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Otros fscritos EI Perro Gris ESCRITOS POETICOS INTRODUCCION las ediciones modernas de la Biblia acostumbran 1 agrupar bajo el titulo de Libros didacticos sapien- Ciales la mayor parte de los libros que forman en la Wiblia hebrea la tercera colecci6n a la que se dio el nombre de: Las (otras) Escritos. Sin embargo, algu- nos de esos libros (Salmos, Cantar y Lamentacio- nies) dificilmente se pueden catalogar como sapien- viales. Y, a la inversa, tampoco se puede aplicar von rigor el calificativo de “poéticos” a la totalidad «le los escritos sapienciales. Por esta razén, con el .animo de evitar redueciones y confusiones y siguien- «lo una tendencia cada vez més generalizada, hemos ‘ptado por dar a todos estos libros, tradicionalmen- \c llamados sapienciales, el titulo genérico de Otros «scritos, que, a su vez, subdividimos en sus dos gru- pos naturales: Bscrifos poéticos (Sal, Cant, Lam) y Hscritos sapienciales (job, Prov, Ecl, Sab y Eclo). 1. La poesia en el Antiguo Testamento Al clasificar como escritos poéticos solamente tres libros (Salmos, Cantar de los Cantares y Lamen- taciones), no queremos decir que éstos representen lus Gnicas manifestaciones poéticas del Antiguo Testamento, Una ojeada al conjunto del Antiguo Testamento nos permitiria comprobar que los tex- tos en forma poética suponen casi la mitad de toda la extensién del Antiguo Testamento. En efecto, la mayor parte de los escritos proféticos y sapienciales tanto en la forma como en el fondo contienen ele- mentos poéticos, E incluso Jos escritos narrativos hist6ricos estn salpicados de himnos, cantos y ira muestras de textos poéticos. Hasta tal punto, que todo el Antiguo Testamento, desde el principio hasta el fin, desde el gran himno a la creacin de Gn I hasta Eclo 51, est repleto de todo tipo de poesia: pica y lirica, religiosa y profana, popular y culta. Fl mismo lenguaje biblico se hace eco de esta mplia y rica variedad de manifestaciones poéticas, 11 identificar y distinguir algunos géneros poéticos, como sir (canto), masal (dicho, proverbio © paré- hola), mézmor (Salmo), ne'um y massd (ordculo), jidd (enigma, acertijo), gind (elegia), beraka (ben- «licién), gelala (maldicién), etc. 2. La poesia en el antiguo Oriente y en Israel Cuando Israel se constituye como pueblo (siglos XL-X a.C.), los pueblos y civilizaciones de alrededor conocian ya la escritura y poseian importantes con- juntos literarios en los que la poesia ocupaba un puesto especial. Asi, entre los textos poéticos meso- potémicos encontramos auténticas epopeyas como el poema de Gilgamés, poemas miticos como el Enu- ma Elis y el Atra-hasis, ordculos de tipo profético y gran variedad de oraciones, himnos y lamentacio- nes. De los textos posticos egipcios, sobresale el Himno al sol del fara6n Akenatén, las Confesiones negativas del Libro de los muertos, los refranes y sentencias intercalados en las instrucciones de Ame- nemope y Ptah-hotet y distintas muestras de poesia religiosa y profana, Finalmente, Ugarit nos ha trans- mitido abundantes himnos y poemas miticos con notables acentos religiosos (véase la introduccién general a El mundo del Antiguo Testamento y la es- pecial a Escritos Sapienciales) ‘Cuando los antepasados de Israel se instalan en Canain, llegan acompafiados de un considerable depésito de tradiciones orales, relacionadas con el pasado de las tribus y sus fundadores, con la libera- ci6n de Egipto y con la més reciente conquista de Canaan. Y, como suele suceder en la fase de tradi- ci6n oral de la mayoria de los pueblos, las tradicio- nes adoptan frecuentemente forma poética. No es casual que los mas antiguos textos de la Biblia sean algunos poemas, como el canto de venganza de Lamec (Gn 4 2324), el canto del pozo (Nm 21 17:18), la sitira contra Moab (Nm 21 2730) y diferentes can- tos de victoria (Ex 15; Jue 5; 15 16). En contacto con Jos antiguos habitantes cananeos y con los pueblos vecinos, los hebreos asimilan nuevos temas, moti- vos y formas poéticas, adaptindolos a sus, propi tradiciones e imprimiendo en ellas su sello especifi- co, Junto al material recibido y adaptado, Israel introduce nuevos elementos y llega a producir asi tun cuerpo poético propio, representativo y diferen- ciado. 3. Caracteristicas generales de la poesia hebrea El hebreo ha desarrollado una técnica poética con elementos en parte comunes a otras lenguas y culturas y en parte diferentes. Entre los recursos y procedimientos literarios mas caracteristicos, hay que destacar la sonoridad, el ritmo, el paralelismo, procedimientos de repeticién y antitesis, las image- nes y la composicion. — Enel ambito de la sonoridadse incluyen todos los procedimientos que juegan con la combinacion de los sonidos: aliteracién, asonancia, rima, juegos de palabras, paronomasia, onomatopeya, eufonia, etc. Son recursos casi siempre intraducibles a nues- tras versiones, pero que resultan especialmente importantes en una poesia destinada inicialmente a la recitaci6n oral. En este mismo ambito hay que incluir el ritmo, igualmente dificil de traducir. Aun- que atin sigue viva la discusiOn entre especialistas sobre el modelo de ritmo hebreo, la explicacion mas aceptada parece ser la teoria del ritmo acen- tual, basado en la combinacién de acentos ténicos en versos y hemistiquios. — El paralelismo es uno de los rasgos mis distin- tivos de la poesia hebrea y consiste en la articula- ci6n binaria de sentencias completas o subordina- das, de modo que la combinaci6n produzca repeti- ci6n, contraposicién 0 complemento. Nacen ast los tres tipos més comunes de paralelismo: sinonimico, antitético y sintético o formal. ~ Mis alla de su funci6n en el paralelismo sino- nimico, hay que considerar el valor de una serie de procedimientos basados en la repeticién: de soni- dos (antes aludido), palabras, raices 0 lexemas, sin- tagmas, conceptos, imagenes, etc. A través de la repetici6n, lo aparentemente insignificante se hace significativo. Segin la posicién respectiva de los elementos repetidos, se generan nuevos recursos. Un caso especial de sinonimia lo constituye el me- rismo, que divide una totalidad en sus dos mitades cielo y tierra") o reduce una serie completa a dos miembros significativos (“montafias y valles’, “le- che y miel”) = También la antitesis constituye uno de los grandes procedimientos de estilo de la poesia he- brea y llega a estructurar palabras, sentencias, sec- ciones y bloques enteros. Entre el merismo y la an- titesis, sin identificarse del todo con uno y otra, se encuentra la expresiOn polar, que representa una totalidad a partir de sus dos extremos, muchas ve- es opuestos. ~ Especial importancia en el lenguaje poético, tanto en verso como en prosa, tiene el ambito de la imagen, en sus distintas formas y grados: descrip- ci6n, comparaciOn, metéfora, alegoria y simbolo. El mundo de las imagenes poéticas plantea un verda- dero reto al traductor y al lector de la Biblia, pues requiere especial sensibilidad, entrenamiento € imaginacién, como condiciones indispensables pa- ra captar en toda su riqueza, fuerza y originalidad la poesia biblica ~ Entre los procedimientos de composicién, el paralelismo representa la unidad basica y minima, tal como aparece en las partes més antiguas de Pro 1030 verbios y en muchos salmos. Varios paralelismos pueden configurar una estrofa. Es lo que sucede con muchos dichos numéricos, que usan como esquema niimeros especificos: cuatro, siete, diez, etc., 0 determinadas formulas numéricas (1+1; 2+1; 341; 6+1; 9+1). También de tipo numérico es el poema alfabético. acréstico formado por las veinti- és letras del alfabeto hebreo, que encabezan suce- sivamente un hemistiquio 0 uno o més versos (Sal 9-10; 25; 34; 37; 111; 112; 119; 145; Lam 1-4). A veces queda el ntimero veintid6s como tinico ves gio alfabético (Lam 5). Otros recursos de composi- cin son la repeticion periédica de un estribillo (Sal 8; 42-43; Cant 27; 3 5; 58; 84), y la inclusion, es de- cir, la repeticion de las mismas 0 parecidas palabras al principio y al fin de un poema. La repeticién de determinados elementos (palabras, frases) en orden inverso a los dos lados de un eje da lugar a estruc- turas concéntricas(abe...c’b'') 0 quidsticas. ~ Finalmente, hay que decir una palabra: sobre los géneros poéticos del Antiguo Testamento. En la poesia hebrea encontramos representados prictica- mente todos los géneros poéticos, aunque con va- riada extension. Ademas de los catélogos de géne- 10s enumerados en las introducciones a Jos Escritos proféticos, a los Salmos y a los Escritos sapiencia- les, podemos distinguir cantos de trabajo (Nm 21 17-18; Is 16 9-10; Jr 25 30), cantos de banquete (Is 5 11- 13; 22.13; 56 12; Am 6 46; Cant 5 1), cantos de amor (is 5.1.7; Jr 734; Cand, cantos de boda (Sal 45; Is 62), cantos de burla (Nm 21 27-30), sdtiras 0 poemas'i nicos (Is 14; 28 7-13; 37 222), elegias 0 cantos de la- mentacion (2 Sm 1 19-27; 3 334; Lam 1-5), epinicios ‘0 cantos de victoria (Ex 15; Jue 5; 1 Sm 18 7; Jue 16 23.24; Jdt 16), fabulas Que 97.15; 2Re 14 9) 4. Bscritos posticos del Antiguo Testamento De todo lo dicho se deduce que la poesia del Antiguo Testamento no se agota en los tres escritos incluidos en este apartado (Sal, Cant, Lam), Escritos como Isaias y Job, o los poemas de amor de Oseas, representan momentos culminantes de la poesia universal. Por qué no incluir éstos y otros libros en esta especifica colecci6n de escritos posticos? Sen- cillamente, porque en ellos la poesia esta més di- rectamente en funcion de otros objetivos: proféti- cos (en Isafas y Oseas) y sapienciales (en Job). Los escritos que aqui incluimos (Salmos, Cantar de los Cantares y Lamentaciones) rio estan mediatizadés por otros objetivos ni al servicio de otros géneros. Estos tres escritos representa, ademés, tres tipos de poesia de gran arraigo y difusiOn en otros pue- bios y culturas: la poesia religiosa, la poesia amoro- say la poesia elegiaca o de lamentacion. LIBRO DE LOS SALMOS INTRODUCCION La oraci6n es una expresién muy especial del encuentro y didlogo entre el hombre y Dios. A tra- vés de ella el hombre logra encauzar experiencias y sentimientos espontineos de lamento, saplica, con- fianza, amepentimiento, gratitud, alabanza, admira- in, profesion de fe... Cuando estos sentimientos y cexperiencias se convierten en lenguaje llegan a :cloptar notables expresiones poéticas. Y cuando se hacen acompafiar de mtisica, se convierten en can- cién, Todo esto, oracién, poesia y cancién, es el libro de los Salmos, verdadero culmen de la’ expe- riencia religiosa de Israel y una de las joyas posti- cas de la literatura universal. 1, Ambientacién historica El libro de los Salmos esté formado por ciento cincuenta oraciones 0 cantos, de muy diversas €po- Cas y autores, que se fueron agrupando en distintas colecciones hasta lograr su actual distribucion. En la Biblia hebrea este libro ocupaba el primer lugar dle la tercera parte, conocida como los “Escritos?, y llevaba el nombre de “Tebillim” (alabanzas o him- nos). En la version griega adopt6 el nombre de libro de los "Salmos” 0 “Salterio”, nombres conser- vados en la versi6n latina, Al hablar de la fecha de su composicin, hay «que distinguir entre la composici6n del libro en su conjunto y la composicién de los distintos salmos. ¥n su forma actual, la coleccion debia de existir ya nels. Illa. C. (el libro es citado por el Eclesiastico y est ampliamente difundido en Qumran). Sin em- irargo, algunos de los salmos que la componen son muy antiguos, anteriores incluso al mismo Israel, «que los supo recoger, adaptandolos a su.fe y a sus necesidades religiosas. Ademas, la presencia de colecciones menores dentro del conjunto sugieren li posibilidad de que el libro haya conocido distin- las ediciones y agrupe colecciones particulares. Bien podemos decir que la historia de la formacién «lel salterio es la historia del pueblo de Israel, cuyos sucesivos momentos quedan aludidas o reflejados «n los diversos salmos, ‘También necesita aclaracién la numeracion de tos salmos, que es doble en la mayoria de los casos: la del texto hebreo tradicional (que seguiremos «aqui y la de la traducci6n griega de los LXX (adop- tada en [a liturgia y colocada entre paréntesis en nuestra traducci6n). La diferencia se debe a’algunas anomaltas en la transmisiOn de los salmos. Algunos, como Sal 9y 10, son en realidad uno sélo, dividido en dos de forma arbitraria; otros estén duplicados, como Sal 14 y 53. Estas anomalias no son de extra- fiar en un proceso de formacién y transmision que duré muchos siglos. 2. Caracteristicas literarias Divisi6n: Tal y como nos ha llegado, el Salterio esté dividido en “cinco libros” (a imitacion del Pen- tateuco): Sal 1-41; 42-72; 73-89; 90-106 y 107-150. Al final de los cuatro primeros libros encontramos esta aclamaci6n: jBendito el Seior, Dios de Israel, ahora y por siempre! Amén, amén (Sal 41; 72; 89; 106), Pero también se sugieren otras divisiones a partir del mismo libro. Asi, se habla de salmos “ya- vistas’ (Sal 3-41; 90-150) y “elohistas” (Sal 42-83), segtin el nombre de Dios (Yavé o Elohim) que pre- domina. Atendiendo a las indicaciones de los titu- los, se habla de salmos “de David” (Sal 3-41; 51-71; 108-110; 138-145), de los “hijos de Coré (Sal 42-49; 84-85; 87-88), de los “hijos de Asaf” (Sal 50; 73-83); de salmios “de Yavé, rey” (Sal 93-99), salmos de las “subidas” o de peregrinacién (Sal 120-134), o salmos “aleluyaticos” (Sal 113-118; 136; 146-150). os titulos de los salmos: Ciento dieciséis salmos comienzan por los Ilamados “titulos”, o indicacio- nes iniciales que pueden ser de tres tipos: = Informacién técnica (nombre de! salmo) y musical, ¢ instrucciones para su ejecucién. — Nombre’ de los autores (Moisés, David, Salo- ‘mén, Asaf, hijos de Coré, Hemén, Evin) a los que tradicionalmente se’atribuyeron los sal- mos. ~ Datos histéricos o litargicos, que pretenden situar los salmos en la historia concreta de David (0 de Israel) o bien sugieren su preciso contexto litdrgico. Estos titulos no son originales, sino tradiciona- les, es decir, fueton aftadidos posteriormente por la tradici6n judia. Sin embargo, algunos de ellos se remontan a periodos muy antiguos (los primeros traductores de la versi6n griega desconocfan el sen- tido exacto de muchas indicaciones). En cualquier caso, pueden servimos para reconocer antiguas tra- diciones judias sobre el uso de los salmos. Los salmos, poesia religiosa: Como se insinuaba al principio, los salmos, ademés de oraci6n, son li- teratura poética 0, si se prefiere, poesia religiosa Esto significa que para comprenderlos plenamente debemos afinar nuestra sensibilidad poética y saber descubrir y valorar los recursos poéticos que em- plean, El vocabulario especial, las distintas formas de paralelismo (sinonimico, antitético o sintético), la ‘composici6n artisticamente elaborada, los juegos de palabras (véase la Introduccin a los Escritos Poéti- cos) y, sobre todo, la gran profusion y variedad de imagenes empleadas nos permiten acercamos a la experiencia original del salmista, a su intencién y a la experiencia e intenci6n del pueblo que los hizo suyos. De esta manera, comprenderemos mejor la dureza de ciertas expresiones © la violencia de cier- tos sentimientos que parecen chocar con nuestra cultura poética y nuestros sentimientos cristianos. Géneros literarios. Tanto por su origen, 0 con- texto vital en que surgieron, como por su forma literaria, por su tematica o por su naturaleza indivi- dual o colectiva, los salmos pueden ser catalogados y agrupados en “géneros” o familias. Es importante identificar y conocer el género literario de cada salmo, pues esto nos permite introducimos mejor en a historia de cada uno y captar sus rasgos dife- rentes y su sentido original, Aunque se han dado diferentes clasificaciones de géneros, muchas de ellas bastante coincidentes, nosotros para facilitar la identificacién concentramos los salmos en tres grandes géneros: himnos, siplicas e instrucciones (o salmos didcticos), que nos permiten presentar otras subdivisiones, a) Los bimnos constituyen una de las muestras més representativas y variadas de los salmos. Su rasgo mAs caracteristico es la alabanza a Dios y la exaltaciOn de sus atributos manifestados en la crea- Gi6n y en la historia. Su origen o ambiente vital es el culto y, més concretamente, las liturgias comuni- tarias (puestas de relieve en los didlogos, estribillos y aclamaciones). Su esquema més general contiene una introducci6n en forma de invitacion que el sal- mista dirige a si mismo o a la asamblea; el cuerpo del bimno, donde se entumeran los motivos que inspiran la alabanza; y la conclusién, con diversas, variantes (repeticion de la introducci6n, resumen de motivos, formulas de bendicién, etc.). Dentro de este género de himnos se pueden incluir los si- guientes subgéneros: ‘+ Himnos a Dios, Creador y Sefior de la alianza Gal 8; 19; 29; 33; 100; 103-104; 111; 113; 114; 117; 135; 136, 145-150), ‘* Himnos al Seftor como rey (Sal 93; 96-99). * Salmos reales, incluidos los salmos para la coronacion del rey y los salmos “mesianicos” Sal 2; 18, 20; 21; 45; 72; 89; 101; 110; 132; 144). * Cinticos de Si6n, que exaltan a Jerusalén y al templo (Sal 46; 48; 76; 84; 87; 122), y donde 1032 se pueden incluir también los “cdnticos de las subidas” o salmos de peregrinaci6n (Sal 120- 134). b) Salmos de stiplica: La stiplica, tanto indivi- dual como colectiva, es el motivo més frecuente en los salmos. Su contexto inmediato son las situacio- nes dificiles de la vida del hombre (enfermedad, peligros, enemigos, prisiOn, falsas acusaciones, pr ximidad de la muerte) o del pueblo (guerra, sequia, hambre, plagas, exilio, etc.), que hacen dirigirse a Dios en busca de auxilio y soluciones. Su estructura comtn consta de: introduccién con Ia invocaci6n del nombre de Dios; necesidad concreta del salmis- ta (0 del pueblo); stiplica propiamente dicha y motivos que la fundan. Dentro de este género se incluyen tres grandes grupos: * Lamentacién o siplica, tanto individual (Sal 5- 7; 13; 17; 22; 25; 26; 28; 31; 35; 36, 38; 39,°42; 43; 51; 54-57, 59; 61; 63; 64; 69-71; 86; 88; 102; 109; 120; 130; 140-143), como colectiva (Sal 12; 44; 58; 60; 74; 79; 80; 83; 85; 90; 94; 108; 123; 137). + Salmos de confianza: muy parecidos a los anteriores, desarrollan mucho mas los motivos de confianza y reflejan una situacion de segu- ridad, paz y alegria en el salmista. Se presen- tan también como individuales (Sal 3-4; 11; 16; 23; 27; 62; 121; 131) y comunitarios (Sal 115; 125; 128). * Salmos de accién de gracias: constituyen la fase final 0 el desenlace de los anteriores sal- mos de stiplica y confianza, y tienen cierta aff nidad con las alabanzas o himnos. Sus rasgos distintivos son la descripcién de la interven- ci6n de Dios (tras el peligro y la saplica) y la exhoracién a la alabanza y a la accion de gra- Cias. Los mas representativos son: Sal 9-10; 30; 32; 34; 40 212; 41; 92; 107; 116; 138. ©) Salmos diddcticas 0 de “instruccién’: No se trata s6lo de los Ilamados salmos “sapienciales”, En este grupo se incluyen toda una serie de salmos, generalmente diversos entre si, cuya finalidad dli- ma es ensefiar (comportamientos 0 actitudes), ins- truir en determinados aspectos y exhortar al indivi- duo o al grupo. Distinguimos cuatro grupos dentro de este peculiar “género": + Salmos hist6ricos (Gal 78; 105; 106), que recogen a modo de profesi6n de fe las grandes interven- ciones de Dios en la historia de Israel, destacan- do su misericordia y fidelidad, y exhortando a comresponder con las actitudes adecuadas. ‘ Salmos litdrgicos (al 15; 24; 91; 95; 134), que recuerdan y enumeran las condiciones reque- ridas para entrar en el templo, presentarse ante Dios 0 participar en el culto. ‘* Salmos proféticos (Sal 14; 50; 52; 53; 75; 81), que incorporando formulas y motivos propios 1033 de los libros proféticos (oréculos, promesas, acusaciones) insisten en las grandes exigen- s de Ia alianza * Salmos sapienciales (Sal 1; 37; 49; 73; 112; 119; 127; 128; 133; 139), que recogen también for- mulas y motivos claramente sapienciales como Ja meditacién sobre la ley, los caminos opues- tos de justos y malvados, y, mis concretamen- te, el problema de la retribuci6n, Antes de cerrar este importante capitulo convie- nie tener en cuenta dos Gtimas consideraciones. La primera es que, a pesar de las distintas clasificacio- nies, hay que contar con la existencia de muchos “slmos mixtos®. En ellos, los temas, los motivos teo- liigicos y las formas literarias se encuentran mezcla- «los. Por tanto, conviene respetarlos en su forma ictual, sin pretender a toda costa encasillarlos. La -cgunda consideracion es que hay que aprender a Icer los salmos en el contexto de toda la literatura «lel Antiguo Testamento, de la que forman parte y a lu que remiten constantemente. En efecto, como sicabamos de ver al hablar de los géneros literarios propios de los salmos, en ellos nos encontramos con los grandes temas de los cuatro bloques princi-~ yniles del Antiguo Testament: Pentateuco (crea- «Gn, liberaci6n, alianza, ley), Escrtas hist6ricos (don «le la tierra, monarquia, eleccién de Sin, templo), Hscritos proféticos (castigo, salvacién, promesa, mesianismo), y Escritos sapienciales (sabiduria, nnecedad). Y, a la inversa, en estos bloques encon” vamos testimonios de literatura muy cercana a los sutlmos (Ex 15; Jue 5; 1 Sm 2; 2 Sm 1; 1 Cr 16 836; 2Cr6 41-42; Jon 2; Nah 1; Hab 3; Dn 3 51-90; Tob 13) 3. Claves teolégicas Los salmos se dirigen a Dios, pero también ha- Inlan de Dios: de sus atributos y de sus intervencio- nes, de la experiencia que el salmista tiene de su presencia o de su ausencia. Y hablan también del hombre (y del pueblo de Israel) en su relacion con Dios. Sin’ pretender ser exhaustivos, indicamos al- unas constantes teol6gicas de los salmos, para oneluir en la utilizacion que, primero Cristo y-des- pués la Iglesia, hicieron de los salmos. En los salmos se alaba a Dios por lo que es, por su grandeza, por sus maravillas en la naturaleza y en Ia historia del hombre, por su lealtad, por su fidelidad, por su capacidad inagotable de perdonar, de hacer justicia, de otorgar sus beneficios a los hombres y, de modo especial, al pueblo de Israel a lo largo de’su historia, Se le pide el perdén, la vida, Ja prosperidad, la reivindicacién de la propia ino- cencia 0 el castigo de los malvados. Los salmos son —como se ha dicho acertadamen- te- “la oracién de Israel". Constituyen la experiencia religiosa de un pueblo plasmada, a lo largo de los siglos, en estas oraciones apasionadas o serenas, llenas de confianza en el Sefior o de impaciencia porque su intervencion salvadora parece retrasarse. A Dios se le habla de ta a ta, con una increible liber- tad, incluso con descaro en algunas ocasiones. En la raci6n, los israelitas gritan de entustasmo o gimen de dolor, se recrean en las acciones de Dios y, a veces, casi le exigen una respuesta, 0 intentan pro- vocar su enojo issu venganza. No hay nada de extra- fio en todo ello: e! mismo Dios toleraba e intentaba encauzar los sentimientos, en muchas ocasiones primitivos, de un pueblo que iba madurando lenta- mente en su fe y en su comprensi6n de la revela- ci6n del Dios de infinito perdén y de amor infinito. En Cristo esta revelaci6n llega a su plenitud. El mismo Jesis bebi6 y vivi6 la espiritualidad de los salmos y los utiliz6 en su oracién, como buen ju- dio. ¥ los primeros cristianos se sirvieron de ellos para entender el misterio del Dios hecho hombre y para explicarlo en sus catequesis (basta leer los dis- cursos de los Hechos de los Apéstoles): Fiel a su Maestro, la Iglesia ha seguido orando con los salmos: son la palabra que el mismo Dios nos ensefia para que se la dirijamos. Quizas nos resulte dificil en algunas ocasiones orar con los sal- mos. Pero, contemplados a la luz de Cristo, de la propia experiencia personal y de la vida de la co- munidad de salvacion, siguen siendo un manantial privilegiado de oracién para los cristianos, sobre iodo si aprendemos a entenderlos y a incorporarlos a la oraci6n cristiana por excelencia, el Padrenues- tro: también en él estan presentes la cOnfianza ab- soluta en Dios, Ja alabanza, la soplica, la peticion de perdén, y todo ello enseftado y vivido por el Hijo mismo de Dios. LIBRO DE LOS SALMOS SALMO 1 El Sefior protege el camino de los justos ‘Jr 21 8; Dt 30 15-20; Mt 7 13-14; Sal 119 1 Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se entretiene en el camino de los pecadores, ni se sienta con los arrogantes, 2 sino que pone su alegria en la ley del Seftor, mediténdola dia y noche. 3 Es como un Arbol plantado junto al rio: da fruto a su tiempo y sus hojas no se marchitan; todo lo que hace le sale bien. 4 No sucede lo mismo con los malvados, pues son como paja que se lleva el viento. 5 No triunfardn en el juicio los malvados ni los pecadores en la asamblea de los justos, 6 porque el Sefior protege el camino de los justos, pero el camino de los malvados leva a la perdicién. Sal 110; Hh 4 25-28; Is 40 15-17; Heb 1 5; Ap 19.15; 2.26.27 1 {Por qué se amotinan las naciones y los pueblos maquinan proyectos indtiles? 2 Los reyes de la tierra se sublevan, los principes conspiran contra el Sefior y su ungido: 3 «jRompamos sus ataduras, librémonos de su yugo!» Sal 1: Comienza el salterio con un salmo didactico de tono sapiencial. Su estructura queda determinada a partir de tres contrastes que definan la oposicién justos-malva- dos en tomo a otros tantos motives: la ley (Sal 1 12), la fecundidad (Sal 1 3-) y el jucio (Sal 1 5-6). El Sal 1 refleja la conocida reflexién sapiencial de los dos caminos, que representan dos tipos de conducta humana: la del sabioyjusto y la del necio/malvado. La tra- dicién sapiancialtardia lleg6 a identiicar la sabiduria con la ley (véase Eclo 24), culminando asi un proceso iniciado anteriormente (véase Dt 30 15-20). La doble imagen vege- tal del érbol bien regado y de la paja que se lleva el viento subrayan la consistencia y felicidad del justo frente a la inconsistencia y desgracia del maivado. Con parecidas imagenes Jesucristo nos instruye sobre los dos caminos (véase Mt 7 13-14). Su evangelio es la semilla que garantiza nuestra fecundidad (véase Mo 4 820) y salvacion Sal 2: Salmo real, procedente de la ceremonia de coro- nnacién del rey israelita (véase Sal 18; 20; 21; 45; 72; 101; 110; 192). Su estructura comprende cuatro partes: rebelién de los reyes vasallos (Sal 21-2), intervencién divina (Sal 2 48), decreto de adopcién (Sal 273) e invitacién a fa sumi- si6n (Sal 210-12). Israel, como otros pueblos vecinas, daba especial im- portancia a la coronacién del rey. Por la uncién con el éleo; el rey se convertia en el mesias 0 ungido del Seftor. Por al deoreto de adopcién (Sal 2 7) el rey quedaba legitimado como hijo adoptivo de Dios, como su mas cualificado representante. Rebelarse conira el rey era rebelarse con- tra Dios (Sal 2 23). Una de las primeras tareas del nuevo rey consistia en asegurar la paz en su reino (Sal 2 &) y garantizar el sometimiento de los reyes vasallos (Sal 2 10- 12). Con el paso del tiempo, e! salmo se enriquecié con mo- tivos mesianicos. En el Nuevo Testamento fue repetida- 1035 SALMOS Sal39 4 El rey de los cielos se sonrie, mi Seiior se burla de ellos. 5 Luego les habla con ira, con su enojo los llena de miedo: 6 «Yo mismo he establecido a mi rey en Sién, mi monte santo». 7 Voy a proclamar el decreto del Sefior; él me ha dicho: «Ta eres mi hijo, yo te he engendrado hoy. 8 Pidemelo, y te daré las naciones en herencia, en propiedad todos los paises del mundo: 9 Los rompers con cetro de hierro, los quebrards como vasija de batro». 10 Y ahora, reyes, reflexionen, aprendan, gobernantes de la tierra. 11 Sirvan al Sefior con temor, denle culto temblando, 12 no sea que se irrite y se vean perdidos, pues su ira se enciende de repente. iFelices los que se refugian en él! SALMO 3 TG, Seftor, eres mi escudo protector 2.Sm 15 13.14; Sal 18 3; 62 8; Jon 2 10 1 Salmo de David cuando huta de su hijo Absalon. 2 Sefior, ;cudntos son mis enemigos, cudntos los que se levantan contra mi! 3 |Cuantos los que dicen de mi: «Ya no lo protege Dios»! 4 Pero ti, Sefior, eres mi escudo protector, td eres mi gloria, me haces salir vencedor. 5 Clamo al Sefior gritando, y él me responde desde su monte santo. 6 Puedo acostarme, dormir y despertar, porque el Sefior me sostiene. 7 No temo a esa multitud innumerable que me acorrala por todas partes. 8 |Levantate, Sefior! ;Protégeme, Dios tnfo! Ta que golpeas a todos mis enemigos en la cara; ti que rompes los dientes de los malvados. 9 Ti eres, Sefior, nuestro protector. iDescienda tu bendicién sobre tu pueblo! mente aplicado a Cristo, para demostrar su condicién mesianica y su fiiacion divina (véase Hch 4 25-26; 1 23; Hob 1 5;5 5; Ap 22627; 19 15). Sal 3: Salmo de oonfianza y siiplica individual, estruc- turado en tres partes: situacién de peligro (Sal 3-2-3), declaracion de confianza (Sal 3 4-7), peticién de ayuda divina (Sal 389). Constituye este salmo una expresién de la absoluta confianza del salmista en el Seftor, incluso en medio de los, peligros. Ala afirmacién inicial de los enemigos (Sal 3 3), el salmista opone su total confianza en la salvacion divina (Sal 39). Esta confianza se basa en su propia experiencia personal del Sefor, invocado como escudo y gloria, y ‘queda plasmada en la imagen del suefio tranquilo (Sal:36), que, a Su vez, es garantia de la nueva intervencién de Dios Contra los enemigos. La Iglesia ha leido el salmo en clave cristolégica; inter- pretando Sal 3 6 a la luz de la.muerte y resurreccién de Cristo. Sal 41 SALMOS 1036 SALMO 4 Me diste alivio en la angustia Ef 4 26; Sal 51 21; Dn 917 1 Al maestro de coro; con arpas. Salmo de David. 2 Resp6éndeme cuando te invoco, oh Dios mi salvador; td, que en la angustia me diste alivio, ten piedad de mi y escucha mi oracién. 3 Y ustedes, ;hasta cudndo ofenderan mi honor? Hasta cuando amarén la vanidad y buscarén la mentira? 4 Sepan que el Sefior me ha mostrado su amor. EI Sefior me escucha cuando lo invoco. 5 jTiemblen y no pequen més, reflexionen en su lecho y guarden silencio! 6 Ofrezcan sacrificios como es debido y confien en el Seftor. 7 Hay muchos que dicen: «;Quién nos mostrard la felicidad?» Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, 8 pues ti, Sefior, me das mas alegria, que si tuviera trigo y vino en abundancia. 9 Me acuesto tranquilo y en seguida me-duermo, porque sélo té, Sefior, me haces descansar en paz. SALMO 5 No eres un Dios que ame la maldad Sal 84 4; Prov 6 17-19; Sal 138 2; Ap 7 15.16 1 Al maestro de coro; con flautas. Salmo de David. 2 Escucha mis palabras, Sefior, atiende a mis gemidos, 3 oye mi grito suplicante, Rey mio y Dios mio; porque a ti te estoy invocando. 4 Sefior, por la majiana escuchas mi voz; por la mafiana me dirijo a ti y me quedo esperando. 5 T no eres un Dios que ame la maldad; el malvado no encuentra refugio junto a ti, 6 niel necio resiste tu mirada. Ti odias a los que hacen el mal; Thaces perecer a los mentirosos, al hombre sanguinario y traicionero lo detesta el Seftor. Sal 4: Nuevo salmo de stplica y confianza que pre- senta evidentes paralelos con el anterior (Sal 4 7=3 3; 4 828 4; 4 923 6). Su estructura comprende tres partes: Su- pica (Sal 42), interpelacién a los adversarios (Sal 4 3), declaracion de confianza (Sal 4 7) Como en el Sal 3, la suplica a Dios nace de la confian- 2a fundada en anteriores intervenciones salvificas (Sal 4 2.484). Dios aparece como salvador y como fuente de alegria y de paz para quienes confian en él (Sal 49). La mayor novedad radica en la exhortacién del salmista a los ‘que dudan o descontian de Dios (Sal 4 3.6.7) y se apartan de 61 en el momento de la adversidad. La imagen del suefio tranquilo de Sal 4 s (véase Sal 3 6) ha motivado el uso del salmo en la liturgia de la Iglesia. Sal 5: Salmo de séplca individual, con elementos de ‘confianza. Su estructura resulta variada y compleja: invo- caci6n inicial (Sal 5 2-4), rechazo de Dios a los pecadores (Sal 67, actual egies de smisa (Sal 8), supa contra los enemigos (Sal 5 9-11), bendici6n para los fieles (Gal 12:19) El salmista se presenta como un inocente injustamen- te acusado. Su plegaria brota de la confianza en la ayuda divina y de su profundo conocimiento de Dios, quien no ama la maidad (Sal 5 5), ni recibe a los malvados en su» morada. Las insidias enemigas son tipficadas como del- tos de la lengua: calumnias y mentiras (Sal 5 10). La sapll- ca final solicita el castigo de los adversarios y la bendicién para los fieles (Sal 5 11-12). Dios bendice y protege a los justos y hace que su-alegria sea eterna. Jesuctisto amplia el horizonte del salmo, al recomendar la oraci6n por los enemigos (Mt 5 44-5), a imitacién de Dios, que también con ellos se comporta como padre. 1037 SALMOS, Sal 611 8 Pero yo, por tu gran amor, entraré en tu casa; me postraré en tu santo templo con toda reverencia, Sefior. ° Guiame, Sefior, con tu rectitud, porque tengo enemigos; haz-que siga tus caminos. 10 En su boca no hay sinceridad, su coraz6n es perverso; su garganta es un sepulcro abierto; su lengua esta Ilena de adulaciones. 11 Castigalos, oh Dios, que fracasen sus planes; expilsalos, por sus muchos crimenes, por haberse rebelado contra ti. 12 Que se alegren los que se refugian en ti, y su alegria sea eterna; protégelos, y se llenarén de gozo los que te aman. 13 Porque ti, Sefior, bendices al justo, y como un escudo lo protege tu favor. SALMO 6 EI Sefior ha escuchado mis lamentos Je 10 24; Sal 38 2; Jr 17 14-15; Sal 88 11-13; 119 15 1 Al maestro de coro; con arpas; en octava. Salmo de David. 2 Sefior, no me castigues enojado, no me corrijas enfurecido. 3 Piedad de mi, Sefior, que desfallezco, sdname, porque tengo los huesos triturados. 4 Me encuentro totalmente desalentado. Sefior, ghasta cudndo? 5 Ffjate en mi, Seiior, y librame, que tu amor me ponga a salvo, 6 pues los muertos ya no se acuerdan de ti, y en el abismo, ;quién te alabara? 7 Estoy agotado de tanto gemir, bafio en Ianto mi cama cada noche, inundo de lagrimas mi lecho; 8 mis ojos se consumen de pena, envejecen de tantas angustias. 9 |Apartense de mi, malhechores, - que el Sefior ha escuchado mis lamentos! 10 El Seftor escuché mi stiplica, el Sefior acepté mi oracién. 11 ;Todos mis enemigos, confundidos y aterrados, retrocederdn en seguida derrotados! Sal 6: Salmo de sdplica individual con intervencién divina. En su estructura se distinguen tres partes: sdplica en la angustia (Sal 6 2-8), sufrimientos del salmista (Sal 6 78), testimonio de la intervenci6n divina (Sal 6 ¢-1). El salmista est4 en una situacién limite: una enferme- dad, enviada por Dios como castigo por sus pecados, y un peligro de muerte inminente (Sal 6 2.47.8) El salmista presenta a Dios fa magnitud de sus sutrimientos y suplica la recuperacion de la salud. Para ello, acude a la miserioor- de Dios y a un tema propio de la fe del Antiguo Testa- mento: en el abismo (lugar de los muertos) ya no es posi- ble conocer y alabar a Dios (Sal 6 6; véase Sal 30; 88). El salmo concluye proclamando la salvaci6n ya recibida. Enla lturgia dela Iglesia éste es el primero de los siete salmos penitenciales (Sal 6; 32; 38; 51; 102; 190; 143), en los que predominan la conciencia del propio pecado y el arrepentimiento,alternando con liamadas al perdén y & la misericordia divina. Sal 71 SALMOS 1038 SALMO 7 Alabaré al Sefior porque es justo Sal 6 5; 3 4; Ex 34 6-7; Eclo 27 25-27 1 Poema que David canté al Sefior a propésito de Cus, el benja- minita. 2 Sefior, Dios mio, en ti busco refugio, sdlvame de todos mis perseguidores y lfbrame; 3 no sea que me destrocen como leones, de cuyas fauces nadie puede escapar. 4 Seftor, Dios mio, si he actuado mal, sila maldad ha manchado mis manos, 5 si he hecho el mal a mi amigo, 0 despojado sin motivo a mi adversario, 6 que el enemigo me persiga y me atrape, que me pisotee contra el suelo, y arroje por tierra mi honor. 7 Levantate, Sefior, indignado, enfréntate con la furia de mis adversarios. Despiértate, Dios mio, y convoca a juicio: 8 que se retina en torno a ti la asamblea de los pueblos, presidela ta desde el cielo. 9 ;EI Sefior es el juez de las naciones! Tizgame, Sefior, segiin mi rectitud, segiin la inocencia que hay en mf. 10 Que termine la maldad de los malvados; da tu apoyo al inocente, tii que examinas el corazén y las entrafias, tG que eres un Dios justo. 11 Dios es mi escudo, él salva a los honrados. 12 Dios es un juez justo, siempre alerta para el castigo: 13 si no se convierten, afilaré su espada, tensard su arco y apuntaré con firmeza; 14 preparar4 contra ellos armas mortales, les lanzaré flechas de fuego. 15 El malvado estd preiiado de maldad, concibié la violencia y da a luz la mentira. 16 Cava una zanja y la ahonda, pero ese hoyo ser su propia tumba. '1“su eStuerzo se voivefa contra’él, y su violencia le caerd encima. 18 Yo alabaré al Sefior, porque es justo, cantaré en honor del Seftor Altisimo. Sal 7: Salmo de stplica individual, estructurado en cuatro partes: invocacién a Dios (Sal 7 23), juramento de inocencia (Sal 7 4), recurso a la justicia de Dios (Sal 7 7- 14) y destino de los malvados (Sal 7 18-17); todo concluye con una alabanza a Dios (Sal 7 1). El justo, acusado y persequido, recurre al jicio de Dios, jez de las naciones y defensor de los inocentes. El salmis- ta funda su peticién en una solemne proclamacién de ino- ccencia (Sal 7 48) y en su absoluta confianza en la justicia divina (Sal 7 711): La sentencia, no dictada expresamen- te, se sobreentiende: Dios da la raz6n al salmista y se-dis- pone a castigar a los malvados (Sal 7 13-14), que-deben cargar con las consecuencias de sus propias culpas (Sal 7 18:7). La alabanza final (Sal 7 18) completa este magni- fico canto a la justicia de Dios. Podemos reactualizar el salmo leyéndolo a la luz de Cristo, el inocente injustamente acusado y condenado, ‘que confiaba en Dios que juzga con justicia (1 Pe 2 23). 1039 SALMOS Sal 93 SALMO 8 Qué admirable es tu nombre en toda la tierra Sal 19 2-7; 104; Mt 21 16; Job 7 17-18; Heb 2 6-9; Eclo 17 1-4; Ef 1 22 1 Al maestro de coro; segtin la oda de Gat. Salmo de David. 2 {Seftor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra! Tu majestad se levanta por encima dé los cielos. 3De la boca de los nifios de pecho, levantas una fortaleza frente a tus adversarios, para hacer callar al enemigo y al rebelde. 4 Al ver el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, 5 qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que cuides de él? 6 Lo hiciste apenas inferior a un dios, corondndolo de gloria y esplendor; 7 le diste poder sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies: 8 rebaiios y ganados, todos juntos, y aun las bestias salvajes; 9 los pajaros del cielo, los peces del mar y todo cuanto surca las sendas de los mares. 10 jSeftor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra! SALMO 9 Has dado una sentencia justa Sal 138 1; 96 13; 37 39; 7 18; Job 7 18; 16 18 1 Al maestro de coro; con la melodia de «La muerte del hijo». Salmo de David. 2Te doy gracias, Sefior, de todo corazén, quiero proclamar todas tus maravillas; 3 me alegraré y exultaré contigo, cantaré a tu nombre, oh Altisimo. Sal 8: Himno a Dios, creador del universo y del hom- bre. Su estructura comprende un estribilo que se repite al inicio v al final del salmo (Sal 8 2.10) y dos partes: grande- za de Dios (Sal 8 23) y dignidad del hombre en medio de fa creacion (Sal 8 48). El salmista entona su alabanza emocionada al poder y a la majestad de Dios, expresados en la maravilla de su ‘obra creadora. En medio de un escenario tan grandioso {Sal 8 4), se destaca la figura del hombre que, a pesar de su insignificancia, se convierte en la obra maastra de Dios y en la oriatura privilegiada de toda la creacién, reciblendo de Dios el sefiorio y dominio sobre todas las cosas. Estas ideas estan desarroladas y ampliadas en Gn 1. El autor de la carta a los Hebreos cita Sal 8 57, para expresar el triunfo y sefiorio universal de Cristo tras su muerte (Heb 2 5-2). En él encuentra la humanidad su mo- delo perfecto. Sal 9: Los salmos 9 y 10 aparecan en el original he- breo compuestos en forma alfabética: cada verso comienza por cada una de las letras del “alfabeto” hebreo. Las ver- siones griega y latina fungieron los dos salmos en uno; or eso a partir de aqui y hasta el Sal 147 encontramos tuna doble numeracién: la hebrea, respetada en nuestra versién, y la griega, ofrecida entre paréntesis. El texto de ambos salmos esta muy mal conservado, por lo que hay ue recur frecuentemente a la conjetura I Sal 9 es un canto de accién de gracias con elemen- tos de siplica individual (Sal 9 1420.21). Su estructura, compleja, altema los momentos de alabanza (Sal 9 23.8. 13) y accién de gracias (Sal 9 47.17-12) con la suplica (Sal 9 14-1520-21). EI motivo de la grattud y la alabanza es la reciente intervencién divina que ha significado la derrota de los enemigos y ta salvacién del salmista. Dios os invo- cado como rey (Sal 9 s=Sal 10 16) y como juez (Sal 9 9=Sal 10 18), como protector de los humildes y libertador de los optimidos (Sal 9 10.3). Tales titulos fundamentan la con- fianza del salmista y una uitima conviccién: ningin mortal puede arrogarse pretensiones divinas (Sal 921). Sal 94 SALMOS 1040 4 Mis enemigos retroceden, caen ante ti y perecen; 5 pues td has dado una sentencia justa a mi favor, sentado en el trono, como juez justo. 6 Reprimiste a los paganos, destruiste al malvado, has borrado su nombre para siempre. 7 El enemigo se ha arruinado para siempre, has destruido sus ciudades, su recuerdo se ha perdido. 8 Pero el Sefior reina por siempre y establece su trono para el juicio: 9 juzga al mundo con justicia, 'y gobierna a los pueblos con rectitud. 10 BJ Sefior es un refugio para el oprimido, un refugio en momentos de angustia. 11 Los que conocen tu nombre confian en ti, porque td nunca abandonas a quien te busca, Sefior. 12 jCanten al Sefior, que habita en Sin, cuenten entre los pueblos sus hazafias! 13 Porque el vengador de los inocentes se acuerda de ellos, y no olvida el grito de los humildes. 14 Ten piedad de mi, Sefior, mira como me oprimen mis enemigos, rescdtame de las puertas de la muerte, 15 para que pueda proclamar tus alabanzas y alegrarme con tu salvaci6n en las puertas de Sién. 16 Cayeron los paganos en Ja fosa que cavaron, en la red que ocultaron qued6 atrapado su pie. 17 El Sefior se ha dado a conocer, ha hecho justicia, atrapando al malvado en sus propias obras. 18 Que regresen los malvados al abismo, todos los paganos que olvidan a Dios. 19 Porque el pobre no serd olvidado para siempre, ni quedard defraudada la esperanza de los humildes. 20 Levantate, Seftor, que no triunfe el hombre, y que los paganos sean juzgados en tu presencia. 21 infiindeles panico, Sefor, para que aprendan que no son mas que hombres. SALMO 10 (9) No te olvides de los humildes Sal 22; 17 2.12; Ex 22 21-22; Dt 1018 1 {Por qué, Sefior, te mantienes alejado, y te escondes en los momentos de angustia? 2 El malvado oprime al humilde con su orgullo, y Jo atrapa en la intriga que ha tramado. Sal 10 (8): Salmo de sGplica individual, intimamente vinculado al anterior (véase nota a Sal 9). Su estructura, ‘comprende cuatro partes: queja inicial (Sal 10 1), éxito de os malvados (Sal 10 2-11), suplica (Sal 10 128) y decla- racién de confianza (Sai 10 16-18). ‘La queja que, lleno de indignacién, hace et salmista (Sal 10 1) tiene su origen en el hecho aparente de que la conducta perversa de los malvados queda sin castigo. Por su parte estos malvados son descritos como opreso- res, altaneros y blastemos, como gente que confia en sus éxitos, que oprime con violancia a los humildes @ indefen- $08, que atenta contra los inocentes y acta a espaldas de Dios como si él no existiera ni se enterara (Sal 10 2 11). Tal actitud provoca el escandalo (similar en Sal 37; 49; 73) y la silica apasionada del saimista, que confia plenamente en ia justicia de Dios y en su defensa de los pobres y desvalidos. El sabe que Dios vigila para que el hombre tome conciencia de sus limitaciones y no siembra el terror (Sal 10 18 = Sal 92). 1041 SALMOS Sal 112 3 El malvado se gloria de su ambicién, y el codicioso blasfema y desprecia al Sefior. 4 El malvado dice con arrogancia: «Dios no me va a pedir cuentas». 5 Lo que emprende, prospera continuamente. Lo tienen sin cuidado tus mandatos, desafia a todos sus enemigos; 6 dice en su interior: «No sucumbiré, seré feliz, no tendré desgracias». 7 Su boca estd lena de maldiciones, fraudes y engafios, en su lengua sdlo hay insulto y maldad. 8 Se pone al acecho junto a los poblados, para matar a escondidas al inocente. Sus ojos espian al indefenso; 9 est al acecho, escondido como le6n en su guarida, al acecho para atrapar al humilde; lo atrapa y lo arrastra en su red. 10 Se agacha, se oculta, y los indefensos caen en sus garras. 11 Luego piensa: «Dios lo ha olvidado, se ha tapado los ojos y no ve nada». 12 jLevéntate, Sefior Dios, despliega tu poder, no te olvides de los humnildes! 13 {Por qué desprecia el malvado a Dios, pensando: «ti no me pedirds cuentas»? 14 Pero ti ves la pena y el dolor y los tomas en tus manos: el indefenso se abandona en ti, tti eres la salvacién del huérfano. 15 ;Quebranta el poder del malvado, pidele cuentas de su maldad hasta que desaparezca! 16 EI Sefior reinaré por los siglos de los siglos; los paganos desaparecerdn de su tierra. 17 Ti, Sefior, escuchas los deseos de los humildes, confortas su coraz6n, les haces caso; 18 haces justicia al huérfano y al oprimido, e impides que el hombre mortal vuelva a infudir terror. SALMO 11 (10) EI Seftor aborrece al que ama la violencia Hab 2 20; Mt 5 34; Gn 19 24 1 Al maestro de coro. Salmo de David. En el Sefior encuentro refugio. ;Por qué me dicen: «Escapa como un p§jaro al monte, 2 pues ya los malvados estiran su arco Sal 11 (10): Salmo de confianza individual, estructura- tacién de los amigos a la huida (Sal 11 1-2), el saimista do en dos partes: ataque de los maivados (Sal 11 1.3) y _reacciona con una profunda declaraci6n de confianza en declaracién de confianza en la justcia divina (Sal 11.47). la justicia de Dios, el retugio més seguro (Sal 11 17). Su ‘Ante las intigas y amenazas de los malvados y lainvi- reflexion, de inspiracin sapiencial, sobre la providencia y Sal 113 con imiento de Dios acerca de los proyectos y actuacio- SALMOS 1042 y ajustan en la cuerda su flecha, para disparar en la penumbra contra los honrados?» 3 Cuando se tambalean los cimientos, {qué puede hacer el justo? 4 Pero el Sefior estd en su templo santo, el Sefior tiene su trono en los cielos; sus ojos estan observando, sus pupilas examinan a los hombres. 5 El Sefior examina al justo y al malvado, y aborrece al que ama la violencia. 6 Sobre los malvados hard lover fuego y azufre, y un viento abrasador les tocard en suerte. 7 Porque el Sefior es justo y ama la justicia: los honrados contemplaran su rostro. SALMO 12 (11) Ti, Seior, nos protegeras y nos librards Ts 59 3-4.15; Jn 97 1 Al maestro de coro; en octava. Salmo de David. 2 Sélvanos, Sefior, que ya no queda gente de bien, se ha perdido la lealtad entre los hombres. 3 Se engafian unos a otros, hablan con labios aduladores y doblez de coraz6n. 4 Que el Sefior acabe con esos labios aduladores, con esas lenguas engreidas 5 que dicen: «Triunfaremos con nuestra lengua, nuestros labios nos defenderan. {Quién nos dominard?». 6 Por la opresién de los humildes, por el grito de los pobres, ahora me levanto yo —dice el Seitor-, y daré la salvacién a quien la ansia. 7 Las palabras del Sefior son palabras sinceras, como plata fundida limpia de tierra, siete veces refinada, 8 TG, oh Seftor, nos protegerds, nos librards para siempre de esta generaci6n; 9 ;Por todas partes merodean los malvados; Ja maldad ha llegado al colmo entre los hombres! humanidad (Sal 12 2, en inclusi6n temtica con Sal 12 9: nes de justos y malvados (Sal 10 48) lo reconforta y le garantiza la suprema recompensa: contemplar el rostro de Dios (Sal 11 7), expresién que alude habitualmente a ‘su presencia en ol templo. Sal 12 (11): Salmo de sdplica comunitaria, estructura- do en cuatro partes: desgracias (Sal 12 23), sUplica (Sal 12 48), ordculo divino (Sal 12 é) y deciaracion de contian- za (Sal 1272). El salmo se abre con un diagnéstico pesimista de la ‘escasez de hombres de bien; abundancia de maldad), {que sirve para introducir la situacién de pecado, tipit- cada en el mal uso de la palabra: mentira, hipocresfa, arrogancia (Sal 12 3), y que provoca la correspondiente stplica. Responde un ordculo en nombre de Dios, que escucha el grito de los humildes y los pobres, y promete su salvacion (Sal 12 6). En contraste con las malas pale bras de los enemigos, las palabras sinceras de Dios infur- den confianza y garantizan su intervencién, 1043 SALMOS Sal 147 SALMO 13 (12) Cantaré al Sefior porque me ha salvado Lam 6 8; Sal 38.17 1Al maestro de coro. Salmo de David. 2 (Hasta cuando, Sefior, me tendras olvidado? (Hasta cuando me ocultarés tu rostro? 3 {Hasta cudndo estaré angustiado, con el corazén apenado todo el dia? (Hasta cuando triunfar4 mi enemigo? 4 |Mira y atiéndeme, Sefior, Dios mio! Sigue dando la luz a mis ojos, para que no caiga en el suefio de la muerte. 5 Que no diga mi enemigo: «Lo he vencido», ni se alegren mis adversarios al ver mi fracaso. 6 Yo confio en tu amor, mi coraz6n se alegraré por tu salvacién: iCantaré al Sefior, porque me ha salvado! SALMO 14 (13) No hay quien haga el bien Sal 53; Rom 3 11-12; Dt 28 67 1 Al maestro de coro. Salmo de David. Piensa el tonto en su interior: «{Dios no existe!». Todos se han corrompido y practican la maldad, no hay quien haga el bien. 2 El Sefior mira desde el cielo a los hombres, para ver si queda alguien juicioso que busque a Dios. 3 Pero todos son igualmente rebeldes, ninguno hace el bien. 4 {Cuando aprenderan los malhechores, que devoran a mi pueblo como si fuera pan y jamés invocan al Sefior! 5 Pues temblarén de espanto, porque Dios esté de parte de los justos. 6 Ustedes se rien de los proyectos del humilde, pero el Sefior es su refugio. - 7 Ojala venga desde Sién la salvacién de Israel! Cuando el Sefior cambie la suerte de su pueblo, _ se alegraré Jacob, hard fiesta Israel. Sal 13 (12): Salmo de siplica individual, con tres par- los bien definidas: abandono del salmista (Sal 13 23), siiplica (Sal 13 45), expresién de confianza y gratitud (Sal 13.6). La cuadruple repeticién del hasta cudndo (Sal 13 2 'u) Confiere a la queja del salmista una intensidad y un «lramatismo excepcionales. Sin embargo, no se explicitan, los motivos de su actual situacién: ésta se describe gené- ‘icamente como abandono de Dios, angustia, opresién del ‘unemigo y posible peligro de muerte (Sal 13 4). La silica pide ia atencién divina, la salud e, indirectamente, la derro- {a de los adversarios (Sal 13 5). Como en otros salmos diol género, la sdplica da paso a la declaracién de con- ‘lanza y a una conclusién en forma de himno (Sal 13 6). ‘Sal 14 (13): Salmo de lamentacion individual, estructu- rado en tres partes: amento por la impiedad humana (Sal 14 1-4), confianza en la justicia divina (Sal 145-6) y sdplica por la liberacion de Israel (Sal 14 7). Este salmo se en- ‘cuentra repetido en al Sal 53 con ligeras variantes. La negacién de Dios y de su presencia en el mundo (atefsmo practice) da pie a un diagnéstico de la impiedad y maldad de la humanidad con acentos tan pesimistas como en el Sal 12. A la conducta sin sentido de los que niegan a Dios, el salmista opone la actitud de quienes creen en él, confian en su justicia y esperan en su salva- ién, pues 6! est de parte de los justos y es el rafugio del humilde (Sal 145-6). Sal 151 SALMOS 1044 SALMO 15 (14) zQuién habitaré en tu monte santo? Is 33 15-16; Mig 6 6-8; Sal 243-6 1 Salmo de David. Sefior, ,quién se hospedard en tu tienda? {Quién habitard en tu monte santo? 2 El que procede con rectitud, se comporta honradamente y es sincero en su interior; 3 el que no calumnia con su boca, no hace dafio a su préjimo, y no agravia a su vecino, 4 el que mira con desprecio al malvado, y honra a quienes respetan al Sefior. El que no se retracta de lo que jurd, aunque resulte perjudicado, 5 el que no presta su dinero con usura, ni acepta soborno contra el inocente. El que se comporta asi, viviré siempre seguro. SALMO 16 (15) Sefior, té eres mi Gnico bien Nm 18 20; Eclo 45 20-22; Hh 2 25.28; 13 35 1 Poema. De David. Protégeme, oh Dios, que me refugio en ti. 2 Yo digo al Seftor: «Ta eres mi duefio, mi tnico bien; nada hay comparable a tin. 3 A los dioses de la tierra, esos poderes en los que antes me complacia, 4dediquen otros sus desvelos y corran tras ellos; yo no tomaré parte en sus sacrificios, ni daré culto a esos dioses. 5 Sefior, ta eres mi alegria y mi herencia, mi destino est4 en tus manos. 6 Me ha tocado un lote estupendo, jqué hermosa es mi herencia! Sal 15 (14): Salmo litirgico. Su estructura comprende tres partes: pregunta introductoria (Sal 15 1), respuesta del sacerdote (Sal 15 2-5) y conclusién (Sal 18 st). Este brave y hermoso salmo establece las obligacio- nes del huésped del Sefior, es deci, las condiciones para ‘entrar en el templo y participar en el culto divino. En el ‘catdlogo de preceptos/oondiciones llama la atencién la ausencia de disposiciones externas o cultuales, pues todas se'refieren al campo ético: sinoeridad para con Dios y respeto hacia el préjime, tanto de palabra como de cbra (véase Os 6 6). ‘También Jesucristo combatié el culto externo, de labios hacia fuera (véase Mt 15 tss), y abogé por un culto autén- tico, an espiritu y en verdad (Jn 4 21-24), para ser dignos ‘moradores del auténtico templo que es su propio cuerpo (in221). ‘Sal 16 (15): Salmo de confianza individual, estructurado en dos partes: profesién de fe en Dios (Sal 16 1b) y con- fianza alegre dal saimista (Sal 16 7-11) ‘Aunque el salmo se abre con una breve siplica (Sal 16 1»), los Sentimiantos dominantes son la confianza y fa ale- arfa experimentadas en la intimidad con Dios. Frente a los otros dloses (Sal 16 84), el Sefior es refugio, duefo, rico bien y herencia plena del salmista. Sal 16 5.6 parece refe- ritse alos levitas, que no tuvieron parte en el reparto de fa tierra prometida porque se dedicaban exciusivamente al calto divino y Dios era su herencia. La segunda parte (Sal 16 7-11) esta llena de expresiones de confianza: la seguri- dad de la cercania de Dios, que ha salvado al salmista tuna grave enfermedad, es garantia de salvacién y dad plena, | Nuevo Testamento ley6 este salmo en clave mestén- ca, aplicando Sal 16 10-1 ala resurreccién y exaltacién de Cristo (véase Hch 2 2549; 13 ss). Su triunfo es garantia y anticipo de nuestra paricipacién plena en la vida dina. 1045 Sal 17 (16): Salmo de si SALMOS Sal 1714 7 Bendeciré al Sefior que me aconseja, jhasta de noche instruye mi conciencia! 8 Tengo siempre presente al Sefio1 con él a mi derecha jamés fracasaré. 9 Por eso se me alegra el corazén, hacen fiesta mis entrafias, y todo mi ser descansa tranquilo; 10 porque no me abandonards en el abismo, ni dejards a tu fiel experimentar la corrupci6n. 11 Me ensefiards la senda de la vida, me Ilenards de alegria en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. SALMO 17 (16) Protégeme como a la nifa de tus ojos Sal 7 4.6; Job 23 11-125 Dt 32 10-15; Jr 15 15-16; Ap 22 4; Sal 73 25.25 1 Oracién de David. Escucha, Sefior, mi demanda, atiende a mi clamor; pon atenci6n a mi plegaria, que en mis labios no hay engafio. 2 Té me hards justicia, porque tus ojos ven lo que es recto. 3 Has examinado mi coraz6n, me has visitado de noche; me has puesto a prueba sin hallar malicia en mi: no he pecado con la boca 4 como hacen los hombres; he cumplido tus mandatos, me he mantenido en tus sendas, 5 he seguido tus caminos con paso firme, no han flaqueado mis pies. 6 Yo te invoco, oh Dios, porque té me respondes: hazme caso, escucha mis palabras. 7 Muéstrame tu amor, ti que salvas de sus enemigos a los que se refugian en ti. 8 Protégeme como a la nifia de tus ojos; escéndeme a la sombra de tus alas 9 lejos de los malvados que me optimen, de los enemigos que me cercan por todas partes, 10 Son gente sin corazén, hablan con arrogancia, 11 sus pasos me tienen cercado; sus miradas me acechan para derribarme, = 12 como un le6n Avido de presa, como un cachorro al acecho en su escondite. 13 Levantate, Sefior, hazle frente y derribalo; que tu espada me defienda del malvado, 14 y tu poder, Sefior, de los hombres que ponen su esperanza en esta vida. lica individual, estructurado _diencia a los mandatos divinos. La segunda parte (Sal 17 en toro a tres peticiones: justcia divina con proclama- ‘én de inocencia (Sal 17 +3), liberacién de los enemigos (Sal 17 6-12), castigo de! enemigo con expresién conclusi- vva de confianza (Sal 17 13-15). El inocente, injustamente acusado, recurre a Dios, basando su peticin en ia justcia de Dios (Sal 17 2) y en {una proclamacin de inocencia (Sal 17 2, parecida a Sal 7 4-8), donde el salmista expresa su sinceridad y su obe- 6-12) incluye una siplica de proteccién y ayuda contra los enemigos, presentados como opresores, arrogantes, vio- lentos y voraces. Tras solictar el justo castigo de los ene- migos (Sal 17 19-14), el salmista concluye con una hermo- sa expresién de confianza: su felicidad consiste en con- «1 rostro de Dios y en saciarse de su presencia (Sal 17 15; posible alusién al templo). Sal 1715 SALMOS 1046 Lignales el vientre con lo que les has reservado; que sus hijos queden hartos, y dejen las sobras a los mas pequefios. 15 Pero yo, por haber sido justo, contemplaré tu rostro, al despertar me saciaré de tu presencia. SALMO 18 (17) EI Sefior salva a los humildes 2 Sm 22; Jue 5 4-5; Sal 77 18-19; 29; Job 36 29-30; Sal 2 8.9; Ap 2 26-28; Rom 15 9 1 Al maestro de coro. De David, el siervo del Sefior, que entond para el Senior este canto cuando lo libré de sus enemigos y de la mano de Sail. 2 Dijo: Yo te amo, Sefior, mi fuerza. 3 El Sefior es mi roca, mi defensa y el que me libra; mi Dios, la pefia en que me refugio y mi escudo, mi fuerza salvadora y mi fortaleza. 4 Invoco al Sefior, digno de alabanza, y él me salva de mis enemigos. 5 Los lazos de la muerte me envolvfan, me asustaban torrentes destructores; 6 los lazos del abismo me apresaban, la muerte me tenia entre sus redes. 7 En mi angustia clamé al Sefior, grité a mi Dios pidiendo auxilio. El escuché mi voz desde su templo, mi grito legé hasta sus ofdos. 8 Se sacudi6 y retembl6 la tierra, se estremecieron los cimientos de las montaiias, se tambalearon bajo su ira. 9 Una humareda subja de sus narices, y de su boca un fuego devorador que lanzaba carbones encendidos. 10 Incliné los cielos y descendié, a sus pies tenfa una densa nube. 11 Mont en un querubin, emprendié el vuelo y se movia sobre las alas del viento. 12 De la oscuridad hizo un manto; un aguacero sombrio, unas nubes espesas formaban una tienda en torno a él. 13 El fulgor de su presencia Sal 18 (17): Salmo real de accién de gracias que, con ligeras variantes, se encuentra también en 2 Sm 22'2-51 Su estructura comprende seis partes: declaracién de con- fianza (Sal 18 2-4), afliccién del salmista (Sal 18 5-7), fibe- racién divina (Sal 18 8-20), Dios salvador del justo (Sal 18 21-1), triunfo sobre los enemigos (Sal 18 32-6) y alabanza final (Sal 18 47-51), Ya en la introduccién resuena el tema dominante del salmo: cuando el justo invoca a Dios, él lo salva de sus enemigos (Sal 18, 2-4). La.amenaza de los enemigos es presentada como una irrupcion de las fuerzas del caos, la muerte y el abismo (Sal 18 5-5). Dios interviene de forma esplendorosa: en medio de la tormenta (véase Job 38 1), acompatiado de tempestad, relémpagos y rayos, truenos y terromoto, aparece el Sefior con impresionante majestad (Gal 18 8.20). Pero el suyo es un despliegue de potencia salvadora, muestra de su amor que recompensa la ino- cencia del justo (Sal 18 21-31), le da apoyo en el peligro y fuerzas en el combate contra el mal (Sal-18 32-4). Al inal resuena la alabanza agradecida con una referencia expll- cita a los favores concedidos al rey David (Sal 18 47:5). Para los crstianos, el salmo se convierte en un himno € Cristo, nuevo y definitivo Mesias davidico, triunfador de las fuerzas de la muerte y del abismo, y finalmente glorif- cado por el Padre, 1047 SALMOS Sal 18 37 despedia granizos y carbones encendidos. 14 Troné el Seiior desde los cielos, el Altisimo hizo retumbar su voz; 15 Janz sus flechas y los hizo huir, rayos incontables los derrotaron. 16 Quedé al descubierto el fondo de los mares, los cimientos de la tierra aparecieron ante la amenaza, Sefior, de tu bramido, ante el furioso resoplar de tu nariz. 17 Alargé la mano desde lo alto y me tomé, me sacé de entre las aguas caudalosas. 18 Me libré de un potente adversario, de enemigos mis fuertes que yo. 19 El dia de mi desgracia me asaltaron, pero el Sefior fue mi apoyo. 20 Me liberé, me dio respiro, me salv6, porque me ama. 21 El Sefior me premia porque he sido justo, recompensa la inocencia de mis manos, 22 porque he seguido las sendas del Sefior y jamas he traicionado a mi Dios. 23 Tave siempre presentes sus mandatos, nunca rechacé sus preceptos. 24 Mi conducta ante él ha sido irreprochable, me he esforzado en no pecar. 25 Si, el Sefior me recompensa por mi fidelidad, y mis manos son inocentes ante él. 26 A quien te ama, muestras tu amor, con el hombre honrado, eres honrado, 21 sincero con el que juega limpio, pero con el astuto eres sagaz. 28 Ta salvas a los humildes y humillas a los altaneros. 29 Sefior, tii enciendes mi l4mpara; Dios mfo, té alumbras mis tinieblas; 30 contigo me enfrento a cualquier ejército, contigo, Dios mio, asalto la muralla. 31 El camino de Dios es perfecto, segura la palabra del Sefior; éles un escudo para los que se refugian en él. 32 Porque ,quién es Dios fuera del Sefior? {Qué roca hay fuera de nuestro Dios? 33 Dios me llena de fuerza y hace irreprochables mis caminos, 34 hace mis pies como los del ciervo, en las alturas me sostiene firme. 38 Adiestra mis manos para la batalla y mis brazos para estirar el arco de bronce. 36 Ta me das tu escudo salvador, tu derecha me sostiene, has multiplicado tus cuidados conmigo. 37 Despejas mi camino ante mf, y no flaquean mis pies. Sal 18 38 SALMOS, 1048 38 Persigo a mis enemigos, los alcanzo, no descanso hasta haberlos aniquilado; 39 Jos aplasto, no pueden levantarse, quedan deshechos bajo mis pies. 40 Me has Ilenado de fuerza para el combate, doblegas bajo mis pies a mis agresores. 41 Haces huir a mis enemigos, y aniquilas a todos mis adversarios. 42 Piden auxilio, pero no hay quien los salve, acuden al Sefior, pero no les responde. 48 Yo los trituro como polvo que se leva el viento, los pisoteo como el barro de las calles. 44 Ta me libras de las revueltas de mi pueblo, me pones al frente de las naciones: un pueblo que yo no conocfa me sirve. 45 Al primer gesto me obedecen, me adulan los extranjeros; 46 Jos extranjeros se amedrentan y abandonan temblando sus refugios. 47 |Viva el Sefior, bendita sea mi toca, sea glorificado Dios mi salvador, 48 el Dios que me dio el desquite, que pone a los pueblos bajo mis pies 49 y me salva de mis enemigos! Ta me das la victoria sobre mis adversarios, me libras de los hombres violentos. 50 Por eso te alabo entre los pueblos, por eso, Sefior, canto a tu nombre. 51 TG aseguras al rey la victoria, y otorgas tu favor a tu ungido, a David y su descendencia para siempre. SALMO 19 (18) Los cielos proclaman la gloria de Dios Gn 1 1.8; Job 38 31-33; Sal 9 3; 119 1 Al maestro de coro. Salmo de David. 2 Los cielos proclaman la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos; 3 el dia al dia le comunica el mensaje, la noche a la noche le transmite la noticia. Sal 19 (18): Salmo mixto en el que confluyen tres ele- mentos: un himno a Dios creador (Sal 19 27), un poema didactico sobre la ley (Sal 19 6-11) y una breve soplica (Gal 19 1218). En la primera parte (Sal 19 27), la oreacién entera, re- presentada por el cielo y el fimamento, por el ritmo regu: lar del dia y la noche y Ia érbita majestuosa del sol, entona tun hermoso canto de alabanza al creador. Toda la craacién cconstituye, sin palabras, un ininterrumpido mensaje de revelacion. La segunda parte (Sal 19 611) es una reflexién de corte sapiencial sobre la perfeccién de la ley, manifes- taci6n de la voluntad divina, y sus efectos postivos para @l hombre. Aparentemente dispares, las dos partes offe- cen una llamativa impresién de unidad: tanto la creacion ‘como la ley constituyen una admirable manifestacién de la divinidad, Sin embargo, el hombre, limitado por el peca- do y la ignorancia, dabe suplcar la misericordia diva (Sal 19 12-14). Una vez perdonado, puede unir sus humildes palabras al gran himno de la creacién y de la ley (Sal 19 48) 1049 SALMOS Sal 206 4 No es un mensaje, no son palabras, no es una voz que se pueda escuchar; 5 pero por toda la tierra se extiende su eco, y hasta los limites del mundo su mensaje. Allé, en lo alto, preparé una tienda para el sol, © él, como un esposo que sale de su habitacién, se recrea como un atleta, recorriendo su carrera. 7 En un extremo del cielo tiene su salida, y su 6rbita llega hasta el otro extremo, y no hay nada que escape a su calor. 8 La ley del Sefior es perfecta: da consuelo al hombre; el mandato del Sefior es verdadero: da sabiduria al ignorante; 9 Jos preceptos del Sefior son rectos: dan alegria al coraz6n; el mandamiento del Seiior es claro: da luz a los ojos. 10 E] temor del Sefior es puro: permanece para siempre; los juicios del Sefior son verdad: todos justos por igual; 11 son preferibles al oro, al oro mas fino; son més dulces que la miel, més que el jugo del panal. 22 Por eso tu siervo esté atento a ellos: cumplirlos trae una gran recompensa. 13 Con todo, ;quién conoce sus propios errores? Purificame ti de las faltas ocultas. 14 Protege también a tu siervo del orgullo, ique jamas me domine! Entonces seré irreprochable e inocente del gran pecado. 45 Que te agraden mis palabras y mis pensamientos, oh Sefior, roca mfa, mi redentor. SALMO 20 (19) Seftor, da la victoria al rey Sal 18 1050-51; 1 Re 18 30; Sal 33 16-17; 147 10-11; Is 40 30.31 1 Al maestro de coro. Salmo de David. 2 El Sefior te atienda el dia de la angustia, te proteja el nombre del Dios de Jacob. 3 El Seiior te envie socorro desde su templo, . sea tu apoyo desde Sién. 4 EI Sefior se acuerde de todas tus ofrendas y acepte con gusto tus holocaustos. 5 EI Seftor te conceda todos tus deseos y lleve a cabo todos tus proyectos, 6 para que podamos alegrarnos de tu triunfo y agitar banderas en nombre de nuestro Dios. El Sefior te conceda todo lo que has pedido. Sal 20 (19): Salmo de siplica comunitaria por el rey, estructurado en dos partes; stiplica del pueblo (Sal 20 28), y declaracion de confianza (Sal 20 7-10). Este salmo refieja antiguas instituciones y concepciones, del Israel monérquico. Ante la proximidad de la batalla, el ppuebio se retine y pide por su rey, el ungido 0 mesias del Sefior (Sal 20 2-6), cuya ayuda para alcanzar la victoria se considera imprescingible y se espera con seguridad (véa- se Sal 2). En la deciaracion de contianza con que culmina la sdplica (Sal 20 7-10) laten antiguas nociones de las gue- ‘ras del Serir. ia victoria no depende del volumen del ejér- cito 0 de la calidad del armamento, sino de la ayuda de Dios (Sal 207-8). Sal 207 SALMOS 1050 7 Ahora sé que el Sefior daré la victoria a su ungido, lo atendera desde los cielos santos con el poder de su mano victoriosa. 8 Unos confian en los carros, otros en los caballos, nosotros confiamos en el nombre del Sefior, nuestro Dios. 9 Ellos se tambalean y caen, nosotros nos mantenemos en pie. 10 jOh Seftor, da la victoria al rey, atiéndenos cuando te invoquemos! SALMO 21 (20) El rey se alegra por tu fuerza Sal 20; 61 1-8; 2 Re 20 1-7; Is 38 1-20; Sal 18 1 Al maestro de coro. Salmo de David. 2 Sefior, él rey se alegra por tu fuerza, jcudnto goza por tu victoria! 3 Ta le concedes lo que desea su coraz6n, no rechazas la oraci6n.de sus labios. 4 Te apuras a bendecirlo con el éxito, pones en su cabeza una corona de oro puro. 5 Te pidi6 vida y se la concedes; prolongas sus dias para siempre. 6 Gran fama le trajo tu victoria, lo rodeas de honor y majestad; 7 Je concedes bendiciones abundantes, lo colmas de felicidad en tu presencia. 8 El rey confia en el Sefior y puesto que el Altisimo lo ama, jamés fracasar4. 9 Tu mano derrotard a todos tus enemigos, tu derecha derrotard a tus adversarios: 10 Jos convertirds en horno de fuego cuando te enfrentes contra ellos. El Sefior los consumiré con su ira y el fuego los devorara. 11 Té borrards su descendencia de la tierra, y su raza de en medio de los hombres. 12 Pues han planeado hacerte dafio, han tramado intrigas, pero han fracasado: 13 td los hards huir en cuanto los apuntes con tu arco. 14 jLevantate, Sefior, con tu fuerza! ;Cantaremos y alabaremos tu valor! Sal 21 (20): Salmo sobre fa proteccién que Dios otorga al rey; est4 estructurado en tres partes: alabanza por las bbendiciones concedidas al rey (Sal 21 27), transicion (Sal 21 8), confianza en la viotoria del rey (Sal 21 9-1) Este salmo aparece intimamente relacionado con el anterior, ya que supone su continuidad légioa: la suplica ha sido escuchada (véase Sal 20 24) y Dios ha concedido la victoria al rey (Sal 21 2). En correspondencia, el puebio agradece ol don y todas las bendiciones concedidas al rey. En la segunda parte (Sal 21 s-14), el pueblo expresa su confianza en que el rey saldrd victorioso en todas las Obras que emprenda, siempre que cuenta con la ayuda Je Dios. ‘A pattr del Nuevo Testamento, estos salmos guerreros (Sal 20; 21) recben una comprensién nueva: las guerras de Cristo, nuevo Mesias, se desarrollan contra'los verda- deros enemigos de Dios y de su reinado: el pecado y ol mal en todos sus aspectos. El timo enemigo, la muerte, fue tambien vencido por él, haciéndonos participes de su victoria, 1051 SALMOS Sal 22 17 SALMO 22 (21) Dios mio, ;por qué me has abandonado? Is 5213-53 12; Mt 27 3539.43.46; Sab 2 18-20; Jn 19 28; 12 27; Heb2 12.18 ' Al maestro del coro; con la melodia de «La cierva de la aurora». Salmo de David. 2 {Dios mfo, Dios mfo! ;Por qué me has abandonado? Mis gemidos estén lejos de ti, mi Salvador. 3 Dios mio, de dfa clamo y no contestas; de noche, y no me haces caso. 4 Td estas en el santuario, donde te alaba Israel. 5 En ti confiaron nuestros antepasados, en ti confiaron y tt los libraste; 6 a ticlamaron y fueron salvados, POL LOOMED MOLY ADIN, AEGIS... 7 Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergiienza de la humanidad, desprecio de la gente; 8 todos los que me ven se rien de mi, hacen muecas, menean la cabeza: 9 «Se encomendé al Sefior, ;pues que él lo libre, que lo-salve, si es que lo ama!». 10 Porque fuiste ti quien me sacé del vientre, quien me mantuvo a salvo en el regazo de mi madre; 11 a ti fui confiado desde el seno, desde el vientre de mi madre eres mi Dios. 12 {No te quedes lejos, pues se acerca la angustia y nadie me socorre! 13 Me acorralan muchos novillos, me acosan toros de Basan, 14 abren contra mi sus fauces como leones que rugen y destrozan. 15 Estoy como agua derramada, todos mis huesos estan dislocados; mi coraz6n, como cera, se derrite en mi interior. 16 Tengo la garganta seca como una teja y la lengua se me pega al paladar; me has hundido en el polvo de la muerte. 17 Me acorrala una jauria de perros, - me cerca una banda de malvados: taladran mis manos y mis pies, Sal 22 (21): Salmo de lamentacién individual, estructu- rado en cinco partes: abandono del salmista y favores ppasados (Sal 22 212), persecucion de los enemigos (Sal 22 13-9), suplica (Sal 22 2022), accién de gracias por la libera- cién (Sal 22 28.27) y alabanza conclusiva (Sal 22 26-32), Por la fuerza de sus imagenes, la sinoeridad que des- prende y la intensidad del dolor descrito, el Sal 22 es una de las lamentaciones més impresionantes del salterio. El grit inicial (Sal 22 2) refleja toda ta tragedia de un hombre justo, sometido al sufrimiento, despreciado por los suyos y abandonado por Dios. En medio de la desesperacién, el ‘acuerdo de los pasados favores lo anima a suplicar ayuda 7-8,9-19) se hace con imAgenes presentes en otros salmos del género y con expresiones semejantes a las de la pa- si6n del siervo del Seftor (véase Is 50 49; 52 19-53 12). Después de la stplca intensa y confiada (Sal 22 2022), ol protagonista, ya liberado, entona un canto de accion de gracias y de alabanza universal (Sal 22 28.2), donde todos {os fieles son invitados a partcipar en su victoria final y en «el homenaje a Dios que no olvida alos pobres y oprimidos. Puesto en boca de Jestis crucficado (Sal 22 a=hMt 27 48) yctado en los relatos evangélicos de la pasion (Sal 22 89.16.19; véase Mt 27; Mc 15; Le 23; Jn 19), el salmo ad- ‘quiere nuevo sentido: Porque é mismo fue sometido al sutrimiento y a [a prueba, puede socorrer ahora a todos Jos quo estan bajo la prueba (Heb 2 18), Sal 2218 SALMOS 1052 18 puedo contar todos mis huesos; me miran con aire de triunfo, '9 se reparten mis ropas, se sortean mi vestido, 20 Pero tii, Sefior, no te quedes lejos, fuerza mfa, date prisa en socorrerme. 21 Librame de la espada, y mi tinica vida de las garras del perro; 2 sélvame de las fauces del leén, y mi pobre ser de los cuernos del biifalo. 23 Anunciaré tu nombre a mis hermanos, te alabaré en medio de la asamblea: 24 «los que respetan al Sefior, alabenlo; glorifiquenlo, descendientes de Jacob, témanlo, descendientes de Israel». 25 Porque no miré con desprecio ni sintié repugnancia por el humilde; no le oculté su rostro, y cuando le pedfa auxilio lo atendi6. 26 E] sera mi alabanza en la gran asamblea, cumpliré mis votos en presencia de quienes lo respetan. 27 Comerén los humildes y se saciarén, alabarn al Sefior los que lo buscan: «;Viva su coraz6n por siempre!». 28 Al recordarlo retornard al Sefior la tierra entera, todas las naciones se postrarén ante él. 29 Porque sélo el Sefior reina, é1 gobierna a las naciones. 30 $6lo ante él se postrardn los grandes de la tierra, ante él se inclinarén todos los mortales. Yo viviré para el Sefior, 31 mi descendencia le rendiré culto, hablardn de él a la generacién venidera, 32 narrardn su salvacion a los que naceran después, diciendo: «Esto hizo el Sefior». SALMO 23 (22) El Seftor es mi pastor Ez 34; Jn 10 1-16; Job 10 21-22 ! Salmo de David. El Sefior es mi pastor, nada me falta. 2 En prados de hierba fresca me hace descansar, Sal 23 (22): Salmo de confianza individual. Se trata probablemente de un salmo sobre el rey, reinterpretado después del exilic, Su estructura comprende dos partes: el buen pastor (Sal 23 1-), el huésped de Dios (Sal 235-5). Dios como pastor del pueblo y de los justos (véase Ez 34) inspira este hermoso y poética canto de confianza, en el que dominan los sentimientos de seguridad, paz y calma. La imagen del rebafo en las verdes praderas, junto a las aguas tranguilas, guiado certeramente y sin peligro por el pastor, deja paso, en la segunda parte, auna ‘esoena de banquste, de perfumes y de fiasta en el marco del templo, la casa del Sefior (Sal 23 6). Todas las image- ‘nes del saimo expresan la bondad y el amor de Dios para con sus files. La evocacién de Cristo como el buen pastor que da la vida por sus ovejas (véase Jn 10 1-21) y las resonancias ‘ecesiales y sacramentales de los simbolos (aguas, ban- uete, uncién, morada) hacen que el Sal 23 pueda ser lefdo con un sentido genuinamente cristiano. 1053 Sal 24 (23): Himno de alabanza a Dios, creador y rey (Sal 24 SALMOS Sal 24 10 3 me conduce junto a aguas tranquilas, y renueva mis fuerzas. Me guia por la senda del bien, haciendo honor a su nombre. 4 Aunque pase por un valle tenebroso, ningtin mal temeré, porque ti est4s conmigo; tu vara y tu bastén me dan seguridad. 5 Me preparas un banguete para envidia de mis adversarios, perfumas con ungiiento mi cabeza y mi copa esté Ilena. 6 Tu amor y tu bondad me acompaiian todos los dias de mi vi y habitaré por siempre en la casa del Seftor. SALMO 24 (23) EI Sefor es el rey de la gloria 1s 66 12; Sal 27 8.9; 2 Sm 6 12-16; Sal 118 19.20 1 Salmo de David. Del Sefior es la tierra y cuanto la lena, el mundo y todos sus habitantes, 2 pues él la establecié sobre los mares, él la fund6 sobre los rfos. 3 {Quién subiré al monte del Sefior? {Quién podré estar en su recinto sagrado? 4 El hombre de manos puras y limpio corazén, el que no da culto a los idoios, ni jura en falso. 5 Este recibird la bendicién del Sefior, y Dios, su salvador, lo proclamar4 inocente. 6 Asi es Jacob, la generacién de los que buscan al Sefior, de aquellos que vienen a tu presencia. 7 jPuertas, levanten sus dinteles, elévense, compuertas eternas, para que entre el rey de la gloria! 8 {Quién es el rey de la gloria? El Sefior, héroe poderoso; el Sefior, héroe de las batallas. 9 jPuertas, levanten sus dinteles, elévense, compuertas eternas, para que entre el rey de la gloria! 10 ;Quién es el rey de la gloria? El Sefior todopoderoso, él es el rey de la gloria. Tiene reminiscencias de un antiguo mito victorioso, cantado a dos coros y estructurado en tres par- tas: Dios creador (Sal 24 1-2), procesi6n litargica (Sal 24 34), entrada del Seftor en su santuario (Sal 24 7-10). EI salmo comienza con un breve himno a Dios, crea dor universal y vencedor de las fuerzas del caos (Sal 24 1-2), La segunda parte es una lturgia de entrada al templo, fn la que, a través de un didlogo, se definen los requisi- tos éticos, positives y negatives para entrar en el templo y recibir la bendicién divina (Sal 24 3-8; véase Sal 15). La tercera parte describe el regreso del Serior como guerre- ro victorioso a su templo entre la aclamacién de los fieles ‘cananeo de recreacién, que aqui es desmitologizado, y de la antigua institucion israelita de la guerra santa: la ‘comunidad entra en el santuario con el arca de la alianza, trono del rey de la gloria, que acaba de dar la victoria a ‘su pueblo. La Iglesia relee el salmo a la luz de la entrada triunfal de Jestis en Jerusalén (véase Mc 11 1-11 y par) y lo pro yecta a la parusia, cuando los justos se reuniran en la Jerusalén celeste y los limpios de corazén (Sal 24 4) verdn a Dios (Mt 5 8). Sal 251 SALMOS 1054 SALMO 25 (24) Muéstrame, Sefior, tus caminos Sal 86 4; 85 10-11; Prov 19 23; Sal 141 8.9 1 Salmo de Davi A ti, Sefior, me dirijo suplicante; 2 Dios mio, en ti conffo, no quede yo defraudado, que mis enemigos no se rian de mi, 3 No quedard defraudado el que en ti espera: quedarén defraudados los que traicionan sin motivo. 4 Muéstrame, Sefior, tus caminos, muéstrame tus sendas. 5 Gufame en tu verdad; enséfiame, pues tt eres el Dios que me salva: en ti espero todo el dia. 6 Acuérdate, Sefior, de que tu ternura y tu amor son etemnos. 7 No recuerdes los pecados ni las maldades de mi juventud; acuérdate de mi, por tu amor, por tu bondad, Sefior. 8 E] Sefior es bueno y recto; sefiala el camino a los pecadores, 9 guia por la senda del bien a los humildes, Jes ensefia su camino. 10 Todas las sendas del Sefior son amor y fidelidad para quien guarda su alianza y cumple sus mandamientos. 1) Por amor a tu nombre, Sefior, perdona mis culpas, que son muchas. 12: Quiéo.es el hombre sue hooraal Sebar?. E| Sefior le indicaré el camino a seguir, 13 vivird feliz y su descendencia poseeré la tierra. 14 El Sefior da su confianza al que lo honra, y le da a conocer su alianza. 15 Mis ojos estén fijos en el Sefior; él me libra de la trampa. 16 Mframe y ten piedad de mf, que estoy solo y afligido. 17 Aleja la angustia de mi coraz6n, sécame de mis sufrimientos; 18 mira mi afliccién y mis penas, y borra todos mis pecados. 19 Mira cudntos son mis enemigos, y con qué furor me odian. 20 Protege mi vida y Ifbrame, no quede yo defraudado por haber confiado en ti. 21 La integridad y la rectitud me protegeran, porque espero en ti, Sefior. 22 jLibra, oh Dios, a Israel de todas sus angustias! Sal 25 (24): Salmo de séplica y confianza, en disposi- cién alfabética y tono sapiencial. Su estructura compren- de tres partes: invocacién inicial (Sal 25 13), los caminos del Seftor (Sal 25 4-18), sUiplica conclusiva (Sal 25 16-22). El que cada verso deba comenzar con una letra sucesiva del alfabeto lleva consigo continuos cambios en las moti- vaciones a las que recurre el salmista, y mas de una re- peticién. Por otra parte, el innegable tono saplencial del saimo no apaga ia emocién y el sentimiento. La invocacién inicial (Sal 25 1-3) anticipa los sentimien- tos dominantes: a stplica y fa confianza; el que se fia de Dios no conocerd la desilusion, la vergdenza, ni el fraca- 80. Toda la parte central (Sal 25 4-18) es una amplia refle- xién sobre los caminos del Sefior, expresion de su amor y su voluntad, que el salmista desea conocer a fondo para ‘escapar de los peligros y obtener la proteccién y bendicién divinas. La parte central de la reflexion (Sal 25 6-10) tiene forma impersonal como corresponde al lenguaje de los ssabios, y culmina en una pregunta de corte retérico (Sal 25 12) que realza las beneficiosas consecuencias.de se- uit los caminos del Sefior. La sdplica conclusiva (Sal 25 1622) invoca de nuevo el perdén de Dios y la liberacién de todo tipo de suftimientos y enemigos, en forma genérica Al final, la siplica se abre a la salvacién de Israe! (Sal 25 22); en realidad el individuo liberado es simbolo visible de latiberacion de todo e! pueblo. Desde Jesucristo, camino, verdad y vida (Jn 14 6) podemos leer este salmo como una invitacién a conocer y ‘escuchar la voluntad de Dios para ponerla en practica. loss SALMOS Sal 272 SALMO 26 (25) He procedido con rectitud Sal 7; 17; 18 21-28; Job 31; Sal 73 13;-Dt 21 67 1 De David. Hazme justicia, Sefior, pues he procedido con rectitud, he confiado en el Sefior sin titubear jams. 2 Sondéame, Sefior, y ponme a prueba, examina mis entrafias y mi-corazén, 3 pues tengo siempre presente tu amor y procedo conforme a tu verdad. 4No me retino con gente falsa, ni ando con mentirosos; 5 odio al grupo de los perversos y no me retino con los malvados. 6 Lavo mis manos en sefial de inocencia, y estoy siempre junto a tu altar, Sefior, 7 dandote gracias en pablico y anunciando todas tus maravillas. 8 Sefior, yo amo la casa donde habitas, el lugar donde reside tu gloria. 9 No me trates como a los malhechores, ni me castigues como a los hombres sanguinarios, 10 cuyas manos estén Ilenas de crimenes y soborno. 41 Yo, en cambio, he procedido con rectitud: sélvame y ten piedad de mi. 12 Mis pies se mantienen en el camino recto. En la asamblea bendeciré al Sefior. SALMO 27 (26) El Sefior es mi luz y mi salvacion Sal 18 29; 36 10; 23 6; Os 11 8; Sal 8611 1 De David. El Sefior es mi luz y mi salvaci6n, a quién temeré? El Sefior es mi fortaleza, ;quién me har temblar? 2 Cuando los malvados se Janzan contra mi para devorarme, son ellos, mis adversarios y enemigos, los que tropiezan y caen. Sal 26 (25): Salmo de stplica individual invocando la inocencia del que suplica. La estructura comprende cinco secciones, dispuestas en forma concéntrica: a: recto pro- coder (Sal 26 1.3); b: los malvados (Sal 26 4); c: alaban- za en el templo (Sal 26 68); b’: los malvados (Sal 26 -10); a’: recto proceder (Sal 26 11-12). Un inocente, injustamente acusado, busca el refugio ddl santuatio y, en medio del ito de putiticacién (Sal 26 6- 4), Se somete al juicio de Dios (Sal 26 +.2), haciendo una solemne proclamacién de inocencia (Sal 26 48) con moti- vaciones semejantes a Sal 11 (véase Sal 7; 17; 101 24; Job 31). Puesto que se ha separado de los ralhechores, pide a Dios que no lo asocie a la suerte de éstos (Sal 26 9-10). La alabanza anunciada en la seccién central (Sal 26 7) resuena como bendicién conclusiva tras una nueva pro- clamacién de inocencia (Sal 26 11-12). Sal.27-(26): Salmo de contianza y siplica, estructura- do en tres partes: canto de confianza (Sal 27'1-), sUplica en la persecucién (Sal 27 7-12), nueva afirmacién de con- fianza (Sal 27 13-14) Dios es luz, salvacin y fortaleza (Sal 27 1); por aso, el salmista canta su confanza, esperando que nada ni nadie pondré en peligro su seguridad (Sal 27 23). La expresién palpable y privilegiada de tal confianza es el santuario, garantia de la plena comunién con Dios (Sal 27 4-6). Inclu- 0 en medio de las dificutades (enemigos, testigos falsos: Sal 27 23.1-12), la siplica desborda el mismo sentimiento de confianza, que al final se convierte en una insistente invitacién a la esperanza (Sal 27 13-14). Sal 273 SALMOS 1056 3 Aunque un ejército acampara contra mi, no temo; aunque me hicieran Ia guerra, me sentiria seguro. 4 Una cosa pido al Seftor; esto ¢s lo tinico que busco: vivir en la casa del Sefior todos los dias de mi vida, disfrutar de la dulzura del Sefior frecuentando su templo. 5 El me dard refugio en su recinto en el dfa del peligro; me ocultaré en lo mas escondido de su tienda, me pondra sobre una roca. 6 Luego me concederé la victoria sobre los enemigos que me rodean; y yo ofreceré en su tienda sacrificios entre aclamaciones, cantando y tocando para el Seftor. 7 Escucha, Sefior, mi clamor; ten piedad de mi, atiéndeme. 8 Me dice el coraz6n: «Busca su rostro». Si, tu rostro, Sefior, es lo que busco; 9 no me ocultes tu rostro, no rechaces irritado a tu siervo; td eres mi auxilio, no me desampares, no me abandones, joh Dios, salvador mio! 10 Si mi padre y mi madre me abandonan, el Sefior me recibird. 4 Sefiélame tu camino, Sefior, guiame por la senda del bien, porque me persiguen; 12 no me entregues al poder de mis adversarios, pues se levantan contra mi testigos falsos, que estan Ilenos de violencia. 13 Espero gozar los bienes del Sefior en la tierra de los vivos. 14 Espera en el Sefior, sé fuerte; ten animo, espera en el Sefior. SALMO 28 (27) Sefior, escucha mi voz suplicante Prov 26 24-25; Jr 50 29; Is 5 12; Sal 527 1 De David. A ti, Sefior, te invoco; roca mia, no guardes silencio ante mi, que si no me respondes, seré como los que bajan a la tumba. 2 Escucha mi voz suplicante cuando te grito, cuando levanto mis manos hacia tu santuario. 3 No me arrastres con los malvados, ni con los malhechores, que hablan de paz con el projimo, pero llevan la maldad en el corazén. 4 Trdtalos segiin sus obras, segtin la maldad de sus acciones, dales su merecido por Jo que han hecho. 5 Pues no entienden las acciones del Sefior, ni la obra de sus manos: iQue él los destruya para siempre! 6 (Bendito sea el Seftor, que escucha mi voz suplicante! 7 El Sefior es mi fortaleza y mi escudo, ‘Sal 28 (27): Salmo de stiplica y accién de gracias indi- vidual, estructurado en tres partes: suplica ante los ene- mmigos (Sal 28 +8), accién de gracias (Sal 28 64), plegaria por el puebio (Sal 28 9). E! salmo sigue el modelo més comcin de las suplicas y lamentaciones. La séplica inicial recurre a expresiones ‘genéricas (Sal 28 12), pero después se concreta en una plegaria para que Dios libere al salmista de los malvados que deberan ser castigados por su mal proceder (Sal 28 <3). Continda con un canto de accién de gracias a Dios por la salvacion ya obtenida o esperada (Sal 28 6-7), que in- cluye también al pueblo y al rey (Sal 28 6), beneficarios de Ia aocién salvifca de Dios, como lo confirma ia silica Conclusiva (Sal 28 3). 1057 SALMOS Sal 302 mi coraz6n conffa en él, y al punto me socorre. Mi corazén se Ilena de aiegria, y con mis cantos le doy gracias. 8 El Sefior es la fortaleza de su pueblo, un refugio de salvacién para su ungido. 9 Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, pastoréalos y guialos por siempre. SALMO 29 (28) La voz del Seior Sal 77 17-19; 92 2-6; 144 5.6; Ex 19 16; Job 37 45 1 Salmo de David. jAlaben al Seftor, hijos de Dios, alaben la gloria y el poder del Sefior, 2 alaben la gloria del nombre del Sefior, péstrense ante el Sefior cuando manifiesta su grandeza! 3La voz del Sefior sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Sefior sobre las aguas torrenciales. 4 La voz del Sefior es potente, la voz del Sefior es majestuosa. 5 La voz del Sefior destroza los cedros, el Sefior destroza los cedros del Libano; 6 hace brincar al Libano como a un novillo, y al Hermén como a una cria de bifalo. 7 La voz del Sefior lanza llamas de fuego. 8 La voz del Seiior hace temblar el desierto, el Seiior hace temblar el desierto de Cadés. 9 La voz del Sefior retuerce los Arboles, el Sefior arrasa los bosques. En su templo todo grita: ;Gloria! 10 E] Sefior domina las aguas desbordadas, el Sefior se sienta como rey eterno. 11 El Sefior da poder a su pueblo, el Sefior bendice a su pueblo con la paz. SALMO 30 (29) - Cambiaste mi luto en danzas Sal 97 12; Is 54 7-8; Sal 88.11.13 1 Salmo; canto para la dedicacién del templo. De David. 2 Yo te alabo, Seftor, porque me has librado, no has dejado que mis enemigos se rian de mf. Sal 29 (28): Himno majestuoso al poder de Dios sobre ta oreacién. Su estructura, de gran regularidad y armonia, comprende tres partes: invitacion a la alabanza (Sal 29 1- 2), la vor del Sefor (29 24), acciones salvficas de Dios (Sal 29 10-11). EI salmo es la adaptacién yavista de un antiguo himno cananeo a Baal, dios de la tormenta. En la invitacion in cial se invoca ta gloria del Sefior (Sal 29 1b-2a), uno de los temas bésicos del salmo. La soccién central (Sal 29 +8) ‘sti dominada por la voz del Sefor que el salmsta presenta bajo la imagen del trueno; el término “voz" se repite siete veces (niimero perfecto), para manifestar el poder y el se- florio de Dios que en la tormenta y el terremoto sacude la creacion y doblega todos los poderes. A esta manitesta- ién edsmica del poder divino responde como un eco el grito del gloria! (Sal 29 st), pronunciado por la asamblea en respuesta a la invitacion incial (Sal 29 +2). EI salmo concluye con la enumeracion de cuatro acciones salviticas del Sefior (Sal 29 10-1), que parecen remitir nu- méricamente a las invitaciones iniciales. Sal 303 SALMOS, 1058 3 Sefior, Dios mio, a ti grité y me sanaste; 4 ta, Seftor, me libraste del abismo, me reanimaste cuando estaba a punto de morir. 5 {Canten al Sefior, fieles suyos, den gracias a su santo nombre! 6 Porque su enojo dura un instante, pero su bondad, toda la vida: por la tarde nos domina el Llanto, por la mafiana todo es alegria. 7 En mi prosperidad yo pensaba: «No fracasaré nunca». 8 Tu bondad, Sefior, hizo de mf una fortaleza inaccesible; pero te escondiste, y quedé desconcertado. 9 A ticlamo, Sefior; a ti, Sefior mio, te suplico. 10 {Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la tumba? {Te dard gracias el polvo o anunciar tu fidelidad? 11 jEscucha, Sefior, ten compasién de mf, Sefior, ven en mi ayuda! 12 Ta cambiaste mi luto.en danzas, me quitaste la ropa de duelo y me vestiste de fiesta; 13 por eso te canto sin descanso: Seftor, Dios mio, te daré gracias por siempre. SALMO 31 (30) En tus manos encomiendo mi espfritu Sal 71 1-2; Le 23 46; Heh 7 59; Job 19 13-19; Sal 22; 69; Jr 20 7-10; Ap 7 15-16 1 Al maestro de coro. Salmo de David. 2 En ti, Sefior, me refugio; no quede yo defraudado; Ifbrame por tu bondad, 3 hazme caso, date prisa en socorrerme. Sé para mi roca de amparo y fortaleza protectora. 4 TG eres mi roca y mi fortaleza: guiame y conddceme por el honor de tu nombre. 5 Sécame de la red que me han tendido, pues té eres mi auxilio. 6 A tus manos confio mi espiritu; td, Seiior, el Dios fiel, me rescatards. 7 Ta odias a los que adoran fdolos vanos, pero yo confio en el Sefior. Sal 90 (29): Salmo de accién de gracias individual, estructurado en cuatro partes: accién de gracias (Sal 30 2- 6), falsa seguridad y abandono (Sal 30 7-8), suplica (Sal 30 9-1), liberacién y accion de gracias (Sal 30 12-3). El salmista entona su alabanza (Sal 30 2) y agradece a Dios fa liberacién de un grave peligro o de una enferme- dad mortal (Sal 30 34.12), ocasionada por su falsa seguri- dad 0 exceso de presuncién (Sal 30 7). En la siplica se ‘esgrime un motivo conocido: los muertos ya no pueden ala- bar a Dios (Sal 30 10; véase Sal 6 6; 88 11-13). Dios inter- viene, en respuesta a la sUpiica, cambiendo la situacién de luto en alegria (Sal 30 12). El salma concluye, como al co- mienzo, haciendo profesién de agradecimiento perpetuo (Ga! 3019). En la muerte de Cristo se evoca la situacién del hom- bre que llega al limite de la desesperacion. La interven ci6n de Dios, rescaténdolo de la muerte, abre una nueva esperanza y justifica la actitud de accién de gracias. Sal 31 (30): Salmo mixto de sdplica, confianza, lamen- tacién y accion de gracias. Su estructura comprende cinco secciones: siplica (Sal 31 26), confianza (Sal 3169), la- mentacién (Sal 31 10-14), siplica confiada (Sal 31 15-3), accién de gracias con invitacion final (Sal 31 20:25). La situaci6n que desencadena la sipiica inicial e ‘ca: un inocente, injustamente perseguido y acusado, re- ‘ourre a Dios con plena confianza. Roca, fortaleza, refug son imagenes con las que el salmista nombra frecuen ‘mente al Dios fel (Sal 31 2-6) que proporciona auxilo, se- ‘guridad y paz. En.la descripcion de los sutrimientos fisi- ‘00s y morales del salmista (Sal 31 10-14) encontramos ecos Sal 22 y de Jr 20 7-10. Tras los lamentos reaparece la stplica confiada (Sal 31 15-13) con la que el salmista se pone en manos de Dios y le pide su propia salvaciGn y el ‘castigo de los enemigos. La alabanza final (Sal 31 20-25) supone la intervencién saivifica de Dios. Por eso, el salmis- ta invita a la comunidad a unirse a su alabanza y a confiar en Dios. Las ditimas palabras de Cristo en la cruz, que segdin la tradicion lucana (Le 23 46) estan tomadas de Sal 31 6, destacan la actitud de abandono y confianza absoluta en cl Padre con que Jess vivié toda su vida. 1059 SALMOS, Sal 322 8 Me llenaré de jtibilo y alegria por tu amor: porque has visto mi sufrimiento y conoces mi angustia; 9 no me entregaste en poder del enemigo, me dejaste caminar en libertad. 10 ;Ten piedad de mi, Sefior, que la angustia me ahoga! Se consumen de tristeza mis ojos, mi garganta y mis entrafias, 11 pues se me va la vida en sufrimientos y los afios en suspiros; mi fuerza se extingue por las penas y mis huesos se debilitan. 22 Soy la burla de todos mis agresores, motivo de risa para mis vecinos, el espanto de mis conocidos; los que me ven por la calle huyen demi; 13 olvidado de todos como un muerto, me he convertido en un objeto inttil. 14 Oigo calumnias de muchos y amenazas por todas partes; conspiran contra mf, planean quitarme la vida. 15 Pero yo confio en ti, Sefior; yo te digo: «{Tti eres mi Dios!» 16 Mi destino estd en tus manos, Iibrame de los enemigos que me persiguen. 17 Que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, jsdlvame, por tu amor! 18 Te he invocado, Sefior, no quede yo defraudado; que queden defraudados los malvados, y se precipiten mudos al abismo. 19 Enmudezcan los labios mentirosos que dicen insolencias contra el justo con desprecio y con soberbia. 20 {Qué grande es tu bondad, Sefior! Ti la reservas para los que te respetan, y la ejerces en presencia de todos con los que se refugian en ti. 21 Al amparo de tu presencia, los ocultas de las intrigas de los hombres; bajo la tienda los proteges de las lenguas murmuradoras. 22 ;Bendito sea el Sefior! El me mostré su amor en el momento del peligro. 23 Yo decia consternado; «Me has echado de tu presencia». . Pero tii escuchabas mi voz suplicante cuando te invocaba. 24 Amen al Seftor todos sus fieles, pues el Sefior protege a sus leales, pero castiga sin compasién al orgulloso. 25 |Sean fuertes y animense, todos los que esperan en el Sefior! SALMO 32 (31) Perdonaste mi falta y mi pecado Rom 4 7-8; Sal 51; 33 1 Canto de David. Dichoso el que fue absuelto de su culpa y a quien se perdoné su pecado. 2 Dichoso el hombre a quien el Sefior no le tiene en cuenta su falta, y en cuyo espiritu no hay engafio. Sal 323 SALMOS 1060 3 Mientras callaba, se consumian mis huesos gimiendo todo el dia, 4 pues dia y noche tu mano pesaba sobre mf; desaparecié mi fuerza como la humedad en tiempo seco. 5 Pero reconoci ante ti mi pecado, no te oculté mi falta; pensé: «Confesaré al Sefior mis culpas». 'Y tii perdonaste mi falta y mi pecado. 6 Por eso te imploran todos los fieles en los momentos de angustia, y aunque se desborden las aguas caudalosas, no los alcanzarén. 7 TG eres mi refugio, me libras del peligro, me inundarés de alegria por la liberacién. 8 Yo te instruiré, te mostraré el camino a seguir, y me ocuparé de ti constantemente. 9 No sean irracionales como caballos o mulos, cuyo brio hay que domar con rienda y freno para servirse de ellos. 10 Muchas son las penas del malvado, pero al que confia en el Sefior lo envuelve el amor. 11 jAlégrense, justos, y regocfjense con el Sefior, den gritos de felicidad Ios rectos de corazén! SALMO 33 (32) Aclamen, justos, al Sefior Sal 119 64; Gn 1 9-10; Job 38 8-11; Sal 94 9-11; 139 1-16 1 Alégrense, justos, en el Sefior, que la alabanza es propia de los buenos. 2 Den gracias al Sefior con el arpa, toquen para él la lira de diez cuerdas; 3 cAntenle un cAntico nuevo, toquen con arte para él y aclamenlo. 4 Pues la palabra del Sefior es sincera, todas sus acciones son leales. 5 El ama la justicia y el derecho, el amor del Sefior lena la tierra. 6 La palabra del Sefior hizo el cielo, el aliento de su boca, todas sus estrellas. Sal 32 (31): Salmo de accién de gracias individual, enmarcado en un posma sapiencial. Su estructura com- prende dos grandes partes (Sal 32 15 y 6-1) y cinco sec-

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