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Introducción
La evaluación de los órganos pélvicos femeninos puede hacerse mediante diversos
estudios, seleccionados con base en la solución de problemas clínicos específicos. Aunque
el estudio de primera elección en la mayoría de las patologías de la pelvis de la mujer
sigue siendo la ultrasonografía (US), la creciente disponibilidad de técnicas de adquisición
rápida mediante resonancia magnética (RM), ha llevado a considerarla como de primera
línea para muchas de las enfermedades que afectan los órganos pélvicos femeninos.
Aspectos Técnicos y de Bioseguridad
La RM tiene capacidad multiplanar, ventaja que comparte con la US con respecto a la
tomografía computarizada (TC); la ausencia de radiación ionizante también es una
característica común entre la US y la RM, permitiendo su libre utilización en la población
más sensible a estas radiaciones: mujeres en edad fértil, embarazadas y la población
pediátrica.
Desde el punto de vista de bioseguridad, la RM se considera como un método adecuado
en pacientes embarazadas, sin efectos biológicos demostrables en el desarrollo
embrionario. Sin embargo, la aplicación de campos magnéticos dinámicos, asociada a la
emisión de ondas de radiofrecuencia, tiene la posibilidad teórica de depositar energía en
los tejidos, en forma de aumento de la temperatura de las células expuestas. El riesgo
teórico sobre los tejidos en desarrollo ha hecho que organismos internacionales de
control, como la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) y el Consejo Nacional de
Protección de Radiaciones (NRPC) sugieran tomar precauciones durante el primer
trimestre del embarazo, limitando el uso de la RM a los casos en los que el beneficio
diagnóstico supere al riesgo del estudio, posponiendo en lo posible los exámenes de RM
hasta después del período de órganogenesis. Para las pacientes embarazadas, se puede
contar con un formato de consentimiento informado para realizar una RM, especialmente
si se va a hacer en dicho período.
El uso de un imán y la generación de campos magnéticos estáticos y dinámicos durante el
curso normal de un estudio de RM implica contraindicaciones específicas para este
método, que aplican para todos los casos, independientemente de la región corporal a
examinar. Estas contraindicaciones son la presencia de marcapasos cardíacos o de
cualquier tipo de electrodos implantados de manera temporal o permanente, como
estimuladores, implantes cocleares, marcapasos diafragmáticos, etc. En general, la
presencia de pinzas hemostáticas endocraneanas para el control de aneurismas son
también una contraindicación absoluta para los estudios de RM. Aunque la inmensa
mayoría de implantes y prótesis metálicas son compatibles con RM, es preciso que en
todos los servicios de RM se cuente con protocolos de tamizaje que busquen identificar
implantes metálicos, esquirlas u otros elementos que puedan contraindicar el examen.
Estos protocolos incluyen un modelo de encuesta dirigida a la búsqueda de estas
contraindicaciones, el uso de técnicas de imagen para la detección de esquirlas metálicas
en áreas anatómicas específicas y la disponibilidad de listas de consulta de implantes y
otros materiales biomédicos en las que se pueda establecer si el examen de RM es seguro
o no.
Es importante recordar que el medio de contraste (MC) usado en RM, Gadolinio (Gd)
cruza la barrera placentaria, con potenciales (aunque no probados) efectos sobre el
desarrollo fetal. Aunque no se han demostrado sus posibles efectos sobre el feto, no se
recomienda su uso rutinario en pacientes embarazadas.
El Gd también es eliminado en la leche materna. No se tiene certeza acerca de los
mecanismos de absorción de los medios de contraste paramagnéticos en el tracto
gastrointestinal de los infantes, por lo que se ha recomendado evitar la lactancia durante
las 24 horas siguientes a la aplicación de Gd. En un estudio reciente se cuestiona si esta
norma es algo exagerada, pues parece probable que al suspender la lactancia durante
este período, se produzca un impacto innecesario sobre el mismo proceso de lactancia y
sobre el bienestar del recién nacido. Puede ser más sensato disminuir este lapso de
tiempo a 12 horas o menos, o incluso complementar esta medida con la expresión de
leche mamaria. Se puede recolectar leche materna antes del estudio de RM con Gd, esta
leche se guarda para darla posteriormente al recién nacido. Justo después de la inyección
de Gd, se hace nueva expresión mamaria para desechar esta leche, para después
continuar con la lactancia normal. De acuerdo a las necesidades de lactancia del infante,
se puede intentar aumentar la reserva de leche materna antes de la inyección del medio
de contraste paramagnético, o desechar la leche materna en más de una oportunidad.
Preparación de la paciente
El movimiento es una de las más importantes limitaciones para los estudios de RM, pues
todo movimiento se propaga sobre las imágenes obtenidas, dificultando su interpretación.
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Los movimientos periódicos como los respiratorios y cardiacos, pueden controlarse
sincronizando la adquisición de las imágenes con registros eléctricos de estos
movimientos fisiológicos. Sin embargo, los movimientos peristálticos no pueden
registrarse o predecirse de manera confiable, haciendo necesario usar técnicas rápidas
que pueden hacerse durante respiración suspendida. Lo mismo aplica para los
movimientos fetales en pacientes embarazadas. Aunque se han descrito maniobras
farmacológicas como la curarización fetal percutánea para disminuir estos movimientos,
se puede considerar esta medida como extrema e innecesaria, pues puede remplazarse
por técnicas de preparación materna mucho más sencillas, como el ayuno y la evacuación
vesical materna. El uso de protocolos modernos conocidos como secuencias rápidas y
ultrarrápidas permite obtener imágenes muy adecuadas de la anatomía fetal, haciendo
excepcional el uso de sedación materna para las indicaciones obstétricas de la RM.
Algunos protocolos de preparación de pacientes para estudios pélvicos utilizan maniobras
farmacológicas, como el uso de glucagon a dosis de 1 mg por vía IM para disminuir los
movimientos peristálticos. También se ha descrito el uso de MC endoluminales para el
tracto digestivo, ya sea para su administración oral o por enema. Se denominan
“positivos” y “negativos” de acuerdo a la señal que presenten en las imágenes. Estos MC
no tienen tantas aplicaciones en la evaluación de la pelvis como en el resto del abdomen.
Los MC endovenosos utilizados en RM tienen un efecto denominado paramagnético; esto
corresponde a una distorsión local del campo magnético, que se aprovecha para evaluar
la actividad, vascularización o límites de un órgano o de algunas lesiones. El elemento en
que se basan la mayoría de los MC paramagnéticos es el Gd, una tierra rara que en forma
libre es altamente tóxica, pero que se somete a un proceso de quelación con sustancias
como el ácido dietilenopentaacético (DTPA) o el ácido dodecanotetraacético (DOTA) para
convertirlo en un producto altamente estable y sin efectos tóxicos. El uso de Gd-DTPA a
dosis usuales se considera de alta seguridad, con una muy baja proporción de reacciones
adversas. Puede aplicarse aún en pacientes con función renal comprometida. Aunque se
han hecho varios estudios con partículas de óxido de hierro (AMI 227) pequeñas (“Small
Particle Iron Oxide” o SPIO) o ultra pequeñas (“Ultrasmall Particle Iron Oxide” o USPIO),
para darle características de superparamagnetismo, los resultados no han sido muy
alentadores, ni han generado un adecuado desarrollo de este tipo de MC, los cuales aún
son de uso experimental y de ocasional reporte en la literatura especializada.
En la mayoría de los casos, no se requiere de una evaluación exhaustiva de la función
renal para los estudios de RM de la pelvis. La evacuación vesical se puede hacer unos
minutos antes de iniciar los estudios pélvicos, simplemente con el propósito de evitar
incomodidades por posibles urgencias urinarias que interrumpan el curso del estudio de
RM pélvico u obstétrico.
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Para algunas indicaciones específicas en la pelvis, se utilizan antenas endocavitarias.
Para disminuir la presencia de residuos fecales y brindar mayor comodidad, algunos
protocolos incluyen la preparación del colon mediante enemas.
El uso de tampones vaginales es controvertido: aunque pueden facilitar la identificación
de la cúpula vaginal, los planos grasos adyacentes suelen ser suficientes para reconocer
los detalles anatómicos de esta región; la introducción de tampones puede facilitar la
acumulación de aire en los recesos vaginales, que se manifiesta como artefactos
indeseables.
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Indicaciones generales
El uso de métodos de diagnóstico especializados compromete al médico tratante en su
aplicación. Siempre debe primar el criterio clínico, con el cual se hace una escogencia
racional del método diagnóstico que mayor información pueda ofrecer en cada caso.
Antes de solicitar un estudio de RM, se debe tener claro su potencial, y el tipo de
información que se necesita y se puede obtener, para optimizar el desempeño del examen.
Los estudios de RM son altamente especializados, y no están destinados a “descartar
patología”. Existe una gran cantidad de parámetros técnicos que se ajustan a las
necesidades de cada paciente, y que suelen utilizarse en forma “órgano – selectiva”,
logrando un balance entre el tipo de información que se obtiene y el tiempo de duración
total del estudio. La RM se constituye en un método robusto y confiable, siempre y
cuando esté adecuadamente indicado. Su limitada disponibilidad no le permite ser un
estudio de primera elección en muchos de los casos de patología pélvica femenina; su
papel suele ser complementario al de otros métodos diagnósticos. Para que su uso tenga
un impacto real sobre el manejo de nuestros pacientes, la RM debe utilizarse en forma
racional, con un claro conocimiento de su indicación y de la información que se requiere
en cada caso. Es indispensable establecer canales de comunicación eficaces con los
grupos médicos remitentes para optimizar el uso de este método.
Pelvis femenina
La evaluación de los órganos genitales internos femeninos se ha hecho clásicamente con
US, estudio de alta disponibilidad y de muy adecuado desempeño en la patología propia
de la mujer. Aunque la ecografía sigue siendo la herramienta primaria para el diagnóstico
de las anormalidades ginecológicas y obstétricas, y puede aplicarse también para la
evaluación de la patología femenina extrapélvica, la RM puede jugar un importante papel
en la evaluación de la patología que afecta a la mujer tanto en la patología ginecológica
como en la obstétrica.
Órganos genitales internos femeninos
La RM permite una muy adecuada delimitación de los detalles anatómicos del útero. Las
secuencias que mejor demuestran la anatomía uterina son las que tienen información
conocida como T2. En este tipo de imágenes se observan claramente tres áreas en la
anatomía uterina: una zona central, de alta señal, que corresponde al endometrio. El
espesor endometrial debe evaluarse teniendo en cuenta la fase del ciclo menstrual en la
que se encuentra la paciente, así como su edad.
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En la fase folicular del ciclo menstrual, su espesor se aproxima a los 3 mm, llegando a
unos 5 mm en la secretora. No hay cambios en la dimensión uterina durante las fases del
ciclo menstrual.
e
u
m
RM uterina normal. Secuencia con información T2. Se identifican tres capas normales, e: endometrio, m:
miometrio, u: zona de unión. Ver texto.
RM ovárica normal. Las flechas negras señalan los ovarios con folículos en desarrollo en su periferia.
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Los ovarios también se identifican fácilmente en las secuencias con información T2, en
las cuales las estructuras de contenido líquido muestran alta señal. La resolución
espacial de la RM permite identificar los folículos en desarrollo, de típica localización
estromal periférica.
El cuello uterino es fácil de identificar en este mismo tipo de secuencias; se visualiza con
claridad en las imágenes sagitales y axiales, con clara delimitación del canal endocervical
y de los fórnices vaginales. Las paredes vaginales también pueden visualizarse con buen
detalle.
Cuello uterino y vagina. A la izquierda, corte sagital con información T2. Hacia la derecha de la imagen, el
sacro; vejiga, de señal intermedia, se encuentra a la izquierda de esta imagen. La flecha señala el cuello uterino
normal. El corte axial de la derecha demuestra la vagina (flechas curvas). Las flechas rectas indican las ramas
isquiopúbicas.
Malformaciones congénitas
La American Fertility Society clasifica las malformaciones uterinas en cinco variedades
diferentes, que pueden simplificarse en dos tipos principales, los desórdenes de agenesia
y los de duplicación. Las agenesias se subdividen en las que tienen endometrio funcional
y las que carecen de éste. Las malformaciones congénitas por agenesia que tienen
endometrio funcional, corresponden a las agenesias vaginales parciales y la agenesia
vaginal completa, la cual se asocia a agenesia cervical.
Entre los desórdenes de duplicación están los secundarios a ausencia de fusión de los
conductos de Müller, como el útero didelfo. La agenesia Mülleriana unilateral produce el
útero unicorne y la fusión Mülleriana incompleta da como resultado el útero septado y el
bicorne La alta resolución espacial de la RM permite una adecuada identificación de las
alteraciones morfológicas del útero, con clara ventaja sobre la histerosalpingografía y la
US, en cuanto al detalle anatómico y a la información obtenida. Esto significa que la
categorización de estas anomalías es más precisa con RM, y que la toma de decisiones
terapéuticas puede ser más acertada con la RM, estudio que no sólo delimita los
contornos internos de la cavidad uterina, sino su apariencia externa.
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u
u
Duplicación uterina. RM en secuencia axial con información T2. Se identifican dos cavidades uterinas (u). La
estrella señala un hematocolpos.
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m
e u
A B
RM en Miomatosis uterina. A. Endometrio central de alta señal (e), Miometrio externo de señal intermedia (m),
Zona de unión entre las dos, de baja señal (u). Pequeño mioma intramural (flecha). B .Focos de baja señal que
corresponden a miomas (flechas).
Presentación de la miomatosis uterina en RM. A la izquierda, múltiples focos de baja señal en la secuencia
sagital con información T2. A la derecha, distorsión uterina por mioma voluminoso de señal intermedia en la
secuencia T1.
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incluyen la leiomiomatosis difusa y la peritoneal diseminada, la extensión retroperitoneal
y la intravenosa, el crecimiento parasítico y el leiomioma cervical.
Una utilidad adicional de la RM es la posibilidad de seguimiento de leiomiomas que no
son resecados, en busca de complicaciones o de cambios en su apariencia o patrones de
crecimiento. En las pacientes con terapia hormonal, también es posible hacer seguimiento
de leiomiomas en busca de cambios en su patrón de diseminación.
Adenomiosis
La adenomiosis puede manifestarse como un engrosamiento difuso de la zona de unión.
No hay claridad acerca del punto de corte para determinar normalidad, pues este
parámetro ha sido descrito como límite en 5, 10 o 12mm por diferentes autores.
A B
RM en adenomiosis. A. Pequeño engrosamiento focal de la zona de unión (flecha) B. Múltiples focos quísticos
submucosos (flechas)
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Carcinoma endometrial
En general, los métodos de imagen tienen limitaciones para la diferenciación entre la
hiperplasia y el carcinoma endometrial. Esto hace que, ante un aumento difuso en el
tamaño de la cavidad endometrial, inapropiado para la edad o para la fase del ciclo
menstrual en la que se examina a una paciente, la conducta habitual sea la de hacer
curetaje y biopsia endometrial. En el carcinoma endometrial, parece claro que el
pronóstico, que puede estimarse con base en el porcentaje de metástasis, tiene una
importante relación con la profundidad de la invasión del tumor hacia las capas más
superficiales del útero. Paradójicamente, aunque esta asociación parece clara, la
clasificación para la estadificación del carcinoma endometrial de la Federación
Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) no considera el parámetro de
profundidad de invasión. La integridad de la zona de unión es determinante de la
profundidad de extensión, pero la evaluación de esta zona se dificulta en las pacientes
posmenopáusicas. La administración endovenosa de Gd-DTPA es indispensable para la
determinación de la integridad de la zona de unión, permitiendo determinar con precisión
la profundidad de la invasión del carcinoma endometrial.
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en el seguimiento de pacientes que reciben tamoxifeno, para la detección precoz de las
lesiones endometriales asociadas a esta terapia que requieran de estudios histológicos.
B
RM en carcinoma de cuello uterino. A: Corte sagital que muestra gran masa cervical. B. Técnica de uroRM que
muestra obstrucción asociada del tracto urinario.
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La sensibilidad descrita para la RM en el estado Ib está entre 93 y 100 %, siendo superior
a la TC. En el estado II la RM es altamente eficaz para evaluar extensión vaginal, pero no
remplaza a la inspección vaginal directa, que es mucho más fácil y económica. En el
estado III, la RM es excelente para la evaluación de los músculos de la pared pélvica, y
tiene la ventaja de poder evaluar fácilmente la hidronefrosis. En el estado IV también es
excelente pues permite evaluar la presencia de planos de separación con la vejiga y el
recto. A pesar de que en todos estos estados la RM ha demostrado características
operativas superiores a las de la TC, se puede plantear el siguiente interrogante: ¿Si la
RM es un método tan útil, porqué no se usa con más frecuencia? La respuesta puede
estar en una insuficiente divulgación de las ventajas del mismo ante la comunidad
médica responsable de solicitar dicho examen. La relación costo-beneficio de la TC en la
estadificación del cáncer de cuello uterino es desfavorable. Su beneficio es tan limitado,
que no se recomienda su uso para la estadificación de este tumor. Los avances en
secuencias dinámicas con la administración de Gd sugieren un posible papel de la RM en
el estudio de la angiogénesis de estos tumores.
RM en quiste dermoide ovárico. Secuencia con saturación grasa que muestra nivel grasa – líquido (flechas
negras) con zona central sólida. La porción grasa (oscura) es anterior por la posición supina de la paciente.
Endometrio (e).
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RM de un quiste lúteo. Imagen axial con información T2 y saturación grasa que muestra gran masa anexial
derecha de predominio quístico, con pequeño nódulo mural posterior (flecha gruesa). Moderada cantidad de
líquido libre en el fondo de saco posterior. El corte sagital con información T2 muestra un fino septo, señalado
por flechas delgadas.
Hematosalpinx. RM axial con información T2 que muestra una estructura tortuosa de contenido líquido, que
corresponde a la trompa uterina izquierda. La flecha señala el efecto de hematocrito, manifestado como un nivel
de baja señal en uno de los repliegues de esta trompa.
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Carcinoma de ovario
Por tratarse de una patología común, se hace necesario encontrar una secuencia
ordenada de estudios de imágenes para evaluarla. La estadificación inicial sigue
basándose en parámetros clínicos y en marcadores séricos. La US transvaginal sigue
siendo el método de primera línea, con el que se obtiene, en la mayoría de los casos, la
información relevante para tomar las conductas terapéuticas en cada caso. A pesar de
ello, con frecuencia cercana al 70%, cuando se hace el diagnóstico, la enfermedad ya es
avanzada. Cualquiera de los métodos de imagen ofrece información limitada para la
estadificación. La masa ovárica dificulta la delimitación de los planos que indican si hay
extensión a los órganos adyacentes. La invasión peritoneal microscópica es la norma, no
la excepción. Cualquier cantidad de ascitis es completamente inespecífica y no implica
necesariamente invasión peritoneal. En cualquiera de los estados de extensión pueden
encontrarse ganglios infiltrados.
Carcinoma de ovario. A la izquierda, RM coronal con información T2 y saturación grasa. Gran masa ovárica
compleja derecha. Incidentalmente, se identifica un pequeño mioma de localización subserosa (flecha). A la
derecha, secuencias axiales con información T1, antes (arriba) y después (abajo) de la administración de medio
de contraste paramagnético (Gd) y saturación grasa. Todas las zonas de alta señal en la imagen inferior
representan realce tumoral.
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Genitales externos femeninos
Las lesiones neoplásicas de la vagina son poco frecuentes, siendo la mayoría de ellas
carcinomas escamocelulares. También la mayoría se originan en su tercio superior, con
un patrón de extensión por vecindad a las estructuras adyacentes, con algún componente
de diseminación linfática y hematógena. Por su localización, la primera estación
ganglionar se hace a las cadenas obturadoras e ilíaca interna. Si el tumor se origina en la
pared posterior de la vagina, su extensión preferencial se hace a los ganglios glúteos
superiores e inferiores. Los tumores del tercio inferior de la vagina se diseminan a los
ganglios inguinales. Tanto la US como la TC presentan limitaciones para la estadificación
de estos tumores. La superior resolución de contraste de la RM le da ventajas definitivas
para la estadificación del cáncer vaginal. El uso de MC puede ser útil para la evaluación
de fístulas vesicovaginales. En las lesiones neoplásicas de la vulva, la extensión suele ser
superficial, y es mejor demostrada mediante RM.
Obstetricia
La US es definitivamente el estudio de elección en la evaluación del embarazo. Sin
embargo, cuando por diversos motivos la US ofrece información incompleta, o en la
evaluación de patologías muy específicas, tanto obstétricas como no obstétricas, la RM
puede ser considerada como un método complementario de gran utilidad, como es el caso
de algunas malformaciones congénitas complejas, especialmente las del sistema nervioso
central.
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Con el desarrollo de técnicas ultrarrápidas de adquisición de imágenes, se pueden
eliminar los artefactos de movimiento y obtener imágenes de alta resolución de la
anatomía fetal.
La RM ha demostrado utilidad como método complementario a la ecografía en algunas
alteraciones de la inserción placentaria. Algunas secuencias especiales, como la técnica
de desplazamiento químico, se pueden utilizar para estudiar el acretismo placentario, y
determinar si existen planos de clivaje con los órganos adyacentes.
Primer estudio de RM realizado en Colombia por placenta previa completa (1989). La placenta es de alta señal, y
se encuentra cubriendo completamente al orificio cervical interno, señalado con una flecha.
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Placenta percreta. A la izquierda, las cabezas de flecha señalan la placenta, de inserción anterior, que involucra
todo el espesor uterino y se extiende hasta la vejiga. Pubis (p). Cuerpo vertebral L5 (5). Compare con la inserción
fúndica normal de la placenta en la imagen de la derecha.
Placenta previa percreta. Presentación cefálica. RM en cortes sagitales. Izquierda, información T2. Derecha,
técnica de desplazamiento químico, que confirma que existe un plano de clivaje con la vejiga, la cual
corresponde a la delgada línea negra que separa la vejiga del útero.
Acretismo placentario. Colocación de catéteres con balón de oclusión en ambas arterias hipogástricas (flechas).
Fotografía de los catéteres, que se avanzan por vía endovascular desde la arteria femoral contralateral,
cruzando la bifurcación aórtica. Detalle del catéter hipogástrico izquierdo con el balón inflado; el catéter de
acceso izquierdo se dirige de manera retrógrada por la arteria ilíaca común para cruzar la bifurcación aórtica y
llegar de manera anterógrada a la arteria hipogástrica derecha. Luego de cesárea fúndica, se procedió a
histerectomía que no requirió del inflado de los balones para hemostasia.
Con técnicas convencionales o rápidas se pueden obtener imágenes en los planos coronal
y sagital en las que se identifican los parámetros anatómicos del canal del parto. Estas
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imágenes se utilizan para estudios de pelvimetría, obviando los estudios radiográficos
simples.
Ejemplos de pelvimetría. En el plano coronal, se pueden obtener medidas de la distancia entre las espinas
ciáticas. En el sagital, se ilustran la distancia entre el pubis y el promontorio sacro y entre el pubis y el cóccix.
RM posparto. Venografía por RM que descarta trombosis de venas pélvicas utilizando una técnica no invasiva y
altamente confiable. Gran hematoma cervical, demostrado como una lesión de baja señal (flecha)
Otras aplicaciones
Aunque no son exclusivas de la pelvis femenina, las lesiones del esfínter anal y las
lesiones vesicales también pueden estudiarse favorablemente mediante RM.
Esfínter anal
La evaluación anatómica superior del mecanismo esfinteriano con el uso de antenas
endorrectales permite una evaluación comparativa muy precisa de la musculatura del
esfínter anal. Gracias a la RM, se tiene hoy una mejor idea de la compleja anatomía
esfinteriana anal. Los diferentes grados de desgarros que se asocian al mecanismo del
parto pueden evaluarse de manera excepcional con RM endocavitaria. El posible impacto
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de esta tecnología es la mejor selección de candidatas para corrección quirúrgica de
desgarros del esfínter anal.
Desgarro del esfínter anal. RM con antena endocavitaria que muestra A: desgarro masivo del músculo elevador
del ano en el lado derecho (flecha). B: Estudio posquirúrgico que muestra reconstrucción del esfínter anal
(flecha).
Vejiga
Las paredes vesicales y los espacios perivesicales se pueden visualizar con ventaja con la
RM, por su mejor resolución de contraste, además de su mayor capacidad de identificar
pequeñas lesiones o la extensión temprana a los espacios adyacentes. En la evaluación
del carcinoma vesical, la RM es particularmente útil en la diferenciación entre los estados
T2 (confinada a la vejiga) y T3a (invasión peri vesical) así como entre los estados T3a y
T3b (masa peri vesical). Esta diferenciación es muy útil, pues puede determinar un
cambio drástico en la conducta terapéutica: una vez identificada la extensión no
confinada al órgano vesical, se puede descartar cualquier alternativa quirúrgica curativa.
Con RM, se ha descrito la detección de masas vesicales tan pequeñas como 1.5 cm.
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A B
RM en lesión de pared vesical. A. Secuencia T1, B. Secuencia T2. Engrosamiento focal de la pared anterior de la
vejiga (flechas).
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