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Gunther Jakobs ‘Catedritico de Derecho Penal 1 Filosofia del Derecho en la Universidad de Bonn LA IMPUTACION OBJETIVA EN DERECHO PENAL ‘Traduccién de Manuel Cancio Melia (Universidad Autonoma de Madrid) ri ADIEIOC sR Buenos Aires I, EL PECADO ORIGINAL Ya el primer caso conocido en la historia de la Humanidad de un quebrantamiento de una norma, trasluce —aunque débilmente— un problema de la imputaci6n objetiva. Después de creado el ser huma- no y nada mas promulgada la primera norma, con el contenido “mas del arbol de la ciencia del bien y del mal no comers”, como nos cuentan los primeros dos capitulos del Génesis, esta norma fue inmediatamente quebrantada (Génesis, 3" capitulo), y Adan, cuando se le pidieron explicaciones, declaré en una mezcla de relato y defensa: “La mujer que me diste por com- panera me dio del arbol, y yo comi”. Esta declaracion probablemente sea algo mas que una mera narracion de lo que habia sucedido; ademas, supone una referencia a que desde la perspectiva de Adan, todo lo acontecido tenia una apariencia inocua, puesto que, en primer lugar, fue una persona responsable, la hem- bra, Eva, quien inicié el proceso, y en segundo lugar, Eva era una persona que le habia sido entregada por Dios mismo, de modo que éste debia aceptar la reali- dad de la que habia surgido el hecho como su propia realidad. Por tanto, esta obligado Adan a ocuparse él mismo de que se respeten las normas divinas cuan- do sigue a una persona responsable, que ademas ha sido puesta a su lado por la propia mano de Dios? ,O rige en este contexto un principio de confianza que exonera, 0 al menos ateua la responsabilidad, con “4 GUNTHER JAKOBS. el siguiente contenido: lo que una persona responsa- ble sugiere, puede ser asumido con los ojos cerrados, teniendo en cuenta que, especialmente, el contacto con dicha persona es grato a los ojos de quien pro- mulg6 la norma? ‘Como es sabido, el creador del mundo no recono- cié semejante principio de confianza, sino que decidis, por el contrario, que al menos en el caso que nos ocu- pa, cada uno de los intervinientes debia responder plenamente de lo ocurrido y de las consecuencias que derivaron. Sobre esto volveré al final, Tampoco Eva pudo hacer recaer su responsabilidad sobre la serpien- te, es mas, incluso la serpiente hubo de responder, a pesar de ser un animal, esto es, una criatura inferior al ser humano en la jerarquia de la creacién. Las con- secuencias del fallo divino, de que todos los partici- pantes habian de responder, determinan nuestra existencia hasta el dia de hoy. A pesar de este rechazo del principio de confianza, de dramatica importancia en la historia de la Humanidad, merece la pena pen- sar acerca de si todo el mundo ha de tomar en cuenta todas las consecuencias de todo contacto social, o si, por el contrario, hay ciertos comportamientos que con- llevan consecuencias que pueden interpretarse en un. contexto mas restringido, excluyendo las consecuen- cias de dichos contactos. Este es el problema de la imputacién objetiva del comportamiento, que sera tra- tado en este apartado de modo exclusivo, dejando al margen la imputacion del resultado, Il. FUNDAMENTOS TEORICOS Cuando un contacto social produce una defrau dacién —siempre que se trate de un contacto so- LA IMPUTACION OBJETIVA EN DERECHO PENAL 15 cial—, teéricamente al menos dos personas se ven implicadas, una victima y un autor, utilizandose aqui la denominacién “autor” s6lo de modo provisional: prima facie no puede excluirse que la persona en cuestin sea el autor. Desde el punto de vista practi- co, sin embargo, la pura relacién circunscrita a dos personas carece de toda relevancia, pues siempre cabe identificar a terceras personas que han configu- rado de determinada manera el contacto y que por tanto también son potenciales autores (quién sea denominado “autor” y quién “tercero” depende tnica- mente de la circunstancia de cual sea la persona con la que se inicie el analisis al intentar resolver un caso). A modo de ejemplo: un agricultor incorpora a su finea una nueva maquina; uno de sus peones la toca Ileno de curiosidad y resulta herido, Ademas del agricultor, como autor, y del pedn, como victima, también el fabricante y el distribuidor de la maqui- na han configurado la situacién. Todos los partici- pantes —partamos de esta base— tenian la misma posibilidad de conocer el curso lesivo. Asi las cosas, hay tres posibilidades —acumulables— de explicar, a través de la imputacion, el curso lesivo, y “explicar a través de la imputacion” significa lo siguiente: un riesgo del que debe responder uno de los intervinien- tes (0 varios de ellos) es definido como causa deter- minante, mientras que todas las demas condiciones se consideran no determinantes, es decir, se esti- man socialmente adecuadas. La primera de las po- sibilidades consiste en imputar el curso lesivo a la propia victima, esto es, explicarlo a través de su pro- pia competencia; por ejemplo: quien manosea una nueva maquina, crea, por medio de la lesion de sus deberes de autoproteccién, el riesgo de sufrir un dario. La segunda explicacién considera que lo deci- <

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