciere o no lo hiciere por el monto debido, artículo 24). La responsabilidad
es del fiduciario, no del fideicomiso. En su caso, el agente de retención que cubra los
impuestos debidos por el funcionario podrá accionar contra éste. No contra el fideicomiso o las
otras partes de éste.
CONCLUSION:
1.-
2.-
El patrimonio fideicometido solo puede responder por los tributos en que el fideicomiso
como tal sea sujeto pasivo. El fideicomiso no responde por obligaciones propias del fiduciario,
del fideicomitente o fideicomisario, pero tampoco por las de sus funcionarios.
3.-
En tanto administrador del patrimonio fideicometido, corresponde al fiduciario cumplir las
obligaciones tributarias propias del fideicomiso, incluido el pago de los tributos. El fiduciario es
responsable tributario.
4.-
PROCURADORA ASESORA