Professional Documents
Culture Documents
LADISLAO CUELLAR
Resumen:
El autor de este ensayo evalúa críticamente la forma de enseñanza
de ciertos profesores actuales de la E. A. P. de Filosofía de Facultad
de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos. Se busca justificar el rechazo de sus métodos
atendiendo a la necesidad de un gran cambio en lo que a la
orientación de las actitudes filosóficas del alumnado concierne. La
idea principal es que el plan de estudios solo alienta y motiva
ciertos tipos de actitudes filosóficas que impone al alumnado (por
ejemplo: lo histórico, poético, religioso, memorístico) y en cambio,
frustra, niega u olvida otras (por ejemplo, lo científico, lógico,
metodológico, creativo). Lo que se busca es plantear el diálogo
acerca de este tema desde una perspectiva muy respetuosa sin
caer en barbaridades o salvajismo.
Palabras clave:
Anarquismo epistemológico, criollismo, manipulación, dominación,
subjetividad, confusión, hermenéutica, diálogo, manifiesto
1. Introducción.
Hace tiempo encontré un texto sobre las dos vertientes del filosofar
latinoamericano y en el mismo encontré la frase que figura como
epígrafe de este trabajo. “No nos corresponde a nosotros mismos
evaluarnos o decir lo que somos; sino a las nuevas generaciones de
profesores y estudiantes.” ¿Qué significa eso? Siendo un profesor de
1
nuestra misma escuela el autor del libro en cuestión, lo que la frase
significaba es que a él no le corresponde evaluar a su misma plana
docente en la que él mismo está incluido, sino que más bien esa es una
tarea de los profesores y estudiantes de otras generaciones. Los más
nuevos tienen que evaluar a los más viejos. Esa es una especie de
reivindicación Gonzalespradiana de lo nuevo sobre lo viejo. (Y por pura
ironía nomas fijémonos de quien viene) Ahora bien, con esta frase yo
pretendo tener licencia para criticar a los profesores que me parecen
enseñan mal, no saben educar, que repelen a los demás, que cierran sus
puertas egocéntricamente a sus alumnos para supuestamente
inculcarles buenas costumbres. Es hora de rechazar esto pero con
argumentos lógicamente válidos. Lo que se busca es hablar exponiendo
los argumentos científicos lo más sofisticadamente posible.
Filosofar es algo muy digno y da mucho placer oír palabras sensatas
acerca de cualquier tema, si es que se procede con método.
Consideremos lo que consideremos acerca de la naturaleza o definición
de la filosofía no debe quedar duda de que quienes ingresan a esa
carrera tienen una gran joroba que llevan en sus espaldas y que está
cargada de ideologías alienadas. Lo ideal de la filosofía es consolidar la
libertad sea donde fuera que sea. No es solo un arte ni siempre se trata
de una ciencia, pero la filosofía aunque dejada de lado últimamente
tiene altísima valía y un poder que podría descontrolar al que no sabe
manejarlo si es que se quiere ser de verdad y con toda entrega un
filósofo 100% evolucionado.
2
elementales con la mayor cantidad de argumentos de calidad adecuada.
Ellos son los primeros con los cuales se tiene una conversación de
altura, académica, justa, necesaria, ejemplar. Cada vez que vemos a un
buen profesor debería nacer en nosotros inmediatamente la necesidad
de preguntarle, de interrogarle, de decirle lo que pensamos. Él mismo
nos va a dar su opinión, su teoría. Si es un profesor consciente del
proceso de formación del alumno, debe decir cosas sin agredir,
minimizar, ridiculizar, someter, dominar o repeler las ideas del
estudiante. En cierta manera, este ensayo es el resultado de
microdiálogos si bien no con todos, con varios de los profesores de la
EAP actual.
3
Nosotros debemos levantarnos en contra de esos profesores que
representan el atraso, el feudalismo, el nepotismo, el amiguismo, etc.
Debemos dejarnos de criolladas.
4
manipulación surge cuando habiendo reunido a varios simpatizantes de
una misma idea general se exige luego que algunos de ellos den prueba
de su fidelidad hacia el líder manifestando el grado de dominación al
máximo. Para evitar las pretensiones de dominación es menester
primero hablar de los defectos mismos de uno para así dejar en claro
que nuestras ideas han dependido de nuestras propias experiencias y no
es una ocurrencia genial que una gran cabeza ha creado (mostrar
humildad no significa callar acerca de nuestras dificultades morales).
Decir la verdad es, a veces, decir cosas que nos hacen daño o que nos
hacen ver ridículos o que no nos conviene decir. Tengamos orgullo y algo
de soberbia para intervenir en clases, hagamos preguntas de todo tipo,
exprimamos al profesor hasta que él mismo diga con amabilidad que
suspende el tiempo de preguntas del alumnado. Sólo así surgirá el
súper-alumno (estoy haciendo una paráfrasis nietzscheana).
3. Metodologías inadecuadas
¿Qué actitudes debemos rechazar de los profesores?
No debemos permitir que de los labios de un docente se emitan
mensajes de este tipo: “Si no sabes, no hables; mejor cállate”. Esta
última sí constituye una violación flagrante a las intenciones de una
clase. El alumno está en clase precisamente porque no sabe, está en un
proceso y quiere saber pero para ello es necesario brindarle tan solo las
herramientas adecuadas para su aprendizaje. Este tipo de profesores
que censuran a los alumnos hacen que cada vez que tiene la necesidad
de intervenir en clase éste sienta por dentro cierto dolor (tal vez
acompañado de leve taquicardia). Un alumno reprimido y con miedo
dice en su interior: “¡Ay! ¿Cómo me atrevo a hablar así?” “¡Quién soy yo
para decir esas cosas!”. En este caso es necesario aceptar que el
profesor tiene dominio de su tema pero no podemos decir lo mismo de
su trato con las personas. Lo que menos debería haber en una clase es
tensión. Debemos buscar la ataraxia epicúrea.
5
Respondamos a este tipo de horrores. “¿Qué te hace creer que hay que
vivir la vida en vez de pensarla en extremo? No caigamos en ese juego
de niños de lo que a ti te gusta versus lo que a mi no me gusta. A mí me
gusta pensar y punto. No sé que harás tú para sentirte equilibrado.
Cuando impones tu valoración por sobre toda la platea de estudiantes,
les dices cómo pensar o cómo reaccionar ante cierto hecho. Y si ellos no
aceptan tu valoración como suya simplemente no están enterados del
tema y no merecen ser escuchados. Eso se llama intolerancia. Tú debes
ser tolerante, estimado docente en general. Estas en una casa de
estudios. Representas no solo un estilo sino un ejemplo a seguir. No creo
que censurar a los demás sea algo que debamos imitar, más bien me
parece que debemos hablar más del tema. No nos callemos nada”.
6
califica un profesor de filosofía? ¿Qué pasa si la alumna que va a calificar
es su futura novia, pareja, acompañante, amiga especial, frecuente
amistad, etc.? Basta de tanta bazofia. ¿Qué pretendes al reducir a tu
alumno a alguien que no sabe nada? ¿Para eso está un profesor de
universidad? Realmente, es muy imbécil el que cree tener la verdad y
que califica a todos como si siguieran o no su propia interpretación de un
tema en esencia divertido.
4. Manifiesto
7
Todo este argumento deriva en la siguiente conclusión: da la impresión,
de que el profesor se siente un dios, de que ha logrado algo grande, de
que es un genio. Sin embargo, solo resulta siendo un explicador,
repetidor, inauténtico, problemático y caprichoso más. A nadie le ha
ganado un profesor de universidad, prueba de ello está en el bajísimo
nivel educativo a nivel nacional, hecho que parece no preocuparles
mucho a los maestros nuestros. Al parecer solo se accede al cargo de
docente por amistades, por necesidades o por pura casualidad pero
nunca porque se lo merece. Ya que si en realidad se lo mereciera no
estaría aquí sino en otro país: en el norte o en Europa. Y si los valores
nacionales, las jóvenes promesas de la filosofía tuvieran que quedarse
aquí, no se debería poner un concurso de profesores en el que pese la
experiencia en la docencia por encima de la brillantez o capacidad
intelectual de un individuo. Esta fue la gota que derramó el vaso.
8
saber interpretar supone leer bastante pero sobre temas de los que uno
está interesado y no que a uno le imponen caprichosamente.