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Sede Gualeguaychú
EMAIL: rosario_aguilar15@hotmail.com
shedear@hotmail.com
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PROFESORA DE ENSEÑANZA NIVEL PRIMARIO
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MAESTRA DE ENSEÑANZA BASICA
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INDICE
Portada……………………………………… 1
Índice……………………………………….. 2
Resumen…………………………………….. 3
Introducción……………………………… … 4
A cerca del triángulo educativo…………… 5
Indefinición del rol docente………………… 8
Conclusión…………………………………… 10
Bibliografía………………………………….. 11
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Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales- Profesorado
Superior de Pedagogía- Subsede Gualeguaychú
Resumen o Abstract
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Introducción
Como docentes que desarrollan sus prácticas en una escuela a la que asisten
niños de bajos recursos económicos a menudo reflexionamos sobre la situación de la
misma, la visión que sobre ella y nosotros, los docentes, tiene la comunidad de padres y
la sociedad en general. Cabe preguntarse, y de hecho lo hacemos, si esa mirada no es la
misma que tenemos quienes ahí desarrollamos nuestra tarea, y en qué medida somos
responsables de la misma.
En esta escuela en particular, las tareas áulicas son interrumpidas a diario por la
visita de profesionales de otras instituciones como: asistentes sociales, odontólogos,
nutricionistas, sicólogos sociales, sicólogos y sicopedagogos, personas de instituciones
de beneficencia como Cáritas Diocesana, autoridades del Consejo del Menor y la
Familia, en fin, día a día desfilan por la escuela cumpliendo su labor que nada tiene que
ver, en muchos casos con la tarea pedagógica que ahí debería desarrollarse. De esta
manera se le resta tiempo y espacio a lo primordial, la construcción de conocimientos;
de más está decir que en muchas oportunidades la clase debe interrumpirse para brindar
ayuda material, como zapatillas, ropa, etc., o bien retirarnos a la cocina para servir el
almuerzo a aquellos niños que por algún motivo no llegaron a horario al comedor
escolar.
Este sin fin de tareas que debemos cumplir, asociada a la visión que tenemos de
nuestros alumnos (desconfianza en poder educarlos, desvalorización de las posibilidades
de aprender, desinteresados, apáticos, sin expectativas de futuro) nos obliga a reducir y
seleccionar los contenidos a enseñar, dicha selección se basa en lo que nosotros creemos
que “le servirá para la vida”, saber leer, escribir y operar matemáticamente.
En este trabajo trataremos de hacer un análisis reflexivo sobre el valor e
importancia que los docentes le otorgamos al conocimiento, sobre la función que
cumple en la vida de los niños pobres, analizaremos desde nuestra experiencia cotidiana
la indefinición de nuestro rol, y nuestro compromiso no solo con el conocimiento sino
también con el alumno como agente social. Para ello nos apoyaremos en bibliografía
específica de autores como Paulo Freire, Silvia Duschatsky, S. Nicastro y otros autores
que detallaremos en el anexo correspondiente.
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Primeramente trataremos el tema de la relación docente-alumno-conocimiento
en contexto de pobreza; posteriormente haremos una revisión sobre el rol docente y la
indefinición del mismo en los contextos mencionados con el propósito de dilucidar si
nosotros, docentes comprometidos con la realidad social de nuestro país contribuimos a
la formación de ciudadanos libres mediante una educación integral.
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de los alumnos se basa en los índices de repitencia, deserción o ingreso tardío al
sistema, la promoción de los alumnos a pesar de no haber alcanzado los aprendizajes
esperados, que se traduce en la necesidad de diseñar ofertas de educación especial o
estrategias integradoras y en algunas conductas como son la apatía, el desinterés y el
desgano observable en el aula.
El tema de la educabilidad hace referencia a inmadurez, incompletud, pero
también a una posibilidad de apertura al cambio, a la posibilidad de ser educado.
(Baquero: 2001)
El hombre es un ser histórico que se hace y rehace socialmente, en la
experiencia social se constituye como lo que es, por lo tanto es incompleto, inacabado o
inconcluso, a diferencia de los demás seres vivos del planeta, el hombre es conciente de
ese inacabamiento, esa conciencia creó la educabilidad del ser, por ello la educación es
una especificidad humana. Esta conciencia del inacabamiento le permite hacer una
lectura del mundo, saberse diferente del otro, percibir el no yo. La capacidad de captar
la objetividad del mundo proviene de la curiosidad, que junto con la conciencia del
inacabamiento constituyen el motor esencial del conocimiento, lo empuja a la búsqueda
constante de la verdad, a la necesidad de captar el sentido de la realidad y transmitirlo,
es por esta inconclusión que todo ser humano se torna educable. (Freire: 2006)
Por lo tanto es una obligación del docente promover la curiosidad del
educando, inventar situaciones creadoras de aprendizajes para que pueda apropiarse del
objeto cognoscible.
Según María Vega y María Miranda no se trata de sobrevalorar el
conocimiento, hay que tener en cuenta que este es el medio que opera para producir
cambios en la vida del sujeto que aprende, la interacción con los conocimientos de cada
cultura permite la formación de la competencia intelectual, siendo este un elemento
importante para la liberación del hombre. (M. Vega, M. Miranda: 2003)
En las clases desfavorecidas la actividad central de la escuela se centra en los
conocimientos prácticos, en el trabajo manual, en otros contextos en cambio, la
actividad se identifica con el trabajo mental. Esto marca la diferencia y fragmenta el
sistema educativo, de donde surge la concepción de escuelas para “ricos y pobres
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Para freire, enseñar exige el respeto a los saberes de los educandos, sobre
todo el de las clases populares, según él estos son construidos en la práctica
comunitaria, nos propone la necesidad de discutir con ellos la razón de ser de esos
saberes en relación con la enseñanza de los contenidos. (Paulo Freire: 2005)
Como educadores necesitamos hacer una lectura del mundo que los grupos
populares hacen de su contexto inmediato y del más amplio del cual el suyo forma parte,
no podemos dejar de considerar su saber hecho de experiencia, su comprensión del
mundo y de su propia presencia en él, esta lectura precede siempre a la palabra. (Freire:
2005)
Siguiendo el pensamiento de Freire acordamos con él en que los docentes nos
vemos en una gran disyuntiva, por un lado no podemos adaptarnos al saber popular, pero
por el otro no podemos imponer nuestro saber como verdadero, debemos mediante el
diálogo desafiar al grupo popular a pensar su historia para superar los conocimientos
adquiridos en la experiencia que no pueden explicar ciertos hechos.
Sin embargo, la escuela no debe estar abierta solo a la realidad contextual de sus
alumnos, se requiere que también el docente este dispuesto a aprender de sus relaciones
en el contexto concreto. Esto requiere de cierta humildad para poder reconocerse
aprendiendo muchas veces junto a aquellos que aún no están escolarizados.
Este aprendizaje le permitirá conocer el mundo concreto de sus alumnos, la
cultura en que se encuentra su lenguaje, su sintaxis, su semántica, en la que se forman
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ciertos hábitos, gustos, creencias y deseos no siempre compatibles con la cultura del
docente. (Freire: 2007)
Tampoco se trata de dejar que la cultura experiencial se reproduzca porque si
dentro de la escuela, sino que el individuo en formación ha de poder reconstruir su
pensamiento vulgar con las herramientas de la cultura crítica para que como dice Freire
“disminuyan sus desventajas en la lucha por la vida y ganen un instrumento fundamental
para la lucha necesaria contra las injusticias y las discriminaciones. (Freire: 2007)
La actividad específica de la escuela es la construcción de conocimientos, pero
desde la concepción que el docente tiene sobre la incapacidad de aprender de sus
alumnos, y con el criterio de enseñar aquello que “sirva para la vida”, en la escuela los
niños aprenden cosas que pueden aprender afuera.
Enseñar a pensar críticamente debería ser el desafío más alto del docente, ya
que es lo que le permite a cada persona tomar decisiones sobre su accionar en diferentes
momentos de su vida, pero esto exige que la institución educativa se atreva a poner en
duda los propios puntos de vista, valores, ideas y prejuicios, ya que si el docente no
puede comprender y aceptar la diversidad será muy difícil que pueda contener la que
emerge del aula y la comunidad.
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termina de delimitarse ya que se desplaza de su función central que es la de mediador
entre el conocimiento y los niños.
Este cambio de roles, tanto de los docentes como de la escuela, que en vez de
enseñar a construir conocimientos y valores democráticos, intenta reparar la injusticia
social, la falta de afecto y el maltrato, tiene consecuencias tan graves para los docentes
como para los alumnos, quienes además de ser deprivados sociales se convierten en
deprivados escolares , en tanto que el maestro empobrece su nivel de conocimientos,
aumenta su frustración ante lo que no puede modificar y corre el riesgo de caer en un
círculo de enojo–violencia respecto de los alumnos como causantes de esa situación, y las
soluciones individuales a los problemas que deben enfrentar varían desde la benevolencia
y la compasión hasta la hostilidad y la indiferencia.
Estamos preparados para trabajar con la homogeneidad con rendimientos
medios, aunque en nuestros discursos este presente lo heterogéneo y la diversidad,
cualquier desfasaje es visto como discapacidad que debe ser atendida en centros de
educación especial o bien simplificada al límite de ser pobre, de esta manera el docente
deja entrever con sus acciones que la existencia material determina la conciencia y que
el lugar social del nacimiento es el determinante de la calidad de la educación que el
sujeto recibirá, conceptualizan como naturales las diferencias sociales y consideran
innato lo que es adquirido en la socialización primaria.
La desvalorización que el docente hace sobre las capacidades intelectuales de
sus alumnos, afecta la constitución de la subjetividad de los mismos, y en consecuencia la
desvalorización del maestro como enseñante, ya que al no existir un sujeto a quien
enseñar termina no habiendo un sujeto que enseñe, en estas condiciones el conocimiento
resulta ser un objeto de dádiva, que al igual que las “zapatillas y las ropas” siempre son
de otros y no se ajustan a sus medidas.
Los docentes que trabajan en contextos críticos, muchas veces se encuentran
totalmente desarmados para sostener una práctica en un ámbito de pobreza, están
desprotegidos y faltos de preparación, no reconocen la escuela como un lugar de trabajo,
estas representaciones dificultan su acción profesional y el manejo de sus propias
emociones.
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“¡SI EL NIÑO SE ENCUENTRA EN RIESGO ESCOLAR Y SOCIAL, EL
DOCENTE SE ENCUENTRA EN RIESGO PROFESIONAL, Y EN ALGUNOS
CASOS PELIGRA SU SALUD!” (Rosbaco: l999)
Conclusión
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Bibliografía
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