You are on page 1of 22

Resonancia Magnética en la Evaluación de la Patología de la Pelvis Femenina

Aníbal J. Morillo, MD.


Médico Radiólogo Institucional.
Departamento de Imágenes Diagnósticas
Fundación Santa Fe de Bogotá
Profesor Asistente
Universidad El Bosque
Bogotá, Colombia
La serie APUNTES de PONDO ® es una compilación de índole educativa, con la que se pretende divulgar información relacionada o no con la radiología y ciencias
afines o disímiles. Se basa en referencias bibliográficas, conferencias, esquemas y experiencia (que no siempre es sinónimo de vejez). Cualquier laxitud en las
normas de autoría se basa en la intención docente y sin ánimo de lucro de esta información. Sin embargo, se han hecho ingentes esfuerzos para dar un adecuado
reconocimiento a las fuentes utilizadas, plagiadas o modificadas. Aunque los APUNTES de PONDO® son de uso y divulgación libre, se recomienda abstenerse de
utilizar las fotografías, figuras, esquemas y tablas con fines diferentes a los de la formación personal, ilustración o diversión, para evitar la propagación de violaciones
flagrantes a los derechos de autor. La ciencia está en permanente evolución. La lectura de la serie APUNTES de PONDO® debe ser crítica y complementada con
otras fuentes de información. El autor no se hace responsable por el contenido o veracidad de esta información o por las consecuencias derivadas de conductas o
decisiones tomadas con base en los APUNTES de PONDO ®.

Introducción
La evaluación de los órganos pélvicos femeninos puede hacerse mediante diversos
estudios, seleccionados con base en la solución de problemas clínicos específicos. Aunque
el estudio de primera elección en la mayoría de las patologías de la pelvis de la mujer
sigue siendo la ultrasonografía (US), la creciente disponibilidad de técnicas de adquisición
rápida mediante resonancia magnética (RM), ha llevado a considerarla como de primera
línea para muchas de las enfermedades que afectan los órganos pélvicos femeninos.
Aspectos Técnicos y de Bioseguridad
La RM tiene capacidad multiplanar, ventaja que comparte con la US con respecto a la
tomografía computarizada (TC); la ausencia de radiación ionizante también es una
característica común entre la US y la RM, permitiendo su libre utilización en la población
más sensible a estas radiaciones: mujeres en edad fértil, embarazadas y la población
pediátrica.
Desde el punto de vista de bioseguridad, la RM se considera como un método adecuado
en pacientes embarazadas, sin efectos biológicos demostrables en el desarrollo
embrionario. Sin embargo, la aplicación de campos magnéticos dinámicos, asociada a la
emisión de ondas de radiofrecuencia, tiene la posibilidad teórica de depositar energía en
los tejidos, en forma de aumento de la temperatura de las células expuestas. El riesgo
teórico sobre los tejidos en desarrollo ha hecho que organismos internacionales de
control, como la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) y el Consejo Nacional de
Protección de Radiaciones (NRPC) sugieran tomar precauciones durante el primer
trimestre del embarazo, limitando el uso de la RM a los casos en los que el beneficio
diagnóstico supere al riesgo del estudio, posponiendo en lo posible los exámenes de RM
hasta después del período de órganogenesis. Para las pacientes embarazadas, se puede
contar con un formato de consentimiento informado para realizar una RM, especialmente
si se va a hacer en dicho período.
El uso de un imán y la generación de campos magnéticos estáticos y dinámicos durante el
curso normal de un estudio de RM implica contraindicaciones específicas para este
método, que aplican para todos los casos, independientemente de la región corporal a
examinar. Estas contraindicaciones son la presencia de marcapasos cardíacos o de
cualquier tipo de electrodos implantados de manera temporal o permanente, como
estimuladores, implantes cocleares, marcapasos diafragmáticos, etc. En general, la
presencia de pinzas hemostáticas endocraneanas para el control de aneurismas son
también una contraindicación absoluta para los estudios de RM. Aunque la inmensa
mayoría de implantes y prótesis metálicas son compatibles con RM, es preciso que en
todos los servicios de RM se cuente con protocolos de tamizaje que busquen identificar
implantes metálicos, esquirlas u otros elementos que puedan contraindicar el examen.
Estos protocolos incluyen un modelo de encuesta dirigida a la búsqueda de estas
contraindicaciones, el uso de técnicas de imagen para la detección de esquirlas metálicas
en áreas anatómicas específicas y la disponibilidad de listas de consulta de implantes y
otros materiales biomédicos en las que se pueda establecer si el examen de RM es seguro
o no.
Es importante recordar que el medio de contraste (MC) usado en RM, Gadolinio (Gd)
cruza la barrera placentaria, con potenciales (aunque no probados) efectos sobre el
desarrollo fetal. Aunque no se han demostrado sus posibles efectos sobre el feto, no se
recomienda su uso rutinario en pacientes embarazadas.
El Gd también es eliminado en la leche materna. No se tiene certeza acerca de los
mecanismos de absorción de los medios de contraste paramagnéticos en el tracto
gastrointestinal de los infantes, por lo que se ha recomendado evitar la lactancia durante
las 24 horas siguientes a la aplicación de Gd. En un estudio reciente se cuestiona si esta
norma es algo exagerada, pues parece probable que al suspender la lactancia durante
este período, se produzca un impacto innecesario sobre el mismo proceso de lactancia y
sobre el bienestar del recién nacido. Puede ser más sensato disminuir este lapso de
tiempo a 12 horas o menos, o incluso complementar esta medida con la expresión de
leche mamaria. Se puede recolectar leche materna antes del estudio de RM con Gd, esta
leche se guarda para darla posteriormente al recién nacido. Justo después de la inyección
de Gd, se hace nueva expresión mamaria para desechar esta leche, para después
continuar con la lactancia normal. De acuerdo a las necesidades de lactancia del infante,
se puede intentar aumentar la reserva de leche materna antes de la inyección del medio
de contraste paramagnético, o desechar la leche materna en más de una oportunidad.
Preparación de la paciente
El movimiento es una de las más importantes limitaciones para los estudios de RM, pues
todo movimiento se propaga sobre las imágenes obtenidas, dificultando su interpretación.

2
Los movimientos periódicos como los respiratorios y cardiacos, pueden controlarse
sincronizando la adquisición de las imágenes con registros eléctricos de estos
movimientos fisiológicos. Sin embargo, los movimientos peristálticos no pueden
registrarse o predecirse de manera confiable, haciendo necesario usar técnicas rápidas
que pueden hacerse durante respiración suspendida. Lo mismo aplica para los
movimientos fetales en pacientes embarazadas. Aunque se han descrito maniobras
farmacológicas como la curarización fetal percutánea para disminuir estos movimientos,
se puede considerar esta medida como extrema e innecesaria, pues puede remplazarse
por técnicas de preparación materna mucho más sencillas, como el ayuno y la evacuación
vesical materna. El uso de protocolos modernos conocidos como secuencias rápidas y
ultrarrápidas permite obtener imágenes muy adecuadas de la anatomía fetal, haciendo
excepcional el uso de sedación materna para las indicaciones obstétricas de la RM.
Algunos protocolos de preparación de pacientes para estudios pélvicos utilizan maniobras
farmacológicas, como el uso de glucagon a dosis de 1 mg por vía IM para disminuir los
movimientos peristálticos. También se ha descrito el uso de MC endoluminales para el
tracto digestivo, ya sea para su administración oral o por enema. Se denominan
“positivos” y “negativos” de acuerdo a la señal que presenten en las imágenes. Estos MC
no tienen tantas aplicaciones en la evaluación de la pelvis como en el resto del abdomen.
Los MC endovenosos utilizados en RM tienen un efecto denominado paramagnético; esto
corresponde a una distorsión local del campo magnético, que se aprovecha para evaluar
la actividad, vascularización o límites de un órgano o de algunas lesiones. El elemento en
que se basan la mayoría de los MC paramagnéticos es el Gd, una tierra rara que en forma
libre es altamente tóxica, pero que se somete a un proceso de quelación con sustancias
como el ácido dietilenopentaacético (DTPA) o el ácido dodecanotetraacético (DOTA) para
convertirlo en un producto altamente estable y sin efectos tóxicos. El uso de Gd-DTPA a
dosis usuales se considera de alta seguridad, con una muy baja proporción de reacciones
adversas. Puede aplicarse aún en pacientes con función renal comprometida. Aunque se
han hecho varios estudios con partículas de óxido de hierro (AMI 227) pequeñas (“Small
Particle Iron Oxide” o SPIO) o ultra pequeñas (“Ultrasmall Particle Iron Oxide” o USPIO),
para darle características de superparamagnetismo, los resultados no han sido muy
alentadores, ni han generado un adecuado desarrollo de este tipo de MC, los cuales aún
son de uso experimental y de ocasional reporte en la literatura especializada.
En la mayoría de los casos, no se requiere de una evaluación exhaustiva de la función
renal para los estudios de RM de la pelvis. La evacuación vesical se puede hacer unos
minutos antes de iniciar los estudios pélvicos, simplemente con el propósito de evitar
incomodidades por posibles urgencias urinarias que interrumpan el curso del estudio de
RM pélvico u obstétrico.

3
Para algunas indicaciones específicas en la pelvis, se utilizan antenas endocavitarias.
Para disminuir la presencia de residuos fecales y brindar mayor comodidad, algunos
protocolos incluyen la preparación del colon mediante enemas.
El uso de tampones vaginales es controvertido: aunque pueden facilitar la identificación
de la cúpula vaginal, los planos grasos adyacentes suelen ser suficientes para reconocer
los detalles anatómicos de esta región; la introducción de tampones puede facilitar la
acumulación de aire en los recesos vaginales, que se manifiesta como artefactos
indeseables.

4
Indicaciones generales
El uso de métodos de diagnóstico especializados compromete al médico tratante en su
aplicación. Siempre debe primar el criterio clínico, con el cual se hace una escogencia
racional del método diagnóstico que mayor información pueda ofrecer en cada caso.
Antes de solicitar un estudio de RM, se debe tener claro su potencial, y el tipo de
información que se necesita y se puede obtener, para optimizar el desempeño del examen.
Los estudios de RM son altamente especializados, y no están destinados a “descartar
patología”. Existe una gran cantidad de parámetros técnicos que se ajustan a las
necesidades de cada paciente, y que suelen utilizarse en forma “órgano – selectiva”,
logrando un balance entre el tipo de información que se obtiene y el tiempo de duración
total del estudio. La RM se constituye en un método robusto y confiable, siempre y
cuando esté adecuadamente indicado. Su limitada disponibilidad no le permite ser un
estudio de primera elección en muchos de los casos de patología pélvica femenina; su
papel suele ser complementario al de otros métodos diagnósticos. Para que su uso tenga
un impacto real sobre el manejo de nuestros pacientes, la RM debe utilizarse en forma
racional, con un claro conocimiento de su indicación y de la información que se requiere
en cada caso. Es indispensable establecer canales de comunicación eficaces con los
grupos médicos remitentes para optimizar el uso de este método.
Pelvis femenina
La evaluación de los órganos genitales internos femeninos se ha hecho clásicamente con
US, estudio de alta disponibilidad y de muy adecuado desempeño en la patología propia
de la mujer. Aunque la ecografía sigue siendo la herramienta primaria para el diagnóstico
de las anormalidades ginecológicas y obstétricas, y puede aplicarse también para la
evaluación de la patología femenina extrapélvica, la RM puede jugar un importante papel
en la evaluación de la patología que afecta a la mujer tanto en la patología ginecológica
como en la obstétrica.
Órganos genitales internos femeninos
La RM permite una muy adecuada delimitación de los detalles anatómicos del útero. Las
secuencias que mejor demuestran la anatomía uterina son las que tienen información
conocida como T2. En este tipo de imágenes se observan claramente tres áreas en la
anatomía uterina: una zona central, de alta señal, que corresponde al endometrio. El
espesor endometrial debe evaluarse teniendo en cuenta la fase del ciclo menstrual en la
que se encuentra la paciente, así como su edad.

5
En la fase folicular del ciclo menstrual, su espesor se aproxima a los 3 mm, llegando a
unos 5 mm en la secretora. No hay cambios en la dimensión uterina durante las fases del
ciclo menstrual.

e
u
m

RM uterina normal. Secuencia con información T2. Se identifican tres capas normales, e: endometrio, m:
miometrio, u: zona de unión. Ver texto.

La capa externa, normalmente homogénea, de señal intermedia, corresponde al


miometrio. Entre las dos, se identifica una franja de baja señal, conocida como zona de
unión, cuyo espesor normal no debe ser mayor a 5 mm. Esta capa también es
homogénea, y parece representar la porción más profunda del endometrio, en donde hay
proliferación vascular y una mayor concentración de material nuclear celular, factores
que parecen explicar su menor señal. También se ha atribuido su menor señal a una
disposición más compacta de las fibras de músculo liso, con menor matriz extracelular.
Tanto la zona de unión como el espesor miometrial se adelgazan con el uso de
anticonceptivos orales y otros agentes hormonalmente activos. Entre los efectos de la
radioterapia pélvica se encuentran la disminución en el espesor de las capas y una pobre
diferenciación de las mismas, que puede aparecer desde tres meses después de recibida.

RM ovárica normal. Las flechas negras señalan los ovarios con folículos en desarrollo en su periferia.

6
Los ovarios también se identifican fácilmente en las secuencias con información T2, en
las cuales las estructuras de contenido líquido muestran alta señal. La resolución
espacial de la RM permite identificar los folículos en desarrollo, de típica localización
estromal periférica.
El cuello uterino es fácil de identificar en este mismo tipo de secuencias; se visualiza con
claridad en las imágenes sagitales y axiales, con clara delimitación del canal endocervical
y de los fórnices vaginales. Las paredes vaginales también pueden visualizarse con buen
detalle.

Cuello uterino y vagina. A la izquierda, corte sagital con información T2. Hacia la derecha de la imagen, el
sacro; vejiga, de señal intermedia, se encuentra a la izquierda de esta imagen. La flecha señala el cuello uterino
normal. El corte axial de la derecha demuestra la vagina (flechas curvas). Las flechas rectas indican las ramas
isquiopúbicas.

Malformaciones congénitas
La American Fertility Society clasifica las malformaciones uterinas en cinco variedades
diferentes, que pueden simplificarse en dos tipos principales, los desórdenes de agenesia
y los de duplicación. Las agenesias se subdividen en las que tienen endometrio funcional
y las que carecen de éste. Las malformaciones congénitas por agenesia que tienen
endometrio funcional, corresponden a las agenesias vaginales parciales y la agenesia
vaginal completa, la cual se asocia a agenesia cervical.
Entre los desórdenes de duplicación están los secundarios a ausencia de fusión de los
conductos de Müller, como el útero didelfo. La agenesia Mülleriana unilateral produce el
útero unicorne y la fusión Mülleriana incompleta da como resultado el útero septado y el
bicorne La alta resolución espacial de la RM permite una adecuada identificación de las
alteraciones morfológicas del útero, con clara ventaja sobre la histerosalpingografía y la
US, en cuanto al detalle anatómico y a la información obtenida. Esto significa que la
categorización de estas anomalías es más precisa con RM, y que la toma de decisiones
terapéuticas puede ser más acertada con la RM, estudio que no sólo delimita los
contornos internos de la cavidad uterina, sino su apariencia externa.

7
u
u

Duplicación uterina. RM en secuencia axial con información T2. Se identifican dos cavidades uterinas (u). La
estrella señala un hematocolpos.

La posibilidad de hacer esta clasificación en forma no invasiva es especialmente atractiva


para la población pediátrica, cuyo diagnóstico mediante histerosalpingografía,
vaginografía o US puede ser técnicamente más difícil. Una ventaja adicional de la RM es
la posibilidad de evaluar, mediante un estudio extendido, posibles malformaciones
asociadas en la columna vertebral o en el sistema genitourinario.
Miomatosis uterina
Los miomas uterinos son de fácil detección mediante RM. Típicamente son de muy baja
señal, que contrasta con la del miometrio, que es intermedia. La visualización de los
detalles anatómicos del útero permite su fácil localización: subserosa, intramural o
submucosa. Con la creciente tendencia hacia los procedimientos quirúrgicos
mínimamente invasivos, y de preservación uterina, la RM es el método de elección para la
identificación de pequeños miomas o para la planeación de resecciones locales en
miomatosis uterina múltiple.

8
m
e u

A B
RM en Miomatosis uterina. A. Endometrio central de alta señal (e), Miometrio externo de señal intermedia (m),
Zona de unión entre las dos, de baja señal (u). Pequeño mioma intramural (flecha). B .Focos de baja señal que
corresponden a miomas (flechas).

Presentación de la miomatosis uterina en RM. A la izquierda, múltiples focos de baja señal en la secuencia
sagital con información T2. A la derecha, distorsión uterina por mioma voluminoso de señal intermedia en la
secuencia T1.

La RM demuestra mejor correlación histopatológica que la US, especialmente en los


miomas que han sufrido cambios degenerativos. Los leiomiomas pueden presentarse en
forma atípica, como es el caso de los lipoleiomiomas y el leiomioma mixoide. La capacidad
de la RM de caracterizar algunos tejidos permite identificar adecuadamente estas
presentaciones atípicas, que pueden confundirse con lesiones de origen anexial,
especialmente si su localización es subserosa y si son de gran tamaño, o cuando tienen
un pedículo que les permita movilizarse. También es posible identificar cambios en la
señal de los miomas cuando éstos presentan cambios degenerativos. Los más comunes
son el edema y la hialinización, pero pueden existir procesos degenerativos específicos de
los leiomiomas que tienen representación típica en RM, como la degeneración quística y la
mixoide, además de la hemorragia y necrosis que pueden complicar los miomas.
Además de tener varias presentaciones histopatológicas que se correlacionan con su
apariencia en RM, los leiomiomas pueden tener patrones de crecimiento atípicos, que

9
incluyen la leiomiomatosis difusa y la peritoneal diseminada, la extensión retroperitoneal
y la intravenosa, el crecimiento parasítico y el leiomioma cervical.
Una utilidad adicional de la RM es la posibilidad de seguimiento de leiomiomas que no
son resecados, en busca de complicaciones o de cambios en su apariencia o patrones de
crecimiento. En las pacientes con terapia hormonal, también es posible hacer seguimiento
de leiomiomas en busca de cambios en su patrón de diseminación.
Adenomiosis
La adenomiosis puede manifestarse como un engrosamiento difuso de la zona de unión.
No hay claridad acerca del punto de corte para determinar normalidad, pues este
parámetro ha sido descrito como límite en 5, 10 o 12mm por diferentes autores.

A B

RM en adenomiosis. A. Pequeño engrosamiento focal de la zona de unión (flecha) B. Múltiples focos quísticos
submucosos (flechas)

En la adenomiosis focal se han descrito: la presencia de una masa miometrial, la


distorsión del focal endometrio, o focos de tejido endometrial en el espesor del miometrio,
tanto en forma de islotes endometriales hemorrágicos como no hemorrágicos.
La RM es muy sensible para la detección de pequeños focos de adenomiosis, y es útil en
la diferenciación entre leiomiomas y estos focos de tejido endometrial. Se puede sugerir el
estudio de RM en casos en los que la información obtenida mediante US sea
indeterminada. En aquellos casos en los que se pretenda planear una resección
quirúrgica limitada a un pequeño foco de adenomiosis, la RM parece ideal debido a la
capacidad del método para la delimitación de estas lesiones. Los estudios de US
transvaginal han reportado una sensibilidad entre 80 y 86 %, con especificidad
entre el 50 y 96%, mientras que los reportes de las características operativas de la RM
describen mejor sensibilidad, con un rango entre 86 y 100%, y una especificidad entre 66
y 91 %.

10
Carcinoma endometrial
En general, los métodos de imagen tienen limitaciones para la diferenciación entre la
hiperplasia y el carcinoma endometrial. Esto hace que, ante un aumento difuso en el
tamaño de la cavidad endometrial, inapropiado para la edad o para la fase del ciclo
menstrual en la que se examina a una paciente, la conducta habitual sea la de hacer
curetaje y biopsia endometrial. En el carcinoma endometrial, parece claro que el
pronóstico, que puede estimarse con base en el porcentaje de metástasis, tiene una
importante relación con la profundidad de la invasión del tumor hacia las capas más
superficiales del útero. Paradójicamente, aunque esta asociación parece clara, la
clasificación para la estadificación del carcinoma endometrial de la Federación
Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) no considera el parámetro de
profundidad de invasión. La integridad de la zona de unión es determinante de la
profundidad de extensión, pero la evaluación de esta zona se dificulta en las pacientes
posmenopáusicas. La administración endovenosa de Gd-DTPA es indispensable para la
determinación de la integridad de la zona de unión, permitiendo determinar con precisión
la profundidad de la invasión del carcinoma endometrial.

Engrosamiento endometrial. La flecha señala un importante engrosamiento endometrial, que puede


corresponder a hiperplasia o a carcinoma.

El uso de tamoxifeno en pacientes con carcinoma de mama ha producido un importante


aumento en la patología endometrial. La presencia de pólipos endometriales aumenta su
frecuencia de 10% en la población general a un 36% en las pacientes que reciben
tamoxifeno. La hiperplasia endometrial también aumenta con la terapia con tamoxifeno
de 10 a 20%. Más importante aún es que la frecuencia de carcinoma endometrial puede
aumentar entre 1.3 y 7.5 veces en las pacientes que reciben tamoxifeno, en comparación
con población de similar edad que no recibe esta terapia. Es tal el efecto de esta
medicación, que se ha descrito la aparición de la “mucosa de tamoxifeno”, que
corresponde a una hiperplasia granuloquística del endometrio. En estas pacientes,
también se aumenta la frecuencia de leiomiomas. Por esto se sugiere el estudio de RM con
MC como método de tamizaje para la selección de pacientes con lesiones sospechosas
para realizarles biopsia o seguimiento. Sin embargo, no hay aún estudios comparativos
que definan el papel de la US transvaginal ni la utilidad de las técnicas de endosonografía

11
en el seguimiento de pacientes que reciben tamoxifeno, para la detección precoz de las
lesiones endometriales asociadas a esta terapia que requieran de estudios histológicos.

Carcinoma de cuello uterino


La evaluación del volumen tumoral es determinante para establecer pronóstico. Se ve
limitada por el edema que rodea a la masa tumoral. Se describe una divergencia de 0.5 a
1 cm al comparar las imágenes con la correlación histopatológica, margen que se
considera aceptable. Para algunos autores, el valor predictivo negativo para la exclusión
de invasión parametrial mediante RM alcanza el 100%, constituyéndose en el estudio
ideal para descartar invasión de los parametrios, sin duda con mejores características
operativas que el examen clínico. Sin embargo, la diferenciación entre los estados Ib y IIa
sigue siendo limitada.
En cuanto a la evaluación de adenomegalias para establecer extensión local o regional, el
criterio es igual al descrito en otras patologías, dado por su tamaño.
En el estado 0, las imágenes diagnósticas no tienen ninguna utilidad. Para el estado I, la
RM es limitada, pues se consideran como invisibles los estados 0 y Ia, aunque aún no
hay estudios de suficiente envergadura que permitan determinar las características
operativas del uso de antenas endocavitarias, con las que se espera mejor resolución.

B
RM en carcinoma de cuello uterino. A: Corte sagital que muestra gran masa cervical. B. Técnica de uroRM que
muestra obstrucción asociada del tracto urinario.

12
La sensibilidad descrita para la RM en el estado Ib está entre 93 y 100 %, siendo superior
a la TC. En el estado II la RM es altamente eficaz para evaluar extensión vaginal, pero no
remplaza a la inspección vaginal directa, que es mucho más fácil y económica. En el
estado III, la RM es excelente para la evaluación de los músculos de la pared pélvica, y
tiene la ventaja de poder evaluar fácilmente la hidronefrosis. En el estado IV también es
excelente pues permite evaluar la presencia de planos de separación con la vejiga y el
recto. A pesar de que en todos estos estados la RM ha demostrado características
operativas superiores a las de la TC, se puede plantear el siguiente interrogante: ¿Si la
RM es un método tan útil, porqué no se usa con más frecuencia? La respuesta puede
estar en una insuficiente divulgación de las ventajas del mismo ante la comunidad
médica responsable de solicitar dicho examen. La relación costo-beneficio de la TC en la
estadificación del cáncer de cuello uterino es desfavorable. Su beneficio es tan limitado,
que no se recomienda su uso para la estadificación de este tumor. Los avances en
secuencias dinámicas con la administración de Gd sugieren un posible papel de la RM en
el estudio de la angiogénesis de estos tumores.

Lesiones anexiales benignas


La RM tiene características operativas similares a la US, pero con algunas ventajas, como
su mejor caracterización, especialmente ante la presencia de componentes grasos y
hemorrágicos. En pacientes seleccionadas, como las embarazadas, puede ser el método de
elección frente a la laparoscopia diagnóstica.

RM en quiste dermoide ovárico. Secuencia con saturación grasa que muestra nivel grasa – líquido (flechas
negras) con zona central sólida. La porción grasa (oscura) es anterior por la posición supina de la paciente.
Endometrio (e).

13
RM de un quiste lúteo. Imagen axial con información T2 y saturación grasa que muestra gran masa anexial
derecha de predominio quístico, con pequeño nódulo mural posterior (flecha gruesa). Moderada cantidad de
líquido libre en el fondo de saco posterior. El corte sagital con información T2 muestra un fino septo, señalado
por flechas delgadas.

Algunas otras lesiones anexiales extraováricas pueden caracterizarse mediante RM,


especialmente cuando contienen sangre. El hidrosalpinx puede ser indiferenciable de una
lesión quística ovárica, aunque en muchos casos, como en la ecografía, es posible definir
su morfología elongada y tortuosa mediante RM. El contenido hemático puede
manifestarse por el acortamiento de los tiempos de relajación, o por la presencia de
niveles que representan un efecto de hematocrito.

Hematosalpinx. RM axial con información T2 que muestra una estructura tortuosa de contenido líquido, que
corresponde a la trompa uterina izquierda. La flecha señala el efecto de hematocrito, manifestado como un nivel
de baja señal en uno de los repliegues de esta trompa.

Aunque las características operativas de la RM parecen competitivas con respecto a la


ecografía, no es clara su verdadera utilidad o eficacia. En algunos casos ofrece
información complementaria útil, pero no siempre esta información tendrá un impacto
adecuado sobre el manejo de las pacientes. Por ello, es preciso tener claro qué tipo de
información se desea obtener antes de solicitar un estudio que, en muchos casos, no
aporta sino imágenes multiplanares adicionales de una lesión que ya ha sido
adecuadamente demostrada.

14
Carcinoma de ovario
Por tratarse de una patología común, se hace necesario encontrar una secuencia
ordenada de estudios de imágenes para evaluarla. La estadificación inicial sigue
basándose en parámetros clínicos y en marcadores séricos. La US transvaginal sigue
siendo el método de primera línea, con el que se obtiene, en la mayoría de los casos, la
información relevante para tomar las conductas terapéuticas en cada caso. A pesar de
ello, con frecuencia cercana al 70%, cuando se hace el diagnóstico, la enfermedad ya es
avanzada. Cualquiera de los métodos de imagen ofrece información limitada para la
estadificación. La masa ovárica dificulta la delimitación de los planos que indican si hay
extensión a los órganos adyacentes. La invasión peritoneal microscópica es la norma, no
la excepción. Cualquier cantidad de ascitis es completamente inespecífica y no implica
necesariamente invasión peritoneal. En cualquiera de los estados de extensión pueden
encontrarse ganglios infiltrados.

Carcinoma de ovario. A la izquierda, RM coronal con información T2 y saturación grasa. Gran masa ovárica
compleja derecha. Incidentalmente, se identifica un pequeño mioma de localización subserosa (flecha). A la
derecha, secuencias axiales con información T1, antes (arriba) y después (abajo) de la administración de medio
de contraste paramagnético (Gd) y saturación grasa. Todas las zonas de alta señal en la imagen inferior
representan realce tumoral.

Con las limitaciones para la estadificación de esta neoplasia, es probable que la


información que se está obteniendo no sea verdaderamente relevante ni tenga un impacto
significativo sobre el cuidado de las pacientes. Los estudios de RM con Gd y secuencias de
supresión grasa parecen representar la mejor oportunidad para detectar implantes
peritoneales, pero no remplaza aún a la visión directa mediante laparoscopia o
laparotomía para su estadificación.

15
Genitales externos femeninos
Las lesiones neoplásicas de la vagina son poco frecuentes, siendo la mayoría de ellas
carcinomas escamocelulares. También la mayoría se originan en su tercio superior, con
un patrón de extensión por vecindad a las estructuras adyacentes, con algún componente
de diseminación linfática y hematógena. Por su localización, la primera estación
ganglionar se hace a las cadenas obturadoras e ilíaca interna. Si el tumor se origina en la
pared posterior de la vagina, su extensión preferencial se hace a los ganglios glúteos
superiores e inferiores. Los tumores del tercio inferior de la vagina se diseminan a los
ganglios inguinales. Tanto la US como la TC presentan limitaciones para la estadificación
de estos tumores. La superior resolución de contraste de la RM le da ventajas definitivas
para la estadificación del cáncer vaginal. El uso de MC puede ser útil para la evaluación
de fístulas vesicovaginales. En las lesiones neoplásicas de la vulva, la extensión suele ser
superficial, y es mejor demostrada mediante RM.

Obstetricia
La US es definitivamente el estudio de elección en la evaluación del embarazo. Sin
embargo, cuando por diversos motivos la US ofrece información incompleta, o en la
evaluación de patologías muy específicas, tanto obstétricas como no obstétricas, la RM
puede ser considerada como un método complementario de gran utilidad, como es el caso
de algunas malformaciones congénitas complejas, especialmente las del sistema nervioso
central.

RM en obstetricia. A la derecha, estudio rápido, con información T2, adquirido en aproximadamente 30


segundos, en el que se demuestra anatomía fetal normal. A la izquierda, un ejemplo de patología no obstétrica
durante un embarazo temprano: fractura patológica del fémur izquierdo, por un osteosarcoma, estudiado sin
radiación ionizante mediante RM.

16
Con el desarrollo de técnicas ultrarrápidas de adquisición de imágenes, se pueden
eliminar los artefactos de movimiento y obtener imágenes de alta resolución de la
anatomía fetal.
La RM ha demostrado utilidad como método complementario a la ecografía en algunas
alteraciones de la inserción placentaria. Algunas secuencias especiales, como la técnica
de desplazamiento químico, se pueden utilizar para estudiar el acretismo placentario, y
determinar si existen planos de clivaje con los órganos adyacentes.

Primer estudio de RM realizado en Colombia por placenta previa completa (1989). La placenta es de alta señal, y
se encuentra cubriendo completamente al orificio cervical interno, señalado con una flecha.

El diagnóstico de acretismo placentario puede llevar a conductas terapeúticas


preventivas, como la colocación endovascular de catéteres con balones de oclusión antes
de una cesárea. Esta técnica se ha utilizado para prevenir hemorragia masiva durante el
acto quirúrgico, requiriendo de un trabajo en equipo multidisciplinario, que incluya,
además del equipo de obstetricia, un adecuado manejo anestésico, el uso de accesos
vasculares guiados con ecografía, y técnicas avanzadas de radiología intervencionista que
permiten hacer este tipo de procedimientos con pocos minutos de fluoroscopia
intermitente.

17
Placenta percreta. A la izquierda, las cabezas de flecha señalan la placenta, de inserción anterior, que involucra
todo el espesor uterino y se extiende hasta la vejiga. Pubis (p). Cuerpo vertebral L5 (5). Compare con la inserción
fúndica normal de la placenta en la imagen de la derecha.

Placenta previa percreta. Presentación cefálica. RM en cortes sagitales. Izquierda, información T2. Derecha,
técnica de desplazamiento químico, que confirma que existe un plano de clivaje con la vejiga, la cual
corresponde a la delgada línea negra que separa la vejiga del útero.

También se ha utilizado en algunas anormalidades placentarias, y en pelvimetría.

Acretismo placentario. Colocación de catéteres con balón de oclusión en ambas arterias hipogástricas (flechas).
Fotografía de los catéteres, que se avanzan por vía endovascular desde la arteria femoral contralateral,
cruzando la bifurcación aórtica. Detalle del catéter hipogástrico izquierdo con el balón inflado; el catéter de
acceso izquierdo se dirige de manera retrógrada por la arteria ilíaca común para cruzar la bifurcación aórtica y
llegar de manera anterógrada a la arteria hipogástrica derecha. Luego de cesárea fúndica, se procedió a
histerectomía que no requirió del inflado de los balones para hemostasia.

Con técnicas convencionales o rápidas se pueden obtener imágenes en los planos coronal
y sagital en las que se identifican los parámetros anatómicos del canal del parto. Estas

18
imágenes se utilizan para estudios de pelvimetría, obviando los estudios radiográficos
simples.

Ejemplos de pelvimetría. En el plano coronal, se pueden obtener medidas de la distancia entre las espinas
ciáticas. En el sagital, se ilustran la distancia entre el pubis y el promontorio sacro y entre el pubis y el cóccix.

Otra aplicación de la RM pélvica en pacientes obstétricas es en la evaluación de trombosis


venosa posparto, utilizando la técnica de angiografía por RM, método no invasivo de gran
sensibilidad y especificidad en la detección de trombos de las venas pélvicas. Igualmente,

RM posparto. Venografía por RM que descarta trombosis de venas pélvicas utilizando una técnica no invasiva y
altamente confiable. Gran hematoma cervical, demostrado como una lesión de baja señal (flecha)

En el estudio de otras complicaciones como los hematomas cervicales, la RM puede ser de


utilidad para evaluar la extensión de estas lesiones.

Otras aplicaciones
Aunque no son exclusivas de la pelvis femenina, las lesiones del esfínter anal y las
lesiones vesicales también pueden estudiarse favorablemente mediante RM.

Esfínter anal
La evaluación anatómica superior del mecanismo esfinteriano con el uso de antenas
endorrectales permite una evaluación comparativa muy precisa de la musculatura del
esfínter anal. Gracias a la RM, se tiene hoy una mejor idea de la compleja anatomía
esfinteriana anal. Los diferentes grados de desgarros que se asocian al mecanismo del
parto pueden evaluarse de manera excepcional con RM endocavitaria. El posible impacto

19
de esta tecnología es la mejor selección de candidatas para corrección quirúrgica de
desgarros del esfínter anal.

Desgarro del esfínter anal. RM con antena endocavitaria que muestra A: desgarro masivo del músculo elevador
del ano en el lado derecho (flecha). B: Estudio posquirúrgico que muestra reconstrucción del esfínter anal
(flecha).

Vejiga
Las paredes vesicales y los espacios perivesicales se pueden visualizar con ventaja con la
RM, por su mejor resolución de contraste, además de su mayor capacidad de identificar
pequeñas lesiones o la extensión temprana a los espacios adyacentes. En la evaluación
del carcinoma vesical, la RM es particularmente útil en la diferenciación entre los estados
T2 (confinada a la vejiga) y T3a (invasión peri vesical) así como entre los estados T3a y
T3b (masa peri vesical). Esta diferenciación es muy útil, pues puede determinar un
cambio drástico en la conducta terapéutica: una vez identificada la extensión no
confinada al órgano vesical, se puede descartar cualquier alternativa quirúrgica curativa.
Con RM, se ha descrito la detección de masas vesicales tan pequeñas como 1.5 cm.

20
A B
RM en lesión de pared vesical. A. Secuencia T1, B. Secuencia T2. Engrosamiento focal de la pared anterior de la
vejiga (flechas).

La exactitud diagnóstica se mejora con la administración de MC paramagnético, siempre


y cuando se utilicen técnicas dinámicas que permitan obtener imágenes tan tempranas
como 5 a 15 segundos después de la administración del MC, y hacer seguimiento del
“lavado” del mismo en el tiempo.
La disponibilidad de secuencias rápidas y el uso de equipos de alta resolución hacen que
la RM tenga ventajas adicionales sobre la TC en la evaluación de patologías no
neoplásicas, como los cistoceles, divertículos vesicales y algunas condiciones
inflamatorias.

Referencias
1.Ascher SM, Reinhold C: Imaging of cancer of the endometrium. Radiol Clin North Am
2002 (40): 563-576.
2.Barakat RR, Hricak H. What do we expect from imaging? Radiol Clin North Am 2002
(40): 521-526.
3.Byun JY, Kim SE, Choi BG, Ko GY, Jung SE, Choi KH: Diffuse and focal adenomyosis:
MR imaging findings. RadioGraphics 1999; 19: S161-S170.
4.Chang SD: Imaging of the vagina and vulva. Radiol Clin North Am 2002 (40): 637-658.
5.Coakley FV: Staging ovarian cancer: Role of imaging. Radiol Clin North Am 2002 (40):
609-636.
6.Colletti PM, Sylvestre PB: Magnetic resonance imaging in pregnancy. MRI Clin North Am
1994; 2(2): 291-307.
7.Fielding JR: MR imaging of the female pelvis. Radiol Clin North Am 2003 (41): 179-192.
8.Fulcher AS, O’Sullivan SG, Segreti EM, Kavanagh BD. Recurrent cervical carcinoma:
Typical and atypical manifestations. RadioGraphics 1999; 19: S103-S116.
9.Funt SA, Hann LE: Detection and characterization of adnexal masses. Radiol Clin North
Am 2002 (40): 591-608.
10.Kanal E: Pregnancy and the safety of magnetic resonante imaging. MRI Clin North Am
1994; 2(2): 309-317.

21
11.Kawamoto S, Urban S, Fishman EK: CT of epithelial ovarian tumors. RadioGraphics
1999; 19: S85-S102.
12.Kier R: Magnetic resonance imaging of the uterus. MRI Clin North Am 1994; 2(2): 189-
210.
13.Lawler LP: MR imaging of the bladder. Radiol Clin North Am 2003 (41): 161-177.
Mezrich R: Magnetic resonance imaging applications in uterine cervical cancer. MRI Clin
North Am 1994; 2(2): 211-243.
14.Nagayama M, Watanabe Y, Okumura A, Amoh Y, Nakashita S, Dodo Y: Fast MR
imaging in obstetrics. RadioGraphics 2002, 22: 563-582.
15.Outwater EK, Schiebler ML: Magnetic resonance imaging of the ovary. MRI Clin North
Am 1994; 2(2): 245-274.
16.Park JM, Charnsangavej C, Yoshimitsu K, Herron DH, Robinson TJ, Wallace S:
Pathways of nodal metastasis from pelvic tumors: CT demonstration. RadioGraphics
1994; 14: 1309-1321.
17.Posniak HV, Olson MC, Dudiak, CM, et al: MR imaging of uterine carcinoma:
Correlation with clinical and pathologic findings. RadioGraphics 1990; 10: 15-27.
18.Reinhold C, Tafazoli F, Mehio A, et al: Uterine adenomyosis: Endovaginal US and MR
imaging features with histopahologic correlation. RadioGraphics 1999; 19: S147-S160.
19.Scheidler J, Heuck AF: Imaging of cancer of the cervix. Radiol Clin North Am 2002
(40): 577-590.
20.Scoutt LM, McCarthy SM, Moss AM: Computed tomography and magnetic resonance
imaging of the pelvis. En: Moss AA, Gamsu G, Genant HK (eds) Computed Tomography of
the Body with Magnetic Resonance Imaging. 2nd Ed. W.B. Saunders Co. Harcourt Brace
Jovanovich, Inc. Philadelphia, 1992, pg 1183-1265.
21.Thickman D, Gussman D: Magnetic resonance imaging of benign adnexal conditions.
MRI Clin North Am 1994; 2(2): 275-289.
22.Ueda H, Togashi K, Konishi I, et al: Inusual appearances of uterine leiomyomas: MR
imaging findings and their histopathologic backgrounds. RadioGraphics 1999; 19: S131-
S145.

22

You might also like