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5. Hacia el nuevo modelo alternativo de la izquierda en Nicaragua Teniendo en cuenta las caracteristicas generales y deficiencias del modelo revolu- cionario nicaragiiense de los ochenta y las causas de la guerra, de la derrota electoral del FSLN y del dafio ocasionado por ésta al proceso revolucionario emprendido a partir de 1979, asf como el contexto en que todo esto ocurrid y las relaciones de lo acontecido en Nicaragua con otras experiencias revolucionarias y con los conceptos que han venido forméndose y evolucionando desde el surgimiento de las primeras doctrinas libertarias, pasando por el surgimiento y desarrollo de la teoria revolucio- naria marxista, se puede afirmar que al haber carecido el modelo revolucionatio del sandinismo de lo que debis ser su pilar fundamental constituido por los mecanismos capaces de hacer perdurable la Revolucién e irreversibles sus conquistas sociales funda- mentales, generar a gran escala los valores que se correspondieran con el nuevo orden social y reproducirlos en la conciencia social de las nuevas generaciones, y tomando en cuenta que tal carencia se dio en medio de un enfrentamiento militar con la potencia més poderosa de la Tierra, que usé también contra la Nicaragua sandinista el arma del bloqueo econémico, resulta impresionante hasta dénde logré llegar la Revolucién Sandinista en términos de concientizacién a escala masiva. No es diffcil imaginar cudnto més lejos atin habrfa llegado esta revolucién de haber contado con el modelo superestructural adecuado, que hubiese asegurado la irreversibilidad de las conquistas sociales y con ellas, de la transformacién revolucionaria de la sociedad; ya no se diga si hubiera contado también con los mecanismos de direccién politica dela economia que aseguraran el surgimiento gradual de una nueva actitud masiva ante el trabajo y con ello, no solamente la transformacién revolucionaria de la conciencia social sino también la irreversibilidad de esta transformacién, sin la cual la primera carece de sentido por ser esta tiltima indispensable para la obtencién de la felicidad como caracteristica inherente al ser humano del futuro, razén de ser de la Revolucién que lleva de la sociedad de clases a la sociedad sin clases antagénicas y de ésta ala sociedad sin clases; de la sociedad que recibe de cada quien seguin su oportunidad y daa cada quien segtin su capital a la sociedad que recibe de cada quien segiin su capacidad y da a cada quien segtin su trabajo, y de ésta a la que da a cada quien segtin su necesidad; en otras palabras, del capitalismo al socialismo y de éste al comunismo. El déficic fundamental del modelp revolucionario nicaragiiense en los afios ochen- ta estuvo en la no institucionalizacién del poder popular y en la indefinicién de la esencia del mismo en tanto sustento politico, jurfdico ¢ ideolégico de la Revolucién, Eso que falté y que determiné asf la ausencia del modelo adecuado en tanto que esencia del disefio politico y socioeconémico de la Revolucién, se compone de dos grandes aspectos: la democracia directa y la economia popular, y abarca tres temas: el sistema politico en general, el instrumento politico impulsor de las transformaciones 379 revolucionarias (la Vanguardia) y el método para la socializacién de la propiedad y el desarrollo de las fuerzas productivas (el modelo socioeconémico). El primer aspecto (la democracia directa) se vincula con los tres temas, pero sobre todo con los dos primeros, mientras el segundo (la economfa popular) est plasmado exclusivamente en el tercer tema. Si una leccién ha aprendido la izquierda en el mundo actual ha sido que la lucha revolucionaria no puede girar tan sélo en torno a la toma del poder concebida como el control de sus formas institucionales o lo que otros llaman sus aparatos, ni mucho menos alrededor de! maximo aprovechamiento posible, en funcién del proyecto re- volucionario, de los espacios alcanzados en una institucionalidad que precisamente es la que se pretende sustituir por una nueva como requisito sine qua non de toda transformacién revolucionaria, atin tomando en cuenta lo indispensable que resulta el control de los aparatos y la usufructuacién politica de esos espacios en la estrategia de cualquier movimiento politico. Esto por si no bastaba el hecho de que esta conclusién ya la habfa sacado el propio Marx de la Comuna de Parts, que lo llevé a reformular su planteamiento hecho en el Manifiesto Comunista acerca de la toma del poder, sustituyendo la idea de hacer pasar de unas manos a otras la mégquina burocrdtico-militar por la de demolerla como condicién previa de toda verdadera revolucién, tal como lo recuerda Lenin en El Estado y la Revolucién.> El hecho de que las circunstancias histéricas durante casi todo el siglo XX de- tefiriinaran la lucha armada como la forma de lucha por excelencia de los revolucio- narios por el poder determiné que la toma del poder institucionalmente concebido adquiriera connotaciones casi sagradas para la izquierda en el mundo entero. Sin embargo, el nuevo protagonismo de otras formas y diferentes métodos de lucha en la actualidad ha hecho posible que el movimiento revolucionario desarrolle nue- vas concepciones ya preparadas por grandes visionarios como Gramsci, que desde comienzos del siglo XX se referla a la necesidad de que la izquierda se planteara la conquista de la hegemonta politica, social, ideolbgica y cultural de la sociedad; y la hegemonta econémica a través de los sujetos econémicos destinados a protagonizar el nuevo modeto socialista, empoderador y autogestionario, habrfa que agregar hoy. Pero el primer movimiento revolucionario que aplicd esto fue el que encabez6 la burguesfa cuando aproximadamente dos siglos antes de la Revolucién Francesa haba comenzado a hacer sentir su creciente presencia y su fuerza en todos los espacios po- sibles de la vida social de la época, fendmeno al que ya se ha hecho referencia antes. Pues bien: desde que Lenin estudié y sistematizé el andlisis de la actualidad de la 368 Marx, Carlos, Carta a Kugelmann (Citado por Lenin en El Fstado y la Revolucién, pp. 34 a 36, Editorial Progreso, Mosct, 1976). 380 revolucién definiendo las situaciones revolucionarias como los momentos en que la vanguardia debe actuar en funcidn de la toma del poder politico para acto seguido emprender las ransformaciones econémicas necesarias para la instauracién del modo socialista de produccién, toda la izquierda revolucionaria del mundo se concentrd en crear las situaciones revolucionarias y convertitlas en revoluciones, en momentos en que dichas situaciones se presentaban con relativa frecuencia y en el contexto de un mundo bipolar en el que de forma paralela se iban formando las dos grandes su- perpotencias que representaban las dos ideologfas en pugna a nivel mundial; aunque debe recordarse también cudntas situaciones revolucionarias se dejaron pasar producto de concepciones dogmaticas que llevaban a no respaldar con tanta determinacidn a los revolucionarios en lucha (como sucedié con el apoyo de la Unién Soviética a la Reptblica Espafiola en los afios treinta, en nada comparable al que dio la Alemania nazi al bando franquista) o bien simplemente a ignorar tales situaciones colocando bajo sospecha a los rebeldes, como ocurtié con la conducta de los comunistas oficiales franceses ante al mayo parisiense de 1968, en que los estudiantes y obreros aliados en lucha contra el sistema capitalista estuvieron a un paso de tomar el poder. Aunque por suputsto, nada es comparable a la traicién socialdemécrata al movimiento revo- lucionario, sumandose cada partido europeo a sus respectivos gobiernos burgueses en la Primera Guerra Mundial en lugar de organizar las guerras civiles de los obreros contra los gobiernos de los patrones en cada pais, tal como planteaba Lenin que debia hacerse™y tal como el Partido Bolchevique hizo con tanto éxito, lidereado por él, en el pais de Europa respecto al que menos expectativas habia de una revolucién socia- lista. Ahora, sin embargo, en las condiciones del més profundo y prolongado reflujo revolucionario de la historia desde la Revolucién Bolchevique de 1917, en un mundo unipolar con una sola superpotencia defensora del sistema predominante, surge y es respondida la interrogante sobre qué hacer, no en las situaciones revolucionarias, como hizo Lenin en una realidad cuya caracterlstica principal era la inminencia del advenimiento de tal premisa para la toma del poder por parte de la izquierda, sino cuando no existen tales situaciones y en lugares y momentos en que la lucha armada no resulta la opcién mds viable. Plantearse la lucha electoral como el ¢je central del accionar de una fuerza revolucionaria es apostar al sistema, lo que hace perder su razdn de ser a la lucha electoral misma, pues se supone que su propésito es llegar al poder politico para a través de dl promover la transformacién revolucionaria de la sociedad, lo que por supuesto implica la sustitucién del sistema vigente por otro, no sélo en el aspecto 369 Ver obras de Lenin La bancarrota de la Segunda Internacional y El imperialismo y la escisién del socialismo, 381 econémico sino también en el aspecto politico, siendo esto tiltimo en lo que estuvo el déficit ya ampliamente sefialado de la Revolucién Sandinista. Por consiguiente, en una situacién no revolucionaria en que la lucha armada no es una opcién a ser considerada —no por la inexistencia de la situacién revolucionaria, pues ésta no es requisito indispensable para la lucha armada, dado que fa misma puede ser pro- longada, sino por circunstancias generales como la unipolaridad mundial (que sin embargo, no siempre tiene por qué llevar al no uso de la lucha armada) o espectficas como las existentes en Nicaragua, donde ya la lucha armada Ilevé a la izquierda al poder y frustré la tentativa imperialista de aniquilarla— lo que debe hacer entonces un movimiento revolucionario es, mientras las situaciones revolucionarias llegan 0 se van forjando con la lucha revolucionaria misma —cuya consistencia precisamente es a lo que se pretende llegar—, combinar la lucha electoral por los espacios institu- cionales de un poder cuya expresién institucional no sdlo hay que controlarla, sino cambiarla por otra, con la disputa por los espacios econdmicos, politicos, ideolégicos y culturales; entendiendo por espacios econémicos aquellos que logren alcanzar los sujetos populares de la economia, tales como los pequefios productores y los traba- jadores por cuenta propia, a través de la autogestidn; teniendo por espacios pollticos aquellos que permitan incidir en la opinién publica; por ideolégicos, esos a través de los cuales se puede tener influencia en la conciencia de la gente; y por culturales, aquellos mediante los que se puede tener incidencia en los valores y habitos de los seres humanos. Tal disputa leva a los revolucionarios a alcanzat los niveles de convo- catoria necesarios para poner en movimiento toda esa fuerza en contra del sistema ya de forma més activa y manifiesta, desarrollando los mds diversos métodos de lucha, sin lo cual rodo lo demds se vuelve mediatizador por no tener mds resultado que la legitimacién del sistema. Lo importante es, sin embargo, que esto se convierta en el je central de toda estrategia revolucionaria en situaciones no revolucionarias, y se manifieste en el quehacer cotidiano de la estructura de los partidos revolucionarios, comoel FSLN, lo cual no estuvo ocurriendo en los tiltimos afios que precedieron ala victoria electoral del 2006, y mas concretamente desde que se comenzé a desarrollar la linea de accién que condujo a los Acuerdos del 2000, que significaron precisa- mente —independientemente de la voluntad existente al respecto- una apuesta a esa institucionalidad cuya no superacién llevé al desastre a la Revolucién al final de la década de los ochenta, y cuya superacién es por tanto condicién indispensable para el relanzamiento del proceso revolucionario iniciado en 1979. Algo de esto tiltimo sf estd haciendo el FSLN desde el gobierno con la organizacién del Poder Ciudadano, pero con lineamientos que no siempre contribuyen a que éste sea asumido por la poblacién en general como su espacio para decidir, y debiendo batallar -aunque sin hacerlo de forma coherente y dirigida— contra el sectarismo que atin prevalece en gran parte del liderazgo de base y a todos los niveles en el FSLN. 382 El primer gran error de la socialdemocracia en el proceso que dio como resultado su divorcio con la Revolucién, fue apostar a la institucionalidad de Ja sociedad de clases, I{nea contra la cual fue precisamente que Lenin desarrollé fa teorfa marxista de la dictadura del proletariado, aplicada de forma concreta a través de la consigna Todo el poder a los soviets, posteriorrnente malversada primero por la sustitucién del pueblo por el Partido, lo cual desnacuralizé la esencia de lo que significa la Vanguar- dia, y luego del Partido por éu dirigencia y de ésta por su lider, 1o que en el caso de la Unién Sovirica sustituyé la dictadura del proletariado por un régimen con rasgos autoritarios, aunque no tan grotescos como fo pretenden presentar los detractores del socialismo (declarados o vergonzantes, porque a veces es més efectivo atacar al socialismo con un disfraz socialista, como lo hizo Mijail Gorbachov). Ahora la al- ternativa serfa la democracia directa como sistema que garantice el ejercicio directo del poder por la ciudadanfa en su conjunto, aplicado bajo el lema Todo el poder a los sectores ya los territorios; a los cindadanos y a la comunidad, pero la Wégica sigue siendo la misma: que el poder sea ejercido por el pueblo de forma directa, sin intermediatios, asegurando que la nueva idea no sea malversada por la falsa representatividad que se autoadjudican quienes en funcién de determinado proyecto politico hablan hoy en nombre de una sociedad civil que ni siquiera los conoce. Hay que decir algo més respecto al problema que se presenté en el socialismo del siglo XX en cuanto a la sustitucién de la clase por el Partido, que en la Unién Soviética se profundizé, como se ha dicho ya, con la sustitucién del Partido por su dirigencia y de ésta por el principal lider. La prematura muerte de Lenin impidié que se lograran desarrollar determinados aspectos de la primera experiencia de construc- cin socialisca a nivel mundial, y esto incluye algunos de sus planteamientos tebricos. ‘Tal cosa se muestra cuando Lenin plantea, por una parte, que “el poder a los soviets” significa (...) ofrecer la iniciativa y la independencia a la mayoria del pueblo no sélo en la cleccién de los diputados, sino también en la administracién del Estado y en la realizacién de reformas y transformaciones, y que los sindicatos no son sdlo una institucién, sino la fuente de todo nuestro poder, peto por otto lado afirma que ef Partido concentra en sus {filas, por asi decirlo, a la vanguardia proletaria, y esta vanguardia ejerce la dictadura del proletariado.” Es decit, primero el poder es de los soviets (los consejos de obreros y soldados), y los sindicatos (entiéndase los sectores sociales, en los términos que se usarfan hoy) son la fuente de ese poder. Pero luego dice que la dictadura de clase la ejerce, no la clase como tal, sino st partido, que es la vanguardia de la sociedad. Esta aparente contradiccién solamente se puede resolver entendiendo como dictadura 370 Mare, Engels, Lenin, Acerca de la democracia..., pp. 190 y 253, Pditorial Progreso, Mosca, 1988. 383 del proletariado la capacidad de conduccién politica del Partido de esta clase social que esta en el poder, pero sin que esa dictadura sea un sindnimo del poder ejercido directamente por ese Partido, pues es ella (la clase) y no su expresién politica orga- nizada (el Partido) quien ejerce ese poder a través de mecanismos democriticos, en este caso los soviets (la dictadura democrética popular dirigida por el proletariado, 0 la nueva democracia, la Mamaria afios después Mao Tsé-tung, estableciendo algunas diferencias circunstanciales con el modelo soviético);>”! es decir, que la capacidad de laexpresién politica organizada del protetariado (entiéndase de las clases populares, en térmifios actuales) para conducir politicamente el proceso revolucionario mediante el trabajo politico y la lucha ideolégica es inherente a su dictadura de clase, que consiste por tanto en el ejercicio directo det poder por esta clase social mediante la potestad decisoria y no sélo electiva del pueblo, siempre que en cuyo seno exista la hegemonta ideoldgica del proletariado (0 de las clases populares) mediante su expresién politica organizada, que es a través de la cual cjerce de esta forma su dictadura de clase. Fue precisamente la opcién de promover y consolidar los espacios populares socializantes en la economfa a través de la asociatividad autogestionaria y el coopera- tivismo fundamentalmente, asf como la lucha popular, como ejes rectores del accionar sandinista al cual se debfa subordinar el quchacer politico institucional del sandinismo y no al contratio, lo que definié en 1994 la nueva visién estratégica que prevalecié entonces en el FSLN, renunciando asi éste a la linea derechizante asumida en 1985, Jo que motivé la renuncia de quienes apostaban a que el ¢je rector del sandinismo fueran sus espacios institucionales en el sistema politico democratico-burgués, desde los cuales la mayor parte de ellos hacfa su vida politica, surgiendo asi el MRS. Sin embargo, desde 1998 y principalmente desde el 2000 parecié haberse impuesto en el ESLN ~sdlo que ahora sin Congreso Extraordinario alguno para discutir el rema~esa visién tipicamente socialdemécrata que se suele presentar como renovadora dentro de la izquierda -sobre todo después de! derrumbe del bloque socialista— de priorizar la insticucionalidad burguesa por encima de la accién revolucionaria transformadora de la realidad y creadora de un nuevo sistema y por tanto, de una nueva instituciona- lidad, que fue reivindicada como el aspecto determinante de la estrategia sandinista desde 1994 en los documentos formales, pero que fue luego cada vez més ignorada en Ja practica por la linea definida en el FSLN desde que comenzaron las platicas que Ilevaron a los Acuerdos del 2000, que desencadenaron asi un nuevo proceso de derechizacién impuesto por la via de hecho y que cuando apenas comenzaba a ser timida e implicitamente revertido por la linea adoptada en el Tercer Congreso del Partido moderno y popular, fue puesto nuevamente en agenda, aunque quizds invo- 371 Mao Tsé-ung, Obras escogidas,t. I, p. 65, Ediciones en lenguas extranjeras, Pekin, 1968. 384 luntariamente, como consecuencia objetiva de la légica negociadora institucionalista ahora inevitablemente asumida—a finales del 2003 para enfrentar la nueva ofensiva imperialista, estrategia cuya inevitabilidad se originé en esa légica de priorizar los espacios institucionales, lo cual a su vez no es ajeno a las condiciones especificas, inéditas y sin réplica del proceso revolucionario nicaragiiense, con una izquierda que era desplazada del poder en un pais sin una cultura de lucha social -0 sea no nece- sariamente atada a espacios institucionales~ y conservando como principal fortaleza tangible amplios espacios institucionales de poder dentro de un sistema politica que no era el suyo, pero que habfa cometido el grave error de crear ella misma creyendo poderlo instrumentalizar en su beneficio suponiendo que nunca perderia el espacio institucional mds importante, que ¢s el gobierno. Sin embargo, esta situacién coloca obstdculos casi insuperables al objetivo indispensable de lograr una cortelacién de fuerzas politica e ideoldgicamente favorable a la izquierda, es decir al sandinismo en Nicaragua; lo cual vuelve una tarea urgente en el FSLN definir claramente los Ifmites —que debe haberlos si se pretende hacer una revolucién—de una linea que, si bien ha sido impuesta hasta cierto punto por las condiciones propias del proceso revolucio- nario y la realidad nicargiienses, y aunque permite en determinadas circunstancias “que no en todas~ avanzar a corto plazo, dificulta mucho el avance estratégico, que es el mds importante. Afortunadamente para el proyecto revolucionatio del sandinismo, este proceso de negociacién en base a la légica institucionalista hasta cierto punto impuesta por las circunstancias y hasta cierto punto asumida a partir de una actitud complaciente con tendencias derechizantes dentro del FSLN, se vio abruptamente interrumpido, y existe la posibilidad de que estas situaciones las cuales pueden presentarse de forma recurrente- sean revertidas o contrarrestadas al asumirse con beligerancia el” proyecto de transformacidn revolucionaria de la sociedad a través de la autogestién comunitaria y econémica popular, la unificacién de la poblacién alrededor de la rei- vindicacién de sus derechos, la lucha popular en defensa de sus intereses y la lucha sevolucionaria contra el sistema y por su sustitucién desde todos los Ambitos de la vida social ~incluyendo por supuesto, el institucional siempre que se asuma como ajeno a los intereses que defiende el sandinismo-, es decir el proyecto de los sectores populares y los nuevos sujetos econémicos en tanto actores de los nuevos cambios revolucionarios, como eje rector de roda una estrategia de lucha quie a su vez se con- vierta en el punto principal de referencia de todo el accionar politico y organizativo de las estructuras del FSLN a todos los niveles, asumiendo el sandinismo su mi histérica de set el sujeto politico que tanto necesitan los nuevos sujetos econdmicos © sector popular de la economia para la instauracién de un orden social, econémico y politico que responda a sus intereses, que por ser mayoritarios no podrfan entrar en contradiccién con los intereses de la Nacidn en su conjunto. El problema no es, pues, que se hayan tomado las decisiones que se tomaron frente ala amenazante coyuntura de finales del 2003, sino que haya sido necesario tomarlas, y que ante tales circunstancias no se asuma la necesidad de revertit la siruacién que conclujo aellas haciendo uso en aras de esto, de un viraje estratégico; en otras palabras, alo largo de todo este trabajo y el que lo precedié ~El poder, la propiedad, nosotros—se ha pretendido antes que nada, sostener la tesis de que si bien la linea institucionalista de tendencia reformista y dereehizante -independientemente de la voluntad politica que €h.ese sentido tengan sus promorores, defensotes y/o ejecurores~ rechazada por el Seguhido Congreso del FSLN en sit Sé&sidn Extraordinaria de 1994 en que se reafirmé el cardcter ideoldgica y politicamente revolucionario de esta organizacién politica—en consecuencia con el cardcter revolucionario del sandinismo como doctrina politica~, se explica por las circunstancias concretas en que se ha debido desarrollar la lucha revolucionaria en Nicaragua, pero debe ser superada para lograr la transformacién revolucionaria de la sociedad nicaragiiense y para eso, deben ser superadas no sola- mente sus causas lo que en parte sélo es posible hacer a largo plazo, por tratarse de un problema cultural-, sino que también debe asumirse siempre una Iinea a partir de‘tener claro el cardcter subordinado del poder en relacién a los principios, lo cual significa que la priorizacién de los espacios institucionales de poder se justifica como una polftica coyuntural, pero no de largo plazo y por tanto, debe ser desechada toda aplicacién de esa linea cuando ello implique quedar sometido por largo tiempo a ella; es decir, que la defensa de los espacios institucionales no puede hacerse a costa de lo que sea; 0 dicho de forma mas clara, la defensa de! poder est por encima de todo, menos de los principios, debido a que el poder no és el fin de la Revolucién, sino un medio tan indispensable como indeseable por su cardcter reaccionario, para alcanzar el verdadero fin de la Revolucién, que es la transformacién revolucionaria de la sociedad mediante la socializacidn de la propiedad sobre los medios de produc- cidn y la transformacién del poder como instrumento de opresién en la expresién de la voluntad en accién de todos los seres humanos por igual, acompafiando esto del indispensable mecanismo para que de las nuevas relaciones de produccién surja una nueva conciencia social que se corresponda con la esencia del nuevo sistema en formacién; mecanismo que esté integrado por politicas econémicas y de gestién empresarial que ademas de viables, se basen en el predominio gradual de las motiva- ciones espirituales sobre las materiales, y las colectivas sobre las individuales para la participacién de los seres humanos en el proceso de produccién de los bienes materiales como base fundamental del desarrollo y la existencia misma de la sociedad, y para la cteacién de la riqueza que resulta indispensable para la existencia de las condiciones materiales que permitan el paso de la sociedad en que se da a cada quien segtin su trabajo (el socialismo) ala que se da a cada quien segiin su necesidad (el comunismo) en la cual, atin més importante que la existencia de esas condiciones materiales para 386 hacer esto posible es la de las condiciones espirituales, debido a que no es posible dar a cada quien segtin su capacidad si cada quien no tiene la capacidad de alcanzar la felicidad de la tinica manera en que es posible, que es colocando lo que Marx llamaba La valorizacién el mundo humano por encima de lo que él llainaba la valorizacién del mundo de las cosas, existiendo entre ambas segiin el creador del comunismo cientifico, una relacién inversamente proporcional.>”? Dos expresionesevitables ¢ indeseables de la no aplicacién de esto son: la ausencia de la‘institucionalizacign’ del proceso revolucionario en base a su esencia misma o lo que es igual, la ausencia del nuevo modelo politico que garantizara el cambio de sistema durante la década de los ochenta, y la linea asumida a partir de los Acuerdos de! 2000 entre el FSLN y el PLC. Expresién inevitable pero también indeseable de esto mismo fueron los Acuerdos de! 2003 entre ambas fuerzas politicas; inevitable porque dadas las circunstancias caracterizadas por la desmovilizacién de la lucha revolucionaria en el terreno social en gran medida producto de la estrategia definida por los Acuerdos del 2000, ya en el 2003 no podia enfrentarse de otra ma- nera la embestida del imperialismo ni evitar que se cumpliera su objetivo de aislar y acorralar al sandinismo mediante la ruptura por parte del gobierno de turno en Nicaragua, del marco de entendimiento que se habia establecido aproximadamente un afio antes, Otro sefialamiento que no puede dejar de hacerse, es que de las dos expresiones evitables de este problema, la ausencia del nuevo modelo politico que garantizara el cambio de sistema en los afios ochenta fue mucho més evitable que los ‘Acuerdos del 2000, incluso respecto a éstos cabria la posibilidad, como se ha dicho en otro momento, de que hayan sido casi tan inevitables como los del 2003 debido a la situacién objetiva ya sefialada, que consiste en la combinacién de la ausencia de la cultura politica de la lucha social en Nicaragua con la existencia de amplios espacios institucionales de poder como principal fortaleza concreta del sandinismo. Respecto a la cultura politica, su déficit en cuanto a la lucha social se ve acompafiado por el mismo fenémeno en relacién con la lucha politica pacifica al margen de los procesos electorales, lo cual agrava atin mas este problema y vuelve més probable la inevitabilidad de esos Acuerdos; pero esta posible inevitabilidad no justifica que no se tengan claras las consccuencias profundamente dafiinas ~ya sefialadas y que serén profundizadas més adelante- de esta linea insticucionalista en el sandinismo como movimiento revolucionario y en el proceso revolucionario mismo. Es importante hacer notar, sin embargo, tres diferencias sustanciales entre los Acuerdos del 2000 y los del 2003 entre el FSLN y el PLC, y la diferencia esencial 372 La deswalorizacién del mundo humano crece en razin directa con la valorizacién del mundo de las cosas (documental El pensamiento de Karl Marx, auspiciado por la Biblioceca P. Florentino Idoate S. J.yla embajada de Alemania en El Salvador. 387 entre cualquiera de estos Acuerdos y la alianza entre el sandinismo disidente y el sector oligdrquico de la derecha a rafz del retorno del FSLN al gobierno en el 2007, lo cual ha significado la entrada de este sector del sandinismo al bloque oligdrquico-burgués. Mientras los Acuerdos del 2000 no incluyeron ninguna reivindicacién social 6 asuntos que beneficiaran de forma directa a la poblacién, los Acuerdos del 2003 sf inclufan estos temas; mientras los primeros acuerdos tuvieron como propésito apostar a la preservacién de los espacios institucionales ~para lo cual por cierto, no «+ era necesatio asumir los compromisos que estos Acuerdos implicaban-, los Acuer- dos mas*recientes en cambib en ‘vista de la dispersién del movimiento social no solamenté a causa del neoliberalismo sino de la polftica misma seguida por el FSLN a partir del 2000 y més exactamente, de 1998-, fueron la tinica manera posible de enfrentar la estrategia norteamericana de aislar politicamente al FSLN, que yase habia distanciado visiblemente del PLC y hab/a establecido una alianza con el entonces Presidente Enrique Bolafios, producto de la cual Arnoldo Aleman -principal lider del PLC- perdié su inmunidad para enfrentar la justicia por actos de corrupcién, siendo condenado a veinte afios de prisién. Y lo més importante de todo: mientras los Acuerdos del 2000 unificaron electoralmente a la derecha al sacar del juego a los partidos minoritarios ~de derecha en su mayoria y que por tanto, dividian el voto antisandinista-, los Acuerdos del 2003 dividieron a la derecha, separando politica y clectoralmente a la burguesfa nacional plebeya de la oligarqu{a tradicional aristocré- tica, como estaban antes de Sandino y entre el asesinato de Sandino y el triunfo de la Revolucién Sandinista en 1979. Llama la atencién el hecho de que la disidencia sandinista, cuya bandera prin- cipal contra el FSLN es acusarlo de pactar con la derecha neosomocista en funcién de objetivos partidistas y personales ajenos a los intereses populares, haya estado en- cabezada por la figura de Herty Lewites, quien apoyé con beligerancia los Acuerdos del 2000, que en todo caso tuvieron caracterfsticas mds cercanas a la caracterizaci6n antes expuesta de lo que histéricamente en Nicaragua tiene la connotacién de ser un Pacto, sobre todo a rafz del Pacto de los Generales entre el caudillo conservador Emiliano Chamorro y el dictador Anastasio Somoza Garcia en los afios cincuenta, y el Pacto entre el Iider conservador Fernando Agiiero y el dictador Anastasio Somoza Debayle a comienzos de los afios setenta, y que fue la causa més concreta del colapso del conservatismo como fuerza politica, misma que representaba los intereses de la oligarqufa, que a partir de entonces desarrollé una increible capacidad de mimetismo politico que le ha permitido mantenerse permanentemente, ya sin partido, en las altas esferas del poder, fenémeno del que la primera etapa de la Revolucién Sandinista en los afios ochenta no fue una excepcién. Pasando a hora a los cuestionamientos que hace la disidencia sandinista a los acuerdos que en diferentes ocasiones y circunstancias ha hecho el FSLN con el PLC, luna cosa es que una organizacién politica revolucionatia Hlegue a acuerdos —correc- tos © no, convenientes o*no— con sus adversarios, en el marco de los cuales ambas partes esperan avanzar en funcidn de obtener sus objetivos estratégicos, y otra cosa muy diferente es que una organizacién politica que se autoproclama de izquierda hhaga causa comin con los sectores més reaccionarios para atacar a un gobierno que, independientemente de qué errores cometa o deje de cometer, esta promoviendo la democracia directa, el acceso de los sectores populares de la economta a la gestién y el control de sta, la sustitucién gradual de un régimen tributario regresivo por uno progresivo para defender el poder adquisitivo de los sectores populares, la gratuidad en la salud y la educacién, campafias de salud y alfabetizaci6n, y otras acciones con- tetas que forman parte, o bien de la transformacién revolucionaria de la sociedad, 0 bien de politicas destinadas a favorecer a los sectores populares; es decir, un gobierno de izquierda, que forma parte de la Alternativa Bolivariana de las Américas y que respalda a los movimientos revolucionarios de otros pafses precisamente cuando la globalizacién imperialista requiere de la globalizacién de la lucha revolucionaria; razones por las cuales precisamente la oligarqufa, coincidiendo otra vez con los otros sectores de la burguesfa y una buena parte de la pendular clase media, ataca de forma visceral al nuevo gobierno del FSLN. Hacer coro con la oligarquia’en sus ataques contrarrevolucionarios al gobierno que asumié en el 2007 ~y no solamente con ella, sino también con la misma burguesia plebeya con la que precisamente quienes esto hacen acusan al FSLN de pactar-, es sumarse a las filas de la derecha y ademds, contribuir a la creacién de condiciones para la reagrupacién del bloque oligérquico-burgués que eventualmente, podrfa poner en peligro la continuidad del actual proceso de transformaciones sociales y revolucionatias. Es esta exactamente la actitud del MRS (renovadores) y sus aliados en la actualidad; siendo verdaderamen- te extrafia en sus aliados del Movimiento por el Rescate del Sandinismo, que no se proclaman socialdemécratas como los renovadores, sino de izquierda, partidarios del socialismo, el antiimperialismo y la lucha popular, y que manifiestan su respaldo a la Revolucién Cubana y la Revolucién Bolivariana, cuyas dirigencias apoyan al FSLN y no al MRS. El grado mis alto al que ha legado lo que constituye una verdadera traicién a la Revolucién por parte de una parte de la disidencia sandinista ha sido la decisién del MRS de apoyar en las elecciones municipales del 2008 a los candidatos de Arnoldo Alemén, que es con quien acusan al FSLN de haber pactado, habiéndolo declarado por tal cosa inconsecuente con su ptédica revolucionaria. Como se ha dicho ya, ha sido extrafia y sorprendente la actitud de los integran- tes del Movimiento por el Rescate del Sandinismo —que es el sector supuestamente no reformista de la disidencia sandinista— de haber acompajiado al MRS en cerrar filas con la oligarqufa, y por las mismas razones no es extrafia ni debe sorprender que este sector no haya acompafiado ya al MRS en su tiltimo paso, de certar filas 389 incluso electoralmente con la derecha en su conjunto, incluyendo en ella no sdlo a la oligarquia sino a la derecha neosomocista con la que acusaban al FSLN de haber cometido el pecado de pactar. Dicho sea de paso, y muy importante es el hecho de que una buena parte de la dirigencia del propio MRS ~es decir, del propio sector socialdemécrata o reformista de la disidencia sandinista, pero en este caso tratandose de ex cuadros jévenes, menos vinculados al poder en los afios ochenta y con una sélida formacién politica dentro del FSLN— haya decidido romper filas con las filas renovadoras y apoyar a los candidatos del ESLN en este mismo proceso electoral, a raiz del comportamiento alucinantemente oportunista de su dirigencia nacional, que incluso en determinado momento también se alié con el FSLN formando parte de la Convergencia encabezada por éste, a pesar del Pacto y a pesar de todo, momentos en los que ni estos cuadros ni los que después llegaron a hegemonizar el Movimiento por el Rescate del Sandinismo acompajiaron al FSLN, desobedeciendo también entonces en ef caso de estos cuadros jévenes, las directrices nacionales de su partido. A propésito de esto, cabe destacar que el mayor ascenso politico alcanzado por el MRS tuvo lugar a raiz de su apoyo a la candidatura presidencial previamente lanzada por Herty Lewites, que fue quien fundé el Movimiento por el Rescate del Sandinismo junto a los ex miembros de la Direccién Nacional del FSLN en los afios ochenta, Henry Ruiz (Modesto), Victor Tirado y Luis Carrién. Luego se integraron a dicho movimiento Ménica Baltodano y Julio Lépez, fundadores de la Izquierda Democrdtica que paraddjicamente, en su momento fue la que defendié dentro del FSLN, las posiciones de izquierda que prevalecieron en el Congreso Extraordinario de 1994, precisamente contra las posiciones de los que poco después fundarian el MRS, Ilevando ahora a limites tan extremos su oposicién a la linea institucionalista por su esencia reformista y derechizante, como los extremos a los que habia llegado el propio FSLN precisamente en la linea institucionalista con los Acuerdos del 2000. Es el conocido y aparentemente absurdo fenémeno de la ultraizquierda coincidiendo con la derecha debido a lo irracional de sus posiciones extremistas, vinculado con la esencia pequefioburguesa de la actitud misma que implican estas posiciones, propias de la desesperacién que caracteriza a esta clase social. Luego, este sector de ultraiz- quierda llegé a hegemonizar el Movimiento por el Rescate del Sandinismo, que fue a fin de cuentas el que dio al MRS la oportunidad de llegar a un para ellos antes inalcanzable 6% en las elecciones del 2006, a partir del liderazgo efimero —lo hubiera sido atin sin haber fallecido, por su falta de consistencia y por su carécter coyuntura- lista y oportunista— de Herty Lewites. Es decir, el MRS ha navegado erréticamente como un mal surfista en olas transitorias —a veces imaginarias- desde su nacimiento mismo, que no fue sino el momento en que una parte de la izquierda que ya no lo era, vio en el derrumbe del campo socialista en la década de los noventa -y en la derrota electoral del FSLN en el caso de Nicaragua- la oportunidad para proclamar 390, precipitadamente la derrota de la ortodoxia marxista-leninisca, la inviabilidad del socialismo como sistema, el supuesto cardcter obsoleto del partido de vanguardia y del antiimperialismo, la condena a toda lucha que no fuera pactfica, en fin el triunfo definitivo del reformismo sobre la linea revolucionaria en la izquierda; pero otra vez se equivocaron, igual que sucedié en los primeros aitos del siglo XX que vieron la triste bancarrota de la Segunda Internacional?” fundada por Engels y ttaicionada por Kautsky, que parecfa el fin del movimiento revolucionatio en una época tan temprana y que sin embargo, no era més que la mayor oscuridad antes de amanecet que fue en ese mismo momento, el triunfo de la primera revolucién socialista de la historia, conducida por la fuerza politica que lidereada por Lenin, precisamente encabez6 en Europa la oposicién a las ideas reformiscas y defendié la linea revolucionaria dentro del movimiento revolucionario de entonces. Cuando la historia no se repite como tragedia, lo hace como comedia, y si el FSLN no asume la necesidad que tiene de defini los limites de la Linea institucionalista y desarrollar una politica que le permita romper con el hechizo maligno de las circunstancias histéricas que lo han llevado a adoptar -equivocadamente 0 no- esa I{nea en determinadas citcunstancias, su dirigencia terminard integrandose en la practica, en el elenco de los comediantes, lo cual es muy poco probable que suceda si se toma en cuenta la consistencia y con- secuencia ideolégica revolucionaria a toda prueba, de al menos de esa parte de sus més importantes dirigentes histéricos que atin contintian ejerciendo las mds altas responsabilidades politicas dentro de esta organizacién politica que en gran medida debido precisamente a eso ~y contra lo que han querido ver los oportunistas de todo tipo-, no ha dejado de ser revolucionaria y contintia encabezando la lucha por la transformacién revolucionaria de la sociedad nicaragiiense, con la ventaja adicional pero extremadamente importante y posiblemente decisiva, de estarlo haciendo ahora nuevamente desde el gobierno. La limitacién del quehacer politico del FSLN a la defensa de sus espacios ins- titucionales ha sido en los tltimos tiempos el factor principal de desgaste del san- dinismo en términos politicos y es a la vez la mas peligrosa causa de deterioro en su consistencia ideolégica, porque un partido revolucionario no puede vivir a expensas de la posibilidad de ganar las elecciones, como hacian los partidos tradicionales de izquierda prosoviéticos -que ademas, nunca ganaban elecciones salvo muy extrafias excepciones-, promotores de la coexistencia pacifica y adversarios de la lucha armada en América Latina. Si una vez se dijo que el primer deber del revolucionario es hacer la revolucién, el primer deber de un partido revolucionario es organizar la lucha revo- lucionaria por la conquista del poder para las clases populares al frente de la sociedad 373 Ast llamada por Lenin, 391 en su conjunto, en funcién dela transformacién revolucionaria de éstaa través, entre otras cosas, de la construccién de un poder con caracteristicas tales que a través suyo se establezca un orden de cosas cuyo desarrollo conduzca a la desaparicidn del poder al extinguirse las causas que lo determinan, tales como la propiedad y la consiguiente diyisién de la sociedad en clases. ¥ esto se puede hacer no solamente ganando elec- ciones o a través de la lucha armada por la toma del poder politico, sino por medio de la autogestién comunitatia y econdmica popular, la unificacién de la poblacién en defensa de sus derechos intereses y la lucha organizada de los sectores populares por sus reivindicaciones sociales, que se convierte en lucha revolucionatia cuando Hlega a plantearse como objetivo la sustitucién del sistema econdmico y politico existente por tuno que responda.a sus intereses de clase. Todo ello, por otra parte, garantiza la mejor defensa posible de los espacios institucionales de la izquierda, y crea las condiciones éptimas para tener acceso a ellos, es decir también para ganar elecciones, que en tan- to de ello dependé la obtencién del poder politico se convierte —nadie lo niega~ en algo indispensable para promover cualquier proyecto revolucionario al contar con el gobierno, que es e! espacio més decisivo para promover el cambio social, pero cuyo aprovechamiento estard en dependencia de la capacidad politica, organizativa y de convocatoria con que cuente la organizacién politica revolucionaria que acttia como el instrumento de las clases populares en la lucha por la transformacién revolucio- naria de la sociedad, que es una lucha por el poder, desde el poder y contra el poder, siendo valido esto tiltimo atin en caso de que esa organizacién polftica se encuentre en cl poder o~con més razén aiin- solamente en el gobierno, entendiendo como un ceufemismo la concepcién de una organizacién politica revolucionaria en el poder, pues el hecho mismo deberfa ser considerado como una contradiccién, porque una organizacién politica es revolucionatia precisamente en la medida en que no conquista el poder para s{ misma, sino para que lo ejerzan las clases populares cuyos intereses defends, lo cual constiuye parte inalienable de su razén de set. Es decir, por una organizacién politica revolucionaria en el poder hay que entender, una vanguardia politica conduciendo un proceso revolucionario con el poder ejercido por las clases populares por ella encabezadas polfticamente. Ya se ha dicho antes que no solamente se trata de la conquista del poder, sino de la construccién de un nuevo poder; pero sin que esto iltimo conduzca a la ingenuidad de renunciar a lo primero: e! poder hay que construirlo, pero mientras se construye el nuevo poder hay que tomar el que existe y transformarlo, pues eso es parte ineludible de la construccién del nuevo poder; es mds, no se puede construir en mejores condiciones que habiéndolo tomado previamente para construirlo transformdndolo a partir del control de sus aparatos fundamentales, a los que debe cambiarse su naturaleza en el proceso de creacién de una nueva institucionalidad revolucionaria como parte inseparable de la construccién de ese nuevo poder. Todo esto implica ocupar todo espacio —institucional 0 no- 392 desde donde se puedan defender con efectividad los inteteses populares y defender las ideas revolucionatias, pero como también se ha dicho ya, sin que esto signifique pagar como costo el acomodamiento de la organizacién politica revolucionatia a esa institucionalidad que debe ser precisa mente sustituida por la nueva institucionalidad revolucionaria, y menos atin ~como sucedié en la Nicaragua sandinista de los afios ochenta— volver a inventar la institucionalidad disefiada para ese poder contra el cual hay que luchar para construir el nuevo poder- y parte del inevitable peligro que corre todo movimiento revolucionario desde el punto de vista ideoldgico es, justamente, que no solamente debe luchar contra ese poder para construir el nuevo poder, sino que debe luchar también en aras de eso desde ese mismo poder que debe ser sustituido por el nuevo, que tiene como finalidad la desaparicién misma del poder en tanto instrumento de opresin. Es importante dejar clara la diferencia entre las espacios de un partido revolu- cionatio en la institucionalidad democratico-burguesa y la lucha por nuevos espacios institucionales para la cransformacién del sistema politico en aras de poner fin a la democracia burguesa y sustituirla por la democracia como expresién del ejercicio directo del poder por parte de los ciudadanos, los sectores sociales y las localidades. Precisamente el principal error histérico del sandinismo desde mediados de los ochenta ha sido circunscribir su accionar alrededor de lo primero y conceptualizar la lucha revolucionaria como si ésta dependiera tan sdlo del discurso y no de la forma y los espacios en que ella se libra. A mediados de los noventa se dieron pasos fundamentales en funcién de superar este problema, pero ese proceso se vio frustrado con el retroceso experimentado en 1998 durante los preparativos politicos ~estratégicamente costos{- simos para el sandinismo tanto en lo politico como en lo ideolégico— de los Acuerdos entre el FSLN y el PLC en el 2000. ¥ la forma de superar esto es por tanto, asumir como eje rector de la estrategia politica del FSLN la creacién de los nuevos espacios para la transformacién del sistema y no la defensa de los espacios ya existentes en la institucionalidad democrético-burguesa, sin que esto se interprete como la renuncia acsto ultimo. Debe recordarse aquf que, tal como ya se ha sefialado con anterioridad respecto alos Acuerdos del 2000 como fenédmeno que expresa mejor que ningiin otro la linea de priorizar la preservacién y ampliacién de los espacios institucionales, que en la préctica ha prevalecido en la estrategia del FSLN desde 1979 -con la sola excepcién del periodo transcurrido entre 1994 y 1998, en que precisamente se definié la identidad revolucionaria del FSLN y el sandinismo en las circunstancias histéricas posteriores al derrumbe de la Unién Soviética-, el desgastante fenémeno de una organizacién politica revolucionaria que lucha contra el sistema sin poder renunciar a su condicién de integrante de csc sistema obedece, més que a la voluntad politica 0 a pruritos sistémicos de derecha en la mentalidad de la dirigencia revolucionaria sandinista, a 303 realidades polfticas histéricas y coyunturas cruciales ¢ inéditas en el desarrollo de la lucha revolucionaria en Nicaragua, con lo que podria considerarse la existencia de esta linea desgastante como algo que no tiene un origen ideolégico y subjetivo, sino in origen histérico, politico y objetivo, lo cual no significa que tal situacién no deba ser superada; y es esto tiltimo lo que en determinado momento no ha sido asumido consecuentemente por la direccién revolucionaria en Nicaragua. Acontinuacién se presentan ciertas propuestas acerca del posible nuevo modelo econémico, social y polftico del sandinismo en base a una serie de definiciones hechas por el Tercer Congreso del FSLN como producto de las mociones presentadas por el departamento de Leén, aprobadas e incorporadas al Programa del FSLN, y que estan vinculadas con: 1) La concepcién del sandinismo como doctrina politica y su razén de ser en la historia de Nicaragua; 2) El modelo de socialismo que promueve el ESLN; 3) Los mecanismos de la democracia directa (los Consejos y Gabinetes del Poder Ciudadano para la deliberacién, la decisién y la accién como mecanismos articulados del empoderamiento ciudadano en la definicién de las politicas de Estado y los programas derivados de las politicas piiblicas definidas en el proceso integrado por dichos mecanismos; el Plebiscito o el Referendo como mecanismo obligatorio para la definicién de las politicas de Estado en ciertos temas; y habria que agregar la revocabilidad tanto de los cargos de eleccién popular como de los nombrados por el Poder Ejecutivo) que serian la esencia de un modelo politico que se corresponda con-el proceso espectfico de transformacién revolucionaria propio de la sociedad nicaragiiense; y 4) La conceptualizacién de la globalizacién como expresién actual de la fase imperialista de desarrollo del sistema capitalista a escala mundial. Las propuestas aqu{ presentadas no son inmutables ni mucho menos, sino tan s6lo una invitacién a generar ideas y propuestas concretas que permitan ala izquierda ya la sociedad civil emprender el camino del empoderamiento ciudadano, comuni- tario, sectorial, territorial, popular y revolucionario como forma de profundizacién del proceso de democratizacién inaugurado en Nicaragua y América Latina con el triunfo de la Revolucién Sandinista, partiendo de que llevar hasta sus iltimas con- secuencias la democracia como una conquista histérica de la humanidad es apostar al derrumbamiento del sistema socioecondémico y politico actualmente vigente, que obedece a los intereses del imperialismo global, con sede en la Casa Blanca; y es tam- bién la base de cualquier modelo socialista alternative que se oftezca en la actualidad, dada la inviabilidad de cualquier propuesta que implique métodos autoritarios, tan desacreditados hoy en dia y aplicados, sin embargo, aunque de manera solapada, por los centros hegeménicos de poder en el mundo globalizado. El capitalismo moderno se las ha arreglado para usufructuar el rumbo democra- tizante que se comenzé a desarrollar en el mundo durante la tiltima quinta parce del siglo XX, y que al no estar el socialismo real preparado para asimilarlo, fue barrido 394 por dicho fenémeno en los paises donde este modelo se encontraba en sus fases mis avanzadas y por ello mismo, en un mayor estado de descomposicién. Sin embargo, al igual quesucede con toda la sociedad burguesa qu en palabras de Marx, se asemeja al mago que ya no ¢s capaz, de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjaros,* la sociedad actual atraviesa una crisis terminal cuya soluci6n pasa por la transformacin revolucionatia de su existencia y por es9 mismo, por la susti- tucign del actual orden de cosas por otto. El imperialismo ested mostrando cada vex mds claramente, a pesar de la habilidad secular del sistema para legitimarse ante la conciencia de quienes viven bajo sus condiciones, que la democratizacién mundial se ha comenzado a convertir en una creciente amenaza para el poder global ejercido por los monopolios y las transnacionales controlados por los grupos econdmicos hegem@nicos en el planeta, cuyos intereses entran cada vex mas en choque con los requerimientos para la prolongacién de la existencia humana sobre la faz de la Tie- sra, Las poses y politicas autoritarias, la linea ideoldgicamente fundamentalista y las imposiciones cada vez mds abiertas de las decisiones tnilateralmente asumidas por la superpotencia tinica y capitalista que se erigié sobre el saqueo neacolonial posibilitado porelreparto del mundo resultante della Primera Guerra Mundial y gracias en buena medida al abandono socialdemécrata de la lucha tevolucionatia y a la incapacidad para hacer la revolucién mostrada por una izquierda dogmatizada y burocratizada cuando las situaciones revolucionarias se presentaton en la Europa Occidental de los afios veinte, treinta y sesenta, evidencian cada vez més nitidamente esta realidad. Si con algo es incompatible el autotitarismo es precisamente con el socialismo, lo que constituye una razén entre tantas por Jas cuales se derrumbé el modelo que regia en la Unién Soviética y Europa del Este. Sin democracia no es posible la patticipacién del pueblo en la transformacién revolucionaria de a sociedad, y sin esa participacién, tal cransformacién tampoco es posible, dado que su esencia es la transformacién dela realidad social y de los valores que ésta determina en la mente del ser humano, cuya felicidad masiva -mdxima ambicién de la revolucién como proyecto histérico- no podré ser alcanzada sin que él mismo sea el protagonisca de semejante conquista. Por e50, s6lo un modelo socialista basado en los principios universales de la democracia y que haga de ésta el instrumento por excelencia de ejercicio del poder por las clases populares -y por canto no pretenda sustituirlas en eS papel histérico con ningiin aparato politico partidista~ puede evitarel colapso caético de la civilizacién, ‘nico desentace posible de la crisis actual si no ocutte pronto un cambio radical del orden de cosas en el mundo que ponga fin, ciertamente, a la actual civ} én, pero de 371 Carlos Mancy Federico Engels, Manifesto del Partido Comunisa Obras Fecogida, p. 16, Editorial Progreso, Mosci, 1973). 395 forma tal que ello dé lugar al advenimiento de una civilizacién nueva, libre, justa y préspera que funcione en base a patadigmas totalmente diferentes de los esquemas mentales decadentes que prevalecen en la actualidad imposibilitando al ser hummano su realizacién plena y el desarrollo de tode su potencial en todos los aspectos. Cudl de los dos desenlaces espera al mundo es algo que estaré en manos de los seres humanos que sean capaces de comprender ¢ interpretar de forma innovadora y revolucionaria las leyes del desarrollo social descubiertas por Carlos Marx y Federico Engels hace ya ms de un siglo y medio, y sacar las conclusiones correctas de los exrores y aciertos del primer experimento social llevado a cabo tratando de aplicar esas eyes, cuya inadecuada comprensién generé el colapso final ~a pesar de los evidentes logros al- canzados- de ese primer intento en una buena parte del mundo; fracaso que ademds de no contradecir las leyes del desarrollo social reveladas por el materialismo histérico y enriquecidas por Lenin, Gramsci, Mao y el Che, més bien las confirman. Las propuestas que se presentardn a continuacién sobre un modelo revolucio- nario sandinista en Ia época actual darén por sf solas suficientes sugerencias sobre cémo pudieron haberse aplicado estas ideas en la década de los ochenta. Respecto a lo seguramente polémico de las mismas ~y serfa decepcionante que no lo fueran, pues su propésito es precisamente generar la discusidn, no proclamarse como la gran solucién incuestionable-, sélo baste con recordar que han sido hechas en una realidad inédita tanto a nivel del pafs en que se formulan como a nivel mundial, y que por tanto requiere ideas atfpicas y heterodoxas. Lo importante es, en todo caso, abrir con ideas concretas el debate de fondo sobre las grandes metas revolucionarias que el sandinismo se debe plantear en la compleja realidad actual, en tanto tinica opcidn politica de izquierda con posibilidades de conducir un proceso revolucionario de transformacién de la sociedad nicaragiiense. Las ideas que aqu{ se proponen —tanto en el aspecto politico (superestructura y vanguardia) como en el aspecto socioeconémico- y las que resulten del debate que ellas intentan estimular, pueden promoverse e implementarse desde el gobierno y desde la oposicién, pero para imprimirles el impulso inicial requerido de cara a su viabilidad es indispensable hacerlo desde el poder politico gubernamental, siendo a I6gica de esto precisamente que una vez impulsado el modelo desde ese espacio, quede ya instaurado el nuevo sistema, en un proceso irreversible cuya vigencia no esté sujeta después a quign cjerza el gobierno, para lo cual es indispensable que la iaquierda mantenga el piso electoral requerido para la preservacién institucional del Auevo orden politico-jurfdico, que aqui se propone sea democrético directo, como sustento superestructural del nuevo orden socioecondmico en ciernes, de cardcter so- Gialista y materializado, segiin esta propuesta, a través de un modelo que es asociativo y autogestionario en lo econémico, democritico y empoderador en lo politico. 396 EI sistema politico Consideraciones generales En términos de experiencia democritica, al sandinismo le ha cotrespondido set uno de los movimientos revolucionarios colocados en mejor posicién para emprender iniciativas de todo tipo, tomando en cuenta que es el primer caso de una fuerza politica de izquierda a la que, tras haber hecho una revolucién derrocando con lag armas a tun régimen dictatorial pro-imperialista y establecer un sistema social de orientacin socialista, le ha tocado después continuar la lucha'de forma pacifica desde la oposicién politica, logrando estabilizar y afianzar su presencia como fuerza politica que disputa con las fuerzas de derecha la hegemonfa de la sociedad y de sus espacios insticucio- nales, politicos, ideolégicos, econdmicos y sociales en un contexto adverso, como es el de la globalizacién, el neoliberalismo y la unipolaridad mundial en un marco politico determinado por un sistema democrético-burgués en un pals virtualmente intervenido en lo econémico y antes de llegar el ESLN al gobierno, también en lo politico por los Estados Unidos, corriendo de paso -sobre todo mientras ha estado en la oposicién— el inmenso riesgo de ser asimilado por la ldgica del sistema politico y socioeconémico imperante; si bien a lo anterior sirve de contrapeso el auge politico de la izquierda en América Latina, del cual forma parte el regreso del sandinismo al gobierno, aunque en condiciones y por circunstancias diferentes que aquellas en las cuales han Ilegado al gobierno otras fuerzas de izquierda en el continente. Derrocar —pese a increfbles limiraciones materiales~a la dictadura mds antigua del continente, sostenerse en el poder por diez afios enfrentado a la hostilidad desatada por el imperialismo norteamericano a través de una guerra de agresin y después permanecer por mds tiempo atin como una de las dos fuerzas politicas con mayor influencia y posibilidades reales de acceder al poder como producto del respaldo de la poblacién, en medio de condiciones tan adversas, han sido tres proezas histéricas consecutivas de similar magnitud entre ellas, en un proceso que en cuanto a su he- rofsmo y la magnitud de las adversidades a enfrentar, dificilmente podrd tener rival en el mundo a excepcién de la Revolucién Cubana. La preservacién y consolidacién de la fortaleza politica del sandinismo en los afios venideros, sin embargo, sigue siendo un reto para el movimiento revolucionario en Nicaragua, partiendo de que a pesar de haber regresado el FSLN al gobierno, atin no esté dicha la tiltima palabra sobre el desenlace de este drama histérico llamado por algunos la sransicién democratica en Nicaragua, y que més bien ha sido una transicidn incierta por no saberse hacia dénde es que se transita, aunque en las condiciones posteriores al triunfo electoral del FSLN en el 2006 -y contrario a lo que sucedfa con anterioridad-, este largo proceso se perfila no ya como la transicién de un proceso revolucionario de orienta- cién socialista hacia un capitalismo neoliberal consolidado como tal, sino como una transicién de ese proceso revolucionario hacia el modelo econémico y politico del 397 cual dicho proceso carecié en su primera etapa; sin embargo, cuando se afirma aqui que atin no esté dicha la ultima palabra acerca de esto, es debido a las condiciones politicas en que tuvo lugar el triunfo electoral del sandinismo en el 2006, con una cortelacién de fuerzas que a casi dos afios de estar en el gobierno ain no se define a su favor en términos de hegemon(a ideolégica, aunque existe una situacidn favorable en cuanto a fa presencia en las instituciones politicas, pero con la peligrosisima des- ventaja de que tales instituciones forman parte del sistema que el sandinismo como fuerza revolucionaria debe sustituir por otro, fo cual est imposibilitado al menos en el corto plazo debido entre otras cosas, a la correlacién de fuerzas desfavorable en el sentido de que no existe una mayoria politica favorable al ESLN, lo cual se refleja en la composicién de la Asamblea Nacional, que es el espacio clave donde se debe materializar la sustitucién de un sistema por otto en el aspecto juridico, sin el cual no hay institucionalizacién posible del nuevo sistema, y sin institucionalizacién no es posible la existencia histéricamente perdurable de un sistema politico; a lo cual debe agregarse que tal correlacién de fuerzas desfavorable también se expresa en las limitaciones existentes en cuanto a la movilizacién de la sociedad civil a favor del cambio de sistema, lo que se ve agravado por la ya mencionada ausencia en el pals de una cultura politica de lucha pacifica al margen de las contiendas electorales. Todo esto no significa, sin embargo, que no haya posibilidades de promover el cambio de siscema en términos institucionales; de hecho se dieron ya algunos pasos en éa direccién, pero la desventaja sefialada con anterioridad llevd a que éstos se dieran en el marco de la institucionalidad democrdtico-burguesa actual, o sea en base a la I{nea institucionalista que estimula objetivamente conductas reformistas de renuncia, paraddjicamente, al cambio de sistema, Pero si existen posibilidades de lograr avanzar por esta via en el cambio de sistema, no puede desaprovecharse la oportunidad, por muchos que sean los riesgos que se corran, aunque obviamente, lo idéneo serfa la construccién de la correlacién de fuerzas que permita, por ejemplo, la convocatoria a una Asamblea Constituyente por un Referéndum, aunque segiin el orden juridico de Nicaragua éste debe ser convacado por la Asamblea Nacional, la cual sin embargo, no podria resistir la presién de una poblacién organizada y unificada en torno al cambio de sistema y se veria obligada a convocar el Referéndum o crear a su pesar las condiciones para una ruptura radical y abrupta de la sociedad con todo el orden institucional establecido, lo que puede ser a estas alturas un arma de doble filo para el sandinismo, pero para la derecha ¢s un arma de un solo filo en su contra; razén esta tiltima por la cual ante una presién popular suficientemente contundente, el Poder Legislative no tendria mds opcidn que la de convocar al Referéndum en el que se someterfa a consideracidn la convocatoria a una Asamblea Constituyente, algo muy dificil de aceptar por una clase politica aferrada a sus puestos (en el caso de los diputados, a sus curules), a tal extremo que mientras en muchos paises es lo mds 398 normal que los politicos renuncien a sus cargos frente a determinadas situaciones criticas, Nicaragua es uno de los pocos paises donde esto jamds sucede, a no ser para postularse a otro cargo, porque las leyes asi lo exigen a los que tienen esta aspiracién en algunos casos; los diputados, por ejemplo, no estan obligados a hacerlo, y-es légico: ellos hacen las leyes. La democracia no existe en estado puro, porque las sociedades en que ella ha regido tampoco han tenido nunca esa caracteristica: hay clases sociales diferentes, con intereses contrapuestos, prevaleciendo siempre unos sobre otros, o hay al menos ~en el caso del socialismo~ diferentes grupos y sectores con diferente forma de ver las cosas y cuyos intereses no necesariamente coinciden. Desde este punto de vista la democracia es un instrumento legitimador de los intereses de clase que prevalecen, sin por ello dejar de ser al mismo tiempo una conquista universal de la humanidad. Asumiendo que en el socialismo no hay clases antagénicas, atin asf la democracia sigue siendo un instrumento politico ¢ idcoldgico, en este caso de la clase obrera en vias de transformacidn y de su organizacién de vanguatdia, en la construccién de las nuevas relaciones sociales entre los seres humanos, principal distintivo caracterizador de una sociedad o de un modelo socioeconémico con su correspondiente sistema politico. Como instrumento de los grupos pudientes desde la antigua Grecia, en las so- ciedades de clases la democracia no ha sido nunca el poder del pueblo, sino la forma en que las clases dominantes han administrado la relacién entre el pueblo y el poder a través de intermediarios como las instituciones representativas, en las que los repre- sentantes electos sustituyen al pueblo que los elige en base a reglas del juego técitas que despojan a este ultimo de su libre albedrio, al convertirse las ofertas electorales en productos de mercado cuya propaganda, lejos de tener como propdsito divulgar informacién y dar a conocer la verdad, esté destinada a manipular emocionalmente a los potenciales compradores-electores, quienes al mismo tiempo son debidamente educados para creer que en realidad estén decidiendo algo. Por su propia naturale- za, las campafias electorales y las elecciones democrético-burguesas constituyen la maquinaria més fraudulenta y falsificadora que se haya concebido jamés, estando sta cardcter fraudulento no necesariamente en el proceso técnico-administrativo (conteo irregular de votos o cualquier otra actividad ilicita, que incluso forma parte de las normas no escritas del sistema debido a que casi siempre ocurre), sino en la logica misma del proceso, de manera que no necesitan ser ilegitimas o ilegales las acciones que hacen de la democracia occidental, representativa, liberal y burguesa la mayor estafa hecha jamds a tantos seres humanos juntos. Mientras exista cl poder, la democracia seré el instrumento mds efectivo de quien lo ejerza; mientras existan las clases sociales, la democracia serd instrumento de las que ejercen el poder. La democracia no es un concepto absoluto, sino que depende de a qué intereses sirve, pero eso no significa que no tenga principios universales en sus 399 aspectos conceptuales, ademis de constituir un gran paso dado por la civilizacién en relacidn a los sistemas autocraticos que predominaban antes de la Revolucién Francesa y que podrfan comparatse en cierta forma con las posteriores dictaduras. Es pot ¢30 que la Revolucién Sandinista instaurd, como parte de su misién revolucionaria, la democracia occidental en Nicaragua. El problema estuvo en que, estando en el poder, el sandinismo no proveyera a dicho sistema de los mecanismos institucionales y las transformaciones superestructurales que permitieran convertir la democracia en un instrumento de las clases populates y de los ciudadanos comunes para defenderse de la opresién y dominacién a que habian sido sometidos antes de los ochenta -y volverian a setlo después-, construyendo nuevos espacios que permitieran a la socie- dad enrumbarse hacia una nueva forma de existencia, y a través de ese instrumento que ¢s siempre la democracia ejercer el poder en funcién de la construccién de ese nuevo orden de cosas que prevalecié en los ochenta en Nicaragua y en el que, pese a todos los obstéculos, debilidades y errores, los nicaragiienses ryvieron més autoesti- may dignidad que en los afios anteriores y posteriores, as{ como las condiciones de vida para la gran mayorfa eran mejores, a pesar de las dificultades provocadas por la guerra y el bloqueo econdmico; pero éstas eran compartidas por la gran mayoria, en la que los seres humanos que la integran ~y los que no- también tenian acceso a los ismos o similares beneficios sociales y ejercian los mismos derechos politicos, unos y otros. Pero no se pudo contar con el mecanismo politico legitimador que impidie- ra el desmontaje del proceso revolucionario a un ritmo mayor que su capacidad de resistencia desde la oposicién; atin asf, los actores fundamentales de la obra revolu- cionaria lograron resist exitosamente las embestidas del viejo orden legitimado con nueva vestimenca, pero incapaz de conjurar el hecho a estas alturas ya innegable, de que a partir de 1979 Nicaragua cambié para siempre en una serie de cosas que no son del agrado de quienes ejercieron el poder politico entre 1990 y el 2006, del que atin conservan buena parte ademds de su hegemonta medidtica y cultural, sicuacién desfavorable que también el sandinismo se esfuerza por revert. La democracia, cuando las condiciones que la propician se vuelven a imponer ante la inviabilidad de las viejas propuestas, adquiere formas nuevas, y es asi como surge la democracia directa que, como complemento y superacién de la democracia representativa, cumple con la misién histérica de preservar -y prover de autenticidad- los valores democréticos de libertad, igualdad ance la ley y humanismo desarrollados por el pensamiengo universal en la época de la Ilustracién francesa, que fueron la expresién més avanzada de la maduracién que comenzaban a adquitit ciertos sectores en Jo que fue la ittupcidn cultural de la modernidad como reflejo de la necesidad histérica de la sustitucién de las relaciones de produccién feudales por otras que dejaran el campo libre a las fuerzas productivas que con su desarrollo, presionaban intensamente a todo el orden establecido de la época. Una vex que las clases populares Hegan al poder, la democracia deja de ser un instrumento de las clases econémicamente pudient intereses politicos y de clase predomninantes y adquirir con ello una nueva forma de set, convirtiéndose en democracia disecta y pasando a ser entonces el instrumento politico de estas clases y los sectores sociales mayoritarios en la construccién de un nuevo sistema socioecondémico, en el que —de manera progresiva 0 acclerada, segin las circunstancias histéricas lo permitan— la brecha social ird desapareciendo, funda- mentalmente a través de la socializacién de la propiedad, que no tendcfa capacidad por si sola de generar un ser humano con caracteristicas diferentes si no se acompafia de los mecanismos politicos y econémicos que se correspondan con dichas caracte- risticas, siendo esto iltimo, como ya se ha dicho, el principal aporte de Ernesto Che Guevara al marxismo, en lo cual jugé un papel muy importante su punto de vista critico respecto a Ja forma en que se construfa el socialismo en la Unién Soviética y Europa del Este, siendo el eje principal de su desacuerdo con tales modelos el predo- minio del Céleulo Econémsico como criterio fundamental de la politica econémica, y disefiando el Che en aquellas circunstancias el Sistema Presupuestario de Financiamiento como una alternativa. Es decir, el problema para el Che no era en s{ mismo el célculo econémico como un método de direccién en la economfa politica del socialismo, sino el predominio de las motivaciones materiales ¢ individuales para la participacién de los seres humanos en la produccién de los bienes materiales como base del desa- rrollo y la existencia misma de la sociedad, propiciado por la aplicacién concreta de tal método en determinadas condiciones especificas, lo cual no significa que dicho método no deba ser aplicado como rector de las relaciones sociales en el socialismo, sino que su aplicacién debe estar sujeta a vigilancia politica con el objetivo de que no obstaculice el avance gradual de los estimulos espiti:-«:les y colectivos que permita a éstos llegar a ser predominantes mucho antes de llegar la sociedad a la fase comunista de su desarrollo. Para una evaluacién de esta polémica, es evidente la necesidad de comparar los resultados en la ex Unién Soviética y los paises de Europa del Este, donde se aplicaba el célculo econémico sin mayor preocupacién por sus consecuen- cias, con los resultados de la construccién del socialismo en Cuba, donde el cdlculo econémico también ha prevalecido, pero sujeto a condicionamientos que permiten el avance de mecanismos promotores de las motivaciones espirituales y colectivas, y donde desde mediados de los afios ochenta se retomé el rumbo marcado por los planeamientos del Che, que habian sido abandonados la década anterior. Incluso en los afios sesenta, el célculo econdémico se aplicaba en la mayor parte de la economia cubana, en la que sobre todo entonces, prevalecfa la produccién agricola; mientras el ‘Sistema Presupuestario de Financiamiento propuesto por el Che solamente se aplicaba al sector de la industria, a catgo suyo. 1 pasara responder a los nuevos 401 La democracia directa tiene un componente politico y uno econdmico: el primero es la participacién permanente e institucionalizada de los ciudadanos y los sectores sociales en la definicién de las politicas de Estado y de gobierno a todos los niveles, que afectan su vida diaria y el destino del pats, asf como la potestad ciudadana de tomar decisiones que tradicionalmente han sido de incumbencia exclusivamente de las instituciones administrativas gubernamentales. Se especifica esto iiltimo porque con la democracia directa el gobierno tendria dos componentes: el tradicional com- ponente institucional administrativo (de carécter ejecutorio) y su nuevo componente decisorio, que serfan los ciudadanos institucionalmente organizados para tal fin, con lo que comienza el proceso de eliminacién de las fronteras entre sociedad politica y sociedad civil, cuyo origen es la exclusién de esta tiltima de las decisiones guber- namentales y de Estado 0 lo que es igual, la confiscacién de la soberania popular por parte de la clase politica que administra el poder de las clases pudientes en la democracia burguesa. El segundo componente es la existencia ¢ incidencia de los nuevos sujetos econdmicos (los nuevos propietarios surgidos del proceso de democratizacién de la sociedad impulsado por el FSLN y los sectores populares organizados, en el caso de Nicaragua) en el desarrollo de la vida econémica diaria de la sociedad. Es decir, as{ como la democracia no puede reducirse a que los ciudadanos elijan cada cierto tiempo quién los vaa gobernary quin a representar, tampoco la participacién de los ciydadanos en los asuntos de Estado como pilar fundamental de la democracia directa puede reducirse a lo politico, ya que de lo econémico es que depende el desarrollo y lavida misma de la nacién; sin comida no hay pensamiento y sin éste, no hay espiritu humano; sin economia no hay politica y sin ésta, no hay civilizacién posible. Por eso debe aclararse que la desaparicién del poder politico no significa la desaparicién de la politica, pues con ella tendria que desaparecer la condicién humana: lo que se da es la separacién entre la politica y el poder, que tampoco desaparece como tal, sino su cardcter politico, es decir como instrumento de opresién 0 como poder de unos gjercido sobre otros. La filosofia de la democracia directa en tanto sistema politico, y tal como se ha dicho, se puede resumir en el lema: Todo el poder a los sectores y a los territorios, todo el poder a los ciudadanos y a la comunidad, que seria el equivalente actual del viejo ema bolchevique de Todo el poder a los soviets. Se trata de que el poder -y el Estado en tanto expresién de poder y no en cuanto a su fancién social se descentralice, para que se fortalezca autodisolviéndose si responde a los intereses mayoritarios, 0 se debilice al cracar de entronizarse si no es ast. Como ha podido apreciarse y se ha plasmado en la Insroduccién de este trabajo, los téeminos democracia directa y democracia participativa en lo que se refiere al Pro- grama del FSLN se han usado como sinénimos, tal como ocurrfa al momento en que 402 dicho programa fue aprobado. Sin embargo, en este sentido es necesario referirse a un fenémeno politico de gran actualidad vinculado con estos dos términos. Con el desgaste de la democracia representativa, la maquinaria ideoldgica de la derechaa nivel mundial ha comenzado a reciclar el sistema politico propio del capiralis- mo introduciendo reformas tdcticas cuyo objetivo es hacer que los ciucdadanos sientan que cl sistema los est4 tomando en cuenta para tomar las decisiones vinculadas con la economia, el presupuesto, etc., abriéndose ast espacios de participacién ¢ implemen- tindose mecanismos de consulta que no dejan de ser un riesgo para el sistema, pero que constituyen su tinica valvula de escape para no colapsar; luego no queda mas que comprometer a los ONGs, convirtiendo este esquema en un modus vivendi mediante el cual conseguir recursos, y asunto arreglado: los ciudadanos estén entretenidos con el nuevo juguete participativo, las organizaciones sociales que se apunten en este juego comienzan a ser cooptadas por el sistema, mientras éste contintia funcionando a favor de los intereses hegeménicos en el capitalismo: es la versién politica del asistencia~ lismo y las ayudas econémicas a los pobres para amortiguar los efectos negativos del sistema sobre la vida de los ciudadanos de modo que se logre impedir el desarrollo de la conciencia de clase, ya que ésta sélo puede surgir de la rebeldfa y la resultante lucha popular como respuesta a la situacién vigente. Es por eso que de pronto se puede ver al mismisimo Banco Mundial promoviendo lo que ellos llaman !a democracia participa- iva, con lo que el término va quedando en una indefinicién ideolégica frente a la cual resulta més apropiado -y no cuesta nada en términos de apropiacién de los conceptos, porque atin estos términos no se han incorporado a la cultura revolucionaria~ usar el concepto de la democracia directa para referirse al sistema politico que caracterizaria al socialismo del siglo XI, y en el que las decisiones gubernamentales y las politicas de Estado serian potestad de los ciudadanos. : Lo més importante de la democracia directa es la solucién actual de lo que Lenin llamaria ef problema fundamental de toda revolucién, es decis, el problema de poder. Lo decisivo es qué clase tiene el poder (...), sransformar por completo y de manera radical la vigia méquina del Estado, un aparato burocrdtico que frena todo lo democrdtico (...); suprimir dicho aparato y reemplazarlo por otro nuevo, popular, o sea, auténticamente democritico (...), de la mayoria,..27° El poder en manos de los ciudadanos es el poder en manos de las clases populares, y el ejercicio del poder por los ciudadanos es ya la el inicio de la desaparicién del poder como instrumento de opresién, porque es la voluntad de los ciudadanos en accién como forma de poner fin a la enajenacién propia del sistema basado en la dominacién de una clase minoritaria que explora al resto dela sociedad; que todos manden para que nadie mande a nadie, igual a lo que 375 Marx, Engels, Lenin, Ob. Cit., p. 190. 403 sucede a muy largo plazo con la desaparicién de !a propiedad a partir de su sociali- zacién: que todo sea de todos para que nada sea de nadie, en lo relacionado con los medios de produccién. El ser humano es tal en la medida en que tiene conciencia de sf mismo, lo cual depende, segtin se sabe desde Nietzsche, de su capacidad para sentirse creador de causas que producen efectos, y es la primera sensacién humanamente satisfactoria durante la nifiez (de abt la travesura caracteristica de los nifios tirando y rompiendo ‘cuanta cosa encuentran a su paso, siempre que esté al alcance de sus fuerzas): el poder es de forma natural, voluntad en accién; pero se convierte en opresién (segtin se sabe desde Marx) cuando esa voluntad no es la de todas y todos, sino la de una clase social minoritaria cuyos integrantes lo son en la medida en que poscen de forma individual los medios de produccién y por eso mismo, quienes forman parte de ella se apropian individualmente de la riqueza producida por otros: los mismos que tampoco pueden cjercer el poder como voluntad de todas y todos en accién. Esto se vincula en gran medida con la alienacién: se sienten extrafios a sf mismos al no poder tomar deci- siones en todo aquello que afecta su vida en tanto integrantes de la sociedad como tal; y lo otro, es decir la insatisfaccién propia de quien no recibe el fruto de lo que produce y con ello ve desprenderse de sf mismo su propia condicién de persona, es la enajenacién: el ser humano se siente ajeno a s{ mismo. El poder en manos de los ciudadanos es por tanto, un proceso de emancipacién que'se constituye, junto a la socializacién de la propiedad que pone fin a la enajena- cién humana propia de la explotacién que impide a los trabajadores recibir el fruto de su trabajo, en el eje central de la transformacién revolucionaria de la sociedad y la conciencia, y se convierte en una escuela que desarrolla precisamente y por eso mismo, la conciencia de clase necesaria para la construccién del socialismo por la sociedad civil misma, organizada y movilizada en tal sentido, a partir de la defensa tanto de sus reivindicaciones inmediatas como de sus intereses estratégicos; situacién que permit a las clases populares asumir las conquistas revolucionarias como propias, no como un regalo de nadie, lo que se constituye para dichas conquistas en un factor de irreversibilidad: aunque exista una vanguardia que conduzca el proceso revolu- cionario mediante el trabajo politico y la lucha ideoldgica, la revolucién y el poder que la garantiza se encuentran en manos de los ciudadanos. La institucionalizacién de este nuevo orden de cosas seria el otro factor de irreversibilidad del nuevo proceso revolucionario; la ausencia de ambos factores: apropiacién de las conquistas revolu- cionarias por las clases populares ¢ institucionalizacién de tal apropiacidn, constituyé precisamente la principal debilidad de la Revolucién Sandinista en la década de los ‘ochenta, segtin se analizé ya con minuciosidad en El poder, la propiedad, nosotros, Tanto la democracia representativa como la democracia popular que el socia- lismo del siglo XX presenté como su alternativa politica, mediatizan la voluntad de 404 los ciudadanos a través de la intermediacién de los representantes en el primer caso, y del Partido en el segundo; en tanto la democracia participativa concebida como alternativa del capitalismo frente al agotamiento de su sistema politico mediatiza la voluntad de los ciudadanos a través de los procesos de consulta y patticipacidn que se combinan con la hegemon(a politica de las instituciones representativas, pero que en Ja democracia directa se convierten en decisién y poder, respectivamente, y pasando a asumir tales fenémenos institucionalizados una nueva hegemonia politica, poniendo fin asi ala mediatizacién propia de todos los sistemas politicos anteriores y con ello, a la enajenacién propia de todo sistema basado en la opresién. No se puede desconocer el hecho de que ciertos sectores de derecha o progre- sistas no revolucionarios se encuentran permanentemente al acecho de los nuevos fenémenos revolucionarios para mediatizarlos, entre ellos el surgimiento de diferen- tes expresiones de‘participacién ciudadana, frente a lo cual se presenta una actitud inmovilista de parte de sectores dogmaticos de izquierda que en lugar de encabezar Jas nuevas tendencias transformadoras del sistema para imprimirles un cardcter re- volucionario~ como en su momento hicieron los bolcheviques dirigidos por Lenin, los chinos dirigidos por Mao, los cubanos dirigidos por Fidel Castro y los sandinistas dirigidos por Carlos Fonseca-, asumen actitudes sectarias ¢ inquisidoras, carentes de todo contenido programstico y positivo, del que necesariamente debe apertrecharse tuna fuerza revolucionaria silo que pretende es en realidad transformar las condiciones de existencia de la civilizacién, La actitud contestataria y la protesta es un derecho, pero sin manifescarse propositivamente no resuelve los problemas de la desigualdad social, de la propiedad y del poder; es decir, no ofrece una respuesta revolucionaria a la necesidad histérica de la transformacién social. Una propuesta de modelo politico La propuesta de modelo politico que aqui se presenta forma parte de la busqueda de solucién al problema que acabé con los modelos socialistas mas desarrollados de finales del siglo XX y con nuevos modelos de transformacién revolucionaria, como el del sandinismo en Nicaragua: el problema del poder, configurado por el ineficaz manejo de su contradiccién con la transformacién reyolucionaria de la sociedad, © lo que es igual, la contradiccién entre la dominacién y la necesidad de ejercerla provisionalmente contra los que dominaron antes, para crear las condiciones que permitan su posterior desaparicién. La transformacién revolucionaria de la sociedad, que en lo econémico transforma las relaciones de explotacién en relaciones de cooperacién, no es efectiva sino incluye la transformacién revolucionaria del Estado, que sustituye las relaciones sociales ba- sadas en la dominacién por otras, basadas en la igualdad y equidad. Ello obedece a la misma razén por la que el Che planted la necesidad de crear el mecanismo artificial 405 que garantizara la cteacién de la nueva conciencia como parte de la superestructura de la sociedad a partir de la estructura econémica constituida por las relaciones de produccién, pues el Che habia notado que la estructura econémica del socialismo, a diferencia de lo ocurrido en anteriores sistemas, no genera de forma esponténea la nueva conciencia social como parte dela nueva superestructura. Ese mecanismo debe estar basado, segiin el Che, en politicas econémicas, métodos de direccién y formas de gestién econémica y empresarial que conduzcan al predominio, en determinado momento, de las motivacionés productivas espirituales y colectivas sobre las materia- les ¢ individuales. Las causas de esto ya han sido expuestas atriba; sdlo resvaria hacet notar la vinculacién existente entre el mecanismo artificial propuesto por el Che ~y aplicado por él en la Cuba de los afios sesenta— y la importancia de que prevalezcan las motivaciones productivas espirituales y colectivas sobre sus contratias. La participacién de la cudadania en la vida politica del pafs requiere de meca- nismos concretos, y de cara a ello es que el FSLN ha formulado su propia propuesta respecto a este tema, que est4 conformada por tres elementos: 1) La participacién institucional de los sectores econémicos y sociales en la definicién de las politicas cottespondientes, a través del Consejo Nacional de Planificacién Econdmica y Social como instrumento constitucional de la participacién de lu sociedad civil en la definicién de las poltticas econdmicas; 2) El Referéndum como mecanismo a través del cual la ciu- dadania se pronuncie sobre los aspectos esenciales de politicas econémicas y decisiones de Estado fundamentales; y 3) La instaiwracién e institucionalizacién de las Asambleas de Ciudadanos como mecanismos de expresién directa del pueblo sobre los temas de la vida nacional o lacal.>76 Por lo general, los modelos revolucionarios han adoptado el régimen parlamenta- rio de gobierno como forma de institucionalizar la participacién popular en la gestién piiblica, a diferencia de la finalidad que tiene el parlamentarismo burgués, que es el aseguramiento del mayor espacio posible de debate para los diversos grupos que conforman la clase politica, incluyendo de paso a la izquierda en ese juego haciéndole cteer que tiene un espacio de lucha cuando lo que tiene en realidad es un espacio para corromperse y comprometerse con el sistema; para evitar lo cual ~y para que el uso de tales espacios sea mayor que el costo estratégico que ello podria conllevar~ la izquierda debe combinar los espacios de este tipo con la lucha popular masiva bajo banderas revolucionarias que pongan en cuestién codo el orden establecido. Para que se comprenda esto mejor, es necesario sefialar que hay dos parlamen- tarismos: el clisico de la democracia representativa aplicado principalmente en Europa y Canadé- y el tipico del modelo politico asumido por el socialismo real en 376 Programa del FSLN, pp. 37 y 38. 406 la Unién Soviética y Europa del Este, y luego por los paises donde triunfé la tevolu- cidn socialista durante el siglo XX, a excepcién de Nicaragua, donde la orientacién socialista de la revolucién no determind su cardcter, al menos en términos oficiales durante la década de los ochenta. EI modelo politico cubano tiene caracteristicas sui géneris que lo diferencian del resto, y lo hacen més abierto y participativo; entre ellas la revocabilidad de los cargos, fa eleccién directa de los delegados a las Asambleas del Poder Popular a todos los niveles y-la postulacién apartidista de todos los candidatos. Posiblemente otro pais socialista haya adoptado alguna de estas caracteristicas, pero dificilmente se encon- trard uno que las tenga todas —o las haya tenido, en el caso de los que colapsaron-. Sin embargo, lo fundamental aqui es que el parlamentarismo socialista tiene como fundamento la condicién del Parlamento como la tiltima instancia posible de decisién a nivel de los érganos del Estado, es decir aparte del Referendo o Plebiscito, segin el caso; independientemente de sus diferencias sustanciales con el parlamentarismo burgués, principalmente en lo relacionado con el pluripartidismo, que sin embargo existia con-sus propias caracteristicas en la mayor parte de los paises de Europa del Este, aunque en extrafia convivencia con el papel dirigente constitucional del Partido Comunista y obviamente, a diferencia del pluripartidismo democrético burgués, no implicaba la alternancia en el poder politico. En todo caso, el parlamentarismo —independientemente del signo ideolégico que presida el modelo politico vigente- siempre permite un mayor espacio y posibi- lidades de incidencia en las politicas de Estado para los diversos sectores de todo tipo existentes en la sociedad; es decir, el parlamentarismo como tal es més democrético que el presidencialismo, que es la otra opcidn en cuanto al régime” politico. Con la democracia directa se trata de establecer un sistema politico basado en el principio de que el poder sea ejercido de forma directa por los ciudadanos, y mientras m4s democrdtico sea el régimen politico habré mejores condiciones para que tal principio se logre poner en prctica. Por tanto, el parlamentarismo como régimen politico es més apropiado que el presidencialismo para un modelo politico basado en el sistema de la democracia directa. En el caso de el sistema politico propio del modelo socialista promovido por el sandinismo, debe partir de una realidad caracterizada por la existencia de un pluripartidismo competi- tivo y electoral tipicamente democratico burgués, del que por razones histéricas y de ptagmatismo politico es imposible prescindir pero que por razones ideoldgicas y de principios politicos debe acompafiarse de mecanismos que permitan hacer del Poder Legislativo un instrumento al servicio de los intereses populares. Es por esto que fue precisamente Fidel Castro quien sugirié a Daniel Ortega durante la década de los ocheinta, instaurar en Nicaragua un régimen parlamenta- aragua, cl parlamentarismo como régimen més favorable para rio, como garantia -en el contexto histérico y politico de Nicaragua~ de espacios institucionales permanentes en manos de la izquierda -a lo deberfa agregarse: sin los costos politicos e incluso, de caricter estratégico que ha debido pagar el sandinismo por la defensa de esos espacios en las condiciones existentes entre 1990 y el 2006-. Como se ha explicado en El poder, la propiedad, nosotros... la ditigencia sandinista de la primera etapa revolucionaria en la historia de Nicaragua no hizo caso a este ni a otros consejos muy titiles y oportunos del lider histérico de la Revolucién Cubana y lider moral de los revolucionarios del mundo. La democracia liberal, tanto en los regimencs parlamentarios como en los pre- sidencialistas, establecié desde muy temprano como uno de sus principios lo que podria !lamarse el cardcter no imperativo de voluntad del mandato que asume el parlamentarioo diputado, es decir que el carécter electivo de este cargo, si bien supone la representacién de los intereses conjuntos —concebidos no como de clase, sino como la suma de los intereses individuales~ de los ciudadanos que eligen, implica también un margen pricticamente ilimitado de decisiones que dependen exclusivamente de fa voluntad del representante, en lo cual radica buena parte de la condicién de esta funcién politica como intermediacién distorsionante de la voluntad de los clectores que se supone est4n reptesentados por quien en lugar de representarlos ejerce tal intermediacién como forma de usurpar el poder a los ciudadanos valiéndose de su condicién de represencante de ellos. En el socialismo, por el contrario, la representacién de los eleétores implica un mandato imperativo de voluntad, es decir un espacio mucho menor para la voluntad individual del representante y por tanto, la representacién en este caso lo es de de la voluntad consensuada de los representados, aparte de que la representacién es territorial y sectorial, derivandose de lo primera el principio de la revocabilidad de la representacién, inexistente en el modelo democratico-burgués, donde el diputado al ser electo deja de representar ~incluso oficialmente- a sus elec- ores y pasa a representar el abstracto inzerés nacional y a ser parte de la institucién politica del Estado —el érgano legislativo-al cual pertenece, mientras en el socialismo el representante lo es de la sociedad civil cuyas fronteras con la sociedad politica de esta manera desaparecen, a lo cual ~al menos en el modelo cubano— contribuye el hecho de que los ingresos econémicos de los representantes contintian siendo los mismos que antes de haber sido electos y de igual forma contintian vinculados con su centro de trabajo, no ocurtiendo esto en la democracia burgucsa, donde el diputado pasa a adquirir un estatus social y econémico que lo separa del electorado, y es Por eso que los partidos de izquierda obligados por largos perlodos de tiempo a desartollar su ac- tividad polftica dentro de la institucionalidad democratico-burguesa -y por supuesto, el FSLN entre ellos~ deben desarrollar mecanismos que contrarresten la influencia corrosiva de este sistema politico en la estructura mental de sus cuadros y militantes que ocupan espacios dentro de esa institucionalidad, cuya transformacién requiere 408 por lo general esfuerzos estratégicos que no suclen atvojar resultados concretos en el corto plazo. Estos esfuerzos deben tomar en cuenta la tendencia a que los intereses personales de los cuadros politicos que ocupan en nombre del partido esos espacios dentro de !a institucionalidad democratico-burguesa se identifiquen cada vez mds con la estabilidad del sistema cuya sustinucién es la razén de ser de toda organizacién politica revolucionaria, Sin embargo, en aras de la diferenciacién conceptual debe establecerse una diferenciacién terminolégica, y en tanto la representacién como términd estd mas vinculada con {us caracteristicas de la democracia burguesa ~que por eso mismo se - denomina representativa-, es mds apropiado asumir para la representacién propia del sistema politico que se corresponda con el socialismo, el tétmino delegacién para los que sean electos en las diferentes instancias y niveles del Poder Ciudadano. Al no ser representantes, sino delegados ~consejeros segin el modelo del Poder Ciudadano im- plementandose en Nicaragua por el sandinismo-, no tendrfan un margen de accién a partir de su voluntad individual que los separe de sus electores, como ocurre con los representantes -diputados y concejales- en la democracia representativa; es decir, la misién fundamental del delegado -0 consejeto~ es llevar la voluntad de quienes los eligicron al nivel correspondiente, aunque su margen de iniciativa individual se mantiene en aquellos temas que no hayan sido debatidos en el nivel que los eligié como delegados; lo cual esté sujeto por supuesto, a la obligatoria rendicién de cuentas periddica ante sus electores. Algo que puede tender a confundir es que el significado de estos términos se invierte cuando sc trata de la semantica comin, pero aqui se usa de que es propia de las ciencias juridicas y politicas. En el caso del modelo cubano, el no involucramiento del Partido en la postula- cién de candidatos y la eleccidn uninominal de éstos garantiza el compromiso de los representantes clectos con la poblacién que los postuls y eligid, y ante la cual debe responder periédicamente, a diferencia de otros modelos ~principalmente los vincu- lados con lo que se conocié como el socialismo real en la Unién Soviética y Europa del Este— donde el Partido se considera parte del proceso e impone su punto de vista sin esforzarse por buscar el consenso, lo que debilita su liderazgo, aleja al representante de sus representados y contribuye decisivamente a establecer una diferencia abismal entre el sistema politico y el pueblo, y a establecer por tanto la separacién estructural entre la sociedad politica y la sociedad civil, creando una justa sensacién generalizada de marginacién politica y una nueva forma de enajenacidn, que junto a otros factores produce al menos a largo plazo, los resultados de todos conocidos; la clase politica de la democracia burguesa es sustituida en su poder burocritico por la Nomenklatura, Y no tana largo plazo, ya que en Hungrfa, Checoslovaquia y Alemania la poblacién no esperé mucho tiempo para manifestar su rechazo, no necesariamente al sistema socialista, sino entre otras cosas, a las practicas polfticas que en nombre del socialismo 409 se habian instaurado en ese momento; aunque por supuesto, este no era un movi- miento revolucionario ni mucho menos, y la consecuencia de su actividad no podfa ser otra que el rechazo al socialismo como sistema, lo cual ponfa a este movimiento en brazos de la contrarrevolucién y es esto lo que hace éticamente valida desde el punto de vista revolucionario la intervencién militar soviética al presentarse los disturbios que pusieron en jaque a las nacientes democracias populares de Europa del Este en los aftos cincuenta y sesenta; el problema no fue, pues, la intervencidn soviética en deferisaGel campo socialista, sino que no se sometiera a andlisis el funcionamiento del sistema politico instaurado ¢ incluso, los métodos de direccién econémica tal como planteaba el Che que era necesario hacer; y esta era responsabilidad en primer lugar, de los revolucionarios de esos palses. Enel caso de Nicaragua, el contexto politico nacional ¢ internacional, coyuntural histérico en que triunfé la Revolucién impuso como parte de una realidad ineludible Jas caracteristicas formales principales del modelo democrético-burgués en el aspecto politico y econémico, como son el pluripartidismo politico y la libre empresa o derecho a la propiedad privada capitalista sobre los medios de produccién, respectivamente. No obstante, la democracia burguesa en sus aspectos formales presenta una serie de condiciones que, administradas de cierta manera por una dirigencia revolucionaria, permiten el desarrollo de un modelo esencialmente diferente al democrdtico-burgués y no sélo, sino que sin esto quizds no seria posible desarrollar todo el potencial del nuevo sistema bajo el que se rige el nuevo modelo, tal como en todo lo vinculado con la iniciativa, la creatividad y la participacién politica ocurtié, por ejemplo, en la Unién Soviética incluso no sélo en cuanto al socialismo con respecto al capitalismo ~a lo cual contribuyé la falta de una cultura democritica como tal debido a lo esporédico del régimen liberal democrético-burgués existente en Rusia antes de la Revolucion Bolchevique, inevitable sin embargo en vista de la necesidad revolucionaria que en aquel momento se presenté de dar el salto al socialismo-, sino también en relacién al relevo entre un dirigente y otro del Partido Comunista, todo lo cual se debe a que s6lo el nuevo sistema puede Hlevar hasta sus tiltimas consecuencias todo aquello que tiene de avanzado el sistema que pretende supera y que entre otras razones supera precisamente por eso; ya que por otra parte, el nuevo sistema no podrd desarrollarse indefinidamente sin tener como base de tal desarrollo los logros universales alcan- zados por la humanidad a través de su historia. En otras palabras, la Vanguardia revolucionaria puede promover con éxito, dentro de la democracia representativa y sin violentar sus principios— pero s{ llevindolos hasta sus tltimas consecuencias-, su transformacién en democracia directa. El régimen parlamentario seria, atin en el caso de Nicaragua, el més apropiado para poder desarrollar la participacién politica popular en el debate, definicién y gestién de los asuntos concernientes a la direccién del Estado, dado que permite —y 410 obliga a~ la Lnisqueda de un mayor nivel de consenso, lo que se habria que aplicar no sdlo ala sociedad politica, que tiene como base al ciudadano individual y pasivo ~cslabén territorial del poder ciudadano-, sino a la sociedad civil, cuya base son los sectores sociales organizados y actives -eslabén sectorial del poder ciudadano-. Este régimen parlamentario podria, a diferencia de lo que es usual en el parlamentatismo, no ser bicameralista, dado que la necesidad de crear todo un nuevo orden juridico que se corresponda con el nuevo sistema politico, a su ver reflejo de un nuevo orden social, obliga a contar con un drgano legislativo dgil y productivo, requisito que se verfa obstaculizado por los engorrosos procedimientos del bicameralismo; pudién- dose, sin embargo, establecer mecanismos de veto por parte de los sectores sociales organizados y de los ciudadanos agrupados en nuevas instancias de poder, en lo que serfaa nivel prdctico una especie de semibicameralismo que supere los inconvenientes del unicameralismo sin pagar los costos del bicameralismo (sobre lo cual ya se entrard en detalles). El parlamentarismo, por otra parte, es necesario no s6lo en Nicaragua, sino en la mayor parte de América Latina, que tanto necesita salir del caudillismo—un problema no de los caudillos, sino del siscema~ que no permite el desarrollo de instituciones politicas legitimas y confiables que contribuyan a crear el ambiente adecuado para la estabilidad de estos paises y su prosperidad econémica y social a través de la produc- cién de riquezas y la justa distribucién de las mismas. El parlamentarismo contribuye espontdneamente, por su propia naturaleza, a colocar a las instituciones por encima de los individuos, por muy lideres que éstos sean, lo cual se refleja en la forma de eleccién del Jefe de gobierno que, en muchos casos, est a cargo del Parlamento, lo cual colocaa dicha instancia por encima del gobernante, aunque para evitar la bicefalia que en un pafs sin tradicién de este tipo conlleva tal método al existir paralelamente un Presidente que hace de Jefe de Estado, se podria establecer la variante atipica de clegir un solo Jefe de Estado y de gobierno por sufragio universal, y a la vez facultar al Parlamento para su destitucién, previas causales establecidas en la Constitucién y obviamente, con mayorla calificada; o al menos dejar en manos del érgano legislativo la prerrogativa de convocar a Plebiscito para que la ciudadanfa decida la destitucién © no del primer mandatario. En caso de ser prertogativa del Parlamento la destitu- cién del Presidente, para una real efectividad del poder ejercido directamente por los ciudadanos la instancia nacional del Poder Ciudadano deberfa tener poder de veto sobre tal decisién, pero para que prevalezca el Poder Ciudadano sobre las instancias tradicionales del Estado (y por tanto para que el aparato del Estado responda a los intereses de las clases populares), decisiones de este tipo tendrian que ser tomadas por.mayerfa calificada en el Parlamento (dos tercios de los votos como minimo) y veradas por mayorla absoluta en el Poder Ciudadano (més de la mitad de los votos 0 la mitad més uno). De igual forma, podrfa establecerse que con la misma cantidad 411 minima de firmas requeridas en general pata convocar a Referendo o Plebiscito, la ciudadanfa pueda hacer esto para un Plebiscito donde se pueda decidir tanto la destitucién del Jefe de gobierno como la disolucién del Parlamento para elegir otro. Otra cosa que podrfa hacerse es combinar algunas de estas variantes, como por ejem- plo, que el mandatario sea electo por sufragio universal, que el Parlamento pueda destituirlo por mayorfa calificada y que también los ciudadanos puedan lamar con la cantidad correspondiente de firmas, a Plebiscito solicitando ya sea la destitucién del mandatario o la disolucién del Parlamento, no siendo en este tiltimo caso viable establecer causales previas, pues habrfa que definir quién decidirfa silas que se alegan son validas 0 no, lo que resulta complejo, porque o bien serfa el Consejo Supremo Electoral, electo por e! mismo Parlamento cuya disolucién se estaria planteando, 0 bien habrfa que elegir previamente a quienes actuarfan como tribunal electoral, lo cual convertirfa el asunto en un verdadero embrollo, en un pafs sin tradiciones de este tipo y con un notable atraso cultural (en el caso de Nicaragua) que hasta hace muy poco tiempo inclufa un indice de analfabetismo del 35% (actualmente reducido por el gobierno sandinista a un 3% aproximadamente), al menos antes de que asummicra el segundo gobierno sandinista o mas bien el tercero, pues en los ochenta hubo dos perfodos presidenciales que por cierto, se diferenciaron notablemente entre s{ por el proceso de derechizacién y democratizacién liberal burguesa que experimentd el proceso revolucionario en la segunda mitad de la década, cuando la misma vanguar- dia révolucionaria consagté y legitimé oficialmente la ausencia de un nuevo modelo politico revolucionario y en su lugar, se instalé la democracia representativa burguesa en contradiccién con la existencia misma de esa vanguardia cuyas caracter(sticas eran las de un partido tinico, sin serlo en realidad. Al respecto atin no se ha dicho algo muy importante: lo que ocurrié entonces no fue que simplemente se asumiera la institu- cionalidad democrético-burguesa como instrumentalizable por el poder de las clases populares para evitar costos politicos adicionales con la instauracién de un modelo con caracteristicas diferentes o incluso, complementarias a las del sistema vigente, sino que el problema fue en realidad creer que tal instrumentalizaci6n se podfa lograr sin tomar en serio las formalidades del sistema democrético burgués, ignorando que éte lleva en su naturaleza los mecanismos apropiados para garantizar por s{ solos el fortalecimiento de la derecha e impedir el de la izquierda, y que tales mecanismos actiian independientemente de la voluntad de nadie, como en efecto sucedid, Retomando el tema del parlamentarismo como forma politica de contrarrestar el caudillismo, no debe confundirse éste con la existencia de un liderazgo fuerte y estable; debido alo cual (y asu contenido antidemocrético) es que no resulta adecuada a.este modelo la prohibicién de la reeleccién (antidemocrética, porque se le niega a los ciudadanos el derecho a elegir como Presidente a quien ellos quieran, indepen- dientemente de que éste ya lo haya sido (y con mucha mds raz6n en este caso, pues 412 si un Presidente es reelecto significa que ya demostré su idoneidad ante el criterio del clectorado). Al respecto, es importante no pasar por alto que se esta haciendo agu{ referencia al modelo que resulte adecuado para un cambio revolucionario, y los cambios necesitan liderazgos estables y bien identificados; mientras por el contrario, Ja defensa del orden establecido necesita instituciones sdlidas y legitimadas ante la opinién publica. Esto no significa que los cambios no necesiten institucionalizarse, ni que el orden establecido no necesite liderazgos: es un problema de énfasis; ade- més, cuando los cambios se establecen surge un nuevo orden que por tanto, necesita también instituciones aunque el papel del liderazgo siga siendo fundamental para el avance del proceso; cs mis, la institucionalizacién puede darse a partir de la fuerza del liderazgo en cuestién, as{ como cierto tipo de liderazgo puede surgir de la con- solidacién de las instituciones. Volviendo al fondo del asunto, el parlamentarismo que aqui se propone consisti- rfa por un lado en aumentar las atribuciones del Poder Legislativo, pero reformando su funcionamiento para volverlo més eficiente y vinculado con la realidad y con el pueblo, y por otro lado en ampliar la funcién legislativa a érganos que se constituyan en el espacio institucional de los sectores sociales por excelencia y de participacién directa de los ciudadanos en la gestién politica a nivel nacional con criterio territorial, como yase explicard en términos concretos. En cuanto al aumento de atribuciones a este poder del Estado, esto se harfa sobre todo en lo que respecta al control sobre el Ejecutivo, del cual proviene la mayor parte del autoritarismo hacia el cual tiende el sistema presidencialista. Es decir, a la par del aumento en las atribuciones del Poder Legislativo en relacién a las del Poder Ejecutivo, tales atribuciones estarfan siendo compartidas entre el Poder Legislativo representativo tradicional y una nueva ins- tancia democrdtica directa de poder politico con participacién por derecho propio de los sectores sociales organizados y de la poblacién territorialmente organizada, que serfa el Poder Ciudadano, sectorial y territorialmente expresado y con mandato imperativo de voluntad que no permitirfa a los integrantes de esta instancia tomar decisiones al margen o menos atin, en contra de la voluntad popular general, o sea la de aquellos que los delegaron para ocupar tales espacios, no en representacién de ellos, sino como portadores de su voluntad expresa en temas fundamentales para la vida politica, econémica y social del pats. Un aspecto esencial de esta propuesta es la eleccién individual de los diputados, cuyo propésito es que los parlamentarios estén mds comprometidos con su electorado que con los intereses creados de los grupos politicos, lo cual no alteraria el comporta- miento disciplinado de los diputados sandinistas—por tener la disciplina revolucionaria como fundamento la conciencia, lo cual esté vinculado con el éxito que se obtenga en la transformacién revolucionaria del FSLN~, mientras que por otra parte volverfa a los diputados en general més permeables a Ja presién popular en funcién de no 413 favorecer los intereses econémicos de determinados grupos en detrimento de los de la poblacién en su conjunto, a Jo cual también contribuirfa con creces la revocabilidad de los representantes electos, previa normativa al respecto. Siguiendo con la eleccién individual, ésta se realizaria una vez que cada partido haya escogido a sus candidatos; es decir, serian postulados por los partidos, pero el elector podrfa votar por candidatos de diferentes partidos, segtin le parezca la ido- neidad personal o no de cada uno. A la par de esto, y para asestar un cettero golpe a la partidocracia, en Ja que los partidos imponen su voluntad por encima de la de las grandes mayorfas, habrfa que establecer la primaria electoral como tinica forma de seleccién de candidatos, dejando a los partidos la facultad de establecer los re- quisitos para competir a lo interno y el método concreto a través del cual se haria la primaria, incluyendo la modalidad de las campafias, lo que incluirfa la seleccién . de los precandidatos, siendo ello compensado a la sociedad con la existencia de la suscripcién popular. Lo que no podrfan los partidos es decidir quign vora y quién no enlaseleccién de sus candidatos, ya que ello entrarfa en contradiccién con el cardcter mismo de la primaria. En caso de alianzas politicas, de igual forma los precandidatos tendrfan que competir entre af en las primarias por los cargos que les hayan sido pre- viamente reservados en el marco de la alianza establecida. Todo esto permitirfa que en buena medida la postulacién en términos reales contara con amplia participacién popular y dejara de ser monopolio de los partidos, que sin embargo, tendrfan el es- pacio suficiente para conducir politicamente sus primarias respectivas. En el caso del FSLN, en base a la politica de cuadros se definiria quiénes pueden o no competir, de modo que todos los contendientes tengan las caracterfsticas adecuadas para ¢l cargo al cual se postulen; y éstos no se postularfan por decisién propia, sino por mandaco de la dirigencia polftica en el nivel correspondiente, sin detrimento de la pretrogativa jerdrquica que las estructuras superiores tienen para que sus decisiones prevalezcan sobre las de las estructuras subordinadas. Péngase atencién a que no se usa aquf el concepto de la eleccién uninominal, porque éste implica la postulacién y competencia individual en cada circunscripcién, Jo cual darfa ventaja a aquellos que cuenten con mayores recursos para promover sus candidaturas y acentuarfa el cardcter mercantilista de estos procesos de por s{ ya marca- damente caracterizados por esta gran debilidad; la idea no es, pues, hacer una eleccién uninominal, es decir de competencia individual circunsctipcién por circunscripcién, sino una eleccién individual, teniendo la opcién cada elector de votar solamente por los candidatos del partido que prefiere, para lo cual en la boleta cada partido tendrfa su casilla, en la que irian todos sus candidatos ~no pudiendo presentar més candida- tos que el total a ser electos en el nivel correspondiente-, y en la boleta tendrian que haber dos opciones de votacién: una por todos los candidatos de un mismo partido a Ja vez, que se harfa marcando una sola casilla valida para toda la lista del partido que 414 prefiera el votante, y otra que seria por candidatos de diferentes partidos, marcando una casilla que estarfa a la par del nombre de cada candidato. La dleccidn individual que aqui se propone crea problemas internos dentro de cada agrupacién politica, pues los candidatos de cada una estarian compitiendo oficialmente entre ellos mismos por quedar en los primeros lugares; sin embargo, esta tendencia negativa para cualquier partido es menos importante que la conquista democratica que significaria este mecanismo, aparte de que la disciplina politica y el nivel de conciencia dentro de un partido revolucionario como es el FSLN implicarfa una campafia en que todos se respaldaran mutuamente, ademés de que su calidad no sélo como candidatos, sino también y sobre todo como milicantes estarfa garantizada por el proceso previo de seleccién basado en una politica de cuadros que establecerfa quiénes podrfan y quiénes no, competir en las elecciones primarias; y otro factor que revierte esta tendencia a la divisién interna es que ya los cargos ptblicos no serfan atractivos desde el punto de vista de las ambiciones personales vinculadas con el estatus econdmico que implica ocupar estos cargos pibblicos en la actualidad, pucs parte de esta propuesta serfa que el salario devengado por los diputados fuera el mismo que antes de serlo, pudiendo continuar laborando en su centro de trabajo, que estarfa obligado a otorgarle subsidio en funcién de sus tareas parlamentarias, que serfan ordenadas de mejor forma definiendo perfodos de sesiones legislativas y periodos de contacto de los diputados con la poblacién, durante los cuales continuarfan llevando su vida cotidiana normal y estarfan obligados a reunirse periédicamente con sus electores para rendir cuentas de su gestién y estando sujetos a ser revocados si no hacen esto o sila rendicién de cuentas muestra que no ha desempefiado correctamente la labor para la cual fue electo por sus conciudadanos. ‘Nétese que no se asume en esta propuesta la prohibicién de que los partidos postulen candidatos y solamente apoyen candidatos postulados por el Poder Ciu- dadano, porque aunque sea lo idéneo, no es viable en esta etapa de desarrollo de la democracia nicaragtiense. Es decir, se asume como idéneo, pero no como viable; atin esta propuesta de eleccién individual, de facultades legislativas y de veto para la instancia democrdtica directa de participacién territorial y sectorial, tendria serios problemas de viabilidad en relacién alla correlacién de fuerzas en el pals entre quienes estarfan dispuestos a un cambio tan profundo del sistema y quienes no lo estarian, ya sea por sus intereses 0 por temores inculcados. Aunque debe decirse también que la viabilidad de toda propuesta esta determinada en tiltima instancia, por la realidad social, politica y econémica que en estos tiempos es cada vez més impredecible y cambiante, tal como se plantea ya en la Introduccién de este trabajo. En aras de la participacién territorial y sectorial en la definicién de las polfticas econémicas, habrfa que hacer de la instancia nacional del Poder Ciudadano un ér- gano co-legislativo a partir de la finalidad con que fue creado el CONPES ~después 415 instrumentalizado y manipulado politicamenté por la oligarqula en el poder-, el cual tendria atribuciones tales como la iniciativa de ley y capacidad de veto sobre las leyes aprobadas por la Asamblea Nacional, que podria establecerse por mayorla absoluta, y para fortalecer esta prerrogativa tendria que haber mayorfa calificada en el Parlamento para rechazarlo, siempre que se trate de convenios internacionales 0 leyes nacionales en materia econdmica y social, para que asi, al circunscribirse esta atribucién del organismo sectorial a estos temas de mayor interés para los sectores sociales, la misma no implique una excesiva lenticud en la legislacién, que como se ha dicho, serfa consecuencia de un bicameralismo total, ademas de que no conviene en un pafs donde las instituciones politico-juridicas fundamentales se encuentran en etapa de formacién. Aladquirir la sociedad civil otganizada semejantes attibuciones, colocdndose pot encima del Poder Legislativo en el tema socioeconémico, se estarfa haciendo cargo del poder politico de forma permanente, independientemente de qué partido esté en el gobierno. Esto obligarfa al Parlamento a consensuar previamente las leyes de la materia con las organizaciones sociales, ¢ implicarfa una estricta rigurosidad en los ctiterios para la conformacién del érgano tettitorial-secrorial legislativo y decisorio (ya que asumirta facultades legislativas con la elaboracién y revision de leyes, y eje- cutivas con la facultad para la toma de decisiones gubernamentales) mediante una ley orgénica con rango constitucional, para que quienes integren esta instancia sean realmente lideres sociales representativos, no como ocurtla bajo al poder politico dela oligarqufa, cuando ésta utilizaba a ciertos personajes déciles a sus intereses, para que hablaran desde el CONPES en nombre de “la sociedad civil”, y se volvian “personas notables” gracias a la promocién medidtica que atin los presenta como una especie de portavoces de la conciencia ciudadana. Es bueno recordar que el Consejo Nacional de Planificacién Econémica y Social (CONPES) fue creado a rafz de las reformas constitucionales de 1995, ideolégicamente ambiguas y contindose esta reforma specifica entre as que representaron algiin bene- ficio~en este caso, al menos potencial -para os sectores populares, lo cual fue posible en buena medida producto de las luchas que dichos sectores habfan emprendido a lo largo de aquellos aftos contra las politicas neoliberales, usando en ellas métodos repudiados por los autores dela reforma producto de la cual surgié el CONPES y por quienes luego se constituirfan en’ voceros de éste gracias a medidas administrativas al respecto tomadas por un Poder Ejecutivo en manos de Ja derecha. Estas reformas tuvieron como objetivos principales: 1) Institucionalizar y legiti- mar la derechizacién politica del pafs, que comenzé desde mucho antes de la derrota electoral del FSLN en 1990 y cuya institucionalizacién y legitimacién anticipada fue la Constitucién misma en cuanto al sistema politico liberal representativo y por tanto democritico-burgués que ella consagrd, en lo que se suponia debia haber 416 sido la institucionalizacién de la Revolucién, al margen de cudles hayan sido las ideas e intenciones que inspiraron a sus redactores, entre quienes sobresalié Carlos Nitiiez, de indudable vocacién de izquierda dentro del sandinismo; 2) Disminuir las atribuciones y prerrogativas del Poder Ejecutivo, aumentando a la vez las del Legislativo, dado que las circunstancias en que se elaboré la Constitucién en 1987 fueron las de un conflicto bélico, que determing su fuerte contenido presidencialista como una respuesta a la necesidad del pafs de contar con un liderazgo sdlido y un gobierno facultado con amplios poderes; 3) Introducir algunos cambios necesarios en el ordenamiento jurfdico del pais, algunos de los cuales beneficiaron a los sec- tores populares como el establecimiento del 6% para las universidades-, siendo la creacién del CONPES uno de esos cambios, que en este caso también respondfa a la intencién de debilitar las attibuciones del Poder Ejecutivo; 4) Establecer la segunda vuelta electoral, que les permitiera a los partidos pequefios oftecerse al mejor postor en una cleccién cerrada -partidos que entonces controlaban la Asamblea Nacional por la renuncia al FSLN de la mayor parte de sus diputados que pasaron a formar el MRS y por no ser atin el PLC en las elecciones de 1990 la fuerza formidable que ya hab/a llegado a ser a mediados de esa década, que fue cuando se dieron las reformas-; y 5) Quitar del camino los obstdculos politicos que los promotores de la reforma tenfan en sus aspiraciones electorales, resultando de ello las inhibiciones a parientes del Presidente para optar a este cargo, estando claro que en Nicaragua no existia en realidad ningun peligro de una nueva dinastfa, y que por tanto el objetivo de tal medida era impedir que compitiera para la presidencia Antonio Lacayo —Ministro de la Presidencia y yerno de la mandataria Violeta Barrios de Chamorro-, dado que era el principal rival de los diputados reformistas que pretendian aglutinar el centro polftico del pafs, y de paso se ofrecfan mejores condiciones para que el liberalismo aglutinara el voto antisandinista, al no quedar en la competencia ninguna figura de importancia que dividiera el voto de la derecha, razén por la cual el neosomocismo alemaniséa aglutinado en el PLC apoyé con entusiasmo, cosas de la vida, esta reforma supuestamente orientada contra el nepotismo que dio origen a la dinasta somocista que ellos antes hablan respaldado. El CONPES como instancia de participacién sectorial quedé con atribuciones juridicamente muy limitadas y sujeto a la voluntad politica del gobierno en cuanto a dar apertura o no a la participacién de la sociedad en la formulacién de las politi- cas de Estado en materia econémica y social, ademas de que atin los proyectos més entusiastas de participacién ciudadana que se desarrollaron antes de que regresara el FSLN al gobierno (tales como la Ley de Participacién Ciudadana) no apuntaban hacia el cambio del sistema politico. EI CONPES funcionaba en la practica como una instancia casi decorativa, sélo quizds con algtin minimo poder de presidn y con cierta incidencia muy débil en la 417 opinién publica, y durante la mayor parte de su existencia estuvo controlado por personas y organismos sin base social organizada y cuya actividad, por tanto, giraba alrededor de los medios de comunicacién. Si el CONPES hubiera tenido prerroga- tivas serias y su conformacién hubiera estado sujeta a una normativa que asegurara su reprtesentatividad real, las politicas de Estado habrian sido siempre, desde el sur- gimiento mismo de esta supuesta instancia participativa -independientemente del signo politico e ideolégico del gobierno de turno-, el resultado del consenso nacional surgido de las diversas expresiones organizadas de la sociedad nicaragtiense, siendo esta la forma més adecuada y democrdtica para el indispensable equilibrio minimo que se requiere entre diferentes intereses mutuamente contradictorios, tratindose—en el caso de un gobierno sandinista, pero también de la nueva fisonomfa que dicho gobierno estd llamado a imprimir en la superestructura politica del pais (lo que no se hizo en los ochenta)- de un Estado que, estando al servicio de los intereses popu- lares y precisamente por ello, seria a la vez el instrumento de consenso investido de la suficiente legitimidad y credibilidad como para que la libertad, la seguridad eco- némica y la estabilidad social formen parte del bien comuin de todos los individuos y sectores que inyegran la nacién; de manera que la biisqueda del consenso sea un inecanismo para la legitimacién de politicas de Estado que respondan a los intereses de las clases populares. Debe sefialarse que esta entidad (el CONPES), al menos en su expresién sectorial Unica para la que fue originalmente concebida, lo cual no la inhibe de incluir el criterio territorial en su composicién (como en efecto se estd haciendo en el modelo de poder ciudadano impulsado por el FSLN desde el gobierno)-, 0 la concepcién a la cual responde su creacién, no deja de tener ciertas connotaciones como espa- cio intermediario entre la voluntad ciudadana y el ejercicio directo del poder, por cuanto quienes participan en ella son al fin y al cabo representantes de los sectores © territorios a los cuales pertenecen, pero en todo caso serfa una intermediacién cualitativamente menos opuesta al ejercicio directo del poder por el pueblo que la tipicamente existente en la democracia representativa, puesto que la préctica y las caracteristicas de los lideres sociales —territoriales 0 sectoriales- son distintas a las de los Iideres politicos, debido a que la naturaleza de su liderazgo no propicia el alejamiento entre dirigencia y base, que por el contrario, se produce de manera natural en el caso de los politicos, producto del sistema en el que deben actuar, y contra lo cual éstos deben trabajar mucho si como producto de sus concepciones no estan dispuestos a dejarse arrastrar por esta tendencia. En la vida politica, los Kderes que se separan de sus bases ~sobre todo si son de derecha— pueden seguir teniendo éxito si tienen la habilidad y el talento suficientes, lo cual no es asf en el caso de los Ideres sociales y gremiales, quienes por mucho ingenio que tengan terminarén casi siempre en desgracia como dirigentes si no estén permanentemente pendientes de los 418 problemas sociales concretos de las bases territoriales organizadas que los delegaron 0 los problemas del sector social cuya organizacién dirigen, y es esto lo que determina la identificacién de la participacién sectorial econémica y social con la democracia directa, atin si se canaliza a través de representante, pero cuya naturaleza en este caso difiere drésticamente, como ha podido verse, de la que es propia de la representacién democrético-burguesa. La represencatividad delegatorial territorial, sectorial, social y econémica con lo que aqui se denomina mandato imperativo de voluntad lleva en su esencia misma la cercanfa entre el representante y sus representados, y es por eso que el representante es en este caso mds que eso, un delegado; lo cual no ocurre con la representatividad politica. Los ya mencionados Consejos y Gabinetes del Poder Ciudadano (Asambleas de Ciudadanos en el Programa del FSLN) organizados a nivel de barrio 0 comarca, municipal, departamental y nacional, tendrfan como funcién la de ser una voceria de los ciudadanos, que por esta via se pronunciarfan respecto a todo lo que concierna a las politicas de Estado y su forma de ejecucién tanto a nivel nacional como a nivel territorial (departamental y municipal), y sus resoluciones serfan vinculantes a cada nivel, teniendo también iniciativa de ley. El nivel nacional del Poder Ciudadano seria la instancia de participacién territorial-sectorial ya descrita anteriormente, a la que se integrarfan por tanto los delegados electos en las instancias departamentales. Al mismo tiempo, en los Gabinetes del Poder Ciudadano a nivel territorial es importante la participacién por derecho propio, de los dirigentes de las organizaciones sociales y una porcién de delegados clectos en sus correspondientes sectores de forma directa, para compensar la falta de representatividad que puedan tener las organizaciones, sin querer decir con esto que no sean representativas del sector que pretenden aglutinar; pero siempre en este sentido existen ciertos déficits, sobre todo en el caso de un pais sin muchas tradiciones de organizacién y movilizacién social. Podria decirse que una politica en la cual las organizaciones sociales ya existentes sean la unica via posible de representatividad sectorial en términos jurfdico-politicos, fortalecerfa la capacidad de organizacién sectorial al obligar a los ciudadanos a estar sectorialmente organizados para tener representacién sectorial con mandato imperativo de voluntad; sin embargo, esto estaria en contradiccién con el més importante principio del poder ciudadano y la democracia directa, que es el de la libertad: el que no quiera ser parte de una organizacién social propia del sector al que pertenece, también tiene derecho como ciudadano, de tomar parte en las decisiones gubernamentales. Los Consejos y Gabinetes del Poder Ciudadano tendrian su expresién nacional en lo que serfa la instancia en la cual se convertiria el CONPES; de modo que en términos reales no deben ser dos las instancias 0 expresiones organizadas del Poder Ciudadsno, sino una sola, con una expresién territorial y una sectorial, combinadas. Con anterioridad se ha expuesto este modelo en cierto modo como si lo territorial 419 fuera una instancia y lo sectorial otra, pero esto obedece a que ambos criterios de participacién estan plasmados separadamente en el Programa del FSLN, lo cual sin embargo, no se contradice con que para fines practicos, se integre una sola instancia con participacién territorial por delegacién y sectorial por delegacién y organizaciones mis representativas del sector que corresponda, pudiente si el caso lo amerita, parti- cipar dos organizaciones sociales que trabajen con un mismo sector; por ejemplo, la CST José Benito Escobar y la CST Rigoberto Lopez Pérez. Lo anterior requiere de todo un proceso de articulacién entre las expresiones de participacién previamente existentes y el Poder Ciudadano, tanto a nivel nacional como departamental y municipal, y grandes esfuerzos de articulacién entre el Poder Ciudadano y las expresiones de participacién ciudadana previamente existentes, sobre todo los Comités de Desarrollo Municipal, de modo que los esfuerzos realizados por estas instancias anteriores al Poder Ciudadano puedan pasar a integrarse en el trabajo del Poder Ciudadano, asumiendo que éste es la expresién de un triunfo estratégico dea participacién ciudadana y de los esfuerzos realizados por muchos promotores de &ta. Sin embargo, un obstdculo en este sentido es el de las ONGs que han hecho de la participacién ciudadana el modus vivend de sus directivos, ya que éstas en lugar de sentirse reivindicadas por un gobierno que muestra su voluntad polftica de dejar sus decisiones en manos de los ciudadanos, se sienten amcnazadas debido a que eso implica la pérdida del monopolio o hegemonfa que han ejercido estas organizaciones sobre los proctsos de participacién ciudadana en el pals, muchas veces orientados a la mediati- zacién de la lucha popular mediante procesos de consulta cuya finalidad no es que la poblacién decida, sino que se sienta tomada en cuenta para evitar que se desarrolle en ella la conciencia sobre la necesidad de luchar contra el sistema aiin vigente. Las instancias del Poder Ciudadano funcionarfan como lo han venido haciendo y, pudiendo participar todo el que quiera a nivel de base, eligiéndose de su seno y en cascada a los coordinadores por érea de trabajo y coordinadores generales, asf como a Jos integrantes del nivel municipal y departamental, sin goce de salario ni prebendas de ningtin tipo, estando facultadas para revocar de sus cargos ptiblicos a los electos en su nivel correspondiente (Alcalde y concejales para el nivel municipal, diputados departamentales para el nivel departamental y diputados nacionales, Presidente y ministros para el nivel nacional), en base a causales previamente normadas y teniendo una sola oportunidad para hacerlo durante el transcurso del tiempo que ejerzan el cargo, para evitar la inestabilidad del funcionamiento de los érganos del Estado y siguiendo en esto al modelo venezolano,” que sin embargo también establece que esto puede hacerse solamente en la mitad del perfodo, lo que no parece conveniente 377 Constitucién de la Republica Bolivariana de Venezuela, Arto. 72. 420 por llevar implicita la posibilidad de que.el momento de mayor cuestionamiento al funcionario no se corresponda con el momento legalmente previsto para su posible revocacién; por lo cual se plantea en esta propuesta que el momento sea indeterminado ~siendo esta la diferencia con el modelo venczolano-, pero que no pueda repetirse la revocacién una vez que ésta fue rechazada por votacién. Por otra parte, en caso de que la revocacién de un funcionario no se obtenga una vez ejecutado el proceso, ello no invalidarfa la pérdida del cargo por dicho funcionario conforme alo ya establecido en las leyes actuales, ya que de lo contrario la revocabilidad se convertirfa cn un bo- omerang que més bien protegerfa al funcionario impidiendo su destitucién una vez que lograra no ser revocado mediante el proceso establecido. Serfa necesario, en aras de fortalecer el poder territorial, establecer también que una cantidad de Consejos 0 Gabinetes del nivel territorial inmediatamente inferior, cuyos delegados representen a mds de la mitad de los votantes del territorio en cuestién, puedan revocar a fun- cionarios de dicho nivel, pudiendo asf una cantidad suficiente de delegados de los Gabinetes de Barrio o Comarca —o Distrito segiin el caso— revocar también al Alcalde yalos concejales, y los Gabinetes Municipales con una cantidad igualmente suficiente de delegados revocar no sdlo a éstos, sino ademds a los diputados departamentales, quedando asi por su parte los Gabinetes Departamentales, sujetos al voto favorable de una cantidad también suficiente de delegados, como las instancias facultadas para revocar a los diputados nacionales y demés altos funcionarios -electos o no~ de ese nivel. El Plebiscito es igualmente un mecanismo vilido para revocar a cualquiera en cualquier nivel y cargo, por ser la expresién mds clara de la opinién de la mayoria, y esto por tanto formarfa parte también de esta propuesta. Incluso, serfa conveniente establecer que si la revocacién es rechazada en los Gabinetes a cualquier nivel, pueda atin someterse la misma a Plebiscito, esto con el objetivo de que la instancia delega- taria que fin de cuentas constituyen estos Gabinetes desde ef nivel inmediatamente superior al de base no inhiba a la ciudadanfa en su conjunto de tomar la decisién final, porque en términos de jerarquia para las tomas de decisiones, la voluntad superior y Ultima est4 em los Consejos, es decir al nivel de la base. Es més, si la decisién de los Gabinetes ¢ incluso los Consejos, no coincide con la de los ciudadanos expresada en Referendo o Plebiscito, deberfa interrumpirse el perfodo de estas instancias al nivel del que se trate, dado que quedarfa en evidencia un divorcio entre dichas instancias y los ciudadanos en su conjunto. Por otra parte, el Referendo o el Plebiscito no podrfa utilizarse como una instancia de apelacién para ningdin representante o funcionario revocado, puesto que bastaria con el rechazo de las instancias participativas para que quedara clara la falta de aceptacién de la gestién del revocado. Asimismo, aunque en este caso en aras de una agilidad minima indispensable en la gestién piblica, toda decisién tomada por el Poder Ciudadano no podrfa ya someterse a Plebiscito o Referendo, exceptuando la revocacién de los funcionarios. 421 Para proteger a estas instancias participativas, tendrfa que establecerse un me- canismo que impida represalias contra sus integrantes por asistir a las sesiones de la inscancia cortespondiente, en caso de que éstas se convocaran en dias y horatios de trabajo. En aras de la vinculacién de los representantes con sus representados y de la participacién de éstos en la gestién de aquellos, ef Presidente con sus ministros, ast como los diputados, Alcalde y concejales estarfan obligados a reunirse periédicamente con las instancias del Poder Ciudadano que corresponda a su nivel y al inmediato inferior, estableciéndose el no cumplimiento de esto como causal de revocacién. Tam- bién, para que el mecanismo de empoderamiento sea coherente, deben ser revocables los miembros de los Gabinetes del Poder Ciudadano a todos los niveles, asf como de la instancia nacional de participacién sectorial y ciudadana, estando facultada para ello la instancia que los haya elegido. Ademés del Poder Ciudadano y la revocabilidad de fos cargos puiblicos, habrfa un tercer componente polftico de este modelo, conformado por los dos mecanismos de democracia directa que formalmente incorpora en su esquema la democracia re- presentativa, como son el Referendo para las leyes y el Plebiscito para las politicas y decisiones del Estado en general, asi como para tomar decisiones que afecten la vida politica y socioeconémica del pais. El Referendo y el Plebiscito como figuras polftico-juridicas aparecen en la legis- lacién nicaragiiense consignadas en la Constitucién como las formas a través de las cuales el pucblo puede ejercer el poder politico de manera directa,2”* y mas expli- cicimente en la Ley Electoral, donde el Referendo se define como ef acto de someter directamente ante el pueblo leyes 0 reformas, de cardcter ordinario o constitucional, para su ratificacién,®” es decir, se circunscribe solamente al Ambito de las leyes ya existentes y sus reformas; puede ser convocado por un tercio de los Diputados ante la Asamblea Nacional o con un nsimero no menor de cincuenta mil firmas de la poblacién.™ Seguin la misma Ley, respecto a decisiones que dentro de sus facultades dicte el Poder Ejecutivo 1 cuya trascendencia incida en los intereses fundamentales de la nacién, éstas pueden ser sometidas a consulta a través del Plebiscito,*! el que puede ser convocado por el Presidente de la Reptiblica o directamente por los ciudadanos con un nilmero no 378 Consticucién Politica de la Repiiblica de Nicaragua, Arto. 2. 379 Ley Electoral de Nicaragua, Arto, 134- 380 Idem, Arto. 136. 381 Idem, Arto. 133. 422 menor de cincuenta mil firmas,*? igual que el Referendo, y por la Asamblea Nacional con los votos de un tercio de los dipurados? Para efectos de lo que atafie a este trabajo la definicicn a adoptar seria la parti- cipacién de los ciudadanos de manera directa en el ejercicio del poder, emitiendo su opinién con potestad de decisién sobre deter minados temas trascendentales para la vida politica, econémica y social del pafs, en vista de que esa es la esencia del mecanismo institucional que se ha dado en llamar en ocasiones solamente como Referendo y otras veces separando dicho término del de Plebiscito. En términos formales la definicién apuntada no se ve totalmente satisfecha a través de las figuras del Referendo y el Plebiscito, por lo que cabrfa el manejo de un nuevo concepto que supere al menos algunas de las limitaciones que trae consigo la concepcién tradicional de ambos mecanismos democraticos, ofreciendo més opciones que las formalmente admitidas en el conjunto de ambos términos. Juntoa la atribucién que ya otorga la Ley Electoral a la ciudadanfa para convocar a Referendo 0 Plebiscito con un niimero no menor de cincuenta mil firmas, al Poder Legislativo en el caso del primero con la voracién favorable de un tercio de los diputados ante la Asamblea Nacional y al Presidente de la Repiblica en el caso del segundo, habrfa que establecer en la Constitucién la obligatoriedad de someter a Referendo 0 Plebiscito las decisiones estratégicas y de mayor trascendencia para la vida del pais, estableciéndose previamente qué temas estarfan regidos por este condicionamientos uno de ellos podfa ser la enajenacién de los bienes piblicos o lo que es igual, de todo bien econémico que se considere patrimonio de la nacién. Junto al Poder Ciudadano, la revocabilidad de los cargos y la obligatoriedad del Referendo o Plebiscito segtin cortesponda para temas previamente definidos, segtin el caso, también formarfa parte de este modelo de democracia directa el Presupuesto Participative a nivel local y nacional, que estarfa mds bien, circunscrito dentro del contenido de trabajo del Poder Ciudadano, pero por su importancia merece ser abordado aparte, porque no es posible la democracia directa si la principal de todas la decisiones que toma todo gobierno y donde se plasma su politica econémica, que es la distribucidn presupuescaria, no forma parte de lo que deben decidir de forma directa y organizada los ciudadanos politicamente empoderados, y que s6lo lo estarfan si esta prerrogativa les pertenece. ‘Aqu{ surge el problema de la negociacién a que debe someterse el Presupuesto con el Fondo Monetario Internacionat como condicién de los mal llamados cooperantes 382 Idem, Arto, 135. 383 Idem, Arto. 136. 384. Ley Electoral de Nicaragua, Artos. 135 y 136. europeos que de sus recursos surgidos del saqueo colonial y el intercambio econémico desigual en general resultante del primero, aporta poco menos de la mitad del Presu- puesto General de la Republica en Nicaragua, para cubrir el déficit entre ingresos y egresos en nuestra débil economia. Aun suponiendo que —tal como en efecto deberd suceder al menos en un mediano plazo- en algtin momento durante el avance del nuevo proceso revolucionario Nicaragua se libre de esta cooperacién y con ella, del condicionamiento de la misma a que se negocie el Presupuesto con el FMI, mien- tras esto no sea una realidad el gobierno de turno, independientemente de su signo ideolégico deberé entenderse con el FMI, aunque con la salvedad de que un gobierno sandinista lo hard siempre desde la defensa de los intereses nacionales; pero ain antes de lograr ese objetivo, no es lo mismo que el gobierno haga su propuesta al orgahismo financiero desde sus instancias administrativas que la elaboracién de tal propuesta mediante un amplio debate a nivel nacional con participacidn de todos los ciudadanos que hayan querido hacerlo, a través del Poder Ciudadano, lo cual imprime mayor fuerza y legitimidad a cualquier propuesta, y crea condiciones para que, sintiendo el pucblo como suyo ese proyecto de presupuesto, surjan mejores condiciones para la movilizacién popular como forma de presin al EMI y a los politicos de derecha que respaldan sus recetas econdémicas y que eventualmente desde el Gobierno, y més atin desde la Asamblea Nacional, actuardn siempre en respaldo de un Presupuesto que beneficie a los sectores pudientes y por tanto, en correspondencia con las recetas de Jos organismos financieros internacionales. Fuera de esto deberfa quedar, en los ingresos del Estado, la cantidad de dinero en impuestos segtin su procedencia, en vista de que en este caso la ciudadanfa seria juez y parte afectada, al ser los mismos contribuyentes los que estarfan autoimpo- niéndose los montos a aportar, lo que provocarfa la reduccién drdstica de éstos y la correspondiente quiebra econémica del pais; pero podrfa someterse a decisién directa del pueblo la politica tributaria, es decir, la diseribucién de la carga impositiva, en vista de que forma parte esencial de la distribucién de la riqueza, razén por la cual una distribucién equitativa del impuesto (que cada quien aporte una proporcién mayor de sus ingresos en tanto éstos sean mayores —polftica tributaria progresiva versus la politica regresiva--) es parte indispensable de una politica econdmica socialista, toda ver. que ésta se caracteriza por una distribucién equitativa y lo mds igualitariamente posible de la riqueza, aunque la politica tributaria progresiva no sea una caracterfstica exclusiva del socialismo. En el caso de Nicaragua, como era de esperarse, cada vez es mayor la tendencia progresiva de la politica tributaria desde que el gobierno volvié a set asumido por el FSLN. Como parte de las atribuciones conferidas alos érganos de participacién ciudada- naen el ejercicio del poder, también podria otorgarse como atribucién al CONPES -o al 6rgano que en su lugar asuma las atribuciones aqui mencionadas~ y a las instancias 424 del Poder Ciudadano a cada nivel la convocatoria al Referendo o al Plebiscito ~que podria ser nacional o territorial~ por mayorfa calificada de votos, limitandolos quizds uno por afio en cada nivel, en aras de la gobernabilidad. Quienes ocupan cargos publicos de elecci¢n popular propios de la democracia representativa -0 lo que en caso de regir un sistema de democracia directa, serfan cargos propios de las expresiones representativas de esa democracia, las cuales no se suprimen con la implementacién de ésta— no podrian ser parte del Poder Ciudadano por pertenecer a la sociedad politica, en tanto que la esencia del Poder Ciudadano es el cjercicio del poder precisamente por parte de quienes no tienen cargos, los ciuda- danos comunes y corrientes, lo que se conoce como la sociedad civil, que solamente ha tenido expresiones organizadas en el Ambito social, pero no en el ambito politico, © sea, no para ejercer institucionalmente el poder, con lo cual por cierto, comienzan a desaparecer los limites entre la sociedad civil y la sociedad politica, propios de la situacién anterior en que esta tiltima sustituye a la primera a través de la intermedia- cién y la mediatizacién, confiscando as{ la soberanfa popular; pero mientras exista el poder, esas fronteras no desaparecerdn por completo, convirtiéndose asf el Poder Ciudadano y demds mecanismos institucionales propios de la democracia directa en el nuevo y verdadero equilibrio del poder; no ya entre los poderes sepatados gjerciendo los frenos y contrapesos en !a cabeza de Montesquieu, sino entre las dos expresiones politicas de la sociedad de clases: la sociedad polftica como tal, pattidisca por naturaleza; y la sociedad civil, apartidista pero no por ello despolitizada ni mucho menos desideologizada; separando asf la politica del partidismo (0 la politizacién de fa partidizacién), es decir, despartidizando la politica y el poder, contrarrestando ast el peso de los partidos en tanto éstos constituyen la institucién por excelencia del sistema politico propio de la sociedad de clases. La ausencia de privilegios para los integrantes del érgano sectorial y del érgano de participacién directa de los ciudadanos impedir(a la separacién, propia de la de- mocracia representativa burguesa, entre el pueblo y los integrantes de estos érganos, sin los cuales no podrian aprobarse las politicas fundamentales del Estado. Deberfa contemplarse, sin embargo, algo que no serfa un privilegio propiamente dicho, sino més bien una proteccién indispensable para el buen funcionamiento de estos érganos dela democracia participativa, y que setfa la no responsabilidad juridica de nadie por lo que afirme dentro de estas instancias, algo que esta contemplado para los diputados en relacién a sus opiniones y votos emitidos en la Asamblea Nacional, lo cual tiene como propésito que los representantes electos no sean objeto de presiones, amenazas © chantajes vinculados con ser acusados por injurias y calumnias, lo cual interferi- 385. Constitucidn Politica de la Reptiblica de Nicaragua, Aro. 139. 425 ria en el cumplimiento de su deber en cuanto a denunciar cualquier situacién que consideren pertinente en defensa de los derechos de sus electores y de la poblacién en general, sin esperar a reunir todas las pruebas 0 evidencias del caso, ya que de lo contrario, en el mejor de los casos muchas cosas se plantearfan extemporineamente y por tanto, sin ninguna posibilidad de incidir en la solucién de los problemas que se planteen. Todo lo aqui propuesto tendria rango constitucional por tratarse de todo un nuevo sistema politico, que implicarfa una transformacién total del Estado, ademas de ser necesario dicho rango para la perdurabilidad y estabilidad del nuevo sistema, lo que obviamente implicarfa la convocatoria previa a una Constituyente, de donde tendria que surgir el nuevo régimen politico y el disefio de la nueva democracia, que levaria hasta sus tiltimas consecuencias los principios atin vigentes del liberalismo y desecharla sus aspectos obsoletos, con lo que se estar‘an aplicando los principios comu- nes de todas las corrientes socialistas teniendo como meta histérica la transformacién revolucionaria de la sociedad, y como base socioeconémica de dicha transformacién fa socializacién progresiva de la propiedad por la via de la generalizacién del acceso a la propiedad privada, llevando asf otro principio del liberalismo hasta sus tiltimas consecuencias, hasta hacerlo desaparecer, al hacer que todo sea de todos para que nada sea de nadie, tal como ocurre con el poder al democratizarlo, dado que si todos mandan, al final nadie manda a nadie. Al mismo tiempo, el sistema contemplaria los mecénismos para que el Estado garantice el acceso de todos a los servicios bésicos, principalmente salud, educacién y condiciones de vida dignas, priorizando el agua potable, la energfa eléctrica, el transporte y la vivienda. Este modelo polftico no tendrfa por qué entrar en choque con el pluripartidis- mo, la mds absoluta e irrestricta libertad de expresién -sin ley alguna que controle a los medios de comunicacién, como ha sido desde la finalizacién de la guerra de los ochenta~y todas las libertades ptiblicas y derechos politicos consagrados en la sociedad nicaragiiense. El nuevo modelo fortaleceria el Estado de Derecho y profesionalizarfa las insticuciones 0 lo que es lo mismo, despartidizarfa aquéllas cuyas funciones ast lo requieran por su carécter arbitral ~el Poder Judicial, el Poder Electoral y la Contraloria General de la Republica, fundamentalmente-, volviendo auténtico —al Ilevarlo hasta sus tiltimas consecuencias- el principio del apartidismo de las instituciones —nunca verdaderamente aplicado en la democracia representativa~ por medio de un proceso gradual que se corresponderta con la realidad polftica del pais y entendiendo por despartidizacién, no la excluyente prohibicién de que los militantes de algiin partido puedan pertenecer a alguno de estos érganos, sino que el criterio de seleccién no sea la militancia partidaria, sino la idoneidad personal del aspirante a ocupar el cargo desde el punto de vista de su integridad moral y capacidad profesional, pues de lo contrario habria un nivel de exclusién alt{simo, si se toma en cuenta que mucho més 426 de la mitad de la poblacién nicaragiiense no pertenece a ningtin partido politico. La transformacién del sistema politico es indispensable para que la despattidizacién no signifique desplazar a los sectores populares de instancias de poder ~como el sistema judicial que resultan claves en momentos en que atin estin por definirse cuestiones tan trascendentales como el tema de la propiedad. Al abrirse tantos espacios por la via de este modelo de democracia directa, ya las instituciones actualmente partidizadas se verian libres de toda una serie de presiones que surgen de la inexistencia de otros espacios en la actualidad para canalizar toda una serie de contradicciones propias de toda sociedad, con més razén de una que ha atravesado procesos tan draméticos de cambios en un perfodo histérico relativamente tan breve. De igual forma, este modelo no tendrfa para qué entrar en contradiccién con el respeto a la propiedad privada, y no tendrfa.raz6n alguna para oponerse a la pro- hibicién de las confiscaciones establecida desde 1995 en la Constitucién. En las condiciones de Nicaragua, el nuevo sistema convivirfa armoniosamente con la libre empresa y el libre mercado, e incluso brindarfa todas las facilidades a la empresa pri- vada~ grandes, medianos y pequefios empresarios (individuales, asociados, colectivos y comunitarios)— para su libre desenvolvimiento y desarrollo, en vista de que por una parte, en el modelo econdémico que se corresponde con esta propuesta de democracia directa—aspectos ambos del nuevo modelo socialista que aqui se propone -el proceso de socializacién de la propiedad no chocarfa con la propiedad privada, sino que mas bien serfa a través de ella —juridica y formalmente concebida- que dicho proceso se desarrollarfa, y por otra parte, la nueva via de democratizacién de la economia y socializacién de la propiedad no tendrfa por qué pasar por la redistribucién violenta de la misma, menos en el caso de Nicaragua —donde esto ya se hizo cuando las cir- cunstancias histéricas asf lo requerfan—, sino que serfa gradual y simultdnea con el desarrollo de las fuerzas productivas, proceso en el cual la iniciativa privada —tanto convencional como emergente- est destinada a jugar un papel fundamental. La ten- dencia de la propiedad privada a generar los valores propios de la sociedad de clases se verfa sistematica y crecientemente neutralizada por el cardcter colectivo y social del estfmulo material que significarfa la creacién de riquezas a partir de la gestién econémica empresarial de tipo social, desarrollada por los trabajadores asociados y los pequefios productores cooperativizados u organizados en sistemas productivos que les posibilitarfan pasar de la sobrevivencia a la creacién del capital socializado necesario para su inmersién en la dindmica del poder econémico, que de esta forma pasarfa a trasladarse, a largo plazo, de los grandes empresarios privados convencionales al nuevo empresariado asociativo, popular y comunitario, sin que los primeros dejen de 386 Idem, Arto, 44. 427 ser un componente indispensable de una economia en la que las fuerzas productivas atin necesitan recorrer un largo trecho para alcanzar el desarrollo que haga posible el paso hacia formas superiores de existencia social. No obstante la gradualidad del proceso en cuestién, el socialismo tiene caracte- risticas fundamentales que estarfan presentes en la sociedad nicaragiiense primero a nivel local y territorial, y luego a nivel nacional, momento en cl cual se declararfa el cardcter del proceso en marcha, previa declaracién del mismo a nivel de las localidades y territorios que vayan alcanzando las caracteristicas requeridas, pudiéndose incluir entre ellas, en el Ambito econdmico: mds de la mitad de los medios de produccién en manos de los sectores populares de la economia y mds de la mitad de la producci6n de riquezas proveniente de esos medios de produccién; en el émbito politico, mas de la mitad de la poblacién integrada en el Poder Ciudadano y mis de la mitad de la poblacién identificada como sandinista; y toda una serie de pardmetros porcen- tuales de tipo social vinculados con el indice de desempleo, el nivel nutricional, la mortalidad infantil, la expectativa de vida, el nivel cultural, la cantidad percdpita de habitantes por cada médico, la cantidad percdpita de estudiantes por cada profesor, entre otros indicadores. De manera pues, que cada municipio que vaya alcanzando los pardmetros correspondientes, vaya siendo declarado como municipio socialisca; y ast con cada departamento hasta llegar al nivel nacional. Podrfa también establecerse un mecanismo de estfmulos vfa presupuestaria y otros de tipo moral, como la declaracién de Primer Municipio Socialista de Nicaragua y otros reconocimientos similares, para aquellos que vayan alcanzando el estatus correspondiente segin los parémetros que queden finalmente establecidos. Puntualizando el contenido, los objetivos y el contexto social ¢ histérico de la democracia directa, habrfa que sefialar en primer lugar, que ésta esté integrada por el Poder Ciudadano, la obligatoriedad del Referendo o el Plebiscito segtin corres- ponda para leyes y/o decisiones de Estado con implicaciones estratégicas para el pats, la revocabilidad de los cargos puiblicos (electos y no electos) y lo que en general serfa un proceso de despartidizacién del poder, que a mds largo plazo significarfa su despolitizacién o lo que es igual, su desaparicién como instrumento de opresién ylo dominacién. Esto no significarfa la desaparicién de la politica -ya que ello serfa incompatible con la existencia misma del ser humano-, sino la separacién entre la politica y el poder, con lo que este tiltimo ya no tendria el cardcter que lo hace ser lo que hoy es y lo que ha sido desde que existe la civilizacién, aunque el poder como tal se instalé en tanto componente inseparable de la sociedad con la formacién misma de ésta o el salto que dio el ser humano hacia esta forma de existencia a partir de la vida en comunidad, lo cual ocurrié antes del surgimiento de lo que se conoce pro- piamente como civilizacién, a partir de lo cual el poder pasé a adquirir su cardcter politico, aunque ya posefa un caricter de clase rudimentario; por tanto, si bien la 428 adquisicién de su carécter politico no ocurrié sino hasta después de su nacimiento como instrumento de opresién, Ja desaparicién de tal cardcter politico coincidira con la de su condicién como tal instrumento de opresién. Entonces el poder no serd mds que voluntad colectiva y consensuada en accién; y aunque tal poder estard ya desprovisto de su cardcter politico, esta serd precisamente una de las caracteristicas politicas fundamentales de la sustitucién de la vida humana basada en la necesidad por una nueva vida, basada en la libertad: el comunismo. Por su parte, los objetivos de la democracia directa y sobre todo de su principal componente, que es el Poder Ciudadano, son: 1, Garantizar el control del poder por las clases populares, 2. Generar conciencia de clase a partir del protagonismo popular en la dimensién polftica de la realidad social, toda vez que las ideas surgen de la realidad y por tanto, la conciencia nace de la lucha—y el protagonismo politico determinado por el control popular del poder politico no es més que la lucha popular elevada al nivel de gestin publica~. 3. Convertir, a partir de este proceso de empoderamiento ciudadano, la convoca- toria del sandinismo como expresién politica organizada de las clases populares, en capacidad de convocatoria para la movilizacién social, la lucha popular y la lucha civica de carécter politico en defensa de los intereses de las clases popu- lases, con lo que se estarfa dando una transformacién en la cultura politica de la sociedad nicaragiiense al revertir la carencia en ella de la lucha social y la lucha politica de cardcter cfvico al margen de las contiendas electorales. 4, Hacer lo menos reversibles que sea posible las transformaciones sociales alcanzadas por el proyecto revolucionario vigente a través de: 1) La institu- cionalizacién politico-juridica de las instancias del Poder Ciudadano y los demés componentes de la democracia directa, lo cual permitirfa que estas transformaciones y el sistema politico de la democracia directa se mantu- vieran incélumes con independencia de la fuerza politica que se encuentre enel gobierno, y 2) Mediante la construccién de una ciudadania activa que incluya en el inconsciente colectivo el sentimiento de que cada conquista social alcanzada ha sido producto— como en efecto lo serfa -de la lucha popular y revolucionaria, y que por tanto cada una de esas conquistas y todas ellas en su conjunto pertenecen en general a todos los ciudadanos y especificamente al conjunto de aquellos que integran las clases populares, razén por la cual lucharfan para defenderlas ante cualquier nuevo intento de revertirlas por parte de la burguesia nacional u oligérquica y sus fuerzas de derecha, 429 5. Definir un nuevo tipo de comunicacién y vinculacién entre los actores polfti- cos convencionales y los nuevos actores politicos empoderados, partiendo de que las decisiones estén en manos de estos tiltimos; lo cual significa que ya los ciudadanos no se dirigiran a los funcionarios para demandar, sino para mandar; la protesta colectiva se convertird en propuesta sectorial o territorial y luego, en decisién consensuada; y el reclamo de los electores a los electos por el incumplimiento de las promesas se convertird en la sustitucién de los electos por quienes cumplan, no con promesa alguna sino con las decisiones que tomen los electores en su condicién de ciudadanos activos y con poder. Para hacer realidad el contenido de la democracia directa, la organizacién politica que la promueve (el FSLN en este caso) debe realizar un intenso trabajo politico ¢ ideolégico de base entre toda la poblacién, compartiendo un mensaje con el que los citudadanos asuman la conveniencia propia de su pertenencia activa al Poder Ciuda- dano, ya que su pertenencia es un hecho por el carécter mismo de este componente de la democracia directa, pero mientras ellos no hagan eso efectivo, el hecho serd potencial, lo cual les hard ser ciudadanos inactivos, es decir que sus derechos como tales,ciudadanos no seran efectivos debido a que no ejercerdn la soberanfa popular mediante la toma de decisiones en todos los temas vinculados con la vida de la sociedad a la cual pertenecen, De igual manera, el modelo concreto basado en la democracia directa y el Poder Ciudadano deberd tener bien definida su forma de existencia para poder funcionar con efectividad; la expresién politica organizada de las clases populares deberd manifestarse en su capacidad de conduccién del proceso de transformaciones revolucionarias de la cual forman parte la democracia directa y el Poder Ciudadano como integrante de ella (conduccién que deberd basarse en la persuasién, la capacidad para dar batalla en el Ambito ideoldgico y la ejemplaridad de los portadores del mensaje politico); la institucionalizacién politico-juridica de la democracia directa y el Poder Ciudadano implicaria una profunda transformacién en el orden politico-juridico del pais, lo cual implica una gran representatividad y convocatoria que permita generar, gracias al cambio en la cultura politica ya sefialado entre los objetivos de este nuevo sistema, una gran capacidad de movilizacién social que permica alcanzar dicha institucionalizacién que ¢s la sustitucién de la institucio- nalidad democrética representativa por una de nuevo tipo, demacritica directa que sin renunciar a ciertas caracteristicas de la democracia representativa, se defina por un nuevo contenido que Ilene los déficits de ésta,en tanto la democracia implica que el poder se debe compartir, y la tinica posibilidad de que esto suceda es que éste le pertenezca a las clases sociales mayoritarias, coda vez que el poder no puede estar al margen de las contradicciones de clase mientras éstas existan, siendo tales contradic ciones las que otorgan al poder su carécter politico. 430 La democracia directa surge como una necesidad histérica en momentos de profunda crisis del modelo mediante el cual se pretendié llevar a:cabo el proyecto socialista previsto por Marx como consecuencia de las contradicciones del capitalismo, pero concentrandose como todo cientifico, en el estudio de la realidad concreta y no en especulaciones utdpicas, y la realidad que a Marx le correspondié estudiar fue la sociedad capitalista en su etapa cldsica, antes atin del fenémeno imperialista, cuya causa principal sin embargo (el surgimiento y concentracién de los monopolios), fue prevista por él; aunque no sucedié lo mismo con el imperialismo como tal. Como se ha dicho bastante mds arriba,**”” posiblemente los pensadores que aportaron las mas. importantes ideas- aunque no siempre las més influyentes, habrfa que agregar— a la teorfa revolucionaria, hayan sido Lenin, Gramsci, Mao y el Che, sin ser casualidad el hecho de que fueran ellos precisamente los tedricos del marxismo que més vincularon las ideas con la accién (de igual forma que lo hicieron Marx y Engels), contrario a los que se dedicaron ~y se dedican— a pontificar desde sus confortables estudios pre- tendiendo convertirse en conciencia critica del movimiento revolucionario desde la actitud més reaccionaria posible, que es Ja de no hacer nada ms que decir a los demas lo que deben hacer o decir que todo lo que estén haciendo est4 mal. Los ejemplos abundan cada vez més, y la Revolucién Informatica con todas las ventajas que trac a lacreacién literaria, también ha facilitado las cosas a cuanto desocupado econémica- mente holgado y con fnfulas de gran teérico revolucionario exista sobre la Tierra. La crisis del modelo socialista del siglo XX -o mds bien de los modelos, y mds exactamente de algunos puntos en comiin que esos modelos tuvieron- fue entre otras cosas y para efectos de lo que aquf interesa: la incapacidad para resolver el problema del poder (producto en buena medida, de ignorar los sefialamientos de Gramsci respecto alla necesidad de la construccién del nuevo poder mediante fa hegemonta ideolégico- cultural); la ausencia del vinculo prdctico entre la base econdmica del socialismo y su Ambito politico-jurfdico e ideolégico-cultural (sefialada previsoramente por el Che en a década de los sesenta, cuando se asumieron sus ideas como roménticas en parte debido ala euforia provocada por los éxitos cientificos y tecnolégicos del socialismo en la Unién Soviética, acompafiados del auge en el movimiento revolucionario a nivel mundial, desaprovechado precisamente por los portadores dogmaticos de esa euforia que no puede ser descrita de mejor manera que como una borrachera de poder -otra vex el poder); y finalmente, esa crisis fue también expresién de que el socialismo no se preparé para la Revolucién Informatica que, luego de la transformacién del prole- tariado de los pafses industrializados en coparticipe de la explotacién de unos paises por otros, arrasé con las relaciones salariales como predominantes en el capitalismo 387 Ver Primera Parte, Capitulo L, Acépite 2 (La revolucién se hace con la realidad...). 431 y con ello, terminé con la existencia misma del proletariado como una de las clases fundamentales de Ja sociedad basada en Ja explotacién de unas clases por otras. Ya hacfa tiempo que, como producto de la desnaturalizacién clasista del proletariado en los patses industrializados, el sujeto de la Revolucién se habla dispersado entre diferentes clases sociales ubicadas fundamentalmente en los paises agratios, explo- tados por las potencias imperialistas; siendo una manera prdctica de referirse a ellas, el uso del término clases populares, que no son sino los explotados de mil maneras enel mundo: obreros, cémo no; pero también y sobre todo, obreros agricolas; cam- pesinos cooperativizados ¢ individuales -siendo los primeros mds bien sujetos de la construccién del socialismo y los segundos, del cambio revolucionario que permite dar la sustitucién de un sistema por otro, pero que luego se espanta ante el cardcter de transformaciones con las que su visién del mundo le impide identificarse, lo cual en ciertas condiciones lo convierte en base social de la contratrevolucién-; pequefios comerciantes; trabajadores por cuenta propia y sobre todo, el creciente sector de la llamada economfa informal que es precisamente, el principal producto social del neoliberalismo como polftica econdmica resultante de la Revolucién Informatica en las condiciones del capitalismo, y cuya expresién econémica sistémica a nivel mun- dial es la globalizacién que constituye al mismo tiempo, la nueva manera de ser del imperialismo ante su vieja necesidad de ampliacién de los mercados ya prevista por Marx en los Grundrisse?** y su nueva necesidad de apropiacién de nuevos mercados, que es la misma anterior intensificada por el descalabro de las relaciones laborales producto de la Revolucién Informatica. Esta causa de la crisis del socialismo se ha puesto aparte por su trascendencia, pero como se verd luego, es més bien una con- secuencia de la primera. Entre las causas de la crisis del socialismo en el siglo XX, se mencionan aqui solamente las relacionadas con la no aplicacién de los aportes tedricos de los prin- cipales pensadores del marxismo en su etapa post-clésica, y entre ellas también se pueden sefialar: el estancamiento del proceso revolucionario mundial en gran medida determinado por el desaprovechamiento de las situaciones revolucionarias debido a la politica de gran potencia desarrollada por la Unién Soviética por una parte, y la inexistencia de las organizaciones de vanguardia en los pafses donde se presentaron estas situaciones revolucionarias por otra, como dos caras de una misma moneda: la no aplicacién de la teorfa leninista de la actualidad de la Revolucién; y la politica misma de gran potencia que reforz6 la incapacidad para resolver el problema del poder, debido a que ademés, se ignoraron los planteamientos de Mao respecto a tres cosas: 388 Dussel, Enrique, La produccidn teérica de Marx, pp. 171 y 172, Siglo Veintiuno Editores, México, 2004. 432, 1) Lanecesidad de que la révolucién no se mediatizara por intereses nacionales; 2) La diferencia entre la fuerza principal y la clase dirigente en cl proceso revolucionario, cuya comprensién por los soviéticos hubicra contribuido a una mayor beligerancia de éstos dentro de la lucha revolucionaria a nivel mundial; y 3) La continuacién de las contradicciones de clase dentro de! socialismo, y de las contradicciones ideoldgi- cas dentro de la Vanguardia revolucionaria; planteamiento cuya aplicacién a ciertas coyunturas criticas definitorias vividas por la Unién Soviética a rafz de la muerte de Stalin en los afios cincuenta, y en los afios ochenta cuando era evidente la necesidad de imprimir una mayor aceleracién al desarrollo de las fuerzas productivas del socialismo, hubiera prevenido a la vanguardia revolucionaria acerca del cardcter revisionista de los planteamientos que cada uno en su momento, hicieran Kruschov y Gorbachov como figuras oportunistas cuya incidencia negativa se abrié paso a partir de los vactos que debfan ser llenados por el modelo socialista allf existente, y que fueron en cierto modo sefialados por ellos mismos sin tener la menor idea de cémo Ilenarlos con un. contenido revolucionario. La no preparacién del socialismo para la Revolucién Informdtica tuvo su origen en que la desvinculacién entre la estructura econémica o relaciones de produccién y la superestructura politico-juridica ¢ ideolégico-cultural no solamente impidié el surgimiento de la nueva conciencia social en la superestructura, sino también, al no estar la superestructuraa la altura de las nuevas relaciones de produccién en su forma por quedar éstas sin el contenido que se correspondiera con ella o lo que es igual, al no estar el contenido de las relaciones de produccién a la altura de su forma, se igno- 16 también el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas que dichas relaciones de produccién requerfan para el sostenimiento, no de su forma sino del contenido que debian tener y que no era visible porque ademds de no haber sido alcanzado, senci- Ilamente se desconocia la necesidad del mismo y por tanto, no se podfa tener como referencia para el desarrollo del socialismo como sistema en base a la superacién de sf mismo, que fue la pauta hasta la muerte de Stalin ~y los grandes logros cientificos inmediatamente posteriores no fueron sino el resultado de la singular eficacia de la conduccién politica revolucionaria encabezada por el hombre sobre cuyos hombros pesé la responsabilidad de ser quien continuara al frente de esa conduccidn tras el fallecimiento de Lenin-. De modo pues, que el tevisionismo de Kruschov no podia mds que tomar como tinica referencia para el desarrollo a los paises industrializados capitalistas, lo cual Ilevé a la peor de todas las deformaciones promovidas por el tardfamente defenestrado principal dirigente soviético tras la muerte de Stalin y la breve sucesién de dirigences que siguié a continuacién: asumir como meta en el desarrollo econémico del socialismo, alcanzar a los paises capitalistas a partir de sus expresiones més antagénicas con los principios del socialismo, contdndose entre ellas el consumismo que ademds -y precisamente por tratarse del mayor disparate en la 433 historia de la teorfa revolucionatia— no fue alcanzado porque estaba en contradiccién con la esencia misma del socialismo; o mejor dicho, fue finalmente alcanzado a costa del socialismo y con él, del desarrollo cconémico mismo y por supuesto, para ser cjercido por una pequefia parte de la poblacién. Esto ya no pudo ser comprendido por Brezhnev y la direccién que sustituyé a Kruschov, porque el rumbo se habla perdido demasiado atrés y tenfan miedo de retroceder para encontrar el lugar donde ocurti6 el extravio; ast que siguieron adelante y se estancaron, hasta que llegé Gorbachov para hacer el resto del trabajo en nombre, otra vez.-como Kruschov- de la apertura o transparencia (glasnost) y de la renovacién o reestructuracién (perestroika); antes se habfa llamado “el deshielo”. Se ha cometido aqui la imprudencia de hacer casi a la ligera planteamientos que requieren todo un trabajo aparte, como en efecto lo habrd para abordar esos temas con laprofundidad que los mismos merecen, pero aqut ha sido inevitable incluitlos y sobre todo, abordar este tema del socialismo como modelo que en determinado momento y contra lo que tedricamente se esperaba de él, hizo crisis, para que se comprenda el cardcter objetivo que posee el fenémeno de la desaparicién del Estado como una referencia de intermediacién tanto para las relaciones salariales como para las relacio- nes politicas, en vista de que al entrar estas relaciones en crisis, y al ser més propias del Ambito obrero-patronal y de la sociedad civil, respectivamente, que del 4mbito estatal, sus restos han quedado reducidos al sector privado de la economia en el caso dédas relaciones salariales, y al mbito de la vida cotidiana en el caso de las relaciones palfticas; y tanto el sector privado de la economfa como el dmbito de la vida cotidiana han reducido cada vez mas los espacios en que tales relaciones tienen lugar dentro de ambos, porque no les queda otro camino: la Revolucién Informatica sustituye el trabajo de muchos seres humanos por el de una sola m4quina, tal como ocurrié antes con la Revolucién Industrial a otro nivel; la aldea global sustituye al Estado-Nacién con la resultante crisis de legitimidad de la democracia representativa republicana. El capitalismo no tiene la capacidad para desarrollar el potencial econdmico productivo de esa fuerza de trabajo en lo econdmico, ni le interesa convertir el desplazamiento de la vida politica a la cotidianeidad en el poder para los ciudadanos que devuelva a éstos la soberanfa doctrinariamente alcanzada por el liberalismo pero técnicamente arrebatada a Jos ciudadanos por el capitalismo que el mismo liberalismo sustenta ideolégicamente. Queda asi toda esa mano de obra fuera de la llamada economia formal y busca la sobrevivencia de cualquier manera. Son muchos para convertirse todos en marginales del tipo lumpen; es decir, ni allf hay lugar para ellos, asf que se van a limpiar vidrios de los carros en los seméforos, a poner puestos para lavado de carros, a instalar una reencauchadora, un taller de cualquier cosa 0 un caramanchel en un mercado o en una calle con algin dinero que puedan conseguir cayendo en as garras de los usureros, o se van a vender agua helada en las terminales de buses, a ofrecer sus servicios como hacelotodo, o emigran en busca de lugares donde las relaciones salariales en términos absolutos brinden al menos mayores oportunidades que en sus pafses de origen. Por su parte, los ciudadanos ~ellos mismos y los demés— buscan nuevas formas de organizarse, al margen de la politica oficial monopolizada por los partidos, y hacen politica fuera de éstos: los movimientos sociales se robustecen, los partidos entran en crisis y el sistema que se tambalea en lo econémico al sumarse a todo lo anterior la sustitucién de la produccién de bienes materiales ~base de la existencia de la sociedad— por fa especulacién financiera como principal manera de crear las riquezas, también se estremece en lo politico con la pérdida de credibilidad y legitimidad de su sistema de partidos. Es la intermediacién lo que esté en crisis; en lo econémico y en lo politico. ¥ el modelo socialista del siglo XX estaba basado en ella tanto como el capitalismo, en ambos dmbitos. Pero el sector informal de la economfa, que crece en la medida en que avanza la Revolucién Informatica, es una fuerza que en un proceso de democratizacién econé- mica y socializacién de la propiedad, adquiere un potencial productive nunca antes imaginado; pero productivo de riquezas para satisfacer las necesidades, no satisfactor de necesidades para acumular riquezas. ¥ en lo politico, que es a donde se pretende llegar aqu(, los ciudadanos se organizan, vuelven a la politica para transformarla des- de su condicién de sociedad civil; y vuelven finalmente a los partidos, pero no a los tradicionales ni con la actitud pasiva de antes, sino que se constituyen en una fuerza politica organizada que avanza hacia una alternativa al sistema de partidos ~incluyendo a los viejos partidos comunistas colaboracionistas que se convirtieron en parte del sistema~ y encuentran formas diferentes de hacer politica sin que eso los inhiba de competir con las fuerzas tradicionales en su propio terreno, cortiendo y en’ muchos casos sobreviviendo a los riesgos de ser asimilados 0 reasimilados por el mismo. Las organizaciones politicas revolucionatias que como el FSLN, han debido hacer uso de espacios institucionales dentro del sistema politico democratico representati- vo, pero sélo en tanto esto les permite agrupar fuerzas para cambiar ese sistema y el sistema econémico, estén particularmente expuestas a la cooptacién y la asimilacién; gpero qué ofrecen como alternativa al sistema que intentan suprimir y que como me- canismo de defensa los intenta cooptar y asimilar? En lo econémico, la socializacién de la propiedad a partir de la democratizacién de la economia, lo que ya no puede tener como eje central el estatismo debido al colapso de la intermediacién, sin dejar de considerarse no obstante ello, que la estatizacidn sigue siendo la mejor forma de socializacién posible de la propiedad que se conoce hasta ahora, siempre que también se tenga conciencia de la necesidad de su sustitucién por otra, para lo cual existen por ahora referencias que son propias solamente de formas privadas de propiedad en términos formales, pero que pueden convertirse en el inicio de procesos de socializa- cin no estatista de la propiedad (la propiedad asociativa, cooperativa y comunitaria, 435 principalmente); y en lo politico, el traspaso del poder a los ciudadanos ~o lo que ¢s igual, la sustitucién del Estado-Nacién (que ha colapsado con la intermediacién) por los ciudadanos empoderados— que en estas condiciones pasan a ser en tanto que ¢s una poblacién mayoritariamente integrada por el sector popular de la econo- mfa— portadores ya sin intermediarios, de los intereses de las clases populares que sin embargo, siguen estando conducidas polfticamente —o son susceptibles de estarlo- por una organizacién de vanguardia que ya no dirigird la lucha por la tansformacién revolucionaria de la sociedad definiendo su Ifnea de forma vertical ¢ imponiéndola, sino debatiendo y consensuando, persuadiendo y sobre todo, promoviendo valores y actitudes que se correspondan con la raz6n de ser del proceso revolucionario o la lucha revolucionaria en marcha. Como ya se habré notado, lo tipico de este cambio de época es la climinacién de la intermediacién, lo cual trae consigo un potencial revolucionario de incalcu- lables consecuencias. La intermediacién tiende a desaparecer y con ella, la ejercida por el Estado; como instrumento al servicio de los intereses de la clase dominante y expresin concreta ¢ institucionalizada del poder, el Estado encuentra en la demo- cracia su fuente de legitimacién idénea, que le facilita més que ningtin otro asidero antes conocido, su colocacién interesada por encima de la sociedad civil, como un ente separado ¢ independiente de ella y externo. Sin embargo, el Estado y con él la sociedad polftica son un producto y en términos amplios, parte esencial y atin més, definitoria de la sociedad civil, siempre que el Estado se considere como el portador de los intereses de un sector de la sociedad que se beneficia del orden establecido y del cual el Estado es precisamente la méxima expresién institucionalizada. En lo econé- mico esto se manifiesta mediante el papel interventor, regulador o facilitador segiin sea el modelo vigente. Asf por ejemplo, el Estado de Bienestar que prevalecié desde la postguerra hasta la década de los afios setenta, fue valido tanto para el socialismo como para el capitalismo; de hecho, la elevacién del nivel de vida de la clase obrera y la cooptacién de ésta por el sistema mediante su integracién a los beneficiarios del saqueo colonial y neocolonial en los Estados Unidos y los pafses de Europa Occidental estuvo determinado por la necesidad de volver més atractivo el capitalismo frente a a competencia del socialismo real soviético y luego de Europa del Este. Luego en lo politico, la intermediacién del Estado estuvo presente en la esencia representativa de la democracia burguesa, en la que los representantes del pueblo, electos por éste al igual que sus gobernantes, actuan segiin los intereses de las clases dominantes, que no son los de la mayorfa de sus electores; siendo canalizados dichos intereses mediante la organizacién partidista de la vida publica en el Ambito politico. Dicho sea de paso, la partidizacién de las instituciones arbitrales del Estado que la derecha tanto cuestiona cuando en casos verdaderamente excepcionales esa partidizacién no la beneficia, est4 en la esencia misma de la democracia representativa promovida y defendida por esa 436 misma derecha, y mds concretamente en la monopolizacién de la vida politica por los partidos, que sin duda constituyen el més ingenioso modo de dividir a la sociedad haciendo aparecer tal divisién como la esencia de la libertad politica cuando es en realidad, la negacién misma de esa libertad para todo aquel que no esté alineado con ninguno de los partidos predominantes, a os cuales siempre pertenece una minorfa de la poblacién y que por lo general responden a los mismos intereses de clase, con- trarios a los de la mayorfa de los ciudadanos ante los cuales el sistema aparece como el orden natural de las cosas y esto les impide tomar conciencia de sus intereses por no percibir la opresién de la que son victimas. En el modelo del socialismo real —tér- mino este tiltimo que proviene de la diferencia entre este modelo y el conocido como socialismo democratico promovido por la socialdemocracia, el cual no es otra cosa que un capitalismo con rostro humano-, la intermediacién tiene lugar mediante la sustitucién de los ciudadanos por el Partido tinico en el ejercicio del poder politico, Jo cual no significa que siempre el partido tinico sustituye a los ciudadanos en el gjercicio del poder, ya que tal como se ha explicado antes, allf el Partido no es tal en términos electorales, pues tiene prohibido por ley, postular candidatos, siendo esto potestad de los ciudadanos; de modo que aunque exista solamente un partido, en ese modelo politico el partido juega no es para dividir, sino para unir a los ciudadanos, asumiendo asi un papel exactamente contrario al que juegan los partidos multiples en la democracia burguesa. El modelo cubano, por tanto, en términos de lo que se entiende por partido en la llamada democracia occidental, mds que de partido tinico es de suscripcién popular sin partidos. Incluso, la mayor parte de pafses donde se desplomé el socialismo real en Europa del Este no tenfan regimenes de partido tini- co, pero el Partido predominante sustitufa a los ciudadanos en el ejercicio del poder, actuando asf como intermediario-entre la sociedad civil y el poder; y es precisamente esa intermediacién —a través de los representantes y los partidos en la democracia burguesa como sistema politico del capitalismo, y mediante el partido hegeménico en el sistema polftico que adopté el socialismo en el siglo XX, conocido como democra- cia popular allf donde no habja partido tinico (Alemania, Bulgaria, Checoslovaquia, Yugoslavia), y como simplemente como democracia socialista donde existié o donde existe el partido tinico (la Unién Soviética, Cuba, China). Tanto en la democracia del capitalismo como en la del socialismo del siglo XX, la intermediacién impidié que el poder fuera ejercido directamente por el pueblo. Curiosamence, la Unién Soviética nacié y debfa su nombre precisamente a un mo- delo politico cuyo origen esté en el ejercicio del poder directamente pot el pueblo mediante su organizacién en consejos (soviets en ruso) de obreros y soldados, pero a medida que el sistema de burocratizé y sobre todo después de la muerte de Lenin, el. papel conductor del Partido se ejercié como sustitucién del pueblo por el Partido en 437 el ejercicio del poder, terminando los soviets por asumir funciones exclusivamente administrativas. En lo econémico, la intervencién del Estado en la economia fue la intermediacién en el capitalismo para administrar los intereses de la burguesta y las transnacionales, yen el socialismo soviético y de Europa del Este para cumplir con la voluntad del Partido y responder a los intereses de su nomenklatura, en ambos casos, tales intereses se presentaban como los del pueblo en general. Con la entrada en crisis de la intermediacién y con ella, la del Estado como principal intermediario tanto en lo politico como en Jo econémico, tanto en el capi- talismo como en el socialismo, ambos sistemas debieron replantear su alternativa a lo que antes habian ofrecido. Para el socialismo fue mas urgente debido a su crisis, de modo que trabajé mds répidamente en busca de sus nuevos paradigmas; pero para el capitalismo el problema fue mayor debido a que la embriaguez de su triunfalismo de fines del siglo XX no le permitié hacet lo que mejor habia hecho siempre: adaptarse a as nuevas realidades. Pero algo pudo hacer a tiempo y con cierta efectividad, al menos enlo politico, porque en-lo econémico ya no podia ser suficiente el solidarismo para mediatizar la voluntad de una fuerza laboral flotante nunca antes vista. Su iiltima innovacién politica, sin embargo, aunque mds apropiada para la realidad actual, no tardard en ser rebasada por ésta con toda su carga de empoderamiento como tinica salida posible de las clases populares para la sobrevivencia fisica misma de quienes pertenecen a ellas: esa innovacién es la llamada democracia participativa, cécmino que al comienzo se solfa usar para hacer referencia a lo que actualmente se prefiere denominar como democracia directa, En la democracia participativa la intermediacién desaparece en apariencia debido a los procesos de consulta cuya inica finalidad es que los ciudadanos se sientan tomados en cuenta, pero sin que sca aplicado por el Estado lo que ellos resuelven. en sus deliberaciones asamblearias; esto hace, sin embargo, que la democracia participativa se presente como la salvacién al menos provisional de la democracia representativa, debido a lo cual es promovida por organismos cuyo interés no tiene nada que ver con las reivindicaciones populates, tales como e! Banco Mundial, que ha creado o patrocina muchas ONG para promover estas nuevas ideas dela derecha, pero presentandose como planteamientos muy avanzados y progresistas debido al desprestigio nunca antes visto de la clase politica partidocrética propia de la democracia representativa. La aparente desaparicién de la intermediacién con la democracia participativa no significa, pues, que con ello desaparezca lo que constituye la esencia de la usurpacién de la soberanfa popular por los intermediarios, ahora agazapados tras la llamada par- ticipacién ciudadana: la mediatizacién de la voluntad ciudadana para su deformacién mediante la adaptacién de la misma a los intereses de las clases sociales que ejercen el poder, y es aqui donde esté la diferencia fundamental a partir de la cual las clases 438 populares y la iquierda estén en condiciones de instauirar un nuevo tipo de poder, no mediatizante ni mucho menos, intermediario; es decir, no usurpador de la soberania popular como principio consagrado del liberalismo, hecho realidad solamente por el socialismo al igual que ocurre con Ja libertad y la justicia como principios bajo los cuales se pueda regir la vida de la sociedad: a diferencia de lo que sucede con las clases pudientes, las clases populares convertidas en clases dominantes no necesitan adaptat Ja voluntad ciudadana a sus intereses por la sencilla razén de que esas clases son mayoritarias, condicién que jamés podrian alcanzar las clases dominantes en un sistema basado en la explotacién y la opresién, ya que éstas tienen como razén de ser el beneficio de una minoria debido 2 que la propiedad privada sobre los medios de produccién, que origina la divisién de la sociedad en clases sociales con intereses antagénicos, tiende a la concentracién de la riqueza en una cantidad cada vez menor deindividuos, debido a que la competencia o con mucha més contundencia la accién excluyente de los monopolios a los cuales conduce la primera, actia de forma mds répida que el inctemento de la cantidad de propietarios. De la sustitucién del pueblo por sus supuestos representantes y sus gobernantes por él electos en la democracia representativa o su sustitucién por el Partido tinico © hegeménico que defiende los intereses de las clases populares en la democracia socialista 0 popular se pasa a la participacién y la consulta de los ciudadanos para mejorar las polfticas publicas y los programas gubernamentales, ala par de lo cual el pueblo contintia siendo sustituido por grupos que se aurollaman sociedad civil y se erigen en voceros de la conciencia ciudadana de un pueblo que ni siquiera los conoce y cuyas condiciones de vida escén lejos de las que tienen estas personas que suelen ser figuras destacadas en la vida publica del pafs, sobredimensionadas por la propaganda de los medios de comunicacién. Con la democracia directa la consulta se convierte en decisién y por tanto, fa participacién en poder; por lo cual es mds propio de la democracia directa hablar del poder ciudadano y no de la participacién ciudadana, que es mds propia de la democracia participativa como legitimacién de la democracia representativa cuando la capacidad legitimadora de ésta se encuentra disminuida como parte de la crisis general del sistema capitalista. De manera pues, que de la sustitucién del pueblo por sus intermediatios (sus representantes que responden a sus partidos como articulacién politica de los intereses de las clases explotadoras, 0 el Partido tinico o hegeménico que decide por el pueblo en representacién de los intereses de las clases populares pero sin intervencién de éstas como tales “lo cual no ocusre con todos los partidos tinicos-) se pasa a la participacién y la consulta ciudadana como forma de enmascarar la intermediacién, manteniendo la mediatizacién intacta; y finalmente, con la transformacién de la participacién en poder y la consulta en decisién, se suprime Ja mediatizacién de la voluntad ciudadana para ocupar su lugar el empoderamiento ciudadano y comunitario, entrando asf en vigencia la democracia directa; aunque se 439 puede pasar también directamente de la democracia representativa a la democracia directa, sin pasar por la democracia participativa, como también se puede obviar la democracia popular 6 socialista y también pasar de éstas a la democracia directa, 0 perfeccionarlas con mecanismos propios de esta ultima. Lacsencia y el rumbo de la democracia directa, contenidos en esta propuesta de sistema politico del socialismo, es que el poder sea compartido por todos los seres humanos para que pierda su esencia como tal y se avance asf hacia la insubordinacién onganizada que caracterizard politicamente a la sociedad del futuro, cuyo impulso prin- cipal provendria de la Revolucién Democratica, que tendrfa como contenido politico cambios estructurales y superestructurales cuya esencia coincidirfa con los que aqui se estan proponiendo ~independientemente de en qué difieran los aspectos puntuales y de que éstos varfen entre una realidad (territorial y temporal; nacional, cultural e histérica) y otra-, y cuya base fundamental seria la socializacién de la propiedad, total y generalizada como culminacidn del proceso de transicién de la sociedad de clases a la sociedad sin antagonismos de clase, de la cual surgird !a sociedad sin clases, siendo un requisito para alcanzar esto tiltimo la extincién de la propiedad privada, debiéndose el uso aquf del término extincidn en lugar del de abolicién al hecho de queso se est planteando un cambio radical y violento, el cual ya tuvo lugar cuando las condiciones histéricas asf lo determinaron; a no ser que la agresividad del impe- rialismo conduzca a situaciones de este tipo, lo que sin embargo y paraddjicamente debido a la unipolaridad global ~ya que no existe el criterio de que se debe atacar a un pafs por ser un satélite de la potencia rival-, serfa poco probable aunque nunca se debe descartar, porque esa unipolaridad no ha impedido al imperialismo echar mano de los argumentos mds inverosfmiles cuando sus intereses indican la necesidad de intervenir militarmente en otto pals. En el marco de este proyecto, la extincién de la propiedad privada se tendria que dar en una etapa mucho mds cercana al comunismo que en la experiencia del socialismo del siglo XX, debido a la gradualidad que implica la extincién —a diferencia de la abolicién que ha tenido lugar en los modelos socialistas anteriores a la época de la globalizacién y la Revolucién Informatica, lo cual se convierte en una razén més para la implementacién del mecanismo econémico que se convierta en el contenido socialista de las relaciones de produccién cuya forma socialista esté en el predominio de la propiedad social sobre los medios de produccién. La Vanguardia Como parte de un proceso revolucionatio de transformacién social, el modelo polftico que se propone requiere un disefio de partido de vanguardia que se ajuste a su légica, y ese disefio serfa el de un partido que asuma el doble rol de ser el desta- camento de avanzada que encabece los esfuverzos de la sociedad en su conjunto por construir el nuevo socialismo y a la vez incorpore con la mayor amplitud imaginable absolutamente a todos los que quieran pertenecer a él. En otras palabras, como sc supone se pretendia en los ochenta ~aunque por una via profundamente equivocada-, un partido de cuadros y a la vez de masas, pero no canalizando como entonces la participacién politica de las masas a través de organizaciones cuya naturaleza no es politica ni parcidista, sino logrando la integracién y accién politica de la poblacién en el quehacer del sandinismo por medio de su participacién directa en las estructuras del FSLN como partido y en su vida interna, sin restricciones estacutarias de ningin tipo, sin menoscabo de que las organizaciones sociales se sigan desarrollando segiin su razén de set, que no es politica, independientemente de que el sandinismo tra- baje politicamente desde sus estructuras partidarias por preservar su hegemonta a lo interno de esas organizaciones, cuyos dirigentes en caso de ser militantes del FSLN, participan por derecho propio en sus organismos de direccién, segtn los Estatutos aprobados en el Tercer Congreso. En el FSLN, la combinacién del partido de cuadros con el partido de masas reside desde ya en que sus miembros estén categorizados en dos niveles, siendo opcional y voluntaria desde’1994 la pertenencia a uno u otro, y estando la diferencia funda- mental entre ambos en-el grado de compromiso politico y disciplinario. La cantera de cuadros son los militantes; las masas son los afiliados; y la seleccién, a diferencia de como ocurrfa con anterioridad, es natural. Antes existfan las categorfas de militante y aspirante, de modo que la militancia era una meta, y la dirigencia decidfa quién la habfa alcanzado. En otros partidos de vanguardia existe un término medio, como es el caso del Partido Comunista de Cuba, donde los militantes son seleccionados por la base en procesos evaluativos. Con el sistema que rige desde 1994 su vida interna, ahora en el FSLN no es ya ni siquiera la estructura partidaria la que decide si un miembro es militante, sino que es el miembro mismo quien puede optar por esta categorfa o la de afiliado. Como parte del proceso de adecuacién det trabajo organizativo a la actualizacién del BSLN, existen experiencias territoriales en las que antes de otorgar Ja militancia a quienes la solicitan, éstos deben estudiar el Programa y los Estatutos del ESLN para que entre otras cosas, estén al tanto del nivel de compromiso que estén asumiendo. $i esto iiltimo se asume como una linea a nivel nacional y se promueve de forma beligerante, se podrfa superar la falta de funcionamiento en la préctica de la combinacién entre el carécter masivo de la integracién al FSLN y el cardcter de cuadros que tiene su funcionamiento, 389 Estatutos del FSLN, Arco. 34, inciso m; Arto. 37, b; Arco. 73, f Arto. 77, ¢; Arto. 81, ¢; Arto. 84, « 441 En Nicaragua, el PLC es un partido de derecha sui géneris, por lo inusual de que un partido de este tipo tenga bases permanencemente organizadas, variante en la que seguramente han jugado un papel importante los cuadros liberales de procedencia comunista. Sin embargo, el contenido de trabajo de estas estructuras de base difie- re del que define la existencia de las estructuras correspondientes en el caso de.un partido revolucionario, tendiendo a ser éstas, en este tiltimo caso, mds activas por la naturaleza de su quehacer politico, perfilindose més en el primer caso un contenido de tipo electoral, aunque también las estructuras de base del FSLN como partido revolucionario han venido desarrollando en los iltimos afios una mentalidad orientada a la forma de ser de un partido tradicional en el sentido de que se ha ido perdiendo el sentimiento de permanencia en dichas estructuras, para dar lugar a un sentimiento més vinculado con las expectativas clectorales, tendencia cuya reversi6n constituye actualmente un reto fundamental en el marco del salto de calidad que se plantea ante el FSLN como una necesidad histérica, aunque sin negar lo indispensable que resulta la disponibilidad de su estructura partidaria en funcién de desarrollar su capacidad de actuar como una maquinaria politica clectoral, pero sin que en ninguna de sus estructuras politicas ¢ instancias se reduzca a eso su razén de ser, que es el trabajo politico-ideolégico, la lucha popular y la autogestién comunitaria, desglosindose tales asuntos en toda una serie de tareas permanentes de tipo politico-ideolégico y social que han sido ya abordadas con anterioridad. Dello que se trata es de que el sandinismo siga llevando la delantera y marcando la paura para el desarrollo de la democracia y la lucha contra la partidocracia, que podrfa parecer un contrasentido tratandose de un partido politico, pero que adquicre mucha coherencia si se considera que el cardcter del FSLN lo define como el opuesto por excelencia a los partidos disefiados para administrar.el poder de las clases pudientes en el capiralismo. Un partido revolucionario es al mismo tiempo, una méquina de poder y una m4quina anti-poder, ya que en su afén por suprimir las relaciones de poder debe hacer uso de éste, obedeciendo a ello su condicién como organizacién politica (el poder es politico por definicién, aunque la existencia de la politica no dependa de la del poder como instrumento de dominacién), pero también y sobre todo a su misién histérica de conducir a la sociedad hacia formas superiores de existencia que supriman sus actuales penurias, limitaciones y trastornos, lo que en el caso de Nicaragua ahora se realizarfa con métodos tan amplios y horizontales como la hostilidad a ultranza de la oligarqufa y la derecha en su conjunto lo permitan, a través del consenso, la reconciliacién y la unidad nacional entendiéndose los dos tiltimos términos como la unificacién de la poblacién alrededor de sus problemas e intereses comunes sin distingos politicos; sin promover la confrontacién, pero sin rehuir de ella cuando sea inevitable y necesaria como producto de la politica confrontativa de la oligarqufa y/o la derecha en su conjunto. El no uso por iniciativa propia de las imposiciones yla confrontacién come vias para la conduccién politica del proceso de transformaciones revolucionarias en Nicaragua no significa ofrecer la otra mejillaa los sectores de la derecha que se empefien en abortar el proyecto revolucionario, sino que la linea a seguir estaria basada en la btisqueda de coincidencias y en el acercamiento entre todos los sectores que conforman la sociedad, lo que es posible gracias a que ya se logré, mediante la lucha armada, alcanzar el espacio politico y econémico que hoy permite alos sectores populares ser'una opcién politica de poder, lo cual se materializa a través del respaldo invariable con que cuenta el FSLN en la sociedad nicaragitense, que no es suficiente para contar con la‘ hegemon{a politica ¢ ideolégica, pero sf para preservar la influencia sobre una parte creciente de la poblacién y mantenerse como una opcidn de poder con posibilidades de ejercerlo polfticamente desde el gobierno, como ya ha sucedido en dos ocasiones hasta ahora: en la década de los ochenta y a partir del 2006. Los obstaculos que atin puedan existir en algunas estructuras intermedias para el ingreso al FSLN o para la integracién de los sandinistas a su vida orgénica in- terna obedecen en ciertos momentos a una actitud que leva a sospechar de todo y de todos, con un criterio sectario que se corresponde con los perfodos de guerra cen que ha transcurrido la mayor parte de Ia existencia del FSLN y que por eso ha configurado de esa forma la mentalidad politica a lo interno, y en otras ocasiones tal sicuacién se debe al vicio de algunos dirigentes a todos los niveles que enfocan toda nueva participacién como una amenaza para sus aspiraciones personales. Lo cierto ¢s, sin embargo, que ya los requisitos para ingresar al ESLN son mfnimos: edad para votar, buena conducta, no pertenecer a otro partido y el mds restrictivo, no haber participado en las organizaciones represivas del somocismo, ni haber cometido crimenes contra el pueblo,” Lacombinacién de la afiliacién masiva -implementada en el FSLN desde 1990— con la novedosa concepcién de la militancia como una opcién voluntaria del miembro ~aplicada a partir de 1994 ofrece condiciones adecuadas para que por un lado, la necesidad de contar con un destacamento homogéneo y articulado de avanzada (los militantes) no sea obstaculo para captar adeptos (los afiliados), siendo la existencia del destacamento de avanzada condicién indispensable en un partido de vanguar- dia para -en consecuencia con dicho carfcter— ponerse al frente de los fendmenos revolucionarios en funcién de fa transformacién revolucionaria de la sociedad; y siendo la masividad de la membrecfa condicién indispensable —aunque no la tinica vfa- para preservar y ampliar la influencia de la organizacién politica revolucionaria en la sociedad, lo cual se vio seriamente obstaculizado por el esquema excluyente de 390 Idem, Arto. 15. 443 crecimiento y promocién aplicado en los achenta, que se contradecfa radicalmente con las particularidades del proceso revolucionario de Nicaragua y provocé la pérdida del sentido de pertenencia al sandinismo por parte de una gran cantidad de nica- ragiienses que se sentfan sandinistas y que al no ser reconocidos como tales por el FSLN, dejaron no sélo de sentirse, sino de serlo; lo cual hace atin mds sorprendente el nivel de conciencia revolucionaria alcanzado por la sociedad nicaragiiense en los diez afios que duré la primera etapa de la Revolucién Sandinista, y que permitié a casi la mitad de la poblacién vorante en 1990 sobreponerse al chantaje politico ejetcido por el gobierno norteamericano que consistfa en amenazar con mds guerra y bloqueo si segufa gobernando el FSLN. El modelo socioeconémico La economia popular como expresién de la socializacién de la propiedad, y Ja democtacia directa como expresién del poder en manos de las clases populares, constituyen el punto de partida indispensable para la transformacién revolucionaria de la sociedad desde el punto de vista estructural (cambio de sistema econémico) y superestructural (cambio de sistema politico) respectivamente, asegurando a través del mecanismo econémico propuesto por el Che —para que la estructura produzca cn la superestructura la nueva conciencia social y del modelo politico ~para que el poder ejercido directamente por los ciudadanos permita que el control politico del poder se combine con la ~mds importante todavia creacién de un nuevo poder, la produccién y reproduccién de las condiciones materiales mediante la productividad econémicaa partir de la propiedad socializada, y espirituales a través de la priorizacién de las motivaciones espirituales y colectivas frente a las individuales y materiales para Ja participacién y el rendimiento de los seres humanos en la produccién de los bienes materiales como base de la existencia y el desarrollo de la sociedad- paral surgimiento de la nueva conciencia social que se forja como producto de las condiciones estable- cidas a través de las nuevas relaciones sociales en su forma (propiedad social sobre los medios de produccién) y en su contenido (existencia del mecanismo econémico cuya necesidad planteara el Che, para la promocién de la actitud comunista frente al trabajo), forjadas en el proceso de la produccidn de los bienes materiales en el marco de un sector econémico en el que la propiedad sobre los medios de produccién ha sido socializada, bien sea adquiriendo la tradicional forma estatal o la forma cooperativa, comunitasia 0 asociativa y autogestionaria, ¢ incluso la pequefia propiedad, que por sus propias limiaciones requiere la accién conjunta de quienes la ejercen, entrando as{ en un proceso inminente de socializacién. La expresi6n concreta de estas formas de propiedad social en Nicaragua son las cooperativas agropecuarias, que ¢jercen la propiedad colectiva; el Area Propiedad de los Trabajadores (APT), que ejerce la propiedad asociativa y autogestionaria; las comunidades indigenas, que ejercen la propiedad comunitaria; y los pequefios pro- ductores individuales, trabajadores por cuenta propia y transportistas, que ejercen la propiedad individual combinada con la gestién colectiva. Son estas formas de propiedad —junto al comercio informal ejercido principal- mente como la opcién principal de la fuerza de trabajo excluida del sistema producto de las politicas neoliberales— las que constituyen Ja econom{a popular como expresin de la socializacién de la propiedad en Nicaragua. De ella depende la mayor parte de lo que se produce para consumo interno y exportacién, lo que se come y lo que se comercializa en Nicaragua, a pesar de la desarticulacién ocasionada en estos sectores por las politicas de los tres gobiernos neoliberales durante el perfodo intermedio entre las dos etapas que ha tenido hasta ahora la Revolucién Sandinista. En muchos casos las cooperativas ejercen en realidad la pequefia propiedad individual sobre la tierra, pero en un esquema de colaboracién entre sus integrantes y de gestién colectiva de la produccién. El APT, donde se ejerce la propiedad asociativa y autogestionaria —que es junto ala propiedad comunitaria ind{gena la forma mis socializada de propiedad entre las existentes en la economfa popular-, es el segmento més desarrollado econémica- mente y con mayores perspectivas en el mercado, aunque durante los tiltimos afios del neoliberalismo se habfa transfigurado a través de un proceso de cooperativizacién en aras de su sobrevivencia econédmica frente a la hostilidad de las politicas econémicas vigentes, con la idea de sobrevivir en forma latente hasta la llegada al poder del san- dinismo, tnica fuerza polftica comprometida con el desarrollo de estos sectores. Tanto la pequefia propiedad individual como la cooperativa y el APT son pro- ducto de las transformaciones estructurales de la Revolucién, no siendo este el caso de las comunidades ind{genas que ejercen la propiedad comunitaria sobre la tierra, las cuales més bien fueron afectadas en algunos casos por la Reforma Agraria durante la década de los ochenta, siendo reconocidas oficialmente como formas de propiedad social ¢ incorporadas oficialmente como tales al Programa del FSLN hasta en el Ter- cet Congreso, y por tanto también al proyecto revolucionario del sandinismo como forma de propiedad a ser defendida por el FSLN. La tardanza en reivindicar algo tan elemental desde el punto de vista ideolégico revolucionario obedece a la misma causa general de los errores cometidos por el sandinismo en la Costa Atléntica: el desconocimiento por parte de la sociedad ladina —a la cual pertenecia la Revolucién misma, a pesar de la fuerte vinculacién que en sus orfgenes tuvo con las comunida- des indigenas~ respecto a la realidad del mundo ignorado y olvidado de las culturas autéctonas ancestrales, cuyos remanentes atin sobreviven no sdlo en el Atléntico, sino también ~aunque més débilmente, por el medio hostil en que se desenvuelven en el Pacifico y Centro Norte de Nicaragua, habiendo sido su potencial revolucionario gravemente subestimado por el sandinismo. Histéricamente, la izquierda se ha cuidado mucho de la mentalidad opresora del oprimido 0 lo que es lo mismo, la mentalidad 445 burguesa del proletario, pero no de la mentalidad colonialista del colonizado, tan caracter(stica del latinoamericano por muy revolucionario que sea. La participacién de las clases populares en la gestién econémica del pais es fundamental para el establecimiento de una conciencia de clase y una identidad re- volucionaria acordes con la realidad actual. Sin una estrecha correspondencia entre la conciencia social y la realidad ninguna revolucién es posible, ni en la sociedad ni en la conciencia. La gestidn econémica populer tiene como asidero un concepto que hasta hace poco fue patrimonio exclusivo del liberalismo: la iniciativa privada; sélo que en este caso se trata de una iniciativa de cardcter popular en la que lo individual evolu- ciona hacia lo colectivo y éste hacia lo social, y lo colectivo y lo social se enriquecen con la vigencia de lo individual, que deja de ser elitista, proceso en el que, si bien el individuo juega un papel fundamental, éste no se agota en su atomizacién, sino que se expande junto a los dems a través de un proceso de socializacién creciente sin que por ello desaparezca el papel de la individualidad y la libre iniciativa, que genera y sustenta dicho proceso. No se debe confundir, pues, lo privado con lo individual, ni estigmatizar esto tiltimo como necesariamente contrario a lo colectivo y lo social. Por el proceso antes descrito transitan, segtin lo est4 demostrando la experiencia, a socializacién de la propiedad y el camino hacia el socialismo en los albores del nuevo milenio. El proceso mediante el cual se implementarfa este método de socializacién seria progresivo y pacifico en algunos casos, como el de Nicaragua, donde comenz6 en la década de los ochenta, cuando tuvo su expresidn radical y violenta, variante que tampoco se puede descartar en todas partes; pudiendo presentarse quizds, incluso, alguna extrafia variante radical y pacifica, en la que lo excrafio estarfa en el hecho de que los cambios revolucionarios radicales casi siempre se terminan recibiendo una respuesta reaccionaria violenta de las clases pudientes que se niegan a perder sus privilegios. Si antes la reivindicacién polftica revolucionaria de la clase obrera fue la estati- zacién de los medios de produccién para por esa via devolver la plusvalia a manos de quienes producen la riqueza, ahora la reivindicacin esté pasando a ser cada vez mas la propiedad asociativa y la autogestién econémica para generar un capital socializado directamente manejado por los trabajadores, que es otra forma de que la plusvalia quede en las manos de los productores directos, sélo que de forma més clara por la ausencia de la mediacién estatal, y dando a sus destinatarios el poder de decidir sobre la misma sin que se presente entonces el peligro de que el Estado lo tenga que sustituir en esa tarea, y aunque por otra parte el nivel de socializacién es menor, también es més auténtico y tangible. Sin embargo, esto no hace de la socializacién autogestionaria de fa propiedad una forma superior a la socializacién estatista, pues como ya se acaba de decit, ambas tienen sus ventajas y desventajas; podrfa decirse incluso que, debido a su mayor idoneidad para la planificacién econémica como principio del socialismo, y por 446 garantizar una distribucién més justa de los bienes materiales, la socializacién estatista contintia siendo en general, superior a la autogestionaria; siendo el principal problema de esta tiltima, sin embargo, que atin no se tiene la experiencia de un modelo socialista con todos sus atributos basado en ella. De lo que se trata es entonces, de qué es lo més apropiado dentro del contexto social ¢ histérico, y es ahi donde la socializacién autogestionaria toma ventaja debido a la cendencia objetiva de la desaparicién de la intermediacién, marcada por el arribo de las fuerzas productivas a un nuevo nivel de su desarrollo con la Revolucién Informética; un nivel de desarrollo para el que ni el socialismo real soviético y de Europa del Este, ni el capitalismo estaban preparados, a pesar de que el capitalismo estaba en mejores condiciones para hacer frente a un reto que iba a terminar rebasindolo debido, fundamentalmente, al cardcter terminal especificamente de dos contradicciones entre otras que son propias del capitalismo: la existente entre el cardcter infinito de la acumulacién capitalista y el cardcter finito de las fuentes de riqueza, que se expresa en la que se da entre la satisfaccién de las necesidades y la acumulacién desde el momento en que la primera es sustituida por Ja segunda como razén de ser para la civilizacién actual; y por otra parte, la que existe como principal en la etapa de la globalizacién: entre la produccién de bienes materiales como base del desarrollo de la sociedad y principal via para la creacién de la riqueza, y su sustitucién en tan importante papel por la especulacién financiera. Diferente al caso de la comparacién entre la socializacién estatista y la autoges- tionaria, es el de la relaci6n entre la democracia popular o socialista y la democracia directa, siendo esta tiltima —facilitada por las condiciones ya sefialadas con anteriori- dad en relacién con la desaparicién de la intermediacién— una forma mis idénea de cjercicio del poder por parte de las clases populares, ya planteada incluso por Lenin al asumir desde comienzos del siglo XX el modelo de los soviets -creado por el pueblo mismo de forma espontinea— como idéneo para que por él se rija el sistema politico del socialismo. Los emblematicos modelos socialistas de China, Cuba (ya establecidos y sobrevi- vientes del siglo XX) y Venezuela (en construccién, de donde ha surgido el término de socialismo del siglo XXI para diferenciar lo que de comin tendrdn los nuevos modelos socialistas de Jo que en comin tuvicron los modelos del siglo recién pasado, cuyos modelo sobrevivientes como se verd~ también van dando pautas de lo que serin los modelos emergentes) han implementado —con niveles de intensidad diferentes~ la forma autogestionaria de socializacién de la propiedad como parte de sus polfticas ‘econémicas; en Nicaragua esto ha sido asumido por el FSLN como la base del nuevo modelo socialista del sandinismo y principal reivindicacién revolucionaria de carécter estratégico; y la clase obrera en diferentes partes del mundo lo est asumiendo como una nueva y cada vez més generalizada reivindicacién, que significa el peor sacrilegio cometido alguna vez por fuerza social alguna contra el orden establecido, tocando la 447 clase obrera al Dios-Capital con las manos sucias de tierra, grasa y cemento de jorna- eros, mecénicos y albafiiles en una cantidad cada vez mayor de paises. Un ejemplo aleccionador es el de Argentina, donde los trabajadores han tomado control y echado a andar, con novedosos métodos de gestién econémica y criterios igualitarios de dis- tribucién salarial, las fébricas declaradas en quiebraa ralz de la debacle econdémica del pats. La modalidad argentina es de propiedad estatal y autogestidn obrera; es decir, posesién y usufructo de los medios de produccidn por parte de los trabajadores, mas no propiedad sobre los mismos, con el claro propésito de mantener altos niveles de socializacién y evitar que en el futuro una eventual propiedad asociativa degenere en propiedad privada convencional o capitalista. La propiedad privada asi concebida formal y juridicamente, tiene en su expresién socializada como diferencia fundamental respecto a su expresién privada convencional 0 capitalista que la primera tiene por objeto la satisfaccién de las necesidades, lo cual lleva al surgimiento y acumulacién de un capital socializado, en tanto la segunda existe en funcién de la acumulacién de capital individual, concentrado y excluyente, pasando la satisfaccién de las necesidades aun segundo plano y reduciéndose ésta a una pequefia parte de la sociedad. El paso a la gestién obrera directa sobre los medios de produccién se est dando, tanto en China como en Cuba, a partir de una economia socialista estatizada y del mantenimiento de la propiedad en manos del Estado, similar a la experiencia auto- gestionaria argentina, aunque en el caso cubano se trata de una experiencia limitada a la produccién de la caita de azticar y al cultivo de productos alimenticios, siendo sin embargo el azticar atin un rubro importante en la economfa de la isla, equivalente en la actualidad a poco menos de la mitad de sus exportaciones después de haberse conyertido el turismo en la principal fuente de divisas del pafs,*”! siendo lo ms im- portante, en todo caso, la drdstica transformacién del usufructo de la tierra donde se cultiva el que sigue siendo principal producto agricola cubano de exportacién; tierra que antes era de usufructo estatal en un 84%, pasando asf el drea de usufructo y produccién colectivas y autogestionarias sobre la tierra para este rubro estratégico, de un 16% antes de las reformas a un 93% en la actualidad, diversificindose pro; mente ahora lo que allf se produce conforme a una concepcién de autososteni alimentaria y eliminacién del monocultivo. En Venezuela, por su parte, la experiencia asociativa y autogestionaria tiene como punto de partida una economia capitalista en bancarrota y un modelo politico burgués colapsado y sometido a un proceso de transformacién revolucionaria, mientras que 391 Con las reformas econdmicas ocasionadas por la crisis resultante del derrumbe de la Unién So- vidtica, el principal rubro de exportacién de Cuba dejé de ser el aziicar, que pasé de representar 1 80% de las exportaciones en 1990 al 47% en 1997, para ocupar su lugar el turismo, que pasé aproximadamente en el mismo periodo del 2% al 50%. 448 en el caso de Argentina —donde la izquierda ha conquistado importantes espacios de poder politico y existe un gobierno de marcada tendencia progresista~ el proceso es atin incipiente y tiene como base el desplome de una economia neoliberal en la que se privatizaron hasta los parques. En Nicaragua la principal ventaja para el modelo asociativo y autogestionario hasta antes de regresar el sandinismo al gobierno, era -y sigue signdolo, pero ahora no la tinica— la existencia de una estructura econdémica todavia con altos niveles de socializacién ~antes estatista y abora asociativa, autogestionatia, cooperativa y co- munitaria~ como un remanente del proceso revolucionario de Jos afios ochenta, al que también se deben en la actualidad los amplios espacios institucionales de poder politico en manos del sandinismo —incluyendo el gobierno-, expresién politica por excelencia del movimiento revolucionario nicaragiiense; situacién que durante dieciséis afios debié plancearse dentro de un contexto desventajoso de politicas econémicas adversas a los intereses de la economia popular y nacional, restringiendo el crédito y laasistencia tecnolégica, y eliminando los subsidios atin a los grandes propietarios agropecuatios individuales ~a excepcidn de rubros donde prevalecen los sectores oli- garquicos, tales como el azticar-, con cuyos intereses de clase se identificaba el poder politico existente durante los afios del neoliberalismo (1990-2006). En Libia, donde también se desarrolla un modelo socialista -aunque con ca- racteristicas muy particulares, como por ejemplo, una alta religiosidad reflejada en el hecho de que la tinica ley reconocida es la del Cordn-, el régimen de propiedad antes que en ningiin lugar y de forma generalizada— esta basado en la asociatividad y la autogestién. Libia es, por cierto, quizds el unico pais del mundo en el que de alguna manera~y muy a su manera— se han implementado simultdneamente los dos aspectos del modelo que aqui se propone: la democracia directa y la socializacién autogestionaria de la propiedad. En Yugoslavia el modelo socialista, que estaba basado en la autogestién ~sdlo que con caracter(sticas muy mercantilistas, criticadas también en su momento por el Che~ se desplomé como producto de la conocida historia del ultranacionalismo en un momento que coincidid con el derrumbe del socialismo en la Uni6n Soviética y Europa del Este, y algunos afios después de fallecer Tito, el lider revolucionario histérico del pais. De desarrollarse exitosamente el nuevo modelo, la clase obrera daria origen a una nueva clase social que entrarfa a disputar los espacios econémicos con la burguesia y su capital privado a partir de la creacién, proliferacién y acumulacién de un capital socializado, creado a partir de la propiedad social sobre los medios de produccién como forma de organizacidn de la economia. Este serfa el sujeto econdémico del socialismo ~sistema que antes no tuvo ninguno-, trastocdndose las clases populares a s{ mismas, de esta forma, en una clase social con caracteristicas diferentes a las que tienen todas las yaexistentes, con lo que ocurrit(a algo similar a lo que en su momento ocurrié con 449 el surgimiento del feudalismo y del capitalismo, sistemas que se impusieron a partir de la prospetidad de nuevos sujetos econémicos surgidos de todas las viejas clases en descomposicién, como en el paso del esclavismo al feudalismo, o bien teniendo como punto de partida a las viejas clases dominadas, como ocurrié con el paso del feudalismo al capitalismo, con dos diferencias importantes: 1) Que en la actualidad el desarrollo de las fuerzas productivas no ejerce igual presién directa que en el feu- dalismo decadente sobre las relaciones de produccién, lo que obligacfa a los Estados comprometidos con el nuevo modelo a definir polfticas econémicas que permitan el desarrollo acelerado de la economfa, lo cual plantea una contradiccién entre la necesidad de crear las nuevas relaciones sociales y la inevitabilidad de que sobrevivan las anteriores durante algtin tiempo, cuya prolongacién estard en dependencia del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en cada sociedad; y 2) Que la nueva clase social, preponderante en el modelo asociativo y autogestionario, no tendria en la explotacién su modus vivendi. EI proyecto asociativo y autogestionario no solamente se relaciona con la asociati- vidad aucogescionaria de los obreros y sus empresas, sino también con los campesinos y la descentralizacién de la administracién del crédito, pasando éste a ser manejado por la propia comunidad y apoyado con asesoramiento técnico por los gobiernos Municipales correspondientes. A esta Jégica ha respondido el Programa Productivo Alimentario que el FSLN asumié desde la campafia electoral del 2001 y que ya desde entonces inclufa el Bono. Productivo Alimentario que es ahora, con el gobierno en manos del sandinismo, una realidad en marcha que forma parte de la socializacién autogestionaria de la propiedad a partir de la democratizacién de la econom(a en el rumbo nicaragiiense al socialismo. Este Bono, como se ha explicado ya, consiste en la entrega de determinada can- tidad de recursos en especie a cada familia campesina pobre (animales de crianza, semillas para sembrat, alambre para cercar, silos para acopiar granos entre otras cosas; y en el caso de los pescadores, materiales vinculados a su actividad y con igual valor econémico), equivalentes a aproximadamente mil quinientos délates por familia. La garantia de pago son los bienes entregados, cuya propiedad legal la obtiene el beneficiario una vez que ha pagado en especie para asi beneficiar a otras familias; la administracién del proyecto esté a cargo de la comunidad, y el gobierno Municipal le da seguimiento y apoyo técnico, en coordinacién con cl organismo que otorga el financiamiento -el gobierno, en este caso; quien recibe en propiedad lo que se entrega es la mujer de la familia, partiendo de su mayor capacidad administrativa vinculada con sus habitos de vida, diferentes a los del hombre, quien tradicionalmente gasta mis en cosas ajenas a la sobrevivencia familiar y cuyo sentido de la responsabilidad no esté tan vinculado a la familia como en el caso de la mujer. 450

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