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i PRAGMATICA DEL LENGUAJE Y FILOSOFIA ANALITICA eat AH, Relgn: ef lengua rliiono. Swell, 64,201.25, 219 my 2 Sepntcn 43, 44,48, 5, See teen ia Sei formal, 128 Ym Seta 25, 29, 34» Sly fen Bo, 7, Sen 'damin, 34m, 55, 36,89, “G13, a, Yo 95,22, ah ta, en Siento, 2, 48, 49, 67 y Sinton y cunS3eM 33, 6, Signinesdo © tenn, A185, Ce eer Sigmibendo y vriicacia, 115 Spier tate ahi ‘Spniencion.Hoghaica ¥ signin foe na 216 Sioetidd, 60, 116119, 136137, ion 2 Saat), 84,9, 9198 ‘Slat sea Sian, Sey Seti OEE a, 6 Gt noe avi “Tolga, 25,129, 228, Tiatelogtt cas! tngste mort, Tata Ue Tee ‘Teolagla, ie (Ck. rims too ‘a Uso ab oni, psn (ti ‘yeaa eso fe ua ein, 59-60, 65, 16, 19 ‘lene comin nce thi ST 1 sig Yer Kiana, 23, 15:44 Yin Se eo i. tie, ies, (se vend ob 1 nh enn yo np Bb, we ah 30 a eraci, dtlensi clio. ole 8 tenia fine Vine, 16 eS 0 Prélogo: ta ruta de la pragmética Sustieacion . cs ‘Sighs. a Iermopuceros 1. La pragmatica. 2) La fumeion comunicaiva | 53. Mentalismo o conductismo? 4 Competencia y actuacion 5. El'lenguaje comin. 6 El lenguaje correcta |) 2. 1. La pracuetrica pet siouirieane 1 2 a 4 5 BI acto lingistico Tos juegos. de Tenguajer Sumario La pragmatica del significado: el signficads EI fantasia «proposicionale ‘Los clementos pragméticos del acto UingUts 42) La inteneién 5) Ta convencién (locuciones, Wocuciones ¥ petlocuciones) Las reglas del juego. Ea gramétien profundas Tas roglas del Lenguaje corriente 2 2 2» 37 6 5 @ s B 0 a % or 101 108, a 1 mu. Wy. 28 La panonétien 0 & voRDAD 1. EL psoudoproblema de ta verifcacion « 2! Distintos mods de contrastar lenguaje y res: lidad 3, Bl lenguaje no es verdadero: sesté'en orden» 4. Los presupuestos dela verdad 5 La persuasion. 6 Verdad y mentira EL LENGUATE ¥ SU «FORIN D6 vibe rico BI concepto de «forma de vida» as presupuestos de Ie comniacin Ing Forma de vida y Moral EI paso del ses» al edebox I specifcidad de Is moval Ta pragintica de la moral ¢Es posible la transvaloracién de ios valores? {La posibilidad de una metactiea Cauces pars el andlisie dal Lenguaje’ tico De Los eeNcunsus sons: A) EL cemcuAE La naturaleza eanormale del Lenguaje svligioso El aprendizaje y el uso El lenguaje de ta fe La fe como presupuesto El contenido ghoscalogico La spragmatieay dal tenguaje’ de" la Te Ta Secularizacion de la religién Ta teolopia como «geaindtiear Ta te sin palabras us ur nL a2 130, ie 13 1s 155 137 138 165 19 1% 13 87 190 im 195 203 206 at 215 mi V. De Los sexcusmns avonwatss: B) osinieo . 1. La «anormal del longuaje Slosético 2. Los pseudoproblemas 3. La dole vida del isofo: 4. 1a flosotia ediforenclalis slifferences> 5, La actividad Gostiea & EL ejuegos de Ta losoila 7. Bl andlisis flosético enguaje is STI teach you Bibliogratia Indice de nombres Indice de Conceptos ns ns 20 23 239 242 250 255 369 ms 29 A Peco, Daniel » Guillermo. Primera ediién: mayo de 1976. Victoria Camps Cervera, 1976 Keatiacion y propiedad de esta edicidn (incluyendo el disefio de Tn cublrta)”Ealctons 6 Sa, Provensa 278, Barcelona Impreso en: RIGSA, Fatruch §, Barcelona. Deposto opal B. 21173-1916, ISBN: 8eBrs10, Prologo: Ia ruta de la pragmatica Ta situacién de la filosofia analitica en nuestro pats resulta hatto curiosa, Mientras por una parte arrecian ‘voces presagiando su degeneracion en una nueva forma de cescolisticn, como mas pronto o mas tarde viene a ocurrit ‘con todo «paradigma» filosGhico, por otra se levantan vo- fees no menos impacientes que invitan a dejarse de dise tcursear sobre ella y emperar de una vez a practicarla, tra- fando asf de explotar Ins posibilidades filosoficas de un fal eprograma de investigacions, A ninguna de dichas vo- ces Tes falta algo de ravdn, Fa Ta medida en la que quepa Aplicar en filosofia esa pareja de nociones, os paradigmas y/o programas de Investigacion se asemejan bastante a To que los historiadores lamarian «fendmenos de larg duraciéns, por To que nadie debe, pienso, albergar el te- mor —o acaso la esperanza— de que la filosofia analitica vaya a morir entre nosotros sin Ia ocasidn siquiera de festrenarse. Pero nada de extrano tiene, ni tampoco de in- ‘escable segtin creo, que su prictica sea avisadamente fautoconsciente y hasta liegue a pecar de metafilosdfica, hhabida cuenta de que los analistas acreditaron desde siem- pre —tanto allende nuestras fronteras como aguende— tuna especial predileccién por el anslisis del término eand- lisiss. De somejante autoconsciencia, pero asimismo del pro- posite de hacer hilosofia analitica y no sélo metafilosofar licerca dle la misma, es buena muestra ol libro de Victo- ta Camps, que —sin mis titulos que Ia amistad que a ‘ambos nos une— me cerresponde hoy presentar.! 1, Ung alaracin para quien jusgue que Ia amistad no cons Viaye Stlekonte min para abrumae a lus amigos. oa proljas ynteniaclones, El trabajo de. Victoria Carmps me fue primers Thente conocido como fens doctoral yo habe de Teer en una bo. 7 Para interesarse seriamente ~como la autora de este libros interesa~ por alguna de ls posibles nuevas rue tas de una corviente losofies, es menester antes poseet como de nuevo lo demuestra nuestra autore-—un seguro onocimiento el terreno qu les sive de punto de par tida. Que el sndlsis flosdico tene mas © menos que ter‘con el lenguaje lo saben hoy no solo todos lor est tints dengan Facultades de Ft, vin sta Ime apuran, la mayor parte de sus profesores, Pero quiz no todo el mundo tenga presente por igual en ayo aso, nupea estard de mas que nos fo vengan de cuando fn cuando recordar que, de ente ay diversas con. Cepeiones o enfoques del fenguaje que cabria adoptar © Sostene, la que mds ba atraido fa atencién de los fildso- fos analiicos (o, pot lo menos, de wis representantes mas ‘lustres como Wittgenstein) ha sido aquella que aleapr: ma su condicign de medio de comumicocion Bl lenpuase Seria en cuanto tal un complicndo artelacio semitico, donde vosablos como «artes yesemiossr subrayan que Seta dun entra de envensiones cutee in or eso exclu que también pueda tratarse dela compleja Fealidad natural que, por ejemplo, se encargan de est dar los investigadores de sus fundamentos biologics. (Después de todo, el hombre mismo se halla msjor o peo! seomodado a hotcajadas de no y otro unde dela na- turalezay la cultura) ¥ puesto que la comunicacion por redo dengue conte ate todo en ua sctvidad, 50 consideracion ha aeabado, muy explicablemente, Por onducit alos fidsofos analticos @ concentrarse en fos ‘actos lingifsticos», en el shablan en el lenguaje tay comp es efectivamente cusadoe, Pata la tradicion flosd a que Wittgenstein pntrocinara, cl Ienguaje no podla Te uh ore ming de Tee «Barston, canta is sia que se halla lejos Se ttar [a lchey de cuslguse lectus. Es certo que la fata de Wuldet no constiye en mod algun impedimento a efecos academicon, Foro cl iter oa trabajo, em sf mismo al alan de a mente menos Welds, fe ‘io prometer su autora un comentutiy me eaten a ode cspensarle en aqucia. oeastn Bstnpresencios pao iEnue scr el sido de che vsha dooce 8 ducirse al esqueleto de las relaciones sintacticas entre sus Signos ni al sistema nervioso de las relaciones seminticas fentte esos signos y lo que demos en entender por sus Signifcados: habia de incluir no menos —como se ha ido econociendo lentamente (a lo largo de un proceso que para el propio Wittgenstein supuso nada menos que la faduracién de su pensamiento)— a las relaciones entre Tos signos en cuestién y sus usuarios, ast como a las de tos entre sf ycon st contexto, es decir, alas relaciones| Draigmidticas a través slo de las cuales cobra el enguaje {cuerpo entero, Como Victoria Camps nos dice, In pragmé tica ha sido hasta ayer mismo la Cenicienta de la semis: tien, Hoy se podria decir mas bien que —aun a riesgo de desbordar Ia excueta horma de su zapato— pisa tanto 0 Inds fuerte que sus antafio prepotentes hermanastras 12 sntaxis y la semantica; y que, tras de haber exacerbado las pasiones de tin mimero no escaso de pretendientes filosoficos, comienza incluso a verse cortejada por algin ‘que otro principe de la ciencia “Tanios y tan diversos son, en efecto, los reclamos con {que luce actualmente Ia pragmitica, que cualquier mero- {leo por sus dominios ha de presuponer, so pena de extra- viarnos, precisas delimitactones y acotaciones cautelosas. Por lo que hace a Victoria Camps, la perspectiva desde J que la aborda esta bien clara: la flosoffa analitica y, ‘més concretamente, In filosofia analitica inspirada en la ‘obra wittgensteiniana més madara, Eso entrafia natural: ‘mente dejar fuera del eampo de visién un buen montén de cosas, economia dptica ésta perfectamente tolerable si 6 piensa que al ojo humano no le es dado verlo absoluta- mente todo al mismo tierapo, Para que nadie pueda Hamarse a engaso sobre el par. ticular, Is perspectiva escogida es, por lo pronto, una perspectiva filasdjiea, familiarizada —aparte de con Witt- fenstein— con la produccién de autores como Austin © Searle. De la filosofia analitica se ha podide decir, con notable oportunidad, que es mas una filosofia en el len- tmaje que una filosotia def lenguaje; lo que de cualquier 2 CE José Hirano, Le flosofla analitica en Espeta, Bl tra ° modo no exeusa a sts eultivadores de una obligada fami- Tiaridad no ya con el lenguaje, sino con la lingifstica. Pero, pese a Ia decisiva influencia de algiin que otro ana Tista‘en las concepciones lingiisticas de un Chomsky, Ins relaciones entre lingUistas y llésofos de dicha persuasion fueron durante un tiempo tormentosas y no faltaron dis cipulos de aquél —como Fodor y Katz— que Hlegasen a ver, no siempre sin justicla, en el asistematico approach 1 los problemas del lenguaje por parte del filgsoto ana Iitico el mas serio obsticulo a la ediieacién de wna efilo- sofia del lenguaje» (o, mis exactamente, una «lilosol de Ia lingbfstica como-ciencias) ala altura de los tiempos. Las circunstancias han cambiado un tanto dltimamente ‘en vista de que Chomsky ya no mantiene el primitivo con: finamiento de su teoria dol lenguaje dentro de unos es (os limites sintécticos, de que algunos de sus otrora seguidores tampoco se han ahorrado ta propuesta de una Semantica escasamente acorde con Ia ortodoxia choms kyana y de que ni siquiera deja de haber lingistas, ain is helerodoxos, dispuestos a aventurarse por los ineier tos derroteros pragmaticos... hasta la fecha informalmen- le cartograliados sélo gracias a la errabunda exploracién dle analistas del lenguaje como Austin, En las paginas de este libro son atinadamente traidos a colaciém, cuando hace falta, los protagonistas de eso que comienza a lla ‘marse con mis 0 menos propiedad eln revolucion post- chomskyana» —los Lakoff, Fillmore, Ross, jl pragman- tax! pero lo que a Vietoria Camps primordlialmente le Fao de Wier, det tn in mara de Iisa Baa, mimeo qu legs ver a he Ignoc 8} Imbri sido publicade en otra parte, a Untlan exponent de eecfane att es tbo y et soto}. ei, Te Phlosopty af Lanta, Nuva Yar“ Lon Ar iy eat de Maal Sate, Bneconas 17, es Spin ete spect a We sold on Ts trode SIR For 111 Ratz ss Fhe Srectireof Lanes few tine Moin a Eanzage, Englewood Che We 8 “Visto Since ne Zita 6 Ia persona s quien deberos cn hucstr pat ena mas pant Snrascion, apa deste Bho 10 ue conserve copia, fue reductade con des intersa nos tanto; repito, ta colontzacién dl muck 1 Fore or obea.de fos Tingias enmto aqulla explore {htm pcg qe ce Tague Te da ples prepuntarse por fae motiactones flosohess que la Ricleron an tempo eb nee = La perspotivaanaitic, por to demés, oes unitaria nj cs tampoco nna lasdesmenteconcebble, fo que de nuovo impone a qulen i escoja unn sere de opciones. Ai tomar como eje de referencia el pensatento de Witt sons ar, Vita Cap no esta ane Gucnta ciapas anforoves del anisisHloico como «l neopostvtmo, por eomple,pese aque desu fla Tie alguno do los ploneros de la avestienlon y un de fn Tormatizacon de ly pragmatics mis que en orden a do- fini frentea ells como To hace con mnaatenla queen toda algino sobra (puesto que enn Hlosofinanaliten ctal hay todavia bastante nis positviso, nosy hasta. paleopasitvsmo, do lo que generabmonte se sospecha) Fero,ualendo akors dal cotatreanalilico, bay nn cone Xion que ssimismo ha debi omitise en sto ibo y qu, ho obstane, sesso reauftarn eaimulante problema: Th gue haya © Poca haber entre pragmsticn pragma {ios comtribuciones epistemoligices originales, acerca de estos {Econtecimientos, Véanae sus bros Hac sna’ episterotoga det isngune, Alionen Universidad, Made, 1972, © Indagacionespra- oligeas sobre fa actividatTngstiea (esp. el cap 1, sLas posh bikdades de Ia pragmatics») Siglo XX, Madrid, 1973 ast como LEN ue ita eintrodyce, Semnti > sutass on Ua lial ctrl yt Cams coo a ein, ‘Missa Universidad, Made 1994 ef trabajo Problemas me: noligicr de la tglstca, en Departamento de Fiosolla des Universi de La Laguna cy Fuovoyia 9 eevelas hamanas, Ace tas dl Xt Congreso de Fiosofes Jovenes: NO eelebrad eh Universidad se La Laguna, 2, Occdnica, Las Palmas, en prenst Jhumqus Ia predic de Sncher de Zavala Se digs con pre Tvoncia ‘tum pablise ciency, nevcrvamda_ 2 toe fos un fotsrante dese no incompatible cy ecranes, con el lteter pot soo eer mpl advertencianitzschean deve Prvemiesco do In sangre), exo no debe obstae para que Tos fe ios revonuvcan sr iceunorcames nesta deus Paes on mm tismo’ Al fn y al cabo, Mortis ~ineardinado él mismo cn esta ltima tadieidn— tuvo muy en cuenta a un el Sico del pragmatismo como Peirce Ia hora de aca in eelebre terminalia en la que apova st claifeacion {tadicional de las disiplias semitica. Pero el allelente de semejante conexién no es de lipo erudito, Por el con ttario,concierne de manera muy desta‘ actual bosa deo gue —para distingirlo del viejo pragmatism == esth dando en llamar cel punto de vista pragmatico>, En tina antologiaaparecida hace unos ats bajo el titulo de Pragmatic Philosophy se hacia entroncar con Peirce y Ia plana mayor del pragmatismo primigenio x usa nuttida folecciin de pensndores como Ouine, como Sellars. , Sorprendentemente, como Austin® Tai mescolanza puede {que nos parezea hoy menos chocante que unos sto ards as por macho que Quine Sellar y Austin oe deen con freenr por la comin invecacién del punto de vista prog Initio, ents ellos subsisten may importantes diferencias ‘Austin continda siendo, por efemplo, un tipo espécimen de efilésofo del lenguaje ordinarios. Mientras que el pun. to de vista pragmdtico habriaimpufsado a un Quine y 0. bre todo, aun Sellars un tanto mds allé no solamente del lenguaje ordinario, sino incluso de fa filosofiaanalitica sin mas? El ibro que presentamos no va tan lejos como FL cos au cd esl eo er pra page ee Fe ls vee dee te el Oc Srcegelany atic atmo Seat 2 we erie ae neha te oe tenia PE Se ee ae ein oe grote Remy ey Zep Pcp ur Yt Seay sete ine aed te ‘Madrid, 1974, vol. I, pp. 15438. eon ee 2 exo ni tendria, en cualquier e980, por qué hacero, Dlibe- Tadarnnt canst al andi del lenge order autora parece erect et pour cause: ahi esté su itor que en tomo al lenguaie ordoaro,y sobre In base de oa ands hay no poco de ineresante que decir antes de deciirse& dovries as ‘Kora bien, quien desce proclamar el interés de un progiama fosbico basado eh el anlisis det lenguaje or Einario esto eh el lengaje somienteo, como tl er fuera preerible spellidaro, el enguaje comin— i Sn dutls que hacer algo por Borrar i. desogradable i resin de conservaduriemo intelectual. que ese prog Fis produce en muchos de sus criicos, desde los mis en cunbrados come Russell basta los mis modestos, entre fos que vendria a contarse uno mismo, He aqui, como totem de muestra, un par de sentencias de Wittgenstein Gportunamente evocndas por Vietorla Camps; «et lengua SE rdinarig esta totalmente sn orden, «la filosofia co Pcs inmiscuirse en el uso real del fenguajen? A ells Doria afadirse el siguiente pasaje de Austin, no menos Tonocido’ =Neestro comin stock de palabras incorpora fodas las dstnctones que Tos hombres han hallado coo ‘inte etablecer durante la vida de muchas generacio Tots coguramente es de esperar que Stas sean mis mit Inorosss, mis razonabes, dado qu han soportado la lr Ja prucha de la supervivencia del més apto,y mas sues, El Renos en todos los asuntos ordinaris y razonablemen ie practicos, que cualesgulers que plausiblemente usted yo excogidsemes en nuestros sillones durante una tar fio” metodo alternative mas socorrdo.+” , para con lair, eabria rememorar el prdente conseo de Maleolm de scorregir 6 lenguaje de'Tos iflose cuando st exceso 4. L. WinveessEis, The Blue and Brow Books, Oxford, 168 (hay trad cuts de Francisco Gracia, Tecnos, Madtid, 1960), pas. 2B: Phlosopische Untersuchangen/ Phiosophtcal Investig, ‘Ouro, 1938. § at HG. Le hese, A Plas for Excuses, en Philosophical Papers, 4.3, 0. Uiatuaty God, Wassook, Oxford 196K (bay trod east ot ‘lfonse Garcia. Suacer de In 2° ed. mpliada, Oxford, 1970, eo ARevste dp Oceidente, Madtid, 1973), pp. 123132 B de imaginacién pueda desviarlo de las exigencias dl sen: tido comin.” En resumidas cuentas, el lenguaje comin seria sencillamente «el lenguaje correctos, de suerte que ¢! fildsofo hari bien —otra pridente recomiendacion—en dejario tal como esti. A-menos, claro, que el filbsofo de imarras opine que todo lenguaje incorpora una cosmovie sion y que la que caracteriza al Fenguaje comin —en ean to diferente de cualquier otro mis sofisticado— no es sino «la metafisica de la Edad de Piedras. Mas, como- uiera que ello sea, tampoco deja de ser cierto que Ins afirmaciones anteriores no siempre pueden ser tomadis aunque a veces seria Jo més pladoso— aisladamente ni «al pie de la letra». Dejemos a un lado las ideas peda 6gicas de Malcolm, a las que mi la mejor voluntad podria espojar de su desazonader tufllo represivo." Pero, por Jo que atafe al darwiniano pirrafo de Austin, de sus afic- ‘maciones no se sigue que el lenguaje comiin sea intocable hii represente la ultima palabra filosdfica, sino, como él mismo recordara, la primera." En cuanto a Wittgenstein, Victoria Camps adlvierte que coneeptos como el de correc idm lingtistiea —que campean ciertamente en sus escri tos— se han de compaginar con otros, como el de jucso de Lenguaje, por ejemplo, que parecen otorgarnos méximna libertad en nuestros usos del lenguaje o —para ser exac- tos— de los lenguajes en plural.” La divisa det look ind 10. N. Maucous, Moore and Ondinary Language, en P. A Scuniry ey The Philosophy of G. B. Moore, Nowra York, 132, pp. see ‘1h Cl sobre este punto Paul K. Feyenstnn, Against Method, Londes, i Chay tra est de Francaco Tlemit Are Bares 4a, 1974, ota 3, ml trabajo Del seida comin a kenge com elegar de &."B, Moore eta fost conten SLG’E Maw fea det sent coma (as Cr Sol) tas erlicas a Nateoim eoinedian con las de Teyerabend en ste to, aun cuando las invectivas Feyerabend fon, desde luce, Exste mis Terooe que las miss 1a) Ch. a. esto respocto la Presentacién de Alfonso. Gancts ‘Sulit eSforcada y merltisims traduccion de os Philosoph cal Papers, ct en Ia 2088 9, 13. Chen este libro, Introduce, 6, 4 sd see sto es, la prseripein de observa cdmu sewn el Jenguaje en orden a exttasr de su Tuncionamisnto el pe Sten creo de corcionlngtistin se ala en tanto de gota el progam iosoticoaalieo, tes eae ctammntmenteineorectos del lengtaje fo por oe te funcomalfdad st sapemor saat part Stelios como podria cout goa agin osgo de eng Slus monifestaenteinfsnja ow saerosanton mandarin aie det sentido comin y/o el Iengusje come ia Hlowlfa dal engunje can,» or To pronto en Jade Wittgenstein, parses rogaine, en contend, tis cosa tension que asimismo resulta pereplble en el lbto gue esamos bresenando, Vitoria Camps anal, port ldo, ef lenaje comanw odnari, el Tengage a ot adorn lefties de sporinal per To que en Hive ie apusione es el anaisie de Feguujes mas bin ttsordnalon¢ sanormafes, Tos quel cleave = Sctmnns como tea opp et ao Peso ero vata de fengajesprvatos= soo Tes cra arise mts len poco comin de opal er. Son's erueve en buss pat, por lo que ala en com. Sto'se roe, morced a su sceyamiento pragmatics St pba do pesto de eon fe. ea de te que fa, eon ct gio witgensteiniano Eosagride— la sforma de vida» del Ienguaje" Para ello tS praoo buceaen la sgramaicaprofundar de ete ut tna por empear mucromente una expronn wigenste meng que'ng eanwions conta on fa nocton de at {hrm prunes del Hngoten ansformactonal orig Turedmentepooo ineresta por a problematic de fs tormumiencién= mun evande gearda con tuna alguna Senlogie le wo de geen rotunda no nor Sacan del plano de Jn actuacién lingilistica, que precisa ‘mente postotitan per en tao cus condzions We post bida’ de toa actoacion lings han de toner acon Cu unnetsa gfendo deeste modo para todo lenge gue merece al mombte® Esp hace qu Tne gas ea foi, Tt i eit th 15 ‘cuestidn tengan que ser forzosamente vagas e impone el abandono de cualquier criterio de eorrecei6n lingiistica ‘el caso, por ejemplo, de un posible weriterio de signifi catividads— demasiado astringente o unilateral, Pucsto que la presentacién de un libro no es lo mismo que st esefa pormenorizada, me excuso de entrar et los detae les del tratamiento que Victoria Camps dispensa a la ragmética del significado (0 a la de la verdad)” En Ie heas generales, un inteligente manejo de la bateria feno- menologico-lingiistica austiniana le permite rechazar ‘cualquier teoria del significado que no haga descansar a ste en el intento, y aun la consumacién, de In comunica- cidn entre dos o més interlocutores; lo que, a la reeiproce, ppareceria indicar que basta con que esa comunicacion tenga lugar para que un discurso dado merezca ser com siderado significative. (¥, en lineas asimismo generales, anilogos recursos le permiten no s6lo desembarszarse del pseudoproblema de la verificacion, sino —tras de empla- ar en tna nueva dimensién las relaciones entre «verdad Yy ssignificado»— reducir a sus justas proporciones la no- cidn de verdad como correspondencia, concepto éste se ‘méntico que deberia ser subsumido bajo un mis genérico ‘concepto pragmatico de adecuacién lingistica.” En cua to a los citados presupuestos universales de Ia comunica- cién, Vietoria Camps no tiene empacho en recanocer que constituyen una sarta de perogrulladas —pero perogr: 16, Ibid captlos I y I 17 i, ‘Cape Ii, especialmente 2 y 5. En el capitulo se tea a adi cho cpt uta pte un cto J hie en favor dete dds, en cay caso el andl del Ie {hale —det comin, por Io menos no Gebers eonsidernrse coms vile Hic, tov ver que s objet no sca a eles sin a Fetorca, Como compensasion por ia inoue. degedecion de in verdad objet de le que fo hace eco aa comsataeion, 56 Mos remite'a la verdad subjetea entendida come ines hele seildo, eho de menor la ncasion de algin tent dG Oteega —cpor qué no sla verdad como coincigenta dl hosts onsigomismor del curso En torso « Gallo? en In pega stil cn gue 2 eso Tpca' toa sos ae r ve poco 16 ladas decisivas si deseamos entendernos— tales, como en: te otras, el principio de la confianza en el que habla o el de la relevaneia de lo que se dice para el auditorio (Fur- -g), el principio de la cooperacién de quienes participan cea Ta’ conversacion (Grice) 0 el del conocimiento det in teelocutor por el hablante (que allade de su cosecha). ‘Tampoco puedo detenerme en el tratamiento de fos mis. mos, reveladoramente ubieado en un capitulo que se des- tina’ a examinar el lenguaje ética." Para desconsuelo de los fildsofos morales analiticos, en él se apuntan serias ddudas acerca de Ia especificidad del slenguaje morals y hrasta se nos sugiere que —dado que, segin Austin, el Ienguaje registra todo cuanto los hombres han podido necesitado decir— si no existe un tal lenguaje (aunque ‘exista, sin embargo, Ia conducta moral) es porque no es necesario o porque no es posible. No es ésta Ia ocasién de discutir ambas alternativas, a cual mis inguletante. Vietoria Camps ya lo hace por estenso y de su discusion parece desprenderse una conelusiGn metodologicamente relevante, siquiera cn la medida en la que a través de ella Ja vemos alejarse con frecuencia de esa especie de «tras: cendentalismo pragmatico» en el que se venia moviendo —pragmética trascendental seria, tal ver, una denomina. cidn adecuada para ct método segtide hasta el momento— y arrostrar (no menos pragméticamente, podriamos decir si las etimologias han de servirnos para algo) el contacto con el mundo extralingtistica No hace falta puntualizar que semejante mundo es tun mundo social, al igual que el lenguaje mismo. Como alguna vez ha sido puesto de relieve, el lengunje no es simplemente una forma de vida, sino una forma social de vida, acaso la forma social de vida por excelencia. Y esto vale en verdad para cualquier lenguaje, lo mismo cl religioso que el cientifico, al margen ya de su posible snormalidad» 0 vanormalidads. La consideracion prag- rtica del lenguaje eientifica nos obliga a tencr en euen ta, por ejemplo, a la sociologia de Ia ciencia, y ello més 18. 16d, cap. 7 pars pregunternos por las implieaciones epistemoligicas dle esta ultima que para dizolver a la epistemologta en sus inplicacioncs scfoldgicas” El capitulo en que Vietoria Camps se enfrenta con el examen del Lenguaje relisiose constituye uno de fos mayores atractivos de todo el libro, segin cabria haber esperado de su anterior dedicacion estas cuestiones.* La fenomenalogia del lenguaje religio. s0 no puede hacorse cargo, sin embargo, de todas las ‘mplicaciones del debate sobre la. interpretacion cognos itiva © no cognoscitiva de aquel slkimo, coma menos atin podria hacerlo de las implicaciones del debate entre el telsta, ef atco y ef agnéstico2" La matodologia elesida supone en este caso una opcidn previa por una de las posiciones en litigio. Mas atin, los problemas suscitados Por Ia creencia y fa increeneia no son sdlo prasiniticos, sino pricticos, de suerte que tambiga en este punto pl dlieran requeritse consideraciones socioldsicas como came plemento de las pragmatieas a la hora de elaborar una filosofia de la religién. Y silo gue le importa a sta hoy hho es enzarzar al ereyente y al increyente en una dispute tedrica, planteamiento decimondnica més propio de una batalla colegial entre romanos y eartagineses que del asin: to que de veras se cstaria vontiland, la sociologta de Ia religion tambisn podria decienos algo sobre el cambio de ‘mentalidad operado a este respecto. EI tiltimo dle fos Tenguajes examinades por Vietoria 18, CE. sobre este punto las observaciones de Lado Pananno fn Filosofia dete cioeia 9 merstsm, wlona. Abierae, 4 OS, pp, 157.61, mi abajo Tinporionesepstemetsicny dle so, Poa elec wfaa Abrtas, tree ‘econ ‘he ta marta de Dia, Nova ‘Feres, Batcclona, 1969. BL" CI. en este libro, cap IV, asl come Vlora’ Cans, Lox 21 El caso, por clemplo, del Hamado adil del agncsticos de Hanson, sure a ave pucdon veras en castle Tos talon {i Javier Sinn Mason y eagusatce, Tooter, en pret Diguct Angel Gvinranitin, ska‘religion In noova fests de slencia, Tnurodaccién aM. A. Quins, ek Plover de la levia 9 relisis, Ea. Siguerae, Salamanca, én prensa, act como ol ‘mio Sobre ctuitina del agadsticn,«Rensniicaton eh prenee 8 amon prance come Tenge flossco Es bu opinion, fa principal motivacin de tod analitica no ha sido otta que In crtien de Io metafisies, to que invariabiemente Is hs. Heendo a pregonar hr Vialldad de la problematiea Wilesatea y ha convertide all metodo smaliico en un mélodo suietda, abucado a x ntoaniquilacian, Es diseuble que agudtia hay. yineipal motivaciim de ful iesoliaanaltiea, ms, desde Tuego, es cicro je ho. sola Yo fe del neoposiivismo, En cualquier casa, lo es de aquellos filésofos del lenguaje Comin para los que cl kenguaje filos6tieo no slo Se Stipico 0 anorinal por coatraposiekin al. catidiano— Sino preudolenguuje, La rarbn tltima de esta descalifien ion habria que buscarla en su earencia de una pragms tien delinida, puesto que —n diferencia de otros juegos a je (a cienitlico, el religios, ct postico o eb de ta vida diaris)— el flosifco es um Tengnaje inactive, i de vaeoiones gn expres mtifora wins {einisna, que no engrana con ninguna prectca Hinglisten econocida + hesta se permite interferir con manifesta Jnoportunidad a buena marcha de todas elles, cuando no se crige en nq suerte de praxis totalizdora, en un Inctalenguaje —esto es, en tna metafisica— de fafunda- Uns y desmedidas prelensiones, Por més jostas que estas ‘bservaciones nos puedan parecer en ocasiones, hay que econocer —Vietorla Camps ast To hace la evidente ine Consseencia qu eat caacteran al Lenguaje como tin juego, una forma de vida, cle, y negarve a admilic ‘ane pueda haber c jucco filossfico conde a cierto es ius se juega a flosolar, por mas que et reglamento m0 Sete cary 9 el tal oer no siempre resale sect) fechauar gue la hlosulin pueda eonstitair ans torme de vida (aunque, esto es seguro, no hay que buscar en ella Ia felicidad con que Aristéciee gustabm de Fesompensar asus colegas). La motifora de hs voeacioncs del Ienataje ts engaftosa, puesto que doscansar —segun tera cl dicho filosoia 22, Ch em este bro, cap. V. 19 tampoco es otra cosa por desgracia que cambiar de ocx Daclon. Mas si un buon da Tos hades otorgasen a los fitsstos ef derecho a la perera,acompanindoto inclusive del don de I ebiedad, ct muy poco probable qe ningin analitico padi ya dssempenar con mesisno exit st papel de aguaietas hubitual. ba eriticn anaitien ‘de In Ietalisea es decididamente cosa del pasado, por lo que ni siguiora es de extranar que alguna que otra planta Iretaisien mas bien rnquities, e6 cierto comience. Alespuntar on os eraies del anilisis,Vielorin Camps lo Sabe y hasta me atrevera a dcir que To celeb, si bien 0 no alters la autovontenida sobricdad, de’ 9 eso, fetal lema de sugeir mas bien que altar.” Enderezados S05 pasion por Iaruta dela pragimaticn, alanis lose fico del lenguaje que, como soatuvimnos al comiengo, no tisne con freetencia mis remedio que confunditee con fl analisis dl lengiaje Alosdco— le aguardan, por Io emis, ots taress. En este libro se apuntan’ dos de clas, ambas relacionadas con el repre anaitico de que fl Tenguaje flosdlco care de" prapmitca, reproshe gue putiera volverse contra quienes Io formu por no fhabersabido encontrar ess pregmtca donde habla que bustarla, @ saber, en le historia de fa flosofas He aa ln primera de esas Tareas: «St la losin anaifea he de tener por objeto el lenguaje floséhco como sin dua lo ha tenido hasta ahora, pues entre Aiotos anda el jego—, no ha de ser para Pecharario por “meuliieo", ‘speculative, sino pare desentrafar su “intoncion™ ce tanto producto de ann époco, denn storia, de una S siedad, de una cultrs. En tal rentido, a aber “yencald fica" de un Nietssche parece infnitamonte mas gout fu ds attest, Nth esnmscarg Gon razon o sin ells) los presupucstos det signicado “moral” de “bueno” y "malo" para poncr de alice 23, oro Ia ssugerenciae seria precissmente el snsgo distin: tivo de In metapysische Solivebart en opinion de Jere Gute Chrnunexs, La metaisice tat hortonte aetua elas clenctas del hombre, cPensamianton, 2, 1973, pp. 316, s quien la prope Victoria Camps remite 20 su frailidad y autocontradicekin; en su desenmascara- Iniento no hay solo ls constatacion de un cambio de sen tido, sing la denuneia de toda una eoneepeign de la mo- fal, denuneta reallzada a partir del andiss del lenguoje. te intencion de Nietzsche va mas alla del simple andlsis fe unos terminos: va precisamente a desvelr la convic: {on que se esconde’y motiva unos sigafcados concretos. Yeates un anpocto del andiss mucho ms interesante Y cateramente able dentro dst marco anaico.» Y he Zqul ia segunda: +Bl andlisislingistico ha recorido la teitad del eamino de la critica inilada, Puos st se ha {enunciado a la metafiscn como una forma de “allena- ‘lon hnglifstica", "un lenguaje en vacaciones", ¢pOr qué fno se llega hasta el Rnal se buscan las races de tal lenaciOn? Por mi parte, considero que prosegui la cr- tica en tal sentido constitaye Ta forma mis positiva y Wilda‘ la actividad fost Analiza los Lenguaje de Iss linmadas “clensias humanas", de aquellos ambitos aque se presian mejor a Ta especulacin: In clic fa reli Zin, la politi, la soctoogia, Tn Slosotia, en sma. Y a Sbjetivo Ge andisis ha de ser cl “razonarolento" el des- Exbrimiento de las “razones" alkimas que han motivado dichas formas linglstcas, razones que bande dar In clave de su "gramétiea profonda” yal propio tiempo han de ser cl escenario que permita valorarias erica: Inente.s Silt ertca geneagicn nos leva encontrse fos con Nietasche, Ia rien tdeolégica nos levaria al encuentro de Mars Hie dsjado para el final el aspecto mis erato de esta presentacion, El libro de Vitor Camps me parece ejem lar y ello tanto por sus virludes. dlanodtis —para Ucciio en dos pafabras, es un abajo bien hecho— como por lns estrictamente éiens: valgan como ejemplo, sus ahcsiones flosafens no son nunenbeatas, sus eis Iosdicamente oportunistas: Un bro ast revela que algo fstf-comlando en Ta filosofin do este pats. Nove lie por exo haya que echar a volar Iss campanas. Tras cs Fenta afl de oseurantismo, quiza no sea tanto consuelo Ge vayamos ponicndanos’en trance de. homologs litosotica con el Mercado Comin (aunque en flosofia, para empeait, no estaria mal; en politiea reconozco que, fas euarenta’afios de algo peor que oscurantismo, las hhomologaciones le saben a uno a poco). Pero para aque- Hos a quienes el futuro de la filosofia en Espaia nos importa, y seria largo ahora explicitar por qué, la apari- ion de Tibros como éste constituye un motive de pro- Tundssatisfaccion, : Javiun Mucus Departamento de Filosofia Universidad de La Laguna Justificactén La intencién unitaria que orienta el desarrollo del pre- sente libro se despliega en dos vertientes Fundamental 4) poner de manifesto la inevitabilidad de la pragmitica en el estudio del significado lingifstico; b) apuntar y va- Jotar ciertas posibilidades, quiri poco aprovechadas, del Analisis filoséfico del Tenguaje. Ambas vertientes conver- gen, porque a la Tamada efilosofia analitica» se debe la inielativa de tn estudio del Tengaje concentrado on a pragmética, Iniciativa, por otra parte, en Ja que creo ver el maximo acierto de un género de filosofia que, de seguir por sts primeros cauces —los cauees trazados por ol neo- positivismo—, corria inevitablemente hacia la autoaniqui- Teién, 'No me he propuesto, pues, recozer los intentos que en pro de Ta prapmatica han realizado los fildsofos anterio- res al movimiento analitico, Tampoco he considerado ‘oportuno recorrer Ia flosoffa analitica desde Ia apavicion ‘del Gireulo de Viena hasta el ltimo trabajo publicado a zaga de In tendencia, Para realzar el interés de la prag- tmatica, he juzgado preferible atender a los dos pensado- tes que mas directamente han subrayado cl papel del euso Tinifsticns v de Ta waccién verbal en la determinacién dlel significado; los dos pensadores en quienes sucle ya reconocerse alos eldsicos del movimiento analitico: Lud: swig Wittgenstein y John L. Austin ‘El relieve dado a Tn pragma, al Iensuaje no abstrat- do det empleo concreto que de él hacen los hombres, ha traida a primer término, de entre todas Tas formas de discurs existentes, la mas usual, In de curso mis nor- ‘mal: ef tipo de habla que se encuadra en In denomina- ‘dn de lenguaje comiine 0 slenguaje corrientes. Un len ‘uaje dificilmente delimitable, pero, entiendo, metodolé 23 sicamente dil y vilido para inieiar Ia exploracisn de la pragmatica, En la pragmatica del lenguaje coreiente, en la relacién comunicativa habitual, podea encontrarse in cviterlo para Ia singularizacién de’ las. pragmticas gus constituyen la base de otros tants discursos. Con vistas al matiana, la posibilidad més atractiva del andlisis flo. sofico que marche tras las huellas de Wittgenstein y Aus. fin esta en Ia identificacién y el eserutinio de esas peas ‘miticas que, por una parte, representan tn factor inel dible en el estudio del lenguaje en general (y general es cl que emprende el filésofo) y, por otto lado, fuerzan a Penetrar en campos ya extralingtisticos, pero de ningin modo carentes de atractivo filosdfico ‘Aun a riesgo de transparentar mi incompetencta, no he podido eludir referirme frecuentemente @ las aports. ciones mais destacadas de la lingifstica actual y sobre todo de ta lingilstica desarrollada bajo los auspicios de Noam Chomsky. Pues aunque la intencion que mueve al Lingiista no es Ia que mueve al filésofo —nunca se repe tird bastante—, ambos han de coincide necesariamente en Ciertas ideas sobre su objeto comin: y de hecho ast ocu re en el caso de Chomsky y Wittgenstein, por mas que nociones similares sean enfocadas por uno y otro desde dlistintas perspectivas y discurran en consecucnela por senderos diversos. Unase a ello —y ha sido una nueva razon para desviarme de fo estrictamente flas6fico— quiz también los lingiistas han tomad conciencia de que no ea licito ignorar que son un hablante y xin oyente deter. ‘minados quienes manejan el lenguaje; y preeisamente en las teorfas austinianas de los actos linzifsticos han encor- trado la via de introducir a la pragmatien en su rea de trabajo. En el titulo, epragmética» y «flosofia analiticas, in determinadamente, sin articulo, quieren apuntar a un acercamiento a la pragmitica desde la filosofia analitica ¥ a la insistencia en la labor realizada por ésta en favor e aqueélla. La amplitud ilimitada de Ia relaciin pragm- tica —euyo protagonista es nada menos que el hombre ‘que habla— obliga a desechar desde el principio todo peers coe ope h ae vecceets dome pea eae a eee ei ieee ee tae 25 liatvidad de eualauie tipo de dscurso tue eucnte con unas roplas del juego asunidas por que hes Jo utlzan. Donde hay comuniacion hay una Seas ‘dtca compariiday un lnguaje viable, Sen el so Se Encuonrn tha de as claves dl signteado sf 90 In Ga, sila fandamental—, calguier producto de a costum: bre, por esotren © nil (rlgn a parndoja) ae sem hia de resular, on su universo de discus, sialbeniv Lo que importa es no elvidae cl universe en uo tno se snouenrs, porgve "ene. decir Nictische aslo cs ‘erdadero (Js aldo, funcion, tiene sentido) lengua, Fe gue 9 propos nga lenge consits do Debo especial reconocimiento a los profesores Fran- isco Goms, bajo cuya diteccién se gesté la version sca ddémica del presente libro, y Javier Muguerza, quien ama: bblemente ha querido prologarlo; también a mis compa iieros y alumnos de la Universidad Autonoma ce Batce- Jona, gracias a cuyo estimulo y colaboracion critica han egado a pesfilarse muchas de las ideas aqui expuestas, Sant Cugat del Valles, setiensbre de 1975 ] SIGLAS Para referirme a las obras de Wittgenstein més em- pleadas he usado las sigulentes siglas, T Tractatus Logica-Philosophicus (cito por pirate) PhBPhilosophiselte Bemerkungen (cito por parrafo) BB The Blue and Brown Books (cito por pagina) BGM Bemerkuigen iiber die Grundlagen der Mathesna- tik (eito por parrafo) PhU Philosophische Untersuchungen (cito por parralo Ja primera parte, y por pagina Ja segunda) Z_— Zettel (cito por pirrao) Oc Oi Certainty Ober Gewissheit (cito por pérrafo) La referencia de las ediciones utilizadas se halla en Ja bibliogratia final, 2 Introduccién 1, LA PRAGMATICA De las te Sirens de In semition —segin la ya lise civion de Charles Morton, sito, semantion¥ pr {tie la tllima es Ta Ceniclenta, Ia que ha despettado ulsd no menos interés, pero si mayor recelo por parte {eos estudiosos del Tenguafe. Las razones no pueden ser tras que a obseson clenista que parece inseparable Gk eualguier tipo de scholarship. Aunt trabajos, 8 iScvamente simple intentar una teoria de las selaciones Shere la unidaes sinttias, que son pieas lars, pal fubles, que estén ahi. Mis complicado ya es haberslas nin semdntica, la ingisiion del significado de tos Sgnos (we tengo ahora a los terminas de Morris) pla ten mullitud de problemas que desbordan el rigor quer. {lo por la elena, ¥ sin duda, a pragmatia, al desplazar GP iRterés dade el lenguaje en abstracto asta el lenguaje ftado por eada hombre, abre un émbito de posibilidedes epovulativas que se prestan fécilmente al desvarfo. EL Seo del Tenguaje se convierte entonces en estudio de ie cctnccun Ingttstica del hombre, del manejo, de un Hstramento porparte de unos indviduos cuyas situacio- ‘ev no rom nunea idénteas, cay historia y cardter afte Tos asticulardades que inevitablemente se relejan en samodo de hablar. La consideracidn pragmética del len fuaje buye de las generlldades pora recreatse en los di- Retaly nadie ignors que de sngularbus on est 1 fiasfia, como tendsé ocasiin de mostrar pines adelante, es una actividad especialmente dfusa, que, ede- ‘as hoy ofvidando sus vieja pretensiones de ciencia, mr sin erobargo, ala zaga de ésta, tratando de agarrar 2» ¥ Tigar sus eabos sueltos, para tejer con ellos una labor xis amplia, mas rica en detalles, mas completa. No es dle extrafiar, pues, que Ia pragmatica se le ofrezca como el arsenal de preguntas que el rigor del Iogico y la pte- cisién del lingiisia se niegan a escuchar, Solo el fildsoto, pregunton de oficio, se entretiene gustosamente en cons eraciones poco adectadas para la elaboracién de una tworfa elegante, pero que pueden dar relieve a wna nocisn preterida, a un matiz marginado que tal ver algin ein la sioneia juzjue interesante recuperae para s, __En Ia actual filosolia anglosajona, dedicada al cjerei cio del anilisis lingdistico, Ia curiosidad por Ia dimen sidn pragmtica del lenguaje es elara, gracias, basicamen- te, Ja obra de Ludwig Wittgenstein en la que se ha dado en IIsmar su segunda epoca, cuando sometio a exitica la orientacidn plasimada en el Tractatus Logieo Philosoph us: «La imagen disefiada en ol Tractatus se desvanceis ‘cuando Wittgenstein desvié Ia atencion hacia Ia pragnsiti- cc Las Investigaciones filosdfieas contienen, entre otras cosas, una descripcién de los varios instramentos que ii liad para liberarse de la imagen que le cautivaba en ¢l Tractatus. Por eso quiso publicar juntos “esos viejos pen- samientos [Tractarus] y los nuevos {Jnvestigaciones {ilo soficasy", “pues los iltimos séla podian ser correctamen- te entendidos contrastindolos y comparindolos von mi antigua forma de pensar” (PLU, prolozo}... Concibicnda sgo 0 un instimnento (PiU, 569], diciendo que “las palabras son tambicn aeciones” [PIU 549] o asimilando el significado de una piesa a su papel en el juego (Pht, 563], [Wittseasicin] trata de mitar ct lenguaje desde el punto de vista del hablante * La pe 1, Farag Zaut, On Language Games and Forms of Lifer, en E,D. Kuti, ed, Essays on Wittgenstein, UrtanChicagoL on Ares, Universiy of Ttinois Press, p. 87, Yan 1927. P Rant, Al tiempo auc declaraba haberseinspirado. en Wittvosiein ch fuanto't la eoncupetin de In Loe, punts de saaiesto na dEcinorapmiin, segin use en st Tenens bo su. brayar mi aus pora.eon Wittgenstein, de quien procede mi con cpu ela gi. Todo lo aus he dicho se To dbo a, ck feplo Ins partes que: miesttan una tendenela pragmatic, as 30 pectiva pragmitien tiene como objeto un modo de wefuar, tin comportarnienio, que, al realizarse por medio del len tBuaje, genera una serie de actos linglisticos. (speech facts), Para la clasificacion de tales «actos», no basta te ner en cuenta fo que se dice, sino la totalidad de eircuns- lancias que concurren en Ja velacion hablanteoyente: el cémo, el dénde, el por qué, el auién y para quicn se dice algo. No crea que sen necesario insisiir en la importanecia| dds ese aspecto del Tenguaje on Ia determinacién del sige hificado, Es opinién que se abre camino: Ja semaintien hho puede desenvolverse sin apoyarse en los puntales que Te oftece la pragmatica. Otro ckisico del movimiento ana- litico, el fildsofo de Oxford, John L. Austin, contemplé la lng sss pg, Teor ag de ts Sie Spe ne 6 guste co sods So eta So ee ee ann 3 oma tale ele ace ge SSR ae "bean 9 See at at etd Ye Puls fate sr Sir Inge cw pear Lote, Tat etc ae entice tbe eer le Weep Sy saa 26 ae er id sett Mle Noa nea Bie Stan ies capa ao §putertemnt, tt, pes hay en la abpe foal de Witgnstin ‘Rin Sali i Slee cme’ ec samc rh feta Sa to ‘int nts elt Ly mia, sep en Semana che chat pe Soe Da eS we a eae “Bitte malice st tna Ser aia te OMe aa serrate ata lai a8 po, Bodleian Hr tac a tence With Brine ef een, feua® JESSE ea Mie yah‘. ta fer tee Mi abet, Bue feta ert an nal ls i hi {Berutand Russel af Tracts), permiten sbundar en 1a eva ay ml fs a pom tt 3 ‘cuestion con singular acuidad, al distinguir en todo acta del habla lo que es la simple focucion y esa misma locu- cidn dotada de una efuerea» especial que Ie otorga el slocutor» o la situacién en que se emite. El significado (en el sentido fregeano de «sentido y referencia») es un ele mento que espera la insercidn en un acto lingiistico de terminado; y es ese significado, ya hecho acto, el que faut nos interes noe que pueda darcos la enelclopedia 2. LA FUNCION COMUNICATIVA Eleje en tormo al cual se desenvuelve el presente estu- dio ha de ser Ia Fancin det lenguaje en tanto que medio de ‘comunicacién, No me interesa el lenguaje, sino en la me- dida en que es usado, pues comparto la idea de que «nada sabemos del fenguajé humano si no lo concebimos como Jiabla humana»? Las preguntas fundamentales serén en tonces: ¢Cémo se consigue la comunicacion linguistica? Cémo sabemos que nos entienden? ¢Cusles son las con: diciones y las pruebas de la verdadera comprensién? «En: tendemos el significado de una palabra cuando la oimos 2, Por supuesto que no hay que concederies a, Witigensein y a Austin In exchusvided de la crentacon progmalen, Va Car fp, aaics de a riers ova, abl sear Enel hecho de quo pragmatics the bass forall gusts Gavrodicton to Sendntier and Formaizetion of Loge, Cambri Be, Mass, Harvard: University Pres, 199, p13), satendida tal Aiciptia’ como ala vestgacion empties de los lenguales na {ales histcicamente dadosr, pro jams la consider como algo "nis que un simple comaplemento d la semantic, disiping és fue proporcionata ia comprenidn rant de ls sentence de un ‘ngdaje dado, Dicho en lot terminode! propio Carnap, Ia teona devia exensién (pragmatics) constitaye’ we amplact. Sly ‘consejable para logicos clanifeos dela oor de la intensioa (Gemanrca). Ct. Meaning and’ Necety, Chicago, University ot Enengo Pres, 196, pp 28950, 'S°8P, F Siauuss sMeaning and Truths, en Logico Linguist ‘Papers, Nuova York, Harper & Row, 1914, p18. 2 6 la docimas», recuerda Wittgenstein (PAU, (38; la cursi va es mia); abstraida del acto en que se da, la palabra eja de ser signifcativa. El lengvaje no se obtiene me: dliante un aprendizaje te6rico: se adquiere con el uso, con la prictica. El significado ha de irligado a actos con: cretos, a situaciones, a personas; su base no puede ser ‘meramente la imagen mental asociada a la materia fon! ca. Para aprender un idioma desconocido, el diccionario no basta: hay que ponerse en contacto con su funcions- ‘micnto real. eLo que realmente importa, lo que realmente tiene significacion no es Ia imagen que suscita una pala- bra u oracién, sino la accidn que sugiere u ordena, acon sela o prohibe.* uede bien claro, sin embargo, que no propongo ta reduceidn del significado al uso del lenguaje (como tampo- co podian propugnarla los adictos al fema 191}, p. 21. ¥ et, tambien del mismo Es Le forme del cou. tetut, Msn, Bompiaa, 197, Dp. 35 stones del lenguaje humano. Sin duda, es asi. Tanto mis ‘cuanto que los bidlogos parecen estar de acuerdo en la tesis de que el lenguaje «no surge como respuesta a una necesidad experimentada como resultado del descubri. miento de su utilidad practica © como producto de us esfuerzo premeditado para facilitar In comunieacién ver Dal»? Debo precisar, en consecuencia, que al hablar de la funcion comunicativa del lenguaje y darle prioridad sobre cualquier otra no me reliero s6lo al caricler meramente utiitario, instrumental del lenguaje (aunque tambicn es interesante analizar ese aspecto, especialmente para des ccubrir las peculiaridades de los actos linglisticos mis ‘lementales), sino que entiendo que cualquier uso del Ten guaje consiste, basicamente, en «decir algo a alguien» aunque ese «alguien» sea tno mismo) y en tal sentido es tun acto de comunicacidn. La contraposicién entre el len guaje como «medio de expresione y el enguaje como «me de comunicaciOn» deriva, a mi juicio, de una acepeién excesivamente técnica del término «comiinicacidns. Puce ‘un exiando el lenguaje sieva como vehfculo para «expre- sar» (y aun para hacer posibles) determinados pensamien: tas 0 Sensaciones, tal wexpresién» esta mis o menos remo. tamente motivada por la necesidad de poner de manifesto, ante uno mismo o ante los demas, la realidad de unas v. vencias. Y eso es tambien ecomunicar®. 8 Gt Noam Crowes, Lingstica eartsiana, Madea, Gre dos, 1868, p38" +El usp puramente préctlco del iengaje no es fnrocterisco de ‘un ‘verdadero Tengtnje hamano, sno S610 Ge Seman parisitos inventados S'Erle H: Lmowmeno” Fundamentas bioléicos del lengua, adeid Aiinea Universidad 91S, P18 ‘bis. "Una posieen prudnte y ores os a de E- Sapir que Integra perfectamento las dos Tunclonss (simbslica y eomunies tiva) da lenguaje gue siertor stores consderen depares=S= cle decir que la’ uncion primatia det Tenguaje es fs comunien dn, La cussion no puede ser motive de isputa si se parte dal fupiesto. que puade aber comunicaeion efactva sin habla ex pieita abe ct Tenguaje tiene gran importancia en situaiones fue ng to clavamonte de ipo comunieatvo. Es ror admit fe, ol fenguaje es primeriemente la actualizacioa vocal da Ia ‘Godda contemplar la realidad smbolicaments, yet precise 36 3. ¢MENTALISMO 0 coNDUCTISMO? ‘Sin duda, marcar el acento en la pragmética supone enfrentarse con dos tendencias que de un modo otFo hhan predominado en los estudios del significado: a) las actitides «referencialistare, que identifcan el significado con Ia realidad denotada 0 que desplazan el problema se- :éintico al de Ia relacién entre el lenguaje y el mundo; 6) las actitudes ementalistass, que identifican el significado con la idea o imagen suscitada en la mente del hablante por el uso de un determinado signo. ¢Significa rechazar fambas posturas adherirse al conciustismo? Segiin y como se entienda tal adhesidn, Indudablemente, tanto Bloom: field (para citar al Tingilista més destacado de la escuela conduetista) como Wittgenstein toman el comportamiento observable como primera instancia. Pero un mismo mé- todo puede condiicir aun filésofo y a un linguists por caminos muy distintos. La concatenaciéa de estimulos y respuestas que componian, segtin Bloomfield, el acto lin aiistico, le Hews a concebir el significado como la serie de sucesos que acompafian a un enunciado, Asf, la sensacion de sed provoca en el nino unos «mintsculos movimnientos de la boca y la laringe» que dicen «quiero aguan, com: Junto de sonidos que a su vez actilan de estimulo sobre ‘ene tal cusldad To que fo converte en instrumente adecuado pa la comunicacin, que en el dary tomar Fal del interarm Bo ‘sotit co donde se'ha ldo complicando y refnando hasta ad futrir ta forma que tiene hoy» (Sri, sLanguager, en D.C Rtixoesanen ed. Selered Wrtiyge of Eewrd Sapir in Language, Caine, und Personality, Berkeley, University of Caltornia Press, 1588, 18) Come clemplo de una postura mucho mis radical, ito Ine inllestaclones de Moris Halle en una entemsta concede pate Mondes (G12. Ami modo de very no es tna oDi Sidn gratuita hay una Cost quem In gente fe cain compren: Uke dine el Tongue no ex en prinepio un medio de comunien ion "EY Tengusie cuenta con demasiadas ambigiedades, redam: ‘Eincie y rasgoeexpecticos para ser un buen medio de combat cxcidnn Come weremos aus adelante, Ta ambigedad del lengun: eSpw obser pars. que Ete sirva como medio. de comunleacion, fuss’ quo, Gusndo tx amblgdedad es obstieuo, et propio len: Binje es sspor de reslerl, 37 Ja madre y provocan en ésta Ia aecisn de dasle agua. Pero puede ocurrir que el estimulo causante del «quiero aguas no sca Ia sensacion de sed, sine el miedo, el aburrimiento © las pocas ganas de dormir, situaciones que la madre conoce perlectamente y es caps de comprender, La mis: ‘ma forma Iingistica adquiere, ai, signilicados distintos, Aerivables de la sftuacién en que se da, y provoca a sti vex distintas respuestas. Ocurre entonces que la relacién entre «formas y «significado» aparece como terriblemente compleja, pus las «situaciones que Mevan al hablante a realizar ciertos actos linglisticos comprenden cualquier objeto y suceso de su universe. Para dar una definicion cientificamente exacta del signilicado de cada forma de tuna determinada lengua deberiamos poseer un conoci= ‘miento cientificamente exacto de todo lo que se encuen- tra en e] mundo del hablantes. El anilisis lingtistico seria una labor inagotable y, lo que es mis grave, des- bordaria los limites rigurosos de los métodas cientilicos, Bloomfield postergé para una posteridad mis sabia ese «punto flaco del estudio del lenguajes: Ia descripcién del significado. ‘Wittgenstein es menos ambicioso y, ademés, el lengua: Je le interesa basicamente en tanto actividad significativa, omunicativa, No se propone, pues, deseribir con exacth uid el proceso externo de produccién del acto linguistico, desde el primer westimulos hasta la thtima «respuesta», ‘empetio que consideraria de escaso valor, porque los vs: timulos reales del habla sersn siempre hipotcticos, Si se ppropone, en cambio, llamar la atencién sobre todos aque- Tos aspéctos del comportamiento, concomitantes al uso del lenguaje, que concurren en la significatividad del acto lingUistico y, por lo mismo, se coustituyen en el sinieo criterio vilido para distinguir el lenguaje con sentido, det que carece de él. El lenguaje significativo es el lenguaje Gue se usa en un contesto determinado, al contrario del 10. L. Bioosratn, Language, Nuova York, 1933, pp. 139440, cal spect Jone Fonuatem May =Mela yinensijer ent ud faaiones salve ef Tenguaje, Made, Alianea catora, 191, ‘pp. Ba 38 pseailo lenguajes, que carece de contexte propio. Pero nunca trata Wittgenstein de establocer y fjar la forma fen que una expresion (el equicro agua» del nino, por ejem- plo) se constituye en un determinade acto linglistico, porque eso no seria mas que un ejemplo, una posibil dad entre otras muchas. Ne, Wittgenstein no pretends Hegar a ninguna conclusién, no quiere construit teorias Tingtisticas: le preocupa primordialmente destruir un cierto tipo de Ienguaje que considera impropio (el filosé fico), y la forma de destruirlo es demostrar que no es Jenguaje porque carece de pragmética." Pero, indepen: dlientemente de sus logros y Tracasos més especlicos, los lingtistas de In escuela bloomficldiana y los analiticos ‘wiligensteinianos coineldieron en dar realee a un punto de capital importancia: el eardcter eminentemente social del lenguaje, la idea de que lo que no es compartible ni ‘comunieable queda fuera del mbito lingistico, Asi, las sensaciones privadas carecen totalmente de interés —para el estudio semintico, se entiende—, si no encuentran una cierta proyeccién en el Ienguaje. «Lo que no se ve es como Si no fueses, sentenciaba Gracia.” Y, efectivamente, el {inico criterio que tenemos para saber que se nos entien- dle es Ia respuesta adecuada —Ia respuesta esperada— a nuestras palabras, Las imgenes, las ideas que transeurran entre tanto por Ja mente del hablante —o del oyente—, por si solas, no afectan al significado. Tiene el lenguaje un earicter paradéjico muy bien rellejado por Mauthner: SEL lenguaje no es propiedad del individdo solitatio, ya ‘gue sélo existe entre los hombres, El lenguaje no es, em- pero, comiin a dos hombres, ya que es claro que dos hom- 1, Asi we tamihicn Strwingi el ebjtive dl andiss de fe fushe concn! cl ndlisis del uso lingistice coment ferle 8 {fin tendencia del ants la construcen de sistemas Io ico Tormales se propone poner de manifesto nuestros habits Tingutsticoa y deste Toe clsos parajicon (C&P. F. Setaweon, ‘Consircion y anise, om Av. Aviat 9 ols, Lt volun er foojts Madsi Raviets de Ocedente, 1988, po. 1133) Véose {honbas ot cap V dl presente hbo. 12. Baltasar Gracie, Ordo ata, CXXX, ed. M. Rome: aNovarro, Madtidy CSIC, 184, pg. 25, 39 bres nunca concben Ia mismna cosa con as palabras Sins quedaos con fa segundn pate del xt, se noe Blantea la impestbldad dela comtnicacion y a ‘calidad Gal slipsismo linguistic, conlaron af qu Hepsron tos eopostivita, dela mao de una interprsacton parla Gt Traciatas. 3) por el contrary dames mis tlene 9 Drimera afirmacién (ce! lenguaje'no es propiedad det in dividu solar, yx queso existe eae Ios Hombres, hubralque ver dc qué manera sveriienmoss la extencs real den comunicacion linge, Eo dost, la pregunta “gcémo sé que me entienden?s nose respond aadiends aU hipotético acto mental que parete estar implicit en fode entender, slo al comporiamieato lnglistico © ex taligifstio dl oynts com el cual €a'a entender que ha compre Tacit de 1s analiticos en contra de fs slengus jes rlvadoss es una clara muestra de su viaje heels Is Dragmaica, La idea'se presta, sn embargo, «interpreta Elones eguivocadas. No'se iita de nee ia posed 13, Beitige au einer Kye der Sprache, vl. IL, 646, itado por J. Zk y'S. Totty La Viena de Witgensein, p. eh 14. "Sobre Ia naturaleza (o mejor, xno saturates) del een fender, Se len, tumerosos patajos en ln’ PhU(especistnent, 150155" 181.18, 19, 26, 52133, pp. TOUS). Wittgenstein eat Dlece tin paleo entre el ventendery el wslgniscars(Meinen)y pensar) ninguna de {ales verbos, cuando se son coviente: Iente,reere a un asto mentl espectico™ ».Camo refwtafamos 8 slguin que nos dijera que para ef entendor era un proceso Inierno? Camo le fetatariamot si aos dijera que para dl ssber Sugar al Sjedree era un proceso inter? Le diame fue cusndo aueremos saber si sabe jugar al ajedrez no noe importa nada de toque oeurre- dente de ek Rom ctnado alguien’ poreyers una {apacidad especial slo cuanda (y Salo en Ia median que) eat ‘icra al miso tempo en posesion ce un sentient gutialar, “icho‘entiento no seria la eapacad.mismae (PhO p18: ® tambien: sParece como si hublra unos proces menttes de Finidos concoritantes con et tuncionamiento el lenguaje¥ solo 4 través de ells pier desarolarse el lengunje, Me rellera fos’ proesos: del entender ys slgnifeot. Sin tales process, los inns de moestroenguaje parcson muerios; ¥ podria ctetse fue Ta tnienTuneén de lor Signos es produce take. proses. fe cio es fo que reslmente debe ineresrnos. » CBB. pp. 34h, 40 de que el individuo exprese sus sentimientos o sensacio nes personales, sdlo por él verificables, siguiendo un er terio estricto de verificacién, sino de defender la tesis de que el significado de los tétminos o expresiones que re fieren a tales sensaciones no radiea en la peculiaridad, sin dduda intransferible, con que las siente cada individuo. Ex: presiones de uso corriente como «no puedes entender Io ‘que me ocurre» o «no puedes sentir Io mismo que yo sien- to», no manifestan la imposibilidad de hacer participe al otro de un consentimiento, sino que constatan la verdad dobvia de que cada individuo es tinico y, por lo tanto, s6lo L puede sentir su propio dolor o su propia alegrta. El so: lipsismo es un presupuesto de la comunicacién con el que hay que contar (pertenece a la «gramitica» del lenguaje cortiente, en Ia acepeidn wittgensteiniana del término ‘egramiticas), no es un problema del Ienguaje, sino pre viol A esa posicién emistica», pero que no hace del mis ticismo un problema, porgue pina que lo que el indivi duo sienta, piense o entienda realmente, sino es de alguna forma manifestable, carece de interés y no vale Ia pena tenerlo en cuenta; a tal posicién —digo— se debe esen- cialmente [a clasificacidn del pensamiento analitico como sconductista». ¥ efectivamente lo es, mas no porque nie gue la realidad de un proceso mental subyacente al len- zuaje; de hecho ni lo niega ni lo afirma, s6lo confiesa su incompetencia pata hablar de él con la exactieud y la pre cisidn con que se puede hablar de otros fenémenos. «Ha- blamos de procesos y estados y no nos decidimos sobre su naturaleza» (PAU, 308), porque lo ignoramos casi todo facerea de ella: s6lo’podemos decir lo que eros procesos tienen en comin, Io que hay en ellos de comunicable. La 15. La comunicaciin interpersonal exige ct socrifeio de to individ unico. Para hacer parlelpe at fo de sus proplos hensamienios,experenciow o renencioncs el individu a ds dar Ier'ia imerpeetasion com gue le brinds ot lengusje. Nos co ‘municamos con los demés sin sabee ri enen las mismas expe: eneiae ae mosteom, advicete Wittgenstein, vase saber ee provi gue ae deve pagne pars que in eomunicacén ica lesa, 4“ dlicotomiia «mentalismo-conductismo» no se resuelve por tun +o... 0. sino por la actitud de quien reconoce que el lenguaje es una institucién social, una propiedad comin a todos los hombres, y que los significados privados, las Jimagenes asociadas con el uso de unos vocablos, tal vez interesen al crtico literario o al psicoanalista, si dispone dle medios para descifrarlos, pero no interesan al estudior So del lenguaje. Este tiene como objeto el lenguaje on hnibus, y si sus ambiciones Ie Hevan a ambitos extralin- sisticos, ser tan solo en la medida en que tales mbitos onstituyen el contexto en que se hace explicito el sig: nificade lingbistico Hay 0110 mentalismo, que nada tiene que ver con Ia alirmacion de un reine ‘de los siguilicados, pero si se fopone a Ja mera descripetén de la actuacién lingistica, puesto que tal actuacién ha de referir necesariamente pina el tal mentalismo— a un mecanisino interno eon ceptual, subyacente al uso de Ia lengua, y que constituye su condicién de posibilidad. Detenerse en la descripcion de Ia actuacién lingiistica es recorrer la mitad del cami- no, y la mitad menos interesante, porque se renuncia a sexplicar o-a fundamentar ese especial comportamicnto del hombre, Me refiero, como esti claro, a la teoria del finnatismo linglistico de Chomsky. Tambien aqui convie ne precisar In diversidad de intereses uc mueven a Chomsky y a los analiticas, coneretainente a Wittgenstein, Elconductismo de Bloomeld, el mentalism de Chomsky y la oscilacion entre ambas aclitudes de Wittgenstein no son posluras contrapuesias, sino, en mi opinion, comple ‘mentarins. Chomsky postula la éxistencia innata de una estructura profunda, porque ve ahi la unica explicacion silisfactovia de la wcreatividads lingistica; sereatividade que él entiende como la capacidad del nino que ya domiina el lenguaje para comprender y producir una infinidad de frases que janis ha oido, Claro esti que esa idea de screatividud» es diseutible: constrain y comprender. fra Ses nunca oldas no es exactamente ser creativo (apart de que es imposible controlar y medir el input que ree! lun nifo en situaciones normales hasta adquirir completo 2 dominio del lenguaje). ‘obras de arte, pero el nifo que dice por primera vez algo, por muy inaudito que sea, est creando en un sentido muy pobre del término.® ¥ aun aceptando cl concepto chomskyano de creatividad, suponer una estructura pro- funda innata del lenguaje no pasa de ser una hipétesis probable, mientras la biologia no afirme lo. contraric. ‘Wittgenstein no puede llegar a ninguna hipdtesis pare cida, porque uno de sus principios basices es que lo fun damental en filosofia es «no aventurar hip6tesis», El pro- eso por el cual el hablante «genera» una determinada frase seria uno de esos provesos mentales —0 filosdli- cos— incomprobables, que en nada afectan a la comuni- cacién lingtistica. Los conceplos wittgensteinianos de ‘saramitica profundas y «forma de vidas, metodologica- Inente cereanos a la vestructura profundas de los gone rativistas, tienen en aquel filésofo un aleance muy limi: ado, El tso corriente de la Jengua (lo que Chomsky llama sactunciéns) pone de manifiesto una determinads forma de relacionarse con el mundo y con los hombres, una forma especificamente humana, puesto que silo el hombre tione un lenguaje propiamente dicho, Si esa forma es in rnata 0 adquirida, si posee una estructura sintéctica 0 seméintica, son cuestiones demasiado concretas, que sut pponen el lenguaje como un sistema cerrado y definible. No fxiste una egramaticn profundas de ef lenguaje, sino ta {as gramiticns cunntos «juegos lingifsticos» puedan dar- se, He identificado hace un momento «actuacions y «uso», y in identificacién no es correcta: Chomsky considera Ia “actuacién» de un hablante ideal (se le ha eriticado repe 16. En naa, Chomsky no tgnora ef carieter rstrngido de Si comespio se ssreotvidads Tngstiea, come lo dems tina nots de Linsey, cuenta Uno no se deberfa reerir 3 Tinto como ear basins sioplomente en su moved Son fox gins sadepcntionte de pune o est utes Al lenguajes Ho sea 1otahnente apropiado, sin evaliicarlo de. ‘idament, para designar la propiedad del enguaje eorrente que prsocupaba Besearis y a Condenoy» (pp. #4, 0). 8 tldas veces) que se ajusta perfectamente a. unas reglas fonéticas, sinticticas y semanticas; por iso», en cam bio, se entiende el manejo de la lengua no reducible a unas reglas fijas, sino dependientes de unos hibitos, de unas costumbres que van determinando el comportamien: to lingtistico del hombre. Chomsky y Wittgenstein destacan aspectos del lengua: Je que piden consideraciones distintas, A Chomsky Ie it teresa principalmente la adguisicisn y la produccidn del fenémeno del habla; a Wittgenstein le interesa Ia com prension: cémo egamos a entendernos, Para lo cual el proceso productivo interna del lenguaje es un postulado Inoperante, excepto en la medida en que permite estable- cer unos , no-es porque de rienda sucta a una especulacién disparatada, sino poraue eit va la inadecunda pretension de hablar de la realidad ta como ¢s, de decir sobre ef mundo la palabra defiitiva Critea éxta muy propia de una sociedad! como la ingles del siglo xx, avanzada y relativamente wniforme, pobre en fantasins y muy apegada a ina serie de undersate. ‘ments y ereencias compartidas 9 tcits, de la Monarasia 2 la constitucin no eserita. Claro que Wittgenstein no ¢s inglés, pero no.en vano ha silo Inglaterr cl Smbito mds receptivo a su pensamiento. El neopositivism, sin proponérselo explicitamente, puso de marifiesto la int Slided de In busqueda de tn Tenguaje universal y por fecto, asi como la inoperaividad de un metodo tan reldo como el prineipfo de verffeacion empiien, puss poe tal sistema a casi totalidad de nuestro Tenguaje guedaba fue ra de juego. Moore, por sit patle, proponis un tipo de Al. Con a derencia de ue on el Tacitus Se vechaen tao lenge ae 'no sc acomou ls pincpan 9 moos de ke {cre resmniog cn unto Uo prt Gel anal ii! Ho am intr, Seale cin pratense terns de ena se Imblis, qe be absense tls in obra de Witigensten, ae : 58 filesofa no contradictoria con et sentido, comin rell Jado.en el lengunje cotdiano: el resultado fee por dems Aburrido y trivial, pucsto que habia que Himitarse a ha- bar de mtsasy sla, dela raldad do que tengo dost fos o de que ine estoy tomando un eae. No, el lengiaje oma no‘sive tampaco para filoaofa, nl eso era 10 qe trataban de inelear sis propugeadore. Pro al s¢ pro pusieron enarbolarlo como paradigm, como eiterio pars Gndenarcicros usos absurdos del lengua. A la poste, fny dos puntos esenciales en Ia Blsotia del lenguajs co- Intins a) la renancia a un tipo de Tengwaje al que s6lo puede sepitar In eencia; 8) i erties de una flesoia ave Consider eseecho pra sur ne el iao coda dl Tenguajey que no puede arrogare calidad cinta, Sil primer punto ha sido plenamente aceptado, el sezundo ‘Molec de notables defcincins que ya tendeé ocasion de Considerar mas despaco, Tine conceplo de slenguaje comin —que es lo que ahora pretend aelarar~ se inerferen dos ideas que 38 liber iyle trate de diferencia la de nso comin de tna pala, y lade aso del lenguaje comm. Nota R3l= five esta tina nocién es Ia mis problemitia, puesto {ue no hay una {rontera estrcta ene scomiine ¥ =n Sotatin, releridos ambos califlentivos al Tengtaje en Be ‘eral: suclecontraponerseslengwaje comins a slensuije Uspecalzadon,eesoerios,«tenicas, «postico» ete, Pex divun modo tcrico muy dscuible en la petca, En cane to, ex mas facil comparar el sso comin de una palabra Or expresign con su uso no comin 0 api, Ya ello Se 0, fn «bt lenguae comin, resogido en V. C. CArEU, ot ‘ale eve coo 199, 39S, Hees el satica eso del enguaje comin, * i calcio Biss" ests se ha ddieado sintemaicamente rebate Biot lertas categoras Hlaslens epovdndoxe en To tess de Soe corientemente argos low mamos eoneeptos dol" nie wea fades msn eons ete Po sense counts del Sita’ sotmnna el teat de hacer oxi in tena ost pucs anf ex mucho mae fei rafuaee: et, Bryan MAGrt, (Ghe'Mdern British Philosophy, Londres, © Torling & Co, Lid Iii, pt 39 ha dedicado en general el andlissfilosico: a distinguie el uso corientey el us Blosafca de determinadas pel bras o cxpresones tales como stiempos:sobjetos, een Hidads sel mistos, et. De hecho, la en de un slenguaje omnes una extensidn de Ta de «tao comin, y aunt fla practica sen problemtca la diferenciacigs de unos “enguajese como atipicos, eg corviente wa conecpios ome slenguafe religiosos,slenguaje iteration clensuase Politicos, en fos csles elertosterminos de uso no com (GF ciertos sos no comines de términos comunes) predo. ‘nan y dan orien a una jergn especial que earectorge al lenguaje en cuestin. Propango, pues, conservar el com Gepio de slenguaje comiiny, aunque no se Pueda dar de ‘lana definicign saisfactoria, mayormente poraae como Principio metodolgico va a sernor de gran willed le hora de concretar los clomentos pragimstios del lenauaje Y distinguir unas «pragmaticase de otras, Coneretamente, én fos eapitlor TI, IV'y V he prosarado averguar qué omtextos, qué siciones| que pragmitien-~ prestpor nen determinados wos lingistcosy en que medida tales Usos pueden dar fuger a In dlimitaion do um slenguajes © dicurso> no del todo scomns Mi investigacién hs tomado cono objet fos lenguaes étcon, eligi y sflosatcow No pores ottos se oe cfan a fa exploracion, y, sobre todos, ef Lenguaje ieraio (or major ai, el lengiajepostico) nvitaba paciealartat tela una consderncton desde In perspectiva de la Praga {ica Pues la teria asin de Tos arestpos de acto lingtistio proporciona tina. base excelente para encus drar al diacuesoliterario, Efetinamente, parece Ire por flando una tenencia en tal sentido, que pone de elle clcarécier peut y prooio de a comunieacionfierarin, donde desde la prodicean del texto hasia su recepoion, se entremerclan una serie de factors y elementos que 43. De hecho, | pensamiento de Wittgenstein fia sido apt cdo no ya Ia ésteea, sino concretamente Is exes llterts Imoderna’ De ello'ex acoplable ejemplo el lbgo de. John €xsty, The Languoge’ of Grstci, Londres, Methuen, 196 o configuran una historia y unas roglas especificas:" Bl tex- tw literario no respeta ni necesita respelar los presupues tos mis elementales de Ia comunicacion purs y simple. {Los actos lingifsticos que lo constituyen son, en delinit: Va, lieticios, imitaciones de otros actos considerados co- inmente como més «reales». De alt que el contexto Iiteravio pierdan su valor original para convertirse en actos distintos, de diverso tipo, obedientes a otros crite- ios. Al carveer, en principio, de un oyente especitico (0 crearlo ad hoe), el autor literario —como tambiéa le ocu- rie al fildsofo— debe someterse a la dificil prucba de ser faceptado o rechazado por un auditorio universal.” Con la diferencia de que al flésofo le preacupa mas que al Iiterato conseguir In aceptacién y adhesin a un nuclso ideolégico 0 de pensamiento. Imposible seguir ahora las bundantes implicaciones del tema. Pero no creo dudosa ia pertinencia de atender a la disparidad de pragmdticas entre el lenguaje literario y el lenguaje corvienie (o, en particular, como ya apunté, entre el lenguaje de un suitor fleterminado y el longuaje estindar de su epoca). Por ra- ‘zones de gusto y «profesiéns, me he limtiado a desbrozar ‘otros campos: sin embargo, no se me oculta el espléndi- 48, CE. Teun A. van Dik, Sone Aspects of Text Grammars, La Haya, Mouton’ 172.5, en forma maa sceible, Wolfgang DAIS tsk hing in de Fong, Tangs, Neyer, ‘El, donde tras exponers on puntos tcrico ms elvan pars ‘una pragmitce textual ac. pasa a considera” el papel Inierdcipinaio Sete Testingustt” una de eyes aplescones desde luego, la cries literati. Al correir prota, eo recien Sebtcada uns ‘obra colectivs Teun A, vant Deby ey Pragatics Bf Langage wd Literature, AmsterdamOxford, North Holland Punting Go. 176 cay snpie biblograa me exe de met ‘lon aqutofse aperbeioncy convergent, "B Gltvbara he surtts eBooks te Fiction en R. Coney, ced, New Directions in Literary Hutory, Londres, Routledge, 1974, fp, lsat, 9 eh extenso eatin de Bemizon Cnt, The Pheno. Menon of Literature, La Haya, Moston, 175 “te Soore cl sauditorto ualersaey ct ian. 25 de lk copa, para la cresein eum sector ad Mocs, vd. G. PRICE, infor aide a ara Pecines, im, 1 (ipleRtator dee. Sitth Barcelona, Ariel i915, pp. 6993 6 do strong que ef longue iteraro Brin " ion sina la que inet para los lengua ein oe ligiose y filusciivo, : es 6. EL LENGUAIE «CORRECTO Siempre que se menciona a ls flssofos del elenguaje comvi (scarientes,sordinaros) se clan unas eu seneniias (eno seid juricn del tcrmino) quo se ate en como prubstfeaciente cel conservadursme de st Pensamiento, Asi: «Todas las proposicions del lengiaje Cotidiao estan efetivament,taly como son, ordcsades de un modo completamente tigicos (F, 35863):" hay que ocuparse del «andlisis de Tas proposiciones fal cn sot {pues seria extaio que ls sociedad humana hubtose he Biado hasta ahora sin decir nada bien dicho)e (PHB. pi ina 52); «el lenguaje ordinaio esta totalmente en orden GB, p. 28); ela losoffa no puede inmiscuirse en el wo real dei lenguajes (PAU, 124) Mis interesanic es sun 4. Sorprnde a primera vista este aorismo del Practeus nde se alirma al mismo tctypo que st logwole attest Detsainietos. En ta opinion de as lac, nes contaeciones son tons dl inlay gus sine demaniay inure Paliblese (Linguezrio © lost, MllarRotns, 958 pp 180 se IMs seerada creo ta opinion de Es Anscombe: Es Pe erro se one gi el arise “el lengua eovrente ests iene une fxpresdn solo det tine, Wikgetniein, El punto de vis Ut Froctatus lo desarola dsistiesmente cael gues passe ie tna"hivesvgneimest "Por una parte &= cleio gut toda senensis ds sat fenguaje ‘esti bin como ext Ee dit uc eat thos fea por i ideal como a as antes ieee ts tcsire fenguaje earvente no bier saul au wy ents Itreprechabe, tuvizmmor” aus consiuir ain un longuafe pee fe. Por a ate pee hres dn bya sea dt hnber perfecto orden 8, por lo tant qua scntenca mds i Precis debe estar porectamentc en orden” ES doin lassen has de nucsnylenpuajecorricne'no eek de ae povtadotes de ‘prs dl mismo oda gue ncston tieroy rans to ijn de cxprean los nireross (an fntradactin 10 Wiigens fei's del len: ‘muaje comin— es decir insensateces; pero las insensa teces se profieren y funcionan en contextos y situaciones especiales, donde dicen algo que no es precisamente una Insensatez porque Hlenan un objetivo especifico. ¥, al con- trario, una palabra. un tipo de discurso cominmente aceptedo puede ser que de hecho no funcione>, sina se use. El lenguaje religioso ha sido proiagonisia de tal fFenémeno: todo et movimiento de seculariracion praci- ido recientemente iba encaminado a corregit un «mal funcionamientos que convertia al lenguaje_religioso seasual» en un Tenguaje absurdo y sin sentido. En muchas fcasiones, la filosofia analitica no ha acertado a diferen: iar entre «lenguaje comin» y «sentido comin» (es de cir, ha visto aguél como un rellejo de este), pero el «len: “4 auaje comin» tiene también su carica metafisica lo ad- vertia no recuerdo qué comentarista italiano, y acepts. mos el «sentido comtin+ s6lo mientras la existencia no nos plantee ningin problema que aquel es incapaz de resol ver, o simplemente nos ofrezca otras alternativas, quis ‘menos sensatas, pero sin duda mas excitantes. ‘Basta el acuerdo para que el lenguaje sea correc: to: parejo acuerdo, implicito casi siempre, habra de ha: cerse explicito cuando los usos linguisticos no sean del todo «normales». El andlisis filosofico del lenguaje no tiene por qué poseer una funcidn meramente terapéu- fica, porque es —ha notado certeramente Waismana "— seria sustituir el alimento por la purga. El analisis lin- sulstico ha de proponerse descubrir In «funcionalidad» de los distintos usos del lenguaje, los acuerdos, la «co- ‘munidad» de base que hay en ellos'y que se constituye en su inico fundamento, Como antes he indicado, algo de eso es lo que me propongo en el presente trabajo, $8. How 1 sce Philosophy, ec. R. Hane, Londres- Nuova York, 1968, p. 17 6 1. La pragmatica del significado 1. BL ACTO LINGUISTICO Sin prejuzgar ahora la utilidad y elicacia de tantas otras opiniones —desde tantas otras perspectivas— sobre teal sea el aspecto central o la unidad bésica del fenéme- no del lenguaje, comparto con John R. Searle la tesis dde que la comunieacién linglifstica consiste primordial ‘mente en el desarrollo de wna actividad, se realiza en la forma de una serie de actos lingifsticos: «La unidad de Ja comunicacién lingiistica no es, como se ha tendide a suponer, el simbolo, la palabra o la senteneia (ni siquie- 1a la marca del simbolo, a palabra o Ia sentencia); antes bien es la produccidn de la sefil en la realizacién del acto Tingtistico lo que constituye la unidad bisiea de la co- rmunicacisn lingiistica.»' Ast, cl estudio del lenguaje des de el punto de vista del acto lingtistico coloca en primer pplano al sujeto hablante y considera asunto de la maxima importancia la relacién pragmdtica entre el individuo que habla y el lenguaje que usa. Es mis, tal elacién determi na la interpretacién seméntica, 0, por lo menos, ésta no puiede realizarse independientemente de aquélla, La pre junta «gqué significa p?» se sustituye o complementa con tra: «2qué quiere decir X con p23 donde la considera~ cidn abstracla de unos signos y lo significado por ellos da paso a la rellexién sobre un contexto mucho mis am- plio y complejo, en el que cuentan como factores esen- ales Ia situncién, el estado de dnimo, las intenciones, propésitos, supuestos, creencias... del hablante. Para ei tar de nuevo a Searle —quien por haber desarrollado de 1. JR. Seants, What Ts a Speech Act?+ on JR, Stans, ed, ‘ha’ Ptesophy of Eanguoge, Oxford University Press, 197, 28 6 ‘modo mis sistemitico el concepto de speech act me brin da un excelente punto de arranque—, «una teoria del len- fguaje es parte de una teoria de Ia accion, por el mero hecho de que hablar es comportarse de acuerdo con cier- tas reglase. La actividad linglistica, la pragmatica, es un aspecto que la semintica debe integrar: «No hay, pues, dos tipos de estudio seméntico irreductibles: el estudio del significado de las sentencias y el estudio de la vealiza ica de los actos de lenguaje; porque dal mismo mode ‘que Ia nocion del significado dé una sentencia supone que la emisién literal (literal utterance) de la misma con un significado determinado y en un determinado contexto sea la realizacién de un determinado acto linguistico, asi fambign In nocién de acto linglistico supone que haya tuna sentencia posible (0 unas sentencias posibles), cuya locucién en un determinado contexto constituya, en vir td de su significado (o de sus significados), la realizacion de ese acto lingilisticos? El significado en abstracto es 1a ‘condicin de posiblidad del acto, pero carece de entidad propia. Defiende Searle —y me adhiero a su postura— que elestudio del significade lingitstico que se realiza con una determinada frase requicre —ademés del conocimiento de To que cada palabra o cada signo o la frase en su conjunto significan en teoria— el conocimiento de las modulacio nes que tales signficados pueden adoptar en distintas s- tuaciones. «Llueves, por ejemplo, puede ser Ia simple constatacisn de un hecho, la forma de expresar una con trariedad (vahora lueve; no podemos salir»), de formu Jar una prohibicién (eno salgas, que esta lloviendo») o de ddar un consejo («coge el paraguas»). Todo depende del tono de voz, quién sea el que lo diga ya quien se esté divigiendo el hablante ero antes de afrontar directamente las teorias desa- rrolladas en torno a los speech acts, conviene repasat el ppensamicnto y la trayectoria de Wittgenstein, desde el 2, John R, Sean, Spesch Acts. A Essay in the Philosophy of tavtquege, Londres Staova York, Cambridge University Pres, 110, pp. | @ Tractatus alas Philosophisehe Untersuchungen, absio pe csi da ema gu au dso 0 podemos acusat al Tractaus de haber propagado tna teorfa del significado afincada en la llamada «fafacia dlescriptiva», si bien la idea que relejan afirmaciones como, «El nombre significa el objeto; el objeto es st Significndo» (T, 3203) 9 wEneonder una propesiign auc Fe deci, si es verdaders, saber Io que neaecer (T4029) Favorecen esa interpretcion mantenida y.desarlladn por el positivismo logic. Pero es en las Philosophsche Untersuchungen y en toda la obra. que las sigue donde Wittgenstein se constituye cava y desididamente en pio- neto.de una vision dinsmics de lenguajey de! sigiiendo linglstico? En efecto, desde cl primer aforismo de Tas 3. El concepio de signicados presente on el Tratatus no reste tan simple coma dio.a entesdsr el Circo de Viena, ob Scslonado por [a posbilidad de veriieeion de lor sentencas En Anscombe, en fl opinion, es quien mejor ha explicado Ios ratios que el concepto de signicadas toma en al Tvecatua ‘Somparsndolo con los de ssenidon 9 aeterencor de Frege (se. ‘Bin ‘Witigensici), los nombres 0 ionen sentido, sing nes. {ante relorenia,y Iss proposiciones no tisnen referencia, sino Seatido:y Ia proposcig, para toner sonido, dube ser verdadera @. tse an Favor ph Sin duds Wigestla sac nena: asi, en el aforisino anes eitado (7, 402, tas alma que spara entender ta. proposion hay que aber cdmo se ver! fly ndade: apero es posible entender in saber si os Wor Alera. Cusigulera que Somprenda sus partes constiuyentes es fapaz. de eotenderlan Y- Moore, en sus Witgensie’s Lectures GrPidahiosh eserve” flaca el combenza de (0) (retere ala Drimera conferencia de. W3) formato et fameso enuneiado. “El Eiatdo de"unpropostcin es cl modo en que se veriica', mat fn (Ll) senate que slo quer decir solamente “Se pucae deter Verifies", legando a afirmar: Esto es necesariomente, una regla Dieta pocsto. que. "verlicaeion” sgniica conas ditinas, porqus ew algunos casas no ine senda Preguntar "¢Cmo se ren cro? (GB. Moora, Defer ie senado comin 9 otros fnevor,p. 368, con igh retogue cn la teaducclon) Con to evel ‘Shlo "guido apuntar que et Toetene eats tm abierin aon Sepeidn del seniieade que luego Wwgonicin, dainty, dards igo, a una iterpretacton muy amps del principio de verte. ® Investnacines ones, dns ec as es de san Agustin sobre el aprerdzaje lingstic, Wittgenstern se dedica a destruir in conviceion de que engusye 9 nn lidad son dos fenémenos paraletos que deben covrcspon dese biunivocamente, de que eada palabra o frase colo imagen (Bild) 0 representacion de’ un objeto 0 hecho real de forma que el mod primero 0 bisico de apron der a hablar se daria través de dlinclonesostenotsa ‘est0 es una “mesa, caquell es “el soles El metodo ostenivo, abla Wiigenstan, no eset ra 3 no precede de un traning adecuado de un aprendizae qe Indiea cima debe entenderse la ensenanaosteniva (ch Ph, 6) Digho de otra forms, para entender una dela clan ostensiva debo saber ya a qué aspecto de la ten lida stoy apantando. Las frases el tipo nesta teat co marréne 0 vesta mesa es redondas son incomprensibles Dara elnino que fgnora aun Ia Tuncion de los colores © {Tas dimensiones dentro del lengua 2. LOS «JUEGOS DE LENGUAIE» ® eva siempre a resultados, valine (I, 2S Se (G21) obscsin ae trader el lenguaje tual un Tenge losicoCorma, obsesion que pervade el Tracatas, representa et intento de elucionar esas ambadedades, que pete cltiienese Alendliendo a fa prapatien del lenge, Wittgenstein, ont Dre 10." ‘lon sign simples cenpleados ons prope se nan nomrese (7, 30). 1." E. Cau, WE plural de tos nombres propioss, Teoria et Lenguaje Tngstied genera, Madi, Grom 1M. p22 4 cuando...*, El nifio sélo sabe explicar el significado de una palabra situdndola en un contexto, en una situacion conerela, sirvicndose de ejemplos, La nica relacién entre el nombre y la cosa es —afirma, ‘Wittgenstein— la que da vel uso total del nombres, et cual tiene tantos tipas de relaciones con Ia realidad, como tusos pueden distinguirse (BB, p. 173), Asi, la frase «Moises no existise puede adquirir distintos sentidos, segiin se adscriba a Maisés una otra descripeién (sel hombre que ‘sac6 a los istaclitas del desierto», «el hombre recogido del Nilo por la hija del faradns, et.) bien la palabra , «Agua», en abstract, no cumple fancién nin: szuna, pero dicha en una determinada situacion puede sig nilficar coras tan diversas como «tengo sed», «ests llo- 14, La interpretacién denominscionlista del Lenguaje tene up sida soporte en la histoda de la Bosofia, desde Paton y “Aristteles hasta el empirismo inglés, Wittgenstein exten expt Ghamente tase tester bldg) on aun Sraen a “nombres certs clemantos plmarios que pueten set nombre es pero no dafiados, nombres que son Ta condieon de posi Higad dein defniion y Im deseripsi (ef, PHU, 48) Arsttees de fine el nombre como Ta unidad minima de signeado (De iter Drstatione, 160 1921) ¥ iz condicion primaria de la sigalfieacion linattsucs: Hobbes y Locks: com motices sstntor, entienson [a lengua como dasignacion de deus © tnagenes meiates, No roy ‘cntrar ahora en los detalles de una conceplén det lenawnje Ye btenameate superadn tanto por parte da ln Alesola como de Finguistca (ast citar modo de ajemplo, a Saussure. ems, Martined Sumplemenie pretendo evocsr fos precedenies‘de una Teoria semana que Ravenconirado en el concepo de act lity bstica Ia mejor reluacion ‘cle Jahn Re Seance, Speech Acts, donde dedica un extenso ‘apitulo aia areferentia entendda como saeto ingsticos (pp 30. 7 viendo», eal esti el mars, ete, Todo depende —insisia mos— de quicn lo diga, a quisn lo diga, euiindo lo digs Con fa teoria del uso, Wittgenstein’ destruye por la base uno de los pilares del Tractavus, niega toda enti 8 Jas proposiciones: «un error nos hace erver que la piv posicion nce algo peculiar» (PhU, 93), que tenemos um Intermediario entree sign y los hechos. Bs e an init como tratar de definir el Ienguaje; no hay una «/orina gerreral de las proposiciones y det lenguiaje>, porque am- bas denominaciones abarean una serie de fendmenos «ue no tienen nada en comin, sino que «se refacionan entre si de distintas maneras, y es esa relacidn la que nos permite Hamarlos a todos “lenguaje"» (PAU, 65). Sean el Tract us, la proposicion tiene una forma logiea que coincide con la forma de la realidad Bgurada en el lenguaje.™ Para el Wittgenstein posterior ni el lenguaje ni la proposicion pueden definirse: hay entre todos los fendmenos. que componen el Ienguaje un cierto parecido (com lo hay er tre todos los juegos), pero mis importantes que 10s as- pectos comunes son las «diferencias» que hacen ie eacla seta del habla un acto nico.” 16, La proposicién es una figura de ta realidad; sla pro: Poca musta como son los cose, ses verdes; ta for fe general le fas proposcines ca Tcl ta slo ue aeactes 6k Wert ‘sit sp and so} (7 a0), 02, 43) 17-"La rolutacion "de Ins propostcines ex expresada claro ‘ments on ins aConferencas te WSabibs%s datas s conocer por Moore y'anis ctadas. Alt se-dee «Bn diversoe gives na favo {Witigonsiin} muchisinas opiniones sobre Tes “propose "ee" como posibes respuesta aa progunta "(que tn propo: siloeP rez opin hn cons crac fos hacia final de (Hl) habia gad. defntvamente Te omuston de que to que lamnamenSpropesicen” ce alga ms ‘Crinenos arbitvaio™ atadiend que Spur tanto la pica de fempetia n popet dstinto del que suponiamon asso Prog yp0" {Wligonscin}» Mis adelante’ nota Moore tomo. en is ‘pintén’ de. Witigenstein toda cireustancin que do eno Wore todo se reasons eon cl Tenge cs tambien kngusie » brops: Scion: en sun unigorni se parece esionsefslando ef caso ‘le un unicorn, el uadeo puede considerarse parte e la pro. Posiion misma ibid, pp. S05). Anadeasismo ue, Witt Bensicin revifea a dca de que la verifecion determi el Sip. 8 ] Con todo ello Wittgenstein da una autonomia ale uaje con respecto a la realidad y «disuelve> los proble ‘mas planteados por las teotias del signlicado «referencia listass, Si los nombres no son mis que lichas para dis fintos juegos y earccen de un referente fijo y determina. @o (pues incluso los nombres propios, que parecen tenct= Jo, remiten, segiin el contexto, a imagenes muy dispares {del mismo individuo)," si las proposiciones dejan de exis ir como tales y Jo que queda es la diversidad de juegos que componen Ia actividad lingiistica, las distineiones enlze connotacién y denotacién, sentido y referencia, + hos muestran insufieientes: convene matizar nvuicho fs qué es el sentido, qué es In connotacién, cusles son los lementos que concurren en su formaeidn, cm, por que y de qué manera el sentido cualifca al relerente Las diferentes versiones del triangulo de Ogden y Ri- chards son todas ellas insatisfactorias en In medida en ue preservan el tercer reino, Ilimenle «sentido» (Fre- £6), «intensins (Carnap), econceptos (Saussure), eeonno- tacién» (Mill) 0 «contenido» (Hjemslev), por citar silo ‘unas pocas posibilidades.” Preservan ese ieino como algo ‘iheado de wna proposicién (ibid, pp. 0809). Tambiéa en Is Phifosophische Bemerlnigen se expres la mia opinion sobre fas proposicones: sPodemor decir, el sentido de usa propoaeion fs puesto (0 (podemos decir) de una palabra is mecing 1 {is purpose)» (on inglés en el otiginal), PaB, 15. Y en el Tracie. ts! donde ya hemos visio que vacla calre dos coneepelones Worggntes del signicado, soho sta aplicacion del sgno, mes: io que no ests expresudo en cl La apicacin declara Io que ‘igo ciconden (1, 5252) TH*.Eaelecion’ del-nombre deponde del contest, del ni mero’ de distineones que deben hacerse et una situation parte lor y de mushor otvus actofer que tonen poco quo, vet con fa extructura semanica don Tenguoje per seas, Ia inten ‘ur que hablo, st tipo de-perwona a ain so dvigeo la especial Sirentancia social pueden afectarTaeimente Tah fpombres (Evie Hi: Lins, sLanguage and Cognit ‘Sruntena yb. Acdasouovrre, cl Semantics, Landes, University Press, 174, 8) To Unnberta’ Bo, "Sepho, Néli, Encclopedia losin ISEbr, 193, 26, da Ia Tista mds completa que conozco de Tas Naianes tha Toeibido st edlebre triangle, ey primera Vor p fambrge Previamente determinable y no tienen en cuenta quc las palabras son instrumentos pata distintos fines, fines que Jes dan un significado concreto y los identifiean con una realidad o referente. En el estudio del significado no po. demos ignorar al hablante y lo que se propone al hablar. Conviene tener muy preseates los dos sentides que tan bien expresa el verbo inglés 10 mean: wsignilienrs e vit. tentars 0 «querer decies, 5. LOS ELEMENTOS PRAGMATICOS DEL ACTO LINGUISTICO La comprensién del acto lingiistica —deciamos— su- pone una competencia comunicativa —pragmiitica—, un saber mucho més extenso que el encerrad en el ambito del lenguaje propiamente dicho. El hablante que intenta comunicar una idea ha de saber emo transmitir st i tencidn, ha de estar en posesién de los sobrentendidos, costumbres, usos que le indican la mejor manera de ha cerse comprender. El oyente, por su parte, ha de ser ccapaz de aprehender la intencidn de quien habla, de cap- tar aquello que el hablante, sometigndose a las'convet ciones pertinentes, «quiere decirley realmente. La inten. cidn y Ia convencién son, asi, dos factores bisicos a te ner en cuenta en el estudio del proceso de produccion y comprensidn del habla, dos factores complementarios & {Won se remonta a Ios estoeos. As Jo ha notado también A Lire Em, Semdntica esiisiia > la eaten, xEstution cldicoe, i Upp. 97317, donde cits el siguiente (rogmento de I eoleeion de Von Anstis, Stoicoram Veteran. Fragment, Leipsig, 1905, is2e Geimpe. Stuttaart, 960) sos esolcasseaalan tres elemen: {os entre st igadoy, ol “significado™ ol “sigifcante™ 9 st "ob eto" de clog el "sgniGeante™ or [a vou, por ejemplo, “Dion” et signeada® es el propio. asunto por lia signieado sue Sesotue nernos al smetae'a net flag net, Boro que os burbaron no capten por més que cist Ia Yor, ¥ Er objeto" es el reforente que ead ers, como eijrathos “Dion en persons". 20 interdependientes, cuya relacién dialéctica expresa_el ccandcter subjetivo y objetivo a la vex del lendmeno lin sllstico. a) Lain lencion ‘Tan importante se considera el factor intencional en el estudio del significado, que ha habido quien ha visto en al el determinante mils digno de atencién, Me reliero a HL P, Grice, quien en un articulo eslebre, «Meaning», de- fine el «significado ocasionals o ssignifiendo no natural de una expresign (x)» (opuesto, segin es obvio, al «sig nilfcado natural» © cominmente aceptado) como la in tencion del hablante (#1) de producir con x un determi: nado efecto (£) en el oyente (0), haciendo que O reco: nozca la intencién de H™ Tal definicién tiene el interés de haber puesto de manifiesto Ia importancia dela inten: ida del hablante, amén del reconocimiento de tal inten: cién, para que haya realmente acto comunicativo, Pero no liega a explicar con claridad qué conexién debe darse entre significado intencién, o, en la terminologia in troducida por el propio Grice, entre «significado natural» ¥¥ «signifiado no natural» de una determinada expresion Pues cl reconocimiento de la intencion por parte del foyente no podra producitse si esa intencién no se trans- mite de acuerdo con unas normas, dentro de un orden previamente establecido.” La intencién, puramente sub- 20, PH. Grice, eMeanings, T. M. Oisitnwcy, ed, Problems ig ha Pirdosopliy of Language, Nuota York, Hol, Wibchart snd Winston, 19, pp, 251259. Si Varlos tores han puesto abjeciones al artiulo de P. H. Grice: ao Pe Fe Srawsox, nlatetion and: Convention in Speech ‘tse, Readings in the Philosophy of Language, pp. 3414 Paul Bie On. Hk Gree’ Account of Meats Be pp Sia John R'Stinus, Speech Acts, pp. #250. Cts tambida et antiulo itterioe cet propa’ Gavea, cUleerer'® Meaning, Sentence Meaning, nd WordMeaningy en JR. Stans, ed The Philosophy of Lae fusge,Oxiord University Pres, 197i, dnde ofrece une sepunda Scrlign howto mis somplleaga de Is deGnieion antsior de sie BL jetiva, se hace entonces ubjetiva 0, mejor, intersubjetiva, Apia para ser comprendida por otto «sujetos.” La distin loa encie esignilicade natural» y «significado no natural» puede equipararse asi, a la que se da entre «lenguaje co- Iine y slenguaje estruvidinarion: todo depende del mit mero de individuos capaces de compartisio, del grado fen que pueda aplicauscle la propiedad «comin ‘Aungue se deba reconocer, pues, In relevancia del elemento intencional, si se le da la privridad que parece Uarle Grice, hasta el extrema de que el significado «nat tale queda ‘anulado, se corre of peligro de exer en el “ifendo no naturale, De todas las extleasaludidas a que me pox fe vis convincente et ia ue Searo, en seal el fallo de Dreseindie de las reglas y conweneiones que necesariamente an Ee Getermingr el sgniicado, Para iustar el punto usa el se fulcaw cjemplo- supongnmos que tn soldado”estadounidense, ‘Epuuraco por ls fascias Haliznos en la Segunda Guerra Men: {i guisré dara entender que es un voldado alemin, para, oe ie defen libce. E1 problema es. que no sabe sufente aloman, ¥ Sle ocure recta? ante los Yallanos un verso de un poems ae Sauces Rewnst tee das Land wo dig Ztvomen Dldhen’, contin k'gue ia ignoranci del sleman por parte. de Tos wallanos Tes Ir tragnr el anal, As} en termtinos de Gree, el sldado ame Teapo inienta progueir sm elceto, que le cream soldado alestin, hacienda que Jog iaianos veeonerean qué es eso To que dt ine {nts deciles, ¢S0 siguy de aht comenta Searle que Ta frase ‘Rens du das Land signiea =Soy un soldao lem? Ba ab> Gotu, Porque io que squeremor deer es Tunclén de 10. que ‘ence desing, ct us es unt foneion de signiieado. Lo con tar levaria a 1s Seepeacion de los Tenguajes privados Eta objtieided no ex otra cosa que Ia inersibjatividad fo tn subjetidad compartda, Esa es una de as grandes lecciones Ge tsilosotiaiaptana, como isn recuerda Javier Muguers, {Guion a ayer aplicaceaquema de Kant ot odio de lengua rceamente ion raves del language. Vesta publi Poin granted objtiided de muestra. expereneis, otc Sol ‘en ta melds que expresadas en un lengtaje podrian se Smarr sone tien 9 conan pot los ext teh ian ie somos peamens et de Waiasnstein; "Loe limiter da'mt Tenguaje signifies ts mites ge Mites (est cs, lines de Ta objeuvidad de mis expe. see tem, Lien y Metofiiea,aAporiay, 9 (1967), p. 10) PeMfaizctise entre objeivdad subjedvad eh el lenauae fue 2 remo opteste al que se ha venida evitieando hasta ahora Yy que por ser el souro extremor se hayes mevecedor de parejas criticas: dar a los signifcados no una entidad abjetiva, sino subjetiva, y, en cuanto tal, difiellmente transferible. Por ese camino se llega inevitablemente a ha wontclusion de que la comunieacion perfect trantmisibles», ete, ete, El antimentalismo lingtistico del que participan los lilésolos analiticos contemporincos ne se propone refutar (al hipétesis porque es obvia, de sen- Tido comin, Mis bien kr gnora en tanto pseudoproblema ‘que (rasciende las pretensiones y limites del lenguaje co- rriente, En efecto, Gste es basicamente un medio de co ‘municacién y en la medida en que sirve a tal fin se con- sidera slenguajes. Lo que ocurra en las mentes de los interlocutores, si no se manifiesta exteriormente de uno wotro modo, carece de importancia para la determinacion del signilcado, Un presupuesto includible de la actividad lingtistien es la credibilidad en el valor de uso dt len: tguaje; Ia verdad de expresiones como «estoy seguro de tal cosa», sentiendo tal otras, «me ducle la cabezan, no se ‘mide por la existencia real de procesos tales como el aes- far cierto», ef eentenders o el «sentir dolor», procesos ‘obviamente inveriicables por los dems, sino por el com portamiento que las acomparia y ss sigue de ellas. «No preguntéis —dice Witigenstein— qué ocurre dentro de hnosotros cuando estamos seguros de..., sino eémo se ma- nifiesia “la certeza de quo algo es asi” en la accion hiv mana» (PhU, 225). 0, todavia: «procurad no concebir el entender como un “proceso mental”, porque esa cs kt “expresion que os confunde. Proguntios mis bien gen que aos, en qué eircunstancias decimos “ahora sigo”, es de tie, eindo se me ha ocurride In fGrmula? Entender no tes proceso mental en of mismo sentido et bivos procesos (includes fos mentales) caract Spliainonte sustentada y desarrollada por Humboldt, (Ct, Jost VMaria"Vatsenon, Guillermo de Humboldt y ta flosofin set Tom fais, Madrid, Gredos, 195, pp. 3438 9 5135), 8 entender» (PIU, 154), Come observa Lyons, «no tenemos prucbas directas de 1a comprensién de las sentencias, sino de su no comprensién, cuando algo “marcha mal” en l proceso de la comunicacién».” El entender, el estar cet to de algo, no son actividades mentales que acompatian a las expresiones, como no lo es el signilicar: «El signi: Ficado no es un acompasiamiento mental de Ia expresién. Asi, las Trases “creo que con esto quiero decir algo” 0 “estoy seguro de que quiero decir algo con esto”, que se yen lan a menudo en los debates filosolicos para justi car el uso de una expresion, no constituyen para nosotros justificacién algunas (BB, p. 68). Quiza sea aqui donde Ia idea del «juego de lenguaje» tenga mejor aplicacién, por- que en el lenguaje de las sensaciones o de los procesos ‘mentales lo que realmente cuenta es el «jugar», participar cen el juego sin transgredir las reglas, Ast lo nota tambien Pitcher: «Lo que desempefia un papel en los juegos lin- silsticos sobre el dolor es el comportamiento de dolor: ¥ el comportamiento de alivio del dolor..., en pocas pa Tabras, las circunstancias externas en que se usa la pal bra "dolor"™.s Lo que realmente nos interesa aqui de las muy asen- dereadas concepciones de Wittgenstein sobre Ia realidad de los procesos mentales es Ia idea de que sélo contamos con el Ienguaje y su contexto para expresar y comunicar nuestra experiencia interior y conocer la de los demi” Que, por tanto, la intencion, ese factor que afirmames bé- sico’ en el proceso comunicative y en la caracterizacion e los actos linglfsticos, debe poder ser expresada con claridad, De la importancia de ese requisito da eventa de nuevo Searle, quien lo constituye en un principio ine: 2%, John Laoxs, Theoretical Linguistics, Cambridge Univer: sity, Pres, 196, pl Dk George Bictiin, The Philosophy of Wittgenstein, New Jersay, Prentice Hall 1964, pp. 298238 BE ePero si lees "ZCdmo voy a saber To que quirs deci, 1 no veo ms que Los signon gue me da, te comestor *¢C5m0 a's saber ef fo que quiere, deci, sl tampoco ene ote cos8 iis que os signoe?"» (PHU, 58 4 dlible para la realizacién del acto de lenguaje: el princi pio de Ia expresabilidad, que se enuncia asi; «todo lo ue se puede querer decir, puede ser dicho» (whatever car bbe meane can be said); % el lenguaje euenta —debe con- tar— con los recursos necesarios para decir todo lo que se quiera” 25, Spuccl Acts, pp. 1921: «Este principio te puede expresae diciendo qu para cualguler signiizado X y cualquier hablante 5, Sempre que S qutera doce (trate de dar entender, dosee com lea? mediante una Tocucia, ete) X, es posble que exist una Expresion By tal, que sea lo expresisn eracta ofa formulocon SE's Er principle puede considerarse una versléa del que. se ‘auncia ‘en el Prologo del Tracts’ lp. que puede ser dicho, Dede ser dicho com claridads, con la fundamental ssstiucion said por mean, en Ia primers parte, ¥ con Ta consideracion {er Taco intencionl quel cambio de’ verbo conlleva. Ouras formas del mismo principio ls dan: A Tars con el principio ein wnivertitdedy, segin el cual lor lenguajen naturales poe. fen exprosar todo aquaio ae Io. que se pueda hablar on Se Udo, ¥'G. Frege coa el lamado principio de Ia efabidade que {ie “et pomstrtonto aprefendide, por un ser humana por Per Mora vex puede ser expresado do forma que pueda entenderio ‘uatgulee hombre para qulen el pensamlento es eneramente nue Son (G. Fetes, Compou thoughts, «Minds, 12 (196), pp. LIT pints Logie Semantice ond Motamatheimaties, Landes, Ox {ed Universty Prose, 1936, p. Ist. cr. tambien Jerrold J. Karz, ‘Sonantie Theory, Nacea Yorks Hasper & Row, 1972, pp. i828). “FL que no significa que siempre te pueda 0 tnterese de. elo todo, Val tduct, al propdsto, fa sigulentecita de Toegues ‘Gowversuer sau eanda ef hablante lene a ru deporicion ‘un cleo ndmaro de procedimientos Hoglisticos convencionales tue fepenmitran hacer totamenteexpiito el tipo de acto ‘Weuelomaio que deste, debemos conserar que na Ae los fas {ores esnciates do In comunienion er no dla el echo de que no siempre necesita echar mano de dicks postbilidad, sing tame ‘ian que su ingeneén llocacionars puede no prasensole con bsoltnclnided sn agtel momento: que la Feacion det fterl- {ular puede proporeionale fz determacldn evacia des ten iin que hasta fe pede burear ena ciara “eaguedad lloccions- ia" cual inches, puede venir impuesta por iw convenciones ‘ovites te (En Hetman Pann, ed Disctasing Langrage, La Haya Pers, Moston, 1900, p- 390) 3% b) la convencién {locuciones, HMocuciones y perlocuciones) La importancia de In intncién del hablante en et aniisis del acto lingistico ha sido rsconoctla por todon Jos apegndos a una conespeidn empirice conducts tel proceso del lengaje. Ya en las tsi de Praga se alma Aue Ip intenctin dat majeto que habla ses in expicacion ‘nds fill y naturals do In comuntcaion iinaticay ese a lo cual, cl funcioatismo de la lengua. no 0 plisatia dena existr un sistema previamente Rado ¥ eo {ablecido, No basta ln intent para qu se wellce Se éazmente el acto lingittico, pues para comunicar una Jntencion hay au someterso a Certs convonciones, Pere antes de atacar este tema, me permito hacer tn brow. frcursus para exooner Iv tearamstniana, de Tos nen ativosn? hoy ya ampliamente aceptadn y reeonocl or Tos figsofos'delTenauaje'¥ por Tos lapis nia Avancados" pues result especialmente aproniads part explcar In presencia del elemento contenetona en el Ten funie. Por otro lado, una pares exposiion del conceats de erelizativn, ast como de ta distneion entre Tos ten aspects del eto Tingitico (locucion,ilocucion © plo suet), estaba oblignda on le elaboaein dl tome objetivo primario de la «teoria de Tos realizativoss foe destruirfa"convicein, fnmemente aratzada en el nth Heft de 198, on Le Corte do Pragies, mio. 3 2. Truiurco performatives por eralvativoss, augue tan bin ‘se ha extenido se usa ‘el pao ealoo erfonmaiivars ste aed fs Poca he anc eee eh ‘ira Ty prodonea austin detain, 3M. aston come ames del interes de tos sanalitioss por ig obra de Astin, Tae vompiaciones se ensayo We Ke Pay Synposians om I. Te Auatin, Nucws Yorks Route Reson PT A ta a, Pano te tain sOstr Ch Fenwion Pres, 1873. Especial mencion mtuse tami el esis tie Maus Posing, Smuing and Meosing. Amit theme iJ E- ‘Asn’ phitosopiy, Oxford, lack, 199. En ei eh idm de Ios Tingstae por lag teorss sustinianass ef. a m3. 86 pensamiento flossfico heredero del atommismo Tézico, de faue Ia Funcién propia y basica de Jos enunetados Tingis- ticos es Ia descripeién o constatacién de un hecho empi- ricamente verifcable o falseable. Contra esa efatacia» (Ia “falaeia deseriptivas), que impedia xin andlisis completo ¥ysatisfactorio del Tenguaje, Austin propone Ia divisién de Tos enancindos utterances} en dos tinos distints: ) tx ifescriptivas, que realizan wna funcién descriptiva 0 «cons- fatativas, se limitan a describir o hacer constar un hecho ) os renlizativos, mediante Tos cuales en y por el lenguaje se tealiza un clerio tipo de accién. Ast, 4) «La puerta esté abicrta» es 1a simple descrip. cid de tm hecho: 1b) 4¥o te bautizor es Tn vealinneién del acto de bamizar, Ta taren de dein Ins coractersticas ae atinnien 9 cad uno de ambos tines de entmelados ex me comely de To gue narece a primera vist. Lov armimentos que hustin ea desarrollando con tal fin no contriuven amar Car unoe limites claros entre «desritivosev srealirat ‘oss, sino todo To contraro: estos eltimon lo ersten tivose— van anareciendo como wna clase cadaver mis impli, qe esta por engl a Inde Tos «doseipivoss pes, en defnitiva, tambien «dseribire es reali una deeldn ingen. Con esta primera clasifiencin, como sco, Austin ha inuroduckdo Is teorfa de que hablar ex siempre un facer, tealbar ina gettin, Bo ae tegen eomeldea Ch tennciado Ia frase 0 lk orslén por mismo antes bien ity que snafiar ct ato concretoy tot de prommetar tim enmcado y dec algo con dh, atendiendo todas las tioo de sdecir algo» es susceptible, segim Astin, de sor analizadoy descompucsto cn tos catos» 0 aspostos di tints y diferencias 37 1. El acto locucionario:* es el simple acto de decie algo, sin més matizaciones; es decir, el acto de promun- ciar una frase gramaticalmente correcta y con sentido, 2. Elacto ilocucionaria, determinado por el modo ei que Se usa !s locucién. Realizar un acto locucionario es siempre y al mismo tiempo realizar un acto ilocucions: io, puesto que Ie Tocucién puede usarse para diversos fe nes, bien sea para «preguntars, para wdar una ordens, pa: ra thacer constar un hechos, para «hacer una advert cias, ete, ete, Dicho de otra forma, la locucién (0 el acto Tocucionario) posee siempre una determinada fuerza ilo- cxcionaria: la fuerza de una pregunta, de una orden, ete; 3. El acto perlocucionaria, canstituido por las conse- ccusncias que pusden derivarse del acto de decir algo. Asi, unas palabras pueden «convencers, «obligars, «per. sundirs, edisuadirs...a los demas a hacer algo, a cambiar de opinién, tc. No siempre In locucién produce tales efectos pero, cuando ol hablante se los propone explicta- mente, puede dscirse que realiza un eacto perlocuciona 31, Tradurco tocutionary, ocutonary y perlocutionary con Jos anglicismor sloesconarie,llowclonatoej cperocucioarom, ‘ues sa es Ta forma comammente acepada por gulenes en ne {fen lengua han escito sabre Austin ose han intesado" por st ‘br, ange sin ds es mucho més corrects [a version Soca Som sinlouutivos 9 epericutivoe que da Vietor Siketiz be 2 ‘WU Tndagactone’ praslodgies, pp. 189150, 4%. "El'soto loctelonario, sei eto de decit gos, a su vex, tiene tet aapectorferenciain: a) tl acto efonticoe 0 arica™ ‘len de certos sonidos; ) el acto eftieos 0 ariclaciin de tertos sonidos pertenecientes a un voeabularlo 9 conformes, fina eaterminada gramten¢) el acto srélcon 0 tealastion de ‘oie sftions oon sin sentidon yuna stelerencian mala meio: Glan Pero el ssignideadon cstatidos y erterencae) en in To: ‘sien es nda impreiso: baes falte determinar que acto Hoc lonaro —o perlocuctonario™ se reiea on ella para dar exact ‘Sta esto que te des» con a locucion, La compela division ‘tue da Austin de ls speech acts fuer a prepuntarse po Ia Re- Sssdad de usar un termino tan amblguo om aactor para es: ices dls sper obttion 3 ale ci ala (sunt vez A mi modo de ver solo hay una explzacion”interesa ST Shunsiaig on el'aeto-e-ser icho (es deck, le slocucone), 88 ‘Veamos con unos ejemplos Ia elasficacién de Austin. La locucién esigntates, que de por sf tiene ya un cierto significado, dicha en una situacién conereta puede tomar la efuerzas de un ruego o de una orden, y producir, en consecuencta, efectos distintos Le dijo a su amigo esiéntates (locucién). Le rogs a su amigo que se sentars, diciéndole ssiéntates (ilocuctsin). 3. Aldecir «signtates, convencié a su amigo de que se quedata (perlocucién), 1 Y la misma locucién dicha en otra circunstancia 4, Le dijo al nisi «siéntates (Joctcién). 5. Le ordend al nia que se sentara, diciéndole ssigntatee (iocucién). 6, Dijo «signtates ¢ hizo que el nifio se estuviers ‘uleto (nerlocucién), En el primer grupo de ejemplos, la locucién «siéata te» (imaginemos la situacién en que se dice) equivale a tun equedates, eno te vaya, es tn ruego o una invitaclén, En el segundo grupo, el «signtates dicho a un nifio que no se esta quieto o que estd estorbando equivale a una reprimenda 0 incliso a un castigo.” op fo cual se quiere poner de manifesto Ia Importancia, de Sabiancay, sobre todo, "de su somportamieal, da ln aetidad ‘ne ha da‘desploge pia que fo que tista de cominiear ogre 32"Un buen niimoro de lingtistas han tatado de recoger ¥ splcar Ine tori de Austin ti grammstiea generate Tal Wer LE mmatsen mi represenativa de tales intents sca el certo de ola Robert Ross sOn Declarative Sentencers (on RAL Jace WP) S Recent, eas, Readings or Bagh Transformational ‘Grannmear, Waltham, Mass. Ginn & Coy 1870, pp. 222277, donde prapone tn modin de candies reaizatias para los oractones| Atdaeatvse formula en el Penepio siguiente: todas Taso flones.declaativas que. aparceean cn conlettos donde pusdan Spurscer pronombes en primera pevaooa drivan de eStrutiras Drofundas que sonienen tna y slo una elsustin reaizativn cao » ‘tbo principal es un verbo de desis, De acuerdo eon dich 20° 2h 21 ojo () Los precios han bajado tiene Ia estetea profunda (2) Te digo que fos precios han baja. Es decir, (1) y (2) rellolan tas estructura siguientes: qa) | | f\ ana at - i OO AL Pero, cuando uno escarba un poco mis en la. cl eacin de Austin, surgen no pocos problemas, que han he- cho correr ya rios de tinta. El mis dificil de resolver, puesto que hha de enfrentarse con un concepto tan com. plejo como es el de «significado», es el que plantea la dis- tincién entre «significadas de Ia'locucion y sfucrzay ilo. eucionaria. Austin dice entender el «significado» como cl par esentidoreferencian de Frege, Tal «significado» ex en cierto modo previo a la «fuerza», sin la eal no hay acto lingifstico, Pero, entonces gqué es el significado? Si cl esigntate» de (1) tiene una referencia eonereta (el ami- 120) ¥ un sentido (cl sentarse) zqueé falta por afadit? Falta, dird Austin, Ia socasi6no, sin Ja cual no se entiende, no se sabe «qué quiere decir» In locucién « feasién de una expresién tiene una gran importanci Rows adhce una serie de argumentos de maturaleea,sindotica para tic I derive de fla actin dlr a Estructura. profends euyn clowsula principal sea el ¥o'te igor (G'Say fo jun La valider de tales arpumentos ee mis que dudoss, ‘como fa expiesto con precision detalle Brace Fraser en par de artculoe (Reply to +On Declarative seneneess, Indian Foomingten, 1871, x Esamiiation of the Performauive Ant Iysts Tlané-Blooinington, 1974) donde mitstras a) gue el in cinio bisico del anise talzathve propuesto por Rass deja do “umplirse n'a serie no desprecable de casos! 2) que st pars. iigma =o te digas lo expen un parte de los elementos si tBetico de ins oftchoes, Y'concluye gue el sana retativor tisborda ios Mmites de una gramétiea goneratves y ena de Tone eno" que deboria Concebire como. una ssemntien. gene: railvos Hacis esta altima se mucwe ya un geupo de agbistas ave fo resis acepar las bases chomskyanas de los Aspects ie I toora ate fa shite. Gconge ¥ Rohit Lakott y Ch. 1. Flore, ‘re otros, haa apurtado uns seve de prusbas de nalualez) So Imanvco pragimatica en favor del andlsterealztivo de Tas ore flones (Charles J. Futon erie of Judging: An Exerehee won. Prion yD Lancesa, ee nos, Nuc, York ISP, pp. 2332995 (George Lasers, sPrewpposition and felatve Well formed BaD. Seance y L.A Jakowovrs, eds, Semantics, Camby University Press 1971, pp. 529340, George Lanot, , en primera persona de indicativo, pero sf ccrel falsamentes, explica Wittgenstein.) “Me he referide ya a Is cocreccion de la picture theory cen las Investigaciones filosoficas: el caricter referencial fe las proposiciones queda anulado por Ia constatacion ddl nusow que se hace de ellas, «Preguntar si sia propo: sielén puede set verificada es una forma especial de pr fguntar "zqué quieres decit?” La respuesta es una conttl- bucién a fa gramstica de In proposicions (Ph, 353). 0 di cho de un modo harto mas detonante: «la esencia se ex 101 presa en la gramitica» (PU, 371), porque «cuando se habla de esencia lo que se pone de maniliesto es una convencidn» (Fi, 23), 0 todavia; «la gramatica nos dice fané tipo de objeto es cada cosa (In teologia como ara ‘tica)» (Phu, 373). Sélo en ese sentido podria hablatse de la arbitrariedad del uso linglistico: Ia gramiitiea pro funda nos impone un determinado uso, pero Ins reslas ‘gramaticales no son absolutamente necesariss, nuestro Sistema conceptual podria ser otro, si otras fueran nes: tras conveniencias nuestra manera de ser. La gramé fica tiene sus rafees en ela conducta comin de Ia: huma- nidads, del mismo modo que la «forma logica», defendida en el Tractaius, tenia sw esplieactén en los limites det ‘conocimiento humano, que no podia conocer de otra ma- nera. Wittgenstein es ahora menos radical: no marca los limites del lenguaje segiin un criterio previamente esta- blecido (el de Ia logica); simplemente describe el lengua- je que, de hecho, lublamos vomo el «juego linglistico» real, lo que no implica que sea el ‘nico juego lingifstico posible. Wittgenstein, pues, elude definirse sobre «la na- turaleza» del lenguaje, que inevitablemente le Hevaria a tomar tna decision sobre la naturaleza del entendimiento © Ta naturaleza humana en general." jo de ow Pvestigcciones to expresa claramen te: 8i'se pudiersexpiicar In Tormacion We tow coneeptor por Imedio de Tor hochos ds In naturalers zno deberlamios intetesar hor mie por Ia naira, que la base de 1a gramdtica, que or in grtintiea misma? Cleramente now interest In corespon Uonela intr toe Conceptos y tor hechor dala maturaln sy ‘enerales (hechos que muvormente no nos laman Ta aencién Por Exgenoraidad). Pero nuestro Iniets no se etiend hast es fusos posbler de Ta Tormaeign de los coneeplos, no estamos creme se ha nate, ftepoe histor fra, Ya que polelamos inveotae Into historia Teticg,'v estos objlivor seguietan sien lor mings (p. 250), ch Remorke on the Foundation of Mahemalls, 12t: se Time’ de To empirice ex In formacton de fos conceptes (alois- Himites'de ni smd) La temprana preectpacian Ue Witigene {ein pow fa Fandamnatacin i iatemsitien sea 1 conc sé de que no Tonia fandarmento ninguna, pues sconce os ‘ton entities tan convencionales como as" eategoras: dal Tot 02 1 coneepto de «sramitica profundn» va fntimamente ligado el de «proposicion gramatical cuyo valor de ver tdsd depende de las regs de uso del lenguaje. Como Scostummbra, Wittgenstein tampoco da una defincign de se coneepto, pero slo ilustra con varios ejemplos, «Todo Serpe ef extensoe, emis imagenes son privadass, «las {nfanas no piensane,wlos solitarios se juegan con uno fhismoe, son proposiciones gramatcales, que indican Ia {alla de sensido de clertas combinaciones lingisticas Como sel goo es grandes 0 slo prometo, pero no o hare, Gloster, No consttuyen —acotacertramente Specht—* it formulecton de rglaslingtstiens, sino «proposiciones fue afman algo coneteto cuyo valor de verdad depende Geclusvamente de repise eramaticales especiicas»? ‘Soria un error eqepars = satnoion de Wiigenstein entre gramitica supssilal y praze'ea profunda ala di ferencia vigente on lingitstieatransiermacional entre Tetum vert evrestra ous da en je La gramatiea proiuda no os en ebsoluto wa ex ructre poneradora de las grantees particulates, adn tmis alejado de Tos propésitos de Witigeasiin que cl Construit un sistema de la lengua. No hay ius avid {gee todo su pensamiento esté movido por la intone dE deni Tos paradojes losses, que en su opinions. producen por wa quedarse encallado en Ia pramtica su Pevfstal del longuaje. Hay sna. diferencia «gtamatial» Pon el sentido de Witgenstein) entre el som «las rosas son rojasey el som de «dos y dos son cuatro»; pavo esa iferencia porece ignorarla el Glésofo quo se piezenia, Gn gonoral. segue es el sei. Lo que Wittgenstein busca Sontroplas gue peraitan aclarar elertas sigificn2os, © west 103 denunciatlos como_sin sentido; no, reglas que fos ex pliquen y Ios justifiquen, Ahora bien, aunque’ Wittgens tein no aspire a averiguar el proceso de produccién de la zramética superficial desde la profunda, reconoce en esta liltima el criterio para delimitar las frases con sentido de las que no lo tienen, precisamente porque no respetan la «gramatica profunday que las sustentas" En parejo sentido, creo, si puede establecerse una analogia entre cl concepto de gramitica profunda wittgensteiniano y la estructura profunda de Chomsky, siempre que —repito— dquede bien claro que la intencién que mueve a escudrinar en lo profundo al filssofo y al linglista distancia a am bos considerablemente, 44 Ask, cuando en Pht, 4648, Wittgenstein critica el pasajc es cada del Teeteto (ef nota 14), maneata que ta pregunta ste eet es inp 0 ompuesto: (popu adel de a {nismo Tosco) estdformaada fuera de euslguier Juego lng {, indapondientemente de a rgromatico» de scompuestow 9 es. ples: Porque la pregunta coesta, [a pregunta. "gramati Far 'scQue se entiende en eats cave por “partes simples" S30 fe paso (pues dejo el asunto pare disctilo e9 el tltimo capita: fo) he ds notar aqu la manifests incongrucnts entre fs deters fe un convencionlismelinglistico yet propdsio. de candena fade ci'un elerto tipo de lenguaje hlowoheo. Ineongrocncin ase fn ocasiones el propio Witgensten. parece sospeciae, comes ‘Reprende ae a eetura te foe dos aforismos sigsientes Desir satu combinacin de palabras no tiene sentido" es exeuila de la ester del lenguafey, por io tant, litt lon dominios del lew fuse: Pero ciao Ze marean noe limites pen exstit varias Fazoncs para ello. Si edeo un area con una slambraga 9 cust ‘Quer otra cose tal vee fo haga con Ja inteneign de impedir que Slguien ents o salgn, pero puode lambiin formar parte de un Fuego ‘ave. consista en salar por encima. de Ta alambrada; 0 {iat ete Es det, que el stnple vada de un Tmte no ia 5 de por si ct para cut de exe trzador (PiU, 49). Cuando na Sntenen so caliiea de sin sentido, no es qu su sentido sea uh fin sent, sna qe ina eieta eombinacion de palabras qed Exeiida del lengusie, aera def elvutsei. by S00 cn Se exslen el lenguaje certs sem fucgn? Un anisie ‘gucdarse con In segunda opeign, Per, tepto,daj el razonamict tUlstieg dence In proumaticn sola. puste 108 Fijémonos ahora en la dimensién pragmstica de esas sveglas gramaticaless, obtenidas a partir del andlisis de los usos, ie, de la actividad lingtistica concreta, Sten un cierto aspecto Wittgenstein afizma que el lenguaje es constitutive de la realidad —de Ia esencia—, esa realidad constituida es una posibilidad entre muchas, La «gramé: tica» de Wittgenstein no es innata, sina convencional, no porque su aceptacién sea fruto de ciertas decisiones como bien nota J. L, Blasco“, sino porque constitu: ye un orden entre muchos ordenes posibles, Seria per- Tectamente licito imaginar otra estructura gramatical, cu yos resultados fueran totalmente distintos de los que ofre fe nuestto Lenguaje, de igual modo que puede pensarse en la validez de un'cdlculo matemstico en el que dos y dos no sumen cuatro. Ni nuestro céleulo matematico ni puestro lenguaje son constitutivos de la especie humana; son, ms bien, una determinada realizacion de ella." $5. Lenguaje, Hosea » eonocoiot, 1 3S, Chomsky arma, ge la gramauca universal es wet es qusina Sita debe contormarse unique gramaris pastas Ueanuete“tnd Mut’ Necra York, Harcoute 6 p10) Wit Benstein aia, cn cambio, quem gramiieaprolnda ey el Sema af gue de hecho se tonforme calaiee gramatiea Patt ‘Ein dl pier ego, otra da os eplnctn e a {eseiintinuiticn ene segundo, una simple descripein: Segtn Bouveresse,«Sigifcaion, Actes propositioctes et peter ioe Uonaree, a Parole tuahoretse, Paris, Les eaiions de Mt nuit 51, pp. 38-85, fa" diferencla entre’ Chomsky Witgen {ein extemal hecho de gu Ta lingustsatronsformatve he {uel eacontrar‘en uh alten 'de glow aubyacencr a exp ein casa do Ia actncin lings, cn tanto pars Witgene fein las reglas no nos proporcionan ia ra del 2eto ngs, Sino tna ann ue nla istaia queda Injen At tutlnte Foro ~objeta Bauvores— soe rouloridades bre mS cmporanto Hoa, nate xpi ae ie por relrenca nae eylog cuprates nostton a eon ari, tenemon a enanctn de que Lo mismas Tl ben se ‘Silcdan cn limo termina, pe reternein 9 Serta, replant fils nairales, que en euatgdr ca no pueden inode nt ‘rondo rapier curso “moore” dos coman 9 euya ena Tein) acdion ben imei ons formas que bs elneiag de 105 La necesidad de los reglas, asi, es una necesidad pric- la necesidad de acuerdo y consentimiento que acom- pata a cualquier manifestacién social humana ;"' las erea «sobre In marcha», la misma prictica linglistica. Es decir, lo imprescindible es que haya reglas, no que sean éstas ‘© aquéllas. Dada tal visién, no es de extrafiar que el méto- ‘do sugerido por Wittgenstein se oponga al propuesto por los generativistas. Bscribe Katz: «No debemos tratar de basar una teoria del significado en los aspectos mranifios- tamente observables de la exterioridad circundante, como las cosas a que nos referimos en el lenguaje, los estimu- los que controlan las respuestas verbales 0 ias condicio- nes que determinan el uso adecuado de las palabras, sino, al contratio, tratar de basasla sobre el mismo tipo de rea. lidad subyacente que fundamenta nuestra tcoria de la estructura profunda de la sintaxis.»* Pero, si no nos lijamos en esos elementos circundantes, geomo di _guiremos Ia diferencia entre un «Buenas tartlos, «¢C6mo esids?» y un «Buenas tardess, «No quiero verte miss? {Como explicar que Shadows are waterproof es cicrta- ‘mente un absurdo en ciertos contextos, pero puede no serlo en otros? Indtil decir que agus esta la batallona ‘cuestidn del papel de la surface structure como detor- ‘minante real de la «gramaticalideds (ahora sf en sentido cchomskyano) de las oraciones.® Tiene razin Searle al ob- {a naturaleza suclen desevbir, en princpl, sus mediog habitus lege (n.373) ba sexpliegeions de Chomsky ex en realidad ms Sstilstione que Ta de Witacaela (on el sealidd emouve do ‘satistacoriae t. oss es algo carocteristico del comport ‘Sha Wc fag oye ae a fee Tein crop a fee erence indies le hgemen il Get Penn, Bare BU Bh me "a nt ikon he Unto ely of Taunus ani is pial por anaes Nice ay, “in Et ents por th pce “som flab Cinsty—"nm Svan teeta subtrees In SUN deh te Ieee acs on EE 106 jetar gue «la competencia semintica es mayormente una {cuestion de saber como hablar, es decir, cOmo ejecutay a+ tos de habla»; # mas que en descubrir ia westructura pro funda», Ia competencia lingiistica consiste en reconacer cl acto lingiifstico que se realiza en cada caso, seto que Viene dado por unas reglas y por Ia intencién ‘semntica del hablante. Apunta Austin, que sélo se ejecuta un ncto lingifstico euando éste es reconocide como tal, cuando es comprendido, cuando hay comunicacién; y para que ta haya no basta conocer unas reglas, ni bastan las delini- ciones seménticas del diccionario: hay que compartir una ‘misma forma de vida, hay que saber usar el Ienguaje de tuna mista manera, Pero a Chomsky no le preocupa la Tuncién comunicativa del lenguaje; asi dice, a proposito del analisis lingiistico de Bertrand Russell: «AL tratar de esarrollar tin anilisis “conductal” de las expresiones Tingtifstiens y de sus signilicaciones, Russell toma en con- sideracion las causas ambientales de la utlizacion de una texpresién, los efectos de su audicion y los efectos que el hablante éspera 0 pretende que tenga sobre el oyente, La tiltima consideracion nos conduce a una investigacion de Jas razones, distinguiéndolas de las causas, y nos intro. duce en el dominio de los “actos mentales”. No examina. rG-siel andlisis que Russell presenta es muy convincente ‘Twao de erientacidn, In ripen de Chomsky a fas erties, mis Felevonies, sAlgunos. problemas. cmpitios de. Ia torts de amtcy anstmatriae (U9), eh compiacgn de VS Sorta, Nouri, Anat Univers, 1974, pp. 4H. Inter ‘in eanbi nuue consteye gua fa aportaein see inc Chm ein wert itis oe J isd, dd, final, Chontaky vesponde a as objecomes de jn (efoto roictions on cnet linguist Uri, Serica SB ee Semmes of Natal Lange, ide ws Seniesa Pasphye, en, 1G ed, fa eee ad Paitnopiy, 190), 2 1 col The Diversity of Mew Se ny. sont (Chow's Revolvion tn Fingustes, The NeW Mork Review of Macks, XVI, jlo 29, 192, pp. 1620, 2G cosy’ Revelation dy Linguistics, p26 107 (no creo que lo sea), pero aq insiste también, con toda justeza, en que un éstudio de estimulos y rexpuestas, © estructuras habituales, no ngs Ilevard demasiedo lejos. Aunque la consideracién de los efectos interesados evita algunos problemas, me parece que, por muy detallado que sea, nos proporcionara’ a lo sumo un anlisis de la co ‘munieacién lograda, pero no de la significacion ni del uso del lenguaje, que no tiene por qué llevar consigo coms Inicacidn, né siguiera el imtento de comunicar. Si yo uso el lenguaje para expresar o aclarar mis pensamientos, con Jn intencion de engafiar, de romper un silencio embara 20:0, 0 de otras diez 0 doce maneras, mis palabras tienen Siempre sn Sentido estricto y yo pueda muy bien querer decir lo que digo, pero la comprensién plena de 10 que intento hacer creer o hacer hacer a mi auiditorto (st lo tengo) puede dar poea o ninguna indicacién del significa do de mi discurso.»* A estas alturas, ve diria obvio que lo subrayado por mé seria inmediatamente contradicho por los filésofos que como Wittgenstein, Austin y Searle hhan elaborado de una u otra forma una teoria de los ac: tos lingtisticos. 8. LAS REGLAS DEL LENGUAJE CORRIENTE De lo dicho hasta aqui se desprende Ia conclusion si- auiente: es imposible —y tambien inutil~ tratar de for ‘ular unas reglas que expliquen el comportamiento lit listico en general, pues una teoria de los actos lingiis ticos deberfa incluir, ademas de una descripcion formal de las reglas, una inverpretacién de las mismas, una teo- ria sobre el Saber cémo usarlas; pero saber euina y too SL Noam Cutousty, Covocimienta y libertad, trad, de C. P Otero y J. Semper, Barcelona, Acie, 1913, pp. Ses. Yen su Ultimo” bra Chomsky insite da nuevo’ sobRe el carder no Turvamentatmente”comumieative et lenge Hea que Sposa con sjemps harto alsctbls, C.Re(lections on Langage, Nos ‘va York Pantheon Books, 1975, pp. 3854 108 va se conttadicen : el saber ednto es una praxis, Entre Ja competencia y la actuacién no existe una clara rela cid de causalidad, El contexto de un enunciado afecta a su significacién (la que podria darnos una descripcion ideal de su sintaxis y su seméntica), y Ia distancia que hay entre la «signficacién Linguistica» y la esignilicacisn completar no se salva haciendo referencia a unas reglas Tingutsticas.generales;= ya que esa significacion «iltima puede estar condicionada por reglas extralingiisticas. Vale decir, la normatividad del Ienguaje deja un amplio ‘margen de libertad, no en el sentido de Humpty Dumpty, sino en cuanto que las normas se pueden seguir de mu ‘chas maneras, entre la norma y su aplicacién kay muchos Glemenios que tener en cuenta, Los actos ilocucionarios realizables con una misma locucién son imprevisibles en tworia, y también To son las distintas formas locuciona- vias de realizar un mismo acto ilocucionario, Por ejem- plo, un nino de dos anos pide de beber de un modo muy distinto a como sucle hacerlo un nino de cinco, y la forma en que lo hacen ambos difere de las muitiples en que puede hacerlo un adulto; sin embargo, todos pueden estar realizando el mismo acto lingifstico. Al contrat, Ja locucién «tengo sed» puede tener distintas sigificacio nies y dar lugar a actos lingisticos muy dispares, segua sea el contesto en que se dia. Sera, entonces, inutil, ade tas de interminable, intentar predecit todas las posibil dades, a modo de estadistica, En lo cual esta de acuerdo Incluso Jerrold Katz, cuando reconoce que «la competen- cia semantica del hablante no puede consistiren una lista 2, Srtmao ta, dearallnd e ge Pet ete de scl, SLangagen: 17 ura 1510, pp 1933. Choma poe Se Pare consdern ie los concept Evpwing how y knowing tat, Bo aston dos categorian Sabaanivae pra el andi dl 2. Simin. aien se acole 9 ele gana por fo man Ix Pld ath entender su tori Hingis, Las iocomprenso: esc corn 2 eae Ven ae mae le por Ik it de prc con guo"Chomty manala el tenlno seonoe Ihlonos. CEN. Cuowssy, sLinguatics and Philvophye 9 Cibert ‘hans, sLinguste Competenes. and, Empiicisme, ea 8. HOOK, einige ad avfosophy, pp. 3158 y 1S) rexpectivemente 109 de los significados de las palabras, las frases, las elsusu- las y las sentencias de su lengunje, Porque si fa capucidad de almacenamiento del hablane vs finita, su habilidad para comprender Tos significados, prescindiende de cies fas restrlociones de actuacion que no hacen al easo, coma pueden ser los limites de su propia vida, de su memoria, lestera, se extiende sobre el infinite conjunio de svnten cias generadas en la gramiica, Lo que querenos enor far, pues, es qué tipo de principios internalizados per ‘miten que el hablante obtenga tal infinidad de signilica- dos sobre una base finite, Con una nocién de la natura leza de tales principios podremos formular las reglas del ‘componente semantico que constituyen sus formalizacio nes explicitas».° No se puede claborar una lista de todas las frases semiinticamente posibles, pero si —segin Katz y los generativistas— establecer unos principios que per fnitan la construccién de todas ellas. Principios que com Sstirian, bésieamente y expuesto de una forma may tos fa, en el conacimiento del significado de las partes cle- mentales de la oracién y unas reglas de proyecciin que indicaran la manera de combina." Eso bastaria para determinar cl significado de cada oracion del lenguaje Yeso le basin a Katz para decidir que shadows ave waver- proof es una frase incorrecia, absurd. Cierlamente lo fs, pera no carente de significado, Aparte la evidencia de que las sombras no se mojan, la jerga publicitara, ver bigracia, construye innumerables frases de ese tipo, que, aunque incorrectas desde un cierto punto de vista, som plenamente signilicativas («Veraneo en 6 cilindros», «Hay ginebras que se ahogan en un vaso», «El hotel viaja con Usted, el, ete) Las modais autorizan y dan siynilicani ‘a combinaciones de palabras en principio incongrucntes: las modas, claro ests, y otros factores que no van a de 58 Op.elte m4 St CIty. as, he otrctane of a semantic Meus Languages, 3, pp- 176210 55 LD. Canina, y R. F. Bexasarn,Fngistica de to publ ile, Pon de Max, 172; George Poxinou Itligens 10 tenerme aqui, pero que sin duda Ia gramética transfor imativa pasa por alto.* ‘La idea de un lenguaje perfecto ha quedade lejos. Las reglas linglstieas no son ni pueden ser exactas. «No us ‘mos el lenguaje conforme a reylas estrietas —se diee en el Cuaderno Azul—, nit tampocd s0 nos ha enseliado por ‘medio de reglas estvictas.»" Pero hay que atenerse a las 56, Chomsky, coneretamente, vende a, pensar que as ereer- ‘aa-o presupuesion de cada hablante estan ja inteqrados en a feminica dl idioma, Porto menos ean ef tn Tespucsie @ Ia His do Lato de que orsign John ealed Mary « repablicen fd thew oss iued si estar sen Trade, seg seam {Bs opinionss personsics det Mnblane sobre el hezho de Ser ren Dlcano. Pics Choma, em tec, contsta gu tales opiniones Torman ya parte sel eaoeiminto dl ngs (et. sAlgunos prble- thar anja dain teria det gramlicn ransormatria ‘p. eity pp. 6-40); lao estt que 4 uno oo To ocurre de nme ‘tuo preguntar gel sconocimiento del ings» quc Une ql {onde Pero no fay necesidad de apolar factors conteXtuales fim clas parm tnvelidar In explicasen de Chomsky, por lo for en pares Creo que a gramatien gencrativa es inset para Sxplicar in adguiseton del"lenguaje. Un ejemplo del prone GiDmsty fo desist: (I «Pie shocting of the uterss (2) Sihe growth of orm poses toner una extrvtura supetttal Stel diferen ens Steutaran pounds, pos a (1) eco. FHesprden dos Ieeturs do datin sentido (ana que tomas Thiers come jetoy otra que To toma como objeto), eh Law ie Sond do hats orl pd tn wae Lite) Por sipursto “aleas Chong que cy ct com feats cl gue pomitc deci cal Tas dos aeepeiones de (1) hy ue tomar foro In ponbildgd Ue dar dos feetres a (Dy unt Bie 2G) alo se expen por la gramaiea gencrativa, Bet, ea Ducts Ser ix explicit wee han du adguirides 1s doe Bentdos do (hy, Fero —preguutom camo se exis t m0 ee Por pntctice hngtea, que el ipo lege 9 comprender ave (1) udder dos sual dition? Com ga st conuciints Tee ue mos tirniios pun nee amigos lon m0 0 penis efSpias con al ambigiedou on af two Ue eguaye? Ree Efe auc evndo le ese sto de donate yo na fhajela post y fe je smiay una postal de la abuelo, 1a 0 Eaeetd's ior no yrs acl, postal def ston seed dots sbwciae Gencn hr annts etfuetra sujet» Junttsstcnauea rotunda, poo cl nife no Hogan rasonocetlo ssa me necro : : awe lien y'n0 powgue no conorcamion st werdadera dei ut reglas de uso, porque de lo contrario cl lenguaje «se va de vacaciones» (PAU, 38), echo del que derivan Ia mayo- Ha de las perplejidades flosofieas. Lo que nos propone- ‘mos liacer con el lenguaje en cada caso es lo que determi na sus reglas; el criterio es, pues, fundamentalmente praginidtico; el Yenguaje es como una maquina que debe Ser reparada cuando no funciona, evando no sitve para To que fue hecha " Ciertos tipos de diseurso exiginin re- las mas exactas que otros, hasta el punto de que en ‘Scasiones Ia palabra ereglae pueda resultar desafortuna ‘da, Asi lo entiende tambign Strawson a propésito del len uaje corriente: «No juzgamos nuestra practica linglis tica a la luz de unas rezlas estudiadas previamente, Ela ‘boramos reglas a la luz de Ia observactén de nuestra prac tica. Es mas, nuestra préctica es algo muy fluido. Si que rremos hablar de reglas, debemos concebirlas como reglas ‘Bx, sto porque ne hay “doiicidn” verdadera de ells» (BB, pp. 3525) tambien emis vestigacione 18: oY, as, la deine ies to suslon valer porn resiverios (low probit flewhcos: ib'mismo ave @ fortort ecurre son la afimacién de que uns de {Eemunade polabr es “indctbee Se" Aunque et Hidsofo analtico'no aula consideratlas desu Jncumbencia tales stoparacinesy eben petfectamente” chs invenigaion, Wiigenstin es bastante expldto ai Feapact: sue emosctabeeer un orden en muestro conorminto del so i Bulstico: um orden con un propdsite particular; un orden entre Stros muchos posbest no cl erden. A tal fn, continuamente da emeos prominencia ciertas dstncincs que pasan inadvertidas ‘lerar formas coreenios de lengusj: Tal ver pares or fal ein que entendemos nusstra torea como Ta de a reforta dl lengua. La reformn con elertos fines practicos, un determina Poceconamfento"de la terminolopia Con ef En de evitar com. Dronsioncs fala, cx perfetamente posible, Pero no es eo fo que fos ocups, Lar conteiones que estedlamos son las que sEen Stando el lenguaje es una maquina para, no cuando ancion. ono, 130) Se alsa bien car, valga sub Seals do Witgeastain cx gulado Dor Dscudoproviemas tousios, No fe interest reformat ef legac, iho wer que problemas pucde planter un Geterminado so =n urmsntesdel_mizmo. Austin, et cambio, veel analisislingsice Somo el psmer paso para hacer Hlgoia, como la forma, menos fellas ‘Ge nila utente Howdfco, Bu propose, ane 5a tanto refutar ta esata dal pasado, corto hace ‘poible on ‘Mievo élodo Hsbc a2 ue cualquiera puede violar si le sirve para algo hacer: To. El lenguaje tiene muchas funciones, se pueden jar ‘gar con 6] infinitos juegos: lo importante para que cl jue fo sea valida es saber a qué se esta jugando; de lo con- ttario, se corre el riesgo de que el Ienguaje no diga nada, sea una actividad tan escasamente hacedera como lo se ria querer jugar una partida de tenis sin contrincante, $8. Introution to Lapiesl Theory, Londees, Mette, 193, p. Bo. 13 UL La pragmatica de la verdad 1. EL PSEUDOPROBLEMA DE LA VERIFICACION ‘El significado de un enunciado consiste en su méto- rificacion» quizi sea la tesis mis difundida y tambien menos afortunada del positivismo logico. Bien ‘0 que el sméiodo de vetilicacidn» enconted inter ppretaciones diversas, més © menos Mlexibles, desde la r=- dluecion solipsista de los enunciados elementales a datos de los sentidos hasta la sustituelén popperiana de Ia ve- rificacién por ln efalsaciéns, Pero, aun asi, la exigencia por parte del Cireulo de Viena de que los enunciados, para tener sentido, debian ser de algin modo verilicabley Se mostré inoperante ¢ insatisfactoria como eritetio’ de significacion, St alguna funci6a positiva hay que atribuit~ Je dentro dei pensamiento filosdico occidental (y aqui no hha de faltar quien la tilde de funeién negativa: tampoco cabra reprochérselo), es la de haber detenido hasta cic to punto el desenfreno metafisicorespeculativo de la épo- ca, La intencién era, sin duda, interesante, pero el metodo fracas6; y, sobre todo, ahora que gozamos de una com- siderable perspectiva para enjuiciar el penssmiento neo positivista, [écilmente apreciamos que no conslituye un adelanto, por lo menos en cuanto a solucién de proble- ‘mas se refiere (n0 digamos ya en cuanto a amenidad), con respecto a Ia lilosofia que fue el blanco de sus atau. Pues para demostrar lo absurdo de expresiones. come pienso, luego existo» o la nada anonadas, los cofrades de la sécia tuvieron que dejar fuera del alcanee des Analisis enuneiados tan corzientes como shay unit tan- ‘cha en el techo» o «me duce la cabeza», E] criterio em pirista del significado vechavaba por peligrosos y alti mamente inverifcables los juicios universal, hipoteti us 05, 0 las averdadess do sentido comin, En cambio, en flgin momento, sus principios parccieron permitic con Chusiones tan disparatadas como «todos los cisnes son blancos y lo absoluto es perfectos.! Apenas es necesatio hotar que el solipsismo linglistico en que cayo el neo positivismo era una posicidn tan metalisica como cual Quieta de los etiticadas por &l. Todos esos fallos, no obs- ante, tienen su explicacion en el eientifismo de la época, fen la conviceidn de que existe ela verdads objetiva y-ac- fesible, y en una conmovedora confianza en alcanzarla No es de extraflar, pues, que el concepto de «verdad» fuc- ra considerado entonces como la clave indiscutible de Ia seméntica, Werilicar empiticamente un enunciado era la dniea Forma de demostrar que se entendia su significado, Pero basta fjarse en el uso corriente del lenguaje: al punto comprobamos que la verdad o la falsedad de las ora- ones no solo tiene muy poco que ver con la determina: ion del signifieado, sino que depende de unos eriterios hharto menos rigidos y precisos que los dados por el em- pitismo logico. En principio, la verdad o falsedad sélo se predica de los enunciados descriptives, cuya funcién es Taformar de algo a alguien; y, en el lenguaje corriente, ‘cuando se realiza esa funcién se da por supuesta Ia ver- ad del enuinciado: a nadic se le ocurre decir wes verdad fgue Ilueves, sino seneillamente «llueve>. Volveremos so- bbre el punto, pero, en general, podemos adelantar que Is adecuacidn ala realidad no es un requisito que deba cum- pplir necesariamente el lenguaje comdn, si por realidad Entendemos algo que existe y se manifiesta independien femente del Tenguaje y de To cual el lenguaje ha de ser 4 El ejemplo es de Cart G. Heurut,oBI rlterio empl signitcadon ea Ard. Aven, od, Et positiviemo (dgizo, Fondo de Caltura Ezonémica, 1588, No me detengo a reas Gkersas rormulaciones del pineiplo de verlleacion,arentes ‘Sc todo iterde que no ses el puramente histrieo. El prinipio ds ‘ecigencn, se! criterio empirsta dat signicadon, representa cl “Mimo esfucro por salvar ia supuesta eapacldad dei onocimiento humane de dar cuenta de a realidad fal como €3 116 lic! refleio y reproduccién, Pareja concatenacién de len- ‘guaje y realidad fue la base de la interpretacién del Trac fatus por los neopositivistas y fue el supuesto de Tarski tn su definicign seméatica de la verdad: «La proposicién “fa nieve es Blanca” es verdadera si y solo sila nieve es blanca.» Por supuesto que si. Pero por demasiado obvio carece de interés, Si, en cambio, consideramos Ia activi ‘iad lingliéstica en toda su complejidad, el acto conereto y total de decir ela nieve es blaneas, como una forma es- Deciale irrepetible de entender y referirnos a la realidad, Al concepto de adecuacién entre ésta y el lenguaje, cl Concepto de «verificacléns cobraré una dimension nueva. Verdads y «significadas mantendrén quizés una relacién entre si, pero muy distinta de Ia que les atribuy6 el Circu- lo de Viena, 2. DISTINTOS MODOS DE CONTRASTAR LENGUMJE ¥ REALIDAD Comparemos algunos pérrafos del Tractatus, y otros de la obra posterior de Wittgenstein: «Para conocer si Is figura es verdadera o falsa debemos compararla con la realidad» (Z, 2.223), «La totalidad de los pensamientos verdaderos es una figura del mundo» (T, 301). «El nom: ‘bre significa el objeto, El objeto es su significado» (T, 303). «La proposicign, si es verdadera, muestra como bata las cosas, ¥ dice que las cosas estan asi» (T, 4.022) ‘La proposicién puede ser verdadera o falsa solo en cusm fo es una figura de la realidads (P, 406). Contaba Witt- genstein haber Ilegado a esa teorla del significado (o del Tenguaje) al observar, en un proceso juridico, la represen tacién grafica que alli se hizo de un determinado accidem te de automévil, Pensé entonces que el lenguaje perfecto Alebia ser como aquella representacion de la vealidad, que todas las situaciones posibles debian poder ser «figura ase por medio del Tenguaje: Ia logiea del lenguaje y Ia fel mundo eran Ja misma, los limites del lenguaje eran ut fos limites del mundo. Pero otra anéedota explica su cam: bio de postura al respecto. En clerta geasién Piero Sraifa, amigo y compoitcro de Wittgenstein, mientras pascaba con él hizo un gesto como de desagrado y rors al flosoto ue le dijera cual era la forma légien del gesto en cues- én, Comprendié al momento Wittgenstein que era ab surdo insist en Ta idea de que Ia proposicion y su rele- rente debjan tener Ia misma «forma», que la proposicin ddobia ser una «figura» de la realidad que describia® Al contrario, el lenauaje era alao auténomo y, por lo tanto, ni verdadero mi falso. Cada juego lingtifstico debia tover su propio criterio de verdad. Puesto que nucstras jievos de lenguaie son arbitrarios, «no podemos decir que sus rreglas sean verdaderas o falsas, que un juego dee sea no sea correcto, en el sentide en que lo es una afc macién empiricar? Y, asi, no vale el mismo eriteris de verdad para juzpar una descripeién, una confesion y un suefio: «Ia importancia de una verdadlera confesion no re side en el hecho de que dé cuenta exacta de un determi nado proceso, sino mis bien en las cansecuencias espe ciales que puedan sepuirso de tna confesisn cuva verdad esté parantizada or los eviterios aue definen la sinceri- ddad (¢rathfuiness}» (PRU, p, 222). 0 tambicn: «si asur- ‘mos que los sueios pueden’ darnas una informacion im portante sabre quien suefia, lo que nos da la Informacion son los relatos sinceros de los suefos, El que la memoria falle en el relato de} suefio no tiene importancia aqui, 2 Norman Maco, L. Wittgenstein. A Memolr, Oxford Unk versity Prova 107, p. @- Law Wigensiite hechnes 1989 1983 de G.'E. Movie expresan claramente cl rechana por parte Mle Witigeestcin del principio de yerescion nsopositivista, SESS {in wrtheacion) ex necesriamente una regia Drdstiea, ya ate "vericalon® sgniien corte distiniss,¥ porque on algunos caves no tene sentidy preguntan Coma se vehien ena?» {stoner ine de Witgensteln de 1990193, on G, Ie Mount, Defense Sento cominny arrac ensayas, p30; et. ambi esta Ia ack, Wiirenstai and Inoderm lalosopy, Nuss York Doble: Ay, 165, 9 48-0) 3. Ee Steir, The Foundations of Witigotsein’s Late Pi ‘osopis, Manchester Univesity Press, 196 91. 118, zo ser que introduzcamos un critetio completamente nue- vo para ef acuerdo “de selato y suefio", un criterio que nos daria aqui un concepto de“ rerdad” distinto del de “sinceridad’”» (PhU, pp. 222223), Expresado de otra for ima: «decir Ia verdad» no es siempre reproducir exacta ‘mente la realidad, pues en muchas ocasiones tal reproduc- cidn no nos es posible o, simplemente, no hace al caso, El lenguaje corriente nace de una praxis, de unas convenciones ticitas que, absolutamente consideradas, estan por encima de Ja verdad o falsedad: existen por. ‘que son ttiles, Compramos, por ejemplo, un «pan de qui Tos, que de hecho y derecho pesa 850 gramos, y no nos plantea problemas fa inadecuacion de nuestro Lenguaje a fa exactitud matemitiea, ;Serfa verdadero afirmar que dos mis dos suman cinco, si todo el mundo ereyera que fs asi? Habria que ver primero el porque de tal ereencia, ‘que tal ver se hallaria en la existencia de una nueva tée- nica pata calcular, téenica que, como tal, no podeia ser considerada falsa* Asi es como razona Wittgenstein, techando mano siempre de Ja analogia entre lenguaje ‘matemitica (no hay que olvidar que la primera ambicién —fmustrada— de su pensamiento habia sido la fundamen tacién logica de la matemética). No se trata de identi Fiear «verdadero» y «itil», no se pretende dar un critevio utilitarista de In verdad, sino «que no se puede decir de Ja serie de Jos niimeros naturales —como tampoco se puc- de decir de nuestro lenguaje— que es verdadera, sino ‘que es ttl y, Sobre todo, que se usd» (FM, 4). Si nos cho- tan afirmaciones del tipo de vel rojo no es un color an- cho», es porque no sabemos qué hacer con ellas —en ef Tenguaje corriente, claro esti, no tenemos ninguna t6e- niien para aplicarlss 4, sCuando se hnbla de eteneia, silo se pone de manifesto ‘una convencién, Ato que algien nosponderiar entre uns propor “Ielon sobre ta protunddad dela esenciay otra sobre a Simple Sonveneton no fay diferencia, ¥ yo somites ala profiad {que vom Ia caenela eorresponde Ja neeesidad profunda de Ia ‘Oonsencibae (BGM, 23). Cr. fife, exp, Ln et Zetiel 48, MS. Yun las Plosophische Bemerkangen, Lepr Sh able Grammatit tebe “theory of Topeal types" 19 Es en las Philosophische Bemserkungen,y en las Thesen de Waisman, ambas de 1930 —vale decir, de la época {que marca la transiciSn caracteristica del pensamicnto de Witigenstein—, donde mejor se observa la vacilacién con respecto a una verificacién definitiva de las proposiciones Una proposicion (0 hipstesis, que para Wittgenstein es lo mismo) nunca se puede verifcar absolutamente, ni es ne- ccesario verlficarla asi; «em algtin sentido» —dice y subra- ya, ein irgendeinem Simns—, la experiencia debe confir mar nuestras proposiciones. Pero, en cada caso, la ex periencia adecuada para verificar tina proposicién depen- era de la gramatica profunda de ésta; y cabe afirmar ‘gue en una gran mayoria de easos el tipo de experiencia peftinente estara determinado por el tipo de proposicion fe que se trate, Es cosa abvia en las descripeiones de experiencias internas, actos mentales o sensaciones cuya Sinica forma de verificacién es contrastarlas con el com- portamiento que las acompafia: «Una proposicidn no puc fe decir més de lo que su verificacién establece. Si yo digo “mi amigo esti engjado” y lo determino porque muestra una actitud particular sensible, sélo indico ‘que muestra esa actitud, y si quiero indicar mas no puedo ecir en qué consiste ese més... El método de verificacion, ‘ng es un medio, un vehiculo, sino el sentido mismo. Puedo decir “Viajo (en automévil) a A” 0 “Voy a pie a A”, con To que he hablado de dos vehiculos para lo mismo, es decir, para el alejamiento en el espacio. Pero no puedo decir: “Comprucbo la proposicién de esta o aquella for- mma.” El método de Ia comprabacidn no es algo que se ‘iada al sentido, La proposicion contiene el método de su verifiacién, No se puede buscar un método de com. probacida.»* ‘ain die que el rojo es mis alto que cl verde, por ejemplo, esti ‘SSmetendo un ertor ds tipo, y su fase earect de sentieo on ‘engusje fislo, sunque tal vez To tenga eel pti. «Outen ul Tix eats patsbrae con cl Sigicado” que 30 Tes day no puede {peontrar nungun senthda fl combinssion: 9 # one alg so fide para ches porque pone er ies. palabees algo que 0 10 pone (bid, 14 mee Mlngestelt y ef Creo de Viena, p. 21. 120 3. EL LENGUAJE NO ES VERDADERO: ESTA EN ORDEN» EI principio de verifcacién es una consecuencia de dos hipstesis: por un lado, la teoria de las proposiciones ‘como signifcacién empirica de las sentencias —a cuya refutacion me he referido en el capitulo anterior—, y, por otra parte, Ia llamada «falacia deseriptivas. No deja. de ser cierto que en el lenguaje corriente, no de otra suerte que en el cientifco, las oraciones patecen tener un co rrelato empirico verificable. Pero, aun en los casos de oraciones puramente descriptivas, apunta Quine, «la que mas adecuadamente se puede considera primariamente verdadero 0 Tals no son Ins ofaciones, sino los actos de emisidn de oraciones, las emisiones de oraciones. Si ‘una persona emite las palabras “Esti lloviendo” mientras Mueve, o las palabras “Tengo hambre” cuando la tiene su acto verbal se considera verdadero. Es obvio que una emisin de cierta oracién puede ser verdadera y otra emi sidn de la misma oracién puede ser falsa>.’ Habria que completar fa cita puntualizando que las oraciones pueden realizar actos lingisticos muy distintos y, por tanto, con distintos valores de verdad. Puesto que no todas ellas tienen como funcién basica la mencién de un determinado objeto o la descripcisn de un hecho, la pregunta, en abs tracto, por su verdad 9 falsedad queda en muchos casos fuera de luga Asi, es licito afirmar que las condiciones de verdad de Ins oraciones vienen determinadas por el uso de las mismas, En su célebre articula On Referring, nota Strawson ue Ia diseutida oracién «El actual rey cle Fran cia es sabio» (cuando no hay rey de Francia) no es, como cereyé Russell, signifcativa pero falsa, sino mis bien, se ‘ein sea el contexto en que aparezca, es verificable, rue 2, Filosote ele a tégin, Moti, Alianza Universidad, 1973 pi Ep tdeminog de Umberto Eco, sl problema del error (o de 1a falsedad), importante para los logos, es pre 0 postsemiticos, Ue forme del contenuto, >. 3, 12 table o ninguna de ambas cosas, sin que por ello deje de tener sentido y de cumplir una funcion? Inckiso a propo: sito de las oraciones descriptivas, seria atviesgado ir ‘mar que deben ser siempre sometidas a un mismo eriterio de verificacién, Los juicios descriptives —advierte Austin ‘oportunamente— son a su vez realizativos: Ia descripeidn stele aparecer como cléusula de una oraeién més amplia due indica queé funci6n cumple aquélla; ® Ja eldusula sera verdadera o falsa, pero el acto que la comprende puede sumar o restar importaneia a su verdad o falsedad, Nadie juzea, verbigracia, el valor de tn chasearrillo, cuya. mic sion es divertr, por su fidelidad a los hechos; se da por supnesto que lo que se quiere es lamar [a atencién, entre- tener, sorprender, y no describir fidedignamente un he: cho. «No es deber de todas las oraciones “correspondorse con los hechos”s, al par que «hay muchos otros adjelivos {que pertenecen a'In misma clase quo “verdadero” y “Ial- .0", es decir, que refieren a las relaciones entre las pala- bras y el mundo, y que nadie rechazara como légicamente superfluo. Decimas, por ejemplo, que una determinada alirmacién es exagerada o vaga 0 vacla; una descripeién, conlusa o equivocada ono muy buena; el relato de algo, demasiado general o demasiado conciso»." Por todo ello, ‘Austin propone sustituir la pregunta «es verdadero?» re. Ferida a un enunciado, por la pregunta «cestd en orden?» (ée,, gests bien?, gfunciona?, zvale?). Pues, sila afirmacion y la descripeién son actos'de lenguaje (como lo son Ia advertencia, la promesa, el ruego) deben cumplir ciertos requisitos de adecuacion no sdlo a los hechos, sino a Ins convenciones y reglas del habla, Lo pertinente al anlisis dle los actos lingiisticos es averiguar si han sido dlos de la forma adeeuada, en el momento y ceuados, por la persona adecuada. Ante una recomenda: cidn, un mandato, una informacién, hay que pregunta 2. PH Sram, «On Referring, eG, RL PARRINGN, ey he aeory of tive, p. 8.85; aldantying Relevance on Ft Valse, Loleo Luise Papers, p. 1895. 1. How To Do Things With Words, pp. 623 Mt Phitosophicat Papers, p97 m2 «gestin en st lngar?e, esto 65, ges una buena recomend clon, un mandato justo, una informacién procedente, exa gerada? «"Verdadero” y “falso” son solo etiquetas gene: tales para toda una gama de distintas apreciaciones que tienen algo que ver con la relacién entre lo que decimos y los hechos.» = ‘Al tratarse de «actos linglisticos», Austin juzga mas apropiado no hablar de wfalsedades», sino de las «disfortu- rnas» (valga fa versién de infelcities), en que puede incw tir un realizativo por no cumplir las normas requeridas para su buen funcionamicnto, Tales normas ineluyen el Conjunto de «circunstancias apropiadas» para Ia realiza- tcién del acto en cuestion: el uso de determinadas pala ‘bras por las personas y en Ins situaciones adecuadas, Ia realizacién completa y correcta del acto, y, en determi rnados casos, el estar en posesiin de los sentimientos & Intenciones supuestos por el realizativo. Asi, son «desa- fortunados» Ia promesa hecha con In intencién de no ccumplitla, el compromiso matrimonial entre un hombre y un dbol, ete, ete.” La objecién éontra Ia asignacién de valor de verdad a Jas oraciones del Ienguaje corriente apoya la conviceion de que el hablante al realizar un acto linglistico se com: promete con una serie de normas de conducta estableci ‘das implicita o explicitamente, cuya considerscion resul- ta en un anilisis Iinglistico mas perspicaz que el quc solamente atiende a la ecorrespondencia del contenido proposicional de Ia oracisn con los hechos (entre otras ‘cosas, porque definir «eorrespondencia» y ehechos» no es I), Verbigracia: In locueién «Espero a X esta c, es cierto, un valor de verdad determinable fanz real de que X venga, Pero es tambicn ‘oxaeto que ordinarinmente, al decit «espero a Xx, no s6lo ‘me propango (si es que me Io propongo en algtin caso) dar cuenta, informar sobre mis sentimientos personales 12. Ibid pp, 2728 15, Ct tun To Do Things Wirh Words, exp. M1, donde Avstin| tmern Ios condones necesrias par Ia renizacion satorina sine aeta ¥ el tambien apartado 5 de este capitulo 123 acerca de Ia venida de X, sino muy posiblemente quiero justificar con tales palabras una determinada actitud ar una excusa o dar una buena noticia, Eso que quiero fecir coneretamente vendré dado no por la locucién tis Ima, sino por el contexto, es decir, por una serie de cl Tentos especiales que acompafiarin a la emision de la Tocucion vespero a X» y al propio tiempo haran que sea correctamente entendida, Es decit, el contexto (no el hecho de que esté yo realmente en posesion de unos sen- UUmientor determinados) determinara la correccién del acto ilocucionario, Ciertos fildsofos y lingdistas no juz ‘gan, sin embargo, apropiada la objecién contra el valor de verdad de los realiaativos y proponen métodos alter nativos que permitan establecer las condiciones neces ras y suficientes que el acto lingistico debe cumplir. Tales condiciones son de tipo semintico: se deducen del significado del realizativo, esto es, de sus supuestos e im- plicaciones. Searle, por ejemplo, establece las «condicio hes esenciales» de Ia «promesa», deducibles del signtfice ddo del «prometer, George Lakoff, por su parte, ctee po- sible deducic de la seméntica formal de los lenguajes na- turales las «condiciones de satisfaccién» (equivalentes, para él, a las condiciones de verdad) de cada uno de sus Conceptos." De hecho, la investigacién y formulacion de ddichas «condiciones» no representa una objecidn al mé todo de Austin, Representa, por un lado, un complemen: 14, CE Seamte, Speech Acts, cap, Ly G. Lakoer, Pragmatics in nagar tanguages,reprodveldo por [a LAU. abr, 914 La orrelacion entre ssighiendos y werdade propuésta por ambos Sutores constituye as hesho und inversion de los terminos neopo- Sitivisas el principio de verifenelon hacia depender et signifendo ‘2s Uns oraeldn de su valor'de verdad: Searcy LaQofl, entre ‘tton deucen las sondiianes Ge verdad de ura aracion @ parle {ht signfcado ds sus coneeptos Discos. Sigh problema dal ato ‘hismo lien fue determinar ebm deblaverfatse un enanciado, {problema ahora sera defnie el signlicade de ciertos conceptos fealizativos, put, at no es muy ail enabler los Fequsttos Fandamsntiies quo debe exmplir el seto.de eprometers fa tarea ‘2"complica cvsndo hay que defnie conceptos. menos fnstltuclo- ‘allzndos y mis tubjtivos, como, por ejemplo, xperdonar, agra Clvers,sacusars, smendars, ely 16 124 to, en cuanto se trata de establecer reglas coneretas para Ia‘realizacidn de cada acto linguistico. Y, por otto lado, similares intentos significan un retroceso, pues caen de nuevo en In semantica sin pragmatica. Dicho de otta for. ima ¢s posible establecer tierias condiciones de verdad, de satistaccién o «esenciales» para conceptos abstractos (promesa, sinceridad, creencia, etc), pero no es posible decidir, Fuera de coniexto, sin referencia a la funcidn co ‘municativa, qué neto ilocucionario se produce y, por ta 10, qué realizative ha de ser considerado como clave de Jas condiciones de verdad del acto, En el ejemplo ante: rior, eEspero a Xe, no puedo saber, por el anilisis de la simple locucién, qué «fuerza» conereta tiene, como hay ‘que entenderla y, en consccuencia, desconozcd sus cond tones de satisfaccién o de verdad. La «gramstica pro- funda» de una aracién no siempre es aprehensible fuera de contento, no viene dada tinicamente por la semantica yy sus implicaciones. Frases que segiin los ednones de In Iogica se tomaian por una tautologia sin contenido facti- co alguno pueden poseer fuerzas ilocucionarias de dis tintos tipos. «Fulano 0 es comunista 0 no lo es», «la ley 2 Ia ley», elos negocios son los negocios», son ejemplos fen que Ia gramatica logica superficial esconde una ogra: ratlea empirica» profunda.” 15, Cf, Seamie op. ct, pp. 13407, donde establce wna rear cin muy gut eatve sprctigacions 5 werdade: =predeat uno xresioa “Pe de un objeto “Ros plantear Is pregunta de 1a Serand de Ia expreston predicilva con respecio al objeto rete ‘don, Bero ese spreguntar por la verdade eda siempre eon una [eterininadastGeret loewclonaiam,sfucrane que debe set cap {eas"humto'con el significado de "P*" bs frase sPedeo cs intel fenfor puede tener Ia fuerza de una adulacin, dela corroboracion Eun hecho, da una pregunta, de una admicaciin, de una perle- Sfaadh ete ei En cuanto ala‘difereneta entee la gearstica super ficial y ta sramatca protunda, cf Paul Zor, Semantic Analysis, pp 1313.5 Jacques’ Bowvinisse, La parole malhereusé, p21 BR ia primacia data yn una sobee aot, ambos ver ia dive fovele mis earaetertaticn entre lor des Witigenstein, En efecto, Eire ‘rrefaras, ia gramétiealopen se Lenten on Ta gramati Profit en tanto en las investigatones se considera ga la 10+ Fret pete refleor ta s6lo un nivel superficial de Ia oraeis, ws Cuando el nifio aprende @ hablar asimila paulatins mente esas reglas de In gramstiea profunda que hacen posible la comunicacién y la comprensién linglfstica, EL nifioasimila también (o se le inculcan) los requisitos esen- ciales para la realizacién de cada acto linglistico ; hasta el punto de que si no conociera esas reglas no podéfamos dlecir que sabe hablar, que sabe usar la lengua. EI nifio hha de saber que si quiere algo, ademas de pedirlo, debe demostrar de alguna forma —por la expresion de la cera, los gestos, efe— que necesita lo que pide, que si uicte dar a entender que se encuentra mal, debe com ortarse como una persona enferma, para que le hag: aso; que decir «adiés» significa que él o alguien se va. En suma, que uno cualquiera de los actos que suelen compar al lenguaje puede sustituirlo y adquirir vl ‘mismo significado, Asi, también para un nfo, el hecho de gue le pongan tina chaquela puede signilicar lo mismo {que vamos a la calles; que le pongan un babero, lo mis: mo que «vamos a comers. El lenguaje se inserta, pues ‘en una serie de costumbres y hibitos que no pueden ser iolados sino con el riesgo de que Ins palabras se vec! vvan incomprensibles. El que un Lenguaje cumpla todas sus roplas de uso es Jo que lo hace adecuado. BI acuerdo tt ito, la costumbre que regula Ia actividad linglistica, nos fa la medida de su verdad. «"Entonees, gost usted di- zndo que el acuerdo humano decide lo gue es verdadero 4 lo que es Falso?" Lo que es verdadero o Talso es Io que dicen los seres humanos; y se ponen de acuerdo sobre ello en ol lenguaje que usan. No se trata de un acuerdo de ‘opiniones, sino de forma de vida.» (Phe, 241.) El pasaje no fy exevsivamente claro; pero Wittgenstein parece querer ‘decir que la pregunta por Ia verdad o la lalscdad no se puede realizar desde fuera del lenguaje, como si poseye- ramos un instrumento para medir hasta qué punto cl arepie de sentido si no so jnvostan fa gramutea profunda le [i'ntsina: En Ia base de tl evergonca etd sin embargo, to ics unin de que existen os sgamileas: una que pucie conf “ry otrn que dae sentido correcta de In oractn, Vid a prope: Sitio eich mas arciba, 13 (y m9 del eapitulo primero) 126 Jenguaje «pinta los hechos. No hay otra medida que el Jenguaje mismo y Ia forma de usarlo. Todo lo que se diga en contra proviene de una falsa concepeion de la funcion epistemoldgica del Jenguaje. Nuestra forma de hablar ide a pensar Wittgensicin— es correcta, no porgue Fepresente mejor o peor la realidad (esa es la confusion ‘que segin l provocé la controversia entre realistas eidea- Histas), sino porque «cumple st oficios, Tunciona, No hay tna visién verdadera, real del mundo, sino distintas interpretaciones con ines también distintos. Las inter pretaciones del psicoanilisis, por ejemplo, que han goza do y gozan de una gran aceptacidn, de hecho no son mis ‘que modos de ver ciertos fenémenos, con cl fin de conse fguir unos resultados; y en parejo sentido, en tanto sirven para curar una enfermedad 9 para subsanar un desarreglo psiquico, podemos decir que son correctas; mas no, como Se tiende a pensar, porque den «la explieacién real» de ‘una situaciéh que nos atormenta, El psicoanslisis satis- face porque da «explieaciones», y no en otra parte madica su especial atractive, pero seria absurdo querer verificar Jas, porque, de hecho, no se trata de eexplicare mejor o peor, mis © menos adecuadamente, un determinado fe- rnémeno, sino de emplear el método mis elicaz con vistas ‘unos fines." 4, LOS PRESUPUESTOS DE LA VERDAD No diremos, pues, que un acto Tingiistico es vordade: +0 0 falso, sino que esti bien © mal realizado, que el len ‘guaje se usa bien mal en su contexto. Quien se equivoca al hablar es porque no sabe, no domina la técnica, Socra- tes era tajante: el error es fruto de la ignorancia. Y Witt- 16, Cf, Lectures and Conversions ow Acshetes, Psychology ‘and Religious Bales Berkeley Los Angoes, University of Califor nia Pres, 16h, pp, 2037: La atraciin de clrto tipo de expl {seionse ey sorprendente.. Especalmente las expleaciones del tipo: "Eso y nada mds qua eso es fo que ocuere" 7 gonstein Io expresa ast: «La verdad de mis alirmaciones se prueba porque las entiendo.» xEs decit; si hago que sean verdaderas las afirmaciones falsas, no es seguro que las emtienda» (OC, 8081). Cuando un nia lama «asesi- hnato» @-un individuo, esta clarisimo que no entiends el uuso del vocablo; y tampoco puede decirse que conoce el uso de Ia expresién «;Dios no Jo quiera!» quien la eatien de como una profesion de fe, ni quien interpreta «Beber Soberano es cosa de hombres» coma la constatacién de tun hecho. Lo gue en boca de un individu puede ser insu: to, en la de otro (9 ante un interlocutor distinto) es una frase carifiosa 0 una broma. De ahi que los equivocos ¥ las incomprensiones en el habla corriente sean tan habi tuales. Porque no hay ninguna expresién que posea un significado fijo e invariable, no hay, por tanto, un solo cri- terio para juzgar los actos linglisticas: el eriterio lo dan, ademis de las reglas fonéticas, sinticticas y seménticas, las costumbres, convicciones, mancras de ser, etc, de los hhablantes. De 1a misma fornia que no se conoce bien wn idioma si se ignora la forma de vivir, In «morada vital» itia Américo Castro) de sus hablantes, no es posible Ia ‘comunicacion entre individuos que no compartan —o, ‘cuando menos, que no sean capaces de comprender— una misma manera de comportarse 0 de actual, Todo lo cual nos lleva a otro problema: el de las ereen cias que presupone la actividad Linguistica. Homos visto ‘ue es intitil plantearse, en general, euestiones de exact tud y certeza: en Ia prictica, el lenguaje remite siempre ‘unas ereencias y actitudes, y solo desde ellas es posible predicar Ia verdad o falsedad, si se da el eas0, La sindaga cidn de la verdads, pues, debe ceder paso a la indagacton dde aquellas creencias que explican o justifiean un deter- ‘minado uso linglistico. Pero las ereencias en si son inj tificables: «En el fondo de todo lengunje —coafirma Witt genstein— hay un modo de actuar sin fundamento.» «Hay ‘Que tener en cuenta que el juego lingilstico es, por decislo asi, algo impredecible. No es razonable (ni itrazonable) esta abi, como nuestra vidas (OC, 110, 559), El hecho de ‘que constituyamos en guia de nuestras acciones las doc 128 tings de Ia fisica 0 las del budisme supone simplemente que conformamos nuestro lenguaje a unas determinadas eglas; y tales reglas son incuestionables. ‘No’ otra opinion patrocinaba Wittgenstein en 1949, euando se ocupé en discutir la «defensa del sentido ci tniin» de Moore. Sus reflexiones al propésito, publicadas hace cinco aiios bajo el titulo de On Certainty, defienden luna tesis nitida en la base de nuestro lenguaje, hay unas certezas bilsicas e indiscutibles, que funcionan a mode de aasiomas, en tanto que de ellas derivan y en eas tienen sit icacién todas las oraciones de nuestro lenguaje. Se- imejantes certezas van desde las verdades légicas y de sentido comiin (las tautologias o el «yo existo») hasta los presupuestos de los lenguajes eno corrientesr, como el lenguaje religioso, el publicitario, el poético, etc, Esos Dpresupuestos se asumen con el uso del lenguaje, mas pue: dden rechazarse luego, como se rechazan de hecho deter ‘minadas formas linglisticas. E] nifio, cuando aprende hablar, aprende tambien que tiene padres, que existe el sol, que el barro ensucia, que hay un bien y un mal, ete creencias que con el tiempo quizé llegar a matizar, y en tal caso la primitiva certeza se convertiré para ¢l eh un saber dudoso o falso, al punto sustituido por otra certeza ‘Que justifique sus nuevos saberes, Pevo «la cadena de las rarones debe tener un fins, porque el lenguaje no puede Jjuzgar sus propios presupuestos. De igual forma que en cl Tractatus Wittgenstein opinaba que no se podia decir todo sobre la realidad, ahora opina que no se puede de- cir 1odo sobre el lenguiaje. La teoria de los presupuestos del lenguaje cuenta ya con una amplia literatura en el campo filoscfico y, sobre todo, en el lingliistico. Volveré a ella més despacio en el capitulo terceto; aqui sélo me interesan los presupuss- tos en la medida en que condicionan la posible verdad o falsedad de un enunciado. Valga recordar, en cualquier aso, que Strawson ha tratado el asunto en ese sentido y ha hecho notar que sélo cuando se presupone que una sentencia es verdadera tiene sentido preguntar 0 poner en vigente> Asi, del mismo modo que se habla de la inmoralidad de lun ato, en tanto infringe una norma aceptada, puede ba- blarse, Sin contradiccién, de la inmoralidad de un prin eipio moral. Bsa segunda acepcién de emorals es In que agut nos interesa. Veamos, en primer lugar, c6mo se desarrolla en 1 hombre tal concepto, cémo se aprende a usatlo. Par timos del supuesto de que la concieneia moral es un he- ccho, es decir, que es una parte de esa elorma de vidas ‘caracteristica del hombre, Sogin Piaget, en uno dv sus cestudios nds conocides y eélebres;” en el nifio se mani: fiestan sucesivamente dos tipos de conciencia moral: la primera —que él denomina exealismo morals— esta de {erminada por la autoridad del adulto (es bueno lo ae esti mandado), y en ella no desempefian ningin papel el factor intencional nila responsabilidad; el nie, en tal fase, mide la emoralidad> de sus actos por sus vesulta dos! es peor aquel acto que haya prodcido una cats trufe cuantitativamente mayor (es peor romper un pla- to que pegar al hermano). En esa primera fase esti claro ‘que el nifio no ha desarrollado atin Ia idea de «morali- dade; su moral es una moral del «deber», pero heterdne- ‘ma, en Ja que no entra atin la concicncia; su moral es la smoral» con signifiado descriptive, qué consiste en la adbesién a un determinado eédigo ‘poraue no hay: mis 24 Ms interesante sefalar al propésito que Ia defiicdn et ‘mologiea de mera como s(elaliva a I) costumes ignora Toratmente ef seatdo vatorativo. ge hoy predominance {il termino. amoral» yes el que Tealmente importa para el es Wd de Is Ete ‘i, La jgement moral ches Fenfant, Pars, PUR, 1982, expt tu it, 163 remedio que aceplarlo. Pero esta primera fase va siendo superada por el nifio hasta conseguir la aulonomia: el ‘deber, entonces, lo es independiente de toda presién ex- terior. Tal auténomia se desarvolla paralelamente a Is conciencia de reciprocidad o respeto mutuo: el nino no se limita a obedecer la ley, sino ve la necesidad de que tsa ley exista para el bien de todos, Ast llega Piaget a la conclusion de que la autonomia y la universalizabilidad son los rasgos espectficas de la ley moral, Sobre Ja universalizablidad he expresado ya clertos separos. La autonomia, en cambio, sf que parece condli- tidn sine qua nor de la opeién moral. «Autonomia» signi fica que uno es capaz de crear sus propias normas 0 acep- tar por si mismo las ya establecidas, Pero «autonomias no es arbitrariedad: el individue moralmente autonome tiene que ser, ademas de auténomo, «morale, El proble ‘ma esti en conjugar ambos términos, porque si, por una Parte, uno se determina a si mismo, por otra, debe some: terse a algin eriterio que permita calificar su autonom! ‘como moral. ¥ lo peculiar del tgrmino moral en el senti ddo valorativo que estamos analizando, es que st uso esté condicionado ya por una opcién moral. La responsabili- dad, la libertad, la culps, son constitutivos del acto mo- sal, pero es el individuo quien decide si es «moralmente» Fesponsable o culpable, Nota Austin que el lenguaje registra todas las distin- cones y todos los matices que ef hombre se ha visto en la necesidad de precisar, de forma que es empresa initil ‘querer hallar en la realidad una distincisn no plasmada en el lenguaje, porque sera totalmente innecesaria, Sino existe, pues, un elenguaje moral» especifco, es porque no Jo necesitarnos © porque tal Ienguaje no es posible, Con- viene analizarlo con més detenimiento, 164 6, LA PRAGMATICA DE LA MORAL Los verbos modales, entre los que se incluye edeber», no constituyen de por st ningin acto linglistico, como no sea el de informar de un determinado estado fisico 0 animico. Pero, ademés de informar (acto poco corriente fen el uso que solemos hacer de tales verbos), pueden rea lizar actos linglisticos de diversa indole, segin sean las clreunstancias en que se usan, Asi, edebes casarte> puede ser un consejo, una orden, un ruego. Ocurre con edebers To que con «bueno» y «malo»: que son términos con una gran variedad de usos y aplicaciones, Todo nos lleva a la Conclusion de gue no puede hablarse a propésito de la ‘moral de un «juego de lenguajes 0 de un speechact. Pero si no existe tal «juegom, y existe sin embargo la conducta moral, es porque ésta no tiene unos limites pre cisos, como los'tiene, por ejemplo, la conducta juridica. La moral es una dimensién que puede modificar cualquier tipo de comportamiento, aunque algunos con mayor pro- piedad que otros. Cualquier acto lingiistico puede ad- ‘Quitir una «fuerza» moral. Tomemos la clasificacién he cha por Austin de los actos ilocucionatios: * 4) Veredictivos, correspondientes a la transmision de algiin resultado (acerca de algo) que se haya obtenido tras cierto proceso de averiguacion; por ejemplo, econsiderars, eestimars, esituars, «clasifcars, «definirs 1b). Bjercitivos, que manifiestan el ejereicio de un poder, una influencia 0 unos derechos, como tordenar», «exigirs, eaconsejar», «proponer ©) Compromisivos, que comprometen al hablante 2 ciertos comportamienios ulteriores: «inten- fat», eacordats, «jaar», «prometers ) Condictivas, relative a Ia conducta social Jae actitudes tomadas en determinadas eit. 22, Recurro, on general, a la versiin de Vietor Sic ne ‘wats, en Inageionse prasioigieas, p10, 8 165 cunstaneias. Asi, «dar gracias prochar», «perdonars, ete €) Expositivos, que manilestan el mod de inser: ign de lo que se diga en la argumentaeién que se esti desarrollando 0 en la conversacién en general. Asi, xenunciar», edeclarars, «afirmars, spreguatars, eobjetars, eficitars, ere ‘Todas estas ilocuciones pueden tomar un valor moral, si bien algunas se prestan a ello mis que otras: 4) «Considero su forma de vestir irreprochable: B) «No te aconsejo que asistas a esa reunidns 6) «Juro que digo la verdad» 4) «No puedo reprocharte que te hayas ido de ©) «Debo hacer varias objeciones a ese proyecto» Aunque fuera de contexto e808 aos lingsticos slo son detenminabes por el veallzative explicit, on un com- tero propiado es posible avinar sn fntncioa moral, En iar eo, anata moaned Punto de vista moral» para que tl inteneton se haga ot plein. Nilo -situacién ni lo hechos ni el lenge an fucraa moral ala locuctn’ guion ae Ia da cr eee ‘Ahora bien Zou recursos le oltece el lenguaje para poner de manifesto su niencion? A primsra vst, sélo uno: de fino expicnmenteiclyendo el crn moval ens una pars: Peo no slempre es nessa ssa expieatsn, Ente los mieinbros de una sociedad rligiost que com parton unas misma excels moral Ta sola sion {ceronheshos bats para daies carter moral (sf a ie ccurrr entre cerzs grupos de eatlicos, po ejemplo, suando se hago rlerenela al sexto mandaimicno), Ade Se fiato de In arbtrrkaad, Hay cos ebjetivariene i ale.‘ no choca decir sonsidero su forma de west Irvprochables, st choca en cambio sconssro foe sia do abrir fa ventana intprochabloy Todo depend de 166 fa wimportancin» generabmente dada a cada funci6n. Pata ‘que el sujeto pueda adoptar una «aetitud moral», pueda Gar a un acto simportancin morals, 6s preciso que esa Jmportancia se halle de algiin inodo potenciada por la so cledad: de fo contrario, el juicio moral es incomprensible. Distinguir entre euestiones «importantes» y etriviales» os tun requisito tan importante de Ia ecompetencia moral como el sentirse responsable y libre, En resumen: ads ‘mais de compartir una Conocide abjetivamente por una comunidad social, reli diosa, ete. «Moral» no es un término univoco, sind que poses una familia de significadoss, Sélo teniendo pre Sente, tomanda como panto de partida, wn codigo 0-unas ivencias morales eoneretas os posible hablar de kenguaje moral y es posible snalizar el lengua} sus prest puestos e implicaciones. La «forma de vida» etica no es hada sin un contenido dado, Macintyre ha hecho notar 167 snuy sablamente que I losotia moral no puede esribirse coino st la moral careiera de historia” Ee absurda la dea de una filosoia moral terica, que no sea al mismo Usimpo tina option moral, Estoy de acuctdo con Tavier Muguerea en que los lssofos atalitcos al inentat usa SlosoFa moral inontarsinada por la moral ne han hecho aia cosa *que reproducir en tcrminos Rloséhcos is or sunln en es nut muchas sons conte. pptdneas ea las que el individualism cobra age sobre fn base de una creciente devntepraccm del consango ca torno alas evaluaciones morales fandamtetalsn” EL leoguaje y su praxis no se pusden separa, La hipdtesis de gue el fnytaje coniciona una sforma de ide sone cial, upies del ser humnano (inclida la wformua de vides ‘otal no deja de ser vilida si se Invirien los tcrminos des misma el eompotamienia tal fumano Geis al moral) se rlija en el lensuajey en los wos lings Cos De at gue ingle yctmortamiete deban sna Zatse conjuntamente, que deba teconocerse cl papel far armen de la payinatica, a vforma de vid tea cs efeeuivamente una forma universal, pero en tanto pote. ‘ialidad que se hace acto en el seno de una moral conereta El no aprende la distincion ent sbuenos y shales Gon ejemplos, a través de tos usos de sbuense 9 eealon Belminmo modo que aprends gut es ten oun bck cletay para qué sirven,aprende que hay que separtin que hay que dar los caramelosy los juguetes que uno tens, 8 deit, que lo contrario del repair el egotsmon* sala, debe evitarse. «Repair, edare ena asl en sa vocabulasio con un signifeado valorative positive, sp aifeado que al nito fe viene Impucsto por fr aforma de vivir y ce entender la vida de la comunidad a ae pete nove. Las novmas, las costimbres que regulan ot gl ado no son propiamentelinghisticns se embargo, aco 2, A, MucTuIVRE, A Short History of Ethics, Londres, Rout ledge’ & Kegan Pas, 1940 cape ck 7 Mictenzs ed a eoncepeldn anatiticn de te fitsotia, 16s nocimiento, el saber de las mismas es fundamental para Ja competencia lingiistica del nino, hasta el punto de que usar ciertos conceptos desprovistos de las connotaciones valorativas que la sociedad les ha dado (connotaciones morales, religiosas, politicas, etc.) supone ignotar el sig: nificado de tales conceptos (o adoptar una actitud crit ‘ca, que es otra cuestidn, y no menos importante para la ‘moral) La visién del mundo, las creencias particulares de ccada grupo social constituyen un arsenal de reglas de uso dol lenguaje. El significado de términos eversétiles» como bueno» y «malo» esta casi totalmente dado por esas ‘reencias y opciones, que varian y evolucionan histdrica: mente. Una época considera «buena» la esclavitud; otra, Ja considera reprobable, injusta, «mala», Una sociedad prueba la pena de muerte y otra la condena. ¢Cémo jus- tifcar tal variedad de opiniones, tal divergencia de signi- ficados en un solo concepto? Por la simple razén de que el significado de los términos morales mis corrientes se nnutre de conocimientos sintéticos, no analiticos, Pero de ‘nuevo planteo Ia pregunta hecha mis arriba: evidente mente hay un cierto relativismo en In moral, pero ede Qué tipo es y en qué se distingue de la arbitrariedad ab- soluta? 7. GES POSIBLE LA TRANSVALORACION DE LOS VALORES? Sin duda, tiene que darse una cierta conexién entre esa «forma de vida» éticay las distintas eformas de vidas que le dan contenido, entre la estructura universal y sus diversas realizaciones précticas, Porque, como he dicho ya, los eédigos morales, mas 0 menos expliitos, han de fener algo en comtin, pertenecer a una mista »familia de significados», que permita califcarlos como «morales». ‘Se trata, en definitiva, de conjugar las dos exigencias kan wnas de euniversalidads y «autonomias, sintesis que ene que darnosla el significado de «moral». Lo que bus 169 ‘camos no es nuevo. Kant se propuso elaborar una «meta- Fisica de Tas castambress, na salo por «razones especula tivas..., sino porque las costumbres mismas estén expues tas a toda suerte de corrupciones mientras falte ese hilo conductor y norma suprema de st exacto enjuiciamien- to». Kant buscaba el fundamento @ prior? de la oblige toriedad absoluta comportada por Ia ley moral, para lo cual no hallé otro medio que el anlisis del concepto mismo de logalidad, mostrando que sélo la ley, con sit exigencia de universalidad, podia enearnar el bien moral Ta ley es universal por su mismo carseter de ley; y debe ser auténoma, puesto que expresa om Imperative moral y, en cuanto tal, absoluzo, EI hilo conductor fue para Kant el concepto de «do- bers, concepto puro de la razén. Yo me proponyo algo ‘mas sencillo: aualizar el concepto de «moral» y mostrar su versatilidad; descubrir de qué manera ese concepto es plicable a formas de vida aparcntemente opucstas —ad. ‘mito distintas pragmiticas— conservando al misma tier po su integridad semantica, Ha quedado claro que no existen situnciones morales niiun Ienguaje moral objetivamente hablando; existe, in ‘embargo, la posiblidad de predicar «moral» de cualauicr situacidn 0 acto linglistico, Pero, gcon que eriterio? El Tenguaje precisa de unas restas de usa, Ia elasticidad otor- gada al lenguaje por la pragmatiea nunca puede ser abso- Inta ni arbitvaria, Ia intencién del hablante elo es «co- amicable» si se sujeta a cierias convenciones. ominae y sniquilse af adversari, ‘Nunca podrin ser buenas Ia mentira, ni el egofsmo, ni In injusticia, coma tales. Somos moralmente autonomies, pero na hasia el punto de que fa atonomia put ver tire! sentido de ks moral, Amor, Verdad, Justicia, Liber lad... san los nombres que a lo largo de’la Historia han definido a ly ética. Conceptos que se incluyen y reduoen cl uno al otre porque lo dicen todo y no dicen nada. Son m ‘Ideas, no realidades, que no expresan mis que la insti faccién constante dl hombre ance st mutt ‘uizis ahora se vea més claro que el principio de la tuiversalizabilidad de la moral es un concepto vaco, pues slo es predicable de lor juicios morales anallticos, ncluso los mds aséreimos deiensores de la creatividad moral —los situacionistas~ han tenido que aceptar est Condicion. Dice ast Sartre: «Elegir ser esto © aqello e= firmar ai mismo tempo el valor de lo que lesitos, por. ‘que nunca podemas elegi el mal; lo que slegimio es sem prel bien, y nada puede ser bueno para nosotres, sin se {o para todas» ¥ continia: «Pero en verdad hay ae pre subtarse siempre: gave sucedera si todo el mundo hi Giera lo mismo? ¥ no 30 escapa no de este pensamtents Jmportante sino por una especie de mala fe.r ¥ Kiecke. auard stent que la unica opcion totalmente subjetiva slo puede realizarse tras la suspension de la ica, porae ac {tar moralmente es someterse alas reglas, ro ya" dads or un eédigo, sino impuestas por el coneebtossino de morta Pero si fodo depende de Ia intexpretacién que demos a unos conceptos, habré. que conclutrqus ssi hay moral fod estd permitos, contasiamente alo que potsd Dos. teicwski La condicién de wniversalidad es eh tal caso tuna condiciénintil: no sirve para resolver los coofic fos morales concretos, que surgen precisamente por no Saber como aplicr el principio gencral a a ituacion par ticular. La perplesidad moral viene implicada Por Io gue Waismann llama la opentesture de Ia, mayor parte de nuesiras expresiones: In imposibilidad de predeterminar todas ss aplicaciones posbles, Comprubamos entonces que la universalidad se destruye a sf misma, pues en ml Sitwacisa conereta no tengo por qué suponer que todos deben elegir como yo, que todos deben Inerpsstar I manera To que es 1a Justicia, In bert la pa Yo no 22 CF. J. P, Sutrns, «El eristenlalismo es un humanismos, en M, Hewtoara, y J. B. Suerne, Sobre et lumnavitm, Banos Altes, Sur, 189, pp. IP48, El subeayedo es mio m uns significado e imponerlo como sla» definicién del coneepto. Pero gen qué se basa tal desacuerdo? ¢No seria posible zanjario tras descubrir sus Segtin Stevenson, el desacucrdy moral es basicamente un edesacuerdo de actitudess, no de wereeneias», provoct do por visiones distintas de unos mismos hechos: lo que ppara unos es amor, para otros es traicién; le que unos Taman asesinato, ottos lo Haman juslicia, Tratar de 20 solver semejantes cuestiones tedricamente es querer im poner unos limites artifeiales al lenguaje, Cualguier in tento de definir la moral —o el bien— en general no po- dra ir mas alld de Ia afirmacién tautologica: la justicia, Ia verdad, el altruismo son bienes, y sus contcatios son ‘males, Juicios analiticos que nada dicen sobre la real dad Querer jusilicar esos juicios es querer buscar un Fundamento a los usos lingiisticos, a los presupuestos que esti en la base de nuestro lenguaje, tarea que hemos desechado hace rato. Es posible, sin embargo —y aqui Si digo que puede ser ttl el antlisis del lengunje como propedéutica-—, desentrafar la raiz lingiistica del desa euerdo moral, mostrar que todo deriva de un wuso» dis Ainto de los términos. ‘Mas, una vez desvelada la raiz del desacuerdo, gacaba, ya la misién del filésofo? ¢Hay que aceptar la tesis emo tivista de que sobre el fuindamento de la actitud moral 58. La naturalezatautoléica de ls pepcipios éicos ha. sido recotcida tambign por Seats, qulen [a hace depender de Ts idee de que son priaciplos consttuivos: cresn formas de com tives. base la intuicidn 0, desechando ya toda pretension de «ul timidad» absoluta, ha hecho deseansar los juicios mors: les en la justficacidn emotiva personal o en lo que Tou! ‘nin lama ebuenas razoneso: Tas razones mejores que cada luno tiene a su aleanco." En Ia actualidad, la filosofia moral parece haber Moy dlo al pleno convencimiento de que es instil «insist eh Ia ultimidad».* Sin embargo, sigue siendo consciente de 3M. Abraham Eos, Science and de Stmcture of Behies, The University of Chicago’ Press, 1887p. oT, seta ton sharps Jas uisinas formas de Jsilicaign Sten que agui me Hnllo s nombrae 35. CL, A. Bots, £1 méiodo en le teorta ética, Madsid Teens, 1968, ps 1a m4 1 no 6s Neltoprescindic de os spor guide velios ts fas normas de conducta morales, Puce sen algo dis tinguen eats de Hos inperdivos sit Tusrea moral cs tl hecho de que fs simples imperativos pueden apoyarse Solo en el srgumento de aatridad, en tant los imperate tes morals han de procurar impose por oltos medios thas racionaeen Um certo ipo de eracionalidady ons ble de In peropectiva moral = El problema de la justificacion moral surge bisicamen teat eis de hs a a pes de fener que apicar un peinipio moral wniversal (smn amenteimplisitoen'cl concepto.de morals no se dab ‘atar, hay que ser justo, hay que ser since, ele) ana Huackin Concrete, Penscmos, por ejemplo, en cl peccep to ano av debe matars, €Oue ions son mralmente vc Iidas para decidir, de acuerdo con el «no mataris, que debe abolirse la pena de muerte? No son vilidasrazones ‘et tipo: ain pena de muerte debe ser abolida poraue vs Contra cl derecho inalienable do Ia persona humana Ia ‘ides, No son vias, porque no dicen nada: son anal tas, cqulvalon a smaiar np es fio porgue noe Helo maiars. Lo que hay que justiea es la inerpretation Concreta del" smatars a favor de tal julio, puss Mo falters quien argumentyen conta dl mismo, que la pena de mcte de hecho evita el riesgo de que se produrcan ire macs uma Instn » Dut, a table y Juss, El razonncnlento moral bade sor ms peice? weonsidero preferible, ded wn punto de vsia Morale i ete de um conenado, que ctor Simple riesgo de otras muerte hipotctien, pcs al con denado se fe brinda entonccs Ia posbiidad de refrmar- gro ols vidas huinanasy, cc, te Hl osonaniento Tot va efando arguneniss ae tata de impo ner su valiex moral. Digo stratan de imponct+ poraws Nespas gin ip dele oa tipo de ebjetividad qu permita decir que un argemento 8 racionalmente major que oo, Carecemos de media, para determina cul es la tcjor raz, cull «polar 175 cia mis saconal eu es desiiiva, Ix mj «mo Fal Aunaue en rcalidad Seto como sens lone tad objctiva cra ponbley prstendemasquc nue ducia moral sea retunocida como ta Hay wis dfersen notable entre el shago esto porque me apetaces chee Sto porque dabo lncrlon: cl sisbo lation eg ae huge af mismo para autoconvencerse de qus gue hace logue se dabo cet, Bl uicio moral n'est foci aed sspectador imparcial que desde fucra cbschva Sale Ja sine: es el jut ds individu que al meerpeses una norma general buseasazone que mustnon dg ok aplicacion 0 interpretacin concrta de In nostig eens tage ln deaneion misina de smoralidadee= Be lente, retain del recent, y noel precept min, gue Fequlere justicacion, i prope general es une Yendod oral eidente ano matarsy sn hurtarancoeo eee tarisfalso testimoalom, donde el objeto de la probe ‘Scion se pesenta ya carpio de fcren pribiai cits, El confcto moral proplamente dicho se da custo el sujeto se sente perpejo porque el presepio no seen Bien em In situcidn on que el se excusntrs, Oe sents ntones cbigado a uta el prscepio den mode is Unto usual incluso puede entre edcbers mata de cathy a en det eProteridorRacional, subside tate. 1a delat cbueas razoness de Toulmin (ch Bl sacs daa ta due, Madr, Revista de Ocedente. I86) Is shone Jaen Mugusra’en «Es! y "Debe"» En tomo a In tpi este ase patiraltas (Feorte’y soeedad Homenaje a bof deans Barcelona, Aric, 910) pp, 14-73), pero se apca de cla en Pages, stor ractondidad (aRevisa dt Oesidcaten, mins 138 seo ‘re 97, op, 180225), Elecenmenty coco wu toy tea ai ses metodolgico. de encom’ na este ebjuaed el tbc moral es un engao. EI sujet ioral ha de aries $y Juls con Yodan carga de prenupucston qu st stones Gonileva,y eso noes transterible ni to juan deals han ‘Tod To is, puede legar a hacer compress, 36bis. Nunes comprenders ques fo que i consideras un argumenio. «Una razgn do credbilidads ana can gree aca toil protagonista de Pempo de destraccdny de Ls Missle Se tos (Barcelona Boral 91S p10), 176 rechazarlo y oponerse a él, Es decir, puede Hegar a un Prnto en qe su moral le abligue a ser inmoral. alga Parsdoja, Punto en el que ae pone de manifests la open. Fexiure del eancepto da moral Ia inposiilided de hablar di su esencia. Punto tambien en el que la exigenia de universalidad de los princpies eicos se mest como tina pretensién desesperada, 2céino puedo pretender que se dé una situacion fan idenica ala mia, que tenga au product el mismo resultado, que dé lugar —de acuerdo fon la logiea de sober» o de smoral portamento? De nada vale hablar aqui de situaciones sre. Terantemente similaress: el hecho de que pucdan darse 5 una quimera, y, por Io tanto, la Iogen de =deboes no eso finn aed Geto mina on sae ceptos menos complajos, mis descrptivos, Cintas ye es amte a stuacion eonfusa'© ante un fendrmeno diff cllmenteidentfeable se observan reaclones contrapues. ins, sin que en elles tenga nada que ver a logica de las palabras'o de los conceptos! Ante la perplejidad moral, 1a tinica norma que cuenta es exo que podriamos Hamat sla formacién moral del indviduos, que iste mucho de Ser la simple asimilacion de un codigo: Sco sujeto ave sincera y libremente toma una decision morales tapas de hallar wbuenas razones» que la justifguen, Es ctpaz 9 debe hallarias poraue sin ella xn comportamiente fae damentalmente confietivo como es el moral seri incor cebible: Nadie puede pretender que sus acitudes mas fe timas y fibres sean universaizales- Se puede apirar, coo si, aque se hagan scomprensiblesy, Pero communica rel “puto de vista moral» supone descubrir las razones que Ie fundamentan,supone poner de manfiesto esa ngrame ica profunday ue subyace @ Tos istintos usos de lem sale, tty cea etn ohh ers aa eg ae metered aae ga aS nt SELENE pentane imanceracee ae iSelect stabs rae Rene @ Leone aoe Se aTTS 7 ‘Ms que en argumentos deductives (de situaciones de hecho a deberes morales, salvado ya el prejuicia de Hume), el razonamiento moral se apoya y consiste en las acepeiones especiales que adquieren los Conceptos mis ‘picamente morales: que se entiende por «justicias, qué se entiende por shonestidads, cuando en defensa de ellas tuno se slente obligado hacia ciertas formas de conducta, El moralista,o el lilésofo moral, ha de tener como mision cl deseubrimiento de las erazones» en las que se funda Ja moral, porque de tal descubrimiento depende la com- prensida'de sus juicios. Tanto si se trata de prescribir luna moral como si se trata de analizala, la racionalidad ‘que haya en ella es Ia trama que pone dle maniliesto st intencion dltima y hace posible su comprensisn, Ese individualismo dltimo que caracteriza al compor- ftamiento moral no ha de llevar, empero, a la conclusién de que el discurso moral y sus justificaciones son un re- acto privado que sélo el sujeto agente es capaz de ex tender. En tal caso, el lenguaje de la moral se convertvia en uno de esos Ienguajes privados que prolieraron en Ia epoca del Girculo de Viena. Ciertamente, Ia experiencia ‘moral es una experiencia privada (como toda experiencia personal), pero es ella a que hace posible Ia comprension ddl fendmeno moral en general, Oeurre lo mismo con las sensaciones, intenciones y sentimientos, El hombre que Jamis haya sentido dolor no podra comprender el len {Buaje del dolor. Igualmente, ef hombre que jamas ha ac- faado en tanto agente moral, no podra entender el lengs je de la moral, Peter Winch ha expresado perfectamente el dificil conflicto entre la universalizabilidad y la partici laidad del juicio moral: «Asi, solo el hombre en tance gente moral, capaz de tomar deeisiones morales por st ‘mismo, es capaz de hacer y entender juieios morales des- de et punto de vista de un espectador, sobre Ins acciones de los demas, En este sentido, los juicios morales. son andlogos a los enunciados que expresan tna intencién 0 luna sensacién de dolor. La gramdtica de mis atribuciones dd intenciones o de dolor a los demas es muy distinta de In gramatica de mis propias expresiones de dolor o de 178 Intenciones; pero he de entender Ja gramiitica de tales expresiones formuladas en primera persona para poder entenderlas cuando se atribuyen a una tercera per Ahora bien, por completo que sea el razonamiento, cabra siempre una pregunta ulterior: gy por qué hay que uerer el bien? ¢Por qué hay que buscar un mundo me- Jor? Fsa es Ia pregunta ttima que jamas tendra respues fa. Detenerse en ella es perder el iiempo, ealiivar la es peculzciéa por Ja especulacién. misma,” sin esperanza, ds sacar ningin fruto, Querer el bien, querer le mejor, eit general, es constitutive de nuestra «forma de vidas? si no, el Bien no serfa el «bien», ni lo «mejor» se lamaria asi, Los significados carecen ‘de una razén siltima: son presupuestos del lenguaje comin, de nuestro pensamien to y de la conducta que se sigue de ambos. Entendida en este sentido de ultimidad, la metagtica es una pretension indi y absurda, Tal es la tesis desarrollada por Witt: genstein en una «Conferencia sobre étieas, dada en Camm bridge, en 1930, que considero interesante comentar bre- vemente, Distingue Wittgenstein entre un uso relative de los tgrminos valorativos (seste hombre es un buen me dco»; esta es la earretera que debes coper), que ea valdia al imperative hipotético kantiano («si quictes © X, debes coper esa carreteran; esi quieres ser un buen édico, debes...), y un uso absoluto (debes portarte Dien»), que equivaldria al imperativo cateyorico, El sen- tido absoluto es el propiamente étice, y no viene impli ‘Gudy por, ni es reducible a, ninguna slaacidn de hecho, puesto que eno hay proposiciones que, en un sentido al soluto, sean sublimes, importantes 0 triviaess, EL senti Miewta amoral de culpabildad, por ejemplo, no es re ible a la deseripeidn de unos hechos: k tenta realizar esa reduceién, ha de reeu legorico: Dios desaprucha nuestra eonducta, por est nos ‘Senimos culpables;" pero si prescindimos de la aleyaria, 38, Poter Winext, Ethics and Action, Londres, Routledge, 197, pis 179 Alsaparecen también los hechos que se esconden tras ella Con la terminologia del Tractatus, In etiea se emues- tas en el leoguaje, pero no se sdice» en él. Lo que n0 sigfinica de-nlagin ‘modo —como quisisron entender los neopositivstas— que Wittgenstein rechace la gtiea como lengunje absurdo. Es, iertamente, un lenguaje absurdo, pero en ello radica su esencia: «Alora veo dice al final Ge Ia Lecture on Ethics que estas expresiones sin sen {ido no lo eran porque no hubieran encontrado aun st forma de expresion correcta, sino que su sinsentdo era su verdadera esencia Porque lo que se intentaba con ellas fra ir mds ald del mundo, es decir, ms alé dl lenguaje significative, Lo que yo bescaba,ycieo que lo que busean todos los hombres que intentan etcribir o hablar de Etica © Religion, era ir mis alld de los limites del lenguaje Este querer salir de muestra prision es absolitamente inal La ética, en la medida en que nace del deseo de decir algo sobre el fn ultimo de la vida, el bien absolut, to absolutamente valioso, no puede ser ciencl, Lo que diga no afade nada a nuestro concciimento, Pero da fe de un iendecl del estendniento humano_que debe respetar profundamente y que Jamas me atrwerla a1 dlcalzare™ ae ‘ En el apasionante libro La Viena de Wittgenstein ob- serva Stephen Toulein que la posiciin ética de Witigens tein, en st segunda epoca, no queda nada clara, La intro dlaccién de los «juegos de lenguajer y de una sforma de ‘da como criterios seminticos parece querer botrar toda Aistincidn entre niveles lingusticos —valorativo y es Criptivo—, en el sentido de que a ninguno de ellos se le adjudica Ia fincion primordia del lenguaie- En efecto, ol Jenguaje, en tanto que factor esencial del comportamieno, debe poder relat todos los aspectos relevant de nus tro modo de vivie y-de actuar, entre los cuales so cuenta sin duda el aspect —como Jos lama Austin—, que no respetan las reelas, convenciones y presupuestos del lenguaje corriente:” En: {te tales usos anormales se encuentran los lenzuajes lite: rario, metaférico, humoristico, publicitario et., cada uno de Tos cuales se constituye en un «juego 0 wforma de vidas peculiar, no plenamente integrado en Ia «forma, e vida» lingiifstica universal acotada en In seceidn an: Partimos, pues, del supuesto de Ia naturaleza sano imal» del discurso 0 lenguaje religioso. Sus normas 0 ct 1, Aunque a fo Inrgo de todo cl capitulo hablo del slenguae ruliionon en general, et obvio que me estoy refrienda muy con Eratamente al lenguaje del eittnismo ocldent}, ico smite follow del que pucdo curr con cesta sogursiad bien ma Fatal implieacon Gn el debe tencrse en cuena sla hora aga Srilicamente mis conelsiones, 2 Haw 79 Do Thies With Words, 10 say woe soe sins ncn bs, a eh por hemp, Walt Whitman fini seHfamente al gia dete ber 2 omperuer Miele Como veremos la-snormalidad del lengua Teigosy ee “ie ascamente om ef hecho de_que ls scr Hoescionion qe Dpucdon doscubrise Gn Gl no de corvesponion exactamente con fos tos que feallzrfan las mismas expresionss en el Tongue 187 terios de significacién no son las que gobietnan ef uso ‘comin del lenguaje. Se trata, no obstante, de tn lenguale cuyo universo de dliscurso es claro y delimitado, en ls ave dida en que podemos definislo como «el lenguaje aoe habla de Dios». Trataremos de descubrir primero las tie canstancias que concurren en ly qu mutta wu seme malidad », ce 1. Ademas de contar con wna sere de vocablos ex clusives (Dios es el nombre de una Realidad oa exper mentable en el sentido mis extonso de la palsbra) ‘modo en gut el Ienguaje en cussion usa tales sponte 20 €5 el sormals: «Dios habla, pero no como le hace mos nosotros; los justos van al'celow peta'ni los noe tose To son en el sentido vulgar del iérmina nt ea cielos ex como ir a cualquier otra partes en el infer hay fuego», pero noes el fucgo que todos conovemnen, ssalvatsee, on sentido eristiano, noes salvass de nineat peligro especial, sino aalvarse tn general y no halons ya de fendmenos como el de ta Restireccion 9 ln Eecor nacign, completamente tnsdlitos en la experiene'a hue 1a} Todo esto, que en tempos del ncopesttivisina legs aJa conhstn de que ef ena religoao era como a Poesia o trataba de expresar lo inexpresable, pars Is Rls Foti analicn mas actual signer que eneeae Es tell no conc con Duskcim en qu e sino de slo sagradoe del que se ocupa te religion, van fins de objets s Teele eoeblntte Girne de or blo red ca va coiianan Ao deine Durkee Io Poe eae tema tnicado de"ceencse 9" pricteas reneat © iat taney ‘uadas, os dct Tas eons apmradss 7 prohiday, creeeag ‘Pracicas nie uch em wna sult comunidad reel iene aie Hl Yodoe Gantos se adherens ease (Cade por Le Me Inuroduclon ee antrpotogi seca Mat Afenay Caine 197 ng. 26) Sobre ctr de In espiad el eee oe ‘alo oveero no hablar do salopay por las conten antetre may delay solo 3 mot de simpler tse ‘nn low aucuos dee Caos "Me weedeat ® Pease EL Mss y A Mcreassen E.Sun cs Ran Ea lags the Proiem of Religious Rnowicise Bloomington y Londres, Indiana University Press, 1968. ie 188, sivso debe medirse con unos criterias propios. En tanto ‘no privados, debe someterse a unas reglas del juego: y fen tanto «no comins, esas reglas han de diferit de las {gue gobiernan el jucgo del lenguaje corriente 2. El lenguaje seligioso tiene unos presuipuestos pro- plos, un sistema de creencias distinto del que subyace Al Ienguaje comin o al de In ciencia. La fe no es eviden- Gia (San Pablo habla de lla ome In evidencay deo {que no so ve) y el lenguaje sobre Dios parte de la fe: Ie fen Ia trascendencia, fe en una coberencia y un sentido atmos” As e habla dela naturlezaeeonvcelonaly del Tenguiaje religioso, cuyas proposiciones se resisten a toda, prueba o verificacién, en el sentido cientifico del tér ahaa ee eerie aaa as sheesi gen Son amrcttis deta De ho ser ast, no extstnia entero minguno para medie a signify 189 2. EL APRENDIZATE ¥ BL USO Pacsto que tatamos de averiguar qué elementos con curren en el lengusje religioso 9 le dan una sentice tina pragndicapropias, empocemos, come rocolicads Wiigenstein, por ver dino se prende exe «juego, pues ello nos daré fa clave de st puesta en practice EI nino, en principfo, no cistingue entre Ta realidad reliiosay ia que-no Io es; para fa existencia Ue Dis dk los Reyes Magos 0 de sus padres son hei inet mente eertos, Poco a poco iti ddando de Is exstents dos Reyes Magos, primero, de la de Dios, despues 2 Inlus tl vez, de fade sus padres © deaf moor Es cualguer caso ha de legar sla conviceson de auc Io ve Tigo pertenece a un nivel distinto de lo empies de ue Jos lenguajes de uno y otro dmbito careren ie wa sigaiiad comin, La ecsis de fe” que. culmina ‘et teismo es In expresion de un desengaito: Io que se apres 4s come real ha resaltado tener una stealidads dane ue el sentido comin se ve obliga a rechavan, Elon yente,porelconirario, es enpax de inaginar us jucss ferente al que jueya cn Ia vida colina, no cucseatea Inconveniente en dar otro valor a las palabras, a ve con tradicidn en el empleo de dos logis diversas, cs Soto asi quedan satisfechos unos impulses y neccstiaes ince siables por otros medio. Lo que de nite ao ic incees ho Tue silo un puftado de creencias fiilmente susicr bles, sino unas nguiewdes, esperanaas 0 temosen see Hegin a ser tan reales como las ganas de comer, Site ct ereyente capa —o, cuando menos, septa, porgus le se sulla ms satisfacioria~ la. sgramation prolunday al Seta els: arc no Gent, cab, sa existe una gramatica la del enguaje covtonte, sega Ie ual hay que rechaza como hueras de sentido fas formes las que no la respetan. Prucba de ello co que ls cations amis radicales de la religion parten dsl principio defo Invealidad de Dios, de la imposbilidad de denostse sa existencla; y desde tal hipdtsistratan de descubtir lay causas de’ sa ilusdn que es la religiosidad, cunaue Ie 190 read de ops os a1go qe ln eign yada por pecs dcmotr et domesttectn ne eabe eno Elston ae Zr thamo de iméganes, vvenis,copornzas, act tudes, que In educacion religisa, a través del Tengu du snr omy en popmitafe wren to seios del exltovcntean on To da Infant om la iin aco exes dnd, ns ccs Weise 9s soa Ama bs hates nn de nese leone den fe Sel yl spe ap endo mss Pr tes cern pn div xine errr een ey ernie aetenee fran compostamtento ate ado [hoje cin, romans, eda tment tre In fe un copra a foe ome ont mei em on ‘ilnene lesan, fa yoo it itmesones tniprincpio fe ieron forma, Dectamos que todo futgo ee oe ee rere anne ry ae tule sctonen etn sigticar mao, BT de ete cn doy ls uses letter tins sco cya apa ef s est ‘es reso par Snr mows de hve eee ree ere ee ee iets tae ge ns a ee eres caer 19 3. EL LENGUAJE DE LA FE Le que hasta ahora he vend Haman ensue re lgioson precisa une slaacin importants Hes de tngui etre lengua ighose engaie see heke Ton ereventes, yl eosin teolgica taeda a ocuparnealiora del primero, af quclamno ena, expreson de Ferré slengugle dea einer oe gleoomenolgtalingisen® de len el staan Austin emplea ia expesion; eno es se tate ae sec Sidera silos plabras(o ov “sgnifeados™, tasty Aue fern), sino tambien as ealidees pe rsa empleamos las palabras: obsoramos ung spuds ents cas libres area mae pln émenos, pro no convertimos las pale oe gis ultimo de los mismos»? = En general a atviad lingistig del hombre rl sloso ot cuanto tal se condena enn sol ator an Convent averguar, de entada on que cstsciones Fea, puesto que cespcifenr esp de umn Naas eq vale a descr as stuaciones a as que we apis, e tuna palabra el énass no se cet sobre masses Rae tos verbaes ens sin sobre la situactones's le nea ce tolgne! El catecigmo defini fa eorciéns como ela elvackn del alma Dios Renae, puss, ua setided eee ue en principio no exgelgareo stusconse entnny Para se ralzada, Busts sin embargo un esa ee Sido en et aue encintean formulas Ise anne oe 6. Ferré distingue entre el senguaje de in fo» (Religious Laveuas of ting Pats Sonia seman 36 lo la scémlcas (ck F Fens, Lange” Lope and Gos Lae, Eye & Spedisnende, 18, pasin 7, ‘salegato en pro de las extinase, en V. C, CHaRest, Bt lenguaje contin’. fF ACY. Aven El Concepto de persona, Barcelona, Selx Baral, 1966, yp. 3638, Austin Hama al metodo te magia i eases nese et gue puede waar un trming sdemostir su semen (OK Lists, the Meaning of 8 Words cn Phlophica Be posi 192 noras que tone el hombre de relacionase o hablar con Dios. fa mayor porte de ellas se dan tambign et las re Incionesinterhumanss, pero con un signicad stn. [a spi, la reconelacn, el agradcimieo, la prome: Si, todos eos acto, ciigldos a Dos, denen un sigaicado dlverso de cuando se dirigen los hombres, En nuestra Vida cotidiana, ef saludae, el dar lav gracias el pel Derdon,sucten’ser simples frmlas de Convvenciy mis Srmenos sinceras, seg lo ena la situacion en que apa reten, Pero el lengiaje dirgido a Dios no admite doble coin content tion, It comencioneseentan adguieren gran importancia Tos sentimicnios Intenclones, De entre los requsitosindieados por Austin para a (otal realvaion del acto lingiistic, los do alt ‘os, no requeridos en la mayoria de acioy del lenguaje Corriente, son, en el contexto que acompaia al lenguaje Teigiowo,Ineludibes, Beas condiciones son que el acto linguistic vaya acompatado de a) los sentimientos ein. teneionesadecuadoe, 8) um comportamiento onsecten: te (cf. supra IL3 y 6). {te pellndad del inteloeotor dl discus sliioso —Ser Omnisciente~ da al lengua un carder que de crane tee. Game be dco 3 as conventions uentan poco, y lo que se valora es Ta ntencién. El acto Hingis cio Dis no saica saa sno sn cero, cosa que en el lenguaje corriente no siempce ha de ovis: ponsemos en la infnidad de expresiones del tipo de uperdins, feiidadess, «te lo surgoe elo senior ete Gos Sets lingisticos que Austin denomsna behabitves), ae en bastante ocaslones no corresponden un sent ‘icoto real sin que elo perjudiqe Ta felt relizaciOn dl ato Hnglsic. Pods decirse que ene lenguaje 1 Hon i tion recobran nga anc amar, pedir, da, prometer a Dios ex hacerlo verdadera shuolutamente, Bee sgoifcado orginal, qu las palabras {en su sso corriente han perdido o han olvidado (como di "in Heidegges),sereeupera en el uso religioso, Alud aaui, Sélo de paso, sla idea de que el lengua veligioso no es “para clereyent, claro ‘un lenguaje tnalic, sino el 193, vee 1,1 Jenguaje auténtico y original que se constituye en fuente dle significacién del lenguaje cotidiano, en lugar de tomat sit sentido de dste, La fe del homo religiosus es el «Credo que hia dado sentido a su vida» (para usar el feliz titulo de una coleecisn de «coniesiones» religiosas); el conjunto dle creencias en que se fundamenta la vida dela fe propor. na una serie de signilicados que cualilican la elorma dle vida» del creyente en su totalidad (coniguran, en con: sreto, su moral). Eso que empezd siento —en Iq nifiea=— luna pareela de conocimientos y ereencias ha de seabar Jmponiéndose como conocimiento fundamental y dltimo. Asi, el «amor», el «perdéns, Ia wsabiduriay de Dios, son para el creyente imperativos a los que deben conlormarse eLamor, el perdén y la sabiduria profanos, Dela delinicién de Dios dependen todas las dems deliniciones («No lla midis padre a nadie sobre la tierra, porque uno solo es vyuestro Padre, el que esta en los cielos» [Mt., 23, 9]). Cier- to ¢s que al decir esto tropezames con la dilicultad com siderada en cl capitulo anterior: delinir a Dios es como dGnir al Sumo Bien, la Perleccidn, Ia Felicidad, concep. tos que nunea se agotan en un contenide conereto y for- ‘mulable: no son realidades, sino metas, ideales por alcan zar, Sin embargo, afirmar que Ia fe da significado a la Vida toda es esiotzarse por encontrar el significado mis exacto, més justo de aquellos conceptos que relicren a Jas experiencias més conflictivas de la vida humana, de. finicién, por supuesto, siempre abierta a la critica y'a la superacién de sf misma. Nunea el amor, la justicia, la re: conciliacidn hallarin su expresion oxacta, st ejemplo ca. bal, puesto que el modelo que eonstituye sweritevia de ver dad es tansempitico, No ereo preciso alii que tal iden Jidad no es negativa, sino creativa, en tanto signiliea la instancia hacia una realizacién cada vee mas perfects, Los ideales no son condenables por el hecho de set ideales, sino porque acostumbran a ser tomados como si fueran vealiades.” 9, Jess Aguiere apunta en sus Sermonss que la trascenden cia de Dios (reficjada en esos coneeptorindsistbies que reheren 8 iMeatidades) no debe Implcar st ausenla, sino que la fe se an 194 4. IA FE COMO PRESUPUESTO Si el lenguaje religioso tiene que dar el sentido del eu auaje en general, no se le puede negar un civto conte nido gnoseol6gico. El hecho de que Ja religion descanse en la fe ha cunducido a la conclusién de que no puede cons tiuuir un sitema de conocimiento parejo al de la cienci Ya Kant confes6 en la Critica de la Razéu Pura que en ‘un momento dado tuvo que eabandonar el saber para de jar paso a la fe». Tal separaciéa radical entre ciencia y metafisica, que Kant propugns y que lego a su punto ‘maximo a principios de siglo, a atribuido a la metalisica tuna funcién puramente eemotivas, «roguladorae de Ia ex- periencia, «pricticas, El extremo optesto, reivindicado hoy tanto por la filosofia font eourt como por la ilosolia de Ia ciencia, que siempre tiene mejores eredenciales, oor ga a la clencia un caricter somimetalisico, al defend ‘Que tanto ella como el sentido comin suponen unas wereencins» indemostrables dentro del sistema mismo." Ambos extremos exageran, Pues si es cierto que ningiin sistema de conocimiento es titimamente justifiable, tart bien lo es que los sistemas existentes son entre ellos deli- potable, au a srenciss bisa de a lnc y os de I metafisica no son wervenciass en un sentido wiivoco." ticulaprecisamente en la discontnuidad que impera entre el ham bre'y Bios. Por eso, el evistisnismo mines pucte formulase dete ‘ilvamente, ex por naturssea spropresisian. sfoda Tormulgeion otltivas. debe, por tanto, llevar comsgo, em st mesila ‘nor, el/gorman de su desformulizaci, Por exo tne parvee el Erstunismo ms cereano alos Infneiones progresvas uc kas Felardatarias. porque acl sostteion de toda reslizacion ‘7 termi por la que ests pondienter Jeuse Aevtuut, Sero: nso Espana, Madi, Ciodetnos pata el dilogo, 191, >. 16, 1," CL como ejemplo de tal netitnd, Paul K. Peano, Core tra'ei mifodo, Bequema de una tcoria snarguisia del conochnien: fay Bareclons, Ave, 197, Tie "Taat tstems th conocimiento tiene como presupaesto un guna enn ‘ar hay cio ip rst de a clencia no lo so exactamente, pues SE apeyan en fa eviden fla, y sevidencia» supone dar por'villda In experiencia, a. ob- Setvaidn, Ta memoria, ete. Est es la =pramtica profuadas de 195 Como he dicho mas arriba, el Lenguaje religioso se caracteriza porque sus presupuestos consiituyen un ssi tema de fe, no de evidenela, Pero no veo inconveniente en que esa fe sea el sustento de un saber y unos conocimicn tos, yno el simple alimento de la vida sentimental o emo tiva del individuo, Ambos aspectos —fe y conocimiento— son frreductibles pero coneiliables, Digamos, pues, que todo act lingistco religioso es al misma tempo, a) ina profesin de fe 4) fa expresin de un saber sobre la rea Tidad, una vision del mundo, Vamos el primer panto, Quien se diige a Dios, sea cual sea el contenido de st oracion, est haciendo un ‘acto de fes. Tiendo a pensar que esa es la funcion pri ‘aria del lenguajereligtosoy sin duda es el principal de terminante de su sigolfcado, Una ves se acepia ef juego de la fe, una ver se acepla la existencia de una realidad totalmente extrata ala realidad emplrica, el lenguaje de Ja fe se hace comprensibley cobra sentico: Quins esta Fan. clém se vea mejor si analizamos el uso, la fuerzav del Credo para el creyente: el sereo en no tiene el mismo significado en el lenguaje corriente y en el simbolo de in fe Greer» aparece en el lenguaje bajo dos formas con signin distinto- screer quer y wcreer ene. Aungu ambas referen alo que suelellamayse tn cestado mental, el eereer en» algo 0 alguien significa «confianzas, «ide: lidads, en tanto «creer que> algo es de una forma de- termivada equivale a pensar o a espresar In opinion de aque eso es realmente asi, como se dice. Cuando se ana lia la funcion del creo» en la profestin de Fe religiosa, so observa una tendeneia predominante a anteponer el ‘creer env (del «Creo en Dios Padres, por elemplo) al ‘erecr que», a considerar que la «fuciza llocucionattas del Credo constituye un acto de sumision, de esperanza, “evidencas,epramitiens que no respeta san Pablo al lamar vor Beer Sate cla i'r de aac os y C4, Decisse, Are Blips ive and Nea Insts ea RE. Suvron ed, Religious Language and the Prob I of Religias Krowedge, pp. 28605. 196 de compromiso. Cabo decir, en términos austinianes: el Stolizavo seteos tiende a ser antepucsto al constataivo ‘ereor, As, Dallas M. High, que ha dedieado una buena parte de su obra Language, Persons, and Belief" al ané isis del lenguaje de la fe —y concretamente del Credo—, ota que hay una diferencia fundamental entre las expre Tomes scree enry terco quer: agua tiene como objeto 2 ersona, pouildades, cota, 9 a veces proposiciones tt braciones (eereo en logue dics, wereo etn, eezeo Geel amore), mientras el wereo que” dene siempre como bjete una oration o afrmacion («creo que no hay nadie Sn casanysorco que nevaré), sin hecho. Pero as impor fate que esa diferencia sigue High es que el scteer She supone un eacto de autoemolviienton, ex tanto et “eer gus es un eacto de afrmacin tentativan Una ex prestda‘con oreo ens no puede tradacise @ otra con Poyeo qucy sin cambiar de significado, Enire el xcreer en sleuieny cl scver ene Dios ve High na avalogta, puesto ‘uc clotce sens quien creo es siempre olto yo, ¥ Dios es SPYo por antonomasia (Yo soy el que Soy. Lo que ca facteren al syom, humana 0 divin, es @le no se agota En ninguno de sus actos, sino slbyace a todos ellos. reo tn Dioss no se reduce, puss, a creer que Dios es nustzo Padre, al Creador dal mun, ete, sino que es tambien oumié la existencia divina en 0 totlidad,comprometer- Secon ella, del misino Modo que wcrecr ene alguien es auheiese esa perso, confar en ell “Guanto Tligh afnmna es cierto, peo se Te escapa un vain mortate,+Crer en algicn supone ear cleo Ge que eve alguien ext Es una suposicion de sentido comin, ton evidente y elemental que no se hace proble- Sn l'enatenein del mundo de los dems hombres son Droupuastos obvios e incuestionables de nuestro Tengu Pero eso Jamas fs formulamos explicitamente, No d=- Gas cen ue even ete co ead de oe ba feccepra en un contesto Alosfico). En el caso dl were aes i esistencla dal objeto dee Te 12, Dallas M, Hot, Langage, Persons and Belief, cap. VI 197 rt eu ei ae Se he dencia de signo distinto a la que nos dan los fendmenos Shoemart Sa cates tee ee oa debers. En tales actos afirmamos estar convencidos de haya ponerlo de manifests pues nl hacemos publics ean Sam aah 8 say, ene come stems Sad Sous ere ete ieee coer a ieee eee cin a ean ado a a Seta teat heen mens onsen 198 . porque sin tal enguafe Ia realidad a Ia que se refiere seria Jnaprchensible, Correctamente afirma Jean Ladriére: «No se trata simplemente de evocar en el lenguaje [de la fe]. Tecurriendo a un uso simbdlico de los términos, una rea Tidad que seria también aprehensible independientemente del lenguaje, en la intuicin o el sentimiento... El enguaje fdesemperia aqui un papel Irremplazable y hace verdade: rramente presente aguello de lo que habla.» 'No se putede afirmar sin mis que la fe se basa en un conocimiento o en puros sentimientos. Dada la peculia: idad del conocimient religioso, éste ha de tener tam: bién un ingrediente sentimental. Pero es preciso afirmar ‘que se trata de tn saber para que el sentir tenga fonda mento, Volviendo a Ladribre, conviene decir que «se po: sivalirmar que en tna proposicién como “creo en Dios” hho hay mas que la expresion de una acrftud de sumision J confianea, Pero una proposiciéa de tal género no tiene Zentido si-el que Ia enuneia no cree efectivamente quc ‘existe un Dios en quien puede confiar y ratificar su vo: funtad»'" El wereo ene del Simbolo de la fe tiene, ademas 13, 1. Laonaine, Lericuation du sens, Paris, Deselée de Brow wr, i, p38 Tambien, en Gerto mado, expres ia mama Hea stem amo ote lure oh sobre fa fox seen yu desericion ars os cevenies, que no teen, oo Pros data de Dios que el aprenido. en ot Grado (ef. 1M Shetimaer che Structure of Religiows Discourse, on. RE Resta op. ele p12), Ove cl lenge de fe sean Tenge Senta oa aprchensbie a part de otras ealdndes no Te Se real in en de gue el sonido. deol tnginje no Ben ac deriv del lenguade comin, sino que ex un sentido raed neue mie bien motes eushca los sighiiendos de ots Tipo de lenge Oe op tp 23 CL. tmbin, en spoyo de 14 zis opin, 1. Ruste; the Possibly ot "Theolgical.Statementsn, en KM Sistont, op. ite pe tr eta distncon entee creer aie ¥ eee een dole wilds, pore no nos sire, porque rect eer encin Toe eres? qe. No ucla erect ancl cs Gomori ee al Pera NT SU deMShacein en atmaciones do a fs atom del ult li i isprain en fa carta en general qs, sie ae eeeiSiacones: Foes et eulto cristiano no puede dese de dicey guivamente apciando los sentminton dl navido, 19 de las connoinciones ususles de tal ipo de exresions, ¢l significado primario'y mas funcamentl de vere ae Dios este, qe non fn Geadon ate Bl abjeo rece enn en su uno cornte es slo sapecto slo persons Sit ue cn stom Flo ne Gl content, creo que nome engatae, logia, «rellexién sistemética» sobre el lenguaje de la fe, determina los usos y establece los criterios de validez de ‘su lenguaje objeto. En ese sentido, constituye su «gram ticas, hace explicitos los presupuestos que comparte la comunidad de creyentes," formula aquellas creencias y convicciones que ordenan la multiplicidad de lo real, de fine y fija el significado de los conceptos de acuerdo con tuna lgica y una inteligibilidad singular. Tales creencias bsicas, tematizadas por Ia ceologia, no son demostrables dentro del sistema: In gramitiea del lenguaje se acepta sin mis, es trascendental en la medida en que hace po sible el significado en general, [La teologia tiene como punto de partida una exigen- cia, una ambicicn de la raza —como decia Kant—: In de encontrar la explicacién tltima, la coherencia total de la realidad. Tal exigencia, puesto que condiciona toda una forma de entender el mundo, no puede ser puramen- te teérica: ha de ser una necesidad sentida y experi- mentada profundamente para que valga la pena mar tenerla. Pero sélo cl lenguaje puede darle cuerpo, sélo a través del lenguaje somos conscientes de ella. Ast el [Baie teoldgico se cierra sobre st mismo, Presupone Is fe fen To absolute y lo trascendente, pero la posibilidad de tesa fe depende de su capacidad para saber expresarla, dde su capacidad para sensibilizar al hombre con el plan. 30, Langdon Gusev, Naming the Whirlwind: The Renewal of Goitiangiage, Indianapolis y “Nueva. York, The. BobbsMerril (Company, 190, p. 421 BY ast estiblese su método de verieacion: explicar ta werfceisn se una sentencla es una conribucin a su gramatica», dice Wssian (eVerinabiiys en G. Hl Re PaRRiNso ey The Theory of Meaning, Oslord Universi Bess, 1910; p. 36). 216 teamiento de unas preguntas y la posibilidad de unas res- pusstas. El simbolo religioso —dice Gilkey— «debe co Souniearnes una sseralidad iltima que fundamente nus ira vida, la reseate y la diija, Ese es su significado, o dn co que puede tener; y experimentar tal significado es ex pperimentar la validez del slmbolo misimo»2" Y, aftadiria Jo, del modo de presentar el simbolo depende la expe- Hmentabilidad de lo sagrado. El lenguaje crea experien- ias y sensnciones, Quizd resulle un tanto caricaturesco, pero en cierto modo so puede afirmar que nadie habia Sentido sangustia existencials antes de que el existencia: Iismo hablara de ella, y nadie se sentia sallenado» hasta, {que Hegel y Marx dijeron en qué consistia eso. Lo cual Io significa que esas experiencias sean falsas, ni tampoco fgue sean verdaderns, sino que el grado de aceptacidn que Encuentian, ef consentimiento que suscitan, son muestra ‘desu validez, de su eadecuseién» a una realidad que por Serecer de nombre permanece ignorada, El acievto de Ia fcologia dependeré, pues, de que sepa o no designer, de ‘que sepa ono expresar ciertos fenémenos hoy especial- frente relevantes ¥ significativos. Mas aun, de su eapaci- Jad de sensibilizar al mundo hacia ciertos aspectos de 1a realidad, La teologin ha de hilvanar la serie de creencias| ‘que conatituye la fe en Dios de tal forma que no resulte Superfiua, sino que salga al encuentro de exigencias que no tienen eco en otros lenguajes 0 que encuentran en ellos tun eco demasiado ak Sin «secularizarsee, sin renunciar a su lenguaje, 1a te Jogia debe buscar en io secular las dimensiones que su rminen y confirmen la respuesta cristiana, que nunca serd efnitiva ni totalmente farmulada. Lievando en una mano fos Eoneeptos derivados de su fe, el tedlogo ha de encon trar Ia aplicncion que los everifiques, ha de encontrar st mejor uso, No hay ningin aspecto importante de Ia rea: Tidad que no sea suscentible de interpretacion relisiosa: pero sucumbir, eeder ante lag interpretactones va hechas. Flanifica revonocerlas més valiosas v abandonar In propia 32. Op. city pH 217 save, Tile bas st pensamfont tole en to fs lama smd de cvrelcton, sgt al aa I ie Iota sitemdtiea seein un ands ei tuaton he mma ‘del gue sorgon las cuctiones einen te roca hago qu fs sinelosilradon on dl etese Cristian som Is reqpuestay tly cocadoncse® hook iar la suncon no er spree fil, poate at se aok sempre com ana cg olsen considerable 9 oe ae ser massages commana las dtinies fuente? es iis, que seal sus divergecis ls sipifecione auc conportan La educsn fenomecolipens aus at Siero stor dla sologin cial ve coma pula de part desu pensamiento no cong super es Interprelacionos vgentss, sino ene 35 ua Hoe de 43 ats tata de encontiar md alt. Bl reese cogroscivg to comico decries dum lads tna Ere He Lenore no son el pote ores de Conocimlnt, sno as In cocapuliacon evel proces Coprosstn hata hte elogs be de er hee rants st once dana comet lars oh ee eee ee ee proino pas calc‘ fotonens el pssaday, re ee fealze otros, Todas las disciplinas tienen, en efecto, st propio lenguaje, su jerga: hay una jerga feligiosa, psico Igiea, fisica, hay una jerga del médico, del carpintero, del ejecutivo, ete, pero eada una de ellos tefiene 2 un univer: 50 de discurso hasta cierto punto definible, tiene una aplicacién prictica conereta, adquiere sentido dentro de tun contexto, mientras que el universo de discurso de Ta filosofia ex el Todo (el Ser y la Nada, parodiaba Sscris- tin), AI igual que otro especialista, el fildsofo tiene dere- cho a hablar esotéricamente —comenta Ryle—, pero oct tre que la especialidad del flésofo no existe: «No hay un 26 campo del saber o apttud especial en el que los filisofos Scan peritos ex officio, salvo 1a propia tarea det filoso- Tar El filésolo puede decirlo todo sobre cualquier cosa. 1a religién desarrolla su Ienguaje en tomo a un objeto central —Dios-—, pero gen torno a qué se desenvuelve el Tenguaje del filésofo? En tomo al Ser? zEn torno a ka Realidad? ¢Cémo puede ser anormal o atipico su Jengus je, si nos habla de algo tan corriente y comin como ex Ia toialidad de lo que hay? Contra parejo razonamicnta cabe el desplante puro y simple: gpor qué no ha de tener el filbsofo derecho a decir Jo que quiera y como quiera sobre lo que hay? 2Oue im poita que tenga 0 no un universo de discurso claro y defi hido? El problema que se debate no reside, sin embargo, fn una evestion de derecho, sino de delimitacién de cam pos. El filésofo podré hablar de lo que quiera, siempre {gue no se arrogue pretensiones de fisieo, de bidlogo, de fntropélogo, de algo que efectivamente no es y sobre lo tual earece de competencia, El hecho de pensar como fi Tésofo la eintencidn filosdfiea», dirs Wittgenstein— es tl nico eriterio que hos permite’ medir y analizar su len fuaje, Durante siglos Ia filosofia se ereyo una ciencia 0 mis: [a ciencia—, conviccién que lleva Tos positivist al textremo de haber de rechazar la filosofia como tal, Duran te siglos la filosofin se ha concebido como desveladora de Ta «Verdad sobre el mundos: de una verdad no como la del wstogo, basada en unas creencias explicitamente fo ‘muladas y itimamente injustificables, sino de una ver dad que no necesita demostracién, porque ha de imponer Se como el conecimiento real y total sobre To que hay Como el conocimiento general y fundante de la realidad, 1, «Bl lenguale comiine, en V. ©. Cares, ed, Et fenguaje comin, p53 2 2, LOS PSEUDOPROBLEMAS El saber total que propugna el filésofo suele resumit- se, bien en verdades de Perogrullo (+Pienso, luego (04), bien en afirmaciones desconcertantes (eel tiempo es irveal», «todo lo real es racional y todo lo racional es reals), aparentemente contradictorias con los supuestos cepistemoldgicos més comunes y elementales, De tal par- ticularidad deducen los analiticos que las inquietudes loséficas son expresién de pseudoproblemas, En el Trac- fatus, Wittgenstein denuncia las tautologias de la Iogica los conceptos formales (sobjeto», «ndimeros, ec.) porque son sinsentidos, no dicen nada, no afaden nigin conoci iilento al que ya de por si da el lenguaje: cualquier des cripelén de los hechos empiricos los presupone. De esa idea no se apea Witigenstein totalmente: los problemas filosoficos nacen, en su opinién, de la pregunta por Ia va lidez de la «gramética profunda» del lenguaje, euyo Ean damenio es «la conducta comiin de la humanidads, que esa su vez la condicién de posibilidad de Ia comunicacisn Tingustica. Proposiciones del tipo de «todo cuerpo es extensor, sno se puede percibir Ia cosa en sio, «mis imégenes son rivadass, eno podemos saber realmente cual es la causa de nuestras sensaciones», son —como hemos visto ya— presupuestos del lenguaje, pseudopropesiciones que, como tales, carecen de uso, porque el uso general del lenguaje se basa en ellas. La preocupacién por el fundamento de la sgramética profundas, que es injustificable, lleva nece sariamente a la formulacién de preguntas aliamente me tafisicas (qué es el espacio? cqué es el niimero? ceusl es el fundamento de la matematica?), con las euales el fils sofo busca la razén tltima del conocimiento y del lengua je. Contemplar el mundo con wintenciones filosdficas» (PRU, 275) es buscarle tres pies al gato, empeiiarse en put Dlicat las incoherencias de un lengtaje que no tiene por ‘que ser ni coherente ni Iogico. «El lenguaje distraza el pensamicntos, ciertamente; pero si el pensamiento no puede aparecer sino disfrazado con algiin lenguaje cqué 228 otra cosa habit de interesarnos? Ast, el juego del Sssofo ave pretende descubrir To que esconde el dlsfraz ha de feducinse aun juego de palabras, aun xdejarseatrapar en ins redes del lenguajes, Para salir de ells, es preciso vol ter al uso corrlente, devolver las palabras a su contexto briginal y darse cuenta de que, as, el problema desapa. fece. El principal defeco de la Gloofia,segun Witigens- tein ves haber olvidado el uso actual de las palabras, Cree Utsofo que su tarea ex penetrar fos fenémenos, mien {ras que nuestra investigaion va dria no alos fendme- tos, sno, por decir asi asus posiblidedes, Traemos in tnemotia los tipos de’ emncindos que hacemos sobre Jos fendmenos, Asi, [san] Agustin nos Tecuerda los distin: tos enuneiados que se hacen sobre la duracion, el pasa dd, el presente o el futuro de los sucesos, (Estos no son, lato ests, enunciados filonaicos sobre el tiempo pasado, presente y faturo)»(PhU, 90) La faneién del eso ha- bri de consistir en investgar, por ejemplo, todas las for tas posibles de usar In palabra «tiempo, pero 10 pre funtarse por el ser de la temporalidad. Esa pregunta que da fuera de cualquier lenguaj posible, slo es formulable fen el metalenguaje de todos Tos lenguajes; es, por con Siguiente, inexpresable, El flésofo confunde dos niveles lingisticos, mo de los cuales ya no es lengoaja. Cuando, por ejemplo, dice el eseeptica’ «No sé st hay queso en tn'mesas,y es obvio que lo hay, no esté usando «séo en el Said cotricnte, pues bastarsa hacerle comer un pedazo equeto tals, como suena, el mstodo de Moore para Tefutarlo— para sacarlo de dudas. La duda del hdsofo no es un acto de duda corrente, y na Te sirve para reso! tetlo la vericacin emptien 0 1a apelacion al sentido co Imin (toma un pedaza de queso y comes), porgue lo que trata de expresat con su perpejidad es que sel saber co- _veiente no es tn saber reals, qule wnunca podemos estar realmente ciertos de nuestins sensaciones» 0 cosa por el estilo? 2. Ck, Joh Wisoou, Pilosophy and Paychoanalisis, Oxford, ‘lacioel, 196), pp. 3680 9 6381 229 3. LA DOBLE VIDA DEL FILOSOFO. EL LENGUATE INACTIVO Sil de Sl6sofo no es un acto de dudn zde qué ato se wala? De ninguno idendifcable. La perpleidad lose fca'nollova a nloguna pare, es una perplsfidad csc, oraue su proguna ests fuer de todo ontento, no ens Zplleaion prtia, La metallica pace ser el frto del inion seca sul dana pose como De Cartes in otra dverién que el pensanento 9 99. pends horroriado de que nuestro saber, mgt en. {taf,tengan tan poco fundamento: ccm hos atrevemos ‘habia ala sincstarsbslutament tos de ue es como nos In iguramos? Pero lo grave no es que se plantce el problema, sino que no ofreealtrnativa’ el problema flosdfco carce de solueidn. Desde Paton se Insist en que las plabres no son psi sino thes qe no expreson sna relacon enaturals conf realidad, no Olnstante, se sigue espoculando sobre In fidlgnd al em Samiento ya lnguaje un mundo extern que pores dee dnote pe fies trac ln Jemismo, Aparecen, como frato ds ext pregunta, los en ceples, propicdadesy relaciones formals, que tralan de “decir lo que al lengua ya de por st rmasstran EA. solo no se pregunta Que dhjtos amo "resi ?>, ata signin el signo£2°Ps accom se manifesta el do. ior, preguntas que podria contesar cualquier hablante can vin elemental dominio del iioms, sino scaué son los ahjtos, ngesat el mero? eee es fa naturleea de las seasationes?, et, te. ogra superar el escep teismo a que tales inguitaes To empujan se lanza ee pecular sabre es ideas formals (objeto mime, sen Sein, pana To cual se ve obliga a eroar un to, si lfeadoestrictamenteflosiieo, Pots sel lenguafe se ad auero con ol iso, hay qus reconocer con Ryle ques Bemox por itp de domininpiten se aire fos Cineplon de baan, cohechosulfaniry vont de vei Toro gmediante qué pectin especial Consign los i sofos su supuesio dominio de fos concepios de copncion, 230 sensacién, cuatidades secundarias v eseucia? Qué ejerei- cios o sittaclones les han ensefindo cémo usar y eémo no ‘usar mal estos términor?s.) “Imaginar un lengunje es imaginar una forma de vids (Phu, 19), Pero no e= nada fell imaginar Ia «forma vidas del flésofo, FI individuo que ve tambalearse los ci Imienios del longuaje no tendra mis remedio que prescin- dir de él, Malpré lui, cl Slésofo zélo «juera» a flosofar, pues de ordinario habla y se comporta como un individuo ualauiera, Sus divagaciones sobre el Absoluto, In Ravn, el Yo, la Nada, no afectan a su uso corriente del lenguaje. ‘Sega Tohn Wisdom, la enfermedad filosdfica es una es ppecie de esquizofrenia, en cl seatido de que subvierte Io testablecido, lo aceptado y lo normal, pero con Ta particu. Taridad de uc el pslogpata lo es inremediablemente, las veinticuatro horas del dia, en tanto para el filsofo st ac- dad es un pasatiempo o qui tina profesién, que no Te impide, sin embargo, desenvolverse }uego como un ser normal EL filésofo, sin embargo, no se considera a s{ mismo tun frivolo (wah esti su error» os la frivola acotacién que se nos oeurre al pinto). Todo lo contrario: busca una for~ ma de expresién més eauténticas, mis «profundas, mis ‘correcta, Llega ineluso a sofar «un lenguaje ideal», rellejo ‘de una forma de vida que tendria Ja transparencia de Ta ‘actividad matemstica, forma de vida que ni siguiera por demos imaginar. El slenguaje ideal» no es ail, no sirwe para nada, porque ha de formarse all margen de toda act ‘dad y comportamiento conereto, La idea de una lene Universal como el «esperanton ivritaba terriblemente a 2 fl emguaie comne, on V. G CHaMIML oD. elle BB raion toca, Ea tole eaicatursca do toe analiticos prse ‘sox cmos Su hsofla sp jors tt practical stent ‘no. Hay ah um recur epee obwtamen, ch escePico Spree Singurmente 2 he refacton Pes tam ay aoe Feonacer, con Ayer gue a Moslla cen principio, sempre ‘Teoria acl conoeimfentus "que sla cola dct conection es Un ejerciio de esceptickmor (Af Avo Te Conral Questions 1 blilesophys Lanes, Welded and Neakon, 19S, D. 231 a nua lengua que no habla sido ana smedutaion Ce rr ee eer een ee tn wtesilo ai decir para qué sive, 0 susie justine Sr coneruclén spec sin aplasia. Ele gisie ss un insinento Pore comnts, pare enter EERE, fore eupesase'y ho importa por gi so de xt forma 0 de lon «Nita cor ee Wignstein= cine ac xp ander er or hethos como protfsnomenoe (Urpiiomene), Eos CS dende daberiino dace ah se fog tego de 5. CER. Camu Intellectual Autobiography, en PA, Scitiue, ed, The Philosophy of Racal Caray, LaSalle Miao, 1985, p26 4. “Oue no es fo mismo observa Ryle— que propugnar Ia st riside al lenguale comin. Ryle no opina que el lgeato deba Fenunclar a su Jerga, pero ve en el hecho de que esa jerga tenes lin uso arblracto Ta causa de Tos problems flossicos; por eso 1 wulta al uso comin representa para él [a dlvolteidn de tales Problomas: Bl planteamicnto de fiyle ex, no obstante,simplista puesto que apoya ls falta de prans dal Lenguaje Slosdfce en st Inmprecntn, eardcter esto que no lene por qui. ser ables al dosarvolo de su actividad, ya que evidentemente la Alostia no ‘es una clenia exact Con otros mira, mucho mas amplas, art Bien el arsismo ection ese mando ideal del fldeofo quo sha he. ho del Tenguaje un reno independiente. Y és es el secreto del nguale Hlosdtc, ene cual los ponsaients, como las palabras, tenon un contenido proplo, El problema de deseender Gel mun: tlo'Ge los pensamentor al miando real ae teansforma en el Bro. Doma de coscender dl longuaje 4 la vida.. Bastaria que’ fos Fotos resoivicran su lenguaje nel lenguajeordinaro, de dur 4 lo han socada por abetraccién, para darse-cacnta de que Tho finean el fengunje del’ mando eal y pata recenocer uni 10s Dpensamientos nt el lengusje forman de por st um reino apart, Tino que son manifestaciones de To vida foals (K. Muay y F- Ewe (ets, Dis dette Fdeolote, Berlin, Diotz Verlag, 1902, roma THt de Tas Werke de Marx ¥ Engels, pp. 432403; citado pot P. Rosst ison, I tinganggio coine tgvoro'€ come mereate, Mila, Bom Pat 1968, TD. 232 Ienguajes (Pi, 654), Silo en el seno de una praxis de terminada la’ pranis matematice, Ia prais poctica, la peas rcligios Ta prans de la vids diaeia—-adquiere [indo un determinedo juego de lenguaje. Pero no bay pris flowofica el lenguaje de os flosofos es un lengua- Jeinactivo, porque esta por encima de cualquier lenguaje, {autore eaplicar desde fuera nuestros juegos lingist ulste maonarios, eussdo no tenes mss razon “que el Becho de que se josgan, Hl faronamicnto de los analiticos puede resumirse en dls puntos: «) ln ilosofia busca expleaciones dande no ins tay d) ean busqueda de expiesiones pone en cues tiga los usos lingisticosinés communes y aceptados, Pa raz pls, que no se propor el flgsao otra cosa que me {Sons donc no hac fl, «intrEeirs en el so eorrie fonda lengunje, Pero, hy que preguntarse: cpara que? toe Salileos ean cn trent compen tril per una taa6n porawe dan al problema flossico ina dimmensiga meramente linguists. Pero puede de tite lisa yllmamente que la "intencidn flosoica™ sea {an glo Ta depuracion del Tenguaje? Qué se propone el Fisoto? Dejamos fn pregunta en el aire y trataremos d& Eneontrar una respussta al largo del capitulo. 4. DA FILOSOFIA «DIFERENCIALISTAn: s'LL TEACH YOU DIFFERENCES» Para los analiticos, en general, el filésofo es un enfer ‘mo, y el anilisislingilstica, In terapéutica que puede ew fario® Pero la enfermedad ilosofica no radien en su ca- 1. 3 Bowveneste, op. cts p32 E. Aunque thtmamenge Se ends a borar Ia imagen de Witt Sin cam promertor def traps one a ras rei ee agates, hay que reconocer que este a profunds se eteet a Gye ta coneepelon, witgensteinions del lenguaje sree Sdegoe ya teria del Uso Tingusteo, or Una parte, come, Iisa aopreciy para con Ia Hlesfia tradielonal, En por ot geiciog ava Ge ponet eh chavo al incoherence 233 pacidad de inventiva, de imaginacién, que leva a issofo 2 especular cam el lenguaje, sino en el ati ftaitzador de Beneralleaiom. Las Investigactones.jlosfices son, tna Brsqueda dela ediferencins> ingtstlca, tn destnenuze miento del Ienguaje en sus multiples usos y funcions, ora el error que pierde a ildsofo es la nabsesiin por In genctalleaiéns, Clon soctoldgica del conacimiento y de su valore:* ade {nis del conocimiento individual, existe un conocimient Tocial, moral, establecido de wna u otra forma y justfica No por el acuerdo comin, Al filésofo le corresponde des- Volar ese acuerdo y mostrar sus coordenadas, Precisamente porque el lenguaje filossfico se quiere libre de presupuestos, libre incluso de los universales tin itifsticos, han de manifestarse en él con claridad esos Etros presupuestos particulares que inevitablemente con iclonan a todo pensamiento, Los distintos sistemas flo- THowbica: sles ideas, como tes, no tienen historia, si eonsige esses tasamionio camo sm Ambito wbrico, como una si ames raameion, La htora eas as cas 8 (raw de Pf auc fa pak cence sobre cls, por proxi Hay ae wnt eect en las condensa Ta clara el nivel soci: Fret eee una personalidad ode un grupo, en el qe He ener srtsta ln imprescindble y dettminants estructars Jenguae,Prestowie ¥ fengaje, Baveclons, Arch 2, €. oa 974, po OTD. sls Gs Vien, Les Sophistes, Newel, 1988, Seria inte rosette Gomparar el pensamiontosofsin y el” pensamiento aan ieinP ows, si dada, hay entre ells puntos de contacto uy considers 246 s6ficos del mundo occidental comparten una misma vo Tontad de empezar a pensar de nuevo, pero st distinguen porque su propio pensamiento viene impulsado por unas Penmeturas y unos propésitos personales, sociales, cul {arates, reigiosos, politicos muy diversos. EI lenguaje &- Towofico, pese a carecer de unas reglas y de wna «graméc lions colables, pese a querer preseindir de ellas, no es un Inuuaje privado, pues se inserta en una tradicion, en un Contexto que lo hace comprensible, Tradicién que el fl Sofo mantiene en cuanto al cardcter de los problemas y ‘Proyuntas, pero rechaza —por Ia misma inercia de critica Pidical que le obliga a prescindir de todo— en cuanto a Enlucfones y resptestas, Y en esa aceptacién y al mismo tiempo rechazo de in contexto cumple descubrir qué auie- Ne decis el fidsofo cuando dice eso que, sextin los céno- Mee del uso lingifstico corriente, es un absurdo. Sdlo asi we jehauaje se hard inteligible y funcionaré como Ten- sae. ‘Ne hay que condenar, muses, al fildsofo por insensato, porque se sitta fuera del sentir comin, pero sf se Je Mate ecosar de vaciedad, si no llega a comunicar el sig: Sifleado de su insensater o, mis aun, si pretende que ésta ee por fa sensatez misma. En tal caso, no juega a st Proplo juego, sino que se arroga propiedades que no ti aeeme inmiscaye en un dominio ave ya ests perfectamente Uibierto y atendido por otras disciplinas. Si Ia filosafia seNinedhicre en el uso comin del Tenguae, no ha de ser- Sh consecuencia, para mostrar el sentido oculto de tal sea chmnun, sino para poner de manifiesto, bien la ausen- Ure Fe un sentido absoluto, bien Ta existencia de un cier eeontido eapaz de fundarnentar wna ética, una teorka so Sjolggica o politica, una determinadla defini Feeeesi ea cierto —-afirma Clément Rosset— que Ta filo- ofin es en primer lugar medicina, un medio entre otros Sale curarae de ln angustia, e igualmente cierto que Bait garea eatirtica puede concebirse segin dos grandes Seiines de intenciones: tranguilizar dando nuevamente er entido 0 trangullizar privando, totalmente de él.» La, T1. Chément Roost, La AndéNaturaleae, Madeid, Tasews, 1975 aT segunda alternativa es la que prevalece hoy, y es la més acorde con Ia mistica de Wittgenstein: no decir nada de- finitivo porque no hay definiciones iiltimas. No existe razén alguna para desdesar Ia metafisica siempre que se practique como una «forma de vida» pe- ‘liar, caracterizada por el impulso de subvertir Jo ins titwido de eincordiars, scncillamente, diria Fernando Sa- vater. Una de les formas de subversida es dudar de la va- lider del tenguaje, de todo lenguaje (no sélo del comin). Si es cierto que Wittgenstein previene con repetida in- sistencia del peligro de traspasar «las barrerns del Ten uajes, no lo es menos que también afirma que «el len uaje no es una cércels® Ambigledad no del todo re- suelia en el pensamiento wittgensteiniana, que no llega 1 Tiberarse de la prevencién antimetafisice, St somos cconsecuentes con la tesis de Whorff de que el sistema lin aUistico condiciona y limita el pensamiento de an pueblo, hhabra que asumir también que los planteamicntos de I filosoffa son simples enredos lingiisticas. Ciertos lengua jes se prestardn a la metafisica y otros serén Impermea- bles a tal tipo de elucubracién. Dejarse atrapar en esos la- 20s seria, en efecto, querer atravesar las barretas del len ‘uaje. Si, en cambio, tenemos en cuenta, con Edward Se pir, que «todos los fenguajes son capaces de realizar Ta funcién simbélica y expresiva propia del lenguaje, bien ical o realmente» (tesis de la que es una refor el principio de expresabilidad comentada en el capitulo 1), los términos se invierten: Ia gramiatica no cconstituye el limite de la cultura, sino que es esta la que limita al Ienguafe. No se trata, sin embargo, de aceptar una de ambas alternativas, sino de ver sv complements iedad. Cada epoca ha de producir su propio atsenal de 1B. 6 La obra de Rosset constituye un ands del concapto de Faturalees(concepto muy arrsigndo en el lengusje comin) para Aestrlsa ydestrle con ella una clea concepciGn del homfors ‘Woo tal andtlsts como una de Ins formas indy interesintcs pes fivag de hacer flosotia teas ta enten de Nictsche, y talon fle Wittgenstein, ae, espeetacign tradicional 25. F Wisin, Winganstein 9 ef Clrewo de Viena, p. 104 28 cuestiones metafisicas, las cuales a su ver encuentran te- reno abonado en el lenguaje que las formula. No cabe, pues, achacar las diferencias entre Ia filosafia europea y Ja china, por ejemplo, a las peculiaridades lingUisticas de ambas culturas, sino que los distintos derroteros tomados ypor Ia cisilizackén europea 0 china dan cuenta también de la disparidad, Pero ese es tema ya suficientemente tr. lado por antropétogos y linglistas, cuyo recuerdo aqui sélo se justifica si sirve para destacar la idiosincrasia del lenguaje filosdfico, y'In actitud analitica frente a 41, No se comprencle que un pensador como Wittgenstein, {que concibe el lenguaje como un juego o una diversidad de juegos, no acabe de admitirel juego filoséfico, Bastaria decir que mientras haya ciertas eregularidades» que ha- zan posible la comprensién de la intencién flosofica, el lenguaje del fildsofo es un lenguaje tan vilido como cual- ‘uier otro. ¥ esas «reqularidades» las proporeiona el con- texto histérico de la flosofia. El propio Wittgenstein ad- mite que las replas del juego estén en orden siempre aue petmitan jugar, Yes un hecho que se juega a flosofar. Como conclifa en el capftulo TI, Wittgenstein da Ta im: presién de que a veces quiso tomarse demasiado en serio Ia filosofia (0 Ia ética, 0 Ia religidn) y pensé que hablar de ella era profanaria, que respondia a unos intereses y fanhelos demasiado «privados» pata poderse formular en el Ienguaje. Creo, por el contrario, que la concepcién de la Filosofia como «juego» con sus reglas y su «gramstica> propia es In unica manera de salvar el ejercicio flosdfico. Pero Wittgenstein no se aped jamds de la idea de que Ia filosofia es la tendencia a salir del mundo para hablar dds cl; tondencia —afadia— «perfecta y absolutamente inutile” 22. L Wenveensemn, Lecture on Ethics p. 12 29 7. BL ANALISIS FILOSOFICO os direcciones se han confundido en la actividad del anilisis IingUistico: a) el analisis filos6fico del Ienguaje; 4) el anlisis del lenguaje filoséfico. El primero ha sido Ievada a cabo mas conseientemente, bien como a) «ex: plicacién» de los conceptos usados por la ciencia u otras disciplinas, bien como 5) edescripeidns del uso lingiis- tico corriente. La iitima vertiente, el anslisis del len. guaje comtin, ha venido a convertirse en andlisis del lenguaje filoséfico, puesto que se ha querido encontrar en clitso ordinario de una serie de conceptos la justificacion 6 rofutacign de las hipdtesis filosdficas. En dicho anilisis, fal como ha sido practicado hoy, ereo apreciar das erro res fundamentales: 4), Paradéficamente, no s¢ tiene en cuenta wna de las aporiaciooes mis valiosas dela revolucion analiien In diferencia de pragmratieg entre cl lenguaje HlosSico tl lengunje conrient, Es earacteristco del lenguaje flo- Séfico realizar werrores catgorialese del tipo cartesian SStoain In atribucion do Ryle (inclu «menter y sma. Teri bajo una misina categoria) pata expresar niga fue esta fuera de Io cotdiano, de Yo normal. Peto sles Sorrorese no pretenden motiicar en absolto el uso co Iriente del lenguaje™ Si Descaresatribaye a lo «mentaly tina entidad que no tiene, no por ello hay qve concur spe Brscriesconfund tooo de mets con , especulativo, sino para de Sonteaay su cinteneine en tanto producto de una época {fe una historia, de una sociedad, de una cultura, En ta Sentido, la labor «genealégica» de un Nietzsche aparece fnfinitamente més positiva que la de Ryle o cualquier ‘otro analitico. Nietzsche «desenmascara» (con razin 0 Sin ella) los presupuestos del significado «moral» de «bue hho» y wmalos, para poner de manifesto su fragilidad y utozontradiccion en su desenmascaramiento no hay s6l0 Ta constatacidn de un eambio de sentida, sino Ia. denun- Ga de toda una concepeién de Ia moral, denuncia reali Gada a partir del anlisis de} lenguaje. Criticas como Ia de Ryle en cambio, no tienen otro propdsito que el de fnostrar que hacer filosofia no es ir de compras al mer Gado, La inteneion de Nietzsche va mas alla del simple Snilisis de unos términos: va precisamente a desvelar Ins Greoncias que se esconden tras unos signifiendos conere- tos. ¥ este es un aspecto del andlisis mucho més intere fante y enteramente viable dentro del marco, analitico, Decia en el capitulo primero que la intencion del hablan- fese pone de manifesto al ajustarse a mas convenciones (© reglas del habla, El Tenguaje lilossfico, anticonvencio hal, no se somete 4 més «rogularidad» que la constituida ‘har In insistencia en el plantcamiento de unos mismos Problemas y el manejo de unos mismos conceptos, Pro- ‘Biemas y conceptas que nunea podrin expresarse con laridad ni tendrin wna definicién precisa y exacta («s6l0 {s dofinible lo que no tiene historia», recuerda Nietesche 251 su significado se desvela a Ia luz de las diversas formu Taciones que de ellos ofrece Ia historia de la filosolia, 5) El segundo error deriva de las ltimas considers. clones apuntadas, El andlisislinguistico ha recorrido la mitad del camino de la eritica iniciada, Pues si se hn denunciado a la metafisica como una forma de «aliens isn lingifstca», un «lenguaje en vacaciones», zpor qué no se llega hasta el final y se buscan las raices de tal alle- nnacidn?* Por mi parte, considero que prosesuit la critica fen tal sentido constituve Ia forma més positiva y vilida de Ia actividad filoséfica. Analizar los lenguajes de las Mamadas eciencias humanass, de aquellos ambitos que se prestan mejor a Ia especulacién: Ia tic, la religion, Ia politica, la socioloata, la flosofia, en sma. Y el objetivo Gel analisis ha de ser el «razonamientor, el descubrimien. to de las erazones» iltimas que han motivado dichas for- ‘mas linntisticas, razones que han de dar Ia clave de st ‘pramética profundas y al propio tiempo han de ser el escenario que nermita valorarlas critieamente. Cierto es ‘que también el analitico parte de un mundo y de una Jdeologia propios que han de condicionar necesariamente sus juicios. Por ello, si quiere llevar a cabo hontadamen- tel anilisis, ha de esforzarse por asumir los presupucs tos y convicciones del Ienguaje objeto, sumergirse en su pragmitica, pues esa es la tinica forma de llegar a com prenderlo™ Finalmente, ces posible establecer unos eritetios, unas 1. Se cha en falta on ta critica wittgensteiniana la ape: lacidn a fa dimension socal dl lenguaje- Ross! Land ve en ello tina eT aivergenclas mayores ene. "Wittgestciny Mat pose que ambos pensadores tienen puntos de contacto muy Interesantes (ef, F: Rosst Lor, Tinguesslo come levora © come ‘mereator pp. si26), Sa Va que la argumoniaciéa silo ee posible existe una otdsdera stomunidad ds montese, para releritme d= novo tos atractios estudios de Persiman (La nowellerhétorigue, Ber slag, 195), También Cadamor ha visto la necsidod de ponte ‘en Ista histtien del otro para acoplare ycomprenderls (CtTE G. Guowten, Walvtew tna hethoge, Tobingn, Mish, 16h, fr 1S) 282 ‘medidas, que permitan valorar con la miixima objetividad posible cualquiera de esos discursas? Creo qui la clasifi- cacidn austiniana de los actos lingliisticos puede todavia bbrindarnos alguna ayuda. La categoria de acto ilocucio- nario tiene escasa aplicacién en el lenguaje flesdfico. Lo ‘que hace el fldsofo es, simplemente, filasofar: argumen- tar, exponer, describir, con la «intencién» de producir un dleterminado efecto: iodificar el modo de pensar o de actuar de Ia humanidad. Mas importancia tiene, pues, la stuerza perlocucionaria», las consecuencias © respucstas suscitadas por un determinado pensamiento, El fil6sofo trata de persuadir, de convencer de que su explicacidn, st sistema, es el més valioso en el momento. El flésofo ‘quiere imponer su pensamicnto; en palabras de Witt ‘genstein: «cambiar ef modo de pensar». De que realmente su discurso posea «fuerza perlocucionsria», es decir, com- iga lo que se propone, se deducieé si tiene 0 n0 sentido, Esa finalidad persuasoria otorga al diseurso floséfico un canicter comunicativo especial, que han de conocer tanto el propio filésofo como su erlilco, si quieren ser efect. vvos." Ambos han de asumir que ef lenguaje filossfico es inagotable, que no afirma, sine sugire (tal vex sea esa 53._El padre Gimer Caffaena hn sabito sunar peroctamente of cardeterundamenian de Ta fost, por und pater ean fubjetvidad que no puede eit, Escribe dat sla dieuiad (40 in'inetatisicel es fa diclad de hablar en terminos objetvos et ujeto propiamente snobietvable.- Esto squivale a decir que It fomunlzeckin'a ese nivel no pusde tener earscteriaticas do is" comunicacidn‘empitea, centiin 0, no, No cs vobjetiva® en he aon estecto, Bl hnguale sen sinplementssuerido ‘dese’ una experiencia existencial personal, pero que e siento Hamad a in comuniscién, ct logeente bride en sux propose Ses Cena, cite hsm acetone friteas, ln psibllidad de una "apropiaion’ y reconsecci6n por tins experincia andfogy, Ant surge na conffonaciontatersuble- iva quo. puode engehdrar una sbjetidad su? generis una falsablitdal no univoen “ne Puramonte tedrica ntemptic, sino Dricicovital Creo que rea ero que se destrirs en elmo Ironton que couieta a veledades prewostentiicss 0 te aver onan doles rasgos pecuares des ndole sosmovisuals (oad 253 Ja funcién iloeweionaria del lenguaje filossfico) y, por tan 10, esti siempre abierto a otras interpretaciones, a otros uses, [stor de una misma slusion, Gouiz Careanenn, Metaisica et of Horizonte actual de las cencies Sat hombre, «Pengsmienton, vol. 29 UTS}, pp. 31246) 254 ] Bibliografia * Acuinnt, J Sermones en Espa, Madrid, Cuadernos para el Dialogo, 1971 Alston, Web, Philosophy of Language, Englewood Clits, 'N., Prentice Hall, 1964 [Ausaiez Botano, Ay Et debate ecuméurico en foro a «Honest vo God, eSeleetiones de Libros, 7 (enero, 1967), pp. 1-124, Anscoutt, Ey An Introduction 10 Wittgensten's «Tractatuse, Londres, Hutchinson, 1967 ‘Awnisunt, D, Dopo Wittgenstein dove va la filosofiaanatitica. ‘Roma, Eaizione Abete, 1967 —, a filsofia det Hnguaggio, Brescia, Morelia, 1973. “ianvin, Ay Nicout, Py La Logigue ou Fart de Penser, ed 'P. 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