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2DO CONGRESO REGIONAL DE HISTORIA E HISTORIOGRAFIA

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral.


“Discutiendo los objetos de Tesis de Investigación Histórica”. Responsable Dra. Teresa
Suárez.
“Anudando relaciones de género: honor, afectos y conflictos”.
Bidut, Vilma E. CEIM- CESOR- UNR
vbidut@yahoo.com.ar

Introducción

Esta tesis comenzó a partir de la elaboración de un proyecto de investigación


como lo requería el cursado de la Maestría“El Poder y la sociedad desde la
problemática del género”. En la historiografía la mayoría de las indagaciones sobre el
pasado sigue ubicando al estudio de las prácticas de las mujeres en un lugar
marginal, aunque existen esfuerzos para revertir esta situación. Cursar la Maestría
con una orientación sobre la problemática de género significó una propuesta que nos
llevó a reflexionar acerca de nuestras propias prácticas y nuestros ideales. La
categoría de género permitió pensar una historia donde se resituaba a las mujeres y a
los varones en el contexto social, político y económico deslizando a las primeras
desde el lugar marginal a otro central. Pero no solo para hacerlas visibles sino
también para elevarlas a la categoría de sujetos, analizando las relaciones entre
ambos géneros.
En realidad el tema con el que comencé a reflexionar trataba sobre la
relación entre mujer y trabajo durante el siglo XIX al sur de la provincia de Santa Fe.
Pero a medida que avanzaba sobre algunos aspectos de la investigación comprendí
que tendría que ampliar la perspectiva. Así decidí que me dedicaría a los sectores
subalternos y a la vida cotidiana atravesada por la problemática de género. Por lo
tanto, abordaría situaciones de ciertos sectores sociales, “aquellos que no tienen
historia”, mostrando su comportamiento y su ajuste a los valores de la sociedad
postcolonial en un período que abarcaría desde los años 20 hasta los 50 del siglo XIX.
Dos textos fueron claves en la definición de la investigación “Costumbres en común
“de E. P Thompson y el artículo “Historia desde abajo” de Jim Sharpe en la conocida
compilación “Formas de hacer Historia”, y además, “Luchas por la supervivencia en
América Colonial” de Nash y Sweet, S Stern con “La historia secreta del género”,sin
olvidar los artículos de la revista Historia Social, publicada en Valencia, los cuales me
permitieron imaginar la posibilidad de escribir las historias de la gente común, de
aquellas que quedaban para las anécdotas en las aulas o para las notas en un pie de
página y que no parecían formar parte de la Historia. Desde la historiografía nacional
los aportes historiográficos de Carlos Mayo, Silvia Mallo, Susan Socolow, Teresa
Suárez, Ricardo Cicerchia y los volúmenes de la Historia de las Mujeres e Historia de
la vida privada y particularmente sobre la historia de la provincia de Santa Fe de los
siglos XVIII Y XIX, los trabajos recientes de Dario Barriera , Griselda Tarragó, Niida
Areces y Sonia Tedeschi, además de los tradicionales de Cervera, Alvarez, y Gianello,
El logro de una mayor precisión en la delimitación del objeto fue una tarea
más ardua. A veces rodeada de dudas, inseguridades e incoherencias, terminaba
navegando por el mundo y sus alrededores. Me interpelaba sobre si era posible
escribir una historia social, partiendo de los datos judiciales, pues como sabemos, los
datos sobre la economía y la sociedad de esta región siguen siendo escasos. Con
muchas inseguridades y con los riesgos que esta empresa significaba seguí pensado
que era posible. Así, las preguntas iniciales que dieron lugar a esta investigación
estuvieron articuladas con las relaciones entre los individuos ¿Cómo eran estos
vínculos? Y a los conflictos ¿Cómo los resolvieron? ¿Cuáles eran las causas, cómo

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los enfrentaron? ¿Cuáles las estrategias? ¿Qué significaba el honor? ¿Cuáles las
relaciones entre los vecinos? ¿Cómo actuaron ante cada caso las autoridades
judiciales?. Las respuestas las encontraría en las declaraciones existentes en los
expedientes judiciales, en sus enfrentamientos por cuestiones triviales que nos
mostrarían el funcionamiento real y cotidiano. Tales son algunos de los problemas que
abordamos a partir de una región, que permitió considerarlos en conjunto y lo más
exhaustivamente posible. En la hipótesis de trabajo, nos planteamos constatar cómo
las personas defendían sus intereses – materiales e inmateriales- recurriendo a la
Justicia. Así las autoridades resolvían los conflictos, tanto del ámbito doméstico como
del público, donde las quejas y las denuncias de las mujeres no traducían sin
embargo un cuestionamiento al lugar de poder que ejercían los varones de la familia.

Periodización

Este período era un momento especialmente conflictivo durante el


transcurso de las luchas por la independencia y luego las guerras civiles atravesadas
por la construcción de los estados provinciales. Además es uno de los períodos
históricos menos estudiados desde esta perspectiva historiográfica. La imagen del
caudillo ha opacado toda mirada diferente. En este contexto quiero recordar uno de
los aportes más recientes desde lo político, como los trabajos de Sonia Tedeschi,
quien explica este fenómeno del caudillismo con nuevas categorías de análisis. Pero
volvamos a lo nuestro ¿por qué esta periodización?. Los criterios para establecerla
estuvieron guiados por dos razones, una muy concreta: los archivos en los que
indagaba comenzaban aproximadamente en los años 20 del siglo XIX, en estrecha
relación con el lento repunte económico del sur santafesino que llevó al gobierno
provincial a la reorganización del poder judicial. La otra está relacionada con un
aspecto institucional como es el dictado de la Constitución de 1853, pues como
sabemos, estos años significan cambios políticos, económicos y sociales que llevarán
a la conformación del estado nacional.

Fuentes

La documentación utilizada resulta variada y de una riqueza extraordinaria


para el estudio de los conflictos sociales, valores, pautas de vida, familia y conducta
social de los individuos que habitaban el sur santafesino. El trabajo con la
documentación de los archivos judiciales (civil y criminal) es difícil. Estas colecciones
están completas para algunos años, mientras que, para otros la ausencia de
documentación tiene coincidencia cronológica con las épocas de guerras y
enfrentamientos militares entre los santafesinos. Aún así resultan claves para medir la
violencia existente en esta sociedad. Como sabemos, las causas que llegaban al Juez
de Paz son un indicador de la intensidad y frecuencia de las disputas, pues el pleito
era el último recurso para resolverla. Usualmente sólo llegaban a esta instancia los
conflictos cuyo valor monetario, gravedad o el encono de las partes impedía que
fuesen negociados oralmente con la mediación del comisario. Existía una política
estatal que trataba de impedir los juicios largos y costosos. Todos estos motivos
hacen poco recomendable un planteamiento exclusivamente cuantitativo.
Las fuentes inéditas, forman parte de los materiales del Archivo Documental
del Museo Histórico Provincial Julio Marc de la ciudad de Rosario. Son documentos
públicos que provienen del Juzgado del Crimen, cuyos procesos abarcan los años
1823-1850, del fondo documental llamado Documentos Clasificados por fecha Legajo
de los Jueces de Paz (1835-1850) y de un “diario de policía” que cubre el período de
1840- 41.
En los expedientes del Juzgado del Crimen encontramos una diversidad de
infracciones a las leyes, entre las que se destacan: homicidios, agresiones, robos,

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violaciones. Cada expediente posee una carátula en la que consta el nombre del
acusado o acusados y el delito. En términos generales, en la fuente están registrados
el lugar, la fecha, el nombre del trasgresor y la infracción cometida, además de las
declaraciones tomadas al reo, presididas todas por la fórmula del juramento ante Dios.
Cada una de ellas esta firmada por el juez, el declarante o alguien en su nombre y los
testigos del actos (generalmente personas reconocidas de la comunidad).
De la meticulosidad del juez depende que podamos obtener datos
complementarios, como la hora del hecho, las armas utilizadas, las normas
infringidas, los antecedentes personales y sociales del agresor y de la víctima (estado
civil, edad, ocupación, lugar de nacimiento).
Los fondos documentales denominados “Documentos clasificados por
fecha”, contienen las comunicaciones entre las autoridades locales: informan el envío
de personas y recrean las condiciones de los sujetos acusados de haber cometido
algún delito remitidos para ser encarcelados. El Diario de Policía nos proporciona el
registro de los individuos detenidos, la fecha de su arresto, su posterior libertad y el
destino conferido durante el tiempo de su detención.
También se han relevado los diferentes tomos de las Escrituras Originales,
en particular los bienes raíces y los títulos de propiedad. En ellas se detallan las
compras y las ventas de las tierras, lo que nos permitió consultar el registro de las
propiedades que las familias habían adquirido en el transcurso de su vida. El Archivo
del Juzgado Civil, contiene especialmente los testamentos y el posterior inventario,
tasación y reparto de los bienes de la familia. Estos diferentes tipos de fuentes dan
cuenta de los patrimonios familiares durante periodo estudiado. En general se trata de
una documentación póstuma, exigida por la legislación vigente hasta mediados del
siglo XIX, que obligaba a la partición de bienes entre los herederos (o sus
representantes si eran menores de edad) . Los albaceas testamentarios algún vecino
reconocido denominado “perito” y el juez de paz presenciaban y asistían a la
realización del registro y evaluación de los bienes. Esto permitía el control de la tarea
por parte de los herederos, quienes estaban atentos a los errores y ocultaciones.
Las fuentes éditas incluyen diversos tipos de legislación: la castellana, la
castellana-indiana y del período independiente, en particular la correspondiente al
estado provincial de Santa Fe desde 1819 a 1850. Por último se han utilizado relatos
de viajeros que recorrieron la región desde 1807 hasta 1850, tales como: J Andrews,
H. Brackenridge, A. Caldcleugh, P. Campbell Scarlett, C. Darwin, A. D’Orbigny, A.
Gillespie, S. Haigh, F. B. Head, J Miers, L. Palliere.
Lo que podemos destacar es la variedad de asuntos que motivaban
disputas, que resulta una fuente veraz para explicar ideas y comportamientos según
los valores no solo de los jueces sino de la comunidad en cuyo seno los hechos
tuvieron lugar. Recordemos que los pleitos resultaban confusos y complicados incluso
a los letrados que intervenían. Por eso, las fuentes judiciales podemos considerarlas
datos duros.

Métodos

En cuanto a lo metodológico, una vez finalizado el proceso de fichaje de los


datos primarios procedentes del archivo, volcamos esa información en una base de
datos con características propias, pero que consigna: fecha de iniciación de la causa,
lugar donde se produjo el conflicto, nombre y apellido, sexo, edad, condición, estado,
ocupación de los accionantes y demandados, relación existente entre las partes
enfrentadas, autoridad ante quien se entabló la demanda, fallo y apelación. Hemos
aplicado el método del caso problema, apoyándonos en una metodología conocida en
la antropología y aplicada en la historia por la corriente metodológica denominada
microhistoria, combinando con el método holístico. Este enfoque hizo posible superar
las dificultades que supone esta documentación – especialmente la unidad que, en sí

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misma significaba cada proceso- para interpretarlo e integrarlo en un conjunto más
amplio.
Así, en el análisis crítico, los casos fueron agrupados en temas como las
relaciones en el ámbito doméstico, los acuerdos y desacuerdos entre los esposos, el
matrimonio, la familia y los conflictos en el momento del reparto de la herencia, entre
los aspectos de carácter transversal las relaciones de poder en la pareja, la cuestión
del honor y la violencia doméstica, enmarcándolos en el accionar de las autoridades
judiciales. Pretendemos cumplir en esta investigación con el objetivo de enlazar las
categorías desde una mirada interdisciplinar.
La historia de la vida cotidiana es una forma de abordar cuestiones del
mundo de la experiencia ordinaria en el sentido de mostrar el comportamiento o los
valores de una sociedad, centrando el foco de atención en el proceso de interacción
entre los acontecimientos y tendencias político-institucionales por un lado y las formas
de la vida cotidiana, por el otro, donde los seres humanos objeto de estudio
socialmente subalternos, fueron capaces de constituir un mundo por sí mismos,
fueron actores que crearon historia, sin olvidar en el análisis de esta realidad, la
inclusión de las relaciones entre los sexos.
La búsqueda en los archivos estuvo orientada especialmente a resituar a las
mujeres en el proceso histórico. Su visibilización permitió plantear las relaciones de
género. Los capítulos surgieron en torno a problemas troncales, como es el de la
formación del estado provincial y los poderes e instituciones que enmarcan y
condicionan la vida de varones y mujeres de este período. Analizamos la
conformación del Poder Judicial y el accionar de sus funcionarios – jueces y
comisarios- en los conflictos entre vecinos, en la familia y en las relaciones entre
diversos actores sociales en el ámbito de la vida de la campaña del sur santafesino.
Y desde tal suposición recurrimos a fuentes documentales de carácter civil y criminal
en torno a las querellas, altercados y mecanismos de disciplinamiento para avanzar
más allá de la legalidad hacia la práctica o uso de la justicia. El enfoque desde la
práctica y desde el derecho hizo posible identificar los momentos en que se imponía
el orden legal aplicado por el estado provincial santafesino. Esta aproximación procuró
rescatar una motivación de posicionamiento propia de la historia social: devolver a los
intérpretes de estas historias, ocurridas en el siglo XIX el derecho a ser ellos mismos
con protagonismo en sus propias historias.
Sabemos que la legislación destinada al control de las personas y al castigo de
los delitos se mantuvo con pocas variantes y la herramienta legal con que se contaba
era de raíz colonial. La normatividad que funcionaba como substrato y que alimentaba
las prácticas jurídicas observaba un margen de ilegalidad tolerado y diferenciado para
cada grupo social.
Los datos recabados sugieren áreas de tensión entre el modelo de una
familia patriarcal y las conductas familiares. Una de ellas era que los conflictos
familiares trascendieron el ámbito público; otro referido a la condición de las mujeres
pues la voz femenina aunque con limitaciones fue considerada como legítima y como
sujeto de derecho, y un tercero, indaga en la orientación de los fallos judiciales. En
este sentido resulta interesante realizar operaciones interpretativas acerca del
comportamiento y prácticas de la “gente del común” frente a cuestiones vinculadas al
honor, ya que tales operaciones profundizaban el campo comprensivo de sectores
sociales excluidos, proporcionando indicios significativos a la caracterización de tales
sectores. Además la problemática del honor fue objeto de reflexiones, abordándola a
partir de los vínculos entre el género y el poder en las vidas de las personas
perteneciente a diferentes estratos de la sociedad. Más allá de las desavenencias
conyugales, otros enfrentamientos devenían de la interacción social. Las razones que
generaban riñas entre los vecinos eran variadas, unas solían originarse en el trabajo
diario, ya podía tratarse del ganado que invadía los cultivos, ya del descuido de
algunos que provocaba el incendio del campo. Otras veces una broma o un
comentario de mal gusto desembocaban en disputas que generaban la necesidad de

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reponer el honor lesionado. En esta sociedad, el varón era el responsable de cuidar lo
que significaba su honra y la que pertenecía a las mujeres de su familia. Se trataba de
un concepto del honor que no derivaba del linaje, sino que era construido en relación
a otros considerados como iguales, de ahí que resultase un honor continuamente
examinado. Por lo tanto, mantener el honor era una preocupación constante de
personas que vivían en sociedades excluyentes y pequeñas, donde las relaciones cara
a cara eran importantes. Se debía estar atento a cualquier comentario malicioso que
podía perjudicar la reputación de la persona.
Establecer la tensión existente en la vida matrimonial de las parejas, así
como en la familia, sus conflictos, la vida en el ámbito doméstico y las relaciones entre
vecinos, nos llevó a plantear las características de esta sociedad postcolonial, donde
la intolerancia, el prejuicio socio racial y la segregación de las mujeres constituían las
bases de un orden establecido a partir de criterios autoritarios.

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