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Dr.

José Narro Robles

Rector

Universidad Nacional Autónoma de México

Presente

Los suscritos, profesores, técnicos académicos, trabajadores y alumnos de la Facultad de


Contaduría y Administración, preocupados por el clima conflictivo y las deplorables condiciones
académicas, administrativas y políticas reinantes en la misma, y por el interés manifestado
públicamente por la actual directora, desde hace más de un mes, de buscar su reelección,
acudimos a usted para informarle de las anomalías o deficiencias de la administración de la Dra.
María Antonieta Martín Granados por las que se ha hecho inmerecedora de ser reelegida. Entre
las más perniciosas están las siguientes:

1. Falta de honestidad y de seriedad académica de la directora, manifiesta, principalmente, en


las siguientes acciones que ha realizado:

a) Haber presionado al Comité Académico del Programa de Posgrado en Ciencias de la


Administración para que propusiera al H. Consejo Universitario que se le otorgara la medalla
Alfonso Caso como graduada del doctorado del año 2005, a pesar de que el otro candidato
propuesto merecía la distinción de conformidad con lo que establece el Reglamento del
Reconocimiento al Mérito Universitario, artículo 10, inciso “e”, por haberse graduado sin
necesidad de prórroga alguna, mientras que ella sí la necesitó. Debido a tal anomalía, la
propuesta del Comité no prosperó.

b) Incluir su nombre, pero no su aportación real, como participante de proyectos de


investigación simultáneos de muy diversas áreas académicas ajenas a sus conocimientos, cada
uno de los cuales requiere dedicación prácticamente de tiempo completo. El ejemploactual de
ello son los proyectos PAPIIT “Competencias y estrategias de la participación de las empresas
en las cadenas productivas en la industria automotriz en México y Estados Unidos” y “Las redes
de cooperación empresarial internacionales”. Cabe hacer notar que la especialidad de la Dra.
Martín es la fiscal.

c) Autonombrarse “Directora Técnica” de la revista Consultorio Fiscal sin respeto por el trabajo
de quien en verdad realiza tal labor que, debido a la periodicidad quincenal de la revista y a la
acentuada dinámica de los asuntos fiscales, demanda tiempo completo.

2. Trato despótico de la directora a los funcionarios y a todo aquel académico o trabajador


que osa diferir de su opinión. Una evidencia de esto es el elevadísimo índice de rotación de
funcionarios en lo que va de su gestión, quienes, mediando siempre un fuerte conflicto con ella,
han renunciado o han sido despedidos. Durante los menos de cuatro años transcurridos ha habido
tres titulares de la Secretaría Administrativa, tres jefes de la División de Investigación, tres jefes de
la División de Educación Continua, tres jefes del Centro de Informática, y dos jefes de la Extensión
Juriquilla (a pesar de que ésta sólo sobrevivió menos de dos años de su administración), por
nombrar sólo unos ejemplos. El mismo fenómeno se ha repetido en otros niveles jerárquicos: la
directora personalmente ha cambiado de adscripción a varios académicos de tiempo completo
arbitraria y recurrentemente. El caso de uno de ellos tuvo que llegar hasta el secretario general de
la UNAM; una profesora ha sufrido seis cambios de adscripción en el periodo y muchos más
académicos han padecido de tres a cuatro cambios.

Otra evidencia del maltrato es la existencia de frecuentes conflictos con los trabajadores
administrativos que ha conducido, en diferentes momentos, a cuatro paros de labores con cierre de
instalaciones: de la biblioteca, del Centro de Informática, de la imprenta y de la propia dirección.

3. Falta de visión académica, algunas de cuyas evidencias más notorias son:

a) Nombrar como jefa de la División de Investigación a una maestra de asignatura que nunca ha
hecho investigación y que jamás ha publicado nada, ni siquiera un artículo de divulgación. Ante
su propia incapacidad de sostener un diálogo académico con los investigadores, la funcionaria
sólo ocupó el cargo ocho meses.

c) Nombrar como jefa de la División de Estudios de Posgrado a una maestra que previamente al
semestre actual jamás había impartido clase en la misma. No obstante, la profesora desempeña
el cargo desde el comienzo de la gestión de la Dra. Martín.

d) Nombrar como coordinador del Doctorado en Ciencias de la Administración a un académico


sin posgrado, un licenciado en economía, cuya trayectoria académica y profesional no está
relacionada directamente con lo coordinado: su especialidad es la economía agropecuaria
mexicana, particularmente su historia, razón por la cual nunca ha formado parte del profesorado
de la facultad. Sin embargo, desempeñó el cargo cerca de dos años.

e) Nombrar como coordinador del área académica de derecho a un contador público que,
además de no poseer la licenciatura pertinente, ni siquiera tiene una experiencia profesional
cercana al campo, por lo que jamás ha sido maestro del área que coordina. Merced al
movimiento opositor del profesorado correspondiente, y a pesar del empecinamiento de la
directora por conservarlo, dicho coordinador duró en el cargo menos de un
año.

f) Substituir a la coordinadora de metodología de la investigación, cuya formación como filósofa


era adecuada, por un licenciado en administración que nunca había sido profesor de ninguna
asignatura del área, lo que se ha traducido en que la planta docente respectiva, que en general
poseía la formación y experiencia apropiadas, esté ahora conformada mayoritariamente por
profesionales sin los conocimientos pertinentes. Esto y el incumplimiento por el coordinador de
los acuerdos tomados en la Academia de Investigación y Ética provocaron que su presidente,
Mtro. Jesús Arroyo Estrada, especialista en filosofía de la ciencia ampliamente reconocido por
alumnos y profesores, solicitara en repetidas ocasiones dialogar al respecto con la directora,
quien nunca lo recibió. Consecuentemente, el profesor Arroyo renunció al cargo de presidente y
escribió un oficio al secretario general de la UNAM en el que le comunicó la situación, al cual
anexó copia de la carta que dirigió a los profesores de la academia que da cuenta más
detallada de la misma (se adjuntan copias de ambos documentos, recibidos en dicha secretaría
el 30 de enero de 2009).
g) Sustituir el sistema de inscripción de los alumnos que les permitía escoger profesores,
asignaturas y horarios, por la inscripción en bloque (todas las asignaturas del semestre en un
grupo fijo), que incluye materias “optativas” que por ende han dejado de serlo. Se perdió así una
de las principales fortalezas del Plan 2005: su flexibilidad. Para colmo de males, las asignaturas
impuestas como “optativas” en cada bloque ni siquiera son afines. El gran descontento de los
estudiantes al respecto ha sido abanderado por los grupos paristas.

h) Improvisar la implantación del examen general de conocimientos como opción de titulación


de licenciatura sin haberle realizado las mínimas pruebas que aconseja la prudencia y sin
asesoría de la Dirección General de Evaluación Educativa. El resultado fue que en su primera
aplicación (2006) reprobaron todos los sustentantes, por lo que la directora ordenó que se
modificaran todas las calificaciones antes de darlas a conocer, siguiendo el criterio de que se
considerara la calificación más alta que alguien había alcanzado (56% de aciertos) como igual a
100% y que con esa nueva escala se asignaran las nuevas calificaciones.

i) Tener en total abandono los planes y programas de estudio de licenciatura que requieren con
urgencia de una revisión y actualización profundas.

j) Como se ha mostrado, en lugar de fortalecer con mejoras bien pensadas cada una de las
licenciaturas impartidas, se han debilitado. Para parecer, no obstante, como una gestión
innovadora, se pretende ahora abaratar la obtención de dos títulos facilitando artificiosamente
que un egresado obtenga a la vez los de licenciatura en contaduría y en administración. Esto,
además de propiciar un profesional que no es cabalmente ni lo uno ni lo otro, va en contra de
las demandas de la economía, a las que han respondido exitosamente otras instituciones
educativas que ofrecen una gama de licenciaturas más especializadas en los ámbitos financiero
y administrativo.

4. Pérdida del liderazgo que había mantenido la Facultad en la Asociación Nacional de


Facultades y Escuelas de Contaduría y Administración (ANFECA) desde su fundación, por
razón del carácter conflictivo e impositivo de la directora. Esto ha ocasionado, por ejemplo, que
instituciones tan importantes como la Universidad Autónoma de Nuevo León, el ITAM la
Universidad Iberoamericana y el Tec de Monterrey hayan dejado de participar en los diversos
certámenes académicos de la Asociación, como los premios “Nacional de Tesis” y “Nacional de
Investigación” y los “Maratones”. Cabe destacar que la directora se vanagloria de que bajo su
administración los alumnos de la Facultad han incrementado su obtención de tales premios, pero
omite decir que ello se debe no sólo al gran esfuerzo personal de nuestros estudiantes, sino
también a la no participación de dichas y otras instituciones que tradicionalmente habían sido muy
competitivas en esos rubros.

5. Fallas o irregularidades académico-administrativas, tales como:

a) Devolución de las instalaciones que la Facultad tenía en el Campus Juriquilla sin explicación
al Consejo Técnico ni a la comunidad, a pesar de habérsele solicitado reiteradamente,
eliminando así un importante medio de vinculación con los sectores productivos, que además
era una copiosa fuente de ingresos extraordinarios.

b) Oferta y prestación de servicios a otras organizaciones sin la debida planeación y soporte


normativo, poniendo en riesgo el prestigio de la Universidad. Un ejemplo es el del diplomado de
titulación que impartió la Facultad a empleados del Consejo de la Judicatura Federal, quienes
obviamente deberían haber sido alumnos de nuestra Facultad; sin embargo, varios de los que lo
acreditaron eran pasantes de la licenciatura en derecho, situación que era desconocida por las
autoridades de su facultad. El problema suscitado pudo resolverse gracias a la sensatez y
colaboración del director de la Facultad de Derecho, quien, obrando en salvaguarda del nombre
de la UNAM, asumió el compromiso.
c) Creación de un oneroso “Centro de Excelencia Empresarial (Cenexe)” cuyas funciones
duplican las de la División de Educación Continua.

d) Celebración de las conferencias sobre reformas fiscales 2008 con la participación


injustificada de un despacho privado de muy dudosa reputación (“IDN Consultoría de
Negocios”). Desde hace muchos años, la Facultad había venido realizando anualmente dichas
conferencias, que reafirmaban su liderazgo en la materia y le proveían de importantes recursos
extraordinarios, sin necesidad de recurrir a firmas privadas, dado que cuenta con los
especialistas más reconocidos en el área a nivel nacional.

Señor rector, comprometidos con nuestra Facultad y con el programa de trabajo que usted ha
emprendido para enaltecer nuestra Máxima Casa de Estudios, le pedimos someter a escrutinio lo
que le hemos informado –que es sólo una mínima muestra de lo que en ella acontece– para que,
una vez corroborado, no permita que el otrora rumbo ascendente de la FCA continúe en declive
cuatro años más y que la paz que caracteriza a nuestra comunidad se vea
alterada.

Sin más por el momento, y confiando en la atención que brindará a la presente, le enviamos un
cordial saludo.

ATENTAMENTE

“POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU”

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